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TERMINOLOGÍA
La correlación entre el tamaño prostático, los hallazgos urodinámicos y los síntomas es
pequeña. Según el consenso sobre terminología de la SINUG (Sociedad Iberoamericana de
Neurourología y Uroginecología), basado en el de la ICS (International Continence Society):
EPIDEMIOLOGÍA
• Prevalencia: ↑ con la edad. La HBP histológica aparece en el 60% de los casos a los
60 años y el 70% a los 70. La HBP sintomática se presenta en más del 40% de los varones
mayores de 60 años.
• Factores de riesgo: edad, estado hormonal, dieta ↓ en fitoestrógenos (verduras) y riesgo
familiar.
FISIOPATOLOGÍA
• Componentes de la obstrucción en la HBP:
– Componente estático (hiperplasia glandular): depende de la dihidrotestosterona (DHT),
resultante de la acción de la 5a-reductasa sobre la testosterona. La DHT ↑ el factor
© 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Fisiopatología de la HBP 111
LECTURAS RECOMENDADAS
Gravas S, et al. Guidelines on management of non-neurogenic male lower urinary tract
symptoms (LUTS), incl. benign prostatic obstruction (BPO). European Association of
Urology, 2014.
Evaluación básica de la HBP
SÍNTOMAS DEL TUI
• Síntomas de vaciado: retraso (dificultad para el inicio de la micción), chorro débil/lento,
chorro interrumpido, micción en regadera (o dispersa o en sifón), esfuerzo miccional o
goteo terminal. Deben abandonarse términos como «estranguria» o «disuria».
• Síntomas posmiccionales: sensación de vaciado incompleto o goteo posmiccional.
• Síntomas de llenado: frecuencia diurna aumentada (o polaquiuria), nocturia (1 vez o
más), urgencia, IU de urgencia o IU continua.
• Retención aguda de orina (RAO): alteración (o condición) caracterizada por vejiga
dolorosa, palpable o percutible, cuando el paciente es incapaz de orinar.
• Retención crónica de orina (RCO): vejiga no dolorosa que permanece palpable o
percutible incluso después de orinar. En estos pacientes puede haber IU por rebosa-
miento.
• Dolor genital o del TUI: dolor vesical, dolor uretral, dolor perineal (entre escroto y ano),
dolor escrotal o dolor pélvico (menos definido que los anteriores y sin clara relación con
el ciclo miccional). Debe abandonarse el término «prostatodinia».
• Síndromes (grupos de síntomas): en cada paciente puede predominar uno u otro.
– Síntomas del TUI sugestivos de obstrucción: si predominan los síntomas de vaciado.
– Síndrome de urgencia, de urgencia-frecuencia o de vejiga hiperactiva: si predominan
los síntomas de llenado (urgencia, con IU o sin ella, ↑ frecuencia diurna y nocturia).
Este Sdr aparece en el 70% de los pacientes con HBP, por hiperactividad secundaria a
obstrucción.
– Síndromes dolorosos:
- Sdr de dolor vesical: dolor vesical relacionado con el llenado, con ↑ de frecuencia
diurna y nocturia asociado, en ausencia de ITU u otra patología.
- Sdr de dolor uretral: dolor uretral con ↑ de frecuencia diurna y nocturia, en ausencia
de ITU u otra patología.
- Sdr de dolor escrotal: dolor escrotal acompañado por síntomas de disfunción sexual
o del TUI, en ausencia de epididimoorquitis u otra patología.
- Sdr de dolor perineal: dolor perineal con síntomas de disfunción sexual o del TUI,
en ausencia de ITU u otra patología.
• Otros síntomas:
– Por reflujo vesicoureteral: dolor en flanco en relación con la micción.
– Por IRC: síntomas urémicos (astenia, anorexia o náuseas).
– Por complicaciones: cálculos vesicales, hematuria o infecciones recurrentes.
ANAMNESIS
• Valoración de los síntomas del TUI:
– Características y duración de los síntomas del TUI: véase apartado «Síntomas del TUI».
– IPSS (international prostate symptoms score): debe utilizarse en la valoración inicial
de la gravedad de los sínt o o tras un Tto. No se correlaciona con el tamaño prostático
ni con el flujo urinario.
– Diario miccional de frecuencia, volumen y líquido bebido en 24 h: debe valorarse un
mínimo de 3 días. Identifica la poliuria nocturna (no incluye la micción antes de acos-
tarse, sí la primera de la mañana) o la ingesta excesiva de líquidos (v. «Nocturia»).
Menos de la ½
1 vez de cada
Alrededor de
Casi siempre
del paciente
Más de la ½
de las veces
de las veces
Puntuación
la ½ de las
Menos de
Ninguna
5 veces
veces
1. Vaciado incompleto: durante 0 1 2 3 4 5
el mes pasado, ¿cuántas veces
ha tenido la sensación de no
haber vaciado totalmente su
vejiga después de orinar?
2. Frecuencia: durante el 0 1 2 3 4 5
mes pasado, ¿cuántas veces
ha tenido que volver a orinar
antes de las 2 horas de haber
realizado la última micción?
3. Intermitencia: durante el 0 1 2 3 4 5
mes pasado, ¿cuántas veces
ha observado que se detenía y
tenía que comenzar de nuevo
durante la micción?
4. Imperiosidad: durante el 0 1 2 3 4 5
mes pasado, ¿cuántas veces
ha tenido dificultad para
aguantarse las ganas de orinar?
5. Chorro débil: durante el 0 1 2 3 4 5
mes pasado, ¿cuántas veces ha
observado que tenía un chorro
de orina débil?
6. Chorro forzado: durante el 0 1 2 3 4 5
mes pasado, ¿cuántas veces ha
tenido que esforzarse o apretar
para comenzar a orinar?
7. Nocturia: durante el mes Ninguna 1 vez 2 veces 3 veces 4 veces 5 veces
pasado, ¿cuántas veces ha o más
tenido que levantarse de la 0 1 2 3 4 5
cama durante la noche para
ir a orinar desde que se fue a
dormir hasta el momento de
levantarse por la mañana?
Total IPSS
0-7: síntomas leves
8-19: síntomas moderados
20-35: síntomas graves
8. Satisfacción global: ¿cómo
insatisfecho
insatisfecho
Indiferente
Encantado
satisfecho
satisfecho
Más bien
Muy
los siente ahora?
0 0 1 2 3 4 5
114 Sección 4 Patología obstructiva del tracto urinario
EXPLORACIÓN FÍSICA
• General y neurológica.
• Abdominal: palpación suprapúbica para descartar globo vesical por retención de orina.
• Genital: prepucio, pene, uretra, meato urinario y testículos.
• Tacto rectal: estimación del tamaño prostático y evaluar posible cáncer de próstata
(consistencia, nódulos y fijación a estructuras vecinas). Véase «Tacto rectal».
DATOS DE LABORATORIO
• Análisis de orina: ayuda a descartar una ITU. Si el paciente presenta Sdr de frecuencia-
urgencia grave, debe efectuarse una citología urinaria para descartar CIS.
• Creatinina sérica: si ↑, es necesario practicar un estudio de imagen del TUS y si éste
muestra hidronefrosis bilateral, ello debe llevar a resolver de forma urgente la obstrucción
infravesical.
• PSA: en pacientes <75 años (>10 años de esperanza de vida) o si hay síntomas del TUI
y se quiere estimar el riesgo de progresión de la HBP. El PSA ↑ 0,3 ng/mL por g de tejido
de HBP. Véase «Antígeno prostático específico (PSA)». Las guías EAU 2014 recomiendan
PSA basal a los 40 años y seguimiento con PSA bianual en riesgo ↑ (>50 años o >45 años
con historia familiar de CP, en afroamericanos, PSA >1 ng/mL a los 40 años o >2 ng/mL
a los 60 años), o a los 8 años en riesgo ↓ (resto).
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
• Flujometría: los parámetros más importantes son el flujo máximo (Qmáx), que se
considera anormal por debajo de 15 mL/s para un volumen de orina >150 mL (v. «Tests
urodinámicos») y el patrón del flujo. Deben hacerse dos consideraciones importantes:
– La flujometría no distingue entre flujo débil por obstrucción del TUI o por debilidad
del detrusor aunque un Qmáx <10 mL/s suele ser bastante indicativo de obs-
trucción.
– Síntomas del TUI en varones con Qmáx normal suele descartar HBP, pero el 7% de
los pacientes con obstrucción presentan flujo normal por ↑ presión del detrusor que
compensa la obstrucción.
• Medida del residuo posmiccional (RPM) con ecografía abdominal: una aproximación
de la medida (en mL) puede obtenerse mediante el producto de los 3 diámetros eco-
gráficos anteroposterior, transverso y craneocaudal (en cm) dividido entre 2. Una sola
medida quizá no sea significativa, pero sí residuos repetidamente elevados (por encima de
100 mL). La ecografía también permite valorar la afectación del TUS, calcular el volumen
prostático (para decidir cirugía endoscópica vs adenomectomía abierta o para valorar Tto
con finasteride/dutasteride) y diagnosticar litiasis, divertículos vesicales u otras patologías
asociadas.
• Otras exploraciones opcionales (no incluidas en la evaluación básica de la HBP):
– Estudio de presión-flujo: 1) distingue obstrucción infravesical de la hipoactividad
del detrusor. 2) Diagnostica la hiperactividad del detrusor. 3) Predice el resultado de
la cirugía (mejor si hay alta presión del detrusor y bajo flujo). Se recomienda antes
de la cirugía en pacientes <50 años, en >80 años si los volúmenes miccionales son
<150 mL, si Qmáx >10 mL/s, si RPM >300 mL, si hay sospecha de disfunción vesical
neurogénica, tras cirugía radical pélvica o tras cirugía de HBP insatisfactoria. Véase
«Tests urodinámicos».
– CUMS: si se sospecha estenosis uretral o RVU, o para observar el vaciado de los
divertículos.
– Ecografía transrectal: permite guiar las biopsias si se sospecha cáncer. La medida pros-
tática es más fiable que con ECO abdominal, cistoscopia o estimación con tacto rectal.
Evaluación básica de la HBP 115
LECTURAS RECOMENDADAS
Gravas S, et al. Guidelines on management of non-neurogenic male lower urinary tract
symptoms (LUTS), incl. benign prostatic obstruction (BPO). European Association of
Urology, 2014.
Grupo Español de Urodinámica de SINUG. Consenso sobre terminología y conceptos de la
función del tracto urinario inferior. Actas Urol Esp 2005;29:16-30.
Tratamiento de la HBP
• Observación: ante síntomas leves o moderados con poca afectación de la calidad de vida.
• Tratamiento médico: ante síntomas moderados o graves sin complicaciones.
• Tratamiento quirúrgico:
– Síntomas moderados o graves refractarios al tratamiento médico.
– Retención crónica de orina o RAO recurrente o refractaria a la retirada de la sonda.
– Divertículos vesicales múltiples o gran divertículo único.
– Complicaciones: IRC, litiasis vesical, varias ITU de repetición, hematuria recurrente
refractaria al tratamiento con finasteride o dutasteride.
– Deseo del paciente de un tratamiento definitivo.
OBSERVACIÓN
• Educación e información: sobre la próstata, la HBP y el cáncer de próstata.
• Seguimiento periódico: evaluación de síntomas, tacto rectal, analítica, flujometría y
medición ecográfica del RPM a los 6 meses y, después, cada 12 meses.
• Cambios en hábitos de vida:
– Reducción de líquidos antes de dormir si hay nocturia o antes de salir a sitios públicos.
– Eliminación o moderación del café, alcohol y picantes.
– Revisión de la medicación habitual del paciente con efectos sobre el TUI (p. ej., diu-
réticos): optimización de las posologías o sustitución por otros fármacos.
– Técnicas: doble vaciado vesical para ↓ RPM; masajeo de la uretra para evitar goteo
terminal; compresión uretral, ejercicios respiratorios/mentales o presión perineal para
↓ síntomas irritativos, y entrenamiento vesical en casos de urgencia sensorial.
– Control del estreñimiento.
TRATAMIENTO MÉDICO
Una vez que se ha iniciado el Tto, los síntomas del TUI y los posibles efectos secundarios
se deben evaluar a las 6 sem en el caso de los a1-bloqueantes y a las 12 sem en el caso de los
5ARIs. Después se recomienda una revisión a los 6 meses y posteriormente cada año con
evaluación de síntomas, tacto rectal, analítica, flujometría y medición de RPM.
• a1-bloqueantes:
Principio activo Nombres comerciales® Dosis
Terazosina DEFLOX, MAGNUROL comp 2 y 5 mg Inicial: 1-2 mg/noche
ZAYASEL sol oral 1 y 5 mg Mantenimiento: 5-10 mg/noche
Doxazosina DOXAZOXINA NEO CINFA comp 4 y 8 mg Inicial: 4 mg/mañana o noche
Mantenimiento: 4-8 mg
Alfuzosina UNIBENESTAN comp 10 mg 1 comp/día después de una comida
Tamsulosina OMNIC OCAS, UROLOSIN OCAS 1 comp/día mañana o noche
comp 0,4 mg
Silodosina UROREC, SILODYX cáps 4 y 8 mg 8 mg/día mañana o noche
(4 mg en IRC)
– Efectos adicionales:
- ↓ la TA en hipertensos (menos tamsulosina y silodosina).
- ↓ LDL, ↓ triglicéridos y ↑ HDL (sobre todo doxazosina).
– Efectos adversos:
- Somnolencia, dolor de cabeza o congestión nasal.
- Terazosina y doxazosina pueden producir mareo, hipotensión postural y taquicardia
refleja. No deben asociarse con pacientes que toman inhibidores de la PDE5.
- Tamsulosina y silodosina pueden provocar eyaculación retrógrada (más en jóvenes).
- Tamsulosina produce IFIS (intraoperative floppy iris syndrome) en cirugía ocular.
• Inhibidores de la 5a-reductasa (5ARIs):
• Fitoterapia:
– Son preparados con fitoesteroles.
– Su mecanismo de acción no es bien conocido, pero algunos estudios muestran eficacia.
Principio activo Nombres comerciales® Dosis
Pygeum africanum + aminoácidos TEBETANE COMPUESTO 1 cáps/6 h
Sabal serrulata + Echinacea SPASMO-URGENIN 2 cáps/8 h
angustifolia + cloruro de trospio
Serenoa repens PERMIXON comp 160 mg 2 comp/12 h
SEREPROSTAT 80 mg 1 comp/12 h
• Desmopresina:
– Indicaciones: en pacientes con marcada nocturia o poliuria nocturna.
– Precauciones: se debe evitar la ingesta de líquidos 1 h antes y 8 h después de su adminis-
tración. En >65 años hay que vigilar la posible retención hídrica e hiponatremia a
los 3 días, a los 7 días y al mes de iniciar el Tto o al aumentar la dosis. Después basta
monitorizar el Na+ cada 6 m.
– Contraindicaciones: insuficiencia cardíaca, renal o hepática, pacientes que toman
psicofármacos o tiazidas, poliuria-polidipsia o Na+ basal bajo en analítica previa.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
• Tratamiento quirúrgico clásico y variantes:
– Incisión transuretral de próstata (ITUP): en próstatas <30 g y sin lóbulo medio.
