ESTUDIO BIBLICO SOBRE JOVEN DE 35 AÑOS, EXADVENTISTA QUE TIENE RECURRENTES
PENSAMIENTOS SUICIDAS…SIENTE QUE SU VIDA NO TIENE PROPOSITO.
INICIAMOS EL ESTUDIO CON UNA ORACION.
Abordamos en forma prudente a la persona dejando que ella sea la que nos abra su corazón y comparta con nosotros sus tendencias suicidas. Una vez que ha sido quitado el velo, comenzaremos por recordar lo que Dios piensa en su Sagrada Palabra acerca del suicidio y del conocimiento que él tiene, como ex adventista, acerca de la vida y el mandamiento que viola al hacerlo o el solo pensar en hacerlo. Le recordaremos las muchas referencias que hay en la biblia, al respecto. Por ejemplo, casos como el del rey Saúl, que al verse herido gravemente apresuró su muerte y también su escudero al ver al rey muerto también se echó sobre su espada (1 Samuel 31:4). Ahitofel. Vio que no se había seguido su consejo………..se ahorcó y murió…….(2 Samuel 17:23). Zimri, vio tomada la ciudad, entró en el palacio real y prendió fuego a su casa, quedando él adentro. (1 Reyes 16:18). Judas al entregar a Jesús sintió el peso de su conciencia, no soportó y se colgó. (Mateo 27:5). Y así muchos más como el guarda que quiso suicidarse cuando estaba en la cárcel Pablo, el cual se lo impidió. Y otros casos que nos muestra un perfil de pecado, de estos hombres. La biblia ve el suicidio como un asesinato, es decir, como matarse uno mismo. Cuando creemos en el Señor y confiamos en su voluntad como lo hicieron Abraham, Elías, Pablo, Pedro y muchos más, aceptamos de Dios, cuándo y cómo vamos a morir. De acuerdo con la biblia tomar ese poder en nuestras manos es blasfemar contra Dios, porque no respetamos su voluntad ni su palabra ni sus mandamientos. Todos tenemos serias y graves dificultades en la vida, pero no debemos permitir que el enemigo arrebate esa luz que nos fue dada, por el poder del Espíritu Santo. Así como llega la dificultad, el Señor nos provee, en su infinita misericordia una inmediata solución, y además nos fortalece para vencer los próximos zarandeos que nos envía satanás. Dios no tiene la culpa de lo que nos pasa. Somos el resultado de nuestras decisiones, de nuestros excesos y malos hábitos. (1 Corintios 6:19-20) Por esto debemos cuidar nuestro cuerpo, es del Señor es prestado. Animo, el Señor te ama y te perdona en todas nuestras debilidades y te restaurara, renovara tu corazón, tu mente, tú carácter y tu espíritu y te ayudará a levantarte. Dios tiene un propósito para tu vida.