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Universidad Nacional de La Plata

Facultad de Ciencias Exactas


Departamento de Fı́sica

TESIS DOCTORAL

Aplicaciones de Funciones Espectrales


en Teorı́a Cuántica de Campos

Carlota Gabriela Beneventano

2000
Lugar de trabajo

Departamento de Fı́sica

Directora de Tesis

Eve Mariel Santangelo


Agradecimientos

A Mariel, por sus invalorables contribuciones y enseñanzas.

A Horacio, Marcelo y Quique, por sus valiosas sugerencias y discusiones.

A mi familia.

La presente tesis ha sido realizada durante el desempeño de una Beca FOMEC-


UNLP y una Beca para completar Doctorado de la Fundación Antorchas.
iv

iv
CONTENTS

1 Introducción 1
1.1 Operadores diferenciales elı́pticos en variedades sin borde . . . . . . 2
1.2 Sistemas elı́pticos de borde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

2 Energı́as de Casimir - Métodos de regularización 13


2.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
2.2 Conexión entre regularizaciones ζ y cutoff [11] . . . . . . . . . . . . 14
2.3 Ejemplos de aplicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

3 Campos de Dirac en presencia de una cuerda de flujo 27


3.1 Generalidades sobre extensiones autoadjuntas de operadores diferen-
ciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
3.2 Efecto Aharonov-Bohm para campos de Dirac sin masa . . . . . . . . 29
3.3 Condiciones APS y extensiones autoadjuntas [45, 46] . . . . . . . . . 32
3.4 Efectos de polarización de vacı́o en una región acotada . . . . . . . . 36

4 Fermiones masivos bajo condiciones MIT en un background de Aharonov-


Bohm [53] 41
4.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
4.2 Cálculo de la energı́a de Casimir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45

5 Acción efectiva para la Electrodinámica Cuántica 55


5.1 Cálculo de acciones efectivas mediante la función ζ . . . . . . . . . . 55
5.2 Acción efectiva para campos electromagnéticos constantes [63] . . . . 56

6 Resumen de los resultados 67

A Sumas de Poisson 69

v
vi CONTENTS

B Teorema del Indice de Atiyah-Patodi-Singer 73

C Coeficientes b(i,j) 77

D Funciones f (s; a, b; x) 79

E Evaluación de A−1 y A0 83

F Cálculo detallado de CF22 85

vi
CHAPTER 1
Introducción

En Teorı́a Cuántica de Campos bajo la influencia de condiciones externas, el cálculo


de ciertas magnitudes fı́sicas (tales como, por ejemplo, la acción efectiva, la energı́a
de Casimir, el número fermiónico, etcétera), conduce a la consideración de funciones
espectrales asociadas con operadores diferenciales. Éstas están relacionadas con se-
cuencias de autovalores de operadores. Por condiciones externas se entienden a aque-
llas que están dadas explı́citamente como función del espacio y del tiempo; ejemplos
tı́picos de éstas son las condiciones de contorno que deben satisfacer los campos cuan-
tizados sobre la frontera de una dada región del espacio tiempo, o su interacción con
campos de background externos (no autointeractuantes) que aparecen en la ecuación
de movimiento de los campos cuantizados.
A partir del trabajo de Casimir [1] ha habido cada vez más evidencia de la impor-
tancia de tales condiciones externas sobre la estructura del vacı́o de sistemas cuánticos.
Por ejemplo, la energı́a de Casimir puede ser pensada como debida a la distorsión del
vacı́o causada por la presencia de bordes o por campos externos de background. Uno
de los métodos para calcular energı́as de Casimir es el de suma de modos, que implica
encontrar un conjunto completo de autofunciones (y sus correspondientes autovalores)
del Hamiltoniano clásico del campo y sumar sobre los autovalores. Distintas técnicas
de regularización son entonces usadas para dar sentido a estas sumas formalmente di-
vergentes (ver, por ejemplo, [2, 3] y referencias que se citan allı́).
Otro ejemplo de aplicación de funciones espectrales lo provee el cálculo de ac-
ciones efectivas al orden de un loop. En el marco de la integral funcional, tales correc-
ciones cuánticas están relacionadas con la evaluación de determinantes funcionales de
operadores diferenciales, formalmente definidas como el producto de los autovalores
de dichos operadores. Ya que los autovalores de los operadores diferenciales a consid-
erar forman, por lo general, una secuencia no acotada, se hace necesaria, como en el
caso anterior, la introducción de procedimientos de regularización (ver, por ejemplo[4]
y referencias contenidas en ese trabajo).
Algunos de los métodos de regularización más frecuentemente usados están basa-

1
2 INTRODUCCIÓN

dos en el uso de funciones espectrales tales como la función ζ y la traza del heat kernel.
Dado que estamos interesados en hacer uso de funciones espectrales de operadores
diferenciales en variedades compactas con y sin bordes, resumiremos a continuación
algunas generalidades sobre tales operadores [5, 6] y las condiciones en que pueden
definirse funciones espectrales asociadas [5, 6, 7, 8] .

1.1 Operadores diferenciales elı́pticos en variedades sin


borde
Sea M una variedad compacta sin borde de dimensión n y E un fibrado vectorial
complejo sobre M .
Definición:
Un operador diferencial parcial de orden m sobre secciones de E puede escribirse,
en coordenadas locales, como
X
A= aα (x)Dxα ,
|α|≤m

n µ
Y ¶αj n
X

con Dxα = −i y |α| = αj .
j=1
∂xj j=1

Definición:
Se define el sı́mbolo del operador como
X
σ(A) = σ(x, ξ) = aα (x)ξ α ,
|α|≤m

que corresponde al polinomio obtenido reemplazando formalmente Dxα por el monomio


ξ α ; resulta ası́ un polinomio de orden m en la variable dual ξ. (Consideraremos sis-
temas determinados, de modo que los aα son matrices cuadradas.)

Definición:
El sı́mbolo principal es la parte de mayor orden del sı́mbolo. Se trata de un poli-
nomio homogéneo de grado m en ξ
X
σm (A) = σm (x, ξ) = aα (x)ξ α .
|α|=m

En términos del sı́mbolo puede expresarse la acción del operador sobre funciones
en su dominio como Z
Af (x) = eix.ξ σ(x, ξ)fˆ(ξ)dξ

Definición:

2
1.1 OPERADORES DIFERENCIALES ELÍPTICOS EN . . . 3

El operador diferencial se dice elı́ptico si su sı́mbolo principal es invertible para


|ξ| = 1, es decir no tiene autovalores cero para |ξ| = 1 (o equivalentemente det σm (x, ξ) 6=
0 para |ξ| = 1).

Definición:
El rayo K = {arg(λ) = θ} en el plano complejo se llama un rayo de crecimiento
mı́nimo de la resolvente si no existen autovalores del sı́mbolo principal en ese rayo, es
decir, si el problema
σm (x, ξ)u = λu
tiene solución única (la trivial) para λ ² K.

Potencias complejas de un operador diferencial

Si un operador diferencial A es elı́ptico, invertible, y tiene un rayo de crecimiento


mı́nimo K, puede definirse, para <(s) > 0
Z
i
A−s = λ−s (A − λ)−1 dλ ,
2π Γ

donde Γ es una curva que empieza en ∞, recorre el rayo de mı́nimo crecimiento hasta
un pequeño cı́rculo alrededor del origen, luego este cı́rculo en el sentido de las agujas
del reloj, y va de nuevo a ∞ a lo largo del rayo. Para describir A−s , se construye una
parametriz para (A − λ)−1 [6]. Se tiene entonces:

X∞ Z
i
σ(A−s ) = λ−s b−m−j (x, ξ, λ)dλ ,
j=0
2π Γ

donde los b−m−j (x, ξ, λ) son los coeficientes de Seeley, que quedan determinados por
un conjunto de ecuaciones algebraicas.

La función ζ del operador se define como

ζ(A, s) = tr(A−s ) .
Su estructura de polos y residuos queda determinada por las integrales sobre M de
las trazas de los coeficientes de Seeley.

Relación con los autovalores - Función ζ

Supongamos que el fibrado tiene un producto interno hermı́tico, y la variedad M un


elemento de volumen. Si, con respecto a estas estructuras A es normal (A† A = AA† ),
entonces A tiene un conjunto ortonormal completo de autofunciones A φk = λk φk , y
el núcleo K−s (x, y) de su potencia −s puede escribirse:
X †
K−s (x, y) dvy = λ−s
k φk (x)φk (y) dvy .

3
4 INTRODUCCIÓN

Tomando x = y e integrando sobre M , se obtiene:


X
ζ(A, s) = tr(A−s ) = λk −s . (1.1)

Traza del heat-kernel

Si los autovalores λ del sı́mbolo principal están limitados a la región S0 :− π2 + ε <


arg(λ) < π2 −ε, entonces el espectro de A está en el sector Sα :− π2 +ε < arg(λ+α) <
π
2 − ε para algún α > 0, y puede definirse
Z
−At i
e = e−λt (A − λ)−1 dλ , t > 0 (1.2)
2π Γ

con Γ el borde de Sα . Puede mostrarse que e−At es la solución fundamental de la


ecuación de calor Au + ∂u∂t = 0, con u(x, 0) = δ(x).
La aproximación de la resolvente mediante la parametriz permite, entonces, tomar
el lı́mite para t → 0+ en la integral anterior, y obtener un desarrollo asintótico para
e−At en potencias crecientes (en general no enteras) de t, con coeficientes que vienen
dados por los coeficientes de Seeley.
En términos de autofunciones y autovalores de A, el núcleo de e−At puede es-
cribirse como X
K(t, x, y) = e−λk t φk (x)φk† (y) .
k

Tomando x = y, e integrando sobre M , obtenemos


X
h(A, t) = tr(e−At ) = e−λk t . (1.3)
k

Esta es la definición de la traza del heat-kernel, otra función espectral de gran apli-
cación en problemas de Fı́sica.

Existe una relación muy estrecha entre la función ζ de un operador y la traza de su


heat-kernel. En efecto, de (1.1) y (1.3)
X Z ∞ X Z ∞
1 1
ζ(A, s) = λk −s = dz e−λk z z s−1 = dz h(A, z)z s−1 .
Γ(s) 0 Γ(s) 0
k k
(1.4)
Se ve entonces que la función ζ y la traza del heat-kernel están relacionadas entre sı́
vı́a transformada de Mellin.
Veremos aplicaciones de estas funciones espectrales a problemas fı́sicos en var-
iedades sin borde en los capı́tulos 2 y 5.

Antes de dar las generalidades de operadores diferenciales elı́pticos en variedades


con borde, aplicaremos, a modo de ejemplo, las definiciones dadas hasta ahora al prob-
lema sencillo del Laplaciano en una circunferencia de radio uno.

4
1.2 SISTEMAS ELÍPTICOS DE BORDE 5

d2
A=− +P ,
dx2
donde P es el proyector sobre las constantes. Para este operador, en la circunferencia,
se tiene m = 2, n = 1.
Su sı́mbolo principal está dado por

σ(A) = ξ 2 6= 0 para |ξ| = 1 .

El operador es, por lo tanto elı́ptico.


De pedir que ningún autovalor del sı́mbolo principal caiga sobre el rayo de crec-
imiento mı́nimo, es evidente que un rayo de crecimiento mı́nimo corresponde, por
ejemplo, a K = {λ : λ ² R− }.
Resolviendo el problema de autovalores del operador , se encuentra

ζ(A, s) = 1 + 2ζR (2s) ,



X 2 t
h(A, t) = 2 e−n t + e−t = Θ(0; ) − 1 + e−t ,
n=1
π
donde ζR es la función ζ de Riemann y Θ es la función Θ de Jacobi [9].

Hay que señalar que si el operador es simétrico (formalmente autoadjunto) so-


bre una variedad compacta Riemaniana, los autovalores son reales y pueden ordenarse
−m
(|λ1 | ≤ |λ2 | ≤ .....), y entonces existe C > 0 : limn→∞ n |λn | n = C. Si, además,
el operador tiene un sı́mbolo principal definido positivo para ξ 6= 0, el espectro está
acotado por debajo, habiendo, a lo sumo, un número finito de autovalores negativos.

1.2 Sistemas elı́pticos de borde


Suponemos ahora que M es una variedad compacta de dimensión n, con borde
∂M .
Llamamos, en cada sistema local de coordenadas x = (x1 , ..., xn−1 ) a las coor-
denadas sobre ∂M , y por t (real) denotamos la variable normal interior al borde, de
modo que (x, t) está en Rn . Anotamos con Rn+ el semiespacio correspondiente a
t ≥ 0. Consideramos, en Rn+ , un operador diferencial (matriz de qxq) de orden m:
m
X ∂
A= Aj (t)Dtm−j , (Dt = −i ),
j=0
∂t

donde Aj es un operador diferencial de orden ≤ j en Rn−1 .


Entonces, llamando (ξ, τ ) a la variable simbólica correspondiente a (x, t), tenemos,
para el sı́mbolo de A:
X
σ(A) = σ(Aj )(x, t, ξ)τ m−j ;
j

5
6 INTRODUCCIÓN

su sı́mbolo principal es
X
σm = σj (Aj )(x, t, ξ)τ m−j .
j

Definimos, además, el polinomio caracterı́stico o sı́mbolo principal parcial:


X
σm 0 = σj (Aj )(x, 0, ξ)Dt m−j .
j

Supongamos que, en la vecindad del borde, tenemos dados operadores


m
X mq
Bj = Bjk Dtm−k , 1≤j≤
2
k=1

y los Bjk son un sistema de operadores diferenciales, matrices de 1xq, actuando en


Rn−1 . Supondremos, en particular (ya que éste será el caso en las aplicaciones fı́sicas
que tomaremos), que son de orden 0, es decir, multiplicativos.
Como antes, escribimos:
m
X
σ(Bj ) = σ(Bjk )τ m−k ,
k=1

m
X
σ 0 (Bj ) = σ(Bjk )Dt m−k .
k=1

Definición:
La colección de operadores A, B1 , ..., B mq 2
constituye un sistema elı́ptico de borde
si A es elı́ptico y, para g = (g1 , ..., g mq
2
) arbitrario, x en Rn−1 y ξ 6= 0 en Rn−1 hay
una única solución del siguiente problema de borde sobre la semirrecta {t > 0} :

σm 0 (A)(x, ξ, Dt )u = 0

lim u(t) = 0
t→∞
mq
σ 0 (Bj )(x, ξ, Dt )u = gj en t = 0 para j = 1, ...,.
2
Esta condición es también conocida como condición de elipticidad débil, o de Lopatinski-
Shapiro [5].

Definición:
La colección A, B1 , ..., B mq
2
constituye un sistema fuertemente elı́ptico de borde
en un cono K ⊂ C que incluye el cero si,
i) Para ξ 6= 0 σm (A)(x, ξ) no tiene autovalores en K y
ii) Existe, para cada x y cada (ξ, λ) 6= 0, con λ ² K, solución única del problema
de borde:
σm 0 (A)(x, ξ, Dt )u = λu

6
1.2 SISTEMAS ELÍPTICOS DE BORDE 7

lim u(t) = 0
t→∞
mq
σ 0 (Bj )(x, ξ, Dt )u = gj en t = 0 , j = 1, ...,
2
Esta condición suele llamarse condición de existencia de un cono Agmon [10].
Obsérvese que la elipticidad fuerte se reduce a la elipticidad de Lopatinski-Shapiro
cuando K = {0}.
Si se satisface la condición débil, puede definirse un operador AB sobre L2 (M ),
definido como el operador A actuando sobre todas las funciones u que satisfacen
Bj u = 0 en ∂M .
Si, además, se cumple la elipticidad fuerte, puede encontrarse [7] un desarrollo para
la resolvente (AB − λ)−1 y definir, a partir de ella,
Z
i
(AB )−s = λ−s (AB − λ)−1 dλ ,
2π Γ

con Γ una curva apropiada que yace en el cono donde se sabe que existe (AB − λ)−1 .
Nuevamente, puede en este caso definirse la función ζ como la traza de (AB )−s .
Pero ahora, el desarrollo de la resolvente involucra, además de los coeficientes de See-
ley ya introducidos en el caso sin borde, nuevos coeficientes d que ajustan las condi-
ciones de contorno, y que deben determinarse no ya a partir de ecuaciones algebraicas,
sino a través de la resolución de ecuaciones diferenciales.
Podemos construir la solución fundamental de la ecuación de calor para A si el
espectro de su sı́mbolo principal σm está contenido en el cono

KC = {λ : |=(λ)| ≤ C <(λ)}

alrededor de R+ , para algún C ≥ 0, y si el problema


S de borde es fuertemente elı́ptico
con respecto al cono complementario {0} KC c ; en estas condiciones es posible
además tomar la traza del heat-kernel.
Si AB tiene un conjunto completo de autovectores, ambas funciones espectrales
pueden expresarse en términos de los autovalores:
X
ζ(A, s) = (λk )−s , (1.5)
k
X
h(AB , t) = e−λk t , (1.6)
k

y, como en el caso sin borde, están relacionadas entre sı́ via transformada de Mellin.

Tomemos, como ejemplo, el Hamiltoniano de Dirac en un cı́rculo de radio 1. Como


veremos más adelante, el Hamiltoniano de Dirac de 2x2 (2+1-dimensiones) puede es-
cribirse, en coordenadas polares, en la forma
µ ¶
M i e−iθ (∂r − ri ∂θ )
H= ,
i eiθ (∂r + ri ∂θ ) −M

7
8 INTRODUCCIÓN

donde M es la masa del campo de Dirac.


En este caso m = 1, n = 2, la variedad M es el interior del cı́rculo y su borde ∂M
corresponde a r = 1.
Por lo tanto x = θ, t = 1 − r. µ ¶
ϕ
H actúa sobre spinores de la forma ψ = , de modo que q = 2, y mq 2 = 1.
χ
El sı́mbolo principal resulta
à !

0 e−ix (τ + 1−t )
σ1 (H) = iξ .
eix (τ − 1−t ) 0
ξ 2
Para mostrar la elipticidad de H, estudiamos el det(σ1 (H)) = −(τ 2 + ( 1−t ) ),
que resulta 6= 0 ∀ ξ : |ξ| = 1.
Para encontrar el rayo de mı́nimo crecimiento, consideramos el problema de auto-
valores: µ ¶ µ ¶
ϕ ϕ
σ1 (H) =λ .
χ χ
Para que este problema tenga como única solución la trivial, debe satisfacerse
à !

−λ e−ix (τ + 1−t ) 2 2 ξ2
det iξ = λ − (τ + ) 6= 0 ∀ λ ² K .
eix (τ − 1−t ) −λ (1 − t)2

Ası́, es evidente que K es cualquier rayo en C − R+ − R− .


Consideramos ahora el operador correspondiente a las condiciones de contorno
tipo bolsa de MIT, de utilidad en modelos efectivos de confinamiento, y a las cuales
volveremos en el capı́tulo 4
B = (1, i e−iθ )
σ 0 (B)(x, ξ, Dt ) = (1, i e−ix )
µ ¶
0 0 e−ix (Dt + i ξ)
σ1 (H)(x, ξ, Dt ) = .
eix (Dt − i ξ) 0
El problema HB es débilmente elı́ptico si H es elı́ptico, y si para g arbitraria, x ² R
yξ=
6 0 en R, hay solución única para t > 0 de
σ10 (H)(x, ξ, Dt )u = 0
lim u(t) = 0
t→∞

σ 0 (B)(x, ξ, Dt )u = g en t = 0 .
Si escribimos µ ¶
ϕ
u= ,
χ
la ecuación diferencial tiene soluciones de la forma ϕ(x, ξ, t) = A(x, ξ)e−ξt , χ(x, ξ, t) =
B(x, ξ)eξt ; la imposición sobre el comportamiento de u para t → ∞, deja
µ ¶
A(x, ξ)e−ξt
u= para ξ > 0
0

8
1.2 SISTEMAS ELÍPTICOS DE BORDE 9

µ ¶
0
u= para ξ < 0 .
B(x, ξ)eξt
Por último, la condición σ 0 (B)(x, ξ, Dt )u = g, permite determinar A(x, ξ) y
B(x, ξ) en términos de g para ξ > 0 y ξ < 0 respectivamente; por lo tanto la solución
u es única, y el problema es débilmente elı́ptico.
Para estudiar la existencia de un cono Agmon, se debe analizar el problema

det (σ1 (H) − λ) 6= 0 ,


(condición satisfecha si λ ² C − R+ − R− ), y pedir que exista solución única del
problema
µ ¶µ ¶ µ ¶
0 e−ix (Dt + i ξ) ϕ ϕ
= λ , (1.7)
eix (Dt − i ξ) 0 χ χ
µ ¶
ϕ
con las condiciones →t→∞ 0
χ
µ ¶
ϕ
σ 0 (B)(x, ξ, Dt ) = ϕ + i e−ix χ = g en t = 0 .
χ
1 ix
La ecuación (1.7) se reduce a −∂t2 ϕ = (λ2 − ξ 2 )ϕ, χ = λ e (−i∂t − i ξ)ϕ, cuya
solución es
1
ϕ = A(x, ξ)eµt + B(x, ξ)e−µt , donde µ = (ξ 2 − λ2 ) 2 ,

donde tomamos la rama de la raı́z cuadrada con <(µ) > 0 (esto es siempre posible si
λ no es real).
El requisito limt→∞ u(t) = 0 deja

ϕ = B(x, ξ)e−µt

B(x, ξ) i x
ξ= e (iµ − iξ)e−µt
λ
Si les imponemos la condición de contorno

µ−ξ
B(x, ξ)(1 − ) = g,
λ
p
el problema tiene solución única ∀ g, salvo para λ = ξ 2 − λ2 − ξ (cuyas únicas
soluciones son λ = 0 o λ = −ξ).
Por lo tanto el problema HB es fuertemente elı́ptico en K = C − R+ − R− .

