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que tenga comn eje la generación de progreso técnico propia

permitirá al país enfrentar los obstáculos que se le presentan Capítulo JI ‘


Desafortunadamente,, eso pasa por la voluntad de los agentes
privados y estatales involucrados, y no existe hoy un proyecto EXCEDENTES DE POBLACIÓN
político en tat sentido para ello. Todo apunta a que sólo una
nueva proftindizadón de la crisis genera! del capitalismo podrá
detonar un proceso en este sentido, esperemos que no sea de­
masiado tarde para el país entonces- A continuación se analizan las causas que explican la incapaci­
dad de la estructura socioeconómica mexicana para absorber
en sus procesos productivos a una amplía masa de población
disponible para ello, como resobado de su condición sub-
desarrollada.
Se parte del supuesto de que no obstante el funcionamiento
del sistema capitalista genera desigualdad social y excluye a
millones de personas que están fuera de toda posibilidad de
Tener un lugar en su funcionamiento,estas tendencias se mani­
fiestan con un mayor grado dr intensidad en los países donde
rl desarrollo es incipiente o simplemente no existe, siendo sus
principales expresiones los altos niveles de desempleo, infor
malidad, migración y precariedad del trabajo.
Esta condición de los países más atrasados económica­
mente es el resultado del subdcsarrollo de La relación capital-
trabajo, que origina una estructura productiva dependiente de
los bienes de capital y manufacturas con un alto contenido tec­
nológico y valor agregado elaborados en el polo desarrollado,
que despkiza al exterior desarrollado capacidad de acumula­
ción para generar empleo, en la misma proporción en que esa
energía es negada a la economía local.
En este sentido, el caso mexicano resulta ejemplar al con­
firmarse a lo largo de todo el siglo XX y la primera década del
presente siglo, h existencia de una población exccdentaria den­
tro de la acumulación capitalista. Su presencia en la vigencia

‘ Una primera versión de cite tribajü Sí presentó en el Jír' CtnfcrM ¿e /□ fíEnf.C,


Valentíi, España, julio dr 2011.
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del patrón de acumulación sustentad u en la i ndusrri ¡ilinación ilr trabajo-; c) predominio de la incertidumbre dtl trabajo so-
con sustitución de importaciones (P-ISI) se desborda bajo el l.i reducción de las desigualdades, >e deja de hablar de la
parrón neoliberal de acumulación (P-NL), conviniéndose en desigualdad, aunque ésta se acentúe? (Castel < irado en Cortés.
un potencial foco de descontento social, .'Ilüó: 78)- En este contexto, existe un proceso de “de^cstabili*
A continuación se define el concepto excedentes de po­ . i jjón de los empleos estables'*, particularmente ios vinculados
blación uv su rebelón con el suhdcsarrulfo.1 así como las formas i la tradicional clase obrera: pequeños cfnplcos precarios con
V tendencias ctl Lis que éstos se lian desdoblado en nuestro periodos de desempleo y asistencia social que afecta especial•
país dentro de las modalidades de la .acumulación capitalista, mente a jóvenes, así como a un sector de la población que se
Se busca mostrar indicadores generales que ayuden a capturar puede definir como ^supernumeraria" o excedente.
los rasgos más evidentes de su magnitud, tanto como Las carac­ La exclusión social, desde esta perspectiva, es un concepto
terísticas de los procesos sociales que permitan dar cuenta de que remite a la descripción de aquellos procesos contemporá­
su presencia y desdoblamiento en la estructura socioeconómica. neos por los cuales el capital somete a sus propias necesidades
de reproducción a la masa asalariada, la califica, selecciona,
segmenta y excluye con miras a incrementar su capacidad de
/. drpobfartáfiy juídesarrafía explotación, gracias a los desarrollos tecnológicos en tas ra­
mas productivas de punta, las innovaciones en los procesos de
El concepto exclusión social Ju tenido una diÑsión muy im- gestión del trabajo, y a la reducción de los espacios laborales
pottante en los últimos años para describir las formas en que que esto trac consigo, que juegan cuino importante incentivo
el sistema capitalista prescinde de amplias capas de población, para precarizar los empleos existentes asi como los salarios, ES
que quedan fuera de sus beneficios. De acuerdo a Cortés (2006). resultado es una creciente masa de población excluida de los
es a Robert Casto! a quien se le debe atribuir la difusión de este procesos productivos, con una cada vez. menor perspectiva de
concepto, utilizado para describir el proceso a partir del cual incorporarse a los mismos.
una serie de actores sociales que habían sido participes de los Sin embargo, este término remire a una transformación crt
frutos del desarrollo y del bienestar en las épocas de bonanza las condiciones de vida de los asalariados de los países desa­
económica y consolidación del Estado Benefactor, son exclui­ rrollados corno producto del cambio en el patrón de acumu­
dos del mercado Libar al, debido a tos cambios inducidos por la lación capitalista, donde todavía existe un ejército de reserva
global! zación. insuficiente para las necesidades de la producción capitalistii y
Este proceso ha implicado una transformación de Lis un importante pacto social que lia servido como “amortigua­
formas de inclusión de los asalariados dentro de los procesos dor" de sus efectos sociales. Por lo tanto, aquí la exclusión so­
productivos, que se caracteriza pot: “a) precari¡ración e indivi­ cial en condiciones normales aplica a la rnayorín de los traba­
dualización de los procesos de tralufo; b) desigualdades frente jadores migrantes o grupos sociales segregados por su falta de
a tas transformación de las relaciones de trabajo -desigualdad pertenencia a la nación de origen, no tanto a tas personas que
frente ;d riesgo del desempleo y degradación de las condiciones cuentan con la ciudadanía.