– Resección transuretral de próstata (RTUP): en próstatas de hasta 80 g o incluso 100 g si
tienen el lóbulo medio grande. La coagulación con corte intermitente, la rotoresección
y la resección bipolar son variantes electroquirúrgicas de la RTUP convencional. La
resección bipolar tiene similares resultados con la ventaja de que no hay síndrome
post-RTU (v. «Alteraciones hidroelectrolíticas»).
Tratamiento de la HBP 119
Eyac. Esclerosis
Recirugía Transfus. Impot. retróg. Incont. Estenos. de cuello
(%) (%) (%) (%) (%) (%) (%)
ITUP >20 <1 <2 40 1,8 1,7 0,4
RTUP 15 2-5 6 65 2,2 3,8 4
VTUP – <1 6 – 5 3,8 4
Abierta 10 10 10 80 10 2,6 1,8
LECTURAS RECOMENDADAS
Abrams P, et al. The role of desmopressin in the treatment of adult nocturia. First International
Consultation on Nocturia. BJU int 2002;90(Suppl. 3):32.
Gravas S, et al. Guidelines on management of non-neurogenic male lower urinary tract
symptoms (LUTS), incl. benign prostatic obstruction (BPO). European Association of
Urology, 2014.
Grupo Español de Urodinámica de SINUG. Consenso sobre terminología y conceptos de la
función del tracto urinario inferior. Actas Urol Esp 2005;29:16-30.
Brenes FJ, et al. Criterios de derivación en hiperplasia benigna prostática para atención primaria.
3ª Ed. Madrid. Undergraf SL: 2015.
Diagnóstico del cáncer de próstata
INTRODUCCIÓN
El cáncer de próstata (CP) es la neoplasia más frecuente en hombres y la segunda causa
de muerte neoplásica en nuestro medio.
FACTORES DE RIESGO
• Edad: el cáncer de próstata ↑ con la edad y llega hasta el 80% a los 80 años en autopsias
aunque la incidencia de cáncer clínico es mucho más baja.
• Factores dietéticos: las grasas animales, la hipertensión y la obesidad ↑ el riesgo; alimen-
tos ricos en vit E y D, selenio, zinc, isoflavonas, carotenoides y licopenos (frutas, verduras
y cereales) ↓ riesgo, pero la evidencia no es suficiente para recomendar un cambio en el
estilo de vida.
• Factores ocupacionales: exposición al óxido de cadmio.
• Factores genéticos: si hay un familiar de primer grado afectado, el riesgo se dobla y, si hay
dos, el riesgo se multiplica entre 5 y 11 veces. El 9% de los pacientes tiene un verdadero
CP familiar, definido como tres familiares o más afectados, o dos diagnosticados antes
de los 55 años.
• Factor racial: es el doble de frecuente en la raza negra que en la blanca o la asiática.
HISTOLOGÍA
• Adenocarcinoma acinar (95%):
– Localización: el 80-85% del cáncer de próstata (CP) aparece en la zona periférica, el
10-15% en la transicional y el 5-10% en la central.
– Grado de Gleason: el hecho de que el CP sea un tumor heterogéneo y, en ocasiones,
multifocal, con distintos patrones de crecimiento en la misma muestra, y que el pronós-
tico del paciente sea intermedio entre los dos patrones predominantes llevó a Gleason
a considerar en cada tumor un grado para el patrón primario (el predominante) y otro
para el secundario. Los grados van desde 3 (bien diferenciado) hasta 5 (anaplásico). La
puntuación de Gleason o suma de los dos grados (entre 6 y 10) tiene valor pronóstico:
6 (buen pronóstico), 7 (4 + 3 o 3 + 4, pronóstico intermedio) y 8-10 (mal pronóstico).
Puede existir también un patrón terciario, pero no entra en la suma de los dos grados
predominantes, salvo en el caso de las biopsias prostáticas.
- Pieza quirúrgica: se suma el grado del patrón primario y el del secundario. Para que
un patrón se tenga en cuenta como secundario, debe ocupar, al menos, el 5%.
- Biopsia transrectal: se suman el grado primario y el peor aunque ocupe <5%.
– Prostatic intraepithelial neoplasia (PIN) de alto grado: es la única lesión precursora
reconocida del CP. Ha dejado de ser indicación de rebiopsia salvo cuando el PIN es
muy extenso en la primera biopsia (riesgo ↑ de asociación con CP concomitante).
– Atypical small acinar proliferation (ASAP): cuando existen alteraciones sin todas las
características definitorias del adenocarcinoma o bien el número de acinos es insufi-
ciente para el diagnóstico de cáncer. Es indicación de rebiopsia (45-60% positivas).
• Variantes del adenocarcinoma: ductal o endometrioide, mucinoso, glomeruloide,
seudohiperplásico, xantomatoide o atrófico.
• Carcinoma transicional de uretra prostática o de ductos prostáticos: se considera un
tumor uretral y se estudia como tal. Puede ser multicéntrico y su hallazgo obliga a inves-
tigar el resto del tracto urinario. Es hormonorresistente.
• Otros: carcinoma neuroendocrino, de células pequeñas, de células en anillo de sello,
sarcomatoide, linfoepiteliomatoide, cribiforme, escamoso, rabdomiosarcoma o metas-
tásico.
PATRÓN DE DISEMINACIÓN
• Diseminación local: crecimiento lento. Se extiende localmente por invasión de la cápsula
hasta alcanzar el espacio periprostático, las vesículas seminales o la base de la vejiga.
• Diseminación a distancia: las adenopatías son primariamente obturatrices e hipogás-
tricas. Las metástasis óseas son osteoblásticas más frecuentemente y aparecen, sobre todo,
en columna, fémur proximal, pelvis, costillas y cráneo. Las viscerales son más raras.
• Procedimiento:
– Anestesia local: la infiltración periprostática ecodirigida con 5 mL de lidocaína (LIDO-
CAÍNA BRAUN®) al 2% en cada ángulo prostatoseminal es superior al gel anestésico.
– Ecografía transrectal: medición del volumen prostático, búsqueda de lesiones hipo
ecoicas (aunque el 36% de los CP es isoecoico), determinación de la invasión capsular
o de vesículas seminales (borrado de los ángulos prostatoseminales), etc.
– Punción ecodirigida: se debe pinchar las zonas en sentido lo más posterior y lateral
posibles en la periferia. Se aceptan 10-12 cilindros (según volumen próstatico), además
de muestras adicionales de áreas sospechosas. Se pueden biopsiar las vesículas seminales
si el PSA es >15-20 ng/mL o, si se trata de un tumor palpable (T2a o más) con un PSA
>10 ya que un resultado positivo podría descartar un Tto radical.
• Complicaciones: la más frecuente es la hematospermia, seguida de la uretrorragia o
hematuria y el sangrado rectal. Las sepsis se producen en el 1% de casos.
• Interpretación de la biopsia: son relevantes el número de cilindros positivos de cada lóbulo
y su % de afectación (se correlacionan con el volumen tumoral, invasión extraprostática y
recurrencias tras Tto radical), la suma de Gleason (grado del patrón predominante + peor
grado), la invasión capsular, perineural o de vesículas seminales y la presencia de PIN o ASAP.
• Indicaciones de rebiopsia:
– Elevación persistente del PSA.
– Cambios en el tacto rectal.
– Hallazgo de ASAP en la primera biopsia.
– PIN extenso, presente en múltiples biopsias. El PIN de alto grado aislado ha dejado de
ser indicación de rebiopsia.
La determinación del PCA3 score puede ayudar a decidir si hay que rebiopsiar. Si tras
varias biopsias negativas persiste la sospecha de CP, puede realizarse una biopsia de saturación
Diagnóstico del cáncer de próstata 311
NOMOGRAMAS Y CALCULADORAS
• Tablas de Partin 2013: en función del PSA, estadio clínico y grado de Gleason pronos-
tican la estadificación patológica (probabilidad de cáncer organoconfinado, de extensión
extraprostática, invasión de seminales y afectación de ganglios linfáticos). En la práctica
clínica ayudan a la toma de decisiones terapéuticas. La predicción puede obtenerse si se
consultan las tablas o introduciendo PSA, estadio clínico y Gleason: http://bit.ly/9B7JR6.
• Nomogramas prostáticos del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (MSKCC):
– Pretratamiento: pronostica la probabilidad de curación tras Tto primario del CP (pros-
tatectomía radical, braquiterapia o RT externa). http://bit.ly/KiUhA6.
– Tras prostatectomía radical: pronostica la probabilidad de recidiva bioquímica cuando
la prostatectomía radical ha sido el único Tto. http://bit.ly/1awNDkj.
– Radioterapia de salvamento tras prostatectomía radical: pronostica la probabilidad de
que la recidiva tras prostatectomía radical pueda ser tratada con éxito con radioterapia.
http://bit.ly/19kXWq1.
– Cáncer de próstata hormonorrefractario: pronostica la probabilidad de superviven
cia a 1 y 2 años en pacientes con CP avanzado metastásico hormonorrefractario.
http://bit.ly/V9RXz0.
• Calculadoras del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (MSKCC):
– Tiempo de duplicación del PSA (TDPSA) y velocidad del PSA (PSAV) en ng/mL/año:
cálculo a partir de varias fechas y varios PSA. http://bit.ly/wepQyP.
– Volumen prostático y densidad de PSA: cálculo a partir de 3 diámetros prostáticos y
PSA. http://bit.ly/KuMJF1.
Tabla de Partin para estadio clínico T1c (no palpable y PSA elevado); N = 4.380
Tabla de Partin para estadio clínico T2a (palpable <½ de un lóbulo); N = 897
Tabla de Partin para estadio clínico T2b (palpable >½ de un lóbulo) o T2c
(palpable en ambos lóbulos); N = 352
LECTURAS RECOMENDADAS
Eifler JB, et al. An updated prostate cancer staging nomogram (Partin tables) based on cases
from 2006 to 2011. BJU Int 2013;111:22-9.
Epstein JI, et al. ISUP grading committee. The 2005 International Society of Urological
Pathology (ISUP) Consensus Conference on Gleason Grading of Prostatic Carcinoma. Am
J Surg Pathology 2005;29:1228-42.
Mottet M, et al. Guidelines on Prostate Cancer. European Association of Urology. 2014.
National Comprehensive Cancer Network (NCCN) clinical practice guidelines in Oncology.
Prostate Cancer, version I.2014.
International Union Against and Cancer. TNM classification of malignant tumours. 7.ª edición.
Nueva York: Wiley-Liss; 2009.
Modalidades de tratamiento del cáncer
de próstata
INTRODUCCIÓN
La decisión del tratamiento del CP en sus distintos estadios y grupos de riesgo debe ser
consensuada con el paciente y, en muchos casos (alto riesgo), valorada de forma multidis-
ciplinaria según las directrices marcadas por las guías nacionales o internacionales. En los
algoritmos de este capítulo se han utilizado los grupos de riesgo del NCCN.
OBSERVACIÓN
Estadio Indicación
T1a-T2c Esperanza de vida <10 años y Gleason ≤7
T3-T4 Opcional en paciente asintomático con T3, Gleason ≤7, esperanza de vida
<10 años y no apto para un Tto radical
N + , M0 Paciente asintomático, PSA <20-50 ng/mL y TDPSA >12 meses. Se requiere
un seguimiento muy cercano
M+ No es la opción estándar. La hormonoterapia precoz puede mejorar la supervivencia
y disminuir las complicaciones
VIGILANCIA ACTIVA
Estadio Indicación
T1a Esperanza de vida >10 años. Es necesario la reestadificación con biopsia transrectal
T1b-T2b PSA <10 ng/mL, Gleason ≤6, ≤2 cilindros positivos, ≤50% de carga tumoral, cT1c-cT2a
Esperanza de vida >10 años
Pacientes que no aceptan las complicaciones de un Tto curativo
PROSTATECTOMÍA RADICAL
Estadio Indicación
T1a Esperanza de vida >10 años y Gleason ≥7
T1a-T2c Tto estándar con esperanza de vida > 10 años y que el paciente acepte las posibles
complicaciones
T3-T4 Opcional si T3a, PSA <20 ng/mL, Gleason <8 y esperanza de vida >10 años
N + , M0 Esperanza de vida >10 años junto con un tratamiento multidisciplinario
M+ No es un Tto estándar
RADIOTERAPIA
Estadio Indicación
T1a Esperanza de vida >10 años, tumores pobremente diferenciados. Alta tasa de
complicaciones si se utiliza braquiterapia tras RTUP
T1a-T2c* Esperanza de vida > 10 años y que el paciente acepte las potenciales complicaciones
Paciente con contraindicaciones para la cirugía
Esperanza de vida entre 5 y 10 años, y tumor pobremente diferenciado
T3-T4 T3 con esperanza de vida >5 años con dosis escalonada >74 Gy junto con HT
N + , M0 Opcional en casos seleccionados con esperanza de vida > 10 años junto con HT 3 años
M+ Opcional junto con HT en casos de síntomas locales por tumor avanzado
*Braquiterapia si el cáncer es de bajo riesgo, vol prostático <50 mL e IPSS ≤12.
© 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
318 Sección 6 Oncología
HORMONOTERAPIA
Estadio Indicación
T1a No es un Tto estándar
T1a-T2c Pacientes sintomáticos que no son aptos para tratamientos curativos
T3-T4 Pacientes sintomáticos con PSA >25-50 ng/mL y TDPSA <1 año. La HT sola sin RT
sólo si el paciente no es apto para la RT
N + , M0 Tto estándar tras linfadenectomía extensa con más de 2 nódulos positivos
M+ Tto estándar en pacientes con síntomas
HALLAZGO INCIDENTAL
Modalidades de tratamiento del cáncer de próstata 319
LECTURAS RECOMENDADAS
Mottet N, et al. Guidelines on prostate cancer. EAU; 2014.
National Comprehensive Cancer Network (NCCN) clinical practice guidelines in Oncology.
Prostate Cancer, version I.2014.
Vigilancia activa y observación en el CP
DEFINICIÓN
• La vigilancia activa o monitorización activa (active surveillance) consiste en no tratar al
paciente diagnosticado de cáncer de próstata inmediatamente sino iniciar un tratamiento
activo y curativo solo si durante la vigilancia se observan signos que puedan amenazar la
vida del paciente. El objetivo es evitar sobretratamiento en casos de bajo riesgo.
• La observación o espera vigilada (watchful waiting) consiste en realizar un seguimiento
al paciente y solo tratarlo si aparecen signos o síntomas de progresión local o a distancia.
En este caso, los tratamientos serán con intención paliativa y no curativa (RTU desobs-
tructiva, hormonoterapia o radioterapia para tratamiento de las M + ). El objetivo es
evitar la pérdida de calidad de vida que pueden provocar los Tto del cáncer de próstata.
VIGILANCIA ACTIVA
• Criterios para emplear vigilancia activa:
– Esperanza de vida >10 años.
– Estadio cT1-2.
– PSA <10 ng/mL.
– Biopsia de próstata de ≥10 cilindros con: Gleason ≤6, ≤2 cilindros positivos y carga
tumoral ≤50%.
– Pacientes que no aceptan las complicaciones de un Tto curativo.
• Criterios para iniciar un tratamiento durante la vigilancia activa:
– PSA >10 ng/mL.
