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EL ZULLA.

ILUSTRADO
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TOMO L M a ra c a ib o : 31 d e O c tu b r e d e 1889 NUM. 11

Provincial, el edificio, además de las tación en Noviembre de 18 4 1; y pa­


& 80U f t M & t M f l O piezas destinadas para Cárcel, debía ra Noviembre del año de 1842 ya es­
tener las necesarias para la misma D i­ taba terminada la casa que por largos
putación, para el Concejo y demás años continuó siendo Cárcel.
D ire ctor y Eiditor : B . t l O P E I Z F ^ I V A S
oficinas municipales. Convencida la Diputación de que
L a fábrica había adelantado bas­ con los recursos municipales se in­
tante para Noviembre de 1841, ha­ vertirían muchos años en aquella obra,
C asa de G o bier n o biendo sido sus directores sucesiva­ acudió al Congreso', con fecha 3 de
mente los señores Manuel de Arocha Diciembre de 1841, pidiendo se acor­
dase un emprésti­
to de 16,000 pesos

E
L hermoso edi­
ficio cuya vista que las rentas muni­
presentamos á cipales irían amor­
nuestros lectores en tizando con anuali­
esta misma página, dades de 3,000 pe­
está situado en el sos, con hipoteca
costado norte de la de lo que corres­
plaza principal de pondía á esta pro­
esta ciudad, y en él vincia por el 4 p §
están instaladas las de subsidio. Se pe-
oficinas del Ejecuti­ día.además, al C on­
vo Seccional, laTe- greso eximiese de
sorería y la Jefetu- derechos de impor­
ra civil del Distrito. tación algunos efec­
El área ocupada tos que para la fá­
brica era preciso
hoy por la Casa de
traer del extrange-
Gobierno lo estaba
antiguamente por ro, como enverja­
un vetusto caserón dos, piedras de g ra ­
que servía al mismo nito, etc. El Con­
tiempo de Cárcel y greso negó la peti­
Casa Municipal, y ción.
una casa particular En Noviembre
que fue comprada de 1844, dijo en su
por el municipio en Memoria el gober­
Julio de 184o.1 de nador Serrano:
conformidad con la "Con sentimien­
ordenanza de io d e to me veo forzado
Diciembre de 1839, á participaros que
en la cual la Dipu­ esta importante fá­
tación Provincial brica se halla para­
decretó la reedifi­ lizada, por falta de
cación de la Cárcel. fondos en la admi­
En Febrero de nistración munici­
1841, siendo G o­ pal para atender á
bernador el general sus gastos. E l em­
José E. Andrade, MARACAIBO. — C a s a de Go b ier n o . préstito del Con­
se dio principio á greso con que se
la obra, según el contaba en auxilio
plano levantado por el teniente de in­ y José Aniceto Serrano. En la M e­ de éstos, quedó sin efecto, recibiendo
genieros Olegario Merieses y presen­ moria de aquel año recomienda el la obra un golpe mortal; pues difícil
tado al Gobernador por don Manuel gobernador , Andrade la demolición es. si no imposible, que las rentas de
de Arocha, quien lo costeó de su par­ de la vieja Cárcel por ser ya estorbo­ la provincia por sí solas puedan dar
ticular peculio. sa para la continuación de los traba­ cima al edificio, con las insignificantes
Según el decreto de la Diputación jos; y la construcción de un edificio sumas que las erogaciones comunes
que la reemplace en los escombros de dejen disponibles. L a Diputación
L a Garita.2 Así lo dispuso la Dipu­
1 Ksta casa perteneció á los señores presbíte­ una torre ó garita y estaba en el mismo punto
ros maestro José María Angulo y Juan de Dios (pie hoy ocupa el local de la Sociedad Mutuo
( astro y señor Manuel Iriarte I.e/.ama. - Así llamaban una antigua casa que tenía Auxilio.
86 EL ZULIA ILUSTRADO

debe estar convencida de que la con­ B ajo scco, donde medran unos cuantos merables sacos llenos del mejor café
clusión de la Cárcel y Casa Municipal mangles. Una perspectiva muy pin­ esperan su traslación á bordo, for­
de esta ciudad, con los solos proven­ toresca ofrece la isla l oas, cubierta mando como largos baluartes; barca­
tos municipales, es bastante difícil por de elevados mangles y situada al S u ­ zas y lanchas cargadas hasta flor de
ahora, y de que para realizar este reste de San Carlos, y de aquí pene­ agua van y vienen desde los buques
pensamiento se hace necesario adop­ tra una lengua de tierra á gran dis­ al muelle ó vice—versa; dependientes
tar una economía rigurosa y esperar tancia dentro del golfo, cuyo extremo y agentes de las casas de comercio
mucho años todavía su inauguración." lleva el nombre de Punta de las Pal­ de la ciudad, en traje americano ente­
La fábrica continuó paralizada mas. nombre derivado de los magní­ ramente blanco, inspeccionan las ope­
hasta que el general Sutherland, co­ ficos bosques de cocoteros que hermo­ raciones ó están discutiendo con los
mo Presidente del Zulia, contrató su sean sus orillas. Desde la Punta de las empleados y vistas de la Aduana, lle­
continuación, quedando concluida en Palmas hasta San Carlos se extiende vando siempre en una mano su para­
Marzo de 1868 la parte que hoy está el 1 ablazo. donde la profundidad es sol de grandes dimensiones.
en servicio. Los gobiernos subsi­ tan poca, que los buques rozan con Por la mañana es cuando se ob­
guientes se han limitado á su conser­ sus carenas el fondo limoso, dejando serva más movimiento, porque enton­
vación y á ornamentar sus salones tras sí un rastro amarillento que sube ces el mercado que se establece en la
principales. á la superficie. Más de medio día se gran plaza que hay entre la Aduana
necesita para llegar á Maracaibo, que y el puerto reúne á multitud de gen ­
desde el lado del golfo impresiona tes: pero mucho antes de amanecer,
(C u a d ro s d e ^ .c n c * u c la agradablemente, á pesar de que el ya se oye golpear á las lavanderas de
paisaje carece de perspectiva, á causa color, metidas hasta las rodillas en el
POR
de la escasa vegetación que produce agua, y que acaban con el dulce sue­
A. G O Q R IN G . el suelo poco ondulado, arenoso y se­ ño matinal de las personas que viven
co, cubierto sólo de maleza, chumbe­ en las cercanías y aun no están acos­
ras y pitas: en vano se busca allí un tumbradas á ese ruido desesperador.
árbol bajo cuya protectora sombra A los primeros rayos del sol empieza
podría el caminante librarse de los en el mercado la bulla y animación:
ardorosos rayos defr sol tropical, y que lanchas cargadas con los productos
' aspecto de la costa X.oroes- interrumpiese la monotonía del pai­ del país se aVriman una al lado de
te de Venezuela, tan desnu- saje. otra en el puerto para ser varadas á
0,1 ^ da y solitaria, es la La disposición de la ciudad y el la izquierda del muelle; en la plaza y
antítesis de la sierra pintoresca cu­ carácter de los edificios, todos los cua­ playa se arman aquella confusa grite­
bierta de espesos bosques que se e x ­ les parecen cortados sobre un mismo ría y barullo propios de un mercado
tiende por las costas de Puerto C a ­ patrón, sólo que van siendo más pe­ donde se mueven en confusa mezcla
bello. Caracas y de Paria, al Este. queños y pobres á medida que uno se representantes de las razas y tipos
Al entrar con buena mar en el golfo aleja del centro, son los mismos que más opuestos del género humano:
siempre agitado de Maracaibo, sólo en otras partes de Venezuela y ofre­ negros, mulatos, indios, zambos, mes­
descubre la vista á ambos lados pla­ cen muy poco de notable bajo el pun­ tizos y otros se dan prisa á colocar y
yas arenosas, cuya monotonía ' vese to de vista arquitectónico. Las calles extender sus productos, y en un abrir
interrumpida acá y acullá por algunos arenosas están sin empedrar, y en y cerrar de ojos se ha cubierto aquel
cerros y lomas bajas y aisladas. muchas partes se buscan en vano las extenso arenal de todo género de fru­
Forman el golfo de Maracaibo aceras; pero no deja de ser interesan­ tos tropicales. Y no es menor el mo­
dos penínsulas que se adelantan en te la hermosa Plaza Mayor, remoza­ vimiento y aparente confusión en las
dirección Norte: la del Oeste es el da, magníficamente enverjada y ador­ aguas del puerto, que sólo cesa cuan­
país de los guajiros, indios indepen­ nada con hermosos cuadros de flores do los vendedores tienen ya sus g é ­
dientes y no civilizados; al Este se cruzados por anchas calles: en el neros en tierra y dispuestos para la
encuentra Paraguaná y la costa de centro queda un ancho espacio donde venta: hasta entonces es de ver cómo
Coro. Los colosales bancos de are­ antes se levantaba una estatua que las lanchas y otras pequeñas embar­
na que forman la barra, tan temida representaba á Holívar y que no guar­ caciones costaneras se cruzan y en­
de los marinos, dificultan la entrada daba proporción con el terreno, pues trecruzan para llegar á tiempo al
en el golfo por la parte Sur, bastante sólo tenía cosa de un metro de alto. puerto. ¡Qué aspecto tan delicioso
peligrosa sin la dirección del práctico Allí toca por las noches, siempre be­ ofrece después de tanta confusión la
del puerto ; mucho más peligrosa em­ llas en aquel país, una banda de mú­ plaza con sus indescriptibles riquezas
pero es la salida, porque entonces el sicos negros, que entretiene agrada­ agr.'colas, propias de aquellos climas!