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n»i> gado elaborados en el polo desarrollado, que desplaza al
• ornor desarrollado capacidad de acumulación para generar
Dicha situación atiende a la lógica en la que en cbIC tAr
Ifiiipíeo, en la misma proporción en que esa energía es negada
ció se desenvuelven las relaciones sociales de producción I
países desarrollados, al producir no sólo para su mere .ido i|M l,i economía local.en d suhdesarrolto se genera lo que Figue-
h Por cal Tazón,
para abastecer a todos aquellos pertenecientes a la pciifrlA
1-1 (2008) denomina exccdentcj depoblación, que se reprodu­
na generan lo que M-.rx (1976) denominan un ejército ce n fuera del proceso formal de valorización del capital o de
tría/ de mrwt al menos no un número de ilcsempleadoi mli
f jiild.is a éste, mientras en d polo desarrollado existe una
cíente para considerarlo como ral y con las carácter i.? iícm <ph
m .dijeacia del ejército de reserva. Esta situación repercute
él le atribuyera, aunque bajo la dinámica de] actual patrón .!■
ilipecumcntc en la ocupación, de tal forma que la población
acumulación y h crisis mundial cap ir alista esta tenderían lu jue no puede emplearse en los países subdesarrolJados tenderá
cambiado.
j. cubrir el déficit que se genera en el ejército de reserva de los
Pero en los pais.es subdesarrollados no sólo existe un un
países desarrollados, manifestándose en forma de flujos migra­
mcroso ejercito industrial de reserva, sino ».•<??? rríZriir
torios. En tal caso, h falta de producción en un polo tiende a
(faniepara /a aeunwitoctón capitáfi/td,. Tal fenómeno genera una
exclusión social estructural en los países subdesarrollados hacia satisfacerse con el exceso de producción en el otro.
Se pueden adelantar otros efectos sociales más generales
la gran masa de desposeídos,y en h medida en que los vinculen •■.obre la población ocupada que resultan de h existencia de
de subordinación hacia el polo de países desarrollados se csTrr-
ios excedente» dcpoíltidón en el país expulsor: precarización del
cb.irtj.-i problemática tiende a aumentar. Esto se m;-i ni fiesta en trabajo, flexibilidad laboral, salarios bajos, bajos estándares de
elevadas niveles de migración, pobreza, violencia, inscguríd.id
bienestar, etc- En este otro caso. Ja población que resulta ex­
pública, actividades informales, etcétera, que son las repeteu-
cluida cstrucnindmence de los procesos productivos y que no
síones sociales mas visibles de los estragos que genera el suh-
tiene opción de ocuparse en la economía desarrollada, tiende
dc sarro Jlo.
a generar la disposición de hacerse para sí de algún oficio o de
José Ntln (1999) denominó a la población excluida: w¿yjdr
habilidades que le permitan sobrevivir. Dicha ocupación podrí
mrgxw/, pero nunca la ubicó como un fenómeno exclusivo del
guardar algún vinculo con la acumulación o simplemente que­
subdcsarTollq, ni tampoco abundó en sus especificidades ni de­
dar fuera de la misma. En el primer caso constituirá exces/entej
senvolvimiento desde l.i lógica del fiincionsmicnto de este tipo
relativos y en el segundo excedentes aúíGfrj/Qs, pero siempre fuera
de estructuras socioeconómicas en su relación con Lis propias
del circuito formal de valorización del capital (Ver Figueroar
de los países desarrollados. 2008:3-4), Por ello, a diferencia del término “exclusión social",
Víctor Ffcgucraa (2003) por su parte realiza dicha vincu­ la idea de “excedentes de población" da cuenta de una reali­
lación,. v advierte que en los países mis atrasados la presencia
dad estructural e histórica específica, en la que se potencian los
de una masa de excluidos es el resultado del funcionainirnto
niveles de exclusión en la acumulación capitalista en su forma
del subdesarrollo de la relación capital-trabajo, que origina
una estructura productiva dependiente de los bienes de capí-
subdesarrollada.
tul y manufacturas con un alto contenida tecnológico y valor

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Ahora bien, debemos especificar que si bien los txceáenfa
categorías de países, sean éstos desarrollados o subdcsarrolla-
de f>Mxi¿n hacen referencia a procesos sociales con una raíz
dos, interiorizándose dentro de todo el tejido social de manera
económica, esto no implica que se niegue la existencia de otras
diferenciada. Es por eso que el interés de este trabajo se centra
dimensiones de exclusión que son consustanciales a su mani­
en comprender las particularidades de la exclusión social en
festación económica. Como señala Diego Casaravilla (1999)>
su forma de exceden fej de población teniendo como referente el
a propósito de sus conclusiones sobre un estudio que traía el
ámbito de la producción en el subdesarrollo en México.
tema de la exclusión a partir de dos experiencias de campo con
En este sentido,la presencia de una población excedcntaria
inmigrantes indocumentados y con integrantes cíe una villa
a lo largo de la historia mexicana es un fenómeno que por su
marginal en Buenos Aires:
impacto en la estructura socioeconómica revela su fuerte ten­
dencia a transferir inversión productiva hacía Estados Unidos,
j...] es posible combinar tres vertientes diversas en la noción
misma que « genera a través de la compra de bienes y servicios
de exclusión social, inregrando la mirada latinoamericana
necesarios pura la producción, que no se crean localmente, y
relativa a la pobreza, h europea que le agrega un elemento
que son producto del progreso técnico generado en aquél país.
socio-político al entrarse en la idea de obstáculos a la ciu­ La presencia y reproducción de estos excedentes de />£■-
dadanía y de goce de los derechos humanos, y la desarru­
.¿’/üljííw ha impactado de manera negativa en la organización
llada por aquellos leóricoi nurteamcricancii que analizan la
Je las relaciones de producción, constituyéndose en una carga
desviación y el estigma con un mayor sesgo socíoeultural.
para la determinación de los salarios de la cual los trabajadores
Esto es, aquellos ejes que producen respectivamente pobreza,
en activo no han podido liberarse^ salvo por la injerencia del
déficit en el status ciudadano, y estigma (p. 8).
Estado, lo cual ha generado importantes vínculos corporativos
y clicntelares con éste, Esta característica intrínseca a la for­
A escás formas básicas de exclusión podemos agregar los pro­
mación social mexicana se presenta de manera importante du­
cesos subjetivos de significación de las condiciones materiales
rante rí periodo de vigencia del P-1S1, para desbordarse en los
de vida marginales, a partir de la compartición entre los indi­
años que siguieron a su agocamienro y sostenerse así dentro
viduos de referentes simbólicos de interpretación del mundo
del P-NL.
o incluso aquella exclusión que permea la etica de la sociedad
Sin embargo, la caracterización de los excedentes de po-
moderna para justificar la propia exclusión a partir de criterios
Matión en México, materia de este trabajo, topa con dos pro­
morales hechos ad w para los beneficiarios del sistema. En
blemas fundamentales: las dificultades que presenta capturar
relación a ello, consideramos que todas estas variantes de la
un fenómeno que se desarrolla a la saga de los procesos pro­
exclusión guardan un vínculo dialéctico con la relación capital-
trabajo en el capitalismo y son resultado de su desarrollo, y ductivos -incluso en muchos casos fuera de la legalidad-, y
derivado de lo anterior, la falta de cifras que permítan cuan tili­
por lo tanto, se desenvuelven en forma proporcional a la ex­
clusión económica, misma que Jas reafirma y potencia. De esta ca rio de manera directa. Para sortear dichos problemas se pro­
forma, adquieren características específicas entre las diferentes pone una aproximación indirecta al fenómeno, proyectándolo a
través de: a) la cuantificación de la diferencia entre los empleos