– TDPSA ≤2-4 años.
– Gleason de la biopsia de control ≥7.
– El paciente no desea continuar con la vigilancia y desea un tratamiento activo.
• Protocolo de seguimiento durante la vigilancia activa: durante el seguimiento se realizan
tacto rectal (v. «Tacto rectal»), PSA, biopsias repetidas y opcionalmente RNM multiparamétrica.
LECTURAS RECOMENDADAS
Mottet M, et al. Guidelines on Prostate Cancer. European Association of Urology; 2014.
Prostate cancer: diagnosis and treatment. NICE clinical guidelines 175, 2014.
Tratamientos radicales en el cáncer de próstata
PROSTATECTOMÍA RADICAL
• Definición: es el tratamiento quirúrgico de elección en el cáncer de prostata (CP).
Consiste en la exéresis de la glándula prostática y de ambas vesículas seminales con
suficiente tejido para intentar conseguir un margen negativo. Es el único tratamiento
que ha demostrado un beneficio en la supervivencia específica para el cáncer respecto a
un tratamiento conservador.
• Modalidades:
– Prostatectomía radical retropúbica abierta, laparoscópica o robótica: ninguna de
estas técnicas ha mostrado superioridad respecto a las otras en términos oncológicos
y funcionales. Sin embargo, las técnicas laparoscópicas y robóticas mejoran la estancia
media y las tasas de transfusión aunque existe cierta controversia respecto de si mejoran
el índice de complicaciones posquirúrgicas.
– Prostatectomía radical perineal: parece que se asocia con mayor porcentaje de
márgenes positivos. Actualmente no es una indicación primaria.
• Linfadenectomía extendida: está indicada en pacientes con un CP localizado de alto riesgo
e intermedio. Permite aumentar la exactitud diagnóstica y pronóstica (número de ganglios
afectados, volumen tumoral intraganglionar e invasión capsular) para decidir un tratamiento
adyuvante. El número de ganglios obtenidos se correlaciona con el tiempo libre de progresión.
– Sus límites son la cadena ganglionar de la arteria y vena ilíaca externa, cadenas de la
fosa obturatriz craneocaudales al nervio obturador y las cadenas mediales y laterales
de la arteria ilíaca interna. Cuando se extiende, además, a las cadenas ganglionares de
la arteria ilíaca común y cadenas presacras, se incrementa su rendimiento diagnóstico
y se deja sin detectar tan solo el 3% de ganglios.
• Complicaciones globales: aunque muy diferentes según las series y la experiencia del
cirujano, tienen que tenerse en cuenta y discutirse con el paciente como paso previo a
la cirugía programada.
• Complicaciones en función de la vía de acceso: las series importantes que comparan las
complicaciones globales, tanto médicas como quirúrgicas, en el primer mes de la cirugía
encuentran un porcentaje mayor en la vía laparoscópica (6,6%) frente a la abierta (4,9%),
pero estos valores se invierten cuando solo se computan las complicaciones urológicas
graves de ambas vías:
RADIOTERAPIA RADICAL
• Definición: la radioterapia externa (RT) y la braquiterapia son opciones terapéuticas
en el cáncer de próstata localizado. Ofrece tasas de supervivencia próximas a la cirugía
con una calidad de vida, al menos, similar a la de las técnicas quirúrgicas. La decisión
Tratamientos radicales en el cáncer de próstata 327
BRAQUITERAPIA TRANSPERINEAL
• Braquiterapia de baja tasa (LDR): es una técnica segura y eficaz en el tratamiento del
CP. El yodo-125 (125I) es el elemento radiactivo de elección en implantes permanentes.
El paladio-103 (103Pd), por su vida media más corta, está indicado en tumores menos
diferenciados y con un tiempo de doblaje más alto. En implantes no permanentes, la
dosis liberada en el volumen diana con 125I es de 160 Gy y de 120 Gy para el 103Pd.
• Braquiterapia de alta tasa: es un implante intersticial no permanente en que se aplica una
dosis comprendida entre 12 y 20 Gy en 2 o 4 fracciones, habitualmente combinada con RT
externa en dosis fraccionadas. El elemento radiactivo utilizado es el iridio-192 (192Ir). La
tasa de supervivencia libre de recaída bioquímica es el 85,8, el 80,3 y el 67,8% en pacientes
con riesgo bajo, intermedio y alto, respectivamente, con una media de seguimiento superior
a los 9 años.
• Indicación: los pacientes de bajo riesgo son los candidatos ideales para la braquiterapia
de baja tasa. Deben cumplir algunos criterios:
TRATAMIENTOS EXPERIMENTALES
Todos los tratamientos se sitúan en el ámbito de la investigación de ensayos clínicos.
• Criocirugía prostática:
– Mecanismo de acción: provoca la muerte celular por desnaturalización proteica
(deshidratación), rotura directa de la membrana celular por los cristales de hielo,
microtrombosis, estasis vascular y finalmente apoptosis celular.
– Técnica: introducción ecodirigida de crioagujas por vía transperineal. Se utilizan
también sensores térmicos en cuello vesical y esfínter externo con inserción de un dis-
positivo calentador de la uretra. Se aplican dos ciclos de congelación y descongelación.
Tratamientos radicales en el cáncer de próstata 329
– Información al paciente: el paciente debe ser informado de que este tipo de trata-
miento es experimental, de que no está exento de efectos adversos y que puede precisar
retratamientos.
LECTURAS RECOMENDADAS
Mottet N, et al. Guidelines on prostate cancer. EAU; 2014.
Prostate cancer: diagnosis and treatment. NICE clinical guideline 175; 2014.
Hormonoterapia en el cáncer de próstata
INTRODUCCIÓN
• Fundamento de la hormonoterapia: las células prostáticas dependen de los andrógenos
para su crecimiento, función y proliferación. Las dos grandes fuentes son los testículos
(90-95% de los andrógenos circulantes) y la glándula suprarrenal (5-10%). Si las células
prostáticas son privadas de este estímulo, se produce apoptosis celular.
• Nivel de castración: el nivel de castración estándar ha sido clásicamente 50 ng/dL.
Actualmente, se consideran más apropiados niveles de <20 ng/dL (dado que la media
de testosterona tras castración quirúrgica es 15 ng/mL).
INDICACIONES DE CASTRACIÓN
• Indicaciones de castración con orquiectomía subalbugínea o análogos de la LHRH:
– Metástasis sintomáticas (M1): tratamiento de los síntomas y reducción de la proba-
bilidad de sucesos relacionados con la enfermedad (compresión medular, fracturas
patológicas, obstrucción ureteral o metástasis extraesqueléticas).
– Metástasis asintomáticas (M1): su inicio retrasa la progresión a fases sintomáticas y
previene las complicaciones relacionadas con la progresión de la enfermedad. Es mejor
un inicio precoz aunque puede diferirse si se vigila estrechamente.
– Metástasis ganglionares (N1) tras cirugía radical: su utilización precoz prolonga la
supervivencia libre de progresión bioquímica y la supervivencia global. En casos de
micrometástasis tras linfadenectomías extensas, su indicación es más cuestionable.
– Tumor localizado de alto riesgo: está indicada en combinación con RT en pauta larga
(36 meses).
– Tumor localizado de riesgo intermedio: está indicada en casos tratados con RT a
bajas dosis (<75 Gy) en pauta corta (6 meses). Cuando la dosis es mayor (>75 Gy),
la adyuvancia con hormonoterapia es cuestionable.
– Tumor localmente avanzado: está indicada en combinación con RT en pauta larga
(36 meses) o en pacientes que no desean ningún tipo de tratamiento más agresivo,
principalmente en pacientes con PSA >50 ng/mL y PSADT <12 meses.
• Indicaciones de tratamiento con antiandrógenos:
– Administración en pauta corta: en combinación con análogos de la LHRH para
reducir el fenómeno flare up en pacientes con enfermedad metastática avanzada.
– Monoterapia: como alternativa a la castración en pacientes con tumores localmente
avanzados (T3-4NcualquieraMcualquiera). No está indicada en enfermedad localizada ni en
combinación con RT, ni como adyuvancia del tratamiento quirúrgico. Solo está indi-
cada en pacientes bien informados, muy seleccionados y con niveles de PSA sérico bajo.
Debe administrarse de forma concomitante tamoxifeno (10 mg/día) para reducir los
efectos adversos.
MODALIDADES TERAPÉUTICAS
• Bloqueo androgénico máximo (BAM): a pesar de que la castración reduce los niveles de
testosterona en más del 95%, la estimulación intraprostática androgénica se mantiene por
la conversión de los andrógenos suprarrenales circulantes a dihidrotestosterona (DHT).
La utilización de un antiandrógeno bloquea dicha estimulación y alcanza un bloqueo
hormonal completo o máximo (BAM). En pacientes metastásicos, el BAM ha mostrado
un beneficio en la supervivencia global de tan solo el 5%, en estudios a 5 años en que se
compara el BAM frente a la castración. Todo ello está asociado con mayor coste, mayor
tasa de efectos secundarios y mayor pérdida de calidad de vida.
• Monoterapia con antiandrógenos no esteroideos: altas dosis de bicalutamida (CASO-
DEX 150®), 150 mg/día, puede ser una alternativa a pacientes con CP metastásico, bien
334 Sección 6 Oncología
COSTE-EFECTIVIDAD DE LA HORMONOTERAPIA
• Tratamiento con mejor índice de coste-efectividad: para pacientes que lo acepten, la
orquiectomía subalbugínea bilateral es la mejor opción de coste-efectividad y proporciona
mejor supervivencia ajustada a la calidad de vida.
• Tratamiento con peor índice de coste-efectividad: el BAM es la opción de mayor coste
para un beneficio menor en calidad de vida.
• Tratamientos con aceptable índice de coste-efectividad: son la terapia intermitente y el
tratamiento hormonal en pacientes con metástasis cuando éstas se vuelven sintomáticas.
LECTURAS RECOMENDADAS
Mottet N, et al. Guidelines on prostate cancer. EAU; 2014.
Nelson JB. Hormone therapy for prostate cancer. En: Wein AJ, editor. Campbell-Wash Urology.
10.ª edición. Filadelfia: Saunders Elsevier; 2012. p. 2934-53.
Seguimiento del cáncer de próstata
INTRODUCCIÓN
El tipo de seguimiento dependerá, fundamentalmente, del tratamiento inicial recibido, así
como de la edad, comorbilidad y deseo o predisposición del paciente.
• Exploraciones en el seguimiento:
– PSA: es la piedra angular del seguimiento. La recaída bioquímica casi siempre precede
a la recurrencia clínica. Cualquier elevación aislada durante el seguimiento debe ser
confirmada con una nueva determinación antes de iniciar un tratamiento de rescate.
– Tacto rectal: la combinación del tacto rectal y la determinación de PSA es la más útil
en el seguimiento, especialmente en pacientes con factores anatomopatológicos des-
favorables, en los cuales es posible una recidiva clínica sin recaída bioquímica.
– Biopsia prostática (por ECO o RNM): tras prostatectomía radical, la biopsia del lecho
uretrovesical solo está indicada si el hallazgo de una recurrencia local afecta la decisión
de tratamiento. En la mayor parte de los casos, la biopsia no es necesaria antes de la
segunda línea de tratamiento (habitualmente, RT del lecho). Tras radioterapia está
indicada la biopsia prostática (mejor guiada por RNM multiparamétrica que por ECO)
si se plantea prostatectomía radical o braquiterapia de rescate.
– Técnicas de diagnóstico por imagen (TC, RNM, PET con colina o ECO transrectal): no
tienen ningún papel en el seguimiento habitual. Solo están justificadas en pacientes
con recaída bioquímica o en pacientes sintomáticos, en los cuales el resultado de éstas
puede influir en el tratamiento.
- RNM endorrectal: es útil si el PSA es >2 ng/mL con el fin de detectar recidivas locales.
- TC y gammagrafía ósea: es útil si el PSA es >10 ng/mL o la cinética del PSA es des-
favorable (TDPSA <6 meses o PSAV >0,5 ng/mL/mes). También es útil en caso de
síntomas de dolor óseo.
- PET/TC con colina: existen resultados prometedores, pero su uso debe restringirse
a los casos en los que se plantea un tratamiento de rescate.
• Tras prostatectomía radical:
– El PSA se vuelve indetectable a las 6 semanas de la cirugía. Si persiste elevado o detec-
table, es indicativo de cáncer residual o micrometástasis.
– En pacientes asintomáticos, la determinación de PSA debe realizarse a los 3, 6 y
12 meses, luego cada 6 meses hasta los 3 años y posteriormente de forma anual.
– Progresión bioquímica: dos elevaciones consecutivas del PSA sérico >0,2 ng/mL.
• Tras radioterapia:
– El PSA disminuye de forma lenta a diferencia de la cirugía radical. El PSA más
bajo alcanzado tras RT se denomina PSAnadir. El valor de PSAnadir óptimo todavía es
© 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Seguimiento del cáncer de próstata 337
controvertido aunque parece que valores inferiores a 0,5 ng/mL se asocian con buen
pronóstico.
– En pacientes asintomáticos, la determinación de PSA debe realizarse a los 3, 6 y
12 meses, luego cada 6 meses hasta los 3 años y posteriormente de forma anual.
– Progresión bioquímica: una elevación de PSA > valor del PSAnadir + 2.
• Tras HIFU o crioterapia:
– No existe consenso en el valor de PSA que indique progresión o recurrencia. Se suele
utilizar un valor de corte de 1 ng/mL combinado o no con una biopsia negativa tras
el tratamiento.
– En pacientes asintomáticos, la determinación de PSA debe ser realizada a los 3, 6 y
12 meses, luego cada 6 meses hasta los 3 años y posteriormente de forma anual.
LECTURAS RECOMENDADAS
Cózar JM, et al. Protocolo de actuación en pacientes con cáncer de próstata resistente a la cas-
tración. Asociación Española de Urología; 2014.
Mottet M, et al. Guidelines on prostate cancer. European Association of Urology; 2014.
Anon. National Comprehensive Cancer Network (NCCN) clinical practice guidelines in
Oncology. Prostate Cancer, version I; 2014.
Tratamiento del cáncer de próstata metastásico
TRATAMIENTO RADICAL
Véase «Tratamientos radicales en el cáncer de próstata».
• Prostatectomía radical: solo está indicada en casos seleccionados de T2-3N1 con esperanza
de vida de más de 10 años como parte de un tratamiento multimodal, y asociando el inicio
inmediato de tratamiento hormonal cuando al menos 2 ganglios sean positivos.
• Radioterapia: solo está indicada en casos seleccionados de T2-3N1 con esperanza de vida de
más de 5-10 años y siempre en asociación con pauta larga de hormonoterapia (36 meses).
• Tratamiento hormonal:
– Tto hormonal secundario clásico: maniobras hormonales secundarias en el momento
del diagnóstico de CPRC.
– Nuevos antiandrógenos (abiraterona y enzalutamida): se inicia el Tto en el momento
de la aparición de metástasis (CPRCm), cuando éstas sean asintomáticas o poco
sintomáticas.
• Tratamiento no hormonal:
– Docetaxel: en primera línea solo si hay enfermedad progresiva con TDPSA <55 días y
sintomática. También está indicado en primera línea en caso de metástasis viscerales.
