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NOTA BIBLIOGRÁFICA
1. Preparó el terreno para los estudios modernos sobre la teoría literaria de Cervantes Giuseppe
Toffanin, La fine dell´umanesimo, Bocca, Milán-Turín-Roma, 1920, llamando la atención sobre
los preceptistas italianos del siglo XVI. Otro precursor de tipo muy distinto fue José Ortega y
Gasset en las Meditaciones del «Quijote», Madrid, 1914, por varias intuiciones seminales
después desarrolladas por otros. El verdadero fundador de la investigación de la teoría literaria
cervantina es Américo Castro en el primer capítulo de El pensamiento de Cervantes, Centro de
Estudios Históricos, Madrid, 1925, donde identifica los temas fundamentales y los sitúa en el
contexto del pensamiento renacentista tanto italiano como español. Jean Canavaggio examina
las correspondencias cervantinas con la fuente española más importante en «Alonso López
Pinciano y la estética literaria de Cervantes en el Quijote», Anales Cervantinos, VII (1958). Según
indica el título, en mi Teoría de la novela en Cervantes (1962), Taurus, Madrid, 1989, presento la
teoría cervantina a base de numerosos comentarios y de las poéticas españolas e italianas
contemporáneas. Alban Forcione ensancha la discusión, demostrando que se entabla un
diálogo en la novelística cervantina entre los principios aristotélicos y los procesos creativos del
arte. El artículo de Bruce W. Wardropper, «Don Quixote: Story o History?», Modern
Philology, LXIII (1965), destaca la importancia de los significados de la palabra historia para la
teoría y la práctica de Cervantes. Don Quixote and the Poetics of the Novel, de Félix Martínez
Bonati, Cornell University Press, Ithaca y Londres, 1992 (trad.española El «Quijote» y la poética
de la novela, Centro de Estudios Cervantinos, Alcalá de Henares, 1995) propone una
interpretación personal de muchas de las cuestiones tratadas por los investigadores arriba
citados.
2. Empleo la palabra romance, en inglés, para diferenciar estas formas narrativas de la novela
de base realista. La distinción es importante en el contexto cervantino. Véase Edward C. Riley,
«Cervantes: una cuestión de género», en G. Haley, ed., El «Quijote» de Cervantes, Taurus,
Madrid, 1984.
Las obras de los preceptistas italianos que con toda probabilidad conocía Cervantes son las
siguientes: de Torcuato Tasso, los Discorsi dell´arte poetica e in particolare sopra il poema
eroico (1587) y los Discorsi del poema eroico(1594), que cito por la edición de
las Opere, Florencia, 1724, IV; de Giambattista Giraldi Cinthio, el Discorso … intorno al comporre
dei romanzi,Venecia, 1554; de Alessandro Piccolomini, las Annotazzioni … nel libro della poetica
d´Aristotele, Venecia, 1575; de Antonio Sebastiano Minturno, L´Arte poetica, Venecia, 1563, y,
finalmente, de Ludovico Castelvetro, la Poetica d´Aristotele vulgarizzata et sposta, Basilea, 1576.
Los textos españoles que nutren la teoría literaria cervantina parecen ser laPhilosophía antigua
poética (1596) de Alonso López Pinciano (manejo la edición de Alfredo Carballo Picazo, Madrid,
1953, 3 tomos); el Cisne de Apolo(1602), de Luis Alfonso de Carvallo (del que existe la edición
moderna de Alberto Porqueras Mayo, Madrid, 1958, 2 tomos), y El arte poética en romance
castellano (1580) de Miguel Sánchez de Lima.
Finalmente, como fuentes marginales, tanto españolas como italianas, cabe mencionar los
escritos de Juan Luis Vives, Obras completas (traducidas por Lorenzo Riber, Madrid, 1947-1948,
2 tomos), Juan Huarte de San Juan,Examen de ingenios para las sciencias (1575), y Baldassare
Castiglione, Il libro del Cortegiano (1528).
En cuanto a la definición del episodio digresivo y su relación con la trama novelesca, vale la
pena recordar las palabras, parecidas a las cervantinas, de Giraldi Cinthio, que repara en el
placer que producen las digresiones cuando parecen surgir del tema mismo (Dei
romanzi, p. 25), mientras que Minturno ve el episodio como algo «fuera de la fábula, pero no
tan fuera que le sea extraña» (L´Arte poetica, p. 18), y el Pinciano declara que «los episodios han
de estar pegados con el argumento de manera que si nacieran juntos, y se han de despegar de
manera que si nunca lo hubieran estado» (Philosophía,III, p. 173).
La conciencia de la desmesura de los halagos fruto de una visión idealista de los personajes
puede verse en el Persiles y Sigismunda cuando el héroe dice a la heroína: «las hipérboles
alabanzas, por más que lo sean, han de parar en puntos limitados; decir que una mujer es más
hermosa que un ángel es encarecimiento de cortesía, pero no de obligación». Pese a que a
continuación añade: «Sola en ti, dulcísima hermana mía, se quiebran reglas y cobran fuerzas de
verdad los encarecimientos que se dan a tu hermosura» (II, 2, f.61v).