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Es útil mencionar algunos de los hechos más significativos que han marcado sus últimos años:
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El siguiente texto es una selección de algunos fragmentos de la conferencia que en el año 1991
presidio P. Marty en Argentina
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ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY
Los movimientos de nuestra vida parecen estar dominados por dos conjuntos de
principios.
El primer conjunto está constituido por el principio de las organizaciones funcionales que
se efectúan durante el desarrollo individual. Este principio se completa con el principio
de las desorganizaciones funcionales que, tarde o temprano, nos conduce a la muerte.
El segundo conjunto está constituido, a su vez, por los principios de las fijaciones y las
regresiones. Las fijaciones otorgan valores privilegiados a ciertos sistemas funcionales
establecidos durante el desarrollo del sujeto. Las regresiones consisten en el retorno
posterior y tardío a los sistemas funcionales primeramente fijados cuando se producen
movimientos de desorganizaciones limitados. En efecto, gracias al privilegio de las
fijaciones, las desorganizaciones se apoyan en las regresiones que permiten así una
reorganización vital en los sujetos involucrados.
1. Organizaciones y desorganizaciones
1.1. Organizaciones
- Primero fue la evolución de las especies que llevó a la organización de los mamíferos y,
después, de los hombres. Esto no es remontarse demasiado lejos ya que, en la evolución
individual, por ejemplo, se encuentran problemas en el enderezamiento del cuerpo en
relación a la motricidad del lactante, y en la patología del adulto se encuentran también
zonas de debilidad de la motricidad axial que dan lugar a raquialgias.
- Luego siguió la filogénesis que abarca los múltiples factores de orden hereditario que
debemos tener en cuenta muchas veces.
- Por último, se produjo la ontogénesis, la cual nos interesa especialmente con las
particularidades individuales que ésta aporta:
2) Al nacer, la sensorio-motricidad cobra todo su relieve, con la piel que se descubre, con la
respiración que comienza.
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ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY
Para no perdemos en la multiplicidad de estas funciones, tengo que dedicar algunas palabras al
desarrollo del sistema Pcs. durante la temprana infancia, por varias razones:
Sabemos que el Pcs. es una parte del aparato mental delimitado por Freud (1923) y que es la sede de las
representaciones. reviviscencias de percepciones anteriores, la mayor parte de las veces relacionadas con
afectos.
Sabemos igualmente que en psicoanálisis se distingue representación-cosa de representación-palabra, que,
teóricamente, se ligan en el interior del sistema Pcs.
La representación-cosa es de orden sensorio-perceptivo y la representación-palabra es, primeramente.
representación-cosa.
Tanto en el lactante como en la madre pueden existir dificultades sensorio-matrices. El desarrollo
sensorio-motor del lactante y del niño pequeño también puede ser contrariado por la madre quien posee un
aparato mental propio y puede producir un exceso de excitaciones o de paraexcitaciones en el niño. En
ambos casos el sistema Pcs del niño ya está trabado.
Está trabado por insuficiencias fundamentales o lacunarias de las representaciones que marcarán en
negativo el aparato mental del sujeto.
No olvidemos que el establecimiento de las defensas inmunológicas tiene lugar durante un largo
período del desarrollo individual.
Prácticamente la organización individual se produce desde cierto número de funciones
dispersas, sin mayores nexos entre ellas, conjunto que he denominado: «el mosaico original». Un
ejemplo de este mosaico se puede observar en los bebés prematuros, en quienes los
especialistas deben sostener, al mismo tiempo, una docena de diferentes funciones elementales
hasta que la autonomía respiratoria indique la existencia de un nivel de mayor organización del
bebé que permita su salida de la incubadora.
Este ejemplo ilustra el principio de la organización individual que se funda en el agrupamiento de
funciones y la jerarquización entre esas funciones. Tales mecanismos operan durante todo el
desarrollo.
Los diferentes sistemas funcionales instalados sucesivamente y diferentes unos de otros
cubren campos jerárquicos cada vez más amplios hasta alcanzar la organización individual final,
que nos permite distinguir a los sujetos entre sí, en sus diversos niveles tanto somáticos como
psíquicos.
El desarrollo individual es una mezcla de auto-organizaciones y de organizaciones en relación con
el medio exterior. Ya he señalado la función organizadora de la madre, sin duda la más
importante.
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ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY
Aunque cierto programa mental general parece existir desde el comienzo (me refiero
aquí a las «fantasías originarias» de Freud), el desarrollo individual parte globalmente de lo
somático para dirigirse progresivamente hacia lo psíquico. La organización psíquica ocupa, pues,
en fin, la cumbre de la jerarquía funcional.
