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Para hablar de cooperativismo en nuestro país y sus primeros vestigios, debemos remontarnos
a las antiguas sociedades indígenas, a los clanes chibchas, los cuales ignoraron la propiedad
individual de las tierras con el fin de aprovechar el colectivismo que sobre ellas tenían.
Más tarde en la colonia encontramos las Cajas de Comunidad, los Pósitos y también los
Montepíos y Montes de Piedad del siglo XVIII, con algunas referencias a las actuales
cooperativas de ahorro y crédito, de seguros y de previsión.
En la independencia aparecen las sociedades de auxilio mutuo que se acentúan con la
aparición de de las sociedades de artesanos para la defensa de los intereses económicos de los
asociados que más tarde se transforman en las sociedades democráticas con un carácter
primordialmente político.
Paralelo a esto y por influencia de las ideas cristianas así como por la inspiración de la iglesia,
surgen las sociedades mutuarias. En las primeras décadas del siglo XX el General Rafael Uribe
Uribe planteó las ideas cooperativas como parte de su pensamiento sobre el socialismo
democrático de corte humanístico, las cuales se plasmaron en el discurso publicado en el
primer número del diario "El Liberal" en el mes de abril de 1911 y al cual pertenece el párrafo
siguiente:
" ..Creemos que la intangibilidad de la propiedad que es uno de los principios tutelares de la
civilización, pues que constituye el amparo de la vida de familia y es como la coraza de la
libertad personal, garantía, independencia y fuente de energía humana; pero creemos también
que si el salario moderno señala un evidente progreso sobre la esclavitud antigua, quizás no es
el último peldaño de la evolución, porque en lugar de la producción de tipo monárquico y
paternalista, vendrá un día la de tipo cooperativo, más eficaz y justo por cuanto entrega a los
obreros mismos, esto es a los que ejecutan el trabajo y crean el producto, la parte
proporcional que les corresponde"
En el año de 1916, Benjamín Herrera, ministro de agricultura y comercio de la época, presentó
a consideración del Congreso de la República el primer proyecto cooperativo del que se tenga
noticia.
Hacia 1920 el Presbítero Adán Puerto, después de un viaje a Europa donde pudo apreciar
directamente los adelantos del sistema, se dedicó a difundir el pensamiento cooperativo y a
indicar la necesidad de unir la actividad sindical con las de las cooperativas.
Las ideas de los precursores y el interés de otros políticos y estadistas tuvieron su culminación
cuando el Congreso de la República en 1931 aprobó la primera ley cooperativa en cuya
preparación participaron juristas conocedores del sistema.
A partir de los treinta el desarrollo del cooperativismo se fue incrementando
satisfactoriamente.
De acuerdo con datos estadísticos, en 1933 existían cuatro cooperativas cuyos asociados eran
1807; para 1962 el número de estas entidades llegaba a 759 con cerca de 450.000 asociados.
La integración de las cooperativas colombianas en organismos de grado superior se inicia en
1959 con la fundación de la Unión Cooperativa Nacional de Crédito, Ucona,l que más tarde se
convirtió en Banco Uconal.
Posteriormente en 1960 se fundó la Asociación Colombiana de Cooperativas Ascoop, al igual
que instituciones financieras y de otro carácter como la Central de Cooperativas de Crédito y
Desarrollo Social Coopdesarrollo, el Instituto de Financiamiento y Desarrollo Cooperativo,
Financiacoop ,que más tarde sería el Banco Cooperativo de Colombia, Seguros La Equidad,
Seguros Uconal, entre otros.
Con apoyo estatal de entidades como la Federación Nacional de Cafeteros y sus Comités
Departamentales y de organismos de desarrollo regional se promovieron diversas entidades de
integración cooperativa como:
Ayuda Mutua
Se da la “ayuda mutua” cuando dos o más personas se socorren y cooperan entre sí para
lograr las metas individuales o colectivas propuestas.