Como otro ejemplo, que será de utilidad en el Capı́tulo 3, consideramos ahora el


operador µ ¶
M ∂r − ri ∂θ − κr
H= .
−∂r − ri ∂θ − κr −M

9
10 INTRODUCCIÓN

El sı́mbolo principal de este operador es:


à !
ξ−κ
0 −i τ + 1−t
σ1 (H) = .
i τ + ξ−κ
1−t 0

Verificamos primero la elipticidad de H:

ξ−κ 2
det(σ1 (H) − λ) = λ2 − (τ 2 + ( ) )=0
1−t
implica
ξ−κ 2
λ2 = τ 2 + ( ) ξ 6= 0 .
r
Por lo tanto, H es elı́ptico en K = C − R+ − R− .
Imponemos ahora condiciones de contorno APS, las cuales están definidas dando
el sı́mbolo parcial del operador de borde:
½
0 1 si ξ − κ ≥ 0
σ (B) = (Θ0 (ξ − κ), Θ(κ − ξ)) , donde Θ0 (ξ − κ) =
0 si ξ − κ < 0

El sı́mbolo principal parcial del operador H es:


µ ¶
0 −∂t + ξ − κ
σ10 (H) = .
∂t + ξ − κ 0

Al resolver su problema de autovalores (para λ 6= 0) se encuentra


1
χ= (∂t + ξ − κ)ϕ ,
λ

(−∂t2 + (ξ − κ)2 )ϕ = λ2 ϕ .
¡ ¢1
Llamando µ = (ξ − κ)2 − λ2 2 con <(µ) > 0 (lo cual es siempre posible si λ no es
real, se tiene
ϕ = A(ξ)eµt + B(ξ)e−µt
Las autofunciones que se anulan para t → ∞, tienen la forma
µ ¶
B(ξ)e−µt
B(ξ) −µt .
λ (ξ − κ − µ)e

Por lo tanto, el problema de borde


µ ¶
B(ξ)
(Θ0 (ξ − κ), Θ(κ − ξ)) B(ξ) = f (ξ)
λ (ξ − κ − µ)

siempre tiene solución única, dada por

B(ξ) = f (ξ) , ξ ≥ κ

10
1.2 SISTEMAS ELÍPTICOS DE BORDE 11

λ
B(ξ) = f (ξ) , ξ < κ .
ξ−κ−µ

Para λ = 0 (ξ 6= 0)

ϕ = A(ξ)e−(ξ−κ)t

χ = B(ξ)e(ξ−κ)t .

Las soluciones que se anulan para t → ∞ son

µ ¶
A(ξ)e−(ξ−κ)t
, si ξ > κ
0

µ ¶
0
, si ξ < κ
B(ξ)e(ξ−κ)t

y el problema de borde en t = 0 tiene solución única

A(ξ) = f (ξ) si ξ > κ

B(ξ) = f (ξ) si ξ < κ .

Por lo tanto, las condiciones APS definen un problema fuertemente elı́ptico para el
operador H en K = C − R+ − R− .

11
12 INTRODUCCIÓN

12
CHAPTER 2
Energı́as de Casimir - Métodos de
regularización

2.1 Generalidades
Uno de los aspectos fundamentales de la Teorı́a Cuántica de Campos es la tarea
de extraer resultados fı́sicamente significativos a partir de cantidades que, en principio
están mal definidas. Tal vez el ejemplo más simple de esto sea la energı́a de punto cero
de campos cuánticos.
La aparición de una energı́a de vacı́o divergente es una consecuencia directa del
método de cuantificación canónico, que permite establecer la correspondencia entre
cantidades clásicas y operadores cuánticos; este esquema no fija el orden de los oper-
adores no conmutantes en el Hamiltoniano del campo, lo que hace necesario imponer
prescripciones adicionales para tener una teorı́a de campos bien definida.
Al estudiar teorı́as de campos libres extendidas a todo el espacio tiempo, esta am-
bigüedad es removida mediante la prescripción de orden normal. Esto implica la sub-
stracción formal de la energı́a infinita de punto cero y, por lo tanto, el valor de ex-
pectación de vacı́o del Hamiltoniano normalmente ordenado es cero. Tal substracción
está justificada por el hecho de que, en la práctica no es posible medir un valor absoluto
de energı́a, sino sólo diferencias, permitiendo una elección arbitraria del origen sobre
la escala de energı́a.
En 1948, Casimir mostró [1] que placas neutras, perfectamente conductoras, pues-
tas en el vacı́o, se atraen una a otra. Esta fuerza atractiva puede ser considerada como
la consecuencia del cambio de energı́a de punto cero cuando las placas son llevadas
a su posición. La existencia del efecto Casimir implica que la energı́a del estado de
vacı́o de los campos cuantizados no puede ser correctamente definida mediante la sola
prescripción de orden normal. La idea básica detrás del concepto de Casimir es que los
campos cuánticos siempre existen en presencia de vı́nculos externos o en interacción

13
14 ENERGÍAS DE CASIMIR - MÉTODOS DE REGULARIZACIÓN

con otros campos, y, por lo tanto, su energı́a de punto cero se ve modificada. Tales
vı́nculos podrı́an ser idealizados como condiciones de contorno impuestas sobre los
campos en la frontera de un volumen espacial finito.
Uno de los procedimientos [2] usados para calcular energı́as de Casimir es la evalu-
ación directa de sumas infinitas sobre los modos de punto cero del campo (autovalores
del Hamiltoniano). Estas sumas son formalmente divergentes, y un esquema de regu-
larización adecuado debe emplearse para extraer un resultado fı́sicamente significativo
[2, 3]. Aunque existen diferencias entre los resultados obtenidos por distintos métodos
de regularización, las predicciones para la energı́a de Casimir deben ser independientes
de los métodos utilizados. Resulta, entonces, crucial comprender la relación entre los
resultados obtenidos mediante distintas técnicas de regularización.

2.2 Conexión entre regularizaciones ζ y cutoff [11]


Un paso hacia el entendimiento de la relación entre las regularizaciones de la en-
ergı́a de Casimir con la función ζ y con cutoff exponencial fue realizado en [12, 13]. En
particular, en [13], los autores mostraron la conexión entre regularización exponencial
y regularización con la función ζ, con la condición ad-hoc de que la energı́a regu-
larizada mediante cutoff presente sólo divergencias en forma de polos. En este caso,
mostraron que la energı́a regularizada a la zeta resulta finita, e idéntica a la energı́a
regularizada vı́a cutoff, con los términos polares substraı́dos.
Vamos ahora a extender la conexión entre ambos métodos , y sólo restringiremos el
problema de borde asociado de tal forma de garantizar que los autovalores del campo
sean reales.
La evaluación de energı́as de Casimir mediante el método de suma de modos im-
plica la suma directa sobre los autovalores de energı́a de los modos de campo de punto
cero [2, 3],
1X
EC = ωn . (2.1)
2 n

Estos autovalores de energı́a, ωn , dependen de la dimensión del espacio-tiempo,


del spin del campo considerado y de las condiciones de contorno impuestas sobre él.
Consideraremos el caso de un campo escalar libre en un espacio-tiempo d + 1
dimensional que da lugar a una variedad

M(d+1) = R × M , (2.2)

donde M es una variedad compacta d-dimensional con borde suave ∂M .


Los autovalores de energı́a, luego de separar variables, resultan

ωn = λ1/2
n , (2.3)
donde los λn satisfacen [3] el problema de borde asociado
½
Dϕn = λn ϕn
DB ϕn = . (2.4)
BT ϕn = 0

14
2.2 CONEXIÓN ENTRE REGULARIZACIONES ζ Y CUTOFF 15

En nuestro caso, D es un operador de segundo orden sobre M ; B es un operador


tangencial ( al cual tomaremos diferencial), que define las condiciones de contorno y
T es el mapeo de restricción, que asigna a cada sección su dato de Cauchy en ∂M .
En lo que sigue, el problema de borde ( 2.4) será citado como (D, B). Es claro
que, para que las ωn tengan sentido como energı́as fı́sicas, los autovalores λn deben
ser reales y positivos; esto se puede lograr imponiendo las bien conocidas condiciones
[5, 8] al problema de borde (D, B). Como veremos a continuación, ¡ tales¢ condiciones
también implican que ωn →n→∞ ∞ y que ellas son de orden O n1/d para n grande.
La suma (2.1) es claramente divergente y, por lo tanto, se le debe aplicar algún
esquema de regularización para poder asignarle un significado fı́sico. Trabajaremos
con dos de estos métodos: la regularización cutoff exponencial y la regularización ζ
[4, 14]. Determinaremos el comportamiento de la energı́a de Casimir regularizada de
ambas formas, y daremos una relación precisa entre partes finitas y divergentes que
aparecen en uno y otro esquema, generalizando ası́ el resultado de la referencia [13].
En el primer caso, se define,
% µ µ ¶¶º
µ X λn −t λn1/2
1/2
µ d DB
Eexp ≡ e µ =− h t, 2 , (2.5)
2 n µ 2 dt µ t=0
t=0

donde
µ ¶ X 1/2 ³ t 1/2 ´
DB λn
h t, 2 = e−t µ = T r e− µ DB . (2.6)
µ n

µ es un parámetro con dimensiones de masa, introducido para dejar t adimensional.


La energı́a de Casimir, mediante regularización de función ζ [4, 14], está definida
como
³ ´− 2s º ³ ´k
µ P λn
Eζ ≡ 2 µ2 = µ2 ζ 2s , DµB
2
n s=−1 s=−1
. (2.7)
³ ´− 2s º
µ DB
= 2Tr µ2
s=−1

Es fácil ver, a partir del comportamiento³de los λ´n , que la suma en (2.7) es conver-
s DB
gente para <(s) suficientemente grande; ζ 2 , µ2 es, por lo tanto, holomorfa en la
misma región. Ella puede ser extendida como una función meromorfa a todo el plano
s, presentando sólo polos simples. Se define entonces la energı́a regularizada mediante
función ζ como el valor de esta extensión en s = −1. Nuevamente se ha introducido
un parámetro µ para permitir que la ζ sea adimensional [15].
Antes de iniciar la demostración de la relación existente entre los resultados obtenidos
mediante uno y otro método de regularización, vamos a reproducir algunas propiedades
relativas a problemas de borde elı́pticos.

Lema 1

15
16 ENERGÍAS DE CASIMIR - MÉTODOS DE REGULARIZACIÓN

Sea M una variedad compacta suave d-dimensional, con borde suave ∂M . Sea
D un operador diferencial parcial elı́ptico, y sea B un operador diferencial tangencial
sobre ∂M .
Si el problema de borde (D, B)es autoadjunto y elı́ptico con respecto a C − R+
(por lo tanto tiene un cono Agmon [10] que incluye el eje real negativo), entonces:

a)Existe un sistema ortonormal completo;{φn }n=1 con Dφn = λn φn .
b) φn satisfacen la condición de contorno BT φn = 0 (aquı́, T es el mapeo de
restricción, que asigna a cualquier sección suave su dato de Cauchy).
c) λn ∈ R y limn→∞ |λn | = ∞. Si se ordenan los λn tal que |λ1 | ≤ |λ2 | ≤ · · · ,
2
entonces existe n0 tal que |λn | > n d para n > n0 .
d) Los λn están acotados por abajo y el espectro de DB está contenido en [−C, ∞]
para alguna constante C.
En lo que sigue, supondremos, sin pérdida de generalidad, que el espectro de DB
es positivo).

Lema 2
Bajo las condiciones¡ del lema
¢ anterior [8] :
a) Y (t, DB ) = T r e−tDB es holomorfa en un sector
© ª
Vθ0 = t = reiθ /r > 0, |θ| < θ0
¡ ¢
para algún θ0 ∈ 0, π2 .
P
∞ j−d
b) Y (t, DB ) posee la expansión asintótica Y (t, DB ) ∼ aj t 2 , para
j=0
t → 0 uniformemente para t ∈ Vδ , para cada δ < θ0 .
Aquı́, los aj pueden ser evaluados a partir de los coeficientes de Seeley [8], in-
cluyendo tanto las contribuciones de volumen como las de borde .
c) Y (t, DB ) decrece exponencialmente para |t| → ∞ en Vδ .

Lema 3
Bajo las mismas condiciones [5, 8, 16] :
a)
³s´ µs D ¶ ³s´ ³ ´ Z ∞ s
B −s
µ−s Γ ζ , 2 =Γ T r (DB ) 2 = t 2 −1 Y (t, DB ) dt (2.8)
2 2 µ 2 0

es la transformada de Mellin de Y (t, DB ). Es holomorfa para <(s) > d y se extiende


a una función meromorfa, con una estructura de singularidades:

³s´ µs D ¶ X N
2aj ³s´
B
µ−s Γ ζ , 2 = + rN , (2.9)
2 2 µ j=0
s+j−d 2
¡s¢
donde rN 2 es holomorfa para <(s) > d − N − 1.

16
2.2 CONEXIÓN ENTRE REGULARIZACIONES ζ Y CUTOFF 17

b) Para cada c1 , c2 real y cada δ < θ0 ,


¯ µ ¶¯ ¯ s¯
¯ −s ³ s ´ s DB ¯¯ ¯ ¯ s
, 2 ¯ ≤ C (c1 , c2 , δ) e−δ|= 2 |
s
¯µ Γ ζ , ¯= ¯ ≥ 1, c1 ≤ < ≤ c2 .
¯ 2 2 µ 2 2
(2.10)

Con todos estos elementos, estamos ahora en condiciones de probar el siguiente


lema, el cual es la base del resultado principal de este capı́tulo:

Lema 4
Bajo las mismas hipótesis que antes:
à !
1/2
³ ´ −tD
dTr e µ B
dh
D
t, µB P λ1/2 1/2
λn
− nµ e−t µ posee la expansión asintótica
2
a) dt = dt =
n
³ ´
DB ¡ ¢ µ ¶−k−1
d h t, µ2 d
X 1 Γ k+1 t
2
¡ 1 ¢ ad−k
= (−k) +
dt 2µ Γ 2 2µ
k=0
K ¡ ¢ µ ¶2k−1
X 1 Γ −k + 12 t
(−k) ¡ 1 ¢ 2ad+2k +
2µ Γ 2 2µ
k=1
K
X k µ ¶2k ·
1 (−1) t 1
(2k + 1) ¡ ¢ rd+2k+1 (−k − )+
2µ Γ 12 Γ (k + 1) 2µ 2
k=0
à k−1
!
X 1
ad+2k+1 Ψ(1) + +
k−l
l=0

d+2k
X µ ¶
2aj t 1  + ρK (t) (2.11)
+ 2ad+2k+1 (2k + 1) ln( ) −
j=0
j − d − 2k − 1 2µ 2k + 1
³ ´
t 2K+1+ε
donde ρK es de orden O ( 2µ ) , 0 < ε < 1 para t → 0, ∈ Vδ .

Demostración
En primer lugar, nótese que
µ ¶ Z ∞ µ ¶
s DB s−1 DB
Γ (s) ζ , = t h t, 2 dt (2.12)
2 µ2 0 µ
³ ´
es la transformada de Mellin de h t, DµB
2 . Ahora,
µ ¶ · ³ ´ µ ¶¸
s DB Γ (s) s s DB
Γ (s) ζ , 2 = ¡s¢ Γ ζ , 2 =
2 µ Γ 2 2 2 µ

17
18 ENERGÍAS DE CASIMIR - MÉTODOS DE REGULARIZACIÓN

µ ¶· ³ ´ µ ¶¸
2s−1 s+1 s s DB
√ Γ Γ ζ , 2 . (2.13)
π 2 2 2 µ
¡ s+1 ¢
A partir del Lema 3 a), y la estructura de singularidades bien conocida de Γ 2 ,
se sigue que (2.13) es holomorfa para Res > d, y
µ ¶ Z
c+i∞ µ ¶−s s−1 µ ¶· ³ s ´ µ s D ¶¸
DB 1 t 2 s+1 B
h t, 2 = ds √ Γ µ−s Γ ζ , ,
µ 2πi µ π 2 2 2 µ2
c−i∞
(2.14)
donde el camino de integración es tal que c > d.
dh
Esta expresión puede ser derivada, para obtener dt
³ ´
d h t, DµB
2
=
dt
Z
c+i∞ µ ¶−s−1 s−1 µ ¶· ³ s ´ µ s D ¶¸
1 (−s) t 2 s+1 −s B
ds √ Γ µ Γ ζ , , (2.15)
2πi µ µ π 2 2 2 µ2
c−i∞

donde la integral debe realizarse sobre la curva mencionada anteriormente.


³ ´
¡ ¢ (− π2 +²)|Im 2s | ,
A partir del Lema 3 b), junto al hecho de que Γ s+1 2 es O e
³ ´
D
d h t, µB
2
para cualquier ² > 0, es posible obtener una expansión asintótica para dt
cambiando el contorno de integración en (2.14) moviéndolo a través de los polos de
¡ s+1 ¢ h −s ¡ s ¢ ³ s D ´i
Γ 2 µ Γ 2 ζ 2 , µB 2 . Dichos polos están localizados en s = d − j.
Para s = d − j = k ≥ 0 (j ≤ d) ellos son polos simples, y contribuyen a la
integral de Cauchy con
¡ ¢ µ ¶−k−1
−k Γ k+1 2 t
¡ 1 ¢ ad−k , k = 0, 1, . . . , d . (2.16)
2µ Γ 2 2µ

Para s = d − j = −2k (k = 1, 2, . . .) ellos son también simples, y su con-


tribución es
¡ ¢ µ ¶2k−1
1 Γ −k + 12 t
−k ¡ 1 ¢ 2ad+2k , k = 1, 2, . . . . (2.17)
2µ Γ 2 2µ

Para s = d − j = − (2k + 1) (k = 0, 1, . . .) ellos son polos simples y dobles, y


contribuyen con :
 
k
µ ¶2k d+2k
X
(2k + 1) (−1) t rd+2k+1 (−k − 1 ) + 2aj 
¡ ¢
2µ Γ 12 Γ (k) 2µ 2 j=0
j − d − 2k − 1

" (2.18)
#
k µ ¶2k k−1
X
(2k + 1) (−1) t t 1
¡ ¢ ad+2k+1 2 ln( ) − 2 + Ψ(1) +
2µ Γ 12 Γ (k + 1) 2µ 2µ k−l
l=0
(2.19)

18
2.2 CONEXIÓN ENTRE REGULARIZACIONES ζ Y CUTOFF 19

(Debe notarse que la suma en (2.19) debe ser incluı́da siempre que tenga sentido).
Por lo tanto, cambiando el contorno de integración en (2.14) hasta, e incluyendo a,
la singularidad en s = −(2K + 1) tenemos,
³ ´
¡ ¢ µ ¶−k−1
d h t, DµB
2 Xd
1 Γ k+1 t
= (−k) ¡ 12 ¢ ad−k +
dt 2µ Γ 2 2µ
k=0

K ¡ ¢ µ ¶2k−1
X 1 Γ −k + 12 t
(−k) ¡ 1 ¢ 2ad+2k +
2µ Γ 2 2µ
k=1

K
X k µ ¶2k ·
1 (−1) t 1
(2k + 1) ¡ ¢ rd+2k+1 (−k − )+
2µ Γ 12 Γ (k + 1) 2µ 2
k=0
à k−1
! d+2k
X 1 X 2aj
ad+2k+1 Ψ(1) + + +
k−l j=0
j − d − 2k − 1
l=0
µ ¶¸
t 1
2ad+2k+1 (2k + 1) ln( )− + ρK (t) . (2.20)
2µ 2k + 1
El resto ρK (t) está dado por una integral tipo (2.15), pero
¯ ¡con c¢¯< −2(K + 1) el
cual, µ
como un resultado del Lema 3 b) y la estimación para ¯Γ s+1 ¯ recién discutida,
¯ ¯2K+1+ε ¶ 2
¯ t ¯
es O ¯ 2µ ¯ ; esto completa la demostración.

Cuando este desarrollo asintótico es evaluado en t = 0, da, para la energı́a de


Casimir calculada mediante cutoff exponencial

³ ´
dh t, DB  d ¡ ¢ µ ¶−k−1 %
µ µ2 
 1 X Γ k+1 t
Eexp =− =− (−k) −k 2¡ 1 ¢ ad−k −
2 dt 2 2 Γ 2
µ
k=1 t=0
t=0
 
µ ¶ Xd µ ¶
1  1 aj  1 ad+1 t
¡ 1 ¢ rd+1 − + ad+1 (Ψ (1) − 2) + 2 + ¡ 1 ¢ ln .
4Γ 2 2 j=0
j − d − 1 2 Γ 2 2µ
(2.21)
A partir de (2.9), la energı́a de Casimir regularizada mediante la función ζ, (con
N = d + 1), está dada por
µ ¶º
µ s DB
Eζ = ζ , =
2 2 µ2 s=−1

d µ ¶ %
1 X 2aj 1 1 µs+1 ad+1
¡ ¢ + ¡ ¢ rd+1 − + ¡s¢ =
2Γ − 12 j=0 j − d − 1 2Γ − 12 2 Γ 2 s+1
s=−1

19
20 ENERGÍAS DE CASIMIR - MÉTODOS DE REGULARIZACIÓN

d µ ¶
1 X aj 1 1
− ¡1¢ − ¡ 1 ¢ rd+1 − +
2Γ 2 j=0
j − d − 1 4Γ 2 2

µ ¶ %
1 Ψ (1) 1 ad+1
¡ 1 ¢ ad+1 + 1 − ln (2µ) − ¡ ¢ . (2.22)
2Γ 2
2 2Γ 12 s + 1
s=−1

A partir de (2.21) y (2.22) se pueden extraer las siguientes conclusiones respecto a


la energı́a de Casimir para campos escalares en un espacio tiempo d + 1 dimensional:
1) Ambos métodos de regularización dan, en principio, lugar a contribuciones
divergentes. Si el coeficiente ad+1 es nulo, la regularización zeta da un resultado
finito, que coincide con la parte finita de la energı́a obtenida mediante cutoff expo-
nencial. Además, este último método de regularización presenta polos de orden 2, 3,
³ 1, con´el coeficiente del polo de orden k + 1 igual a Γ (k + 1) por el residuo
. . ., d +
µ
de 2 ζ 2s , DµB2 en s = k (k = 1, . . . , d).
2) En el caso general, (ad+1 6= 0), la regularización exponencial muestra, aparte
de las singularidades en forma de polo, una
³ divergencia
´ logarı́tmica, con un coeficiente
µ s DB
que es igual a menos el residuo de 2 ζ 2 , µ2 en s = −1. Como consecuencia de
ésto, las partes finitas mı́nimas que aparecen en uno y otro esquema de regularización
difieren en términos proporcionales a ad+1 . La diferencia entre la parte finita mı́nima
obtenida a partir de regularización exponencial y la obtenida a partir de regularización
ζ está dada por
1 ad+1 1 ad+1
− √ Ψ (1) = √ γ , (2.23)
2 π 2 π
donde γ es la constante de Euler-Mascheroni . En ambos esquemas de regularización
aparece una dependencia logarı́tmica con la escala µ (esto ya ha sido discutido en [15]
en relación con la regularización ζ). Si la diferencia entre los resultados arrojados
por ambas regularizaciones consiste en términos renormalizables, será posible dar una
interpretación fı́sica a los resultados, eliminando al mismo tiempo la dependencia con
µ.
Hay que señalar que todos estos resultados siguen siendo válidos en el caso de una
variedad M sin borde. En este caso, las condiciones de borde se reducen al requerim-
iento de que el operador D sea autoadjunto, con un sı́mbolo principal definido positivo.
Los coeficientes aj sólo incluyen contribuciones de volumen, las cuales se anulan para
j impar [5, 6].

