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CONFERENCIA SOBRE ALGO

Aunque fue preparada algunos años antes, esta conferencia no fue editada hasta 1959, cuando apareció en It is (Eso es), editada
por Philip Pavia, con la siguiente introducción:

En el movimiento general y charla que siguió a mi Conferencia sobre Algo (hace diez años en el Club), alguien le preguntó a
Morton Feldman si estaba de acuerdo con lo que yo había dicho sobre él. Él respondió: “Ése no soy yo, ése es John.” Cuando
Pavia recientemente me solicitó un texto en ocasión de la publicación por Columbia de una grabación dedicada a la música de
Feldman, le dije, “Ya tengo uno. ¿Por qué no lo editas?”

[En esta conexión, puede notarse que los espacios vacíos, omitidos en la impresión de It is pero a ser tenidos en cuenta aquí
abajo, son representativos de silencios que eran parte de la Conferencia.]

CONFERENCIA SOBRE ALGO

Para poner las cosas al día, déjenme decir que estoy como siempre cambiando, mientras que la música de Feldman parece más
continuar que cambiar. Nunca hubo y no hay ahora tampoco dudas en mi mente acerca de su belleza. En efecto es, a veces,
demasiado hermosa. El sabor de dicha belleza, que antigüamente me parecía heroico, me golpea ahora como erótico (un igual, de
ninguna manera menor, sabor). Esta impresión se debe, creo, a la tendencia de Feldman a la ternura, una ternura solo
brevemente, y a veces en absoluto, interrumpida por violencia. Sobre el papel, por supuesto, los piezas escritas son tan heroicas
como siempre; pero en ensayo Feldman no permite que las libertades que escribe se vuelvan una ocasión para la licencia. Él
insiste por una acción dentro de la gama del amor, y esto produce (por sólo mencionar los efectos extremos) una sensibilidad del
sonido o una atmósfera de devoción. Como siempre, prefiero los conciertos a las grabaciones de música instrumental. No dejen a
nadie creer que teniendo una grabación tiene la música. La verdadera práctica de la música, y la de la de Feldman
eminentemente, es una celebración de que no poseemos nada.
Esta es una charla sobre algo y naturalmente también una charla sobre
nada. Sobre cómo algo y nada no son opuestos entre sí
sino que se necesitan uno al otro para seguir siendo . Es difícil
hablar cuando tienes algo que decir precisamente por las palabras las cuales
nos siguen haciendo hablar del modo en que las palabras necesitan para
pegar y no del Modo en que nosotros necesitamos para vivir. Por ejemplo:
alguien dijo, “El Arte debería venir de adentro; así es profundo.”
Pero a mí me parece que el Arte va hacia dentro, y no veo la necesidad de “debería” o
“entonces” o “es” o “pro-fundo.” Cuando el Arte viene de adentro , que es
lo que estuvo haciendo durante tanto tiempo, se vu-elve una cosa la cual parecía elevar al
hombre que la hizo so-bre aquellos que la ob-servaban o escuchaban y el artista era
considerado un genio o se le daba un rango: Primero, Segundo, Malo , hasta
que finalmente paseando en un micro o en subte: firma su trabajo
tan orgullosamente como un fabricante .
Pero desde que todo está cambiando, el arte ahora está yendo
hacia dentro y es de la mayor importancia no hacer una cosa sino mejor hacer
nada. ¿Y cómo se hace esto? Se hace haciendo algo
que luego va hacia dentro y nos recuerda la nada. Es im-portante que este
algo sea sólo algo, finitamente algo; entonces muy
simplemente va hacia dentro y se vuelve infinitamente nada .
Parece que estamos viviendo. Entender que lo que es nutritivo es
cambiar . Por supuesto, todo esto siempre está cambiando,
pero
ahora está cambiando muy evidentemente, de modo que la gente o está de acuerdo o no y las
diferencias de o-pinión son más evidentes . Sólo un año o algo así a-
tras todo parecía ser un único asunto. Pero ahora hay
dos lados. De un lado está ese asunto individual continuando, y del
otro lado es más como no algo individual sino de todos lo que no equivale a decir
que todo es lo mismo,- al contrario hay más diferencias. Esto es:
comenzando finitamente todo es diferente pero yendo hacia dentro todos se vuelven lo mismo
. A.V.T. Que es lo que Morton Feldman tenía en
mente cuando llamó a la música que está escribiendo ahora
Intersección . Feldman habla de ningún sonido, y toma