viento es contrario y no pocos buques blemente al público con su buen re­ Allí se ven montañas de doradas
de los que calan menos de diez pies, pertorio, en el cual figuran las piezas naranjas alternando con otras forma­
han varado en estos bancos y naufra­ modernas y aires nacionales de todas das de piñas de América y de pláta­
gado. como he tenido ocasión de pre­ las naciones. A un lado de la plaza nos, algunos de éstos en racimos tan
senciar y experimentar, pues pasaje­ está el Palacio de Gobierno y en uno grandes que sólo un hombre muy ro­
ros y tripulación nos vimos obligados de los ángulos la Iglesia Mayor. busto puede llevarlos; tampoco faltan
á abandonar la nave que nos llevaba, Las casas más notables se encuen­ ñames, batatas y otros tubérculos fa­
y á los pocos días ya la habían hecho tran frente al puerto; son de varios rináceos y dulces, y detrás de las me­
astillas las olas impetuosas. Sólo los pisos, con azoteas, elegantes balcones sas de carne, sitiadas por innumera­
vapores pequeños, como, por ejemplo, y miradores. Este es el barrio mer­ bles insectos, tiene su puésto la caza,
los de la sociedad hamburguesa-ame- cantil y donde viven los extranjeros ó sea gamos pequeños, liebres, palo­
ricana, que navegan entre Maracaibo establecidos en Maracaibo. en cuyas mas de besque, pichones y toda clase
y Curazao, ofrecen completa segu­ manos se halla concentrado casi todo de aves: pero también al lado de tor­
ridad. el comercio. Allí está también la tugas grandes vense lagartos y otros
Dirijiéndose con mar bonancible Aduana, tan importante por la renta animaluchos extraños; completando-
hacia el Sureste, se llega á la fortale­ considerable que da al Gobierno. el indispensable surtido de provisio­
za de San Carlos, edificada cuando En el muelle recibe el europeo la nes culinarias del maracaibero, una
el pabellón de Castilla ondeaba en primera impresión de la vida y carác­ gran variedad de pescado. Vienen
aquellos países. Está fundada sobre ter de una ciudad mercantil en un después las golosinas y dulces, per­
una isla estrecha, larga y separada de clima tropical. Multitud de hombres fectamente elaborados, aunque sean
la tierra firme sólo por un pequeño de color, semi-desnudos, se ocupan vendidos por negras ó mulatas cuya
río. Antes de llegar á esta fortaleza en la descarga de los buques y en el limpieza deja bastante que desear.
se encuentra otra isleta llamada E l embarque de géneros del país; innu­ Agregúense á todo esto las tiendas
EL ZULIA ILUSTRADO «7

y puestos ambulantes con los produc­ ron 742 sacos de á 120 libras de cacao, quince minutos. Algunas veces se
tos y artefactos de la industria nacio­ 231,820 sacos de á 130 libras de café, hacen giras por el lago durante las
nal, como son alpargatas, abarcas, 18,195 kilogramos de bálsamo de co­ hermosas noches de luna.
sombreros de paja, hamacas y otros. paiba, 3.693.827 kilos de palo amari­ Interesantes son también las ex­
Las frutas vienen en su mayoría de llo. 3.458,371 kilos de dividivi (fruta cursiones en dirección al Norte de la
Zulia, parte meridional del golfo, por­ en forma de vainas del árbol del mis­ ciudad, ó sea á Santa Rosa y á Capi­
que los alrededores y cercanías de la mo nombre, que contienen gran can­ tán Chico, donde se encuentran las
ciudad son, como ya he dicho, suma­ tidad de tánico y ácido tánico), y construcciones lacustres, levantadas
mente estériles. ¡Qué ganga para el 4-533 sacos de quina. Por supuesto sobre estacas, y que habitan los gua­
estudiante de antropología el espec­ que en un país de revoluciones cróni­ jiros semi-civilizados. Tan pronto
táculo de esa multitud compuesta de cas como son todas las repúblicas de como éstos ven algún ginete en la
tantos tipos que se entretienen en al­ la America española, el tráfico está orilla, bajan de sus chozas aéreas y en
ta voz. con su viveza y movilidad me­ sujeto á grandes oscilaciones. canoas hechas de troncos de árboles
ridionales, sobresaliendo de cuando Las casas de comercio se encuen­ van á recibir á los forasteros para in­
en cuando, en el ardor de la conver­ tran en la calle del mismo nombre y vitarles á pasar á sus casas, lo que tá­
sación, algunas de aquellas robustas en dos otras laterales inmediatas al citamente hacen en la suposición de
interjecciones del idioma español, tan puerto. recibir una propina. El agua en es­
reñidas con la cultura moderna! Pero Por lo demás, en Maracaibo se te punto es tan poco profunda, que,
lo que más excita la curiosidad son conocen pocas enfermedades, á pesar cuando las canoas van algo cargadas,
los guajiros ó campesinos indios que de ser una ciudad situada en uno de los indios han de empujarlas por de­
traen caballos para vender. Estos los puntos más cálidos de la zona trás. Se sube á las chozas por una
hombres nervudos y de ancho pecho, tórrida y de que faltan aguas potables especie de escalera hecha de un palo
habitualmente desnudos hasta la cin­ corrientes y de manantial, porque en ó tronco y fabricada á hachazos. Casi
tura, que llevan su negro y áspero ca­ las casas más acomodadas beben agua todas las chozas están unidas entre sí
bello sujeto alrededor de la cabeza de lluvia que recogen en cisternas, por medio de puentes también aéreos.
■con un cordón artísticamente trenza­ mientras que los pobres se sirven del El interior es muy lindo y ofrece un
do, se mueven silenciosos por las pla­ agua del lago, que sólo empieza á ser cuadro interesante. Luégo que los
zas y las calles, á menudo acompaña­ salobre en la proximidad de la barra. visitantes han llegado arriba, acuden
do de sus mujeres y prole. En la Hasta faltan allí aquellos grandes los vecinos, hombres, mujeres y niñds,
fisonomía se parecen á los indios del charcos y pantanos cuyas emanacio­ y acurrucados todos en el interior de
Nordeste de Venezuela, pero su color nes hacen tan insalubres á muchos la choza empieza la alegre conversa­
es más oscuro y semejante al de los distritos de la república; y las calen­ ción, en la cual suelen descollar las
chaimas de Caripe. Sus mujeres vis­ turas que atacan comunmente á los jóvenes indias, quienes con su ama­
ten, cuando van á la ciudad, una es­ que llegan por primera vez á Mara­ bilidad alcanzan fácilmente algún re­
pecie de camisa ó bata larga y ancha, caibo, especialmente á los habitantes galillo á la despedida, pues los indíge­
casi siempre de percal listado y que de las cordilleras que suelen visitar nas que hablan el español no son ler­
forma abundantes pliegues alrededor la plaza con objeto mercantil, no son dos en cuestión de dinero, cuyo valor
de su cuerpo. Traen para vender peligrosas. saben apreciar, ni tampoco son ya in­
los productos de su trabajo manual, Como punto de recreo cuéntase dios de sangre pura y sin mezcla, co­
labrados con gran arte y consistentes el llamado Club del Lago, á la dere­ mo lo manifiestan muchos de aquellos
en hamacas y otros trabajos reticula­ cha de la Aduana é inmediato al lago, rostros. Las construcciones lacustres
res de cordelería. con un lindo jardín sombreado por son muy numerosas á orillas del lago
Quise hacer un bosquejo con el cocoteros, donde hay un excelente y forman en muchas partes verdade­
lápiz de uno de estos indios, que no sitio para bañarse y donde se reúnen ras poblaciones que ofrecen, especial­
entendía el español y que pude de­ por la noche venezolanos y extranje­ mente en noches oscuras y cuando se
terminar á pararse un ratito, con sólo ros, muchos de ellos enlazados por el reflejan las luces del interior en las
enseñarle un peso, pero muy pronto matrimonio ; pero la principal distrac­ tranquilas aguas, un espectáculo muy
tuve motivo de arrepentirme de mi ción de esos habitantes son los h ati­ curioso.