2.3 Ejemplos de aplicación


Como un ejemplo simple, y para mostrar el acuerdo de los resultados con las con-
clusiones de la sección anterior, vamos ahora a estudiar en primer lugar la energı́a de
Casimir para un campo escalar en una caja d-dimensional. Este problema ha sido am-
pliamente estudiado en [3], donde se hizo uso de la regularización dimensional, la cual
es totalmente equivalente en este caso a la regularización ζ. Estudiaremos los casos
d = 1 y d = 2.

20
2.3 EJEMPLOS DE APLICACIÓN 21

Ya que el campo es escalar, satisface la ecuación de Klein Gordon


¡ 2 ¢
∂ + m2 ϕ (x) = 0 (2.24)
adentro de una caja d-dimensional de lados finitos de longitud L1 , L2 , . . . , Ld (d ≥ 1).
Sobre cada dirección espacial impondremos condiciones periódicas de contorno (esto
es equivalente a tener una variedad sin borde)
ϕ (t, Li ) = ϕ (t, 0) , i = 1, . . . , d . (2.25)
Luego de aplicar separación de variables, fácilmente se obtiene que los modos del
campo están dados por la raı́z cuadrada de los autovalores del operador Laplaciano
d-dimensional (Dper ).
" µ ¶2 µ ¶2 #1/2
2n1 π 2n d π
ωn1 ...nd = m2 + + ... + , n1 , . . . nd ∈ Z . (2.26)
L1 Ld

(En el caso sin masa, el modo n1 = . . . = nd = 0 debe ser excluı́do, ya que no


contribuye a la energı́a de Casimir).
Usando la fórmula de inversión de Jacobi, se obtiene una extensión meromorfa para
¡ ¢ ³ D ´
Γ 2s ζ 2s , µper
2 . La misma está dada por [3]
"µ ¶
³s´ µs D ¶
L 1 . . . Ld ³ µ ´ d m
−(s−d) µ
s−d

P er
Γ ζ , 2 = d Γ +
2 2 µ π2 2 µ 2
"µ ¶2 µ ¶2 # s−d
³ µ ´ s−d ∞
X ∞
X n 1 L1 µ n L µ
4
2 0 d d
2 ··· + ... + ×
m n1 =−∞ nd =−∞
2 2
 õ 
¶2 µ ¶2 ! 12
n L
1 1 n L
d d
K d−s 2m + ... +  , (2.27)
2 2 2

donde 0 indica que el término con todos los ni = 0 debe ser omitido.
El último término en (2.27) es analı́tico en todo el plano s, y el primero tiene polos
en s = d − 2k (k = 0, 1, . . .).
Comparando con (2.9) se ve entonces que en este caso aj = 0 para j impar, esto
resulta consistente con el comentario realizado al final de la subsección previa. Con
respecto a a2k , es fácil ver que ellos están dados por
k µ ¶d
(−1) 1 L 1 . . . Ld 2k
aj=2k = d (m) , k = 0, 1, . . . . (2.28)
k! 2 π2
A este nivel, ciertas conclusiones generales pueden ser extraı́das a partir de nuestros
resultados previos:
- Si el espacio es de dimensión par, entonces ad+1 = 0; la energı́a de Casimir
calculada a partir de regularización ζ será finita, mientras que la regularización expo-
nencial mostrará polos. El resultado vı́a función ζ - coincidirá entonces con la parte
finita mı́nima de la energı́a vı́a cutoff exponencial.

21
22 ENERGÍAS DE CASIMIR - MÉTODOS DE REGULARIZACIÓN

- Por otro lado, si d es impar, ad+1 6= 0 . En este caso, ambas regularizaciones


presentarán divergencias. Estas se presentarán como polos en s = −1 en la versión
regularizada a la ζ, y una singularidad logarı́tmica tanto como polos en la exponencial.
Las partes finitas mı́nimas diferirán por (2.23). Sin embargo, ya que los términos di-
vergentes son proporcionales al volumen de la caja, ellos pueden ser substraı́dos medi-

ante alguna prescripción fı́sicamente significativa (E → 0) [3, 17]. Esta


L1 . . . Ld → ∞
misma prescripción deja resultados finitos, coincidentes e independientes de la escala
µ. Eso mismo se obtiene con una ”renormalización” tipo Casimir [1], que equivale a
considerar la contribución de los modos externos; ya que aj contiene, en este ejem-
plo, sólo contribuciones de volumen, éstas se cancelarán al adicionar modos externos,
como se mostró en [18]. Es en este sentido como se debe entender la equivalencia entre
ambas regularizaciones en este ejemplo particular.
Es importante notar que, ya que todos los aj (j 6= 0) son proporcionales a poten-
cias positivas de la masa, el caso sin masa es particular: en este caso, la función ζ sólo
presentará un polo en s = d, y la energı́a de Casimir regularizada a la ζ resultará finita
en cualquier dimensión, mientras que la regularización exponencial sólo mostrará un
polo de orden d + 1; ambas partes finitas mı́nimas coincidirán.

En el caso d = 1, usando las ecuaciones (2.22) y (2.27), se obtiene la energı́a de


Casimir mediante regularización ζ [3]

∞ µ ¶1−s ¡ s−1 ¢ %
(1) mX1 Lµ2 m Γ 2
Eζ =− K1 (nmL) + √ ¡ ¢ . (2.29)
π n=1 n 4 π µ Γ 2s
s=−1

Como ya se discutió, ésta resulta divergente en s = −1.


Desarrollando el último término alrededor de s = −1, se obtiene

à º µ ¶ !
(1) mX1 m2 L 1 m 1
Eζ = − K1 (nmL) + − ln − . (2.30)
π n=1 n 4π s + 1 s=−1 2µ 2

Mediante regularización exponencial,


à ∞ !%
µ d X −t³ ( 2nπ )2 +( m )2 ´ 12
(1)
Eexp = − e Lµ µ
. (2.31)
2 dt n=−∞
t=0

Esta serie puede ser evaluada usando la fórmula de suma de Poisson (como se detalla
en el Apéndice A) y, calculando luego su derivada, se obtiene

(1) mX1
Eexp =− K1 (nmL) +
π n=1 n
à µ ¶ µ ¶−2 !%
m2 L m mt 1
− ln (t) − ln +2 −γ− . (2.32)
4π 2µ µ 2
t=0

22
2.3 EJEMPLOS DE APLICACIÓN 23

La comparación de los coeficientes (tanto de las partes divergentes como de las fini-
tas) en las ecuaciones (2.30) y (2.32) muestra un total acuerdo con nuestros resultados

en la sección anterior. Una vez que se impone la prescripción E (1) → 0 se ob-


L→∞
tiene, mediante ambos esquemas de regularización, el siguiente resultado fı́sicamente
significativo para la energı́a de Casimir

(1) mX1
ECas = − K1 (nmL) (2.33)
π n=1 n

La misma resulta ser finita, y decae exponencialmente con m y L. Tanto partes diver-
gentes como finitas proporcionales a L han sido substraı́das mediante la aplicación de
la prescripción dada anteriormente, lo cual es equivalente a adicionar una constante a
la densidad de energı́a.

Analizamos ahora el caso d = 2; nuevamente, a partir de (2.22) y (2.27), se obtiene,


para la energı́a de Casimir regularizada a la ζ [3],

s − 32

X ∞
X µ ¶2 µ ¶2
(2) L1 L2 0  n1 L1 n 2 L2 
Eζ =− 3 + ×
23 π 2 n1 =−∞ n2 =−∞
2 2

 sµ 
¶2 µ ¶2
n 1 L 1 n 2 L 2
K 32 2m + +
2 2
¶−(s−2) ¡ s−2 ¢ %
µ
µ3 L1 L2
m Γ 2
¡ ¢ =
23 π µ Γ 2s
s=−1
s  3
∞ ∞ 
 µ ¶2 µ ¶2 − 2
L1 L2 X X
0  n L
1 1 n L
2 2  ×
− 3 +
23 π 2 n1 =−∞ n2 =−∞  2 2
 sµ 
¶2 µ ¶2 
n 1 L1 n 2 L2  L1 L2 m3
K 32 2m + − . (2.34)
2 2  12π

Mediante regularización exponencial, la energı́a de Casimir está dada por


 µ³ ´ ³ ´ ¶ 1 

X∞ ∞
X 2n1 π 2 2n2 π 2 2
µ d  −t + + m 2
(µ) 
(2)
Eexp =− e
L1 µ L2 µ
 . (2.35)
2 dt n =−∞ n =−∞
1 2
t=0

Esta serie doble puede ser calculada haciendo uso repetido de la fórmula de suma de
Poisson (como se prueba en el Apéndice A). Luego de derivar, obtenemos

23
24 ENERGÍAS DE CASIMIR - MÉTODOS DE REGULARIZACIÓN

s − 23

X ∞
X µ ¶2 µ ¶2
(2) L1 L2 0  n1 L1 n 2 L2 
Eexp =− 3 + ×
23 π 2 n1 =−∞ n2 =−∞
2 2

 sµ 
¶2 µ ¶2
n 1 L1 n 2 L2
K 32 2m + −
2 2
º
L1 L2 m3 L1 L2 µ3
+ . (2.36)
12π 2πt3 t=0

Como se adelantó, la regularización ζ da un resultado finito, que coincide con la


parte finita mı́nima en la regularización exponencial. Esta última presenta un polo sim-
(2)
ple de orden d + 1 = 3, cuyo coeficiente coincide con Γ (3) veces el residuo de Eζ en

s = 2. Luego de aplicar la prescripción E (2) → 0 se elimina la divergencia


L1 L2 → ∞
y una parte finita proporcional al volumen. La energı́a de Casimir es entonces
s − 32

X ∞
X µ ¶2 µ ¶2
(2) L1 L2 0  n 1 L1 n 2 L2 
ECas = − 3 + ×
23 π 2 n1 =−∞ n2 =−∞
2 2

 sµ 
¶2 µ ¶2
n 1 L1 n 2 L2
K 32 2m + , (2.37)
2 2

la cual, como en el caso d = 1, decae exponencialmente con el volumen de la caja y


con la masa.

Un caso interesante [19, 20, 21], es el de un campo escalar sin masa en una esfera
d-dimensional, bajo condiciones de borde Dirichlet.
En este caso, los modos propios del campo están relacionados con las raı́ces, αl,s ,
de las funciones de Bessel mediante [19, 20]
αl,s 2
(ωl,s )2 = ( ) . (2.38)
R
³ ´
Si ad+1 denota el residuo de la ζ 2s , DµB
2 en s = −1, es claro que

1
ad+1 ∼ . (2.39)
R
Esta dependencia puede ser verificada considerando evaluaciones explı́citas de los
coeficientes del heat-kernel para este caso [19, 20, 22].

24
2.3 EJEMPLOS DE APLICACIÓN 25

Entonces, la energı́a de Casimir calculada vı́a función ζ, tendrá una parte diver-
gente proporcional a R−1 . La regularización exponencial presentará una divergen-
cia logarı́tmica, también dependiendo de R−1 , tanto como polos de orden k + 1 =
k+1 k
2, 3, ..., d + 1, proporcionales a µ tk+1R .
Al ser las singularidades en forma de polo proporcionales a potencias positivas
de R, una prescripción fı́sica (que se base en pedir que la energı́a se mantenga finita
cuando el volumen va a infinito), las descartará. Pero la misma prescripción no elimi-
nará la singularidad logarı́tmica en la regularización exponencial (o, equivalentemente,
el polo en la función ζ). Más aún, quedará una dependencia con la escala, dando lugar
a un término proporcional a R1 ln(µR)(como se discutió en el caso d = 3 en [15]).
Como se mencionó antes, otra posibilidad es sumar la contribución de los modos
externos, y substraer la energı́a de Casimir de todo el espacio. En ese caso, las contribu-
ciones de volumen a los aj se cancelan, mientras que las contribuciones de superficie
bj ,a los aj satisfacen (ver, por ejemplo [18])

bj (−∂M ) = (−1)j+1 bj (∂M ). (2.40)


Dado que el borde de la región exterior es el de la región interior con orientación
invertida, esto muestra que las contribuciones debidas a los bd+1 sólo se cancelan para
d impar. La energı́a de Casimir regularizada con función ζ resultará divergente en
cualquier dimensión par, esto parece estar relacionado con el resultado encontrado
en [23]. En lo que respecta a la regularización exponencial, aparecerán divergencias
logarı́tmicas para dimensión par e, independientemente de la dimensión, sólo se elim-
inarán las divergencias en forma de polos proporcionales a los coeficientes de Seeley
de orden par.

25
26 ENERGÍAS DE CASIMIR - MÉTODOS DE REGULARIZACIÓN

26
CHAPTER 3
Campos de Dirac en presencia de
una cuerda de flujo

3.1 Generalidades sobre extensiones autoadjuntas de op-


eradores diferenciales
En Mecánica Cuántica o Teorı́a Cuántica de Campos, razonamientos fı́sicos con-
ducen a una expresión formal para el Hamiltoniano de un sistema, el cual es usual-
mente un operador diferencial parcial sobre un espacio apropiado L2 (de funciones de
cuadrado integrable), pero cuyo dominio no está especificado.
Generalmente es fácil determinar un dominio sobre el cual el Hamiltoniano de un
sistema está bien definido y resulta un operador simétrico H. Sin embargo, la her-
miticidad de un operador no asegura que el mismo sea autoadjunto, y sólo este último
tipo de operadores pueden dar la dinámica correcta de un sistema cuántico mediante su
exponenciación para construir el operador evolución.
Surge ası́ el problema de determinar la existencia de extensiones autoadjuntas de
operadores simétricos. En el caso de haber varias extensiones, las mismas son distin-
guidas por la fı́sica del sistema en consideración. La respuesta a cuál es la correcta
extensión autoadjunta del Hamiltoniano no surge entonces de la Matemática sino de la
Fı́sica.
Por claridad y autoconsistencia, resumiremos brevemente algunas definiciones y
teoremas que serán de gran utilidad para el desarrollo de las secciones siguientes [24,
25].

Definición
Sea T un operador lineal densamente definido sobre un espacio de Hilbert H. Se
define el operador T † (adjunto de T ) tal que su dominio D(T † ) es el conjunto de las

27
28 CAMPOS DE DIRAC EN PRESENCIA DE UNA CUERDA DE FLUJO

ϕ ² H para las cuales hay un η ² H con

(T ψ, ϕ) = (ψ, η) ∀ ψ ² D(T ) .

Para cada ϕ ² D(T † ), se define T † ϕ = η.

Definición
Un operador T densamente definido sobre un espacio de Hilbert se dice simétrico (o
hermı́tico) si D(T ) ⊂ D(T † ) y además T ϕ = T † ϕ ∀ ϕ ² D(T ). Equivalentemente,
T es simétrico sii

(T ϕ, ψ) = (ϕ, T ψ) ∀ ϕ, ψ ² D(T ) .

Definición
T es autoadjunto si T = T † , es decir, sii T es simétrico y además D(T ) = D(T † ).

Criterio básico para operadores autoadjuntos

Teorema
Sea T un operador simétrico sobre un espacio de Hilbert H. Las siguientes tres
afirmaciones son equivalentes
a) T es autoadjunto
b) T es cerrado y Ker(T † ± i) = {0}
c) Ran(T ± i) = H

Ya que las dimensiones de los núcleos de ı ± T † tienen un papel tan importante, es


conveniente asignarles nombres.

Definición
Sea T un operador simétrico, definimos

K+ = Ker(i − T † )
K− = Ker(i + T † )
K+ , K− son llamados subespacios de deficiencia de T . Los números n+ (T ) =
dim(K+ ), n− (T ) = dim(K− ), son llamados ı́ndices de deficiencia de T .

Para construir las extensiones autoadjuntas de un operador simétrico usaremos la


teorı́a de espacios de deficiencia de Von Neumann.

Teorema
Sea T un operador cerrado simétrico. Las extensiones simétricas TU de T están en
correspondencia uno a uno con el conjunto de isometrı́as parciales de K+ en K− .

28
3.1 EFECTO AHARONOV-BOHM PARA . . . 29

Si U es esa isometrı́a con espacio inicial I(U ) ⊂ K+ , entonces la correspondiente


extensión cerrada simétrica TU tiene dominio

D(TU ) = {ϕ + ϕ+ + U (ϕ+ ) , ϕ ² D(T ) , ϕ+ ² I(U )}

y
TU (ϕ + ϕ+ + U (ϕ+ )) = T ϕ + ıϕ+ − ıU ϕ+
Si dim(I(U )) < ∞, los ı́ndices de deficiencia de TU son

n± (TU ) = n± (T ) − dim(I(U ))

Corolario
Sea T un operador cerrado simétrico con ı́ndices de deficiencia n+ y n− . T posee
extensiones autoadjuntas sii n+ = n− . Hay una correspondencia uno a uno entre
extensiones autoadjuntas de T y mapeos unitarios de K+ en K− .

3.2 Efecto Aharonov-Bohm para campos de Dirac sin


masa
En 1959, Y. Aharonov y D. Bohm hicieron notar [26] que aún un potencial vector
localmente trivial puede dar lugar a efectos observables en una topologı́a no trivial.
En estos sistemas, la presencia de un tubo de flujo magnético infinitamente delgado
altera el espectro y modifica la energı́a de vacı́o dando lugar a una clase de efecto
Casimir. Desde entonces se ha reconocido la importancia de campos de background
del tipo de Aharonov-Bohm, tanto en fı́sica de partı́culas como en problemas de materia
condensada (modelos 2+1-dimensionales en superconductividad).
Más recientemente, se ha prestado atención a la inclusión del spin, principalmente
en relación con la interacción de cuerdas cósmicas con la materia [27, 28, 29, 30, 31].
En este capı́tulo trataremos el problema 2+1-dimensional de un campo de Dirac en
presencia de una cuerda de flujo magnético. Debido a la simetrı́a del campo de back-
ground, el Hamiltoniano puede ser escrito en una forma diagonal en bloques, teniendo
ası́ dos problemas de 2x2.
En este contexto, después de desarrollar las autofunciones en una base angular con-
veniente, se reconoció la necesidad de considerar extensiones autoadjuntas del Hamil-
toniano radial de Dirac [32, 33]. En [33], el autor mostró que existe una familia de un
parámetro de condiciones de contorno en el origen, lo cual es equivalente a establecer
una relación entre las componentes del spinor, y no imponer la finitud simultánea de
ambas componentes. Aún ası́, en [34] se mostró que sólo dos valores del parámetro de
extensión corresponden a la presencia de un campo magnético tipo delta de Dirac en el
origen.
En las referencias [27, 30, 31], una de estas posibles condiciones de contorno fue
obtenida, partiendo de un modelo en el cual se impone la continuidad de ambas com-
ponentes del spinor de Dirac a un radio finito y después se toma el lı́mite del radio

29
30 CAMPOS DE DIRAC EN PRESENCIA DE UNA CUERDA DE FLUJO

yendo a cero. Sin embargo, cuando este tipo de condición de contorno es impuesta en
el origen, se pierde la invarianza bajo traslaciones enteras del flujo magnético reducido
[27, 35, 36, 37, 38].
En la siguiente sección adoptaremos el punto de vista de que el origen es un punto
excluido. El plano corresponde a un plano pinchado, que tiene la topologı́a de un
cilindro, y por lo tanto, la teorı́a es invariante frente a traslaciones enteras del flujo
magnético reducido. Con este espı́ritu, impondremos sobre el campo de Dirac, y a
un radio finito, condiciones de contorno espectrales del tipo de las de Atiyah- Patodi-
Singer (APS) [39, 40, 41, 42], tomadas como en las referencias [43, 44]. Haremos
luego tender este radio a cero, y mostraremos que se obtiene ası́ una extensión autoad-
junta que respeta la mencionada invarianza.
Finalmente, confinaremos al sistema adentro de un cı́rculo pinchado de radio R,
imponiendo allı́ al campo condiciones de contorno complementarias a las satisfechas
en la posición del tubo de flujo, y analizaremos los efectos de polarización del vacı́o.

Estudiamos entonces la ecuación de Dirac para un campo sin masa en un espacio-


tiempo de Minkowski.

(i 6 ∂− A
6 )Ψ = 0 (3.1)
bajo la presencia de un tubo de flujo localizado en el origen,

~ =∇
H ~ = κ δ(r)ěz
~ ∧A (3.2)
r
Φ
donde κ = 2π es el flujo reducido, y r es la variable radial en el plano perpendicular al
campo.
Supondremos que los fermiones están confinados a dicho plano, de modo que ψ =
ψ(r, θ) (es independiente de z).
Tomando
κ
Aθ = − , (3.3)
r
y con la elección para las matrices de Dirac
µ ¶ µ ¶
σ3 0 iσ2 0
γ0 = γ1 =
0 σ3 0 iσ2
µ ¶ µ ¶
2 −iσ1 0 3 0 iσ1
γ = γ = , (3.4)
0 iσ1 iσ1 0
es fácil ver que el Hamiltoniano resulta diagonal en bloques
µ ¶
H+ 0
H= , (3.5)
0 H−

donde los bloques de 2x2 están dados por


µ ¶
0 ie∓iθ (∂r ± B)
H± = , (3.6)
−ie±iθ (−∂r ± B) 0

30
3.2 EFECTO AHARONOV-BOHM PARA . . . 31

con
i κ
B = − ∂θ − . (3.7)
r r
Estas dos “polarizaciones”, que nosotros denotaremos por s = ±1, corresponden a
las dos elecciones no equivalentes de las matrices gamma de 2x2 [31].
De ahora en más, trabajaremos con s = 1 (el caso s = −1 puede ser estudiado en
una forma similar, y siempre que sea necesario se hará referencia explı́cita a él).
Para este caso, podemos escribir:
µ ¶
0 L†
H+ = , con L = −ieiθ (−∂r + B) L† = ie−iθ (∂r + B) ,
L 0
(3.8)
y sus autofunciones:
µ ¶
ϕE (r, θ) LϕE = EχE
ΨE = satisfacen : . (3.9)
χE (r, θ) L† χE = EϕE
P∞ P∞
Proponiendo ϕE = n=−∞ ϕn (r) ei n θ , χE = n=−∞ χn (r) ei n θ , resulta el
Hamiltoniano radial
µ n+1−κ

0 i(∂r + )
Hr = n−κ
r . (3.10)
−i(−∂r + r ) 0

Es fácil ver que las soluciones de la ecuación (3.9) son de la forma


µ P∞ inθ ¶
P∞n=−∞ (An Jn−κ (|E|r) + Bn Jκ−n (|E|r)) e
ΨE (r, θ) = |E| i(n+1)θ
n=−∞ −i E (An Jn+1−κ (|E|r) − Bn Jκ−n−1 (|E|r)) e
(3.11)
(Por supuesto, para κ entero, se debe tomar una combinación de funciones de
Bessel y de Neumann).
Para s = −1, se intercambian las componentes superior e inferior de ΨE , y además
E → −E.