dentro de amplios límites los primeros que le llegan. Ha cambiado
la responsabilidad del compositor de hacer a aceptar
. Aceptar lo que sea que venga
sin atender a las consecuencias
es no tener miedo o
estar lleno de ese amor que
viene de una sensación de estar en-uno-mismo con lo que sea
. Esto viene a explicar lo que Feldman quiere decir
cuando dice que él está asociado con todos los sonidos,
y entonces puede prever lo que pasará
aún cuando no tiene escritas las notas
puntuales que siguen como otros compositores hacen .
Cuando un com-positor siente una responsabilidad de hacer, antes
que de aceptar, elimina del área de posibilidad
todos esos eventos que no sugieren la en ese punto a
tiempo profun-didad en boga. Puesto que se toma a sí mismo en serio,
desea ser considerado grandioso, y por eso disminuye
su amor e in-crementa su miedo y preocupación acerca
de lo que la gente pensará
. Hay varios problemas serios en enfrentarse
a un individuo tal . Tiene que hacerlo mejor,
más impresionantemente, más hermosamente, etc. que cualquier otro . Y
lo que, precisamente, hace esto, este hermoso objeto profundo , esta obra maestra,
¿tiene que ver con la Vida? Tiene esto que ver con la Vida : que está
separado de ella. Ahora lo vemos y ahora no. Cuando lo vemos
nos sentimos mejor, y cuando estamos lejos de él, no nos sentimos tan bien
. La Vida parece pobre y caótica, desordenada, fea por
contraste. Déjenme leer un pasaje del I-Ching que discute este
punto. “En los asuntos humanos la forma estética encarna el ser
cuando las tradiciones se yerguen tan fuertes y duraderas como las montañas
están hechas complaciendo con una lúcida belleza. Contemplando las
formas ex-istentes en los cielos llegamos a entender
el tiempo y sus cambiantes solicitudes . A través de la contemplación de las
formas existentes en la sociedad humana se vu-elve posible concebir el mundo
.” Y la nota al pie continúa: “Belleza tranquila: claridad interior,
quietud exterior . Esta es la tran-quilidad de la pura
contemplación. Cuando el deseo es silenciado y la voluntad se va a descansar
, el mundo como i-dea se hace manifiesto . En este aspecto el mundo es hermoso
y sus-traído de la lucha por la existencia. Este es el mundo del
Arte. Como sea, la contemplación sola no pondrá a la
voluntad a descansar abso-lutamente. Ella se des-pertará nuevamente y entonces
toda la belleza de la forma reaparecerá para haber sido sólo un breve
momento de exaltación. Por lo tanto éste no es aún el verdadero modo de
redención. El fuego cuya luz ilumina la montaña
y la hace complaciente, no brilla lejos. De la misma manera
la forma hermosa alcanza a aclarar y a través de la luz hacia cuestiones de circunstancia menor
. Pero las cuestiones importantes no pueden resolverse
de esta manera . Requieren mayor seriedad
.” Quizás
esto hará entendible una declaración hecha por Blythe
en su libro Haiku: “La más alta responsabilidad del
artista es esconder la belleza.” Ahora por un momento
consideremos cuáles son las cuestiones importantes y
qué es esa mayor seriedad que es requerida . La
cuestión importante es qué es eso que no es sólo hermoso sino también
feo, no sólo bueno, sino también malo , no sólo verdadero, sino también una i-
lusión. Recuerdo ahora que Feldman habló de sombras.
Él dijo que los sonidos no eran sonidos sino sombras. Obviamente son
sonidos; pero es por eso que son sombras. Todo algo es un eco de nada.
La vida transcurre de modo muy similar a una pieza de Morty Feldman.
Alguien podrá ob-jetar que los sonidos que pasaban no eran interesantes.
Déjenlo. La próxima vez que oiga la pieza, será diferente,
quizás menos interesante, quizás repentinamente excitante . Quizás
desastroso. ¿Un desastre para quién ? Para él, no para Feldman.
Y la vida lo mismo: siempre diferente, a veces ex-
citante, a veces aburrida, a veces suavemente placentera y así; ¿y
qué otras cuestiones importantes hay ahí? Que que vivimos y
cómo hacerlo estando de acuerdo con la Vida.
Algunas gentes pueden ahora indignarse e insistir en que ellos
controlan la Vida. Son los mismos que insisten en controlar y juzgar el arte
. ¿Por qué juzgar? “No juzgues para que no te juzguen.”
O podemos decir: Juzga y no repares en las consecuencias