afición al dibujo, y será la prime­ cos ó quintas de recreo, que los 111a- Como la ciudad de Maracaibo no
ra y última vez que la pondré en prác­ racaiberos de buena gana rodearían produce nada, á causa de la esterili­
tica entre guajiros. El hecho es que de jardines y flores, si el suelo areno­ dad de su suelo, siendo sólo depósito
las mujeres y niños que acompañaban so lo permitiera. Estos haticos están y puerto para los productos que vie­
al individuo en cuestión no quisieron en frente de la ciudad, en medio de nen del interior, hay que hacer fre­
conformarse con la sesión y empeza­ un bosquecillo de cocoteros, también cuentes viajes á estos puntos, espe­
ron á llorar á voces, ya que estas á orillas del lago, con gran número cialmente á las provincias de Mérida,
gentes, como muchos otros indios, de casas de baño unidas á la tierra Trujillo, Táchira y aun hasta el país
creen que les puede parar mal si se firme por puentes bastantes largos. de Cúcuta, en Colombia, donde tam­
dejan retratar, cosa que yo ignoraba. Allí, particularmente los domingos, bién se consumen los géneros impor
No tardé mucho en saberlo, porque su cuando los rayos del sol doran las co­ tados del extranjero. De allí viene
llanto atrajo algunos espectadores gi- pas dé los cocoteros, se anima todo: el café que en el comercio se conoce
netes en borricos y otros á pie, quie­ ginetes elegantes sobre ligeros caba­ con el nombre de maracaibo.
nes me iban encerrando en un círculo llos guajiros vienen de la ciudad en De la orilla meridional del lago ar­
cada vez más estrecho, hasta el punto compañía de criollas graciosas y de rancan las tres comunicaciones, prin­
de que fue necesario que acudiese un negros ojos que gobiernan sus mon­ cipales con el interior al través del
jefe de policía con algunos soldados turas con suma habilidad, y todos son llano de Zulia hasta las mesetas: una
para mantener el orden. Confieso recibidos por sus amigos y parientes, por el río Catatumbo, que es el ca­
que estoy resuelto á no volver á hacer que los esperan en los haticos : cuan­ mino más largo, y que une los distritos
más estudios artísticos en medio de la do el calor empieza á molestar, se de Cúcuta con el lago ; cerca del río
calle. reúnen en el interior de las casas há­ Escalante, que desemboca en Sán
De la importancia mercantil de bilmente construidas para las exigen­ Carlos, hay el segundo camino ó vía
Maracaibo se podrá juzgar fijándose cias del clima abrasador. Después terrestre ; y el tercero, que conduce á
en los siguientes datos estadísticos del almuerzo se hace la siesta en la las provincias de Trujillo y Mérida,
relativos al movimiento de exporta­ hamaca y hacia la tarde vuelve á ani­ arranca de los puertos de Moporo y
ción de su puerto, que me fueron co­ marse todo. Muchas lanchas y botes La Ceiba. El tráfico entre éstos y
municados por un comerciante princi­ entretienen también la comunicación Maracaibo se hace por pequeñas em­
pal de aquella plaza, y se refieren al por el lago entre la ciudad y los ha- barcaciones, que emplean unas, vein­
año 1877. durante el cual se exporta­ ticos, durando la travesía de diez á ticuatro horas para llegar de un
88 EL ZU LI A ILUSTRADO

punto á otro1 y tienen por tripulación visitar sus corresponsales de las cor­ tros oídos y nos hiela la sangre. Los
á naturales del país de color, muy dilleras. llegámos, después de una marinos llaman á este fenómeno F u e ­
prácticos del mar y de sus caprichos, corta travesía entre las dos orillas gos del Catafumbo, los cuales tienen
que no son pocos, porque, sin contar bastante próximas aun del lago, has­ su origen en las regiones pantanosas
los repentinos chubascos que como ta la Punta Icotea, donde se ensancha y encima de los bosques vírgenes y
ráfagas barren y alborotan la superfi­ repentinamente su superficie como un sin límites que cubren el llano de Zu­
cie. degenerando frecuentemente en mar. El Sol se había puesto, ofre­ lia. Estos fuegos se ven muy bien,
peligrosas tormentas, y que lo serían ciéndonos el espectáculo sublime pro­ no obstante la distancia que media
aún mucho más sin la pericia y cono­ pio de aquellas latitudes, y la noche desde el golfo.
cimientos del patrón que á la primera cubría ya la tierra y el mar con su Al romper el día nos aproximá-
señal se refugia en una ensenada co­ misteriosa oscuridad. Entonces nos mos á la costa del Sur, que forma un
nocida. no son tampoco raras en aque­ sorprende un fenómeno indescriptible sin número de ensenadas y calas á
llas costas las terribles mangas de de la Naturaleza: haces gigantescos cual más pintorescas, y casi siempre
agua. Cuando soplan los vientos del de fuego se elevan en dirección Sur orladas de palmeras y- otros árboles
Oeste arrojan hacia la costa los en­ con la rapidez de la electricidad, su- gigantescos de los bosques vírgenes,
jam bres de insectos que como nubes cediéndose incesantemente á manera cuya gran variedad, riqueza y pompa
pueblan los pantanos y bosques de de relámpagos y alternando sus ful­ natural al reflejarse en el lago no
Zulia. gores deslumbrantes con la oscuridad pueden expresarse. Aves acuáticas
Aprovechando para hacer esta más tétrica; el trueno que acompaña no vimos muchas, si se exceptúan las
excursión la compañía de otras per­ estas descargas, se repite varias ve­ palomas de mar, las gaviotas y pelí­
sonas cuyos negocios les llamaban á ces todas las noches, llega hasta nues­ canos; á inmensa altura observámos

V is ta de la bah ía de M a r a c a i b o en un día de r e g a t a s .

á veces una de las llamadas fragatas. Pero, ¡cuán prodigiosos son en va­ por tragineros, ginetes y carros, hasta
Cerca de Hajo Seco se nos apareció riedad y número los animales que ha­ adquirir el carácter de carreteras. Al
un caimán de grandes dimensiones, bitan el interior de las selvas, aunque mismo tiempo se establecieron á de­
y desde este punto empieza ya á ma­ éstas parezcan silenciosas y solitarias, recha é izquierda algunos colonos que
nifestarse la vida animal con su in­ cuando el Sol está en la mitad de su derribaron árboles para roturar la
descriptible riqueza. Enjambres de carrera! Sobre este océano de árbo­ tierra, y el viajero encuentra en su
papagayos y loritos, entre los que se les seculares se eleva magestuosa la penosa marcha trechos cultivados y
distinguen por su gritería los grandes cordillera con sus ásperos páramos y feracísimos donde medran el maíz, la
guacamayos ó aros encarnados, revo­ las cumbres del nevado de Mérida, caña dulce, el manioc y el banano.
lotean encima de los bosques; óyese que forman el grandioso fondo del Allí encuentra el viandante lo que ne­
á lo lejos el sordo bramido de una es­ cuadro. cesita en las pulperías, tiendas donde
pecie de mono descomunal, y en las Por desgracia, este país, cubierto se vende de todo y naturalmente be­
orillas pantanosas campan innumera­ de selvas, es el más insalubre de V e­ bidas, en especial las nacionales, co­
bles aves acuáticas y otras que se nezuela. mo el guarapo hecho de la caña dul­
mantienen cerca de los ríos y lagunas, Los caminos que conducen de la ce. También nosotros nos refrezcá-
mientras que los caimanes pueblan costa al interior y que atraviesan los mos y continuámos después nuestro
las bahías y recodos, donde se ven bosques, no son carreteras formales camino á la sombra de árboles gigan ­
también manatíes ó vacas marinas. ni menos calzadas. Eran en un prin­ tescos. ¡ Desgraciado de aquel que
cipio senderos ó caminos de herradu­ ha de hacer el viaje en la estación de
1 Se hacia cuando nos visitó el autor ( 1 8 7 3 ) ;
ra abiertos en el laberinto de árboles, las lluvias! Entonces todo se tras-
pues hoy se hace ese tráfico en cómodos buques que se han ido ensanchando á medi­ forma en un mar de barro líquido
de vapor. (Véase E l Z u l i a I l u s t r a d o núm. 7 ) da que se han visto más frecuentados donde se hunden hasta la mitad los
EL ZULIA ILUSTRADO 89

ganados, y sólo haciendo increíbles res el grabado que representa la es­ largos, son los más caudalosos ; los puntos que
esfuerzos logran salir de los baches y tatua del héroe; y gracias á Er. Z u ­ van en esta traza son leguas que vienen á ser
lodazales cubiertos de hojas y ramas m a I l u s t r a d o , tendrán exacta idea ochenta de box de largo: desde la boca de la
secas desprendidas de los árboles. de aquel monumento antes de haber mar á la boca del río de Pamplona son treinta
Cuando se hace un pequeño rodeo sido erigido. leguas.