– Vacunas (Sipoleucel T y PSA-TRICOM): en el CPRCm asintomático o síntomas leves.
344 Sección 6 Oncología
– Radium 223: en primera línea solo si hay enfermedad progresiva y sintomática. Tam-
bién en pacientes ECOG 2 o más con metástasis óseas sintomáticas.
LECTURAS RECOMENDADAS
Mottet M, et al. Guidelines on prostate cancer. European Association of Urology; 2014.
National Comprehensive Cancer Network (NCCN) clinical practice guidelines in Oncology.
Prostate Cancer, version I; 2014.
Cáncer de próstata resistente a la castración
(CPRC)
DEFINICIÓN DE CPRC
• Terminología:
– CPRC: progresión a pesar del Tto hormonal primario (terapia de deprivación andro-
génica con análogos de la LHRH y antiandrógeno). Todavía no es independiente de
hormonas porque existe una pequeña producción de andrógenos a nivel suprarrenal
e intratumoral, y porque puede haber mecanismos de resistencia a la castración
dependientes del receptor de andrógenos (RA).
– CP refractario a hormonas o independiente de hormonas: progresión a pesar del Tto
hormonal primario y secundario (Tto hormonal secundario clásico y nuevos antian-
drógenos).
• Criterios de definición de CPRC:
– Niveles de testosterona <50 ng/dL o 1,7 nmol/L y uno de los dos siguientes.
– Progresión bioquímica: 3 elevaciones consecutivas de PSA, separadas al menos 1 sema-
na, que tienen como resultado dos incrementos del 50% sobre el nadir y siempre que
este incremento provoque un PSA >2 ng/mL.
– Progresión radiológica: aparición de 2 lesiones o más en la gammagrafía ósea, o
progresión de una lesión de tejidos blandos según los criterios Response Evaluation
Criteria in Solid Tumours (RECIST).
• Datos de laboratorio:
– Hemograma.
– PSA y cinética (TDPSA), y testosterona.
– LDH, calcio, perfil renal con electrólitos, perfil hepático y fosfatasa alcalina.
• Pruebas de diagnóstico por imagen:
– TC toracoabdominopélvico: superior a la Rx de tórax para detectar metástasis pul
monares (M1c) o adenopatías mediastínicas, supraclaviculares, cervicales o escale
nas (M1a). En el abdomen descarta afectación ganglionar regional N1 (ganglios pélvicos,
obturatrices, ilíacos externos e internos, y sacros), ganglionar no regional M1a (ganglios
retroperitoneales, aórticos, ilíacos comunes e inguinales), metástasis viscerales (M1c) u
óseas en esqueleto axial (M1b).
– Gammagrafía ósea: identificación de metástasis óseas (M1b).
– Aunque muchas guías no recomiendan TC/RNM sistemáticas en la evaluación inicial,
una correcta estadificación al inicio es importante porque puede haber implicaciones
terapéuticas. Además puede haber tumores indiferenciados no productores de PSA
con enfermedad extraprostática avanzada.
Cáncer de próstata resistente a la castración (CPRC) 347
– Efectos adversos:
- Hipertensión, hipopotasemia y retención de líquidos: hay que controlar la situación
basal antes de iniciar abiraterona. Si hay agravamiento hasta toxicidad de grado 3,
debe suspenderse el Tto.
- Hepatotoxicidad: suspender Tto si la elevación de ALT y AST es ×5 el valor normal.
Tras normalizarse, hay que reanudar la abiraterona (500 mg/24 h). Si la elevación
es ×20, no debe reanudarse.
- Retirada de corticoides: la prednisona mitiga la retención hídrica e hipopotasemia,
por lo que la retirada o las situaciones de estrés pueden precipitar estos efectos.
- Densidad ósea: el Tto está dirigido a pacientes que llevan un tiempo con TDA y tienen
densidad ósea reducida. Abiraterona + prednisona intensifican este efecto. Se reco-
mienda densitometría basal y periódica, suplementos de calcio + vit D, denosumab
o ácido zoledrónico, ejercicio físico, pérdida de peso, evitar alcohol y tabaco.
- Hiperglucemia: control analítico y dietético.
- Teratogenicidad: la abiraterona puede eliminarse por semen. Se aconseja uso de
preservativo en caso de coito con mujer embarazada o que pudiera estarlo.
– Interacciones: dextrometorfano, metoprolol, propranolol, desipramina, venlafaxina,
haloperidol, risperidona, propafenona, flecainida, codeína, oxicodona, tramadol, pacli-
taxel y repaglinida.
• Enzalutamida (nuevo antiandrógeno):
– Mecanismo de acción: bloquea el receptor de andrógenos (RA) en los tres pasos de
la vía de señalización (bloqueo competitivo a la altura de la unión con andrógenos,
inhibición de la traslocación nuclear de los RA activados e inhibición de la asociación
del RA activado con el ADN). La tasa de respuestas objetivas en el estudio PREVAIL
es el 59% y las respuestas de PSA, el 78%.
– Criterios de indicación en el CPRCm en primera línea:
- Metástasis óseas o ganglionares, pero no viscerales (sería indicación de docetaxel).
- ECOG 0-1.
- Paciente asintomático o mínimamente sintomático (BPF-SF <3).
- TDPSA >55 días (sería indicación de docetaxel).
- Cualquier ECOG 0-2 no candidato a docetaxel.
– Medicación que debe asociarse con enzalutamida: los corticoides no son obligatorios.
• Denosumab:
– Mecanismo de acción: anticuerpo monoclonal humano (IgG2) que provoca la reducción
del número y la función de los osteoclastos, lo que disminuye la resorción ósea y la des-
trucción ósea provocada por el cáncer. Es más efectivo incluso que el ácido zoledrónico
en el retraso del primer suceso relacionado con el esqueleto (20,7 vs 17,1 meses).
– Indicación: prevención de sucesos relacionados con el esqueleto (fractura patológica,
radioterapia ósea, compresión de la médula espinal o cirugía ósea) en el CPRCm con
metástasis óseas sintomático o asintomático.
– Pauta: 120 mg sc/4 sem. Debe asociarse con Calcio + Vitamina D.
– Efectos adversos: dolor musculoesquelético, dolor en las extremidades, infección del tracto
urinario, infección del tracto respiratorio superior, hipocalcemia, hipofosfatemia, disnea,
ciática, cataratas, estreñimiento, dolor abdominal, diarrea, erupción cutánea, eccema,
hiperhidrosis, osteonecrosis mandibular. Indicar revisión dental antes y durante el Tto.
– Precauciones: IR grave, diálisis (riesgo de hipocalcemia), mayor riesgo de osteonecrosis de
mandíbula en pacientes con factor de riesgo concomitante (p. ej., cáncer, quimioterapia,
corticoides e higiene dental pobre). Debe evitarse el uso concomitante con bifosfonatos.
Hay riesgo de fracturas atípicas de fémur y riesgo de infecciones cutáneas, como celulitis.
– Contraindicaciones: hipocalcemia o hipersensibilidad.
TRATAMIENTO PALIATIVO
• Hay que considerarlo en ambiente multidisciplinario: unidad del dolor, oncología,
psicooncología (ansiedad y depresión son frecuentes), radioterapia, urología (desobs-
trucción de TUS o TUI), traumatología o neurocirugía (descompresión de columna).
356 Sección 6 Oncología
LECTURAS RECOMENDADAS
Cózar JM, et al. Protocolo de actuación en pacientes con cáncer de próstata resistente a la cas-
tración. Asociación Española de Urología; 2014.
Eisenhauer EA, et al. New response evaluation criteria in solid tumours: revised RECIST
guideline (version 1.1). Eur J Cancer 2009;45:228-47.
Mottet M, et al. Guidelines on prostate cancer. European Association of Urology; 2014.
National Comprehensive Cancer Network (NCCN) clinical practice guidelines in Oncology.
Prostate Cancer, version I; 2014.
Cólico nefrítico
DEFINICIÓN
• Síndrome clínico agudo, resultado de la obstrucción del tracto urinario superior por una
litiasis (lo más habitual), una papila renal o un coágulo. Excepcionalmente se produce
también por otras patologías, como fungus ball o iatrogenia quirúrgica.
• Zonas de obstrucción más frecuentes: cálices renales, unión pieloureteral (2-3 mm), el
cruce de las arterias ilíacas, el cruce ureteral con el ligamento ancho y el uréter pelviano.
CLÍNICA
• Dolor de inicio brusco, de tipo cólico, que va incrementándose paulatinamente y que se
irradia de forma característica a fosa ilíaca, labios mayores o testículos ipsilaterales.
• Agitación psicomotriz e HTA.
• Polaquiuria y urgencia miccional, especialmente cuando el cálculo se impacta a nivel distal.
• Náuseas y vómitos (por inervación conjunta de riñón y estómago por el ganglio celíaco).
• Paresia intestinal e, incluso, íleo paralítico (por irritación local).
DIAGNÓSTICO
• Radiografía simple del aparato urinario: ofrece información de la localización del
cálculo, radiodensidad y tamaño. Los cálculos más radiodensos son los de fosfato cálcico
seguidos de los de oxalato cálcico. Le siguen en radiodensidad los de fosfato amónico-
magnésico (estruvita), cistina y apatita. Los cálculos radiolúcidos son los de ácido úrico,
urato amónico, xantina, 2,8-dihidroxiadenina y los producidos por fármacos. Tiene una
sensibilidad para la detección de cálculos del 19-93% y una especificidad del 84-100%.
• UIV: ha sido desplazada por la TC sin contraste. Permite evaluar la funcionalidad y mor-
fología del tracto urinario, así como la localización, tamaño y radiodensidad del cálculo.
• TC sin contraste: es la técnica de elección en la evaluación del dolor lumbar agudo. Tiene
una sensibilidad del 94-100% y una especificidad del 92-100% para el diagnóstico de la
litiasis urinaria. Puede determinar la densidad radiológica y estructura interna de la litiasis,
así como la distancia de la piel a la litiasis, aspectos importantes a la hora de elegir la mejor
opción terapéutica. En pacientes con un IMC <30, puede usarse una TC de baja dosis.
• Ecografía: indica el estado del parénquima, la existencia de ectasia del tracto urinario
y la localización y tamaño del cálculo. Para cualquier localización litiásica, tiene una
sensibilidad del 19-93% y una especificidad del 84-100%.
TRATAMIENTO
• Tratamiento intervencionista: se valorará la posibilidad de derivación urinaria urgente
mediante catéter doble J, nefrostomía o bien la realización de litotricia extracorpórea o
ureterorrenoscopia con fragmentación/extracción del cálculo en los siguientes casos:
analgésico rápido, para continuar por vía oral hasta la desaparición o mejoría evidente.
La aplicación de calor local también puede aliviar los síntomas.
LECTURAS RECOMENDADAS
Türk C, et al. Guidelines on urolithiasis. European Association of Urology. 2014.
Cólico nefrítico 7
Hematuria macroscópica
DEFINICIÓN
• La presencia de sangre en la orina (hematuria) puede tener su origen en cualquier
localización del aparato urinario aunque los límites superiores de la normalidad son
>3 eritrocitos por campo de gran aumento. A partir de 100 hematíes por campo comienza
a distinguirse la hematuria a simple vista y su color vira de un rojo vivo a un color pardo
oscuro.
• La hematuria macroscópica debe ser evaluada siempre para excluir patología oncoló-
gica dado que su sensibilidad para detectar patología maligna es relativamente alta: 83%
para tumores vesicales, 66% para tumores ureterales y 48% para tumores renales.
CLASIFICACIÓN
• En función de su inicio durante la micción se distingue:
– Hematuria inicial: se sospecha patología uretral, prostática o del cuello vesical.
– Hematuria terminal: sugiere un origen vesical.
– Hematuria total: sugiere una hemorragia supravesical, pero, cuando es franca e intensa,
su origen puede estar localizado en cualquier punto del tracto urinario.
• En función de su intensidad:
– Leve: no produce repercusión analítica.
– Moderada: produce repercusión analítica con descenso de los valores de la serie roja
y requiere seis unidades de transfusión de concentrados de hematíes o menos para
mantener la estabilidad hemodinámica.
– Intensa: precisa de más de seis unidades de concentrados de hematíes para mantener
la estabilidad hemodinámica.
ETIOLOGÍA
• Neoformaciones malignas (renales, ureterales, vesicales, prostáticas y uretrales).
• Infección del tracto urinario.
• Litiasis urinaria.
• Hiperplasia benigna de próstata.
• Traumatismos.
• Cistitis hemorrágica.
• Enfermedades nefrológicas: nefropatías glomerulares, tubulointersticiales o renovas-
culares.
• Endometriosis vesical o ureteral.
• Hematuria posquirúrgica.
• Trastornos de coagulación o terapia anticoagulante o antiagregante.
• Malformación arteriovenosa o tumoraciones benignas, como el angiomiolipoma.
• Hematuria idiopática benigna.
DIAGNÓSTICO
• Anamnesis:
– Antecedentes personales: exposición a productos químicos o físicos relacionados con
neoplasias.
– Antecedentes de viajes recientes a zonas endémicas de esquistosomiasis.
– Antecedentes: poliquistosis renal, litiasis renoureteral o traumatismo.
– Tipo de hematuria: inicial (uretral), terminal (vesical) o total. Sintomática o no.
– Intensidad: microhematuria o macrohematuria (>100 hematíes/campo).
– Presencia o ausencia de síntomas acompañantes.
– Presencia de coágulos y tamaño de éstos.
© 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Hematuria macroscópica 9
• Exploración física:
– Exploración abdominal que permita descartar la presencia de globo vesical, masas
abdominales, examen vaginal en mujeres para valorar patología uretral y tacto rectal
para evaluar la próstata en el varón y el saco de Douglas en la mujer.
– Estado cardiovascular.
• Datos de laboratorio:
– Sedimento, cultivo y citología de orina.
– Aclaramiento de creatinina y proteinuria en 24 horas.
– Hemograma, bioquímica y pruebas de coagulación.
• Pruebas de diagnóstico por imagen:
– Ecografía urológica.
– Urografía intravenosa: contraindicada en insuficiencia renal, pacientes en tratamiento
con metformina y alergia al contraste yodado.
– Cistoscopia flexible.
– Uro-TC: indicada en aquellos casos con persistencia de la hematuria y exploraciones
previas normales. Es una exploración de segunda línea diagnóstica.
TRATAMIENTO
• Tratamiento conservador sin sondaje vesical: reposo absoluto con control de cons-
tantes vitales y evaluación del estado cardiovascular. Indicado en casos de hematurias sin
coágulos, sin signos de obstrucción urinaria y autolimitadas o recidivantes.
• Sondaje uretral: en caso de hematuria franca con coágulos, se debe realizar un sondaje
uretral (calibre 20-22 Fr) con lavado vesical para la evacuación de coágulos (preferen-
temente con sonda de Couvelaire y jeringa urológica de cono ancho). Tras la maniobra
anterior, se coloca una sonda de triple vía de Foley con lavado vesical continuo para evitar
la formación de coágulos y se la mantiene en todo momento permeable.
• Inhibidores de la fibrinólisis como el ácido épsilon-aminocaproico (CAPROAMIN FIDES®):
en casos de hematurias de difícil control con las medidas anteriores. Puede provocar la
formación de coágulos organizados de difícil extracción. No está demostrada su utilidad.
