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CAPÍTULO 1

Anatomía, fisiología
y embriología
del oído

1. ANATOMÍA brocartilaginosa y abundantes glándulas que se-


gregan el cerumen, sustancia con gran conteni-
El oído, desde el punto de vista morfológico, se do graso que tapiza y lubrifica el conducto. Po-
divide en tres partes (Fig. 1-1): oído externo, me- see una longitud de 3.5 cm, aproximadamente,
dio e interno, albergados en su práctica totali- tiene una forma irregularmente ovalada y termi-
dad en el hueso temporal. Recordemos que este na en el tímpano o membrana timpánica, que es
hueso está formado por tres piezas óseas: pe- como si dijéramos, la puerta del oído medio.
ñasco, escama y hueso timpanal. En la zona don- La vascularización del oído externo es muy
de se unen tales piezas queda una compleja hen- abundante, a expensas de diversas ramas de la
didura que va a ser ocupada por las distintas carótida externa, con retorno venoso a las yugu-
estructuras del oído. Básicamente, es el peñas- lares. Sus linfáticos van a drenar a los ganglios
co el que más contribuye, prolongándose por
detrás y por fuera en una recia formación, la
«apófisis mastoidea». Oído externo Oído interno
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1.1. Oído externo

El oído externo (Fig. 1-1) está formado por el pa-


bellón y el conducto auditivo externo (CAE). El
pabellón es la única porción externa del oído.
Posee un armazón cartilaginoso muy irregular,
sobre el que se adosa la piel, y unos músculos
rudimentarios. Presenta una serie de repliegues:
hélix, antihélix, trago y antitrago, y debajo, el ló-
bulo. Entre los últimos hay una depresión, la
concha, donde se encuentra la entrada del CAE.
Éste tiene una porción externa fibrocartilagino-
sa y otra interna u ósea, labrada en el hueso tem- Oído medio
poral.
El CAE se dirige hacia dentro, hacia delante y
ligeramente hacia abajo, y está tapizado por piel Figura 1-1.
que posee folículos pilosebáceos en la parte fi- Corte esquemático del oído.
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de la celda parotídea y de la porción alta de la ca la caja con el oído interno (Fig 1-2a). La
cadena ganglionar laterocervical. Su inervación membrana timpánica y la cadena forman el sis-
es rica y está encomendada al plexo cervical y a tema tímpano-osicular. El tímpano (Fig. 1-2b) es
los nervios trigémino y facial. Este último inerva una membrana que hace contacto con el mar-
la porción de la concha y la pared posterior del tillo, con su porción descendente o mango y
conducto (área de Ramsay-Hunt) a través de su con un saliente de éste, su apófisis externa. El
exiguo componente sensitivo. tímpano posee dos porciones: pars tensa y pars
flaccida. La primera es mucho más grande y vi-
bra, ya que tiene tensión. La segunda, llamada
1.2. Oído medio membrana de Schrapnell, carece de tensión,
no participa en la transmisión y su forma es
Está formado por la caja del tímpano, que es triangular por encima de la apófisis externa. El
su porción principal, y la mastoides. La caja tímpano está unido al CAE por el llamado liga-
del tímpano alberga la cadena de huesecillos: mento de Gerlach, que por arriba deja el rebor-
martillo, yunque y estribo (Fig. 1-2a), que une de óseo para dirigirse a la apófisis externa del
la membrana timpánica con el oído interno. El martillo (repliegues timpanomaleolares). El tím-
último huesecillo, el estribo, encaja por su pla- pano está deprimido en su centro (ombligo),
tina en la llamada «ventana oval», que comuni- donde acaba el mango del martillo, y es de co-
lor gris nacarado y brillante. Al iluminarlo en
la exploración (otoscopia), se produce un cono
o reflejo luminoso desde el ombligo hacia aba-
jo y hacia delante. La porción más alta de la
caja, o epitímpano (Fig. 1-2a), aloja la parte
más voluminosa del martillo y del yunque: sus
M cuerpos articulados; también se la conoce como
aditus.
CSE
CAE Y
NF Mango
OI Pars flaccida
del martillo
Pars tensa

VO
T
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AS PS
E AI PI

Triángulo
P luminoso
VR Figura 1-2b. Desde el punto de vista clínico divi-
dimos la pars tensa del tímpano en cuadrantes:
AS: Anterosuperior. PS: Posterosuperior. AI: An-
teroinferior. PI: Posteroinferior.