El pasaje de lo somático a lo psíquico se comprueba ejemplarmente cuando nuestras
percepciones sensorio-motoras de cosas, luego de palabras, se almacenan bajo la forma de
representaciones interiores que contienen cargas afectivas diversas, y luego las utilizamos en las
asociaciones de ideas, indispensables tanto para nuestra vida mental como para nuestra vida
social. El lugar psíquico de las representaciones constituye el preconsciente.
1.2. Desorganizaciones
2. Fijaciones y regresiones
Ya les he referido que, desde el comienzo del embrión hasta la organización final adulta, tanto
en los niveles somáticos como en los niveles psíquicos, el desarrollo individual se realizaba con la
aparición de sistemas funcionales nuevos, partiendo de funciones ya establecidas. Esto ocurre
dentro de una serie de agrupamientos y jerarquizaciones sucesivas de funciones, conforme a un
programa a la vez general y, no obstante, particular para cada individuo.
Ahora bien, cuando, en un momento dado del desarrollo, una función ya establecida no está lista
(sea por exceso sea por falta de excitaciones operantes sobre esta función) para participar en
los sistemas funcionales nuevos, más evolucionados, ella queda entonces marcada.
Esta marca se produce por la repetición de las tentativas de integrar los sistemas funcionales
más evolucionados y por los fracasos reiterados en esa participación. Justamente llamamos
fijaciones a estas idas y vueltas que ocasionan las marcaciones.
Las fijaciones otorgan un doble valor a las funciones que ellas determinan:
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ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY
Llamamos regresiones a estos retornos a una patología defensiva surgida de las fijaciones.
Existen fijaciones, y posteriormente regresiones que producen afecciones sintomáticas, en
todos los niveles del desarrollo, somático y mental. Es preciso saber que, efectivamente, las
fijaciones se encadenan entre sí durante todo el período de la organización evolutiva de un
sistema funcional, y que cuanto más tarde se hayan producido las fijaciones en la evolución de
ese sistema, más las correspondientes regresiones asegurarán una sólida resistencia frente a
los movimientos de desorganización. Es así como, en conjunto, las regresiones mentales tienen
un valor de resistencia mayor que las regresiones somáticas.
Debemos señalar también que los sistemas de fijaciones-regresiones fueron descubiertos por
Freud durante los análisis de las neurosis mentales.
Para concluir este tema sobre fijaciones y regresiones, daré algunos ejemplos de patologías
regresivas. En el nivel mental, las neurosis mentales constituidas y estables, demasiado estables
--dicho sea de paso-- para los psicoanalistas que las tratan: neurosis de angustia, neurosis
fóbica, neurosis obsesiva, por ejemplo. En un grado menor de estabilidad y de resistencia vital,
debo mencionar también los rasgos de carácter que corresponden a estas neurosis. Además
debo destacar, en el plano mental, las psicosis organizadas como otros ejemplos de resistencias
regresivas.
En el nivel somático, numerosos trastornos son, con frecuencia, de orden regresivo. Citaré
algunos de ellos: raquialgias, colopatías, manifestaciones alérgicas, como asma o eczemas,
hipertensión arterial esencial, úlcera gastroduodenal, y también cefalalgias, jaquecas,
manifestaciones comiciales. Todas estas afecciones tienen en común que están limitadas al
campo funcional, no se complican espontáneamente, muestran un carácter repetitivo en un
mismo individuo y, en fin, son clásicas tanto en su presentación clínica como en su evolución. Son
las enfermedades frecuentemente llamadas «a crisis» que remiten espontáneamente.
Pero debo llamar la atención de nuestros colegas sobre el hecho de que cualquiera de las
afecciones precedentes, regresivas, y por lo tanto a priori resistentes, un día pueden ceder en
su resistencia. En ese momento corren el riesgo de transformarse en el punto de partida de una
desorganización progresiva o de presentarse como un episodio de esta.
Estaremos preparados para abordar, en fin, el tema principal de mi exposición después que les
diga que cualquier desorganización mental desencadenada por un traumatismo afectivo provoca
un episodio de depresión. La depresión es de duración breve cuando se detiene ante un sistema
regresivo mental o somático, y es prolongada cuando la desorganización progresa.
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Piedra angular del proceso psicosomático
Recordemos brevemente sus principales rasgos: una falta de expresión afectiva, una ausencia
de capacidad fantasmática, un pensamiento calificado de operatorio por su falta de ligaduras
estructuradas con sus fuentes inconscientes. En fin, destaco la importancia económica de dos
vías de descarga de las excitaciones no psíquicas: el comportamiento y, por supuesto, la vía
somática.
Estas descripciones y análisis llevan por una parte a elaborar nuevas nociones (como
pensamiento operatorio), y por otra parte orientan la investigación psicosomática en dos
direcciones:
*hacia el estudio de la organización del inconsciente y de las vicisitudes de la libido y
*hacia el punto de vista económico que engloba, más allá de la actividad psíquica, toda la serie de
funciones somáticas.