Responsabilidad
La “responsabilidad” es la obligación de responder por los propios actos. Es también
garantizar el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
Democracia
En el cooperativismo hay “democracia” cuando los(as) asociados(as) mantienen el control de
la cooperativa participando activamente en la toma de decisiones en asambleas generales, en
órganos sociales a través de sus representantes o en otros espacios de poder.
Igualdad
Consiste en ofrecer el mismo trato y condiciones de desarrollo a cada asociado(a) sin
discriminación de sexo, etnia, clase social, credo y capacidad intelectual o física.
Equidad
La “equidad” se refiere a la noción de justicia de dar a cada cual lo que se merece o ha
ganado según sea su grado de participación o aporte y reconociendo sus condiciones y
características especiales. Es decir, tomando en cuenta la diferencia.
Solidaridad
Es la adhesión libre y voluntaria a una causa o empresa, creando una relación humana de
mutuo apoyo donde la felicidad particular depende de la felicidad colectiva. Es entonces la
comunidad de intereses, sentimientos y propósitos.
Honestidad
Es la honradez, la dignidad y la decencia en la conducta de los(as) asociados(as). La persona
honesta es incapaz de robar, estafar o defraudar.
Transparencia
En una cooperativa hay “transparencia” cuando la información es administrada entre
asociados(as) y dirigentes de manera clara, veraz y oportuna. En la base de la transparencia
está la confianza, la comunicación y la franqueza. Se oponen a ella el encubrimiento y el
engaño.
Responsabilidad Social
En el cooperativismo la “responsabilidad social” se vincula al compromiso con el desarrollo de
la comunidad. Por ello las cooperativas son agentes activos en la generación de empleo y en
la justa distribución de la riqueza.
Los principios y valores son los elementos distintivos de las organizaciones y empresas
cooperativas. Ya en 1844, los Pioneros de Rochdale, fundadores de la primera cooperativa de la
historia, habían formulado un sistema de principios simple, claro y contundente, que les aseguró la
conducción de la organización en beneficio de sus miembros.
La nueva Declaración de Identidad Cooperativa adoptada por la II Asamblea General de la ACI -que
se realizara en el mes de setiembre de 1995 en la ciudad de Manchester, en oportunidad de la
celebración del Centenario de la Alianza- incluye una nueva definición de cooperativa y una
revisión de la formulación de los Principios y Valores Cooperativos. La nueva formulación
mantiene la esencia de un sistema de principios y valores que demostró ser eficiente en casi 170
años de historia y contribuyó a transformar al cooperativismo en una de las mayores fuerzas
sociales y económicas a nivel mundial, a la vez que incorpora nuevos elementos para una mejor
interpretación del momento histórico actual.
DEFINICIÓN DE COOPERATIVA
Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para
hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes por
medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada.
VALORES COOPERATIVOS
Las cooperativas se basan en los valores de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad,
equidad y solidaridad. Siguiendo la tradición de sus fundadores sus miembros creen en los valores
éticos de honestidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por los demás.
PRINCIPIOS COOPERATIVOS
Las cooperativas son organizaciones voluntarias abiertas para todas aquellas personas dispuestas
a utilizar sus servicios y dispuestas a aceptar las responsabilidades que conlleva la membresía sin
discriminación de género, raza, clase social, posición política o religiosa.
Las cooperativas son organizaciones democráticas controladas por sus miembros quienes
participan activamente en la definición de las políticas y en la toma de decisiones.
Los hombres y mujeres elegidos para representar a su cooperativa, responden ante los miembros.
En las cooperativas de base los miembros tienen igual derecho de voto (un miembro, un voto),
mientras en las cooperativas de otros niveles también se organizan con procedimientos
democráticos.
Usualmente reciben una compensación limitada, si es que la hay, sobre el capital suscrito como
condición de membresía.
Los miembros asignan excedentes para cualquiera de los siguientes propósitos: El desarrollo de la
cooperativa mediante la posible creación de reservas, de la cual al menos una parte debe ser
indivisible; los beneficios para los miembros en proporción con sus transacciones con la
cooperativa; y el apoyo a otras actividades según lo apruebe la membresía.