. ¿Qué se
quiere decir con Juzga y no repares en las conse-cuencias? Simplemente esto:
Juzga en un estado de desinterés hacia los efectos del juzgar . Un moderno
compositor cubano, Caturla, se ganaba la vida como juez. Un
hombre que él sentenció a cadena perpetua es-capó de la prisión y
asesinó a Caturla. ¿En ese penúltimo instante presente antes de ser matado
estaba Caturla en el infierno o en el cielo? Haz juicios pero acepta las
consecuencias. De otra manera no hay vida: Hamlet, miedo,
culpa, preocupación, responsabilidad. La i-dea, consecuencias, sugiere el
término musical continuidad y eso produjo una discusión
la semana pasada por cuanto Feldman habló de no-continuidad, mientras
era argumentado desde un punto de vista racional que no importa qué siempre hay continuidad.
Este es nuevamente un asunto de desinterés y aceptación. No-continuidad
simplemente significa aceptar esa continuidad que pasa.
Continuidad significa lo opuesto: hacer esa particular continuidad que
excluye todas las otras. Esto es, por supuesto, posible pero
ya no más nutritivo por cuanto hemos hallado que excluyendo
adelgazamos por dentro aun cuando podamos tener una enorme cuenta bancaria
afuera. Para los algos uno necesita críticos, connoisseurs,
juicios, de autoridad algunos, de otra manera uno es engañado;
pero para nada uno puede prescindir de toda esa fol-de-rol , nadie
pierde nada por-que nada es se-guramente poseído .
Cuando nada es se-guramente poseído uno es libre de aceptar cualquiera de los algos.
¿Cuántos hay? Se amontonan a tus pies. ¿Cuántas puertas y ventanas hay ahí
en eso? No hay fin para el número de algos y todos ellos (sin
excepción) son a-ceptables. Si uno se vuelve de pronto orgulloso y dice
por alguna razón u otra: yo no puedo aceptar esto; entonces la entera libertad
de aceptar cualquiera de los otros desaparece. Pero si uno mantiene posesión segura
de nada (lo que ha sido llamado pobreza de espíritu), entonces no hay límite
para lo que uno puede libremente disfrutar. En este libre dis-frute no hay
posesión de cosas. Hay sólo disfrute. Lo que es poseído es nada.
Esto es lo que se quiere decir cuando uno dice : No-continuidad.
No sonidos. No armonía. No melodía.
No contrapunto. No ritmo. Eso es decir
que no hay uno de los algos que no sea aceptable.
Cuando esto es lo significado uno está de acuerdo con la vida,
y paradójicamente libre para tomar y elegir de nuevo como en cualquier
momento Feldman lo hace, hará o puede. El nuevo tomar y
elegir es igual al viejo tomar y elegir excepto que uno
toma como cualquier otro uno de los algos y ninguna consecuencia de
haber tomado y elegido. Cuando en el estado de
nada, uno disminuía el algo en uno: Carácter.
En cualquier momento uno es libre para tomar carácter de nuevo, pero
entonces es sin miedo, lleno de vida y amor.
Porque uno ha estado en el punto de nutrición que sostiene en (no
importa cuál) una de las situaciones algo.
Alto, medio, bajo; entren en cualquier momento dentro de la duración anotada;
este timbre particular. Estos son los algos que Feldman ha
elegido. Le dan a él y a su arte carácter.
Es casi inútil en esta situación para cualquiera decir
que la obra de Feldman es buena o no es buena. Porque estamos en la situación
directa: eso es. Si no les gusta pueden elegir
evitarlo. Pero si lo evitan es una lástima, porque se pa-
rece a la vida muy de cerca, y la vida y eso son esencialmente un motivo para la alegría.
La gente dice, a veces , tímidamente: no sé nada de música pero sé lo que me
gusta. Pero las preguntas importantes son respondidas no sólo por el gustar sino también por el disgustar
y aceptar igualmente lo que a uno le gusta y lo que le disgusta. De otra manera no hay acceso a
la noche oscura del alma. En el tiempo presente, un tiempo dodecafónico, no es popular
permitir la más común variedad de jardín de las relaciones tonales .
Estas últimas son dis-criminadas. Feldman las permite ser si
resultan aparecer. Y para ex -plicarlo nuevamente, la sola razón
para su ser capaz de permitirlas es su actuar sobre el su-puesto de que
ninguna relación tonal ex –iste, o sea todas las relaciones tonales
son aceptables. Digamos nosotros en la vida: Ningún terremoto está permitido.
¿Qué pasa entonces ?