En la pared interna de la caja del tímpano


(Fig. 1-2a) se encuentra la ventana oval y debajo
de ella existe un abombamiento, el promontorio,
Figura 1-2a. Oído medio. CAE: Conducto auditi-
vo externo. T: Tímpano. M: Martillo. Y: Yunque. correspondiente a la primera vuelta de espira
E: Estribo. VO: Ventana oval. OI: Oído interno. del caracol (véase más adelante); más allá de
P: Promontorio. VR: Ventana redonda. Obsérven- éste se encuentra una segunda ventana, llamada,
se los ligamentos que fijan los huesecillos. por su forma, ventana redonda, que está ocluida
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por una membrana o tímpano secundario. Esta munica con la trompa de Eustaquio, conducto
membrana comunica, como la oval, el oído me- que une el oído medio con la faringe. Ésta se
dio con el interno (véase la Fig. 1-3 y el epígrafe abre al compás de la deglución, al contraerse los
Fisiología). Los huesecillos martillo y estribo po- músculos elevadores del velo del paladar. La
seen sendos músculos: músculo del martillo y trompa tiene como misión mantener la presión
del estribo o estapedio. Estos músculos se con- atmosférica en el oído medio, presión necesaria
traen de forma refleja ante sonidos intensos, para su correcto funcionamiento, y también sir-
particularmente el segundo, con lo cual prote- ve para drenar las secreciones que puedan for-
gen al oído interno de tales sonidos, pues dicha marse en el oído. La mucosa de éste posee algu-
contracción pone rígida la cadena osicular, con nas células secretoras, especialmente en el niño,
lo que la transmisión empeora. El músculo del así como la propia trompa.
martillo está inervado por el trigémino y el del
estribo, por el facial.
Por detrás de la caja del tímpano se encuen- 1.3. Oído interno
tra la mastoides, que en circunstancias normales
es una estructura celular, con múltiples cavida- Al oído interno (Fig. 1-1) también se le denomi-
des pequeñas (celdas) unidas entre sí. De ellas na laberinto, dada su complejidad anatómica.
hay una constante más grande, situada arriba y Hay un laberinto anterior, o caracol, y un labe-
delante, llamada antro mastoideo, que se comu- rinto posterior, o laberinto propiamente dicho
nica con el aditus por un orificio llamado aditus (Fig. 1-3). El caracol tiene función auditiva y el la-
ad antrum. berinto interviene en el equilibrio y la concien-
La vascularización del oído se lleva a cabo a cia espacial.
expensas de la carótida externa, y la inervación El caracol está situado delante y debajo, y
sensitiva corre a cargo fundamentalmente del tiene la forma de este molusco. Se abre a una ca-
nervio de Jacobson, rama del glosofaríngeo que vidad central o vestíbulo (Fig. 1-3), que a su vez
recorre de abajo hacia arriba la pared interna de recibe tres conductos, los conductos semicircu-
la caja. lares. El vestíbulo y los conductos semicircula-
La caja está tapizada por una delgada muco- res forman el laberinto posterior. Los conduc-
sa o mucoperiostio, y por delante y arriba se co- tos tienen una extremidad dilatada o ampolla y