Es fácil ver ahora, a partir de la ecuación (3.11), que el Hamiltoniano radial de


Dirac en el background de un campo de gauge de Aharonov-Bohm requiere una ex-
tensión autoadjunta en el subespacio crı́tico n = k [27, 32, 33] (el requerimiento de
que ΨE sea de cuadrado integrable anula el coeficiente Bn en (3.11) para n > k;
en forma similar, se anula el coeficiente An para n < k; sin embargo, para n = k
ambos términos en (3.11) son de cuadrado integrable aunque con alguna componente
divergente en el origen, y uno tiene una combinación de los mismos). De hecho, im-
poner la regularidad de ambas componentes del campo de Dirac en el origen es un
requerimiento demasiado fuerte, excepto para flujo entero. Si se impone regularidad,
el resultado es que el dominio del operador H † es mayor que el de H y, por lo tanto,
éste no resulta autoadjunto.
Se debe aplicar entonces la teorı́a de Von Neumann de los ı́ndices de deficiencia
(brevemente contada en la sección anterior)[25]. Para ello se buscan los subespacios
de deficiencia del Hamiltoniano radial dado en la ecuación (3.10).

31
32 CAMPOS DE DIRAC EN PRESENCIA DE UNA CUERDA DE FLUJO

Hr† actúa sobre funciones de cuadrado integrable sobre la semirrecta con medida
r dr.
Fuera del subespacio crı́tico se encuentra que no existe solución de cuadrado in-
tegrable de la ecuación Hr† ψ± = ±iM ψ± (donde M es un parámetro de masa no
nulo que fue introducido por razones dimensionales); esto está de acuerdo con nuestra
visión del problema resumida anteriormente. Por el contrario, en elµsubespacio crı́tico,

K−α (M r)
los espacios de deficiencia K± están generados por los vectores
µ ¶ ∓K1−α (M r)
I−α (M r)
(debe notarse que el spinor no es de cuadrado integrable sobre toda la
I1−α (M r)
semirrecta, por lo que no es admitido en el dominio de la extensión simétrica de Hr ).
Por lo tanto, los ı́ndices de deficiencia del problema son n+ = n− = 1.
La extensión simétrica Hrω de Hr tiene como dominio

D(Hrω ) =
½ µ ¶ µ ¶ ¾
K−α (M r) ıω K−α (M r)
ψ+β + βe , ψ ² D(Hr ) , β ² C , ω ² R
−K1−α (M r) K1−α (M r)
(3.12)
Para cada ω, Hrω resulta un operador simétrico y autoadjunto

(Hrω † ψ, φ) − (ψ, Hrω φ) = 0 ∀ ψ, φ ²D(Hrω ) = D(Hrω † ) (3.13)

Las condiciones de contorno permitidas en el origen se obtienen de pedir la anu-


lación de
i rψ † (r) σ1 φ(r)cr=0 ,
que corresponde
µ ¶ al término integrado por partes en (3.13), y donde se escribe φ(r) =
f (r)
y para ψ se usa la forma de las funciones en D(Hrω ) (ecuación (3.12)).
g(r)
Este procedimiento conduce a la familia de un parámetro de condiciones de con-
torno permitidas, que está caracterizada por [33]
µ ¶ µ ¶
ν+1 π Θ −ν π Θ
i lim (M r) g(r) sin + = lim (M r) f (r) cos + , (3.14)
r→0 4 2 r→0 4 2
donde ν varı́a entre −1 y 0 (ν = −α para s = 1; ν = α − 1 para s = −1).
Aquı́, Θ parametriza las extensiones autoadjuntas admisibles, y está relacionado con el
Γ(α)
parámetro ω en la ecuación (3.12) mediante tan( π4 + Θ
2 ) = Γ(1−α) 2
2α−1 1
tan(− ω ) .
2

3.3 Condiciones APS y extensiones autoadjuntas [45,


46]
Como ya se adelantó, qué condición de contorno se debe imponer en el origen,
depende de la situación fı́sica en estudio.
Una posibilidad es tomar un tubo de flujo de radio finito, pedir la continuidad de
ambas componentes del campo de Dirac a radio finito, y después hacer tender este

32
3.3 CONDICIONES APS Y EXTENSIONES AUTOADJUNTAS 33

radio a cero [27, 30, 31]. De esta forma se obtiene una de las posibles extensiones
autoadjuntas, que corresponde a Θ = π2 sgn (κ).
Como ya se recalcó en [27, 35, 37], este tipo de procedimiento conduce a una
condición de contorno que rompe la invarianza frente a κ → κ + n (n ² Z). Ahora
bien, esta simetrı́a es por supuesto singular cuando se considera todo el plano, pero no
lo es cuando el origen es removido o, equivalentemente, el plano tiene la topologı́a de
un cilindro.
Para preservar esta simetrı́a, proponemos excluir el origen, imponiendo condi-
ciones de contorno del tipo de Atiyah-Patodi-Singer [39, 40, 41], definidas como en
[43], a un radio finito r0 y haciendo luego tender r0 → 0. Este tipo de condiciones
de contorno no locales fue originalmente introducido por los mencionados autores en
relación con el teorma del ı́ndice en variedades con borde, del cual se realiza una breve
presentación en el Apéndice B.
Al sólo efecto de discutir las condiciones de contorno APS en r = r0 , introducimos
[43, 44] Ã !
θ
1 e−i 2 ϕ1E (r, θ)
ΨE = √ θ (3.15)
r ei 2 χ1E (r, θ)
y
L1 = −∂r + B L†1 = ∂r + B , (3.16)
de tal forma que
θ θ
ei 2 θ√ e−i 2 θ√
L = −i √ L1 ei 2 r L† = i √ L†1 e−i 2 r (3.17)
r r
con
L1 ϕ1E = iEχ1E
. (3.18)
L†1 χ1E = −iEϕ1E
Expandimos ϕ1E y χ1E en términos de autofunciones de B

B en = λn en . (3.19)

Una vez que se impone la condición de que ϕE y χE en la ecuación (3.9) sean mono-
valuadas en θ, estas en son de la forma:
1
n+ −κ
en = ei(n+ 2 )θ
1
2
, con λn (r) = , n²Z . (3.20)
r
Tenemos entonces
P∞
ϕ1E (r, θ) = n=−∞ fn (r) ei(n+ 2 )θ
1

P∞ . (3.21)
χ1E (r, θ) = n=−∞ gn (r) ei(n+ 2 )θ
1

Reemplazando en (3.18) obtenemos, para κ no entero (κ = k + α, con k la parte


entera de κ y α su parte fraccionaria)

33
34 CAMPOS DE DIRAC EN PRESENCIA DE UNA CUERDA DE FLUJO

√ P∞
ϕ1E (r, θ) = r n=−∞ (An Jn−κ (|E|r) + Bn Jκ−n (|E|r)) ei(n+ 2 )θ
1

√ P∞
r n=−∞ (An Jn+1−κ (|E|r) − Bn Jκ−n−1 (|E|r)) ei(n+ 2 )θ
1
χ1E (r, θ) = −i |E| E
(3.22)
Para tratar las condiciones APS en r = r0 , consideramos el desarrollo en la ecuación
(3.21), e imponemos:
fn (r0 ) = 0 for λn (r0 ) ≤ 0
(3.23)
gn (r0 ) = 0 for λn (r0 ) > 0
para s = 1.
Como es bien sabido, imponer este tipo de condición de contorno es equivalente a
remover el borde, pegándole un tubo semi-infinito en esta posición, y extendiendo la
ecuación de Dirac por una extensión constante del campo de gauge, mientras se impone
que los modos cero sean de cuadrado integrable [44, 47] (excepto para λn = 0, en cuyo
caso permanece un modo cero constante, con una componente inferior no nula).
Yendo entonces a la ecuación (3.22) tenemos, después de usar el comportamiento
dominante de las funciones de Bessel para pequeños argumentos:
An 2(k+α−n) 1
∼ r0 n−k+ −α≤0
Bn 2 . (3.24)
Bn 2(n+1−k−α) 1
∼ r0 n−k+ −α>0
An 2
Analizamos ahora dos situaciones diferentes:
Si α ≥ 12
An
→r0 →0 0 para n ≤ k
Bn (3.25)
Bn
→r0 →0 0 para n ≥ k + 1
An
y las autofunciones en la ecuación (3.11) son de la forma:
Xk µ ¶
Jk+α−n (|E|r) einθ
ΨE (r, θ) = Bn +
n=−∞
i |E|
E Jk+α−n−1 (|E|r) e
i(n+1)θ


X µ ¶
Jn−k−α (|E|r) einθ
An . (3.26)
−i |E|
E Jn+1−k−α (|E|r) e
i(n+1)θ
n=k+1
1
Si α < 2
An
→r0 →0 0 para n ≤ k − 1
Bn (3.27)
Bn
→r0 →0 0 para n ≥ k
An
y las autofunciones resultan:
k−1
X µ ¶
Jk+α−n (|E|r) einθ
ΨE (r, θ) = Bn +
n=−∞
i |E|
E Jk+α−n−1 (|E|r) e
i(n+1)θ

34
3.3 CONDICIONES APS Y EXTENSIONES AUTOADJUNTAS 35


X µ ¶
Jn−k−α (|E|r) einθ
An . (3.28)
−i |E|
E Jn+1−k−α (|E|r) e
i(n+1)θ
n=k

Nuestro procedimiento conduce a una extensión autoadjunta que satisface la condición


de mı́nima irregularidad (las funciones radiales divergen en r → 0 a lo sumo como r−p ,
con p ≤ 21 ). La misma corresponde a los valores del parámetro Θ :
½
− π2 para α ≥ 1
Θ= π
2
1 . (3.29)
2 para α < 2

Θ = ± π2 son los dos únicos valores posibles del parámetro que corresponden a
tener un campo magnético delta de Dirac en el origen [34].
Más aún, esta extensión es compatible con la periodicidad en κ. De hecho, la
dependencia sobre k puede ser reducida a un factor de fase overall en las autofunciones.

En lo que respecta a conjugación de carga,

ΨE → σ1 ΨE ∗ ; κ → −κ ,

la misma es respetada por las autofunciones, excepto para α = 12 . Esto se debe a la


presencia ya comentada de un modo cero constante sobre el cilindro.
Debe notarse que, para la representación s = −1 de matrices de Dirac de 2 × 2
à θP !
fn ei(n+ 2 )θ
1
(−) ei 2
ΨE = θ P (3.30)
g ei(n+ 2 )θ
1
e−i 2 n

y las condiciones de contorno APS deben ser invertidas, para λn 6= 0, respecto de la


ecuación (3.23), ya que el operador B cambia a −B.
Para λn = 0 tomaremos la componente inferior igual a cero en r0 ; esto, como
mostraremos mas adelante, permite que la conjugación de carga sea una simetrı́a del
modelo completo. De esta forma tomamos

fn (r0 ) = 0 para λn (r0 ) > 0


(3.31)
gn (r0 ) = 0 para λn (r0 ) ≤ 0

para s = −1.
En este caso, la extensión resultante corresponde a
½ π
para α ≥ 12
Θ= 2
π . (3.32)
−2 para α < 12

Este es un ejemplo de una aplicación fı́sica de las condiciones APS, las que son
generalmente elegidas sólo debido a su interés matemático. Todas las conclusiones
respecto al comportamiento en el origen siguen siendo ciertas para campos de Dirac
masivos. El procedimiento de imponer condiciones de contorno a radio finito, luego
llevado a cero, fue considerado para campos masivos en [48], donde se examinaron
ciertos números de vacı́o.

35
36 CAMPOS DE DIRAC EN PRESENCIA DE UNA CUERDA DE FLUJO

Debe mencionarse que, para κ = k entero, nuestro procedimiento conduce al re-


querimiento de regularidad de ambas componentes en el origen (tanto para s = 1 como
para s = −1). En este caso

X µ ¶
Jn−κ (|E|r) einθ
ΨE (r, θ) = An . (3.33)
n=−∞
−i |E|
E Jn+1−κ (|E|r) e
i(n+1)θ

3.4 Efectos de polarización de vacı́o en una región aco-


tada
Confinamos ahora al campo de Dirac adentro de una región acotada, introduciendo
un borde en r = R. Estudiamos entonces el efecto combinado de la presencia de un
campo de background y la existencia de bordes, que imponen condiciones de contorno
al sistema. Sobre el borde exterior exigiremos que el campo satisfaga condiciones tipo
APS, complementarias a las consideradas en r = r0 .
Para s = 1, estas condiciones son

fn (R) = 0 for λn (R) > 0


(3.34)
gn (R) = 0 for λn (R) ≤ 0

Vamos a estudiar primero los modos cero de la teorı́a,


à θ P∞
!
e−i 2 n=−∞ An rn−k−α ei(n+ 2 )θ
1

Ψ0 (r, θ) = θ P∞ . (3.35)
ei 2 n=−∞ Bn rk+α−n−1 ei(n+ 2 )θ
1

Las condiciones en r = r0 implican


1
An = 0 , para n ≤ k + α − 2
1 , (3.36)
Bn = 0 , para n > k + α − 2

mientras que las condiciones de contorno en R implican


1
An = 0 , para n > k + α − 2
1 . (3.37)
Bn = 0 , para n ≤ k + α − 2

Por lo tanto, ningún modo cero sobrevive con las condiciones de contorno tomadas,
aun cuando no se haga r0 → 0. Esto está en completo acuerdo con el teorema del ı́ndice
[39, 40, 41], que se discute brevemente en el Apéndice B. De hecho, de acuerdo con
este teorema,
n+ − n− = A + b (r0 ) + b (R) (3.38)
donde n+ (n− ) es el número de soluciones de energı́a cero de quiralidad positiva (neg-
ativa), A es la anomalı́a, o contribución del volumen, y b son las contribuciones de
superficie que vienen de los bordes [42, 43]:
1 1
b (R) = (hR − η (R)) b (r0 ) = (η (r0 ) − hr0 ) , (3.39)
2 2

36
3.4 EFECTOS DE POLARIZACIÓN DE VACÍO EN . . . 37

con 
X 

−s 
η (r) = sgnλn (r) |λn (r) | (3.40)
λn (r)6=0
s=0

la asimetrı́a espectral del operador de borde B, y donde hr es la dimensión de su núcleo.


En nuestro caso:
 
 α−1 α > 12  1−α α > 12
1 1 1
b (r0 ) = − α= 2 b (R) = α = 12 . (3.41)
 2 1  2
α α< 2 −α α < 12

Se ve entonces que las contribuciones de borde se cancelan. Con respecto a la parte


de volumen, también se anula para la configuración del campo de gauge que tomamos;
esto nos deja n+ − n− = 0, que resulta consistente con nuestro análisis a partir de la
ecuación (3.37).
Se pueden establecer idénticas conclusiones con respecto al ı́ndice para el caso
s = −1, ya que ambas contribuciones de borde se intercambian.

Estudiaremos ahora el espectro de energı́a; el mismo puede ser determinado im-


poniendo (para s = 1) en r = R las condiciones de contorno (3.34) sobre las autofun-
ciones de la ecuación (3.26) si α ≥ 21 , o sobre las autofunciones en (3.28), si α < 12 .
Al hacer esto, obtenemos:
(
j
± n−α,l , n = 1, . . . ∞ l = 1 . . . ∞ 1
En,l = j
R para α ≥ (3.42)
± n+α,l
R , n = −1, . . . ∞ l = 1 . . . ∞ 2

y
(
j
± n−α,l , n = 0, . . . ∞ l = 1 . . . ∞ 1
En,l = j
R para α < , (3.43)
± n+α,l
R , n = 0, . . . ∞ l = 1 . . . ∞ 2

donde jν,l es la l-ésima raı́z positiva de Jν . Para s = −1 se obtiene el mismo espectro.


Para ambos valores de s, el espectro de energı́a resulta simétrico con respecto a
cero. Este hecho, junto con la ausencia de modos cero, resultan en un valor de ex-
pectación de vacı́o nulo para el número fermiónico [49] :
1
< N >+ = − (n+ − n− ) = 0 . (3.44)
2
Por las mismas razones < N >− = 0; por lo tanto, el número fermiónico total de
la teorı́a es nulo.
Es interesante notar que el origen contribuye al número fermiónico con (este tema
está discutido en [48])
 1
 ∓ 2 (α − 1) α > 12
1
< N >r0 ,± = ± α = 12 (3.45)
 41
∓2α α < 12

37
38 CAMPOS DE DIRAC EN PRESENCIA DE UNA CUERDA DE FLUJO

que coincide, para cada valor de s, con el resultado presentado en [35, 37], donde
signos opuestos de la masa corresponden a nuestros signos opuestos de s, excepto para
α = 12 . Este último hecho está asociado con la falta de invarianza de conjugación de
carga en cada subespacio. Aun ası́, la suma de ambas contribuciones se cancela para
todo α.

Evaluaremos ahora la energı́a de Casimir. De acuerdo a lo expuesto en el capı́tulo


anterior, y usando el método de suma de modos, la misma está formalmente dada por
à ! à !
1 X X X
EC = − En,l − En,l = − En,l , (3.46)
2
E>0 E<0 E>0

donde se ha usado la simetrı́a del espectro de energı́a del problema. Por supuesto, un
método de regularización debe ser usado para dar sentido a esta suma divergente. Para
ello usaremos la técnica de regularización de la función ζ.
%
X µ En,l ¶−z
EC = −µ , (3.47)
µ
E>0 z=−1

donde el parámetro µ fue introducido por razones dimensionales.


En este punto, es útil introducir las llamadas zeta parciales, ya definidas en las
referencias [50, 51, 52]:

X −z
ζν (z) = (jν,l ) . (3.48)
l=1

Para el problema que estamos analizando, y usando las ecuaciones (3.42), (3.43),
(3.47) y (3.48), tenemos
%
z
X
EC = −2µ (µR) ζν (z) , (3.49)
ν z=−1

con ½ P∞
X ζ|n−α| + ζα−1 para α ≥ 1
ζν = Pn=−∞

2
1 . (3.50)
ν n=−∞ ζ|n−α| + ζ−α para α < 2

Debe notarse que, como consecuencia de las propiedades de invarianza de las


condiciones de contorno, la energı́a de Casimir resulta periódica en κ e invariante frente
a α → 1 − α, tanto como continua a valores enteros de κ.
Para cualquier valor de κ, es la suma de la energı́a correspondiente a un campo
escalar en presencia de una cuerda de flujo y sujeta a condiciones de contorno Dirichlet
(estudiada en la referencia [50]), más una zeta parcial que viene, para κ fraccionario,
de la presencia de una autofunción que es singular en el origen o, para κ entero, de la
duplicación de J0 .
Ambas contribuciones pueden ser estudiadas siguiendo los métodos empleados en
[50, 51, 52].

38
3.4 EFECTOS DE POLARIZACIÓN DE VACÍO EN . . . 39

La contribución del campo escalar presenta un polo en z = −1, con un residuo


independiente de α. En este caso es posible, por lo tanto, definir una energı́a de Casimir
renormalizada como
ren
EC = EC (α) − EC (0) . (3.51)
Esta cantidad puede ser obtenida mediante cálculos numéricos (el procedimiento
es idéntico al dado en [50]).
Volviendo al campo de Dirac, la zeta parcial que aparece en las ecuaciones (3.49)
y (3.50) nuevamente puede ser evaluada siguiendo los métodos de [50]. Sin embargo,
en este caso, hay un polo presente, cuyo residuo depende de α:
º
1 ¡ 2
¢ 1
ζν (z)cz=−1 = F.P. + 1 − 4ν . (3.52)
8π z + 1 z=−1
Este residuo sólo se anula para ν = ± 12 (α = 12 ).
La parte finita de la energı́a de Casimir está graficada en la figura (3.4) como una
función de α para µR = 1. Por supuesto, no se le puede asignar ningún significado
absoluto, debido a la presencia del polo y a la subsecuente necesidad de introducir
contratérminos dependientes de α.

0.05

0.04

0.03

0.02

0.01

-0.01
0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5
α

Figure 3.1: Parte finita de la energı́a de Casimir adimensionalizada.

Aún ası́, debe notarse que, al contrario del tratamiento en el origen, las condiciones
APS fueron impuestas en el borde exterior por razones puramente formales (poder
verificar el teorema del ı́ndice). Sin embargo, deberı́an considerarse condiciones más
realistas, por ejemplo las de la bolsa de MIT. Este será el objeto del siguiente capı́tulo.

