Ejemplo de mirada sociológica:

Cuando se nace, dependiendo del sexo biológico, se nos asocia e imponen una serie de
características, expectativas y oportunidades particulares y se nos identifica con dichas
características. Esto es lo que llamamos ‘el género’. Es una construcción social. No es natural, ni
viene dada biológicamente, como sí el sexo. Vamos aprendiendo y transmitiendo esa
construcción y lo hacemos a través de la crianza y la educación. Por ejemplo para los varones se
asocia los colores azules y verdes y para las mujeres rosas y celestes. 

Este sistema de género nos transmite una relación de poder desigual entre varones y mujeres:
hay una distribución inequitativa de derechos, conocimientos, ingresos, oportunidades,
responsabilidades y obligaciones entre varones y mujeres; privilegiando a los varones. Para
sostener esta estructura de poder existe un modelo hegemónico de masculinidad, una única
forma de ‘ser varón’, asociada a una serie de características y particularidades como: ser fuerte,
racional, competitivo, activo sexualmente y capaz de soportar cualquier dolor.

El sistema de género actual nos impone modelos y roles a seguir que solemos no cuestionar por
creerlos naturales aunque muchas veces nos provoquen incomodidad, angustia y sufrimiento.
Esta situación es parte del tipo y modelo de sociedad en la que vivimos, otorgando mayor poder y
valoración a los varones y a todo lo que se relaciona con el mundo masculino, reproduciendo la
desigualdad entre los géneros fundamentando la creencia al sexismo