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En el primer milenio de la era cristiana los títulos que con mayor frecuencia buscaron
definir el ser y la misión apostólica del Obispo de la capital romana fueron cinco:
Obispo de Roma, Papa, Arzobispo Metropolitano de Roma, Patriarca latino u occidental
y Siervo de los siervos de Dios.
Único título que todos los Papas por igual han utilizado, incluso los de Avignon.
Pero entre todos los 266 obispos de Roma, quienes en todo momento lo han
utilizado están:
1. San Pablo VI (1963-1978) quien promulgó todos los decretos del Concilio
Vaticano II (1962-1965) con la referencia: Yo, Pablo, obispo de la Iglesia Universal
2. San Juan Pablo II (1978-2005), junto al título Successor Petri (Sucesor de Pedro).
II. Papa: La manera en que los hijos llaman a su Padre, fue pronto una de las maneras
más populares de referirse a los obispos. Desde el siglo II d. C. a todos los obispos
cristianos se les llamaba Papa, tal como San Cipriano de Cartago (Padre Apologista de
la Iglesia, + 253) en sus epístolas dirigidas al Obispo de Roma en relación a la
controversia suscitada con las Iglesias del norte de África ante la postura del Papa San
Cornelio Mártir (+253) de reincorporar a la Eucaristía de la comunidad a los apostatas
durante las persecuciones generales del siglo III d. C. sin necesidad de rebautizar a los
lapsis caídos (carácter del bautismo: Ὁμολογῶ ἓν Βάπτισμα εἰς ἄφεσιν ἁμαρτιῶν - Confiteor unum
Baptisma in remissionem peccatorum).
A medida que el occidente cristiano adquiría, con el paso de los siglos, la autonomía
que el Obispo de Roma propició distanciarse del emperador constantinopolitano que
presenciaba el rompimiento de su tutela a las Iglesias Antioquena y Alejandrina. Razón
para que el apelativo de Papa se fuera circunscribiendo al Obispo de Roma.
Desde el siglo VII, la búsqueda de la liberación del Cesaropapismo en las cuestiones
doctrinales, disciplinares y pecuniarias de la vida cotidiana de Iglesia, por parte de la
Sede de Roma, como en el caso de los Concilios Ecuménicos III de Constantinopla del
ditelismo en Jesucristo (680) y luego en el II de Nicea de la Iconodulía (787), la cabeza
de la sede romana firmara las actas conciliares y la correspondencia dirigida al
emperador como Universalis Papa, aunque el Papa San Gregorio Magno (Padre y
Doctor de la Iglesia, 540 d.C. – 604 d.C.) de personalidad monástica ascética, rechazará
el apelativo de Universalem Papam por tener connotación de apropiación hegemónica.
La reforma del Papa Hildebrando, San Gregorio VII ( 1020-1085), en contra de las
investiduras laicas o dominación económica de las familias feudales sobre la Iglesia.
estructuró una organización administrativa que a partir del siglo XI recibió el nombre de
Papado.
El Código de Derecho Canónico (CIC), del 2 de febrero del 1983, llamado el Código
Canónico de San Juan Pablo II, en los numerales 435-436 establece que el Obispo de
Roma recibe el tirulo de Arzobispo Metropolitano porque rige una diócesis principal,
cabeza de la provincia conformada por sus diócesis sufragáneas.
IV. Patriarca de occidente; A partir del siglo IV d. C., las principales ciudades del
imperio romano descuellan como sedes patriarcales que reivindican hegemonía
apostólica;
Cada una de estas ciudades imperiales son cabezas de bastas regiones por motivos de:
1. número poblacional importante,
2. centro comercial, político y cultural preponderante y
3. apelación de sede apostólica.
En la primera entrega hicimos un recorrido por los títulos que el sucesor de San Pedro y
San Pablo era acreditado desde el siglo I al VIII sucesivamente: Obispo de Roma, Papa,
Arzobispo Metropolitano, Patriarca de occidente y Siervo de los siervos de Dios.
Ahora recorreremos los títulos que le diferenciaban a lo largo del segundo milenio, su
etimología y el sentido del uso de los mismos.
A partir siglo XI, se añadió al título de Siervo de los siervos de Dios en tiempos de la
reforma gregoriana el titulo de Papa Universal.
Vicarius Christi (vicario de Cristo) se aplicaba a todos los obispos. Para referirse al
Obispo de Roma exclusivamente San Bernardo de Claraval lo utilizó, hasta que
Inocencio III lo reservó para sí. Los concilios ecuménicos de Florencia, Vaticano I y
Vaticano II ratificaron su uso para complementar su sentido jurídico adquirido en el
siglo XIII con el uso de Vicario de Dios y Vicario de Pedro propios del Papa de la
Cristiandad.
Summus Pontifex (Sumo Pontífice): Durante el siglo XV el titulo aplicado a los obispos
de pontífice se comienza a utilizar para el Obispo de Roma con el apelativo referido al
emperador romano como Pontifex maximus en el sentido de la adoración pagana a las
personas y a las cosas. La expresión latina alude a la edificación de puentes.
Soberano de la Ciudad del Vaticano. Titulo nunca asumido por el Obispo de Roma dado
por las autoridades del Reino de Italia establecido en 1871 tras la abolición de los
estados pontificios en el periodo comprendido entre los últimos siete años del mandato
de Pio XI a la firma del Tratado de Letrán en 1929.