VIII PC
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Figura 1-3. Esquema del oído in-


terno. V: Vestíbulo. CO: Caracol
óseo. CM: Caracol membranoso
CO o cóclea. RV: Rampa vestibular.
RT: Rampa timpánica. 1: Ventana
oval. 2: Ventana redonda, con el
RT
tímpano secundario (línea inte-
RV rrumpida). Obsérvese el juego de
7 9 8 ventanas, indicado por flechas, so-
CS bre el estribo y el tímpano secun-
dario. Con las tres flechas curva-
das que parten de la ventana oval
5 3 5 representamos tres hipotéticos so-
6 4 nidos: agudo, medio y grave (ex-
V 4 plicación en el texto, epígrafe 2.1.).
1 CM 3: Fosita oval. 4: Fosita hemisfé-
rica. 5: Ampollas. 6: Conducto se-
micircular horizontal. 7: Conducto
2 semicircular vertical anterior. 8: Con-
ducto semicircular vertical poste-
rior. 9: Crus comune.
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otra simple, y están vagamente orientados en pectivamente, en el vestíbulo y en la ventana re-


los tres planos del espacio, perpendiculares en- donda, que la relaciona con la caja del tímpano
tre sí, por lo que existen dos conductos vertica- (Figs. 1-3 y 1-4). Su cavidad se conoce como es-
les: (anterior y posterior) y uno horizontal. Los cala media. El caracol membranoso contiene el
dos primeros tienen una extremidad no ampo- órgano de Corti, que es el receptor de la audi-
llar común (crus comune). El vestíbulo, en su pa- ción y al que, por tanto, llegan las terminacio-
red interna, tiene dos depresiones o fositas: oval nes del nervio auditivo, que establecen sinapsis
y hemisférica (Fig. 1-3), y un conducto (acueduc- con las células sensoriales o células ciliadas
to del vestíbulo) que termina en la pared poste- (Fig. 1-5a). Éstas se dividen en dos grupos: inter-
rior del peñasco. nas (CCI), en una sola hilera y en un número
El caracol (Fig. 1-4) posee un núcleo o modio- aproximado de 6000, y externas (CCE), en tres
lo alrededor del cual se sitúa un tubo o lámina hileras, lo que supone, por tanto, unas 18 000. La
de los contornos, que forma el caracol propia- mayor parte de la inervación aferente se origina
mente dicho. Dicha lámina está parcialmente in- en las CCI, pero las CCE reciben el mayor contin-
terrumpida por una cornisa ósea, la lámina espi- gente de inervación eferente. La rampa timpáni-
ral ósea (Fig. 1-4). Éste es el que llamamos caracol ca está unida al espacio subaracnoideo por el
óseo, que como vemos es un continente. Dentro conducto coclear.
de él hay un contenido, el caracol membranoso, El laberinto posterior membranoso (Fig. 1-5b)
auténtico órgano sensorial. está integrado por dos vesículas: sáculo y utrícu-
lo, que se disponen en las fositas del vestíbulo, y
por tres conductos semicirculares membrano-
sos. Las vesículas tienen como receptor las llama-
das máculas del sáculo y del utrículo. Las mácu-
las constan de un epitelio sensorial de células
LC ciliadas con su inervación correspondiente y, por
encima, reposando sobre ellas, una formación
calcárea o membrana estatocónica, formada por
cristales (otolitos) de carbonato cálcico (Fig. 1-5c).
Los conductos semicirculares tienen como re-
ceptor las crestas semicirculares (Fig. 1-5d), alber-
CM
EM gadas en las extremidades ampulares o ampollas.
M Tales crestas tienen una constitución parecida a
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la de las máculas, pero en lugar de ser planas es-