apartándose de la carretera para en­ 1" Llámase esta provincia donde está esta
contrar un paso más firme, sucede á ----- • ■"■í”--------- ciudad fundada Maracaibo, por un indio prin­
cipal que hubo en esta laguna, y de allí quedó
veces otra cosa peor, pues los anima­
les quedan entonces enredados y meti­ Descripción de la Lagaña de Maracaibo el nombre á esta provincia laguna de Maracaibo.
H ECH A POR 2° Descubrióse esta laguna y provincia
dos con sus cargas como cuñas entre
cuando los Bersares entraron en esta goberna­
troncos de árboles y lianas: la liana K0DHIS0 BE M E L L E S 7 WSPAE DE ÚlUU ción y enviaron á esta provincia sus capitanes y
convierte las selvas tropicales en un estuvieron rancheados por encima de una salina
AÑO 1579
único é impenetrable tejido. Así via­ mucho tiempo y al fin desampararon la tierra,
jan entre lodo, malezas, ramas y tron­ N la ciudad de Nueva Zamora, lagu­ habiéndola destruido con los esclavos que se
cos caídos las numerosas recuas con na de Maracaibo, á 15 días del mes hacían ; después entró el capitán Alonso Pa­
sus cargas de café y otras mercancías, de Junio de 1579 años, Rodrigo de checo á poblar habrá diez años, y estuvo cinco
y los conductores semi-desnudos, to­ Argiielles y (¡aspar de Párraga, al­ años, los dos corriendo la provincia y los tres
dos cubiertos de barro, andan poblados, y al cabo de los cinco lo des­
penosísimamente al través de la pobló y entró el dicho capitán Alonso
selva, llevando el eco á grandes Pacheco con los poderes de don Pedro
distancias los grito.1? con que los Ponce de L eó n; después de haber des­
recueros animan á las bestias. poblado el capitán Alonso Pacheco entró
No quiero cerrar este bos­ el capitán Pedro Maldonado, vecino que
quejo sin pagar aquí un muy me­ había sido en esta dicha ciudad, con po­
recido tributo de gratitud á los der del gobernador Mazariegos, á poblar,
maracaiberos por su hospitalidad y entró en la dicha población y conquis­
atenta, su buen carácter y finura. ta el año de 74 años.'
3° Ks el temple desta ciudad caliente
y seco y de pocas aguas ; son las aguas, tie
ijC.
Agosto hasta el mes de Diciembre; de
ocho leguas arriba desta ciudad, en los
términos desta provincia, es el temple
mudado, que sen las tierras calientes y
húmedas, y lo demás del año hay aguas;
atua del general Rafael p a n e t a
los vientos que acontinan en esta pro­
vincia, son cuatro del Norte, y este vien­
— o -.V -
to es recio y furioso, y este viento entra
deste Mediodía hasta dos ó tres horas de
^ o i< Resolución del Ejecutivo la noche y á veces más ; entra por Norte
Seccional del Zulia, fecha y acaba por Nordeste, y en Leste hay otro
10 de Julio de 1888, se viento que llamamos birazón, que viene
dispuso la creación de una her­ del S u r; este es viento apacible, sano y
mosa plaza pública con jardín, amoroso ; es un viento qué, corriendo la
en el terreno conocido con el laguna por cualquier costa, bate, y en­
nombre de E l Circo. Para el tiéndese que se engendra y sale del Me­
efecto se nombró una junta de diodía de la laguna, porque se halla para
fomento, se compró y demolió navegar tan bueno por la una costa como
un edificio viejo que ocupaba el por la otra, acontinúa todos lo» días y
centro del área destinada al nue­ sale desde por lar mañana hasta mediodía,
vo paseo, y se procedió á nivelar y á veces dura más por falta de los otros
y preparar el terreno. vientos, y á temporadas se muda y entra
Con fecha 3 de Agosto de la birazón de mediodía hasta la noche
1888 el Ejecutivo Federal, "para y el Norte de la mañana hasta medio­
cooperar en nombre de la Patria, día, y este viento Norte recala arriba
y de una manera digna á la fies­ desta ciudad ocho ó nueve leguas, y des­
ta conmemorativa del primer cen­ de allí al cabo desta laguna corre de or­
tenario del General en Jefe de dinario la birazón, y de media noche has­
Colombia Rafael Urdaneta, Pro­ ta la mañana hay terrales entrambas cos­
cer de la Independencia Ameri­ tas, de manera que por cualquiera dellas
se puede navegar.
cana", decretó la erección en esta
ciudad y en la plaza que designara el caldes ordinarios por S11 Magestad, personas 4V Ks esta provincia llana, y el asiento des­
Gobierno Seccional, de una estatua que fuimos nombradas por el Cabildo desta ta ciudad llano y de grandes sabanas, y no hay
pedestre de bronce que representara dicha ciudad para sacar una relación y traza de ríos ni fuentes en ocho leguas alrededor; sus­
la laguna por una instruición quel señor gober­ téntase de agua de la laguna; á seis y ocho
en tamaño natural y en traje militar
nador D. Juan Pimentel, gobernador desta go­ leguas desta ciudad hay montes bajos y llanos
al general Urdaneta.
bernación de Venezuela, envió al Cabildo desta fértiles de muchos y grandes pastos, falta de
E l Gobierno del Zulia designó la ciudad para que por ella le sacasen la traza des­ frutas, si no son dos géneros de frutas, que son
nueva plaza, con el nombre de Plaza ta laguna y provincia, y juntándonos y tratando datos y brevas, que las dan unos árboles no muy
Urdaneta, para colocar la estatua, y las cosas quenesta provincia había par¡i que altos y sin hojas, y estos árboles echan unas
se pidió ésta al extranjero con el pro­ vayan en la dicha relación, y así sacamos la ramas ; el pie y ellos, cuajados destrellas de es­
pósito de erigirla el 24 de Octubre laguna pintada como va con esta relación, con pinas, llamamos estos árboles carones; y la
del presente año ; pero habiendo lle­ sus ríos, islas, pueblos de indios y su tierra fir­ provincia, no muy fértil dé comidas, por la se­
gado el bronce sin pedestal por un ac­ me á la una banda, y á la otra sabanas; y para quedad de la tierra, aunque arriba desta ciudad,
cidente ocurrido en la fundición, el entenderse cuál es la boca de la laguna que sale en la tierra de los indios, hay muchas comidas.
