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El Club De La Comedia

Qué mal repartido está el mundo


Tener un amigo tuno

Las Muletillas

La canción de los payasos

A mi novia no le viene la regla

A cerca de Dios

Cuando nos enamoramos

Estamos de fiesta

Ella te quiere como amigo

El mundo de los conductores y de los coches

Reacciones estúpidas ante el miedo

Júrgol

Voy de boda

¿Cómo saber si ella tiene ganas?

Volver a empezar

Las mujeres y el baño

El cuerpo

Dejar de fumar

Los velatorios

Las cenas familiares en Nochebuena

¿Por qué todo lo negro es malo?

Perdedor nato

Las peluquerías

Cumpleaños infantiles
Aprender idiomas

La tragedia de ser “El Nuevo”

Los refranes

Cosas raras de la tele

El hombre es estúpido por naturaleza

De ligue

Los guionistas

Las preguntas de los niños

Vente a casa a dormir

El Gordo de Navidad

¡¡¡ Cuñaaaooo !!!

Los hoteles

¿Con qué nos engañan de pequeños?

Me han regalado un perro

Las bolsas de plástico

El apretón

Tener una tía buena como novia

Cajas de bombones y galletas surtidas, esas grandes desconocidas

La Navidad

Las pilas

Los juegos de mesa

Miedo al compromiso

De compras
Consejos prácticos para que tus hijos se vayan de casa

Las madres

La higiene

Preguntas trampa

Ventajas de ser incompetente

¿Qué pasa cuando se acaba la pasión?

Tipos de parejas

¿Qué pasaría si los hombres se quedarán embarazados?

¿Qué es sexo y qué no es?

Fantasias sexuales

Alienigenas

Colecciones por fascículos

Postulado sobre la limpieza doméstica

Turismo rural

De buen rollo, eeeee

Diversiones infantiles

La guardia civil

Los campings

Los bebes

Buscando piso

Los funcionarios

Anuncios de contactos

La novia de mi mejor amigo

Porque vivimos estresados


España es un bar

Una tarde en el cine

Salir de marcha

Los villancicos

Ventajas de ser gordo

Ventajas de ser feo

Tonterías de la historia

Tienes razón

Sabes que eres gay cuando…

Relaciones a distancia

Querido diario

Que pasaría si no existiera la tele

Ocio creativo

Nochevieja feliz

Montar el Belén

Miss España

Los videoclubs

Los regalos

Los profesores

Los medicamentos

Los cuentos

Leyendas urbanas

Las urgencias de los hospitales


Las revistas femeninas

Las mascotas

La quiniela

La navidad es para los niños

La canción del verano

Hospitales

El listo

El glamour de la Iglesia

Cuando te van a casar

Cuando te enrollas con quien no debes

Cuando nos sentimos culpables

Cosas inútiles que nos enseñan en la escuela

Como saber si tiene pareja

Como hacer para conseguir que te dejen

El pijama

 
 
Tener un amigo tuno

 Por Manel Fuentes

¿Saben cuál es la diferencia entre los Premios Nobel y los Premios Cervantes? Pues
que en los Premios Cervantes actúa la tuna, ésta es nuestra aportación a la cultura universal:
”Mocita dame el clavel, dame el clavel de tu boca, que pa eso no hay que tener mucha
vergüenza, ni poca”. ¿Hay o no hay nivel?
Pero claro como la tuna viene de la Edad Media, dicen que es cultura; también viene
de la Edad Media la peste negra y no la metemos en las bodas. Yo tengo un amigo tuno, una
desgracia como otra cualquiera, pero mi amigo Bermejo me dijo que se metió en la tuna
para ligar, la verdad no lo entiendo, ¿cómo va a ligar un tío tocando la bandurria y
disfrazado como el príncipe de Beuckelaur? Un día, entró su padre en la habitación y le
pilló poniéndose unas medias negras: ”Hijo mío, ¿qué te pasa? ¿por qué te pones medias?
¿has salido del armario?” “No, papá es que me hecho tuno”. “¡Joder, ahora si que me has
dado un disgusto!”
Es como si les hiciesen una lobotomía, porque a partir de entonces mi amigo
Bermejo ya no fue el mismo; un día voy a clase, y me lo encuentro en calzoncillos, tocando
la bandurria, y rodeado de gente que le lanzaba cubos de agua, pero el tío feliz, ¿eh? Yo
coño: “¿Bermejo te ayudo?” ”No déjalo Manel, es que es mi bautizo de tuno”. Si te tiran
cubos de agua en el bautizo no me quiero imaginar como serán las hostias de la comunión,
igual te las da Poli Díaz.
Pero con lo ilusionado que está, como le vas a decir que lo de la tuna es un coñazo.
Tú te vas a Segovia a ver el acueducto, a comerte un cochinillo; tú estás tan feliz en el
restaurante, y de repente oyes: “ticiticiclín”, coño, la tuna, y enseguida entra un tío gordo
con barba, que se pone colorao y empieza: ”Mozitaaaa dame el clavel”, pues ya me ha
jodido el cochinillo, porque como vas a comer a gusto con un tío dando brincos a tu lado
tocando la pandereta y bailando como el negro de los Boney M, porque claro esto al
principio empieza normal pero de repente le entran los picores, las convulsiones, y al final
parece que le vaya a salir un alien de dentro... Pero bueno, ¿qué le pasa a este hombre? ¿Es
así o es que está nervioso? Vamos yo no me imagino a este tío afeitándose.
Pero es peor cuando te encuentras a la tuna en la calle, porque ahí también está el de
la bandera, otro que tal baila; el de la bandera es un tío que no sabe tocar ningún
instrumento, pero que tiene tantas ganas de dar el coñazo como los demás. Y es que la tuna
es como una plaga, o sea, tu estás en una boda y de repente: ”Mozitaaa dáme un
clavel...”.Te vas, yo qué sé, a Australia, a cambiar de aires... y de repente, ticiticilin, doblas
la esquina y: ”Mozitaaa dame el clavel...” Hasta si tienes una vecina que esté buena, una
noche estás durmiendo, y de repente: “Mozitaaaa dame el clavel... ” Que te dan ganas de
decirle: ”¡Mozita! ¡A ver si le das el clavel de una puta vez, a ver si se callan!”
Pero mi experiencia con la tuna, fue más allá. Un día me viene Bermejo y me suelta:
”Manel, ¿tú me quieres?”. Ya sabía yo que tanto pololo era por algo. ”No, no en serio,
Manel, es que mañana tenemos una actuación en la tele, se nos ha puesto un miembro con
paperas... tú solo tendrás que hacer bulto.”
¿Tuno, yo? Estuve por partirle la bandurria en la cabeza, pero al final fui, porque un
amigo es un amigo, aunque sea tuno. Y claro, Bermejo, me explicó que la clave para
parecer tuno es el balanceo. Que yo me pregunto, ¿por qué se balancean? ¿por qué van
borrachos? ¿o van borrachos para balancearse? Ya me veis a mi, en el programa de la
Campos, balanceándome, y claro como yo no cantaba, me dio por analizar la letra de las
canciones. Yo creía que solo pedían el clavel, pero no, hay una que dice: “Ese lunar que
tienes cielito lindo junto a la boca, no se lo des a nadie, cielito lindo, que a mi me toca”.
Luego dice: “Ay, ay, ay. ay”. ¡Coño! Le están arrancando el lunar, y encima dice: “Canta y
no llores”. Bueno, pero la que más me impactó fue esa que dice: “Deja que te ponga la
mantilla blanca, deja que te ponga la mantilla azul, deja que te ponga la de colorado, deja
que te ponga, la que sabes tú”. Está claro, a estos tíos lo que les gusta es ponerse a jugar a
las muñecas. Si quieres hacer feliz a un tuno, regálale la Barbie Bandurria.
En fin, que visto lo visto, podríamos decir que los tunos son como los hoolligans,
pero en leotardos, o sea son todo tíos, van vestidos de mamarrachos, van mamados y no
paran de dar voces; pero bueno tienen una ventaja respecto a los hoolligans, los tunos, que
les das dinero y se van. Buenas noches.
 
Las Muletillas

Por Manel Fuentes

Buenas noches. ¿Qué tal están? ¿Se imaginan que cada uno de ustedes subiese aquí
ahora mismo y me contase realmente “que tal está”?… “¿Pues yo acojonao con la hipoteca”
“Pues yo estoy fatal de las cervicales y tengo que ver la tele con un espejo” “Pues yo muy
bien, pero mi marido cada día está más tonto”… Sería terrible. Pero ustedes saben que yo
no les digo “qué tal están” para que me lo cuenten… es una muletilla. Las personas no
podemos vivir sin usar muletillas... Yo creo que es porque el cerebro es más lento que la
lengua… O sea, que decimos algo así como “Voy a ponerme a hablar… para ver si mientras
se me ocurre algo que decir”.
La primera muletilla que aprendemos es “mamá”. Y la utilizamos para todo:
“Mamaaaaá leche” “Mamaaaá pipi” “Mamaaaá caca”. Llega un momento en que el que el
niño ya sólo utiliza la coletilla… si te dice… “¡¡Mamá, mamá, mamá!!” … Eso es que se
está cagando. Pero si dice… “Mamaaaá” ¡Eso es que ya... !
Y claro luego llegan al colegio y su muletilla principal es: “Que te cagas”. “Mi
padre me ha comprado una Play-Station que te cagas” y también tienen otra que es “pos mi
padre” … “Pos mi padre me ha comprado la Play-Station en la que salen todos los
Pokemon”. “¡Pos mi padre es Pokemon y te va dar una paliza que te cagas!”
Lo que pasa es que llega una edad en que al niño le salen pelos en las piernas y se
da cuenta que aunque quiera no puede seguir diciendo: “Mamaaá…” Y entonces empieza a
decir: “tío”: “¿Qué pasa tío? ¿De que vas tío? ¿Cómo está tu tío, tío?
Y así vamos creciendo y creciendo… Y vamos almacenando cada vez más
muletillas, hasta que llega un momento en que tenemos muletillas para cualquier situación.
Por ejemplo, cuando estamos en grupo y de repente se acaba la conversación, mientras
pensamos algo que decir empezamos:
¡Aaaaayseñor...! “Pues si...” “Aquí estamos”. “Pues eso...” “Pues estamos buenos”...
Aquí un coletillero chistoso añadiría “Bueno estaba y se murió”... Y otro “Pues no estaría
tan bueno...” “Es que no somos nadie” “Oye, pues el muerto al hoyo y el vivo al bollo”
“Pues bueno” “Bueno estaba y se murió”. Y así hasta el infinito.
Porque las coletillas definen nuestra personalidad: “Dime qué coletilla usas y te diré
quien eres”… Por ejemplo están los que se creen que los demás somos imbéciles:
“Estábamos en su casa, ¿entiendes?, y él se quedó en pelotas, ¿entiendes?, e hicimos el
amor, ¿entiendes?”… Pero bueno en qué fase de la conversación cree que me he perdido. Y
luego están los inseguros que dicen… “Estábamos en su casa, ¿no?, y él se quedó en
pelotas, ¿no?, e hicimos el amor, ¿no?”… Que aquí ya dan ganas de decirle… “¡Pues no lo
sé, hija! Si tú tienes dudas… es que “no”, porque eso se nota ¿no?
Por la muletilla que usan también se reconoce a los pijos… Por la muletilla y
porque parece que estén saliendo de la anestesia del dentista. La muletilla favorita del pijo
es “para nada... te lo juro”: “¿Has visto a Pepota?” “Para nada”… “¿Te gusta el funky?”
“Para nada”… “¿Vales para algo? “Para nada... te lo juro”.
De todos modos los reyes de la coletilla son los locutores de radio musical, que
claro, como hablan tan deprisa no les da tiempo a pensar... Estos con cuatro coletillas y un
reloj tienen el programa hecho: ¡Hey! Son las cuatro de la tarde, las tres en Canarias ¡guau!
y en treinta minutos, llegaremos a las cuatro y media ¿No te parece increíble? ¡Hay que ver
como pasa el tiempo!, ayer era sábado y mañana ya es lunes, o sea que tenemos el próximo
fin de semana a la vuelta de la esquina… Y seguro que bailas música como ésta… Te dejo
con ella cuando son las cuatro y dos minutos de la tarde...
Dentro de nada las cuatro y cinco...”. ¿Qué les pasa? ¿Van drogados?
Aunque los futbolistas tampoco se quedan cortos con las muletillas, y eso que estos
no hablan deprisa… “Sí, la verdad es que... sí” “No, la verdad es que… no”. “Bueno, no sé,
¿no?” Y como los periodistas deportivos lo saben, se lo ponen fácil: “Quique, el partido
bien aunque habéis empezado el segundo tiempo un poco más flojos y luego habéis
remontado al final, parece que os quedan fuerzas suficientes para el partido del próximo
domingo que es donde tenéis que poner toda la carne en el asador”. “Ahora que lo dices, sí,
la verdad es que... sí”.
¡Qué obsesión con la verdad tienen los futbolistas! Aunque esto no es nuevo, lo de
usar la verdad como coletilla viene ya de los Evangelios. Estaban todo el día… “En verdad
en verdad te digo...”, lo que daba lugar a conversaciones del tipo: “En verdad en verdad te
digo, Judas, que ¿qué tal estás?” “Pues en verdad en verdad te digo, Jesús, que por aquí,
traicionándote un rato”.
Y luego están los políticos, que como no tienen nada que decir son los que más
muletillas utilizan: “Puedo prometer y prometo” “Por consiguiente” “La Reina y yo, nos
llena de orgullo y satisfacción”...
Algunos de tanto usarlas se les estropea el mecanismo. Como a Pujol “Forns forns
frons... frons frons frons frons... Para Cataluña”... o Fraga, “Fongrrnsss fongrsss msrrrss...
Cien mil gaiteiros”… Y el mejor es Aznar que consigue alargar los discursos doblando sus
propias muletillas: “¡Somos una nación moderna!” “¡¡Una nación moderna!!” Que es para
decirle “¡Ya te hemos entendido” “¡¡Te hemos entendido!!”…
Claro, así duran los discursos lo que duran, que les tienen que poner un himno para
que se vayan. Con lo fácil que es despedirse a base de coletillas: “Hasta luego Lucas” “En
fin Serafín” “Me piro vampiro”... O simplemente, buenas noches.
 
La canción de los payasos

Resulta curioso, pero si Nostradamus dice "Marte y su cólera graznarán" de entrada


no tenemos ni puta idea de que quiere decir ¿no? Pero te lo crees y dices ¿por qué? Porque
Nostradamus impone, es un tío con prestigio. En cambio hay muchos profetas que los tíos,
por no tener nombre en Latín, pues no los conoce ni Cristo y pasan desapercibidos, y yo
creo que ha llegado el momento de anunciar quiénes son los grandes profetas de nuestro
tiempo. Y señoras y señores, los grandes profetas de nuestro tiempo son Gabi, Fofó y
Miliki. No, yo sé que de entrada cuesta, a ver, yo cuando lo descubrí también me quedé
acojonado, digo hostia, esto es fuerte, pero es así.
Primera prueba: fueron los primeros que preconizaron el orgullo gay. Mucho antes
que Boris ¿eh? Boris se apuntó al carro, lo hace de otra manera, pero ellos empezaron, y si
no... Don Pepito y don José, Don Pepito y Don José eran gays. "Eran dos tipos
requetefinos, eran dos tipos medio chiflaos, eran dos tipos casi divinos, eran dos tipos
desbarataos..." vamos, eran dos locas, clarísimo, clarísimo... No, pero es que la canción
seguía "y si se encuentran en una esquina..." Bueno, yo aquí lo dejé. Quien quiera que
investigue por su cuenta. Te puedes encontrar cualquier cosa.
Después, predijeron perfectamente cuales serían las lacras de nuestra sociedad:
"Cómo me pica la nariz! Cómo me pica la nariz!" Bueno, ¿por qué le pica la nariz a este
tío? Yo no quiero decir nada, pero, hombre, estos sabían que más de un niño de treinta años
se metía de bareta, vaya, está claro. Además es que la canción continuaba "ya no lo puedo
resistir, cómo me pica la nariz!" Coño, que el tío tenía el mono! Hosti! Enganchadísimo
estaba el pavo.
No, pero, es que, que grandes, que grandes eran Gabi, Fofó y Miliki, ¿eh? Ellos ya
hace 20 años predijeron perfectamente que los inmigrantes iban a tener problemas : "Un
barquito de cáscara de nuez". Coño, esto es una patera! Descarao, pero es que ahí no se
quedaba la cosa. Los tíos continuaban... Explicaban perfectamente lo que les iban a decir
los cabrones de las mafias a los inmigrantes para engañarles. Decían "Navegar sin temor en
el mar es lo mejor, no hay razón de ponerse a temblar" Pues móntate tú, cabrón! Y después,
continuaban "Y si viene negra tempestad, a reír, a remar y a cantar". Remar, vas a remar tú
con los cuernos. Hombre, es que es verdad. Yo os digo una cosa, si los políticos hubieran
estao más atentos a los payasos mientras se comían la nocilla, coño, que no hubieran hecho
la Ley de Extranjería! Está clarísimo! Además, los payasos eran unos tíos que dijeron
"Sabemos perfectamente cual va a ser el estado de España", el actual. Y empezaron a
definirlo por el Congreso: "Había una vez un circo" Vamos! No hay mejor manera de
definir el Congreso, ¿eh? "Un circo, pleno de alegría y de ilusión", vaya que solo les faltó
cantar: "España va bien... jodida con la vaca loca, el Tireless..." Y ya lo hubieran bordao.
Entonces, lo bordan. Lo que pasa que, los tíos eran muy lúcidos, dicen "no, mira, ¿sabes
que? Lo de las vacas locas vamos a hacer un tema a parte, esto tendrá importancia, tendrá
peso,... le dedicamos una canción, venga... por mis huevos" Y los tíos, ni cortos ni
perezosos, uno se puso a escribir: "la gallina turuleca está loca de verdad" Vale, se
equivocaron en el bicho, pero por poco, ¿eh? Estaba Milikito ahí con el cencerro "tolong
tolong, tolong tolong,..." El tío como disimulando, ¿sabes? Les iba diciendo, como
queriendo decir... que es una vaca! que es una vaca! Lo que pasa que los otros ni puto caso.
Claro, como el tío era nuevo...
Unos grandes genios, Gabi, Fofó y Miliki, unos fenómenos. Tampoco eran
infalibles, porqué de vez en cuando la cagaban, como todo el mundo, macho. Para eso
somos humanos. Con lo de la gallina turuleca no estuvieron muy finos, es verdad, pero
vaya... "Yo conozco una vecina, que ha comprado una gallina que parece una sardina
enlatá". Hostia macho! No hay nada que se parezca menos a una gallina, que una sardina
enlatá! De entrada. A no ser, que los tíos fueran unos avanzaos y estuvieran hablando de
clonación! Claro, y que la gallina fuera una cagada..."nos ha salido mal y tal" Esto también
explicaría la cantidad de huevos que ponía la gallina la turuleca, porque estarán conmigo
que eso no era normal, eh? Hombre, pa' huevos, los de la turuleca, macho! "Ha puesto 7, ha
puesto 8, ha puesto 9" Y es que encima saltaba un capullo y decía "Déjala que ponga 10!"
impresionante... Tú te preguntas: bueno, ¿esto qué es, una gallina o la fábrica huevos
Kinder?
Es que lo de las predicciones, cuando una vez lo has hecho parece sencillo, pero es
muy complicao, eh? Realmente, hay canciones que te encuentras que no sabes bien bién de
que están tratando. Yo ahora estoy con una que, joder, ostras! No tiene cabeza! "Mi barba
tiene tres pelos, tres pelos tiene mi barba! Si no tuviera tres pelos, ya no sería una barba!"
Coño, ni con tres pelos tampoco macho, eso... una berruga como mucho! Para barba, si tú
quieres una barba, pues coño, el de Izquierda Unida, eso es una barba, hombre! Nadie sabe
como se llama, pero tú dices: "el de la barba de Izquierda Unida" coño! No hay duda! Eso
es una barba y no lo que tú tienes con tres pelos, jodío! Yo, yo... ahora lo he dejao, lo he
dejao, esto de la investigación porque... Sí, es que es muy duro, eh? Aquí con el cachondeo,
pero esto es muy duro, eh? Ahora, me ha tocao la canción, la de... Susanita. Es que claro,
vete tú a saber, vete tú a saber lo que quieren decir con eso de que "Susanita tiene un ratón,
un ratón chiquitín", yo es que me he quedao acojonao y ya lo he dejao.
Señoras y señores, ¡muchas gracias!
 
A mi novia no le viene la regla

Por Pablo Motos

¿Alguna vez han oído decir que cuando estás a punto de morir te pasa toda tu vida
por delante? Pues no es el único momento... El otro día mi novia me dijo:
- Cariño, no me viene la regla...
Y yo les aseguro que en ese momento, todo, ¿eh?, pero el pasado y el futuro...
Me vi en una ranchera con cuatro niños yendo al híper. Ya sé que estas cosas
pasan... ¡Pero que me pase a mí! ¡A mí!, que cuando me decían:
- Paco se ha casado de penalti.
Exclamaba:
- ¡Será gilipollas! ¡Con la cantidad de cosas que hay para que no te pase esto!
Sin ir más lejos la marcha atrás. Es mi método. Ya sé que me envidian. Yo es que
soy partidario de lo natural, naturópata, vamos. Soy el Carlos Sainz de la marcha atrás. Un
control, una pericia, una concentración... Lo que pasa es que hace dos semanas iba yo a mi
marcha... Suave, suave, haciendo la tabla del diecisiete: "Diecisiete por uno diecisiete,
diecisiete por dos treinta y cuatro...". ¡Claro!, ¡lo que sea antes que la eyaculación precoz!
Yo tengo una técnica infalible para esto: si veo que voy muy deprisa pienso:
"Karmele, Karmele, Karmele..." Y me relajo. Y si veo que la cosa baja pienso: "Claudia
Schiffer, Claudia Schiffer, Claudia Schiffer...". Y oye, ¡da gloria verme!
Bueno, como decía, iba yo a mi marcha, diecisiete por una diecisiete, diecisiete por
dos treinta y cuatro y me llevo tres... Y en el momento clave a ella le dio la tos, y claro,
empezó a agitarse y me rompió el ritmo. Yo controlo, ¡pero si ella se pone a improvisar! De
todas maneras tiene que ser un retraso. Como mucho se me pudo escapar un
espermatozoide, ¡dos todo lo más! ¡También sería casualidad que encontrasen el camino,
con la oscuridad que tiene que haber allí!
El caso es que cuando ella te confiesa: "Todavía no me ha venido", te acojonas. Te
acojonas tanto que no dices más que tonterías:
- A lo mejor te ha venido y no te has dado cuenta.
- A lo mejor tú te has vuelto imbécil y tampoco lo sabes.
En esas situaciones es cuando se demuestra que los tíos no tenemos ni idea.
Nosotros confundimos el método Ogino, con el índice Nikkei:
- Oye tú estás segura de que has contado bien los días, mira que este año es bisiesto.
- Ya, en febrero, pero es que estamos en octubre.
- A lo mejor lo llevas arrastrando desde entonces.
- A ti sí que te arrastraban los huevos, que te da todo igual.
- Huy, qué borde estás. ¡Eso es que te va a venir!
Pero no le viene. Y tu vida cambia. Por la calle no ves más que embarazadas.
Bueno, te cambia hasta el humor. Antes, cuando salían en televisión anuncios de
compresas, hacías bromas. Ahora no. Ahora se hace un silencio en el salón, una tensión, un
mal rollo... Sólo se oye: "Tun, tun, tun, tun, tun, tun, tun... uuuu iiii... ¿A qué huelen las
nubes...?". ¿A qué huelen las nubes? ¡A Dodotis!
Estás tan nervioso que no puedes ni trabajar. La llamas cada cinco minutos:
- ¿Ya?
- ¡No! Y deja de llamar que me pones nerviosa.
Así es que te metes en Internet a buscar información. "A ver, regla punto com". Y te
sale la Cofradía de la Virgen de la Regla con Rocío Jurado a la cabeza. "No, vamos a probar
otra cosa... Retraso punto es". Y te sale Iberia. "Joder, cada vez vamos peor...". Y cuando
desesperado pones "Penalti punto com" y te sale José María García... lo dejas. Y es que en
Internet no se navega, se naufraga, porque nunca encuentras nada. Y la vuelves a llamar:
- ¿Ya?
- Que noooo, pesao.
Así es que te compras la revista "Ragazza", que has visto que viene un artículo que
se llama "La regla, tu mejor amiga". "Vaya, por fin algo científico". Y lees: "El estrés y los
nervios pueden retrasar la regla". "Pues ya está, voy a tranquilizarla", te dices. Y la llamas:
- ¿Dígame?
- Ommmmm...
- ¿Quién es?
- Te pesan los párpados...
- Pero tío, ¿tú estás tonto?
- Ommmmm... Imagínate una pradera, con pajaritos... pío, pío, pío... "¡Coño, me ha
colgado! ¿Así como le va a venir la regla?... Si es que no colabora". Ya no sabes qué hacer.
Cuando llega a casa y llama a la puerta antes de abrirle le dices por el telefonillo:
- Cariño, ¿ya?, cariño, ¿ya?, cariño, ¿ya?
- ¡Quieres abrirme!
Cuando entras en casa con el Predictor en la mano, ella brama:
- Como salga el circulito, te la corto... ¡Carlos Sainz!
Por cierto ¿por qué se llama Predictor el Predictor? ¡Si no predice nada! Cuando
sale el circulito ella ya está embarazada! Si fuese Predictor tendría que haberme avisado
antes. Yo creo que en vez de Predictor se debería llamar Terminator.
¿Y lo lento que es? En esos diez minutos te acuerdas de todos los circulitos que han
marcado tu vida: los ceros de Matemáticas, las albóndigas de la mili, el Círculo de
Lectores, el condón que no te pusiste... Llega un momento en que estás tan nervioso que no
quieres ni verlo, y te vas al salón a intentar relajarte: "Diecisiete por uno diecisiete,
diecisiete por dos treinta y cuatro... Ommmm, pío, pío, pío... ¡Karmele, Karmele,
Karmele!".
Menos mal que no salió el circulito. Y claro, con la alegría del momento... Nos
liamos, nos liamos... Pero después del susto lo hicimos con condón. Porque, según el
prospecto, un condón es muy seguro, tiene un 97 por cien de fiabilidad. Así que no hay
problema, cuando lleve 97 kikis me lo cambio y ya está.
 
A cerca de Dios

Por Enrique San Francisco

¿Sabían que la Biblia es el libro más vendido del mundo? La Biblia es ese libro
gordo que todo el mundo tiene, pero que casi nadie ha leído.
Ring, ring...
- Hola, ¿qué haces?
- Aquí estoy, leyendo la Biblia.
- ¡No jodas! ¿Qué te ha pasado, que te has hecho de una secta?
Y es que nadie entiende que la Biblia se pueda leer por placer. Sin embargo, yo
últimamente la he estado leyendo y me ha parecido un libro muy interesante. Sobre todo,
me ha servido para saber cómo era Dios.
¡Dios era la leche! Pero tenía sus cosillas. Yo no quiero molestar, pero muy
trabajador, muy trabajador... no era, porque teniendo toda la eternidad por delante, el tío
hizo el mundo en una semana.
Y no crean que se hernió, se levantó el primer día y dijo: "Hágase la luz", y la luz se
hizo. Pero que yo sepa, él no puso ni un enchufe. Y al día siguiente: "Háganse los planetas".
¡Eso, háganse!
Que digo yo que se podía haber esforzado un poquito más, porque pudiendo
hacernos de acero líquido como a Terminator, nos hizo de barro como a los botijos.
A mí lo que me gusta de la Biblia es que Dios es partidario del nudismo, como yo.
De lo que no es partidario es de la fruta, porque no le importaba que Adán y Eva fueran en
pelotas, pero cuando se comieron una manzana se pilló un cabreo... que los echó del
paraíso. ¡Oye, con razón! ¿No te han dicho que no cojas la manzana?
Dios era bueno, pero con un límite. ¡Por eso los castigó! A Adán le dijo: "Tú
ganarás el pan con el sudor de tu frente". Aquí tengo yo una duda. ¿Ya había pan? ¿Bimbo
o en baguette? Y a Eva le dijo "Y tú parirás con dolor". ¡Que anda que no le ha tenido que
dar rabia a Dios que inventasen la epidural! ¡Es que ya son ganas de llevarle la contraria!
A Dios le pasa lo que a todas las buenas personas, da la mano y le cogen el brazo.
Ahí están los babilonios, se ponen a construir la torre de Babel para ponerse al nivel de
Dios. ¿Pero qué falta de respeto es ésa? Ya lo dice el refrán: "Cada uno en su casa, y Dios
en la de todos" ¡Y no al revés!
Claro, Dios se enfadó: "Por vuestra ambición os condeno a que a partir de ahora, si
queréis entenderos, os tendréis que dejar el sueldo en fascículos para aprender idiomas. Eso
sí, con el número uno, recibiréis las tapas de regalo". ¡Y es que hasta enfadado era buena
gente!
Pero sobre todo, Dios tenía un sentido del humor tremendo. Un día habló con Noé y
le dijo: "Oye, construye una barca, que voy a inundar todo esto". Y Noé se lo creyó, y se
puso a construir un barco en medio del desierto. Que no veas el cachondeo de los vecinos:
"Pero Noé, ¿tú estás tonto? ¡Si aquí no hay playa!". "¿Quién te crees que eres?
¿Chanquete?"
Yo creo que Dios no iba a inundar nada, pero cuando vio a Noé tan ilusionado con
su arca, dijo: "¡Venga va, voy a mandar el diluvio, pero sólo una vez, ¿eh?".
También fue muy buena la que le gastó a Abraham, a quien dijo: "Sacrifica a tu
hijo". Y el otro: "Ah, pues vale". Es que los hombres se lo tomaban todo en serio. Menos
mal que Dios le paró: "¡Eh!, ¡Abraham, suelta el machete!, ¡que era coña, tío!". ¡Qué
bromista! Claro, eso debía ser la famosa gracia de Dios.
Si es que Dios era muy gracioso, vamos, un cachondo mental. Eso sí, yo creo que
alguna vez se le fue la mano, porque lo que le hizo a Job. Con Job se cebó. Dijo Dios: "Me
he enterado que hay un tal Job que cree en mí por encima de todas las cosas. Vamos a
comprobarlo". Para empezar, a Job le cagan unas golondrinas en los ojos y le dejan ciego,
después lo arruina, se carga a su mujer, se carga a su hijo, descuartizan a su hija... Y tras
cada prueba, Dios mandaba a dos ángeles para preguntarle: "Oye Job, ¿sigues creyendo en
Dios por encima de todo?". A lo que Job les decía: "¡Pues claro, anda que no creo! ¡Lo que
no entiendo es quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza!".
Yo no quiero ofender, pero a veces más que bromas, parecían putadas. ¡A Dios sólo
le faltó hacerle, a Job, del Atlético de Madrid! Esa sí que hubiese sido una buena broma y
no lo de las cagadas de las golondrinas. Pero Dios sólo quería hacer unas risas, no quería
ensañarse.
Era un tío simpático, de verdad, ahí está la Biblia que lo prueba.
 
Cuando nos enamoramos

Por Gabino Diego

Buenas noches. Quiero hablarles del amor, porque viniendo para acá me he
encontrado a un amigo que se ha enamorado locamente, y está imbécil perdido.
Esto me ha hecho plantearme algunas cosas: ¿Ustedes no creen que debería existir
una baja laboral por enamoramiento? ¿Acaso no te dan la baja cuando tienes depresión o
cuando tienes estrés? Pues yo creo que si tú vas al médico y le enseñas un folio en el que
has escrito cien veces "quiero a Marisa, quiero a Marisa, quiero a Marisa", está claro que
estás enfermo y así no se puede trabajar.
Cuando estás enamorado no es sólo que te comportas como un idiota. Es que
además piensas que eres especial, que las cosas que haces no las hace nadie más en el
mundo. Aunque en realidad lo que haces es repetir las mismas tonterías que hacen todos los
enamorados.
Por ejemplo: el teléfono se convierte en el centro de tu vida, lo descuelgas cada
cinco minutos para comprobar que hay línea. ¿Pero qué te crees? ¿Que te van a cortar la
línea justo en el momento en el que te tiene que llamar ella? Hombre, los de Telefónica
tienen mala leche, pero no tanto.
Cuando por fin te llama te da un vuelco el corazón y te dispones a tener una
conversación muy profunda:
- ¿Qué haces?
- Nada.
Y así, dos horas de conversación profunda y otras dos para colgar:
- Bueno, pues cuelga.
- No, cuelga tú.
- Tú primero.
- No, tú.
- Contamos tres y colgamos los dos a la vez.
- Uno, dos y tres.
Y si cuelga ella, te quedas jodido y piensas que tú la quieres más. Y la vuelves a
llamar:
- Oye, me has colgado.
- ¿Pero no has dicho que contáramos hasta tres?
- Sí, pero no tan rápido.
Todo cambia cuando estás enamorado. Tu escala de valores varía radicalmente. Por
ejemplo, antes, el domingo se lo dedicabas al fútbol. Ahora te vas a comer con ella y la
sobremesa se prolonga. Tú la miras, ella te mira, la coges de la mano, las seis de la tarde.
Pero, por mucho que la quieras, eres un hombre. Y hay un momento en el no puedes más y
te levantas: "Voy al servicio. No te vayas ¿eh?"
Y en cuanto no te vea , agarras al camarero y le dices "¿Eh, como va el Madrid tío?"
Y con eso te quedas, porque cuando llegas al coche no puedes poner Carrusel Deportivo.
No señor, estás enamorado. Hay que poner musiquita romántica. Una cinta que te has
grabado especialmente para esa noche y que en un alarde de originalidad le has puesto el
título de "Lentas".
Por cierto, el coche es uno de los sitios donde más se nota lo tonto que te has vuelto
con esto del amor, porque por primera vez, en lugar de desear que se ponga en verde,
quieres que cambien a rojo para darle un beso: "Uy rojo, muá".
Tampoco te importa que te piten cuando se pone verde, porque te sientes superior.
Le haces una sonrisita a tu pareja y sigues. Y no te queda más remedio que volverte fino.
Cuando estás enamorado practicas mucho el conocido deporte de aguantarte los pedos.
¡Pedos delante de ella ni uno! Ni en el cuarto de baño, ni en la cama, ni en ningún sitio. Y
en cuanto bajas a la calle y te diriges al coche. "Brrrrrr". Vas a propulsión.
Cuando estás enamorado te comportas como un imbécil ya desde el primer
momento en que la ves. Por ejemplo, si te enamoras de una chica en la biblioteca, en
seguida se pone en marcha el juego de las miraditas...
Lees una línea, y la miras, pasas la página, y la miras, buscas un pañuelo, y la miras,
te suenas los mocos y la miras... Y a veces, sencillamente la miras... Y es que no te atreves a
acercarte... Te puedes tirar meses buscando esa frase que hará que ella caiga rendida a tus
pies. Un día, por fin, la encuentras...: "Me acercaré y le diré...: Perdona ¿Te importaría no
ser tan guapa, es que no puedo concentrarme en el libro". Entonces te levantas, vas hacia
ella... pero cuando te acercas sólo eres capaz de decir: "¿Me dejas un boli? Es que se me ha
gastado". Si te enamoras de una chica de fuera al separaros prometéis escribiros; y ella ya
lo creo que te escribe. ¡Cartas de diez folios!... Pero te cuenta cosas de su vida en Ourense
que a ti no te interesan para nada...
"Hola Paco, estoy en Ourense, está lloviendo... Acabo de llegar de clase de inglés, y
estoy más aburrida... aunque el profesor es muy majo, es canadiense y lleva gafas" ¿Y a mi
qué? Y de repente te pone: "Paco, tengo que dejar de escribir porque llegó mi madre" Y en
la línea de abajo "Ya he vuelto, como te iba diciendo, lleva gafas..." Pues vale...
Sin embargo, nosotros cuando escribimos una carta vamos al grano: "Hola Petra:
estoy caliente. Atentamente Gabino". Y ya está.
En fin, que me voy a pedir la baja porque he visto a una chica en la tercera fila y
creo que estoy empezando a enfermar. Buenas noches.
 
Estamos de fiesta

Por Florentino Fernández

Bueno, como todos saben hay unos días en todos los sitios del mundo donde se
puede hacer lo que se quiera: son las fiestas patronales. ¡ESO ES LA BOMBA! ... Es que
con el pretexto de ¡estamos de fiesta! Se puede hacer lo que quieras: tirar una cabra por el
campanario, arrancarle el pescuezo a un pollo...y si tiras un petardo dentro del
confesionario y explota y le quemas el pelo a una beata...¡NO IMPORTA! ¡ESTAMOS DE
FIESTA!
Lo importante de las fiestas es comer: un buen mozo que se precie debe comer su
peso 3 veces al día. Sí, sí, además sin medida y de cualquier forma: chorizos con magras,
con chocolate con churros, paellas con calderetas, con atasca burras, con zarajos...menos
mal que luego para rebajar se bebe...se bebe lo que sea...además tenemos un sistema
tradicional para enseñarles a los mozos los riesgos que conlleva la bebida... nosotros allá en
el pueblo ponemos unos botijos llenos de aguardiente en medio de la plaza y ¡nos echamos
unas risas viendo a los mozos que tiene que llegar a los botijos para beber y además
esquivar toros de 500 Kg.!!!!! Hombre, todos los años pillan a alguien pero si es que
¡ESTAMOS DE FIESTA! ¡NO PASA NÁ!
Lo más bonito de la fiestas es el pregón, ¡eso si que es bonito!, porque si además
traen a un forastero famoso, de nivel eso sí: el padre APELES, ENRIQUE DEL POZO,
CRISTINA TÁRREGA...y los reciben las autoridades del pueblo: la reina de las fiesta: la
reina de las fiestas con su madre, las damas de honor con sus madres, los de la banda de
música con sus madres... ¡Vamos, todas las madres del pueblo!!!
Y le suben al balcón y le dicen: ¡tú di lo que quieras, figura! Eso sí, habla bien del
pueblo y de la virgen.... Porque los pregoneros tienen un truco, que me los conozco
yo...QUE SE SABE EL NOMBRE DEL PATRÓN DE LAS FIESTAS y si ven que la cosa
decae dice: ¡VIVA SAN MENDRUGO! Y se los guarda a todos en el bolsillo...
A partir de ahí sale la banda municipal y venga a tocar y tocar hasta que se acaban
las fiestas....Da igual lo que toquen el caso es que esté cargado de bombo y una partitura a
piñón fijo...además es que cada año cogen una canción y la machacan. Fiestas memorables
han sido: la macarena, los pajaritos...incluso aseguro haber escuchado 3500 veces en una
misma noche el tractor amarillo...y luego, claro, te vas a la verbena y la gente quiere seguir
escuchando el tractor amarillo, es que es normal..y que pasa, que el grupo de música es un
grupo moderno, entonces, claro, ellos están empeñados en tocar; esta vida loca ¿pero que
quieren? ¿provocar? ¿la están buscando? Y la encuentran:
-Oye tú, melenas, ven pá ca, tocáis ahora el tractor amarillo.
-Es que perdone usted, pero nosotros somos un grupo modelno, y tenemos un
repertorio de canciones y ahora va la vida loca.
-Tu no has escuchao lo que te he dicho, ¿no? No sabes que esto lo pagamos todos
los del pueblo o qué? ¡¡¡TU TOCAS AHORA EL TRACTOR AMARILLO!!!
-Es que es la 5º vez que la tocamos esta noche y vamos a seguir con nuestro
repertorio porque somos un grupo modelno.
-Vamos a ver figura: o tocas el tractor amarillo o te comes el tractor amarillo que
tengo aparcao en la era!!!!
Si es que es normal...y luego la banda sigue tocando, hasta las tantas, termina las
verbena...la banda ya está ahí preparada y sale toda la banda municipal con el bombo, y el
tractor amarillo... (...)
Y UNA COSA QUIZÁ LA MÁS IMPORTANTE: ¡¡¡¡ESTOY HASTA LAS
MISMAS PELOTAS DEL TRACTOR AMARILLO!!!
 
Ella te quiere como amigo

Por Pablo Motos

Hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una tía es: "Tenemos que
hablar...". Pero no, la peor frase que te pueden decir es: "yo también te quiero... pero solo
como amigo".
Eso significa que para ella tú eres el mas simpático del mundo, el que mejor la
escucha, el más enrollado... pero que no va a salir contigo. Va a salir con un impresentable
que sólo quiere acostarse con ella. Eso sí, cuando el otro le haga una putada, te llamará a ti
para pedirte consejo. Es como si vas a buscar trabajo y te dicen: "Señor Motos, es usted la
persona idónea para el puesto, el que mejor vitae tiene, el más preparado... pero no le
vamos a contratar. Vamos a coger a un incompetente. Eso sí, cuando la cague, ¿le
podríamos llamar a usted para que nos saque del lío?"
Me pregunto, ¿qué he hecho mal? Hemos ido al cine, nos hemos reído, hemos
pasado horas tomando café... ¿A partir de qué café nos hicimos amigos? ¿Del quinto? ¿Del
sexto? Joder, eso se avisa. ¡uno menos, y ahora me estaría acostando con ella!
Para ellas un amigo se rige por las mismas normas que un Tampax: puedes ir a la
piscina con él, montar a caballo, bailar... Lo único que no puedes hacer con él es tener
relaciones sexuales.
Es que si lo piensas... Si para una tía considerarte "su amigo" consiste en arruinar tu
vida sexual, ¿qué hará con sus enemigos? A mi me parece muy bien que seamos amigos, lo
que no entiendo es por qué no podemos "follar como amigos".
Yo creo que la amistad entre hombre y mujeres no existe, porque si existiera, se
sabría. Lo que ocurre es que cuando ella te dice que te quiere sólo como amigo, para ella
significa eso y punto. Pero para ti no. Para ti significa que si una noche estáis en la playa,
ella se emborracha, hay luna llena, se han alineado los planetas y meteorito amenaza la
Tierra... ¡A lo mejor consigues enrollarte con ella!
Por eso tragas, porque nunca pierdes la esperanza. ¿Qué se lía con Oscar? Pues ya
romperá... cuando lo hace, tú atacas con la técnica de "consolador": "No llores, el Oscar ese
es un chulo. Tú te mereces algo mejor, un tío que te comprenda, un tío que sepa estar ahí
cuando lo necesitas... Que sea bajito, que sea castaño, que no sea muy guapo, que se llame
Javier... como yo".
Al menos, siendo amigo puedes meter cizaña para eliminar competencia. Es la
técnica del "gusano miserable". Cuando ella te dice:
- Ay, que majo es Paco, ¿verdad?
- ¿Paco? Es muy majo, sí... un poco bizco.
- No es bizco, lo que pasa es que tiene una mirada muy tierna.
- Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a Marta.
- No la miraba a ella, me miraba a mí.
- ¿Ves como es bizco?
El colmo es que las tías consideran que tienen una relación "superespecial" con un
tío cuando pueden dormir con él en la misma cama y que no pase nada. Pero bueno, ¿lo
"superespecial" no sería que sí pasara algo?
Un día después de una fiesta, te quedas ayudándola a recoger, como haces siempre,
y cuando acabáis, ella dice:
- Huy, es muy tarde, ¿por qué no te quedas a dormir?
- ¿Y donde duermo?
- Pues en mi cama.
A ti te tiemblan las piernas: "¡Ésta es mi noche, se han alineado los planetas!" Al
rato te das cuenta de que no son precisamente los planetas los que se han alineado, porque
ella, como sois amigos, con toda la confianza, se que queda en camiseta y bragas, y tú, visto
lo visto piensas: "Me voy a tener que quedar en calzoncillos... con la alineación de planetas
que llevo encima".
Así es que te metes en la cama de un brinco y doblas las rodillas para disimular. Ella
se mete, te pega el culo y te dice: "Hasta mañana". ¡Y se duerme! "Pero bueno, ¿cómo se ha
podido dormir tan pronto? ¿Pero esta tía no reza ni nada?".
¡Estas acostado con la tía que te gusta! Al principio no te atreves a moverte, para no
tocar nada. Sabes que si en ese momento hicieran un concurso, nadie podría ganarte: eres el
tío mas caliente del mundo. ¡Y que larga se te hace la noche! Te vienen a la cabeza un
montón de preguntas: "¿Tocar una teta con el hombro será de mal amigo? ¿Y si es la teta la
que me toca a mí?". Pero después de muchas horas ya solo te haces una pregunta: "¿Seré
realmente gilipollas?".
No puedes creer que estéis en la misma cama y no vaya a pasar nada. Confías en
que en cualquier momento se dé la vuelta y te diga: "Venga tonto, que ya has sufrido
bastante, ¡hazme tuya!". Pero no. A las tías nunca les parece que hayas sufrido bastante. Y
mira que sufres... Porque tienes toda la sangre del cuerpo acumulada en el mismo sitio. Se
han dado casos de hombres que han llegado a reventar.
Pero ahí no termina tu humillación. A las siete de la mañana suena el timbre de la
puerta:
- ¡Ay, es Oscar!
- ¿Oscar? ¿Pero no le habías dejado?
- Ya te contaré, que ahora tengo prisa. Se me olvidó decirte que iba a traer su perro,
porque como nos vamos a Vaqueira, yo le dije que el perro mejor que contigo no iba a estar
con nadie. ¡Qué tu eres un amigo! Tienes mala cara, ¿has dormido bien?
Y ahí te quedas con el perro, que ése sí que es el mejor amigo del hombre.
 
El mundo de los conductores y de los coches

Cuando nos ponemos al volante nos transformamos. Sufrimos una metamorfosis


inversa a la de las mariposas: nos convertimos en capullos. Pero eso no es del todo cierto.
Hay casos donde los conductores nos volvemos agresivos antes de entrar en el coche. Por
ejemplo , cuando vas a buscarlo y no lo encuentras y dices: ¡Me lo han robado! , y el que va
contigo dice:"No ,no , que se te lo ha llevado la grúa" "¿Como lo sabes , como lo sabes?" "
Es que hay un adhesivo fosforito".Dices "es verdad , es verdad" , que hace una gracia que te
mueres. Tienes que ir a buscar un taxi : "¿Qué?, ¿se le ha llevado el coche la grúa , no?"
"Lléveme" "Claro , como aparcamos en cualquier sitio...""Lléveme y cállese!!".Y llegas allí
, y te humillan. Es el Pryca de las multas. llegas allí al deposito, firmas la multa , y dices:
"No estoy de acuerdo como ciudadano ...." "Firme y calle que hay 40 coches esperando" y
claro tu allí firmas como un capullo y pagas 15 mil pesetas , y claro después sales del
deposito municipal , y como quieres estar? Cariñoso? NO: agresivo.
Por lo tanto , la agresividad al volante no sale porque sí. Muchas veces es fruto de la
provocación. Una vez , mi sobrina pequeña que ahora es grande me pregunto, estirándome
la americana "Tío, tío" .Claro como es sobrina .. Le digo Que qeuires guapa?" Y deja estar
la americana". Dice ,"Que es un segundo?" Sabes cuando los pequeños preguntan cosas
,digo , Es el tiempo que pasa desde que se pone verde el semáforo hasta que el taxista de
detrás te pita. Los taxistas tiene la mano floja con el claxon. Lo pitan todo. Se pone verde y
ya pitan .Que tu dices: Espera, que la orden no me ha llegado al cerebro!! .Hay un momento
en que el cerebro procesa la información "Esta verde, tira endavant!" Pero con esto , en
seguida se te pasan dos segundos pero ellos , no , como se lo pasan en ámbar,"Venga, coño,
venga!". Y eso es una provocación.
Como los que te hacen luces por la autopista para que los dejes pasar , que rabia que
me da esto!! Parece que te digan :"Aparta que molestas. Dan una rabia que los matarías. Y
los mas chulos que ponen el intermitente y se enchufan a la izquierda , como diciendo :"He
de pasar, he de pasar".!!Pasa por la mediana hombre!! Yo no me muevo. Yo voy primero , o
sea que me la suda. Ahora si , siempre esta el típico orgulloso que , antes de apartarse ,
quema el motor del Seat Panda. Lo ves agobiado por correr mas que se pensaba que iba en
moto y con el coche temblando como una lavadora centrifugando: "De este carril no me
saca ni la guardia Civil" "Yo llego primero" Y realmente llego , pero solamente con el
volante y el corriendo. Llevaba un Panda de aquellos que llevan unos conejitos que pone:
Full Injection que hace tan feo."Donde vas con eso?" "Es que me hace gracia, porque me lo
regalaron..." "Calla, hombre, calla! Hortera!".
También están esos que te hacen luces para avisarte de todo : son las buenas almas
de la carretera. Es aquella persona soltera o separada que , de tanto circular por el mismo
sitio ya se conoce la carretera y esta pendiente de todo. Lo ves tan amable , cric-cric-cric, te
hace luces. Tu dices "que pasa?", y llevas las luces encendidas. Y los ves que te saludan al
irse , queriendo decir : "soy amable". O cric-cric-cric, y te hacen el gesto de que tienes una
puerta mal cerrada. Dices , "No , es por si me quiero suicidar!!". Que te falla un piloto del
freno? Huy, entonces ya te hacen cric-cric-cric, cric-cric-criiiiiic, croc-croc-crooooc!!!,
hasta que se meten una leche ellos. Son como el Michael Landon a Autopista hacia el cielo,
una especie de Ángeles de la guardia. Están enfermos de avisar. Una vez paré en un área de
servicio para hacer un pipi y cuando salgo un tío empieza a seguirme con el coche. Digo
"ostia, un paranoico", venga hacerme luces , venga hacerme luces , yo no entendía las
señales... Hasta que me paro y le digo: "Que pasa?". I me dice: "No, solamente le quería
avisar de que lleva la bragueta bajada". Yo le conteste:"Usted que sabe como me pienso
entretener en mi viaje? A usted que le importa?". El tío me dijo : "Perdón aquí ya he
acabado". Era un hombre bueno y ya esta. El tío iba a Gerona y llego hasta Francia!! dice:
"He venido a Francia para decirle lo de la bragueta".
Son estas pequeñas cosas las que te acaban convirtiendo en un conductor agresivo.
Las que provocan que el resto de conductores te hagan rabia. Por ejemplo, los que van
conduciendo con el brazo fuera de la ventana. Pero no con el codo. Con todo el brazo
fuera!! Como si fueran buscando setas!. Dan rabia. Dices:"Este tío llegara al peaje sin brazo
, porque a la que pase un camión de estos de leche Pascual , ya esta listo". Es el tío que va
de sobrao , normalmente con un pañuelo en el cuello y un descapotable , aunque este a
punto de llover , que tu dices..."ya lloverá ya..." O los que llevan la música a toda pastilla.
Y van con una cara como si no escuchasen nada , que dices:"no te hagas el chulo , que te
esta a punto de sangrar el tímpano".
Uno de los principales focos de agresividad son en las retenciones , estaríamos
hablando del Vietnam de la rabia. De entrada ya te enfadas mucho por estar en la propia
retención. Siempre esta el típico tío que sale del coche y hace de portavoz , que es ese señor
de mediana edad , que viene del fin de semana , anorak , chirucas , que sale y va
informándote:"Parece que hay un accidente". y la mujer "que te calles!! , sube al coche que
arrancaran" "Que calles!". Normalmente siempre es por culpa de algún animal , :un camión
de cerdos , un rebaño de ovejas.
Después de una dura jornada al volante , llega a la hora de llegar a casa , y entonces
es cuando te preguntas: si el universo es infinito , porque cuesta tanto aparcar , "chata , baja
tu que yo voy a aparcar , claro y después de tres cuartos de hora tienes que entrar en casa
diciendo:"estaba aparcando..." y claro te pones de mas mala leche.
 
Reacciones estúpidas ante el miedo

Qué malo es el miedo, ¿eh? Los seres humanos no estamos preparados para el
miedo, no nos sabemos comportar con dignidad. No hay más que ver la cantidad de
gilipolleces que hacemos cuando tenemos miedo.
Porque vamos a ver, tú estás por la noche en la cama y oyes un ruido extraño, ¿y
qué haces? ¡Te tapas con la sábana! ¡Muy bien! ¿Qué pasa, que la sábana es antibalas?
¿Que si viene un malo con un cuchillo no va a poder atravesarla, se le va a doblar la hoja?
¡Hombre, por favor!
¿Y cuando nos da por mirar debajo de la cama? ¡Hombre, que ya tenemos una edad!
Además, suponiendo que haya un asesino debajo de la cama, ¿qué ganas mirando? ¡Que te
mate antes! Muy bien, fantástico. ¿Se imaginan que un día nos encontrásemos a alguien
debajo de la cama? ¿Qué le diríamos?:
-Buenas nocheeees... ¿Qué? Asesinando, ¿no?
-A ver, hay que ganarse las lentejas.
-¡Pero hombre de Dios! Salga de ahí que se va a quedar frío. Ande, suba, que va a
coger asma con tanta pelusilla. Máteme en la cama, que estará más cómodo.
Otra reacción estúpida ante el miedo es mirar dentro del armario, que ya es el
colmo. Porque, vamos a ver ¿a alguien le cabe un señor dentro del armario? Pero si el día
que planchas no sabes dónde meter toda la ropa, ¿cómo se va a meter un tío ahí dentro?
Otra situación. Oyes un ruido raro en casa y te levantas, 'acojonao', en calzoncillos, y
preguntas: -¿Hay alguien? ¿Pero qué crees, que si hay alguien te va a contestar? Lo mejor
es cuando llegas a la conclusión de que si hay alguien sólo puede estar detrás de la puerta
del cuarto de baño, porque lo demás ya lo has registrado y, ¿qué haces? Asomas la cabeza
poco a poco, más que nada para que, si hay alguien, te dé a gusto. ¡Ay!
Otra. Vas en un coche y, de repente, el conductor empieza a correr como si fuese
Carlos Sainz, pero sin Carlos y sin Sainz, y tú acojonado. ¿Qué haces? Lo normal,
protegerte: te agarras a la asita de plástico que hay encima de la puerta. Ya se puede
estampar si quiere, que tu vas cogido a la asita... En esta situación, las madres lo que hacen
es que se agarran al bolso y se lo ponen delante, como si fuera un airbag.
¿Y cuando vas en bicicleta bajando una cuesta y aquello se embala? ¿Qué es lo que
se te ocurre? Quitar los pies de los pedales. ¡Muy bien, muy inteligente! Cuando te
descontrolas del todo, sueltas también las manos del manillar. Eso es. Pero ¿qué crees que
va a pasar? ¿Que vas a salir volando como E.T.?
Cuando nos van a poner una inyección, ¿qué hacemos? Poner el culo tan duro que la
aguja rebota. Sabemos que duele más, pero no podemos evitarlo. Y es que el miedo nos
incita a hacer una idiotez detrás de otra: tienes que bajar al garaje y no hay luz. Empiezas a
pensar en fantasmas o en si habrá alguien escondido y, ¿qué haces? Cantar. ¡Miedo, tengo
miedo, no lo sabes tú muy biebebeben! Eso es, da más datos. Lanza una bengala.
¿Y qué pasa si vas por la calle y de pronto ves a alguien y piensas que te va a
atracar? Pues te cambias de acera. Seguro que si es un atracador, pensará: "Mierda, otro que
se me ha cruzado de acera, qué nochecita llevo". Pero ¿por qué hacemos esto? ¿Qué pasa?,
¿que los atracadores sólo atracan en la acera de los pares? ¡Ay!
El otro día iba en el ascensor con una mujer a la que no conocía de nada y de
repente el ascensor hizo un extraño: "Brramb". ¿Y qué hizo la señora? ¡Agarrarse a mí! Es
una reacción típica de las mujeres. Deben de pensar que los hombres no caemos cuando se
descuelga un ascensor.
No hay que olvidar que unidas a nuestras reacciones estúpidas están las que tiene el
cuerpo por su propia cuenta. Una de ellas es temblar. Si por ejemplo hay un ladrón en casa
y nos escondemos debajo de una manta, el hombre no tienen problemas para encontrarnos.
Nos ponemos como un móvil en posición vibrador.
Otra reacción estúpida es la de quedarte paralizado. Si viene un coche hacia ti y está
a punto de atropellarte, esto es todo lo que se le ocurre a tu cuerpo, quedarse quieto.
Más reacciones que tiene el cuerpo por su cuenta: gritar. Claro que sí, muy lógico.
Si estás friendo un huevo y se te prende la sartén ¿qué se te ocurre? Gritar. Te pones a gritar
como un loco: -¡¡Que se me queman los huevos!! Y si viene otra persona, se une a ti con
sus gritos: -¡Que se te queman los huevos! Pero ¿qué pretendemos? ¿Apagar el fuego a
gritos? ¡Hombre, por favor!
Y luego está lo de cagarse de miedo. ¿Habrá algo más estúpido y más inútil que
cagarse de miedo? Bueno, sí, morirse de miedo. Ahora, eso sí, ¡que me esperen muchos
años!
 
Júrgol

Buenas noches, quiero hacerles una confesión:


Igual que algunas mujeres fingen el orgasmo... Yo finjo que me gusta el fútbol... Es
que a mis amigos les encanta, así es que cuando estoy con ellos, hago como que disfruto...
Aunque, sinceramente, no me entero de nada... ¿Que ellos gritan? Yo grito... ¿Que se
excitan? Pues me excito. Y si meten gol, me desmadro... Igual que cuando se finge el
orgasmo.
Y es que algunos parece que disfrutan más con el fútbol que con el sexo. Tú les oyes
y están: "Métela, métela... Así, así, sigue, sigue... ¡Aguantaa! Uyyyyyy...". Así es que
pensé... "Si esto es mejor que el sexo, yo lo tengo que probar...". Y decidí hacerme
futbolero. Pero no es tan fácil. Por ejemplo, no hay ningún libro que te enseñe a entender el
Marca... A ver donde pone que Osasuna no es una ciudad... Y que un "interior izquierda" y
un "exterior derecha" no son pisos. O que un extremo derecha no es un facha...
Visto lo visto, llamé a mi amigo y le dije: "Felipe... finjo los goles... Quiero sentir lo
que tú sientes...". Y Felipe me dijo: "lo sentirás, te voy a llevar a un partido que vas a
flipar". Y me llevó a la final de la Champions League:
Lo primero que me llamó la atención es que si eres futbolero puedes aparcar donde
te salga de los cojones: "Oye, Felipe, que estamos en un paso de cebra, tapando una boca de
riego y en la salida de emergencia del campo... ¿Y si viene la grúa?". "¿La grúa? Ahí la
tienes, atravesada tapando la salida de ambulancias del hospital".
Otra cosa que puedes hacer si eres futbolero es vestirte de mamarracho... Tú vas al
fútbol y a nadie le llama atención que te pongas unos cuernos de vikingo, o que te pintes la
cara como Braveheart... Incluso puedes ponerte ropa de invierno en verano. ¿Que no? Los
futboleros son las únicas personas, aparte de Umbral, que van con bufanda todo el año.
Entonces mi amigo me dijo: "Ahora vamos a ver la llegada de los jugadores, ya
verás qué alucine...". efectivamente, aluciné. Vamos a ver: sí estos tíos ganan miles de
millones... ¿Por qué coño van en autobús? Joder, yo creo que como mínimo se podrían
pillar un taxi, ¿no? Esto sólo pasa en el fútbol, dile tu a Julio Iglesias que vaya en bus y
verás dónde te manda...
Cuando entré al estadio, me sentí como en un karaoke gigantesco, porque allí no
paran de cantar. Sus canciones favoritas son dos:
Una que dice: [sin cantar] OE [pausa], OE, OE, OÉ [pausa], OE [pausa], OÉ".
Y luego hay otra que dice: [entonándola] "EEEOOO, EEEOOO...". [Pausa] Que yo
pensé: "No se puede decir más en menos...". Y de repente empezaron: "Hola fondo Norte...
Hola fondo Sur". Y dije: "Ésta me la sé...". "Pasó usted ya por casa, por su casa yo pasé...".
Y se quedaron todos mirándome, y les dije: "¿Qué pasa? ¿Que os jode que me la sepa?
Pero lo que más me sorprendió fue cuando cantaron el himno, yo no sabía que el del
Real Madrid es un himno musulmán: "Aláh Madrid, Aláh Madrid... Aláh Madrid, Aláh
Madrid, Aláh Madrid...".
En ese momento mi amigo Felipe me dijo: "Tío, va a empezar el partido ya, te vas a
cagar...". Y empezaron todos a tirar rollos de papel higiénico al campo, que dije "Coño, esto
va en serio...". Y entonces salieron los jugadores y yo seguía sin entender nada: cuarenta
cámaras alrededor del campo, transmisión vía satélite, pantalla gigante y marcador
Jumbotrón... ¿Y cómo deciden quién saca? ¡Tirando un duro al aire! ¡Coño, por lo menos
que tiren un euro!
Cuando miré a mi alrededor me di cuenta de que todo el mundo estaba con los
cascos puestos... "Pero Felipe, ¿para eso te gastas diez mil pelas, para escuchar la radio?". Y
Felipe: "La radio es fundamental, escucha, escucha...". Y me puso los cascos: "Penetración
por banda derecha, se acerca al borde del área, centro a la ollaaaaa... ¡Jamónnnn Guijuelo...
qué jamónnn! El cuero que se escapa a la izquierda de la defensa, toca Figo, Figo, Figo,
Figo, Figo, Figo... ¡Sí señor... un señooor Farias! Pi, pi, pi, pi... ¡Goooool!". Y tú:
- "Pero bueno, Felipe, ¿quién ha marcado, Figo o Farias?".
- "Pero, tío, ¿cómo va a marcar Farias?".
Y dices:
- "Joer, ya he metido la pata otra vez.... Ha debido de marcar Guijuelo".
Y a partir del gol se montó una... Ya no me enteré de nada más... Empezaron a
mover banderas, a sonar bocinas, que acojonan, ¿eh? Parece que se te viene un barco
encima... Y de repente se me abrazó un señor que no conocía de nada, me dio un puro y
empezó a gritarme en la oreja... "¡Campeones, campeones, OE, OE, OE...". Y ya no me
soltó... ¡Pero que me daba besos y todo...! Y de pronto empezó todo el mundo: "¡A la
fuente, a la fuente!".
Y a la que me di cuenta estaba dentro del agua, de la mano del señor del puro, que
parecíamos Los del Río... Intentando subir a un león de La Cibeles... Y cuando estoy arriba
veo un montón de tíos a caballo que venían hacia mí... Y digo: "¡Qué bonito! ¡Qué
espectáculo! ¡Ahora entiendo esto del fútbol!". Y yo, para seguir la juerga, como ya me
sabía la canción empecé: "¡Eh, los del caballo! ¡OE, OE, OE, OE...!".
En la boca. La primera me la dieron en la boca... Y luego ya donde pillaron... Que
me bajé de la fuente y le dije al del puro... "Oye, tú haz lo que quieras, yo me voy a mi
casa...". Y el tío me dijo "Vale, pero mañana paso a las diez a buscarte, que hay que llevarle
la copa a la Virgen...".
Saben lo que les digo... Que ahora que soy un experto, el fútbol me gusta menos que
antes. Buenas noches.
 
Voy de boda

Estoy un poco fastidiao'. Acabo de recibir una invitación de boda, ya me dirán si no


es para estar jodido. ¡Será posible! ¡Es que se te queda la misma cara que cuando te llega
una multa! ¡Hale, a soltar pasta!
Porque hay que ver como se desbarra en las bodas. Sobre todo las mujeres, que no
solo se disfrazan de paquete de caramelos, algunas hasta se ponen fiambrera en la cabeza,
que las ves y dices: "¿Mamá? ¿Eres tú o el soldado Ryan?".
Lo más raro es ese bolsito diminuto que llevan todas, "¡Anda, una almeja
metálica!". ¿Que llevan ahí, una compresa extraplana? Sin alas, claro, porque asomarían. Si
es que es muy fuerte eso de las bodas.
Una de las cosas que mas odio de las bodas son las esperas: ¡te tiras media hora en
la puerta de la iglesia con las manos sudando llenas de arroz, que cuando salen los novios,
lo que les tiras es arroz a la cubana...! Ahora, que los peores son los niños, que tiran el arroz
a la cara, con una mala hostia: "En el ojo, macho", le he dao' en el ojo....". Y el novio, ahí,
aguantando.
Odio las bodas. Yo, en la ultima no conocía ni a la que se casaba y cuando fui a
darle el beso de rigor, me tuve que presentar:
- Soy Floren, el hijo de la tía Tere, la que no se habla con el abuelo.
- Ah, encantada, gracias por venir.
Si es que da igual, la novia no se entera, va como drogada, le podría haber dicho:
- ¿Me prestas un par de kilitos para la entrada de un piso?
- Ah, encantada, gracias por venir.
 O:
- Soy el violador del Ensanche, vengo a enseñarte el pito.
Ella hubiera dicho igualmente:
- Encantada, gracias por venir.
Lo que mas odio de las bodas en el momento del traslado al banquete. Tu madre te
coloca a tus tías, pero como tu coche es de dos puertas, las tienes que meter a empujones.
El vestido se les sube a las caderas y van todo el camino enseñando la faja. Pero a ellas todo
les hace gracia:
- Nene, sube la ventanilla, uuuhh, ji, ji, ji, que me despeino, y sigue, sigue al tio
Juan, que se sabe el camino, uuhhh, ji, ji, ji.
¡Ji,ji! ¡Hala, fila de doce coches, tocando la bocina! Y como el primero se pase un
semáforo... ¡emergencia, emergencia! Todo Dios sacando el móvil:
- Atención, hemos girado a la izquierda, veis al tío Juan, egggg. Nosotros estamos
dando vueltas a la rotonda, eggggg, cogiendo inercia, egggg, me copias, me copias... Pato
rojo a pato azul, hemos perdido al tío Juan, tío Juan contesta, cambio, eggggg.
Da igual, es un desastre. Cuando llegas, el tío Juan lleva dos horas sentado y encima
te dice:
- ¿Dónde os habéis metido, joder?
Lo único que esta bien organizado en las bodas es el reparto de los idiotas: ponen
uno en cada mesa. Pero el resto es un descontrol: están entrando la tarta y a tu mesa aun no
han llevado el chuletón. Yo siempre me he preguntado porque cortan la carta con un sable,
¿que sentido tiene? Como no sea por tener un arma a mano para cuando entren los de la
tuna...
¿Y que me dicen del vídeo? Se acerca el de la cámara y todo el mundo se cree que
esta en El Semáforo: el idiota se pone una servilleta en la cabeza, el tío Juan canta la jota de
siempre y una de las tías llora:
- Hijos míos, que os queráis mucho y os respetéis siempre...
¡Hombre, por favor! ¿Esto es lo que pasa el día mas feliz de tu vida?
¡Es todo muy fuerte! Porque después llegan las mujeres con peladillas envueltas en
un trozo de tul y paquetes de cigarrillos gritando:
- Fúmate uno mujer, que estamos de boda.
Y de pronto te encuentras a tu vieja echando humo por la nariz como si fuera una
vaporeta.
A nosotros, en cuanto nos descuidamos, nos colocan un puro. Yo, a la tercera calada,
empiezo a ponerme blanco y lo tiro.
Pero allí están los vigilantes de puros, tan atentos ellos:
- ¿Ya te has fumado el puro? ¡Dale otro al chaval y una copa de coñac, pa' que se
haga un hombre!
Un hombre, un hombre... ¡hombre, no me jodas!
¡Y el baile! Eso es lo mas fuerte. Lo peor es cuando el tío de la novia la saca a bailar
un pasodoble. El tío va to resudao' con la camisa pegada al cuerpo, le planta la manaza en
la espalda, le sube el vestido medio metro y canturrea mordiendo el puro:
- La 'ente 'anta con ardor que 'iva España, nana na nana nana na, y España es la
mejor, tara ran tan taran tara ro.
Lo que menos entiendo es por que los novios pasan de mesa en mesa preguntando:
- ¿Que tal? ¿Habéis comido bien?
A ti te dan ganas de decirles:
- Pues no, la comida era una mierda, y no he dejado de soltar pasta entre la corbata,
la liga y la tuna... ¡Y encima me habéis puesto al lado del bafle!
Pero no, les dices que todo ha estado perfecto. Y así, con una mentira, los novios
comienzan su vida de casados. Claro que no será la única... En fin, ¡que vivan los novios,
pero a mi que no me inviten a mas bodas!.
 
¿Cómo saber si ella tiene ganas?

