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Los estudios sobre Derecho Cambiario mostraron definiciones clásicas sobre los títulos de
crédito, en los que el denominado principio de necesidad cambiaria estaba presente en el
mismo concepto.
Así ocurrió, por ejemplo, con el tradicional concepto vertido por VIVANTE, al señalarse que
el titulo de crédito es el "documento necesario para ejercer el derecho literal y autónomo
que en él se menciona"(1), o en autores de la talla de FERNANDEZ, al enseñar que esta
figura es "todo aquel documento constitutivo de un derecho a favor de su portador legítimo,
derecho que nace originariamente en manos de este por el hecho de la propiedad
o posesión instrumental, por lo cual le son inaplicables las excepciones personales
relativas a las relaciones de derecho entre el deudor y los tenedores precedentes"(2).
Puede verse a simple vista que resultaba imprescindible la detentación material del título
-documento- para ejercer los derechos en él incorporados. Eso es lo que,
doctrinariamente, se conoció como principio o carácter de necesidad cambiaria.
Sin embargo, con acierto, el mismo Código receptó la contingencia de este carácter
cambiario.
Durante el 2018, la sanción de las leyes 27.440 y 27.444 implicó que la República
Argentina ingresara, decisivamente, en el universo de los llamados títulos
valores electrónicos. De ambas normativas se colige la vigencia de la factura de crédito
MIPyMES, las obligaciones negociables electrónicas y la letra de cambio, el cheque y el
pagaré electrónicos, sumado a ello la posibilidad de que los endosos de transmisión se
lleven a cabo por la misma vía.
Al respecto, es relevante destacar que el art. 4 de la ley 27.440 preceptúa que "la factura
de crédito electrónica MIPyMES constituirá un título ejecutivo y valor no cartular, conforme
los términos del art. 1850 del Código Civil y Comercial de la Nación....", lo cual deja en
claro su naturaleza jurídica y su ubicación dentro de los distintos tipos de títulos
valores contemplados en la normativa vigente.
En el art. 216 de dicha ley, se establece con claridad la posibilidad del cheque electrónico,
mediante la reglamentación necesaria del Banco Central de la República Argentina. Ello se
llevó a cabo mediante la Comunicación "A" 6578 BCRA (1/10/2018), no solo para el
libramiento, sino también para el aval, circulación y presentación al cobro de estos títulos
(punto 1).
Mediante la reforma introducida por la ley 27.444 a varios artículos del dec.-ley 5965/63,
queda fijada la chance de emitir letras de cambio y pagarés electrónicos, extiendiéndose
ello a otros actos cambiarios que se lleven a cabo mediante el empleo de "cualquier
método que asegure indubitablemente la exteriorización de la voluntad" de quien lo emite
(cfr. arts. 116 y ss.). Se abarcarían así, el libramiento, el endoso, el aval, la aceptación,
etcétera.
Como he dicho, "con la regulación de estas figuras se brinda un marco jurídico para su
creación y negociación"(6). La respuesta final acerca de su utilización la dará el mercado y
sus operadores, en el marco de las distintas actividades comerciales en las cuales se
prevé su utilización.
Sin temor a equivocarme creo que estamos ante un verdadero cambio de paradigma en
esta temática: el carácter de necesidad cambiaria ha sido reducido a un mínimo
indispensable, limitado solo a los títulos valores cartulares que siguen emitiéndose con
sustrato instrumental.
Notas al pie:
1) Citado en BARBIERI, Pablo C., Derecho Cambiario, 20XII Grupo Editorial, Bs..As.,
2018, pág. 40.
5) BARBIERI, Pablo C., Tìtulos Valores en el Còdigo Civil y Comercial, 20XII Grupo
Editorial, Bs. As., 2015, pág. 112.