Todos los algos en el


mundo empiezan a sentirse en-sí-mismos cuando algo pasa que les recuerda la
nada
Y de este
modo la música de Morton Feldman puede activamente recordarnos la nada
de modo que su no-continuidad nos deje admitir nuestras vidas con
todas las cosas que pasan en ellas siendo simplemente lo que son y no separándolas
una de la otra. Es perfectamente claro que caminar a lo largo del río es
una cosa y escribir música es otra y ser interrumpido
mientras se está escribiendo música es aún otra y un dolor de espalda también. Van
todas juntas y es una continuidad que no es una continuidad que esté siendo
ceñida o sobre la que se esté insistiendo. El momento en que se vu-elve una
especial continuidad de Yo estoy componiendo y nada más debería pasar, entonces el
resto de la vida no es sino una serie de interrepciones, placenteras o
catastróficas depende el caso. La verdad, como sea, es que es
más como la música de Feldman - cualquier cosa puede pasar y todo
va junto. No hay resto de la vida. La Vida es una. Sin co-
mienzo, sin mitad, sin final . El concepto: comienzo
mitad y final viene de un sentido de sí que se separa
de lo que considera como el resto de la vida. Pero esta actitud es insostenible a menos
que uno insista en detener la vida y llevarla a un final . Ese
pensamiento es en sí mismo un intento de detener la vida, porque la vida sigue, indiferente a las
muertes que son parte de su no comienzo, no mitad, no sentido
. ¡Cuánto mejor está simplemente ponerse atrás y empujar!
Hacer lo opuesto es payasesco, esto es: ceñir o tratar de forzar
la vida dentro la propia i-dea de uno sobre ella, o de lo que debería ser, es so-lo absurdo. La ab-
surdidad viene de la artificialidad de ello, de no vivir, sino
tener que tener primero una idea sobre cómo uno debería hacerlo y luego a los tropezones
intentarlo. Pisar alguna de las varias cáscaras de banana es lo que hemos
estado llamando tragedia. Ideas de separación artificialmente elevadas. La visión
mitológica y Oriental del héroe es la de aquel que acepa la vida
. Y así si uno debería objetar el llamar a Feldman compositor,
uno podría llamarlo héroe. Pero somos todos héroes, si aceptamos lo que
viene, con alegría interior imper-turbable. Si a-ceptamos lo que viene,
eso (nuevamente) es lo que Feldman quiere decir con Intersección. Cualquiera puede cruzársela.
Aquí Vienen Todos . La luz se ha apagado. Caminen. El
agua está buena. Métanse. Algunos se rehusarán, puesto que ven que el
agua está espesa con monstruos listos para devorarlos a ellos. Lo que tienen en
mente es la autopreservación. ¿Y qué es esa autopreservación sino
sólo una preservación de la vida? Siendo que la vida sin la muerte ya no es más vida sino
solo autopreservación. (Esto de paso es otra razón por la cual las grabaciones no son música
.) Lo que nosotros preferimos es, hablando prácticamente, una irrelevante pregunta
ya que la vida ejercitando la muerte hace el asunto concluso para
algo pero sin conclusión para nada. Es nada lo que
sigue y sigue sin comienzo mitad o sentido o final. Algo está
siempre empezando y parando, subiendo y cayendo. La nada que
sigue es de lo que Feldman habla cuando habla de estar sumergi-
do en el silencio. La a-ceptación de la muerte es la
fuente de toda vida. Así que escuchando esta música uno
toma como un trampolín el primer sonido que se cruza en el camino ; el primer
algo nos saca a la nada y fuera de esa nada se levanta el
próximo algo; etc. como en una corriente al-terna. Ningún sonido teme
al silencio que lo ex -tingue. Y ningún silencio existe que no esté preñado
de sonido. Alguien dijo el otro día en
referencia a la performance de la música de Feldman en el reciente recital
de Merce Cunningham: “Ese tipo de música si la llaman música no debería