• Medidas ante hematurias incoercibles de origen vesical:
– Irrigación continua intravesical con solución al 1% de sulfato de aluminio potásico.
– Instilación vesical de nitrato de plata al 1-2% en flujo continuo.
– Formolización vesical (formalina al 4%) bajo anestesia general.
– Instilación vesical de prostaglandinas E2 o F2a.
– Balón de Helmstein: balón intravesical que se hincha con presión superior a la de la
tensión arterial diastólica.
– Ligadura o embolización de las arterias ilíacas internas.
• Medidas específicas:
– Cistitis hemorrágica por ciclofosfamida: MESNA® parenteral u oral profiláctico o
tratamiento endovesical.
– Cistitis hemorrágica postirradiación pelviana: tratamiento endovesical u oxígeno
hiperbárico (v. «Cistitis hemorrágica»).
• Tratamiento etiológico.
CRITERIOS DE INGRESO
• Compromiso cardiovascular.
• Sepsis urinaria o dolor incontrolado.
• Insuficiencia renal aguda o coagulopatía.
• Retención urinaria por coágulos.
• Intolerancia oral a la ingesta.
• Comorbilidad importante o circunstancias sociales que impiden un control adecuado.
10 Sección 1 Urgencias en Urología
LECTURAS RECOMENDADAS
Hicks D, et al. Management of macroscopic haematuria in the emergency department. Emerg
Med J. 2007;24:385-90.
Yeoh M, et al. Macroscopic haematuria--a urological approach. Aust Fam Physician.
2013;42:123-6.
Escroto agudo
ETIOLOGÍA
• Síndrome caracterizado por dolor escrotal agudo e intenso que, dependiendo de
su etiología, puede estar acompañado por otros síntomas, como signos inflamatorios,
síntomas vegetativos, dolor abdominal y fiebre.
DIAGNÓSTICO
• Clínica: orienta en el diagnóstico diferencial de las principales causas testiculares:
Clínica Torsión testicular Torsión del apéndice Epididimitis
Inicio de los síntomas Agudo Subagudo Subagudo
Dolor (localización) Difuso Polo superior Epidídimo
Reflejo cremastérico Negativo Positivo Positivo
Otros hallazgos Ascenso testicular Punto azulado en polo Induración
Horizontalización superior dolorosa
Síndrome febril Ausente Ausente Frecuente
• Eco-Doppler testicular: útil para valorar el escroto agudo con una sensibilidad del
63,6-100% y una especificidad del 97-100%. Sin embargo, depende del operador y puede
ser difícil de realizar en prepúberes. Mide el flujo sanguíneo en el testículo, así como su
restablecimiento tras la resolución de la torsión y reduce el número de exploraciones
quirúrgicas escrotales. Su rentabilidad puede aumentar con el uso de un ecógrafo de
alta resolución para la visualización del cordón espermático. Solo es diagnóstica en
patología inflamatoria cuando detecta un aumento de la vascularización respecto al
contralateral. La presencia de flujo arterial no descarta la torsión testicular (el 24% tiene
el flujo aumentado o normal).
• Gammagrafía escrotal (99mTc): detecta una zona hipocaptante y fría. Sensibilidad del
80-100% y especificidad del 89-100%. No aporta información morfológica y da falsos
positivos en caso de resolución espontánea o gran hidrocele inflamatorio. Carece de
fiabilidad en testes <2 cm y con más de 24 h de evolución. No es útil al no disponer en
urgencias de ella.
• Resonancia nuclear magnética: tiene utilidad diagnóstica en patología escrotal donde
ni los datos clínicos ni la ecografía aportan datos concluyentes (1,4%), por lo que reduce
el número de exploraciones quirúrgicas y los costes netos.
• Tipos:
– Intravaginal (94%): el testículo se torsiona en el interior de la túnica vaginal. La gran
mayoría ocurre posnatalmente.
– Extravaginal (6%): afecta la totalidad del cordón por fijación incompleta del guber-
naculum y cubiertas testiculares. Más frecuente en neonatos e intraútero.
• Fisiopatología: la rotación más común es de fuera adentro (hacia la línea media) y en
sentido craneocaudal. La evolución es gradual, primero con oclusión venosa parcial, luego
completa y finalmente arterial con infarto isquémico testicular.
• Clínica: dolor testicular agudo e intenso que puede irradiar hacia la región inguinal, tumefac-
ción testicular y, de forma menos frecuente, náuseas, vómitos o fiebre (secundaria a necrosis
testicular isquémica). A la exploración se aprecia un teste elevado hacia el anillo inguinal
superficial, horizontalizado, doloroso al tacto y aumentado de tamaño (congestión venosa
y edema). Otros datos significativos son la palpación del epidídimo en posición anterior o
lateral (según el tipo de rotación) y un cordón de consistencia blanda y congestiva.
• Tratamiento inicial de primera elección es la detorsión manual en sentido dentro-fuera
(desde los pies se detorsiona el testículo izquierdo en sentido horario, cambiando el
sentido si aumentara el dolor). La reperfusión se confirma mediante eco-Doppler pos-
terior (hasta el 32% de torsión residual en la exploración quirúrgica tras una detorsión
manual exitosa).
• El tratamiento definitivo de elección es la exploración quirúrgica con orquidopexia
bilateral, diferible unas horas si la detorsión manual ha sido efectiva o urgente si ha
fracasado. La tasa de recurrencia tras cirugía es del 4,5% y puede ocurrir hasta varios
años después.
• Evolución: la tasa de viabilidad depende del tiempo transcurrido desde el inicio de los
síntomas y del grado de torsión del testículo. La atrofia testicular es frecuente en torsiones
completas (>360°) de más de 4 horas de evolución. Las torsiones incompletas (180-360°)
con síntomas de 12 horas de evolución se resuelven satisfactoriamente.
• Pronóstico:
– La función hormonal del eje testicular suele permanecer normal tras la torsión.
– El riesgo de desarrollar un cáncer de testículo está 3,2 veces incrementado y permanece
hasta 6-13 años después.
– Tras una torsión testicular, el seminograma puede ser normal en el 5-50% de los
pacientes a largo plazo. La cirugía precoz (<12 h) preserva la fertilidad, mientras la
cirugía diferida afecta seriamente la fertilidad.
EPIDIDIMITIS
• Definición: síndrome clínico de menos de 6 semanas de duración que se caracteriza por
inflamación, habitualmente fiebre, dolor y tumefacción del epidídimo, consecuencia de
la propagación de la infección desde la uretra o la vejiga. Es la causa más prevalente
de escroto agudo en pacientes mayores de 18 años (v. «Epididimoorquitis»).
Escroto agudo 33
OTRAS CAUSAS
• Traumatismos testiculares (v. «Traumatismo escrotal y testicular»).
• Tumores testiculares (v. «Tumores germinales de testículo» y «Tumores estromales de
testículo»).
• Edema escrotal idiopático: aparición súbita de enrojecimiento y tumefacción escrotal,
sin dolor. En la exploración se detecta eritema local e hinchazón que se extiende hasta
periné y región inguinal. La etiopatogenia es una reacción alérgica.
LECTURAS RECOMENDADAS
Eyre RC. Evaluation of the acute scrotum in adult men. Up to Date 2010.
Naradotsky YY, et al. Role of Doppler ultrasonography in the triage of acute scrotum in the
emergency department. J Ultrasound Med. 2010;29:11-21.
Youseff FR et al. The acute scrotum. In Surgery. Renal and Urological Surgery III. Ed: Elsevier
2014; 32 (6): 310-313.
34 Sección 1 Urgencias en Urología
Priapismo
DEFINICIÓN
Erección anormalmente prolongada (>4 h) que no es resultado del deseo sexual. Afecta a
ambos cuerpos cavernosos (CC) y no suele estar afectado el tejido esponjoso y el glande.
Esta denominación tiene su origen en Príapo, un dios menor de la fertilidad, la suerte, los
jardines y los campos en la mitología griega.
TIPOS
• Priapismo venooclusivo, de bajo flujo o isquémico: 95% de los casos.
– Es el más frecuente y peligroso, consecuencia de la obstrucción del drenaje venoso del
pene y la escasez o ausencia de entrada de sangre arterial.
– La erección es completa y dolorosa.
– Al acumularse sangre no oxigenada, ↓ PO2 y pH, y en 24-36 h se produce muerte
celular y fibrosis con DE permanente. El Tto es urgente a partir de la cuarta hora del
priapismo.
– Causas: la más frecuente es idiopática. Otras: IIC de sustancias vasoactivas (<1% con
PGE1; antes era más frecuente con papaverina), fármacos (antihipertensivos, psicofár-
macos, vasodilatadores, andrógenos y rara vez con inhibidores de la PDE5), alcohol y
drogas (cocaína), drepanocitosis (más frecuente en la raza negra), leucemias, estados
de hiperviscosidad (p. ej., la hiperalimentación parenteral o al retirar anticoagulantes),
hematoma traumático con compresión del drenaje venoso, vasculitis, diálisis, retención
urinaria, lesión medular y priapismo maligno (tumores de vejiga, próstata, riñón y
digestivos, por este orden de frecuencia).
• Priapismo arterial, de alto flujo o no isquémico:
– Fístula traumática de la arteria cavernosa o una rama con los espacios lacunares.
– La erección es parcial (60-75%) y no es dolorosa. Puede ser de muy larga duración (días).
– Es bien tolerado y reversible, por lo que el tratamiento es aplazable.
– Causas: traumatismo cerrado peneano o perineal, IIC con laceración de la arteria
cavernosa, iatrogenia del Tto médico o quirúrgico del priapismo venoso o de cirugías,
como la uretrotomía interna o las plicaturas en incurvaciones peneanas, e idiopático.
El inicio del priapismo puede ser desde horas o días o hasta varias semanas después
del traumatismo.
• Priapismo recurrente:
– Condición distinta a las anteriores que se caracteriza por erecciones dolorosas de larga
duración con detumescencia espontánea posterior, que pueden presentarse a diario y
que típicamente despiertan al individuo por las noches. La duración de cada episodio
es menor que en el priapismo isquémico pero, si se prolonga >4 h, hay que tratarlo
como cualquier priapismo isquémico (v. apartado «Tratamiento»).
– Causas: anemia de células falciformes (es la causa más frecuente), idiopático, causas
neurológicas, otras causas similares a las del priapismo isquémico. Cualquier paciente
que sufre un episodio de priapismo isquémico corre el riesgo de sufrir priapismo
recurrente.
DIAGNÓSTICO
• Diagnóstico diferencial entre priapismo isquémico y no isquémico:
– Anamnesis: búsqueda de causas que orienten hacia un tipo de priapismo.
– Clínica: erección completa y dolorosa de CC, pero no de glande (venoso), erección
parcial y no dolorosa (arterial). En el arterial puede haber signos de traumatismo o
malignidad.
TRATAMIENTO
Priapismo venoso, isquémico o de bajo flujo
Si falla una opción, se pasa a la siguiente:
• 3.° Shunts: tras 1 h de fracaso con los pasos 1.° y 2.°.
– Distales CC-glande percutáneos: son los primeros que deben usarse porque producen
menos DE permanente. En el postoperatorio hay que vigilar la recurrencia del priapis-
mo por cierre del shunt; si hay dudas entre recurrencia del priapismo isquémico vs
edema peneano poscirugía vs conversión en priapismo de alto flujo, se realiza una
gasometría de los CC o una eco-Doppler; si se confirma de nuevo priapismo isquémico,
se intenta repermeabilizar el shunt con compresión peneana (manguito pediátrico
de TA). Si persiste, se repite una técnica percutánea distal o se realiza un procedimiento
abierto.
- Winter: el más sencillo (pero menos efectivo). Con aguja de biopsia prostática y
bajo anestesia local (bloqueo peneano) se practican múltiples orificios en cada CC
a través del glande.
- Ebbehoj: múltiples incisiones en cada CC con bisturí del 11 a través del glande.
- Lue: con bisturí del 10 a través del glande se pincha en uno o en los dos CC y se rota
90° con el filo, alejándolo de la uretra. Se puede realizar con control ecográfico.
– Distales CC-glande abiertos (Al-Ghorab):
- Al-Ghorab: resección de la parte más distal de la albugínea de los CC. Se cierra con
menos frecuencia que los percutáneos.
28 Sección 1 Urgencias en Urología
- Burnett: inserción retrógrada de un dilatador de Hegar 7/8 por la zona distal de cada
CC a través de la incisión en el glande de la técnica de Al-Ghorab.
– Proximales CC-esponjoso (Quackels) o CC-safena (Grayhack): son el último recurso
cuando han fallado los shunts distales.
• 4.° Prótesis peneana: tras priapismo prolongado.
– Algunos autores indican su colocación precoz antes que haya fibrosis grave y acorta-
miento peneano cuando hay fallo de los shunts proximales, la isquemia ha sido >36 h
y la RNM muestra necrosis del músculo liso de los CC.
– Si la prótesis se coloca de forma diferida con la fibrosis establecida, es preferible colocar
una semirrígida antes que inflable, y siempre antes de los 6-12 m. Más allá aumenta
mucho el riesgo de lesión uretral, erosión o infección.
PRONÓSTICO
• La RNM no es útil para el diagnóstico pero sí para el pronóstico, pues pronostica con
fiabilidad la viabilidad del músculo liso de los cuerpos cavernosos y la presencia de fibrosis
peneana.
• Un priapismo isquémico evolucionado más allá de las 72 h no tiene ninguna posibili-
dad de recuperar la función eréctil. Se discute la realización de shunts complejos más
allá de las 72 h. El único objetivo en estos casos es vaciar la sangre isquémica y eliminar
el dolor.
• Los priapismos arteriales conservan la función eréctil en el 80% de los casos.
Priapismo 29
LECTURAS RECOMENDADAS
Broderick GA, et al. Priapism: pathogenesis, epidemiology, and management. J Sex Med.
2010;7:476-500.
Salonia A, et al. Guidelines on priapism. European Association of Urology. 2014.
Yuan J, et al. Insights of priapism mechanism and rationale treatment for recurrent priapism.
Asian J Androl. 2008;10:88-101.
Gangrena de Fournier
DEFINICIONES
• Fascitis necrosante en periné y genitales que puede extenderse rápidamente entre los
tejidos y provocar necrosis de la piel, tejido subcutáneo y fascias superficiales, con la cual
se asocia un proceso sistémico de sepsis con una media de mortalidad del 16%.
ETIOLOGÍA
• Origen: urogenital, anorrectal, cutáneo o retroperitoneal, identificable en el 90% de los
casos.
• Predomina en varones de edad avanzada. La DM es la enfermedad de base más frecuen-
temente asociada. Otras condiciones que causan inmunodeficiencia pueden favorecerla
(inmunodepresores, quimioterapia, alcoholismo, VIH, etc.).
• Microbiología: infección polimicrobiana con una media de 4 microorganismos aislados;
Escherichia coli, Bacteroides fragilis, Clostridium perfringens (origen colorrectal), Staphy-
lococcus aureus y Streptococcus pyogenes.
CLÍNICA
• Molestias o dolor perineoescrotal.