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ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY
Entre las condiciones preparatorias o coadyuvantes en la formación del síntoma psicosomático Pierre
Marty destaca tres factores
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ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY
índole afectiva. Estas personas pueden decir que están ‘nerviosas’, ‘enojadas’, o ‘felices’, pero ser
incapaces de describir estas experiencias de su mundo interno.
Tienden a carecer de fantasías porque le es muy difícil crearlas sino más bien usar prolijas
descripciones de sí mismos y su medio. Su vida es pragmática. También presentan una inhabilidad para
captar a los otros como personas diferentes, es decir percibir su individualidad, como por ejemplo,
tienden a vivir al terapeuta como una versión de sí mismos”. La incapacidad de usar metáforas, es decir,
usar palabras en sentido figurado, revela una imposibilidad para despojar el afecto que conlleva
habitualmente una palabra para cargarla con afecto diferente. Parker et al. añaden que a estas
personas se les dificulta captar las expresiones emocionales faciales de los otros.
3.- MENTALIZACION
En clínica, según los individuos y, para algunos de ellos, de acuerdo con los momentos,
se manifiestan diferencias marcadas en cuanto a la cantidad, así como en cuanto a la
calidad de las representaciones.
A veces las representaciones parecen ausentes.
Otras veces, aunque cargadas de contenidos verbales (pero entonces las palabras
parecen reducidas al estado de cosas), las representaciones aparecen limitadas y
superficiales, reproduciendo directamente percepciones vividas en la realidad. Huellas
mnémicas eventualmente puras, estas representaciones, poco numerosas, por otra
parte, y poco sujetas a asociaciones de ideas, tienen el aspecto de meros testimonios
de sucesos registrados. Es como si las complejidades de la vida mental no existieran
en los individuos a que nos referimos, como si los afectos promovidos por el Icc, que
son permanentes -o casi- en otros, hubieran sido apartados. La ausencia o la limitación
y la superficialidad de las representaciones reducidas a la representación de las cosas,
la reducción de los afectos a las meras cosas en cuestión, la falta de simbolización del
discurso, nos han llevado a circunscribir y definir las “neurosis de comportamiento”. Los
sujetos en cuestión, capaces de tener una vida eficaz y satisfactoria, a veces
enriquecida por expresiones sublimatorias, artísticas sobre todo, no encuentran, en
efecto, otras posibilidades que las de traducir dentro de lo actual y dentro de la
acción los movimientos inconscientes.
P. Marty ha descrito dentro de esta misma perspectiva, aunque en un menor grado de
pobreza general de las representaciones, a los sujetos del grupo de las «neurosis mal
mentalizadas».
En un gran número de casos, desde luego, las representaciones de palabras y de cosas
ligadas entre sí se cargan y se enriquecen, durante el desarrollo, con múltiples afectos
y valores simbólicos. Las percepciones y representaciones primeras son modificadas
por la evolución mental individual, por los movimientos pulsionales sucesivos y por los
conflictos psíquicos, el Icc interviene de varios modos en sus reproducciones
posteriores que, surgidas de sistemas mnémicos complejos (noción freudiana del apres-
coup), constituyen testimonios discutibles de las realidades pasadas. Esta profundidad y
amplitud psíquica de las representaciones, sujetas al menos en teoría a las asociaciones
de ideas por los hilos entrelazados de las palabras y los afectos, se encuentra por
cierto en los «neuróticos mentales» clásicos, objeto de las descripciones freudianas. Del
mismo modo ella se presenta en los neuróticos llamados «bien mentalizados», que no por
ello poseen, como los precedentes, sistemas organizados y persistentes de defensas
mentales.
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ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY
Entre el conjunto formado por las «neurosis de comportamiento» y las «neurosis mal
mentalizadas» (con representaciones ausentes o raras, superficiales y con pocas
asociaciones cuando existen) y el conjunto formado por las «neurosis mentales»
clásicas y las «neurosis bien mentalizadas» (con representaciones relativamente
holgadas, profundas y dentro del orden asociativo), aparece una tercera categoría de
neurosis que merece atención por su importancia numérica. A saber, las posibilidades
representativas y asociativas de estos sujetos varían considerablemente en el tiempo. En
algunos casos «bien mentalizados» con toda certeza o relativamente, parecen más bien
ricos en pensamientos y, para muchos psicoanalistas, admiten la indicación de un
análisis clásico; en otros casos, «mal mentalizados», su pobreza y su superficialidad
psíquica en orden a las representaciones es desoladora. Las variaciones del
funcionamiento preconsciente de estos sujetos nos han conducido a calificar este con-
junto como «neurosis de mentalización incierta»; esta incertidumbre proviene tanto de la
variabilidad de su condición psíquica como del sentimiento indeciso del observador.
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ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY