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FABULAS

LA RANITA SORDA

Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo
profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le
dijeron a las caídas que, para efectos prácticos, debían darse por muertas. Sin embargo, ellas
seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decían que esos esfuerzos
serían inútiles.

Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por vencida y murió. La
otra continuó saltando con tanto esfuerzo como le era posible. La multitud le gritaba que era
inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo.
Las otras le preguntaron: «¿No escuchabas lo que te decíamos?». La ranita les explicó que era
sorda, y creía que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse más y más para
salir del hueco.

Piensa si en algún momento lo que alguien te ha dicho ha impedido o bloqueado algún


proyecto, alguna acción o alguna conversación pendiente.

Recuerdas en algún momento que a pesar de lo que te decían los demás has conseguido tu
meta. Cómo lo ves desde la distancia. ¿qué estrategia utilizaste?

¿Cómo puedes hacer que lo que te dicen los demás no te influya negativamente?¿qué es lo peor
que podría pasar? ¡Cuenta con ello!

Quizás lo que te dicen los demás incluye sus miedos y sus limitaciones y tú sin darte cuenta estás
haciéndolos tuyos. ¿Quién dijo miedo?

Y si todo eso que escuchas te impulsara en lugar de frenarte ¿harías oídos sordos?

LA FÁBULA CHINA DEL CABALLO PERDIDO

Caballo
Las milenarias y tradicionales fábulas y cuentos de China nos proporciona diversos tipos de
pequeñas historias que nos ayudan a desarrollar nuestra consciencia, a aprender, a entender las
relaciones y a fortalecernos psicológica, emocional y espiritualmente. He aquí una de ellas.

Había una vez un rico terrateniente que poseía grandes tierras quien señalaba que tenía
solamente dos criaturas a las que consideraba sus más grandes tesoros: su único hijo y un
caballo pura sangre, que era el mejor de todas las caballerizas del reino.

Sin embargo, cierto día este último se perdió al salir de los establos, pues alguien se había
olvidado de cerrar la puerta. La gente cercana al propietario se lamentó por ello, pero él
simplemente se limitó a aceptar la suerte que le había tocado.

Al poco tiempo el caballo volvió, esta vez trayendo consigo a una hermosa yegua y unas cuantas
crías que se adivinaba que pronto serían magníficos ejemplares. Todos pensaron que la fortuna
volvía a sonreírle a aquel hombre, que se alegró mucho de la llegada del animal.

Tiempo después, su hijo se accidentó tratando de domar a uno de los nuevos caballos y su
pierna se vio sumamente afectada. Los médicos determinaron que iba a cojear de por vida, y
aunque todos volvieron a sentir lástima una vez más, su padre aceptó las circunstancias de una
manera tan digna como le fue posible.

Un par de años más tarde estallaría una guerra entre China y Japón, en la cual todos los hombres
de la región serían enlistados. El muchacho fue el único que se salvó, debido a la condición de su
pierna.

A lo largo del tiempo, aquel terrateniente había aprendido que no siempre se tiene el control
sobre lo que nos pasa en la vida. Es por ello que en vez de mortificarse, trataba de seguir
adelante y dejar que las cosas siguieran su transcurso natural.

Moraleja

En toda desgracia siempre existe la posibilidad de sacar un beneficio, aunque uno puede tardar
bastante en darse cuenta de eso.
Entonces, depende de uno cómo se decida reflexinar y observar la vida vida a pesar de las
adversidades, pues la buena o la mala suerte no existen, ni controlan el destino.

EL CAZADOR QUE DIBUJABA PÁJAROS

palomas

Son muchísimas las notables fábulas antiguas de China, la mayoría de las cuales pertenecen a los
siglos III y IV antes de nuestra era y a los siglos XVI y XVII. Lo cierto es que hasta hoy siguen
circulando en los labios del pueblo chino y usándose como citas para la reflexión. Véamos una
de ellas.

Hubo un hombre que quería aprender a cazar. Así que fue a buscar a un experto cazador y le
pidió que fuera su maestro.

Le dijo: “Un hombre debe adquirir una habilidad, y de todas las cosas que uno puede hacer, he
optado por ser un cazador. Quiero aprovechar mi arma en el bosque y disparar a los pájaros que
elijo para disparar “.

El cazador miró el arma del novato que parecía una buena arma y su alumno también parecía
muy decidido. Así que él le habló de las características de diversas aves y un poco sobre cómo
apuntar y disparar un arma de fuego, y le aconsejó sobre la importancia de practicar en
diferentes tipos de aves.

Cuando el pupilo oyó esto, ahora creía saber cómo cazar, por lo que se marchó al bosque con su
pistola. Pero, tan pronto como entró en el bosque, y antes de que pudiera levantar su arma,
todos los pájaros volaron.