tocarse en una sala pública, porque mucha gente no la entiende
y empieza a hablar y reírse y el resultado es que no puedes
escuchar la música por culpa de todos esos sonidos extraños.” Siguiendo,
alguien dijo, “La música podría ser tocada y posiblemente apreciada ,
en una casa donde, no habiendo pagado para ser entretenidas, esas audiciones
quizás escucharían y no tendrían el impulso de reír o de tener que
sin decoro callarlas y ade-más en una casa es
más confortable y tranquilo: allí habría una mejor chance para escucharla
.” Ahora lo que alguien dijo des-cribe el de-
seo de unas condiciones especialmente separadas de la vida: una torre de marfil.
Pero ninguna torre de marfil existe, porque no hay posibilidad de mantener al
Príncipe para siempre tras los Muros del Palacio. Él, picarón, saldrá un día
Y viendo que hay enfermedad y muerte (riendo y hablando) se volverá el
Buda- Al lado de mi casa, ustedes escuchan los sonidos de los botes los
sonidos del tráfico, los vecinos chusmeando, los chicos jugando y gritando en el
hall, y encima de todo eso los pedales del piano .
No hay un ir – se de la vida . Ahora, siguiendo, al
volver atrás a lo que alguien dijo: “Ese tipo de música, si la llaman música.”
En verdad ¿qué diferencia? Las palabras son sólo ruidos. Qué ruido
hace una pequeña diferencia. Esencialmente la cuestión es
: ¿vives, o in-sistes en las palabras?
Si antes de vivir pasas a través de una palabra entonces hay un desvío.
Mientras que no necesitamos dar un rodeo , sino
poder ir directamente adentro. Y entonces para continuar :
“Pagado para ser entretenidas.” Esto nos lleva de nuevo a la
Vida. Si en cualquier momento nos acercamos a ese
momento con una idea pre-concebida de lo que ese momento nos debería proporcionar , y si,
peor aún, suponemos que el haber pagado por él nos pone a salvo de él, simplemente
empezamos con el pie izquierdo. Digamos que por diez años todo anda
como imaginamos que lo haría y que debería. Tarde o temprano
la mesa se da vuelta y ya no funciona como quisiéramos que lo haga
. Compramos algo para guardarlo y nos es
robado. Hacemos una torta y resulta que el
azúcar no era azúcar sino sal . Por mi parte, ni bien
empiezo a trabajar el teléfono suena . Pero para continuar:
¿qué es entretenimiento? ¿Y quién es entretenido?
Los héroes están siendo entretenidos y su naturaleza es la de la naturaleza:
el aceptar lo que viene sin ideas preconcebidas de qué
pasará y sin mi– rar las consecuencias. Es por esto, de paso,
que es tan difícil escuchar música que nos es
familiar; la memoria ha actuado para mantenernos a salvo de lo que pasará
a continuación, y entonces es casi im-posible permanecer vi-vo en
presencia de una famosa obra maestra. Ahora y entonces
eso pasa, y cuando pasa, nos aparta de lo milagroso
. Siguiendo con lo que dijo alguien: en relación con
el deseo de apreciar una pieza de música de llamarla así
antes que asá, de escucharla sin lo inevitable extraños
sonidos - en vista de todo esta es la idea de que
esta obra es una cosa separada del resto de la vida, que no es el caso
con la música de Feldman . Estamos en presencia no de una obra
de arte que es una cosa sino de una acción que es implícitamente
nada . Nada ha sido dicho .
Nada es comunicado. Y no hay uso de símbolos o
referencias intelectuales . Ninguna cosa en la vida precisa un símbolo desde que es claramente
lo que es: una manifestación visible de una invisible nada.
Todos los algos igualmente par-ticipan de esa nada dadora de vida.
Pero para seguir de nuevo con lo que alguien dijo: “¿Qué?”
Y olvidé mencionarlo antes. Dijo, “¿Qué hay
con todos esos silencios?” Cómo sé yo cuando
Nunca sabemos cuándo pero ser cuidadoso ayuda . ¿Hay
otros modos además del de Feldman? Naturalmente; por decirlo así hay un
infinito número de modos ¿Cuántas puertas y ventanas?