Por Manel Fuentes

Tener relaciones sexuales es difícil, siempre. Cuando tienes pareja piensas: “¡Por fin
voy a tener sexo cuando yo quiera!”. ¡Mentira! Eso de las relaciones sexuales estables es
una leyenda. Es difícil que se dé que ella tenga ganas y que tú tengas ganas, y que cuando
tú tengas ganas, ella sepa que tú tienes ganas y tú sepas que ella tiene ganas...
Yo, por necesidad más que nada, me he convertido en un experto en interpretar este
tipo de señales. Veréis: si estás en el sofá y cuando va a acostarse te dice: - Me voy a la
cama, no tardes.
Eso quiere decir: “Me voy a acostar sin bragas”. Pero si ella se acuesta y te dice: -
Yo me voy a la cama, cuando vengas haz el favor de no hacer ruido.
Amigo mío... coge una revista y sedúcete a ti mismo.
Hay palabras mágicas que ella suele utilizar para dejar claras sus intenciones. Por
ejemplo, la palabra “siesta”. Si ella después de comer te dice: - ¿Nos echamos la siesta?
Está claro: “sí está”.
Hay que estar muy atento a cómo se viste cuando se acuesta. Si se coloca los
calcetines y el esquijama con pelotillas te está diciendo que no quiere saber nada de tus
pelotillas...
Yo creo que, con esto del sexo, las personas funcionamos un poco como los
teléfonos móviles: que se supone que sirven para que estemos comunicados siempre, pero a
veces tú lanzas un mensaje y ella no está operativa; otras te lo lanza ella a ti, y resulta que
tú estás comunicando.
Si un día anodino, como por ejemplo el martes, tu chica sin venir a cuento te
pregunta por Zidane:
- Oye, ¿y cómo va lo de Zidane?
Está claro... ¡¡¡Quiere... que le introduzcas el PIN!!!
Hay otras señales más sutiles. Hay que estar muy atento a cómo te llama cuando
llegas a casa. Si entras por la puerta y escuchas tu nombre tres octavas más agudas de lo
normal (En vez de oír: “Hola Manel”, oyes: “¡Hola Maneeeeel!”), prepárate. Va a estallar el
obús. Te va a hacer como en el anuncio de Jazztel: “¡Otro...! ¡Otro...! ¡Otro más...!” Lo
malo, cuando te pasa esto, es que tú, al segundo, te quedas sin batería.
Si cuando se está arreglando para salir te dice: “¿Me ayudas a subirme la
cremallera?”, en realidad te está diciendo: “¿Cuándo volvamos... también me la bajarás?”.
Es decir, ella está a tope de cobertura.
Pero atención, porque el momento de subirle la cremallera es muy delicado. Si la
pellizcas sin querer, se acabó lo que se daba. Se dará la vuelta y te dirá: “¿Qué piensas?
¿Qué estás cerrando una maleta? ¡Serás bestia!”. Y conectará el buzón de voz. Ya puedes
llamar, ya...
La postura que ella coge cuando se mete en la cama es otra forma de saber si está
operativa o no está operativa. Si se mete en la cama y se enrolla como una oruga... no te
esfuerces, tiene el terminal apagado.
Pero si por el contrario, se tira boca abajo y mueve el culete como el pato Donald al
andar... ¡Atención, tienes una llamada en espera!
En cualquier caso, con móvil o sin él, el momento clave sin duda es el sábado.
Porque el sábado por la noche tú sabes que toca. Y con esa ilusión te metes en la cama.
Pero puede pasar que, de repente, apague la luz y diga:
- Buenas noches.
- ¿Cómo que buenas noches? ¡Pero si es sábado!
Te dan ganas de levantarte a por el calendario y decirle: “Mira... Mira... ¡Mañana
rojo!”. Hombre, por favor... Yo creo que, como hay mucha despistada por ahí, deberían
decirlo en las noticias: “Y terminamos recordándoles que hoy es sábado... Mañana rojo”.
Sin embargo en vez de ir a por el calendario, lo que hacemos la mayoría de los tíos
es poner en marcha la operación gusano: acercarnos a ella reptando por la cama, como sin
querer, hasta que nos acoplamos. La abrazamos y empiezas a tontear con la mano, que si le
acaricias la cadera, que si ahora la tripita... y empiezas a subir y a subir, a ver si ella
reacciona. Y sí que reacciona, sí. De pronto te coge la mano y te dice:
- ¡Qué bien estamos así! Yo no necesito nada más.
Y te quedas con las ganas. Esperando la próxima señal. Habrá que tener... la antena
sacada
 
Volver a empezar

Voy a ir al grano: mi novia y yo lo hemos dejado. Bueno, lo ha dejado ella, pero


como yo también estaba... Y ahora estoy otra vez en el mercado, libre como un taxi.
Es terrible volver a intentar ligar, ni te acuerdas de cómo se hacia.
Te vas a una discoteca, te enciendes un cigarrito, te apoyas en la barra... Y a esperar
a que vengan. Pero no vienen. Y a la primera tía que te hace caso, le preguntas:
- ¿Estudias o trabajas?
Y ella te contesta:
- Estudio, no te jode... ¿Qué te pongo?
Así es que como no pillas, te vas a tu casa, abres el cajón del pijama, ¿y qué te
encuentras? ¡Una caja de condones a medias! Y te da un agobio: “¿Volveré a ponerme uno
de estos alguna vez?” Y como te entra la nostalgia te lo pones... Y te dices: “¡Qué solitos
nos hemos quedado!”.
¡Tienes que hacer algo! Así es que tiras de agenda y empiezas. Por la A: Almudena,
no, que habla mucho. Anabel, no, que fuma en pipa. Astilleros del Cantábrico... ¡Huy, qué
lejos!, quita, quita... Por la B: Banessa, ésta no, que no sabe ortografía. Belén... ¿Belén?
- ¿Belén? ¿Te acuerdas de mí? Soy Arturo, que me apuntaste el teléfono en una
servilleta... sí, hace siete años, en las fiestas de Algete, sí, sí, el que te tiró el cubata. ¿Qué
tienes que ir a recoger al niño? Ah, vale, vale. ¡Era por tirar la servilleta!
Pero tú no eres el único que tira de agenda, tus amigos también. Así que Juanca y
Mari te invitan a cenar a su casa. Tú llegas, con tu bandejita de pastas en la mano, y cuando
pasas al salón, piensas: “Un momento. Si somos tres, ¿por qué hay cuatro platos en la
mesa?”
Pues porque Mari tiene una amiga “supermaja”, que “tampoco sale con nadie” y con
al que “seguro que tiene muchas cosas en común”. Eso de “supermaja” depende de si te
hace gracia que sorba el flan. ¿Y cosas en común? Sí: la barba. ¡Vamos no es que tengamos
cosas en común, es que es igual que yo!
Así es que ya desesperado te planteas: ¿dónde hay tías sin novio? ¡En un viaje
organizado! Y allá que te vas. Pero cuando subes al autobús y ves esos caretos... te dan
ganas de coger el micrófono del conductor y decir: “Vamos a ver, si hay alguien que sea
feliz que levante la mano... y que se baje del autobús”.
En fin, que estoy de oferta. ¡Y que es una pena que se desperdicien esos condones
que tengo en casa!
 
Las mujeres y el baño

¡Uf! Vengo agotada, es que ayer salí de juerga. Algo que por muy divertido que
parezca se convierte en toda una odisea. Para empezar llegas a la discoteca de siempre con
tus amigos de siempre para encontrarte; con lo de siempre. Hasta la música, es la de
siempre. Entre la gente que ves hay de todo un poco: Tenemos al típico que se dedica a
buscar las monedas que se te caen por la noche, al que se ha tragado la última película de
Travolta y la de Fama e intenta por todos los medios imitarla, y peor aun al espécimen que
se sienta en los sofás (más aburrido que la repetición de Medico de Familia) y que cuando
le miran pone una cara de diversión total.
Entonces visto lo visto te vas a la barra a ver si el camarero tiene algo interesante y
ligas un poco. Porque es patético como ligan los hombres en los bares... De entrada se
acercan a ti diciéndote:
-Oye perdona.
Perdona por qué. Que se les pasa por la cabeza que ya te están pidiendo perdón. Y
bueno tenemos de todo ¿eh? El divorciado que se te acerca
–Estoy muy solo, mi mujer me ha dejado. Lo que te faltaba a ti ¿qué pasa que tienes
cara de ONG?
Ahora, cuando te giras ves a un tío guapo, alto, cachas que te clava su mirada. Y te
sonríe. Y le sonríes. Y te guiña un ojo. Y tu sonríes. Y viene hacía aquí.
-Perdona
-siiii
-Me presentas a tu amiga?
¡Genial! La noche va genial.
Así que como soy muy filosófica, quisiera aclararles a los hombres esa pregunta que
no les deja dormir por las noches ¿Por qué las mujeres vamos juntas al baño? Como tu
amiga se ha ido con el guaperas no tienes otro remedio que ir tu sola. Y vas allí cruzando
todo el bar como si fueras por la selva (porque todo el mundo sabe que los baños siempre
están al fondo) Cuando por fin llegas te encuentras una cola de unas cinco personas y
comienzas a bailar de una forma un tanto extraña, primero para no aburrirte y segundo para
que no se te escape el pipí. Y siempre esta la típica que tiene ganas de hablar. Y a mí que
me importa con quién has venido.
Bueno, por fin llegas y cuando estas dentro lo primero que ves es una charca de
agua, llamémoslo así, con un juguillo de pisadas.
Primer problema ¿dónde dejas el bolso? Como no ha venido nadie contigo pues te
lo cuelgas al cuello.
Segundo. El abrigo. Este invierno se llevan los abrigos largos, porque no están
pensados para las meonas nocturnas. Los hay de dos tipos: Si es de los de pico al final lo
tienes fácil porque metes la cabeza entre los picos y listo. Pero ¿y si no tiene?. Bueno, como
eres una mujer con recursos te lo pones de bufanda.
Tercero, la puerta. Nunca tiene pestillo. Tú necesitas intimidad así que apoyas la
cabeza para que no entre nadie.
Y allí estas tu con tu abrigo, el bolso al cuello y la cabeza apoyada en la puerta.
Pues no te sale el chorrillo claro con tanto trajín! Recurres al viejo truco de abrir el grifo,
pero…está fuera! venga a ver si te atreves a salir! Al final creas tu propio sonido...¡ y se
apaga la luz que también está fuera!
Encima no hay papel a si que metes la mano en el bolso como puedes para coger el
klinex. Total que te has manchado y te has puesto perdida. Así que queridos míos no
preguntéis más porque las mujeres vamos juntas al baño.
 
El cuerpo

¿Alguna vez han pensado para qué sirve ponerse colorado? Claro, porque un
camaleón cuando está en peligro cambia de color para esconderse, y sin embargo, nosotros
cuando queremos pasar desapercibidos, va nuestro cuerpo y nos pone la cara como un
tomate. Muy bien. Solo nos falta una alarma. Y como alguien ya te diga: "¡Tio, te estás
poniendo colorao!", entonces ya se te pone la cabeza que parece la bombilla de un puticlub.
Es que el cuerpo toma sus propias decisiones, por su cuenta. Los científicos lo
llaman el sistema parasimpático. ¿Parasimpático? más bien parece el sistema para-joderte!
Bueno, pues el sistema parasimpático este es el culpable de que la noche antes de una
entrevista de trabajo, te salga un grano en la nariz. Y allá que te vas, con tu grano. Y encima
cuando le vas a dar la mano al selector de personal tu cuerpo dice: "shhht, a sudar!", y en
vez de la mano, lo que le das es una lengua de vaca: "pzzfffff pzzzzfffff". Tu estás jodido
pero tu cuerpo se lo está pasando de puta madre: "Je, la verdad es que me está quedando
bastante parasimpático esto. Pero ahora voy a ponerle un tic en un ojo". Oye, y de repente,
tu que querías ser José Coronado el de periodistas, te conviertes en Millán de Martes y
Trece! No, pero tu cuerpo no ha acabado todavía contigo, que va...no! porque cuando acaba
la entrevista de trabajo, justo en el momento en que te vas a levantar, te das cuenta de que
se te ha dormido una pierna. ¡Muy bien figura! Entre la mano, el ojo y la pierna pareces
Lina Morgan. Y encima, en la puerta, el selector de personal te dice: "No hace falta que nos
llame eh? no...ya le llamamos nosotros... si eso."
Otra cosa que se le ha ocurrido al cuerpo para fastidiarnos es fabricar pedos! ¿Esto
que es? ¿es energía? ¿es música? ¿es propulsión? No, es un chiste, si...resulta que el cuerpo
es tan cachondo que crea un gas que huele fatal y que sale por el culo! ¿No había otro sitio?
¡Por el culo! ¡Pues muchas gracias, oiga! Ah! y no contento con eso dice: "ay, la verdad es
que me está quedando cómico, pero vamos a incorporarle un sonido de trompetilla".
Muchas gracias, de verdad, que gran invento. Tiene sonido, tiene olor...¡coño! ¡solo le falta
luz! ¿se lo imaginan¿ Por la noche iríamos todos que pareceríamos luciérnagas!
Otra genialidad que se le ha ocurrido al cuerpo es bostezar. Tú ya puedes hacer
fuerza ya, que no... Está un amigo tuyo diciéndote: "pues tío, se soltó mi perro pekinés y en
ese momento venia una apisonadora..." y tu: "uuuuuuuaaaaaaaaaahhhhhh, que flipada no?"
Vaya marrón! Menos mal que el bostezo se contagia y al cabo de un rato está el:
"uuuuuuuuaaaaaaahhhh pues tengo una pena!"
Y me van a perdonar pero...¿y cuando la cosa se pone dura sin venir a cuento? En
un tren, por ejemplo, tu vas por Albacete y de repente, ¡zas!, pero ¿por qué? ¿que has visto
tú que no he visto yo? ¿que pasa, te gusta el revisor? ¿o estás saludando a José Bono? Si es
que es la leche, el cuerpo.
Y es que el cuerpo no respeta ninguna situación. Ninguna ninguna ninguna ninguna.
Tú acabas de ligar con la chica que te gusta y ¿que hace tu cuerpo para fomentar el
romanticismo? Que te rujan las tripas: glug glug glog glog glug. Bien, de puta madre! ahora
resulta que soy ventrílocuo y que no lo sabía. A Macario llevo aquí dentro. No, y no se
queda ahí el cuerpo, no. Cuando estás en pleno kamasutra, tú que te lo has currado, pues tu
cuerpo dice: "No hombre no. Que se lo pase bien éste no. A ver que hago yo para
fastidiarle". Y cuando estás en lo mejor del acto, de repente te da un calambre en el gemelo,
se te sube la bola, y empiezas a dar vueltas en pelotas por toda la habitación: "AAaaay
ayyyy ayyyy ostiaaaaas aysss". Con todas las bolas saltando que aquello parece un bingo.
Cuando ya por fin te acuestas, te duermes, y tu cuerpo dice: "Macho, si es que me lo
pones a huevo! venga, ¡a roncar! y echa un poquito de babilla, eso es, un hilito. Y ahora te
voy a montar una pajarraca, para que hables en sueños". Y allí estas tú, con la chica que te
gusta, roncando, echando babilla y con una pesadilla de los sanfermines: "que viene el
toro...que viene el toro, cuidado!". Y en medio un pedo, que ya dices: mira, el chupinazo!
En fin, a lo mejor los que pasa es que estamos equivocados nosotros, claro, porque
si se fijan todo lo que hace el cuerpo por su cuenta, o está mal visto o es una guarrada. A lo
mejor había que hacer un mundo, donde el sudor, los eructos o los pedos fuesen algo
elegante. Claro, porque todos los cuerpos del mundo no pueden estar equivocados!
 
Dejar de fumar

Por Nancho Novo

 
Vengo aquí con la sudadera y tal... es que estoy intentando llevar una vida sana,
¿saben?, para sentirme bien y he empezado por la sudadera, sí, lo de hacer deporte lo voy a
dejar de momento.
Es como el que para dejar de fumar, deja de comprar tabaco. ¡Qué morro! ¿No? Por
cierto, es una de las cosas que hace la gente para sentirse bien y estar sano: dejar de fumar.
Yo no lo entiendo, o sea, vamos a ver, cuando uno deja de fumar ¿qué pasa? que engorda, le
sube la tensión, está de mala leche todo el día, ¿eso es sentirse bien? Vamos yo creo que las
autoridades sanitarias deberían advertir que dejar de fumar perjudica seriamente la salud.
No, lo digo por experiencia, porque yo también intenté dejar de fumar. Bueno,
quiero decir, más o menos ¿no? porque tenía bronquitis y fui al médico hecho polvo y me
dice el médico ¿fuma? y dije: Sí, venga ese cigarrito. Y el tío me mira y dice: no, hombre
tiene usted que dejar de fumar. ¿No sabe usted que cada cigarro que se fuma equivale a 5
minutos menos de vida? ¿Y a mí qué? Yo tengo más tiempo libre que el fotógrafo del
B.O.E. ¿No sabe usted que cada cigarro que se fuma son 15 miligramos de alquitrán que
van a sus pulmones? Pues donaré mi cuerpo al MOPU carreteras cuando muera. Y ya para
ver si me convencía dice: ¿no sabe usted que de tanto fumar se puede quedar impotente?
¡Chist! ¡quieto parao! por ahí no paso. Coño, si me quedo impotente ¿cómo me voy a fumar
el cigarrito de después del polvo?
Así que me conciencié y decidí dejarlo, lo que pasa es que me quedaba media
cajetilla y yo no dejo las cosas a medias. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Empecé a fumar y de repente me acordé del médico y del alquitrán. De repente me vi
reencarnado en Nacional VI. Me entró un agobio... con los atascos que se forman ahí todos
los años!
Y por si fuera poco llego al curro al día siguiente y me encuentro a Gustavo, el
pringao. Y digo dame fuego. Y me dice: no, es que he dejado de fumar. Y como todos los
que dejan de fumar te cuenta su vida. "Yo es que fumaba 3 paquetes al día pero una mañana
hace 6 meses, me levanté y dije ya no fumo más, y ya no fumé más. ¡Qué par de huevos!
De repente Gustavo el pringao se convierte en tu héroe. Le justificas todas sus
pringadeces. Le ves, ahí en su línea, comiendo su bocadillo de caballa en escabeche encima
del ordenador, goteando grasa en el scanner, limpiándose la boca con el papel de la
impresora y tú dices ¡Joder, qué arte! y luego le ves echando frenadol en la disquetera para
quitar los virus y dices, ¡Coño! si Gustavo lo hace por algo será. Un tío que ha dejado de
fumar así... Así que yo empecé a echarle clamoxil.
No sé, Gustavo, el pringao se convirtió en mi héroe, mi gurú, mi ídolo. Un día le
dije: Gustavo... pringao dime, ¿cómo has hecho para dejar de fumar? y me dice: pues nada.
Y me dio un libro que se titulaba. "deje de fumar de la noche a la mañana" que yo pensé:
mira que tontería, porque yo mientras duermo no fumo. pero, aún así cogí el libro y empecé
a hojeármelo y tal. y digo vamos allá:
Punto 1: elija una fecha señalada para dejar de fumar. ¡Coño! Yo quería dejar de
fumar hoy pero hoy no es una fecha señalada. Así que cogí el calendario y vi que la
próxima fecha señalada era el miércoles de ceniza... mal día para dejarlo ¿no?
Punto 2: deshágase de todo lo que le recuerde al tabaco. Vale. El mechero, los
ceniceros, las cerillas, la taza del váter, el balcón, el sofá, la cama, la tele, me separo de mi
chica, del coche... no sé, creo que tendría que matar a Fidel Castro, ¿no?
Punto 3: evite el contacto con los fumadores. Bueno, y ¿con quién hago peña en el
curro? ¿con Gustavo el pringao? ¿con quién me voy de marcha? ¿con los niños de San
Ildefonso? y no con todos, sospecho...
Punto 4: busque sustitutos al tabaco. Bueno, esto es muy impreciso porque vamos a
ver ¿qué quieren? ¿que en vez de meterme un cigarro en la boca me meta otra cosa?
Hombre, es que eso es muy relativo... porque puede ser un saxo y ahí tienen a Gautama que
toca el saxo para dejar de fumar y fuma como un carretero. O yo que sé... ¿qué quieren?
¿que me meta cigarrillos de chocolate de esos que venden en las pastelerías para los niños?
Que digo yo, si son cigarrillos y son de chocolate, ¿no se llamarán porros? Y entonces ¿por
qué se los dan a los niños?
Punto 5: Beba mucha agua. Yo al principio pensaba, ¿qué coño tiene que ver el agua
con el tabaco? Yo lo que quiero es dejar de fumar, no estar meando todo el día. Pero ahí me
di cuenta, lo que quieren es que tengas algo en la mano. Así que me decidí, tomé fuerzas y
dije. Dejo de fumar, me convierto en fumador pasivo. por cierto, fumadores pasivos, vale
¡pero que paguen! eso de fumar por el morro...
Total que me encerré en mi casa 2 semanitas con el pitillito este mentolado que
venden en las farmacias. Que, por cierto, el pitillito mentolado que venden en las
farmacias... eso es como tirarle el hueso de goma al perro o hacértelo con una muñeca
hinchable... ya le puedes echar imaginación porque no es lo mismo. Ahí estaba yo con mi
cigarrillo de plástico mentolado de la farmacia, bebiendo agua, todo el rato meando... hasta
me puse el cuerpo lleno de parches de nicotina, que parecía la rueda pinchada de una
bicicleta. Y cuando salgo de casa, digo ¿a dónde voy yo que no me entre ganas de fumar? Y
digo ¡coño! me voy al cine a ver una película larga. Y me fui a ver "el abuelo" que dura 3
horas... o por lo menos lo parece. Bueno, por lo menos en esa película curra uno de los
actores que más me gustan: Fernando Fernán Gómez. Pero viendo la película me entraron
unas ganas de fumar... y me dije ¿qué diría el maestro Fernando de todo esto? ¡Coño! el
diría ¡A LA MIERDA! total que dije ¡A LA MIERDA! y me salí del cine y me puse a fumar
como un carretero.
Claro, vosotros pensareis ¡joder! eres más inconstante que el pito de un viejo. Pero
bueno, no sabéis lo que sabe de bien un cigarrito después de 2 semanas de abstinencia. Pero
claro, esto crea un problema, luego llegas al curro y ¿cómo le dices a la peña que has vuelto
a fumar? Total que vuelves a la adolescencia: a esconder la cajetilla de tabaco detrás de la
cisterna, a comer caramelos mentolados para disimular el aliento, a irte al váter a fumar a
escondidas... por cierto ¿a que no sabéis a quién me encontré en el váter del curro fumando
como un poseso? ¡A Gustavo, el pringao! Es normal, no os había hablado de otra persona...
pero bueno, como decía Vidal Sasson: las cosas que no son ciertas, mentiras son.
Y al final te pillan, entonces te ves en un juicio... con un mal rollo...
- El Estado contra Nacho Novo.
- Es Nancho.
- ¡Que se calle!.
- Pero es que es Nancho.
- Que se calle.
Bueno Preside la Audiencia el honorable juez Winston.
- ¡Joder, ya empezamos!
- Acérquese al estrado a declarar, Nacho Novo.
- Perdón, es Nancho.
- Que se calle.
- Ya, pero es que es Nancho, me llamo Venancio, coño.
Me acerco allí como si fuese Perry Mason y digo. Sí, señor juez sí, señores del
jurado: yo soy fumador ¿qué pasa? y me quedé más Nancho que largo. Además, señoría yo
fumo por los demás, no por mí. Fumo para hacer un bien a la sociedad, porque si yo no
fumase, sería una persona hipertensa, todo el día de mal rollo, de mala leche, cabreado,
sería una bomba andante, un peligro público. Vamos, que yo podía entrar a atracar una
farmacia en busca de nicorettes. Además, señor juez, ¿usted se imagina este mundo sin
tabaco? ¿a Humphrey Bogart con una piruleta de fresa o a Sara Montiel cantando: fumando
un cigarrillo de plástico mentolado espero al hombre que yo quiero? No pega señor juez, ni
la rima ni la métrica. ¿Y qué me dice de los indios? Seguirían en guerra porque no pueden
fumar la pipa de la paz, así señor juez, señores contertulios, me voy a fumar un cigarrito
para el pecho, por lo bien que me lo he hecho.
 
Los velatorios

Por Enrique San Francisco

Buenas noches.
Vengo de un velatorio... Se ha muerto el abuelo de un colega y le he acompañado al
tanatorio... Y la verdad es que el tanatorio es un sitio curioso... Hay hasta bar, que por
cierto, tiene mucho ambiente, porque es el único que no cierra en toda la ciudad...
Lo primero que te encuentras al llegar allí son un montón de coronas de flores...
¡Qué digo yo...! ¿Por qué le llamarán a eso "corona”? Yo no he visto nunca a un muerto con
eso en la cabeza... Más que una corona parece un salvavidas, que hay que tener mala leche
para regalarle a un muerto un salvavidas.
Y los mensajes que llevan, son para leerlos: "Tus nietos no te olvidan", "Tus
compañeros de oficina no te olvidan". Que tu piensas..., pero, ¿a quién se lo dicen? ¿al
muerto...?. Los muertos no parecen muy aficionados a la lectura. Y además, ¿cómo que "no
te olvidan?". Pero hombre, ¡si se acaba de morir! ¡Cómo para olvidarse!:
- Oye, ¿qué hacemos aquí en el tanatorio?
- Pues no sé, no me acuerdo muy bien, ¡creo que se ha muerto el abuelo!
- ¡Vamos a preguntarle al camarero!
Yo creo que el bar es la clave del tanatorio. Porque si no fuese por las copas que se
toma el personal no se entiende todo lo que pasa allí: Para empezar, el negocio se llama
¡Pompas fúnebres!. ¿Qué falta de respeto es esa?... ¡Pompas fúnebres!, parece la marca de
un champú para difuntos:
"Pompas fúnebres, ¡el champú que no irrita los ojos!".
Y después de lavarle la cabeza al muerto con el champú "pompas fúnebres" nos
vamos de marcha..., de "marcha fúnebre"... ¿Marcha fúnebre? ¡Esto ya es cachondeo!
¡Seguro que irse de marcha fúnebre es ir a mover el esqueleto!
Pero menos sentido todavía tienen las conversaciones de la gente. De repente llega
un tío y dice: "No somos nadie!". Pero ¿cómo que no somos nadie? ¡No serás nadie tú! ¡Yo
soy un tío de puta madre! Y otro suelta... "Hoy estamos aquí y mañana estamos allí".
Hombre, mira, eso es lo bueno de tener coche...
En los velatorios te das cuenta de que si quieres que hablen bien de ti, no hay como
morirse. Si por ejemplo, tú eras un ludópata, la gente dirá... "No tenía nada suyo"... Y si
tenías muy mala leche... "Parecía que se comía el mundo y luego no se comía a nadie...".
Y aquí la cosa se anima y salta uno: "Y hablando de comer, ¡cómo le gustaba el
pollo!. ¿Os acordáis de aquella vez que se comió cinco pollos de una sentada...?". Y otro:
"¿Y la vez que tiró un tabique con el hombro?. Que me van a perdonar, pero si se comía
cinco pollos seguidos y tiraba tabiques con el hombro, lo raro es que no se hubiera muerto
antes.
Y con estas anécdotas del muerto a la gente le da la risa floja y de repente uno dice:
"¡¡Aaaaaaay!!... si no nos reímos, ¿qué vamos a hacer...?". ¿Cómo que qué vamos a hacer?
Pues llorar, cojones, ¡qué para eso estáis en un velatorio!
Y entonces se crea un silencio incómodo, hasta que a alguien se le ocurre algo
original que decir... "Pues mira, ya ha dejado de fumar...". Bueno sí..., el muerto ha dejado
de fumar, pero los demás no paran... Que se forma allí un ambiente que sólo falta que salga
Michael Jackson bailando el Thriller... Yo creo que en vez de ponerle velas al ataúd le
deberían poner faros anti-niebla... ¡Es que es muy fuerte! Los muertos se van al otro barrio
ahumados, como los salmones. Vamos, que si llegas tarde piensas... "Coño, ¡qué los
familiares ya lo están incinerando por su cuenta!".
Pero a mi las frases que más me impresionan son las que se dicen en el "pésame"...
"Te acompaño en el sentimiento...!". O esa otra que dice... "Ha pasado a mejor vida", que
en eso sí que tienen razón... Porque toda la vida con muebles de aglomerado de Ikea y
cuando te mueres te meten en un ataúd de roble macizo... Y a lo mejor te has pasado la vida
conduciendo un Opel Corsa y ahora te vas al otro barrio en un Mercedes de puta madre...
¡Y con chófer! ¡Muy bien!. ¡El coche más seguro del mundo! ¡A buenas horas!.
En fin, yo no tengo claro lo que quiero que hagan conmigo cuando me muera. Había
pensado en la incineración, pero no me convence. Porque van los familiares con las coronas
de flores y el ataúd, y al rato salen con una copa de cerámica y claro, entre las coronas y la
copa parece que han ganado la vuelta ciclista a España.
Por eso estoy pensado en donar mi cuerpo a la ciencia. Así ni velatorio ni nada. Las
orejas las donaría al museo de cera, con un tapón mío hay cera para hacer los Tres
Tenores... El corazón a Anne Igartiburu, para que haga: "Hola, corazones... Hoy tenemos
Corazón Golfo"... Y el hígado que se lo den a J.B., que se lo han ganado."
 
Las cenas familiares en Nochebuena

¿Sabéis? Siempre odié las navidades, pero no porque haya que comprar regalos
obligatoriamente o tengas que ir por la calle sonriendo como un gilipollas, sino por la cena
con la familia, la de Nochebuena. Que lo de noche, vale, pero lo de buena... Yo mejor la
llamaría la Noche de Halloween. Porque solo te apetece (gesto de dar puñaladas) ¡ñic, ñic,
ñic!
Y hablando de referencias cinematográficas, si lo analizas detenidamente, cenar con
tu familia en Nochebuena es como ir al cine gratis. Al principio, aquello es como una
película coral de Luis García Berlanga. El timbre de la puerta no deja de sonar y tu cocina
se parece al camarote de los Hermanos Marx. Claro, todo el mundo viene contando su
pequeña historia, y cada cual tiene un momento de protagonismo. Luego, cuando todos se
han sentado, la película se transforma en un cruce entre “Médico de familia”, por la
cantidad de comida que hay sobre la mesa, y una versión cutre de “Cosas de Casa”. Todos
quieren hacer alguna gracia, pero nadie lo consigue... Yo hago el papel de Steve Urkel. O
sea, de pringao.
Comienza la cena, cada uno se centra en su plato y el silencio va impregnando la
cocina: nosotros cenamos en la cocina. En ese momento, la película entra en el terreno del
suspense... Nunca sabes por donde va a empezar la bronca. Y en mi casa siempre empieza
igual, con el abuelo y el nieto, porque claro, el niño es menor de edad y está abstraído con
su propia película de animación. Vamos, que se pasa toda la noche jugando a los Pokemon
con la Game Boy y diciendo: “Evoluciona, Pikachu, evoluciona”... ¿Y por qué no
evolucionas tú un poquitín, eh, chaval?
Ahí llegamos al núcleo central de la película, que siempre es dramático:
- ¡Deja ese cacharro y cómete las patatas!
- ¡No me da la gana, no tengo hambre! ¡Que te las comas o te estampo una leche! Y
la madre:
- ¿Quieres dejar en paz al niño?
- ¡Pero si es que lo estáis malcriando!
Etc, etc...
La discusión va aumentando de tono, y de repente aparecen en la película elementos
de ciencia-ficción. Tu cocina se llena de platillos volantes. Bueno, de platillos, vajillas,
cuchillos, cucharillas, natillas, tortillas y hasta las sillas echan a volar. Pero los ánimos
terminan por apaciguarse, y a medida que el vino peleón empieza a hacer efecto, la película
se torna en un musical americano, porque el abuelo coge una botella y una cuchara, y
empieza con aquello de: (ruido de cuchara rascando la botella) ¡Crin, quiririn crin! (a ritmo
de jota) "Tócame la minga, Dominga, que vengo de Franciaaaaa, tócame la minga,
Dominga, que lleva sustanciaaaaa.... “
Entonces, todo el mundo se ríe, se relaja y la película vuelve al tono de comedia que
tenía al principio, pero más patética todavía si cabe. Empiezan a verse camisas
desabrochadas, cobran protagonismo los michelines, y como la película se acerca al clímax
final, se escucha el tema principal de la banda sonora, o sea, la “Sinfonía en Do Mayor para
eructo y pedorreo”.
Esta película suele tener tres finales diferentes. Para las parejas jóvenes casi siempre
acaba como una película clasificada X. Si hay alguno que se indigeste con la cena, para él
acabará como “Urgencias”, en un hospital. Y para mí... siempre acaba igual. Como “El
pajero... digo, el llanero solitario” ¡ejem!. Y fijaos si mis cenas familiares son como una
película, que hasta voy a hacer merchandising con ellas. Los platos rotos de mi cena
familiar, la botella musical de mi cena familiar, y representando a mi sobrino, un muñequito
con una Game Boy y un montón de patatas fritas en la cabeza. Puede parecer divertido,
¿verdad?... pues no lo es. Porque esta película tiene una semejanza con otras como “Qué
bello es vivir” o “Mary Poppins”, y es que las tendrás que seguir aguantando una Navidad
detrás de otra.
 
¿Por qué todo lo negro es malo?

En este mundo cruel nada es verdad ni nada es mentira, todos somos del color del
cristal con que se mira. ¡que razón tenía el poder!. Si, porque hay gente que se pone verde
de envidia, las hay que se pasan de castaño oscuro y los que se ponen morados de comer.
Para gustos se hicieron los colores.
El otro día un crítico me preguntó:
- ¿Y tú haces humor negro?
Yo le dije:
- Con coma o sin coma.
Sí, porque no es lo mismo "tú haces humor negro" que "tú haces humor, negro". No
señores no tengo ningún complejo racial. Pero es que se hace muy mala utilización del
negro. Yo no soy negro. Yo en todo caso soy una persona que desciendo de África de lo
cual estoy muy orgulloso. Es más. Sería capaz de ponerme un letrero que dijera "africano".
Eso sí. Llevaría letras hasta por debajo del sobaco.
¿Cómo lo dividiría en sílabas? Podrías poner "africa-no" pero eso sería muy racista.
"afri-cano" pero parecería otro hermano Cano y otro Cano, no por favor. Al final, pondría
"afric-ano" y la gente de mente limpia leería afric con el sufijo ano que indica procedencia.
Aunque todos los cabrones leerán el culo de África.
¡Bueno eso da igual! Yo soy como dice mi padre suplente blanco con el número
uno. Por qué voy a permitir que me llamen negro a mí. Si negro le llaman a todo lo malo:
qué día más negro; que alma más negra; un corazón negro; una suerte negra; un negro
porvenir, que debe de ser una negra embarazada porque si es un negro por venir...; esto
parece una merienda de negros; el mercado, si es prohibido: mercado negro; si el cine es de
asesinatos: cine negro. ¿Quieres un beso más feo que el beso negro?. Hasta el dinero, si es
malo, es dinero negro ¡hay que blanquearlo!
Últimamente los científicos tienen acojonado al mundo con el agujero negro ¿por
qué? Si es algo abstracto como sabes que es negro. Si se traga todo podemos llamarle
agujero hijo de puta. Aunque no demos ideas porque son capaces de llamarlo agujero hijo
de puta negro.
Por eso muchos negros no quieren que se les llame así. Es como si la palabra negro
ya trajera mala suerte. Como los gatos negros. Por eso muchas personas dicen "personas de
color" (cara de asco) Personas de color. Eso que es chico. Eso es anticientífico. Cuando yo
estaba en el colegio me enseñaron que los colores iban del infrarojo al ultravioleta. ¿dónde
está el negro? No esta. Todos sabemos que es ausencia de color. Pero no se lo digan a un
negro. Porque si no tiene poder político, ni económico, le dices que no tiene color pues te
manda a tomar por culo. El cuerpo negro absorbe toda la luz de su alrededor. Lo cual quiere
decir que la naturaleza es una hija de puta porque gastas más luz que los blancos.
Yo por eso admiro a los negros que luchan por su cultura: Naomi Campbel, Denzel
Washington, Steve Wonder, bueno no es el más representativo. No lo tiene claro. A él le han
contado que es negro.
Naomi Campbel sin duda es la más importante. Fue la primera negra en salir en play
boy con las tetas fuera, hasta entonces solo salían las blancas. Las negras en National
Geografic.
 
Perdedor nato

Buenas noches.
¿Qué tal están? ¿bien?
Pues yo mejor. Sí, porque yo es que, he ganado el 2º certamen de monólogos de "El
Club de la Comedia", y vosotros no.
¿Qué? Pensáis que me estoy haciendo el chulo, ¿no? Pues, es verdad. Pa una vez
que gano algo, ¡no te jode! Porque yo, siempre he sido un perdedor, pero no un perdedor
cualquiera, no, no, no. Un perdedor NATO. Lo de nato no tengo ni puta idea de lo que es,
pero es una palabra increíble, la pones detrás de perdedor y le da una.... como una....
perdedor... NATO... ¡Coño!
Y como perdedor nato, pues empecé a perder cosas ya en la más tierna infancia.
Aunque sin duda, la perdida más grave que sufrí entonces fue la de la inocencia. Claro, era
muy inocente, yo me lo creía todo. Los reyes magos, Papá Noel, ratoncito Pérez, Felipe
González.... Todo, todo, me lo creía todo.
Lo que pasa que claro te vas haciendo mayor, te vas dando cuenta de las cosas, ¿eh?
Ahora ya no creo en los reyes magos, ahora creo en el rey.... King África. Ya no creo en
Papá Noel, ni siquiera en el Papa, creo en mi padre y tampoco demasiado.... Ya no creo en
el ratoncito Pérez, ahora creo mejor en el conejito de Playboy. Y he dejado de creer en
Felipe González, ahora creo en Zapatero.... porque la esperanza es lo último que se pierde...
Claro, entonces al perder la inocencia, me convertí en adolescente, y entré en una
etapa de mi vida en la que empecé a perder cosas, pero a mansalva. Yo recuerdo que mi
madre siempre me decía "Hijo mío un día vas a perder la cabeza"..... ¡Coño! ¡Y acertó!
Perdí la cabeza, me enamoré. Bueno que os voy a contar ¿no?.... Nos queríamos
mogollón... Éramos súper felices... Pero... la perdí. Aunque en este caso, yo creo que perdió
ella. Perdió en buen gusto pa empezar, y se fue con un ganador, nato por supuesto nato.
Concretamente gano la primitiva el muy cabrón. Y es que, yo creo que lo que más
perdí en la adolescencia fueron novias... perdí novias... novias... que lo que no pierdo de
momento es aceite... de momento, que...
Pero cuidao, que también en la adolescencia perdí algo que imagino que como a
todos vosotros, coño, me hizo ilusión. Perder la virginidad... y no perdí dinero a la vez, que
va... por amor. A la vez, perdí otras cosas que podemos llamar daños colaterales. Perdí los
nervios, claro, estar ahí... Perdí un poco el sentido de la orientación... no esto... si esto por
aquí no... Perdí el control, y como perdí el control a la semana me dio un susto... ¡Claro!
Y cuidao, que ahora os voy a contar que yo de adolescente perdí, no una vez, sino
varias veces la compostura. Esto es una cosa que nunca se debe perder. Vamos a ver,
ponerme atención adolescentes del mundo que me estáis escuchando. Cuando uno esta en
esa edad que camina por la calle como si tuviera la pierna de madera... todo ello porque el
día anterior han puesto "Grease" por la televisión, o cualquier otra película de adolescentes
conflictivos pandilleros, nunca bajo ningún concepto perder la compostura. Y si vas
andando y metes el pie en una alcantarilla, y cada vez que apoyas en talón te acuerdas de la
madre que parió a Travoltaaaa...
Hay que continuar, siempre, siempre. Incluso hay como desafiante ¿no? Que
pasaaaaa, que pa que pa que pasaaaaa... Chulesco, chulesco. A veces meto el pie en la
alcantarilla, así me lo lavo.
En cualquier caso, da igual que seas niño, adolescente, adulto... os voy a dar un
consejo y hacedme el favor de seguirlo... No os perdáis vosotros mismos. ¿Por qué? Porque
es una gilipollez.
Aunque con alguna que otra que estoy viendo, pues me iba a perder yo esta noche...
Vamos, digo yo que alguna habrá, porque justo antes de entrar se me han perdido las gafas.
En cualquier caso, si hay alguna dispuesta que levante la mano, me da su número de móvil,
yo lo apunto en la... en la... No me acostumbro a perder tantas cosas, la verdad.
Es muy duro, y yo creo que al final tendré que consultarle a un experto en el tema
no, como se lleva esto... A algún socio del Athletic... O mejor, a uno de IU. Aunque bueno,
estos ya sé que me van a contestar... ¡Qué más se perdió en Cuba!
Buenas noches.
 
Las peluquerías

¿Se imaginan que van a por el periódico y dicen:


- ¿ Me da el País?
Y el quiosquero les contesta:
- No, le voy a dar el Supertele... y este paquete de chicles de menta.
O que cogen un taxi:
- A la plaza de las Ventas, por favor.
Y el taxista les diga:
- No, le voy a llevar al Santiago Bernabéu, que a usted le pega ser del Madrid.
¡Pues eso es una peluquería! Un sitio donde pides una cosa, y el peluquero hace lo
que le da la gana. Por esta razón, lo primero que haces cuando sales de la peluquería es
buscar un espejo y ponerte el pelo "a tu manera". Y digo yo, entonces, ¿para qué vas?
Yo creo que la peluquería es un sitio del que hay que desconfiar, porque todo te lo
hacen por la espalda. Es curioso: engordas, te deprimes, estás celosa, y en vez de fugarte
con Pierce Brosnan que es lo que deberíamos hacer todas, te vas a la peluquería, y le dices
al peluquero:
- Córtame el pelo por aquí. Quiero un cambio de imagen radical.
Y ya lo creo que te cambia de imagen. Te deja como si hubieras metido la cabeza en
una freidora. Te ves tan horrible que se te olvida la depresión que tenías, y te agarras otra. O
sea, que en la peluquería no te quitan la depresión, simplemente te la cambian de sitio.
Y de ahí su éxito. En una peluquería, a los cinco minutos ya te han convertido en un
adefesio, para que se te olviden las penas que traías. Te ves sentada enfrente de un espejo,
en babero, embadurnada, con chorretones de tinte resbalándote lentamente por la cara
colorada, la cabeza envuelta en papel albal y oliendo a huevo podrido. Y piensas: "Solo
falta que me salga un alien de la tripa, joder".
Estás hecha un espantajo, y es el momento en que la peluquera se aprovecha de ti
para ponerte todavía más potingues. La técnica utilizada es la siguiente: primero, un poco
de peloteo:
- Tienes una pestaña preciosa.
- ¿Ah si? Muchas gracias.
Y luego te mete la cuña:
- Sí, son preciosas, lastima que...
- ¿Lástima que qué?????
- Que tengas el pelo tan pobre y apagado.
- ¿Pobre y apagado? ¡Que horror! ¿Y qué puedo hacer?
Y entonces te la coloca:
- Pues mira, por solo diecisiete mil pesetas, te voy a poner un tratamiento de
colágeno de placenta de foca que veras como te quedas. ¡Diecisiete mil pesetas! Te dan
ganas de decirle: "Oye, ¿y por qué no me estropeas las pestañas, que me saldría mas
barato?"
Pero eres incapaz de negarte. Yo creo que con tanto olor a laca, te pillas un colocón
de miedo, y por eso dices a todo que sí:
- Te voy a hacer unas mechas.
Y tu:
- Vale.
¡Desde luego hay que ver que obsesión tienen todas las peluqueras con hacerte
mechas! Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que una mujer entre en
una peluquería y no salga rubia con mechas. Aunque sea rubia, también sale rubia con
mechas.
Que esto es otro truco de las peluquerías para hacerte clienta de por vida. Una vez
que te tiñes, ya estas condenada a seguir acudiendo de por vida, para no desteñirte, porque
en las peluquerías nada es permanente, ni siquiera la permanente es permanente.
A veces vas a la peluquería con un recorte de una revista para que te corten el pelo
como a Meg Ryan. En realidad no quieres el pelo de Meg Ryan, quieres la cara de Meg
Ryan, el cuerpo de Meg Ryan, el dinero de Meg Ryan... Y entonces las peluqueras se tienen
que buscar la vida para explicarte que, con esos 4 pelos cabreados que te quedan, y que
además te nacen en la coronilla, es imposible lograr un flequillo espeso, y que lo más que
pueden hacerte es el moño de Betty Misiego.
Pero lo peor es cuando la peluquera termina contigo y te miras al espejo. Te ves
rara, como con cara de asustada, y vuelves a casa escondiéndote en los portales, para que
no te vea nadie conocido. Y como necesitas que alguien te diga que te queda bien, le
preguntas a tu marido:
- Cariño, ¿te gusta?
- ¿Qué es lo que me tiene que gustar?
- Pues el pelo.
- Ah, el pelo. Sí, sí, estás muy guapa... ¿Y cómo lo llevabas antes?
- Pues era skin head, no te jode. ¿Y tú? ¿Cómo llevabas antes el pelo? Antes por lo
menos llevabas...
Total, que al final, tanto esfuerzo para nada. Porque él nunca lo nota... ¿saben lo que
pienso hacer la próxima vez que me encuentre un poco depre y me entren ganas de
meterme en una peluquería? Pues fugarme con Pierce Brosnan, a ver si de eso se da cuenta
mi marido...
 
Cumpleaños infantiles

Buenas noches.
Todos nuestros vicios tienen su origen en la infancia. Y es que nuestras primeras
orgías de perversión y desenfreno, eran las fiestas infantiles de cumpleaños. Nuestro lema
era: "Sexo, drogas y Enrique y Ana".
Bueno, igual no había sexo... Pero había “Pajitas”... Pajitas y de todo: panchitos,
fritos, triskis, chasquis, crujis... ¡¡Aquello era una merendola tóxica!!
Y es que drogas había... para tumbar a Don Pin Pon. O si no ¿Qué narices era el
"Pica pica"? ¿Y los "Peta Zetas"? Esas pastillas que te estallaban en la boca y te
destrozaban el paladar. Eso era una droga de diseño... Por eso nos gustaba Disney... porque
todo era un “Mágico Mundo de Colores...”.
Quizá no había alcohol... pero había botellón de "Pitusa Cola". ¿Os acordáis de la
Pitusa Cola? Tu ibas al Supermercado y estaba la estantería de la Coca Cola, la Fanta etc...
Pero al fondo estaban las marcas baratas: La "Pitusa Cola", la "Infanta Naranja"... La gente
dice que beber alcohol es malo... pero eso es porque no han probado la Pitusa Cola...
Y es que a saber que tenía aquello. Porque tu cogías la botella y ponía :”Pitusa Cola.
Ingredientes, dos puntos: Pitusa... y Cola.
Todos hemos hecho la guarrada de untar los gusanitos en el refresco... pero con la
Pitusa Cola había que tener cuidado... lo untabas y hacía FFFSSSSS (UNTÁNDOLO Y
APARTANDO EL DEDO RÁPIDAMENTE) ¡Joé! ¡Casi te llevaba el dedo!
Las canciones que escuchábamos en los cumples, eran Hardcore... Eran duras,
duras... "Cuando era pequeña su mamá se fue, y de tristeza llora en un rincón"
(RECITANDO EN UN TONO DRAMATICO. CRUDO) "Co co gua gua. Co co gua gua.
Co co co co guaaaaa" Claro, ¡Había que estar borracho para divertirse con esas
canciones...!
Los mayores intuían que algo se "cocía" en las fiestas de cumpleaños. Y la tarta, en
realidad, era una prueba de alcoholemia. "¡Sopla hijo, sopla!"
Con las tartas ocurría una cosa muy curiosa. Teníamos la sensación de que todos los
cumples era la misma... Si, da igual que fueran de nata o de chocolate...Todas sabían a lo
mismo... ¡A cera! Y pillabas un colocón... Por eso luego jugábamos a la piñata
completamente ciegos (TAPÁNDOSE LOS OJOS CON UNA MANO Y CON LA OTRA
INTENTANDO ATINAR CON UN PALO A LA PIÑATA).
Y es que nos encantaba provocar a los mayores. Os acordáis de aquellas
chocolatinas con forma de cigarrillos. Siempre había uno que preguntaba: "Pero niño, ¿Qué
haces fumando?" "No ,si no es tabaco... es chocolate." ¡Pues peor me lo pones!
Aquello era una fiesta de Macarras, solo nos faltaba el tatuaje... Aunque lo que si
teníamos... eran calcomanías. Nos encantaba pegarnos esos cromos a base de saliva.
Retirabas con cuidado el papelito, ¡pero siempre se rompía un trozo! Encima a los dos días
el dibujo empezaba a borrarse a cachos, quedando unos pellejos asquerosos... ¡¡Y te
pasabas una semana luciendo a la abeja Maya con Cangrena...!! Había niños que llevaban
todo el brazo lleno de calcomanías: Heidi, Pedro, Clara y el abuelo. Era por tener la
colección... Algunos decían "A ver si este verano pego un estirón para que me quepa
Niebla"
Cuando acababa el cumple, los restos siempre eran los mismos que los de cualquier
otro fiestorro: (SEÑALANDO POR EL SUELO) Varias botellas vacías y cuatro "globitos"
pinchados.
Y después de todo esto, por fin entenderéis por qué siempre teníamos una tía que
nos regalaba unos calzoncillos... (PAUSA) Por si al final de la fiesta no encontrábamos los
nuestros.
Buenas noches
 
Aprender idiomas

Buenas noches. Yo no sé hablar inglés. Eso sí, domino maravillosamente el


"guachimeri". No se rían, ustedes también, a ver no se saben esa canción:
"Guachimerimerimeri, guachimerimeriwon" o esa otra de "Triner, triner nai, a guachimeri
meri meri meri...". Todos sabemos que eso no es inglés, pero disimulamos y ¿por qué? Pues
porque casi todos hemos fracasado intentando aprenderlo, si, yo creo que España es un
punto negro como el triángulo de las bermudas en el que por algún motivo misterioso es
imposible aprender idiomas, bueno como es imposible que seamos puntuales o que
aprendamos a hablar en un tono mas bajito, idiosincrasia lo llaman.
Pero señores ahora resulta que hay que aprender inglés porque el inglés es el idioma
que está de moda, antes estuvo el francés, el alemán, hasta el ruso tuvo su momento, todos
menos el portugués, ¿ustedes recuerdan algún anuncio de trabajo que pusiera:
"Imprescindible portugués"?
Yo empecé a estudiar inglés pues como empieza todo el mundo: con unos
fascículos, ¿quién no hay intentado aprender inglés con una buena colección de fascículos?
¿Eh? Que te compras el número uno y el número dos con las tapas de regalo y que te
enseñan a decir: Monday, que es lunes. Luego se te pasa el tercero, el cuarto, el quinto y
cuando vas a comprar el sexto, ya van por el Sunday, que dices: ¡Coño! ¿¿Ya es Domingo??
Que semana más corta tienen los ingleses! También te dicen que tienes, como se llama?, un
tutor nativo permanente, y dónde estaba el señor permanente cuando le llamé a las cinco de
la mañana para preguntarle cómo se decía en inglés: como me vuelvas a tocar el culo te
parto las piernas cara gamba.
Pues claro, como con los fascículos me di cuenta de que no iba a ninguna parte,
decidí matricularme en una de esas academias que dicen que vas a aprender inglés en un
mes, ¡o menos! ¡Y sin estudiar! Que yo dije: ¡ésta es la mía! Esto va a ser por hipnosis!
Pero no, llegué allí y estaba el tutor nativo que me recibió muy sonriente y me dice: (con
acento anglosajón) Buenas tarde Fíde, bienvenido, a tu clase de íngles, y dije: ¡anda! ¡Pues
como vaya a aprender inglés como éste tío castellano!
Yo creo que en España no aprendemos idiomas ni con los métodos mas sofisticados,
¿eh? Bueno, ahora las academias han puesto ordenadores, que te pones unos cascos, un
micro y tu tienes que repetir: (acento espaolalgo) Helló Mr Peter, Helló Mr Joseph, This is
my house. Cómo quieren que aprendamos inglés con ése método! ¿Se imaginan ustedes a
los ingleses aprendiéndose español así?: Hola Don Pepito, Hola Don José, Pasó usted por
mi casa? Por su casa yo pasé.
Para mí, para mis adentros, esto de las academias de inglés es el cuarto misterio de
Fátima! Porque vamos a ver, si nadie aprende y de verdad te devuelven el dinero como
dicen, de qué viven?
Lo que está claro, es que en España, es un punto negro como decía antes, y lo que
viene a demostrar esta tésis que defiendo es que ni siquiera los extranjeros que vienen a
nuestro país consiguen aprender el castellano correctamente, ahí tienen a Michael
Robinson, ¿qué idioma habla Michael Robinson?, y ¿Rafaella Carrá? ¿Quién entiende a
Rafaella Carrá? ¿Y eso les ha impedido tener éxito en nuestro país? ¡No! ¿Por qué? ¡Pues
porque aquí tenemos asumido que en España aprender idiomas es imposible! ¡Claro!
Bueno, ejem, (mirando a los lados y acercándose) el sinvergüenza que le enseñó
castellano a Doña Sofía, si alguien le conoce por favor que le diga que le devuelvan el
dinero. Ahora, el caso más sangrante es el de Gunila, ¿cuántos años puede llevar Gunila en
España? ¡Aunque su ex marido es español y tampoco se le entiende!
¡Y no obstante nos siguen pidiendo idiomas para todo! ¿Sabes lo que pasa? Que
luego la gente miente, a ver, no hay nada mas que mirar los curriculums, al final de todos
los curriculums pone: Idiomas, inglés, Nivel, conversación. Que digo yo, dependerá de la
conversación porque si te hablan de las ostras hostiles, ¡te han jodido! Y en definitiva yo
creo que si fuéramos sinceros tendríamos que poner: Idiomas, inglés, Nivel, Tarzán. No hay
mas que vernos, cuando un pobre guiri se nos aproxima para preguntarnos:
- Por favor, el museo del prado
- Bua, es facilísimo, es very very very fácil. Verás, you here, museo del prado here,
strí, ¿esa? Down, bueno, ¿el corte inglés? El corte como tú, el corte inglés, ya sabes, sí, ese
pues pues por allí preguntas majete.
Oye, puesto a mentir, chico, a por todas, ¿sabes? ¿Idiomas? Todos. Alemán:
Aufindensen, Italiano: Hola Rafaella, Ruso: Putin, Francés: Mmm, Mónica Lewisky.
Buenas noches.
 
La tragedia de ser “El Nuevo”

¿Por qué en todos los anuncios de trabajo ponen "Imprescindible experiencia"? Me


gustaría que aunque fuese por una sola vez pusiesen "Imprescindible ser nuevo". Pero no se
preocupen que no lo harán. Porque ser nuevo en cualquier cosa es una gaita. Cuando eres
nuevo no eres nadie. Si el jefe preguntara: "¿Echamos al nuevo y compramos un
microondas?", nadie lo dudaría.
¡Qué mal se pasa cuando eres el nuevo! Sobre todo en el trabajo. Al principio
quieres quedar bien con todo el mundo, eres muy generoso y no paras de ofrecer cosas:
- ¿Queréis caramelos de piña?
Y si vas a la máquina:
- ¿Alguien quiere café? Y quieren todos. ¡Hale! A ver como los traes. Te pegas
quince viajes a la máquina cargando vasitos de plástico, y abrasándote los dedos, que
acabas con quemaduras de tercer grado en las yemas. Vale macho, de momento vas bien,
eres nuevo, todavía no has cobrado el primer sueldo, y en tu primer día ya te has gastado
setecientas pelas haciéndote el guay... y en cafés.
Tienes tantas ganas de caer bien que te ríes de todo. Te digan lo que te digan:
- Esta es la fotocopiadora, siempre esta estropeada...
- Je, je, je..
- Este es Pepe, ten cuidado con el que es del Barça...
- Je, je, je...
- Ahí se sienta Rodríguez, no ha venido porque se ha muerto su abuela...
- Je, je, je
Y es que cuando eres nuevo estás metiendo la pata continuamente y te sientes muy
inseguro. Cada vez que te cruzas con alguien, te arrimas a la pared como diciendo: "Se que
molesto, pero me esfuerzo, algún día formaré parte de este grupo". Y de pronto, en una
reunión, te arrinconas tanto que sin querer apagas las luces con el culo, pero, como eres
nuevo, no te das cuenta:
- ¡Anda! Han apagado la luz.
Y todo el mundo protesta:
- ¿Quién ha sido?
- ¡Joder, el nuevo!
Siendo el nuevo (sí, porque cuando eres nuevo nadie conoce tu nombre, eres "el
Nuevo") te das cuenta de lo poco que pintas, cuando llaman por teléfono y alguien dice:
- ¿Romaguera? Aquí no trabaja ningún Romaguera.
Pero tu asomas la cabeza tímidamente y dices:
- Soy yo.
Y el otro se da la vuelta y dice:
- ¡Eh, que el nuevo se llama Romaguera!
Y los demás se descojonan:
- ¿Romaguera? ¿Pero qué apellido es ese?
Para más humillación la que llama es tu madre, claro. ¿Quién te va a llamar a ti?
¡¡So nuevo!!
- ¿Si? ...Bien...Aquí, muy a gusto... Muy acogedor... no, todavía no he firmado...
¡Pues cuando me llamen!... Si, sopa... con jamoncito... Venga, adiós y no me llames más
aquí...
Otra cosa que haces mucho cuando eres nuevo es saludar:
- Holaaaa... Hola, qué pasaaaa...
No tienes medida, hay gente a la que saludas hasta seis veces:
- Hasta luego otra vez, ¿eh?
De pronto ves a uno y empiezas a mover las cejas, él se te acerca:
- Dime.
- Hola, soy Romaguera... A ti no te he visto en toda la mañana, ¿tu trabajas aquí?
- Sí, soy el director general.
- Ah... Pues enhorabuena... ¿Quieres un caramelo de piña?
Cuando eres nuevo, como no tienes ni sitio ni nada, te sientes como un mueble, pero
de los que estorban.
- ¿Qué hago?
- Pues...hay que hacer el balance, pero ya me encargo yo, que le tengo cogido el
punto.
- ¿Entonces qué hago?
- Pues podrías archivar, pero como no sabes.
- Vale, entonces, ... ¿qué hago?
- Pues lo que veas, anda que no hay trabajo...
Como quieres aparentar que estás ocupado te pones a hacer el crucigrama del
periódico:
- ¡Joder, como se entere Pepe de que le estás haciendo el crucigrama, que lo hace él
todos los días...!
Y es que hay una serie de normas en la oficina que tú no controlas: que a Pepe hay
que guardarle el crucigrama, que no se puede fumar al lado de Paco, que Enrique y Ana
desaparecen todos los días a las doce porque están liados. Por cierto, cuando se van tú en tu
línea, les dices:
- ¿Vais a tomar algo? Me voy con vosotros.
En fin, que hagas lo que hagas metes la pata.
Al final, como en todos los sitios estás incómodo, te vas al baño, que es el único
lugar donde te parece que no estorbas. Y allí te quedas tranquilo, lejos de la tensión. Son
cuatro paredes, pero que te permiten desahogarte un montón, y te tiras un buen rato.
Además, tiene agua corriente, luz, calefacción. Vamos, que acabas comiéndote el bocadillo
a escondidas, tan ricamente. Le coges cariño al váter, te haces amigo suyo, porque es le
único que no se mete contigo...
Menos mal que nadie es "nuevo" eternamente. Un día llegará a la oficina otro que
pasará a ser "el Nuevo". Y tu votarás a favor de comprar un microondas.
 
Los refranes

Buenas noches. Traigo un humor de perros. Vengo de un bar donde me he


encontrado con un camarero refranero, ¡Tela marinera! Diez minutos ha tardado en traerme
un café y cuando le digo: ¡Hombre, ya era hora!. El tío me suelta: Más vale tarde que
nunca. Y entonces me fijo...: Oiga, aquí hay un pelo.... Y me suelta: Bueno, ¡donde hay pelo
hay alegría, hombre!. Joder, qué alegría ni que leches, haga el favor de ponerme otro café y
se dé un poquito de vidilla que me tengo que ir. Y me contesta: Bueno, bueno, vísteme
despacio que tengo prisa...Oiga, ¿Me va a contestar a todo con refranes? Ya sabe, hombre
refranero, medido y certero. ¿Certero? Pues me está usted tocando un poco las tres de la
tarde, la verdad... ;El que se pica ajos come...
¡Joder, qué brasa! Que se me han quitado las ganas de café y de vivir y de todo... Y
todavía cuando salgo, para rematar la faena me dice: A enemigo que huye, puente de plata.
Nada, que no hay quien pueda con un refranero. Y es que cuando la gente dice un refrán, se
cree que está diciendo una verdad indiscutible. Y, me van a perdonar, pero no es así.
Siempre se ha dicho que los refranes son anónimos, pero yo creo que no es difícil
saber quien los ha hecho, es más, estoy convencido de que están hechos por una sola
persona. Un hombre, para más señas. Y analizándolos, hasta podría hacerles un retrato
robot del individuo: Para empezar, estaba como una cabra. Porque algunos refranes no
tienen ningún sentido. Explíqueme éste: Cabeza gorda, ojos hermosos ¿Cómo que cabeza
gorda ojos hermosos? Eso es mentira. No hay más que ver a Pujol...
¿Y éste? Va uno y dice... Al revés te lo digo para que me entiendas... Pero bueno
¿Tú eres gilipollas? Dímelo al derecho y te entenderé. El inventor de los refranes o era
tonto o tenía más morro que un oso hormiguero. Se inventaba un refrán, pero siempre tenía
otro preparado por si le pillaban: ¿Qué se quería ir a hacer footing? A quién madruga Dios
le ayuda... ¿Qué se le pasaba la manía del footing? No por mucho madrugar amanece más
temprano... ¿Qué le daba por acostarse pronto? A las diez, en la cama estés... ¿Qué se le
pasaba la manía de acostarse pronto? Quien mucho duerme, poco vive... Y arreglado. En
fin, que a mí me descoloca.
Con el amor también se contradice: Contigo pan y cebolla. Pero luego tiene otro
refrán: Tanto tienes, tanto vales, que esto me lo creo más. Porque, tú vas con unas stock
options a una discoteca y ligas con la que te dé la gana... Ahora, ¡Vete tú con una barra de
pan y una cebolla y verás lo que te comes...! Como no te comas la cebolla...
Además, no creo que él estuviera muy puesto en este tema, y digo él porque estoy
convencido de que es un hombre. Sobretodo teniendo en cuenta que hay un refrán que dice
El hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso ¿Cómo creen ustedes que sería el tío éste?
¿Guapo o feo? ¡Pues feo! ¡Por eso se inventó el refrán! El tío tenía que ser un regalito.
Cabeza casposa, poco piojosa ¿Pero será desagradable?...
Eso sí, luego era delicado, no se crean que le gustaba cualquiera... A la mujer, le
pedía unas condiciones imposibles: Teta que la mano no cubre, no es teta, que es ubre y
Teta que baila en la mano, no es teta que es grano. Vamos, que tenían que tener las tetas
homologadas... Como un casco de moto.
El tío tenía muy claro lo que le interesaba de las mujeres: A las mujeres y al papel,
hasta el culo le has de ver... Que no me parece a mí, una forma de presentarse... Buenos
días, ¿Me enseña usted el culo?... Y no acaba ahí la cosa. ¿En qué otra zona se fijaba?...
Tira más pelo de coño que maroma de barco... . ¡Hala! ¡Este tío era un enfermo!.
Otro dato que conocemos del inventor de los refranes, es que no debía tener muy
buen concepto de Dios, porque lo pone de vuelta y media: Dios da legañas al que no tiene
ojos, Dios da mocos al que no tiene pañuelos. Vamos, que Dios no da ni una. Ya podría
hacer un cursillo antes de ponerse a repartir a tontas y a locas. Pero éste es el peor: Dios da
nueces a quien no tiene muelas ¡Hombre, eso ya es mala leche!.
Y para demostrarles que los refranes no tienen ni pies ni cabeza, les voy a decir
unos que he encontrado en el refranero y que me han dejado totalmente alucinado:
Chocolate y agua fría cagalera a medio día ¡Ole! A una mujer bigotuda, desde lejos se
saluda ¡Venga! ... Y mi favorito: Al que no está hecho a bragas, las costuras le hacen llagas
¡Toma ya!.
Después de lo visto, está claro que el tío era un impresentable y que la mayoría de
los refranes los hacía sólo porque rimaban... En agosto frío al rostro... Claro, como rima,
pues ya está... Así cualquiera hace un refrán... Yo mismo: En enero, aquí te espero, En
octubre... pon la lumbre y En mayo... cuídate el callo ¡Mira como Julio no tiene refrán...! ¡A
ver quién le busca una rima a Julio!. Les dejo que lo piensen. Buenas noches.
 
Cosas raras de la tele

Mi vida ha cambiado.
Yo estaba enganchada, como todo el mundo, a las series de televisión, todo el día
con el mando como una loca... Pero mi vida cambió el día que vi Expediente X, que yo, la
verdad, empecé a verla porque creí que era porno. Pero qué va, los únicos que salen en
pelotas son los marcianos. Aún así me enganché, porque, a mí me gustan mucho las
películas esas de misterios sin resolver. Pero me ha pasado una cosa muy rara. He
descubierto que todas las series, todas, ¿eh?, están llenas de expedientes X. Y no se me
escapa ni uno. Soy la Scully española.
Por ejemplo: El equipo A. ¿Cómo es posible que la policía de cincuenta estados
nunca los localice y, sin embargo, va cualquier hija de ranchero a la que están haciendo
chantaje, y los encuentra antes de los anuncios? ¿Dónde los busca? ¿En las páginas
amarillas? ¿Por la A? ¿O por la E?
Hay otros, en cambio, a los que es muy fácil encontrar. Tú matas a alguien y a los
diez minutos tienes allí a Colombo. Que por cierto, Colombo tiene otro expediente X...
¿Cómo es posible que un tío tan raro, tan feo y tan cochino resuelva todos los casos en
menos de una hora? Parece un misterio, pero yo lo he aclarado. Colombo es un pesao. Este
tío es capaz de conseguir que cualquiera se confiese culpable por agotamiento de lo pesao
que es: ¿Qué hizo usted el jueves? ¿qué comió el jueves? ¿Lee usted El Jueves? Y así hasta
que. el criminal no puede más y confiesa. Yo he visto episodios en los que personas
inocentes se declaran culpables con tal de no oírle:
-¡Que síííí, pesao, que fui yo... No se como la maté, pero estoy seguro de que era
jueves!
En las playas de las series hay muchos expedientes x, sobre todo en California. No
se entiende por qué a los vigilantes de la playa no se les ahoga la gente¡ Si van al rescate a
cámara lenta...! Serán chulos playa... Y, además, ¿cómo pueden ir a cámara lenta con lo que
quema la arena, si los demás vamos corriendo, apoyándonos sólo en los talones...? Y lo que
más me intriga: en esa playa, ¿por qué nunca hay gente comiendo tortilla de patatas? ¿Qué
mierda de playa es ésa?
Otro expediente X es Kung-Fu. Pero Kung-Fu entero, ¿eh? Esta serie va de un chino
que no es chino, que va por el oeste tocando la flauta... Y camina descalzo por el desierto
porque prefiere llevar los zapatos colgados al hombro, y le llaman ¡el Pequeño
Saltamontes! A mí el que más me gustaba de esta serie era el maestro. Era ciego, pero
paraba todas las flechas con las manos. Que digo yo que las pararía todas menos dos,
porque si no, no se entiende que fuera ciego...
La edad es otro expediente X. Y si no, ¿por qué si los de Al salir de clase tienen
veinticinco años siguen repitiendo COU? ¿Y qué me dicen de Lina Morgan? Hostal Royal
Manzanares, una serie en la que la protagonista sigue virgen con sesenta años... ¿Eso es una
comedia? ¡Coño, eso es un drama!
¿Ven ustedes como todas las series están llenas de expedientes X? Pero si hasta
Expediente X es un expediente X. ¿Por qué en esa serie siempre es de noche? Que están
todo el rato con las dichosas linternas, que parecen acomodadores...
Pero la serie que tiene más expedientes X es Médico de familia. Parece que el guión
lo ha escrito Jiménez del Oso. Vamos a ver quién entiende esto: Antonio Valero, Alfonso,
era piloto, pero viendo cómo iba Iberia lo dejó y se montó una tienda de fotos, que no le
funcionaba mal. Pero como era muy emprendedor, terminó como todos los españoles:
poniendo un bar. ¡Esto es un cachondeo!
Y... ¿qué guardan en la nevera en esa casa? Porque todos los productos los tienen
encima de la mesa. Para mí que guardan la comida de la hija mayor. Porque está claro que
no come lo mismo que los demás. Y el más grande de todos los enigmas: si todos están en
la cocina, ¿por qué la Juani grita tanto?
Y no sólo la Juani. ¿Por qué da esas voces Arturo Fernández? ¿Y los de Manos a la
obra? ¿Y Aladina? ¿Se los imaginan a todos juntos en la misma serie?: «¡Diiiinaaa!»,
«iCheeechuuu!», «¡La leche, la leche!», «¡Beniiiitoooo!», «¡Chaaatiiinaaa!»,
«iiiPeeeeedrooo!!!»... ¡Ah, no! Esto último es de los Oscars, pero da igual. Siempre
gritamos, hasta en Hollywood.
 