39
40 CAMPOS DE DIRAC EN PRESENCIA DE UNA CUERDA DE FLUJO

40
CHAPTER 4
Fermiones masivos bajo
condiciones MIT en un
background de Aharonov-Bohm
[53]

4.1 Generalidades
Como es bien sabido (y fue mencionado en el capı́tulo anterior), la presencia de
campos de background modifica el espectro de energı́a y, por lo tanto, da lugar a una
energı́a de vacı́o no trivial, o efecto Casimir [1, 2]. Por otro lado, la energı́a de Casimir
es alterada por la presencia de bordes, y la subsecuente imposición de condiciones de
contorno sobre los campos cuánticos. En particular, para campos de Dirac, se han
estudiado muchos ejemplos de ambas situaciones [54, 11, 45, 55].
Por ejemplo, en [50], se estudió el efecto combinado de un fluxón magnético clásico
y condiciones de contorno MIT sobre la energı́a de vacı́o de un campo de Dirac sin
masa en un espacio 2+1-dimensional. Allı́ fue considerada una de las posibles exten-
siones autoadjuntas del Hamiltoniano radial.
En el capı́tulo anterior habı́amos estudiado, para una particular extensión autoad-
junta, la energı́a de Casimir de fermiones sin masa, sometidos a condiciones APS en
la frontera exterior del cı́rculo. En este capı́tulo consideraremos el caso más realista
de fermiones masivos sometidos a condiciones MIT. Estas condiciones son de interés
por su aplicación a modelos efectivos de confinamiento. En efecto, tales condiciones
eliminan el flujo de corriente a través de la frontera [56].
Es importante mencionar que, a pesar de lo que generalmente se cree (o espera),
en el caso de bordes curvos, la presencia de la masa no tiene un efecto exponencial-

41
42 FERMIONES MASIVOS BAJO CONDICIONES . . .

mente pequeño [57] como sucede en el caso de placas paralelas [2] (ver también ejem-
plos en la Sección 2.3). Por el contrario, en ciertas situaciones podrı́a aún llevar a un
cambio de signo en la fuerza de Casimir y resulta no despreciable [57]. Veremos que
propiedades tales como existencia de un mı́nimo o continuidad de la energı́a de Casimir
como función del flujo dependen fuertemente de la masa.
Como se mostró en el capı́tulo anterior, el Hamiltoniano radial de Dirac en pres-
encia del campo de background de una cuerda magnética, posee una familia de exten-
siones autoadjuntas en el origen; diferentes extensiones son manifestaciones de difer-
entes fı́sicas dentro del vórtice [33]. En particular, analizaremos dos posibles exten-
siones autoadjuntas, ambas compatibles con la presencia de un campo magnético delta
de Dirac en el origen [34]. Es bien sabido que el parámetro que caracteriza la extensión
determina, junto con el flujo, el Hamiltoniano efectivo fuera del vórtice [33]. Como
consecuencia, las energı́as de Casimir obtenidas para diferentes extensiones autoad-
juntas presentan comportamientos muy diferentes, remarcando una vez más que ellas
describen la fı́sica no trivial dentro del tubo de flujo.
Estudiamos la ecuación de Dirac para una partı́cula masiva confinada a un espacio
2 + 1-dimensional.
(i 6 ∂− A
6 − m) Ψ = 0 (4.1)
en presencia de una cuerda de flujo localizada en el origen

~ =∇
H ~ = κ δ(r)ěz ,
~ ∧A (4.2)
r
Φ
donde κ = 2π es el flujo reducido.
Como en el capı́tulo anterior, suponemos la cuerda de flujo radialmente simétrica;
por lo tanto, podemos elegir un gauge tal que el vector potencial esté dado por
κ
Aθ (r) = − , para r > 0. (4.3)
r
Consideraremos la representación quiral de las matrices gamma

γ 0 = ρ3 ⊗ σ3 , γ 1 = iρ3 ⊗ σ2 , γ 2 = −iρ3 ⊗ σ1 , (4.4)

que, junto con


γ 3 = iρ2 ⊗ σ0 , (4.5)
dan un álgebra de Clifford cerrada.
Por lo tanto, la ecuación de autovalores para el Hamiltoniano de Dirac tiene la
forma µ ¶
H+ 0
ΨE = E ΨE , (4.6)
0 H−
donde los bloques de 2x2 están dados por
µ ¶
∓m L†
H± = , (4.7)
L ±m

y hemos introducido L = −ieiθ (−∂r + B), L† = ie−iθ (∂r + B), B = − ri ∂θ − κr .

42
4.1 GENERALIDADES 43

La solución general de la ecuación (4.6) puede ser escrita como una combinación
de µ + ¶ µ ¶
(I) ψE (II) 0
ΨE = , ΨE = − , (4.8)
0 ψE
con
± ±
H± ψ E = EψE . (4.9)
Luego de separar variables, y para κ = ` + a no entero (` es la parte entera del flujo
reducido, y a su parte fraccionaria), las autofunciones en la ecuación (4.6) resultan
 P∞ 
fn+ (r)einθ
Pn=−∞

 gn+ (r)ei(n+1)θ 
ΨE (r, θ) =  
Pn=−∞
∞ − inθ


P∞ n=−∞ fn (r)e
− i(n+1)θ
n=−∞ gn (r)e
 P∞ 
(A+ +
n Jn−κ (kr) + Bn Jκ−n (kr)) e
inθ
Pn=−∞

 −i E−mk
(A+ +
n Jn+1−κ (kr) − Bn Jκ−n−1 (kr)) e
i(n+1)θ 
= 
Pn=−∞
∞ − − inθ
 , (4.10)

P∞ n=−∞ (An Jn−κ (kr) + Bn Jκ−n (kr)) e
k − − i(n+1)θ
n=−∞ −i E+m (A J
n n+1−κ (kr) − B J
n κ−n−1 (kr)) e
p
donde k = + (E 2 − m2 ).
(Por supuesto, para κ entero, se debe tomar una combinación lineal de funciones
Bessel y Neumann).
Como vimos en el capı́tulo anterior, el Hamiltonianio radial de Dirac requiere una
extensión autoadjunta en el subespacio crı́tico n = ` [27, 32, 33]. Se debe, por lo tanto,
aplicar la teorı́a de los ı́ndices de deficiencia de von Neumann [25], que conduce a una
familia a un parámetro de condiciones permitidas en el origen [33], caracterizadas por
(ver ecuación (3.14))
µ ¶ µ ¶
1−a ± π Θ± a π Θ±
i lim (mr) g` (r) sin + = lim (mr) f`± (r) cos + .
r→0 4 2 r→0 4 2
(4.11)
Aquı́, Θ± parametriza las extensiones autoadjuntas de H± respectivamente.
En este capı́tulo consideraremos, para κ no entero, dos comportamientos diferentes
en el origen. El primero, que denotaremos como comportamiento I, está caracterizado
por ½ π
± −2 para a ≥ 12
Θ = π . (4.12)
2 para a < 12
Como se muestra en las referencias [45, 46], y se ha explicado en el capı́tulo an-
terior, esta es la extensión que resulta cuando condiciones de contorno del tipo de
Atiyah-Patodi-Singer (APS) [39, 40, 41, 42, 43, 44] son impuestas a un radio finito,
que es después llevado a cero.
La segunda extensión autoadjunta que consideraremos, de aquı́ en más denotada
por comportamiento II, corresponde a
½ π
± −2 para κ > 0
Θ = π . (4.13)
2 para κ < 0

43
44 FERMIONES MASIVOS BAJO CONDICIONES . . .

En la referencia [30] se mostró que esta extensión surge cuando se considera un


tubo de radio finito, se impone continuidad a las componentes del spinor en la posición
del tubo, y luego se hace tender su radio a cero.
Fuera del subespacio crı́tico, las autofunciones en la ecuación (4.10) están deter-
minadas por el requerimiento de que las funciones sean de cuadrado integrable en el
origen, y, por lo tanto, son idénticas para los comportamientos I y II. Ellas están dadas
por  + 
Bn J`+a−n (kr) einθ
 i k Bn+ J`+a−n−1 (kr) ei(n+1)θ 
Ψn≤`−1 (r, θ) =  E−m  (4.14)
E  Bn− J`+a−n (kr) einθ 
k
i E+m Bn− J`+a−n−1 (kr) ei(n+1)θ
y  + 
An Jn−`−a (kr) einθ
 −i k A+ (kr) ei(n+1)θ 
Ψn≥`+1 (r, θ) =  −E−m n Jn+1−`−a . (4.15)
E  An Jn−`−a (kr) e inθ 
k
−i E+m A−n Jn+1−`−a (kr) e
i(n+1)θ

En el subespacio crı́tico (n = `), la autofunción para el comportamiento I está dada


por
 
B`+ Ja (kr) ei`θ
 i k B`+ Ja−1 (kr) ei(`+1)θ  1
Ψ`E (r, θ) =  E−m
 B − Ja (kr) ei`θ

 para a ≥ , (4.16)
` 2
k
i E+m B`− Ja−1 (kr) ei(`+1)θ
y
 
A+
` J−a (kr) e
i`θ

 −i k A+ i(`+1)θ 
Ψ`E (r, θ) =  E−m ` J1−a (kr) e  para a <
1
. (4.17)
 A J−a (kr) e
− i`θ  2
`
k
−i E+m A− J
` 1−a (kr) e i(`+1)θ

Es fácil ver que esta extensión satisface la condición de mı́nima irregularidad (las
funciones radiales divergen cuando r → 0 a lo sumo como r−p , con p ≤ 21 ); y es
compatible con la periodicidad en κ, un requerimiento natural cuando el origen es un
punto excluido.
Cuando se impone el comportamiento II en el origen, las autofunciones en el sube-
spacio crı́tico están dadas por la ecuación (4.16) para κ > 0, y por la ecuación (4.17)
para κ < 0.
Para κ = `, tanto las condiciones APS como las de un tubo de flujo de radio finito
conducen, cuando se toma el lı́mite singular, al requerimiento de regularidad de todas
las componentes en el origen. En este caso
 + 
An Jn−κ (kr) einθ

X  −i k + i(n+1)θ 
ΨE (r, θ) =  −E−m An Jn+1−κ (kr) e . (4.18)
 An Jn−κ (kr) einθ 
n=−∞ k
−i E+m A−n Jn+1−κ (kr) e
i(n+1)θ

44
4.2 CÁLCULO DE LA ENERGÍA DE CASIMIR 45

4.2 Cálculo de la energı́a de Casimir


De ahora en más, confinaremos al campo de Dirac dentro de una región espacial
acotada, introduciendo un borde en r = R, e imponiendo allı́ condiciones de la bolsa
de MIT.
La energı́a de Casimir está formalmente dada por
à !
1 X X
EC = − Eρ − Eρ , (4.19)
2
E>m E<−m

donde ρ representa todos los ı́ndices que aparecen en la ecuación de autovalores que
surge luego de imponer condiciones locales MIT. Al hacer esto, uno debe considerar
un operador de borde B que, con la representación de las matrices de Dirac dada en la
ecuación (4.4), resulta también diagonal en bloques, y puede ser escrito como
µ ¶
1 1 2 2 B+ 02×2
B = 1 − i 6 n = 1 + i(γ n + γ n ) = , (4.20)
02×2 B−

donde n es el normal exterior, y


µ ¶
1 ±ie−iθ
B± = . (4.21)
∓ieiθ 1

Consideramos primero el comportamiento I (II) para a ≥ 1/2 (κ > 0). Entonces,


las ecuaciones de autovalores para la polarización superior (+) son

k
Jn+a (kR) = Jn−1+a (kR) , n = 1, ..., ∞, (4.22)
E−m
−k
Jn−a (kR) = Jn+1−a (kR) , n = 1, ..., ∞ , (4.23)
E−m
que provienen de los subespacios no crı́ticos, y

k
Ja (kR) = Ja−1 (kR) , (4.24)
E−m
que corresponde al subespacio crı́tico.
Las ecuaciones de autovalores para la polarización inferior (−) son

−k
Jn+a (kR) = Jn−1+a (kR) , n = 1, ..., ∞, (4.25)
E+m
k
Jn−a (kR) = Jn+1−a (kR) , n = 1, ..., ∞ , (4.26)
E+m
para subespacios no crı́ticos, y

−k
Ja (kR) = Ja−1 (kR) , (4.27)
E+m

45
46 FERMIONES MASIVOS BAJO CONDICIONES . . .

para el subespacio crı́tico.


Para a < 1/2 (κ < 0), las contribuciones provenientes de los subespacios no
crı́ticos son las mismas, mientras que aquellas debidas a n = ` son
−k
J−a (kR) = J1−a (kR) , (4.28)
E−m
para la polarización +, y
k
J−a (kR) = J1−a (kR) , (4.29)
E+m
para la polarización −.
Es fácil verificar que energı́as positivas provenientes de una polarización corre-
sponden a energı́as negativas que vienen de la otra. Por lo tanto, ambas polarizaciones
dan idénticas contribuciones a la energı́a de Casimir en la ecuación (4.19). Como con-
secuencia, la expresión formal para la energı́a de Casimir es
1 X¡ 2 ¢1/2
EC = − 2 k + m2 , (4.30)
2
k
donde k denota las soluciones de

2 2 2m
Jn+a (kR) − Jn−1+a (kR) − Jn+a (kR)Jn−1+a (kR) = 0
k
para n = 0, ..., ∞, (4.31)
2 2 2m
Jn−a (kR) − Jn+1−a (kR) + Jn−a (kR)Jn+1−a (kR) = 0
k
para n = 1, ..., ∞, (4.32)
cuando a ≥ 1/2 (κ > 0) mientras que, para a < 1/2 (κ < 0), la ecuación (4.31) se
cumple para n = 1, ..., ∞ y la ecuación (4.32) para n = 0, ..., ∞.

Como es usual, un método de regularización debe ser introducido para dar sentido
a la suma divergente en la ecuación (4.30). Dentro del esquema de la regularización de
la función ζ [4, 14] (para varias aplicaciones también se pueden ver [58, 59]),

1 1 X µ k 2 + m2 ¶−s
EC = − M lim 1 M 2s ζ(s) = − M lim 1 2 , (4.33)
2 s→− 2 2 s→− 2 M2
k

donde el parámetro M fue introducido por razones dimensionales.


A esta altura, es útil definir la función zeta parcial

X ¡ 2
¢−s
ζµ (s) = 2 kµ,l + m2 , (4.34)
l=1

donde kµ,l son las raı́ces de


2m
Jµ2 (kR) − Jµ−1
2
(kR) − Jµ (kR)Jµ−1 (kR) = 0. (4.35)
k

46
4.2 CÁLCULO DE LA ENERGÍA DE CASIMIR 47

Por lo tanto, luego de introducir ν = n + 21 y α = a − 12 , se puede escribir la


energı́a de Casimir para el comportamiento I en el origen, y para cualquier a, como
 
1  X £ ¤ 
I
EC = − M lim 1 M 2s ζν+α (s) + ζν−α (s) − ζ 12 −|α| (s) , (4.36)
2 s→− 2  1 3 
ν= 2 , 2 ,...

mientras que para el comportamiento II en el origen está dada por


 
1  X £ ¤ 
II
EC = − M lim 1 M 2s ζν+α (s) + ζν−α (s) − ζ 12 −sgn(κ) α (s) .
2 s→− 2  1 3 
ν= 2 , 2 ,...
(4.37)
Como se mencionó antes, es claro, a partir de la ecuación (4.36), que para el com-
potamiento tipo I la energı́a de Casimir es independiente de la parte entera ` del flujo
reducido. De hecho, es invariante frente a α → −α (a → 1 − a). Por lo tanto, es
suficiente estudiarla para 0 < α < 12 , en cuyo caso se puede ignorar el valor absoluto
I I
en el último término, y usar EC (α) = EC (−α).
Similarmente, a partir de la ecuación (4.37), para un comportamiento tipo II en
el origen, la energı́a de Casimir resulta invariante frente a κ → −κ. Entonces basta
estudiar el caso κ > 0, donde el último término es nuevamente ζ 12 −α (s) y se considera
− 21 < α < 12 .

Las energı́as de Casimir en las ecuaciones (4.36) y (4.37) contienen dos contribu-
ciones: el término dentro de los corchetes, que está sumado sobre ν, y el último
término, que es una función zeta parcial.
En ambos casos es útil introducir, como en las referencias [50, 51, 52], una repre-
sentación integral para la función zeta parcial:
Z h i
sin πs 2s ∞ £ ¤−s d
ζµ (s) = 2 R dx x2 − z 2 ln x−2(µ−1) Fµ (x) , (4.38)
π z dx

donde
2z
Fµ (x) = Iµ2 (x) + Iµ−1
2
(x) + Iµ (x)Iµ−1 (x) , (4.39)
x
que puede ser usada en los diversos términos de las ecuaciones (4.36) y (4.37). Aquı́
hemos introducido la variable adimensional z = mR.
Para identificar las divergencias y evaluar las partes finitas de los términos en las
ecuaciones (4.36) y (4.37) se debe realizar una continuación analı́tica a s = − 12 . Un
método para hacer esto ha sido desarrollado en [60]. Para la parte de las funciones
zeta que involucra la suma sobre ν, el método consiste en adicionar y sustraer varios
órdenes de la expansión uniforme asintótica de Debye de la ecuación (4.39) de tal forma
de hacer tanto la suma como la integral en las ecuaciones (4.36), (4.37) y (4.38) bien
definidas en una franja creciente del plano complejo s. Para la función zeta parcial, en
cambio, será suficiente sustraer y sumar términos del desarrollo asintótico para grandes
argumentos de las funciones de Bessel.

47
48 FERMIONES MASIVOS BAJO CONDICIONES . . .

Estudiamos primero los términos sumados sobre ν. Usando las relaciones de re-
currencia de las funciones de Bessel, se obtiene
d h i
T (µ, x, z) = ln x−2(µ−1) Fµ (x) =
dx
¡ µ ¢2 ¡ ¢2
2 ³µ´ 1 + z − x z + 2dµ (x) + µ12 µx z d2µ (x)
¡ ¢ ¡ ¢ ¡ ¢ ¡ ¢ ¡ ¢ ,
µ x 1 + µ 2 + 2 µ 2 z + 2 µ 2 dµ (x) + 22 µ 2 z dµ (x) + 12 µ 2 d2 (x)
x µ x µ x µ x µ x µ
(4.40)
d
donde dµ (x) = x dx ln Iµ (x). Esta expresión puede ser desarrollada en potencias de
1
µ , mediante
¡ ¢
el uso de la expansión de Debye de las funciones de Bessel, después de
tomar µx = √1−τ τ
2
, con τ la variable de los polinomios recursivos uk (τ ) [61].
Si D(N ) (µ, x, τ, z) es tal expansión hasta el orden µ1N , la función zeta parcial puede
ser escrita como
ζµ (s) = ζµa (s) + ζµd (s) , (4.41)
donde
Z
sin πs 2s ∞ £ ¤−s h i
ζµa (s) = 2 R dx x2 − z 2 T (µ, x, z) − D(N ) (µ, x, τ, z) (4.42)
π z

es la parte analı́tica de la función zeta para s = − 21 , mientras que


Z
sin πs 2s ∞ £ ¤−s (N )
ζµd (s) = 2 R dx x2 − z 2 D (µ, x, τ, z) (4.43)
π z

es la contribución asintótica.
Para hacer absolutamente convergentes la integral y la suma sobre ν en la ecuación
(4.42) en s = − 12 , es necesario tomar N ≥ 2 [60]. Elegiremos N = 4 para mejorar
la convergencia de la suma del término analı́tico (4.42), de modo de ganar precisión en
los resultados numéricos.
Ahora bien, el término entre corchetes en las ecuaciones (4.36) y (4.37) involu-
cra la combinación ζν+α (s) + ζν−α (s). Para usar resultados previos [55], desarrol-
lamos en potencias de ν1 . Introducimos la correspondiente combinación de expansiones
asintóticas,
∆(N ) (ν, x, t, z) =
à · ¸− 1 !
³ α´ ³ α´ 2αt2 ³ α´ 2
(N )
D ν 1+ , x, t 1 + 1+ 1+ ,z +
ν ν ν 2ν
à · ¸− 1 !
³ α´ ³ α´ 2αt2 ³ α´ 2
(N )
D ν 1− , x, t 1 − 1− 1− ,z (4.44)
ν ν ν 2ν

desarrollada hasta el orden ν1N . En la expresión de arriba t = √ ν


ν 2 +x2
.
Se puede escribir la expansión asintótica como
N
X
∆(N ) (ν, x, t, z) = ∆−1 + ∆0 + ∆i , (4.45)
i=1

48
4.2 CÁLCULO DE LA ENERGÍA DE CASIMIR 49

donde
2i
4x t 2x t2 1 d X
∆−1 = , ∆0 = , ∆i = b(i,j) ti+j . (4.46)
ν 1+t ν2 1 + t ν i dx j=0

y los coeficientes b(i,j) están calculados en el Apéndice C.