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formales y ¡a PEA. 3 través del registro de los trabajadores Sin embargo, si torna moa como referencia el número de
asegurados al IMSS o al ISSSTE, como una primera aproxi­ asegurados al IMSS y el ISSSTE para aproximarnos a cuan-
mación a la magnitud del fenómeno; así corno el peso del sec­ dficar el número de trabajadores empleado* y ¿«empicados
tor informal en relación a l¡i PEA urbana para aproximarnos en el país en relación a la población económicamente activa
a una cuanxificación del fenómeno en el espacio urbano; b) la (PEA) durante el periodo 1965-1980;’ observaremos que los
difusión de actividades no capitalistas en el campa como alter­ niveles de desempleo no reflejan la dinámica mostrada por la
nativas de sobrevivencia de l.i población excluida del proceso economía bajo es te patrón de acumulación (Romero, 2003:583).
de valorización, para conocer la situación de dicha problemáti­ Si bien es cierto que el peso de las personas aseguradas en
ca en este espacio, señalando los aspectos más relevantes del la PEA tiene una tendencia positiva en el periodo, nuesro que
papel desempeñado por la Reforma Agraria en el reparto de pasa de representar el 20.5% en 1965 al 35.4% en 1980, en
tierras hasta los años ochenta, y por orto lado, el impacto que realidad durante h vigencia del P-1S1 su presencia en la po­
tuvo en los noventas la contrarreforma agraria y la firma del blación acriva fue reducida,y su más notable incremento se da
TLCAN en la reproducción de estas actividades; y c) tos flujos en el periodo de agotamiento de este patrón de acumulación.
migratorios que ayudan a ditncnsionar ta diáspora de fuerza de Por otra parce, en el P-NL basado en la apertura comercial
rrabajo que resultó redundante para h acumulación capitalista y la reducción de la participación del Estado en el desarrollo
localmcnte, para lo cual tomaremos como referente el análisis económico, el PIB ha crecido a una tasa media anual de 2.1%
del Programa Bracero vigente en el periodo 1942-196-1 y el cu el periodo comprendido cutre los años 1983 y 2009, lu que
incremento de los flujos migratorios a partir de h década de los se lia traducido en una tasa media de incremento del PIB
ochenta, que abrieron paso a la consolidación de la migración de apenas 0.5% anual. La inversión fija bruta por
ilegal, habitante (en maquinaria, equipo y construcciones) apenas ha
crecido a una tasa media anu.il de 2,1%. En cuanto a las remu­
neraciones, los trabajadores han perdido 71.4% de su poder de
2- ¿rt ¿rtfapy economía informal compra (Calva, 2010: 15). Además, en el contexto de la crisis
capitalista mundial. desde 2008 los salarios lian registrado los
1.a economía mexicana en el periodo 1935-1982, bajo el P-1SI, niveles mis bajos desde 1934 (CAM, 2010: 6).
tuvo un crecimiento promedio a una tasa del 6%dcl PIB y un
1 El Jnrmfoü jfcrrfó es un nial Indicador manejada por el hiBtitutn Machad
crecimiento del PIBfertíffota ¡1 un.i tasa media del 3.2% anual. de Geografía y Estadística (JNEGI) para medir la unjución dd increado liberal,
Además la inversión fija bruta por habitante (en maquinaria, pauto que al no erigir íeguro Cuntra el dcicmpteo «sidos te refuguJi en
alguna inÁ'idd, moque ira prccirh, que les reporte ingreso?. Hasr> íU> hace
equipo y construcciones) tuvo una tasa de crecimiento- anual muchüi Bños li definición ciñ; i J de^opíicíít? o-.-uy-j.íj cri aq-jclti miyar de 12 a/iiji
del 6% en el periodo 1941-1982. Todo esto tuvo un impacto que en La scinani anreiiov participó ai menos una hcca a L semina cu •divida de*

positivo sobre el nivel de los salarios mínimos que se incre­ qw 1c dieron Wt ingreso o que lo hizo tín paga oblen que ñor cubijó, pero eecitabi
con un empleo o iniciarla Util ocupacidú en un roo. Eira ddtíikióti, corno se
mentaron en un 96.9% durante el periodo 1935-1982 (Calva, puede tibscrvar, es bulante Laxa al nwimettfO de ciuntíflcar el desempleo, de allí
2005: 62-63). que orilleemos el porcentaje de Irabajadores asegunden en el IMSS o el ISSSTE
con respecto a Li PEA para nioJu la descu upación.

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Esto es así porque desde h firma del TLCAN se trató donde buena parte del incremento ocupacion.il logrado en el
de impulsar en el país una política de crecimiento orientada a ciclo anterior ha sido borrado, particularmente en la maquila
I jí exportaciones de mercancías manufacturadas con un fuerte donde se han generado cierres masivos de empresas (Samanie-
componente nacional, cuyos resultados lian sido exactamente go, 2005", Sánchez y Pérez, 2D09}. Esta situación contrasta con
contrarios a los planeamientos iniciales. La maquila y amplios la prevaleciente durante el periodo 1934-1982, donde se re­
sectores de la manufactura que operan con criterios produc­ ponan mayores rasas de crecimiento del PIB y ciclos económi­
tivos muy similares a ésta lian sido la principal punta de lanza cos más estables.
de la economía bajo el necdiberalismo, Como entre el 80% y el Se observa así un estancamiento en el número de personas
90% de] valor de las exportaciones representa el componente miegTiinres de la PEA que se encuentran afiliadas a los siste­
importado, el valor restante es el que se constriñe a salarios mas de seguridad social a partir de l990Jcuy<j promedio es de
y es el que finalmente reporta .dgún efecto positivo para la 35.7% corre ese año y el 2009 (JSSSTE,20ID}. Sí este dato lo
economía. Esta situación ha inquietado negativamente en c) comparamos con h tendencia prevaleciente durante rí P-ISI,
sector productivo nacional; en las condiciones de vid a tanto de ££ pueden corroborar Jas limitantes estructurales que presenta
la fuerza de trabajo activa; y en los rifepob/ación. nuestro país al crecimiento de la población activa durante la
En c-src sentido* a la inestable y coyuntural capacidad de vigencia de ambos patrones de acumulación y la precariedad
generar crecimiento económico bajo el P-NL, corresponde una en el trabajo con la que se lian desenvuelto las -actividades
enorme volatilidad ocupar i un al caracterizada por rres ciclos de productivas (Romero» 2003: 583; IMSS.s/f; ISSSTE, 2009).
crecimiento del PIB: a) 1987-1995, inicio de la modernización 1.a estrechez del mercado Libo ral, a la que se suma hoy
de la planta productiva y h integración de la manufactura la volatilidad del empleo, ha generado la existencia consist­
global, con un modesto crecimiento del empleo asalariado for­ ente de una twiomfá informal- No obstante la ambigüedad del
mal, producto de reestructuraciones, cierres y ajustes a las plan­ término/ resulta de la mayor importancia para explicar las tcn-
tillas realizados por muchas empresas al enrrar de lleno en rt
proceso de competencia externa, interrumpido por l.i crisis li- 2 EL ccxiccpto He icuítado en 1* d«*da de Jw wtttow con ü publkidun de d»
invc^iig.-jcii.'ine; en =■] senn del l^rograoni Mundüi de Empico de Ij OIT, que se
nancier.i; asi como una desaceleración de la producción manu­ en Gbam y Kcnia sobre luí tribijtidúccl pubrt* de Cí£C4
j-ciTijé.-u-dh K.
facturera; b) 1996-2001» consolidación y auge de la integración H irl fue jpiiín | !ii!ir*tn .íi iifii'i dicho ci^diccpro, distinguid d trabjpdor Jormal
del in4<irni-i2 rdiAJiwandíi ¿I primero con d empleo asdiriido y al iqpindo con
a los. encadenamientos productivos globales» con una acelerada
cmplru por cuenca propii. I.ns estudios leíiónnadas con d teína iispcdiuron
recuperación, orientada a las ramas dedicadas a la industria su CMorineidón i Ial empecías pequeras y Locdezadas en áreas urbams. EL
maquiladora y seguidas por otras industrias exportadoras que PRICAI-C cdacionó el lenúneno con ln prrspKth.ii dudes dd incrriJú dr
tobaja, partirjhrmejne cea lu mi^rid-oncs runl-urbinui y iu rjiúdvMCÍóft
aprovecharon <4 ajuste del tipo de enmbio y el ingreso reciente Kondnúci, ui rama ius efectos 01 d ivonte de lüi pateca ttibdcwrolhclQS. Con.
al TLC» que se vio interrumpida por la posterior caída de la dio, L¿ intocrisdidíid ?r cri-Wodió íeiüiú p*n# xecror produciiw^ p-ivikriindoK:
el AniliMt de las rdacion.es de producción parí idtndficar a Lu emprau y i Iw
demanda estadounidense; y <) 2002-¿2QJ 1?, ciclo económico
rriijaj adores que se en con erabm en d sector infonziaL A lindes de los años odlCflU
que ha entrado rápidamente en una fase crítica y forma parre- d PREALC adoptó un a mclodúlog,áA 4*.ic Jc-tiuía ú! wctw InfíXíod a pircir de Lu
de la crisis capitalista mundial que ha puesto en jaque al P-NI-, sigujtiLfcb C-JcSjCLtfií-ri(3-$i nrsiblj»dor« y/o emprtsu tn actividad» rr» organizudis,
que uñlLwn tecnologú- demenral y trabajan en mercadas competieras o ai el seno

