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HOLOCAUSTO PALESTINO

Max Murillo Mendoza

Hace unas semanas se produjo una matanza en Gaza, una de las partes Palestinas bajo la
ocupación de Israel. Los territorios palestinos son Ghettos enormes instalados por la
civilización occidental, cuando la finalización de la segunda guerra mundial. Ingleses, franceses
y norteamericanos distribuyeron los territorios árabes palestinos a la ocupación israelí, para
compensar de alguna manera a todo lo que habían sufrido bajo el exterminio de los alemanes,
que son parte de la civilización occidental. Con los años los israelíes se convirtieron en los
imitadores de Hitler, despojando a los palestinos de sus territorios, masacrándolos en
cualquier momento con la excusa tonta de los extremistas, privándolos de los más elementales
derechos humanos. En suma los judíos son los criminales mejor contemplados de la civilización
occidental. Los ingleses les regalaron territorios que pertenecían a los palestinos; los franceses
les regalaron las bombas atómicas y los norteamericanos les regalan las armas más
sofisticadas, como el encubrimiento diplomático para sus matanzas en la ONU. Los judíos
tienen a sus compinches occidentales, como a sus mejores cómplices por cierto.

Los medios de incomunicación gringos nada dicen de lo que realmente pasa en los territorios
palestinos, sino maquinaciones en favor de los judíos mostrando al mundo a los supuestos
“extremistas”, para que los nazis judíos tengan los pretextos necesarios y bombardeen todo lo
que sea en los barrios de los ghettos palestinos. Y pues la moda mundial de estos tiempos
postmodernos es que la palabra de los Estados, vale cualquier cosa frente a la verdad de los
hechos. Lo que dice el criminal primer ministro judío, es la ley judía. Como de su compinche
Trump. Los sesenta muertos de aquella semana son sólo estadísticas para los judíos, como
para los gringos. Nada significa frente a sus declaraciones oficiales, donde las mentiras son el
argumento más importante frente al mundo. Y el mundo nada dirá y nada hará porque es
parte del rito, del círculo vicioso de la sofisticada hipocresía occidental.

Los civilizados, cultos, educados y modernos gringos llevaron a un estúpido como Trump al
poder. Por el atlántico los otros gringos miran desde el palco todas las masacres de los nazis
judíos, que su inmenso poder otorgado por los democráticos norteamericanos, les permite
hacer gala con la sangre de inocentes niños, jóvenes y mujeres palestinas. Ese inmenso circo
gringo, democrático, moderno, educado y civilizado sólo tiene sed de sangre, de muerte, de
venganza e invasiones militaristas por todo el orbe. Las democracias liberales y modernas, no
resuelven nada de las demandas más importantes de los pueblos del mundo, democracias que
son modelos para países industriales, totalmente ficticios e insuficientes para nuestras
realidades, donde no precisamente tenemos burguesías con proyectos de clase o nación, sino
grupos de oligarcas gansteriles y sin ningún sentido democrático o institucional.

Lo que sucede con el pueblo palestino, sucede también en realidades diversas del llamado
tercer mundo, tan sangrientas como allá: ausencia de derechos básicos como trabajo,
vivienda, alimento y educación. Los miles de millones de hambrientos, desocupados, y sin
techo que cotidianamente ocupan nuestras calles, con el rostro más cruel de niños mendigos o
vendiendo dulces de nuestras ciudades, son también los rostros sangrientos de las
democracias liberales. Y a todas luces dichas democracias no tienen ninguna capacidad para
resolver las demandas estructurales de nuestras sociedades. En el tercer mundo, como en
Bolivia, la ausencia de Estado o básica institucionalidad al menos moderna, condena a la
mayoría de las poblaciones a la terrible incertidumbre e inseguridad como en todas las épocas
desde hace siglos.

Lo grave de todo esto es que las élites tercermundistas, sean de izquierda o derecha, están
anclados en esos modelos de democracia liberal inútiles y pordioseras, mendigas de las modas
que se construyen en el norte. Élites extractivistas, sin contenidos de Estado y Nación por
razones históricas, descendientes de colonias extranjeras que realmente no tienen raíces
culturales, mentales y sueños con estas tierras: siguen al mando de los llamados Estados.
Ciertamente con mucho poder político y económico, que deviene de tantos siglos de estar en
el poder, como hasta hoy.

Los holocaustos palestinos son la constante por todo el mundo. En algunos lugares más
sangrientos que en otros; pero con las mismas características de dominio cruel de parte de las
minorías. En Palestina se justifica las muertes culpando a los más débiles de extremistas, de
terroristas y que atentan contra el Estado: aquí también. En Palestina se justifican las masacres
culpando a los más débiles, de estar ligados a grupos internacionales peligrosos: aquí también.
En Palestina se justifican las destrucciones y ocupaciones territoriales, porque el poder
inmenso de occidente se asume como el demiurgo de la verdad para sus habitantes; por aquí
el Estado representa a esos grupos de poder invisibles y dueños desde hace siglos, de esos
hilos finos y con dueños claros.

Es tan evidente que el modelo de democracia actual ha fracasado. Pero las élites
tercermundistas están ciegas y ni siquiera los siglos que han pasado les han enseñado sobre las
lógicas de estos lugares. Esas élites siguen insistiendo tozuda y torpemente para parchar y
continuar con la democracia liberal, poniéndole títulos realmente ocurrentes y circenses. Pues
a este territorio llamado Bolivia nos ha tocado élites extranjeras ignorantes, poco modernas y
con pocas costumbres liberales, con poco apego a la investigación y las ciencias. Copiadoras e
imitadoras de todo lo que se construye afuera. Frívolas y brutales, como nos demuestra con
claridad la historia tradicional.

Los muertos que se derraman en Palestina, son los muertos que se derraman por estos lados.
Las circunstancias son otras; las razones son las mismas. Los cultos, educados, civilizados y
postmodernos occidentales han convertido al mundo en un campo de concentración, para
controlar y destruir el medio ambiente y a muchas razas humanas, simplemente para
demostrar egoístamente sus modelos de desarrollo, así sean inútiles y sangrientos.

La Paz, 9 de junio de 2018.

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