Ejecutivo Seccional ha fijado el día 8 á la mar y en qué comedio está esta ciudad é 5J Es esta provincia de pocos irfOios de
de Diciembre del presente año para cuáles son islas é ríos y pueblos de indios, agua; la tierra es algo más poblada; fue provin­
inaugurar la hermosa plaza y la es­ abriendo la traza, hasede mirar por los escritos cia muy poblada de indios, hasta que los Bersa­
tatua del Procer. que cada uno tiene : las islas y pueblos están re­ res entraron en ella, y éstos la despoblaron con
Hoy ofrecemos á nuestros lecto­ dondos, á manera de los ríos, que señalan más esclavos que della sacaron y con otros daños
90 EL ZULIA ILUSTRADO

que se les hicieron ; los indios que al presente llano desta comarca lo más alto, como en la una fruta á manera de uvas de España, por cu­
hay en esta provincia están poblados en pueblos traza verán. yo respeto se llaman ansí, y es una fruta que es
formados, y los indios que viven y habitan en 1 1 . Es el asiento desta ciudad muy sano, y buena de comer y tiene cuesco, y estos árboles
el agua tienen sus pueblos fundados sobre el de otros pueblos se vienen á curar á ella por sirven para barcos y naos grandes, entiéndese
agua, hechos sobrados sobre el agua, y sobre causa de ser los aires muy sanos, como arriba para las cuadernas y ligazón: también hay
ellas fundadas las casas; es gente delicada den- se dice. otros árboles que echan una fruta que le llaman
tendinaiento, inclinados á la libertad, amigos 12. Estará la cordillera de los Jiraaras y la caymitos, que son buenos de comer, y es una
de hablar la lengua española; précianse de an­ Sierra de Mérida desde ciudad veinticinco le­ fruta pequeña y negra, poco mayor que aceitu­
dar vestidos; gente enemiga del trabajo por el guas: estará la cordillera de los Jiraaras mi­ nas : también hay en esta comarca unos árbo­
gran vicio que tienen del pescado; la gente rando para el sol, y la de Mérida con esta ciu­ les que echan una fruta que acá llamamos cay-
del agua sírvese de canoas, y las de tierra sin dad Norte Sur, hay otra sierra que acá llama­ mitos , y la cáscara es muy dulce desta fru­
ellas; en el agua hay cuatro lenguas diferentes, mos de los Aratomos, y está cerca esta ciudad ta, y lo de dentro á manera de avellana, y có­
aunque parte de los indios se entienden ; en la Leste Ueste de camino veinte leguas : todo lo mese asada y cocida, y los indios naturales se
tierra hay siete lenguas en comarca de veinte demás redondez desta ciudad es tierra llana. sustentan con esta fruta una temporada del año:
leguas; son lenguas que no las entienden los 13. Los ríos prencipales (pie entran en esta también hay en esta comarca otros árboles que
unos á los otros si no es con entrépete ; parte provincia y laguna es uno el río llamado el echan una fruta que acá llamamos aceitunas,
dellos tienen guerra los unos con los otros. Socuy ; es rio grande y caudal, hace tres leguas muy buenas de comer, y es una fruta negra con
6? Está fundada esta ciudad en nueve gra-, de la boca donde entra en la laguna muchas cuesco, y del tamaño y manera (jue de las acei­
dos; no se alcanza más por ser pueblo nuevo. ciénegas ya lagunas, especial una lhguna hon­ tunas de España: también hay otros árboles
7U Estará esta ciudad de Santo Domingo da;.están poblados cuatro pueblos de indios que acá llaman supiros, que echan una fruta
trecientas leguas, poco más ó menos,ques donde en la propia agua, hechas sus casas é sobrados pequeña á manera de nísperos, (jues gustosa de
reside la Real Audiencia; habrá ochenta leguas altos. Hasta cuatro leguas desta ciudad, cor­ comer, y hay otra fruta ques el árbol á manera
á la ciudad de Santiago de Caracas, donde el riendo la costa de Lueste, está otro rio llama­ de cabo; son unos racimos grandes de á palmo
Gobernador al presente reside; otras veces re­ do Harinas, ques un río que anega mucho; y de á dos palmos, que hacen los naturales de­
side en otros pueblos según que le parece. desque llega á lo llano, es caudal; está catorce lla vino á temporadas, como las uvas, ques una
8o Habrá desta ciudad treinta leguas á la leguas desta ciudad : por esta propia costa está fruta amarilla del tamaño de limones sotis ;
ciudad de Trujillo, las diez y seis por agua, las otro río llamado el Espíritu Santo; es un río cómese esta fruta cocida y asada y cruda; ésta,
catorce por tierra llana, lo más della buena y caudal y manso; habernos entrado por él con comida«en ayunas, mata las lombrices; va esta
apacible de caminar; las leguas no grandes; y los barcos; cuarenta leguas está despoblado; fruta engerida en sus racimos, como arriba se
está la ciudad de Trujillo con esta ciudad al está veintidós leguas desta ciudad : corriendo dice.
Sursudueste, está la ciudad de Coro con esta por los puntos desta traza Norte al Sur, está 16. Y por ser esta tierra nueva no se han
ciudad cuarenta leguas pequeñas, camino llano otro rio llama<kr Nuestra Señora de la Cande­ plantado árboles de España: entiéndese que se
y bueno de caminar; estará Coro con esta ciu­ laria ; es un río muy caudal y muy grande na­ dan algunos.
dad al Nordeste; á su Sudoeste estará el Cabo vegable ; baja de la ciudad de Pamplona; po­ 17. Por ser la tierra nueva no se han expe­
de la Vela, desta ciudad otras cuarenta leguas dría venir muy gran provecho á S. M. si se rimentado las semillas del trigo ni otras, más
por camino llano y bueno de caminar de verano, navegase, porque las ciudades arriba dichas es­ que se dan berengenas y coles razonables, y rá­
é de invierno es dificultoso de caminar á causa tán en la comarca desta laguna, no tienen sa­ banos y pepinos y melones.
de los muchos pantanos que hace ésta con esta cas de los frutos de la tierra y sus granjerias, y 18. Cúranse los indios desta provincia las
ciudad ; Lesteueste está la ciudad de Mérida ; navegándose esta laguna y río de Pamplona llagas y heridas con lavarse con agua cocida
desta ciudad, de Nornorueste á Susueste, estará podíanse sacar muchas harinas y bizcocho, y con unas hojas de unos árboles que llamamos
de esta ciudad de Mérida treinta y ocho leguas, jamones y tocinos, y mucha ropa de algodón, obos, con grande dieta que tienen : también
las veinte por agua y las demás por tierra ási>e- y corambre y azúcar, y cacaos y otras muchas hay en esta provincia muchos animeques á ma­
ra y serranía mala de caminar ; estará la ciu­ granjerias de que podría venir gran provecho nera de incienso, mas de ques más blanco y
dad de Pamplona desta ciudad de á Nortesur, á S. M. fuera destos: por el propio río de tiene suave olor, y sirve también para cuando
corriendo del Norte á Sur, y estará de camino Pamplona pueden ent^r mercaderías hasta el hay dolor de cabeza; sahumándose con él mi­
cincuenta leguas no muy grandes; caminanse Nuevo Reino con menor riesgo y costa que por tiga el dolor; esto se coge de unos árboles que
las veinticuatro por la laguna hasta la boca del otra parte. hay en esta provincia entre los que hay en los
rio de Pamplona, y las otras veinte y seis por 14. Hay en los términos desta ciudad una montes.
el río arriba hasta el puerto de Pamplona ; es fuente de mene que mana como agua y sale á 19. Hay en esta provincia gran suma de
bueno de navegar y apacible y sin riesgo ; esta­ borbollones y hirviendo, y alrededor destos venados, tanto, que se sustenta y ha sustentado
rá la villa de San Cristóbal deste puerto de materiales se hace laguna y se cuaja en forma esta ciudad con la caza dellos, y se lleva canti­
Pamplona siete leguas, la mitad de serranía no de pez. Esta sirve de brear los navios, y opi­ dad de cueros para los demás pueblos comarca­
alta y la otra mitad llano, todo ello bueno y nión de la gente de la mar es mejor que la brea nos á esta ciudad : también hay muchos puer­
apacible de caminar. Estará la villa de San para el efecto de brear, é también sirve para cos de monte: también se da en esta tierra el
Cristóbal con esta ciudad casi Norte Su r; es­ algunas curas, y entremetiéndola con cera y ganado vacuno, porque se cría muy grueso, y
tará la ciudad del Espíritu Santo con esta ciu­ otras grasuras se hace dello velas; también sir­ las novillas de á dos años vienen en esta tierra
dad Nornoroeste Susudoeste ; caminándose por ve para pavonear espadas y otras cosas ; es un paridas, y es tan buena tierra para ganados,
la ciudad de Mérida es camino fragoso y malo metal y un betume negro, y después de frío que ha acaecido en esta tierra matar toro an­
de caminar, mas puédese navegar por el rio de duro como pez; hay dello cuatro fuentes en dando con atajo de vacas y sacarle más de siete
Pamplona hasta el río de la propia ciudad del esta provincia; hay en cada una de las fuentes arrobas de sebo y grosura: dase también la
Espíritu Santo. que se puede cargar muchas naos para otras oveja y la cabra, é críase el ganado cabruno y .