• Eritema y tumefacción con posibilidad de secreción purulenta y hedor que progresa a necrosis
de la piel y tejidos subyacentes. La crepitación está presente en el 50-60% de los casos.
• Fiebre, taquicardia, taquipnea e hipotensión.
DIAGNÓSTICO
• Hemograma, bioquímica y gasometría venosa: anemia, trombocitopenia, hiponatremia,
aumento de la creatinina y urea, y acidosis metabólica.
• Pruebas de diagnóstico por imagen (Rx de abdomen y pelvis, ecografía escrotal y TC):
sólo si hay dudas en el diagnóstico al demostrar gas intratisular.
• Se debe descartar el origen urogenital: para ello se introduce una sonda 16 Fr que
excluirá o confirmará la estenosis de uretra mientras que un tacto rectal doloroso puede
sugerir absceso rectal.
• Urinocultivo, hemocultivos, frotis del exudado y cultivo de tejido resecado.
• Se puede predecir la gravedad del cuadro mediante sistemas de puntuación que utilizan
parámetros clínicos y analíticos.
TRATAMIENTO
• Médico: antibioticoterapia*.
Principio activo Nombre comercial® Dosis
Penicilina G + clindamicina PENILEVEL + DALACIN FOSFATO 4.106 UI/4 h iv + 600 mg/6 h iv
Ceftriaxona + metronidazol CEFTRIAXONA EFG + FLAGYL 1 g/12 h iv + 500 mg/8 h iv
Piperacilina-tazobactam TAZOCEL 4-0,5 g/6 h iv
*Se mantiene el tratamiento hasta que desaparezcan los signos de infección.
• Quirúrgico:
– Posición de litotomía con desbridamiento del tejido afectado. Colocación de una sonda
vesical o catéter suprapúbico.
– Cobertura de la herida con agua oxigenada y apósitos estériles que se cambian cada 8 h.
– Cámara hiperbárica o dispositivos de tipo VAC (vacuum assisted closure) como trata-
mientos adyuvantes para favorecer el proceso de cicatrización.
– Reconstrucción del área con injertos libres de piel o colgajos miocutáneos cuando
hayan desaparecido los signos de infección.
LECTURAS RECOMENDADAS
Luján Marco S, et al. Evaluation of a severity score to predict the prognosis of Fournier’s gan-
grene. BJU int. 2010;106:373-6.
Cateterismos en Urología
CATETERISMO URETRAL
• Indicaciones:
– Retención crónica o aguda de orina.
– Monitorización de diuresis.
– Drenaje y lavado vesical.
– Tutorización de anastomosis uretrales.
– Medición de residuo posmiccional.
• Material necesario:
– Paño y guantes estériles.
– Sonda vesical: en el hombre se suele utilizar una sonda de Foley de látex 16 Ch, en la
mujer un grosor de 14 Ch puede ser suficiente. En los pacientes en que se prevé un
sondaje prolongado (más de 3 semanas) se debe utilizar una sonda de silicona.
– Bolsa de diuresis.
– Lubricante urológico.
– Jeringa de 10 mL y agua destilada.
• Procedimiento:
– Profilaxis antibiótica con gentamicina o ceftriaxona.
– Falsa vía (uretrorragia) o cuello alto: pueden negociarse mediante algunas maniobras.
- Utilización de una sonda rígida acodada.
- Introducción de un dedo en el recto para levantar la próstata y disminuir el decalaje.
- Uso de un fiador metálico (no en el caso de una falsa vía). Utilizar con suma deli-
cadeza.
CATETERISMO SUPRAPÚBICO
• Indicaciones:
– Las mismas que en el apartado anterior junto con la imposibilidad de cateterismo
uretral.
– Sospecha de lesión uretral.
– Pacientes que precisan cateterismo permanente o durante un largo tiempo.
• Contraindicaciones:
– Tumor vesical.
– Hematuria franca: debe evitarse este procedimiento porque puede ser secundaria a
tumor.
– Cirugía abdominal previa: contraindicación relativa.
– Fractura pélvica: contraindicación relativa. El catéter puede cruzar un hematoma
pélvico.
– Plaquetopenia o alteraciones de la coagulación.
• Material necesario:
– Paño estéril y guantes estériles.
– Kit de cateterismo suprapúbico, con catéter de Foley de silicona 12 Ch. Se usa un catéter
de mayor calibre si está previsto un largo período de sondaje.
– Bolsa de diuresis.
– Ampolla de mepivacaína (SCANDINIBSA®) al 2% o similar.
– Jeringa de 10 mL y aguja im para cargar la anestesia.
– Aguja de punción lumbar 20-25G.
– Jeringa de 10 mL para hinchar el balón y agua destilada.
– Ecógrafo.
• Procedimiento: (fig. 2)
– Profilaxis antibiótica con gentamicina o ceftriaxona.
CATETERISMO URETERAL
• Indicaciones:
– Derivación del tracto urinario superior para sobrepasar una obstrucción ureteral.
– Dilatación pasiva ureteral previa a ureteroscopia o para mejor expulsión de litiasis.
– Tutorización de anastomosis ureteral, ureterorrafia o lesión ureteral.
• Material necesario:
– Fluoroscopia.
– Catéter ureteral (con o sin sistema de autorretención en J, abierto o cerrado).
– Guía de Amplatz de 0,035 mm.
– Cistoscopio con canal de trabajo.
– Sonda vesical y lubricante urológico.
142 Sección 4 Patología obstructiva del tracto urinario
NEFROSTOMÍA PERCUTÁNEA
• Indicaciones:
– Derivación del TUS obstruido cuando el cateterismo ureteral es o se prevé imposible.
– Derivación de la vía en fístulas urinarias.
Cateterismos en Urología 143
• Contraindicaciones:
– Tumor de urotelio superior.
• Material necesario:
– Fluoroscopia.
– Ecógrafo y guía de punción ecográfica acoplada al transductor.
– Kit de nefrostomía con catéter pig-tail y guía de Amplatz y dilatadores de Amplatz.
– Contraste intravenoso.
• Procedimiento (fig. 4):
– Profilaxis antibiótica con gentamicina o ceftriaxona.
– En quirófano bajo anestesia local con paciente en decúbito supino, prono o lateral.
– Localización con ecografía de la vía urinaria. Punción ecodirigida con aguja de Chiba
18-22 G para buscar el cáliz posteroinferior. Al retirar el fiador de la aguja, se espera
salida de orina. En caso de sepsis urinaria, se toma una muestra para cultivo.
– Opacificación de la vía urinaria con contraste intravenoso.
– Introducción de guía de Amplatz por la parte blanda por el interior de la aguja de
Chiba. Comprobación con radioscopia y retirada de la aguja con cuidado de no extraer
la guía.
144 Sección 4 Patología obstructiva del tracto urinario
LECTURAS RECOMENDADAS
Broseta E. Nefrostomía percutánea. En: Broseta E, editor. Atlas quirúrgico de urología práctica.
Madrid: ene ediciones; 2008.
Joachim W, et al. Endourología percutánea y ureterorrenoscopia. En: Tanagho EA, editor.
Urología general de Smith. 13.ª edición. México DF: El Manual Moderno; 2005. p. 117-22.
Méndez-Probst CE, et al. Fundamentals of instrumentation and urinary tract drainage. En: Wein
AJ, editor. Campbell-Walsh Urology. 10.ª edición. Filadelfia: Elsevier Saunders; 2012. p. 177-91.
PUESTA AL DÍA EN LAS TÉCN ICAS
Punción suprapúbica
y sondaje vesical
F RANCISCO JAVIER ROMERO Y ANA RAQ UEL BARRIO
Servicio de Pediatría. H ospital San Pedro de Alcántara. Cáceres. España.
Puntos clave
Diagnosticar una El mejor método La bolsa adherida a La elección Con métodos no
ITU en el neonato y para obtener con genitales externos y depende de la invasivos, aunque
lactante febril requiere mayor probabilidad una el chorro medio de urgencia. Si hay un cultivo negativo
una estrategia basada muestra de orina no micción espontánea afectación del estado descarta ITU, un
en la calidad de la contaminada es la PSP, tienen una tasa de general, PSP; si falla, urocultivo positivo no
muestra de orina que seguida por el SV. falsos positivos SV. Si no es urgente, documenta una ITU: la
reduzca los falsos inaceptablemente alta. utilizar un método no confirmación requiere
negativos y los falsos invasivo. una segunda muestra
positivos. de orina recogida por
PSP o SV.
El diagnóstico de infección del tracto urinario en el lactan- bre sin foco) y la orina se contamina con frecuencia durante la
te febril es un desafío por su presentación clínica inespecí- micción con bacterias periuretrales, pero permite identificar,
fica, porque una muestra de orina válida no puede ser obte- tratar y evaluar a los niños con riesgo de daño renal, iniciar me-
nida sin un método invasivo (punción suprapúbica [PSP] o didas preventivas precoces y evitar el tratamiento y seguimien-
to innecesario de niños sin riesgo renal3.
sondaje vesical [SV]), y porque el riesgo de daño renal per-
El diagnóstico microbiológico de ITU se basa en el crecimien-
manente es mayor. Se requiere una estrategia que minimi-
to en el urocultivo de un número significativo de unidades for-
ce tanto los falsos negativos como los falsos positivos para madoras de colonias (UFC), definido según el método de reco-
su diagnóstico, tratamiento y seguimiento óptimo. gida: la muestra obtenida por micción o sondaje transuretral no
elude la flora periuretral (tabla 1). El uroanálisis es útil, pero tie-
ne limitaciones (tabla 2).
INFECCIÓN DEL TRACTO Diagnosticar una ITU requiere una estrategia basada en la cali-
dad de la muestra de orina que minimice los falsos negativos y los
URINARIO (ITU): CONCEPTOS, falsos positivos (fig. 1). El mejor método para obtener con mayor
IMPORTANCIA Y DIAGNÓSTICO probabilidad una muestra de orina no contaminada es la PSP, se-
guida por el SV3. La elección depende de la edad y la urgencia.
El tracto urinario es estéril. El área periuretral se coloniza nor-
malmente con gérmenes saprofitos, y en los primeros años por En el neonato y lactante febril (niño incontinente)
flora intestinal (Escherichia coli, Proteus… ), formando parte de la 1. Con afectación del estado general: PSP y, si falla, SV.
barrera defensiva frente a uropatógenos. La ITU se inicia a me- 2. En situaciones menos urgentes: bolsa adherida a genitales ex-
nudo con la alteración de esta flora1. ternos o chorro medio de micción espontánea. Inconveniente:
La ITU alta o pielonefritis (fiebre, leucocitosis con neutrofilia, tasa de falsos positivos inaceptablemente alta (85%), incluso con
VSG y PCR aumentados) conlleva una morbilidad aguda y un una cuidadosa limpieza previa de genitales. Sólo son fiables los
riesgo de daño renal permanente (cicatriz o nefropatía por re- resultados negativos (sensibilidad del 100%). Aunque los resul-
flujo) que es mayor en menores de 3 años y si hay anomalías del tados (uroanálisis y urocultivo) negativos descartan ITU, un re-
tracto urinario (uropatía obstructiva, reflujo vesicoureteral gra- sultado positivo no documenta una ITU: la confirmación re-
ve, riñón único) retraso del tratamiento y recurrencias. Según la quiere una muestra de orina recogida por PSP o SV.
extensión del daño, a largo plazo se puede producir hipertensión
arterial y pérdida progresiva de función renal2. En el niño mayor
La prevalencia de ITU febril en menores de 2 años es del 5%. Dos muestras obtenidas de chorro medio de micción, tras lava-
Reconocer al lactante con riesgo de ITU y realizar su diagnós- do local.
tico correcto supone un reto, pues la clínica es inespecífica (fie- Las condiciones de recogida y conservación deben ser correctas.
El estado tóxico del niño Sí Obtener una muestra de orina por PSP o SV
¿aconseja un tratamiento para uroanálisis y urocultivo
antibiótico inmediato?
No
Sí
No No
Punción suprapúbica Bacilos Gram(–): cualquier recuento Diagnóstico (+) para ITU con una p > 99%
Estafilococo coagulasa positivo > 3.000
Sondaje vesical ≥ 50.000 Diagnóstico (+) ITU (p > 95%)
10.000 a < 50.0000 ITU probable según cuadro
< 10.000 ITU muy poco probable
Orina limpia de mitad de la micción ≥ 100.000 ITU muy probable
10.000 a < 100.000 Dudoso, repetir
< 10.000 ITU muy poco probable
Bolsa recolectora ≥ 100.000 Dudoso, confirmar con PSP o SV
≥ 10.000 a < 100.000 Dudoso, confirmar con PSP o SV
< 10.000 ITU poco probable
PUNCIÓN SUPRAPÚBICA
Indicaciones
O btención de orina para su análisis y cultivo en condiciones es-
tériles en menores de 2 años, cuando a) el cuadro clínico no ad-
mite demorar el tratamiento, b) hay riesgo de contaminación
(gastroenteritis, vaginitis, uretritis, balanitis, dermatitis perine-
al), c) existen resultados previos equívocos, o d) no es posible
SV por fimosis grave, anomalías de uretra o de vulva o sine-
quias.
Contraindicaciones
1. Vejiga vacía (micción reciente, deshidratación).
2. Infección de la piel en el sitio de punción.
3. Dilatación o visceromegalias abdominales. Figura 2. Punción suprapúbica.
4. Diátesis hemorrágica.
Equipo estéril
Agujas de 22-23 gauge (también de 25 a 21), 1-1,5 pulgadas. 5. Aguja: situar perpendicularmente a la piel y ligeramente cau-
Jeringuilla de 5 ml. Guantes, gasas o algodón y solución anti- dal (10-20º), avanzar con succión suave hasta que entre orina en
séptica de povidona yodada o alcohol. la jeringuilla (profundidad de 2 a 3 cm; al penetrar en vejiga se
puede sentir una leve disminución de resistencia). Aspirar orina
Técnica8,9 suavemente.
1. Es esencial saber si hay orina en la vejiga por palpación de 6. Retirar la aguja: poner un capuchón estéril en la jeringuilla
fondo vesical por encima de pubis o con ecografía para el éxito o transferir la orina a un recipiente estéril y enviar para culti-
y evitar complicaciones. Es preferible utilizarla si no se orinó en vo.
la última hora y mejor tras 20 min de una toma. 7. Si no se obtiene orina: retirar la aguja (no redirigirla) y espe-
2. Ayudantes: sujetan al niño en decúbito supino con muslos en rar al menos 1 h para intentarlo de nuevo.
abducción; presión suave sobre pene o rectal anterior en niñas
para evitar la micción. Complicaciones
3. Limpieza de piel suprapúbica con antiséptico. Son raras. a) H ematuria transitoria, microscópica la mayoría,
4. Localizar el punto de punción: línea media, 1-2 cm encima macroscópica el 2%. b) Perforación intestinal: contaminación de
de sínfisis púbica (fig. 2). la muestra (flora mixta). c) Infección.
SONDAJE VESICAL
Tras la PSP, es el método más fiable para obtener muestras de
orina con una contaminación mínima para el diagnóstico de
ITU (sensibilidad, 95%; especificidad, 99%). Su uso es desigual
según los centros, por el riesgo (bajo si la técnica es aséptica) de
introducir infecciones con la sonda y por el efecto psicológico en
mayores de 1 año. Es seguro y fiable, a veces difícil en menores
y si existe fimosis3,4.