Por lo tanto, el término entre corchetes en las ecuaciones (4.36) y (4.37) puede ser
escrito como
X∞
2s
lim 1 M [ζν+α (s) + ζν−α (s)] =
s→− 2
n=0
à N −1
!
1 X
Z(− ) + lim 1 M 2s A−1 (s) + A0 (s) + Ai (s) , (4.47)
2 s→− 2
i=1

donde µ ¶ ∞ Z
1 2 X ∞ £ ¤1
Z − =− dx x2 − (z)2 2
2 πM R n=0 z
n o
T (ν + α, x, z) + T (ν − α, x, z) − ∆(N ) (ν, x, t, z) , (4.48)
∞ Z ∞ √
sin πs 2s X £ 2
¤
2 −s 1 + x2 − 1
A−1 (s) = 2 R 4 ν dx (νx) − z , (4.49)
π n=0
z
ν
x
∞ Z √
sin πs 2s X ∞ £ 2
¤
2 −s 1 1 + x2 − 1
A0 (s) = 2 R 2 dx (νx) − z √ , (4.50)
π n=0 ν
z 1 + x2 x
2i ∞ Z ∞ µ ¶i+j
sin πs 2s X X £ ¤−s d 1
Ai (s) = 2 R b(i,j) ν −i dx (νx)2 − z 2 √ .
π j=0 n=0
z
ν
dx 1 + x2
(4.51)
Las ecuaciones (4.49), (4.50) y (4.51) pueden ser expresadas en una forma sistemática
introduciendo las funciones [55]
X∞ · ³ ν ´2 ¸−s−b
a
f (s; a, b; x) = ν 1+ , (4.52)
n=0
x

estudiadas más detalladamente en el Apéndice D, que permiten escribir las contribu-


ciones asintóticas como
¡ ¢ Z µ ¶
2R2s Γ s − 12 −2s+1 1 dy 1 √
A−1 (s) = √ z √ f s; 0, − ; z y , (4.53)
π Γ(s) 0 y 2
¡ ¢ Z µ ¶
2R2s Γ s + 12 −2s−1 1 dy 1 √
A0 (s) = √ z 3 f s; 1, ; z y , (4.54)
π Γ(s) 0 y2 2
2i
X
Ai (s) = b(i,j) A(i,j) (s) , (4.55)
j=0

49
50 FERMIONES MASIVOS BAJO CONDICIONES . . .

donde
¡ ¢ µ ¶
2s −(i+j) Γ s + i+j i+j
A(i,j) (s) = −2R z ¡ i+j ¢ 2
z −2s f s; j, ;z . (4.56)
Γ 2 Γ(s) 2

En el Apéndice E se derivan las expresiones completas para estas contribuciones


asintóticas alrededor de s = − 12 . Aquı́, simplemente damos una lista de los residuos,
que serán relevantes para la discusión de la renormalización:

Res|s=− 12 A−1 = 0 , (4.57)


· ¸
1 z2 1
Res|s=− 12 A0 = + , (4.58)
R π 12π
Res|s=− 12 A1 = 0 , (4.59)
· ¸
1 1 1 α2 z z z2
Res|s=− 21 A2 = − − − + − . (4.60)
R 64 12π π 4 π 2

Estudiamos ahora la contribución de la zeta parcial


1 h i
ec = − M lim 1 M 2s −ζ 21 −α (s) (4.61)
2 s→− 2

a la energı́a de Casimir en las ecuaciones (4.36) y (4.37). Omitimos el valor absoluto


en el ı́ndice por las razones explicadas anteriormente.
Para aislar las singularidades es suficiente considerar los tres primeros términos
dominantes en la expansión asintótica para grandes argumentos de las funciones de
Bessel, que serán denotados por L( 12 − α, x, z) ; entonces, podemos escribir la función
zeta parcial como
ζ 12 −α (s) = ζ a1 −α (s) + ζ d1 −α (s) , (4.62)
2 2

donde Z
a sin πs 2s ∞ £ ¤−s
ζ 1 −α (s) = 2 R dx x2 − z 2 ×
2 π z
· µ ¶ µ ¶¸
1 1
T − α, x, z − L − α, x, z , (4.63)
2 2
Z ∞ µ ¶
sin πs 2s £ ¤−s 1
ζ d1 −α (s) = 2 R dx x2 − z 2 L − α, x, z . (4.64)
2 π z 2
Ahora, los términos sustraı́dos pueden ser escritos como
µ ¶
1
L − α, x, z = δ0 + δ1 + δ2 , (4.65)
2

donde
1 1 2
δ0 = 2, δ1 = 2α, δ2 = (α − z) . (4.66)
x x2

50
4.2 CÁLCULO DE LA ENERGÍA DE CASIMIR 51

Por lo tanto
1
lim M 2s ζ 12 −α (s) = z(− ) + lim 1 M 2s (a0 (s) + a1 (s) + a2 (s)) , (4.67)
s→− 21 2 s→− 2

con
µ ¶ Z ∞ ½ µ ¶ µ ¶¾
1 2 £ ¤1 1 1
z − =− dx x2 − z 2 2 T − α, x, z − L − α, x, z ,
2 πM R z 2 2
(4.68)
que será evaluada numéricamente, y
" µ ¶#
1 z2 1 z2 h ³ z ´i 1
a0 (s) = ¡ ¢− 1 + 2 log +O s+ , (4.69)
R π s + 12 π 2R 2
· µ ¶¸
1 1
a1 (s) = 2αz + O s + , (4.70)
R 2
( µ ¶)
1 2 1 1 1h ³ z ´i 1
a2 (s) = (α −z) − ¡ ¢+ 2 + 2 log +O s+ . (4.71)
R π s + 12 π 2R 2

Los residuos en s = − 21 están entonces dados por


· ¸
1 z2
Res|s=− 12 a0 = , (4.72)
R π
Res|s=− 12 a1 = 0, (4.73)
· ¸
1 α2 z
Res|s=− 12 a2 = − + . (4.74)
R π π

La energı́a de Casimir es claramente divergente y usando las ecuaciones (4.57) a


(4.60) y (4.72) a (4.74) en las ecuaciones (4.36) y (4.37), se obtiene el residuo total,
que está dado por
½ ¾
1 1 z z2
Res|s=− 12 EC = − − − , (4.75)
2R 64 4 2

que resulta independiente del flujo. Por lo tanto, la diferencia entre energı́as de Casimir
con flujo arbitrario y con flujo entero es finita y contiene la información relevante sobre
el efecto del campo de background.
En la figura 4.1 graficamos, para diferentes valores de z, la diferencia adimen-
sional Ed = R (EC (a) − EC (0)) para un comportamiento de tipo I en el origen, como
función de a (la parte fraccionaria del flujo reducido). Ya que la parte finita de la en-
ergı́a de Casimir es continua en a, la diferencia va a cero tanto en a = 0 como en
a = 1. Muestra un mı́nimo en a = 12 y un salto en la derivada en ese mismo punto.
Este salto puede ser atribuido a a1 (s)(ecuación (4.70)) que, efectivamente, contiene el
valor absoluto |α| (ver el comentario abajo de la ecuación (4.37)). Es interesante notar

51
52 FERMIONES MASIVOS BAJO CONDICIONES . . .

0
-0.02
-0.04
-0.06
Ed

-0.08
-0.1
-0.12
-0.14
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
a

Figure 4.1: Diferencia Ed de energı́as de Casimir. Comportamiento I en el origen. De


1
arriba a abajo: z = 128 , 18 , 14 , 38 , 12 .

que, alrededor de a = 0, la energı́a de vacı́o decrece cuando el flujo crece, y que este
efecto está más marcado para valores crecientes de la masa.
La misma diferencia es graficada en la figura 4.2 para un comportamiento tipo II
en el origen. Para valores decrecientes de la masa, nuestras curvas tienden al resultado
1
m = 0 de la referencia [50]; ya z = 128 muestra bastante buen acuerdo con la corre-
spondiente figura en esa referencia (excepto por un factor 2, debido al hecho de que los
autores de [50] consideraron una sola polarización).
Mientras que para pequeños valores de la masa la energı́a muestra un mı́nimo en
a 6= 0, para grandes valores de m este mı́nimo se corre hacia a = 0. Más aún, para
m 6= 0 el lı́mite de la energı́a para a → 0+ es distinto de cero. Esto es debido al
comportamiento discontinuo de la parte finita de la energı́a de vacı́o, más precisamente
de la contribución del subespacio crı́tico, a valores enteros del flujo.
El origen de esta discontinuidad puede ser adjudicado a la aparición, para a → 0+ ,
de una raı́z de la combinación de funciones de Bessel involucradas en la zeta parcial
ζa . Tal raı́z está ausente cuando a = 0. Para a → 0+ , esta raı́z va a cero y, por lo tanto,
da lugar a un gap, que es igual a m. En la figura 4.3 se muestra la cantidad Ja2 (kR) −
2
Ja−1 (kR) − 2m k Ja (kR)Ja−1 (kR) como una función de kR, para varios valores de a
(el objetivo de esta figura es aclarar el origen del comportamiento discontinuo de la
energı́a a valores enteros de a).

Resumiendo, hemos visto que la presencia de la masa tanto como la elección de la


extensión autoadjunta del Hamiltoniano tienen una considerable influencia en la depen-
dencia de la energı́a de Casimir con el flujo. Aunque esto podrı́a parecer sorprendente,
se debe recordar que diferentes valores de Θ describen una situación fı́sica diferente.
Por ejemplo, la ecuación (4.12) surge de imponer condiciones APS a un radio finito
que es después llevado a cero. La ecuación (4.13) surge cuando se considera un tubo

52
4.2 CÁLCULO DE LA ENERGÍA DE CASIMIR 53

-0.1

-0.2
Ed

-0.3

-0.4

-0.5
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
a

Figure 4.2: Diferencia Ed de energı́as de Casimir. Comportamiento II en el origen. De


1
arriba a abajo: z = 128 , 18 , 14 , 83 , 12 .

-1

0 0.5 1 1.5 2 2.5 3

2m
Figure 4.3: Ja2 (kR) − Ja−1
2
(kR) − k Ja (kR)Ja−1 (kR). De arriba a abajo: a =
0, 0.001, 0.01, 0.02

53
54 FERMIONES MASIVOS BAJO CONDICIONES . . .

de flujo de radio finito sin ninguna fı́sica (potencial) dentro del tubo y luego se toma el
lı́mite del radio yendo a cero. Cuando un potencial está presente dentro del tubo, en el
lı́mite del radio yendo a cero, podrı́a surgir una extensión autoadjunta diferente. Dado
el hecho de que diferentes extensiones autoadjuntas surgen de diferentes situaciones
fı́sicas, la dependencia de la energı́a de Casimir con Θ es esperable. Esta dependencia
ya ha sido observada al considerar secciones eficaces de scattering [27, 33].
Como consecuencia de la masa, en el caso de la extensión autoadjunta (4.13), se
encontró una discontinuidad en la energı́a. Serı́a interesante ver cómo surge este efecto,
empezando con un tubo de radio finito [30], y luego llevando este radio a cero. Uno
se pregunta si este efecto persiste o si es sólo consecuencia del vórtice singular. La
misma pregunta se mantiene para el salto en la derivada de la energı́a de Casimir que
aparece para todas las masas m en el caso I y para m = 0 en el caso II. Creemos que en
todos los casos la situación idealizada de un flujo singular es el origen de este compor-
tamiento; esta conjetura está basada en el hecho de que ninguna de estas caracterı́sticas
fue observada en los estudios previos de casos no singulares [54, 62] en los que, sin
embargo, no habı́a bordes presentes.

54
CHAPTER 5
Acción efectiva para la
Electrodinámica Cuántica

5.1 Cálculo de acciones efectivas mediante la función ζ


En el contexto de la integral funcional, el cálculo a un loop de la acción efec-
tiva euclı́dea de una determinada teorı́a involucra la evaluación de determinantes fun-
cionales de operadores diferenciales. Ya que el problema de autovalores de un operador
define, por lo general, una sucesión no acotada, resulta necesario el uso de métodos de
regularización para la extracción de resultados finitos a partir de cantidades divergentes.
El método de la función ζ [4, 14] ha mostrado ser útil en diversas aplicaciones.
Como ya hemos señalado (ver Capı́tulo 1.1), para un operador diferencial A fuerte-
mente elı́ptico y normal, definido en una variedad compacta y sin borde, la función zeta
generalizada puede escribirse, a partir de los autovalores del operador, como
X
ζ(s) = tr(A−s ) = λn −s .
n

Dado que los autovalores del operador crecen sin lı́mite, esta suma sólo es convergente
d
para <(s) > m (donde d es la dimensión de la variedad y m es el orden del operador).
Sin embargo, en la región de convergencia, define una función holomorfa y puede ser
extendida analı́ticamente a todo el plano como una función meromorfa deP s.
La derivada de la ζ en s = 0 es, por lo tanto, formalmente igual a − n log(λn ).
Uno puede entonces definir

det(A) = exp (− cs=0 ) .
ds
En lo que sigue, aplicaremos la técnica de la función ζ a la determinación de la
acción efectiva para campos de Dirac masivos en el background de un campo electro-
magnético constante.

55
56 ACCIÓN EFECTIVA PARA LA ELECTRODINÁMICA CUÁNTICA

5.2 Acción efectiva para campos electromagnéticos con-


stantes [63]
En QED, el Lagrangiano efectivo a un loop describe la interacción efectiva no
lineal de los campos electromagnéticos debido a un solo loop fermiónico. En dos
dimensiones, su forma general ha sido obtenida tanto a través de regularización de
tiempo propio como mediante función ζ [64, 65]. En cuatro dimensiones, en cambio,
sólo han sido estudiadas configuraciones particulares del campo electromagnético.
El problema 3 + 1 dimensional de campos electromagnéticos constantes fue estu-
diado primero por Euler y Heisenberg [66] e, independientemente, por Weisskopf [67].
Estos autores obtuvieron una expresión integral implı́cita para el Lagrangiano efectivo
a un loop en el marco de la teorı́a de electrón-agujero. Más tarde, Schwinger reobtuvo
esta representación integral en el marco de la teorı́a de campos, usando técnicas de
tiempo propio [68].
En todas estas referencias, se derivaron resultados explı́citos en ciertos lı́mites,
siendo el más famoso el de campo débil. Estas y otras intensidades particulares del
campo fueron estudiadas posteriormente (ver por ejemplo [69, 70, 71]).
Más recientemente, se renovó el interés en este tema, y la acción efectiva euclı́dea
para configuraciones de campo de background electromagnético constante fue estudi-
ada a través de técnicas de función ζ [4, 14]: En la referencia [72] se obtuvieron expre-
siones analı́ticas para el caso de campos puramente magnéticos en cualquier número
de dimensiones. En el mismo trabajo, se estudió también el caso de campos magnético
y eléctrico iguales en cuatro dimensiones euclı́deas. En [73], se avanzó hacia config-
uraciones de campos más generales, y los autores obtuvieron el Lagrangiano efectivo
como una serie de potencias en B E . Sin embargo, como ya se recalcó en [73], se necesita
un conocimiento no perturbativo de la parte imaginaria del Lagrangiano para determi-
nar, por ejemplo, el rate de creación de pares.
En este capı́tulo obtendremos, mediante el método de la función ζ, una expresión
explı́cita para la acción efectiva completa a un loop de la Electrodinámica Cuántica en
cuatro dimensiones, en el caso de campos electromagnéticos constantes, pero por lo
demás arbitrarios.
Trabajaremos en espacio-tiempo euclı́deo, y consideraremos la compactificación de
R4 , por ejemplo, a S 4 . Definiremos el determinante del operador de Dirac relevante D 6
mediante la derivada de la función ζ de D 6 †D
6 .

Estudiamos la acción efectiva para partı́culas de Dirac masivas en presencia de


un campo de background electromagnético uniforme, pero de magnitud arbitraria. La
acción efectiva en la aproximación de un loop está dada por

Sef f [Aµ ] = Scl [Aµ ] − log Det (6D [Aµ ]) , (5.1)

donde Scl [Aµ ] es la acción euclı́dea clásica y 6 D [Aµ ] = γµ (∂µ − ieAµ ) + im es


el operador de Dirac euclı́deo; m es la masa fermiónica . Este operador, si bien no
es autoadjunto, es normal ([6 D, D6 † ] = 0). Por lo tanto, para definir el determinante
funcional usaremos el operador D 6 †D 6 , que resulta autoadjunto y elı́ptico.

56
5.2 ACCIÓN EFECTIVA PARA CAMPOS . . . 57

De esta forma, el determinante funcional que aparece en la corrección a un loop a


la acción clásica, definido a través de la regularización de la función ζ [4, 14], conduce
a
º
(1) 1 ∂ ¡ †
¢
Sef f [Aµ ] = Scl [Aµ ] + S [Aµ ] = Scl [Aµ ] + ζ s; D
6 D 6 . (5.2)
2 ∂s s=0

Para evaluar la corrección a un loop S (1) en la expresión previa, es necesario


6 †D
obtener el espectro del operador D 6 , el cual es bien conocido en el caso de campos
uniformes [74]. En esta situación particular, uno siempre puede elegir un sistema de
referencia tal que F03 = −F30 = E y F12 = −F21 = B, mientras que las restantes
componentes del tensor de campo son nulas. Con esta elección, la función zeta re-
querida resulta
" ∞ ∞
¡ ¢ ab X −s
X −s
† 4
ζ s; D
6 D 6 =µ Ω 2 2 (2na a + c) + 2 (2nb b + c) +
4π n =1 n =1
a b

∞ X

#
X −s −s
4 (2na a + 2nb b + c) +c . (5.3)
na =1 nb =1
2
Aquı́, a = e|E| e|B| m
µ2 , b = µ2 , c = µ2 , y µ es un parámetro con dimensión de masa,
introducido con el fin de adimensionalizar la función ζ. Debe notarse que las series
en la ecuación (5.3) son todas convergentes para <s > 2, donde definen una función
holomorfa de s.

Realizamos ahora la extensión analı́tica de la función ζ que estamos tratando,


alrededor de s = 0, de tal forma que nos permita comparar nuestro resultado general
con los casos conocidos que corresponden a b = 0 y a = b.
Los dos primeros términos en la ecuación (5.3) pueden ser escritos en términos de
funciones zeta de Hurwitz, que son funciones meromorfas con un único polo simple en
s = 1. Por su parte, el tercer término es una función zeta del tipo de Barnes [75, 76]
(ver también [77, 78] y referencias allı́).
Para extender analı́ticamente este término, lo escribimos en su forma integral. De-
spués de hacer esto, obtenemos

½ ³ c ´ ³ c ´
¡ ¢ ab 2 2
6 †D
ζ s; D 6 = µ4 Ω 2 s ζ s, + 1 + s ζ s, + 1 +
4π (2a) 2a (2b) 2b
Z ∞ ¾
1 s−1 4e−2at e−2bt e−ct
dt t + c−s =
Γ(s) 0 (1 − e−2at ) (1 − e−2bt )
A(s) + B(s) + C(s) + D(s) , (5.4)
donde ζ(s, v) es una función zeta de Hurwitz [9]. Esta expresión está, en principio,
bien definida para <s > 2.

57
58 ACCIÓN EFECTIVA PARA LA ELECTRODINÁMICA CUÁNTICA

El término C(s) en la ecuación (5.4), que es simétrico en a y b, puede escribirse en


una forma más conveniente
Z ∞
ab 1 e−2at e−2bt e−ct
C(s) = 4µ4 Ω 2 dt ts−1 2 +
4π Γ(s) 0 (1 − e−2at )
Z ∞ −2at −2bt −ct
¡ −2bt ¢
4 ab 1 s−1 e e e e − e−2at
4µ Ω 2 dt t 2 =
4π Γ(s) 0 (1 − e−2at ) (1 − e−2bt )
C1 (s) + C2 (s) , (5.5)
donde el segundo término se anula para a = b. El primer término puede ser integrado
en una forma directa, y da
µ µ ¶ µ ¶¶
4 ab 1 c + 2b c + 2b c + 2b
C1 (s) = 4µ Ω 2 ζ s − 1, − ζ s, . (5.6)
4π (2a)s 2a 2a 2a

Para trabajar con C2 (s) en la ecuación (5.5), usamos el desarrollo


X ∞
1 1 1
bt −bt
= + bt (−1)k , (5.7)
e −e 2bt (bt) + (kπ)2
2
k=1

de esta forma obtenemos


Z ∞ −(2a+b+c)t
¡ ¢
4 ab 1 1 s−2 e e−2bt − e−2at
C2 (s) = 2µ Ω 2 dt t 2 +
4π Γ(s) b 0 (1 − e−2at )
Z ∞ ¡ −2bt ¢ ∞
4 ab 1 se
−(2a+b+c)t
e − e−2at X (−1)k
4µ Ω 2 b dt t 2 =
4π Γ(s) 0 (1 − e−2at ) (bt)2 + (kπ)2
k=1

C12 (s) + C22 (s) . (5.8)

Fácilmente se encuentra que el primer término C12 (s) es


½ µ ¶
1 4 ab 1 1 c + 3b
C2 (s) = 2µ Ω 2 ζ s − 2, −
4π b (s − 1) (2a)s−1 2a
µ ¶
c + 3b c + 3b
ζ s − 1, −
2a 2a
µ ¶ µ ¶¾
c + b + 2a c + b + 2a c + b + 2a
ζ s − 2, + ζ s − 1, . (5.9)
2a 2a 2a
Como todos los términos que hemos extendido analı́ticamente hasta este punto,
C22 (s) involucra una integral que diverge en s = 0. Para aislar esta singularidad,
reescribimos este término como
Z ∞ −(2a+b+c)t
¡ −2bt ¢
2 4 ab 1 se e − e−2at
C2 (s) = 4µ Ω 2 b dt t 2 ×
4π Γ(s) 0 (1 − e−2at )

58
5.2 ACCIÓN EFECTIVA PARA CAMPOS . . . 59

( ∞ · ¸ ∞
)
X 1 1 X 1
k k
(−1) 2 2
− + (−1) =
(bt) + (kπ) (kπ)2 (kπ)2
k=1 k=1

CF22 (s) + CD22 (s) . (5.10)


La integral que aparece en CD22 (s) es divergente en s = 0 pero, después de realizar
la suma, puede ser trivialmente extendida para dar
½ µ ¶ µ ¶
2 4 ab b s c + 3b c + 3b c + 3b
CD2 (s) = −4µ Ω 2 ζ s, − ζ s + 1, −
4π 12 (2a)s+1 2a 2a 2a
µ ¶ µ ¶¾
c + b + 2a c + b + 2a c + b + 2a
ζ s, + ζ s + 1, . (5.11)
2a 2a 2a

Por su parte, CF22 (s), puede ser reescrito como



ab 1 3 X (−1)k+1
CF22 (s) = 4µ4 Ω b ×
4π 2 Γ(s) (kπ)2
k=1

Z ∞ −(2a+b+c)t
¡ −2bt ¢
s+2 e e − e−2at 1
dt t 2 . (5.12)
0 (1 − e−2at ) (bt)2 + (kπ)2
Como se ve fácilmente, esta integral converge para <s > −2. De esta forma,
hemos obtenido una extensión analı́tica para la ζ del operador como una función mero-
morfa, presentando sólo polos simples. Esta extensión es válida para <s > −2. Medi-
ante una manipulación algebraica directa (ver Apéndice F), se puede llevar CF22 (s) a
la forma
∞ ∞
ab Γ(s + 3) −s X (−1)k+1 X
CF22 (s) = −2iµ4 Ω 2 b l×
4π Γ(s) (kπ)1−s
k=1 l=0
·½ µ ¶ ¾
iπ s i kπ (2al+c+3b) kπ
e e 2 b Γ −s − 2, i(2al + c + 3b) − C.C. −
b
½ µ ¶ ¾¸
iπ s i kπ (2al+c+b+2a) kπ
e e
2 b Γ −s − 2, i(2al + c + b + 2a) − C.C. , (5.13)
b
donde Γ(s, v) es una función Gamma incompleta [61].
Esta última forma resultará muy útil a nivel de la acción efectiva, en particular,
al estudiar el lı́mite de campo débil para chequear el acuerdo con la acción efectiva
euclı́dea de Euler-Heisenberg [66], obtenida en [66, 68].

Antes de pasar al cálculo de la acción efectiva, mostraremos el acuerdo de nuestra


función ζ general con los resultados obtenidos para ciertos casos particulares: el caso
de campo eléctrico o magnético nulo [72, 73] y el caso de campos eléctrico y magnético
iguales [72].