El hombre es estúpido por naturaleza

Así es amigos, el hombre y por qué no también la mujer, son estúpidos por
naturaleza. Y lo demuestran los datos, por ejemplo, según la última estadística publicada de
moral, aprensiones y otros problemas socioculturales de la revista "Hola", el miedo número
uno de la humanidad, es el de hablar en público. ¡Me parece increíble que la muerte ocupe
el segundo lugar! Y digo increíble, porque esto me lleva a la siguiente reflexión: En un
entierro, el hombre promedio prefiere estar dentro de la caja de pino, que citando unas
palabras a los parientes... que si los deseos se cumpliesen con tan solo pensarlos, más que a
un entierro, asistiríamos a un suicidio colectivo.
Y mira que para mí más aterrador es lo de tirarse en paracaídas, desde un avión que
está volando a 2000 metros de altura y a una velocidad de más de 300 Kilómetros por hora.
En serio es aterrador, que cuando estés cayendo, te surja la vil pregunta: ¿cuál es la función
del casco...? Porque a ver, uno se lo pone como medio de protección ¿no? Quiero decir, que
el casco, en el hipotético caso que te metas una yoya a 2000 metros de altura y a una
velocidad de 9,8 m/s² te va a amparar de todo peligro. Si es que hay muchas maneras de
demostrar que a lo largo de la historia el hombre ha sido "poco listo", pero la del casco es la
mejor. Me lo imagino. El hombre, como ser racional que es, resolviendo el problema...
¿Qué solución podríamos dar a todas esas actividades en las que el cráneo sufre de
múltiples dolencias, fisuras y desgarros...?. Y el hombre mostró su racionalidad. En lugar
de evitar esas situaciones, tiene que inventar unos sombreritos de plástico y colorines, para
seguir rompiéndonos la cabeza. Pero no satisfechos con el invento, tenemos que aplicar una
ley que obligue a usar el casco. O sea: ¡es obligatorio proteger un cerebro que funciona tan
mal que ni siquiera intenta evitar que el cráneo en el que reside se rompa!
Pero amigos, esto no acaba aquí. No os creáis que el hombre es imbécil, solo en su
aspecto colectivo no, el hombre va más allá, también es imbécil en su aspecto más
individual. Todos nos creemos más inteligentes que los delincuentes. Ya sabéis, cada vez
que pensamos: "me voy a meter en el mar, entonces escondo la cartera en las zapatillas para
que no me la roben..." vale, mira tío, que tu cartera ha volado cuando vuelvas de hacerte
esos larguitos delante de las chavalitas en bikini, es un hecho, pero al menos joder, no seas
tan orgulloso y digas "Pues se me habrá caído dentro del mar" ¿En que parte del tanga la
llevabas pillín?
Ahora, en cuestión de orgullo, dentro de la humanidad hay una categoría especial.
Adulto, comprendido entre 25 y 40 años, con trauma psico-infantil por hincharse a ver de
pequeño películas de Superman. ¿Acaso nunca habéis visto a un tipo llevando un colchón
en el techo del coche? Va por la autopista a 140 kilómetros por hora con esa cosa
monstruosa y tiene la mano fuera de la ventanilla, sosteniendo el colchón. No importa lo
que lleve ahí arriba, siempre "está ayudando" con el brazo. Esa es una muestra clara del
pensamiento "superhéroe masculino": el infradotado está convencido de que, si el viento
intenta llevarse ese inmenso objeto rectangular a 140 kilómetros por hora, él puede estar
tranquilo porque "lo tiene controlado".
Buenas noches
 
De ligue

Dicen que los jóvenes de ahora no saben ligar. ¡Je, no seré yo! Esta misma noche he
quedado con una pibita y si os digo lo que tengo preparado, vais a flipar. ¿Sabéis que según
la estadística la mayoría de las parejas tienen la primera relación sexual en su cuarta cita?
Aunque si fuera por mí, a la cuarta copa ya estaríamos follando... Por eso, cuando le
entro a una chica siempre digo: "¿No nos hemos visto antes?". Y es porque,
inconscientemente, la quiero convencen de que ya hemos salido juntos tres veces, así que si
ésta es la cuarta... ¡ya toca!
Pero, ¿quién marca el ritmo en una cita? Nosotros no. Los tíos lo pasamos fatal
preparando una cita, tanta incertidumbre, tanto sacrificio y sin saber hasta el final si vas a
triunfar. Porque eso sólo lo saben ellas. Que anda que no hay que currárselo, ¿qué no?
Pero bueno, a mí me viene bien preparar de vez en cuando una noche de amor,
porque así me lavo. Eso es algo que tengo muy claro: si quedo con una tía tengo que estar
limpio. Y aunque la ducha limpie igual, no me confiaría y os recomendaría un buen baño.
Yo siempre echo en el agua todo lo que tengo: perlas de gel, aceite Johnson, Blanco
Nuclear, Mimosín, Fairy, lo que sea... Y si aun así no es suficiente, lo que hago es menear
un poco el culo hasta que haya tanto espuma como en las películas de Ava Gadnerd.
 
Me tumbo, me relajo, dejo que la mierda se ablande, hasta que de pronto me veo los
pies y descubro que tengo dedos, como en las manos. ¡Joder, las uñas, hay que cortarlas!
¡Aunque sea con las tijeras de podar! No vaya a ser que luego, en caso de conseguirlo... te
cargues la noche porque le has hecho un arañazo en una de sus piernas, tan suaves. Porque
las mujeres lo que hacen es depilarse, ¿verdad? Cuando quedan con un tío se lo depilan
todo, se quedan como un huevo duro.
A mí hay una cosa que me obsesiona cuando preparo una cita: se me va la olla con
el tema del olor. Claro que, en esto, creo que no soy el único. Tengo un colega que cuando
invita a una chica a su casa lo perfuma todo: la almohada, las toallas de baño, las tuberías
del calentador, la alfombrilla de la puerta. Que yo le digo, ¿qué piensas, tronco, que se va a
tirar al suelo nada más llegar?
Hombre, a mí me mola que todo huela bien, lo que pasa es que la peña se excede
con esto del olor corporal. Algunos se ponen tanto desodorante que les escuece y luego no
pueden bajar los brazos. Es horrible, porque a esto le unes la colonia: ¿cuánta colonia me
pongo? Claro, no lo sabes, porque como el bote no tiene prospecto... O sea, que te echas en
los sitios donde crees que te va a oler: una gotita aquí, otra gotita allí... Y hay un momento
en el que tienes la tentación de ponerte colonia en "ese" sitio. ¡Aaaaaggg! ¡O llega pronto
esta tía o me mato!
Y llega la hora de vestirse, solo en la habitación, frente al armario: "¿Qué hago?
¿Me pongo vaqueros? ¡Coño, no tengo otra cosa! Vaqueros con camiseta, claro". Lo que
pasa es que todas mis camisetas tienen mensaje y hay muchas tías que no entienden esta
poesía: "Te la meto y te la saco hasta que el niño pida tabaco". Ya sé, me dejo el torso
desnudo y me unto un poco de aceite a lo Joaquín Cortés... Me miro al espejo. ¡Es que me
salgo! Y ensayo mi cara de ligar.
Otra cosa que tengo muy en cuenta si quedo con una chica en casa es la música.
Hay que hacer una selección musical guapa. Le abro la puerta con música elegante soul,
Lionel Ritchie, "All nigt long... na, na, na". Avanza la noche y veo que la cosa va bien: el
bolerito de Ravel, "titiriri, tiririririri, titiriri, tururururrú"... La cosa se ha puesto de puta
madre: ¡Los Bee Gees! Lo bueno que tiene es que con los gritos de los Bee Gees no se oyen
los tuyos.
Efectivamente, la música es un punto, pero ¿qué me decís de la luz? Te marcas un
estudio intensivo de la iluminación directa, indirecta, probando todas las variantes, y al
final aflojas tres bombillas y sacas dos velas compradas en un Todo a Cien o Más. ¿A que
ponen las velitas? Yo, cuando las coloco en la mesa, pienso: "¡Anda, que te vas a escapar,
cordera, dos velitas rojas que he comprao'... y un cirio que aún no te he enseñao'!".
Según algunos teóricos, lo que nunca falla es el champán fino. "Lo meto un
momentito en el congelador y lo saco enseguida". Hay que estar al loro, porque la última
vez se me olvidó y cuando fui a cogerlo había explotado, por supuesto. Cuando ella dijo:
"¿No tienes champán?", porque siempre piden champán, tuve que decirle: "No, pero si
quieres, te puedo hacer un sorbete...". No sé si me entendió, porque se fue... Claro que lo
más importante de todo es la cena. Para mí, una buena forma de controlar si habrá tema es
cómo va la cosa en los platos. Si ella ha zampado a dos carillos, malo. Pero si lo ha dejado
todo, buena señal, tendrá que comer algo... Por eso yo no me como mucho el coco y le
pongo una lata de fabada de esas de "va prisa, va prisa" y dos o tres pijadas más.
Cuidando todos estos detalles la noche puede ser un éxito, ¿verdad? Pues eso es lo
chungo, que nunca se sabe, porque el guión de la noche lo ha escrito ella, y a saber si pone
"a la cuarta copa", "al cuarto mes" o "¡al cuarto va a entrar tu puta madre!", y entonces sólo
te quedará el remedio del cinco contra el calvo.
 
Los guionistas

¿Se han fijado ustedes en lo poco originales que son los guionistas? Me refiero en
general, y en particular a los de cine. ¿Por qué siempre en todas las películas, cuando hay
una persecución con coches, pasan por un mercadillo con fruta? Da igual que sea el centro
de New York, ahí está la caja de tomates para que la tiren por toda la calle.
Y en las de chinos, por ejemplo, siempre hay un tipo muy malo malísimo, un
fumanchú, que ha destrozado el honor de la familia, y cuarenta años más tarde, va su hijo
para buscar venganza por ahí. Por toda China, venga, ¡ala! a dar la murga a todo el mundo:
"¿Alguien a visto a Yoko Ono?" Siempre es así, hay ciertas escenas que siempre se repiten.
Precisamente vengo del cine ahora. Vengo de ver una de esas películas en las que el
director va de original, ¿sabes? Yo no sé que se han empeñado ahora en hacer películas
diferentes. Es que vamos, hemos acabado viendo películas en las que el bueno ya no es tan
bueno, y sin embargo el malo, coño pues poco a poco lo vas entendiendo, sí, sí. Que joe,
que le vas cogiendo cariño. Que lo ves y dices: "Coño si es que me cae de puta madre,
macho" Y van y se lo cargan, y ya no disfrutas, ¡a ver! Desde luego, es que hay cosas en las
películas que no pueden faltar, por ejemplo en las películas del Oeste.
En una buena película del Oeste, no pueden faltar los tiros y los puñetazos. Bueno, a
los vaqueros los puñetazos no les duelen, lo que les duelen son los algodones. Sí, sí, en
serio, que es que tú ves que les están pegando unas palizas impresionantes, los tíos, macho,
aguantan el tipo y no dicen nada. Ahora, cuando llega la chica con el algodón, le va a
curar... ¡Ay,ay,ay,...! ¡Ay,ay,ay,...! No sé, no sé.
En las películas del Oeste no faltan los indios. Los indios siempre, macho, serios,
sentenciando. Eso sí, muy infelices porque claro cuidado ¡que yo los entiendo, eh! A ver
cómo estarían ustedes si estuviesen toda la vida viviendo de camping.. Es que macho, claro,
no, sí reírse.
Las pelis de romanos me encantan macho. Eso: Ben Hur, Charlton Heston,... eso, en
serio, ¿eh? Es algo que me gusta. Por ejemplo, las de romanos se dividen en dos: las de
romanos romanos, y las de romanos con Jesús. Que sí, es que, este último además sale
siempre de espaldas, y claro como es rubio, no sabes si es Jesús o Marisol.
Luego están las de romanos romanos, éstas a mí me encantan. Bueno, me encantan
porque es que los romanos lo inventaron prácticamente todo. Por ejemplo...eh... el buffet
libre. ¡Pedazo de buffets que se hacían los colegas! Que los ancianos vamos, envidia
pueden tener los jubilados. ¡Unas bandejas de fruta, unos pollos, unos cerdos,...! Aunque a
mí lo que más me llamaba la atención, es que no hubiera calamares, cuando precisamente si
hay algo que ha trascendido son los calamares a la romana. Y no había allí, pero bueno...
Tenían moneda única, que era el sextercio. Y siempre llevaban en la bolsita esa,
siempre llevaban todo el dinero, ¿no? Y llegaba uno y le decía: "¿Me das 600 sextercios?"
Y le daban la bolsa. Llegaba otro y le dice: "¿Me das 300 sextercios?" Y le daban la bolsa.
"Dame un sextercio y medio" ¡Y le daban la bolsa también! Osea, es que llebaban el dinero
en la bolsa justo. Los tíos no perdían tela.
Otras películas que están muy bien son las de chinos. Películas de chinos... bueno,
bueno. El argumento es lo de menos, lo que importa es que vayan a lo que tienen que ir,
como las porno (¡Esas son...! ¡Son geniales!). Además es que el argumento siempre es el
mismo, no? Un viejo que tiene un restaurante, la mafia se lo quiere quitar, entonces el viejo
va a pedirle ayuda a un chico, el chico dice: "Mira no, yo nunca me he peleado", hasta que
le revientan la nariz al chico este, se calienta... ¡qué ostias!...
Macho y te quedas loco, si dices: "Joe, palomitas más, cocacola,..." ¡Eso es negocio!
En las películas de chinos, que la chica no muera. Porque los chinos además, tienen muy
mal sentido del humor para estas cosas. Porque a un chino le puedes hacer de todo, pero
ahora, que la chica muera... Macho, ya te puedes esconder, como su china muera: la has
cagado, ¿sabes?
Osea, hablando de esconderse, lo mal que que se esconden los malos en las novelas
policíacas. Porque están ahí, detrás de una columna, están así. Y claro, se les ve toda la
barriga fuera, y el bueno es bueno porque es bueno, pero no es gilipollas, eh? Claro, se
cabrea y los mata a todos. Joe, todo lo que les pasa... Se calientan, se calientan y...
A mí las que más me gustan son las de miedo. Las películas de miedo. ¿Qué les
pasa a los coches de las películas de miedo? ¡Que no han pasado la ITV! A ver, está el tío
ahí arrancando el coche, y el malo a por él, el malo a por él... el tío que no arranca el coche,
y el malo "Bua, ya verás cuando te pille..." Y hasta que no tiene la nariz pegada a la
ventanilla, el coche no arranca. ¡Joe que miren eso que va a pasar alguna desgracia un día!
¡Hombre! Es que, es que, a ver...
En las películas de miedo no puede faltar el idiota, ese que le han dicho "no os
separeis". Y va y se separa. Dice: "No, es que voy a por velas al sótano" Y le matan, joder
¡con razón! ¡Es que casi te alegras! Dices: "!Toma por idiota!"
Una cosa que es muy peligrosa en las películas de miedo, es la higiene. Porque ves a
un tío en la ducha, y dices: "Bua, este cae fijo" Osea, o le tiran un secador enchufado para
electrocutarlo, o baja un tío de arriba y le ahoga o tal,... pero muere fijo. Igual que si sale un
borracho sin venir a cuento, dices: "Esta cae seguro también" O un gordo, o un negro,...
Aunque estos últimos, los negros, lo pasaron muy mal en las películas de Tarzán, eh?
Porque era una época en la que el cine era muy racista, y en las películas de Tarzán, los
puteaban... Porque no hacían nada más que caerse por las montañas. Que yo no lo entiendo,
porque los blancos no tienen ni puta idea de por donde van, y sin embargo no se caen.
Macho, los negros, que conocen la selva de cabo a rabo, se están cayendo cada dos por tres.
Y con el fardo y todo, que no lo sueltan: "Ahhhhhhh..."
Aunque las películas de Tarzán, no son malas todas, osea nos dieron que aprender.
En las películas de Tarzán, aprendimos una palabra que es que lo decía todo: "ANGAUA"
Decía: "Corre, corre. Angaua, angaua" "Fuera, fuera. Angaua, angaua" "Silencio.
Angaua"
- Oye voy, ¿me traes una cerveza del frigorífico?
- Angaua. Voy.
- ¿Me la traes o no?
- Que "angaua" voy
Es increíble, es que, es que se empeñan en poner cosas, en hacerlas diferentes, y es
que no, incluso en el sexo. El sexo se hacía en la cama, se hace en la cama siempre. Pues
no, ahora en cualquier sitio, y se conocen y nada más que se conocen al pum pum pum. Y
les da igual en un cubo de basura, en una reja, en las escaleras,... Joe, que se hacen daño
contra los escalones aquí detrás. Que lo hagan en el rellano, a ver. Y cuando no, que llegan
a casa y empiezan a tontear: "Uf, ¡qué calor!" Y la coge y la echa contra la pared (pum),
"espérate", y la coge contra la otra pared (pum), y la coge para el otro lado.
Y la pared es lisa, vale. Pero, ¿si es de gotelé, qué?
Yo creo que lo que tienen que hacer, es dejarse de extravagancias, poner las escenas
que a nosotros nos gustan, porque así iremos al cine. Muchas gracias y buenas noches.
 
Las preguntas de los niños

Por Manel Fuentes

¿Han pensado alguna vez por qué los niños hacen tantas preguntas? Verán, el niño
llega y te dice:
- Papá, ¿me compras un "Teletubie"? - No hay "Teletubie".
La has fastidiado, porque ahí empieza ya su táctica.
- Papá, Papá, ¿por qué el mar es azul?
- Pues mira hijo, el mar es azul porque se refleja el cielo.
- Ah... Y Papá, Papá, ¿por qué el cielo es azul?
- Pues mira hijo, el cielo es azul porque... porque...son cosas de la estratosfera.
- Papá, Papá, ¿qué es la estratosfera?
- Pues mira hijo, qué es la... osea, ¿me estás preguntando que qué es la estratosfera?
¡Yo no sé qué os enseñan ahora en el colegio, hombre! Anda, anda, toma 1000 pesetas y
cómprate el "teletubie" ese.
Pues así es como lo consiguen todo: preguntando.
Estoy pasando unos días en casa de mi hermana, y mi sobrino me tiene alucinado.
¿Ustedes se han fijado que los niños hacen preguntas mucho más inteligentes que los
mayores? Cuando les recoges del cole les dices: "¿Te has comido el bocadillo? ¿Has jugado
con plastilina?"
Ellos en cambio plantean cuestiones como: "¿Por qué el mar no se sale? ¿Los
pájaros que hay en España son españoles? ¿En el cielo hay "Corte Inglés"?"
Y es que... Es que los niños todavía no han aprendido a tener prejuicios, preguntan
las cosas y no les da vergüenza. Yo he descubierto que hay tres lugares donde un niño se
pone especialmente preguntón. El primero es la cama. Claro cuando tú le vas a acostar,
como él no se puede dormir, te acribilla a preguntas:
- Tío, ¿los conejos se lavan los dientes?
- Sí, sí, venga hasta mañana.
- Manel, ¿por donde mean los peces?
- Por un agujerito, a dormir, a dormir.
- ¿Y los animales por qué no llevan gafas?
- Porque eh... duermen mucho y no tienen la vista cansada, eh? Duerme, duérmete.
Y a las tantas de la madrugada, el niño se despierta, va corriendo a tu habitación, y
te dice: "¿A que no se dice puta, cabrón y gilipollas? ¿A que no se dice puta, cabrón y
gilipollas?"
¡Ah! Su segundo lugar favorito para hacer preguntas es el coche. El otro día íbamos
con su padre, y de repente suelta:
- Papá, ¿por qué no tienes pelo en la cabeza?
- Vale niño, cállate y mira las nubecitas, eh? Y SI tengo pelo.
- ¡No tienes, en esta parte no tienes, no tienes, se te ve la carne!
Y el tercer sitio donde los niños se ponen filosóficos es el baño. Es sentarse en el
váter, y empezar a surgirle dudas trascendentales:
- Tío, ¿de qué color es la piel de Dios?
- Bueno... eh... Dios no tiene piel cariño, Dios es etéreo.
- Ah "etéreo" como el "radiocasete".
Aunque lo malo, no es cuando no sabes qué contestarles. Lo malo es cuando te pone
en un compromiso. El otro día estábamos toda la familia en casa de la abuela, y de repente
mi sobrino se encaprichó de la figurita de Lladró:
- Abuela, ¿me la das?
- No hijo, cuando yo me muera será para tí.
- Ah. ¿Y cuando te mueres?
Pero no es que los niños sean crueles, ¿eh? Es que necesitan informarse. Y es que
aunque el niño diga que quiere ser bombero ó médico ó policía, la realidad es que todo niño
lleva dentro un periodista nato. Un niño necesita información: la infancia es una etapa
angustiosa, llena de dudas. Yo de pequeño lo pasé fatal, ¿eh? Un día le pregunté a mi
madre: "Mamá, ¿de donde salen las chuletas?" Y ella me dijo: "De los corderitos cariño, los
corderitos como el de Norit" ¡Como el de Norit! Vamos, pillé un berrinche...
Pero aún hay una pregunta más angustiosa para un niño: "Papá, ¿quién puede más
Superman o La Masa?" Y sobre todo: "Papá, ¿quién puede más TÚ o La Masa?"
Claro, y es que el niño tiene tantas dudas, que incluso hay veces que pregunta las
cosas cuando ya las ha hecho: "Mamá, ¿a qué no pasa nada si tiro los macarrones por la
ventana?, no pasa nada" "¿A qué no pasa nada si las gafas de Papá se rompen?, no pasa
nada" "¿A gué no pasa nada si me medo un garbando en la nariz y me lo embujo pada
dentgro?, no pasa nada, no pasa nada"
Luego, hay unas preguntas para las que los mayores (los padres), se creen que están
muy preparados: Las de sexo. Como se han comprado un libro tipo "La aventura de nacer",
donde salen dibujitos del espermatozoide, el óvulo, ¿eh? Un primer plano en escorzo del
zigoto... Todo muy bien explicado. Y claro, el niño termina de leer el libro y dice: "Vale
Papá, pero ¿qué es una PAJA? ¿TÚ te haces pajas?"
¡Ah! Y cuidado, que los niños practican también el periodismo de investigación:
- Papá, Borja dice que el coche de su padre es mejor que el tuyo.
- Venga anda, el papá de Borja es gilipollas.
- Pues dice que es un 16 válvulas y que vale 4 millones.
- Por eso es un gilipollas. Cuando te diga eso le dices que el nuestro vale 6 millones.
Entonces el niño, se va a contrastar la información con otra fuente: - Mamá, ¿cuánto
vale el coche de Papá?
- 4 millones.
- No Mamá, 4 millones es lo que vale el coche de Borja, Papá dice que el suyo vale
6 millones.
- Pero, ¡6 millones!¡Tu padre es gilipollas!
- No Mamá, gilipollas es el papá de Borja.
- No, y tu padre también. ¡Se va a enterar!
Claro. Y el niño con todos estos datos, a la mañana siguiente abre su informativo
diciéndome: "Manel, ¿por qué todos los padres son gilipollas?" Y él no se queda en los
titulares, ¿eh? Él sigue investigando: "Manel, ¿cuánto vale tu coche?" A ver qué le digo
para que no se piense que soy como su padre y el padre de Borja. Buenas noches.
 
Vente a casa a dormir

Por Ángel E. Coy

El tema del que esta noche quiero hablaros es de la realidad, de la realidad cruda y
dura del amor, pasas horas y horas con tu novia, compañera, rollo... cada vez los jóvenes
ponemos unos nombres más complicados, porque ya no sabes si tu "novia" es la de toda la
vida, la de buena familia, la de los suegros, la que no puedes salir de casa sin decirle, “no
tardaré cariño”, “si no sales tú, para mi la fiesta no tiene sentido, tampoco salgo”, la que le
regalas el primer día la alianza de compromiso, pensando en que, por apenas 12,09 euros la
tienes para toda la vida.
Pero tu "compañera", se confunde, no es la del trabajo, o la del sindicato, sino
sencillamente la chica encantadora que está deseando verla, que la llamas solete y que es lo
mejor que te ha pasado en tu vida, que puedes hablar con ella, contarte tus temores y
también tus sueños y que ella haga lo mismo.
Luego está “rollo”, sí este sí que está claro y que no es ninguna de las anteriores, y
que si las anteriores se enteraran ya no serían nada ninguna de las dos anteriores, porque se
conjurarían contra ti, y serían capaces de hacer el trenecito delante de ti para hacerte pasar
envidia.
Pero no lo que yo hoy que quería hablaros es de que cuando estás tantas horas con
tu novia tienes “el mono” y te apetece pegarte a ella veinticinco horas al día, qué digo,
cincuenta, mil horas al día ¿no os ha pasado que siempre tiene que irse a dormir a casa
temprano?, como si a las tres de la mañana fuera la hora en que se levantaran los
delincuentes, pero los malos, no los que roban a los ricos para dárselo a los pobres, y fueran
como los vikingos arrasando por las calles, con todas las chicas buenas que encuentren, es
como si salieras con una delincuente en tercer grado, a dormir todas las noches a la cárcel,
y es entonces cuando te planteas dormir con ella y como el coche es algo incómodo y
debajo del puente siempre hay algún coche, le sugieres llevártela a casa a dormir, ¡qué
buena idea!
Pero claro están tus padres, vaya, no habías contado con esto, le das vueltas a la
cabeza y te planteas, “pero, ¿por qué no?”, si pasara algo la puedes esconder debajo de las
sábanas, “una arruguita que hace la manta mamá”, o en el armario, ¿quién va a mirar en el
armario entre la montaña de ropa sucia que has dejado de todo el fin de semana?, o...
debajo de la cama..., mejor debajo de la cama, ya nadie mira debajo de la cama por si hay
alguien con un cuchillo y quiere matarte, aún encima no se lo vas a poner más fácil, ¡venga
a qué esperas para matarme, no te quedes toda la noche ahí que te vas a quedar congelado!,
y piensas que todo es perfecto, y claro se lo dices, “vente a casa a dormir”, y ella sin
pensarlo te dice, “¿pero estás loco no?, ¡lo estarás diciendo de broma!, ¿verdad?”, claro tú
no caes en la estupidez que estás diciendo, porque habrá algo más estúpido que llevarla a
casa con tus padres durmiendo a dos metros de tu habitación; “no en serio vente a casa a
dormir, mis padres no se van a enterar, ¿cómo se van a enterar si estarán durmiendo?,
efectiva lógica, ellos nunca se enteran, duermen como niños, si no se enteran los fines de
semana cuando llego a casa, ¿cómo se van a enterar un lunes?”, que habría más bonito que
jugarse la vida por tu chica, por la que suspiras, el oxígeno de tu corazón, y claro tan bonito
se lo pones que ella, que aún siendo más inteligente, calculadora y hábil que tú, cae en la
trampa, ¡vale!, “seguro que nos pillan”, y a ver qué le digo a tus padres, “¿que era una rana
que te encontraste por la calle y que si me metías en tu cama me convertía en princesa?”,
venga hombre que ese cuento ya se lo saben, y de todas las formas ya no quedan princesas,
pero la has convencido, ¡eres un flecha!, ¡que labia tienes!, vales para político, tienes el don
de convencer a la gente, has hecho que pierda la razón, ahora en vez de morir tú, moriréis
los dos.
"Vale, me voy a dormir a tu casa pero hay que buscar una buena excusa”; tú ya no
puedes salir de tu estupidez, tu deseo se ha cumplido, ¡Dios existe!, los ojos te desbordan,
las piernas te tiemblan, ya casi no puedes sostenerte y caes al suelo, desde el suelo las
manos te empiezan a sudar, te estás desecando, resbalas, la sangre no te llega al cerebro y
es cuando empiezas a verlo todo borroso, estás en una nube, y empiezas a sonreír, ¿sonreír?
cómo puedes sonreír por algo que te va a quitar la vida, es que no ves que eres joven y vas a
morir, que jamás cobrarás la pensión, y claro a una solución otro problema, ¿qué le dice a
sus padres?, le empiezas a dar ideas: “no es que hoy es el cumpleaños de Mamen y me voy
dormir a su casa, no están sus padres y su novio está en Alicante trabajando, está sola en
casa y quiero compartir estos momentos tan importantes con ella para que no se deprima”,
y claro sus padres que no son tontos se huelen algo, y ni se lo piensan: “NO”, ¿un no?, y
claro tú nunca habías pensado en que dijeran que no, ¿cómo iban a decir que no?, si esa
palabra no existe, ¿existe?, ¿cuándo la han inventado? ¿está en el diccionario? ¿cómo puede
ser?, era perfecto, ¡perfecto!; vale, ya tenemos otro problema, ¿qué hacer?, porque claro
ella ya se ha hecho a la genial idea de venir a dormir a casa, qué experiencia, dormir con el
hombre más guapo de la tierra, “Yors Cluni” en su cama, despertar a su lado, ¿quién podría
perderse ese momento tan mágico y bonito?, ¡¡cuántas quisieran!!, sin embargo, no se
podrá hacer realidad y de repente te llega un mensaje, “tndrá q sr otro día, no pued sr,
bsos”.
Pero tú no puedes dejarlo así, no puedes dormir solo, cómo vas a dormir solo, que
estupidez, llevas durmiendo veinticinco años sólo, nueve mil ciento veintinueve noches
sólo y cómo puedes dormir una noche más sólo, ¡impensable!, si ya tienes hasta el plan
hecho, todo es perfecto, le dejas tu pijama, ¡tu chica dentro de tu pijama!, la emoción te
desborda, tu mente se va al cielo, estará igual de preciosa que la “Feifer” en lo que “La
verdad esconde”, le dejarás que se ponga uno de tus calcetines de Disney que utilizas para
dormir, qué bonito un pie cada uno, que puede haber en la tierra más tierno que verla con tu
pijama de rayitas y tu calcetín de “Micki”, le pondrás la mejor música, la abrazarás y
besarás toda, toda la noche, las horas ya no pasarán, el reloj ya no será un incordio, sino un
testigo, toma esa, ya era hora de que te ganara reloj estúpido, y al día siguiente la
despertarás con el mejor beso y la voz más dulce “Buenos Día solete”.
Y sigues empecinándote más, tu mente está enajenada, loco de amor y pasión, sólo
piensas en ello, dormir con el ser más bello del mundo y no va a ser posible, el mundo se
acaba..., no podré dormir esta noche sin ella, es el fin, no lo soportaré, moriré de pena,
abandonado..., no quiero..., no puedo..., quizás no llegue a despertar, que muerte más triste,
sin mi chica a mi lado en esas horas tan difíciles de agonía, "qué hago?", ya está cómo se
me había podido pasar, nada de mentiras, mentir nunca es bueno y al final te pillan, aparte
es pecado, yo no quiero ir al infierno, siempre con la verdad por delante, lo he decidido:
“hablo con sus padres”, me pondré mis pantalones de pana, la americana azul marino de mi
hermano y la corbata azul de lunares blancos de la boda de mi padre y seguro que cuela, a
mi padre le funcionó, y lleva treinta años seguidos durmiendo con mi madre, yo puedo ser
menos, soy más guapo y más joven que mi padre, sólo ante el peligro como “Cary Gran”,
me afeitaré, me pondré mi colonia de “Angel Chenler” y pondré cara de buen chico, les
digo quiénes son mis padres, que son de buena familia, que mi madre es muy trabajadora y
mi padre muy simpático, e incluso que mi bisabuelo estuvo en la guerra de África, un
héroe, ¡qué estupidez!, pero tengo que darles razones..., y también que llevo muy buenas
notas, que llevo todo dieces y que he suspendido matemáticas aposta para sacar mejores
notas en septiembre, que soy socio de varias “oenejes” e incluso les puedo decir que es la
primera noche que duermo con ella, ¡¡así se quedarán más tranquilos!! y seguro que cuela.
Tengo que aprovechar el mejor momento para presentarme en su casa, las ocho y
media, puntual, para que vean que soy serio, no puedo llegar un minuto tarde, ¿qué
pensarán?, ¿qué no me importa?, que es cuando está Gente, los famosos duermen fuera de
casa todos los días, mira el Denilson y la Vicky, y mi madre que lo ve todos los días le
encanta ese programa, a todas las madres les encanta, siempre están queriendo parecerse a
los famosos, cuánto glamur, ¿por qué no?, si los famosos lo hacen, pues que tiene que ser
normal, ¿pero que estoy diciendo?, su padre saca la escopeta de caza y nos matan a los dos,
seguro que pensará que los famosos son unos golfos, yo no quiero que piense que soy un
golfo, pero claro, ¿a qué hora voy?, en el telediario no voy a ir que estarán cenando y entre
los afganos y yo, seguramente se les indigeste la comida, descartado, cuando den el tiempo,
tampoco, y que mañana haga frío y llueva, y claro si voy cuando están poniendo operación
triunfo pueden pensar que va a estar tres meses fuera de casa, y tampoco es plan, y para
rematar cuando ponen "crónicas marcianas" para que os voy a contar..., peor el remedio que
la enfermedad, total, que ya no quedan más programas que me favorezcan, las opciones se
acaban, la noche se echa encima, las nueve, solo quedan dos horas para buscar la solución,
el reloj se vuelve en mi contra otra vez, no si al final siempre gana él, ¡vengativo!
Y vuelves a la mentira, mentir, eso mentir; soy el diablo, ya no quiero el cielo,
quiero mentir, ¡me incitan a mentir!, pero ¿cómo no se pudo pasar antes por la cabeza?, ¡la
secuestro!, mejor un secuestro, buena idea, pero qué estoy diciendo ¿secuestrar a mi chica?,
¡Como están los secuestros en España!, todo el país buscándola, hasta la policía local que
nunca hace nada se sumaría a la investigación, y seguro que la maruja del segundo que
siempre está en el balcón la ve entrar en casa, lo ve en las noticias de la 2, la reconoce y
llama a la policía, ¿quién no se sabe el 092?, podían poner otro número más difícil, por
ejemplo un móvil, que siempre te equivocas, y para cuando quieran venir mi chica ya se ha
ido, y al día siguiente tengo a los geos, a los de telecinco, que están siempre están en todas
partes hasta en la sopa, y hasta a Ana Rosa Quintana en mi habitación, preguntándome “por
qué se me ocurrió compartir los calcetines de Disney y si tiene algo que ver con los
atentados del 11-S”, pero igual no se enteran mis padres, cómo se van a enterar si duermen
como niños..., ¡no!, tiene que ser algo más creíble... y menos peligroso, ya está, ¡¡las
amigas!!, para los momentos difíciles siempre tienen que estar ahí, y este es el momento
más complicado de mi vida, “es que ha acompañado a una amiga a urgencias y estaba
colapsado y no hemos podido salir en toda la noche, pero claro ahora hay que buscar a una
amiga, un coche, una fractura y un kilo de vendas para poner en algún sitio del cuerpo, y
claro, si tiene que estar toda la noche fuera pues que le tienes que buscar casa, pijama,
calcetines, y cama o armario, ya está, solucionado, no te preocupes, te la llevas a casa, si no
pillan a mi chica, ¡cómo la van a pillar a ella tonto!, en la cama cabemos los tres, pero claro
la arruguita de la manta ya no es creíble, mejor el armario, es grande, ¡¡dos chicas en mi
casa!!, igual no se enteran mis padres pero se entera todo el vecindario, y la vecina del
segundo flipará y me denunciará por polígamo; total, que tampoco, no hay opciones y
entonces se te pasa por la cabeza la mejor idea, cómo la podías haber olvidado, irte tú a su
casa, porque los chicos tenemos más facilidad para pasar la noche fuera, nosotros sí que
sabemos mentir y convencer a nuestros padres, somos unos ases, el sexo de la mentira, el
don divino, "no puedo venir a dormir, es que tengo un curso en Madrid y vengo mañana, si
quieres algo llámame al móvil", y claro si tus padres duermen, los suyos qué hacen pues
dormir también, todos los padres duermen ¿no?, y cómo te van a pillar, si con tanto cine
soy un experto, en un salto a lo matrix te subes al armario o te pegas como una
salamanquesa al techo y ni te ven, o dejas el armario abierto, por si acaso, y te escondes
detrás de sus vestidos, ¿quién va a mirar un monótono lunes detrás de su falda y su
camiseta de nochevieja?, o desciendes por su balcón, por la cañería, mejor desaparecer, si
no hay arma del crimen nunca hubo crimen, si Harry Potter puede hacerlo, tú vas a ser
menos que ese niño introvertido y estúpido, entonces le mandas un mensaje “ola solet ya
tngo solucion, q stoy pnsndo q m voy a tu ksa, no t preocups x nada. 1bso”, ¿cómo se puede
preocupar...? si lo tengo todo pensado, paso la noche con ella y por la mañana desaparezco,
como yeims bon, que no deja ni rastro, en fin que después de aquella noche en la cual no
me pillaron, he decidido no jugarme más la vida y he encontrado la solución a mi remedio,
ahora somos conductores nocturnos del metro y ya no tengo este problema para dormir con
mi chica, dormir de día con mi solete cuando sus padres están trabajando, Buenas Noches.
 
El Gordo de Navidad

Parece mentira que en una época como la Navidad, cuando se supone que tenemos
que ser todos buenos y felices, empiece con algo que despierta nuestros más bajos instintos:
la lotería. Sí, sí, no pongan esa cara.
Seguro que todos ustedes llevan lotería. Y, ¿por qué la compran?. Sean sinceros,
¿por ilusión?. No, por ilusión se compra un decimito. Los demás se compran por envidia.
Por que no soportarían que les tocasen a los de su barrio y a ustedes no.
Miren ustedes, yo cuando compré el primero me dije: "Mira, a ver si salimos de
pobres, si me toca lo repartiré con la familia, le daré un millón a mi hermana, le compraré
el coche a mi cuñado, a Mariví un reloj de oro, y a mi suegra unos guantes de boxeo que le
han hecho ilusión toda la vida".
Pero un día llegas al bar de debajo de tu casa y el camarero te dice:
- Tengo lotería, te lo digo porque todo el mundo ha comprado, tu verás lo que haces
¿eh?
Oye, que el tío te amenaza: y tú que no pensabas comprar, de pronto te imaginas el
día de lotería con el bar lleno de gente brindando:
- A mí me ha tocado diez.
- A mí treinta.
Y que alguien te señala y dice:
- Mira, a ese le ofrecieron y no compró.
Eso te marcará para toda la vida. Ya pueden pasar años, que tu serás siempre "el
pringao que no compró". Y hasta te imaginas a tu mujer pegándote la bronca:
- ¡Desde luego, con la cantidad de horas que hechas en el bar y no comprar...
Qué inútil que has sido toda tu vida.
Y claro, dices al camarero:
- Dame cuatro.
A partir de ese momento la envidia te hace coger toda la lotería que te ofrecen: la de
la panadería, la de la oficina, la del hogar del pensionista... Y ahí no acaba la cosa: pierdes
los escrúpulos y hasta tus principios. Si te ofrecen lotería del PP, tú, que siempre has sido de
izquierdas, la compras. Y ahí tienes dos boletos con la gaviota en tu cartera, al lado del
carnet de Comisiones. Y como toque, serías capaz de cantar la musiquilla:
"Tatán...tatán...tataratatán...". Y todo por la lotería. ¿Ven como saca nuestros peores
instintos?.
Estás tan obsesionado con que te toque, que incluso crees en cosas de las que
normalmente te ríes. Sale Aramis Fuster por la tele diciendo:
- Este año el gordo acabará en nueve, o en ocho, y hacedme el favor de sed muy
felices...
Y compras uno. Luego sale Rappel:
- Mi tarot te ayuda, El Gordo va a acabar en seis.
Llama mi cuñada y dice que ha soñado que ha acabado en cinco. ¡Cago en diez! Y
luego llama tu suegra:
- ¿Habéis comprado un número donde las inundaciones del año pasado?
Y empiezas a mirar dónde fue la inundación más grave, que desde luego hace falta
ser degenerado para ir a comprar donde hubo una desgracia:
- ¿Y dice usted que el agua sólo les llegó al tejado? ¿Y que no hubo muertos? ¡Bah!
Eso no es una inundación ni es nada...
Y luego, ya, el colmo. ¿Se han dado cuenta de que si la lotería es de otra ciudad nos
parece que tiene mucho más valor? El que tiene te la ofrece como si fuera hachís:
- Tengo lotería de Ponferrada.
- ¿De Ponferrada? ¡No me digas! Pásame dos.
- Te paso uno por ser tú, pero no se lo digas a Rebolledo.
Eres tan canalla que piensas: "Como toque en Ponferrada, se va a enterar
Rebolledo".
La cuestión es que aparecen tus peores instintos: "A mi hermana no tengo por qué
darle nada. Y bien pensado, si mi cuñado quiere comprarse un coche, que ahorre...Y mi
suegra, con unos guantes de cocina va que se mata".
Por fin llega el día del sorteo y por supuesto no te toca. Y encima tienes que
aguantar la imágenes de la tele, que a los diez minutos te sacan a unos tíos en la puerta de
un bar cogiéndose del cuello y saltando: "¡Oeee! ¡Oeee! ¡Oeeeee!¡Oeeeee!" De repente te
fijas: "¡Coño, si es Rebolledo! Ha tocado en su barrio y el tío no me ofreció. ¿Será
desgraciado? Hace falta ser mala persona".
Pero lo que ya no puedo soportar es cuando sacan a uno que le han tocado cincuenta
millones, que está como si nada:
- ¿Y usted qué va a hacer con el dinero?
- Yo nada, tapar agujeros...
¡Tapar agujeros! ¿Pero qué agujeros tendrá ese tío? Apagas la tele y te bajas al bar y
nada más entrar te sueltan:
- No nos ha tocado nada, pero lo importante es que haya salud.
¡Pero eso faltaba! Que encima de que no me toca la lotería me atropelle un camión.
¿Será posible?
En fin, queridos, que más que desear que nos toque la lotería, lo que hay que desear
es que no le toque a nadie cercano.
 
¡¡¡ Cuñaaaooo !!!

Mañana se casa mi hermana. Pues vale, ¿y a mí qué? Porque claro, he estado


pensando y, vamos a ver, ¿qué voy a sacar yo de esta boda? Porque los novios, al fin y al
cabo, van a sacar el dinero de los invitados, el viaje de novios, un vídeo de gente
comiendo... Vamos, cosas que molan, ¿no?
Pero, ¿y yo? Yo lo único que voy a sacar de esta boda es.... ¡un cuñao! Y la verdad,
me parece una putada, porque a mi hermana le gustará mucho, pero a mí este tío no me
pone nada.
Tu vida con el cuñao empieza ese día que estás tan feliz en tu sillón viendo el tenis,
y aparece tu hermana Mari con un tío y te suelta:
- Éste es Daniel, el chico con el que salgo.
- ¡Ah, estupendo, pues salid!
¡Pero no salen, se quedan en casa! Y lo peor es que tu hermana se va a hacer sus
cosas y te lo deja en el salón, para que os hagáis amigos:
- Hola.
- Hola...
Y en un alarde de ingenio, él dice:
- ¿Cómo van?
- Quince a nada.
- !Joder, qué paliza, ¿no?
Vamos a ver, ¿este tío va a formar parte de mi familia? ¡Con lo bien que íbamos!
Esto es al principio, que está cortado, pero enseguida coge confianza. Y ahí empieza lo
malo, en ese momento tomas conciencia de que en tu vida ha entrado un cuñao. Te das
cuenta porque empiezas a perder privilegios. A la hora de comer tu madre le dice:
- Daniel, tú siéntate aquí, al lado de Mari.
Y tú... ¡Pero si al lado de Mari, desde que nació, siempre me he sentado yo! A ti te
toca la pata de la mesa. Por ahí no pasas, claro, te pones serio y te vas a la cocina a llorarle
a tu madre:
- ¡Mamá! ¿Por qué me tengo que poner yo en el rincón? ¡Que se cambie él!
El cuñao es un tío que intenta hacerse amigo tuyo, pero no le sale. Se entera de que
a ti te gusta el cine y te regala Los Caraconos:
- Toma, como tú eres cinéfilo...
Te entran ganas de regalarle un disco de Tamara y decirle:
- Toma, como tú eres gilipollas...
Y es que un cuñao' es como un condón: sólo sirve para joder.
Un día llegas soñando con un trozo de tortilla que sobró de la comida y tu madre te
dice:
- Se la ha comido Daniel, es que como tenía hambre...
Porque un cuñado siempre tiene hambre.
Y luego pasa lo que pasa: que entras en el cuarto de baño detrás de él y notas un
olor raro. Un olor que no es ni mejor ni peor, ¡sólo que no es de la familia! Si protestas, tu
madre te dice:
- No te metas con él, que es muy buena persona.
- ¿Buena persona? ¡Este tío es un degenerado! ¡Se acuesta con mi hermana! ¿Será
cerdo? ¡Que se acueste con la suya!.
 
Los hoteles

Por Enrique San Francisco

Muy buenas noches.


¿Ustedes se han dado cuenta, de lo raros de que son los hoteles? Que cuando llegas,
te ayudan a subir las maletas a la habitación, pero cuando te vas, no te las baja ni Dios.
Es curioso, cuando vas en el ascensor dices: Bueno, pero coño, como puede haber
tantas fotos del comedor, joder. Pues por el mismo motivo, pues podría haber también en el
comedor muchas fotos de ascensores.
Hay otra cosa que es muy rara. ¿Qué es lo de los cuadros? Dios mío, es patético.
¿Quién coño pinta los cuadros de las habitaciones? Pues tiene que ser la mujer del dueño,
vamos, digo yo. Yo después de mucho pensar he llegado a la conclusión de que en los
hoteles solo se pueden hacer dos cosas, que son: O dormir o robar. No se han fijado, que
nos tratan como si fuéramos delincuentes, tu entras y lo primero que hacen es pedirte la
documentación. Joder, ya estás fichado. A partir de ahí, te sientes tan vigilado que incluso
tienes reparo en coger uno de los caramelos que hay en la cestita. ¿Es increíble, no? Tu
estás pagando 26.000 pesetas por dormir una noche en una habitación y coges el caramelo,
así, jodido. Bueno, y si es de anís y no te gusta, pues te jodes.
Otro de los datos que nos indican que para ellos, nosotros somos unos chorizos es la
llave. Hay que joderse como es la llave, es impresionante, ¿eh? O sea, es una cadena con un
bolón de metal impresionante. Que lo coges y dices: Bueno, coño, o sea, joder, pero es que
parecemos presos, ¿eh? Es más, viene el botones y te dice: ¿Quiere usted que le ayude a
subir el equipaje? Dices: No, ya llevo yo el equipaje, suba usted la llave hombre.
Pero ellos están al día, sí. La putada. Efectivamente. Ahora vas y te dan una tarjeta
de plástico. Dices: Pues mejor que la cadena y la bola... Vale, cojonudo. Subes a la
habitación, introduces la tarjeta, y se abre la puerta. Dices: cojonudo. Pero claro, el
problema es la luz. No hay Dios que encienda la luz. Bueno, y dices: Vale, cojonudo.
Vamos a ver, otro paso: por fin hemos conseguido dar con el interruptor o introducir la
tarjeta en su sitio, para que haya luz. Pues te pones a inspeccionar. Si el hotel es de muchas
estrellas, entras y dices: "¡A ver que hay!". Ilusionado. ¡A ver que hay! Pues, joder, coño,
hay hidromasaje, hay canal porno. Si no tiene muchas estrellas, entras y dices: “A ver si
hay...” A ver si hay aire acondicionado, hilo musical... Y si no tiene estrellas. Pues entras y
dices: Dios mío, a ver si no hay cucarachas. A ver si no hay uñas cortadas encima de la
almohada.
Bueno, una vez has inspeccionado ya todo, entras en otro “A ver”: “A ver que puedo
robar, hombre”. Me llevaré pues, la alfombrilla del lavabo, los ceniceros, las toallas. Las
toallas, perdón, me ha recordado a mi novia. Sí, todas las toallas que hay en casa de mi
novia son de la marca: Meliá. Ella dice que son estupendas. Incluso que es un algodón
mucho mejor que el de Portugal. Y por otro lado, pues, sale más barata. Es muy rica.
Pero el protagonista de la habitación es el albornoz. Bueno, eso es increíble. Ves el
albornoz y dices: “¡Joder!”. Bueno es que hay algunos que tienen hasta capucha como el
que tenia Rocky. Dices: Bueno, éste cae seguro. Tu te acercas al albornoz, pero hay una
nota al lado que dice: “Si quiere usted uno de nuestros albornoces, pues puedes ponerse en
contacto con el recepcionista, son 10.000. Y 10.000, vamos no me jodas. Ahora mismo bajo
hombre, espérate un momento. Coges el albornoz, dices: “Serán chorizos, pues no me
quieren cobrar por esto 10.000 pesetas”. Y cuando vas con él, ya, que lo tienes cogido, te
encuentras de frente con la pantalla de la televisión, y ves que pone: “Bienvenido al hotel
señor San Francisco”. Dices: ¡Hostias! ¡Hostias! Estos cabrones me tienen controlado, a ver
como veo yo la película porno ahora.
Bueno, lo dejas, te vas al armario, pones unos suéteres. Al abrir el armario te
encuentras una caja fuerte. Coño, una caja fuerte, pues te sorprende. Dices: “Joder, para que
estará?”
Bueno, te quedas pensando. Ahora voy a tomarme una copa, vas al minibar, lo
abres, y entonces es cuando entiendes porqué está la caja fuerte. La caja fuerte está para
meter en la caja, el agua mineral, los panchitos, el chocolate y el albornoz. Ahí te cabreas y
dices: “Uy, a mí me parece que los me están desafiando hoteles. Y entras en otro “A ver”:
“A ver quien es más chorizo, hombre!”. Coges, pones el secador a toda leche, el agua, la
bañera, el hilo musical, todas las luces, en fin, que te pones morao. Ahora se van a joder. Es
más, incluso te tomas las copitas, y todo lo que hay en el minibar y rellenas ingenuamente
con agua las botellitas. Te acuestas, pero, amigo mío! Ahí te tienen preparada la venganza,
cabrones. La venganza del interruptor. Quieres descansar y haces así y resulta que para
desconectar la luz de la mesita de noche, pues se enciende la de al lado. Encima estás
jodido porqué estás solo. Vas a poner la otra y se enciende la del salón, pones no sé que y se
enciende la del baño. Ya te cabreas tanto, y dices: “Mira, pensándolo bien, a mí me da igual
joderme, voy a meter los dos dedos en el enchufe a ver si provoco un cortocircuito y lo jodo
todo. Seguro que los interruptores, los ha diseñado la mujer del dueño del hotel. Pues se va
a joder, que lo arregle ella. Lo que pasa es que luego, cuando bajas a recepción y te dan la
cuenta, pues, te das cuenta de que has perdido la batalla. Es verdad, yo me he pasado al otro
bando, es cierto. Estoy ahora mismo invirtiendo, es más, voy a hacer un hotel. Tengo un
primo que se llama Guillermo y vamos a inaugurar en breve, están todos ustedes invitados,
un hotel que se llama: “Guillermo Hotel”.
Buenas noches señores.
 
¿Con qué nos engañan de pequeños?

Buenas noches.
Os quiero contar un secreto: Espinete... no existe. Es un erizo que interpreta el papel
de Espinete. Además el pobre está encasillado.
Y es que de pequeños vivíamos engañados. Y nuestros padres eran los principales
responsables. No dudaban en recurrir a cualquier mentira con tal de conseguir sus
objetivos.
Por ejemplo, a la hora de la comida. Si tu no querías comer, te intentaban hacer
creer que la cuchara con el puré de verduras era...un avión. ¡Vaya símil más acertado! De
hecho creían que lo único que le faltaba para ser verosímil era el sonido del motor. Y ahí les
veías BRRRRRRRRRRRRRR.
Claro. Es que pensaban: “Si el niño no quiere comerse un poco de puré... Seguro
que se come un avión”. Además te hacían responsable de la buena alimentación de toda tu
familia: ”Esta por papá. Esta por la tía. Esta por el butanero...” Osea, tenías que comer tú
por todos.
A veces sus mentiras conseguían lo contrario a lo que se proponían. Por ejemplo,
para conseguir que nos durmiésemos se inventaron las nanas. Que igual la música era
apropiada, pero fallaban en la letra. Como esa que decía: “Duérmete niño. Duérmete ya.
Que viene el Coco y te comerá...” Y tu:”¿Cómo? ¿Qué va a avenir quién? O sea que
después de esta información ¿Tu quieres que yo me duerma?” Claro te pasabas toda la
noche así (GESTO DE OJOS COMO PLATOS) Y es que decías: “Joé. Ya que va a venir el
Coco... ¡Por lo menos que me pille despierto!”
Cuando nos llevaban al médico también recurrían al engaño. Y te decían cosas
como: “Tonto, si no te va a doler...” Además te decía “Tonto, que ya verás como al final el
doctor te regala una piruleta” “¿Una piruleta? ¡Haberlo dicho antes! ¡Rápido! ¿A qué
espera? ¡Hágame una vivisección sin anestesia!
Cuando terminaba la consulta, el medico te decía: “ Toma CHAVALOTE. Esto para
ti”. Y lo que te daba era el palito con el que te había examinado. Y encima tu madre: “¿Qué
se dice?” “¡Roñoso! ¿Qué has hecho con el resto del helado?”. ¿Qué esperaban que
dijésemos? “Jo, gracias. Lo que voy a fardar en el cole con este palito” ”Tío. Que enrollado
tu médico. Un palito. Te lo cambio por mi videoconsola.” ”¿Nos dejas jugar a nosotras con
tu palito?” Esto último me lo siguen diciendo...
Otra técnica que empleaban los mayores para engañarnos era la de asociar algo que
no nos gustaba nada con algo que nos gustase mucho. Con esta idea se inventaron los
juegos educativos. Y es que ¡Vaya manía con que aprendiésemos jugando! Que si el balón
de playa mapamundi. Que si los lápices con la tabla de multiplicar. Que si el puzzle de
España por comunidades...
Nuestros padres tomaban nota de esa idea de asociar algo bueno con algo malo y te
sorprendían diciendo cosas como: “Vamos a jugar a recoger tu cuarto” , “¿Vamos a jugar a
recoger tu cuarto...?” Es como si tu le dices a tu pareja: “¡Vamos a follar planchándome los
pantalones”
Y como conclusión, la frase con la que los padres ponían fin a todas nuestras
preguntas. “Papá ¿Por qué las chicas son tan raras?” “Cuando seas mayor lo entenderás”...
Pues también en eso nos mintieron.
Buenas noches.
 
Me han regalado un perro

Buenas noches. Hace ya unos años, unos amigos ¿no? me preguntaron: “Oye, ¿qué
quieres para tu cumpleaños?” “Dame una sorpresa” “No, no, dinos qué quieres, porque así
es más fácil...” “Que no, hombre, dame una sorpresa...”
“No, venga, dinos...”
Digo “bueno, un perro...” pero como el que dice un ordenador, una tele, una
videocámara... no, un perro ¡je!
A la semana siguiente quedamos en un bar, veo una caja de cartón que se mueve...
digo “no será un perro”. Coño, la abrí y era un perro... ¡un perro! Un cachorrito así, de un
mes, haciéndome chantaje emocional. Miraba así... “el nunca lo haría” digo “bueno, pues
yo tampoco, me lo quedo...”
Total, que un perro, ¿y ahora qué hago yo con un perro? Pues corrí a la librería,
claro, como suelo hacer, y me compré un libro titulado “Cómo adiestrar a su perro”. Digo
“mira, este parece que va con el tema”
Capítulo 1 – “Cómo hacer que el perro no orine en casa” Está bien, porque coincidía
con lo primero que quería saber mi madre, también. Sí, así es que bueno, para esto hay
varios métodos, y el más efectivo es el más cruel. Consiste en coger un periódico,
enrollarlo, untarlo por la orina y atizarle al perro. A mí de pequeño, pues no me hubiera
hecho gracia que mi padre, en vez de llevarme al orinal o cambiarme los pañales, me
hubiera dado un bofetón con la mano llena de pis. Pero bueno, pues como no me quedaba
otra alternativa, mi madre realmente tenía prisa, digo bueno, pues vale, pues le atizo con un
periódico, correcto. ¿Con qué periódico? ¿Le meto con El País, o sea, flojito? O le arreo un
hostiazo con el ABC... Pues oye, al final ni El País ni el ABC. Le metí con El Mundo, que
no hacía falta untarlo en el pis para que oliera mal...
Bueno. Capítulo 2. El perro tiene que aprender cuatro órdenes básicas en la vida de
todo perro ¿no? que son “ven aquí”, “siéntate”, “dame la pata” y “échate”... en inglés. ¿Por
qué? Porque así sólo te hace caso a ti y no entiende a nadie más, digo “muy bien... muy
bien pensado, porque hoy en día prácticamente nadie sabe inglés...”
Entonces ven aquí es “can”, que es perro en inglés... Luego está siéntate, “sit”, la
pata, “the... the pat”, y túmbate que es “flor”, que no sé que coño tiene que ver pero es así,
¿no? Entonces, la primera pues es fácil, dejas al perro aquí, te pones tú como a cuatro
metros, “¡eh!... can”. ¡Ahaha! (risita). Claro, el perrito es pequeño y ya encima le vienes
con idiomas... Bueno, pues a la decimocuarta vez que le dije can, lo cogí por la pechera, lo
arrastré por el parquet, vino sin ningún problema... Lo jodido fue luego que se sentara, que
me diera la pata y que se echara sin darle una galleta después, porque el librito decía “no se
le ocurra a usted darle galletas, no, el perro tiene que hacerlo porque sí, porque es su
naturaleza de perro” Si, hombre, y tú te crees que los perros son gilipollas.
El caso es que con paciencia ¿no? pues el perrito fue asimilando estos conceptos,
incluso alguno más difícil que no venía en el libro, como “no te subas al sofá si mi madre
está delante” y otro que le tocó aprender con la experiencia que es “si tu dueño llega a casa
a las siete de la mañana mamao, tú no meas hasta las cinco de la tarde”.
O sea, que tengo un perro, lo quiero mucho, porque el roce hace el cariño, pero
vamos, no le saco ninguna utilidad. Bueno no, cuidado, una sí. Al cabo de un tiempo nos
hemos dado cuenta de que un perro sirve básicamente para acabar los carretes de fotos.
Oye, tienes un carrete, le quedan dos fotos... “joder, tengo que acabarlo” “hazle una foto al
perro”...
Así que tengo un perro, y quizás se pregunten a estas alturas, “Coño, ¿y por qué te
lo quedaste?”
Pues es que no lo sé. Ahora, eso sí, tengo una cosa muy clara. Si un día yo me hago
famoso por atracar bancos y violar monjas, el perro me seguiría recibiendo igual de
contento cada vez que llego a casa. Muchas gracias.
 
Las bolsas de plástico

Buenas noches.
Yo venía a hablarles de una de las cosas que más le gusta atesorar a los seres
humanos y que, sin embargo, no da la felicidad: las bolsas de plástico.
Yo creo que ya, eh, ya, podríamos dejar de fabricar bolsas de plástico. Hay bolsas de
plástico suficientes atesoradas en las casas como para ir tirando hasta que se extinga la
humanidad.
El problema es que son gratis: Un día bajas al súper y subes: atún, leche, Maizena y
dieciséis bolsas de plástico. Y claro, esas bolsas ya se quedan a vivir en tu casa. No las tiras.
Las guardas por la misma razón que el teléfono de una ex novia, se supone que ya han
cumplido su labor pero aún te pueden hacer un apaño.
Y claro la población de bolsas ha ido creciendo tanto que han tenido que organizarse
en clases sociales.
Por ejemplo, la aristocracia de todas las bolsas son la bolsa del Corte Inglés... fina,
elegante, plástico del bueno... Es como magia, todo lo que metas en esa bolsa se dignifica.
Puedes entrar con un gato muerto en el hotel Palace que si va en una bolsa del Corte Inglés
nadie te dice nada.
Luego está la clase media, las bolsas de supermercado. Las pobres a lo máximo que
pueden aspirar es a suplente de bolsa de basura. Pero como son más pequeñas se llenan
antes y nunca queremos reconocer que la bolsa de basura ya está llena.
Vas echando basura hasta que de repente en lugar de echarla, la posas en equilibrio.
Y se va formando una pirámide y de repente, cuando ya no cabe más, tienes que meter una
botella de Coca-cola de dos litros. No pasa nada, haces la técnica del banderillero: Sí, Con
decisión, abres, clavas la botella, cierras la puerta y sales corriendo Y según te alejas se oye
“clonc”. Aaah... pero tú ya no estás ahí. Porque existe una norma, no está escrita pero todo
el mundo la conoce: “al que se le derrumba la pirámide cambia la bolsa.”
¿Se han fijado como se cambia la bolsa? Las chicas a la velocidad del rayo ¡zas! una
lazada perfecta, dos orejas que ni el conejito Playboy. En cambio los chicos somos todo un
espectáculo. Necesitamos meternos dentro de la bolsa. Sí, porque a los hombres no nos
basta con hacer solo un nudo. Hacemos uno, y si queda sitio otro, y otro. Que al final
parece un chorizo de nudos. Es curioso, las chicas un conejito y los chicos un chorizo. No
se me ocurre nada para hacer el chiste...
Después de las del corte inglés y las del súper están las bolsas de clase humilde. Las
verdes estas que no tienen marca. Que sirven para meter fruta, calcetines y abuelas. ¿No se
han fijado que siempre que empieza a llover las abuelas sacan un bolsa verde y se la ponen
en la cabeza?
Otras bolsas de clase humilde son las que nos dan en los aviones para vomitar. Que
tiene narices, ¿eh? Que para una bolsa que nos da asco tocar nos la den sin asas. Es como si
los guantes para tacto rectal, los hicieran sin dedos.
Pero sólo viviremos felices cuando exista un día en el que miraremos a una bolsa de
plástico a los ojos. En el día en el que no cuente su clase ni su condición social. Pero sobre
todo, seremos felices cuando en el DIA no haya que pagar cinco pesetas por una bolsa.
 
El apretón

El tema del que vengo hablar hoy no son las películas de terror, y sin embargo
provoca escalofríos, sudores, sufrimiento, acongoje y, sobre todo,... es para cagarse.
Sí, voy a hablar del apretón. Aquel que no lo haya sufrido será uno de esos
ignorantes que piensa que el peor dolor es el de muelas o el dolor del parto, o el de un tiro
en el estómago, o el de un cólico nefrítico, o incluso la tan socorrida patada en los cojones;
el que sientes como si te despellejan y te echan sal por encima... sin embargo aquellos de
vosotros que lo hayáis sufrido sabéis de lo que hablo, y seguro que se os ponen los pelos
como escarpias sólo de pensar que puede ocurrir de nuevo en cualquier instante.
Porque lo peor del apretón es que aparece por sorpresa y entonces sabes que estás
perdido.
Imaginad, es un sábado por la noche y estás con los amigotes en un lugar de
marcha; de repente, sientes que se mueven tus intestinos, un retortijón te hace doblarte de
dolor y piensas ingenuamente "este dolor lo soluciono yo con un buen pedo". Y te vas
acercando disimuladamente a los altavoces para que la música mitigue el sonido de tu
incontenible ventosidad, el local está abarrotado, y como no te puedes aislar del resto,
tienes que elegir a una víctima... así que colocas tu espalda junto al chulo aquel que guiñó
el ojo a tu chica,... "Ahí va eso,¡Mamón!".
Y ...¡zas!.
Descubres horrorizado que tu pedo no era todo lo etéreo y gaseoso que deseabas, y
tienes la seguridad que esa noche tampoco vas a tener sexo, pero esta vez es porque tú no lo
deseas, porque por nada del mundo dejarías que tu novia viese el nuevo estampado de tus
calzoncillos.... y lo peor de todo... sabes que has abierto brecha......
Tu pedo con sorpresa ha dejado el camino expedito (no es pedito) a todo lo que
viene detrás. Y esto ya no hay quien lo pare. Y de repente sabes que en tu organismo se ha
activado una bomba de relojería y ha comenzado la fatídica cuenta atrás.
Inevitablemente va a estallar. DIEZ, NUEVE.... . Te hubiera gustado estar en un
restaurante... o mejor aún ... en tu propia y añorada casita. Pero la fatalidad ha querido que
te encuentres en un bar de marcha, el tiempo es un factor critico y ya no puedes elegir.
Te encaminas al baño. Al llegar hay cola.... .SIETE, SEIS.... se te pasa por la cabeza
la posibilidad de matarlos a todos. Decides que, al fin y al cabo, eres un hombre y que
puedes aguantar un poco más... CINCO... Lloras, gimes, te pones de rodillas y suplicas que
te dejen pasar, que es una auténtica urgencia, a vida o mierda.
Ignoras sus carcajadas y avanzas hasta conseguir meterte en el único cubículo que
hay en el baño. La puerta carece de cerrojo, pero a tí eso ya poco te importa. Estás contento
porque hay taza, en lugar de un mísero e inmundo agujero en el suelo.
Sin embargo empiezas a fijarte en los detalles.
Colocar tu culete sobre las salpicaduras que luce ese inodoro podría producirte una
úlcera de glúteo, o al menos algún sarpullido. Se te ocurre la genialidad de que podrías
cubrirla con papel higiénico y entonces descubres, con horror que, efectiva y tristemente,
que no hay papel higiénico. Y recuerdas con rabia que el sabio y desinteresado consejo de
tu madre de llevar un paquete de kleenex en el bolsillo no era tan ridículo como te había
parecido hasta ese momento. De repente aparece un rayo de esperanza cuando recuerdas
que guardaste unas cuantas servilletas de papel de servilletas del burguer en el bolsillo.
¡Qué tíos más majos esos americanos!. Con razón están en todo el mundo. TRES,
DOS ... las colocas rápidamente cubriendo la zona de sentado, pero al contacto con la taza
las servilletas se disuelven y empiezas a pensar que aquello no es un baño de diseño y que
aquel inodoro no fue amarillo en el principio de los tiempos.
UNO y... se acabó, no hay más tiempo, te bajas los pantalones con presteza y desde
una distancia razonable en la que tu vello púbico no corre el riesgo de teñirse de rubio
apuntas con rapidez y...CERO.
AAAAAAAAAAHhhhhhhh....¡Qué gusto!.... eres feliz, ha sido como un orgasmo.
La lástima es que no puedes relajarte y fumar un cigarrillo. Alguien golpea la puerta y la
empuja, te das la vuelta para sujetarla con el culo procurando que tus pantalones no entren
en contacto con ese suelo hábitat de sapos, culebrillas y seres uni y pluricelulares varios.
Entonces contemplas el terrible panorama. Si Guillemo Tell hubiese tenido la misma
puntería con el arco que tú con el culo posiblemente Guillermito, su hijo, el auténtico héroe
del cuento, hubiera llevado toda su vida una protuberancia con forma de flecha en la frente.
Ya no quedan más servilletas en tus bolsillos.
Por cierto, ¡Ya podían fabricar las servilletas más grandes los yankees esos!. Sólo
hay un modo de solucionar aquello.... sacrificar tus gayumbos. Sí, son tus gayumbos de la
suerte, pero van a morir en acto de valor... . Así que te los quitas, te dispones a arreglar el
desaguisado en la taza y una racha de aire fresco, te recuerda que lo primero es literalmente
salvar tu culo.
No es que tengas un tarzanito colgando de los pelos, la familia numerosa de Chita
cuelga en cada una de tus lianas. Y si no haces algo van a integrarse con tus vaqueros. Así
que lo primero es lo primero: Utilizas tu talismán de la suerte para tu higiene personal.
Respiras y la situación es la siguiente: la gente llamando a la puerta, la taza
coronada con tu obra churrigueresca, tus calzoncillos olorosos sujetos entre el pulgar y el
índice de tu mano derecha... .
Estás francamente sorprendido de tu habilidad para separar los dedos que no hacen
la pinza de los gayumbos.
Y ya sólo quieres salir huyendo de allí cuanto antes, entonces arrojas los gayumbos
en la taza, tiras de la cadena.... y cuando ves que la taza atascada se va a desbordar sales
corriendo de allí sin dignarte a mirar a nadie a la cara, agarras a tu perpleja novia con la
mano derecha y al salir a la calle sabes que a ese local tampoco vas a poder volver porque
la has cagado... mejor dicho... porque lo has cagado.
 