RV
LEO
tán elevadas. Poseen también células sensoriales,
con su correspondiente inervación, y una su-
praestructura, ahora gelatinosa, la cúpula, que
RT
hace contacto con los cilios sensoriales.
NA
Todas las vesículas del laberinto membrano-
so están unidas entre sí y se prolongan en una
Figura 1-4. Dibujo esquemático del caracol. formación, el conducto y el saco endolinfático,
M: Modiolo. LC: Lámina de los contornos. LEO: Lá-
que termina en el endocráneo (Fig. 1-5b) (espa-
mina espiral ósea. CM: Caracol membranoso.
NA: Nervio auditivo. EM: Escala media. RT: Ram- cio extradural), recorriendo el acueducto del
pa timpánica. RV: Rampa vestibular. vestíbulo.
Dentro del laberinto membranoso hay un lí-
quido de origen celular, la endolinfa, particular-
mente rico en potasio, y entre el laberinto mem-
El caracol membranoso (Fig. 1-4) o cóclea se branoso y el óseo, otro líquido, la perilinfa, que
enrolla dentro del caracol óseo, y tiene forma es un trasudado rico en sodio.
prismático-triangular (veáse la Fig. 1-5). Interrum- El nervio auditivo o estatoacústico (VIII par)
pe la lámina de los contornos dando lugar a las alcanza los receptores estudiados a través del
rampas vestibular y timpánica, que se abren, res- conducto auditivo interno (CAI). Junto a él aban-
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A B

1
2 11
10

3 9
6 5 7 8
4
6

Figura 1-5a. Laberinto membranoso y receptores de la audición (cóclea) y del laberinto posterior.
A. Cóclea. 1. Membrana de Reissner. 2: Membrana tectoria. 3: Ganglio de Corti, nervio auditivo. 4: Lámi-
na espiral ósea. 5: Células ciliadas internas. 6: Pilares de Corti. 7: Células ciliadas externas. 8: Células de
sostén. 9: Membrana basilar, en la que reposa el órgano de Corti, y ligamento espiral. 10: Ligamento
espiral. 11: Estría vascularis. B. Corte histológico de la cóclea del cobaya.

dona el endocráneo el nervio facial, o VII par, mendada al oído externo, el oído medio y el ca-
que atraviesa el hueso temporal por el acueduc- racol, y la segunda, al laberinto posterior.
to de Falopio.

2.1. Fisiología de la audición


2. FISIOLOGÍA
La onda sonora alcanza el pabellón y es proyec-
Desde el punto de vista funcional, el oído es un tada al conducto auditivo externo, con lo que al-
órgano doble: por una parte, es el órgano de la canza el tímpano. Éste vibra ante la conmoción
audición y, por otra, el de la orientación espacial de la onda y transmite esa vibración por la ca-
y el equilibrio. La primera función está enco- dena osicular hasta el estribo (Fig. 1-2a); la pla-
tina del estribo penetra rítmicamente en el oído
interno y provoca una ondulación de la perilin-
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fa y, con ella, de la membrana basilar: la «onda


viajera». Para que todo esto ocurra, es preciso
que la onda posea ciertas características (acon-
4 sejamos al lector que consulte los tratados de
acústica fisiológica para adquirir más informa-
ción al respecto). El oído medio transmite el so-
nido y lo amplifica y, si es muy intenso, protege
3 al oído interno por medio de la contracción re-
fleja de los músculos del martillo y el estribo,
2 sobre todo de este último. Finalmente, la pre-
sencia del tímpano secundario en la ventana re-
donda (Fig. 1-3) actúa como punto débil para
que pueda prosperar la onda viajera. Todo fun-
1 5 cionará óptimamente si la trompa de Eustaquio
cumple su misión de mantener equilibrada la
Figura 1-5b. Laberinto membranoso. 1: Caracol presión del oído medio con la atmosférica. To-
membranoso. 2. Sáculo (unido al anterior por el dos los fenómenos que tienen lugar en el oído
ductus reuniens de Hensen). 3: Utrículo. 4: Con- medio se agrupan en lo que se denomina trans-
ductos semicirculares. 5: Saco endolinfático. misión sonora.
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audición hoy más en boga, la place theory, según