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dcncias estructurales del empleo en nuestro país, puesto que A efecto de aproximarnos a las estimaciones de la infor­
juega un papel regulador hada la baja de la oferta de trabajo, malidad bajo ej actual patrón de acumulación utilizando las
los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores en estadísticas oficiales disponibles para este periodo, reroma-
activo. Bajo el P-ÍSI este fenómeno adquiere una dimensión inos la metodología impleinentadi por el Centro de Análisis
importante. En un estudio del Programa Regional del Empleo Multidisciplinario de ¡a Facultad de Economía de la UNAM
para América Latina y el Caribe* para el periodo 1950-1980 (2010). A partir de los indicadores de la ocupación en nego­
se registraban cifras sobre la informalidad en varios países lati­ cios del medio urbano no constituidos en sociedad y el sector
noamericanos, observándose que México reportó en promedio informal de los hogares/ de acuerdo a su distribución por tipo
cerca del 30% de su PEA empleada en este sector, colocándose de unidad económica en la Encuesta Nado nal de Ocupación y
entre los países de la región que con mayor intensidad reportan Empleo (ENDE) del Instituto Nacional de Estadística y Geo*
esta problemática, sólo por debajo de Bolivia, Perú y Guate­ grafía (INEGI), se registran tos datos a partir del año 1995
mala (PRF.ALC.t982). hasta el tercer trimestre del año 2010.
E$ un elemento a destacar que a pesar de que el estudio El empleo informal se ha mantenido en cifras Superiores
contemplaba únicamente zonas urbanas, donde se supone se al 509c sobre el total de la población ocupada desde 1995 hasta
encontraban los .sectores más dinámicos de la economía bajo el tercer trimestre de 2010 (INEGI, 2011). Lo que refuerza la
la industrialización con sustitución de importaciones, un tercio tesis de la incapacidad de la esrrucrura socioeconómica mexi­
de la población se incorporan hboralmcnte a actividades fuera cana para generar empleos, dado su carácter subdcsarrollado.
de la estrucrura de! empleo formal. Además, países con merca* Condición que se ha profundizado bajo el patrón neoliberal y
dos de proporciones similares y niveles de desarrollo económi­ la crisis capitalista mundial.
co equivalentes al nuestro, como Brasil y Argentina, no llegan Pero a lo anterior hoy se agrega el efecto de la crisis capi-
a registrar cifras semejantes. c.ilista mundial en el aumento alarmante de los desocupados,
Podernos entonces afirmar que esta notable presencia de poldiición en su mayori.i joven con estudios medios o su­
trabajadores informales nos informa de ¡as dificultades estruc­ periores o de adultos desplazados que no logra su inserción
turales de una economía subdesarróllada como la nuestra para al mercado laboral y no percibe un ingreso (Sama ni ego, 2009;
absorber fuerza de trabajo. A pesar de los importantes niveles 78), que en los años 2008, 2009 y 2010 produjo cifras record
de crecimiento que registró la economía entonces; el fenómeno de 1.9, 2.5 y 2.6 millones de personas en paro, con elevadas
no sólo se ha mantenido bajo el P-NL, sino que se ha desbor­ rasas de desocupación de 4.3%, 5.3% y 5.6% respectivamente
dado. (INEGI, 2011). Situación que está reportando el límite de la

de c^rrucrufu» ccocióinicas con una rendcocÍB a ¿a coiuentrKfAti i4í£O|!»óIjci_ En 3 De «13 forma se cuphitan todas aquellas actividades económicas de mercado
Eos noventa el rorooeptQ rtOTT^w/rf pj/árj»d/intentó sortew lus ob^tículu KüricM registradas por La ENOE que opcrun a partir de Jos recurso*. de tos bogara, pero
y metodológico* que el coocepto original había acuñado, i fin de anular el Kigo mu «MMtítUirvc como empresas con uri status independiente ,te ex* bogues,
precario que normalmente < les anlbirfa a es le tipo de aclh’jrfrdcs, No ubstzntc la as: como k* negocios cstiblecidns íid $e¿tür privado de carácter Axmd,quc no
anr<7¡orP ri reina sigue siendo amplíiincnte debatido aciuabnemc en h* óenctao operan hijo utt csqucM que permite campanil los riesgos econdcnácM. ya sea
weiata (Cervantes; Gutiérrez y Paladcrt, 2008).
familiares n indi. «du Jo.