Tener una tía buena como novia

Por Pablo Motos

 
Buenas noches! Lo voy a dejar con mi novia. Sí, me va a costar porque es
inteligente, cariñosa, simpática... pero tiene un defecto que no puedo aguantar: está
buenísima. No, con ella me pasa como con los relojes, yo prefiero uno de propaganda de
All Bran de Kellogg’s que un Rolex de oro. Sí, porque con el de All Bran, la gente puede
pensar que estoy estreñido ¡pero es que coño!, con el Rolex voy cagado... No, de verdad, de
verdad. Estoy todo el día: “¿Y si me lo roban? ¿Y si me lo joden?” Pues lo mismo me pasa
con mi novia.
Todo empezó un día en la discoteca, de repente la vi y pensé: “Joder, (sí, soy
sincero, eso es lo que pensé) parece mentira que esa tía y yo seamos de la misma especie.
¡Pero si a su lado yo parezco la rana Gustavo!”. Y de repente se gira, me mira y me guiña
un ojo. Que yo pensé: “¡Qué pena! Con lo buena que está y que tenga un tic...” Pero no, no,
de repente se me acerca con los ojos bien abiertos y me dice:
- Hola, ¿estás solo?
Y yo:
- Pues... solo, solo... lo que se dice solo... sí
- ¿Salimos a la terraza a tomar algo?
Ya te he pillado. Ahora saldremos a la terraza, habrá una cámaro oculta, estará Juan
y Medio debajo del cicus y dirá: “¡Inocente! ¡Inocente!”. Y me la cambiará por Habibi.
Pero no, la verdad es que nos hicimos amigos, intimamos y cuando se despide me dice:
- Entonces, ¿me llamas mañana y tomamos un café?
- Vale...
Pero pensad en mí que yo al día siguiente me levanté, me miraba al espejo y
pensaba: “Pero bueno, ¿qué habrá visto en mí que yo no veo? A lo mejor soy un intelectual
y yo no me había dado cuenta... A lo mejor soy hijo de Julio Iglesias... ¿intentará
cobrarme?”
Yo... la verdad es que nos hicimos novios, que claro, yo al principio flipaba. Decía:
“¡Con dos cojones Pablito! ¡Claro! ¡Pero si tú de cerca ganas mucho! Lo que pasa es que no
se te habían acercado...”
No, pero enseguida te das cuenta de que la cosa no es tan bonita. De entrada tus
amigos se convierten en “amigos pívot”. Sí, sí, “amigos pívot”. Están esperando a que tú
tengas un fallo para coger el rebote y encestar ellos.
A la calle no puedes salir con una tía buena. En cuanto pasas por una obra es como
si hubieses apretado un botón: “¿A dónde vas Blancanieves? ¿Dónde te has dejado a los
otros enanitos que sólo vas con uno?”. Y el de al lado: “Mucho conejo para tan poca
zanahoria”. Claro, que tú aquí te cabreas. Se te sube la sangre a la cabeza, se te hincha la
vena ya y, y... te callas. Hombre, claro, no te vas a enfrentar a unos tíos que llevan toda la
vida tirando tabiques. No te vas a poner a razonar con ellos: “Oiga, por favor que... si es
educación hombre. Que, que, que tiene novio... y a lo mejor está por aquí cerca”.
Pero lo peor, lo peor es ir de marcha. Entramos en la discoteca y ella se pone... es
agotador. Ella se pone a bailar, no para, no para y tú allí con ella, no la vas a dejar con todos
los tíos alrededor... Lo que pasa es que de repente te entran unas ganas terribles de mear, la
miras así y dices: “¡Bueno, a esta tía no se le acaban nunca las pilas!”. Pues es como el
conejito de Duracell: “dura y dura y dura”. Y claro, tú no te puedes ir de ahí porque miras a
los tíos y... dura... y dura... y dura. Es que cuando mi chica entra en la discoteca es como
cuando el rey entra en el congreso: todos los miembros se ponen firmes. Y claro, yo me
planteo: “Pero Pablito... ¿realmente te compensa salir con esta chica?” Claro que algunos
de ustedes pensarán: “bueno tío, está el sexo”. Pues tampoco. No, no, no. Sepan ustedes
que salir con una tía buena arruina tu vida sexual. No, yo, antes de salir con ella aguantaba
mis diez minutitos, postura misionero. Hombre, ahora en cuanto ella se quita el sujetador,
ni misionero ni leches. Sólo me da tiempo a decir: “Amén”.
Y por eso estaba pensando en dejarlo, claro. Bueno, claro, la verdad es que es tan
inteligente, ¿verdad? Tan cariñosa... ¡Vale! ¡Está buena! Todo el mundo tiene un defecto...
¡Buenas noches!
 
Cajas de bombones y galletas surtidas, esas grandes desconocidas

 
Yo quiero hablar acerca de algo que todos sabemos que existe pero que nadie
conoce lo suficiente: las cajas de bombones. Sabemos que existen, las hemos visto... pero
¿Cuántas llegamos a abrir? Son como el cuerpo humano: Sólo las abrimos si es
estrictamente necesario.
No las abrimos porque son un regalo. Ni aunque nuestros hijos estuvieran aullando
de hambre.
Cariño, ya no queda carne de perro en la nevera, y los niños pasan más tiempo
desmayados que conscientes... ¿no crees que ha llegado la hora abrir la caja de bombones
¿Qué le vas a decir? ¿que sí?, ¿y si mañana tuvieras que hacer un regalo...?
Son un regalo reciclable. Según nos llega la escondemos en un armario... además no
es necesario abrirla, hemos desarrollado el oído a tales niveles que simplemente con
agitarla ya decimos tate, bombones, al armario; Y allí se quedan hasta que seamos nosotros
los que tenemos que hacer un regalo.
Las cajas de bombones ni se crean ni se destruyen, se reciclan.
Cuando nos la dan fingimos mucha ilusión. Como si se tratara de algo que nos hace
falta, como unos guantes, una caja de herramientas... un marcapasos.
Bombones... ¿Quién te lo ha dicho?,... además a esta yo ya le había echado el ojo, ...
menos mal que me la regalas porque tenía pensado comprármela yo; Pero mientras, ya estás
diciendo: "esta se la coloco a mi hermana por su cumpleaños"
Las cosas cambian si el regalador está presente. En ese caso estás atrapado, hay que
abrir la caja por pelotas.
El ritual: Lo primero es quitarle el papel con todo el cuidado del mundo. Me tengo
que comer los bombones por pelotas, pero al menos el papel lo regalo.
Somos novatos en lo de comer bombones, nos los comemos con miedo. No en plan:
¡hala, pa dentro!, No, no. Le damos un mordisquito... analizamos su sección. No sabemos
con qué nos vamos a encontrar.
Es como la ruleta rusa. Todos los bombones son aparentemente iguales y tanto te
puede tocar el delicioso praliné, como la temida naranja (pausa) amarga (pausa) confitada.
NARANJA AMARGA CONFITADA ¡¿Qué retorcida mente sin escrúpulos puede
inventar ese sabor?!, NARANJA bueno. Pero AMARGA y CONFITADA... Pero si la fruta
confitada es lo que sobra de todas las cestas de navidad... ¿Por qué nos empeñamos en
meterla dentro de los bombones?
Eso se solucionaría si se les marcara de un modo especial. Como se hace con los de
licor.
Nadie se la juega con uno que este envuelto en papel rosado, o en celofán rojo. Ya
sabes con qué te vas a encontrar... con el líquido pegajoso y con la cereza seca. Nadie se los
come y todos en paz.
Pero si ustedes son pobres, como yo, lo más parecido a una caja de bombones que
van a ver en sus vidas es la caja de Surtido Cuétara. La caja de galletas surtidas es como la
caja de bombones de las clases proletarias.
Y la curiosidad es que, en las galletas surtidas, lo primero que desaparece son ésas
que están envueltas en papelillo de color. Todo lo contrario que en las cajas de bombones.
Ahh..., deliciosas, chocolateadas y abarquilladas galletas. ¿¡ Cómo pueden estar en
la misma caja que una que una galleta de arena!?... La han visto, ¿verdad? Una galleta que
si la miras, parece arena. Luego la coges y dices Parece arena, La muerdes y dices Coño,
esto es arena.
Cumplen las mismas funciones, se regalan, se llevan a meriendas... y sólo se sacan
en ocasiones especiales. Por muy mal que vayan las cosas. Cariño, los niños han empezado
a comerse a su hermanos muertos. No crees que deberíamos...
¿Qué le vas a decir? ¿Qué sí? ¿Y si mañana tuvieras visita?
La visita se va y los niños sólo tienen acceso a las galletas de arena o a las de
cerámica... Pero en su mente hay una meta muy clara: el piso de abajo. Sí, todos sabemos
que hay unas normas: no se pasa al piso de abajo hasta que no haya desaparecido la última
galleta de arena. Pero los niños tienen sus propias consignas: Muerte a las galletas de arena,
el barquillo para el que lo trabaja.
El hombre tiene esa extraña manía de sacar lo bueno sólo para las visitas. La Coca-
cola, la vajilla buena, las galletas danesas, los cacahuetes bañados con miel y ligeramente
salados. ¿No es un poco absurdo? Es como si en un momento íntimo con tu mujer... te
reservaras el orgasmo por si baja la vecina.
No lo entiendo, de verdad. Buenas noches.
 
La Navidad

¿Te has dado cuenta? Aún quedan 2 meses para la Navidad y ya nos están
bombardeando con anuncios... si ya lo dice la Biblia: "El ángel del Señor anunció a María".
Así empezó la Navidad, con un anuncio. Para mi, el milagro no es que apareciera un ángel.
El milagro es que no anunciase un perfume o un turrón. Porque en Navidad no se anuncia
otra cosa. ¿Te has fijado en que desaparecen los anuncios normales? ¿Qué pasa con el
Schotch Brite? ¿Qué en Navidad "sí se puede estar sin él"?; ¿y las hemorroides? ¿qué? ¿hay
que volver a sufrirlas en silencio?. Sin embargo, en Navidad aparecen otros anuncios, que
yo no se si será por el alcohol que bebemos en estas fiestas, pero no hay por donde
cogerlos: sale una tía en una moto, se baja la cremallera y enseñando las tetas dice:
- Busco a Jacq's...
Pero, ¿qué forma es esa de vender colonia? Es como si vas al kiosco, te bajas la
bragueta y dices:
- Deme el periódico
No me quiero imaginar lo que habría que hacer para que te dieran el suplemento...
Aunque, por mí, que esta chica siga buscando a Jacq's muchos anos, ¿eh?, por lo
menos se ve bien alimentada, no como las otras que anuncian perfumes, todas lánguidas y
paliduchas, que no tienen ni fuerza para decir la marca: "Tresor, Paguí", "Poeme, Paguí",
"Anais, Anais, Paguí".
Pero bueno, ¿desde cuándo son así los franceses? ¿Te imaginas a una de estas tías
intentando volcarnos la fruta de nuestros camiones?: "Metegos lags naganjas pog el culo,
Paguí".
Y el colmo es que ahora hasta los perfumes de nombre castellano los anuncian en
francés: "Cagolina Heguega". Pero ¿qué pasa aquí? Hay que tener cuidado, porque como
siga esta moda acabaremos oyendo: "Cuate, aquí hay tomate... Paguí". "Un poco de pasta
basta... Paguí". Desde luego, tan refinados que nos hemos vuelto para unas cosas y lo
bastos que seguimos siendo para otras: ¡Catacrás!, ¡Picó! ¡Catacrás!, ¡Picó! Y yo pregunto:
¿esto está a la altura de Europa? ¿Catacrás, Picó, catacrás, Picó? ¿No va siendo hora
de que a este hombre le compren de una vez un pelador de almendras automático? ¿Ya está
bien! ¡Qué está a punto de llegar el euro! ¿Y el anuncio de El Almendro?: "Vuelve, a casa
vuelve, por Navidad..." . Y aparece un tío en una moto de incógnito, se baja de la moto y se
mete corriendo en casas. ¿No te parece raro que ese tío vaya siempre con el cuello subido,
escondiéndose? ¡Coño, ese tío es Jacq's! ¡Cómo lo va a encontrar la otra si todas las
Navidades se esconde en el pueblo! Y allí se tira el tío todas las fiestas, comiendo turrón.
Porque el turrón está muy bueno. Sin embargo, parece que algunos fabricantes no lo
quieren vender: "1880, el turrón más caro del mundo". ¡Pues vale...!
Y no se acaba ahí la cosa. Ahí esta el turrón Delaviuda. Yo no quiero levantar
ampollas, pero que le pregunten al marido de la viuda que tal le sentó el turrón...
Por si fuera poco, hay otros anuncios en los que parece que el turrón crea adicción.
¿Has visto a los pobres niños de Antiú Xixona? Con los ojos desencajados, descalzos por la
nieve: "Queremos turrón, turrón, turrón". Pero aunque les des el turrón, no paran:
"Seguimos queriendo turrón, turrón, turrón". ¿Estos niños están enganchados! Repito que a
mi me encanta el turrón, pero según la publicidad: es caro, destruye y crea adicción... Joer,
pues ya puestos, que el anuncio sea: "A tope sin turrones". Eso sí que sería publicidad y no
lo de poner en la cajita: "Calidad suprema". Aunque lo hayas comprado en un semáforo,
pondrá: "Calidad suprema".
Para exagerados los de la sidra El Gaitero. "Sidra El Gaitero, famosa en el mundo
entero". ¡Pues no es verdad! Porque un día estaba yo en la Gran Muralla China y les
pregunte a unos chinos, y ni conocían la sidra, ni mucho menos al gaitero. ¡Vamos, no
conocían ni a Hevia!
Los que si son famosos son los del anuncio de Freixenet. Todos los famosos pueden
ser burbujas: Miss Espana, Antonio Banderas, Ketama... Hasta Montserrat Caballé puede
ser burbuja Freixenet... ¿Te imaginas que compras una botella de cava y dentro hay una
burbuja del tamaño de Montserrat Caballé? Saldría el tapón a tomar por cul....?Y lo largo
que es el anuncio de Freixenet? Es tan largo que mientras lo ponen ¡te da tiempo de ir a
buscar a la de Jacq's y chivarte de que el otro esta en el pueblo!
Los de Freixenet tendrían que aprender de los de MicroMachine, que con diez
segundos se arreglan: eso sí, hablan tan deprisa que el niño se queda flipao:
Sube por la rampa, por la rampa baja,
Coches diminutos, dentro de una caja.
Tienen accesorios, cambian de color,
Pídetelos todos, hazme ese favor...
Es MicroMachine, MicroMachine, MicroMachine.
Hijo de un microondas y de Antonio Machín, y si no son MicroMachine, no son los
auténticos.
En estos anuncios el padre sólo pilla una cosa: "Más de cinco mil". Ahora que para
anuncio raro, el de "las muñecas de Famosa". Estas muñecas "se dirigen al portal para hacer
llegar al niño su cariño y su amistad". ¿Pero qué cariño y que amistad van a dar unas
muñecas? ¿Qué pasa?, ¿qué son hinchables? ¡Ahora entiendo por qué Jesús en el pesebre se
ríe porque está alegre!
En fin, analizando la publicidad navideña me puedo imaginar como fue el anuncio
que le hizo el ángel a María. El ángel llegaría en moto y diría:
- Busco a María.
- ¿Maguia? Oui, c'est moi.
- Vas a tener un hijo como la sidra El Gaitero: famoso en el mundo entero.
- ¿Y será un buen hijo?
- Calidad suprema
- ¿Y de dónde vendrá, si no conozco varón?
- Pues de donde vienen todos, de... Paguí.
 
Las pilas

Buenas noches, buenas noches.


Yo venía a hablarles de unos pequeños objetos a los que no se les trata con el cariño
que se merecen: las pilas. Que son como el papel higiénico, o como la paciencia de las
madres; solamente nos acordamos de ellas cuando se acaban. Tú estás escuchando tu
walkman lleno de felicidad y de repente la Niña Pastori se convierte en la Niña del
Exorcista: échame una mano prima, que viene mi novio a verme.
Y se acaban las pilas. ¿Y qué hacemos entonces? ¿Bajamos a comprar más?. De eso
nada, es que no hay tiempo, las necesitas ahora. Es como cuando se te acaba el papel
higiénico; las necesitas en ese momento. No vas a bajar a la tienda con el pantalón por los
tobillos, ¿Oiga, por favor, tienen papel higiénico?. Sí, es al fondo. Nooo; recorremos toda la
casa buscando cosas que funcionen con pilas; o sea, estás tan desesperado que te encuentras
a tu abuelo durmiendo y te preguntas: ¿Pasará algo si le quito las pilas del marcapasos?
Total, ahora está durmiendo. ¡No va a marcar ningún paso! No, sigues buscando, y la
primera pila que cae siempre es la del despertador; que yo me pregunto: ¿Para qué le ponen
pilas al despertador, si le quitas la que tiene, le pones la gastada y sigue funcionando
perfectamente?
Bueno, pues tienes que encontrar otra cosa que siempre funcione con pilas... Mmm,
¡ya está! El mando de la tele. Pues no, porque el mando de la tele nunca tiene pilas, siempre
están gastadas; lo que pasa es que no lo queremos reconocer. Tu aprietas el botón y no
cambia de canal; y dices, eso es que no he apretado lo suficiente con el dedo. Clavas el
dedo y no cambia y dices: eso va a ser el ángulo O sea, te estiras, te retuerces, te vas
acercando y al final aprietas el botón de la tele con el mando. ¿Y cambias las pilas?. ¡No!,
¡para qué!, si funcionan perfectamente; lo que pasa es que hay que encontrarle el ángulo.
Sigues buscando y consigues reclutar tres pilas. La del despertador, la de la
calculadora y la del reloj de la cocina. Que esa es fantástica, porque no sabías ni que existía.
Pero necesitas cuatro.
Pero tu no pierdes la esperanza. Si tres funcionan, una está gastada,... joé son
mayoría ¿no?. Malo será.... Pues no, porque cuando no se puede, no se puede, y el walkman
no funciona.
Y a esa pobre pila gastada le tiene que entrar un bajón... Yo imagino a las otras tres;
venga, va, que no pasa nada, tranquila, va, que no pasa nada,... Y ella: es que no lo
entiendo, os juro que es la primera vez que me pasa. Y lo malo es que ahora las cuatro pilas
están gastadas. Sí, porque para estas cosas las pilas son muy suyas, son como las manzanas;
aunque tengas tres que funcionen como las pongas con una que está podrida,...
Y el problema es: ¿qué haces ahora con todas esas pilas gastadas?. Porque antes no
pasaba nada. Yo de pequeño las chupaba, las comía las mordía, las tiraba al fuego y nunca
me pasó nada; pero ahora como no las tratamos con cariño las pilas han decidido hacerse
venenosas.
Hoy día tirar una pila gastada a la basura es más peligroso que colar a Herodes en
Disneylandia. Incluso se han vuelto crueles. Tienen hasta su propio día de la venganza de
las pilas; el día de Reyes. Todos los niños del mundo abriendo los regalos a la vez, y todos a
la vez: papá ¡no tiene pilas!, ¿dónde están las pilas?, ¿y las pilas?, ¿dónde están las pilas?
Las pilas, ¿qué donde están las pilas? En el despertador, en la calculadora, en el reloj de la
cocina,... ...Y en el marcapasos del abuelo.
¡Buenas noches!
 
Los juegos de mesa

 
Buenas noches. Buenas noches. Yo soy un reconocidísimo experto a nivel mundial
en un tema, que a nadie le importa un carallo, los juegos de mesa, y así nos va, a punto de
terminar una partida a la oca y nadie sabe lo que hay que hacer, al final de la oca, la gran
duda es como al aparcar un coche, ¿se llega y ya está, o hay que rebotar y rebotar hasta que
se entra justo? Nadie lo sabe, pero hay una frase, que resume las reglas de todos los juegos
de mesa del mundo: No, es que en mi casa jugamos así.
Dicho eso, dicho todo, ya te puede pillar la poli jugando al tres en raya con cocaína
que tu los miras con las pupilas dilatadas, y les dices: No es que en mi casa jugamos así.
Claro, es que todos estos problemas vienen porque las reglas de la oca no están
escritas en ningún sitio, se transmiten de boca en boca, como el herpes; son como leyendas
milenarias, y dice el cantar, de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente, ya, pero
luego en cada casa el cantar es distinto, y a lo mejor estás en casa de un amigo y caes en
una oca, y crees que de oca a oca y tiro porque me toca, y te dice: De eso nada, de pato a
pato tiro yo y tu te esperas un rato.
Es que en mi casa jugamos así.
Y en lugar de solucionar este problema poniendo las reglas detrás del tablero, ponen
un parchís. Yo es que me indigno, si porque hay juegos que son muy peligrosos, los hay que
no se acaban nunca, ¿conocen alguna persona que haya terminado una partida de
Monopoly? Es imposible, ya lo pone en la caja, edad aconsejable, de 9 a 99 años, para que
te de tiempo a terminar la partida.
Otra cosa que les encanta poner en la caja, es el contenido del juego. Esta caja
contiene: 4 fichas de colores, un dado, un tablero... ¿Para que lo ponen? Si además eso solo
es cierto el primer día, si porque al día siguiente el cartel tendría que ser más bien: Esta caja
contiene: un pie de los airgamboys y un botón que hace de ficha verde, el dado cogerlo del
parchís.
Y aquí viene una de las más grandes dudas, ¿por qué desaparecen los dados?,
¿dónde se meten?
Yo tengo la teoría de que los dados son como Dios, o como las tijeras de la cocina,
que dicen que existen pero nunca están donde se les necesita. Y sin embargo hay cosas que
no las necesitamos para nada, y siempre están ahí; vamos a ver, los 8 y los 9 de la baraja
española, ¿para que los siguen fabricando? Si son super-molestos, es como si yo ahora me
empeñara en fabricar chicles con hueso, o con dos huesos.
Y luego tiramos enseguida a la basura, cosas tan importantes como esa carta blanca
que tiene unas letras minúsculas, esa carta la tiramos enseguida, claro luego hay cosas de la
baraja que no entendemos, si porque vamos a ver, un caballo es un caballo y un rey es un
rey, ¿no? Todos sabemos lo que son pues porque los hemos visto en la Zarzuela, o en
cualquier otro hipódromo...
¿Pero que coño es una sota?¿Para que sirven las sotas? ¿Hubo un tiempo en que
vivíamos gobernados por sotas? ¿Se han extinguido ya? Claro nadie lo sabe, por eso está
esa milenaria tradición de que cuando se compra una baraja de cartas, lo primero que
hacemos es quitar todas las sotas y substituirlas por lonchas de mortadela, ¿no?
Pues en mi casa jugamos así.
Muchas gracias, buenas noches
 
Miedo al compromiso

Por Jorge Sanz

Yo no tengo nada contra el matrimonio, de hecho, cuando nací mis padres estaban
casados y ni me enfadé ni les dije nada. Pero tengo un problema con eso de vivir en pareja:
¡soy alérgico al compromiso! Porque al fin y al cabo, ¿para qué sirve el compromiso? ¡Para
tener derecho a enfadarse! Porque mientras sois amigos todo va bien. Llegas tarde a recoger
a una amiga, y la tía no se enfada, no tiene derecho, sólo sois amigos.
    Pero en cuanto te comprometes, ¡hala, broncas a todas horas! Llegas tarde a
recogerla, llamas al telefonillo:
    - ¿Qué quieres?
    - Que estoy aquí abajo...
    - ¿Has visto que hora es?
    - Sí, pero es que...
    - ¡Ni es que, ni asco! ¡La próxima vez, si vas a venir tan tarde, déjalo!
    Y tú, a tragar, como estás comprometido...
    Lo que pasa es que, claro, tú conoces a una chica, te cae bien, es guapa... y como
parece que no lleva malas intenciones, te olvidas y decides salir con ella. Al principio no
hay problema, pero de pronto empiezas a notar cierta presión: estáis echando un kiki, ¡un
kiki sin compromiso!, y, sin venir a cuento, la tía te suelta:
    - Te quiero, Jorge
    ¿Qué ha dicho? ¿Qué me quiere? ¿Pero yo que le he hecho a esta tía? ¡Son ganas
de joder! En ese momento se ta baja el alma a los pies . Bueno, el alma y... todo lo demás.
    Es que no lo puedo evitar, me pasa con todas. Yo cuando termino de echar un
polvo, quiero que se vaya. Para un tío, el polvo perfecto sería: "¡Ya!, ¡ya!, ¡yaaaa! Ya te
puedes ir" Pero como sabes que no está bien, te aguantas y ella se queda toda la noche
hecha un ovillo, a tu lado. Y tú encima tienes que fingir que estás encantado.
    - Qué a gustito que estamos aquí los dos.
    - Sííí, muy a gustito...
    Pero piensas: "¡A gustito me voy a quedar cuando cojas la puerta"! Y al rato:
    - ¿Jorge, me puedo dar una ducha?
    - Sííí, dúchate, dúchate... -y te acuerdas de Psicosis.
    Esperas que después de la ducha se vaya pero ¡se pone a preparar el desayuno! Yo
entonces empiezo con las indirectas:
    - ¿Quieres leche en el café?
    - No, yo el café siempre lo tomo ¡SOLO!
    - ¿Y cómo te gusta?
    - ¡LARGO!
    - ¡Ay! ¿No tienes Donuts?
    - No, pero bájate a la panadería ¡Y QUE TE DEN!
    Y antes de irse te dice:
    - ¿Me acompañas esta tarde, que voy a castrar al gato?
    Es para acojonarse. ¡Ya está intentando planificarte la vida! esta tarde a castrar al
gato... Y después el fin de semana en Pedraza. Y el verano en Cullera. ¡Hay que pararla!
    - Mira, Alicia, yo es que soy anti-castración, así es que, si eso, ya nos vemos por
ahí..
    Pero el caso es que a media tarde te acuerdas de ella... y del kiki, y dices:
"Pobrecilla... ¡Voy a llamarla a ver cómo está el gato!"
    - ¿Alicia? No, que como soy anticastración quería saber cómo está el gato...
Tranquilízate, mujer, eso que no ha echado la anestesia... Lo sé porque a mi me operaron de
fimosis, que no es lo mismo, pero está cerca... Oye, hablando de fimosis, ¿quedamos esta
noche?
    Y en cuanto cuelgas, te preguntas: "¿Qué he hecho? ¿estoy gilipollas? ¡He vuelto
a quedar con ella! Bueno, tampoco es tan grave, quedamos, echamos un kiki, y mañana, ni
gato ni pollas".
    Lo que pasa es que te vas liando, te vas liando... Y al final pasas el fin de semana
en Pedraza. Y el verano en Cullera. Y casi sin darte cuenta, ¡te presenta al gato y a sus
padres!
    Ahora sí que hay peligro de verdad, sobre todo si es invierno. Yo tengo una teoría
sobre esto: es muy importante no conocer al padre de ella en invierno, en invierno da
mucho respeto. Cuando subes a su casa te puedes encontrar a su padre viendo el telediario
en chaqueta y corbata vociferando: "Estos son todos iguales! ¡Ladrones, que sois unos
ladrones! ¡Todos a chupar de la teta! ¡Estos sí que llegan a fin de mes...! Ese coche oficial
lo he pagado yo, ¿a que sí?". ¿Que le vas a decir? ¿que no? Y cuando por fin sale tu chica y
te despides, te mira como diciendo: "A ver lo que haces con mi hija", y piensas:
"¡Joooooder, jooooder, como me pase un pelo me hacen lo que al gato!".
    Sin embargo, en verano no pasa nada. En verano, si conoces al padre de ella...
suele ser en la playa, con el tío en bañador, sentado en una sillita de tijera, leyendo el
"Pronto", con la nariz roja y con la espalda pelada: ¿Cómo le vas a tener respeto a un tío
con la espalda pelada? O sea, que si te dice:
    - A ver qué haces con mi hija
    Tú puedes contestarle:
    - Y usted a ver qué hace con su espalda... A ver si nos damos crema...
    Pase lo que pase, lo importante es no comprometerse... ¡A pasarlo bien, que la
vida son cuatro días! Yo llevo un año saliendo con Alicia... ¡Pero cuando quiera lo dejo,
¿eh?! Se va a venir a vivir a casa, por probar. ¡Pero no es nada definitivo, ¿eh?! ¡El gato no
se viene!
 
De compras

Un hombre y una mujer pueden ir juntos a muchos sitios. Pueden ir juntos al cine.
Pueden ir juntos a la playa. Pueden ir juntos al Sáhara o a Soria. Hasta pueden irse juntos a
la cama. Pero donde jamás, jamás, jamás deben ir juntos es... de compras. No. En eso
somos incompatibles. Yo, porque no lo aguanto. Ella, porque dice que la estreso. ¡Qué la
estreso!
De entrada, te engaña:
-Cariño, no vamos a tardar anda...
Y te tiras seis horas de compras.
Luego, te asusta: vas con ella por la Gran Vía y de repente...¡Abducción! ¿Dónde
está? Miras a un lado y a otro...¡Ha desaparecido! Cuando la encuentras está como
Spiderman, pegada a un escaparate:
-Pero mira qué suéter...
Los hombres somos diferentes. Nos interesan las cosas prácticas, útiles, realmente
indispensables. Yo que sé: barbacoas, un gato para el coche, una caja de herramientas con
setenta y tres tipos de destornilladores, ¡un cortacésped! Sí, vale, no tengo jardín, ¿y qué?
¡Es tan bonito! Me lo llevaría a casa para pasarlo por la moqueta:
"Ueeeeeeeeggg...Ueeeeeeegggg".
Pero ellas no nos entienden:
- ¿Qué miras? Te paras en unos sitios... Y no nos entienden porque las mujeres van
de compras, y los hombres vamos a comprar. Y no es lo mismo. Comprar es:
"Deme usted dos clavos del seis". E ir de compras es:
"sólo tengo siete horas para las trescientas treinta y nueve tiendas de este centro
comercial y tengo que verlas todas" ¡Y luego soy yo el que la estreso!
Una mujer puede estar toda una tarde de compras sabiendo de antemano que no va a
comprar nada. Entra en la boutique y dice:
-Quiero probarme ese vestido, ése y ése.
Y va de camino al probador va lanzando mensajitos:
-Lo veo un poco pequeño de arriba, y éste me va a hacer bolsas...
La dependienta se percata de que va de farol, y pone cara de odio. Pero a ella le da
igual, y se prueba media tienda. A la hora y media, sale dejándoles todo como si hubiesen
entrado los bomberos, y nada más pisar la calle comenta:
-Nunca compro en este sitio por lo bordes que son las dependientas...
Un hombre jamás hace eso. En cuanto te pruebas tres cosas, te sientes culpable; el
dependiente también lo sabe, y se aprovecha de ti:
- Sí, sí, la chaqueta me gusta, pero es que creo que le valdría a Pavarotti.
- ¿Que se la ve grande? No, hombre, grande no, es amplia, pero es su talla... usted es
que es ancho de hombros, se nota que hace pesas, ¿eh?
- ¿Quién yo?
- ¿No? ¡Quién lo diría! Cruce así los brazos, ¿a que no le tira? ¡porque es su talla!
- ¿Y una tallita menos?
- No, sólo me queda esa talla, tengo que recibir, pero le quedaría pequeña... Y con
esa chaqueta lo que le queda que ni pintado es cualquiera de estas dos camisas, llévese las
dos, y esta corbata que le hace juego con los botones...
Si el dependiente es hábil te puede vender hasta tres chaquetas: una negra, una azul
y una fucsia, por si vas a Miami.
Cuando un hombre va a comprar, lo que quiere es acabar pronto:
- Deme usted unos zapatos.
- ¿Color?
- Negros.
- ¿Número?
- Cuarenta y dos.
Ya está. Una mujer no. Si encontrara los zapatos en la primera tienda, se le
estropearía la tarde.
Disfruta buscando:
- Quiero un zapato mixto destalonado, tacón cubano, rojo, pero muy rojo, con
reflejos anaranjados...
¡Toma, búscalos!
De compras con una mujer, te conviertes en el hombre objeto.
Concretamente, en perchero: en la puerta del probador, sosteniéndole el bolso y el
chaquetón, cargado con cuatro conjuntos y dos combinaciones. Ella se asoma y dice:
- Cariño, dile que te de una tallita más, y que si lo tiene en azul.
Pero eso no es lo peor de los probadores. Lo peor es saberte rodeado de mujeres
desnudas de las que sólo te separa una cortina minúscula que se mueve continuamente.
¿Dónde miras para no parecer un guarro?
¡A las cortinas no! ¡A la dependienta tampoco! Te haces el aburrido. ¿Que está
Claudia Schiffer en bolas en la cabina de al lado? ¡Y a mí qué! A mí lo que me pone es el
fluorescente del techo.
Cuando los que nos probamos la ropa somos nosotros, peor:
- Te vas a probar éste y éste, y aquél, y si lo tienen en rojo, también.
Y se pasa el rato descorriendo la cortina del probador para que todo Dios te vea en
calzoncillos. O te mete a la dependienta dentro y te miran ambas como forenses en una
autopsia.
- Si es que como no tiene cintura y ha sacado el culo plano de su padre...Siempre
tengo el mismo problema para encontrarle ropa. ¡Y yo la estreso! ¡Yo! Y después de
comprar, ¿quedan satisfechas? ¡No! Se siguen parando en todos los escaparates:
- Mira estos zapatos con tacón carrete, y más baratos, no me tenía que haber
comprado los otros, pero como tú me metes esas prisas...
Una película se acaba, los viajes al Sahara o a Soria, también...pero si quieren
ustedes saber lo que es la eternidad, no tienen más que ir de compras con una mujer.
Ahora, que yo no se lo recomiendo.
 
Consejos prácticos para que tus hijos se vayan de casa

 
Los hijos dan muchas satisfacciones. A mi, el mío me ha dado innumerables, no lo
negaré, sobre todo cuando era pequeño. Se me caía la baba con cada cosa que hacía. Es
verdad que he sido un poco blando, ¡hasta me alegre por su primer suspenso! Dije: "mira,
como su padre!".
Pero esa emoción que sientes con el primer diente se te pasa cuando ya le has
empastado cinco muelas. Por cierto, que bien puesta esta esa palabra: "empastar". Con los
pasos sucede lo mismo que con los dientes. Cuando empieza a andar, sus primeros pinitos,
te emocionan. Pero pasa el tiempo, el niño crece y lo pasos se convierten en pasos de
Telefónica. Llega la factura con doce mil pasos, y te dices:"joder, este niño se ha tenido que
hacer el Camino de Santiago, ida y vuelta!!". A partir de cierta edad, los hijos, cuando están
en casa se agarran al teléfono como luchadores de sumo. Y que no lo sueltan, eh!
- Cuelga ya, que llevas media hora.
- Pero si me han llamado a mí...
¿no es cierto? ¿a qué los hijos no llaman nunca? Siempre les llaman a ellos, ¿pero
qué se creen, que somos, sordos o gilipollas?
Otra pequeña pasión de los hijos: la cama. Cuando era pequeñito podía estar horas
contemplándole dormido en su cunita, me acercaba a colocarle la almohadita...ahora,
cuando le veo roncando despatarrao también le colocaría la almohada, pero en la cara, para
asfixiarlo, que se tira horas ahí, inmóvil como una crisálida… Porque los hijos, cuando
están en casa, o están al teléfono o están en la cama… Y menos mal, porque si no, comen.
De todos es sabido que, si un hijo no está al teléfono o en la cama, está en la nevera. En
cuanto se levanta, su primer pensamiento es "nevera, nevera". Y se ponen a comer con la
puerta abierta, para no perder tiempo... Es su momento de máxima actividad. Cada día se
proponen un reto: acabar con todas las existencias de la casa. Que no se diga que no tienen
aspiraciones!!! Ahora entiendo eso de que los hijos vienen con un pan bajo el brazo: claro,
ellos traen el pan, para que seas tú el que les ponga el jabuguito...
Menos mal que de vez en cuando sale a dar una vuelta... en mi coche, claro "como
tú no lo usas"… que me lo devuelve con el deposito como el dodotis: ni gota, ni gota. Pero
no se equivoquen, yo le quiero mucho, soy su padre.
Los hijos son lo más grande que hay, sobre todo el mío, que pesa noventa kilos y
tiene treinta tacos. Yo, sinceramente creo que ya ha llegado el momento de que se largue.
¿alguno de ustedes tiene el mismo problema, tienen un hijo en casa que les roba viagras?
Yo ya estoy harto, he intentado casi todo para conseguirlo, así que presten atención, que les
voy a dar una serie de consejos...
Lo primero que hice fue la guerra psicológica. Cada vez que entraba en casa, le
preguntaba por su vida sexual. En cada comida, en cada cena, sacaba el tema:
- Cariño, ¿qué tal con María? ¿yaaaaaa...?
Esto les fastidia, y hay que insistir. Yo seguía:
- no tengas vergüenza, que el papá y la mamá también hacemos nuestras cositas.
Esto les jode. Si falla esta estrategia, hay que dejarse de sutilezas.
Hagan como yo, humíllenle delante de las visitas, especialmente si son femeninas.
- Tan grande, y luego no es nadie, vomita en todos los viajes. Sin avisar, eh, al que
pilla por delante le deja el pelo como la duquesa de Alba. Por no hablar, claro del pis que
aun hoy se hace por las noches, cuando ve una película de terror, je, je. Al mío, esto le
afectó. Cuando se fueron sus amigas, se acercó a mi hecho una furia y me dijo:
- Te lo advierto, papá, no lo vuelvas a hacer. Un día de estos os levantaréis y
encontraréis mi cama vacía.
A mi se me saltaban las lágrimas.
Seguí atacando por donde mas dolía: me hice moderno. Para que los hijos se sientan
a gusto, tienes que ser un padre carca y protestón. Así es que yo me dejé coleta. Tendrían
que haberme visto: era una mezcla entre la Pantoja, Karembeu y Aberasturi... Y empecé a
salir.
Nada puede irritar mas a un hijo que encontrar a sus padres en un pub vestido como
el solista de los Mojinos Escozios. Se lo imaginan, ¿no? Con los pantalones anchos,
cortados a media pierna y enseñando un poco la raja del ... Háganme caso, síganlo a la
discoteca y bailen a su lado.
Cuando ya estén bien sudados, intenten ligar con todas sus amigas. Pónganse
macarras, babosos...
- Ese es mi hijo, un semental... Claro que ni la mitad que su padre. Que sus amigos
no quieran salir con él por si apareces. Yo, con eso, al mío lo tengo pensando en hacer la
maleta. Me falta darle la puntilla.
¿Saben cómo lo pienso hacer? Me pondré una túnica como la de Rappel, y me voy a
hacer vidente. Sigan mi ejemplo, cojan el ojo de una muñeca, plánteselo en la frente cada
vez que se lo crucen por el pasillo, y digan como quien no quiere la cosa:
- te veo el aura negra, tú vas a hacer un viaje al extranjero, tú tienes el karma muy
lejos de aquí... y rápidamente su Terminator particular cogerá sus maletas, se hará la cirugía
y nunca más le volverá a molestar.
Ya verán, ya, como tengo razón!!
 
Las madres

Todas las madres del mundo hacen y dicen exactamente las mismas cosas. Yo creo
que les dan un cursillo secreto en el que aprenden esos comportamientos que llamamos
"cosas de madre". Quién no ha escuchado alguna vez el clásico "Tú hazle caso a tu madre,
que tu madre sabe mucho de esto..." ¿De dónde creen que ha podido sacar una madre una
frase así? Pues del cursillo.
Lo primero que les enseñan en el curso es a repetir mucho las cosas. Por eso,
cuando eres bebé hablan contigo como un disco rayado:
- ¿Cómo estás? ¿cómo estás? ¿cómo estás?
Seguro que si el bebé pudiera hablar, les diría:
- Hasta el gorro, hasta el gorro, hasta el gorro...
En el cursillo también les dan clase de lenguaje, y aprenden a incluir en todas sus
frases el "mi" y el "me". Un ejemplo: "mi niño no me come", "mi niño no me duerme". Son
tan posesivas que en la agenda, ponen todos los teléfonos de sus hijos en la letra M: "mi
Paco","mi Alberto","mi Jose".
Gracias a estos cursillos, las madres son capaces de hablar de dos temas la vez:
- Mamá, quiero hablar contigo.
- ¿Qué te pasa, hijo mío? ¡No arrastres los pies!
- Es que estoy pensando en dejar de estudiar...
- ¡No te toques los granos! ¿Pero cómo vas a dejar los estudios?
- Es que no me gustan
- Uy, hay tantas cosas que no me gustan a mí...¡Ponte derecho, que te va salir chepa!
Y llega un punto en que, sin saber porque, ambos mezclan las conversaciones y
acaban por zanjar ellas la cuestión:
- Pero ¿cómo vas a tener ganas de estudiar si no arreglas tu habitación? Venga, que
no hay quien entre...¡Y estudia!
En estos cursillos de madre les inculcan, sobre todo, tres principios: Que tome
calcio, que respete las dos horas de la digestión y que en invierno se tape la boca. Aunque
tengas noventa años y tu madre ciento veinte, al salir camino de la UVI te gritará:
 
"Julián, tápate la boca!!".
Por supuesto, el cursillo también incluye clases de estilo y moda. Una madre
siempre sabe lo que es moderno y se empeña en llevarte de compras y vestirte a la última.
- Uy, esta camisa es preciosa, hijo
- No.
- Pero ¿cómo que no? Si es lo que se lleva ahora.
- Lo que se lleva ¿dónde?¿en el circo de Ángel Cristo?
Además, todas las madres son videntes.
- Niño, que te vas a caer.
Y te caes.
- Niño, no comas tan deprisa que te vas a atragantar
Y te atragantas.
- Hijo, ten cuidado que ésa es un lagarta.
¡Y es una lagarta!
Hay que reconocer que en estos cursillos son bastante profesionales. Y es que
incluyen hasta nociones de policía. Las madres se transforman en auténticos sabueso: "tú
has fumado". O "tú has bebido". O "esos calcetines llevan tres días sin cambiarse". Creo
que en los aeropuertos, los agentes, en vez de con perros, deberían ir con su madre. Lo que
no les enseñan en el curso a las madres, es que sus hijos crecen.
Ya vives solo, vas a verla cada quince días...pero eso no les impide seguir
cebándote: te pone en la mesa la comida de dos semanas, y se sienta al lado y empieza:
- ¿qué pasa, no está bueno? Venga, termínate las albóndigas, el bacalao, los
pimientos rellenos y el cochinillo...y come pan. ¿Te pelo una naranja?
Porque una madre nunca está satisfecha. Por mucho que hagas, ella nunca estará
contenta. ¿Quiere que te cases?
- Vale, pues me caso. ¿Estás contenta?
- No, que ésa es una lagarta.
- Vale, pues me divorcio.
- Pues no, ¿qué va a ser de tus hijos?
- Mamá me ha tocado la lotería, ¿estás contenta?
- No, menudo palo te va a dar Hacienda.
- Mamá, me han nombrado Presidente del Gobierno.
- Bueno, pero tápate la boca, que coges frío.
Pero aunque todas las madres hacen siempre las mismas cosas, ninguna hace la sopa
del cocido como tu madre, ninguna te pela la naranja como tu madre, ninguna te tapa la
boca como tu madre, cuando hace frío.
 
La higiene

¿Han observado la cantidad de tonterías que se han inventado últimamente con el


rollo de la higiene? Ahora ya no basta con lavarse con agüita y jabón. Ahora hay que
ponerse desodorante, body milk, sales de baño, ¡hurgarse las orejas con bastones! Hasta
ponerse una tirita en la nariz para arrancarse los puntos negros... Que digo yo: ¿eso no es
racismo? Y es que no hay límites. El otro día voy a comprarme un cepillo de dientes y me
dice el dependiente:
- ¿Cómo lo quiere, con cabezal basculante, con las cerdas redondeadas, con el
mango flexible?
¡Coño, yo sólo quiero un cepillo! ¿Y el hilo dental? Otra tonterÍa. De toda la vida,
cuando tenías algo entre los dientes te lo limpiabas con el carnet de identidad.... o con la
capucha del boli Bic. Y no acaba ahí la cosa, ahora, después de lavarte los dientes ya no
vale enjuagarte con agua, ahora te tienes que enjuagar con ese líquido verde, que me han
dicho que se llama colutorio es para la boca?
Porque con tanto potingue es muy fácil equivocarse. Piensen en los desodorantes:
hay desodorantes para la boca, desodorante para los sobacos, desodorantes para los pies.
Anda que si te descuidas y te pones el de los pies en la boca... Te olería la boca a pies. A
pies limpios, pero a pies.
Y es que la higiene es como la droga, te metes, te metes y cada vez necesitas más.
Ya no basta con quitar la mierda que se ve, ahora hay que meterse dentro de la piel y atacar
a las bacterias. Antes le preguntabas a una señora qué era una bacteria y se creía que "la
bacteria" era el mote de una vecina. Ahora cualquier madre sabe que tiene que limpiar a su
niño por dentro hasta dejarle los intestinos tan limpios de bacterias como el inodoro. Porque
resulta que tenemos hasta flora en los intestinos. Que hasta aquí hemos llegado. ¿Flora, yo?
¡Con lo que yo como! Yo, si acaso, tendré fauna.
Lo que digo es que ya no basta con estar limpios, hay que estar higiénicamente
limpios. ¿Y quien la culpa de esto? ¡Pues las tías! ¡La higiene ha sido siempre una cosa
femenina! ¿Que no? La prueba es que existe el "baño María". Pero ¿alguien ha oído hablar
del "baño José"? Porque la tía domina el cuarto de baño, allí está en su territorio: no hay
más que ver cómo se hace el turbante ese con la toalla cuando sale de la ducha, que piensas:
"Colega , estás delante de la reina de Saba". Me pregunto dónde aprenderán a hacerse ese
gorro tan perfecto. Yo lo he intentado y parezco Jomeini. Y luego se envuelven el cuerpo en
otra toalla. Que ésa es otra.... ¿Cómo coño se sujetan las tías esa toalla para que no se les
baje ni un milímetro?
No nos engañemos, nosotros no encontramos incómodos en el cuarto de baño.
Porque el hombre, por mucho que se le hable de los limones del Caribe, si se moja, se
encoge. Se encoge todo. A ellas, en cambio, hasta parece que les crecen las tetas. Las
mujeres están tan a gusto en el cuarto de baño que cuando terminan de ducharse, en
realidad sólo acaban de empezar. Me explico.
El otro día me estuve fijando y mi chica tiene un montón de botes. Y se los pone
todos: la mascarilla del pelo, el acondicionador, la crema reafirmante, la anticelulítica, la
hidratante, la leche corporal, el Cola-Cao.....Todo lo que pilla. Y cuando crees que ya ha
acabado, vas al baño y le dices:
-Pero , ¿todavía ahí?
Y te suelta:
-Si, ahora me estoy quitando las pieles muertas.
¡Las pieles muertas! ¡Las mujeres tienen pieles muertas! ¿Pero con quién acabo yo
de echar un kiki, con el lagarto de V? Y ésa no es la piel más rara de las mujeres, también
tienen piel de naranja. Por eso las mujeres se lavan a la piedra, como los vaqueros. A la
piedra pómez. Que alguno pensará: ¿Quién será el tal Pómez?. Pues muy fácil, ¡el único tío
que se pasa a todas las tías por la piedra! ¿Que no?
Las mujeres se lavan tan a fondo que hasta se compran unas bolsas enormes de
algodones de colores en bolitas. ¿Para qué? ¡Pues para hacerse la prueba del algodón! Y
luego hay que depilarse... Esto a mí ya me da miedo. El otro día entré en casa y oí:
- Ah, ahhh....
Estuve a punto de coger el trabuco. Pero sólo se estaba depilando.
Entre unas cosas y otras resulta más barato invitarlas a cenar que se laven. Eso sí,
cuando salen están perfectas, felices, guapísimas y te dicen:
- ¡Venga, ahora tú!
Y aquí empieza el ritual higiénico masculino: de entrada nos miramos en el espejo y
hacemos posturitas, escondemos la barriga, nos miramos la pilila.... ¿Es higiénico? No,
pero nos gusta. Y si en ese momento entra ella, para disimular, le enseñamos la pilila y
hacemos "el elefante". Pero ella, sin inmutarse, te dice:
- Perdona, chato, no llevo las lentillas. Entonces nos metemos en la ducha y
mientras nos estamos enjabonando... meamos ¿Es higiénico? No, pero nos gusta. Además
esto tiene su explicación, los tíos meamos para marcar territorio, como los perros, y para
demostrar que aunque nos duchemos, no nos estamos afeminando.
Cuando salimos de la ducha nos miramos en el espejo el champiñón, para ver cómo
ha encogido, y piensas en lo que deben de pensar tus compañeros cuando te duchas en el
gimnasio. Así es que te la tocas un poquito hasta que se recupera, buscas a tu chica y le
vuelves a hacer "el elefante". Como ya se ha puesto las lentillas, te contesta:
- ¿Pero tú estás tonto o qué? ¿Te quieres dar prisa?
Y para hacerle caso, agarras los gallumbos del día anterior, te los pones y sales
corriendo del cuarto de baño. ¿Es higiénico? No, pero nos gusta.
 
Preguntas trampa

 
Hay preguntas que contestarías sin problema alguno si te las planteara un amigo.
Sin embargo, si es ella quien te las hace, se convierten en "preguntas trampa". Yo llamo
"preguntas trampa" a esas preguntitas que parecen inocentes y que tu pareja te hace para
que te sientas culpable, aunque no hayas hecho nada malo...
Por ejemplo, te has ido a cenar con los compañeros y cuando vuelves, ella está
esperando en la cama, preparada con su pregunta trampa:
-¿Qué tal te lo has pasado?
Mucho cuidado con lo que le contestas, porque si le dices:
-Huy, muy bien, me he reído más con María... ¡No, no, con María-no, con el de
administración!
Ya la has cagado. Se dará la vuelta y pondrá su culo de barrera entre los dos.
Tampoco puedes decirle que te lo has pasado regular, porque te dirá:
-Pues entonces, ¿para qué vas? Todos los años dices lo mismo y todos lo años
vuelves.
Y pondrá su culo entre los dos. Vamos, que si quieres tener su culo a favor, sólo hay
una respuesta posible:
-¡Mal, me lo he pasado muy mal!
En las relaciones de pareja hay que estar siempre alerta, porque cuando menos te lo
esperas, te lanzan el anzuelo a ver si picas:
-¿Te gustó el vestido que llevaba Marta el jueves?
En este caso sólo hay una respuesta posible:
-¿Cómo era? No me fijé...
Porque, como te haya gustado e incluso si no te ha gustado, la siguiente pregunta es:
-¿Ah sí? ¿Y cómo iba yo vestida?
Y es que hay una ley inquebrantable con respecto a sus amigas. Nunca le digas que
su amiga es guapa, por mucho que insista. Si te pregunta:
-Está guapa mi amiga Sara, ¿verdad?
¡Danger! ¡Peligro! ¡Calavera con dos palitos!
-¿Tu amiga Sara? Pero si parece un calamar...
-Pues ahora que ha adelgazado está muy bien.
-¿Que ha adelgazado? ¡Pues como no sea de los codos!
¡Nunca lo admitas! Te diga lo que te diga, tú no cedas:
-Pues la han elegido Miss Mundo.
-Estará comprado el jurado...
Hay una pregunta trampa a la que yo le tengo auténtico pánico:
-Cariño, ¿tú crees que estoy más gorda?
En este caso es importantísimo la reacción rápida, no dejes pasar ni medio segundo
antes de contestar:
-¡No! ¡No estás gorda!
No se te ocurra dudar lo más mínimo, porque como le digas:
-Pueeees, no sé... No.
Ella saltará:
-¿Cómo que no lo sabes? ¿Es que no se ve? ¡Pues yo sí que veo que tú estás más
gordo! ¡Que se te ha puesto la papada como una saca de correos!
De todas formas, no os hagáis muchas ilusiones porque tengo que decir que hay
algunas preguntas trampa en las que contestes lo que contestes quedas mal. Yo creo que
antes de hacerte una de ellas te deberían leer tus derechos, porque cualquier cosa que digas
será utilizada en tu contra.
Por ejemplo, si durante una limpieza general, ella dice:
-¡Huy!, aquí hay una foto de tu ex. ¿Qué hago con ella?
Macho, estás perdido. Si le dices:
-Rómpela.
Mal, porque te dirá:
-¿Qué pasa, que todavía te afecta cuando la ves?
Pero como le digas:
-Mujer, las fotos no se rompen.
¡Mal!
-Ah, ¿no? Pues no sé para qué la quieres. ¿Qué pasa, que te vas a hacer un póster?
Pues en esta foto está horrible, ella nunca ha sido mona, pero aquí tiene una cara de pan...
No hay escapatoria posible.
Hay que estar siempre atento, ya que puede asaltarte con una pregunta trampa
cuando menos te lo esperes:
-Cariño, me han dicho mis padres que este año quieren venir a casa a pasar las
fiestas. ¿Qué les digo?, ¿que sí o que no?
Si eres sincero y le contestas:
-Pues no me apetece mucho, para qué te voy a engañar...
-Claro, qué fácil, cómo se nota que no son tus padres, si fueran tus padres ya
estarías perdiendo el culo.
Pero si le dices:
-Ah, muy bien, pues que se vengan.
-Claro, qué fácil, como tú no haces nada... ¡Hala, a llenar la casa de gente! ¿Por qué
no invitamos a cenar a la orquesta de Luis Cobos?
Algunas preguntas trampa se pueden convertir en una auténtica pesadilla. Cuando
estás tan tranquilo, ella aprovecha y te lanza:
-¿Me quieres?
-Pues claro.
-¿Pero me quieres como antes?
-Te quiero más.
-O sea, ¿que no me quieres como antes, que no podías vivir sin mí?
-Siií.
-¿Sí, qué?
-Que te quiero.
-¿Pero me quieres como antes?
-Te quiero más.
-O sea, que no me quieres como antes.
¡Coño, dan ganas de separarse! ¡Aunque sea sólo por acabar la conversación! Pero
sin duda la pregunta que más odio de todas es ésta:
-¿En qué piensas?
-En nada.
-En algo estarás pensando.
-Pues no, no estoy pensando en nada.
-Vale, vale, si no quieres decírmelo no me lo digas...
-No es que no quiera decírtelo, es que no estaba pensando en nada.
-Aunque sea una tontería en algo estarás pensando.
¿Pero por qué ese empeño en que piense? ¡Pues no pienso en nada! ¡Y no quiero
que vengan sus padres! ¡Y está más gorda! ¡Y su amiga Sara está muy buena! ¡Y que viva
la orquesta de Luis Cobos!!
 
Ventajas de ser incompetente

Para triunfar en la vida hay dos caminos. El primero es ser un genio. Pero eso es
muy difícil, hay que trabajar mucho, ir por delante de tu tiempo y, encima, la mayoría de las
veces no te lo reconocen hasta después de muerto.
El otro camino es ser un incompetente, que es mucho más fácil y, además, te lo
reconocen en vida. Por eso yo estoy pensando en convertirme en un incompetente, porque
todo son ventajas. Para empezar, tienes muchos más modelos en los que fijarte. ¿Quién no
conoce a un incompetente?.
Ya de pequeños, cuando se te rompía el tren, le decías a tu madre:
- Mamá, te lo pido por favor, que no me lo arregle papá.
¿Sí o no?. Otra ventaja de ser incompetente es que haces feliz a la mujer que más te
quiere, tu madre. Tu madre siempre ha querido que hagas una oposición a funcionario, que
es para toda la vida. ¿Y una madre va a querer algo malo para su hijo?. ¡NOOOO! ¡Pues ya
está! ¡Incompetente para toda la vida!. Además, los que son competentes nunca llegan a
nada. Vamos a ver, ¿cuántos jefes conocéis que sean competentes? ¿Y cuántos políticos?.
En cambio,¡incompetentes hay un huevo!. Y es que ésa es otra cosa buena de los
incompetentes, que son muy solidarios; cuando uno llega a jefe, inmediatamente monta a su
alrededor una ONG: incompetente, tu jefe te reconoce como uno de los suyos.
No sé, un día, por ejemplo, te ve chupando los sellos por la parte de delante y te
dice:
- Trujillo, cómo me recuerda usted a mí mismo hace unos años. Tiene un carrerón
por delante, siga así, que el día menos pensado le hago subdirector.
Ser incompetente es mucho más cómodo. Los competentes se pasan la vida
estudiando. Haciendo masters, cursillos, reciclándose... En cambio, para ser incompetente
sólo tienes que aprenderte cuatro frasecillas.
Primera:
- Huy, ¿esto para hoy? ¡imposible!
Segunda:
- Qué más quisiera yo.
Tercera:
- Para lo que me pagan, ya está bien.
Y su frase preferida: - Chato, sólo tengo dos manos.
Otra ventaja del incompetente reside en que su abuela es inmortal. La pobre mujer
aguanta lo que le echen, porque el incompetente, para escaquearse del trabajo, cada dos por
tres la está operando de la vesícula. Él sólo tendrá dos manos, pero su abuela debe de tener
como doscientas vesículas, por lo menos... En cambio, el competente tiene tanto amor al
trabajo que si ve que la abuela está pachuchilla, así, así... la remata el domingo para poder ir
a trabajar el lunes. O aprovecha un puente... para despeñarla. La ventaja del incompetente
es que con el mínimo esfuerzo consigue el máximo rendimiento, porque es un gran
publicista de sí mismo. Todo el mundo se entera de cualquier cosa que hace, por pequeña
que sea:
- Bueno, pues voy a hacer estas fotocopias, que si no las hago yo no las hace nadie.
Y al rato:
- Ya he hecho las fotocopias, ¡me han quedado cojonudas!.
En cambio, del trabajo del competente sólo se habla el día que la caga.
- Martínez, coño, qué cagada... Bien está que se quede hasta las cinco de la mañana
haciendo el Balance, pero se ha equivocado en dos décimas, se está jugando el puesto, mire
Trujillo, ése sí que no se equivoca nunca.
Y es que los incompetentes tienen más tiempo libre. Si hay un marrón en la oficina,
el jefe le pide a todos que se esfuercen para solucionarlo, menos al incompetente. ¿Pa qué?.
- Usted no hace falta que se quede, Trujillo, que tendrá cosas más importantes que
hacer. ¡Menudo carrerón lleva!.
El incompetente tiene todas las puertas abiertas, porque incompetentes hay en todas
las profesiones. Ahí está el Tribunal Supremo, que debe de estar lleno, porque cada dos por
tres sale el en periódico: “Supremo se declara incompetente”. Si ellos lo dicen... Y lo mejor
de todo, siendo incompetente puedes trabajar en una de las empresas más grandes y
transparentes del mundo: Telefónica. A los incompetentes de Telefónica se les reconoce
enseguida por el tono y la energía que tienen:
- Información, buenas tardes, le atiende Marisa.
- Por favor, me daría el teléfono de Mercería Merce?.
- Como mercería no me sale Merce.
- ¿Y como Merce?.
- Como Merce no me sale mercería.
- Pues... ¿"mercería" tan amable de mirarme Bragas Merce?.
- Como no me dé más datos...
- Pues hombre, ella las suele llevar rosa.
- Así, sí, tome nota... Mercería Rosa.
- No, Rosa no, Merce!!.
- ¡Pues aclárese, que sólo tengo dos manos y a mi abuela la tienen que operar de la
vesícula!.
- Vamos a ver, señorita, Mercería Merce, en la calle Infanta Mercedes.
- Como Infanta no me sale nada, pero como Mercedes me salen varios
concesionarios.
Cosas así pasan continuamente, y mira qué bien va Telefónica. En fin, una pena que
no haya más incompetentes... Que podría haber más, lo que pasa es que la mayoría no
pasan de espermatozoides. En vez de ir al lío, en vez de penetrar donde tienen que penetrar,
se entretienen haciendo el gilipollas por las trompas de Falopio.
 
¿Qué pasa cuando se acaba la pasión?

¡Qué bonito es el amor! ¿Verdad? Cuando estás enamorado no tienes frío, ni calor,
ni hambre, cantas bajo la lluvia, le sonríes a la gente en el autobús... Pues sepan ustedes que
toda esa pasión no es más que una reacción química que se produce en el cerebro... Nos
enamoramos porque nuestro cerebro segrega una droga que nos deja tarumbas y nos
produce una especie de enajenación mental transitoria. Eso es la pasión: un chute cerebral,
una locura que se pasa cuando faltan esas drogas. Por eso un buen día sales de la idiotez y
te encuentras con al realidad. Ésta es la realidad.
Cuando hay pasión, si él ronca, ella le da un besito y le dice:
- Date la vuelta, cielo, pero no sufras, a mí tus ronquidos no me molestan, pareces
un lama tibetano, ommm, ommm..., me das una paz...
Cuando no hay pasión y él ronca, ella le mete el codo en las costillas y le dice:
- Ahora sí que pareces un lama, que te has quedado calvo.
Cuando hay pasión, le dejas notitas en la nevera: “Cariño, te quiero, no te he
despertado porque dormías como un angelito”.
Cuando no hay pasión los mensajes de la nevera cambian: “Si cuando te levantes
todavía están abiertas las tiendas, compra pasta de dientes... ¡y úsala!”.
Cuando hay pasión ella le mete los pies fríos entre las pernas y él se aguanta:
- Pero cariño, ¿cómo tienes los pies tan helados? ¡Pareces Walt Disney!.
Cuando no hay pasión entre las piernas no se mete nada... y también te aguantas.
Cuando hay pasión vas corriendo a abrirle la puerta en cuanto oyes el tintineo de sus
llaves:
- Pareces una gatita con el cascabel.
Cuando no hay pasión, aunque la oigas dos horas forcejeando con la puerta, no
abres:
- Menudo escándalo, se tiene que enterar todo el vecindario de que llegas. Pareces
una vaca con el cencerro.
Cuando hay pasión te encanta que ella te haga un pase de ropa interior:
- Házmelo como en Nueve Semanas y media.
¿Nueve semanas y media? Cuando no hay pasión le gritas:
- ¡Hace nueve semanas y media que están tus bragas en el bidé!.
Cuando hay pasión le untas el bronceador con parsimonia, te recreas en todos sus
rinconcitos:
- A ver por aquí... Por aquí te falta un poquito. ¡Huy!, pero si este huequito me lo
había dejado. ¡Ahora ya puede tomar el sol mi niña!
Cuando no hay pasión, le echas un pegote de crema y le frotas la espalda como si
limpiaras un cristal:
- ¡Hala! Ya estás.
Cuando hay pasión le encuentras parecido a tus actrices favoritas:
- La misma boquita que Penélope Cruz, la nariz exacta a Claudia Schiffer...
Cuando no hay pasión, el parecido es otro:
- Cada día te pareces más a tu madre.
Cuando hay pasión, te encanta que ella se pase un poquito con la bebida, te parece
que coge... un pedito ideal.
- Qué graciosa te pones cuando bebes, se te suelta la lengua y eres tú misma.
Cuando no hay pasión:
- ¡Qué graciosita te pones cuando te encogorzas! Hay que ver lo que se han reído
cuando les has contado lo de mi estreñimiento.
Cuando hay pasión, ella te despierta cariñosamente si te has quedado dormido en el
sofá:
- Que te vas a quedar frío...
Cuando no hay pasión, te deja allí tirado, con la tele puesta... ¡Incluso la apaga! Eso
es porque no quiere que te despiertes. ¡Nunca!
Y por último, cuando hay pasión, después de hace el amor te quedas enroscadito,
agarradito a ella como a un osito de peluche. Cuando no hay pasión, se produce el efecto
pop corn: en cuanto has terminado, saltas como una palomita de maíz y te quedas
durmiendo como caigas.
Y es que la mejor forma de medir la pasión es el sexo: al principio a todas horas,
luego uno al día, uno a la semana, uno al mes, uno al año... ninguno: “Pa’qué”.
En fin, si están todavía en el periodo de la pasión, que les dure.
 
Tipos de parejas

Soy una firme defensora de la pareja, tanto es así que ya he tenido siete. Y como
comprenderán, a estas alturas, me he convertido en una experta. Yo, en el momento en el
que veo una pareja, le echo el ojo... y me equivoco poco, ¿eh? Las tengo clasificadas.
Verán.
Una de las más comunes es la pareja Milli-Vanilli, también conocida como Pin y
Pon. Seguro que conocen a alguna pareja perfectamente integrada. Todo lo hacen juntos,
son el Dúo Dinámico. Acaban pareciéndose el uno al otro, incluso físicamente. Como hacen
los mismos gestos, les salen las arrugas en los mismos sitios. Este tipo de pareja se
reconoce fácilmente: se compran dos chándals exactamente iguales, la única diferencia es
que el color fosforito de las zapatillas de ella es rosa y el de él es verde. Además siempre
hablan en plural, como el Papa: “Nosotros no somos muy de pescado”, “En casa somos
todos muy frioleros” “A nosotros nos gustan mucho los documentales, nos los vemos
todos”.
Otro tipo frecuente es la pareja Esteso-Pajares. Tienen un espectáculo cómico
perfectamente preparado para cuando sales con gente. Uno es el Tonetti serio y el otro el
gracioso, uno le da pie al otro para que cuente los chistes:
- Para esto, mi Mariano, escuchad, escuchad que os vais a tronchar, ya veréis, es
buenísimo. Mariano, cuéntales lo que te pasó cuando confundiste el champú con el
matarratas, que decías, no hace espuma, no hace espuma... Es que a Mariano le pasa cada
cosa...
En todas las pandillas hay una pareja caracol. Son las que están todo el día
baboseándose. Su afán es demostrar al mundo lo mucho que se quieren. Si van a una cena y
les sientan separados, se desesperan y entrelazan los pies por debajo de la mesa. Tienen
palabras secretas que sólo les hacen gracia a ellos. Él dice:
- Cajonera.
Y ella le responde:
- Grapadora.
Y los dos se mueren de risa.
De las más conocidas es la pareja madre-hijo. Cuando salen a cenar con los amigos,
si él pide una Coca-Cola, ella dice:
- Chato, no deberías pedir Coca-Cola, que te da gases...
Y dirigiéndose a los demás, aclara:
- No sabéis como se pone, se hincha como un zeppelín y, como no los puede echar...
Y si al elegir los platos él pide espagueti a la marinera, ella le recrimina:
- Pero Paco, si no te gustan.
- Pues entonces póngame ravioli. ¿Cariño, a mí me gustan los raviolis?
La antítesis de esta pareja es la pareja profesor-alumna: ella suele ser bastante más
joven que él, él bastante más cargante que ella; a ella le encanta la cultura de él, a él le
encantan las tetas de ella.
También existe un tipo de pareja que podríamos denominar Elena Ochoa: están
deseando juntarse con otra pareja para hablar de sexo. Les va el sexo oral: sólo hablan de lo
mucho que lo practican y sacan a relucir todas las miserias...
- Ésta no tiene orgasmos, la única vez que creí que llegaba, en realidad, se trataba de
un ataque de asma: “Ah, ah, ah...”.
Y ella contesta:
- Éste siempre está cansado, lo único que se le pone duro son las cervicales...
Y no olvidemos a la pareja Caroline y Charles Ingells, los de la Casa de la Pradera:
lo hablan todo, pero en especial, hablan mucho con los hijos. Él entra por las noches en la
habitación del mayor y le dice:
- Hijo mío, tenemos que hablar. ¿Crees que haber suspendido doce es bueno para tu
futuro? Pero no te quiero agobiar... Encima de la mesilla te dejo las cien mil pesetas para
eso que no me puedes contar, mañana hablamos y echamos unas canastas, ¿eh?
¿Y quién no conoce a una pareja de sosos? Nadie va a visitarlos. Nadie quiere salir
con ellos y, en el trabajo, la gente comenta: “Qué alegría tiene que haber en esa casa, qué
buenos ratos tienen que pasar estos juntos...” Y así es, según consta en el registro, la última
vez que se rieron fue en 1.984, con lo de la empanadilla de Martes y Trece.
Una de mis favoritas es la pareja activa: se aburren tanto el uno con el otro que se
apuntan a todo. Son socios del Círculo de Lectores y tienen todos los libros de Gala y la
colección completa de las obras de J. J. Benítez. Ella es de la asociación de padres, él
entrena el equipo de futbito del colegio. Además, son miembros de un sindicato, presidentes
de la comunidad, monitores de scouts, ella estudia esperanto, él toca el triángulo en una
banda... ¡Lo que sea con tal de no verse!
Voy a terminar con la pareja perfecta: son la envidia de todos, encantadores,
maravillosos. Si están juntos, son fantásticos, si están separados, también. Se quieren, pero
no se agobian. Los amigos, cuando están en crisis, van a consultares a ellos. Pero un día,
por sorpresa, ella confiesa:
- Lo hemos dejado, era insoportable, no lo aguantaba más, nuestro matrimonio
hubiese funcionado muy bien si nos hubiéramos muerto hace diez años.
¿Se reconocen en alguna de estas parejas?
 
¿Qué pasaría si los hombres se quedarán embarazados?

