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AAVV (2012) “Orígenes del pensamiento”, en: Revista de Investigación y Ciencia (IyC) n° 425, febrero 2012,

pp 64-86.

El despertar del pensamiento


Introducción – Karin Scholtt
La arqueología cognitiva es un nuevo enfoque multidisciplinar entre antropólogos, genetistas y neurólogos
que intentan reconstruir los orígenes de nuestro pensamiento y con ello el inicio de nuestras sociedades,
tradiciones y culturas.

Con la fabricación intencionada de una herramienta (revolucionaria innovación) se da comienzo el


Paleolítico. Ya habían transcurrido 4 millones de años desde que nuestros primeros antepasados se
separaron de la rama de los simios antropomorfos y evolucionaron hasta convertirse en prehomínidos o
australopitecinos. Más tarde de éstos descenderían los primeros homínidos que, con Homo ergaster,
abandonaron el continente africano hace 1,9 millones de años.

El proceso evolutivo que condujo a la aparición del hombre moderno no tiene una trayectoria lineal. Entre
los australopitecinos se encontraban especies más robustas los “hombres cascanueces”, cuya evolución
continuó por una senda independiente de la del género Homo. En vez de utensillos líticos usaban las
poderosas mandíbulas para partir los alimentos. Finalmente los homínidos consiguieron adaptarse al
entorno, un desarrollo que culminó hace 200.000 años con la aparición de Homo sapiens.

Esos millones de años de evolución establecieron requisitos indispensables para el salto cultural del hombre.
Desde comienzos del Paleolítico, el encéfalo había ido incrementando paulatinamente su tamaño, algunas
regiones cerebrales sufrieron cambios genéticos y aumentaron su eficiencia. Todo ello permitió el desarrollo
de facultades cognitivas: la capacidad de planificación, el diseño creativo o el habla, la competencia para
aprender nuevas técnicas y combinarlas. Todas estas facultades se encuentran asociadas a la evolución de
nuestro cerebro.

Parece que nuestros predecesores se limitaron durante un largo tiempo a aplicar dichas capacidades a la
fabricación de utensilios de piedra y al uso del fuego. La diversidad cultural comenzó hace 300.000 años,
después de que el 90% de la historia evolutiva del hombre ya hubiera transcurrido. Entonces aprendieron
nuevas técnicas líticas, inventaron un pegamento sintético y elaboraron diversos tipos de herramientas
hasta entonces desconocidas.

Hace 40. 000 años, llegó a Europa una revolución cultural. Provenientes de África los humanos comenzaron
a agruparse en sociedades complejas, crearon objetos artísticos, pintaron las paredes de sus cavernas y
entonaron las primeras melodías musicales. Poco después Homo sapiens había desplazado a los últimos
representantes contemporáneos de su propio género, los neandertales.

Genética de la cognición – Miriam Noël Haidle


Durante los últimos 2 millones de años el cerebro humano ha triplicado su tamaño en conjunto a la
complejidad neuronal. En el 2003 se descifró el genoma completo del hombre moderno; en el 2005 se
comparó con el chimpancé, y en 2010 se presentó la primer versión del genoma neandertal, del que se ha
secuenciado un 60 por ciento.

La paleontología ha podido confirmar, a través de la comparación del genoma humano con el de los
primates y otras especies, que el genoma humano ha cambiado en numerosos aspectos a lo largo de la
evolución. Emergieron algunos genes algunos se modificaron y otros desaparecieron. Pero la consecuencia
de estos cambios todavía no se comprenden bien, sobre todo en lo que respecta a la funcionalidad de los
genes asociados. Una de las pocos conclusiones definitivas es el caso de los genes que controlan los
receptores olfativos, ya que la evolución redujo su número y se cree que ellos se debe a que nuestros
antepasados fueron dependiendo cada vez menos del sentido del olfato, para buscar comida como para
interaccionar con otros miembros de su especie.

El hombre posee en la retina tres pigmentos que posibilitan la visión del color, cada uno de estos pigmentos
es sensible a un intervalo de longitud de onda. Tras la duplicación y posterior modificación del gen que
controlaba la visión de las longitudes de onda medias comenzó el hombre a percibir longitudes de onda
mayores pudiendo distinguir además del azul y verde también el rojo. Esto le permitió distinguir en la
distancia los frutos maduros de los verdes.

En el ámbito de la cognición humana se ha estudiado con especial atención las modificaciones de los pares
de bases del gen FOXP2 ya que el habla guarda un vínculo muy estrecho con el desarrollo cultural del
hombre. En los humanos habían ocurrido tres cambios en la sucesión de pares de bases. Dos de estas
mutaciones aparecieron después de que la línea del chimpancé se separase de la humana. Este gen sufrió
además una fuerte selección, lo que significa que nuestros antepasados pudieron adaptarse mejor al medio.

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