9° Llámase esta ciudad la Nueva Zamora, y partes, y si algún animal ó ave pasa por las dichas ovejuno, que todo es sebo ; multiplica mucho,
llámase porque el capitán Pedro Maldonado, fuentes al tiempo que el sol va en su fuerza, se todo lo más pare de dos en dos; críase b ien:
que la fundó, por ser el gobernador Mazarie- queda apegado y allí muere y se seca en el di­ hay en esta provincia muchas perdices y palo­
gos, con cuyos poderes y cuyo mandado la po­ cho mene. mas y tórtolas bravas, papagayos y otros pája­
bló, era de la ciudad de Zamora, y por este L 5 . Hay en esta comarca desta dicha ciu­ ros colorados y otros amarillos y blancos y ne­
respeto la puso la Nueva Zamora. Llamóse dad mucha madera de mangle; puede servir y gros ; hay muchas garzas y gavilanes, y otras
Ciudad Rodrigo en tiempo que el capitán sirve para enmaderar casas, y es madera perpe­ muchas aves de la mar que se sustentan de
Alonso Pacheco la tuvo poblada, hasta que la tua : hay mucha vera y guayacán y otros árbo­ pescados.
despobló, por respeto que el dicho capitán les que llamamos debidibes; éstos echan una 30.* Media legua desta ciudad están unas
Alonso Pacheco era natural de Ciudad Rodri­ fruta cbn que por acá se curte, y á opinión de salinas donde se coge mucha sa l; más adelante
go : en tiempo que el capitán Alonso Pacheco los oficiales del oficio de curtir, es esta fruta un cuarto de legua está otra donde ansimesmo
la entró á poblar, metió cincuenta hombres, y mejor para su oficio que ningún otro género de se saca muy gran cantidad de sa l; adelante tres
después que la despobló entraron con el capi­ cosa; hay della tanta cantidad, que se po­ leguas desta ciudad está una laguna que se lla­
tán Pedro Maldonado treinta y cinco hombres, dría sacar para otras partes: hay mucho brasil ma la salina ric a ; ésta se seca muchos veranos,
hiciéronse treinta y siete vecindades al tiempo y muy fino; también hay en esta provincia y el año (pie se seca se saca gran suma de sal,
que se repartió la tierra, y agora al presente muchos cedros colorados y blancos de que se porque queda grande el altor de la sal y es gran
hay treinta vecinos, y fundóse esta dicha ciu­ puede hacer y hace tablazón, y de que los in­ trecho, y cuatro leguas desta ciudad está otra
dad esta vez segunda el año de 74 años. dios naturales hacen sus canoas : hay también
ro. Es el sitio de esta ciudad llano, y de lo I unos árboles que acá llamamos uveros, y echan * Así en el original.
EL ZULIA ILUSTRADO 91
salina (¡ue se llama de los Saparas, donde se puerto de Pamplona, navegándose el río, al­ royendo, como dicen, el cabestro, y deseando
saca y se puede sacar gran suma de s a l; hay canzarse ha mucho refresco, y bastimentos de sacudir el cuello de toda servidumbre (como
otras salinetas, de que se podrá coger sal; harina y bizcocho y pan fresco y maíz y otros de hecho lo pusieron en ejecución por los años
aprovéchase la sal en la ciudad de Trujillo y la muchos bastimentos necesarios para la dicha de mil y quinientos y ochenta - 1580), desam­
de M érida; de sal de aquí, también todos los navegación ; ansimesmo del puerto de Trujillo pararon sus tierras yéndose la laguna arriba al
indios destos pueblos comarcanos á esta laguna y Mérida pueden tener y traer los bastimentos Sur, hasta meterse en la boca del río Cúcuta,
se sustentan de sal de aquí, y desta sal se pro­ y refrescos de dichos pueblos Trujillo y Méri­ que es á los principios de ella, y de quien los
vee esta ciudad á trueque de maíz y bizcocho y da ; han salido ya navios cargados de harina y tiene. La cual se navegaba por aquellos tiem­
harinas que se trae de Mérida y Trujillo. bizcocho y jamones y ajos y cordobanes y ba­ pos y algunos antes, con canoas y piraguas,
3 1. Son las casas desta ciudad de paja ydanas y otras cosas. desde la ciudad de la Nueva Zamora hasta
enea, porque la tierra es nueva y há poco que 48. A la boca desta laguna hay una isla quequince ó diez y seis leguas de la de Pamplona,
se pobló y no se ha podido hacer más edeficio : parte la laguna en dos bocas, que de la una libremente y sin estorbo á sus principios; pero
hoy para poderse edeficar hay mucha madera y banda bate la laguna en ella y en la otra la mar después que estos Quiriquires se pusieron en
piedra de cal y yeso y tierra para hacer teja y salada: esta isla se llama la isla de T u a; no se aquel paraje, desde donde infestaban el paso y
ladrillo. alcanza porque es una isla alta en el medio, y navegación, no se podía hacer sin-escolta de
33. Por ser esta ciudad nuevamente pobla­ por las faldas de lo alto es todo sabana ; pué­ soldados, y aun esto alguna vez no bastó para
da no se ha hecho ni hay fortaleza; pero po- dese criar en ella ganados y animales; en ella librarse los .que pasaban de sus manos fieras,
dráse hacer en langostura de la laguna; según tendrá dos leguas de box ; la una de las bocas pues navegando por aquel paraje el año de mil
va la traza de la dicha laguna, podrásc hacer que arriba decimos desagua á la mar dos leguas y quinientos y noventa y nueve el Capitán Do­
tan fuerte, que juegue de la una tierra á la otra. á donde desagua la otra; por la una dellas no mingo de Lizona, mercader, con razonable
34. Tienen los vecinos desta por contrato pueden entrar sino barcos pequeños : mas arri­ compañía de soldados en su defensa y de lo que
la sal, y esto es grande parte para sustentarse ba desta isla, enfrente desta ciudad, está otra llevaba, no pudo ser la resistencia de todos la
esta .ciudad, porque no hay otros tratos al pre­ isla que se llama la isla de Maracaibo; lláman- que bastaba para defenderse de estos- indios
sente, por estar á la sazón tan pobres y gasta­ se ansí porque vivía el principal Maracaibo ; en Quiriquires, que les embistieron no de embos­
dos : podría haber gran trato mandando S. M. ella es baja y llana; terná una legua de box,* cada ni á traición, sino cara á cara en mitad
navegar esta laguna é río de Pamplona : los no hay en ella otra cosa que poder decir : esta del día, y cercándoles sus dos canoas con las
naturales ansimesmo usan el contrato de la sal, otra isla dista un cuarto de legua ; llámase la .muchas que ellos llevaban, le quitaron más de
y desto se sustentan gran parte de la provincia: isla de los Pájaros, porque hay en ella tanta veinte mil pesos de mercaduría de Castilla,
de los naturales desta provincia no están acos­ multitud de pájaros de todo género, que quitan mataron á los soldados y á él lo dejaron mal
tumbrados hasta agora á pagar tributo, sino es el sol y la vista á los que por ella pasan : toda herido de sus flechas, que son sus armas y no
á flechar, y con esta demora acuden muchas esta isla es peña y tendrá de box un cuarto de otras, que no pudo escapar con su vida dentro
veces antes de tiempo hallando coyuntura. legua. No va esta relación más copiosa por de pocos días.
35. Está esta ciudad en el obispado de Ve­ estar la fierra de guerra y por no haber natu­ « Alentados á mayores males con la victoria
nezuela, y cae esta ciudad entre Trujillo y Mé­ rales de paz de quien se pueda saber otras cosas. y despojo, se retiraron ya sin ningún temor de
rida y Coro ; hay cuarenta leguas á la- ciudad Acabóse de hacer á ente de julio de mil qui- los españoles á sus antiguas tierras, dende de
de Coro, que es donde está la catedral; son quientos setenta y nueve añes. — Rodrigo de los terciopelos y telas ricas del pillaje, hicieron
leguas pequeñas y el camino llano y derecho. Arguelles.— Gaspar de Párraga. camisetas y mantas, y de los pasamanos de oro
36. Por ser esta ciudad nuevamente poblada Archivo de Indias. Est. 145, caj. 7, leg. 7. y plata, sogas para colgar las hamacas en que
no hay más que una iglesia. dormían, 'lomaron á vueltas de lo demás una
39. Esta laguna es mansa y buena de nave­ partida de puntas de alesnas de zapatero, que
gar y no hay tormenta en ella; sucede algunas 0 1 11 GC*i't-Ov> O t i c j C I I C . ' . acomodaron luégo para puntas de sus flechas ;
veces moverse algunos aguaceros, y éstos cau­ salieron algunos Capitanes con razonables tro­
san alguna alteración en ella, pero dura poco ; D ESC U BRIM IEN TO .-C O N Q U ISTA . - EP O CA COLON IAL Y
pas á castigarlos, y todos volvieron desbarata­
no pasa de una hora, poco más. EMANCIPACION POLI TIC A DEL ZU LI A . dos, unos de manos de los indios, y otros por
40. Es la costa desta laguna playa y anega­ -- O--- no serles posible detenerse en buscarlos en par­
diza; es costa mansa y afable de navegar sin Hemos publicado en los numeres anteriores tes tan escondidas, como á las veces se metían
peligro. de E l Z u i .i a I l u s t r a d o lo que Oviedo y Val- en tierras tan lluviosas y húmedas, que pudrién­
42. En el sitio do está esta ciudad fundada dés trae en sus crónicas con referencia á Mara­ dose los vestidos y matalotajes, les era forzoso
hay una valla grande; tiene un cuarto de le­ caibo y sus dependencias. Vamos á reprodu­ retirarse de ellas; con todo eso, las buenas di­
gua de travesía ; es fondable hasta siete ú ocho cir ahora algunos capítulos de las Noticias histo­ ligencias llegaron á poder reducir algunos á
riales de las conquistas de tierra firm e, escritas
brazas; pueden estar cantidad de navios1 en la por fray Pedro Simón per los años de 1623. una mala paz, con que servían á su encomen­
dicha valla ó surtos y las áncoras en tierra á la dero Argiiello.
