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Instituto San Andrés

VIRGINALMENTE
VALORIZADA Y SEXUALMENTE
DESVALORIZADOS

Integrantes: Paola Céspedes Olea


Carla Pino Becerra
Antonia Reyes Soto
Curso: 4° Medio.
Fecha: 31 de octubre, 2019
Dentro de los parámetros culturales en los que nos encontramos en la actualidad, nos
caracterizamos por tener en un altar, desde tiempos remotos, lo que tanto se nos inculcó
como un acto sagrado, que solo debería ocurrir con el hombre y en el momento que la
sociedad creía indicado, la conocida y censurada “perdida de la virginidad”.

La virginidad es aquel estado de una persona que es virgen, es decir, que no ha tenido
nunca relaciones sexuales. Este término es utilizado de forma permanente en relación
con las mujeres y en el caso de una mujer virgen, esta tiene una membrana en la
cavidad vaginal llamada himen, y al momento en que el aparato reproductor masculino
penetra esta cavidad, la membrana se rompe, ocasionalmente produciendo un sangrado.
Pero la virginidad, va mucho más allá de lo anteriormente mencionado. Incluso, no se
debe relacionar el primer acto sexual con el rompimiento del himen, debido a que esta
membrana puede romperse de múltiples formas, ya sea andando en bicicleta, por un
golpe o practicando deportes.

Tenía 14 años, tan solo 14 años… estaba en una etapa en donde quería abrirme al
mundo, la famosa edad de oro, hasta que me sucedió, y pasé por la época en donde
inicié una relación afectiva. Mi madre me reiteró que me cuidara, que cuidara mi “flor”
ya que este era el tesoro más valioso que una mujer podía tener, pero hice oídos sordos
a lo que me dijera. Al saberlo, todos se sintieron decepcionados e impactados, porque la
niña que conocían no era la misma a los ojos de las personas, era una mujer que ha
perdido su inocencia.

Si nos remontamos en la época, muchos años atrás, la virginidad aludiría a la condición


de cierta pureza que rodea la controversial religión, pues, el hecho de jurar un amor
eterno ante los ojos del supuesto creador generaba una serie de aceptaciones con
respecto a la sociedad y todo lo que conllevaba esta, ya que desde aquel momento en
que adquirías el simbólico y anhelado anillo en tu dedo anular, podías recién en ese
momento ser digno de realizar la acción de amor más íntima entre un hombre y una
mujer, o también a la persona que todavía no ha realizado el acto sexual, el uso más
habitual se refiere al individuo que no ha debutado sexualmente. El alcance de la noción,
de todos modos, varía de acuerdo con la cultura y la época. Por lo general se vincula la
virginidad a no haber desarrollado el coito (la copula, que incluye la penetración).

Actualmente, junto al arduo trabajo de siglos que significó la reivindicación de la mujer, existe la imagen de una
mujer nueva, una mujer libre y empoderada, en donde la virginidad cada vez tiene menos importancia, y se ha
declarado como un mito de sociedades que han quedado en el pasado. Damos por hecho que la virginidad es un
mito. Según el sexólogo, Rodrigo Jarpa “la verdad es que no existe ninguna prueba que nos pueda asegurar que
alguien es o no virgen (o si ha tenido algún tipo de practica sexual o no)” (4 mitos de la virginidad, en FmDos).
De este modo, los hombres se han visto presionados para cambiar su visión sobre la virginidad, y no exigir,
nunca más, que la mujer no haya iniciado la actividad sexual, mientras que ellos, posiblemente han tenido
múltiples encuentros sexuales. De acuerdo al estudio de GfK Adimark, el promedio de parejas sexuales de los
chilenos es de 5,9, pero si se considera solo la respuesta de los hombres, éstos superan a las mujeres con 8,4
parejas versus las 3,2 de las mujeres.

Hoy, cada mujer es un poema que habla de la reivindicación de su cuerpo que nace a raíz de la guerra contra el
patriarcado y el androcentrismo. Hoy, a la mujer no le importa lo que la sociedad diga respecto a su propio
cuerpo, y tienen la autoridad de vivir su vida sexual como cada mujer quiere, ya sea con o sin amor. Ni sumisas,
ni devotas, las quiero libres, lindas y locas, (SLOGAN) Hoy, la sociedad femenina se define feminista, según
cualquier estudio hecho actualmente.
La cifra de feministas activas, crece de forma directamente proporcional con la percepción de la violencia de
género y debido a eso, cada vez son más las mujeres que luchan por sus ideales, por el respeto y la libertad en
las calles de Chile, y del mundo.