59
60 ACCIÓN EFECTIVA PARA LA ELECTRODINÁMICA CUÁNTICA

Empezamos con el lı́mite a = b. En este caso, los diferentes términos en la


ecuación (5.4) adoptan una forma muy simplificada. De hecho, en esta situación

a2 1 ³ c ´
A(s) = B(s) = 2µ4 Ω 2 s ζ s, +1 . (5.14)
4π (2a) 2a

En lo que respecta a C(s), sólo permanece la contribución de C1 (s), que conduce


a
µ µ ¶ µ ¶¶
4 a2 1 c + 2a c + 2a c + 2a
C(s) = 4µ Ω 2 ζ s − 1, − ζ s, , (5.15)
4π (2a)s 2a 2a 2a

y cancela parcialmente la contribución que viene de A(s) + B(s). Finalmente, re-


uniendo todos estos términos, usando la relación ζ(s, v + 1) = ζ(s, v) − v −s , y adi-
cionando D(s) obtenemos

a2 1 ³ ³ c ´ c ³ c ´´ a2 −s
6 †D
ζ(s, D 6 )ca=b = 4µ4 Ω s ζ s − 1, − ζ s, + µ 4
Ω c .
4π 2 (2a) 2a 2a 2a 4π 2
(5.16)
Esta expresión coincide con el resultado dado en la referencia [72].

Estudiamos ahora el lı́mite B → 0. Fácilmente se ve que limb→0 A(s) = 0. Con


respecto al limb→0 B(s), puede ser estudiado usando la expansión asintótica para la
función ζ de Hurwitz (la que está deducida, por ejemplo en [9]):

( N
)
1 1 −s X Γ(s + 2n − 1) 1−s−2n
1−s
ζ(s, v) = v Γ(s − 1) + v Γ(s) + B2n v +
Γ(s) 2 n=1
(2n)!

O(v −2N −s−1 ) , (5.17)


que da
½ ´1−s ¾ µ4 Ω a
ab 2 Γ(s − 1) ³ c
lim B(s) = lim µ4 Ω 2 + 1 = c1−s .
b→0 b→0 4π (2b)s Γ(s) 2b 4π 2 s − 1
(5.18)
La única contribución a C(s) en este lı́mite viene de C12 (s), y es
½ ³ c ´1−s ¾
µ4 Ω (2a)2−s c
lim C(s) = ζ(s − 1, ) − . (5.19)
b→0 4π 2 s − 1 2a 2a

Finalmente, D(s) se anula para b = 0. Entonces, reemplazando todos estos resul-


tados parciales en la ecuación (5.4), se obtiene
½ ³ c ´1−s ¾
† µ4 Ω (2)1−s 2−s c
ζ(s, D
6 D 6 )cb=0 = a 2ζ(s − 1, ) − , (5.20)
4π 2 s − 1 2a 2a

que está en completo acuerdo con resultados previos obtenidos en [73, 72].

60
5.2 ACCIÓN EFECTIVA PARA CAMPOS . . . 61

Por supuesto, el lı́mite E → 0, da una expresión análoga, que se obtiene cambiando


a → b en la ecuación (5.20).

Calcularemos ahora la acción efectiva euclı́dea a un loop. De acuerdo con la


ecuación (5.2), para para obtener este resultado, uno debe calcular las derivadas en
s = 0 de los varios términos en la ecuación (5.4).
Comenzamos con A(s), que contribuye con
º ½ µ ¶ ¾
1 ∂ ab 1 c c 1
A(s) = µ4 Ω 2 log(2a) + + log Γ( + 1) − log(2π) .
2 ∂s s=0 4π 2 2a 2a 2
(5.21)
En forma análoga
º ½ µ ¶ ¾
1 ∂ ab 1 c c 1
B(s) = µ4 Ω 2 log(2b) + + log Γ( + 1) − log(2π) .
2 ∂s s=0 4π 2 2b 2b 2
(5.22)
A través de un cálculo directo se tiene
º
1 ∂
C1 (s) =
2 ∂s s=0

( " µ ¶2 # µ ¶º
ab 1 c + 2b 1 ∂ c + 2b
2µ4 Ω 2 − log(2a) − + ζ s − 1, −
4π 2 2a 12 ∂s 2a s=0
µ ¶ µ µ ¶¶ µ ¶ ¾
c + 2b c + 2b 1 c + 2b
log Γ + log(2π) , (5.23)
2a 2a 2 2a
º ( " µ ¶3 µ ¶
1 ∂ 1 4 a2 1 c + 3b 1 c + 3b
C2 (s) = 2µ Ω 2 (log(2a) − 1) − −
2 ∂s s=0 4π 6 2a 12 2a
µ ¶3 µ ¶#
1 c + b + 2a 1 c + b + 2a
+ −
6 2a 12 2a
µ ¶º µ ¶ µ ¶º
∂ c + 3b c + 3b ∂ c + 3b
ζ s − 2, + ζ s − 1, +
∂s 2a s=0 2a ∂s 2a s=0
µ ¶º µ ¶ µ ¶º ¾
∂ c + b + 2a c + b + 2a ∂ c + b + 2a
ζ s − 2, − ζ s − 1, ,
∂s 2a s=0 2a ∂s 2a s=0
(5.24)
y
º ½ µ ¶
1 ∂ 2 4 b2 b−a
CD2 (s) = −µ Ω (log(2a) + 1) +
2 ∂s s=0 48π 2 a
µ ¶ µ ¶ µ ¶ µ ¶¾
c + 3b c + 3b c + b + 2a c + b + 2a
ψ − ψ . (5.25)
2a 2a 2a 2a

61
62 ACCIÓN EFECTIVA PARA LA ELECTRODINÁMICA CUÁNTICA

En cuanto a CF22 (s), debido a la presencia de Γ(s) en el denominador, la derivada


requerida se reduce a Γ(s) CF22 (s) en s = 0, por lo tanto,
º ∞ ∞
1 ∂ 2 ab X (−1)k+1 X
CF2 (s) = −4iµ4 Ω 2 l×
2 ∂s s=0 4π kπ
k=1 l=0
·½ µ ¶
kπ kπ
ei b (2al+c+3b) Γ −2, i(2al + c + 3b) −
b
µ ¶¾
−i kπ kπ
e b (2al+c+3b) Γ −2, −i(2al + c + 3b) −
b
½ µ ¶
i kπ (2al+c+b+2a) kπ
e b Γ −2, i(2al + c + b + 2a) −
b
µ ¶¾¸
−i kπ (2al+c+b+2a) kπ
e b Γ −2, −i(2al + c + b + 2a) . (5.26)
b
La acción efectiva euclı́dea está dada por la suma de las contribuciones parciales
en las ecuaciones (5.21) a (5.26), más
º
1 ∂ ab
D(s) = −µ4 Ω 2 log(c) . (5.27)
2 ∂s s=0 4π

Como es bien sabido, pasar al espacio de Minkowski implica realizar la sustitución


M E
Sef f [E, B] = −Sef f [−iE, B] ,

donde los supraı́ndices M y E se refieren a métrica de Minkowski y euclı́dea.


Luego de hacer esto, se obtiene para la acción efectiva completa a un loop en un
espacio-tiempo de Minkowski en cuatro dimensiones:
½ µ ¶
M Ω 2 2 ie2 EB −2ieE 1 m2
Sef f [E, B] = (E − B ) + Ω log( ) + +
2 4π 2 µ2 2 −2ieE
" m 2 # µ ¶
Γ( −2ieE + 1) 2eB 1 m2
log 1 + log(
) + +
(2π) 2 µ2 2 2eB
" # " µ ¶2 #
m2
Γ( 2eB + 1) −2ieE 1 m2 + 2eB 1
log 1 − 2 log( ) − +
(2π) 2 µ2 2 −2ieE 12
 ³ 2 ´
µ 2
¶º µ 2 ¶ Γ m +2eB
∂ m + 2eB m + 2eB −2ieE
2 ζ s − 1, −2 log  1
−
∂s −2ieE s=0 −2ieE (2π) 2
¾ (µ ¶" µ 2 ¶3
m2 (eE)2 −2ieE 1 m + 3eB
log( 2 ) + 2Ω log( )−1 −
µ 4π 2 µ2 6 −2ieE

62
5.2 ACCIÓN EFECTIVA PARA CAMPOS . . . 63

µ ¶ µ ¶3
1 m2 + 3eB 1 m2 + eB
− 1+ +
12 −2ieE 6 −2ieE
µ ¶¸ µ ¶º
1 m2 + eB ∂ m2 + 3eB
1+ − ζ s − 2, +
12 −2ieE ∂s −2ieE s=0
µ 2 ¶ µ ¶º µ ¶º
m + 3eB ∂ m2 + 3eB ∂ m2 + eB
ζ s − 1, + ζ s − 2, 1 + −
−2ieE ∂s −2ieE s=0 ∂s −2ieE s=0
µ ¶ µ ¶º ¾
m2 + eB ∂ m2 + eB
1+ ζ s − 1, 1 + +
−2ieE ∂s −2ieE s=0
½ µ ¶ µ 2 ¶ µ 2 ¶
(eB)2 −2ieE B m + 3eB m + 3eB
Ω (log( ) + 1) i − 1 + ψ −
48π 2 µ2 E −2ieE −2ieE
µ ¶ µ ¶¾ ∞ ∞
m2 + eB m2 + eB e2 EB X (−1)k+1 X
1+ ψ 1+ +Ω 2 l×
−2ieE −2ieE π kπ
k=1 l=0
½ µ ¶
ikπ
(−2ieEl+m2 +3eB) ikπ 2
e eB Γ −2, (−2ieEl + m + 3eB) −
eB
µ ¶
−ikπ 2 −ikπ
e eB (−2ieEl+m +3eB) Γ −2, (−2ieEl + m2 + 3eB) −
eB
µ ¶
ikπ
(−2ieE(l+1)+m 2
+eB) ikπ 2
e eB Γ −2, (−2ieE(l + 1) + m + eB) +
eB
µ ¶¾
−ikπ
(−2ieE(l+1)+m2 +eB) −ikπ 2
e eB Γ −2, (−2ieE(l + 1) + m + eB) , (5.28)
eB
donde se usaron las definiciones de a, b y c dadas en el párrafo que sigue a la
ecuación (5.3).
Se puede poner a la acción efectiva en una forma manifiestamente invariante de
Lorentz y de gauge si se tiene en cuenta que, en el sistema que hemos elegido,
³¡ ¢ 12 ´ 12
E= F 2 + G2 +F

³¡ ¢ 12 ´ 12
B= F 2 + G2 −F , (5.29)

donde F = 12 (E ~2 − B~ 2 ) y G = E.
~ B.
~
Debe notarse que las divergencias infrarrojas que aparecen en el lı́mite del caso sin
masa han sido aisladas en la contribución que viene de D(s) en la ecuación (5.4). Ésta
es, de hecho, la contribución debida a los modos cero.
Por último, un test que nuestra acción efectiva no puede dejar de pasar es su co-
incidencia con el bien conocido lı́mite de campos débiles [66, 68]. Para chequearlo,
desarrollamos las diferentes contribuciones a la acción efectiva (ecuaciones (5.21) a
(5.26)) en potencias de los campos sobre la masa al cuadrado. En los casos de las
ecuaciones (5.21) a (5.25), se puede obtener tal desarrollo usando las bien conocidas
expansiones asintóticas [9] para log Γ(x), ψ(x), y ζ(s, x). Al hacer esto, y reteniendo

63
64 ACCIÓN EFECTIVA PARA LA ELECTRODINÁMICA CUÁNTICA

términos hasta el orden de campos al cuadrado sobre masa a la cuarta, se obtiene, luego
de un cálculo tedioso pero simple,
º ½ ¾
1 ∂ ab 1 −1 1 1
A(s) ' µ4 Ω 2 ac + log(c) + (log(c) − 1) c , (5.30)
2 ∂s s=0 4π 6 2 2a

º ½ ¾
1 ∂ 4 ab 1 −1 1 1
B(s) 'µ Ω 2 bc + log(c) + (log(c) − 1) c , (5.31)
2 ∂s s=0 4π 6 2 2b

º ½µ ¶ µ ¶
1 ∂ ab
4 1 2 1 2 1 b4 −2 1 1 b3
C1 (s) ' 2µ Ω 2 a − b + c + b− c−1 +
2 ∂s s=0 4π 60 6 6 a2 6 3 a2
µ ¶ µ ¶ ¾
1 1 b2 1 b 1 3
− log(c) + (1 − log(c))c + 2 − log(c) c2 , (5.32)
12 2 a2 2 a2 8a 2

º ½µ
1 ∂ 1 ab a 1
C (s) ' 2µ4 Ω ((3b)3 − (b + 2a)3 )−
2 ∂s 2 s=0 4π 2 b
144a

1 1 5 5
a(b − a) − ((3b) − (b + 2a) ) c−2 +
60 960a3
µ ¶
1 4 4 1 2 2
((3b) − (b + 2a) ) − ((3b) − (b + 2a) ) c−1 +
192a3 48a
µ ¶
1 3 3 1
((3b) − (b + 2a) ) − (b − a) log(c) +
48a3 12a
¾
1 2 2 1 3 2
(log(c) − 1)((3b) − (b + 2a) )c + 3 (log(c) − )(b − a)c , (5.33)
16a3 8a 2

º ½µ
1 ∂ 2 1 4 ab b 1
CD2 (s) '− µ Ω 2 ((b + 2a)3 − (3b)3 )+
2 ∂s s=0 12 4π a 12a
¶ ¾
1 1 (b − a)
a(b − a) c−2 + ((3b)2 − (b + 2a)2 )c−1 + log(c) . (5.34)
3 4a a

64
5.2 ACCIÓN EFECTIVA PARA CAMPOS . . . 65

¦
Con respecto a 12 ∂s

CF22 (s) s=0 , se debe usar la expansión asintótica para la función
Γ incompleta. Al orden que estamos considerando, es suficiente retener el primer
término de este desarrollo. Al hacer esto, se obtiene
º ∞
1 ∂ ab X (−1)k+1
CF22 (s) ' 8µ4 Ω 2 ×
2 ∂s s=0 4π kπ
k=1
(∞ µ ¶−3 X ∞ µ ¶−3 )
X kπ kπ
l (2al + c + 3b) − l (2al + c + b + 2a) =
b b
l=0 l=0
µ ¶3 ½
7 4 ab b c + 3b c + 3b c + 3b
µ Ω 2 ζ(2, )− ζ(3, )−
720 4π a 2a 2a 2a
¾
c + b + 2a c + b + 2a c + b + 2a
ζ(2, )− ζ(3, ) . (5.35)
2a 2a 2a
Cuando se reemplaza en esta última expresión el desarrollo asintótico de las fun-
ciones zeta de Hurwitz (ecuación (5.17)), se obtiene
º µ ¶
1 ∂ 2 7 4 ab b3 b4
CF (s) ' µ Ω 2 − 2 c−2 . (5.36)
2 ∂s 2 s=0 720 4π a a
Sumando
¦ las contribuciones en las ecuaciones (5.30) a (5.36), más la que viene de
1 ∂
2 ∂s D(s) s=0 ,
la acción efectiva a un loop, en el lı́mite de campo débil, se reduce a
½· ¸
(1) Ωµ4 2 2 4 1 3 1
Scl + S = (a + b ) + µ Ω 2 − log(c) c2 −
2e2 4π 8 4
· ¸ ¾
1 2 7 1
(b + a2 ) log(c) + (ab)2 − (a2 + b2 )2 c−2 .
6 90 90
Ahora pueden realizarse las renormalizaciones finitas usuales [72, 73]. Después de
sustraer la acción efectiva para a = b = 0, y renormalizar la carga, se tiene
· ¸
Ω Ωe4 7 1
Sef f = (B 2 + E 2 ) + 2 4 (EB)2 − (E 2 + B 2 )2 , (5.37)
2 8π m 45 45
donde se usaron las definiciones de a, b y c dadas en el párrafo que sigue a la
ecuación (5.3). Debe notarse que esta prescripción de renormalización elimina toda la
dependencia con el parámetro de escala µ. También coincide con el criterio adoptado,
en un contexto diferente, por los autores de la referencia [54], sobre la base de que las
correcciones cuánticas deben anularse en el lı́mite de una masa infinita.
La expresión en (5.37) es precisamente la versión euclı́dea de la acción efectiva de
Euler-Heisenberg para campos débiles [66, 68].
La determinación de las contribuciones real e imaginaria a la acción efectiva serı́a
de gran interés, tanto por razones fı́sicas, como para permitir comparar con resultados
previos obtenidos con diferentes esquemas [79, 80].
Como ya fue recalcado por Schwinger [68], la parte imaginaria da el rate de pro-
ducción de pares fermión-antifermión. Obtener este rate a partir de la ecuación (5.28)

65
66 ACCIÓN EFECTIVA PARA LA ELECTRODINÁMICA CUÁNTICA

resulta bastante fácil en los casos particulares E = 0 (se anula) o B = 0 (el bien
conocido resultado en [68, 81] es reproducido); sin embargo, para valores generales de
E y B, el cálculo se vuelve considerablemente más engorroso. En particular, deberı́a
obtenerse el resultado ya hallado en [82] mediante otros métodos.

66
CHAPTER 6
Resumen de los resultados

En el Capı́tulo I hemos dado una breve introducción a la teorı́a de operadores


elı́pticos y problemas elı́pticos de borde: condiciones que deben ser satisfechas para
definir un problema elı́ptico, propiedades que posee el espectro para estos operadores,
condiciones para la definición de determinadas funciones espectrales y su expresión
en términos de los autovalores del operador. Como ya se remarcó, la existencia de
este capı́tulo está ampliamente justificada por la importancia y uso de las funciones
espectrales en teorı́a cuántica de campos.
En el Capı́tulo II estudiamos la conexión existente entre energı́as de Casimir para
campos escalares regularizadas vı́a función ζ y vı́a cutoff exponencial. Mostramos que,
en general, ambos esquemas de regularización conducen a contribuciones divergentes y
a partes finitas mı́nimas que no coinciden . Determinamos los coeficientes que aparecen
en una y otra aproximación. Discutimos el acuerdo con nuestras predicciones en el caso
de campos en cajas d-dimensionales bajo condiciones periódicas de borde. Finalmente,
aplicamos nuestros resultados a campos escalares no masivos en esferas (un ejemplo en
el que permanecen ambigüedades bajo las prescripciones fı́sicas usualmente impuestas
para extraer un resultado finito).
En el Capı́tulo III, luego de dar una breve presentación sobre extensiones autoad-
juntas de operadores diferenciales, estudiamos el problema de un campo de Dirac sin
masa (en 2 + 1 dimensiones) en el background de una cuerda de flujo de Aharonov-
Bohm. Excluimos el origen imponiendo condiciones de contorno espectrales a un radio
finito que es luego llevado a cero; obtuvimos de esa forma una de las posibles exten-
siones autoadjuntas del Hamiltoniano radial, que resulta compatible con un campo
magnético tipo δ de Dirac en el origen y que respeta la invarianza ante traslaciones
enteras del flujo reducido. Hemos dado ası́ una aplicación fı́sica de las condiciones
espectrales, habitualmente usadas sólo por su interés matemático. Después de confinar
la teorı́a a una región finita, chequeamos la consistencia con el teorema del ı́ndice de
Atiyah-Patodi-Singer y evaluamos el número fermiónico y la energı́a de Casimir.
En el Capı́tulo IV calculamos la energı́a de Casimir para campos de Dirac ma-

67
68 RESUMEN DE LOS RESULTADOS

sivos en 2 + 1 dimensiones, confinados a una región espacial finita mediante condi-


ciones de contorno de la bolsa de MIT, en presencia de un campo de background de
Aharonov-Bohm. Tratamos dos posibles extensiones autoadjuntas del Hamiltoniano y
comparamos sus resultados. Hallamos que las energı́as de Casimir obtenidas para es-
tas extensiones autoadjuntas son radicalmente diferentes, enfatizando el hecho de que
describen distintas situaciones fı́sicas; en particular, para una de ellas, y como conse-
cuencia de la presencia de la masa, la energı́a resulta discontinua a valores enteros del
flujo.
Por último, en el capı́tulo V obtuvimos, mediante la función ζ, la acción efec-
tiva a 1-loop para campos de Dirac masivos en presencia de un campo de background
electromagnético uniforme pero de magnitud arbitraria. Mostramos el acuerdo entre
nuestro resultado general y otros previos, obtenidos mediante otros esquemas de regu-
larización.

68
APPENDIX A
Sumas de Poisson

Obtendremos primero la ecuación (2.32) para la energı́a de Casimir calculada me-


diante regularización exponencial; para ello, usaremos la fórmula de suma de Poisson:

X ∞
X
f (n) = cp , (A.1)
n=−∞ p=−∞

con Z ∞
cp = dxe2πipx f (x) . (A.2)
−∞
³ ´
Cuando ésta es aplicada al cálculo de h t, DµB
2 , da
µ ¶ X∞ ³ ´1
X∞
DB 2 m 2 2
Lµ ) +( µ )
−t ( 2nπ
h t, 2 = e = cp (t) , (A.3)
µ n=−∞ p=−∞

donde
Z ∞ ³ 2 2
´1
cp (t) = dxe
2πipx−t ( 2nπ
Lµ ) +( m
µ )
2
=
−∞
Z ∞ ³ ´1
Lµ −t x2 +( m
µ )
2 2
dx cos (Lµpx) e =
π 0
µ q ¶
mL m 2 2
r ³ ´2 K1 µ t + (Lµp) . (A.4)
Lµp
π 1+ t

Reemplazando (A.4) en (A.3) y tomando la derivada, obtenemos


µ ¶ Ã ∞ !
µ d DB µ d X
− h t, 2 = − 2 cp (t) + c0 (t) . (A.5)
2 dt µ 2 dt p=1

69
70 SUMAS DE POISSON

Las relaciones de recurrencia y series ascendentes para las funciones de Bessel


modificadas permiten obtener (2.32).