Regresó al cazador y le dijo: “Las aves son demasiado inteligentes. Ellos me vieron antes de que
pudiera ver dónde estaban, y por el tiempo que había levantado mi arma, todos habían salido
volando“.
Y preguntó el cazador: “¿Prefieres disparar un pájaro que no puede volar?”

A lo que el novato respondió: “Bueno, a decir verdad, sería maravilloso si los pájaros no volaran
cuando quiero disparar”.

Entonces, el cazador le dijo: “Vete a casa y consíguete un pedazo de cartón. Dibuja un pájaro en
él y luego cuelga el cartón en un árbol. Entonces, practica los disparos sobre la figura”.

El hombre fue a su casa e hizo exactamente como el cazador le había ordenado. Disparó algunos
tiros, pero ni uno solo dió en el blanco. Volvió a ver al cazador de nuevo y le dijo: “He seguido
sus instrucciones, pero aún no puedo acertar el disparo al pájaro”.

Y cuando el cazador le preguntó por qué no había acertado, el hombre dijo: “Tal vez fue porque
el pájaro es demasiado pequeño, o tal vez porque yo estaba de pie y demasiado lejos de ella”.

El cazador reflexionó un momento y dijo: “Estoy profundamente conmovido por tu


perseverancia te diré qué ahora debes conseguirte un pedazo grande de cartón y cuélgalo en el
árbol y solamente trata de dispararle al cartón”.

El hombre le preguntó con ansiedad: “¿De la misma distancia que antes?”

El cazador dijo: “Eso depende de tí”, y le dijo en un tono solemne: “Lo que tengo en mente es lo
siguiente: Primero simplemente concéntrate en disparar contra el cartón. Cuando hayas hecho
esto, ya puedes dibujar un pájaro alrededor de cada agujero y cuantos tantos pájaros como
agujeros hayas hecho sobre el cartón”.

Moraleja

Ser persistente es una habilidad que puede ayudarnos a alcanzar los objetivos, a obtener
aquello que se desea e incluso puede ser un medio por el cual uno se mantenga firme ante gente
difícil u obstinada.
Así que, al igual que el novato cazador, la aplicación de la perseverancia en cualquier tarea o
meta es con frecuencia lo que distingue a aquellos que obtienen el éxito de los que fallan en
cualquier tipo de tarea.

Y ciertamente, la falta de persistencia o el “rendirse demasiado rápido” es una de las razones


más comunes por las cuales la gente falla en cualquier área. Para ello además se necesita
experiencia para lograr alcanzar el éxito.

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FABULAS PARA REFLEXIONAR

FABULAS PARA REFLEXIONAR

LA CASA IMPERFECTA

15 FEBRERO, 2016 DEJA UN COMENTARIO

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casa

Una de las grandes tareas y retos es construir nuestra vida de la mejor manera, sin distraernos
mientras la estamos edificando, por lo que tal construcción tiene que ser con el mejor material y
con todo el amor del constructor.

Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar su pensión
de jubilación. Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más
placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba
retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió,
como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y
comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacia.
Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era
deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.
Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de
la puerta principal. “Esta es tu casa, querido amigo —dijo-. Es un regalo para ti”.

Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera
hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había
construido!

Moraleja

Si uno está consciente que todo lo que se haga es como si fuera para uno mismo, ¿cómo le
gustaría a uno que fuera?

Esta fábula enseña que cada día hay que esforzarse por esa construcción, pues cada vida es un
proyecto de “Hágalo Usted Mismo”.

De tal modo que nuestra vida es el resultado de actitudes y elecciones del pasado, por lo que se
debe construir ahora poniéndole el mejor material para que mañana sea el resultado de
nuestras buenas actitudes y buenas elecciones.

A fin de cuentas, todo el mundo es responsable de sus actos. Si el albañil hubiera sabido que era
su casa, sin duda que la habría hecho diferente. La moraleja entonces es hacer el trabajo como
si fuera para uno mismo porque al final, siempre habrá alguien que note la diferencia.

FABULAS PARA REFLEXIONAR

En la época en que Gandhi estaba estudiando la carrera de Derecho en Londres, un profesor de


apellido Peters le causaba muchos problemas. Sin embargo, el joven alumno Gandhi nunca bajó
la cabeza en ninguno de sus encuentros.
Cuenta la historia que un día el profesor Peters se encontraba almorzando en el comedor
universitario. Gandhi quien se aproximaba con su bandeja, se sentó al lado del profesor quien le
dijo:

“Joven Gandhi, usted no entiende. Un puerco y un pájaro no se sientan nunca a comer juntos”.

A lo que Gandhi le contestó: “No se preocupe profesor, usted tranquilo, yo me voy volando”.