Después de un largo párrafo encaminado á
una parté, .y á la otra toda esta laguna es.b. . . . probar que los habitantes de las rostas partici­ «Algunos años antes que cometieran este
y puntas, como por la traza se verá, etc. pan de la turbulencia de las olas y de la fiereza gran robo los indios (pues fue el de mil y qui­
43. Hay en esta laguna un puerto que se de los monstruos marinos, refiriéndose á los nientos y noventa y uno, por el mes de Diciem­
desembarcan para ir á Trujillo, y otro puerto naturales de este lago dice : bre), el Capitán Gonzalo de Piña Ludeña ha­
que se llama el de Mérida, y el puerto de la « No tuvo menor verdad esto que en otras bía poblado una ciudad, con nombre de San
ciudad de Pamplona, que se descubrió agora partes, en los moradores naturales de la gran Antonio de Gibraltar, á la lengua del agua de
nuevamente por mandado de D. Juan Pimen- laguna de Maracaibo, que aunque dulce en sus esta laguna de Maracaibo, á la parte del Esté,
tel, gobernador desta goBernación ; fue por ca­ aguas, endulza bien poco los ánimos de sus veinte y cuatro leguas de la ciudad d'e Mérida
pitán del dicho descubrimiento el capitán Juan moradores por la razón die ha, de la inquietud al Norte, á donde se vino á vivir de los prime­
Guillén ; salió desta ciudad á hacer el dicho de sus oleajes. Habitan (como dejamos toca­ ros pobladores, entre los demás, el Rodrigo de
descubrimiento : también hay otro puerto en do) este lago innumerables indios, que corrien­ Arguello, encomendero de estos indios Quiri­
langostura desta laguna, donde se desembarcan do igual fortuna con los demás que se han des­ quires, y á donde le venían á servir desde sus
y embarcan los que quieren ir y venir por tierra cubierto, el consumo fue tal en pocos días, que tierras los de menos mal corazón, que duró-
á Coro. vinieron á minorarse á seis <1 ocho naciones, poco tiempo después de la victoria quetuvieron
45. La barra desta laguna es de tres á cua­ que llaman Zaparas, Aliles, Eneales, Quiriqui- con las canoas de Lizona, pues luégo el año
tro brazas, y es la barra limpia, y toda la lagu­ res, Parantes, Topocoros, Moporos y pocas siguiente de mil y seiscientos (1600), habiendo
na, puertos y vallas della y suelo es limpio de más. Á todos los cuales les era tan fácil dar la determinado otra vez echar de sí aun el poco
arena y lama : es la barra desta laguna limpia y obediencia á los españoles, por no tener inten­ yugo de servidumbre que tenian, se juntaron
segura, sin topadero nenguno, y ansimesmo los tos de cumplir lo que prometían, como de al­ con los Aliles y los de los Eneales, y determi­
demás puertos della. zarse ; y en especial se preciaban de esto los naron venir á dar sobre el pueblo de Gibraltar,
46. Está la boca desta laguna al Norte, y Quiriquires y Aliles, que habiendo dado una para concluir con cuentas de encomenderos, y
con este viento se ha de entrar por la dicha mala paz á sus principios, fueron encomendados poniéndolo en efecto, día de la Magdalena,
barra y ha de salir con Sur y con viento Leste. á un Rodrigo de Arguello, vecino de la laguna veinte y dos de Julio, amanecieron sobre el
47. Es muy bastecida los puertos desta la­ de Maracaibo ó ciudad de la Nueva Zamora, pueblo, á la lengua del agua, más de ciento y
guna de agua y leña, porque la laguna es dulce por caer los pueblos y tierras de éstos dentro cuarenta canoas, en que vendrían más de qui­
hasta la barra, y por la una costa y por la otra de su jurisdicción. Son una gente caribe, de­ nientos indios, que viendo los vecinos (habién­
en este pueblo y puerto hay falta de refresco sabrida y de las condiciones que hemos dicho ; dolos cojido de repente, sin que se hubiese aun
por ser la tierra nueva recién poblada. El con que acudían á servir á su en9omendero, olido el alzamiento) no podían defender su
92 EL ZULIA ILUSTRADO

pueblo y personas, trataron los más, dejando su poder, como lo contaban después que se gente, y cautivaron una niuger española y algu­
aquél, poner en cobro éstas, acojiéndose como vieron libres, en que no me quiero detener : nas mulatas, y se volvieron al mismo retiro don­
pudieron entre el bullicio, del asalto al arcabu­ sólo diré lo (pie sucedió á una de ellas con una de estaban con la presa. Kra en este tiempo
co, que fueron los más bien librados, pues á al­ india ladina (pie tenía de su servicio, de la mis­ I .ufíarteniente del gobernador Sancho de Al-
gunos que quisieron hacer rostro al enemigo, ma nación y encomienda en su casa, cuando le quiza. en la ciudad de la Nueva Zamora, el
perdieron hacienda y vidas, pues pasaron á sucedió el cautiverio: (pie estando algunas ve­ capitán Juan Pacheco Maldonado, vecino y
cuchillo á cuantos pudieron haber á las manos ces moliendo el maíz la india, por no hacer Alférez Real de la de Nuestra Señora de la Paz
los indios, saquearon todo el pueblo y le fue­ aquello á gusto del ama, la arrebataba de los de Trujillo. que viendo los inconvenientes y
ron pegando fuego á todas las casas. cabellos, y le hacía dar con la cabeza en la pie­ grandes daños (pie iban creciendo cada día, y
* Y queriendo que pasara por el mismo rigordra de moler, lo (pie tuvo bien en la memoria (pie habían de ser por horas mayores, si no se
la iglesia, entraron en ella, y estando unos ro­ para hacer lo mismo con la doña Paula (que entraba á castigar á aquellos indios, despachó
bando todos sus ornamentos, otros se ocupaban era la que usaba de esto), cuando se vio en su al capitán Velasco, vecino del mismo pueblo de
en flechar con las flechas de puntas de alesnas libertad la india y la pobre señora cautiva. La Laguna, con una buena tropa de soldados,
un devotísimo crucifijo de Jjulto. que estaba Luego (pie volvieron los indios las espaldas y también del pueblo, entre los cuales iba un hijo
encima del altar, fijado en un tronco de nogal, se aseguraron los españoles (pie estaban á la del Rodrigo de Arguello y hermano de las tres
de las cuales cinco quedaron clavadas en el mira de lo (pie pasaba en el arcabuco ((pie no cautivas, (pie no fue poca parte el deseo de
Santo Cristo, una en una ceja, dos en los bra­ habia quedado emboscada, de (pie también darles la libertad, para (pie se emprendiera la
zos, otra en el costado, y en una* pierna otra, quedaron temerosos), llegaron al sitio del pue­ jornada, la cual iban haciendo con buenas guías,
y señalado de otras en muchas partes del cuer­ blo, y sin poder hallar (pie reparar otra cosa, y ya en demanda, y bien cerca del pueblo del
po. Lo cual hecho, y acabado de robar lo (pie enterraron á la Juana de Ulloa y los demás retiro de los Quiriquires, entrado el año de
hallaron en ella, le pegaron fuego, que por ser cuerpos muertos (pie hallaron, y arrodillados al mil y sesicientos y seis (1606), cuando en cier­
también de palmicha, como lo demás del pue­ Santo Crucifijo, con admiración cristiana (pie to paraje acertó á ir delante de los soldados
blo, con facilidad se abrasó, y cayó ardiendo hubiese quedado ileso (entre tan grandes lla­ que iban marchando, la cautiva casada, junta­
gran parte de la cubierta sobre el Cristo : pero mas), un clérigo, llamado el Padre Ventura de mente con el indio que la tenía por muger, que
de ninguna manera se quemó, ni el cuerpo ni la Peña, con la devoción (pie el Señor le comu­ iban de una labranza á sus ranchos. Llevaba la
la cruz donde estaba, ni aun una pequeña ima­ nicó, estando casi ciego de una enfermedad y pobre señora cargado un cataure de comida, y
gen de la Concepción, de papel, que estaba continuo dolor de cabeza, le adoró de más cer­ una hija (pie había parido del indio, ya de cua­
pegada en la misma cruz, bajo de los pies del ca, poniendo los ojos en aquellos pies santísimos tro años.
