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Antecedentes

A lo largo de la historia, la humanidad ha creado diferentes maneras para poderse

comunicar y expresar. Originariamente fueron las imágenes y la lengua oral (los

vehículos de comunicación por excelencia), mucho antes de que se estableciera el

código alfabético. Esos vehículos transportan relatos de generación en generación,

manteniéndose viva la memoria colectiva.

Sin embargo, en los dos últimos siglos, ha surgido un despliegue de conocimientos

científico-tecnológicos. Con la imprenta, el siglo XIX fue eminentemente narrativo ya

que permitió que se expandieran los saberes hacia todos los lugares posibles.

En el siglo XX, los autores literarios buscaron los modos de romper las limitaciones que

imponía la tradición heredada del siglo XIX a su labor creativa. Ello significaba

eliminar la voz autorial, multiplicar perspectivas, romper la sucesión cronológica del

discurso... Se propone así un reto que se distancia del esquema secuencial propio de los

discursos narrativos (introducción, desarrollo y desenlace). La lógica discursiva de los

textos digitales rompe esta secuencia tradicional (lineal) y desarrolla una lógica

circular, donde la información está interconectada y no existe una jerarquía en sus


relaciones. Es entonces que los esquemas y recursos narrativos que poseen los lectores

de textos tradicionales no son suficientes para dar sentido a la información obtenida a

través de la red, debido a la falta de orientación en el discurso. La discontinuidad en la

trama es la característica básica que señala la fragmentación del discurso propio de la

red.

Otro de los objetivos es intentar acabar con los obstáculos que nacen del papel y la

lectura en formato de libro. Sin embargo, el placer de la lectura de un relato escrito, un

relato audiovisual o de un hipertexto difiere en función el contexto cultural que los

producen.

Nacieron así obras no lineales (o que se plantean suprimir la linealidad) publicadas en

papel, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX:

 Rayuela, de Julio Cortázar, 1963

 "El jardín de los senderos que se bifurcan", del libro Ficciones de Jorge Luis

Borges

 Si una noche de invierno un viajero y El castillo de los destinos cruzados, de

Italo Calvino
 La vida instrucciones de uso (La Vie mode d'emploi) novela de Georges Perec,

1978

 Diccionario Jázaro de Milorad Pavić, 1985

 Cien mil millones de poemas..., de Raymond Queneau.

También, sin ser "alta literatura", aparecieron todo tipo de obras de Elige tu propia

aventura o Libros Juego en los que la lectura se completaba con otros elementos más

propios de los juegos de mesa: dados, anotaciones, etc.

Estas obras intentaban romper el paradigma narrativo moderno, en el que los papeles del

lector, el narrador, los personajes, el tiempo, etc. estaban plenamente establecidos. De

esta manera, se puede relacionar el nacimiento de la narrativa no lineal o hipertextual

con la idea de posmodernidad, en la que ya no es posible establecer una voz o una

visión dominante, sino que se impone el perspectivismo.

También la crítica literaria de Roland Barthes o Jacques Derrida parecía haber previsto

este desarrollo tecnológico, apuntando a lo que después sería el hipertexto a través de la

intertextualidad o las "lexías" de contenido que se relacionan con múltiples niveles de

significación.
Es en nuestros tiempos cuando aparecen los más variados y numerosos relatos emitidos

desde las revistas, las pantallas de televisión, del cine, de los videojuegos o de cualquier

otro formato que posibilite la narración de historias. Se constata que estos relatos

creados en entornos digitales multimedia han ganado todos los espacios públicos, en

contrapartida a los sitios de más difícil acceso para la población, propio de las

Bibliotecas Públicas.

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