 
Dicen que la población está envejeciendo. Los políticos piden niños, no hay más
que ver la que se ha montado con el primer niño del milenio, que menuda paliza nada más
nacer... Pues no es por culpa de las mujeres, nosotras ya hacemos lo que podemos, de hecho
parimos, aunque tal y como está el empleo ponte a pedir bajas maternales... Por eso yo creo
que si quieren que haya más niños, que los hombres también se embaracen. Auque no sé si
eso solucionaría el problema, porque... ¿se imaginan lo que pasaría si los hombres se
quedasen embarazados?
Por ejemplo, está claro que los hombres son unos flojos. No soportan el dolor. Así
como las mujeres aguantamos casi hasta el último día yendo a trabajar, ellos, con lo
quejicas que son, en el momento en que les diera positiva la prueba entrarían amarillos en
el despacho del jefe con al rana tiesa en la mano:
- Mire, mire cómo estamos... Deme la baja, que ya tengo náuseas, vengo vomitando
desde el laboratorio por la ventanilla.
Cuando estamos embarazadas, ellos saben que no pintan nada, pero como se
empeñan en agradarnos, no paran de hacernos preguntas:
- ¿Qué tal te encuentras?
- Muy bien, estoy fenomenal.
- ¿Pero te encuentras bien de verdad?
- Sí, mi amor, ya te lo he dicho...
- Es increíble lo bien que te encuentras, ¿verdad?
- Que sí, que estoy bien... no te preocupes, no me pasa nada.
Al final eres tú la que acabas tranquilizándole a él.
Si los embarazados fuesen ellos, las respuestas serían distintas:
- Antonio, ¿qué tal estas?
- Jodido, yo creo que estoy perdiendo hasta la vista.
- Pero, ¿tan mal te encuentras?
- Fatal, me quedan dos telediarios. Vas a tener que criar a nuestro hijo tú sola.
- Es increíble lo mal que te encuentras, ¿verdad?
- Y lo que me callo, pa’ no asustarte, que la procesión va por dentro.
Total, que al final también le acabas tranquilizando tú.
Las mujeres, cuando estamos embarazadas, tenemos antojos porque se nos agudiza
el sentido del olfato. Puedes oler las palomitas del cine que está en la otra manzana, o el
marisco a la plancha del bar que está dos calles más abajo:
- Quiero marisco.
Y te lo trae, porque ya saben eso que dicen, que si no te conceden un antojo luego al
niño le sale en el cuerpo, y claro, él no quiere que el niño nazca con cara de gamba, aunque
luego sea el más gamba de su clase...
Si los hombres se quedasen embarazados sus antojos serían distintos. Con lo
simples que son, se despertarían a medianoche diciendo:
- ¡Quiero una Black & Decker! ¡Necesito hacer agujeros, ya!
Y tú se la traerías, porque no te gustaría que el niño naciese con la nariz retorcida
como una broca.
También cambiaría la preparación al parto. Las mujeres no tenemos problemas con
eso de tirarnos al suelo. Y respirar ahora sí, ahora no durante horas y horas. A los hombres
en cuanto les dijeran: “Vamos a hacer ejercicios de relajación”, se sentarían en una mesa y
sacarían el dominó:
- ¡Venga, pito doble!
Una pregunta: con la tripa que tienen ya algunos hombres, ¿cómo se les pondrá
cuando estén embarazados de treinta y dos semanas? Como un dirigible. Más de uno en vez
de romper aguas, romperán cerveza.
Otra: ¿se moverá el niño más en el vientre del hombre? Seguro que sí, sobre todo
cuando se pongan a roncar. ¿Cómo va a saber el niño que tiene que hacer tsk, tsk, tsk, para
detener el terremoto?
Y una última pregunta: ¿qué harán los hombres cuando sientan las pataditas del
bebé? Las mujeres nos emocionamos y decimos: “Mira, mira, se ha movido.” Ellos
directamente cantarán el gol: “¡Gol! ¡Gol de mi chico!”.
Y, en vez de ponerle música clásica para que el niño salga más inteligente, pondrán
el Carrusel Deportivo:
- Es que así se relaja el niño, es oír el gol en Las Gaunas y se queda como una
malva. ¡Esto sí que es un clásico!
Una de las cosas que más cambiaría sería el cochecito. Nosotras, que somos más
prácticas, el único accesorio que le ponemos es una sombrilla, por si hace sol. Los hombres
no soportarían comprarse algo que incluyese la palabra “coche” sin llenarlo de chorradas.
Seguro que los venderían en los concesionarios. Se pondrían insoportables: - El mío tiene
radio extraíble, es descapotable y lleva llantas de aluminio, y un alerón... No habría ningún
cochecito sin alerón. Luego habrías que verles, picándose en el paseo y haciendo
adelantamientos, y el pobre niño con cara de velocidad.
Y el colmo: si a los hombres ya no hay quien les soporte cuando se ponen a contar
su mili en plan fantasma... para aguantarlos contando el parto:
- ¡Bufff! Lo mío sí que fue un parto con dolor. Se había acabado la epidural, la
matrona y el médico sentados encima de la tripa porque llevábamos cinco horas y nada. El
niño intentándolo hacia arriba, que ya estaban pensando en sacármelo por la boca. ¡Todos
atacaos! Y yo: “Tranquilos; a ver, dame la tijera que me voy a hacer la cesárea...”. Tras,
tras, unas puntaditas... y así que salí andando del quirófano, con mi niño en brazos, que se
quedaron alucinaos.
En fin, que pensándolo bien, prefiero parir a mi hijo antes que tener que aguantar a
un hombre embarazado.
 
¿Qué es sexo y qué no es?

Todos sabemos perfectamente que cuando se piensa en el sexo, es que se es joven;


que cuando te pregunta tu hijo sobre el sexo, es que te vas haciendo algo mayor, y que
cuando uno se pregunta por el sexo de las amigas de su hijo, es que ya se ha convertido en
un viejo verde. En fin, el sexo es la eterna pregunta.
Creemos saber lo que es el sexo, pero no es del todo cierto. Por ejemplo, ahí
tenemos a Bill Clinton: presidente de EE.UU., un señor con estudios... y sin embargo, dice
que el sexo oral no es sexo. Yo creo que la opinión de Clinton en lo que se refiere a qué es o
que no es sexo, no es fiable. Es verdad que se trata de una cuestión polémica y a veces la
gente se excita demasiado hablando del tema. Así que vamos a poner algunos ejemplos
prácticos de lo que es lo que no es sexo para evitar enfrentamientos.
Por ejemplo, si tú acompañas a una amiga a una tienda de lencería... ¿Es sexo? ¡Sí!
¡Uff! Cómo no va a serlo, esa tienda llena de bragas, ellas probándose sostenes, todo lleno
de fotos de mujeres despampanantes, con saltos de cama, con piernas larguísimas, con
tangas, wonderbras... ¡Joder, claro que es sexo!
¿Y qué me decís del sexo anal? Un rumor, un mito urbano. Nunca se ha visto, pero
todo el mundo tiene una amiga que tiene otra amiga, que conoce a una amiga que es
enfermera en Urgencias, que dice que está acostumbrada a ver llegar personas con objetos
insertados en el orificio vedado, como se diría en México. ¿Eso es sexo? Francamente,
depende:
Si es una botella de cerveza, no es sexo: es que tiene gases.
Y, ¿si es una merluza? ¿Eso es sexo? Pues no, eso es nouvelle cuisine.
Yo conozco el caso de un señor que llegó a Urgencias con un reloj de cuco encajado
en salva sea la parte. ¿Es eso sexo? Podría ser zoofilia, al tratarse de un cuco, pero, joder,
también podría ser artesanía Suiza.
Y el urólogo, ¿es sexo? ¡Eso es sexo duro! Llegas, te ponen mirando a La Meca, y
te repente aparece un doctor, vestido correctamente con su bata blanca, se coloca un guante
y te mete un dedo por el culo... Te quedas así, y le dices:
- Oiga, por lo menos me podía haber besado antes.
Entonces el doctor, con una amable sonrisa de oreja a oreja, te dice:
- Yo creo que está bien, pero para tranquilizarnos le vamos a introducir una pequeña
cámara...
- ¡Oiga, si quiere que me quede tranquilo, deme un valium! Y además, ¿qué quiere
decir pequeña? Para mí, pequeño es algo milimétrico. Para él, igual es un turista japonés,
que también es pequeño y lleva cámara...
Qué es y qué no es sexo también depende de si eres hombre o mujer. Por ejemplo:
muchas mujeres se quejan de que tienen que fingir el orgasmo. ¡A mí qué me importa! ¿No
tienes tú que quedarte a dormir aunque no te apetezca?
¿Y si la cama chirría? ¿Es eso sexo? Pues sí, porque estás jodiendo al vecino.
¿Y el top less? ¿El top less es sexo? O sea, que te tiras un año saliendo con una tía
hasta que consigues por fin verle las tetas, y luego se va un fin de semana a la playa... ¡y se
las enseña a todo el mundo! ¿Es eso sexo? Eso no es sexo, es una putada.
 
Fantasias sexuales

 
El otro día leí en una revista que una de las fantasías sexuales más comunes entre
las mujeres es hacer el amor de forma salvaje. Llegar a casa...que esté tu marido preparando
la cena...
- bueno, esto por sí solo ya sería una fantasía-, acercarte por detrás, arrancarle el
delantal y hacerlo en la mesa de la cocina.
Como en la peli esa de "El cartero siempre llama dos veces..."
Que, por cierto, con la que tenían allí montada, no me extraña que el tío tuviera que
llamar dos veces, ¡y quince!
¿Pero ustedes se imaginan esto en la vida real? Con las piernas colgando,
clavándote un tenedor en la nuca, y desollándote la rabadilla con el rallador del pan, y
encima, el cartero, venga a llamar:
- ¡Piiii, correos! ¡Piiii, correos!
Que es para decirle:
- ¡En eso estamos, pero no nos dejas!
Estas cosas nos pasan por intentar copiar lo que vemos en las películas. Por
ejemplo, la típica fantasía de mezclar sexo y comida, como en "Nueve semanas y media",
con las fresas, el melocotón en almíbar... Vamos a ver: ¿qué es lo que tiene de sexy hacer
macedonia encima de tu pareja? Porque el almíbar tiene una característica muy poco
erótica: a los tres minutos se seca ... y se queda como el Loctite. Claro, en la película
cortan, pero a ti te toca irte a la ducha con la cabeza pegada a sus pelillos del pecho, con el
culo en pompa y caminando hacia atrás ... que pareceis dos siameses. Y él:
- ¡Aaaaah, aaaaaah, aaaaah,....!
Y tú:
- Pero, Paco, ¿cómo te puede excitar esto, tío?
Otra fantasía muy típica es grabarse en vídeo. A mí me comentó una amiga que lo
había hecho, y que daba mucho morbo. Así que lo probé: es supererótico.... hasta que te ves
... El te pone la cinta todo emocionado, y cuando ves dos cuerpos abrazados... ¡gordos!,
dices:
- Paco, te has equivocado de cinta, eso es un combate de sumo.
- No cariño, somos nosotros, es que la cámara engorda.
- ¿Que engorda? ¿Y la mesilla de noche por qué no engorda?
Otro clásico de las fantasías es hacer el amor en un sitio público. Por ejemplo, en un
ascensor. ¿Lo han probado? Aquello se mueve más que la madre de Marco. Y para colmo
los vecinos no cooperan nada; tú todavía estás en los preliminares y ellos ya
superexcitados:
- ¡¡¡¡Ascensoooooor!!!!
Y luego está la fantasía favorita de los tíos: montar un trío con dos tìas. Aquí lo que
más gracia me hace es cómo intentan proponértelo... Te van dejando pistas, con esa sutileza
que ellos tienen:
- Oye, ¿a ti te gustan los tres tenores?
- Si.
- ¿Y los tres cerditos?
- Sííí
- ¿Y las tres carabelas?
- Paco, ya está bien. ¿Qué quieres?
- Yo nada... Oye... Esta cama es muy grande. ¿No? Y tu amiga Loli, muy liberal...
Y aquí ya le dices:
- Paco, yo me conformo con cualquier cosa, pero a mi amiga Loli le gustan los
hombres.
¿Es que es verdad! Si con una sola no pueden, ¿para qué querrán a dos? Como no
sea para fumarse después dos cigarros...
Pero la muestra mas clara de que las fantasías nunca deberían llevarse a cabo es
cuando intentas hacer el amor en la bañera. Aquí la fantasía es conseguir hacerlo sin
romperte nada. Para empezar... erótico no es. El se mete, y se queda encajado en la bañera,
con las rodillas en las orejas, y el periscopio intentando asomarse. Y va el cachondo y te
dice:
-¡Venga, métete!
Y claro, como él ha cogido el mejor sitio, a tí te toca poner el culo encima del tapón
y que te dé el grifo en la nuca. Y entonces empieza a moverse todo apasionado. ¡Y se monta
allí una marejada...! ¡Chaf, chaf, chaf...! Aquello parece "La tormenta perfecta"...
Lo malo es que el que está en la bañera no es George Clooney, es el capitán
Pescanova.
Entonces te dice:
- Vamos a probar otra postura; ponte tú encima.
En ese momento se sale el tapón y el desagüe te hace ventosa... Y piensas... "este tío
ha organizado un trío sin avisarme". Y cuando te das cuenta de que es el tapón le dices:
- ¡Que se sale el agua, que se sale el agua!
Y el:
- No te muevas, busca el tapón...
Tú, tanteando, agarras lo primero que encuentras... Y él grita:
- ¡Eso no es el tapón! ¿No ves que hay dos?
En ese momento, ya solo se te ocurre una solución:
- Cariño, ¿por qué no nos vamos a la cama?.... Pero a dormir ¿eh? ¡Que estoy
agotada!
 
Alienigenas

 
La otra noche mientras estaba mirando las estrellas, sin mas empecé a pensar en los
alienígenas e incluso a creer que conviven con nosotros, por ejemplo la expresión "me estas
poniendo verde" claramente proviene de un alienígena algo estresado apunto de
manifestarse.
Luego también todos los comentarios, tan escuchados ya por muchos programas los
cuales nos dicen que los hombres provienen de Marte y las mujeres de Venus.
Con tanto lío yo ya no sé cómo se engendró el hombre, si fue de una costilla como
Adán y Eva, o más bien fue la evolución del mono, algo más lógico si observamos los
comportamientos de muchos en las discotecas, o si realmente el caso es que formamos
parte de una complicada raza alienígena, de fuera del planeta azul, o mas bien ya un color
verde turquesa tirando a negro.
Ya puedo imaginarme el follon si viviéramos en Marte, sobretodo por el sencillo
tema de salir a ligar con las chicas de Venus, con lo lejos que esta!!, Vaya que a cuesta de la
gasolina para el transporte tendríamos que volvernos todos gays. Y luego también estan las
horas de viaje, para ir bien tendríamos que salir de Marte el Jueves por la mañana para así
llegar el Viernes por la noche a Venus y con lo mal que se a puesto esto del carnet por
puntos cualquiera se atreve a coger el platillo volante para hacer tantos kilómetros de años
luz.
Luego está otro punto importante y es el transporte, el típico platillo volante que
gira velozmente a grandes velocidades, yo personalmente no cogería ventanilla, mas bien
cogería butaca central, porqué así me marearía menos.
En el fondo yo creo en los alienígenas, ya que e encontrado a terrícolas que encajan
perfectamente en las descripciones del arquetipo de alienígena... Físicamente pequeños,
feos, algo cabezones, a todos nos pasa por la mente la imagen de Jordi Pujol y de Marujita
Díaz y entonces te haces la pregunta... ¿Se estarán maquillando o realmente ya son así?
Una de las cosas que me parecen más groseras e infantiles por parte del cine, es la
forma de expresarse que les han puesto en la mayoría de las películas, yo no sé si realmente
será esa su forma de comunicarse, pero por lo que refiere a los todos conocemos están todo
el santo día con , PIPI.. PIPI, parecen como niños pequeños, que pasa que su madre nos les
enseñó a ir al baño o que.
Otro tema importante es la forma a la cual hemos catalogamos a la mayoría de
alienígenas, un comportamiento caótico, arisco y conquistador, será porque...¿ Están artos
de verse tan feos en el espejo? Bueno, todo es posible recordar a Adolf Hitler o Franco.
Mi memoria solo puede recordad a la creación de un alienígena, cuyo
comportamiento fue de legal bueno y que al mismo tiempo tuviera un tema de conversación
más interesante y culto que el mismo Aznar. A ese alienígena la historia del cine le bautizó
con el nombre de E.T....
 
Colecciones por fascículos

 
Hola, muy buenas. Ya se que tengo mala cara, tengo peor cara que tito en el entierro
de Chanquete pero bueno ya sabeís, vuelta de vacaciones, síndrome pre menstrual uy digo
post vacacional.
Pero bueno, no os creais la vuelta al trabajo tampoco es tan diferente a las
vacaciones. Si, no pongais esa cara. Por ejemplo ir a hacer unas fotocopias es como la lucha
matutina por encontrar un hueco en la playa y poner la sombrilla. Luego llega la hora del
bocata aunque aquí no te hace falta esperar a que te haga la digestión para empezar a
trabajar sino que mientras estas en tu mesa, tus papeles se hacen uno con el atún y la
mayonesa y en vez de escuchar la brisa marina y el relajante oleaje, escuchas la voz de tu
jefe. Gorigoitia espabile que quiero ese dossier ya!! Es como en la tasca cuando le decian al
cocinero: "Manolo esos calamares ya para la mesa 3"
Si es que en el fondo encontrarse con esos atascos diarios en la autopista tiene su
encanto. El volver a jugar con los mocos mientras estas en caravana y ver si le das al de
delante, el hombre que vende los kleenex en el semáforo, inventarse mientras tanto una
buena disculpa para llegar tarde al trabajo.
Visto así tiene su encanto ¿¿verdad??
Luego está la otra parte. La de la vuelta al cole. De esa parte prefiero no hablar
mucho no vaya a ser que me suban el precio de los libros que bastante cuesta tenemos ya
con el precio del combustible. De hecho este año a mi mujer por el cumpleaños tengo muy
claro lo que regalarle, una lata de gasolina, shhht cuidado, de la más cara ehh. Sé que tendré
que hipotecar hasta el piso pero bueno, todo sea por hacerla de una vez un buen regalo, que
a ella siempre le han gustado las cosas caras.
 
Y después de todo eso, lo que mas me motiva para volver al trabajo son las
colecciones estas por fascículos, el otro día estaba viendo la tele y llegué a contar unas 20
colecciones diferentes, de barcos, de casas de muñecas, de relojes, de abuelos abandonados
en gasolineras.
Pero creo que ninguna de ellas va a funcionar. Yo siempre he dicho que podía haber
sido un gran empresario porque ideas no me faltan, fíjense yo propondría las siguientes
colecciones, si es que no las hay ya:
1ª Colección: Construya su propio piso. Cada vez esta más difícil lo de comprarse
un piso y ya que el gobierno pone ahora muy sencillo lo de los pisos de 30 centímetros
cuadrados que mejor idea que hacerte tu propio piso. El anuncio seria algo asi: Planetarium
del langostini presenta su nueva colección, construya su propio piso ladrillo a ladrillo en
tropecientos mil sencillos pasos. Con los mejores materiales escogidos por el de bricomanía
ahora usted puede construirse su propio piso. 720 entregas mensuales, es decir unos 60
años, total es el tiempo que vas a tardar en pagar la hipoteca, que mas te da ir
construyéndotela poco a poco? Con el primer fascículo gratis un manual de trucos para
llegar a los 120 años y un trozo de uralita de regalo.
2ª Colección: Dé a luz a su hijo pieza a pieza. Grupo editorial na de ná presenta esta
increíble colección. Ahora ya no hará falta adoptar ni sufrir durante 9 meses. Usted incluso
siendo soltero puede tener ya su propio hijo. Desde niños negros, chinos, europeos, incluso
palestinos con tódos sus órganos vitales. Déje ya de preocuparse por malformaciones o
niños siameses, esta colección le garantiza un hijo sano. Que no completo. bueno ya saben
que estas colecciones tienden a acabarse al de 5 ó 6 entregas. Siempre te quedas con la
rueda y el parachoques del coche teledirigido, con el mastil principal del barco y con el
reloj de bolsillo en oro de lo que cagó el moro que en cuanto lo raspas se le va el color.
Parece que detrás de ese color dorado vas a rascar y te va a poner lo de "sigue buscando,
hay miles de idiotas que creen que esto es oro". ¿Se imaginan tener un medio niño? Con un
brazo, una pierna, un ojo. y esperemos que las piezas no se rompan al montarlas. que esa es
otra.
Pero la colección que podría tener más éxito sin duda es esta:
Dado el cada vez mayor número de inmigrantes que desembarcan en las costas del
sur de la península, la colección estrella sería:
Consiga ya en varios sencillos pasos sus papeles. Si es usted un inmigrante ilegal y
está harto de ir a la recogida de la fresa en Murcia, hágase ya con esta colección que les
presenta Chabacano editorial S.L. Sin esperar largas colas, sin enfrentarse a la guardia civil.
Usted puede llegar en patera y sentirse como en casa con esta colección que se compone de:
contrato laboral precario, papeles firmados y sellados por el presidente del gobierno Jose
Cuis Martinez Peletero (Se aprovechan de la ignorancia de los pobres) y un permiso
indefinido de residencia. Además si completas la colección conseguirás esta horrorosa y
rasposa manta cortesía de la guardia costera. ¡¡A qué esperas para coger tu patera y hacerte
a la mar!
Ya a la venta en todos los kioscos de la costa de Cádiz e Islas Canarias.
En fin señoras y señores que esto de la vuelta al cole y al trabajo es aún más duro de
lo que parece. Ahora sólo nos falta que dé comienzo la nueva edición de gran hermano, eso
sí que sería un síndrome post vacacional. .
 
Postulado sobre la limpieza doméstica

 
Llevo un par de meses solo en casa. Muy buena vida, solito, sin agobios, que
pensarán algunos. Sí, sí, pero también hay que limpiar, ¿eh? Aquí no me puedo escaquear.
Entre otras cosas, porque si yo no friego los platos puede ser que mañana tenga que comer
en el jarrón, idea que no me atrae mucho.
Cuando un hombre se encuentra en esta tesitura se da cuenta de que la limpieza
doméstica es toda una ciencia, con sus postulados, teoremas y demás. Y es todo un reto.
¿Exagerado? Es que no es sólo limpiar, o sea, que no es barrer y listo, ¡hala!, no... es
muuuucho más complicado.
Por ejemplo, vamos por orden, que esto es fundamental. Esto es lo que yo he venido
a bautizar la propiedad NO conmutativa de la limpieza doméstica, que viene a decir, más o
menos, que el orden de los factores SÍ que altera el producto, y mucho. Es que no es lo
mismo barrer y pasar la fregona que pasar la fregona y barrer. Nooooo es lo mismoooooo.
Lo primero es lo correcto; lo segundo es una verdadera guarrada. Esto ahora puede parecer
sencillo y casi todos deberíamos saber (seguro que alguno hasta ni vio la diferencia) que la
primera es la forma correcta pero luego la cosa se complica. Retomaremos esta propiedad
más adelante.
Ahora centrémonos en lo que es puramente la pelusa. Sí, la pelusa. Esas bolitas con
pelo que parece que van a salir corriendo de un momento a otro (por suerte no lo hacen) y
que, para algunos, ya forman parte del decorado. Podríamos compararlas con el gato.
Bueno.. están ahí, ¿no? No molestan, tampoco dan mucho ruido. Si alguna estorba en un
momento determinado, se le da una patada y se manda a otro rincón en que no moleste.
Tampoco es tan desagradable, ¿no?. Todo es acostumbrarse, aunque lo suyo es deshacerse
de ellas. Pero a lo que íbamos. Yo estoy convencido de que Aristóteles tenía razón y todos
se reían de él cuando formuló aquello de la generación espontánea. Vamos a ver: hace dos
días, aquí no había nada. No lo había. Y esta mañana, resulta que hay una pelusa del
tamaño de una pelota de tenis. ¿Esto... esto de dónde ha salido si no? ¿eh? ¿y aquélla de allí
junto al zapato, qué? ¡Joder! Que anoche me puse los zapatos y no recuerdo que estuviera
ahí. Esto tiene que ser la generación espontánea de los cojones. Fijo.
Esto ya choca, ¿verdad? Menos mal que uno es de ciencias y de mente abierta y lo
puede asimilar. Vale. Vamos a barrer, ¿de acuerdo? Entonces lo ideal es coger la escoba,
¿cierto? ¡Pues no! Primer error. La escoba levanta mucho polvo. Si tenéis una mopa,
hacedlo con ello. A mí esto me lo dijo mi hermana, no os creáis que lo sabía. La experiencia
es un grado.
Una vez barrida la casa ya estamos confiados. Creemos que todo el monte es
orégano y pensamos que esto va a estar chupao. A todo esto, ya la calor (perdonadme el
artículo femenino pero es que soy del Sur empieza a apretar. Y digo a apretar por no decir a
dar por culo, que queda más feo. Casi 40º ya... porque estamos en Julio y en Sevilla, que
esto también cuenta.
Pues venga, a pasar la fregona. Cogemos un cubo de agua y nos disponemos a
echarle algo. No sabemos qué. Sólo sabemos que nuestra madre o esposa le echa de una
botella un chorreoncito. El qué... ni idea. A ver, a ver... "Don Limpio Baño". Esto no es
porque vamos a limpiar el pasillo. "Don Limpio PH Neutro". Esto debe ser. Nos leemos el
modo de uso del limpiador (¡qué lamentable!) y añadimos la dosis indicada. Pim pam, pim
pam, pim pam, venga a limpiar los cuartos, venga a sudar, ahora limpiando el cuarto
reparas en que no has barrido aquella esquina que, por cierto, tiene más pelusa que ninguna
(véase Leyes de Murphy)...
Bueno, a por el baño. ¡Schhht! ¡Quieto ahí! No vamos a limpiar el suelo antes que la
bañera, el water y el lavabo, ¿no? Pues eso. Coge otro cubo, un trapito y a echarle "algo" al
agua. "Don Limpio Baño". No hay duda. Por si acaso te lees la etiqueta de los productos de
nuevo. "Don Limpio PH Neutro [...] Para superficies delicadas: parquet, mármol,
cerámica..." ¡Coño! A ver si nos aclaramos: esto es el baño. Hasta ahí, bien. Pero es que el
water y la bañera son de cerámica y la encimera del lavabo es de mármol, ¡hossssstia yaaa!
Pos nada, nene, a usar los dos productos (y dos cubos/recipientes con agua). Ahora vamos a
retomar la propiedad no conmutativa de la limpieza doméstica, de la que he hablado más
arriba. Cojo y friego el lavabo. Como la patena lo dejé. El water, igual. Y por último la
bañera. Todo impecable. Bueno, me dispongo a escurrir y limpiar los trapos. Pero espera...
¡leche, que el lavabo ya está limpio! Y, ahora que lo pienso, ¿dónte tiro el agua del cubo si
también he fregado ya el water? Me cago en... otro error, otro error... Así se aprende, no os
creáis, a base de chocazos. Ya sé para la próxima vez que la bañera va primero, el water
segundo y el lavabo lo último. El orden de los factores SÍ que altera el producto, y mucho.
Pero no acaba ahí la cosa. Aunque hayamos seguido este orden, ahora queda limpiar el
suelo del baño y, de nuevo, ¿¿dónde tiras el agua?? Pues en el water... que se supone que
está limpio porque si no es así, entonces ¿¿qué coño haces fregando el suelo cuando luego
vas a salpicarlo al fregar el water?? Yo me he quedao aquí. Actualmente estoy investigando
cómo hacerlo sin manchar el water o buscar vías alternativas.
Total, que esto es todo un reto. Muy difícil, mucho. Menos mal que cuando uno
acaba la dura jornada, siente la satisfacción del deber cumplido, que se llama, y se siente
orgulloso. Aunque fijo que algo has hecho mal. No sé qué pero algo seguro. Telefoneo a mi
hermana para comentarle mi heroica hazaña y, de paso, vacilar un rato:
- Hola. Tía, hoy le he dao a esto un "flete" impresionante: he barrido, pasado la
fregona, limpiado el baño, los poyetes...
- ¿Habrás limpiado el polvo antes de pasar la fregona, no?
- ...¿perdón?
Ya os digo... Menos mal que sólo las cincuenta primeras veces es duro, luego ya te
haces a la rutina. Que os sea leve.
P.D.: Mamá, por favor, si lees esto... vuelve ya
 
Turismo rural

 
Si hay un timo que funciona últimamente es el del turismo rural. Se trata de un
deporte nacional que antes se llamaba "ir al pueblo". La diferencia es que si vas a tu pueblo
es grátis, y si haces turismo rural vas a un pueblo que no es tuyo y pagando una pasta.
Para hacer turismo rural no vale cualquier pueblo. Tiene que ser un pueblo "con
encanto". ¿Y qué es un pueblo "con encanto"? Pues un pueblo que sale en una guía de
pueblos "con encanto". Si es que se cae por su propio peso.
A estos pueblos se suele llegar a traves de una carretera comarcal "con encanto",
que es una carretera con tantos baches y tantas curvas que cuando llegas al pueblo estás
encantada de bajarte. Y cuando entras al bar intentas integrarte con los vecinos.
-¡¡¡Buenos dias, paisanos!!! ¿Qué es lo típico de aquí?
Y el del bar piensa: "Pues aquí lo típico es que vengan los gilipollas de la ciudad los
fines de semana a dejarse doscientas mil pesetas".
Lo siguiente es alojarse en una casa rural o "casa con encanto", que es una casa
adornada con muchas vasijas y ristras de ajos en el techo, que no tiene ni tele, ni radio, ni
microondas. Eso si, tiene unos mosquitos trompeteros que por la noche hacen mas ruido
que una Derbi Coyote.
Luego te das cuenta de que los del pueblo viven en unas casas que no tienen ningun
encanto. Pero tienen jacuzzi, parabólica, Internet. y portero automático. Tu casa no tiene
portero automatico, pero tiene una llave que pesa mas que Cañizares.
Otra ventaja que tiene hacer turismo rural es que puedes elegir entre una casa vacía
o vivir con los dueños. Estupendo. Te vas de vacaciones y además de la tuya tienes que
aguantar una familia postiza. Que por la noche tú quieres ver Lluvia de Estrellas y ellos La
Noche Tematica y te planteas:
"¿Quién manda más, yo que he pagado cien mil pelas o este señor que vive aquí?".
Pues gana él, que tiene garrote.
Y encima te dicen que tienes la "posibilidad de integrarte en las labores del campo".
Que quiere decir que te despiertan a las cinco de la mañana para ordeñar a una vaca. ¿No te
jode? Es como si te vas a una gasolinera y te tienes que poner tu la gasolina, o como si vas
a un McDonalds y tienes que recoger tú la bandeja. O sea lo normal. Así que te levantas a
las cinco para ordenar a las vacas. Que digo yo: ¿por qué hay que ordeñar a las vacas tan
temprano? Si la leche esta ahi. ¿No se pueden ordeñar después del aperitivo?
Yo creo que esto es fastidiar por fastidiar, porque a la vaca le tiene que sentar como
una patada en las ubres que la despierten a las cinco de la mañana para que le toque las
tetas un extraño. Que la vaca te mira como diciendo: "Tía, si quieres leche vete a la nevera
y coge un tetra brick". Es que son ganas de molestar.
Pero el "encanto" definitivo son las "actividades al aire libre". Como cuando te
ponen a hacer senderismo, que es lo que habitualmente se llama andar, y consiste, pues eso,
en poner un pie delante de otro hasta que no puedas más, mientras los del pueblo te
adelantan en un todoterreno con aire acondicionado.
Pero tú encantada. Vas por el campo como abducida. Te vuelves bucólica y todo te
parece impresionante: ves una boñiga de vaca y sueltas:
- Ummmmmh que olor a pueblo.
¿A pueblo? A pueblo no, huele a mierda. Eso sí, a mierda "con encanto".
Y todo, sea lo que sea, te sabe a gloria: en el mesón te ponen dos huevos fritos con
chorizo y tú:
- En Madrid no te comes tú estos huevos. En Madrid no te comes tú estos chorizos.
En Madrid no te tomas tú esta Coca-Cola.
- Y le dices al camarero:
- Oiga ¿a qué este chorizo es de matanza?
- Pues casi, porque a punto estuvo de matarse en la curva el del camión de
Campofrio.
- De repente oyes unas campanadas y dices:
- Ah. ¡Qué paz! No hay nada como el tañido de una campana.
- Y tu marido:
- Pero si esta grabado, ¿no ves el altavoz del campanario?
- En ese momento te preguntas si los sonidos de las gallinas y de los grillos no
vendran en un CD: Rural Mix2002. Los 101 mayores éxitos campestres. De lo único que
estás segura es de que los mosquitos trompeteros son de verdad. Que pareces un Ferrero
Roche con varicela.
- Yo creo que, de lunes a viernes, la gente de estos pueblos vive como todo el
mundo, pero el fin de semana distribuyen por la carretera a unos tíos disfrazados de
pastores y cuando ven que se acerca un coche, avisan a los del pueblo con el movil:
- ¡Eh, que vienen los del turismo rural!
- Y cambian el cartel de "Viedeoclub" por el del "Tasca", sueltan unos perros cojos
por las calles y sientan a la entrada del pueblo a dos abuelos haciendo alpargatas, que luego
te compras unas y te salen más caras que unas Nike.
- En fin, yo creo que un montaje tan grande como este no puede ser obra de
personas aisladas. Estoy segura de que estan implicadas las autoridades.
Me imagino al alcalde:
- Queridos paisanos: este verano, para incrementar el turismo, vamos a importar
más mosquitos del Amazonas, que el año pasado tuvieron mucho exito. Y quiero ver a todo
el mundo con boina, nada de gorritas de Marlboro. ¡Y haced el favor de pintaros el
entrecejo, que no parecéis de pueblo! Y las abuelas. nada de top less en el río. que
espantáis a los mosquitos. Ah, y por cierto: este año no hace falta que nadie haga el tonto
del pueblo. Con los que vienen de fuera ya tenemos bastantes.
 
De buen rollo, eeeee

 
Mi novia se ha venido a vivir a mi casa, se le murió el hámster.
El otro dia me llama a las 5 de la madrugada y me dice:
- Bolita... Han vuelto a poner el anuncio ese que me recuerda a mi hámster... Ese
de....."Aguila, Aguila, Aguila ..... Hamstel."
Entonces yo le dije:
- Cariño, no te preocupes, aquí esta tu chico, lo superaremos juntos. ¡¡¡En que mala
hora!!!
Ese día descubrí que las mujeres son como los gases nobles, tienen unos nombres
muy bonitos, pero se expanden hasta ocupar todo el espacio disponible!! Al principio todo
era perfecto, hermoso, hasta cambiar el mensaje del contestador era romántico:
Yo.- Hola
Ella.- somos
Yo.- Juan
Ella.- Y Sonia
Los dos.- No estamos en caaaaaaaaasaaaaaaaa.
Vale ¿Que pasa? Al principio el amor no es solo ciego... ¡¡¡también es gilipollas ya
lo sé!!!
Ahora la casa es distinta, mi apartamento es chiquitito, pero a mi me parecía incluso
grande, llegó ella... Joder!!! y pareció que se hubiera encogido, bueno... Se ha traído el
secador, depiladora, un poto, media docena de peluches, 400 velas, y bueno, hasta una tabla
de surf!!! que yo le dije:
- Cariño, ¿para que queremos una tabla de surf?
- ¿Pero tú eres tonto gordi? Es una tabla de planchar!!!
¿¿¿Planchar??? ¿¿¿Planchar??? Pero si para planchar solo necesitas una bolsa de
plástico vacía. ¡¡¡Claro!!! Metes en ella toda la ropa y se la llevas a tu madre!!!
Lo siguiente que invadió fue el armario, vestidos de verano, de invierno, de
entretiempo, mantas, sabanas, bragas faja, bragas tanga, bragas riñoneras, bragas bajas,
faldas largas, cortas, pantys, medias, enteras... yo que se!!!
Me invadió hasta por el aire, si si, por el aire... Por que lo de los ambientadores
clama al cielo!!! tienen que ponerle olor a todo. En el WC ha puesto colgando una cosa de
plástico que dice que huele a pino!!! que cuando terminas la faena tiras de la cadena y
huele!!! y no se, yo siempre me imagino un pino enorme lleno de mierda por los bordes.
Cuando convives con una mujer aprendes un montón de cosas, por ejemplo que los
frigoríficos se deben descongelar!!! Yo siempre había creído que la nevera estaba para abrir
la puerta coger tu cervecita y hala ¡¡¡qué ella fuera fabricando hielo!!! Pues se tiene que
descongelar... ¿a qué no lo sabíais chicos?
Por supuesto que la nevera también me la invadió, abrías la puerta de la nevera y ahí
tenias un montón de productos vegetales, puerros, zanahorias, remolacha, coliflor, col,
coles de bruselas, berenjenas, pepinos, tomates.
Un día me dice:
- Cariño hoy te vas a chupar los dedos, saca el repollo de la nevera.
Cuando aquel repollo empezó a cocerse olía peor que la plantilla del fugitivo!!!
¿Vamos a comer eso? Habiendo chorizo y patatas fritas?.
Y luego esta el misterio del papel higiénico!!!! ¿Cuánto papel higiénico gasta una
mujer? Por que un hombre soltero así que no sea muy tacañorro cuanto puede gastar? Un
rollo al mes? Venga un rollo y medio. Pero una mujer!!! Tú pones el rollo te das la vuelta y
cuando vuelves a mirar ¡¡¡ZAS!!! Ahí está... el canutillo!!! No me cabe en la cabeza que
hacen las mujeres con el papel higiénico... ¿se lo comerán? Como tiene fibra...A lo mejor es
por eso que tienen celulitis, de comerse el papel como tiene celulosa¡
¿Y por la noche? A ver la tele! El mando a distancia es de ella, que parece que tenga
un iman conectado al mando siempre esta en sus manos, que por cierto... Se llama mando a
distancia por eso... Por que distancia a las parejas... ¿Habéis visto a una mujer haciendo
zaping? Es terrible!!! Por ejemplo estas viendo un programa de videos domésticos de esos
que la gente lleva sus imágenes caseras, bueno pues sale el niño japonés subido en lo alto
del tobogán, se lanza a toda hostia... Y cuando va a aterrizar... ¡¡¡Ella cambia!!! antes de que
se la pegue!!! en lo mas interesante¡¡¡.
Pero donde más cambia la vida es en la cama, en el dormitorio, por que entre que la
cama no es de matrimonio y todos esos peluches!!! parece que estas durmiendo en Barrio
Sésamo con los muphets. A mi se me baja el pennnnnn...... El aparato, cuando veo que me
están mirando Epi y Blas, así con su sonrisita... Y cuando ya te pones al asunto de... Miras
de reojo y te ves a la rana Gustavo que parece que te esta diciendo...
- ahora esta a fuera
- ahora esta adentro
- dentro y fuera dentro y fuera.
Joder¡¡¡¡ y así no hay manera.
Pero la otra noche mi chica me llama y me dice:
- Cariño esta noche tengo que contarte algo...
Cuando llegue había una cena con velitas, y al terminar me dice...
- Cariño...vamos a tener...un hámster.
 
Diversiones infantiles

 
La infancia es la etapa más feliz en la vida de una persona... (DOLIDO) ¡Y una
mierda! Que se lo pregunten a Marco... Existía un complot universal para amargarnos la
infancia. Y las cosas que debían divertirnos, en realidad nos creaban un trauma.
Por ejemplo. A los niños nos gustaban los animales. Pero los adultos decían ¿Ah sí?
Pues os vamos a dar uno que os dure dos días. Y nos compraban un pollito de colores...
Que oye, matemático. Al segundo día lo sacabas al balcón y decías: “¡A volar!” Y
claro. Allí el pico. Allí una pata. Allí un ala. Y cogías un berrinche... De ahí viene lo de
“montar el pollo”
Otra cosa que nos gustaban eran las chucherías. Pero nuestros padres nos volvían
locos. Porque por un lado te decían ” No comas dulces que se te van a caer los dientes”
Pero por otro te contaban lo del ratoncito Perez, que te dejaba 5 duros cuando se te caía
uno. ¡Oye que se pongan de acuerdo! Y claro, al final te quedabas sin dientes. Porque tu
hacías cuentas y decías (GESTO DE CONTARSE LOS DIENTES) “¡Joer me sale
rentable...!
¿Y los juguetes? Una pega que tenían los juguetes que nos impedían divertirnos era
el problema de la escala. Por ejemplo te pedías el Exin castillos y tu hermana se pedía la
Nancy princesa. Para poder jugar juntos. ¿Que pasaba? Pues que el castillo era así(...) y la
Nancy así (...) Así que tú cogías la Nancy y el castillo(...) y lo único a lo que podías jugar
era a “Godzilla contra el Alcázar de Segovia” (GESTO DE MONSTRUO ARRASANDO)
Y es que algunas muñecas eran monstruosas. (MISTERIOSO) La Nancy, el
Mocosete (GESTO DE CAERSE LOS MOCOS), la Barriguitas...(GESTO DE
BARRIGUDO) ¡Daban miedo! Y encima en Navidad te las ponían en un anuncio a todas
juntas, ¡Y andando! (GESTO DE MUÑECO DIABÓLICO ANDANDO) “Las muñecas de
Famosa se dirigen al portal...” Y tú: “¡Dios mío! ¡Que alguien avise al niño Jesús! ¡Van a
por él!
Y es que los anuncios de juguetes eran un fraude. Me acuerdo del de los
Airgamboys. Ahí les veías montando a caballo en el oeste... Luchando en singulares
batallas épicas... (EMOCIONADO) Y resulta que cuando te lo regalaban..., se movían
menos que la cara de Sara Montiel (CARA DE MOMIA)
“Mamá. Estos Airgamboys están muertos.”(LLORANDO)
“No, hijo. Lo que está muerto es tu pollito” (CABRONA) (GESTO DE
PUÑALADA TRAPERA)
Una de las cosas que nos gustaba leer de pequeños aparte de las instrucciones del
Colacao... eran cuentos como los de Gloria Fuertes. En ellos aprendíamos cosas tan útiles
como que la vaca hace Muuuu, que el gato hace Miau, y que el pollito hace PIO PIO...
(CAMBIO)¡Mentira cochina! ¿Alguien conoce un solo ave del mundo que haga PIO
PIO...? Como no sea un pájaro mutante con labios para pronunciar la “P”... Además, yo
tuve un pollito ¿Eh? Y jamás hizo ningún sonido con la letra “P”... Bueno sí, (ASOMADO
POR LA TERRAZA) (GESTO DE CAIDA) ¡PLOF!
Menos mal que nuestras desgracias tenían un respiro a la hora sagrada de la
merienda, intentábamos olvidar nuestros problemas. Pero no podíamos. Porque encendías
la tele y los payasos nos preguntaban: “¿Cómo están ustedeeeees?” (GESTO DE
FASTIDIO) Encima eso... Claro, gritábamos:”Bieeeeeeeeeeen”. Pero por no darles un
disgusto a Gaby, Fofó y Miliki... Aunque parecía que no se fiaban mucho porque volvían a
preguntar: “¿Qué cómo están ustedeeeeees?” Pues mira ya que insistes, (MOSQUEADO) te
diré que se me han caído dos dientes. Mi pollito se ha tirado por el balcón. Y la Nancy de
mi hermana acaba de arrasar el poblado de los clicks de Famobil. ¿Que como estamos...?
Pues jodidos
Buenas noches.
 
La guardia civil

 
Viniendo para acá me he cruzado con la Guardia Civil de tráfico. Que acojone! Ha
sido verlos y decir: Algo llevo mal! Un faro roto, el carnet caducado, el coche robado...
Algo mal debo llevar!. Y no es que yo no conduzca bien. Es que es imposible cumplir el
código de la circulación, aunque quieras: métete en una autopista y no pases de ciento
veinte y verás... A los dos minutos tienes un camión oliéndote el culo. Y encima el tío
cuanto te pasa te pega un bocinazo y te dice:
- Tú estás loco, vas a provocar un accidente!
Pero cuéntale esto a la Guardia Civil.
- Perdone, mi sargento, pero vaoy a ciento ochenta porque si no, el del camión se
enfada conmigo...
No te haría ni caso, porque ellos creen que el código de circulación se puede
cumplir. Claro como son guardias civiles...! A ellos no se les pone nunca un camión detrás
oliéndoles el culo! Y, además, seamos sinceros: quién no se ha saltado nunca un ceda el
paso? Quién no ha aparcado nunca en doble fila? Joder! Si el código de la circulación no lo
cumple ni el conductor del papamóvil!
Por eso, cuando ves a la Guardia Civil te entra el canguis, porque piensas: la que me
va a caer! Y para evitarlo te juegas la vida si hace falta. ¿No les ha pasado alguna vez que
van sin el cinturón y de repente aparecen ellos? Menudo drama. Buscas el cinturón de
seguridad, tiras de él, él tira de ti, te lo pasas por delante de la cara, te doblas una oreja, le
das sin querer al limpiaparabrisas... Vamos que no te matas de milagro! Y yo me pregunto:
no se supone que la Guardia Civil está para protegernos? Y eso es protección? La guardia
civil es un peligro!
Y si te dan el alto... Es como un flechazo! Te da un vuelco al corazón. Y no eres el
único que lo siente, ¿eh? El guardia civil también debe de sentir algo, porque nada más
echarte al arcén empieza a hacerte una especie de cortejo del enamorado. Se pega a la
ventanilla, te echa miraditas, da vueltas alrededor del coche, le mira el culo, le da pataditas
a las ruedas, golpecitos al maletero... que llega un momento en que te dan ganas de decirle:
- Que sí, joder, que es un coche!
Además, no les pasa que cuando les paran es justamente cuando menos se lo
merecen? No hay derecho! La de veces que he ido pisando la raya continua, a ciento
ochenta y hablando por el móvil... ¿Y ahora me paran por ir a ciento treinta y dos? ¿Y por
qué a mí? Si ha dicho el telediario que este fin de semana iba a haber ocho millones de
desplazamientos!
Y yo no quiero molestar, pero a veces cuesta parar, ¿eh? Como vas a hacerle caso a
un tío que lleva bigotito de actor porno, las botas de Pretty Woman y las gafas de Torrente?
¿qué querrá ese hombre? Es como si vas a ingresar dinero al banco y el cajero va vestido de
mariachi.
Y luego el tío te da el alto con la espada de La guerra de las galaxias. En plan Obi
Wan Kenobi, que dices: Madre Mía, que la Fuerza me acompañe! Te sientes como Luke
Skywalker y miras a tu suegra por el retrovisor y dices: Mira, R2D2...
La Guardia Civil te puede parar por muchas cosas, por ejemplo, porque sí. Aquí
tienes dos opciones: ponerte chulo o llorar... Si te pones chulo, te colocan una multa... Sin
embargo, si lloras... también.
Un sábado, a poco que salgas... un par de cubatas caen seguro. Pero, vamos, sin que
te des cuenta. Y ya das positivo. Luego está el que se le va la pelota y se pilla un ciego
importante. Éste, cuando se le acerca el de la espada fosforescente le dice
-Señor guardia, déjeme el Gusiluz ése, que me ha entrado miedo...
Y el guardia:
-Sople aquí
-Que sople aquí? Es que todavía no se cree que voy borracho...?
Pero el tío al final sopla... poquito, por si acaso hay un milagro. Pero ¿a quién
quieres enganar, colega? Ese guardia ha visto a un millón de tíos como tú soplando poquito.
Por eso se rebota y le dice:
-Salga del coche
Y aquí, al tío, la mejor idea que se le ocurre es hacerlo todo a cámara lenta... Y para
colmo intenta hacerse el guay:
- Qué agente! Mucho lío esta noche, ¿no? Hay que ver cómo va la gente los
sábados! Menos mal que están ustedes... Qué gran labor están haciendo aquí... los cuatro...
Yo conozco a un tío que para estos casos tiene un truco: se hizo una foto cuando iba
pedo y la pegó en el carnet de conducir. Así cuando le paran, el guardia dice:
- Este tío no va borracho... Es que es asi!
De todas formas, yo no se lo aconsejo, así que si son amigos de Johnny Walker...
usen el transporte público.
 
Los campings

 
Se han preguntado alguna vez lo que siente un pollo en una bolsa de plástico,
cuando está al vacío. ¿No? Eso es porque no han ido de camping. Yo una vez fui de
camping con unos colegas, porque es barato decían, joder, la cárcel también es barata pero
no vamos allí a pasar las vacaciones. Además creo que la cárcel es mejor porque allí estás a
la sombra, pero ¿donde coño encuentras la sombra en un camping?
Total que llegamos al camping, y yo pensaba que las tiendas ya estaban hechas, pero
no, te las tienes que montar tú, es como si vas al Corte Inglés y te tienes que llevar el
probador de casa. Bueno, nos pusimos a montar la tienda, joder si los indios la hacen y no
tienen reválida ni nada, total cuatro palos en forma de triángulo con una tela encima en un
momento la tenemos lista. Y entonces se aparecen al lado nuestro cuatro tías que se iban a
plantar allí y se ponen a barrer, y nosotros pues les vacilamos:
- Qué, barriendo el campo.
- Estamos quitando las piedrecillas, listos, que sois unos listos.
- Oye que si queréis os traemos Ajax pino.
Bueno al final conseguimos montar la tienda, y el Freddy, un colega, va y dice:
- Oye y todos estos palos y esta tela que ha sobrao, ¿que es?
- Eso, pues la tienda de repuesto, por si se jode esta.
Y nos dicen las tías: - Eso es el doble techo, listos, que sois unos listos.
El doble techo, buah, nosotros no necesitamos de eso, es como si Sofía Mazagatos
tuviese dos neuronas, no sirve para nada.
Y después de esto nos pusimos a dormir, ¿saben lo jodido que es dormir cuatro tíos
en una tienda?. El olor que se desprende, sí, sí, es que hay gente que tiene los pies con
denominación de origen... cabrales, concretamente.
- Joder Freddy eres un guarro, saca los pies afuera.
- Si hombre para que me los coma un jabalí.
- No hombre no, si a los jabalís no les gusta el queso.
Total que nos hicimos turnos para respirar fuera de la tienda. Y las posturitas que te
tienes que montar, vaya tela, hicimos todas las posturas del Kamasutra, que si córrete pa'
acá, que si córrete pa' allá, que si córrete pa'l otro lao, que estoy entre dos piedras, que no
son dos piedras que son mis cojones, y todo esto sin eyacular, eh? Y luego se oye:
- Callad, callad que nos vamos a quedar sin aire.
Pero eso no es problema porque Freddy ya se encargó de suministrarnos aire propio:
- Joder Freddy, cabrón, que cerdo eres.
- Que?? Ya no huele a pies, no? A ver si no voy a poder tirarme un pedo ni en la
montaña.
Pues así pasamos la noche, y nos levantamos doblaos, que yo lo que creo es que el
Papa va mucho de camping, dolor por aquí, dolor por allá, y para rematarlo van y nos dicen
las tías:
- Qué!! Vaya orgía que os habeis montado está noche, eh? Que os hemos visto a
través de la tela, claro como no habeis puesto el doble techo, listos, que sois unos listos.
Y recien levantaos pues nos entraron ganas de mear, pero es que hay que ir a buscar
el water a 500 metros, y encima está todo encharcado, que dices, si te vas a mear fuera pa'
que coño vas imbécil, que es que hay que entrar con las aletas de buzo.
Pues si las noches son malas, los días son peores, porque ¿que haces? pues buscar
sombra pero como no hay, pues te sientas a esperar a que se vaya el sol. Y cuando atardece
todo el mundo saca las guitarras y venga, a cantar. y encima las tías de al lado empezaron a
cantar una canción de unas compresas o algo así, algo que decía: "A tu lado me siento
segura..." Total que nos fuimos a sobar, y al cabo de 15 minutos se pone a llover, yo fui el
primero que me enteré porque me tocaba estar con la nariz fuera, y al principio bien pero
como somos unos listos y no pusimos el doble techo pues nos mojamos, así que fuimos a
buscar asilo a la tienda de las tías. Y hicimos todas las posturas del kamasutra, que si
córrete pa' acá, que te corras pa' allá, que estoy entre dos piedras, que no son dos piedras
que son mis cojones.
Listos, que somos unos listos. Buenas noches.
 
Los bebes

 
Mi hijo de doce meses por fin ha empezado a dar sus primeros pasitos. Qué cosa
más... jodida. Sí, porque, de repente, se ha convertido en un auténtico suicida. Lo primero
que uno descubre cuando su hijo empieza a andar es su afición por los deportes de riesgo:
Concretamente, a mi hijo los que más le gustan son el "esquinning", que consiste en
lanzarse de cabeza contra todas las esquinas. El "tresilling", consistente en subirse al
tresillo y tirarse de morros contra la mesa... Y el más peligroso: el "telefunking", que
básicamente consiste en correr hacia el televisor... y empotrarse contra la pantalla. Sin ir
más lejos, mi hijo el otro día se lanzó contra Los desayunos de Antena 3 y le comió tres
churros a Isabel San Sebastián.
Bueno, con deciros que para que no se haga daño hemos tenido que acolchar las
mesas, las puertas y las esquinas de toda la casa. Ahora más que en una casa parece que
vivo en un psiquiátrico. Que, como yo le dije a mi mujer:
- ¿Por qué no acolchamos directamente al crío...?
Y ella me contestó:
- !Y una leche, yo he parido a un niño, no al muñeco de Michelín!
Pero seamos justos, ¿eh?: a esa edad la vida es muy difícil.
Tiene que ser muy humillante llorar porque tienes sed y que tus padres lo primero
que piensen es que te has cagado. Es como si tú entraras en un bar, pidieras una caña, y el
camarero en vez de ponerte una cerveza te oliera el culo.
Claro, por eso luego quieren vengarse de nosotros y se convierten en kamikazes con
pañales: ¿se han fijado que los niños intentan suicidarse atacando nuestros puntos vitales?
tú entras en casa, le llamas, y ves que coge carrerilla y viene lanzado hacia tu línea de
flotación. En ese momento sólo tienes dos opciones: o bien te apartas y dejas que se estrelle
contra el mueble bar y te descojonas de él... o te quedas quieto y dejas que te haga impacto
y entonces es él el que te descojona a ti. Yo, como le quiero mucho, siempre elijo la
segunda opción... aunque reconozco que a veces me cuesta un huevo.... o los dos.
Pero volviendo a las manías suicidas, también le ha dado por abrirlo todo: los
cajones, las ventanas, la cabeza... Es tal el miedo que me da, que he acabado como Javier
Clemente: jugando al cerrojazo... Por toda la casa tengo cerrojos: es más difícil salir de mi
casa que salir de Cuba.
¿Y la comida, qué? Otro peligro. Tú les intentas dar la papilla y él que "pa' tu
padre". Y, sin embargo, como dejes el jabón a su alcance estás perdido... Que digo yo que
los fabricantes deberían tener esto en cuenta y hacer potitos con sabor a lavavajillas:
"Compota de Fairy". Me imagino el eslogan... "Dos en uno: les alimenta... y les lava el
estómago".
¿Y lo de meterse cosas en la nariz? Otro peligro. Me pregunto: ¿cómo puede nadie
encontrar placer en meterse algo por la nariz...? Quitando a Maradona, claro... Me estoy
refiriendo a meterse canicas, monedas... Bueno, es que lo de comerse monedas es una
obsesión. Sólo falta que en los ojos les aparezcan las cerezas para ser una máquina
tragaperras. Y luego lo llevas a urgencias, lo miran por los rayos X, y el médico te dice:
"Usted no tiene un bebé, usted tiene el cerdito del BBV".
Al final siempre te mandan que les des un laxante y que esperes a que lo expulse. Y
tú todo el día persiguiéndolo con el orinal. Vamos que estás más pendiente de la devolución
del niño que de la de Hacienda. Es en esa época cuando descubres que el dinero es una
mierda. Y es que no puedes perderles un segundo de vista. Yo estoy tan obsesionado, que el
otro día llegué al trabajo y le limpié las manos a mi jefe con una toallita.
Aunque esto ha sido siempre igual, mi padre dice que, de pequeño, yo también me
tragaba monedas, y aquí estoy. Y eso que las de mi época eran mucho más peligrosas: !salía
Franco!
 
Buscando piso

 
¿Alguno de ustedes se ha visto en el trance de buscar piso?
Ya saben que un piso sólo se puede buscar de dos formas, o bien te vas a una
inmobiliaria, que como su propio nombre indica, es un sitio donde tu no te tienes que
mover, TE LO BUSCAN ELLOS o bien, lo haces por tu cuenta, que entonces no paras.
Yo he estado tres meses sin poder hacer otra cosa.
Lo primero es mirar en el periódico los anuncios por palabras. ¡¡CUIDADO!! Los
de pisos, no los de contacto, que enseguida se nos van los ojos. Si en vez de "Piso amplio"
pone "Beso negro", lo que anuncian no sirve para crear hogar, sirve para destruirlo. Yo,
despues de tres meses de intensa busqueda, me he convertido en un experto en descifrar
estos anuncios ¡¡LOS DE PISOS!!, y hay cada uno...
Por ejemplo, si el anuncio dice "Ideal parejas" significa que es un piso para parejas
que se quieran mucho. Porque sólo si están todo el día abrazados caben los dos dentro del
piso.
Si dice "Piso con muchas posibilidades" es que, efectivamente, tiene todas las
posibilidades, hagas las reformas que hagas le quedarán bien, porque le hacen falta todas.
Y es que con sólo leer el anucio puedes saber exáctamente como está el
piso."Latina, piso con tres habitaciones, cocina en buen estado" ¡¡Cómo estará lo demás!!
Y otro, "Fenomenal, estupendo jóvenes". Esto significa que sólo un joven lo puede
soportar. En realidad debería poner, "Estupendo jóvenes guarros". En algunos pone "Salón
independiente" ¿Esto qué quiere decir? ¿Qué un día llegas y el salón no está?
- ¿Dónde esta el salón?
- Ha llamado diciendo que no viene, que se ha ido a hacer Inter Rail, creo que se ha
enrrollado con una salita francesa.
¿Y esos que pone "Imprescindible nómina"? Lo que quieren decir es que cuando vas
a ver el piso es imprescindible "NO MINA". "NO MINA a ningún sitio".
Algunos anuncios, ya de entrada, me resultan sospechosos. Por ejemplo, si en el
anuncio pone que el piso esta "BIEN COMUNICADO" esto quiere decir que está a tomar
por culo.
Pero cuando tiemblo es si dice "a diez minutos del centro". Lo que significa es que,
si por la noche, despejasen las calles y salieses a ciento ochenta kilometros por hora, a lo
mejor llegabas en diez minutos.
Por cierto, uno de estos pisos se lo deberian dar a los del PP, a ver si llegan de una
vez al CENTRO.
Si lo que buscas es un piso de alquiler, te encuentras con detalles como este: "Piso
semiamueblado", esto quiere decir que el piso tiene lamparita y la escobilla del water.
Aunque semiamueblado tambien puede significar que la carcoma se ha comido la mitad de
los muebles. Menudo pedazo de carcomas, son como rinocerontes.
En algunos anuncios, tambien dicen, "Enseña dueño", y la verdad es que algunos
dueños son para enseñarlos. ¡¡Son lo mejor de los pisos!!. Los hay optimistas, los que le
encuentran a todo su lado positivo, sacan partido incluso de los defectos. Después de subir
un montón de escaleras, cuando llegas ahogado el tío te dice:
- Es un sexto sin ascensor pero es muy luminoso.
No ha jodio', tan alto deben estar al lado del sol. El tío es un supervendedor.
- Oiga, ¿y el suelo no está un poco inclinado?
- Uy, esto es lo mejor que tiene el piso. En esta casa no se pierde nada, lo encuentras
enseguida. Cosa que se cae va a parar a ese rincón. Y además no hace falta levantar el plato
para apurar la sopa. Tiene respuesta para todo.
- ¿Y la campana tira bien?
- ¿Que si tira? Tendrá que tapar usted los filetes de lomo con una piedra porque se
los sorbe.
- Ya lo que pasa es que yo estaba buscando un piso que estuviera orientado al sur.
- Pues no pasa nada se da usted la vuelta y ya está orientado al sur.
NO HAY NADA QUE PUEDA CON EL.
A veces los dueños todavía viven en el piso que vas a ver. Te lo enseña la señora,
que se pone muy sentimental
- Uy, pues no hemos sido felices aquí nosotros, aquí he tenido yo a mis seis hijos,
donde está usted sentado falto mi madre
- Oiga, ¿y el piso es caluroso?
- ¡Que va!, yo en verano me abro la ventana y la puerta de la calle, me pongo una
sillita en el pasillo y estoy en la gloria
Y luego dicen:
- Este es el salón, el balcón y ese señor de la camiseta es mi marido que está viendo
la tele.
A partir de ese momento ya no puedes pensar en ese piso sin que regrese a tu mente
el hombre en camiseta. Cuando intentas imaginar como quedará tu sofá en el salón, se te
aparece el tío de la camiseta tumbado en él.
Todavia tengo pesadillas.
Hay veces que ya desde el portal sabes que no te vas a quedar con el piso en cuanto
ves al tío que lo enseña; te dices "Joder, este es el de EL SILENCIO DE LOS
CORDEROS". El ascensor parece que esta vivo, se queja cuando subes "NEC, NEC,
NEZS". El olor a humedad, el piso es como una gruta y te dice el tío:
- Aqui la gente vive poco tiempo, este es un piso de tránsito, pero es un piso muy
tranquilo, aunque dicen que el barrio es malo, aqui no entra nadie a robar.
¡¡NO ME ESTRAÑA!!
Pero el más objetivo de todos es el portero que no se lleva comisión por enseñarte el
piso. A este le da igual que te lo compres. Abre la puerta y dice de corrido:
- Elrecibidorelbañolasalitaeltendedero
- ¿Aqui hace frío?
- En invierno.
- ¿Está bien cominicado?
- Si tiene coche, pues sí.
- ¿El vencindario es bueno?
- Pues hay de todo.
- En confianza, ¿el piso vale la pena?
- Eso, usted sabrá. yo lo que quiero es jubilarme.
En fin, siempre pasa lo mismo.
Cuando te pones a buscar piso empiezas con muchas pretensiones:
- Quiero un piso soleado, cuatro habitaciones, dos baños, céntrico y con terraza.
Pero a medida que vas viendo lo que hay y los precios vas bajándote del burro.
- Bueno, aunque no tenga mucho sol, con dos habitaciones y un baño ya vale.
Y sigues bajando, bajando, hasta que encuentras tu piso.
Yo ya he encontrado el mio. Es un piso, bien comunicado, con muchas
posibilidades, semiamueblado y sobre todo ideal para parejas.
Ahora sólo me falta encontrarla. Me voy a mirar en la sección de contactos.
 
Los funcionarios

 
El otro día tuve que salir para hacer unas gestiones burocráticas. Nada complicado
¿eh?. Tuve que ir a sacar un certificado de empadronamiento para renovar el DNI porque
como me he cambiado de domicilio, me hacía falta para compulsar una fotocopia que tenía
que presentar para ir a Hacienda.
Lo típico.
Y una cosa puedo decir: he descubierto una raza superior: los funcionarios.
Es que los funcionarios no son igual que el resto de los humanos. Para empezar, el
ser humano desayuna una vez al día. Pues los funcionarios no. Los funcionarios, vayas a la
hora que vayas, siempre están desayunando. Lo que creo es que hacen guardia para que
siempre haya uno desayunando.
Incluso creo que tiene montada una red que cuando te ven llegar se avisan por
teléfono que dicen: "oye ¨Jiménez, Jiménez, que acaba de entrar una con una cara de
buscarte a tí, que no sé. Anda vete corriendo a desayunar".
Y así pasa que tú haces 4 horas de cola, llegas a la ventanilla y te dicen:
- "Esto no es de mi competencia, esto lo lleva Jiménez, y ahora justamente estará
desayunando".
O puede ser peor ¿eh? te pueden decir:
- "Mire señora, esto lo lleva Jiménez pero hoy no ha venido porque tiene un día
moscoso".
Que claro, cuando yo oí la palabra moscoso, pensé que era una gripe con mocos.
Pues no. Es un día libre que tienen. No será una gripe, pero es igual de contagioso, porque
hoy la tiene Jiménez, ayer la tuvo aquel, la semana pasada el bedel, ...
En fin, que tuve que hacer 3 viajes hasta que se me apareció Jimenez.
Bueno yo al verle, es que me temblaban las piernas. La verdad es que casi me daban
ganas de pedirle un autógrafo. Y va y me dice:
- "Pero señora, esto es urgente, ¿cómo ha tardado usted tanto en venir a recoger el
certificado?"
Y tú claro, ante esa raza superior, pues te acojonas y dices:
- "pues mire, es que vine la semana pasada y usted tenía el día moscoso y su
compañero no sabía nada, ..."
Entonces él te mira como la de fama, como diciendo: "buscas el certificado, pero el
certificado cuesta, y aquí es donde vas a empezar a pagar con sudor..."
Por fin te da un impreso y te dice:
- "Vaya a que se lo selle el oficial adjunto".
- "Y dónde está ese señor"
- "Bueno pues ahora justamente debe estar desayunando"
Y ahí te quedas, esperando al oficial adjunto, y viendo lo cariñosos que son los
funcionarios, todos hablando por teléfono con la familia, con el padre, con el tío, con la
prima, y claro tú te solidarizas con ellos acordándote de la madre que los parió a todos.
Pero por fin llega el oficial adjunto, y antes de que puedas abrir la boca te dice:
- "Enseguida le atiendo, espere un momento".
Y cuando un funcionario dice: "espere un momento", Atención, porque aunque no
se note, el va a entrar en otra dimensión. Lo que para tí van a ser dos horas de reloj, para él
van a ser unos minutitos de nada. Pero unos minutitos muy bien aprovechados ¿eh?, porque
cuando viene, vuelve cargado con las bolsas de hipercor, con la merluza congelada
goteando. Y es que claro, los funcionarios, como raza superior, tienen el poder de dominar
el tiempo. Tú por ejemplo le preguntas a un funcionario cualquiera: "¿en qué cae el año que
viene el puente de la inmaculada?, por ejemplo" y él en menos de un nanosegundo, te dirá
sin pestañear el año, el mes, el día y hasta te informará de que él ya tiene reservado el
puente para irse a Altea. Que el Windows XP a su lado es como la cuenta de la vieja.
Por fin, como ya tienes el certificado sellado, te vas a Hacienda, que en el fondo es
lo que estabas deseando. La cola de Hacienda es como la cola del dentista: sabes que algo
te van a sacar. Y pasa una cosa curiosa, cuando por fin te toca, el funcionario que está detrás
de la mesa te dice: "siéntese". Malo. Malo, malo. ¿Ustedes conocen a alguien que le hayan
dado una buena noticia sentado?. Pero bueno, tú te sientas, abres tu carpetita azul con
gomitas donde pone "Hacienda", sacas los papeles, él los coge, empieza a leerlos y también
empieza a poner caras raras. Y mientras los lee, te mira de una forma intermitente, como
diciendo:
- "Es usted una choriza".
Y tú, muerta de miedo, pensando:
- "¡Qué habré hecho!".
Te sientes como en el corredor de la muerte esperando a que te frían. Y en ese
momento suena el teléfono y el tío impertérrito mirando el ordenador, y el teléfono
sonando, y el tío mirando el ordenador, y el teléfono sonando y el tío sin hacer caso, y el
teléfono sonando, que te dan ganas de decir:
- "Pero cógalo por el amor de Dios, que puede ser el indulto".
Por fin le da a una tecla del ordenador y te dice: - "Pero es que esto está mal. ¿Esto
quién lo ha hecho?"
Y tú otra vez acojonada dices:
- "Pues Jiménez, pero no le diga que se lo he dicho yo".
- "Pues tendrá que traerme usted otro certificado antes de 24 horas porque si no
tendrá que pagar una multa de 400.000 pesetas, porque estos datos no se corresponde con
los de mi ordenador." ¡Sacarle otro certificado a Jiménez en menos de 24 horas!, y le digo:
- "¿no sería mejor y más fácil que le comprara a usted otro ordenador?".
Pero la próxima vez a mi no me pillan ¿eh?. No, no. La próxima vez, yo cuando esté
sentada delante del funcionario, sacaré el termo de café, mi bandeja con bollos, una
exprimidora, dos kilos de naranjas y le digo:
- "aquí tiene usted el desayuno, pero usted de aquí no se mueve."
 
Anuncios de contactos

 
¿Saben? Yo compro el periódico todos los dias por que hay que estar informado... Y
si algún dia tengo mucha prisa lo que hago es leer sólo las páginas de contactos. Sí por que
en la páginas de contactos está resumido el periódico entero. Sección internacional:
"Griego, francés, turco...". Meteorología: "Lluvia dorada...". Economía:"10.000 completo".
Bueno, y lo mejor es lo que ayudan a la gente con problemas... Por ejemplo, una
señorita tiene un problema:"Vanessa: muchas tetas, 120". ¡Ciento veinte! ¿No son
demasiadas tetas? Oye, pues lo anuncia, y alguien le comprará veinte o treita...
Los anuncios de contactos, al igual que el resto del periódico, hay que saber
interpretarlo. Los hay que sirven para evitar riesgos..."Jeannette: recibo desnuda" Pues está
bien que te avisen, por que imagínate que van unos testigos de Jehová, llaman al timbre y
les abre Jeannette desnuda...
-Venimos a verte en nombre de Jesús.
-¿Qué pasa? ¿Que vuestro amigo es tímido?
También para prevenir es este otro que dice:"Leticia: senos explosivos, cuerpo de
infarto...". ¡Senos explosivos!¡Cuerpo de infarto! Aqui sexo seguro no hay...¡Como para
llegar con la mecha encendida!
Uno de mis favoritoss es Víctor: "Víctor. Superdotado. Largo: Dos latas de Coca-
Cola", ¡depende, por que si son de las que te dan en los aviones...! Y es que algunos
anuncios dan que pensar: "Chicas universitarias, reciben las 24 horas". Vale, ¿y cuando
estudian?
Y tambien está ese que dice: "Orientales. Disfrutaras haciendo un trio con nosotros".
¡Esta claro! Orientales...un trio... ¡Coño, éstos son los Reyes Magos!
Dentro de los anuncios de contactos también encuentras a gente muy discreta:
"Carla, azafata de vuelo, te hago de todo". Y es verdad: te retrasa el avión te pierda las
maletas. ¡De todo te hace!
Hay otros, sin embargo, que son son contradictorios: "Jennifer:viciosa y discreta.
Dirección, calle Bailén, 40". Querida Jennifer: viciosa... puede, pero discreta, discreta...¡no!
Y este otro: "Sumisa, llámame por las tardes". Un momento... ¿no eres sumisa? ¡Te
llamaré cuando me dé la gana!
Y luego están los que te hacen dudar:"Famosa de la tele. demostrable". Bueno, si te
lo tiene que demostrar, no será tan famosa. Y además aunque sea verdad, sólo con esos
datos... Podría ser la oveja Dolly.
Otros desconcertantes:"Lisa: enormes tetas". Señorita, decídase: o lisa o enormes
tetas.
Claro que para dudas éste:"Yoli. Soy ninfómana. Lo hago por vicio. 10.000
pesetas". ¿Diez mil pesetas? ¿Las pagas tu, o te las paga ella? Por que si lo hace por vicio...
Hay algunos que, si te paras a pensar, promocionan el canibalismo:"Ángela:
cómeme enterita".Y al lado hay otro que dice:"Sofía: me lo trago todo". Pues ya está:
¡Ángela, tiene que llamar a Sofía!
Y el más inquietante:"Kitty y Maica, ven a vernos... ¿y hacemos un sándwich
contigo!". ¿Conmigo? ¿Qué pasa? ¿Que en su barrio no hay McDonalds? Seguro que
después de comerte a ti, se beben las dos Coca-Colas de Víctor.
Lo que no entiendo es por qué poner un anuncio de contactos en el periódico por
palabras cuesta mil pelas por palabra, y sin embargo, Anasagasti sale gratis todos los días.
¡Y con foto, que Vanessa no sale con foto!
Yo creo que al paso que van acabarán resumiéndolos aún más para no gastarse tanta
pasta. Y ya puestos, tengo algunas sugerencias. Por ejemplo, en vez de decir "griego
profundo", podrían poner: "Platón". Y en vez de anunciar "francés bajo el agua", podrían
poner:"Cousteau". Y sobre todo, en vez de "beso negro con ojos vendados", ¿no podrian
poner, "Stevie Wonder"?
 