Para obtener (2.36) , hacemos uso repetido de la fórmula de Poisson dada en (A.1)
y (A.2).
En este caso
µ ¶ µ³ ´ ³ ´ ¶1

X ∞
X 2n1 π 2 2n π 2 2 2
DB −t L1 µ + L 2µ +( m
µ )
h t, 2 = e 2
. (A.6)
µ n =−∞ n =−∞ 1 2

Realizamos primero la suma sobre n2 , obteniendo


r³ ´2 ³ ´2
µ ¶ X∞ X∞
2n1 π
+ m
DB L2 µt L1 µ µ
h t, 2 = q ×
µ π 2
n1 =−∞ p=−∞ t2 + (L2 µp)
v
u" µ # 
u 2n1 π ¶2 µ m ¶2 h i
K1 t
2
+ t2 + (L2 µp)  . (A.7)
L1 µ µ

Debido a las propiedades de convergencia de la doble suma, se puede intercambiar


el orden de las sumas y, usando nuevamente la suma de Poisson, se obtiene
µ ¶ X∞ ∞
X
DB L2 µ t
h t, 2 = q ck (t) , (A.8)
µ π 2
p=−∞ t2 + (L2 µp) k=−∞
con
q µ ¶ 32 h i− 34
L1 µ 2 m 2 2
ck (t) = √ t2 + (L2 µp) t2 + (L2 µp) + (L1 µk) ×
2π µ
µ q ¶
m 2 2
K 32 t2 + (L2 µp) + (L1 µk) . (A.9)
µ
Nuevamente, se puede derivar término a término (A.8) (el cálculo es directo, aunque
tedioso), y el uso de las fórmulas de recurrencia para las funciones modificadas de
Bessel conduce a
µ ¶º
µ d DB
− h t, 2 =
2 dt µ t=0
 
X ∞ X∞ 
µ d  0 L2 µ t L2 µ 
− q ck (t) + c0 (t) =
2 dt p=−∞ π 2 2 π
k=−∞ t + (L2 µp)
t=0
s − 32
∞ ∞ 
 µ ¶2 µ ¶2
L1 L2 X X
0  n 1 L1 n2 L2 
− 3 + ×
23 π 2 n1 =−∞ n2 =−∞   2 2

70
71

 sµ 
¶2 µ ¶2  3 3
º
n1 L1 n2 L2  − L1 L2 m + L1 L2 µ
K 32 2m + . (A.10)
2 2  12π 2πt3 t=0

71
72 SUMAS DE POISSON

72
APPENDIX B
Teorema del Indice de
Atiyah-Patodi-Singer

Realizaremos en este apéndice una breve presentación del teorema del ı́ndice de
Atiyah-Patodi-Singer para variedades con borde [39, 40, 41], tal como se aplica al
problema estudiado en el Capı́tulo 3. Tomemos el hamiltoniano radial
µ ¶ µ ¶
0 L† 0 ∂r + λr
Hr = = , (B.1)
L 0 −∂r + λr 0
1
con λ = n + 2 − κ losµautovalores
¶ del operador de Dirac tangencial. Hr actúa sobre
fn (r)
espinores de la forma que satisfacen, en el borde del disco (r = 1), la
gn (r)
condición
BL fn (1) : fn (1) = 0 para λ ≥ 0 (B.2)
BL† gn (1) : gn (1) = 0 para λ < 0 . (B.3)
En estas condiciones, (LBL )† = L†B † . El ı́ndice del operador se define como
L

Ind(Hr ) = nLB − nL† , (B.4)


B †
L

donde n es el número de modos cero del correspondiente operador.


La contribución de volumen al ı́ndice (anomalı́a quiral) es bien conocida; nos con-
centraremos entonces en calcular la contribución de borde al mismo.
Llamando t = 1−r a la variable normal interior, se tiene, para Hr en la proximidad
del borde (t = 0) µ ¶
0 −∂t + λ
. (B.5)
∂t + λ 0

73
74 TEOREMA DEL INDICE DE ATIYAH-PATODI-SINGER

Consideremos ahora los operadores autoadjuntos de segundo orden: ∆1 = L† L,


definido sobre funciones que satisfacen

g(0) = 0 si λ ≥ 0 (B.6)
º
df
+ λ f = 0 si λ < 0 , (B.7)
dt 0

y ∆2 = L L† , actuando sobre funciones que satisfacen

g(0) = 0 si λ < 0 (B.8)


º
dg
− + λ g = 0 si λ ≥ 0 . (B.9)
dt 0

Sus autovalores no nulos coinciden. En efecto, si L† L φ = αφ, multiplicando


por L se tiene L L† (Lφ) = α(Lφ). Ası́, por cada autovalor no nulo de ∆1 existe un
autovalor no nulo de ∆2 .
Ambos operadores sólo difieren en sus modos cero. Pero los autovalores nulos de
∆1 son los modos cero de LBL , y los de ∆2 son los de L†B † .
L
Para obtener la diferencia entre dichos números, calculamos las trazas de heat-
kernels de ambos, y, vı́a transformada de Mellin, ambas ζ(0).
Para el problema del operador ∆1 buscamos la solución fundamental de
µ ¶
∂ ∂2 1
− 2 + (n + − κ) φ(z, t, t0 ) = 0
2
(B.10)
∂z ∂t 2
con
1
φ(t = 0) = 0 para n + − κ ≥ 0 (B.11)
2
µ ¶ º
∂ 1 1
+n+ −κ φ = 0 para n + − κ < 0 . (B.12)
∂t 2 t=0 2
Es fácil ver que la misma está dada por:
1 2
e−(n+ 2 −κ) z − (t−t0 )2 (t+t0 )2
√ {e 4z − e− 4z } , (B.13)
4πz
1
si n + 2 − κ ≥ 0, y por
1 2 ½ ¾
e−(n+ 2 −κ) z

(t−t0 )2

(t+t0 )2
√ e 4z −e 4z +
4πz
µ ¶
1 1 0 t + t0 1 √
(n + − κ)e−(n+ 2 −κ)(t+t ) erf c √ − (n + − κ) z , (B.14)
2 2 z 2
si n + 12 − κ < 0.
Para el problema de ∆2 , debemos encontrar la solución fundamental de
µ ¶
∂ ∂2 1
− 2 + (n + − κ) φ(z, t, t0 ) = 0
2
(B.15)
∂z ∂t 2

74
75

con
1
φ(t = 0) = 0 para n + − κ < 0 (B.16)
2
µ ¶ º
∂ 1 1
− +n+ −κ φ = 0 para n + − κ ≥ 0 . (B.17)
∂t 2 t=0 2
La solución fundamental con la condición (B.16) está dada por (B.13), mientras
que con la condición (B.17), está dada por (B.14) con n + 21 − κ → κ − n − 12 .
El núcleo de e−z∆1 − e−z∆2 , que denotamos por k(z, t, t0 ), está entonces dado por

X ½ µ ¶¾
1 ∂ 1 2|n+ 1 −κ|t t 1 √
k(z, t, t0 ) = sgn(n + − κ) e 2 erf c √ + |n + − κ| z ,
n
2 ∂t 2 z 2

donde hemos definido sgn(n + 12 − κ) = 1 para n + 12 − κ = 0. Tomando la traza


obtenemos para la diferencia de trazas de heat-kernels
µ ¶
1X 1 1 √
k(z) = − sgn(n + − κ)erf c |n + − κ| z . (B.18)
2 n 2 2

Es fácil ver que k(z) →z→∞ − 12 h, donde h es la dimensión del subespacio corre-
spondiente a n + 12 − κ = 0 (núcleo del operador de borde).
Calculamos entonces la diferencia de zetas en cero vı́a transformada de Mellin
Z ∞
1 1
(k(z) + h)z s−1 dz =
Γ(s) 0 2
Γ(s + 12 ) X sgn(n + 12 − κ)
− √ =
Γ(s)2s π |n + 12 − κ|2s
n+ 21 −κ6=0

Γ(s + 12 )
− √ η(2s) , (B.19)
Γ(s)2s π
donde se ha usado la definición de la función espectral η(s), que mide la asimetrı́a del
operador de borde.
Finalmente, evaluando en s = 0, obtenemos
h + η(0)
η(0, ∆1 ) − η(0, ∆2 ) = nLB − nL† =− , (B.20)
B †
L 2

que es la contribución de borde al ı́ndice para el operador de Dirac bajo condiciones


APS.

75
76 TEOREMA DEL INDICE DE ATIYAH-PATODI-SINGER

76
APPENDIX C

Coeficientes b(i,j)

En este apéndice, damos una lista de los coeficientes b(i,j) definidos por la ecuación
(4.46)

1
b(1,0) = − − 2 α2 + 2 z
2
b(1,1) = 0
1
b(1,2) =
6¡ ¢
b(2,0) = − z2
1
b(2,1) = − − α2 + z
4
1
b(2,2) = −z
4
1
b(2,3) =
4
1
b(2,4) = −
4 µ ¶
5 5 α2 α4 1 2 2 z3
b(3,0) = + + − +α z+
96 12 6 4 3
1
b(3,1) = − + z − z2
4 µ ¶
9 2 α4 1 2
b(3,2) = − 2α − − − 3α z + z2
160 2 2
b(3,3) = 1 − 2z

77
78 COEFICIENTES b(i,j)

23 5 α2 7z
b(3,4) = − + +
32 4 4
3
b(3,5) = −
4
179
b(3,6) =
288 µ ¶ µ ¶
1 α2 1 2 1 2 z4
b(4,0) = + − +α z+ +α z2 −
16 4 4 4 2
µ ¶
17 15 α2 3 α4 7 9 α2
b(4,1) = − + + − − + z − z2 + z3
64 8 4 8 2
µ ¶ µ ¶
1 2 1 2 1 2
b(4,2) = − − 4 α − − − 10 α z+ − 4α z2 − z3
4 2 4
µ ¶
165 25 α2 5 α4 15 α2 5 z2
b(4,3) = − − − 6− z+
64 4 4 2 2
37 39 α2 ¡ ¢
b(4,4) = − + − −4 + 12 α2 z − 2 z 2
32 4
327 35 α2 49 z
x(4,5) = − + +
64 8 8
57 2 21 z
b(4,6) = − 6α −
16 4
179
b(4,7) =
64
71
b(4,8) = −
32

78
APPENDIX D
Funciones f (s; a, b; x)

Aquı́ vamos a dar todas las propiedades analı́ticas de las funciones f (s; a, b; x)
definidas en la ecuación (4.52).
Como en la referencia [55], haremos uso de
X∞ Z ∞ Z ∞
h(iν + ²) − h(−iν + ²)
h(ν) = dν h(ν) − i dν (D.1)
n=0 0 0 1 + e2πν

en el lı́mite ² → 0. ³ ¡ ¢2 ´−t
Cuando es aplicada a h(ν) = ν a 1 + xν , la ecuación previa da
µ ( ¡ ¢ ¡ ¢

X ³ ν ´2 ¶−t 1 Γ a+1 Γ t− a+1
a a+1 2 2
f (t; a, 0; x) = ν 1+ =x +
n=0
x 2 Γ(t)
³ πa ´ Z 1
ua ¡ ¢−t
2 sin du
2πux
1 − u2 +
2 0 1+e
³ πa Z
´ ∞ ¾
ua ¡ 2 ¢−t
2 sin − πt du u −1 . (D.2)
2 1 1 + e2πux
Estamos interesados en f (s; a, b; x), para b arbitrario. A partir de la definición, es
claro que f (s; a, b; x) = f (s + b, a, 0; x). Sin embargo, cuando b crece, las integrales
en la ecuación (D.2) eventualmente divergen en u = 1. Para evitar estas divergencias,
realizaremos un número adecuado de integraciones por partes, obteniendo ası́
( ¡ ¢ ¡ ¢
a+1 1 Γ a+1
2 Γ t − a+1 2
f (t; a, 0; x) = x −
2 Γ (t)
µ iπa ¶ a ¡ ¢Z ∞ ³a ´
e + 1 (−1) 2 Γ t − a2 a
a−2 sin(πt) u du g , a − 1; u, x (u2 − 1)−t+ 2 −
2 2 2 Γ(t) 1 2

79
80 FUNCIONES f (s; a, b; x)

µ ¶ ¡ ¢ ·Z 1 µ ¶
eiπa − 1 1 Γ t − a−1 a−1 a−1
a−3
2
u du g , a − 1; u, x (1 − u2 )−t+ 2 +
2 2 2 Γ(t) 0 2
Z ∞ µ ¶ ¸¾
a−1 a−1 2 −t+ a−1
(−1) 2 cos(πt) u du g , a − 1; u, x (u − 1) 2 , (D.3)
1 2
donde µ ¶a
1 d ub
g(a, b; u, x) = . (D.4)
u du 1 + e2πux
Sin embargo, el número de integraciones por partes está acotado por el requerim-
iento de que los términos integrados sean bien comportados en u = 0. En lo que sigue,
mantendremos el número de integraciones admisible, mediante el uso de la siguiente
relación de recurrencia
1
f (s; a, b; x) = f (s; a, b − 1; x) − f (s; a + 2, b; x) . (D.5)
x2
De esta forma, todas las funciones requeridas pueden ser reducidas a cuatro casos
diferentes

• f (s; 2n, n; x), f (s; 2n, n + 12 ; x), n = 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

• f (s; 2n + 1, n; x), f (s; 2n + 1, n + 12 ; x), n = 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6 .

Finalmente, después de expandir en potencias de s + 21 , obtenemos


½ µ ¶
1 1 1
f (2n, n; x) = x2n+1 − 1 n− −
2s+ 2
2
·µ ¶ µ ¶· µ ¶¸¸
1 1 1 1
n+
+ n− ψ(1) − ψ n + −
2 2 2 2
¡ ¢ Z ∞ )
π n − 21 ¡ 2 ¢ 12 1
¡ ¢ ¡ ¢ u du g(n, 2n − 1; u, x) u − 1 + O(s + ) ,
2n−2 Γ 12 Γ n + 12 1 2
(D.6)

µ ¶ ( ¡ ¢ ¡ ¢
1 2n+1 Γ n + 12 Γ 12
f 2n, n + ; x = x −n −
2 Γ(n + 1)
Z ∞ ¾
1 π 1
n n−1 u du g(n, 2n − 1; u, x) + O(s + ) (D.7)
2 Γ(n + 1) 1 2

( ¡ ¢µ ¶
2(n+1) 2 Γ(n + 1)Γ 12 1
f (2n + 1, n; x) = x ¡ ¢ n− −
3 Γ n + 12 2

80
81

¡ ¢ µ ¶Z 1 )
1 Γ 12 1 ¡ 2
¢ 12 1
¡ ¢ n− u du g(n, 2n; u, x) 1 − u + O(s + ) ,
2n−2 Γ n + 12 2 0 2
(D.8)

µ ¶ ½
1 2(n+1) 1
f 2n + 1, n + ; x = x − n[1−
2 2s + 21
Z ∞
1 1
u du g(n, 2n; u, x)]−
2n−2 Γ(n + 1) 0
1
[1 + n + n (ψ(1) − ψ(n + 1))] +
2
½ Z ∞
1 1
[1 + n (ψ(1) − ψ(n + 1))] u du g(n, 2n; u, x)−
2n−1 Γ(n + 1) 0
Z ∞ ¾ ¾
¯ 2 ¯ 1
n u du g(n, 2n; u, x) ln ¯u − 1¯ + O(s + ) , (D.9)
0 2
donde ψ(x) es la función Psi de Euler.
Estas expresiones generan todas las funciones f necesarias para la evaluación de
los Ai (s) requeridos, para i = 1, 2, .... ¡ ¢
Nótese que, para j = 0 e i = 1, el prefactor Γ s + i+j 2 en la ecuación (4.56)
tiene un polo en s = − 21 . Por lo tanto se debe retener el orden s + 21 en la expansión
de f (s; 0, 12 ; x),
µ ¶ µ ¶· Z ∞ ¸
1 1
f s; 0, ; x = −πx s + 1+2 u du g(0, −1; u, x) +
2 2 1
µ ¶
1 2
O (s + ) . (D.10)
2

81
82 FUNCIONES f (s; a, b; x)

82
APPENDIX E
Evaluación de A−1 y A0

En este apéndice describiremos algunos detalles del cálculo de los Ai (s), (ecua-
ciones (4.53)-(4.56)), en s = − 12 .
En primer lugar, obtendremos una expresión para A−1 en la ecuación (4.53)
¡ ¢ Z µ ¶
2R2s Γ s − 12 −2s+1 1 dy 1 √
A−1 (s) = √ z √ f s; 0, − ; z y . (E.1)
π Γ(s) 0 y 2
Mediante el uso de la ecuación (D.2) en el apéndice previo, A−1 puede ser puesto
en la forma
¡ ¢ Z ½
2R2s Γ s − 12 −2s+1 1 dy 1 √ Γ( 12 )Γ(s − 1)
A−1 (s) = √ z √ yz
π Γ(s) 0 y 2 Γ(s − 21 )
µ ¶Z ∞ ¾
√ 1 ¡ ¢ 1 −s 1
+ 2 y z sin π( − s) du u2 − 1 2 √ . (E.2)
2 1 1 + e2πu y z
Luego de intercambiar las integrales, se obtiene
Z ∞ ¡ 2 ¢ 1 −s
R2s z −2s+2 4R2s z −2s+1 u −1 2 ¡ ¢
A−1 (s) = +√ 3 du ln 1 + e−2πuz
s−1 πΓ(s)Γ( 2 − s) 1 u
 ¡ 2 ¢ 12 −s 
2R2s z −2s  π 2 Γ(s)Γ( 3 − s) Z ∞ u − 1 ¡ ¢ 
2 −2πzu
−√ + du Li 2 −e ,
πΓ(s)Γ( 32 − s)  24Γ( 32 ) 1 u2 

P∞ (E.3)
n
donde Lij (x) = n=1 xnj .
Finalmente, expandiendo alrededor de s = − 12 , se obtiene
· Z ∞
2z 3 1 1 1 u2 − 1 ¡ ¢
A−1 (s) = − − + du Li2 −e−2πuz −
R 3 12z 2 2π 2 z 2 1 u2

83
84 EVALUACIÓN DE A−1 Y A0

Z ∞ ¸
1 u2 − 1 ¡ ¢ 1
du log 1 + e−2πuz + O(s + ), (E.4)
πz 1 u 2
que resulta una representación útil para cálculos numéricos.
Evaluamos ahora A0 en la ecuación (4.54),
¡ ¢ Z µ ¶
2R2s Γ s + 12 −2s−1 1 dy 1 √
A0 (s) = √ z 3 f s; 1, ; z y . (E.5)
π Γ(s) 0 y2 2

Como antes, usando la ecuación (D.2) e intercambiando el orden de integración, se


obtiene ( Z 1
2R2s z −2s−1 Γ(s + 12 ) z2 dy
A0 (s) = √ ¡ 1
¢ 1 +
π Γ(s) 2 s − 2 0 y2
Z 1 Z 1
2
¡ ¢
2 −(s+ 2 )
1 1
2z du u 1 − u dy 1 ¡ √ ¢+
0 0 y 2 1 + e2πuz y
µ µ ¶¶ Z ∞ Z )
1 2
¡ 2 ¢−(s+ 12 ) 1 1
2 cos π s + z du u u − 1 dy 1 ¡ √ ¢ .
2 1 0 y 2 1 + e2πuz y
(E.6)
Ahora, después de extenderlo analı́ticamente y desarrollar alrededor de s = − 12 , se
obtiene
µ ¶ · µ ¶ ³ z ´
z2 1 1 z2 1 1
A0 (s) = ¡ 1
¢ 1 + 2
− 1 + 2
+ 2 1 + 2
log +
πR s + 2 12z πR 6z 12z 2R
Z ∞ ¸
2 ¡ ¢ 1
du log |1 − u2 | log 1 + e−2πuz + O(s + ) , (E.7)
πz 0 2
donde aparece un polo simple en s = − 12 .
Claramente, en ambos casos, las partes finitas deben ser evaluadas numéricamente.
No detallaremos el cálculo de los Ai para i > 0, ya que es una consecuencia directa de
las propiedades de f (s; a, b; x) descritas en el apéndice previo.

84
APPENDIX F
Cálculo detallado de CF22

Partimos de la ecuación (5.12)



ab 1 3 X (−1)k+1
CF22 (s) = 4µ4 Ω b ×
4π 2 Γ(s) (kπ)2
k=1

Z ∞ −(2a+b+c)t
¡ −2bt ¢
s+2 e e − e−2at 1
dt t 2 . (F.1)
0 (1 − e−2at ) (bt)2 + (kπ)2
1
El factor (bt)2 +(kπ)2 puede ser escrito como una integral; de hecho
· ¸ Z ∞
1 −1 1 1 1
= − = du e−btu sin(kπu) .
(bt)2 + (kπ)2 2ikπ bt + ikπ bt − ikπ kπ 0

Cuando esta expresión es reemplazada en la ecuación (F.1), se obtiene



ab 1 3 X (−1)k+1
CF22 (s) 4
= 4µ Ω 2 b ×
4π Γ(s) (kπ)3
k=1

Z ∞ −(2a+b+c)t
¡ ¢Z ∞
s+2 e e−2bt − e−2at
dt t 2 du e−btu sin(kπu)
0 (1 − e−2at ) 0

o, luego de intercambiar integrales


∞ Z
ab 1 3 X (−1)k+1 ∞
Γ(s + 3)
CF22 (s) = 4µ4 Ω b du sin(kπu) ×
4π 2 Γ(s) (kπ)3 0 (2a)s+3
k=1
½ µ ¶ µ ¶
c + 3b + bu c + 3b + bu c + 3b + bu
ζ s + 2, − ζ s + 3, −
2a 2a 2a

85
86 CÁLCULO DETALLADO DE CF22

µ ¶ µ ¶¾
c + b + 2a + bu c + b + 2a + bu c + b + 2a + bu
ζ s + 2, + ζ s + 3, .
2a 2a 2a
Cuando las funciones ζ son escritas en términos de sus desarrollos en serie, se
obtiene
∞ Z
ab 1 3 Γ(s + 3) X (−1)k+1 ∞
CF22 (s) = 4µ4 Ω 2 b du sin(kπu)×
4π Γ(s) (2a)s+3 (kπ)3 0
k=1
( ∞ µ ¶−(s+3) X∞ µ ¶−(s+3) )
X c + 3b + bu c + b + 2a + bu
l l+ − l l+ .
2a 2a
l=0 l=0

Finalmente, después de realizar la integral restante, se llega a la ecuación (5.13):

∞ ∞
ab Γ(s + 3) −s X (−1)k+1 X
CF22 (s) = −2iµ4 Ω b l×
4π 2 Γ(s) (kπ)1−s
k=1 l=0
·½ µ ¶ ¾
π kπ kπ
ei 2 s ei b (2al+c+3b) Γ −s − 2, i(2al + c + 3b) − C.C. −
b
½ µ ¶ ¾¸
iπ s i kπ (2al+c+b+2a) kπ
e e
2 b Γ −s − 2, i(2al + c + b + 2a) − C.C. . (F.2)
b

86
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