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informalidad pan absorber L tuerza de trabajo excluida de fus Esta Transmutación social encuentra su explicación en el marco
procesos productivos bajo e! P-NF... ■.le Jas relaciones sociales que la economía campesina establece
Ahora bien, hasta aquí nos hemos aproximado a cuariti- •mi el mercado capitalista y que ¡a condiciona, asi como en las
íicar l.i dimensión del problema en uno de los sectores mas limitaciones que su propio funcionamiento Ir impone.
dinámicos de la economía, refiriéndonos a la población tra­ La economía campesina se desenvuelve en el seno de
bajadora en el entorno urbano, ¿pero que ha ocurrido en d una relación desigual con el mercado, puesto que aquélla rio
ámbito rural? puede competir en termino* de productividad con este, y siq
embargo necesita hacerlo, a reserva de ser compelida al auto-
consumo, y a la larga, a la desaparición. No se trata aquí, hay
J. L¿rpíMiaon exceden faria en cf campa; que subrayarlo, de la tendencia natural que Marx encontrara
de !a reforma a fa contrarreforma agraria en la descomposición de la estructura campesina a medida quL.
el capitalismo en el campo se desarrolla, con la consecuente
Entre las principales características de la reforma agraria en proletarización de sus agentes. $ino de la especificidad que en
A léxico destacan: a) la adopción de un modelo comunitario el subde-sarrollo adquiere este proceso. Víctor Figucroa (2005)
donde el beneficiario es un sujeto colectivo organizado en tor* aporta en este sentido una explicación a esta última tendencia;
no al ejido, casado con familia y sin más implementos que su
fuerza de trabajo para laborar; b) el carácter redistributivo de la El entorno capitalista agobia la economía camperiua y
reforma, puesto que más del 90% tic los núcleos de población empuja a. su desarticulación como recurso para garantizar
beneficiados fueron producto de un acto de doradon; c) las la reproducción de l.i familia. JunTO con ello, el campesino
estrechas dimensiones de las parcelas concedidas (a partir de es dftplazadk> de su condidón en la escala social. La razón
194b, la unidad de dotación >c estableció en 10 ha de riego o última i.k’ esta tendencia a h descomposición no se encuentra
2Ü de temporal); dj la nuda calidad de las tierras enircgadas. 1j en una supuctfa explotik’íón del campesino por el entorno
mayoría de ellas inaccesibles par-a la agricultura, y no obstante capitalista, ni siquiera en la expoliación del cual c$ objeto por
ello, el sesgo agrícola de la reforma (para 1991 el 81.5% del to­ el capital comercial, sino ¿w ir? j*i/«5/ívjl-.\j seguir cí rifn¡0
tal de ejidos y comunidades del país practicaban ia agricultura de los caminos ¿n iaproductividad^ Sin embargo, el capitalismo
como actividad principal); y c) el carácter usufructuario de los subd «arrollado destruye la economía campesina y la recons*
beneficiarios sobre las tierra s concedidas,puesto que Icgalmente Fruye! mediante la desarticulación de la empresa capitalista
siguieron siendo propiedad del Estado (Warman, 2001: 55-64). más debí! y la expansión de una sobre población cuyas de­
La generalización de pequeños productores parcelarios mandas busca satisfacer a través de la distribución de tierras
como resultado de la reforma estuvo sujeta a desplazamientos en pequeñas parecí.is (p. 49). (Énfasis nuestro).
entre un polo vinculado parcialmente a la acumulación capita­
lista o subsidiaria (una minoría) y un polo de infrasubsistemtia Por ello la persistencia del campesinado en México bajo el P-
(la gran mayoría de la población dedicada a estas actividades). ISIF a pesar de las inercias a la desaparición que le son propias

70 71
en el contexto de una economía capitalista subdcsarroll.nl«. i 11’nción a la ocupación nacional. De acuerdo a las estadísticas
m$Io ue explica por Li política económica del periodo, que pro li -,:úricas, bajo el P-1SI la población ocupada en actividades
movió un mercado interno protegido c instrumentó medid .11 .iL-rnpecuarias pasó de representar el 70.2% en 1930 al 25.8%
proteccionistas a la producción campesina», como los precio» en 1980 (SAGARPA. 2010).
de garantía; y la importancia política que adquirió este scctut Esto debido a que desde mediados de los años sesenta la
dentro del régimen. economía agropecuaria entra en crisis. Son ya ampliamente
El ejido echó raíces como una forma de tenencia de *,» i ínocidas las causas que orillaron al campo a entrar en esta
tierra, de organización social y de representación gremial situación, a pesar de haber jugado un papel de primer orden en
del campesinado. Pero también nació caracterizado por una I ■ producción de los alimentos y materias primas que la indus-
relación patronal entre el Estado y los campesinos, mediada tt¡:L¡-.?.!CÍón demandó durante el P-1SI. Sólo señalaremos dos
por la dotación de tierras a través de trámites y procedimientos de las más importantes: a) la alta polarización del desarrollo
burocráticos excesivos, que le permitieron a éste ganar obe­ rural, puesto que los recursos para el campo fueron dirigidos y
diencia y apoyo de aquéllos, -a<¿ como el control sobre la inicia* concentrados en los grandes productores con sistemas de riego,
uva popular. Este control político no $e destensó con el reparto cuya producción estuvo cada vez más orientada a la demanda
agrario sino que se reforzó, una vez procedido éste, al no poseer de Estados Unidos; y b) las tecnologías utilizadas en las dis­
el campesino la tierra (Warrnan, 2001: 57-60). ■ tintas formas de apropiación de la tierra, que no permitieron
El campesinado o pequeño productor parcelario se destacó la recuperación de la capacidad productiva de los ecosistemas
como una de las formas mis persistentes de los í/e en el campo (Provenirlo y Caravias, 1992). En este contexto, el
pM&cwn en el sector agrario de l.i economía, se incrustó sólo pequeño productor parcelario se vio forzado a producir rompí’
parcialmente en h lógica de h acumulación capitalista y como tiendo en un mercado adverso veri condiciones cada vez mis
consecuencia de sus vínculos estructurales con el Estado, su­ precarias, que sólo fueron paliadas por los apoyos 2 la produc­
peditó su futuro a las decisiones políticas de los gobiernos ción recibidos del Estado.
desarrollistas postrevolucionarios. La estabilidad en la canti­ Esta tendencia en la producción campesina se inscribe
dad de tierras otorgadas y beneficiarios demuestra el especial en la crisis del P-1SI, que lleva la introducción de una nueva
interés del Estado bajo el P-ISl por dar una salida a la pro- política económica orientada a revertir ¡as estrategias protec­
bleruática de los excedentes ¿frrurales y la incapacidad cionistas hacia el campo, particularmente las dirigidas a los
del aparato industrial para absorberlos (INEGI, 199-1!. pequeños productores, que estuvieron vigentes en el periodo
Debido a estas tendencias generales la participación del anterior. Este nuevo periodo tiene su corolario en la reforma al
sector agropecuario en el PIB nacional disminuyó, De haber artículo 27 constitucional y la nueva Ley Agraria que pone fin
representado el 27.7% del total en 1936, hacia 1979 -cu el d reparto agrario e introduce reformas a su marco jurídico, con
contexto del agotamiento de! P-ISI- pasó a contribuir con lo que se abre el tránsito hacia la privatización del ejido.
apenas el 8.4%.. En lo que se refiere al empico, en el sector Con dicha contraireforma se busca incentivar la inversión
se observa una tendencia igualmente decreciente en su con- privada en el campo y la retirada del Estado de sus funciones