La novia de mi mejor amigo

 
Si hay algo relmente miserable es engañar a un amigo, traicionarlo, tú tienes a un
amigo que es… tú confías en él a muerte, y le presentas a tu novia, que es tu mayor tesoro,
bueno eso si tienes una ¿no? ¡Y va y se enamora de ella!, pues eso es lo que me ha pasado a
mi, que me he enamorado de la novia de mi mejor amigo.
No, no, no, que es una putada ¿eh? Como le digo yo a Javier que me he enamorado
de su chica, enamorarte de la novia de tu mejor amigo es como las hemorroides: se sufre en
silencio.
Yo no quería pero un día estaba en el gimnasio tranquilamente haciendo unas pesas,
no es que lo necesite pero… por descargar tensión y tal (escenificando tener agarrotado
"ese" musculo del brazo).
Esaba yo alli y llego ella, Mari, con una mini camisetita, y unos pantaloncitos… y
me dice
- ostia tío, ¿sabes tío? Me he apuntado a aerobic
la mire, solte las pesas y dije
- yo tambien
¿Os imaginais? Yo haciendo aerobic con mi malla malva, y todo el mundo
(escenificando) arriba, arriba, derecha, derecha, izquierda, abajo, iba yo mas perdido que el
mando a distancia del vídeo, ¡fatal! Vamos que al final tuve que tomar un punto de
referencia, el culo de la Mari.
Claro y el monitor va y dice venga vamos a hacer unos estiramientos ¡!
Estiramientos!! (mirandose a la entrepierna) ¡!MAS!!
Pero bueno no os penséis que soy un tío superficial ¿eh? coño, yo no me enamoré
de Mari por su cuerpo, a mi lo que me enamoró de ella fue el piercing que tiene en el
ombligo, de verdad, yo si fuera dios haria a las mujeres con el piercing de serie, ¡qué
coño¡ Las haría con dos ombligos, con el piercing ese pequeñito con la bolita esa que
cuelga y esa cosa que...
Para que la gente luego diga que los tíos sólo nos fijamos en un par de tetas y en un
buen culo, pues no, los tíos actuales valoramos los pequeños detalles.
Bueno la cuestión es que no me la puedo quitar de la cabeza, porque cuando no
estoy con ella estoy con Javier, y el tío no para
-¿has visto lo maravilllosa que es mari? Y tú –siiiiiii, -¿y lo guapa que es mari? Y tu
–siiiiiiii, -¿ y le has visto el piercing del ombligo? Y tu – no, no que piercing que vaaaaa,
que le voy a ver yo el piercing.
Cualquiera le dice que se lo he visto, pero como no se lo voy a ver, si no de que
estaría yo haciendo el gilipollas en la clase de aerobic con los calentadores fucsias y la
malla malva, que si no fuera por lo mal que conjuntan los colores todo el mundo pensaría
que soy gay.
Pero la cuestión es que cuando no estamos los dos estamos los tres, que es peor,
porque claro empiezan a darse besos y hacerse arrumacos, me miran y ella dice- ay, a Santi
vamos a tener que buscarle una novia. Y yo- no no , que va, yo es que ahora paso de tías -
¿pasas de tías? –a ver no me malintrerpretes, yo es que ahora estoy muy centrado con el
aerobic y tal, - ya yaaaa
Pero yo no sé qué pensar, porque después cuando estamos los dos solos en el
gimansio hay una química brutal, a los dos nos gustan las mismas cosas, a los dos nos gusta
el acuarius, bueno a mi la verdad es que no pero con un poquito de JB,y sin respirar ya me
lo trago.
¡hay Mar¡ cuando me ve lo primero que hace es darme unas palmaditas en el culo,
que hay que tener cuidado que los tíos tenemos ahí el … punto g
Y ya lo definitivo, el otro día estamos ahí en clase de aerobic sudando y tal, y viene
ella ( jadeando) y va y me dice…- santi ¿te puedo decir una cosa íntima? Y yo – coño claro,
venga venga dispara,- es que… tienes un moco en la nariz.
A ver qué tía se fija en eso si no esta coladita por ti.
Pero a pesar de las evidencias, seguía sufriendo en silencio, hasta que un día viene
Javier y me dice… - ostia Santi, creo que Mari es la mujer de mi vida, si incluso estoy
pensando que eso de casarse no es tan mala idea.
¡¡casarte¡¡ ¿pero no decías que eso era un invento de la igesia?
Jodé que hay gente que cambia de opinión muy alegremente.
Yo ahí me di cuanta de que Javier tampoco era tan amigo mio, un conocido, de hace
20 años, pero conocido, además, él me quitó una novia en tercero de E.G.B. (mirando al
público) y me jodió mucho ¿eh?, me hizo un adolescente problemático, me hice fan de los
pecos, ….Y es que la amistad está muy sobrevalorada, sí, de acuerdo, el tío me donó un
riñón ¡coño pero porque tenía dos¡.
Así que, me quité complejos y la llamé.-ehhhhhhh, hola Mari que tal, soy Santi, es
que he estado pensando y me gustaría hablar contigo, -y ella- ostia super guay, porque yo
tambien quiero hablar contigo, (uffffff) y entonces yo ya emocionado - ¡¡no me jodas¡¡ pues
quedamos en el bar de Paco a las seis -vale, super guay-
Fui allí, y me estaba esperando, y va y empieza… -ostia Santi, lo que te voy a decir
puede ser un poco difícil, para ti, porque claro, tú eres el mejor amigo de Javier…
- Coño, déjate. Que tiene más. Tranquila tía.
- Ya pero… es que no se que vas a pensar de mi, pero yo ya no puedo ocultar mas
mis sentimientos-
- Tranquila mujer esas cosas pasan, nadie tiene la culpa.
- Ostiaaa, que super guay que eres tío, eso es lo que tenéis los gays que sois
supercomprensivos.
¡¡¡gay yo¡¡¡, pero es que eso no es todo, de repente me sale con un pedazo de negro
y me dice…- te quiero presentar a mi nuevo novio, se llama Norongoro y juega en el
Málaga, no te hagas ilusiones con él ¿eh?
Y claro ahora me ha tocado quedar con Javier para animarle, y chunguísimo, está
todo el día
- yo pensaba que me quería
- y yoooo
y él … no va a encontrar a nadie que la quiera como yo- y yo- yaaaa, lo tiene negro
Ostia Santi que buen amigo que eres. Estás peor que yo, -coño Javier, ¡que para eso
estamos los amigos joder¡
 
Porque vivimos estresados

 
He descubierto por qué estamos todos estresados: es imposible hacer en un día todo
lo que hay que hacer en un día.
Todos los días hay que comerse una manzana, y un plátano para el potasio. Todos
los dias hay que beberse dos litros de agua... Bueno hay gente que bebe más, todos
conocemos a gente que dice que bebe cinco litros. Que digo yo que éstos no mearán,
romperán aguas.
A esto hay que sumar que todos los días hay que sumar un Actimel, para tener "L
Casei Inmunitas", que no sabemos lo que es pero por lo visto si no te comes un millón y
medio todos los días, ves a la gente borrosa. Todos los días hay que tomar una aspirina para
prevenir los infartos y dos dedos de vino y un vaso de cerveza. Bueno, si te lo tomas todo
junto, aunque te de el infarto, ni te enteras.
Todos los días hay que comer fibra, mucha fibra, cuánta mas, mejor. Hasta que
consigas cagar una camiseta. Y también te tienes que comer una naranja, para la vitamina
C. Y un donut, si quieres tener un día redondo.
Por supuesto, hay que hacer las tres comidas diarias, sin olvidarte que cada vez hay
que masticar cien veces... y después lavarte los dientes.
Ya sabes que después de cada comida hay que lavarse los dientes, o sea, después del
Actimel, los dientes, después del plátano, los dientes... Así hasta que te los desgastes. No te
preocupes, ahora ponen unas fundas y para desgastar una funda con un cepillo de dientes
hacen falta mucho huevos.
Haciendo el cálculo, sólo en comer se te van cinco horitas.
Todos lo días hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que
empleamos en comer, veintiuna.
Nos quedan tres. Curiosamente, según las estadísticas, los españoles vemos tres
horas diarias la televisión.
Pues ya la hemos liado. Porque todos los días hay que caminar, por lo menos media
hora. Y hay que cuidar las amistades. (Porque las amistades son como una planta, hay que
regarlas a diario). Y todos los días hay que estar bien informado. Así que hay que leer, por
lo menos, dos periódicos para contrastar. ¿Ves? Al menos, esto lo lleva mi padre a rajatabla.
Todas las mañanas se lee el As y el Marca.
¡Ah¡ Y no olvidemos que hay que practicar sexo todos los días, pero sin caer en la
rutina, con lo cual, hay que innovar. Por cierto, te recuerdo que después de cada comida hay
que lavarse los dientes. También hay que hacer las camas, y barrer y fregar, y poner la
lavadora y no te digo ya si tienes perro, lo mejor es suicidarte.
En fin, a mi me salen 29 horas.
La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias cosas a la vez. Por ejemplo,
mientras te duchas, puedes abrir la boca y así vas bebiendo agua. Al mismo tiempo que te
secas, puedes comerte un donut metiendo el plátano por el agujero. Y cuando salgas del
baño, a la vez que caminas, puedes hacer el amor con tu pareja en la postura de la carretilla,
métete una escoba por el culo y vas barriendo. Y tu pareja que vaya viendo la televisión y te
lo cuenta. Te queda una mano libre:¡llama a tus padres¡
¡Y bebe vino, joder! Bebe vino...y cerveza...
Por cierto ¿no te vas a apuntar a una ONG? Desde luego... qué falta de... todo.
 
España es un bar

 
¿Alguna vez se han planteado cómo nace un pueblo? Pues muy fácil, llega un tío a
un desierto, pone un bar y alrededor empiezan a construir casas...
Por lo menos en España. La prueba es que en España hay pueblos sin escuela, sin
ayuntamiento,sin farmacia, sin cuartelillo... pero sin bar... ¡Ni de coña! Claro que por lo
menos allí es donde te dan más cuartelillo...
¿Y saben cuál es el motivo? Que en los bares podemos hacer muchísimas cosas que
no se pueden hacer en casa. En un bar puedes tirar al suelo las cabezas de las gambas,
¡tíralas en casa y verás la que se lía! En el bar tiras las cabezas de las gambas y las tapan
con serrín ¿Qué se cae una cerveza? ¡la tapan con serrín! ¿Qué se cae un borracho? ¡lo
tapan con serrín! ¡Será por serrín! Otra cosa no, pero en un bar hay más serrín que en la
tumba de Pinocho...
Sin embargo hay otras cosas que haces mejor en casa que en el bar: ¡mear!
Para entrar en el baño del bar tienes que hacerlo con katiuskas. Claro, que de vez en
cuando se pasa el dueño y echa en el suelo un poquito de serrín... Pero es que la taza
también está guarra porque nadie tira de la cadena. Y estoy seguro de que si en un bar tiras
de la cadena, cae serrín...
El bar también sirve para quedar con los colegas, porque mi casa es tan pequeña que
sólo cabemos tres, y sin el móvil. Y claro, ¿dónde vas a quedar si no? ¿En una ferretería?
¿En la farmacia? ¿Y que vas a pedir tres chupitos de Bisolvon y dos lexatines? ¿O en la
Iglesia? Y eso que pensándolo bien, una iglesia es lo más parecido a un bar, hay un señor
detrás de una barra, vino, música, gente y, a veces, hay hostias... Y los domingos, a la hora
del aperitivo, los dos sitios se ponen hasta el culo.
Eso sí en los bares hay más buen rollito que en la Iglesia, porque mientras que en la
Iglesia pasa un tío con una panera para que sueltes algo, en el bar discutes por pagar ¿dónde
más pasa eso? ¿En la Comunidad de vecinos? ¿Se imaginan que discutiéramos por invitar
en la Comunidad de Vecinos? por ejemplo:
- ¡Chssst! La parabólica la pago yo
- Pero si tú ya pagaste la caldera
- ¡Qué más da ¡Si no vamos a salir de pobres!
Y otra cosa, tu casa ¿cómo se llama? pues "tu casa" o como mucho "4º-C" ¡Y anda
que no hay cuartos ces! En cambio los bares tienen nombres fascinantes, El Barbi-túrico, el
Bár-bara-Rey, la Tasca-breao. Yo debo PELAS en todos, pero en donde más debo en el Bar-
Clays Bank...
Eso sí, en un bar lo más importante es el camarero. Los camareros se pueden dividir
básicamente en dos tipos: el camarero ÁGIL y el AGIL-apollado. El AGIL según entras por
la puerta te limpia la mesa te acerca el servilletero te pone una caña y te dice: Van dos-cero,
pierde el Madrid, ha bajado el índice Dow Jones y el político menos valorado es Mayor
Oreja ¿te pongo una de oreja? El AGIL-apollado se reconoce porque parece que esté
saliendo de la anestesia, ni te oye ni te ve. Tú le estás haciendo señas como si estuvieras
aparcando un avión, pero el tío pasa por tu lado sin mirarte, como un médico de la
Seguridad Social, que entras por la mañana y cuando por fin te hace caso:
- A ver ¿qué va a ser?
>- ¿Que qué va a ser? ¡Dentro de nada de noche, huevazos!
Pero donde el bar alcanza la gloria es cuando hay partido. El bar es el TEMPLO
DEL FUTBOL. Antes había unos carteles en los que se leía "Estupendos berberechos",
"Tenemos nécoras deliciosas". Ahora no, ahora ponen "HOY DEPOR-REAL MADRID". Y
en todo el día no se habla de otra cosa. Nada más entrar pides una caña y el camarero te
dice: Morientes tiene osteopatía de pubis. Y ésa es la gran diferencia entre el bar y tu casa,
nunca se discute por el mando. En el bar no hay zapping; si hay partido, se ve el partido; si
hay patinaje artístico, se ve el partido; si hay Informe Semanal, se ve el partido; y si hay
peli porno en el Plus... ¡Se graba el partido!
 
Una tarde en el cine

 
El pasado Domingo fui al cine.... si, y ya se ha convertido en un viaje organizado.
De no ser así corres el riesgo de terminar en una esquina, en primera fila, viendo la cabeza
del protagonista que parece que mide 4 metros, además de girar la cabeza para saber que
ocurre al otro extremo de la pantalla, allá a lo lejos...
Lo primero es decidir qué película vamos a ver. Depende si vamos en pareja o en
manada. Si es en manada, al final, terminas discutiendo para hacer valer tu opinión, como
en la selva.... Si es en pareja, es más fácil, una de tiros, una de sentimientos, una de
chorradas, una de sentimientos...
Una vez decidido eso, sales con unas dos horas de antelación (es como irse al
aeropuerto, tienes que estar una hora antes en taquilla).
Claro, tienes que aparcar, y alli, es la ley del más listo. Unos paran el coche y
esperan a que algun coche se mueva, ahi, como buitres, al acecho... Después, estan los
Sainz & Moya, dando vueltas, cuanto más rápido mejor, a ver si al llegar a las 17 vueltas la
gente ya está histérica. Se trata en cualquier caso, de una prueba de aptitud psicológica. Ni
psicotécnicos ni tonterías, quiere trabajar en nuestra empresa? Aparque el coche el dia del
estreno... con dos cojones campeón.
Después llega el momento de hacer cola en taquilla, y el avituallamiento. Vamos,
parece que no has comido en dias.... Unos sacos de palomitas, unos kilos de "chuches",
patatillas, regaliz, refrescos... Joer, entras y eso parece en vez de una sala de cine el club de
los "jetas" muertos... de hambre.
Pero lo más divertido es la espera antes de entrar a la sala. Como borregos, todos
ahi, haciendonos los tranquilos, pero ojo avizor porque en cuanto se acerca el de rojo para
abrir la puerta, alli hay mas tensión que en la pole position.... Riete de las rebajas, hala, yo
no sé como no hay heridos, corriendo a por las butacas, y en menos de un minuto, todas
reservadas...
Te crees que una vez sentado, ¿¿¿ya está hecho??? No, no. A ti, delante te toca el
cabezón, ese que entre la cabeza que tiene, que piensas, joer, la madre que lo parió... lo que
tuvo que sufrir, y sus melenas tipo Jackson five... en fin, buscas la posición milimétrica
para ver un 80% de pantalla. Pero lo peor es si tienes sitio libre al lado... ¿Quien te va a
tocar? La/El chica/o guapa/o que viste en la entrada??? No, no, no... Según tus estadísticas,
te va a tocar:
a) el resfriado con tos moqueante.... y tu ahogándote, aguantando la respiración, y al
salir lo que más te apetece es un frenadol....
b) el que le canta el ala o la boca, y estás ahi, muriendote por respirar aire tóxico...
pálido y metiendo la nariz en el jersey.
c) la que ha visto la película y suelta cada dos por tres "esto que viene es muy
bueno", "aqui viene un susto que no veas", "ahora se muere....", y te entran ganas de
decirle, toma rica, 5 euros, y jodele la pelicula a otro.
Luego, están los que detrás te dan las pataditas, te ponen el pie en la oreja, en fin, yo
no entiendo, como aun vamos a los estrenos, debe ser que tenemos ese ramalazo sado
escondido por ahí... porque seguro, que volveremos a pasar por todo esto... próximamente.
 
Salir de marcha

 
Hay una pregunta que todos los padres se han hecho alguna vez:
"¿Qué hacen nuestros hijos cuando salen de marcha?".
Y no me extraña, porque cuando los hijos salen por la puerta les dicen:
¿A dónde vas, hijo?
Y el hijo:
- Pues... Por ahí.
- ¿Y con quién?
- Pues... con una gente.
- ¿Y qué vais a hacer?
- Pues... dar una vuelta
¿Y saben por qué los hijos son tan inconcretos? Pues por un gran verdad que todos
los jóvenes saben, pero ninguno se atreve a reconocer. Y como yo esto de la juventud lo
estoy dejando, me da igual y lo digo: el 99,95% de las veces que sales de marcha es un
coñazo. ¿Pero por qué seguimos saliendo?
Pues porque siempre pensamos: "¿Si no salgo... y luego pasa algo emocionante...?
Y, sobre todo, ¿y si ligo?".
Sí, porque no falla: basta que un día no salgas, para que te digan tus amigos: --¡Tío!
¡Ayer fue la leche...! Acabamos con unas finlandesas bailando en un tren de lavado. Y tú
pensando: "Joder, y yo como un imbécil en casa viendo el programa del Moreno... que me
lo podría haber grabado".
Así que, claro, el sábado siguiente, aunque pienses que va a ser un rollo, sales.
Y esto es lo que realmente ocurre en casi todas las noches de marcha:
Diez de la noche.
Quedas con toda la peña para cenar. Y siempre elige restaurante un tío al que yo
llamo El Scotex. Sí, porque es uno que se ha aprendido el truco de cenar en restaurantes
caros y pagar a escote, es un chollo... y aprovecha para pedir lo más caro. Lo malo es que,
para evitar que te time, te picas: ¿qué pide bistec? Tú, solomillo. ¿Qué pide gambas? Tú,
centollo. Y cuando llega el postre estás tan lleno, que te tomarías un cafelito, y ya está, pero
El Scotex dice: Para mí una tarta de chocolate con salsa de frambuesa y láminas de menta.
Y tú piensas: "Joder, me va a salir el cafelito a 1.500 pelas". --¡Pues a mí una mouse... de
jamón ibérico... y láminas de menta! Al final el cafelito te sale por 6.000. ¡Que se joda!
Doce de la noche.
Acaba la cena. Y siempre me surge la misma pregunta:
¿por qué no se decide el sitio adonde ir a tomar la copa durante la cena?
Pues no, hay que decidirlo en la calle, muerto de frío:
- ¿Y si vamos a Pingo's?
- Uy, no, Pingo's no, que estará hasta arriba.
- Bueno, ¿y si vamos a Funchi's?
- No, Funchi's no, que la música es muy mala...
¿Y al final cómo se resuelve esto? Pues como siempre, con indefinición.
De repente alguien tiene una idea brillante:
- Oye, vamos al centro y allí vemos...
Y esta frase es mágica: convence a todo el mundo. ¡Yo creo que por eso el PP la
copió: "Oye, vamos al centro y allí veremos...".
Una de la mañana.
Llegas al centro y hay que encontrar aparcamiento. Y vale cualquier sitio con tal de
que quepa el coche: en un vado, encima de la acera, dentro de un contenedor... Y por
primera vez en toda la noche, sientes que estás de marcha. Sí, porque tienes que andar
cuatro kilómetros desde donde aparcas hasta la discoteca.
Las dos menos cuarto.
Por fin llegas, y ya, tranquilamente, puedes... ponerte a hacer cola. Las colas de las
discotecas son las únicas que haces sin saber si al final te van a dejar entrar. ¿Se imaginan
hacer cola en la frutería y que al final no te vendieran los kiwis? "No, a Usted no le vendo
kiwis, que lleva calcetines blancos, ¡el siguiente!". Pero si tienes suerte, a las dos y cuarto
consigues entrar. Y pasas de la marcha al rafting. Sí, porque en las discotecas, la gente se
organiza en riachuelos. Y tú te colocas en uno, pensando que va a la barra y de pronto te ves
en la puerta del baño: ¡mierda! Y ves que todos tus amigos han cogido el que va a la barra.
Así que intentas avanzar contra corriente, pero no puedes... y les gritas:
- ¡Voy al baño pero no os movááááis de ahíííí!
Pero no cuentas con que las discotecas tienen una capacidad de movimiento propia,
como las mareas. Y cuando por fin llegas a la barra, tus amigos han sido trasladados a
veinte metros. Y en ese momento empiezas a acordarte de lo bien que se está en tu camita...
pero vuelves a caer en la trampa: no me voy, que deben de estar a punto de aparecer las
finlandesas con una ficha para el tren de lavado. Así que continúas la expedición, y después
de media hora consigues llegar hasta ellos, con la copa en lo alto, como si fuera un trofeo, y
te dicen:
- Bébete eso rápido, que nos vamos a otro sitio.
- ¡¿A otro sitio?!
- Sí, ¿a dónde te apetece a ti?
- A mí, con lo que me ha costado conseguir la copa, ¡a Neptuno a celebrarlo!
Pero salta uno:
- Vamos a Cunclis: cierra a las 10 de la mañana.
Así que después de estar toda la noche por ahí, sudando, bebiendo y fumando,
acabas en un sitio lleno de gente sudada, bebida y fumada. Sí, porque no es muy difícil
saber qué tipo de gente vamos a un sitio que cierra a las 10 de la mañana: los que no hemos
pillado en toda la noche y vamos pensando: "Me quedan dos horas para pillar, voy a
machete. Me vale lo que sea, si pesa más de 30 kilos y se mueve... Ahora, si es aquí donde
pillaron mis colegas a las finlandesas, no me extraña que las llevaran al tren de lavado".
Al final sales de allí a las 10 de la mañana, sin haberte comido nada. Y de pronto
ves en la puerta... un puesto de bocatas de jamón. Que no es ibérico, que no es de bellota.
Yo creo que ni siquiera es jamón, pero a esa hora te comerías un guarda jurado.
En fin, que si no sabían lo que es salir de marcha, yo se lo resumo: dos horas
peleándote con El Scotex, media hora discutiendo con tus amigos, hora y media aparcando,
45 minutos caminando, hora y veinte haciendo cola, y media hora vomitando.
 
Los villancicos

 
¿Se han fijado en que la mayoría de los villancicos que cantamos no tienen ningún
sentido?
Por ejemplo: “25 de diciembre, fun, fun, fun” ¿Alguien me puede explicar esto?
Pues lo canta gente formada: abogados, catedráticos, ejecutivos… Incluso el Rey. Después
de darnos el discurso ése de Nochebuena en el que sale tan serio: “A la Reina y a mí nos
llena de orgullo…” Se va a la Zarzuela y se pone a cantar:
- A ver Sofía, coge la zambomba, y tú, Marichalar, ponte el pantalón ese que tienes
y rasca la botella de anís… Venga todos: “¡25 de diciembre, fun, fun, fun…!”
Y si no, éste: “Hacia Belén va una burra, rin rin…” Esto tiene que ser un teléfono
móvil… Es que las burras estaban muy adelantadas… Y atención ahora: “Yo me
remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité…” ¿Yo me eché un
remiendo, yo me lo quité? ¡Ésta es Pamela Anderson! ¡La que se puso las tetas y luego se
las quitó!
Y no termina ahí la cosa, que después dice que la burra iba “cargada de chocolate”.
Yo no digo nada, pero… burras con móviles, chocolate… Esto es un caso para el juez
Garzón. Ríete tú de la Operación Nécora, el día que se meta con la Operación Burra… Y
eso que era un burro y no un camello.
Otra cosa: se podría creer que el niño Jesús es la estrella de los villancicos, pero
no… Es el burro… o la burra… porque con el sexo no se pone nadie de acuerdo: “Hacia
Belén va una burra…” “Arre borriquito, vamos a Belén…”
Y luego hay un enigma. Porque, vamos a ver: se supone que ellos iban en burro… y
cuando llegan, en el portal, hay una mula y un buey… ¿Dónde está el burro? ¡Ha
desaparecido! Aquí hay algo que no encaja… Me falta un burro o me sobra una mula.
Los villancicos tratan muy bien a la Virgen: se peina “entre cortina y cortina, los
cabellos son de oro y el peine de plata fina…” Sin embargo, san José es un desgraciado.
Cuando no entran los ratones a roerle los calzones, se los quitan los ladrones… ¡Que vaya
obsesión tenían con los calzoncillos de este hombre! Vamos, entre unos y otros iba siempre
sin ropa interior, como Sharon Stone.
¿Y los Reyes Magos? ¡Unos irresponsables! Atención al villancico: “Ya vienen los
Reyes por aquel camino, ya le traen al Niño sopitas con vino” Muy bien, a un niño de
pecho… ¡sopitas con vino! ¡Claro, y luego un cigarrito!.
¿Y éste?: “Recogido tu rebaño, ¿a dónde vas pastorcito? Voy a llevar al portal
requesón, manteca y vino…” ¡Joder, qué empeño en emborrachar a la criatura! No me
extraña que luego el Niño, en cuanto pudo, transformara el agua en vino. ¡Claro, le cogió
afición!
Pero es que el Niño tenía a quién parecerse, ¿eh?. Porque el padre a la mínima decía
eso de “Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, saca la bota María que me voy a
emborrachar…” Pues nada, que allí bebía todo dios.
Creo que no hace falta hablar de los peces… Todo el mundo sabe lo que pasaba en
ese río… que “beben y beben y vuelven a beber…”
Y luego hay algunos que son el cachondeo padre, como ése que dice: “En el portal
de Belén hay estrellas, Sol y Luna…” Venga ya, hombre, eso no se lo cree ni el pastorcito
cagón. Estrellas, Sol y Luna a la vez… Pero luego sigue: “Hay estrellas, Sol y Luna, La
Virgen y san José y el Niño que está en la cuna…” No dirás que no tenemos información
sobre este tema… Ahí sí que hay información puntual, como en la CNN. ¡En cada
villancico! “El Niño está en la cuna, el Niño está en la cuna, el Niño está en la cuna…”
Aunque con esto de la cuna también había cierto descontrol. Escuchen: “Campana
sobre campana, y sobre campana una. Asómate a la ventana y verás al Niño en la cuna”
Vale, está en la cuna. En la segunda campana: “Asómate a la ventana, verás al niño de
Dios”. Muy bien, no tengo nada que objetar. Pero es que luego dice: “Campana sobre
campana y sobre campana tres. Asómate a la ventana, verás al Niño nacer” Un momento: si
el niño estaba en la cuna en la primera campana, ¿cómo va a estar naciendo en la campana
tres? ¿Qué pasa, que vamos hacia atrás?... ¡Pues no quiero pensar lo que se verá en la
campana ocho…!
Está claro que cuando cantamos villancicos no pensamos en lo que decimos, porque
si lo pensáramos… Por ejemplo, ese que dice: “La Nochebuena se viene, tururú, La
Nochebuena se va, y nosotros nos iremos, tururú, y no volveremos más”. ¡Y no volveremos
más! Pues qué buen rollo para ser Nochebuena. Y esto lo cantamos con mucha alegría. Nos
vamos a morir, pero contentos…
Y, por último, están los villancicos cultos. ¡En latín! Esto ya… El Adeste Fideles,
que la gente se lo inventa directamente y dice lo primero que se le pasa por la cabeza. El
principio se lo sabe todo el mundo: “Adeste fideles…” pero luego la gente desbarra:
“Venite, venite…” y algunos dicen: “El Cordobés…”
En fin, que menos mal que esto de los villancicos es sólo una vez al año. Que os sea
leve.
 
Ventajas de ser gordo

 
Hoy todo el mundo busca tener un cuerpo perfecto. Y yo, como pueden ver, lo he
conseguido. Alguno dirá: "¡Pero si está gordo!". Pues sí, claro. Es que para mí eso es un
cuerpo perfecto. La gente está tan obsesionada con perder kilos que no se da cuenta de que
estar gordo tiene muchas ventajas.
Para empezar, si eres gordo, nada más nacer ya eres la envidia de todas las madres: -
¡Pero qué niño! ¡Pero qué gordo! ¡Qué bien se cría! ¡Da envidia verlo!
- Sí, fíjate: con tres meses está haciendo todos los anuncios de potitos de la
televisión.
¡Y a partir de entonces eres una estrella!
Y no acaba ahí la cosa, porque cuando te haces mayor, sigues siendo una estrella de
la tele, de la Teletienda ... Porque cuando anuncian el Ab-flex, alguien tiene que hacer lo del
ANTES: Porque hay un ANTES y un DESPUES. En el DESPUES meten a un tío cachas al
que obligan a hacer abdominales para poder salir un ratito y le pringan de grasa para que
esté reluciente. Para el ANTES no tienes que hacer ningún esfuerzo. Si eres gordo no te
piden nada, solo tienes que ser gordo.
Como decía, el bebé gordo es el preferido de mamá ... que levanta la sabanita del
cochecito para presumir:
- ¡Mira qué muslos, mira qué muslos!
¡A los delgados sus madres los ocultan! Los llevan tapados, porque parece que en el
cochecito, más que un niño, llevan una rana con patucos. ¿Y qué consecuencias tiene todo
eso? Pues que los delgados se convierten en unos frustrados y organizan un complot
mundial contra los gordos y montan una conspiración a lo bestia para tratar de
acomplejarnos el resto de nuestra vida...
Por eso los médicos --que están en el ajo ...-- se empeñan en decirte constantemente:
- Debería poner un poquito de su parte, debería usted adelgazar.
- ¿Por qué? Si soy muy feliz, y me encuentro perfectamente ...
¿Por qué va a ser? ¡Por envidia! Este médico seguro que fue otra rana con patucos y
se está vengando.
Todos los delgados están en el complot, no hay ni uno que se salve; vas a una tienda
y te dicen:
- ¿Qué talla usa usted?
- La sesenta y dos.
- ¡Ah!, no, no, no, de eso no tenemos aquí ... Mire en las tiendas de jubilados, ahí es
posible que encuentre su talla, ¡es que está usted muy gordo!
¡Otro que tenía piernas de rana!
Otra ventaja de los gordos es que somos felices y tranquilos; claro, hemos recibido
tanto amor en la infancia ... No como otros ...
Los delgados, siempre atacados, mirándote como diciendo: "¿Qué piensas? ¿que
parezco una rana?". Sin embargo, es muy raro ver a un gordo violento. A nosotros nos gusta
la buena vida: los colores alegres, la ropa suelta, los helados. el aire libre ... ¿Han visto
ustedes a un gordo en una piscina, o en el mar ... o en su bañera con sus patitos? ¡Qué
calma, qué relajación! Viéndole dan ganas de gritar: "Salvad a las ballenas!".
Los delgados no se quieren, por eso hacen deportes de riesgo, a ver si se matan!
¿Alguien ha visto alguna vez a un gordo haciendo PUENTING, o paracaidismo? No ... Los
gordos practicamos deportes menos arriesgados: sumo, levantamiento de piedra... Y
además, más baratos, ¿eh? ¿Habrá algo más barato que una piedra? Y el sumo... ¡Si valen
dos duros los pañales esos!
Además, el gordo es ecológico, porque necesita menos agua para bañarse. Pone un
palmo de agua en la bañera, se mete y la llena. Otra ventaja de ser gordo es que ni en el
ejército ni en la policía nos admiten... Pues mejor, porque los gordos somos pacifistas. ¿Se
imaginan a un Pavarotti legionario, desfilando al lado de una cabra?
Y es que a los delgaduchos les exigen trabajar más que a los gordos. Por ejemplo:
Michael Jackson no basta con que cante. Tiene que bailar como un loco. Sin embargo,
¿quién le pide a Pancho Céspedes que baile así? El sale tan Pancho y tan Céspedes, y
canta ..."Esta vida loca, loca, loca ..." y ¡hala, pone el cazo y pa casa!
Pero sobre todo, ¿saben por qué los delgados nos tienen montado este complot a los
gordos? Por la comida ... Los delgados tienen que comer unas cosas asquerosas para
mantener su figura, mientras que las cosas que tenemos que comer los gordos para
mantener la nuestra están todas buenísimas. ¡Me van a comparar un plato de acelgas
hervidas ... con un plato de huevos fritos con chorizo con su buena ración de patatas, su
barra de pan pa... pringar y rebañar...! Un gordo no se lo piensa: ¡ya está gordo! Un gordo
no tiene que preocuparse de que los cinturones sean bonitos ... Como no se ven ...
En un naufragio eres el primero al que encuentran desde el aire.
Te caben más tatuajes en el cuerpo.
Puedes ver tetas cuando quieras. Las tuyas
Somos un punto de referencia:
- ¿Dónde está?
- Detrás del gordo.
Representamos la importancia:
- ¿Quién es ése?
- Un pez gordo.
Incluso en el sexo trabajas menos, porque ella, amablemente, siempre se pondrá
encima.
¡Coño! Si hasta el mejor premio es el nuestro ...¿El premio gordo!
¿Y qué es lo peor del mundo? ¡Tener un punto flaco!
Y, como ven, yo no tengo ninguno.
 
Ventajas de ser feo

 
¿Se han fijado en que ser guapo o ser feo es una lotería? ¿Quién decide en el reparto
que te toque el culo de banderas… o el culo de Camilo José Cela? ¿Quién decide que te
toque la cara de Kevin Costner o la de Álvarez Cascos?... O la mía, que no tiene nada que
envidiarle al culo de Camilo José Cela…
Pero no se preocupen, yo estoy muy contento. Aunque la gente crea que ser guapo
es como llevar un billete de mil duros en la frente, que todo el mundo te quiere más, yo les
voy a demostrar que ser guapo puede ser un drama y, sin embargo, ser feo tiene muchas
ventajas.
Ya de pequeño, al muy guapo se le pone en duda su identidad sexual: le confunden
con una niña. Le dicen: ¡Qué mona es! Y encima, su madre no le corta el pelo porque dice
que con melenita está más guapo, que se parece a Richard Clayderman. Sin embargo, si
eres feo, tu madre no se plantea jamás dejarte melenita… porque tú te parecerías a Lauren
Postigo.
Saber si eres feo es muy fácil, porque llega una edad en la que empiezas a notar que
al que le dicen guapo, siempre es al de al lado. Pero esto no es malo, porque hace que tu
madre se preocupe más de ti, de tu educación, y te compra películas como: Dumbo, La
Bella y la Bestia, El jorobado de Notre Dame… Para que veas que la belleza está en el
interior.
Y mientras tú te cultivas, ¿qué hace el guapo? Perder el tiempo haciéndose fotos,
porque los niños guapos se pasan la infancia haciéndose fotos y llevando las arras en las
bodas. Y siempre tienen el mismo problema con los fotógrafos profesionales, les colocan en
la vitrina del escaparate y ahí se queda su foto, durante años, amarilleando en Jaime III…
El guapo estará ya con entradas y la foto seguirá ahí.
Otra ventaja de ser feo es que te haces más simpático, para sobrevivir. Los feos
ponen tanto empeño que a fuerza de ser graciosos muchos se hacen humoristas. ¿Conocen a
algún humorista que no sea feo? Mister Bean, Benny Hill, Arévalo, Barragán, Félix el gato,
Marianico el corto… El Fary, bueno, el Fary no es humorista, pero porque no quiere,
porque feo es un rato.
En cambio, los guapos, como no son simpáticos, se convierten en esclavos de su
cuerpo… En marzo ya están morenos. Si eres feo, ¡Qué más da que estés blanco en agosto!
Además, a los guapos se les ven más los defectos: si un guapo tiene las orejas de
soplillo, cuando se corta el pelo todo el mundo se escandaliza:
- Con lo guapo que es y qué orejas tieneeee…. ¡Parecen dos escalopes!...
Y claro, un guapo se las tiene que operar. Ser feo sale mucho más barato, porque a
los feos no se nos notan los defectos…. Y si no, a ver: ¿podrían decirme cuál es el principal
defecto del feo de los hermanos Calatrava?... ¡Operadlo a éste de algo si teneis narices!
¡Operadlo de las orejas a ver si arreglais algo…!
Un feo puede ser bajito y no pasa nada. ¡Pues no hay feos bajitos…! Pero si un
guapo baja del uno setenta…
- ¡Qué lástima! ¡Con lo guapo que es! Le falta un palmo… ¿Dónde hubiese
llegado…? Iba para cuerpo Danone y se ha quedado en Petit Suisse.
No, no todo son ventajas para los guapos. Por ejemplo: a la hora de ligar, si eres feo,
para atraer a las tías siempre te llevas a un amigo guapo que hace el trabajo por ti; es tu
telonero: como él no tiene cultura ni ná, porque se ha pasado la infancia haciéndose fotos y
llevando las arras, al final eres tú el que hablas con ellas… Es verdad que luego se enrollan
con el guapo, pero tú te has pasado una tarde más buena con un pedazo de tía… Y sabes
que mientras tu amigo se la está tirando, seguro que ella le estará diciendo:
- ¡Qué majo es tu amigo el feo!
Otra ventaja de ser feo es que si un guapo se liga a una guapa, se considera normal;
ahora, si un feo se liga a una guapa, la gente te atribuye virtudes que no tienes.
- ¿Has visto a ése la tía que lleva? ¿Qué tendrá entre las piernas?
Además, el padre acepta mucho mejor a los novios feos de su hija. Un novio feo es
un novio fiel… Las posibilidades de que se vaya con otra son remotas.
Y es que, en el fondo, es una injusticia, porque las ventajas crecen para el feo a
medida que te vas haciendo mayor y los guapos cada vez lo tienen peor… Porque, si eres
feo, tú con cincuenta años tienes la misma cara que a los cinco: feo… ¡Leches, que es que
eres feo! El guapo no, el guapo con la edad engorda y se queda calvo… Y esto le da una
gran alegría a sus amigos… que cuando lo ven en la foto de Jaime III dicen:
- Mira Carlitos, lo que era y lo que es… Ahora podría llevar las arras en la cabeza,
que le brilla como una bandeja.
En fin, que ser feo significa ser desinhibido, culto, simpático, ingenioso… y ser
guapo es una faena y, encima, ellos no lo saben.
 
Tonterías de la historia

 
A mí me gusta mucho leer Historia, porque leer Historia es igual que leer el Hola,
pero los números atrasados. La mayoría de la gente piensa que pasar a la Historia es muy
difícil. Y ¡qué va…! En realidad es más fácil que ser portada en el Diez Minutos. De hecho,
la mayoría de la gente que figura en los libros de Historia es por hacer el idiota.
Los egipcios por ejemplo… Estos tíos pasaron a la Historia porque construían las
pirámides trayendo unas rocas enormes desde cientos de kilómetros… Vamos a ver ¿no
hubiera sido más fácil hacer las pirámides donde estaban las piedras? Además, ¿para qué
sirve una pirámide? ¿Qué sentido tiene construir una montaña cuando ya las hay hechas?
Y es que la idiotez humana no tiene límite. ¿Qué me dicen de la guerra de Troya?
Una guerra que empieza por unos cuernos y termina porque el enemigo le regala a los otros
un caballo de madera… ¿Se imaginan el momento?
- Oiga jefe, que los griegos nos quieren regalar un caballo de madera…
- Ah bueno, pues ponlo en la plaza, a caballo regalado no le mires el vientre.
Y los griegos desde dentro:
- ¡Ya no estamos…! ¡Nos hemos ido…!
Pero bueno, ¿serán gilipollas los troyanos? ¿Cómo no se dieron cuenta de que el
caballo era como un huevo Kinder? Sí: era un juguete, era algo nuevo, y llevaba una
sorpresa dentro… La única diferencia era que en de de chocolate… ¡era caballo!
Y luego están los romanos, que para un imperio que tenían se les cayó. Claro, ¿qué
se puede esperar de un pueblo cuyo personaje más importante, Julio César, es un tío que
llevaba una rama de laurel en la cabeza, como Paco Porras?
Fijaos si eran idiotas que inventan los números romanos y luego no los usan. Porque
todos los reyes tienen números romanos menos los romanos: Alfonso X, Luís XVI, Juan
Carlos I… y, sin embargo, ellos se llamaban Marco Aurelio, Octavio Augusto, Julio
César… ¡Coño! ¡Si más que emperadores parecen futbolistas brasileños!
Hasta los árabes, que inventaron los números árabes, o sea, los normales, llevan
números romanos: Abderramán I, Abderramán II, Abderramán III… que, por cierto, ¡Qué
manía con llamarse Abderramán!
Aunque más idiota todavía era lo de los motes: a un tío que da un cuchillo a los
enemigos para que maten a su hijo, le llaman Guzmán el Bueno. Pues si éste era el bueno,
¿qué hacía Pedro I el Cruel? ¿Hamburguesas de vacas locas?
O el conde-duque de Olivares… ¿En qué quedamos? ¿O conde, o duque? Esas
dudas mosquean. Es como decir camarón-centollo… Mire usted: o camarón, o centollo,
¡aclárese con el marisco!
Porque por cosas más pequeñas se monta una guerra, y luego a ver quién la para,
que ésa es otra. Va una guerra y dura treinta años… y ¡zas!, los tíos la llaman la Guerra de
los Treinta Años. Otra dura cien… ¡zas!, y la llaman la Guerra de los Cien Años… Claro
que, seguramente, los que la sufrieran le irían cambiando el nombre año tras año… en plan:
- Pues estamos en la guerra de los cincuenta y cuatro años… y esto va para largo.
Y cuando llegaron a los cien dijeron:
- Oye, vamos a hacer las paces rapidito que y tenemos un número redondo.
¿Pero quién le ponía los nombres a las guerras? Otro idiota: las Guerras Médicas…
¿Qué pasa, que se lanzaban jeringuillas? ¿Y la Guerra del Opio? Ésa sí que tuvo que ser
divertida, todos colocaos…
- Está guay esta guerra, ¿eh?... Yo me voy a reenganchar.
A la Historia también se puede pasar porque tu madre te pegue una bronca, como
Boabdil el Chico, que perdió Granada y su madre lo puso a caldo:
- Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre…
Un momento, un momento. ¿Eso es lo que diría una madre? Yo no me lo creo… las
madres no hablan así; lo normal es que le dijera:
- Mira que te lo dije, Boabdil: “Que vas a perder Granada… que vas a perder
Granada…” y tú ni caso. ¡Un día de éstos vas a perder la cabeza y no te vas a dar ni cuenta!
Pero si hablamos de idiotas que han pasado a la Historia, el que se lleva la palma es
Cristóbal Colón. Un tío que descubrió América… pero por equivocación. ¡Porque él iba a la
India!
Llega el tal Colón, más chulo que un ocho, y le dice a los Reyes Católicos:
- Miren, yo voy a ir a la India al revés que todo el mundo.
O sea, que el tío, ya en aquella época, tenía la misma obsesión que todos los
hombres: buscar atajos.
Pero como todos los tontos tienen suerte, Colón encontró a dos que eran más tontos
que él: los Reyes Católicos. Para convencerlos de que la Tierra era redonda se sacó un
huevo y lo plantó encima de la mesa… E Isabel la Católica dijo:
- Hombre, Colón, si eres capaz de hacer eso con un huevo, está claro que la Tierra
es redonda…
Colón, además de idiota, era cabezón. Se empeñó en que había llegado a la India y
no había quien le quitara la idea…
- Ya hemos llegado, esto es la India… Si ya decía yo que por aquí era más corto…
Y los indígenas:
- Que no, que somos americanos… Fritos, ketchup, silla eléctrica…
Vamos, no le convencieron ni a la hora de cenar:
- Hamburguesa muy hecha, poco hecha o al punto… Patatas fritas o asadas…
Y Colón dijo:
- ¿Patata…? ¿Eso qué es?
- Patata, eso que se dice siempre cuando te van a hacer una foto…
Pues ni aún así: el tío era tan cerrado que se trajo las patatas, pero a ellos les siguió
llamando indios.
En fin, que hay gente que ha pasado a la Historia por las cosas más increíbles: Van
Gogh por cortarse una oreja, Marco Polo por irse a la China y traer los petardos, Pilatos por
lavarse las manos y Gandhi por dejar de comer, como las modelos…
No se extrañen que dentro de cien años la gente que pase a la Historia sea la que
ahora sale en la portada del Diez Minutos.
 
Tienes razón

Vengo a contarles lo que más placer da en el mundo.

Y no es el sexo, ni la comida, ni el dinero, ni que te rasquen la espalda... Lo que más


placer da del mundo es tener razón. ¿A qué sí? ¡Ja! ¡Qué gusto da que te den la razón! Por
cierto: ¿se han fijado en que siempre que tenemos razón decimos: ¡Ja!? Éste es el sonido
universal de tener razón: ¡Ja!.

Por ejemplo, vas en el coche con tu mujer a casa de su madre. Y tú le dices:

- Cari, para en esta gasolinera que vas en reserva.

- No, que llegamos de sobra, y además a mi madre se le pasa la paella.

- Cari, no te pongas tonta que no llevas gasoliiiina...

-¡Desde luego tú... con tal de joder a mi madre...! ¡Te he dicho que llegamos de
sobra!

¿Qué llegamos? A los diez minutos te ves caminando por el arcén, muerto de frío,
con una lata vacía en la mano, pero más contento que la leche: ¡Ja! ¡Anda que el arroz se
habrá quedado bueno! Que llegamos de sobra, que segamos de sobra... ¡Toma sobra!.

Y es que hasta las desgracias te duelen menos si tienes razón. Vamos, yo estoy
seguro que en el Titanic hubo alguien que dijo:

- Este barco se va a hundir.

- ¡Mira chaval, este barco es un transatlántico insumergible, para que te enteres!

- ¡Pues yo te digo que se puede hundir... como se nos cruce un iceberg o cualquier
cosa de ésas... nos hundimos seguro!

Y, claro, cuando naufragó el tío dijo:

- ¡Ja! ¡¿Veis como yo tenía razón?!

Y fue nadando de bote salvavidas en bote salvavidas diciendo:

- ¡Yo tenía razón, glu, glu, glu...! ¡Dejadme sitio, que yo tenía razón, glu, glu, glu!

- Pues ahógate con tu razón, ...

Tener razón es más importante que cualquier otra cosa. ¡Más importante que el
sexo! Estás con tu chica a punto de hacer el amor y entonces ella dice:

- Cariño, te has dejado la cisterna corriendo.

- Yo no he sido, la última has sido tú.

- ¿Yo? Pero si eres tú el que te dejas siempre todo a medias...

En ese momento tienes que elegir entre tener sexo o tener la razón. Y eliges: - ¡Pues
que conste que has sido tú, porque yo llevo el condón puesto desde hace una hora! ¡Ja!

Y ese es el único gemido que vas a soltar esa noche. Pero te da igual, ese ¡ja! es
como un orgasmo, te dan ganas hasta de encenderte el cigarrito.

La razón es también más importante que el dinero. A veces dices una chorrada sin
pensar:

- Pues Ana Belén y Víctor Manuel son cuatro.

- ¡Pero qué dices, hombre, que son dos!

Tú sabes que la has cagado, pero ya no te bajas del burro:

- Te apuesto mil duros a que son cuatro.

¡Hala, mil duros! Sabes que vas a perder, pero da igual, nunca admitirás que son
dos: - ¡Que Ana Belén y Víctor Manuel son cuatro...! Lo que pasa es que sólo cantan dos,
pero son cuatro, Ana, Belén, Víctor y Manuel: cuatro.

Y te emperras tanto que te acaban dando la razón por agotamiento:

- ¡Que son cuatro!

- ¡Vale tío, son cuatro, para ti la perra gorda!

Pero aquí pasa una cosa rara. Si te dan la razón por agotamiento no da el mismo
gusto:

- Oye, a mí no me des la razón como a los locos, ¿eh? ¡Son cuatro y son cuatro!
Como los tres mosqueteros, ¡que también eran cuatro!

Tener razón es incluso más importante que la salud: te dice el médico:

- Tiene usted que dejar de fumar.

- ¿Y por qué voy a dejar de fumar si a mí no me afecta? ¿No me puede quitar otra
cosa?
- Como siga así lo que le voy a tener que quitar es un pulmón.

- Pues vale, quítemelo, mientras no me quite los estancos...

Y cuando sales:

- ¡Que el tabaco me perjudica, ja... Este tío no tiene ni idea! Mi abuelo ha fumado
toda la vida y ahí lo tienes... Muerto. ¡Pero porque lo fusilaron en el treinta y seis, ¿eh?!

Y es que no tener la razón da mucha rabia, por eso sólo damos la razón cuando no
queda más remedio. Al jefe, por ejemplo. ¿Se han dado cuenta la cantidad de gilipolleces
que tenemos que admitir sólo porque las dice el jefe?:

- Antonio, tenemos que mandar un e-mail a la Patagonia, así que compre sellos.

- Pero es que el e-mail va por ordenador...

- Sí, sí, pero usted póngale sellos, que es mejor asegurarse.

- Pues tiene usted razón, ahora mismo me pongo a pegarle sellos a la pantalla.

Y esa es la verdadera razón por la que todo el mundo quiere ser jefe: ¡para que le
den la razón!

Pues eso, que no hay ningún placer que se pueda comparar a tener razón. Y si lo
piensan, tampoco hay nada más inútil, porque tú tendrás mucha razón pero tienes que ir a
por la gasolina, no echas el kiki, te quitan un pulmón... y hasta te ahogas en el Titanic. Por
eso digo yo que tener razón es como tener un avión de mármol, no sirve para nada. ¿A qué
sí?

¡Ah, qué gusto da que te den la razón!.

 
Sabes que eres gay cuando…

 
El otro día estaba con una amiga y de repente me dice:
- Me encanta estar contigo, no sé… Eres tan sensible, tan profundo, me entiendes
tan bien… Esto sólo me pasa con vosotros los gays…
¿Gay yo? ¡Pero bueno! ¿En qué se basará esta tía? Claro, me dejó tan alucinado que
al día siguiente se lo conté a un amigo mío que es gay de verdad y me suelta:
- Pues sí, a lo mejor eres gay, pero al fin y al cabo, ¿qué más da acostarse con
Ramón o con Ramona?... ¡La diferencia es sólo de una letra…!
- ¡Sí, claro… sólo una letra! ¡Como si fuera lo mismo Ana que ano…!
Yo le dije:
- Mira tío, a mí no me fastidies, tiene que haber más diferencias…
Y me dijo:
- Bueno, si tanto te preocupa, hay diez características que no dejan lugar a dudas.
Nosotros le llamamos el test del Patapán… Porque si las cumples todas… ¡Patapán! Y me
hizo el test. Por cierto, yo les aconsejo a todos ustedes que lo sigan con atención porque a lo
mejor alguno se lleva una sorpresa:
El tío me dijo:
- Primera característica. Sabes que eres gay si cuando te anudas los zapatos te haces
doble lazada… Tanto lazo, tanto lazo… Cuando menos te lo esperes… ¡Patapán! Yo pensé:
“Empezamos bien… Pero es que yo tengo los cordones muy largos…” - Segunda. Sabes
que eres gay si te gustaría que el príncipe Felipe se casase por amor…
Aquí ya salté:
- Oye tío, que somos una monarquía moderna.
- Tercera. Si te emocionastes en el funeral de Lady Di… Está claro. Bueno, y si en
vez de Lady Di la llamas Lady Day… entonces eres gay…
Y siguió mi amigo:
- Cuarta característica. Si te gusta cuando tu peluquero te lava la cabeza…
Aquí ya le dije:
- Un momento, un momento… Eso es por el masaje…
Y él me dijo:
- Sí, pero el que te da gustito… ¿es Ramón o Ramona?
- Ramón.
- ¡Pues patapán!
- Bueno, sigue, sigue…
- Quinta. Sabes que eres gay si has visto más de dos veces Sonrisas y Lágrimas…
Bueno y si te sabes más de dos canciones de Jesucristo Superstar…
Y aquí tuve que saltar otra vez:
- Oye, que yo hice de Herodes.
- Pues te jodes….
Y siguió el tío:
- La sexta. Sabes que eres gay si alguna vez te has disfrazado de romano.
Y yo le dije:
- Oye, perdona… Todos nos hemos desfrazado alguna vez de romano.
Y me suelta:
- Pues haberte disfrazado de tetra brik, o de huevo frito… Pero tú, no… tú, de
romano, con la sabanita, las sandalias y debajo sólo los calzoncillos… ¡Patapán, patapán y
patapán!
 
 
Cuando llegué aquí pensé: “Voy jodido… seis de seis”.
Y siguió mi amigo:
- Séptima. También sabes que eres gay si te gustan las películas de gladiadores…
- ¿Eso también? No me jodas… A este paso, hasta ser del Real Madrid…
Y dice:
- Ahora hablaremos del fútbol… Pero las películas de gladiadores son una pista
fetén: esos tíos musculosos, con faldita, ese laurel en la cabeza, ese tío enorme dándole al
tambor… ¡Patapán! ¡Patapán! Está claro… ¡Patapán!
- Hombre, yo tengo Gladiator en dvd…
- ¡Patapán!
- Pero porque me la regalaron…
- ¡Patapán!
Yo aquí ya estaba agobiado, y le solté:
- Vamos a veeer, vamos a veeer… Aclárame lo del fútbol que me estoy
mosqueando…
Y me contesta:
- Precisamente en el fútbol está la octava pista. De entrada, todos son tíos, igual que
en un club de ambiente; los liniers vestidos de rosa y negro moviendo el banderín… que
parecen majorettes… ¿Y qué pasa en la segunda parte? Que se van a la acera de enfrente…
¿Y cómo se ponen los jugadores cuando forman la barrera?
Claro que, yo no caía, pero lo pensé y se ponen… Mano derecha en la cara, mano
izquierda en la entrepierna y cuando disparan el balón ¡se giran levantando la entrepierna!
Y Damián siguió:
- Por no hablar de las camas redondas que se forman cuando uno mete un gol… Ahí
el que más y el que menos pilla cacho… Y luego está lo de los vestuarios… ¡Todos
sabemos lo que pasa en los vestuarios! Tú, cuando vas al gimnasio y te duchas con otros
tíos… ¿les miras ahí?
- Bueno…
- ¿Miras o no?
- Bueno, alguna vez… para comparar… Pero muy poquito.
- ¿Miras o no miras?
- ¡Sí!
- ¡Pues patapán!
Pero lo mas desconcertante fue la novena pista, porque se me queda mirando
fijamente a los ojos y me dice:
- ¿A ti te gusta el ciclismo?
- ¡No, hombre, nooo! ¡El ciclismo no! Bahamontes, Perico Delgado, ¡Indurain!
¡Coño, tío, Indurain!
- Nada, nada. ¿Tú ves la vuelta a España?
- Otra cosa no veré…
- Verás la etapa reina…
- Hombre, la subida a los lagos de Enol no me la pierdo…
- ¿Y qué hacen los ciclistas para subir? Se ponen de pie… sacan el culo… Y dale
que te dale… Así tres horas… Y si no, ¿por qué crees que se llama la serpiente multicolor?
Aquí ya me mató y le dije:
- Desde luego el test Patapán éste… ¡No deja títere con cabeza! Vamos, yo creo que
se lo pasas a King Kong y también le sale…
Y me dice:
- Es que King Kong era gay… Y si no, ¿qué te crees que hacía con la rubia? ¡Jugar a
la Barbie!
Y el tío siguió:
- Y la décima. La prueba definitiva para saber si eres un gay gay es… Si
continuamente vas presumiendo de que eres un macho Camacho y no paras de hacer chistes
de mariquitas. Entonces, amigo mío, tira el teléfono de Ramona y llama a Ramón, porque
eres un Superpatapán…
¡Buf! Menos mal que en ésta me libré, porque las demás las cumplía todas. ¿Y
vosotros?
 
Relaciones a distancia

 
¿Saben quién es para mí el tío que más daño ha hecho en el mundo a las parejas? El
señor Erasmus. Sí, el cabrón este que en cuanto ve que te echas novia, va y le da una beca
para que se vaya a estudiar al extranjero. ¡Qué manía de irse a estudiar fuera! Un día llega
tu novia toda feliz y te dice:
- Cariño, ha sucedido algo maravilloso.
Y tú, ilusionado:
- ¿Se van tus padres el fin de semana?
- No, mucho mejor: ¡me voy yo un años a Estados Unidos! ¡Me han dado una beca!
Y te quedas jodido:
- ¿A Estados Unidos…?
¿Pero qué se le ha perdido a ésta en Estados Unidos? Y, además, aunque se le haya
perdido algo… con lo grande que es Estados Unidos no lo va a encontrar.
Acabas de empezar una relación a distancia. Al principio, os llamáis cada día.
Veinte veces. Esta etapa dura exactamente hasta que tu padre recibe la primera factura de
teléfono. Un consejo: si te vas a echar novia a distancia, compra acciones de Telefónica
porque por lo menos algo recuperarás.
Así que, a partir de ese momento, ya tienes plan para los domingos por la tarde:
hacer cola en la cabina. Porque siempre hay un tipo dentro… Que cuando ya lleva hora y
media en la cabina, piensas: “¡Coño” ¿a ver si este tío es José Luis López Vázquez?” Y por
fin entras en la cabina, y cuando hablas con tu chica, notas que tiene la voz cambiada, como
si le hubiera salido frenillo.
- Ayer fuimos a tomar un chicken y un wopa al Rockefelle senta.
Y al salir de la cabina tu amiguete te pregunta:
- ¿Qué te ha dicho?
- No sé qué… de una chica muy guapa sentá en una roca… Para mí que ésta se ha
ido a Lourdes.
Y además las conversaciones con ella son muy dolorosas. Porque hay un ligero
contraste: ella no para de contarte cosas superemocionantes:
- Pues ayer estuve en la segunda piscina más grande del mundo.
Y tú:
- Pues… yo… no. Yo quedé con Emiliano.
- Y entre todos los chicos me tiraron desde el trampolín, ¡más brutos!.
Y aquí ya te cabreas:
- ¿Ah, sí? Pues, ¿te acuerdas de que, cuando te fuiste, Emiliano sólo llegaba a la
“ñ”? Pues ahora ya dice el alfabeto entero con eructos. ¡Ése sí que es bruto!
Al principio, cualquier cosa que salga en la tele sobre EEUU te interesa. Da igual
que ella se haya ido a Carbondeil, Illinois, que si hay un incendio en Alaska, tú no te lo
pierdes, a ver si la ves. Si echan la final de la Super Bowl, la buscas entre el público…
Doscientas mil personas. Bueno, y si sale un reportaje sobre las peregrinaciones a Lourdes,
también la buscas, por si las moscas.
El otro gran medio de comunicación es el correo. Estás todo el día escribiéndole.
Sólo aquel que haya tenido una relación a distancia puede responder a esta pregunta:
¿cuántas veces es posible pasar a limpio una carta? Le escribes tanto que llega el día en el
que sólo le puedes poner: “Hola Carolina, te contaría lo que hice ayer, pero es que ayer
estuve todo el día escribiéndote”.
Y después, a la hora de mandarla, haces un truco muy cutre: pones un sello normal
y luego escribes a boli “URGENTE”, a ver si cuela.
Y cuando a ti te llega una carta suya, te pasa una cosa muy absurda. ¡No la quieres
leer! Te encierras en tu cuarto. Coges el sobre, lo miras a trasluz… lo hueles, lo palpas para
ver si viene gordito… Esto lo haces porque sabes que te va a pasar como cuando vas a un
restaurante chino… Que te lo vas a pasar muy bien leyendo la carta… pero luego seguro
que te quedas con hambre.
Al final te decides y lees: “¡No te lo vas a creer! Ayer estuve en la segunda piscina
más grande del mundo. Y los chicos me tiraron desde el trampolín, ¡más brutos…!” Ése es
el problema. Que como habláis tanto por teléfono, cuando te llegan las cartas, las noticias
están desfasadas. Es como pretender que cada verano te sorprenda la muerte de Chanquete.
Pero no importa… Después de leer su carta, te pones romántico y te sales a la
ventana a ver la Luna… y piensas: “Bueno, al menos ahora mismo estaremos viendo la
misma Luna” Pues tampoco, imbécil. ¿No ves que está en EEUU? Cuando tú estás mirando
la Luna como un gilipollas, ella está tostándose al sol, en la segunda piscina más grande del
mundo.
Y así vais tirando, hasta que de repente empiezas a notar que hay un nombre que se
repite con demasiada frecuencia en sus cartas: “He conocido a un chico de Grecia, que se
llama Nikolakis…” “El otro día Nikolakis me invitó a cenar musaka…” “Te va a caer
superbién Nikolakis ¡ronca igual que tú!”
Y, claro, te vas corriendo a revisar las fotos que te ha mandado, para intentar
descubrir quién es el tal Nikolakis. Y enseguida lo descubres. Es el que le está tocando el
culo... en la segunda piscina más grande del mundo.
Pero aún así te engañas a ti mismo: “No, hombre… con el griego éste… no se va a
enrollar. ¡Irte a EEUU y enrollarte con un griego es como irte a Lugo a comer paella!” Pues
se comió la paella. Pero con langostino y todo, ¿eh?
Yo creo que en España, además del tren, debería haber otro AVE: “Asociación de
Víctimas de Erasmus” El problema es que la sede tendría que tener… unas puertas muy
altas.
Así que si mañana tu novia te dice que le han dado una beca para estudiar fuera, que
sepas que vas a ser tú: el segundo cornudo más grande del mundo.
 
Querido diario

 
¿Se han preguntado alguna vez por qué a la gente le da por escribir un diario? Se
supone que es para guardar nuestros secretos más inconfesables. Muy bien. ¡Y por eso los
escribimos en un cuaderno! ¡Eso es como tirarse un peo a escondidas en misa, y grabarlo en
un casette! Quién sabe, a lo mejor un día te dan ganas de volver a oírlo…
Tu primer diario te lo regala tu madre en plena edad del pavo: “Cariño, como vas a
empezar a tener secretos… Esto es para que escribas todo lo que te pasa…” Pero en
realidad tu madre está pensando: “esto es para que escribas todo lo que no te atreves a
contarme y luego yo lo lea… y me entere de cuándo dejas de ser virgen” Pero tú, en tu
inocencia, en la primera página, escribes: “está terminantemente prohibido leer este diario”
¡Como si esto parara a una madre! A una madre no la para ni un misil Tomahawk.
¡Si es que los diarios deberían ser de camuflaje, para que tu madre no los
encontrara! Pues no: son rosa chillón, con rebordes dorados y, por si tu madre tiene alguna
duda, pone bien claro en la tapa Mi Diario. Vamos, la mía, cada mañana, en vez de leer el
periódico, leía mi diario. ¡Que sólo le faltó escribir una carta al director! Hasta me corregía
las faltas de ortografía…
Así que empecé a utilizar claves secretas. Por ejemplo, al chico que me gustaba, que
era de Ibiza, yo le llamaba “Seat” y escribía:
Estoy muy nerviosa, ayer el Seat me rozó con su alerón.
Y claro, mi madre al día siguiente me suelta como por casualidad:
- Anabel, ten cuidado con los coches, no cruces sin mirar que cualquier día vamos a
tener un disgusto…
Es curioso, porque aunque a nadie le enseñan a escribir en un diario, todo el mundo
sigue las mismas reglas. Primero haces la presentación:
Éste es el diario secreto de Anabel, tengo doce años, soy castaña y todo el mundo
dice que soy altísima. Color preferido: azul. Animal preferido: perro. Mejor amiga: Marisa.
Y luego ponemos “Querido diario…” ¿Qué por qué ponemos “querido diario”? Pues para
hacerle la pelota, porque la chapa que le vamos a dar no la aguanta nadie.
Querido diario: esta tarde va Marisa y dice: “Mari Carmen, siéntate al lado de
Anabel” y claro, antes a mi lado se sentaba ella, pues muy bien, si prefiere sentarse con Bea
en vez de conmigo, vale, pero que se vaya a la porra, o sea, que si Marisa me pregunta
quién es mi mejor amiga le diré: “Tú no, por supuesto”.
Y cuando te pasa algo muy importante, haces dos cosas: pones la hora y lo subrayas
tres veces.
Cuatro de la mañana. Querido diario: hoy Marisa y yo hemos visto a Tony el Heavy
en el quiosco. Y cuándo nos ha preguntado si íbamos a la piscina, me ha mirado a mí.
Subrayado “a mí” tres veces… A mí, a mí, a mí.
Y es que hay que decir que toda chica, en la adolescencia, necesita escribir un diario
porque está más llena de sentimientos que un christmas de Pedro Ruíz:
2 de marzo. Me gusta Aurelio.
3 de marzo. Me gusta Luís.
4 de marzo. Estoy saliendo con Aurelio y con Luís, aunque me gusta Dani, pero no
para salir.
Sin embargo, los chicos, como no son tan profundos, no suelen escribir un diario.
Total, ¿pa’ qué? ¿Qué iban a escribir ellos durante la adolescencia? “Hoy me he hecho
dos…” “Hoy me he hecho diez…” Si hubiera diarios para chicos adolescentes deberían
llevar la palabra “paja” ya de imprenta en cada hoja y el chico sólo tendría que poner el
número delante. Encontrar algo de sensibilidad en el diario de un chico adolescente es más
difícil que encontrar una aguja en un… pajar.
Después de la adolescencia, no vuelves a tocar un diario hasta la siguiente crisis: los
treinta años. No sabes por qué, pero un buen día te ves poniendo otra vez “Querido
diario…” Lo que pasa es que ahora tienes conflictos más profundos:
Querido diario: hoy Loli y yo hemos visto a Fernando en la máquina de café. Y
cuando ha preguntado si nos íbamos a coger el puente… me a mirado A MI.
Subrayado “a mí” tres veces… A mí, a mí, a mí…
Y al día siguiente escribes:
Cuatro de la mañana. Querido diario: El cerdo de Fernando lo que quería es que le
sustituyera para irse el puente con una zorra de metro ochenta…
Subrayado “zorra”.
Y te sientes tan patética que empiezas a hacer balance de tu vida y recuperas tus
antiguos diarios. Y lees: “Querido diario, cuando sea mayor quiero ser modelo, como dicen
que soy tan alta…” ¡Pues ya verás, guapa, ya, en cuanto te venga la regla te vas a quedar
como estás…! “Me gusta Dani, pero no para salir” ¡Mírala a ella, qué exquisita! Si yo
pillaba al Dani este ahora, me gustaría pa’ salir, pa’ entrar… pa’ salir, pa’ entrar, pa’ salir,
pa’ entrar…
Pero ya cuando te acabas de hundir es cuando lees: “Jo, en el 2000 tendré treinta
años… ¡qué vieja!” ¡Pero será asquerosa esta niña! Vale, vieja, pero mira, ¡ni un grano! ¡Y
deja de comer Tigretones, que mira cómo me has puesto!
 