Olvidé decir
que esto no es una charla sobre la música de Feldman. Es una charla dentro de una
estructura rítmica y es por eso que siempre es posible tener absolutamente
nada; la posibilidad de nada

¿Y cuál es el prin-cipio de ningunos


mitades significados y finales? ¿Y cuál es es fin de ningunos
comienzos, mitades y significados ?

Si lo dejan se sostiene solo. No tienen que .


Cada algo es una celebración de la nada que lo sostiene.
Cuando nos sa-camos el mundo de los hombros notamos
que no pesa. ¿Dónde está la responsabilidad ?

La responsabilidad es con uno mismo; y la más alta forma de ella es


la irresponsabilidad con uno mismo lo que es decir la serena aceptación de lo sea:
la responsabilidad con los otros y con las cosas viene so-la .

Si uno adopta esta actitud el arte es una suerte de estación


experimental en la que uno intenta vivir; uno no deja
de vivir cuando está ocupado haciendo arte, y cuando
uno está viviendo, lo que es, por ejemplo, ahora leyendo una conferencia sobre
algo y nada, uno no deja de estar ocupado haciendo
arte; ¿debería yo estar escribiendo ese
concierto para piano? Por supuesto, lo estoy, y yendo al cine
o explicando acerca de la nada o comiendo una manzana: concierto para piano.
No “debería” y no hay culpa. La continuidad que es la no-continuidad
continúa por siempre, y no hay problema en aceptar
lo que sea. Con esta excepción: hay una gran dificultad
en aceptar esas cosas que vienen de un profundo
sentimiento interior y llenas de orgullo y gloria se afirman
a sí mismas como separadas y mejores que cualquier
otra cosa en la tierra. Pero, en efecto, ¿dónde está la
dificultad? Es la cosa más sencilla del mundo ver directamente: esto
es una naranja; esto es un trapo; esto es un hombre siendo orgulloso; esto
es un hombre pensando que otro hombre está orgulloso; etc .
Va todo jun –to y no necesita que
tratemos de mejorarlo o de sentir nuestra inferioridad o superioridad sobre ello. El progreso está fuera de la
cuestión. Pero no es inactividad lo que ocurre. Siempre hay actividad pero ella está
libre de la com-pulsión, hecha desde el desinterés. Y nosotros estamos
libres de parar de empollar y observar los efectos de nuestras acciones. (Cuando estamos
orgullosos, este orgullo nos impide ob-servar muy claramente.)
¿Y qué observamos: los efectos de nuestras acciones sobre
los otros o sobre nosotros mismos? Sobre nosotros mismos; por cuanto los efectos
sobre nosotros son con-ducentes a menos separación, menos miedo,
más amor, podríamos andar sobre ellos sin la mirada de los otros.
Fuera de ese miedo por la mirada de los otros no sentiremos la necesidad de ser
competitivos, porque como en esos silencios que ocurren cuando dos personas
confían una en la amistad de la otra, no hay
nerviosismo, sólo un sentimiento de en-uno-mismo
Para ir de nada hacia algo tenemos toda
la historia europea de la música y el arte la recordamos
y allí podemos ver que esto está bien hecho y aquello no.
Tan y tan alimentados estos y esos y criteria. Pero ahora estamos
yendo de algo hacia nada, y no hay modo
de profesar éxito o fracaso dado que todas las cosas tienen igualmente su naturaleza
de Buda. Ignorar ese hecho es el único obstáculo para la
iluminación. Y ser iluminado no es ninguna espectral condición
no-terrena. Antes de estudiar Zen los hombres son hombres y las montañas
son montañas. Mientras se estudia Zen, las cosas se vuelven confusas. Después
de estudiar Zen los hombres son hombres y las montañas son montañas. No hay
diferencia excepto que uno ya no está atado; ahora
y entonces he hallado al discutir estas ideas una vez y otra que
alguna gente dice “Todo eso está muy bien, pero no va
a funcionar para nosotros porque es oriental.” (En verdad, no hay más una
cuestión de Oriente y Occidente. Todo eso está rápidamente
desapareciendo; como Bucky Fuller está dulce de apuntar hacia fuera:
el movimiento con el viento del Oriente y el movimiento en
