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130
Pappanico-1.pdf
Pappanico
Grado en Psicología
Facultad de Psicología
Universidad de Sevilla
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su
totalidad.
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Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
cambios, recibe feedback y es necesario para que la sensación subjetiva emerja.
De esta manera, afirmamos que las sensaciones además de depender del
individuo, son subjetivas y se dan en lugares concretos del organismo. Son
consecuencia de los cambios fisiológicos, por lo que si sentimos sin la presencia
de estos cambios, se observan alucinaciones.
En otras ocasiones, nos encontramos ante situaciones complejas y difíciles de
desenredar, en las que hay una rápida sucesión de distintos estímulos tanto
externos como internos. En estos casos la introspección es más compleja, ya
que nuestra atención es limitada y es más difícil identificar el cambio que se ha
producido.
Si ponemos el ejemplo de un accidente de tráfico, viviremos momentos en los
que ocurren combinaciones de distintos cambios somáticos, y en los que vamos
a percibir estímulos externos e internos muy variados. La suma total de estas
percepciones y pensamientos constituyen lo que llamamos miedo. Cuando
dirigimos nuestra atención a proceso somático nos damos cuenta de que es el
responsable de la cualidad de la experiencia en su totalidad y que los
pensamientos tienen un mero papel de apoyo a los sentimientos. Por eso, si
suprimimos los pensamientos seguiremos notando la sensación de miedo
(latidos rápidos del corazón, vacío en la boca del estómago… ) Pero si
intentamos no focalizar nuestra atención en nuestras sensaciones somáticas,
nuestro miedo se suprimen por un momento.
Por lo que, la autoinspección común, nos afirma que la cualidad particular de la
emoción es la conciencia de que estos cambios somáticas están en curso. La
emoción queda así definida como posterior a la respuesta somática.
Encontramos después una segunda teoría que contradice a lo mencionado
anteriormente. Esta explica que cuando se nos presenta un estímulo, llevamos a
cabo una evaluación cognitiva del contexto, gracias a nuestro cerebro. De tal
forma que se genera la emoción (de la que se es consciente) y se produce una
respuesta. Es decir, la emoción es anterior a la respuesta somática. sciencia de
un peligro, causando cambios somáticos.
La primera teoría fue elaborada por Williams James y Carl Lange, quienes
defendían que primero se experimentan ciertos cambios viscerales y tras ser
conscientes de ellos, los relacionamos con una emoción: “lloras luego estas
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triste”. La teoría no fue muy popular en la época. James concretaba que frente a
cada emoción se presentan un tipo de cambios somáticos diferentes de otras.
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específicos o determinar su intensidad.
Para él, las acciones que provocan las diferentes experiencias pueden modularse
mediante la autoinspección, que es la que nos alerta de la agitación del cuerpo,
es decir, de los movimientos somáticos que se están produciendo en nosotros
(por lo que somos conscientes de ellos).