Con esta respuesta que le dio rabia al Señor Peters, decidió vengarse en el siguiente examen de
Gandhi. Pero para mala suerte de Peters, su alumno respondió todo perfectamente con una
mente brillante. Entonces, le hace la siguiente interpelación:

“Gandhi, imagine que Ud. se encuentra caminando por la calle y de repente ve una bolsa en la
acera y dentro de ella halla la sabiduría y mucho dinero, ¿cuál de las dos cosas se llevaría?”

Gandhi sin titubear le dijo: “¡Pues claro que el dinero, profesor!”

El profesor sonriendo le dice: “Yo en su lugar hubiera agarrado la sabiduría, ¿no le parece?”

A lo que Gandhi responde: “Cada uno toma lo que no tiene, profesor.”

Peters, histérico, escribe en la hoja del examen: “Idiota” y se la devuelve al joven estudiante.
Gandhi toma el papel y se sienta… Luego de unos minutos, vuelve a dirigirse al profesor y le
dice: “Profesor Peters, Ud. me ha firmado la hoja, pero no me puso la nota”.

perro-y-pantera

Sin duda que hay muchos momentos en que los emprendedores se enfrentan a crisis, pero hay
que ser imaginativos para superarlo por encima del conocimiento, inclusive.

Hubo un día en que un cazador va al África y se lleva su perrito. Un día durante la expedición, el
can, corriendo tras algunas mariposas se pierde del grupo y comienza a vagar por la selva.
En eso ve a lo lejos que viene a toda velocidad una pantera a toda carrera que, sin duda, se lo va
a comer; así que el perro piensa rápido qué hacer: observa un montón de huesos de un animal
muerto y empieza a mordisquearlos.

Entonces, cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice en voz alta:

Ah!!!. Qué rica pantera me acabo de comer !!!

La pantera lo alcanza a escuchar, frena y sale despavorida pensando:

Quién sabe que animal será, no sea que me coma a mí también.

Un mono que estaba sobre una rama de un árbol cercano, que había visto la escena, sale
corriendo tras la pantera para contarle como el perrito lo engañó.

Cómo serás de torpe, esos huesos ya estaban ahí, además es un simple perro.

Así que la pantera, muy molesta, le dice al mono:

Súbete a mi espalda, vamos de ese perro a ver quién se come a quién.

Y salen corriendo a buscar al perrito quien ve a lo lejos que viene nuevamente la pantera y esta
vez con el mono alcahuete.

¿Y ahora que hago?, piensa el perrito asustado.

Entonces, en vez de salir corriendo, se queda sentado dándoles la espalda como si no los hubiera
visto, y cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice:
Ahh, este Mono!!!, hace como media hora que lo mandé a traerme otra pantera, y todavía no
aparece.

Moraleja

En momentos de crisis, solamente la imaginación es más importante que el conocimiento.

Así que esta fábula nos enseña a que uno procure ser imaginativo como el perro, evitar ser
estúpido como la pantera, pero nunca ser malicioso como el mono.

camello cria

De alguna forma, todos hemos nacido con ciertos talentos, pero por varias razones no los
desarrollamos. En esta fábula podemos reflexionar que el desarrollo de tales talentos depende
algunas veces del lugar donde nos encontremos.

Una tarde, bajo un calor insoportable, una madre camello y su cachorro estaban descansando
bajo la sombra de un árbol. De pronto, el bebé camello le pregunta:

– Madre; ¿ puedo preguntarte algunas cosas?

¡Claro que sí!, qué es lo que deseas preguntarme o hay algo que te molesta?

– ¿Por qué los camellos tenemos joroba?

Mira hijo, nosotros somos animales del desierto, y necesitamos la joroba para guardar agua y
poder sobrevivir por mucho, pero por mucho tiempo.

– ¿Bien, ¿puedo seguir preguntando?

Claro hijo puedes seguir preguntando.


¿Por qué tenemos unas piernas muy largas y nuestras patas son redondas?

Obviamente las tenemos para que se adapten al andar en el desierto, con estas piernas nos
movemos mejor que nadie.

– ¡ Y por qué tenemos nuestras pestañas tan grandes? Esto a veces me molesta en mi vista.

Aquellas pestañas largas y gruesas son una tapa protectora. Ellos ayudan a proteger tus ojos de
la arena del desierto y el viento.

– Ya entiendo mamá. Si tenemos la joroba para almacenar el agua cuando estamos en el


desierto, las piernas son para andar por el desierto mejor que nadie y estas pestañas protegen
mis ojitos en el desierto… Entonces, ¡qué demonios estamos haciendo aquí en el maldito
zoológico!

Moraleja para reflexionar

Todas nuestras tareas y actividades será muy fácil de realizar si nos encontramos en el lugar
indicado. Y es que la comodidad nos lleva a la mediocridad, pues al estar siempre en el mismo
escenario y sin atreverse hacer algo diferente puede ser que uno se convierta en un esclavo del
tiempo, donde los segundos, minutos y horas …¡ serán una eternidad!

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