72
tradicionales, para fomentar la apertura comercial» el fin de lo» aftas. Con la entrada en vigor del TLCAN su participación
precios de garantía, la reestructuración del sistema crediticio, el se redujo a 63%, yen 2009, en el contexto de la crisis, aporró
desmantdamiento de las instituciones de aseguramientoJa pri­ apenas el 4.1% (SAGARPA, 2010). En relación al empleo, h
vatización de empresas estatales, l.i introducción de programas participación del sector pasó de representar el 23.7% en 1995
de atención j la pobreza extrema. ía instauración de subsidios al 13.2% en 2010. La mayoría de la población ocupada en el
directos sin un claro objetivo productivo, así como la intro­ sector pertenece a localidades rurales con menos de 2,500
ducción de nuevas formas organizativas (Sánchez, 2009: 239). habitantes y escaso acceso a bienes y servicios, con porcentajes
Sin embargo, dichas modificaciones legales no produjeron upe rieres a! 70% para este periodo. Además se lia consoli­
la pérdida masiva de tierras en el sector rural, ni Li inversión dado una importa rite proporción de trabajadores subordinados
masiva de capitales en el agro. A lo más que llegaron file a un y remunerados en el sector que ha alcanzado cifras superiores
proceso de renra y venta selectiva de parcelas cjidales, orienta­ al 35% en tos últimos cinco años, asi como otro segmento de
do a las tierras de riego altamente productivas, en los terrenos personas dedicadas a la agricultura de ¡lutoconsumo que ha os-
turísticos yen Jas propiedades ejidalcs que rodean las ciudades . ¡I.idu entre el 20% y el 30% respecto al total de la población
(Hernández, 1994: 55). En consecuencia, el incremento en la • •copada en las actividades agropecuarias entre los artos 1995 y
inversión y* en la producción en el campo que se esperaba fuera 2010 (INEGI. 2011).
una consecuencia necesaria de las medidas adoptadas, no ocu­ Asi se ha conformado un polo integrado por la agri­
rrió, y lo que ha persistido en el campo, particularmente en el cultura comercial con cuantiosas inversiones, capital alta­
pequeño productor parcelario.es un deterioro constante de las mente tccnificado y una producción intensiva y dinámica,
condiciones de vida, articulada principalmente a la exportación, Del otro lado, un
A la contrarreforma agraria siguió la entrada en vigor del polo caracterizado por un sector de la agricultura destinada
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), básicamente al autoconsumo en proceso acelerado de dete­
que en su capítulo agropecuario contempló la libcralización rioro y precarÍ7.ac:<in de sus condiciones de vida, que utiliza
gradual de los aranceles a las importaciones de productos agro­ tecnología tradicional para la producción de alimentos bási­
pecuarios en razón del nivel de protección de que gozaban an­ cos, con una baja rentabilidad comercial, orientado princi­
tes de Ja reforma (destaca aquí el apartado referente a los gra­ palmente al mercado local y con muy poco apoyo por paite
nos básicos, productos liberalizados hasta el año 200?)- Pero del gobierno (lbarra, 2006: 359).
la sanción jurídica a la liberalizad fin comercial tuvo un fuerte Esta es la dialéctica del campesinado en el subdesarrollo,
impacto negativo en el sector rural, que ha llevado a h perdida donde d pequeño productor parcelario se ve impelido a par-
de importancia de los campesinos en el P-NI,» así corno la au­ ticipar en el mercado, mismo que lo lleva a su desarticulación,
sencia de un proyecto agropecuario consistente para ote sector obligándolo a reproducirse bajo nuevas formas. Un caso muy
en los últimos años (Cámara de Diputados, 2007). representativo de esta condición es la migración de mexicanos
Es por eso que el aporte del sector agropecuario al PIB hacia Estados Unidos, histórica ruta de escape de los
nacional ha disminuido de manera importante en los últimos ¿fepMMÍfrii particularmente en el campo.

75
trado en Estados Unidos en el contexto de la Segunda
V. Aoj rxrrrfew/Zí rft*romo/ftyps mfgrtíforw Guerra Mundial,y al concluir este evento,como resultado
del crecimiento sostenido de la economía norteameri­
Dentro de lo;; £íc£í/mZíj el éxodo de fuerza de cana. se generó una fuerte demanda de fuerza de trabajo
trabajo hacia las economías dwarroíladas se presenta general­ mexicana en aquci país. Situación que posibilitó que por
mente como um estrategia de las personas en edad de trabaj.u primera vez los gobiernos de .México y Estados Unidos
tendiente a. vender su fuerza laboral en mercados que les per­ negociaran enrre los artos 1942 y 1964, acuerdos tobre el
mitan obtener un empleo u ocupación, ante ta incapacidad de proceso migratorio conocidos como "Programa Bracero",
encontrarlos en su país de origen. En este sentido, los países que lograron institucionalizar la migración durante cerca
subdes^arrollados están destinados ¡i mantener constantes los de 22 años y favorecer el fortalecimiento de las redes so­
flujos migratorios, en tanto la organización de .sus procesos ciales migratorias, cuya principal característica fue ta no
productivos transfiera es truc turkimente inversión al polo de­ residencia permanente. Durante este largo periodo ta mi­
sarrollado, generando una Tendencia crónica a ta expulsión de gración fue en buena medida, ordenada y documentada,
* fuerza de trabajo. registrándose 4.5 millones de movimientos en el marco de
México durante el P-IS1 aportó una importante cantidad los convenios bilaterales, aunque las aprehensiones alcan­
dt fuerza de trabajo a Estados Unido*, cuya función princi­ zaron. al final una cifra similar en el mismo periodo (Alba,
pal ¿ue generar ingresos de subsistencia para la población del
país. Este sector de los mrdttf/cr j/í ^í/.-irisr,- logró perder su 2003:583).
1965 I9Í¿5, El Programa Bracero resultó demasiado oneroso
carácter absolutamente redundante para el capital, y logró in­ en tiempos de paz para los Estados Unidos, particular­
tegrarse a la población asalariada o a? ejercito industrial de mente en un contexto de elevado incremento de ta mi­
reserva de Estados Unidos, sin perder por ello su condición de gración ilegal mexicana (Durand, 2IM7). La instnimcn-
origen en relación a la economía local, tacíón de medidas para establecer controle* a. la migración
Se pueden identificar a! menos tres periodos que capturan permitió a los empleadores norteamericanos abaratar los
l.i dinámica migratoria México-Estadou nádense en este pe­ salarios y flcxibilizar la contratación y ocupación de los
riodo: trabajadores, así como consolidar una reserva importante
de fiierza de trabajo más económica por su carácter in­
1929-1940. Se registraron niveles migratorios sumamente ba­ documentada. Ejemplo de ella fue la enmienda en 1965
jos gracias .il efecto disuasivo que tuvo ta recesión económi­ al Acra de Inmigración de Nacionalidad de 1952, que a
ca en Estados Unidos, misma que obligó al gobierno de la larga llevó a la crirnínalización de la migración (Alba,
este, país a instruí neniar acciones que culminaron en la 2003: 434), Este proceso fue apuntalado por la recesión
deportación masiva de 34.5 000 nacionales entre 1929 y de la economía norteamericana y el declive del P 1SI en
1932, y al efecto positivo del reparto agrario en México México manifestado en la crisis de la deuda de ta primer,i
para contener la diaspora migratoria (Verdusco,200(1: 23). mitad de la década de los ochenta, procesos que gericr-
1940-1965. A consecuencia del déficit de mano de obra tegis-