Las cooperativas son organizaciones autónomas de ayuda mutua, controladas por sus miembros.
Si entran en acuerdos con otras organizaciones (incluyendo gobiernos) o tienen capital de fuentes
externas, lo realizan en términos que aseguren el control democrático por parte de sus miembros
y mantengan la autonomía de la cooperativa.
Las cooperativas brindan educación y entrenamiento a sus miembros, a sus dirigentes electos,
gerentes y empleados, de tal forma que contribuyan eficazmente al desarrollo de sus
cooperativas.
Las cooperativas sirven a sus miembros más eficazmente y fortalecen el movimiento cooperativo
trabajando de manera conjunta por medio de estructuras locales, nacionales, regionales e
internacionales.
Igualdad: Consiste en que los asociados tienen los mismos derechos a participar, ser
informados, ser escuchados y ser involucrados en la toma de decisiones de la empresa.
Estos valores son llevados a la práctica a través de los Principios Cooperativos. Los principios
materializan la gestión de la cooperativa en sus actividades cotidianas.
Cooperativas
Concepto No. 2000043180-1. Diciembre 18 de 2000.
Síntesis: Naturaleza jurídica. Marco normativo.
[§ 037] «(...) bajo qué normatividad legal vigente puede considerarse a una Cooperativa
Financiera; como una asociación profesional, cívica, sindical, comunitaria, juvenil, benéfica o de
utilidad común no gubernamental. Con el objeto de conocer sí los beneficios y obligaciones que
otorga la Ley a las asociaciones profesionales, cívicas, sindícales, comunitarias, juveniles,
benéficas o de utilidad común no gubernamental le son aplicadas o no a las empresas
Cooperativas Financieras definidas según el Artículo 40 de la Ley 454 de 1998 como
ESTABLECIMIENTOS DE CRÉDITO sometidas al control, inspección y vigilancia de la
Superintendencia Bancaria".
De conformidad con lo dispuesto por el artículo 98 de la Ley 79 de 1988, "Las entidades del sector
cooperativo podrán organizar, bajo la naturaleza jurídica cooperativa, instituciones financieras en
sus diversas modalidades que se regirán por las disposiciones propias de éstas, en concordancia
con las del régimen cooperativo. Su constitución se sujetará a las normas generales de las
respectivas instituciones financieras y quedarán sometidas integralmente al control y
vigilancia de la Superintendencia Bancaria" (resaltado extratextual).
Tratándose de organismos cooperativos de carácter financiero se tiene que a los mismos les son
aplicables las normas del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero -Decreto 663 de 1993- y de las
Leyes 79 de 1988 y 454 de 1998, sobre la legislación cooperativa y el marco conceptual que regula
la economía solidaria.
El marco de regulación y competencia planteado se recoge en el artículo 215 del Estatuto Orgánico
del Sistema Financiero, de cuyo texto se desprende que si bien tales entidades están sometidas a
la inspección y vigilancia de esta Superintendencia su actividad debe ser desarrollada en
concordancia con la legislación cooperativa, circunstancia que se reitera en los preceptos
contenidos en los artículos 40 y 58 de la Ley 454 de 1998 que al referirse a este tipo de entidades
señalan:
"Artículo 40. Cooperativas Financieras. Son cooperativas financieras los organismos cooperativos
especializados cuya función principal consiste en adelantar actividad financiera, su naturaleza
jurídica se rige por las disposiciones de la Ley 79 de 1988 y se encuentran sometidas al control,
inspección y vigilancia de la Superintendencia Bancaria. Estas cooperativas son establecimientos
de crédito (...).
Artículo 58. Normas Aplicables a las Entidades de la Economía Solidaria. Serán aplicables a las
entidades de naturaleza solidaria las disposiciones legales y reglamentarias establecidas en la Ley
79 de 1988 para las cooperativas, en lo no previsto en la presente ley".