1 la cual la cóclea analiza el sonido de acuerdo con
su frecuencia. En el punto donde se produce la es-
2 timulación, el órgano de Corti oscila y sus cilios se
mueven llegando a entrar en contacto con la mem-
brana tectoria. Ello da lugar a unos fenómenos
electroquímicos en la célula, que generarán el im-
pulso nervioso en la sinapsis. La expresión de es-
tos fenómenos puede verse en la actividad eléctri-
ca de la cóclea: potencial microfónico, de sumación
(modificaciones del potencial que existe en repo-
so o endococlear) y, finalmente, potencial de ac-
ción del nervio.
En la actualidad se sabe que las verdaderas cé-
Figura 1-5c. Receptor de la aceleración lineal y la lulas sensoriales son las internas, mientras que las
gravedad: mácula. Cualquier inclinación corporal externas actúan mejorando y afinando la respues-
o desplazamiento rectilíneo hace resbalar la mem- ta de aquéllas. Hoy se sabe también que estas cé-
brana otocónica (1) sobre los cilios del neuro- lulas poseen propiedades contráctiles y hasta son
epitelio (2), lo que generará el tren de impulsos capaces de emitir sonidos (emisiones otoacústi-
(impulso nervioso) con la correspondiente infor- cas), respondiendo probablemente a los impulsos
mación a los centros de la consciencia o de los de la rica inervación eferente que reciben.
reflejos. Lo mismo ocurrirá con los movimientos La place theory se ha visto limitada al compro-
angulares (Fig. 1-5d).
barse que la cóclea responde no sólo a las fre-
cuencias, sino también al ritmo con que llegan
los estímulos, con independencia de aquéllas.
La transmisión sonora tiene una física, que es
lo que se conoce como impedancia del oído me-
dio, o resistencia que opone el sistema timpano- 2.2. Fisiología del laberinto posterior
osicular al paso de la onda sonora. La impedan-
cia está formada por tres factores: masa, rigidez El laberinto posterior se integra, desde el punto de
y frotamiento. vista fisiológico, en el mantenimiento del equili-
El oído interno tiene como misión transformar brio y en la conciencia espacial (es decir, en el co-
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la energía mecánica del sonido en energía eléctri- nocimiento que tenemos de nuestra posición). Con-
ca y, como tal, transmitirla al nervio auditivo para ciencia espacial y equilibrio son dos funciones
que en forma de impulso nervioso alcance los cen- unidas. La conciencia espacial se logra gracias a
tros de la audición. A partir de las ventanas, se en- los estímulos que la sensibilidad profunda, la vi-
tra en lo que se conoce como percepción dentro sión y el laberinto envían a los centros. Estas tres
de la fisiología auditiva. La onda viajera recorre la son también las aferencias del equilibrio, pues éste
escala media con la conmoción de la membrana es un reflejo cuyos aferentes son los tres mencio-
basilar. Esta onda será más o menos larga según nados; los eferentes serán las vías piramidal y ex-
la frecuencia del sonido. Así, los sonidos agudos, trapiramidal, que conducirán los impulsos nervio-
con una frecuencia elevada, generan una onda de sos generados por la información aferente a su
corta longitud y estimulan las zonas más bajas de destino. Tal destino son los músculos de los ojos,
la cóclea (Fig. 1-3), próximas a la base; a medida el tronco y las extremidades. Si se canalizan los es-
que el sonido se hace más grave, estimula zonas tímulos hacia la vía piramidal, habrá movimientos
orientadas más hacia la punta, pues son sonidos compensadores para mantener el equilibrio, y si
de menor frecuencia y mayor longitud de onda. van a la extrapiramidal, modificaciones del tono
(Fig. 1-3). Así pues, la cóclea analiza los compo- muscular, con el mismo fin. Los propioceptores
nentes de los sonidos compuestos, ya que éstos, del cuello, dentro de la sensibilidad profunda, des-
según su frecuencia, estimularán una zona u otra empeñan un papel muy importante por ser los im-
de la misma. Este hecho da lugar a la teoría de la plicados en los movimientos de la cabeza.
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Anatomía, fisiología y embriología del oído 9

verticales». Se puede afirmar que los conductos


semicirculares son los receptores que informan so-
bre la aceleración angular.
El sáculo y el utrículo informan sobre los mo-
vimientos lineales y la acción de la gravedad.
Las inclinaciones corporales o de cabeza, así co-
AMPOLLA mo los desplazamientos rectilíneos, hacen que la
membrana estatocónica resbale sobre los cilios,
2 produciendo la estimulación (Fig 1-5c).