76
aron un.i demanda creciente de tuerza de trabajo migrante
pioccso de apertura económica indiscriminada que se conso­
barata en Estados Unidos.
lida ton el TUCAN, el ataque a las condiciones laborales y el
bienestar de los trabajadores que representó la reestructura­
Bajo el P-IS1 se masífícó la migración mexicana hacia Es­
ción productiva en México, así corno el endurecimiento de
tados Unidos, pero estos flujos estuvieron determinados
las políticas aritimigratortas en Estados Unidos, resultado de
por l.i demanda de fuerza de trabajo en el vecino país del
los atentados terroristas de 2001; se constituyeron en factores
norte y garantizados por una oferta constante de la misma
detonantes del fenómeno migratorio, que sólo han sido le­
en suelo mexicano. Encontramos en este contexto, una ten­
dencia a utilizar la legislación migratoria norteamericana vemente revertidos como efecto de la recesión económica nor-
rcamcricana ai final de la presente década.
como instrumento para abrir o cerrar [os flujos migratorios
Desde la aprobación de la JrnRjgríi/ibw Cuzr-
de acuerdo a las necesidades de la acumulación en aquél pai5l
írüjjfct (IRCA) en 1986, que puede ser considerada la última
tendencia uuc marcará en el futuro la política del gobierno
estadounidense en la materia. reforma seria imple mentada por c! gobieiníi norteamericano
para legalizar la migración indocumentada hacia aquél país,
En contrasteja posición del gobierno mexicano en relación
h política a mi inmigrante se ha radicalizado. Estas tendencias
4 estos remas asume la forma de subordinación a los intereses
se ejemplifican en medidas legislativas como la Iniciativa de
norteamericanos. Situación que se explica por el carácter de
Ley nÚETL 187 en California que contemplaba la suspensión
“válvula de escape" que adquiere la migración para los fuertes
de servicios públicos a indocumentados y la obligación de los
problemas de desocupación del país. que alcanzan un carácter
servidores públicos de denunciarlos (Véle?., 1995) o la Ley de
estructural en la medida en que se agota el patrón de acumu­
Reforma Je Inmigración y responsabilidad del Inmigrante de
lación vigente. Así. pasa de un papel -activo en la organización
1996,que también cancelaba rl beneficio de algunos programas
de la contratación de fuerza de trabajo nacional fuera de sus
de asistencia social, prohibía la educación postsecundaria a los
fronteras a través de la firma de los acuerdos del Programa
indocumentados y a sus hijos, y cerraba el ingreso a extranjeros
Bracero, a lo que Garda y Griego (Citado en Alba» 2003: 43-4)
susceptibles de convertirse en una carga al erario público por la
caracteriza como “la política de la no política" en la década
demanda de ciertos servicios públicas (Gómez, 1999).
de los setenta. Su activa participación en el primer caso y su
En este mismo sentido, no obstante tos esfuerzos del
■ unisióji en el segundo, indefectiblemente garantizaron el flujo
gobierno mexicano para establecer una agenda común sobre
Je fuerza de trabajo migrante a la economía norteamericana,
la problemática migratoria con su similar estadounidense al
de acuerdo a las condiciones y características demandadas pt>r
inicio de la década pasada, los atentados terroristas del 11 de
el aparato productivo de aquél país.
septiembre de 2001 echaron por l;i borda cualquier esfuerzo
Por otra parte, a partir de la década de los ochenta y has­
ulterior y terminaron por radicalizar ;nin más la política migra­
ta nuestros días, como resultado de tos electos negativos del
toria de ese país. Así se implemento. la Operación Guardián, el
P-NL sobre el crecimiento económico, el empleo y los salarios,
refofv.ilmiento de la seguridad en la frontera con el incremento
la migración ha mantenido elevados niveles de inrensidad. El
de más oficiales de la Patrulla Fronteriza, el kvanrarnicnto de

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79
un muro en ln% límirrs territoriales y la militarización de ¿rn I- Años de expansión de la economía el número de ocupadas
pitos tramos en esa zona (M estríes, 2009: 221), | iik xicanos se incrementó en un 41,9%, en la crisii el sector se
Sin embargo^ las estrategias implemcmtadas por el go­ constituyó en el mayor expulsor de fuerza de trabajo mexicana
bierno norteamericano no lograron frenar el flujo migratorio, ■■II -24r‘J%, debido 2 su alta concentración en los sectores de
profundamente determinado por la incapacidad estructuraI ik I construcción y las manufacturas que resultaron afectados en
h economía mexicana para generar empleo suficiente y bren los años del declive económico.
remunerado para sus habitantes en edad de trabajar, y por otra El sector terciario resultó el más dinámico en la economía
parre, por la sobre demanda de fuerza de trabajo do la economía ■ r .dounidense, puesto que durante el periodo 2002-2007 el
nortea menea na, en condiciones de producir mucho mis que !<• 111.micro de puestos de trabajo aumentó tu 10%, y durante la
que le demanda su mercado interno. crisis registró una pérdida relativamente baja, menor al 2%. En
De esta forma, en 1¿ primera década del siglo XX b 1:l mi­ I caso de los ocupados mexicanos en los años de crecí miento
gración mexicana alcanzó de 400 000 a 500 000 emigrantes económico la ocupación registra un íncren icruo de 23,8% y
al aftu, en su mayor parte indocumentados. Cifra que llegó a
durante la crisis un 2.3%.
representar de 6 a 7 millones de una colonia roía! de 12, 7 de De esta forma se puede observar que los mexicanos que
mexicanos (M curies, 2009; 223) perdieron su trabajo en el sector secundario a causa de h cri­
En cuanto a la población ocupada, ésta ha respondido a sis, fueron absorbidos en buena medida por el sector prima­
los patrones de expansión y contracción que ha registrado la rio donde registran un crecimiento de 18% durante la criáis,y
economía norteamericana en los últimos años. De ral forma en menor medida por el sector terciario que registra las cifras
que el número de mexicanos ocupados en Estados Unidos menos contrastantes de la variación porcentual entre sectures
tuvo un incremento de 25% entre los años 2000 y 20Ü7, para durante ambos periodos.
después contraerse en los años de la crisis j -8.1%, registrando Fin.Amente, el peso adquirido por las remesas como una
una variación porcentual global en el periodo 2000-2009 de fuente de divisas de primer orden para el país, ha registrado las
14.9% (SEE-GBBV,2O1O; 14). tasas de crecimiento más b.ij;ü de los últimos años, particular’
Si analizamos los porcentajes de variación de la población mente crt el periodo de la crisis económica, como resultado dei
ocupada en Estados Unido, se puede observar que es en el sec­ estancamiento de la economía estadounidense- Como se puede
tor* primario donde se ha concentrado la mayor reducción en observaren la (BM, 2010),después de haber registrado su ni­
el número de ocupados. En el periodo 2HO2-2OO7 existe una vel más alto en 2003 (49.2%), inicia uu.i caída que se vuelve es­
contracción de -33.9% y en los años de la crisis casi de -1% pecialmente pronunciada a partir de 2C‘O7 (4.5%), hasta llegar
(Ibtdem). en 2009 a registrar l;i tasa de crecimiento más baja de todo el
En el periodo previo a la crisis, en el sector secundario se periodo con un -18.3%, para recuperarse ligeramente en 2010
registró un crecí miento en el número de ocupados dr apenas y volver en 2011 a los niveles de 2007.
el 1.9%, y rn los años de ta crisis fije rl sector que tnás po­ Estos datos echan por la borda aquella pretcnsión oficia­
blación ocupada perdió (-14.9). Sin embargo, mientras aquí en lista de convertir a las remesas en una potencial fuente recursos