Indicaciones
O btener orina para su análisis y cultivo en condiciones estériles,
sobre todo si el cuadro clínico no admite demorar el tratamien-
to y la PSP falló o está contraindicada.
Contraindicaciones
Fracturas pélvicas.
PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO
• Control vascular:
– Laparotomía media xifopubiana y apertura retroperitoneal hasta el ángulo de Treitz.
– Movilización del paquete intestinal hacia el cuadrante superior derecho del paciente.
– Control de la vena y la arteria renales del riñón dañado mediante cintas vasculares.
– Si persiste el sangrado (17%), se ocluye la arteria renal hasta un máximo de 30 minutos.
– Si a pesar de ello persiste el sangrado, se ocluye la vena renal.
• Reconstrucción renal:
– Exposición renal mediante incisión de la fascia de Gerota lateral al colon ipsilateral.
– Escisión del parénquima inviable y hemostasia. Cierre estanco de la vía urinaria.
– Aproximación del parénquima mediante suturas especiales para parénquima.
– Cobertura de la zona mediante epiplón, grasa perirrenal o malla de ác poliglicólico.
– Catéter doble J si se ha dañado la vía y drenaje retroperitoneal (Penrose).
SEGUIMIENTO
• Repetición de las exploraciones de diagnóstico por imagen tras 2-4 días del traumatismo.
• Un renograma isotópico antes del alta permite evaluar la función residual.
• En traumas graves, debe procederse a control a los 3 meses con sedimento, control de
la TA y estudio radiológico.
COMPLICACIONES
• Extravasación urinaria: su persistencia >3 días o el crecimiento progresivo precisa
catéter doble J y sonda, así como la punción percutánea de la colección si es grande o
progresiva.
• Absceso perirrenal: puede tratarse mediante drenaje percutáneo.
• Sangrado retroperitoneal tardío: se trata mediante embolización angiográfica percutánea.
• Fístula arteriovenosa (hematuria tardía): se trata con embolización percutánea.
• Hipertensión arterial (<5%): por compresión externa del hematoma (riñón de Page) o
compresión cicatricial (riñón de Goldblatt). Su mecanismo está mediado por la renina. Se
trata médicamente (IECA). Si no se controla, debe procederse a la resección del segmento
isquémico, angioplastia o nefrectomía.
LECTURAS RECOMENDADAS
Broseta E, et al. Atlas quirúrgico de urología práctica. Madrid: Ene ediciones; 2008.
Morey AF. Urotrauma AUA guideline. J Urol. 2014;192:327-35.
Summerton DJ, et al. Guidelines on urological trauma. EAU. 2014.
Traumatismo ureteral
ETIOLOGÍA Y LOCALIZACIÓN DE LA LESIÓN
• Incidencia: representa solo el 1-2,5% de los traumatismos urológicos.
• Etiología:
– Trauma iatrógeno (75%): avulsión, perforación, ligadura, aplastamiento o quemadura.
- Lesión de origen ginecológico (73%).
- Lesión de cirugía general (14%).
- Lesión de cirugía urológica (14%). Principalmente, maniobras endourológicas.
– Traumatismo abierto (7%).
– Traumatismo contuso (18%).
• Localización de la lesión:
– Tercio proximal: 13%. Más frecuente en traumatismos externos.
– Tercio medio: 13%.
– Tercio distal: 73%. Más frecuente en iatrogenia ginecológica y colorrectal.
DIAGNÓSTICO
• El diagnóstico debe ser de sospecha dado que no existen signos específicos. Debe con-
siderarse en lesiones abdominales penetrantes (heridas por arma de fuego) y lesiones por
desaceleración (más frecuente en niños). Puede pasar inadvertido en lesiones iatrógenas
y se manifiesta de forma tardía como dolor en el flanco, incontinencia urinaria, fístula
vaginal, hematuria, fiebre o urinoma.
• Clínica: la hematuria no es un signo constante (50-75 %).
• Diagnóstico:
– TC: alta sensibilidad para detectar la extravasación. Muestra obstrucción del lado
afectado.
– UIV: precisa imágenes tardías para llegar al diagnóstico.
– Pielografía retrógrada: alta sensibilidad. Poco operativa en traumatismos agudos.
TRATAMIENTO
• Prevención del traumatismo iatrógeno: identificación y adecuada disección del uréter.
En casos complejos, la colocación preoperatoria de un catéter doble J previene que sea
dañado en la cirugía.
• Momento de la reparación:
– La mejor opción es la reparación inmediata en cuanto se objetiva el traumatismo.
– En pacientes inestables, la mejor opción es la derivación urinaria externa (nefrostomía
o catéter exteriorizado con ligadura de uréter) y reparación posterior en un segundo
tiempo.
– Un retraso diagnóstico requiere un manejo individualizado:
- Menos de 5 días de evolución: se recomienda tratamiento inmediato.
© 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
58 Sección 2 Traumatismos
- Más de 5 días, sepsis o mal estado general: requiere drenaje percutáneo del urino-
ma y derivación urinaria mediante catéter doble J o nefrostomía percutánea, con
reparación quirúrgica en un segundo tiempo.
• Lesión parcial (grados I y II): colocación de catéter doble J mediante guía hidrófila. La
colocación de un tutor interno permitirá la cicatrización de la lesión de la mucosa.
La segunda opción, en caso de no poder ascender un catéter doble J, sería la colocación
de una nefrostomía percutánea.
• Lesión parcial (grados II-III) descubierta durante la exploración quirúrgica: reparación
primaria con sutura termino-terminal sobre catéter doble J.
• Lesión de grados III-IV: reparación quirúrgica.
LECTURAS RECOMENDADAS
Broseta E, et al. Atlas quirúrgico de urología práctica. Madrid: Ene ediciones; 2008.
Morey AF. Urotrauma AUA guideline. J Urol. 2014;192:327-35.
Summerton DJ, et al. Guidelines on urological trauma. EAU. 2014.
Traumatismo vesical
INCIDENCIA
• Representa el 2% de los traumatismos abdominales que requieren cirugía.
• Más del 30% de fracturas pélvicas se asocian con algún grado de lesión vesical (7-14%
en niños).
• La lesión vesical por trauma cerrado se asocia, en el 60-90% de los casos, con fracturas
de pelvis concomitante.
• Más del 44% de las lesiones vesicales se asocian, al menos, con una lesión intraabdominal.
• La diástasis de la sínfisis púbica >1 cm, la diástasis sacroilíaca y la fractura de las ramas sacra,
ilíaca y púbica con desplazamientos >1 cm se asocian significativamente con rotura vesical.
• La combinación de rotura intraperitoneal y extraperitoneal ocurre en el 2-20% de los
casos. La rotura simultánea vesical y uretral (prostato-membranosa) ocurre en el 15%
de los casos.
ETIOLOGÍA
• Traumatismo: causa más frecuente de rotura vesical (90%). El 67-86% son traumatismos
cerrados y el 14-33% son penetrantes. La causa más frecuente de traumatismo cerrado
son los accidentes de tráfico, seguidos de los laborales. La rotura extraperitoneal es la más
frecuente.
• Traumatismo externo iatrógeno: habitualmente ocurre durante cirugías abdominales
infraumbilicales.
– Cirugía abdominal o pélvica (85%): las más frecuentes son ginecológicas (52-61%),
urológicas (12-39%) y de cirugía general (9-26%).
– Cirugía vaginal anterior (9%).
– Laparoscopia (6%).
• Traumatismo interno iatrógeno: la causa más frecuente es la RTU vesical. Suelen ser
extraperitoneales y rara vez precisan intervención (0,16-0,57%).
• Son factores de riesgo la conducción de vehículo de motor bajo la influencia del alcohol
(distensión vesical) y las técnicas de cirugía de la incontinencia (incrementa 4 veces el RR).
CLASIFICACIÓN DE LA AAST
• Lesión de grado I: hematoma intramural o laceración parcial de la pared.
• Lesión de grado II: laceración de la pared vesical <2 cm extraperitoneal.
• Lesión de grado III: laceración extraperitoneal >2 cm o intraperitoneal <2 cm.
• Lesión de grado IV: laceración intraperitoneal >2 cm.
• Lesión de grado V: laceración intraperitoneal o extraperitoneal con extensión al cuello
u orificio ureteral.
CLÍNICA
• La más frecuente es hematuria (95%) y distensión con dolor hipogástrico (92%). La
presencia de hematuria macroscópica y fractura pélvica es indicación de cistografía in
mediata. El 5-15% de las roturas vesicales solo tienen microhematuria. Otros síntomas:
imposibilidad miccional o hematoma perineoescrotal por extravasación; en roturas
intraperitoneales pueden elevarse las cifras de creatinina sérica (reabsorción peritoneal
de urea y creatinina).
DIAGNÓSTICO
• Cistografía: procedimiento estándar. Estudio radiológico más exacto (95-100%) para
la identificación de rotura vesical. Requiere imágenes en vacío, de llenado y posvaciado
en distintas posiciones. Se realiza con perfusión de 350 mL de contraste diluido con
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60 Sección 2 Traumatismos
repleción por gravedad. Si hay sospecha de lesión uretral concomitante, es necesaria una
uretrografía previa a la cistografía. Dependiendo del tipo de lesión:
– Rotura intraperitoneal: extravasación que dibuja las asas intestinales.
– Rotura extraperitoneal: extravasación en llama o fuera de los límites pélvicos.
• Cistografía por TC: sensibilidad del 95% y especificidad del 100%. Debe realizarse
mediante perfusión retrógrada de contraste (350 mL). Permite evaluar las lesiones
asociadas.
• UIV: detecta el 15% de las lesiones vesicales (escasa presión vesical). No es una exploración
adecuada en el traumatismo vesical. La vejiga en lágrima es signo de hematoma pélvico.
• Cistoscopia: útil en el traumatismo iatrógeno, para detectar lesiones insospechadas
(85% de exactitud). Debe usarse en procedimientos ginecológicos mayores y cirugías
anti-incontinencia.
TRATAMIENTO
• Rotura extraperitoneal: drenaje vesical mediante catéter de Foley. Solo está indicada la
exploración quirúrgica si la rotura afecta el cuello vesical, si hay lesiones asociadas (vagina
o recto), atrapamiento o fragmentos óseos en la pared vesical. Si no se soluciona, se debe
colocar un drenaje percutáneo. En caso de hematuria son preferibles las sondas grandes
(22-24F) durante, al menos, 7-14 días. Se recomienda la cistografía de control antes de
retirar la sonda. Si persiste la fuga, se debe prolongar 1 semana más.
• Rotura intraperitoneal cerrada o cualquier traumatismo penetrante: requiere explo-
ración quirúrgica y reparación.
• Lesión iatrógena (cirugía endoscópica): si la perforación es limpia y única, se coloca
una sonda de Foley y un drenaje intraperitoneal, que suele resolver el problema.
• Los antimicrobianos de amplio espectro previenen la infección del hematoma.
• Técnica quirúrgica:
– Incisión media infraumbilical y exploración de la cavidad peritoneal.
– Apertura de la cara anterior vesical y exploración del interior vesical y cierre en tres
capas de la rotura con poliglactina (VICRYL®) o ác poliglicólico (DEXON®) 4/0 para
la mucosa y 2/0 en las capas muscular y adventicia. Debe introducirse sonda urinaria
permeable y llevar a cabo drenaje.
LECTURAS RECOMENDADAS
Morey AF. Urotrauma AUA guideline. J Urol. 2014;192:327-35.
Sumerton DJ, et al. Guidelines in urological renal trauma. EAU. 2014.
Traumatismo vesical 61
Traumatismo uretral
RECUERDO ANATÓMICO
• Diafragma urogenital: está formado por el ligamento triangular que se fija anterolate-
ralmente al arco púbico y al isquion, y posteriormente al músculo transverso del periné.
– Fascia inferior del diafragma: se continúa anteriormente como fascia de Scarpa y mús-
culo dartos y lateralmente como fascia lata en el muslo.
– Fascia superior del diafragma: se continúa con la fascia pélvica.
• División de la uretra: el diafragma urogenital divide la uretra en anterior y posterior.
– Uretra anterior: consta de uretra peneana o péndula, y uretra bulbar.
– Uretra posterior: consta de uretra membranosa, contenida en el diafragma urogenital,
y uretra prostática. En la mujer, solo existe uretra posterior.
ETIOLOGÍA
• Traumatismos de uretra posterior: el 72% se asocian con fracturas de pelvis (la que
se asocia más frecuentemente es la fractura de ambas ramas isquiopúbicas). En el 25%
de las fracturas pélvicas hay lesión de uretra posterior. El 10-20% de lesiones de uretra
posterior se asocia con lesiones vesicales. El 20% de lesiones vesicales por traumatismo
pélvico se asocia con lesión uretral.
• Traumatismos de uretra anterior: la caída a horcajadas es la causa más frecuente
de lesión de uretra anterior. Otras son el accidente de tráfico, las patadas en el periné o
las lesiones asociadas con la fractura de pene. Las lesiones iatrógenas de uretra anterior
aparecen entre la unión penoescrotal y la uretra bulbomembranosa (falsas vías por sondas
y RTU de próstata en el 5%).
• Traumatismos en mujeres: por fracturas pélvicas. La rotura parcial longitudinal de la
pared anterior que se extiende hacia el cuello es lo más frecuente. Las roturas completas
son raras.
Extravasación El contraste
en la uretra llega a la vejiga
Traumatismos de uretra anterior
Contusión uretral − +
Rotura parcial + +
Rotura completa + −
Traumatismos de uretra posterior
Lesión por estiramiento − +
Rotura parcial* + +
Rotura total* + −
*Rotura compleja si se asocia con lesión en cuello, recto o vagina.
DIAGNÓSTICO
• Signos:
– Uretrorragia: es el signo más común (37-93% en las lesiones de la uretra posterior
y 75% en las de la uretra anterior). Cuando hay uretrorragia, lo más prudente es no
colocar un catéter uretral hasta que se haya realizado una uretrografía. En caso de
pacientes inestables, puede intentarse el sondaje, pero a la mínima dificultad se debe
colocar un catéter suprapúbico hasta que pueda llevarse a cabo la uretrografía.
© 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Traumatismo uretral 63
TRAUMATISMOS ABIERTOS
• Con paciente estable: exploración quirúrgica inmediata dependiendo de las lesiones
asociadas. Se debe realizar reparación primaria si se puede o, al menos, realineamiento.
• Con paciente inestable: catéter suprapúbico y uretroplastia diferida.
Traumatismo uretral 67
68 Sección 2 Traumatismos
LECTURAS RECOMENDADAS
Burgués JP. Cirugía del traumatismo uretral. En: Broseta E, editor. Atlas quirúrgico de urología
práctica. Madrid: ene ediciones; 2008. p. 430-3.
Summerton DJ, et al. Guidelines on urological trauma. EAU. 2014.
Traumatismo escrotal y testicular
ETIOLOGÍA
• Traumatismo contuso: es el tipo más frecuente. Suele ser consecuencia de golpes en el
transcurso de deportes violentos o agresiones. Es necesaria una fuerza de 50 kg de presión
para que se rompa la túnica albugínea testicular por un traumatismo contuso (ocurre en
el 50% de los casos).