Además de lo anterior, resulta importante anotar que de conformidad con lo previsto en el artículo
158 de la Ley 79 citada:
"Los casos no previstos en esta ley o en sus reglamentos, se resolverán primeramente conforme a
la doctrina y a los principios cooperativos generalmente aceptados.
En tales condiciones es claro que las entidades financieras de carácter cooperativo comparten la
misma naturaleza de las demás entidades del sector de la economía solidaria, aspecto en torno al
cual precisó la Corte Constitucional en Sentencia C-710 del 9 de diciembre de 1996, Magistrado
Ponente Dr. Jorge Arango Mejía lo siguiente:
"Las cooperativas son asociaciones de trabajadores y usuarios, cuyo objeto social está en la
producción de bienes y servicios que les permita satisfacer no sólo sus necesidades sino los de la
comunidad en general, y, en las cuales, el ánimo de lucro no está presente. El artículo 4º de la ley
79 de 1988, las define como:
(...) empresa asociativa sin ánimo de lucro, en la cual los trabajadores o los usuarios, según el
caso, son simultáneamente los aportantes y los gestores de la empresa creada con el objeto de
producir o distribuir conjunta y eficientemente bienes o servicios para satisfacer las necesidades de
sus asociados y de la comunidad en general.
Para los demandantes, los actos que realizan estas asociaciones escapan de la definición que de
ellas hace la ley, para convertirse en verdaderas empresas comerciales, razón por la que no se
justifica que puedan embargar las prestaciones de los trabajadores. Consideran, además, que en
razón a la forma como las cooperativas han venido desarrollado su objeto cooperativo, el legislador
no debería otorgarles privilegios y preferencias que no tienen otros sujetos del sector económico,
como las empresas comerciales.
Esta Corporación, con ocasión de una demanda que fue presentada en contra de algunos artículos
de la ley 79 de 1988 "Por medio de la cual se actualiza la legislación cooperativa", tuvo la
oportunidad de explicar porque no existe razón válida para afirmar que las cooperativas no puedan
realizar actos que son típicamente comerciales, siempre y cuando ellos sean necesarios para el
desarrollo del objeto cooperativo, sin que por esto, se les pueda considerar como sociedades
comerciales, y, en consecuencia, no gozar de los beneficios y garantías que el Estado está
obligado a brindarles por expreso mandato constitucional. Al respecto, se expresó:
Así mismo, en ese fallo se hizo el siguiente análisis de la evolución del concepto de ánimo de lucro
en esta clase de asociaciones:
"(…) como toda institución que surge del proceso de interacción social, las cooperativas han
evolucionado en sus principios y formas propias de organización, adecuando sus conceptos
básicos a las exigencias de un mundo que se caracteriza por la celeridad en los cambios de orden
político, económico, social, técnico y tecnológico; si bien en su origen ellas fueron estrechamente
relacionadas con determinados modelos ideológicos, especialmente con el socialismo, han
demostrado una especial capacidad para adaptarse a otros, siendo reivindicadas actualmente en
todo el mundo, como importantes y útiles instrumentos para contrarrestar la concentración de la
propiedad, regular el mercado y redistribuir los recursos, por lo que han merecido el
reconocimiento y protección constitucional en un significativo número de Estados.
Ello explica por qué su característica esencial, que en los inicios del sistema se entendía necesaria
en todas y cada una de sus actuaciones, y excluyente de cualquier otra posibilidad, referida a la
ausencia total del animus lucrandi en el desarrollo de sus actividades, actualmente persista pero
bajo presupuestos más flexibles, que se han ido adecuando a las necesidades que se desprenden
de su condición, también esencial, de empresa.
En algunos países ese concepto básico, ausencia de ánimo de lucro, ha evolucionado de manera
tal que en su acepción categórica y excluyente ha desaparecido de las correspondientes
normativas; un caso ilustrativo es el de la legislación española, (...)