80 81
para detonar el desarrollo riel país. La condición de fuerza de lo hemos comprobado al analizar el crecimiento del empico in­
trabajo migrante de las personas que aporran esto* recursos la* formal, la crisis productiva V de empleo en el campo, así como el
ubican en los extedenM Je fw&faaón nacionales-, tanto por su incrementó del fenómeno migratorio.Todos ellos indicadores
origen excedentarío como por la insuficiencia de las remesas contundentes de la incapacidad de nuestro país para absorber
que mandan para acumular capital. De acuerdo al Banco de fuerza de trabajo, situación que ha generado históricamente
México (2009), las familias destinan este dinero en un 84 % una masa de población que no es útil para hi acumulación ca­
a gastos de manutención, 6% a educación y 3% a mejorar in­ pitalista en su forma subdesarrollada, y que funciona además
muebles. como un elemento fundamental en el control de los salarios j
Por rodo lo anterior, la consolidación de nuestro país como la baja y en la pnecarización del trabajo.
exportador de fuerza de trabajo migrante es una muestra muy Esta característica intrínseca a la formación social mexi­
clara de tos efectos negativos que puede tener la acumulación cana se presenta de manera importante durante el periodo de
en el subdesarrolló, en amplios contingentes poblacionalcs de vigencia del P-1S1, para desbordarse en los años que siguie­
la estructura socioeconómica. La diáspora masiva de mexica­ ron a su agotamiento y que se caracterizaron por orientar el
nos no tendrá fin en tanto no se resuelvan los problemas es­ patrón de acumulación Inicia el mercado externo. Sin embargo,
tructurales de absorción de fuerza de trabajo que tiene nuestro la crisis capitalista mundial está puniendo en evidencia la in­
aparato productivo, y ello na ocurrirá en tanto no se emprenda capacidad de los “receptáculos tradición ¡des” de los excedentes
un proyecto que tenga por objeto el desarrollo del país so­ de población generados por el país, para seguir absorbiéndolos.
bre bases sólidas. Además, Estados Unidos ha comenzado a Lo que ral vez incrementará el conflicto social y la violencia
generar sus propios excedentes JepMaíión y muestra una ere* en el país, particularmente en un contexto donde la política
tiente incapacidad para seguir absorbiendo en tal magnitud a económica que ha llevado al fracaso c! desarrollo nacional
los provenientes de nuestro país en forma de fuerza de trabajo parece inamovible, y donde la respuesta del Estado mexicano
migrante. Desde hace ya varios artos la política migratoria es­ al inevitable crecimiento de h criminalidad —como resultado
tadounidense confirma esta tendencia, a lo que se ha sumado incapacidad de amplios contingentes de la población para re­
la recesíón económica que está cancelando empleos y precin­ producirse-. ha sido la guerra abierta.
tando los ya existentes. Corno quiera que sea, las perspectivas Si a lo anterior sumamos las medidas tomadas por la
no son nada prometedoras para nuestros migrantes en ambos Presidencia de la República para enfrentar la crisis a través del
lados de h frontera, Acuerdo Nacional en Pavorde la Economía Familiar y el Em­
pleo, mismas que dejaron intocadas las variables económicas
fundamentales del actual patrón de acumulación, a partir de la
5. Una reflexión/¡na/ adopción de la tesis financiera como causante de la crisis; la ex*
pectativas para h endémica problemática del empleo resultan
Con lo dicho hasta ahora.se lia demostrado la tendencia es­ peores y apuntalan una crisis de mayores alcances.
tructural de nuestro país a generar exiWiWrr ¿íefotháw. Esto

82 83
Capítulo III’

ciudadanía PRECIARIA

I lasca ahora se ha analizado h torma qUe ia


bajo el subdesarrollo en México ha producido h¡«^ il aCllirJljj
una particular estructura soíh)cconómi^;a caractcjx ^óf¡
persistencia y consolidación de excede xites de p^..i^J^cr’3^d^ Jcnft
este último capitulo abordare**105 ‘-d desafío que rc¡ P°Waci^ T k
población excedentana para d cjercLcic_-> Je la c¡q <d-^r'cFncscri^‘ En
estabilidad del capitalismo drmücráricci^ cn la rncs ■^-r¿-^UíJadaSl|.’^csta
fluye decisivamente en el cuntid de los malarios a ]^^^r"1Cc^da }' la,
precarización del trabajo de Ia poblaeló a, en acthx ‘il baja v ,n"
desigualdades y distíncionefi entre las V^cisonas q "v

mil__
diferentes frente si derecho y l*15 bastí tU.c iones.
Se elabora para ello tiiü discusión sobre la e,
—jado y derechos ciudadanos
entre mere; ]^-=
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cíales ca|pitalistas, y la forma en que l«x racional-* V' m:<tiori Jn
pera en el primero, tcnden<ialmenrc 5C ha impue i *^ad cp^
segundos en el seno de los Estados de los países Kit,^ ’v
generando cada vez mis exclusión y poGrcza- Las x ’^s
de! sistema económico son el pulso cr> CJ que 5C crisis c.. ’s,
proceso.
Estas tendencias verificadas en el capitaíssnx
zado sirven de marco para explicar en segunde^ *
forma como en la acumuheidn bajo el tsubdesarro < 1 .
cía la contradicción entre U racionalidad de la p X t sc p^ **
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