Cristo, con haberse quemado hasta hacerse car­ v en el clavo de ellos, y sucedió que instantá­ « Los soldados, no entendiendo estaban tan
bón el tronco ó cepo donde estaba fija, de neamente quedó sin dolor en la cabeza y sin cerca de los ranchos de los indios, ni viendo la
suerte (pie se halló casi en el aire la cruz con turbación ninguna en la vista. Llevaron al presa (pie iba delante, por estorbárselo la espe­
el devotísimo Cristo: sólo en una espinilla Santo Crucifijo con la mayor devoción que pu­ sura del monte, se disparó una escopeta, casi
tenía una pequeña señal del fuego, como ahu­ dieron, en procesión, un cuarto de legua de allí sin ocasión, la cual oyendo la mujer y el indio,
mado, sin penetrarle. á unas estancias, donde lo pusieron con la de­ y conociendo en aquello ser españoles, el indio
cencia (pie se pudo, para que estuviera mientras amenazaba á la muger que alargase el paso para
« No se aplacó, con dejar hecho pavesa el volvía á reedificarse el pueblo, para volverle á llegar con más brevedad á la ranchería que es­
pueblo, la rabia de estos salvajes, pues pare- colocar en su iglesia. Pero entre tanto los ve­ taba cerca, pero la buena señora, como también
ciéndoles no tenían aún bien ejecutada la que cinos de la ciudad de La Laguna, codiciosos de entendió se le acercaba su remedio y libertad,
traían con su encomendero Rodrigo de Argue­ la Santísima Reliquia, aguardando ocasión en no sólo no quería andar, pero con un ánimo de
llo ((pie á la sazón era en aquel pueblo Teniente que no se les pudiera hacer resistencia de con­ española, soltando á su hija y el cataure, em­
de Gobernador) y con toda su casa, que fue la sideración, vinieron por el Santo Cristo, y se lo bistió con el indio y le echó mano del arco y
principal causa, según ellos decían, para asaltar llevaron á su ciudad, en donde le tienen con y flechas, con intentos de detenerle, y comenzó
el pueblo, por verse acosados en el servicio grandísima veneración, con grande adorno, á dar voces en español, cuan altas pudo, di­
personal y pesquerías, con que les hacían acudir; cuidado y devoción, que la acrecientan los na­ ciendo que se allegaran, porque abreviaran el
pues habiendo habido á las manos á su enco­ vegantes que entran en La Laguna, á quien en­ paso los soldados, si acaso la oían. Turbado
mendera, llamada Juana de Ulloa, y tres hijas comiendan sus viajes, y ofrecen grandes limos­ el indio, no tanto de lo que le hacía la muger,
suyas, una casada llamada doña Leonor, y dos nas, seguros y confiados en su amparo, de que como de ver le iban ya en los alcances los espa­
doncellas, una doña Paula, ya para casar, y tienen grandes y conocidas experiencias. De­ ñoles, dejándole el arco y flechas en las manos,
otra más pequeña, determinaron llevándose jaron sola la Cruz, cuando se lo llevaron, que escapó corriendo á dar aviso al pueblo de lo
vivas las tres hijas, dejar ahorcada la madre, está en el convento de San Agustín de la ciu­ que pasaba, con que se pusieron todos en cobro.
como lo hicieron, colgándola en la rama de un dad de Mérida. Sentóse la española con su hija á aguardar los
árbol, en la playa, con las riendas de un freno: « No pasaron pocos días (pues fueron todos soldados, que á pocos pasos llegaron donde
y después de muerta le tiraron tántos flechazos los que se ocuparon de enviar las nuevas del estaba inopinadamente, que fue para todos de
en todo su cuerpo desnudo (porque la pusieron suceso, desde la ciudad de Mérida á la de Santa- gran gusto, aunque para ella fue bien aguado,
en carnes para haberla de colgar) que la dejaron fé, que son más de cien leguas de camino, y en pues decía había sido igual la vergüenza que
como á un erizo; de suerte que, como las fle­ remitir la respuesta y orden que se debía de dar padeció en verse desnuda delante de todos, al
chas eran tantas, y largas, cuando después cor­ en lo sucedido) primero que se volviese á ree­ contento de verse libre. Cubriéronla luégo
taron los españoles las riendas con que estaba dificar la ciudad de Gibraltar. Pero llegado con algunas mantas de algodón que llevaban,
colgada, para enterrarla, al caer se quedó en este orden de la Real Audiencia de Santafé, se y pasando hasta el pueblo, de donde no hallan­
pie, por las muchas con (pie estaba apuntalada despachó luégo de la de Mérida el capitán Die­ do ninguna gente, volvieron á tomar la vuelta
la redonda. Hecho esto, y embarcado todo go Prieto Dávila, vecino y encomendero de de su jornada, contentos con la presa que ha­
el pillaje, y alguna gente que llevaron viva de ella, con cincuenta soldados, tambfén. vecinos bían hecho, y confiados en Dios, que otro día
toda broza, con las tres hijas de su encomende­ de la misma ciudad, para volver á reedificar la la harían de las demás cautivas, como suce­
ra, bogaron sus canoas y subieron la laguna del incendio, como lo hizo, en el mismo sitio, dió, pues de allí á pocos, el año de seis­
arriba hasta meterse en los retiros de unas cié­ donde asistió todo el tiempo que fue necesario cientos y ocho (1608), habiendo tenido rastro
nagas que se hacen dentro de unos grandes para dar asiento á las cosas y casas. Llevó donde estaban los indios, con las otras, hacien­
montes á la boca del río Zulia, donde vivían consigo un religioso de nuestra orden y de la do otra entrada por orden del mismo teniente
dentro del agua en barbacoas. Luego (pie se santa Provincia del Nuevo Reino, llamado fray Juan Pacheco, sacaron á doña Paula con otros
pusieron en salvo con su presa, hicieron á las Andrés Gallegos, que acertó á hallarse á la sa­ dos hijos, de los cuales conocí uno, que el año
de seiscientos y doce ( 16 12 ) lo tenían los
cautivas que quedaran de su traje, que era li­ zón en la ciudad de Mérida, á quien le señaló religiosos de nuestro convento de la ciudad de
brea encarnada á lo natural, para que todos an­ sitio entre los demás solares para un convento Trujillo, enseñándole á leer é industriándole en
duvieran de un modo sólo con un pañete de­ de nuestra Religión, aunque hasta hoy sólo ha las cosas de la fe católica. Á la casada recibió
lante ; y tres indios de los más principales se quedado en eso. Crecía tanto el orgullo de su marido, y crio la hija como hombre cristia­
casaron á su usanza, luego cada uno con la su­ estos indios Quiriquires con las victorias que no, discreto y bien advertido, que tales sucesos
no están en manos de las gentes, y que la fuerza
ya : si bien con la más pequeña, por no ser aun iban alcanzando en lo que emprendían, y con no quita la virtud, antes la aumenta; tercera
de- edad, no se contrajo el casamiento hasta el poco castigo que tenían, saliéndose con vez se atrevieron los indios á dar sobre el mis­
que la tuvo, pero al fin todas tuvieron hijos de cuantas maldades intentaban, (pie se determi­ mo pueblo, y se llevaron un negro, un mulato
los tres indios que se las aplicaron. naron de nuevo á volver segunda vez sobre la y otra mulata con una hija, pero estas dos pos­
treras que asaltaron y robaron el pueblo, aunque
« Fueron notables las crueldades que usaron ciudad, j pocos años que supieron estaba reedi­
lo abrasaron todo, no se atrevieron á tocar en
con estas tres mujeres, mientras estuvieron en ficada, y robándola otra vez, mataron alguna la iglesia, por lo que diremos.»

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