En este caso, me enfocaré las sociedades determinadas como los “Milennials” nacidos entre los 80`y el año 99 y
la “Generación Z” aquellos que nacieron a partir del año 2000, cuyas generaciones rompieron lo trivial del sexo,
y dejaron de ver la sexualidad como la vieron sus padres, o sus abuelos, dentro de un Chile del siglo pasado, un
Chile con sociedades mucho más conservadoras y anticuadas por lo que es imposible no tener una retórica.
Parece una cuestión muy antigua y muy simple, aunque siempre ha costado mucho de contestar: tener sexo,
¿con o sin amor? … en realidad, ¿qué es el amor? Y ¿Qué tan importante es a la hora de entregarnos?
El amor es una palabra y sentimiento tan extenso, que creo que no tiene una definición que pueda encajar para
todos. Para mí, la palabra “amor” tiene múltiples significados, pero mi visión de él es debido a mi suerte de
haber logrado enlazar con una persona, y saber amar, el amor para mi es un lienzo bordado por la imaginación,
y tal como dijo Octavio Paz (1993): “el amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los
minutos y los alarga como siglos.” Y creo que es una definición que converge con todas aquellas personas que
nos sentimos enamorados del amor, y el mejor tipo de amor, tal como el actor Ryan Gosling dijo en la película
“Diario de una Pasión”: el mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más… Nos
enciende el corazón y nos trae paz”.
No obstante, en nuestros días a los adolescentes ya no les importa el amor y claramente estamos condenados a
vivirlo en una época en donde la indiferencia abunda y los besos faltan. La inteligencia y la fidelidad es algo
demasiado atractivo pero muy escaso en la actualidad.

El mundo ha dejado de lado a cursilería. ¿Se imaginan lo hermoso que sería enamorarse en un mundo en donde
la humanidad haya recuperado la índole romántica de la vida, las tradiciones de relaciones y/o noviazgos largos,
serenatas, cartas? Pero hoy es muy difícil, ya que se han olvidado de las cartas de amor por mensajes de texto y
todas las cursilerías por practicar sexo sin compromiso, en donde cada persona es una pieza incompleta
intentando encajar en lugares que jamás podrían ser ocupados por alguien, en lugares que están destinados a
estar vacíos y que serán saciados por amores de una noche. ¿Amor de una noche? Suena tentador y aterrador,
suena a algo tan libre que llega a ser peligro para una persona como yo, tan aferrada a las cosas. ¿Amor de una
noche? Me suena a que quiero tus besos, pero no pienso extrañarlos. ¿Amor de una noche? Me suena a que se
robará mi corazón y me dejará desnuda tras varias caricias y luego, llenará mis mariposas de licor para su
despedida efímera. Y quizá mi problema no es en realidad, que la gente tenga sexo sin amar, si no que yo no
puedo hacerlo. Simplemente, no va conmigo, ya que mi madre siempre habló de que es necesario amar, y que si
tienes sexo sin que la otra persona te ame realmente, te sentirás vacía. En cambio, mi padre hizo que mi imagen
con respecto a los hombres fuese distinta, y que se basara en un hombre infiel, un típico Juan Tenorio.

Le haces el amor, te la coges, te la das, ¿y qué sigue? Sigue cada uno cambiarse de ropa, tomar una
ducha, porque aún hueles a piel ajena. Si es motel, cada uno por su lado. Si es tu casa, toca tender las
sábanas. Si la quieres, le preparas el desayuno. Si aún no la quieres, síguetela cogiendo, eventualmente le
tomarás cariño. (Carlos Cortés, 2016).

Pues, tal vez tanto el sexo como el amor sean parte de algo espiritual o cultural. Así es como los griegos no
amaban de la misma forma en la que se amaba en la Edad Media o de la manera en que se hacía en el
periodo del Romanticismo del siglo XIX. Como decía el mismo Sócrates, “el pasado tiene sus códigos y sus
costumbres”, eso significa que, por ejemplo, Schopenhauer considerara que el amor es una voluntad que
sólo sirve para perdurar la especie y, por lo tanto, , una mentira que se transformó en una realidad que se
adecuo a la perfección con nuestra actualidad, en donde existen una serie de infinitos códigos amorosos que
se desenvuelven en las profundas desvalorizaciones de nuestro interno ser, de nuestra interna persona, que
nos sumergen en un adictivo deseo temporal y como si fuera poco, no solo nos conllevan a un temor al
compromiso, si no que nos encanta tratarnos como objetos desechables, sin valor alguno.
Sin embargo, la contemplación de estos actos simbólicos que alguna vez significaron la gran fuente del
amor, ya solo vive en los recuerdos o tan solo, en los libros o películas que quizás vimos, porque nos hemos
caracterizados por ser la juventud del cambio y libertad, pero nos hemos arrebatado las ganas de estar atados
al amor y al posible e intolerable fracaso del alma.

Bibliografía

4 mitos de la virginidad. FmDos. Recuperado el 11 de junio de 2019. https://www.fmdos.cl/columnas/nuestro-


sexologo-rodrigo-jarpa-nos-devela-4-mitos-sobre-la-virginidad/

Paz, O (1993). La llamada doble: Ciudad de México, México. Editorial Planeta Mexicana

Nick Cassavetes. (2004). El diario de una pasión: Estados Unidos Nick Cassavetes.

Cortes, C. (2016). Mujeres que son aves. San José, Costa Rica.

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