• Traumatismo penetrante: poco frecuente. Suele ser el resultado de agresiones o lesiones
por arma blanca o de fuego. Puede afectar únicamente la piel o lesionar el testículo.
• Quemadura: requiere una cuidadosa evaluación para determinar su alcance.
CLÍNICA
• Edema y equimosis escrotal. Cuando no se ha roto la vaginal testicular, el hematoma queda
contenido. La ruptura de la vaginal, por el contrario, origina un gran hematoma escrotal.
• Teste no palpable o dislocado:
– Dislocación subcutánea: desplazamiento epifascial del testículo.
– Dislocación interna: en anillo inguinal superficial, canal inguinal o cavidad abdominal.
• Dolor intenso a la palpación testicular. A veces con náuseas, vómitos o, incluso, síncope.
DIAGNÓSTICO
• Antecedente de traumatismo: cuando hay una correlación inapropiada entre la magnitud
del traumatismo y las lesiones apreciadas, hay que descartar la existencia de un tumor
testicular.
• Exploración escrotal: hay que evaluar la indemnidad de testículo, epidídimo y cordón.
• Ecografía escrotal: muestra si hay rotura testicular y su grado. Existe una pérdida del patrón
homogéneo testicular con presencia de hematocele (colección anecoica peritesticular).
• Exploración quirúrgica: en caso de dudas sobre si hay rotura de la túnica albugínea.
• CUMS o uretroscopia: si hay hematuria o uretrorragia, se lleva a cabo para descartar
lesión vesical o uretral.
• Diagnóstico diferencial: con la torsión testicular o de apéndices, tumor, epidididimo
orquitis, hematoma del cordón espermático o hidrocele reactivo.
TRATAMIENTO
• Indicaciones de cirugía: traumatismo penetrante, rotura de túnica albugínea, gran hema-
tocele (más de 3 veces el tamaño del testículo contralateral aún con testículo íntegro) o
dislocación no reductible manualmente. También debe indicarse la exploración quirúrgica
ante la duda de si hay rotura de la túnica albugínea. En caso de grandes hematomas sin
rotura testicular, la cirugía temprana evita más orquiectomías que la diferida.
• Objetivos: conservación del testículo siempre que se pueda, prevención de infecciones
y control del sangrado.
• Técnica: incisión escrotal transversal en el lado afectado. Drenaje del hematocele, exéresis
de pulpa testicular no viable y reparación de la túnica albugínea con sutura absorbible
3/0. Recolocación del testículo y orquidopexia en caso de dislocación. Orquiectomía en
caso de estallido masivo. Drenaje de Penrose en el lecho. Cierre de la pared escrotal.
• En traumatismos penetrantes: siempre profilaxis con amoxicilina/ácido clavulánico
y profilaxis antitetánica si hace >5 años de la última dosis (pasiva con toxoide y activa
con inmunoglobulina 250 UI). En heridas altamente contaminadas (mordeduras, asta
de toro, etc.) se añade vancomicina y metronidazol. En mordeduras de animales se valora
también la vacunación antirrábica.
LECTURAS RECOMENDADAS
Burgués JP. Cirugía del traumatismo escrotal. En: Broseta E, editor. Atlas quirúrgico de urología
práctica. Madrid: ene ediciones; 2008. p. 534-6.
Luján S, et al. Dislocación testicular postraumática. Actas Urol Esp. 2006;30:409-11.
Summerton DJ, et al. Guidelines on urological trauma. EAU. 2014.
REVISTA MEDICA HONDUREÑA 29
ANURIA
La Anuria consiste en una su- nal primero y después la obs-
presión de la función secreto- trucción de los tubos urinarios
ria de los riñones, caracteriza- por la descamación epitelial in-
da clínicamente por la ausen- tensa que acompaña el proceso
Ra de orina en la vejiga. destructivo; se. agrega además
Sólo puede confundirse la el elemento nervioso reflejo.
anuria con la retención de ori- Clínicamente se consideran
na; el cateterismo vesical mos- tres tipos de anuria: por obs-
trando la vacuidad afirma la trucción ureteral, por alteración
certeza de la anuria. del parénquima renal, por tras-
Existen una anuria secretoria tornos nerviosos.
y otra excretoria. Anurias por obstrucción ure-
Anuria secretoria: — De causas teral: de mecanismo mixto, se-
diversas, en las nefritis agudas cretorio y excretorio, por acom-
depende de una destrucción de pañarse de destrucción del pa-
los elementos secretantes del rénquima renal, la más fre-
riñon o de lesiones del sistema cuente es la anuria calculosa.
nervioso incapaz de regular la Primer factor el blocaje del
secreción renal. La trombosis uréter por un cálculo enclava-
de la vena cava o de las venas do en uno o en ambos canales.
renales puede igualmente pro- Se estima en 30 % de anurias
vocar una anuria. Se creía antes por lesión bilateral. Se presenta
que las modificaciones de el caso de bloqueo de un solo
composición de la sangre, las al- uréter y ausencia del otro,
teraciones de la circulación lle- quirúrgica o congenital o por
gando a producir éxtasis venosa destrucción infecciosa o litiasis,
causaban anuria, pero no es por último bloqueado un uréter
cierto, cuanto más llegan a la y el otro riñon en estado nor-
oliguria. mal sobreviene anuria por ac-
ción refleja. La incrustación
Anuria excretoria: — Significa
de arena en el uréter puede
el origen mecánico del obstáculo
también obstruir la luz del mis-
pero pronto se hace también
mo.
secretoria. La retención en el
riñon de la orina produce un Resumen de la patogenia de
aumento de la presión intra-ca- la anuria:
nicular que neutralizando la I. — Obstrucción bilateral cíe
presión sanguínea impide el pa- los uréteres por un cálculo o por
so de los elementos de la orina. depósitos de arena litiásica.
Un fenómeno nervioso reflejo II. — Obstrucción de un uré
detiene la secreción del parén- ter por cálculo y obstrucción del
quima. otro por infiltración arenosa.
Anuria mixta: — En el perío- III.—Obstrucción -de un uré-
do de estado la anuria es siem- ter por cálculo o arena y ausen-
pre secretoria y excretoria. La cia del otro riñon congenital b
destrucción del parénquima re- patológica.
30 REVISTA MÉDICA HONDURENA
• Cálculos en la vejiga
• Chlamydia trachomatis
• Cistitis (inflamación de la vejiga)
• Medicamentos, como los que se utilizan para el tratamiento oncológico, que irritan la vejiga como efecto
secundario
• Herpes genital
• Gonorrea
• Haberse sometido recientemente a un procedimiento de las vías urinarias, lo que comprende el uso de
instrumentos urológicos para análisis o tratamiento
• Infección renal (pielonefritis)
• Cálculos renales
• Prostatitis
• Enfermedades de transmisión sexual (ETS) (enfermedades de transmisión sexual)
• Jabones, perfumes y otros productos de cuidado personal
• Estenosis uretral (estrechamiento de la uretra)
• Uretritis (infección de la uretra)
• Infección de las vías urinarias
• Vaginitis
• Candidosis vaginal
UROPATÍA OBSTRUCTIVA
La uropatía obstructiva, un término empleado para describir los cambios estructurales en las vías urinarias
capaces de alterar el flujo urinario y donde se hace necesario una mayor presión proximal para transmitir el
flujo habitual a través de la zona estenosada, es conocida generalmente como hidronefrosis.
Cuando exista una lesión parenquimatosa donde se produzca la enfermedad renal como consecuencia de un
impedimento al libre flujo urinario o al fluido tubular se denomina nefropatía obstructiva.
La túnica muscular tiene diferentes orientaciones de sus fibras a lo largo del uréter y se observa que a la
entrada de la vejiga desaparecen las fibras circulares y las longitudinales se unen en el trígono con las
provenientes del uréter contralateral.
La orina desciende desde los cálices a la vejiga por medio de los movimientos peristálticos u ondas
peristálticas que son productos de la aparición de los potenciales de acción dado por:
• Los marcapasos situados al nivel de los cálices mayores y los cuales presentan automatismo.
• La excitabilidad celular que se produce por estímulos eléctricos, químicos o mecánicos.
• La conductibilidad de célula a célula de contracción y donde los canales de calcio controlado por el
voltaje se ha demostrado que desempeñan un papel importante.
Al iniciarse en el marcapaso la onda peristáltica, ésta se transmite a los cálices y se produce la sístole y diástole
caliceal, al vaciarse las orinas en la pelvis donde la onda tiene la apariencia de correr entre sus paredes para
llenar el uréter inicial. La presión de reposo de la pelvis se ha considerado entre 0 a 5 cm de agua.
En condiciones fisiológicas la orina desciende del riñón hasta la vejiga por el resultado de 3 factores:
• El peristaltismo ureteral.
• La presión hidrostática o de gravedad.
• La presión de filtración glomerular.
La peristalsis ureteral se inicia con el movimiento ascendente de la orina y luego los componentes circulares
se contraen próximalmente y forman el bolo urinario; cuando coaptan las paredes del uréter se propulsa el
bolo a lo largo de todo el ureter. En reposo las presiones del uréter son iguales a las de la pelvis, pero cuando
coaptan ascienden hasta 60 cm de agua en la proximidad vesical.
La influencia de la diuresis en la peristalsis ha sido confirmada por varios autores, así como su relación con
la actividad del marcapaso pieloureteral.
Otros factores se han invocado en la dinámica ureteral, como son: el volumen urinario, el pH urinario y la
osmolaridad de la orina.
El pH de la orina puede actuar directamente sobre el músculo liso y alterar la peristalsis. La hiperosmolaridad
tiene un efecto inotropo positivo y crea un aumento de la presión basal, porque en estudios in vitro se ha
demostrado que la actividad eléctrica ureteral aumenta por producirse un aumento de la des-polarización de
las membranas en soluciones hiperosmolares. Las concentraciones de los iones H+, Cl- y Na+ en las orinas
tendrían un efecto contrario sobre la actividad contráctil.
Aunque no se han comprobado terminaciones nerviosas del sistema neurovegetativo, éste modula la formación
del bolo urinario en el tracto urinario superior y se describe que:
• Los alfaagonistas excitan las células musculares y provocan efecto inotropo y cronotropo positivo.
• Los betaagonistas relajan las células musculares con efectos inotropo y cronotropo negativos.
• Los colinérgicos excitan las células musculares con efectos inotropo y cronotropos positivos.
FISIOPATOLOGÍA DE LA OBSTRUCCIÓN
En las obstrucciones agudas se provoca inmediatamente un aumento de la presión en el uréter al igual que la
tensión de su pared que de no resolverse a las 3 horas, dichas presiones serán transmitidas a la pelvis y al
parénquima renal, para igualarse a la presión de filtración glomerular. El flujo sanguíneo renal aumenta en
estas primeras horas, pero luego la vasoconstricción preglomerular causa un descenso del flujo sanguíneo
renal que gradualmente progresa en la obstrucción crónica.
En la primera fase de esta obstrucción el flujo sanguíneo renal se eleva y aumenta la presión en el uréter, en
la segunda fase (2 a 5 horas después) el flujo sanguíneo renal comienza a disminuir mientras que la presión
ureteral continúa aumentando y por último en la tercera fase la presión ureteral se irá normalizando,
considerándose que en estas fases desempeñan un papel importante las hormonas vasoactivas de la médula
renal (prostaglandinas) y algunas citoquinas que se describen en la actualidad.
A medida que pasa el tiempo y la obstrucción continúa, la presión mantenida en el uréter llevará a que la
tensión de sus paredes disminuya y se provoque la dilatación y elongación de los uréteres.
Más tarde el parénquima renal es comprimido por las cavidades y se produce una atrofia de éste. Hay que
considerar que las orinas producidas no están acumuladas, sino que existe un intercambio de ellas por los
reflujos que se producen y que desde hace muchos años se han descrito, y son los: pielovenoso, pielotubulares,
pielolinfáticos y pielointersticiales.
Las dilataciones del tracto urinario pueden ser dilataciones por obstrucción o dilataciones no obstructivas. Se
han dado varias definiciones de ellas pero escogemos las siguientes:
Whitaker señala que la obstrucción es un cambio en el calibre del tracto urinario que ocasiona la hiperpresión
necesaria por encima, para mantener el flujo urinario. Koff añade que si no se trata a tiempo, llevará al
deterioro de la función renal.3
Dilataciones no obstructivas son aquellos aumentos de calibre de las cavidades del tracto urinario, pero sin
aumento de las presiones dentro del sistema que determina deterioro de la función renal.
CUADRO CLÍNICO
Los síntomas de la obstrucción del tracto urinario varían dependiente de la agudeza del comienzo de los
síntomas y la localización de la obstrucción. En la obstrucción aguda aparece el cólico nefrítico, muy conocida
por todos los médicos su sintomatología, pero puede producirse una obstrucción lenta y progresiva y llevar a
la hidronefrosis sin síntomas alarmantes.
MÉTODOS MORFOLÓGICOS
• Urografía excretora. • Ultrasonido renal.
• Pielografía ascendente. • Tomografía axial computadorizada.
• Pielografía anterógrada. • Cistografía miccional.
MÉTODOS FUNCIONALES
• Urografía excretora diurética.
• Renografía con o sin diuréticos.
• Estudios de presión-flujo o test de
Whitaker.
• Determinación del tiempo de tránsito
intrarrenal.
La urografía excretora brinda informaciones valiosas anatómicas al poderse precisar el
sistema afectado, el sitio de la obstrucción, la repercusión retrógrada y el estado de las
vías urinarias por debajo de la obstrucción.
En los casos que no se pueda precisar por este estudio será necesario realizar la pielografía
ascendente o anterógrada cobrando más valor la última por tener menos complicaciones
sépticas.
Se describen 3 grupos:
ESTUDIOS DE PRESIÓN-FLUJO
La literatura médica recoge a Kiil, 1957, como el primero en reportar toma de presiones
en la pelvis renal en casos de hidronefrosis.3
Se comienza llenando el sistema o tracto hasta que por la sonda vesical salga el mismo
fluido que se introduce por la sonda de nefrostomía o aguja de punción renal. Al realizarse
las mediciones de la pelvis renal se obtendrá la presión relativa o presión diferenciada.
DESVENTAJAS
Es una prueba invasiva donde se hace necesario una punción renal o una nefrostomía,
además del sondaje vesical con las complicaciones inherentes al método.
• La historia clínica del paciente donde aparezcan los síntomas y signos de las
complicaciones descritas en las obstrucciones.
• Cambios funcionales renales en los estudios realizados con o sin intervención
quirúrgica.
• Cambios morfológicos de los urogramas descendentes evolutivos.
• Elevadas presiones ureteropiélicas a altos flujos (test de Whitaker positivo).
• Renografía diurética que muestre patrones tipo II o IIIa.
TRATAMIENTO
El tratamiento variará dependiendo de la causa de la dilatación si es debido a obstrucción
o es un simple sistema urinario dilatado.
El principio general a seguir es que las obstrucciones son dañinas para el funcionamiento
renal a corto o largo plazo y por tanto deben ser resueltas definitivamente con la cirugía
apropiada para cada enfermedad o si no es posible realizar las derivaciones altas que es
la única que protege al parénquima renal de los embates de la obstrucción.