1 3. EMBRIOLOGÍA
3
Desde el punto de vista embriológico, el oído
Figura 1-5d. Receptor de la aceleración angular: es un órgano dual. Tanto el oído externo como
cresta semicircular. El giro en el plano del con- el medio tienen su origen en el aparato bran-
ducto desplaza la endolinfa (flechas grandes) que quial primitivo. Su primer surco dará lugar al
desvía la cúpula. Ésta dobla los cilios del neuro- conducto auditivo externo, y los dos primeros
epitelio, lo que generará el tren de impulsos en arcos contribuirán a formar el pabellón y los
el nervio. 1: Neuroepitelio. 2: Cúpula. 3: Nervio. huesecillos del oído medio. La cavidad de éste
procede de la primera bolsa faríngea, o bolsa
tubotimpánica, que emigra reabsorbiendo el
Veamos cuál es el papel del laberinto en este mesénquima del primer y segundo arco; dicha
contexto. Gracias a la estimulación de los con- bolsa forma la futura trompa de Eustaquio, que
ductos semicirculares, se recibe información de acaba ensanchándose en lo que será el oído
los movimientos corporales o de la cabeza lleva- medio. Parte del mesénquima no se reabsorbe-
dos a cabo en el plano correspondiente (ley de rá con el empuje de la bolsa y ello dará lugar a
Flourens). Durante el giro, se produce un movi- los huesecillos: martillo y yunque, derivados
miento de la endolinfa que desplaza la cúpula del primer arco, y estribo, procedente del se-
(Fig. 1-5c), la cual tuerce los cilios de las células gundo.
sensoriales con la emisión de un tren de impul- Antes de que comience el desarrollo del oído
sos. Por la primera ley de Ewald se sabe que externo y medio, del tubo neural primitivo se
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cuando se estimula el conducto semicircular ho- desprende una porción a la altura del romben-
rizontal se produce un movimiento lento de los céfalo, que dará lugar a la vesícula ótica, la cual
ojos y de todo el cuerpo en el sentido de la co- emigra hacia el mesénquima de los primeros ar-
rriente, con un retroceso brusco del movimien- cos, al tiempo que se diferencia en el oído inter-
to ocular (nistagmus), y que ocurre lo contrario no. Llegará un momento en que se encontrarán
cuando se estimulan los verticales. Hay una se- la bolsa tubotimpánica y la vesícula. El punto de
gunda ley de Ewald, de no clara interpretación, contacto es la pared interna de la caja; el mesén-
según la cual «en el conducto semicircular hori- quima que rodea a la vesícula ótica se engruesa
zontal la estimulación ampulípeta es más inten- y da lugar al laberinto periótico, futuro laberin-
sa que la ampulífuga, ocurriendo al revés en los to óseo.

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10  OÍDO

PUNTOS CLAVE

• El tímpano conserva las estructuras embriológicas que lo originaron: ectodermo en su capa epi-
telial; mesodermo en la fibrosa y endodermo en la mucosa.
• Las cavidades aéreas del oído medio se forman a partir del receso tubotimpánico primitivo. La
detención de la neumatización se relaciona con procesos supurativos del oído medio.
• La cadena osicular es la estructura del oído medio encargada de conducir las ondas sonoras ha-
cia el oído interno, modificándolas.
• Los músculos del oído medio protegen frente a los ruidos intensos.
• Las concentraciones de iones (Na+ y K+) son diferentes en cada rampa del caracol.
• Los acueductos coclear y endolinfático comunican el interior del oído interno con el endocráneo.
• La cóclea tiene una distribución tonotópica de frecuencias.
• La place theory indica que la cóclea analiza el sonido de acuerdo con su frecuencia.

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Manual de otorrinolaringología (2a. ed.), edited by Jesús Algaba, and Español, Carlos Cenjor, McGraw-Hill España, 2007. ProQuest Ebook
Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucasalsp/detail.action?docID=3194936.
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