contra el viento del Occidente se encuentran en América y
producen un movimiento hacia arriba hacia el aire - el
espacio, el silencio, la nada que nos sostiene .) Y entonces
de nuevo si cualquiera de ustedes está complicado aún con Oriente y
Occidente, puede leer a Eckhart, o el libro de Blythe sobre la
literatura inglesa, o los libros de Joe Campbell sobre mitología y filosofía,
o los libros de Alan Watts. Y hay naturalmente muchos otros.
Hay libros para leer, cuadros para mirar, poesía
para leer (cummings por ejemplo), escultura, arquitectura, incluso
teatro y danza, y ahora alguna música también.
Sobre todo, ahora mismo, hay pintura y escultura, y así como
anteriormente cuando empezaban a ser abs-tractos, los artistas relacionados a
prácticas musicales para mostrar que lo que estaban haciendo era válido,
así hoy día, los músicos, para explicar lo que están
haciendo, dicen, “Vean, los pintores y los escultores lo han estado haciendo por
ya bastante tiempo.” Pero estamos aún en el punto donde
la mayoría de los músicos se están pegando a los complicados remanentes rotos de
la tradición y además que una tradición que fue siempre una
tradición de romper con la tradición, y ade-más, una tradición que
en sus ideas de contrapunto y armonía estaba de paso no sólo
con la suya sino con todas las otras tradiciones .
Pensé en dejar esta última sección muda, pero resulta que
tengo algo que decir. Estoy hablando después de todo
sobre la música de Morton Feldman y si eso está bien o mal no
es el punto. Lo estoy haciendo. Continúo haciéndolo. Y ese es el modo.
Esta mañana pensé en una imagen que puede hacer clara para
algunos de ustedes la utilidad natural de la música de Feldman. Era esta:
¿se acuerdan , en el mito, el encuentro del héroe con el
monstruo de forma cambiante? El modo en que los sonidos en-
tre dos per-formances cambian su alguidad
sugiere esto. Ahora bien ¿qué hace el héroe? (Ustedes y yo
somos los héroes e incidentalmente Morty también). Él no
se asusta sino que simplemente acepta lo que el cambiador
de sonidos resulta hacer. Eventualmente el espejismo entero desaparece.
Y el premio o lo hallado por algo (que es nada)
se obtiene. Y ese algo - generando nada que se obtiene
es
que cada algo es lo que es realmente , y entonces
¿qué pasa? Vivir felizmente desde entonces. ¿Y ne-
cesitamos una celebración? No podemos e-vitarla
ya que cada cosa en la vida es continuamente sólo eso
. Ahora bien, ¿qué pasa si estoy equivocado? ¿Debería llamar
a Joe Campbell y preguntarle el significado de las metamorfosis
? (No llego a hacerlo por una moneda nada más.) El sabría la
respuesta. Como sea, ese no es el punto. El punto es
éste. Esta es una situación que no es ni más ni menos seria que cualquier
otra situación de vida y muerte. Lo que se necesita es irresponsabilidad.
Del sermón de Meister Eckhart, Dios hizo al pobre para el rico,
tomo lo siguiente : “Si, para ir a algún lugar, tuviéramos
que establecer primero cómo poner un pie delante del otro, nunca llegaríamos allí.
Si el pintor tuviera que planear cada pincelada antes de hacer la
primera no pintaría nada en absoluto. Sigue tus principios y mantente
recto; llegarás al lugar correcto, ese es el camino”
El otro día recibí una carta de Pierre Boulez.
Decía, “Tratamos de no pensar demasiado en la guerra; vivimos
el día a día, llevando nuestras in – vestigaciones lo más lejos posible
.”

Volviendo a Eckhart, en busca de paso


de una brillante conclusión, una tónica y dominante
empática conclusión para esta charla sobre algo
y nada y cómo se necesitan uno al otro para
seguir siendo, como Eckhart dice, “La Tierra” (es decir
cualquier algo) “no tiene escapatoria del cielo:” (es decir
la nada) “huya hacia arriba o huya hacia abajo el cielo
siempre la in- vade, energizán- dola, fructificán- dola,
ya sea para bien o para mal.”

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