Que pasaría si no existiera la tele

 
Ayer en casa se nos estropeó la televisión y se la han llevado a arreglar… Y por la
noche, en la cena, me di cuenta de que estábamos todos en silencio mirando el hueco donde
antes estaba la tele. Vamos, que para salir del paso me tuve que sentar encima del mueble y
entretener a la familia:
- ¿Dónde está la sal? A: en la alacena. B: En el armario… ¿Marcamos armario?
- ¡Síííííí!
En ese momento me puse a pensar qué pasaría si no existiese la televisión. ¡Sería el
caos! Para empezar, ¿cómo decoraríamos el salón? ¿Tendríamos que volver a poner aquel
cuadro del ciervo al que un perro le muerde el cuello? Y, ¿dónde pondríamos los toreros y
las bailaoras? ¿Encima del microondas?
¿Se lo imaginan? Sería horrible. Y tu única forma de hacer zapping sería: “Miro a
mi padre, miro a mi madre, miro a mi padre, miro a mi madre… Y cuando me canso, miro
al ciervo.”
Y no sabríamos de qué hablar. Ahora, en el trabajo, decimos:
- ¿Viste ayer Crónicas Marcianas?
- No, estuve viendo el Plus.
Si no hubiera televisión llegaríamos por la mañana a trabajar y diríamos:
- ¿Viste ayer… el ciervo?
- Pues no, estuve viendo a mi padre.
Y la distribución de los salones sería distinta, los sillones estarían puestos en
redondo para poder hablar y verse las caras… No como ahora, que las parejas siempre
hablan de lado, como los egipcios. ¿Se han fijado? En la cama hablan de lado, en el coche
hablan de lado y viendo la tele también, de lado. Si no hubiera tele, al verse de frente más
de una pareja se llevaría una sorpresa:
- Oye, Mariló… ¡Si tú eres bizca!
- Pues anda que tú, que tienes unos agujeros de la nariz que te asomas y se te ve la
próstata.
Si no hubiese televisión sería un desastre. Y eso que no hay nada en el mundo que
tenga más enemigos que la tele. Por ejemplo, decimos que la tele tiene la culpa de que
seamos unos incultos. De eso nada, la tele da mucha cultura. ¿Quién conocería Móstoles si
no fuera por lo de las empanadillas? ¿Quién sabría lo que es la arielita? ¿Y el ziritione? ¿Y
quién sabría que en caso de úlcera gastroduodenal hay que consultar con el farmacéutico?
La tele da mucha cultura, porque si no fuese por ella nadie conocería animales
exóticos como el lirón careto o Los Mosqueperros… Y tampoco sabríamos que el ñu es el
animal más desgraciado de la selva; que cuando no se lo come un cocodrilo, lo agarra un
león, o se rompe una pata y lo abandona la manada… Si no hubiera tele pensaríamos que el
animal más desgraciado del mundo es el ciervo.
Y no sólo eso. Gracias a la tele sabemos idiomas, por ejemplo sabemos que yogur,
en griego, se dice joroñiak ke joroñiak. Y gracias a Eurovisión sabemos que Abanibí
Aboebé quiere decir “te quiero amor”. Y podemos tener conversaciones de lo más
cosmopolitas:
- Abanibí, ¿quieres algo de postre?
- Sí, Aboebé, me apetecería un joroñiak ke joroñiak de frutas del bosque.
Y no sólo aprendemos idiomas extranjeros. También aprendemos un idioma nuevo,
el idioma de la tele… Si no hubiera televisión, cuando alguien dijera “Leche, cacao,
avellanas y azúcar…” le responderíamos: “¡Po-tin-gue!” Y si le dijésemos a alguien sin
venir a cuento: “Susanita tiene un ratón…” nos diría “pues que le eche matarratas” “un
ratón chiquitín…” “Pues será un hámster” “…que come chocolate y turrón…” “Oye, ¿tú
estás gilipollas?” “…y bolitas de anís…” “¿Anís? Tú sí que has bebido anís… ¡del Mono!”
Otra cosa de la que se acusa a la televisión es de fomentar la violencia. Aquí tengo
que reconocer que un poquito… sí. Tú estás viendo una película y te vas quedando sopa, te
vas quedando sopa… Y de repente “Chan, chan, chaaaaan… ¡¡¡Prolongue la vida de su
lavadora con Calgón!!!” ¡La publicidad…! ¡Y, oye, te cabreas…! ¡Con razón! Pero si no
existiese la televisión, ¿qué pasaría? Que nos quedaríamos dormidos mirando la lavadora…
y diciendo: “Desde luego qué programas más malos ponen en la lavadora… cada día está
peor…” Y además se estropearía cada dos por tres, como no conoceríamos el Calgón… Y,
claro, te cabrearías y diríamos que las lavadoras incitan a la violencia.
Y, por último, se dice que la televisión está llena de sexo… Total, porque en muchos
programas sale una folclórica que va con un cubano que tiene un hermano gemelo que se ha
liado con una que copuló seis veces en una noche con un guardia civil, que a su vez fue
yerno de un torero que se casó con una tonadillera que tuvo una hija con un boxeador que
después se casó con una peluquera que le lava la cabeza a una con seis dedos, que todo el
mundo pensaba que era un tío y que empezó a cantar con uno que iba de rodillas y otro que
lleva peluca…
¡Desde luego es que somos exagerados…! Porque esto ¿qué es? A: Sexo o B:
geometría o C: tauromaquia o D: zoofilia. Les recuerdo que pueden utilizar el comodín del
público.
Y piensen que todo esto no hubiera pasado si no existiese la televisión.
 
Ocio creativo

 
Me llamo Verónica y soy ociópata. ¿Saben lo que es, no? Una adicta al ocio, pero al
ocio creativo, que es lo que se lleva ahora. Ocio creativo es hacer algo en tu tiempo libre
que no sea descansar y que, por supuesto, te cueste una pasta.. Porque si es gratis no es
creativo.
Un día una compañera me preguntó:
- ¿No me notas nada especial?
- Mujer, pues como no sea que tienes el culo más gordo…
- Pues a lo mejor, pero es de satisfacción: acabo de terminar un cursillo de
autoestima y, chica, me gusto más…
Y yo me dije: “¡Pues si con la autoestima no te importa tener el culo gordo, yo me
apunto…!”
Y allá me fui.
En los cursillos de autoestima se aprende sobre todo una cosa: que la morcilla es
para los demás. O sea, ¡que a los demás les den morcilla! Tú entras allí y te dicen:
- Tienes que quererte, tú eres lo más importante del universo. Si sólo queda un
pastel en la bandeja y te lo comes tú, eso no es ser egoísta… eso es quererse… Y si alguien
se queda sin pastel… que le den morcilla.
Y luego te dicen:
- No tienes por qué hacer nada que no quieras hacer, aprende a decir ¡No!
Y te tienen media hora diciendo: “¡No…! ¡No…!” ¡Más fuerte! “¡NO…! ¡NO…!”
La verdad es que empecé a sentirme mejor, y cuando el profesor dijo:
- Y ahora haremos una relajación…
Le dije:
-¡¡NO!! ¡Yo ahora no quiero relajarme, yo lo que quiero es un pastel!
Y, claro, a fuerza de pasteles se me puso el culo como una rotonda.
Y llegué a la siguiente conclusión: cuando tienes más culo que autoestima… tienes
que ir a aeróbic. Al hacer la matrícula me dijeron:
- El aeróbic son cinco mil, pero aeróbic más tai chi son siete mil y te regalamos la
crema reductora Celulix…
Y, chica, me convenció.
Cuando llegas a aeróbic te das cuenta de que todos se saben el baile menos tú. De
repente la música empieza: “¡Sex bomb, sex bomb…!” y tú quieres seguir los movimientos
de los demás, pero vas descuadrada… Cuando todos van por el tercer “sex” tú vas todavía
por el primer “bomb”. Cuando todos van a la derecha, tú vas a la izquierda. Cuando ellos
levantan el brazo, tú levantas la pierna… Yo le di un puntapié a un señor que no conocía de
nada… Pero no me importó: ¡tenía autoestima! “¡Que se aparte él, yo soy el centro del
universo! ¡Que le den morcilla!”
Al salir de clase me pregunté: “¿Dar saltos vestida de mamarracho al ritmo de Tom
Jones es ocio creativo? Bueno, menos mal que me queda el tai chi…”
¡Ah, el tai chi…! ¡Qué bien me suena eso del tai chi… tan milenario y tan
oriental…! En la primera clase el profesor de tai chi, que por cierto se llamaba Ramón y era
de Teruel, que no pega nada, nos dijo:
- Lo más importante en el tai chi es el equilibrio.
Y te enseña a cargar una bola imaginaria… ¡¡¡Sin que se te caiga!!! ¡Que digo yo
que lo difícil sería que se te cayese!
Pero, en fin: así te tiras tres semanas. Llevando la bola por todo el aula… ¡Joder con
el ocio creativo! Oye, que llegó un momento en que me obsesioné, iba por toda la casa con
la bola. Cuando quería coger algo, tenía que ponerme la bola entre las piernas… Hasta que
me harté y le dije al profesor:
- Tenga usted la bola que yo no puedo más… ¡Y que conste que no se me ha caído
ni una sola vez…!
Cuando salí de allí, me dije: “Ya tengo autoestima y equilibrio. ¿Qué me falta?
¡Relajación!” Y me apunté a yoga.
Me habían dicho que con el yoga iba a dejar salir mi yo profundo. Antes de ir a
clase yo pensaba que la definición de yoga era “Ponte en esta postura e intenta que no se te
rompa la cadera” Pero no, me relajé completamente. Me relajé tanto, tanto… que me quedé
dormida, y que me puse a roncar. Y a mí me van a perdonar, pero me niego a pensar que ése
es mi yo profundo.
Porque, además, por muy yoga que sea, ¿es de buena educación hacer exhibición
del yo profundo en público…? Para aclarar esta duda me apunté a un cursillo de protocolo
y buenas maneras impartido por Nati Abascal.
El primer día tratamos la mantilla española. La mantilla, abrigar no abriga;
favorecer, tampoco; pero, en cambio, es muy incómoda. Eso sí, la mantilla no es nada sin la
peineta, que es una especie de antena parabólica, pero que no coge el Plus… Ahora, tiene
unas prestaciones…
Tú te compras una mantilla y una peineta y ya te vale para todas las veces que
tengas que ir a ver al Rey o al Papa. Claro que Nati nos dijo que para ir a ver al Papa con
peineta – el Papa con peineta no, la peineta la llevamos nosotras – hay que aprender a hacer
bien la reverencia, así es que también me apunté a un curso de reverencia. En total me
habré gastado unas cuatrocientas mil pesetas en ocio creativo, pero a cambio, ¡miren qué
reverencia! ¡qué equilibrio! ¡qué autoestima…! ¡Que les den morcilla!
 
Nochevieja feliz

 
¡Dentro de nada… Nochevieja, ¿eh?! ¡Qué estrés! Yo en nochevieja me siento… me
siento… no sé, me siento como un toro, ¿no? Cuando llega la fiesta miro alrededor y me da
la sensación de que todo el mundo se lo está pasando bien, menos yo.
El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix: tienes que
llevar calzoncillos rojos, tener algo de oro para meterlo en la copa, preparar las doce uvas…
Y contarlas varias veces, porque, como son todas iguales, te equivocas:
- Una, dos, tres, cuatro… una dos, tres, cuatro, cinco, seis… Esta pocha ya la he
contado… Una, dos… siete, ocho… ¡Joder, las doce menos veinte! ¡Chavalín, trae el
rotring, que las voy a numerar, como en el bingo!
Y tu madre:
- ¿Queréis venir, que se enfrían las gambas?
Que ésa es otra: te tienes que comer todo lo que está en la mesa… ¡antes de las
doce! Que, con las prisas, más que pelar gambas, parece que estás desactivando una bomba.
- ¡Coño, las doce menos diez! ¡Mamá, no me da tiempo: hazme un sándwich con el
cochinillo, que ya está terminando Cruz y Raya!
Y no eres el único que está agobiado, ¿eh? No hay más que ver la tele. Allí están la
Obregón y Ramón García, explicando a toda España cómo funciona un reloj.
Acojonados por si se equivocan:
- Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también… serán las doce.
¡Coño, como todas las noches!
- Y entonces bajará la bola y… luego vienen los cuartos, ¡no vayan a empezar a
comerse las uvas, ¿eh?!
Vamos a ver: ¿por qué nos explican mil veces que no nos comamos las uvas en los
cuartos y nadie nos explica por qué coño tiene que bajar una bola? ¿Qué clase de reloj es
ése?
Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, cla, cla, cla…
(Eso es la bola) cla, cla, cla…
Din-don…
- ¡Ah no, que son los cuartos!
Din-don…
- ¡Escupid que son los cuartos!
Din-don…
- Pffffb… ¿Qué son qué?
Din-don…
- Los cuartos…
Ton…
- ¡Ahora, ahora…!
Ton…
- ¡Una!
- ¡Que no, que vamos por la segunda!
Ton…
- Pues me meto dos….
Ton…
- Seis…
- ¿Cómo que seis?
Ton…
- A mí ya no me caben más, ¿eh?
Ton…
- ¡Eh! ¡deja mis uvas, cabrón!
Ton…
- Bgrfds….
Ton…
- Bgggggdfffff….
Ton…
- A mí ya no me quedan…
Ton..
- Bggggggdffffffff…
- ¡Pues a mí me sobran cuatro!
Ton…
- Bfggggggggg, grounffffff….
Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena de babas a darse besos:
- Feliz andio, eeeeeh fedicidadez, grfddddfd….
Y suena el teléfono: ¡Riiiiinnnnnnnnnggggg!
- ¡Pebo collo! ¿Ya esdán llabando? ¿No se pueden esperab?
- Pued a mí todavía me zobdan dof…
- ¡Champán, que adgien abda el chbpan!
Pero bueno, ¿a ustedes les parece lógico empezar el año así?
¡Qué estrés, de verdad!
Pero como es Nochevieja… tienes la obligación de divertirte. Así que después te vas
a un fiestorro, a un sitio en el que, si caben mil personas, el dueño ha decidido meter a
cinco mil doscientas. ¡Muy bien! ¡Cuatro mil doscientas más de las que caben!
¡Quédate en la cale si te apetece, con la pelona que está cayendo!
Así que entras. Lo bueno que tiene ir a un sitio así es que te puede pasar cualquier
cosa. A mí el año pasado me ocurrió de todo. Yo estaba tan tranquilo, tomándome un
cubatita de garrafón, cuando de pronto un tío me cogió por detrás y me dijo:
- ¡¡¡¡COOOONGAAAA!!!!
Y, claro, qué vas a hacer, pues te pones a bailar… ¡Eso te lo hace un tío en el
autobús y le partes la cara! ¡Pero como es Nochevieja!... ¡Pues hala! Y de repente te das la
vuelta y llevas a cien personas enganchadas a tu culo. ¡A ver cómo te escapas de ésta!
Porque una conga es como una secta: entrar es muy fácil, pero salir es muy jodido. Porque
en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla.
Bueno, pues yo iba conduciendo mi conga… por mi derecha, cuando de pronto, me
veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante conducida por un gordo con
un casco vikingo. Yo le iba a hacer ráfagas, pero como las congas no llevan ni luces ni
nada… pues, para evitar la colisión, di un giro brusco a la derecha… ¡Y me tragué entera
una columna de espejitos! ¡Siniestro total!
Doce heridos leves y una columna de espejitos destrozada. Y yo, con una ceja
abierta tirado en el suelo pensaba: “Joder, como me hagan soplar ahora, la hemos cagado”
Y en ésas, me desmayé.
Al despertar estaba en la sala de espera de urgencias, rodeado por todos los de mi
conga. Algunos no se habían desenganchado; habían venido corriendo detrás de la
ambulancia.
Bueno, las urgencias de Nochevieja, hay que vivirlas. Si en la sala caben cincuenta
personas, el dueño ha metido a ciento cincuenta… Como el de la discoteca. Y como allí
también es Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la enfermera un collar de
hawaiana, y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡Que te da una confianza…! El
tío te dice:
- ¿Qué ha sido? ¿Con una moto?
- No, con una conga.
- ¡Ay! Si es que van como locos con las congas…
Cuando salí de allí me quería ir a mi casa, pero como era Nochevieja, acabé a las
ocho de la mañana con la ceja grapada en un bareto…
- Oiga, póngame un chocolate con churros.
- Pues sólo nos queda Nesquick y algunos dónuts… Es que los últimos churros se
los han tomado los de una conga, ¡traían un cachondeo…! ¡Había un gordo que llevaba un
casco de vikingo…! ¡No le digo más! Y es lo que yo le digo a los clientes: si no disfrutas en
Nochevieja, ¿cuándo vas a disfrutar?
Pues eso: que me siento como un toro.
 
Montar el Belén

 
Yo, todos los años, cuando llega la Navidad, me digo: “Este año no monto el belén”.
Pero al final no sé qué pasa que siempre pico y acabo poniéndolo. Porque por mucho que te
niegues, hay algo dentro de ti que te empuja a poner el belén. Te parece que si alguien viene
a tu casa y ve que no tienes puesto el belén, va a pensar que no eres de fiar, que eres
gentuza…
- Uy, el de la puerta cuatro no tiene belén…
- Seguro que es traficante o algo…
Así que dos días antes de Nochebuena reúnes a todos los niños –porque la Navidad
es para los niños- y sacas las cajas de zapatos donde tienes guardado el belén… Y lo
primero que te encuentras es que la mayoría de las figuritas están rotas. Pero no te planteas
en ningún momento reponerlas, te apañas con lo que tienes: ¡Hay que echarle imaginación!
Los borregos están cojos, pues en este caso lo que haces es arrancarles las patas y ponerlos
como si estuvieran sentados en la hierba. Algunos pastores están mancos… entonces los
colocas apoyados en una roca o en una montaña, disimulando… Al soldado de Herodes le
falta la lanza, pues le pones un palillo…
¡Si hay soluciones para todo! ¿Qué las palmeras están todas despeluchadas? No
pasa nada, les echas un poquito de nieve por encima y ya está… Sí, ya sé que no pega una
palmera con nieve ¡Pero y qué! Tampoco le pega al ABC tener anuncios de contactos y ahí
lo tienen, que se vende todos los días. Si todo es querer…
Una cosa que te pasa todos los años es que se te pierde el niño Jesús, y entonces sí
que no tienes más remedio que comprarte otro. Lo que pasa es que es más grande que la
Virgen y no cabe en la cuna, que aquello parece Cariño, he agrandado al niño. Hay un
momento en el que los niños se ponen a saltar por en medio, porque quieren ayudar, y
siempre hay alguno que se sienta encima del pesebre y lo chafa… Que tú piensas: Pues así
se va a quedar, no voy a comprar otro: este año, belén chafao…
Cuando ya tienes montado tu belén todavía no ha terminado la operación… Ahora
hay que iluminarlo: lo primero es desenredar la madeja de lucecillas… Cuando lo
consigues las pruebas a ver si funcionan, y sí que funcionan, sí, un segundo, hasta que pega
el pedo… ¡Que no entiendo yo esa manía de ponerle lucecitas al belén! Una bombillita roja
en cada casa y en cada arbolito, y dos más gordas, intermitentes, en el portal… Que dices:
¿pero esto qué es, el portal de Belén o un puticlub?... Que más de un pastor se habrá
confundido y habrá entrado preguntando a cuánto está el francés…
Montar el belén suele acabar en ataque de nervios, porque los niños quieren colocar
en el belén a Pin y Pon, al tiranosaurio Rex comiéndose los borregos y hasta a la Barbie
divorciada, que va con el coche y la casa de campo que le ha sacado al Kent… Y lo
pones… Ya sé que no pega, pero tampoco le pega al ABC tener anuncios de contactos y ahí
lo tienen, que se vende todos los días…
Y es que, pensándolo bien, en el belén hay cada cosa… Por ejemplo, el atuendo del
portal, yo no lo veo congruente, quiero decir… que no parecen de la misma familia: la
virgen parece una reina, que parece que no ha parido, está ahí, como las artistas… San José,
un parado, y el niño Jesús, con ese taparrabos parece Tarzán… ¡Que no tiene ni frío, con la
nieve que está cayendo…!
Y luego está el río. ¿Ustedes han visto un río más raro en su vida? Éste es el único
río que nace de una esquina del aparador y desemboca en el vídeo. Y además: ¿conocen
otro río en el que el agua vaya envuelta en papel Albal…? ¡Como los bocatas! Es
alucinante…
¿Y los Reyes Magos? Éstos son los que más se mueven del belén. Se pasan las
fiestas subiendo montañas, cruzando ríos, montando a camello. Parece que estén haciendo
un anuncio de compresas…
En cambio hay otras figuritas que son las puteadas. ¿Qué me dicen del pastorcito
ese que se tira todas las fiestas arrodillado, con una oveja encima del cuello? Que un rato
vale, pero todas las Navidades… ¡Al final el borrego pesa!
¿Y el pescador con la caña? Que no pesca nada; ahí, en el papel Albal tres semanas,
o seis, porque yo pongo el belén en Navidad y lo quito en Semana Santa… Y el cachondeo
de los que pasen al lado:
- ¡Qué! ¿Ha picado algo…?
Ahora está de moda el “Haz tu propio belén”: se compran las figuritas en escayola y
las pintas tú… Esto tendrá mucho mérito, pero yo soy partidario del belén que te venden ya
hecho… porque da mejor rollo. Porque te pones a pintar las figuritas, les haces unas
pestañas tan gordas que la virgen parece Cleopatra… Y san José, Dana Internacional. ¿Se lo
imaginan en la puerta? Diciendo como un drag queen:
- Pasen, el niño ha salido monísimo, tres kilos y medio ha pesado, monísimo.
Además, como todo el mundo sabe que el niño no es suyo…
Y si hablamos de belenes, no podemos olvidarnos de los belenes vivientes, esos que
se hacen con personas de verdad, que ahí sí que sufre el que lleva el borrego al cuello… En
éstos no falla: la guapa del pueblo hace de virgen María, uno que lleva barba hace de san
José y te encuentras cosas como que el soldado de Herodes va con un reloj acuático y gafas
de sol… que no pega. Pero tampoco pegan los anuncios de contactos en el ABC y ahí lo
tienen, que se vende todos los días.
 
Miss España

 
Para mí hay una noche que está a la altura de la Nochebuena: la gala de Miss
España.
Para empezar, te tomas una cena especial: pizza. Te pones un vestido para la
ocasión: la bata… Y, vale, en Nochebuena sale el Rey, pero en Miss España sale Ansón.
El caso es que yo no me lo pierdo ningún año, en mi casa es una fiesta. Siempre que
empieza el concurso, tú estás deseando apoyar a la miss de tu ciudad, pero en cuanto la ves
dices:
- ¡¿Y ésa es la más guapa que tenemos en Cuenca?! ¡Pero si parece un mejillón!
Y enseguida te haces de otro equipo, como en el fútbol. Que tú empiezas la liga
apoyando al equipo de tu ciudad pero a los dos partidos o te haces del Barça o te haces del
Madrid, como Figo.
Cuando empieza el concurso, lo primero que te sorprende es que cuando les
preguntan, todas las chicas dicen la misma frase: “La belleza está en el interior” Claro, ¡por
eso salen en bragas! Además, si de verdad la belleza estuviera en el interior, las misses
deberían desfilar abiertas en canal. El presentador diría:
- Observe cómo filtra el riñón de Miss Murcia… es que da gusto verla… Y ahora
Miss Almería nos demuestra como hace la digestión de un huevo duro… ¡Qué maravilla de
ovarios los de Miss Albacete!... Una mujer de su tiempo, preparada y decidida que no
renuncia a su maternidad…
Pero en vez de eso, para ver qué tienen en el interior, los del jurado les hacen
preguntas. Ése es el momento que todos estamos esperando. Así somos de crueles. Y digo
yo: si las preguntas son siempre las mismas, ¿por qué no se las estudian? Que cuando les
pregunten: ¿Qué es para ti la belleza?” contesten:
- Lo que se produce de modo cabal y conforme a los principios estéticos, por
imitación de la naturaleza o por intuición del espíritu.
Lo del jurado es otra historia. Es un ejemplo perfecto de cómo distinguir a un
gilipollas en una sola pregunta. Sí, porque tú estás posiblemente delante de la tía más buena
de España, y lo que le preguntas es: “¿Cuál es el último libro que has leído?” O lo que es
peor: “¿Qué sabes de Rusia?”. Ya podrían preguntarles cosas que tengan morbo de verdad.
Por ejemplo, después de preguntarles: “¿Tienes pensado hacer cine?” les preguntarían: “¿Y
es inevitable?” O después de: “¿Tienes novio?” dirían: “¿Y cuándo vas a dejarle?”
Porque ése es mi personaje favorito de los concursos de misses: el novio de la
ganadora, un chavalito con granos al que le preguntan:
- ¿No te da miedo que esto influya en vuestra relación?
Y él:
- No, nuestro amor es muy fuerte, somos novios desde los doce años…
Y toda España pensando: “Dos meses, te doy dos meses, chaval”
Bueno, y por fin llega el momento del fallo del jurado: sale Juan y Medio y dice: -
Miss España es… Miss Cuenca.
Y tú dices:
- ¡Coño, el mejillón! ¿Pero en qué estará pensando Ansón?
Claro, ahora entiendo por qué lo llaman el FALLO del jurado.
El caso es que en cuanto dicen el nombre de la ganadora, la chica tiene que tener
muchos reflejos para llorar enseguida… Pero enseguida: tiene que ser oírlo y llorar… a
pelo… ¿eh?
Y que llore de felicidad la que gana, vale. ¡¡Pero es que las que pierden también
lloran de felicidad!! “¡Qué bien! He perdido… ¡Soy fea! En mi pueblo se van a descojonar
de mí… Voy a abrazar a ésta a ver si salgo en la tele!” ¿Se imaginan que en la final de la
Champions League los que pierden fueran todos a abrazar al que les ha metido el gol?
- ¡¡Gracias tío!! Si no es por ti nos toca bañarnos en la fuente…
A lo mejor las misses lloran de alegría porque se han librado de que les pongan la
corona… Porque, vamos a ver: ¿dónde fabrican esas coronas? Si se caen siempre… ¿Tan
difícil es? Tú celebras tu cumpleaños en el Burguer King y te dan una corona que no se
cae… ¿Treinta años eligiendo a Miss España y a nadie se le ha ocurrido ponerle una
gomita? De todas formas, aunque no ganes, siempre te queda ser… Miss Simpatía, Miss
Fotogenia, o Miss Pelo Bonito… aunque, para pelo bonito, el de Ansón.
 
Los videoclubs

 
¿No echan de menos cuando en su barrio había cinco videoclubs? Ahora cada vez
hay menos… Se han convertido en un lugar de culto… Hace nada podías permitirte el lujo
de amenazar al dueño con cambiarte, como en el banco:
- Pues en el videoclub de Juli, el Julliwood, dan bolsa y no me obligan a rebobinar
la cinta.
Ahora, eso sí, quedan pocos, pero siempre están llenos. A mí me encanta ir, porque
alquilar una película es a veces una aventura más grande que la propia película. Nada más
entrar comienza el suspense: ¿cómo sé yo si he visto Impacto Inminente o Impacto Total?
¿O era Instinto Total? ¿O Instinto Inminente? Así es que miras la publicidad, pero no te
aclaras mucho: “¡De los actores de Titanic!” Pero a ti no te suena ninguno. “Bueno, serán
de los primeros que se ahogan…”
Y después de seis horas de elección, te llevas Impacto Fatal, que en la sinopsis
ponía: “Peggy O’Callahan… - entre paréntesis Sigourney Weaver – se ve atrapada en una
red de violencia, sexo y chantajes”. Y cuando llegas a casa y la pones… ¡Coño, otra vez la
del helicóptero, es la quinta vez que la alquilo!
Así que yo recomiendo que, ante la duda, se le pregunte al empleado del videoclub.
Porque ese tío es tu Garci particular. El mío tiene un nombre, Juli y un apellido: “el del
videoclub”
Bueno, pues Juli “el del videoclub” es un profesional del ocio. ¡Qué teorías tiene!
Por ejemplo, para él Acción es igual a Calidad. Le dices:
- La estrategia del caracol… ¿es buena?
- Es muy lenta, no tiene acción, sólo tienes que fijarte en el título… Coge Rambo V,
que tiene mucha acción, matan más gente que en la cuatro…
Una cosa bien distinta pasa cuando vas al videoclub y sabes la película que quieres
alquilar. A medida que te vas acercando al videoclub te entra una angustia vital… “A ver si
me la van a coger, a ver si me la van a coger…” Y el tramo final lo haces corriendo.
Llegas jadeando, directo a las novedades: Misión Imposible 2, alquilada. Misión
Imposible 2, alquilada. Misión Imposible 2, alquilada…
- ¡Juli “el del videoclub”! ¿No queda Misión Imposible 2?
- No, pero tengo La salchicha peleona, obra maestra, tiene mucha acción.
- No, es que a mí el cine de salchichas no me gusta…
- Pues Misión Imposible 2 la tienen que devolver esta tarde. Pero llévate La
salchicha peleona, que está teniendo mucha salida, llévatela hombre, llévatela. ¡Que te la
lleves, te digo!
Una cosa tengo que decir: como al del videoclub se le meta en la cabeza que te
lleves una película… ¡Te la acabas llevando! ¡Vamos, como que me llevé La salchicha
peleona!
Por cierto, si escoger una película cuesta… ¡No te digo devolverla…! Dime cómo
devuelves la película y te diré cuánto tiempo la has tenido en casa. Si el “devolvedor”
enseña la cinta desde la acera de enfrente, así, como vacilando, abre la puerta y dice:
- ¡Buenas tardes a todos! ¡Aquí la traigo! ¡Y rebobinadita!
Y la deja en el mostrador, y encima se queja…
- Y hace un poco de rayita, ¿eh?.
Eso es que la ha entregado en el día.
Pero cuando llevas una semana de retraso… es como atracar un banco. Dejas a un
colega en la puerta con el motor en marcha. Entras como El Coyote, de puntillas… tin, tin,
tin… con el cuello subido, lanzas la película como una granada y sales volando. ¡Si no pago
las multas de tráfico, voy a pagar las multas del videoclub!
Hablando de devolver películas… ¡Qué corte pasó el otro día un colega mío! Le
llamó el de su videoclub y le dijo:
- Oiga, usted se casó y se fue a Cancún, ¿no?
- Pues sí…
- Y tiene una colchoneta con forma de huevo frito, ¿no?
- Sííí…
- Es que en vez de devolverme la película me ha dejado el vídeo del viaje de novios.
Ha sido el más alquilado de la semana. Si tuviese otra película me daría igual, pero
La salchicha peleona tiene mucha salida…
Aunque para pasar corte, alquilar una porno. Para empezar, las tienen en un cuartito
aparte, separado con una cortina o con unas puertas del oeste, como diciendo: “los guarros
aparte”.
Te asomas, ves a un tío dentro, y como te da corte dices: “bueno, cuando salga, voy
yo”. Y cuando entras, vuelve el suspense: ¡a ver qué criterio sigues! Porque estas sinopsis,
todavía dan menos pistas: “Unas chicas muy dispuestas se hacen cargo de un garaje de
lavado. A partir de ahora los vehículos de sus clientes van a estar mucho más brillantes por
delante y por detrás”.
Y no vas a preguntar a Juli “el del videoclub” porque te dirá: “Ésa es buena, tiene
mucha acción”.
Mis favoritas son las parodias de películas normales. Allí está la versión porno de
Falcon Crest: “Falocrest”. Y “Aquellos maravillosos anos”, “Pene de muerte”,  “Tetanic”.
Pero la mejor es la parodia de E.T. : Me-Ter. Es igual que E.T. sólo que la bicicleta no tiene
sillín, y en vez del dedo se le enciende otra cosa. El tío en vez de decir: “Mi caasaaa…”
dice “Mi coosaaa…”
Yo elegí “La guarra de las galaxias”. Pero lo peor es el momento de pagar. Porque
yo me he forjado una reputación seria ante Juli “el del videoclub”, cogiendo películas
filosóficas suecas, y ahora me ve cogiendo una peli de suecas sin más, y no es lo mismo.
Así que cogí “El retorno de Jedi” “El imperio contraataca” y “La guarra de las
galaxias” y me hice el bobo:
- Voy a ver la trilogía.
 
Los regalos

 
Me acaban de regalar un boomerang.
¿A ustedes les parece que esto es un regalo? ¿Qué pensará de mí el tío que me ha
regalado esto, que cazo canguros? Estuve a punto de decirle:
- Ponte a dar saltos, que voy a probar a ver si te doy…
Me lo imagino en su casa: “¡Je! ¡Un boomerang…! Seguro que a ésta nunca le han
regalado un boomerang” ¡Pues claro que no, idiota!
Y es que cuando hacemos un regalo no pensamos en los demás: lo que queremos es
ser originales. Por eso se han inventado las tiendas de regalos.
Las tiendas de regalos son unos sitios que están llenos de cosas que jamás
pondríamos en nuestra casa, pero que, sin embargo, nos parece que estarían muy bien en las
casas de los demás. ¿Acaso ustedes pondrían en el comedor de su casa un oscar de plástico
con una pegatina que pone “Al mejor amigo”? ¡A que no! Pues se venden como churros en
las tiendas de regalos.
Porque en estas tiendas todos los regalos son muy originales: ceniceros con forma
de taza de váter, teléfonos con forma de hamburguesa, abridores con forma de culo… Su
objetivo es que nada parezca lo que es. Que ahora que lo pienso… ¡a lo mejor el
boomerang es una armónica!
Pero además de original, el regalo tiene que ser inútil, por eso hay delantales para
tíos. Y relojes que te dicen la hora en Japón y en Australia, que dices: “¡Qué bien, en
Australia ya son las ocho, me podría ir ahora mismo a tirar el boomerang!” O un
pisapapeles, que éste también: ¿hay algo más estúpido? Menos un papel, todo lo demás
puede ser un pisapapeles, hasta el abridor con forma de culo puede ser un pisapapeles.
¿Y esos masajeadores de ruedecillas de madera? Cuando te lo ragalan, te lo pasan
un poco por la espalda y dices:
- Ah, pues sí que da gusto, sí…
¡Pero luego se van y el masaje te lo tienes que dar tú! ¡Pues vaya gracia! Es como si
en vez de regalarte una cebra, ¡te regalan un burro y un bote de pintura!
Y la guinda del regalo son las tarjetitas con mensaje. ¡Para qué te vas a entretener tú
escribiendo de puño y letra una tarjeta! ¡Para eso están los genios de la literatura! Hay una
que lleva un mono saltando desde un trampolín que dice: “Me puedo saltar muchas
cosas…” la abres y pone: “Excepto tu santo” Esto no se te hubiera ocurrido a ti ni en un
año…
De todas formas, hay que tener cuidado, porque algunos quieren ser tan originales
que se pasan, como el novio de una amiga mía que va y dice:
- Oye, cariño, ya sé lo que te voy a regalar para el aniversario: una liposucción de
pistoleras.
- ¡¡¿¿Qué??!!
- Como siempre estás diciendo que tienes ahí dos bolardos…
- ¡Tú ya no me quieres!
- Sí te quiero, por eso quiero que te quites los bolardos…
- Paco, como vuelvas a decir esa palabra…
- ¿Qué palabra? ¿Bolardos?
Y se separaron. ¡Toma! ¡Por original!
Ahora mi amiga se ha quitado los bolardos y se ha puesto tetas, porque una cosa es
que te toquen los bolardos y otra que tú te los cambies de sitio.
Y es que hay que saber lo que es un regalo y lo que no. Por ejemplo: se puede
regalar un queso pero no se puede regalar un queso en lonchas… Eso no es un regalo… ¿Y
un desodorante es un regalo? No. Pero una colonia, sí, aunque sea de la barata.
Aunque hay una fórmula para convertir cualquier cosa en un regalo: que sea de
viaje. Por ejemplo, si regalas un cepillo de dientes, no es un regalo, es una indirecta. Pero si
el cepillo se desmonta y se mete en una funda, ya es un regalo, ¡como es de viaje…! Por
culpa de esta fórmula, la gente te regala pantuflas de viaje, planchas de viaje, despertadores
de viaje… ¡Coño, que te regalen el viaje!
Otro tipo de regalo son los “regalos de empresa”, que llega Navidad y dices: “¡Nos
darán una cesta!” Pero lo que te dan es una carpeta de skay, color marrón, con una bonita
frase: “En esta empresa nos podemos olvidar de muchas cosas… menos de sus empleados”
Esta frase es de los mismos genios de las tarjetitas, sólo que en vez de la foto del mono está
la foto del presidente de la empresa.
Si es que ni siquiera cuando le llevamos un regalo a un enfermo pensamos en él.
¿Por qué le regalamos al pobrecillo chocolate, que es malísimo para todo y no unos
espárragos que son buenos para el colesterol?
Pero los regalos más fáciles son los de las despedidas de soltera: sólo hay que ir a
un sex shop. Aunque hay tantas cosas que lo difícil es decidirse. Yo el otro día me vi en un
trance…
- Hola, buenas, ¿tienen pililas que caminan?
- Sí, señora, tenemos esta que se ha hecho el Camino de Santiago… Viene con
vieira y todo…
- ¿Y bragas musicales?
- Pues sí, éstas tienen la sintonía del PP.
- Ay, no sé… ¿qué cree usted que a ella le hará más ilusión?
- Pues mujer, por mi experiencia, si quiere quedar bien, llévese el muñeco negro
hinchable… Ése no falla.
¡Y cuando vi a ese negro hinchado!... Por una vez, en vez de comprar lo más
original, pensé en lo que realmente le haría ilusión a mi amiga. Y triunfé. Mi amiga todavía
no se ha casado, está en Cuba buscando el molde del muñeco.
Hay una forma muy fácil para saber si un regalo le gusta a la otra persona o no: si
repite el nombre es que no le gusta:
- Ay… una yogurtera… Qué bien… ¿Cómo has notado que en mi casa nunca hay
yogures?
Si un amigo pintor te regala un cuadro, te cagas, ¿qué haces? Muy fácil:
- Todavía no he encontrado el sitio adecuado…
Vamos a ver si lo hemos pillado: ¿una corona de muerto es un regalo o no es un
regalo? Pues sí, porque tiene todas las características: es original porque nunca antes te la
habían regalado, es de viaje, tiene lacito, tiene dedicatoria y viene en fecha señalada. O sea,
que como ven no es tan fácil hacer un regalo.
 
Los profesores

 
Cuando me preguntaban de pequeñito:
- ¿Y tú qué quieres ser de mayor?
Yo siempre contestaba:
- Médico, abogado, policía, periodista…
Vamos, que lo que yo quería era salir en una serie de televisión.
Lo que nunca dije fue “profesor”. Sí, porque en el cole mola todo menos los
profesores: hay columpios, plastilina, niñas para tirarles de las coletas… Pero tú llegas allí
y te tienes que poner a escuchar a un señor, sin coletas, al que pagan para que te enseñe
cosas que a ti no te interesan. Es como si tus amigos te organizan una despedida de soltero
y contratan a Karmele Marchante para que haga un strip-tease.
Cuando los padres nos mandan al colegio no saben en lo que se meten. Porque antes
de ir al cole, tú creías que tu padre era Dios: “Mi padre sabe hacer aritos con el humo del
cigarro… y le da cinco toques al balón sin que se le caiga… y vuela” Pero luego te das
cuenta de que no. De que Dios… es la seño. Y llegas a casa:
- Pues ha dicho la seño que fumar es malo… Y que el fútbol embrutece a las
sociedades, alienándolas de los verdaderos problemas que la acucian… Y que no vuelas…
Lo ha dicho la seño.
Para ti, decir “Lo ha dicho la seño” es como decir “Lo ha dicho el Papa en la CNN”
Y es que para un niño la seño tiene superpoderes. Está escribiendo en la pizarra y de
repente dice:
- Juanito, cállate.
¡Sin darse la vuelta! ¡Vamos, hacía unos milagros que ni Jesús! Porque Jesús
convertiría el agua en vino, pero es que la seño… la seño coge azul y amarillo… ¡Y hace
verde!
Y, claro, te enamoras de ella. ¡¿Qué vas a hacer?! ¡Si no para de darte esperanzas!
¡Te manda a por tiza! ¡Te ata los cordones! ¡Te cura las pupas soplando! Pues eso: que en
cuanto tienes dos años más lo único que quieres es verle las bragas. Yo me pasaba el día
tirando el lápiz al suelo y recogiéndolo. ¿Por qué se creen que los niños están todo el rato
sacándole punta al lápiz? No es porque escriban mucho, es porque se les despunta de tanto
tirarlo.
Bueno, si hacía falta, tirábamos hasta la pluma de la comunión, lo que fuera. Pero
siempre sabíamos de qué color llevaba las bragas: “¡Hoy azules!, ¡hoy blancas! ¡Hoy las
mismas de ayer…!” Yo creo que la seño debería aprovechar esto y ponerse publicidad en
las bragas… Por supuesto, publicidad institucional: “A tope sin drogas” Pero llega un día
en el que te cambian a la seño por un profesor para cada asignatura, cada uno con su mote:
El Conejo, que tiene unos dientes gigantes; El Bombilla, que tiene una cabeza gigante; El
Lequio, que tiene…. Acento italiano.
Había uno al que llamábamos El Enrollao. Yo creo que en todos los colegios hay un
enrollao. Es ese que llega el primer día y dice:
- A mí llamadme Carlos.
Es el que os lleva a ver la fábrica de chocolates Elgorriaga… el que te llama
“colega, tronco, campeón”… Pero a mitad de curso aquello es un desmadre y la clase
parece Tómbola. Y entonces se pone serio y empieza a hablarte de usted. Y le haces el
mismo caso que le hacen a Ximo Rovira: ninguno. Es normal, después de haber sido
colegas y compartido chocolate…
Teníamos otro que era El Amargao. Todo el día poniendo ceros. Este entraba en
clase y en vez de buenos días decía:
- Fernández, un cero. Y van dos esta semana. Ya tiene la bicicleta.
Y le encantaba ausentarse y dejar a uno apuntando a los que hablaban.
- Javi, ¡una cruz por hablar!
- Pero si yo no estaba hablando.
- ¡Uh! ¡Otra!
¡Qué obsesión con que los niños no hablen! Los amargados son como las
hemorroides: hay que sufrirlos en silencio. Y además, ¿qué pretenden al poner a un niño
apuntando a sus compañeros? ¿Formar chivatos? Así empezó Judas: ¡Poniendo cruces!
Pero, para compensar, en todos los colegios hay una profesora “tía buena”. Aunque
no nos estusiasmemos ¿eh? Para ser profesora “tía buena” no hace falta ni ser tía ni estar
buena. Sólo hay que llevar vaqueros y dar inglés. Vamos, que si Loli Álvarez hubiera sido
profesora de inglés, no le hubiera hecho falta operarse.
Y a la profesora “tía buena” siempre se le inventa un rollo. En mi colegio se decía
que estaba liada con Galván, el cabrón de gimnasia. Que era un tío que estaba todo el día
con el pito en la boca…
- A hacer flexiones, ¡pi, pi, pi! ¡Venga, Fernández, una más! Es que no le pone
voluntad…
Y tú pensabas: “A éste me gustaría a mí verlo con la profesora de inglés en la
cama… Ella, con el pito en la boca: ¡pi, pi, pi! ¡Venga, Galván, uno más…! ¡Es que no le
pones voluntad!...”
Pero esta época ha pasado. Los profesores ya no pueden hacer lo que les dé la gana.
Ahora los que hacen lo que les da la gana son los niños. Sí, porque conocen sus derechos y
si el profesor les pregunta:
- A ver, Adrián, el sistema Penibético.
- ¿El sistema qué…? No hablaré si no es en presencia de mi abogado.
Y que no se les ocurra al profesor abrirle espediente… Porque el niño lo espera en
la calle y la abre la cabeza.
Y por eso el tipo de profesor que más abunda es… el acojonado:
- ¿Os parece que pongamos un control de literatura el martes?
Y todos:
- ¡¡¡¡No!!!!
- ¡Vale, vale! Pero leéis La Colmena, ¿eh?
- ¡Nooooooo!
Bueno, pues… por lo menos veis la película…
- ¡Noooooo!
- Pues, pues comed miel.
- ¡Nooooo!
- Pues ved Gran Hermano, ¡que está lleno de zánganos!
 
Los medicamentos

 
Vengo del médico y me ha fastidiado el día. ¡Pues no me ha dicho que no tengo
nada! ¿Qué sabrá él? Va el tío y me dice que no tengo que tomar ningún medicamento, que
estoy sanísimo… ¡Pues claro que estoy sanísimo! ¡Porque tomo medicamentos!
A mí es que los medicamentos me dan mucha seguridad. ¿A ustedes no les parecen
una maravilla? Son lo más parecido a un milagro: tú te tomas una pastilla… ¡y se te quita el
dolor de cabeza! Ella se toma otra… ¡y ya no se queda embarazada! ¡Y tú te tomas otra… y
se te pone dura!
No me dirán que esto no es un milagro…
¿Cómo sabe una Aspirina así de pequeña a qué parte del cuerpo tiene que ir? Te
tomas una Aspirina, llega al estómago…
- Buenaaasss, ¿es aquí el dolor?
- No, eso va a ser en el piso de arriba, en la cabeza, al lado del hipotálamo, allí
pregunte usted por “migraña”.
¡Oye… y llega! A mí me preguntan dónde está el hipotálamo, y… ¡ni de coña!
¡Las pastillas son la leche! Las que más me gustan son las blancas, son tan sobrias,
no sé… parece como que curan más. Las cápsulas las encuentro frívolas… me dan la
impresión de que son demasiado chillonas… ¿verdad? Siempre me pregunto, ¿para qué
gastarán en ponerles colorines a las cápsulas si en el estómago no tenemos ojos? Que se
fijen en los supositorios: a nadie se le ha ocurrido hacerlos de colores, como los helados…
Todo el mundo sabe que por muchos colorines que les pongan… con el tercer ojo no se
pueden leer novelas.
Además, hay enfermedades en las que se toman medicamentos riquísimos. Los
constipados, por ejemplo. ¡Los jarabes de los constipados están de muerte! Yo creo que en
invierno deberían servirlos en los bares:
- ¡Ponme un chupito de Bisolvon… y un expectorante pa’ todos, que un día es un
día!
¿Y las Aspirinas infantiles? ¡Están mejor que los Lacasitos! Lo que no entiendo es
por qué a las de adultos les cambian de sabor.
Otra cosa que no entiendo: ¿quién les pone los nombres a los medicamentos? Para
mí que son dos tíos: uno que tiene las ideas muy claras y les pone a los medicamentos
nombres que te dan pistas de para qué sirven: Peusek, Evacuol, Mucosán… Y otro tío que
va de creativo y se inventa marcas como Atarax, Clamoxil, Augmentine… Que, claro, uno
se pregunta: ¿qué aumenta el Augmentine? ¿Se vende junto con la Viagra? Si es que son
ganas de complicar las cosas. El bicarbonato por ejemplo, ¿por qué no le llaman Eructol?...
o los supositorios, ¿por qué no se llaman Son-pal-cul?... Y, ya puestos, al Hemoal que le
llamen Almorranón.
Otra cosa que me encanta de los medicamentos es el prospecto. A veces con sólo
leerlo y ver la cantidad de cosas que cura, ya me siento mejor. Bueno, menos con los
prospectos de los tranquilizantes. Porque te pones a leer los efectos secundarios y… “Este
medicamento le puede producir mareos, temblor, cefalea, insomnio con ansiedad y
depresión, visión borrosa, sequedad en la boca, estreñimiento, taquicardia…” Pero, ¿cómo
puede eso tranquilizar a alguien?
Bueno, si nos ponemos a criticar… Hay un medicamentos que a mí me pone muy
nervioso: las gotas. No se conoce a nadie que haya conseguido echarse el número de gotas
que le dice el médico. Porque, ¿cómo lo haces? Tienes la cabeza de lado, el cuentagotas
arriba… Y ahora… ¿Cómo cuentas las gotas? Al final acabas:
- Uno, dos, tres chorro, cinco, seis, chorro… doce…
Eso sí, cuando uno está realmente mal, no hay nada como las inyecciones. Lo que
pasa es que da un poquito de miedo. Yo además tengo la mala suerte de que siempre que
voy a pincharme, me toca el practicante; o sea, ¡que quiere practicar con mi culo! ¡Joder, si
quiere practicar, que practique con el culo de su padre, y luego que venga!
Lo que pasa es que como estás muy mal, dices: “Vamos pa’adelante” Te bajas los
pantalones… el tío se pone a tu espalda… Y no hace ruido. ¿Qué estará haciendo? ¿Se
habrá ido? No, porque de pronto te dice…
- Relaje la nalga…
¿Que relaje la nalga? Mire usted, yo con el culo al aire y un tío por detrás… ¡No me
relajo!
Aunque, no nos engañemos: duele, pero un jeringazo es mano de santo. Y es que los
medicamentos te hacen la vida más fácil. Por eso nos resistimos a tirarlos. Y llega un
momento en que con sólo mirar el armario de las medicinas se puede saber la vida de una
persona: “Mira, el jarabe rosa de Paquito, ¡cuánto le gustaba!”…”¡Aaaanda! los
supositorios de Paquito… ¡Hay que ver lo contento que se quedaba cuando le poníamos
uno!” “Fíjate, la tobillera de cuando a Paquito le dio por… el ballet de puntas…” “¡Ay,
mira, esto es agua oxigenada, de cuando a Paquito le dio… por teñirse el pelo!” “Y vaselina
mentolada… Esto también es de Paquito, pero no sé para qué la usa”
En fin, que… ¿Saben lo que les digo? Que en vez de dejar de tomar medicinas, lo
que voy a hacer es dejar de ir al médico. Y así me tomo lo que quiero.
 
Los cuentos

 
¿Alguna vez se han parado a pensar en el tipo de cuentos que les contamos a
nuestros hijos? Lo más curioso es que se los contamos para que se duerman… ¿Cómo se
van a dormir con la cantidad de barbaridades que suceden en los cuentos? Espejos que
hablan, asesinos en serie, ranas que se convierten en tíos buenos, ¡sexo duro!... Lo que me
extraña es que los niños no se pasen toda la noche con los ojos como platos.
Analicemos un cuento cualquiera: Caperucita Roja.
El cuento empieza diciendo que a Caperucita la llamaban así porque siempre iba
con la misma caperuza puesta… ¡Que hay que ser guarra! Desde luego, hay que ver lo
guarros que eran en los cuentos, no se cambiaban nunca, pero en ninguno! Ahí tienen a
Heidi, cuatrocientos capítulos con el mismo vestidito… O a Pedro, que estaba todo el día
con las cabras. Que menos mal que los cuentos no huelen…
Pero sigamos, que se me va. La abuela de Caperucita estaba en medio del bosque,
enferma y sola. ¿Y qué piensa la madre de Caperucita? “¡Pues que se joda!” En vez de
mandarle un médico, le manda un pastel… ¡Quiere matarla! Con el colesteral que se tiene a
esas edades…
La madre de Caperucita era una psicópata. Porque sabiendo que hay un lobo en el
bosque, le dice a su hija:
- Caperucita, llévale tú el pastel a la abuelita que a mi me da la risa…
Y manda a la criatura. ¡Vestida de rojo! Para que se la vea bien de lejos… Eso sí,
para disimular, le dice que si se encuentra con el lobo, no le hable. Pues eso le falta al lobo,
que encima le caiga antipática la niña…
¡Y es que los padres de los cuentos eran unos bestias! ¿Se acuerdan de los de
Pulgarcito, que abandonan a sus hijos en el bosque? ¡Pobres criaturas! Menos mal que
Pulgarcito fue dejando piedras y encontró el camino de vuelta. Claro, por eso los niños
llevan siempre piedras en los bolsillos y no paran de coger cosas del suelo…
- Nene, ¿quieres dejar de meterte porquerías en los bolsillos?
Y el niño pensará: “Sí, hombre, luego tú te piras y a ver cómo vuelvo a casa…”
Pero sigamos con Caperucita, que, además de ser una guarra, estaba más colgada
que un jamón… Va por el bosque, se encuentra con el lobo y se queda tan pancha… Y es
que la gente en los cuentos no se inmutaba por nada. A Cenicienta se le aparece un hada
con un cucurucho en la cabeza, le convierte la calabaza en carroza, los ratones en pajes y
ella dice:
- ¡Ah, pues vale!
Y luego, el hada la manda a la fiesta pero le suelta:
- ¡A las doce en casa!
Pero, ¿qué clase de encantamiento es éste? “A las doce en casa” Parece un
encantamiento de madre. Seguro que Cenicienta le dijo:
- ¡Pues a mis amigas les dejan hasta la una, jo!
Eso porque era una niña de antes… Díselo a una niña de ahora y verás lo que te
contesta:
- ¿A que vengo a las doce menos cinco y se jode el cuento?
Pero sigo con Caperucita. ¡Y hagan el favor de no despistarme que a este paso no
termino el cuento! Habíamos dejado a Caperucita con el lobo… Que vaya numerito monta
el lobo para comérsela, cuando se la pudo zampar en el bosque nada más verla; pues no: la
manda por el camino más largo, se come a la abuela, se pone su ropa… Yo creo que lo que
quería era vestirse de abuelita. Para mí que el lobo no era tan feroz como lo pintan…
porque en el cuento de las siete cabritillas también se maquilla las patas de blanco para
parecer una cabra… ¡loca! Pero, bueno, ¿era el lobo o la Veneno?
El caso es que cuando Caperucita llega a la casa se encuentra al lobo en la cama.
¿Cómo pudo confundir al lobo con su abuelita? ¿Tanto pelo tenía la abuela? El caso es que
el lobo se come a Caperucita. Pero no pasa nada, porque llega un leñador, lo mata y le abre
la tripa. Y allí salen las dos. Vamos a reflexionar un momento sobre esto, porque hay un
detalle sobre el que siempre se ha pasado sutilmente: de la barriga salen las dos, la nieta con
la caperuza, pero… ¡la abuela está en pelotas! Claro, en pelotas, porque la ropa la llevaba el
lobo… Y los niños ven esto. La escenita es fuerte, ¿verdad?
Pues esto no es nada al lado del de La Ratita Presumida, que eso ya más que un
cuento parece un artículo del Cosmopolitan. Resulta que la Ratita empieza a ligar como una
descosida en cuanto se compra un lazo y se lo pone en el rabo… Pero que liga con
cualquiera… Pasa un burro y le dice:
- Ratita, Ratita, qué bonita estás. ¿Te quieres casar conmigo?
Y ella le dice:
- ¿Y por la noche qué harás?
¿Por la noche qué harás? No me quiero imaginar lo que pueden hacer un burro y
una rata en la cama. Vamos, ni Emmanuelle Negra… Ahora, el burro lo tenía claro:
- ¿Que qué te haré por las noches? Iaaaa, Iaaaaaa…..
En fin, amigos. Estos cuentos son la base de nuestra educación y todos nos hemos
criado escuchándolos… No me extraña que estemos como estamos.
 
Leyendas urbanas

 
¿Recuerdan la anécdota del perro de Sorpresa sorpresa? Sí, hombre, una chica a la
que le iban a dar una sorpresa con Ricky Martin metido en un armario… que ella tenía un
bote de mermelada… y entonces llamó al perro, y como creía que estaba sola… se
desnudó.. y después… ¡Resultó que era todo mentira! Pues todo el mundo decía que lo
había visto. Bueno, todo el mundo no, los amigos de los primos de todo el mundo. Porque
tú preguntabas a cualquierda:
- ¿Pero tú lo viste?
Y te decía:
- No, yo no, pero lo vio un amigo de mi primo…
Pues así se crean los mitos urbanos, de la nada. Uno se inventa una historia, eso va
de boca en boca y al final la gente se acaba creyendo… que cuando la Obregón se subió a
un avión le explotaron las tetas. Y no es verdad… al parecer sólo le explotó una.
Y uno se pregunta: ¿Quién inventará estos mitos?
Bueno, en algunos casos se ve enseguida. Por ejemplo, lo de que Walt Disney está
congelado… Esto está claro que lo inventó Pescanova para que los niños le cogieran cariño
a los palitos de merluza:
- Venga, Juanito, cómete el palito de merluza que a lo mejor es un dedo de Walt
Disney.
Otro mito muy curioso es el de los hombres rana que aparecen calcinados entre los
restos de los incendios forestales. Para los que no lo hayan oído, lo voy a explicar: por lo
visto, cuando los hidroaviones recogen el agua del mar siempre pillan a algún que otro
hombre rana y lo sueltan sobre un incendio. ¡Vamos, que Cousteau llegó a los ochenta de
milagro!
Pero el mito urbano que más me fascina es el de “La muerta de la curva” ¿Nunca se
la han encontrado? ¡Pero si hay una muerta en todas las carreteras comarcales! Yo creo que
deberían venir en la Guía Michelín: “Mirador a doscientos metros. Ojo, muerta de la curva
a un kilómetro”
Vamos, que si son verdad todas las historias que se cuentan, en España hay más
muertas que curvas. Y digo yo, tú recoges a una tía de éstas y… ¿De qué hablas con ella?
- Oye, ¿cómo una chica tan guapa como tú se vuelve tan pronto a casa?
- Yoooo meeee matéééé en esa curvaaaa.
- Ah, claro.
Eso, quieras que no, te corta el rollo.
- ¿Qué, nos tomamos la última en mi casa?
- Yoooo meeee matéééé en esa curvaaaa.
- ¡Qué pesada! ¿A que te dejo aquí? ¡Mira que en esta carretera dicen que se aparece
una muerta…!
Pero en las carreteras españolas hay muchos más mitos. Está el de la pareja que iba
por una carretera de La Coruña, y de repente aparece en Perú, con coche y todo. Esto tiene
que ser cosa de los extraterrestres, porque si la cosa dependiera de Iberia, tú aparecerías en
Perú, pero el coche en Colombia, las maletas en Badalona…
Aunque el que más cuidado tiene que tener con esto de las abducciones en carretera
es el Rey. Porque por lo visto, según otro mito, se pasa las noches con la moto socorriendo
accidentados: un amigo de mi primo pinchó y antes de que llegara la grua, pasó el Rey en
moto quince veces. Vamos, que como siga así lo van a contratar en Telepizza.
- Me llena de orgullo y satisfacción traerle su pizza cuatro quesos…
Pero donde la gente desbarra es en los mitos urbanos que tienen que ver con el sexo:
¿quién no ha oído hablar de esa señora que llega a urgencias envuelta en un batín del que
asoma la cabeza de un caniche a la altura del ombligo como si llevara un alien…?
Naturalmente, los dos, el caniche y la señora, van con los ojos en blanco, bueno… el
caniche más. Y cuando le preguntan:
- ¿Qué le pasa señora?
- A mí nada, es que Cuqui se ha excitado viendo La Dama y el vagabundo…
Y al ver que el ATS pone cara de alucinado, le dice:
- Pues esto no es nada, ahí viene mi marido con el doberman que ha visto 101
dálmatas...
Y hay muchos más mitos que nunca sabremos con certeza si son verdad. Por
ejemplo: ¿Será verdad que la Coca Cola con Aspirina pone cachondas a las chicas? ¿Y que
si reúnes un kilo de celofán del que envuelve los paquetes de tabaco le dan una silla de
ruedas a los minusválidos? ¿Y que a los Rolling Stones les cambian la sangre en Suiza cada
semana? ¿Y que si pones al reves un disco de Led Zepelin invocas al diablo? Bueno, éste es
posible, también hay alguna canción de Leticia Sabater que sin necesidad de escucharla al
revés, suena satánica.
Y yo me pregunto: entonces, si le das una Coca Cola con Aspirina a Leticia Sabater,
¿se pondrá cachonda o le tendrán que cambiar la sangre en Suiza? Y si los Rolling Stones
reunen un kilo de celofán, ¿le darán una silla de ruedas a Led Zeppelin? Y sobre todo: si le
ponemos unas tetas de silicona al perro de Sorpresa sorpresa, ¿podrá salir de una vez Ricky
Martín del armario?
 
Las urgencias de los hospitales

 
¡Qué guay! ¡Mola que la gente vaya al teatro! Lo peor es que cuando sales… ¡a ver
qué haces! Con la manía que les ha entrado a los alcaldes de cerrar pronto los garitos, no
sabes dónde meterte. Claro que yo controlo la noche. Sé donde hay que ir para encontrar
marcha heavy: A las salas de urgencias de los hospitales. ¡Muy fuerte! ¡Joé, qué ambiente…
eso es el mejor after hours que existe!
Lo primero que te encuentras, nada más entrar, es que allí cada uno va a su bola.
Fundamentalmente para sentirse a gusto en cualquier sitio. Uno llega allí con su madre
doblada porque le ha arreado un cólico de riñón y la gente pasa de todo… ni puto caso…
Ves a un tipo con bata blanca:
- Oiga, mire, mi madre que…
- Siéntese allí un momentito, que enseguida le llaman.
¿Por qué piensan que allí sentada le va a doler menos que en casa? ¿Es que meten
calmantes en los conductos de ventilación?
Así que nada, aparcas a la vieja, que está hecha un cuatro, y te pones a mirar a la
basca. ¡Buah, qué ambiente! ¡Selecto! ¡Y cómo van vestidos! ¡Supercómodos! En pijama y
con la chaquetilla del chándal; en batín, desnudos y encima una manta… Que tú dices:
“¡Joder, para un día que salen, qué poco se maquean! ¿No?” Pero bueno, que no te obliguen
a ir de etiqueta ya es un punto…
Enseguida se empieza a llenar aquello: ¡atención!.
Llega una familia con un niño que se ha tragado la llave del aparador de la abuela.
Mola porque ves que toda la familia ha salido junta de marcha: está el niño, la llave, la
madre, el padre, la suegra, el abuelo, la chacha, y no se han llevado el aparador porque no
cabía en el monovolumen… Y todos gritando a la vez… Y el médico no sabe ni lo que
pasa, ni quién es el enfermo… ni le importa. Setecientos tíos montando bulla… ¡Y luego
dicen que cierran los garitos por el ruido! Pues menudo escándalo hay en urgencias. En el
cartel de “Se ruega silencio” en vez de a una enfermera de los tiempos de Marisol con el
índice sobre los labios… deberían poner a un celador con cara de mala hostia y guantes de
boxeo. Sí, sí, como esos porteros de garitos que no te dejan pasarte de la raya…
Y luego, que no te hacen ni caso, aunque parezcas sacado de Impacto TV. Ya puedes
entrar con el ojo en la mano y acercarte a la supervisora:
- Disculpe señorita, mire…
- Sí, sí… siéntese ahí un momentito que enseguida le llaman.
Por si te has perdido algo, siempre hay otro que lo transmite por teléfono:
- No, todavía no lo han visto… sí, el brazo cada vez está más morado, pero peor está
el del ojo, ¡si lo vierais…!
Que no, que no echas de menos nada los garitos.
Hasta el ganado se parece. Por ejemplo: hay un tío que no se mueve para nada.
Claro, en el pafeto piensas: “¡Jodé, qué pedo lleva ese!” pero aquí dices: “¡Joder, ese tío no
se mueve” ¡Que está fiambre! ¡Está muerto…!”
- ¡Enfermera, este señor se ha muerto!
- Que se espere ahí, que ya le llamarán.
¿A que en las discotecas siempre te encuentras con el típico que dice: “Oiga, es que
conozco al del guardarropa, paso un momento a saludar…” Pues aquí igual.
- Oiga, usted no sabe con quien está hablando, mi abuelo fundó la Cruz Roja y mi
vecino es el ministro de Sanidad… ¡Quiero hablar con el inspector!
Sí… Sí…
- Siéntese, siéntese ahí un momentito que enseguida le llaman.
Allí no se hacen distinciones. Y además la peña está unida. Si el tío intenta colarse
protesta hasta el muerto… A todo esto, tu madre retorciéndose con el cólico.
- ¡Ay, qué doloooooooor!
- Oiga, ¿no le pueden dar a mi madre algo para el dolor? ¡Sí, sí, ya sé, que nos
sentemos aquí un momentito que enseguida nos llaman!
Y el caso es que yo ya… lo siento por mi madre, pero casi prefiero que no llamen,
porque conforme avanza la noche hay más ambiente.
Hasta se organizan concursos, como en los garitos. Pero nada de Miss Camiseta
Mojada, no; aquí gana el que tiene la cosa más rara:
- Me han sacado la basílica balear.
- Pues a mí me duelen las verticales.
- Yo tengo un gato enterito con uniforme.
- ¿Un gato enterito con uniforme?
¡Luego te enteras de que tiene una gastroenteritis coloniforme!
En las esperas de urgencias siempre hay uno que huele mal y a su lado se queda un
asiento vacío. Llegas tú y dices: “¡Huy, qué tontos! ¡Aquí hay un hueco libre! Te sientas,
todos te miran… y a los dos minutos te levantas asfixiado y te tienen que poner la bombona
de oxígeno.
¡Las sillas de urgencias…! Parecen sacadas de las películas de James Bond. Tienen
un muelle que en cuanto dicen tu nombre sales disparado…
- Alberto Ruíz…
- ¡Yo, yo!
Da igual cómo estés, con el ojo colgando, los dientes en un kleenex… Sabes que
tienes una oportunidad, sólo una. Como en las pescaderías: si dicen tu número y no estás,
¡el siguiente!
Eso explica también que el servicio siempre esté libre. Otra ventaja sobre los
garitos. Todo el mundo se está meando pero no va nadie por si le llaman… Cuando no
puedes más, meas con la puerta abierta. Da lo mismo que la gente te vea porque en
urgencias se pierde el pudor. Ya no puedes más, vas… y justo en ese momento… - ¡Amelia
Gutiérrez!
¡Mi madre! Sales corriendo con los pantalones en los tobillos, haciendo el
pingüino… ¡De verdad que mola! ¡Además, te dan pastillas gratis! ¡De colores! Que como
se entere el alcalde, cierra también las urgencias, ya verán…
 
Las revistas femeninas

 
¿Se han fijado en que una tía nunca te dice: «Baja la basura»? No, porque no la
bajarías. Lo que hace es decir: «¿Hemos bajado la basura...?». Y entonces la bajas como un
zombi. Tampoco te dice: «Tienes que desatascar el lavabo...». Ella deja caer: «Deberíamos
desatascar el lavabo...». Y ahí vas tú, corriendo al bote sifónico a sacar la melena del león
de Ángel Cristo...
¡Y así lo dicen todo! «Tenemos que sacar al perro»; «Tenemos que pintar el
balcón». Lo que no entiendo es por qué no aplican esto a todo y dicen: «Nos hemos meado
fuera de la taza...».
Yo me preguntaba: «Y las tías... ¿Dónde aprenderán todas estas cosas?».Pues ya lo
he descubierto: en las revistas femeninas. ¿Ustedes han visto los consejos que dan en esas
revistas? Parece que los ha escrito Pinochet: «Aprende a ser mala»; «Como conseguir lo
que quieras de tu pareja»; «Siete claves para que tu hombre pierda la cabeza». ¡Joder!¡Tú
tan tranquilo leyendo el As y ella aprendiendo a arrancarte la cabeza como un langostino!
¡Es que estamos alelados! Mientras nosotros leemos «Leganés dos, Numancia
cero», ellas están leyendo «Siete consejos para seducir al novio de tu hermana». ¡Es que no
hay color...! Por eso yo ahora, del As, sólo me leo la información del Dépor y el resto de mi
capacidad intelectual la dedico a las revistas de mujeres.
Está claro que esto es un complot para manejarnos y la prueba es que estas revistas
están escritas en clave. Y si no, díganme qué coño quiere decir: «No salgas de casa sin tus
mules de strass con tacón chupete combinados con un denim de tweed». ¿Alguien entiende
algo? ¿Mules de strass? ¿Tacón chupete? ¿Qué nos quieren hacer con un chupete por
detrás? Luego ellas dicen que son zapatos... Ya, ya, zapatos...
Pero hay más. Abajo pone: «Top de crepe con vivo en crudo». Que aquí ya te
acojonas: está claro que el vivo eres tú, y que te van a comer crudo en un crepe... ¡De puta
madre...! Claro, ellas, para disimular, dicen que esto es moda... Sí, sí, moda... Entonces, ¿un
jersey de lana?, ¿qué es? ¿El silencio de los corderos?
En este tipo de revistas, todo lleva la coletilla «la pasión». «Cocina para provocar la
pasión»; «Depilación por láser para aumentar la pasión»; y el mejor: «Horóscopo... de la
pasión», donde se leen cosas como: «Virgo,si quieres seducir al novio de tu hermana,
mírale como si se lo fueras a dar todo... y luego... no le des nada». ¡Hace falta ser
retorcida...! Coño, Virgo: si le quieres hacer sufrir, ¡mándale un matón que le rompa las
piernas, pero no le hagas eso!
¿Y los test? ¿Qué me dicen de los test? Que es muy fuerte, se pasan toda la revista
enseñándoles a ligarse al novio de su hermana y luego les ponen un test titulado: «¿Eres
buena gente?». Claro, esto lo hacen para que no se sientan culpables después de
manipularnos. Pero también lo tienen controlado, porque este tipo de test ya lo puede hacer
Margaret Thatcher, que siempre le saldrá que es más buena que Michael Landon en la
Comunión de Heidi.
Primera pregunta: «¿Si te encuentras con un anciano herido, qué haces?:
A) ¿Lo llevas a un hospital e intentas reconfortarlo?
B) ¿Escupes en sus heridas y llamas a tus amigos para reíros de él?»
Y luego dice: «Si has elegido B, necesitas esforzarte un poco en tus relaciones con
los demás» Ya... ¿y si te tiras al novio de tu hermana no?
Estas revistas actúan como un entrenador de fútbol explicando la táctica para
dominar absolutamente al contrario, sólo que utilizan lenguajes distintos. Un entrenador de
fútbol diría: «Venga, chavales, con dos cojones, salid ahí a coméroslo todo...». Y en las
revistas de mujeres lo que dicen es: «Cómo hacerle una felación inolvidable»; «Cómo
volverle loco en la cama». ¿Que cómo volvernos locos en la cama? Pues está claro, ¿no?
¡Haciéndonos una felación inolvidable!
Visto lo visto, los hombres tenemos menos futuro que una tetera sin asas. Así es que
se imponen unas revistas masculinas que nos orienten, pero no como las que hay, que sólo
tratan temas como: «Cómprate una moto de agua»; «Cómo sacarle partido a tu agenda
electrónica». Nada de eso, ¡lo que queremos son consultorios sentimentales como el de la
psicóloga Consuelo Herrado! Que eso es pa' verlo...
«Consuelo: soy una Piscis de veintitrés años, y estoy perdidamente enamorada de
mi profesor de aeróbic. El problema es que me lleva veinte años, tiene pareja estable, es
mormón, vive la mitad del año en Chipre, y es homosexual. ¿Qué puedo hacer?».
Esto se lo preguntas a un tío y te dice: «¿Que qué puedes hacer? Pues está claro:
nada». Pero en estas revistas no... En estas revistas tienen respuestas para todo:
«Querida Piscis: aparentemente tu problema tiene una solución difícil, es verdad
que su homosexualidad puede ser un obstáculo para vuestra relación... Pero no hay nada
imposible para una chica Cosmo. Lo de la pareja estable lo puedes solucionar... haciéndole
una felación inolvidable. Para hacerle olvidar sus creencias religiosas y esa afición a viajar
a Chipre, te recomiendo... una felatio inolvidable. Y para salvar el obstáculo de su
homosexualidad... ya te imaginas lo que te voy a recomendar... En cualquier caso, si todo
esto falla, lígate al novio de su hermana haciéndole una felatio inolvidable. Te recuerdo que
nuestro artículo "Cómo hacerle una felatio inolvidable" apareció en nuestro especial de
Navidad. ¡A por ellos Piscis!
 
Las mascotas

 
Imagínense esta situación: estás con el jefe en su despacho y sin mediar palabra, te
bajas los pantalones y te pones a hacer caca delante de sus narices. Y entonces él no sólo no
te despide, sino que se arrodilla y se pone a limpiarlo… Pues eso es una mascota: un animal
al que le damos de comer, limpiamos sus catalinas y todavía decimos que somos sus amos.
A mí me encantan los animales… pero en libertad. Y, sin embargo, ¡acabo de
comprar un perro! ¡Y lo he comprado yo mismo! ¡No puedo echarle la culpa a nadie!
Pero les voy a explicar por qué: todo empezó el día en que a mi hijo le regalaron un
hámster por su cumpleaños. Yo dije:
- ¡Pero si esto es una rata!
- No, papá, esto es un hámster.
No se engañen: ¿ustedes saben lo que es un hámster? ¡Una rata que tiene los huevos
más grandes que la cabeza! Y por eso la metemos en casa… ¡por cojones! Porque no se
entiende que a nadie le guste un animal que huele mejor muerto que vivo.
Y lo malo no fue el hámster, lo malo es que una vez que admites la primera
mascota, todo el mundo se cree que te encantan los animales y tu casa se convierte en el
Waku-Waku. Por eso en el siguiente cumpleaños al niño le regalaron una tortuga de agua…
¿Pero qué regalo es ése? ¡Si parece una piedra sucia! Eso sí, huele muchísimo peor que el
hámster.
Claro que ya que está en casa, no la vas a tener en el fregadero. Así es que te gastas
una pasta en recrear su ambiente. Pero es inútil. Porque, vamos a ver: ¿qué clase de tortuga
puede pensar que esa piscina de plástico con forma de riñón y esa palmerita ridícula son las
islas Galápagos? Es como si para que te sientas en el Polo Norte te meten la cabeza en el
frigorífico…
Y con los pájaros aún es peor: les ponemos una barra blanca de plástico para que se
crean que es la rama de un árbol… ¿Será posible? Y además les ponemos un columpio…
¡Muy bien! ¿Pero alguien ha visto alguna vez en el bosque a un pájaro columpiándose?
¿Quién fue el listo que decidió que a los pájaros les gustan los columpios? ¡A los pájaros lo
que les gustan son los hilos de la luz! ¡Pues que les pongan hilos de la luz en las jaulas!
Nosotros teníamos un periquito, pero duró poco, porque mi suegra un día, jugando,
le abrió la jaula y se escapó. Y como la mujer se sintió culpable no se le ocurrió otra cosa
que regalarnos un gato…
Muy bien, lo que nos faltaba… ¡El gato! Y nos dice:
- No os tenéis que preocupar, los gatos son muy limpios y además son muy
independientes.
Pero, ¿cómo que los gatos son muy independientes? Yo todavía no he visto a
ninguno que baje él solo al Pryca a comprarse la latita.
Y ahí no acaba la cosa. Porque, a los pocos días mi mujer me dice:
- Cariño, ahora que todavía el gato es pequeño es el momento de comprar el perro,
porque luego no se llevarán bien.
¡Pero bueno! ¿Dónde estaba escrito que luego íbamos a comprar un perro? Pues lo
compramos, se llama Tarzán y como era la semana fantástica nos regalaron ¡ocho peces de
colores! Se ve que no les quedaban en blanco y negro…
A Tarzán hay que darle de comer, hay que peinarlo, hay que bañarlo, hay que
vacunarlo, hay que pasearlo dos veces al día… Pero tiene una cosa buena: es que le tiras
una pelota y te la trae… ¡Prueba con el hámster a ver qué pasa…! ¡O con la tortuga…! Y
del gato mejor no hablar, porque tú le tiras una pelota a un gato y te mira como si fueses
gilipollas.
Eso sí, al perro, para que te obedezca, hay que hablarle en inglés. El perro es de
Logroño, pero como es un cocker, si quieres que se siente, tienes que decirle:
- Sit, Tarzán, sit…
Y se sienta. A lo mejor por eso el gato no me hace ni puto caso, como es siamés…
¿Y qué me dicen de los peces de colores? La única emoción de tener un pez es ver si sigue
vivo. Que ésta es otra: las mascotas el día menos pensado palman. Y a ver cómo se lo
cuentas a los niños…
- Hijo, el pececito se ha dormido…
- ¿Y por eso lo habéis tirado por el váter? ¿Si yo me duermo también me tiraréis por
el váter?
Total, que con la pajarraca que se ha liado he tenido que ir a la tienda de animales a
por otro pez… Me ha acompañado Tarzán y ésta es la razón por la que he comprado otro
perro. Se llama Jane.
 
La quiniela

 
¿Alguna vez has rellenado todas las casillas de la quiniela?
¿Juegas a la quiniela?. Yo sí y no es un juego fácil, al contrario, es muy difícil
porque después de coger una y sentarte frente a ella, ¿cómo cojones la rellenas?, con 1 X ó
2, dirán algunos, pero es mucho más complicado y hay varios métodos.
El primero y tal vez el más conocido, a boleo. Pim, pam, pum, hecho.
Otra es marcar todas las casillas. ¿Quién no lo ha intentado alguna vez?. Yo lo he
intentado pero no me han salido las cuentas porque, claro, en el pleno al 15 no se puede.
Otra es hacerte de una peña quinielista; son esos que van por la calle y ven unos,
equis y doses por todas partes. Les dices: “vamos a ver una X” y te responden “¿en qué
casilla?”.
Si es que los quinielistas no se hacen, nacen: cuando eran pequeños en clase de
matemáticas: “A ver Jaimito, despeja la x” y dice Jaimito: “¿al sábado o al domingo?”. O a
sus padres: “A veces veo equis...”. “Será guarro el niño”.
Otra forma de completar la quiniela es no rellenar ninguna casilla y piensas “Ya la
echaré el domingo”. Pero no puedes y no vale decir lo de se me ha olvidado, ¿la puedo
echar hoy?. Y no puedes porque si vas a un estanco a echar la quiniela en domingo te hace
“¡chas!” fuera mano y dice: Que la suerte te acompañe...
Esto último es cierto, estaba en un bar y un tío le dice a un manco: “¿Un
accidente?”, “no una quiniela”.
Algo más difícil que rellenarla es... ¿qué hago con el dinero si me toca?. Hay gente
que juega pero que no juega para que le toque porque si no no sabrían que hacer con tanta
pasta. Dicen que el dinero no compra la felicidad..., es que no la venden. ¿En el Carrefour
acaso pone “compre su felicidad y le regalamos otra”?. Pues no. Eso sí, el dinero ayuda
mucho.
Quien tiene dinero no juega al monopoly, juega a la bolsa. Quien tiene dinero lo
gasta; porque el dinero es para gastarlo. El dinero debajo del colchón, dentro de los
calcetines y dentro o entre... tal... se ahoga. Hay que liberarlo, ¡fuera el dinero!.
 
La navidad es para los niños

 
La Navidad es para los niños.
Por eso compramos angulas a cuarenta mil pesetas el kilo… ¡Por los niños! Por eso
nos arruinamos comprando lotería… ¡Por los niños! Y por eso nos emborrachamos… ¡Por
los niños! ¡Lo que sea con tal de que ellos se lo pasen bien!
Vamos a ver: yo creo que ya somos lo suficientemente maduros para decir la
verdad. En Navidad utilizamos a los niños como excusa para disfrutar nosotros y tirar la
casa por la ventana. Es como cuando tu hijo tiene seis meses y su padre le compra un
Scalextric… ¡Muy bien!
Todo empieza el día que en el colegio hacen el belén viviente. Una superproducción
donde no se repara en gastos con tal de que los niños se expresen. Por eso les dan papeles…
de oveja, de palmera, de nube… A una niña le ponen un camisón y unas alas y la cuelgan
de una cuerda… ¡Para que disfrute! La pobre niña no tiene ni idea de lo que dice:
- Os ha nacido hoy en la ciudad de David un salvador que es Cristo Señor. ¡Hosanna
en el cielo!
¡Qué natural es todo…! ¡Y qué bien se lo pasan los niños…!
Y con el calor que hace allí dentro, les ponemos un gorro de lana, un chaleco de
borrego y un zurrón.. Y el niño:
- Mamá, ¿por qué no me puedo poner el traje de hombre araña?
- Porque ser pastor es divertido… ¡Pero si hasta llevas un queso en la mano!
- ¿Y por qué el hombre araña no puede llevar un queso en la mano?
- ¡Porque no! ¡Anda, sube y diviértete!
Y el niño, llorando:
- Pues si yo fuera el niño Jesús me haría más ilusión que me trajera el queso el
hombre araña.
¡Si es que la Navidad es una fiesta continua para los niños! Por eso les dan
vacaciones, y por eso los padres les preparamos diversiones infantiles… como ir al centro.
Ir al centro es una actividad familiar que consiste en ir a un sitio abarrotado de
gente… a perder al niño. Tú estás mirando un bolso de piel de potro de un color ideal,
cuando de repente, el niño desaparece. Tú, pegando gritos entre la multitud:
- ¡¡¡Alvaritooooo!!!
Pero no lo ves, porque uno de los defectos más graves de los niños es que son
bajitos… Cuando por fin lo encuentras, el niño está llorando, echando mocos, con la
bufanda arrastrando por el suelo… Pero… ¡feliz, muy feliz! ¡Y es normal! ¡Esto no se le
olvidará en la vida! ¡Son vivencias! ¡Vivencias que les das!
Otra de las cosas que les divierte a los niños en Navidad es ir a visitar a la familia.
¡Lo están deseando!
- Esta tarde no vais a ver la tele ni a jugar, vamos a ir a ver a los tíos.
Para un niño, una visita familiar consiste en que unos señores a los que sólo ve una
vez al año le estrujen, le babeen y le pellizquen la cara mientras le dicen cosas como:
- ¡Qué mayor estáááá…! Cada vez se parece más a la abuela Brígida.
Que el niño pensará:
- Así es que me parezco a la abuela. ¡Pero si no tiene dientes!
Menos mal que después sacan el turrón. El turrón es otra cosa pensada para los
niños… De ahí las marcas: La Bruja, El Lobo… ¡Pero si hay hasta turrón de coco! ¡De
COCO! Que ya sólo falta que saquen el turrón de El Exorcista.
Si es que lo mires por donde lo mires, en Navidad todo son referencias a los niños.
El Día de los Inocentes: Aquí conmemoramos que Herodes se cargó a todos los niños de
Israel. ¿Y cómo lo celebramos? ¡Haciendo coñas! Poniendo bombas fétidas… Diciendo
mentiras en los telediarios… ¡Qué gran ejemplo para los niños!
Ahora, donde los críos ya se lo pasan de muerte es en la cabalgata de Reyes. Aquí
los padres los subimos a hombros para que unos concejales con peluca les tiren caramelos a
la cabeza: “¡Al mío, al mío! ¡Tírale al mío!” Y cuando les dan: “¡Qué suerteeeee…! ¡Te han
dado…! ¡Olééééé!”
Pero no les hacen daño, ¿eh? Porque envolvemos a los niños con tanta ropa que van
blindados como Robocop: la camiseta, tres jerséis, el anorak, la bufanda, las botas, el
pasamontañas… Moverse, no se pueden mover…
¡Pero ya les puedes tirar caramelos, ya! ¡Les rebotan!
Alguno de ustedes puede pensar que los niños ya no se lo pueden pasar mejor…
Pero no, todavía les queda la mañana de Reyes.
Ellos se han acostado emocionados recordando lo que pusieron en la carta:
Queridos Reyes Magos: Como he sido muy bueno este año, quiero la Playstation
dos. La de ochenta mil. Mi madre me ha dicho que pida un chándal que vimos en
Miniprecio, de unos muñecos muy parecidos a los Teletubbies. Tráeselo a ella, que a mí no
me gusta. A mí tráeme también el balón de Nike, de la liga, el barco pirata de Playmobil, un
patinete de aluminio y, por favor, no me traigáis más puzzles de Educa.
Al día siguiente, el niño a las siete de la mañana:
- ¡Han venido los Reyes! ¡Han venido los Reyes! Papá, me han traído el chándal de
Miniprecio… Papá, en vez del balón de Nike, me han traído uno del Banco de Santander…
Y en vez de un patinete, unos calcetines de deporte… ¡¡Papá!! ¡¡¡Papááááá: déjame jugar
con la Playstation, que llevas tres horas jugando tú!!!
Y es lo que yo digo: la Navidad es para los niños.
 
La canción del verano

 
La gente se cree que la unificación de España la hicieron los Reyes Católicos. ¡Qué
error más craso! La unificación de España la está consiguiendo King África. Me explico: tú
entras en un bar y ves que aquello está que arde:
- Pues el Príncipe se tendrá que casar con quien le toque… y punto.
- Tío, tú eres gilipollas, el Príncipe que se case con quien le dé la gana.
Y el otro:
- ¡Eso! ¿Y si le da por casarse con Aramis Fuster? ¡A ver cómo metes esa cabeza en
un sello!
Y cuando parece que se van a atizar, de repente suena: “¡¡¡Boooooooomba!!!” Y fin
de la discusión… Todo el mundo bailando. Vamos, yo estoy seguro de que de repente suena
en el Congreso “Bailarrrr, bailarrrrr, bailarrrr” y hasta Arzalluz y Mayor Oreja se ponen a
hacer el peruano.
Yo creo que las canciones del verano tienen tanto éxito porque con el verano se
reblandecen las cabezas y aguantamos un tipo de canciones que no soportaríamos en otra
época del año. Ponte tú a cantar la Macarena en Semana Santa. Es que no pega: “Dale a tu
cuerpo alegría nazareno, eiiii nazareno ¡¡¡amén!!!”
La verdad es que con todos los cerebros reblandecidos es muy fácil hacer una
canción del verano, sólo hay que cumplir cinco reglas. La primera es coger una palabra
cualquiera y repetirla muchas veces…. “Chocolate, chocolate, chocolate, chocolate choco
pum… de canela, de canela, de canela de ca pum” No me negarán que esto es fácil. Porque,
digo yo: ¿cuánto se puede tardar en escribir “El chiringuito, el chiringuito, el chiringuito, el
chiringuito…”? A lo mejor en el primer “chiringuito” tardas seis horas… Pero después la
cosa va rodada.
Bueno, y si encima no se entiende lo que dices, éxito seguro… “Uka, chaka, uka,
uka, uka, chaka….” O la de El Puma: “Numerán, numerán, viva la numeración...” ¡Pues
vale! O esa otra que dice: “Guachi meri counson, chupi pa’ ti, chupi pa’ mí… ¡Sopa de
caracol!” ¿Chupi pa’ ti, chupi pa’ mí? Esto tiene que ser un sesenta y nueve. Sesenta y
nueve… Ahora entiendo por qué El Puma dice “viva la numeración”… ¡El muy guarro!
Y, hablando de El Puma, la segunda regla: Una buena canción del verano tiene que
tener animal: el tiburón, el gorila, los pajaritos… la lambada. ¡Sí, la lambada! Vale, la
lambada no es un animal, pero bailándola te ponías hecho un burro. Y, además… la
lambada en el título tiene la letra “b” que esto es otra cosa que ayuda mucho a que la
canción sea un éxito: el cumBo, el mamBo, el BimBó, la BamBa, la BomBa… El Venao,
todas con “B”.
La regla número tres: Tiene que tener baile. Pero ¡Cuidado! Como la gente con el
calor está medio atontá y tiene la cabeza fofa, los bailes tienen que estar muy bien
explicados: “Izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás, un, dos, tres” ¡Toma
ya! Y Nacho Duato matándose a hacer coreografías para esto. O esta otra: “Una mané en la
orejé y la otra mané en la rodillé de tu compañeré” Y luego dicen: “… que lo baile, que lo
baile…” Pero, ¿cómo lo voy a bailar si parece el Gernika?
Claro, que para baile, el de la Macarena, que hasta Clinton lo utilizó en su campaña
electoral… Aunque yo creo que la Macarena no triunfó por el baile, sino por el grito
“¡Aaaaá!” Ese grito sacaba el garrulo que todos llevamos dentro, fue un regreso a
Atapuerca. El grito de la Macarena se convirtió en un mantra. ¿Se acuerdan de aquella
época? La gente se miraba y hacía “¡Aaaaá!” Ricos y pobres se miraban y “¡Aaaaá!”
Monica Lewinsky entraba en el despacho oval y… “¡Aaaaá!”. Yo es que soy fan de Monica
Lewinsky, me gusta todo lo que hace…
Y la quinta regla es que suena a todas horas por la radio… Que pongas la emisoria
que pongas no se oiga otra cosa, que parece que han dado un golpe de estado. Otra forma
de comprobar que ésa es la canción del verano es pillarle mucha manía y luego
sorprenderte a ti mismo tarareándola mientras estás… yo que sé, operando a un paciente.
La enfermera te dice:
- ¡Doctor, que se nos va! ¿Qué piensa hacer?
- ¿Yo? “Baila, baila, bailando va, baila, baila, bailando ¡eh!”
Pero, sobre todo, la canción del verano tiene que ser en castellano. Porque Georgie
Dann, que es francés, canta en castellano. Rafaella Carrá, que es italiana, canta en
castellano. Y King África, ¿qué es…? ¿De dónde coño es King África? Bueno, da igual,
pero canta en castellano…
Si es que el idioma lo pone a huevo. ¿A ver en qué otro idioma rima calor con amor,
playa con toalla y orilla con sombrilla? En ninguno. Por ejemplo, playa en noruego es
fiordo. ¿A ver quién tiene cojones de rimar fiordo con toalla?
 
Hospitales

 
A mí no me gusta estar enfermo, pero me encantan los hospitales, porque en los
hospitales se descansa mejor que en ninguna parte. Y por eso, de vez en cuando, me gusta
hacerme alguna avería. Nada serio, me rompo un brazo… Vamos, lo justo para que me den
una camita y un mando a distancia.
Pero, para descansar a gusto, me voy a un hospital público, ¡de gratis! Porque,
según el dicho, “Quien paga descansa”,pero quien no paga, descansa más.
Para empezar, en el hospital te puedes pegar todo el día en la cama. Vamos, que se
enfadan si te levantas. ¡Y se respira una paz! Abres así los ojitos y todo lo más que oyes,
son los quejidos del de la cama de al lado:
- Aaaaaaaah…Aaaaaaaah…Aaaaaah…
¡Si parece el sonido del mar! Y, además, como por mucho que se queje, nunca viene
nadie… ¡Es el relax total!
Y por las mañanas, te traen el desayuno a la cama. ¡Y con unos detalles! Por
ejemplo, sabes que no te vas a quemar con el café. Ya se preocupan ellos de que te llegue
frío. Y con el bollo se esmeran: como no saben qué sabores te gustan, pues no le ponen
ningún sabor, y así no se arriesgan. Además, ese bollo es fantástico, porque si no te gusta el
café, tú metes el bollo dentro, y como está tan seco, se lo bebe él. Si es que está todo
pensado.
¡Y es que en los hospitals… se come de puta madre!
Pero no me refiero a la comida que te ponen ellos, esa va directamente de la bandeja
al váter sin pasar por mi cuerpo, sino a la que te traen los colegas de estrangis. Claro,
cuando la enfermera te pregunta:
- ¿Qué tal la comida?
Tú le respondes:
- Estupendamente, señora, el jabugo estaba exquisito.
La tía se ríe creyendo que estás de cachondeo.
Y es que estar en un hospital sin tener nada serio es cojonudo. Están todo el día
pendientes de tus necesidades: “¿has dormido?” “¿Has comido?” “¿has meado?” Y como
no hayas meado… ¡te sondan! ¡Qué detalle! O sea, que si hace falta, entran ahí dentro a por
la orina. Vamos, eso no te lo hacen ni en el mejor hotel de lujo. Pero esto es porque a los
médicos les encanta meter cosas en los orificios. Para mí que el ombligo es la huella de
algo que nos quiso meter el pediatra por un sitio equivocado.
Además, en los hospitales todo el mundo te trata con mucho respeto. Para empezar,
como tú estás en pijama, los médicos van en bata, para que no te sientas violento. Y cada
mañana llega un grupito de médicos, te rodea y empiezan a preguntarte cosas y a tomas
notas, que parece que estás dando una rueda de prensa. ¡Que te sientes como Mar Flores:
todo el mundo interesado por lo que pasa en tu cama!
Ésa es otra cosa cojonuda: ¡la cama! Esa cama mecano… Que tiene posturas en las
que nunca te vas a poner: por ejemplo, esa postura en V. ¿Para qué? ¿Para pintarte las uñas
de los pies? ¡Esa cama es para hacer el kamasutra! Tener una cama de éstas y no usarla para
el sexo es como tener una muñeca hinchable y usarla de flotador.
Otra cosa maravillosa del hospital público es que no tienes que aguantar allí a la
familia todo el puto día. Enseguida viene la enfermera, los echa, y te quedas allí como Dios.
Y por si algún plasta se empeña en quedarse a pasar la noche, ponen un sillón de skay, que
al día siguiente le tienen que ingresar de cervicales. ¡Por eso se quiere quedar la gente, nos
ha jodido! ¡Para que los ingresen! ¡Por pura envidia!
Y si te aburres, te vas al pasillo, que es el sitio de más ambiente del hospital: allí
todo el mundo va con su pijama del Insalud, arriba y abajo, como si fueran zombies. Que
parece la Pasarela Cibeles. Vamos, los que van con el tacataca y el gotero parece que lleven
un modelo de Ágatha Ruíz de la Prada.
Los hospitales son cojonudos. Aunque tengo que reconocer que me cuesta
acostumbrarme a tanta comodidad. Si es que hasta te meten una cuña. Sí, una cuña… ese
orinal futurista que te ponen para cagar tumbado.
No sé si lo han probado, pero es dificilísimo. Y a mí me gustaría aprender, porque
debe de ser de un cómodo… No entiendo cómo por todos lados dan cursos de baile de
salón y a nadie se le ha ocurrido organizar un máster para aprender a hacer esto. ¡Y es muy
importante! ¡Requiere mucho talento! Cuando a alguien le den el Premio Príncipe de
Asturias de las Ciencias deberían decirle:
- Mire, le vamos a entregar este premio, pero antes déjeme que le pregunte: ¿sabe
usted cagar tumbado?
Pero si tuviera que elegir, lo mejor del hospital es el gotero. ¡Ah, el gotero, eso sí
que es un invento! No entiendo por qué las cervecerías no copian el sistema. Podría ser
como un teléfono manos libres, pero para beber cerveza. Vamos, que si lo ponen en el
hospital, yo ya no saldría de allí.
 
El listo

 
Tengo un amigo que es un listo. Veníamos hacia el teatro y el tío me dice:
- Aparca aquí, que cabes.
- Pero si aquí no cabe…
- ¡No va a caber…! Ahí lo meto yo sin maniobra… Venga, salgo yo y te ayudo.
Sale el tío y empieza:
- Venga dale, dale, dale, dale…
¡¡¡PLONC !!!
- Vale, ya está, no le des más… Gira ahora todo, venga, gira, gira, gira…
¡¡¡PLONC!!!
- Vale, ahí lo tienes.
Y ahí lo tengo… Sin faro.
Porque todos sabemos lo que es un tonto. Tonto es el que hace tonterías, pero…
¿sabemos lo que es un listo? Porque una cosas es ser listo y otra es ser un lisssto… con
acento en la ese: lissssssto…. Si eres listo y te cae una manzana en la cabeza, inventas la
ley de la gravedad. Pero si eres un lisssto y te cae la manzana en la cabeza, dices:
- ¡Ay! Ya sabía yo que estas manzanas estaban maduras… De otra cosa no sabré,
pero de manzanas…
El lisssto está de vuelta de todo sin haber ido. Por ejemplo, sin haber salido de
España sabe que en Londres se come mal, que Nueva York está muy caro y que en Rusia
hace mucho frío. Tú le dices:
- Rusia…
Y él:
- Menudo frío hace en Rusia… De otra cosa no sabré, pero de Rusia…
Y no sólo eso, también sabe el secreto para acabar con el paro y con la frúa él solito.
Y juzgando a las personas es único. Para él, el bueno es tonto, el tranquilo es un huevazos y
el educado es maricón. ¿Ha quedado claro lo que es un lisssto? Pues mi amigo Jamfri es un
lisssto, con acento en la ese.
A Jamfri le podríamos llamar El Pronósticos. Cuando está en casa sabe cuál es el
primer anuncio que va a salir después de la película:
- Ahora va el de Don Limpio… Lo ponen todas las noches… ¡Si lo sabré yo…!
Y si no sale dice:
- Pues lo habrán cambiado hoy, porque ayer salió. ¡Llevan un desbarajuste…!
Mi amigo Jamfri es tan lisssto que va de excursión a la montaña y para demostrar lo
listo que es dice:
- Yo voy a subir por aquella cuesta de allí, que se va más rápido.
- No, Jamfriii, que se da más vuelta.
- ¡Qué se va a dar más vuelta…! De otra cosa no sabré, pero de montañas…
Al final llega tres horas más tarde, arañado, hecho polvo y rojo como un cerdo
agridulce… ¡Por lisssto! Y todavía dice:
- ¡Joder! No veas lo que os habéis perdido, había unas vistas de puta madre… Me
he pasado dos horas y pico viéndolas…
Pero mi amigo Jamfri no es el único lisssto. Hay lissstos por todas partes. Uno de
los sitios donde es más fácil reconocerlos es en el coche. Si hay caravana y ves un coche
que pasa por el arcén, no falla, ahí dentro va un lisssto. Y la prueba es que cuando pasa por
nuestro lado todos decimos:
- Mira que lisssto…
Aunque también es fácil reconocerlos cuando van de peatones. El lisssto es el
primero que se tira a cruzar nada más que cambia el semáforo. Aunque de vez en cuando se
lleva un susto, porque hay otro lisssto en un coche que quiere apurar el semáforo. En estos
casos podríamos hacer la siguiente operación matemática: lisssto más lisssto, igual…. ¡a
hostia!
Un lisssto siempre tiene respuesta para todo, no hay forma de callarlo.
Cuando vas con él a un restaurante:
- Jamfri, ¿has reservado?
- No, que es miércoles.
- ¡No me jodas que no has reservado!
- No hay problema, si es miércoles.
Y cuando llegas hay un cartel que pone “Cerrado los miércoles” Bueno, pues aún
así replica:
- Esto es que han cambiado de dueños… ¡Anda que no he venido yo aquí
miércoles…! Ahora, casi mejor que esté cerrado, porque seguro que ahora lo lleva una
mafia tailandesa… Que de otra cosa no sabré, pero de tailandesas…
Otra característica del lisssto es que conoce a todo el mundo…
- Yo soy muy amigo de Josema, el de Martes y Trece… Pero muy amigo…Vamos,
estuve a punto de formar parte del grupo… ¿Quién te crees que le dijo lo de la
empanadilla? ¿Y lo del ojo guiñado…? Y no sólo eso… También le dije lo de finstro… Y lo
de ¡Que te calles Karmele!... ¡Todo eso es mío!
- Pero Jamfri, ¿eso no era de Mariñas?
- Ah, ¿pero Mariñas también me copia?... ¡Es la leche, macho!
Está claro que los lissstos son muy peligrosos. Sobre todo cuando todavía no sabes
que el listo es un lisssto. Porque si a ti te da un jamacuco, vas al hospital y el que te atiende
es el doctor Jamfri, ¿qué? ¡La gente que va a su consulta no lo sabe…!
- Otra cosa no sabré, pero qué pierna hay que cortar y que pierna no…
En fin, amigos, hay que tener mucho cuidado con los lissstos, sobre todo con los
que tienen poder sobre nosotros. Porque no sabemos si esos tíos saben lo que hacen. Y se
les pueden ocurrir cosas como inventar el euro, que no para de bajar pero nos siguen
diciendo que es maravilloso… O las comisiones de los bancos, que te cobran hasta por
respirar; vamos, pueden llegar incluso hasta a inventar cabinas telefónicas que te roban las
vueltas en la cara y te dicen que eso es lo normal… Y no digo ya del lisssto que se inventó
lo del efecto dos mil… Todo el planeta acojonado por si caían los aviones o no se encendía
la luz de la nevera el día uno, y luego nada.
¡¡¡Lissstos que sois unos lissstos!!! Porque de otra cosa no sabré, pero de lissstos…
 
El glamour de la Iglesia

 
Se dice que la Iglesia no se adapta a los tiempos. ¡Y a mí me parece muy bien!
Porque, seamos sinceros, la Iglesia se ha modernizado poco, pero cada vez que lo
hace pierde parte del glamour que ha tenido siempre. Sí, porque la Iglesia es la institución
más glamourosa que existe, después de servidor, claro.
La Iglesia siempre ha sido puro glamour: esos cálices dorados, esos ábsides
churriguerescos, esos cirios de dos metros… ¡Todo marca Christian… Dior! ¡Si es que es
todo divino! Bueno, y esos, ángeles… con esas plumas. Porque dirán que los ángeles no
tienen sexo, pero pluma…
Mira si la Iglesia tiene glamour, que cuando hacen ejercicios… ¡son ejercicios…
espirituales! ¡Para no sudar! Porque sudar es una ordinariez… ¡Y esa agua bendita a la
entrada del templo, que la gente se la pone así… como si fuera Chanel…! ¡Es fenomenal! Y
esa megafonía… con esa voz que sólo tienen los curas, reverberando por toda la iglesia:
- Queridos hermanos… anos, …anos, …anos….
Pero a mí lo que más me subyuga de la misa es ese momento Teresa Rabal: “Me
pongo de pie, me vuelvo a sentar… porque a los oficios vamos a jugar…” ¡Si es que con
tanto levantarse y sentarse se te queda un culo maravilloso…! Es un aeróbic divino. ¡Pero,
cuidado! ¡Porque la Iglesia empieza a tener preocupantes síntomas de desglamourización.
Antes la Iglesia sólo anulaba el matrimonio a la gente con mucho glamour, como
Carolina de Mónaco. Porque esta gente pide la nulidad, para casarse con un príncipe, o con
un marqués… Y claro, en un vulgar juzgado, no te vas a casar con un marqués. Pero
ahora… le van a dar la nulidad a Rociíto, para que se case con un… con un… ¡Con un
Fidel! ¿Pero qué título es ése? ¿Marqués de Collarín?
La Iglesia está perdiendo glamour, verdaderamente. Ya es casi imposible asistir a
una de esas maravillosas misas cantadas en latín… Ahora lo que hay es una panda de
catequistas, ¡con esos jerséis con coderas!, tocando la guitarra: “Santo, santo, santo, santo
es el señooooor…” Luego la gente se queja de que Dios no escucha… No me extraña, si es
que debe de llevar tapones en los oídos.
Pero lo que ya es mucho son los curitas de ahora… ¿Ustedes se acuerdan de lo
guapo que estaba Richard Chamberlain en el Pájaro Espino, con su alzacuellos? ¡Me lo van
a comparar con la pinta que llevaba Andrés Pajares con esos vaqueros de Zara! ¡Ay, Señor,
Señor! Si parece Ortega Cano de andar por casa, “con batín de franela”, es como si el conde
Drácula apareciera en chándal.
Por eso la gente ya no va a misa más que cuando hay una boda. Y claro, ahí es
cuando los curas tienen que aprovechar para meterle al pueblo todos los mensajes juntos.
Yo estuve en la boda de Cayetano Rivera, el hijo de Carmina, y el cura empezó a soltar
mensajes locos en el sermón:
-… La juventud está enferma… Tres de cada diez jóvenes están deprimidos…
¡Pues serán los tres que siguen viniendo a misa!
¿Y qué me dicen de las monjas de ahora? Porque las de antes… ¡Aquellas monjas
“ala delta”! Que parecían que iban a echar a volar… Pero hay que reconocer que aquellas
monjas tenían glamour, con esa toca blanca enroscada… ¡Podían ir a las carreras de Ascot!
Y con aquellos hábitos negros hasta los pies… Que daban terror, ¡que es lo que tiene que
dar una monja! Ahora, las monjas siguen metiendo miedo, ¡pero por esa toca horrible que
llevan por los hombros! Una toca utilitaria como de ir a hacer recados… Con la falda por
debajo de la rodilla y esas medias tan tupidas que no sirven ni para un atraco, porque te las
pones en la cabeza y no ves nada. Eso sí, ya te pueden disparar, que las balas rebotan.
Pero el que más glamour ha perdido es el Papa. Que ha dejado el púrpura y va
siempre de blanco, ¡y en esa horterada de papamóvil! ¡Si parece el camión de los helados,
con el heladero dentro! Los papas de antes iban en carroza o en cochazo, y cuando se
bajaban, no andaban con los pies como todo el mundo. Los papas siempre iban a hombros
de la guardia suiza, a la sillita de la reina. ¡Eran auténticas reinonas! Ahora, el Papa no sólo
pisa el suelo, sino que se lanza sobre él, ¡y lo besa! ¡Y se revuelca! ¡Vamos, yo creo que
podría trabajar de Boris Izaguirre en Crónicas Marcianas! Y en el fondo, fondo, fondo del
armario, prefiero que la Iglesia no me deje casarme con mi novio porque, si van a cantar
esos catequistas con coderas, prefiero seguir viviendo en pecado.
La paz sea con vosotros.
 
Cuando te van a casar

 
El mes que viene tengo que ir a una boda y me da una pereza… Pero es el típico
compromiso del que no me puedo escaquear, porque soy la novia.
Aunque mira, si no voy… tampoco pasa nada. Porque yo soy la novia, pero por lo
visto la que se casa es mi madre. Lo está eligiendo ella todo… La fecha, la iglesia, el cura,
el peinado, el vestido… Dice que para una cosa que me ha dejado elegir a mí, que me he
lucido. ¡Sólo eso faltaba, que eligiera ella el novio…!
Pobre Paco, con lo bueno que es… Aunque últimamente, lo mataría… Ha sido
decidir casarnos y estamos a bronca diaria. Antes… antes era maravilloso. Parecíamos un
vídeo de karaoke. Bebíamos las coca colas entrelazadas, corríamos por el parque a cámara
lenta… Hasta hacíamos eso de perseguirnos alrededor de un tronco, asomándonos uno por
cada lado, ¡una coordinación…! Si lo pillo ahora, le salgo por su lado y le meto un
cabezazo… ¿Pues no quería poner la lista de bodas en una tienda de discos?
Bueno, ¿y para elegir la fecha?
- Mira, cariño, había pensado que el 14 de abril, que es doming…
- Ah, no, no, que el domingo hay fútbol. No me mires así, cielo, no es por mí, yo no
soy tan infantil. Es que si hay fútbol, mis amigos no van y si no van mis amigos yo
tampoco voy…
Por no hablar del día que fuimos a elegir el menú del banquete. Nos dice el tío: -
Miren, éste sale por diez mil pesetas.
- ¿Sólo diez mil? ¿Con todos los que somos? Pues está muy bien.
- Cariño, diez mil el cubierto.
- ¡Ah! ¿El cubierto? ¡Coño! Pues entonces la comida…
No, pero es que es para asustarse: te cobran por todo. Si hasta querían cobrarnos un
suplemento por poner las fundas de las sillas a juego con el mantel. ¡Menudos mafiosos…!
Me imagino que “el padrino” lo pondrían ellos.
Pero la bronca definitiva fue a la hora de hacer la lista de invitados. Porque, claro,
se nos puso en un montón de gente. Y yo le dije:
- Mira Paco, hay demasiada gente, hay que quitar. Mira, yo tacho a mi tía de
Murcia, y tú, a tus dos primos de Algete y tu tío el de Bilbao.
- Sí, claro, yo quito tres y tú uno. ¡Qué lista!
- Es que mi tía come por tres, así que tachamos a los cuatro y estamos en paz…
- Ahora entiendo por qué al que se va a casar lo llaman novio: no-vio, no vio lo que
se le venía encima.
¡Montamos una! Ahí es cuando mi madre aprovechó para tomar las riendas. Y ahora
está haciendo lo que le da la gana. Pero es muy lista, porque consigue que se haga todo lo
que ella quiere, por medio del chantaje emocional:
- Sí, hija, ya sé que a ti te gusta la parroquia de San Juan, pero si te casaras en San
Saturnino… me harías tan feliz… Sí, ese vestido es precioso, pero si tuviera cola, y las
mangas de encaje, me harías tan feliz…
Yo creo que las madres casan a sus hijas como les hubiera gustado casarse a ellas si
sus madres las hubieran dejado…
Y alguien tendrá que romper el círculo, digo yo.
Yo lo tengo muy claro, si algún día tengo una hija, va a hacer lo que ella quiera: se
va a casar el 14 de abril que ella misma elija, en la parroquia de San Juan Bautista que a
ella le guste, y con el vestido sin mangas y abotonado a la espalda que le dé la gana.
 
Cuando te enrollas con quien no debes

 
Dicen que los españoles hacemos poco el amor. Pues imagínense si encima
descontásemos todas las veces que lo hemos hecho con quien no debíamos y después nos
hemos arrepentido... Seguro que ahora se están acordando de alguien. Sí, sí, qué risa... Pero
piensen que hay gente que ahora se están acordando de ustedes.
La causa principal por la que acabas acostándote con alguien que no te conviene
es... el alcohol. Todo empieza cuando una noche te vas de fiesta, te tomas unas copas... y de
repente empiezas a acordarte sin venir a cuento de un ex... Y te dices: "No pienso
enrollarme nunca más ningún tío. ¡Los hombres son todos unos cerdos...!" Y esto es lo
último que recuerdas. Por la mañana te despiertas, y ves a tu lado durmiendo a un señor
calvo con coleta.
- Muy bien, calma. A lo mejor esto no es lo que parece.
Y efectivamente no es lo que parece. Es peor. En ese momento el tío se da la vuelta
y te pregunta:
- ¿Dónde están los otros tunos?
La única ventaja es que por lo menos a éste no lo vuelves a ver.
El problema es cuando, en un momento tonto, te enrollas con un amigo. Porque
quien tiene un amigo, tendrá un tesoro, pero quien tiene un rollo con un amigo, tiene un
marrón. Un día estáis viendo una peli en el sofá, como tantas veces, y de repente sin saber
por qué, os quedáis mirando fijamente el uno al otro. Ése es el instante exacto en el que
dices: "Vale, aún puedo elegir, ¿Doy el paso y la cago, o me quedo como estoy... y me
hincho a chocolate?". Y al final dices: "¡Coño, Anabel, un poco de voluntad! Si cada vez
que hay que elegir entre el ejercicio y el chocolate, eliges el chocolate, te vas a poner como
una vaca...".
Lo que pasa con estos rollos es que el marrón es de efectos retardados... A la
mañana siguiente te arrepientes porque piensas "He perdido a un amigo a cambio sólo de
doce orgasmos...", pero aún tienes esperanzas: "Nuestra amistad es superfuerte, no hay
quien la hunda". ¡Ya, eso pensó Leonardo di Caprio antes de subirse al Titánic! Y es que un
polvo es a la amistad como un iceberg a un barco. En cuanto entra líquido por la grieta...
eso se hunde.
Luego hay gente a la que le da por enrollarse con los novios de los demás. Que aquí
yo me cabreo: coño, si lo que te pone son los tíos comprometidos, ¡líate con un médico sin
fronteras!
Puede que ninguno de ustedes se haya metido nunca en un lío de éstos. Porque no se
han emborrachado nunca, no tienen amigos, pero... ¡un compañero de trabajo... tenemos
todos! A no ser que seas farero. Y el problema de enrollarte con un compañero es que al día
siguiente tienes que disimular las ojeras y el mapa de Australia que llevas en el cuello. Así
que te pones la gabardina, unas gafas de sol, y apareces en la oficina disfrazada de Matías
Prats, padre.
Bueno, si sólo es un día, logras salir del paso, pero... a veces, volvemos a tropezar
con la misma piedra. ¡Es que hay piedras que están muy buenas!
Y si no te interesa que se sepa, porque la piedra está casada... o es cura, tienes que
andarte con ojo. Os tenéis que inventar un lenguaje secreto para comunicaros en la oficina.
Pero, claro, como ellos son tan poco sutiles, si quieres quedar con él y le dices: - Carlos,
hoy a las siete tenemos que repasar el balance...
Seguro que él te contesta:
- Vale, yo llevo los condones.
Y lo que tiene que ser terrible es enrollarse con el jefe. Aquí lo malo es que si no te
satisface en la cama, no lo puedes denunciar a los sindicatos. Y tampoco lo puedes contar a
la hora del café... Que allí están todas tus compañeras: "¿Habéis visto cómo marca paquete
el jefe de personal?". "¡No es paquete, es una hernia!". "¿Y sabéis que el conserje es
eyaculador precoz?". "Pues será lo único que hace rápido...". Y a ti te gustaría soltar:
- ¿Pues sabéis que el jefe cuando tiene un orgasmo se pone bizco?
Pero te aguantas y te callas... Y en ese momento otra salta:
- ¿Sabéis que el jefe tiene sífilis?
Ahora, una cosa os aconsejo, chicas: por muy bien que os caiga, por muy cerca que
viva, o por muy borrachas que vayáis, nunca os enrolléis con un príncipe heredero. Sí,
porque... tú tienes una noche tonta, te lías con un príncipe, y luego ya no puedes volver a
desfilar en ropa interior.
 
Cuando nos sentimos culpables

 
¿Saben ustedes de qué viven las joyerías? Del sentimiento de culpa. Porque hay tíos
que ponen los cuernos... Y como luego se sienten mal, acaban comprándole una joya a su
pareja. Y es que eso de que el amor es el sentimiento que mueve el mundo no es verdad...
Lo que mueve el mundo es el sentimiento de culpa.
Cuando uno nace, no sabe lo que es sentirse culpable... De pequeños, somos como
Pinochet: tú puedes pasarte toda una tarde quemando hormigas con una lupa y te quedas tan
tranquilo... no se te ocurre comprarles ninguna joya.
Pero esto dura poco. Porque el sentimiento de culpa es como los pelos del sobaco:
naces sin ellos pero te van saliendo con el tiempo. Un día, alguien te pregunta:
- ¿Tú a quién quieres más: a tu papá o a tu mamá?
- Y como todavía no te han crecido pelos en el sobaco no piensas "¡Qué cabrón...!.
Y sueltas:
- A mi mamá.
- Y se monta una...
- O sea, que no quieres a tu papá... ¿No te da pena?
Y te pasas toda la noche angustiado, imaginando que tu padre se suicida dándose
cabezazos contra el televisor. Y tú te pones a rezar: "Por favor: que no se suicide mi papá,
que no se suicide mi papá... que mañana ponen los Pokémon".
Y lo peor es que a medida que vas creciendo, el sentimiento de culpa crece contigo.
Un día coges una cogorza, le vomitas el coche a un amigo... ¡Y aunque tú no quieras te
sientes culpable!
- Manolo, no me encuentro bien... ¿Tienes una bols...? ¡Boooooarjjj! Joder, tío,
perdona, me siento fatal.
- Coño, Josema, que el coche no es mío, es de mi padre. - Deja, Manolo, no intentes
animarme, me jode igual...
Pero el sentimiento de culpabilidad no para de crecer. Llega una edad en la que te
sientes culpable por todo. Estás sentado en el autobús, ves que sube una ancianita
temblorosa. ¡Y se acabó lo de ir cómodamente sentado! Tienes que hacer todo el viaje con
la cabeza retorcida, mirando por la ventanilla, haciendo como que no la ves... Que cuando
llevas un rato piensas... "Hay que ver qué mal lo pasaban los egipcios! ¡Y qué poco respeto
tenían por las abuelas!".
¿Y cuando sales del ascensor y ves que tu portera está fregando el portal? ¡Te
sientes un cabrón por no ser capaz de levitar! E intentas atravesar aquello de puntillas. Que
pareces la lagartija de National Geographic.
Menos mal que un día te das cuenta de que el sentimiento de culpa también es un
arma... y decides utilizarla. Por ejemplo, para pedir un aumento de sueldo. Porque lo tuyo,
más que un sueldo, parece un premio Nescafé: "Cien mil pesetas al mes para toda la vida".
Así que te metes en el despacho del jefe y le dices:
- Don Amalio, nunca me he pedido una baja. Cuando se murió mi padre, lo enterré
en domingo para no faltar. Y gano tan poco que tengo la nevera vacía...
Pero tu jefe, que te ve venir, contraataca:
- Hombre, Gutiérrez, parece mentira: ha tenido diez años para pedirme el aumento y
elige justo un momento en que la empresa está en crisis, estamos en medio de una fusión y
mi hijo ha suspendido cinco... Y, además, no se queje, que yo a mi padre lo tengo sin
enterrar desde hace dos meses esperando a que la empresa se recupere.
En ese momento te sientes tan culpable que te dan ganas de decirle:
- Perdone, don Amalio, si quiere me llevo a su padre y lo meto en mi nevera... Así la
lleno.
De todos modos, donde más se utiliza como un arma el sentimiento de culpa... es en
la pareja. Los tíos, cuando queremos algo de ellas, nos ponemos malos...
- Chata, baja tú la basura que tengo acidez.
¿Qué tendrá que ver? Es como decir: "Chata, toca tú la guitarra que yo tengo
caspa". Esto es lo que hacemos los tíos, pero lo de ellas es terrorismo emocional. Cuando
quieren conseguir algo de un hombre... ¡lloran! Porque saben que eso nos desarma. Si ella
quiere ir a ver la última de Russell Crowe, nunca dirá: "¿Vamos a ver la última de Russell
Crowe?". No... eso no es femenino. Ella espera a que te sientes en el sofá con la cervecita y
las zapatillas... Y cada vez que la miras pone cara de José Luis Perales. Hasta que le dices:
- ¿Te pasa algo, cariño?
- Nada...
- Mujer, como tienes esa cara...
- ¿Y qué cara quieres que ponga, si ya no me quieres?
- Oye, pero ¿por qué dices eso?
- Pues porque ya no salimos nunca, ni al cine, ni a ver películas de Russell Crowe ni
nada.
En ese momento sientes como el gusanito de la culpa crece y crece hasta convertirse
en Godzilla... Y te sientes el miserable más grande del mundo mientras ella llora hecha un
ovillo en el sofá... Así que le dices:
- Venga, cariño, que le den al fútbol, vámonos ahora mismo al cine. Sólo te pido un
favor: ¿nos podemos llevar al padre de mi jefe que lo tengo en la nevera y me da cosa
dejarlo solo?
 
Cosas inútiles que nos enseñan en la escuela

 
¿ El otro día tuve que ir a recoger a mi sobrino al colegio. Y me quedé alucinado.
¿Se han fijado en cómo salen los niños de la escuela? Es algo espeluznante. Salen
despavoridos, corriendo en cualquier dirección, como endemoniados, empujándose y
gritando... como huyendo de algo, que piensas: ¿qué les harán ahí dentro?
Yo recuerdo que de pequeño no salía del colegio de esa forma tan violenta.
Francamente, yo la mayoría de las veces... ni entraba. A mí me decían:
- Enriquito: si quieres ser un hombre de provecho, vas a tener que estudiar un poco
más.
Y yo les decía:
- Vale, pero si no quiero serlo, ¿puedo seguir como hasta ahora?
Pero a ellos les da igual, te cargan con un mochilón... ¡así de grande!, y te dicen que
todo eso te lo tienes que meter en la cabeza... ¡Pero qué empeño en meterme cosas en la
cabeza! ¿No se dan cuenta de que no cabe?
Además, en el colegio se aprenden muchas cosas inútiles. Por ejemplo: ¿para qué se
tiran tres meses enseñándote a diseccionar una rana? Coño, ¡que te enseñen a pelar una
gamba!
¿Y las matemáticas? Para empezar, te enseñan los conjuntos: estaban los conjuntos
conjuntos y los conjuntos disjuntos. Muy bien, me ha sido muy útil en mi vida saber esto.
Ahora, el que cambió mi vida fue el conjunto vacío: le enseñaba las notas a mi
madre y ella me decía:
- Enriquito, ¿y este cero en matemáticas...?
- Mamá, no seas antigua, esto no es un cero, es un conjunto vacío.
Luego te enseñan a sumar, restar, multiplicar, dividir.. Y dices: "Ahora me
enseñarán a pedir un crédito en el banco..." Pero no. Lo que te enseñan es la raíz cuadrada...
¡Ay, amigos! ¡Qué gran tema la raíz cuadrada! ¡Lo bien que me ha venido a mí saber
calcular la raíz cuadrada...! Sin ir más lejos la he usado... nunca. Francamente, ¿a ustedes
no les parece que ha llegado el momento de plantear este asunto al Gobierno? La raíz
cuadrada tendría que ser voluntaria, como la mili.
Y luego llegaba el profesor y decía:
- Chicos, os voy a poner unos problemas.
Pues... cojonudo: Llevo una mochila de ocho kilos, me llaman Carabesugo, me
roban el bocadillo... ¡Y encima viene este tío a ponerme más problemas!
Y dictaba:
- Si Pedrito tiene seis manzanas, viene su hermana y le quita dos, viene su primo y
le quita otras dos y luego el perro se come una... ¿Cuántas manzanas tiene Pedrito? Pues no
lo sé, pero, francamente, si quiere mi opinión... Pedrito es gilipollas.
Otra cosa que te enseñaban era el latín y el griego, las lenguas muertas... ¿A ustedes
les parece bien que les enseñen lenguas muertas a los niños? ¡Con razón por la noche no
pueden dormir!
¿Y la sinalefa? ¡Eso tiene que ser una guarrada! Yo me negué a estudiarla... Y
hablando de cochinadas: también te enseñaban los gases nobles... Mire usted, a mí me
parece muy bien que los nobles se tiren sus gases como todo el mundo, ¿pero es necesario
estudiarlos?
La clase de música... Muy bien, en casa no te dejan gritar ni jugar al balón en el
pasillo, pero puedes soplar la flauta hasta que se te salgan los higadillos. Y tu madre ni
mu... Total para aprender a tocar "Debajo un botón, ton, ton..."
Por no hablar de la clase de gimnasia... ¿De qué te va a servir en la vida saber dar
una voltereta? ¿Y saltar el potro? ¿Se imaginan que en un debate entre Aznar y Zapatero
Aznar dijese: "Señor Zapatero, usted va a subir las pensiones y va a bajar la gasolina, pero,
¿sabe saltar el potro...? Déjese de demagogias... Salte el potro señor Zapatero, salte el
potro"?
La única vez que yo estuve atento en el colegio fue cuando explicaron la
reproducción humana. Aunque tampoco me sirvió de mucho: primero te hablaban de un
guisante... después de unas abejas que salían de su colmena y llevaban el polen por ahí.. Y
luego te enseñaban unos dibujitos de una pareja en pelotas... Que yo pensaba: ¿Y aquí
quién de los dos tiene el guisante...?" Pero ahí no se acababa el follón, porque yo sabía que
había una cosa que se metía en algún sitio... Y además estaba la cigüeña... Con lo que me
fui a mi casa pensando que la reproducción humana consistía en que una cigüeña metía un
guisante en una colmena y una abeja lo esparcía... Muy bien... Yo no quiero molestar, pero
entonces. ¿para qué me sirve a mí la polla?
En fin, amigos, que según lo que nos enseñaban en la escuela, un hombre de
provecho es un tío que habla lenguas muertas, come guisantes, da volteretas y toca la
flauta... ¡Coño, este tío es Kung Fu!
 
Como saber si tiene pareja

 
El otro día descubrí que tengo un vecino que está buenísimo. Y, cuando lo vi, pensé
lo mismo que cuando te encuentras un calcetín suelto en la lavadora: "Seguro que su pareja
tiene que estar en alguna parte".
Sí, porque sólo hay una etapa en la vida de una chica en la que sabe que todos los
tíos que la rodean están disponibles: la guardería.
A partir de ese momento, hay que aprender a detectar si un tío tiene pareja o no. Yo
creo que para no meter la pata, las personas deberían llevar un cartelito delante... bueno, y
por si lo único que le ves es el culo, otro detrás... como las matrículas de los coches:
"Alejandro Sanz: casado"; "Príncipe de Asturias: buscando"; "Conde Lequio... vehículo
longo".
Pero como no lo llevan, una tiene que estar atenta a las pistas. Por ejemplo: la
máquina de condones de una discoteca. Si el tío va decidido, mete la pasta, aprieta el botón,
¡zas, zum! y saca el condón; está claro, tiene pareja. Bueno, tiene pareja o tiene más moral
que el ginecólogo de la Nancy. Sin embargo, sabes que no tiene pareja si el tío saca la
moneda... mira la máquina... mira a una tía buena... se mira a sí mismo, mira la moneda... y
se va a la barra y se pide una copa.
Otra forma de saber si un tío tiene pareja es si lleva el polo con esas marquitas de
recién comprado. Yo creo que los tíos deben de pensar: "Total, como nunca va a estar bien
planchado como hoy". Bueno, y si además lleva el cuello levantado, ni tiene pareja, ni
amigos ni nadie que le diga: "Bájate eso, anda".
Otro dato que parece muy claro: si lleva anillo, tiene pareja. y si no, no. Pero,
cuidado: hay que fijarse bien, porque puede que no lleve anillo, pero que lleve la marca del
sol en el dedo y, en ese caso, no sólo tiene pareja sino que el muy cabrón está intentando
ocultarlo. Aunque hay algunos que tienen salida para todo. Yo una vez pillé a uno de éstos y
le dije:
- Oye, ¿y esa marquita que tienes en el dedo?
- Pues... esto... Es que soy campeón del mundo de yoyó.
Bueno, y ya hilando fino: si un tío lleva mechas rubias tiene pareja... y además es
peluquera... La pareja... ¡Ella!
Ahora, donde está más claro quién tiene pareja y quién no, es en un partido de
solteros contra casados: los casados son los que sudan, jadean y se lesionan. Y los solteros
son... los que ganan.
Y luego hay una forma de averiguar si alguien tiene pareja que vale tanto para
hombres como para mujeres: el cine. Si un tío ha visto El diario de Bridget Jones es que
tiene pareja. igual que si una tía ha visto todas las de Rambo. Bueno, y si además la chica
distingue entre la uno y la tres, la relación es muuuuy estable.
Sí, porque también hay pistas que revelan si nosotras estamos libres. Lo que pasa es
que los tíos no se fijan. Por ejemplo: si una tía tiene un coche grande, es que no tiene
pareja... Si la tuviera, el coche grande lo tendría él. O, por ejemplo: en una despedida de
soltera, se sabe que la chica tiene pareja, si es la que lleva la picha en la cabeza. ¡Si es que
no se dan cuenta!
Y ahora voy a revelar un secreto. El dato definitivo para saber si una chica tiene
pareja: cuando una mujer lleva las ingles depiladas... es que tiene pareja... Sí, porque
cuando no tienes expectativas de sexo, pues... te vas dejando estar... ¿Cómo diría yo? Te...
asilvestras. Vas por ahí... como un tejón. Así que, si os da vergüenza preguntarle a una chica
si tiene novio, basta con que le preguntéis:
- Oye, ¿tú llevas las ingles depiladas?
El caso es que yo empecé a investigar a mi vecino para tratar de adivinar si tenía o
no pareja. La semana pasada, sin ir más lejos, me lo encontré en la panadería por
casualidad... Sí, dio la casualidad de que después de esperarlo dos horas, apareció por allí.
Y pensé: "Voy a fijarme a ver qué pide". Porque según lo que un hombre pide en la
panadería, se puede saber si vive con alguien. Si pide sólo media barra, es que no tiene
pareja. si pide dos barras es que sí tiene pareja. Y ya si pide una hogaza, es que tiene pareja,
dos niños, y viene la suegra a comer. Bueno, eso, o es que cría gallinas.
Total, que al final, va el tío y dice:
- Me da... un paquete de pan Bimbo.
Eso me desarmó. ¿Pan Bimbo? ¿Y esto qué significa, que es el fresco del barrio? Es
que no hay nada tan ambiguo como el pan Bimbo. Porque puede estar tan soltero que se
alimenta de sándwiches, o tan casado que tiene que preparar la merienda de los niños. ¡O
que tiene las gallinas más pijas del mundo!
Y, claro, para salir de dudas, tuve que seguirlo hasta el quiosco, a ver qué pedía allí.
Y veo que coge el Muy Interesante. "Especial: Cómo clonar un mejillón". ¡Vale, eso es que
no tiene pareja! Sí, porque si eso le parece muy interesante, su vida tiene que ser un asco.
Pero cuando ya estaba a punto de atacarle, suelta:
- Y el coleccionable de punto de cruz.
Ahí me hizo dudar... Pero como tenía tantas ganas de que estuviera soltero, me
engañé a mí misma. Bueno... eso no significa que esté casado, la costura es un hobby como
otro cualquiera: Vittorio y Lucchino también se comprarían esta revista, y no están
casados...
Y, por fin, el sábado por la noche, estaba yo de fiesta y de repente, ¡chas!, lo veo. En
medio de la pista, bailando con una chica. Y dije: "¡Bieeen! Ya está: no tiene pareja". sí,
porque hay una regla inquebrantable de la naturaleza: un hombre sólo baila con una chica
hasta que se la liga. Después se le van las ganas.
Pero lo que me convenció de que estaba libre es que no tenía un gramo de grasa. Y
es que los hombres tienen una manía: que en cuanto tienen pareja, se dejan barriga. Y éste
tenía unos abdominales que se podía rallar queso encima. Así que me dije: "Venga. Llevo
toda la semana recopilando información sobre él. Sé lo bastante como para ligármelo".
Total, que me acerqué.
- ¡Hola!
Y él:
- Hola... Oye, me suena tu cara. ¿No te he visto antes por aquí?
-¿Por aquí? Me extraña... porque yo los sábados... no suelo salir... Para mí, un
sábado ideal es quedarme en casa haciendo punto de cruz, comiendo pan Bimbo y
¿cuidando a mis gallinas?
Y a lo mejor no se lo creen, pero me lo ligué. Y fue maravilloso, los dos juntos
éramos una fuerza de la naturaleza: él, desnudo, con su terso estómago de hombre libre, y
yo silvestre... como un tejón.
 
Como hacer para conseguir que te dejen

 
Cuando empiezas a salir con alguien y te das cuenta de que la cosa ha dejado de
tener gracia, lo mejor es terminar cuanto antes. Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Qué es peor, dejar o
que te dejen?
Sobre esto hay muchas opiniones, pero yo pienso que es peor dejar, porque sufres lo
mismo y encima quedas como la mala. Sus amigos dejan de hablarte y te sientes culpable.
Así es que, llegado el caso, es mejor que tus amigos dejen de hablarle a él y que él se sienta
culpable. El egoísmo bien entendido empieza por uno mismo. En definitiva es mejor
ayudarle a que te deje. Y así, todos contentos… menos él.
Lo primero que hay que hacer es agobiarlo. ¿Y qué entienden ellos por agobio? ¡El
olor a compromiso! A un hombre le agobia más el olor a compromiso que el olor a pies.
Cualquiera de ellos puede estar seis meses metido en un submarino nuclear, y tan
campante… pero como al llegar tú le digas:
- Cariño, ¡cuánto te he echado de menos!
Enseguida te dice:
- Oye, tía, que me estás agobiando… me vuelvo al submarino.
Ellos son así: les agobia que les presentes a tu familia y luego son capaces de
pasarse dos días en la cola del Bernabéu…
Otra cosa que tienes que hacer si quieres que empiece a pensar que vuestra relación
tiene menos futuro que un libro en la casa de Jesulín de Ubrique es incluir en vuestras
conversaciones algunas palabras de esas que, en cuanto las escuchan, les sale sarpullido:
novio, boda, mudanza, piso, mañana, madre… Y sobre todo niños. Y si puedes soltárselas
todas a la vez, mejor que mejor:
- Ayer le dije a mi MADRE que no pensaba presentarle a mi NOVIO hasta un mes
antes de la BODA, eso si no me da por hacer una MUDANZA e irme a tu PISO MAÑANA
mismo, que entonces no me ve hasta que no tengamos el primer NIÑO… porque tendremos
más de uno, ¿verdad?
Tú le dices esto y sale corriendo más deprisa que Ben Johnson dopado.
Si esto te falla, siempre puedes recurrir a los diminutivos cariñosos. Si se llama
Rodrigo, cuando estéis en la discoteca con sus amigos, llámale Ro… ¡Verás que risa! La
misma risa que le entra a sus amigos le entra a él, ¡pero por los cojones…! Y si aún así no
reacciona… ¡Opina por él!
- Pues a Ro no le gusta el fútbol, dice que lo ve por vosotros… ¿Verdad, buñuelín?
¿Qué también aguanta? Pues hazle bailar. No hay nada que le fastidie más a un tío que
bailar con una chica cuando ya se la ha ligado… Bueno, sí, que tú te pongas a bailar…
delante de él, salsa. ¡Hasta que os hagan corro!
Si después de esto no te deja inmediatamente, atácale en uno de sus puntos débiles:
la vanidad. Por ejemplo, a ellos les encanta que les regalen el oído y les digan cosas como:
“¡Rodrigo, qué bien cortas el jamón!” “¡Qué lonchas más finas!” “¡si me las pego a las
gafas puedo ver la televisión en 3D!” Así es que lo que tienes que hacer es decirle cosas
como “oye, Ro… te han timado con el jamón, ¿eh? ¿Esto es jamón o Pavofrío?” Ahí lo has
jodío… Ésta no te la perdona.
Lo tienes a punto de caramelo, sigue atacando su vanidad. Para los hombres es muy
importante que tengas mucho sentido del humor. Pero para ellos eso no quiere decir que tú
seas graciosa, sino que te rías de todas las gracias que haga él:
- Como siga subiendo la gasolina vamos a tener que comprarnos un ascensor… jo,
jo, jo…
Y tú:
- Ji, ji, ji, ji….
Y el tío:
- ¿Sabes? Jo, jo… como sube y sube… Pues un ascensor… Jo, jo, jo, jo….
¡Se acabó reírle las gracias!
- Si sigue bajando el Atleti les vamos a tener que comprar un ascensor… jo, jo, jo…
Y tú con cara de Isabel San Sebastián:
- ¿Tú, qué pasa? ¿Qué todo lo solucionas con un ascensor o qué? ¿Qué eres, el
botones Sacarino?
Un ataque así no lo aguanta ni Mike Tyson. Enseguida empezará con eso de: “Yo no
te merezco…” “Vamos a darnos un tiempo” Pero si ni siquiera por ésas se decide, entonces
no te queda más remedio que sacar la artillería pesada: el sexo.
No hay cosa que asuste más a un hombre que las novedades en el sexo. Así es que
cuando menos se lo espere le sueltas:
- Ro, quiero que el sábado me hagas la purrusalda… pero bien, ¿eh?
Seguro que él te contesta:
- Ah,la purrusalda… ¡Purrusaldas a mí! ¡Prepárate!
Ahí lo has matado, porque un tío jamás admitirá que hay algo sobre sexo que él no
sepa. Así que recurre a sus fuentes de información: Internet. Y se pone a chatear
desesperado. “¿Alguien sabe lo que es la purrusalda…?” Y como los de Internet se tiran
mucho el rollo, le contestan: “Es un baile parecido a la sardana” y otro: “Es una sopa rara
que se hace con calabacines” y otro más: “Son unas hierbas laxantes…” Y el tío piensa:
“¿Y qué le hago yo a esta tía…?”
Llegados a este punto, lo normal es que el tío desaparezca y te mande una postal
desde la Patagonia.
Pero si a pesar de todo acude a la cita… Chica, quédate con él, porque un tío que no
es vanidoso, que es capaz de conocer a tu madre, de escuchar la palabra Niño, de bailar
salsa, de dejarse llamar buñuelín y que te hace la purrusalda… ¡Es un ejemplar único!.
 
El pijama

 
Buenas noches.
Y al decir "noches", me asalta una duda que me mastica el alma y me entumece el
espíritu... Ni los padres próceres de la Humanidadni los sabios de Grecia han atinado a
resolver: ¿Cada cuánto hay que echar a lavar un pijama? ¡Eso no lo saben ni las madres!
 
No sabemos nada de los pijamas. ¿Qué sabemos? Que son para regalar... y que no
sirven para dormir. Los botones no te dejan, que se clavan. Se han dado casos de gente que
se ha quedado dormida y se los han tenido que extirpar.
Yo creo que si tuviéramos que comprar nuestros propios pijamas, los elegiríamos
sin botones. Pero como son un regalo, decimos: "Es pa' otro.¡Bah! Que se joda!". Por esa
regla de tres podrían hacer, para regalo... ¡tampax de mimbre! Son pa' otro...
Por eso los jóvenes tenemos nuestros propios pijamas: el calzoncillo y la camiseta
vieja. Sí, es uno de los logros de nuestra generación, meternos en la cama con cualquier
cosa.
El problema es: ¿Vale cualquier camiseta para camiseta de pijama? ¿Cómo se elige
una camiseta de pijama? ¿Ha de tener alguna virtud? ¡Sí! Tiene que ser fea. Como de
propaganda de comercia local: "Andamiajes Corrochano", ¡perfecta! Esa la tocas y ya te
entra sueño... Pero hay otra vía para que una camiseta llegue a camiseta de pijama... Una
noche, se queda tu novia a dormir en tu casa, coge tu camiseta favorita, la de Britney
Spears, y con total impunidad te dice: "Te cojo esto pa' dormir". Y duerme con ella. Y esa
camiseta ya no vuelve a ser la misma.
En cuanto una camiseta pasa una noche como camiseta de pijama... pierde la
inocencia... se queda como triste... La miras y dices: "Britney, te veo mala cara". Y te dice:
"Ya, es que he pasado mala noche...".
Claro, por eso hay que conocer muy bien el "ciclo de vida de la camiseta": ¿Cuántas
veces hay que ponerse una camiseta para que pase a camiseta de pijama? ¿Y cuántas noches
ha de pasar como  camiseta de pijama para que pase a limpiar cristales? Y lo que es más
triste: ¿Cuántos cristales ha de limpiar una camiseta de pijama para que pase a trapito de los
zapatos? Que eso ya es lo último, es poner la camiseta a la altura del betún.
 
 
Para evitar todo esto, yo creo que deberíamos dormir todos, y podemos, con el
Cadillac de los pijamas: el esquijama.
El esquijama es como un chándal... pero no tan elegante. Es como un chándal hecho
con tela de gamuza para limpiar las gafas. Los hay tan transparentes, que ves a través. Tú
miras a un señor con esquijama y le dices: "En todo momento sé dónde lo tienes todo". Los
hay tan finos que no es que veas a través de la tela, es que ves a  través del señor... En los
hospitales se podrían ahorrar las radiografías: "Creo que tengo una piedra en el riñón, ¿me
hace usted una radiografía?". "No hace falta, póngase un esquijama"
Luego, claro, el esquijama, tiene una debilidad: la goma de la cintura. Esa goma
fláccida, que esta flácida ya desde el primer día... Los esquijamas los deberían vender con
tirantes. Sí porque, es tan flácida, que se te caen los pantalones aunque estés tumbado en la
cama. Sin embargo, las gomas de las muñecas son como grilletes... vas con las manos
azuladas... Que dice: "Cariño, te veo más moreno". Y dices: "No, son las gomas del
esquijama".
Y aquí hay que hacer una puntualización. Vamos a ver... no es que el esquijama sea
malo... Es la sociedad, que  lo corrompe. El problema es que lo corrompe siempre por la
misma zona: por la entrepierna. Se hace el agujerito... Ese agujerito... ese agujerito es como
el ego de los actores: cuanto más lo tocas, más grande se hace. Es un peligro porquete
quedas dormido toqueteando el agujerito, y cuando te despiertas te queda nada más que las
gomas de las muñecas.
Yo, en mi afán de investigación, he llegado a dormir con camisón. Me decía mi
madre: "Luisiño, ¿qué haces con el camisón". "Madre, afán de investigación". Y el camisón
es lo más incómodo que hay para dormir. Te metes en la cama y se te sube hasta los
sobacos... se te queda de bufanda.
Pero esto no es lo peor. Lo peor es cuando te quieres dar la vuelta... porque te
estruja... Te hace un estrangulamiento aquí, a la altura de la cintura... Es lo denominado
como "efecto Twister". Es un peligro porque si insistes, insistes e insistes... Hay gente que
se ha llegado a dividir en dos... "Mitosis", se llama... Investigando, yo he hecho la prueba, y
la única manera de darse la vuelta con un camisón, es esta: abrir mucho las piernas para que
se tense la tela. Y entonces empezar a dar botecitos, y cuando has cogido altura suficiente te
das la vuelta como una tortilla. Pero mucho cuidado con caer encima de un señor con
pijama porque te clavas en sus botones y te mueres. Se han dado casos.
Buenas noches.

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