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Aunque fue preparada algunos años antes, esta conferencia no fue editada hasta 1959, cuando apareció en It is (Eso es), editada
por Philip Pavia, con la siguiente introducción:
En el movimiento general y charla que siguió a mi Conferencia sobre Algo (hace diez años en el Club), alguien le preguntó a
Morton Feldman si estaba de acuerdo con lo que yo había dicho sobre él. Él respondió: “Ése no soy yo, ése es John.” Cuando
Pavia recientemente me solicitó un texto en ocasión de la publicación por Columbia de una grabación dedicada a la música de
Feldman, le dije, “Ya tengo uno. ¿Por qué no lo editas?”
[En esta conexión, puede notarse que los espacios vacíos, omitidos en la impresión de It is pero a ser tenidos en cuenta aquí
abajo, son representativos de silencios que eran parte de la Conferencia.]
Para poner las cosas al día, déjenme decir que estoy como siempre cambiando, mientras que la música de Feldman parece más
continuar que cambiar. Nunca hubo y no hay ahora tampoco dudas en mi mente acerca de su belleza. En efecto es, a veces,
demasiado hermosa. El sabor de dicha belleza, que antigüamente me parecía heroico, me golpea ahora como erótico (un igual, de
ninguna manera menor, sabor). Esta impresión se debe, creo, a la tendencia de Feldman a la ternura, una ternura solo
brevemente, y a veces en absoluto, interrumpida por violencia. Sobre el papel, por supuesto, los piezas escritas son tan heroicas
como siempre; pero en ensayo Feldman no permite que las libertades que escribe se vuelvan una ocasión para la licencia. Él
insiste por una acción dentro de la gama del amor, y esto produce (por sólo mencionar los efectos extremos) una sensibilidad del
sonido o una atmósfera de devoción. Como siempre, prefiero los conciertos a las grabaciones de música instrumental. No dejen a
nadie creer que teniendo una grabación tiene la música. La verdadera práctica de la música, y la de la de Feldman
eminentemente, es una celebración de que no poseemos nada.
Esta es una charla sobre algo y naturalmente también una charla sobre
nada. Sobre cómo algo y nada no son opuestos entre sí
sino que se necesitan uno al otro para seguir siendo . Es difícil
hablar cuando tienes algo que decir precisamente por las palabras las cuales
nos siguen haciendo hablar del modo en que las palabras necesitan para
pegar y no del Modo en que nosotros necesitamos para vivir. Por ejemplo:
alguien dijo, “El Arte debería venir de adentro; así es profundo.”
Pero a mí me parece que el Arte va hacia dentro, y no veo la necesidad de “debería” o
“entonces” o “es” o “pro-fundo.” Cuando el Arte viene de adentro , que es
lo que estuvo haciendo durante tanto tiempo, se vu-elve una cosa la cual parecía elevar al
hombre que la hizo so-bre aquellos que la ob-servaban o escuchaban y el artista era
considerado un genio o se le daba un rango: Primero, Segundo, Malo , hasta
que finalmente paseando en un micro o en subte: firma su trabajo
tan orgullosamente como un fabricante .
Pero desde que todo está cambiando, el arte ahora está yendo
hacia dentro y es de la mayor importancia no hacer una cosa sino mejor hacer
nada. ¿Y cómo se hace esto? Se hace haciendo algo
que luego va hacia dentro y nos recuerda la nada. Es im-portante que este
algo sea sólo algo, finitamente algo; entonces muy
simplemente va hacia dentro y se vuelve infinitamente nada .
Parece que estamos viviendo. Entender que lo que es nutritivo es
cambiar . Por supuesto, todo esto siempre está cambiando,
pero
ahora está cambiando muy evidentemente, de modo que la gente o está de acuerdo o no y las
diferencias de o-pinión son más evidentes . Sólo un año o algo así a-
tras todo parecía ser un único asunto. Pero ahora hay
dos lados. De un lado está ese asunto individual continuando, y del
otro lado es más como no algo individual sino de todos lo que no equivale a decir
que todo es lo mismo,- al contrario hay más diferencias. Esto es:
comenzando finitamente todo es diferente pero yendo hacia dentro todos se vuelven lo mismo
. A.V.T. Que es lo que Morton Feldman tenía en
mente cuando llamó a la música que está escribiendo ahora
Intersección . Feldman habla de ningún sonido, y toma
dentro de amplios límites los primeros que le llegan. Ha cambiado
la responsabilidad del compositor de hacer a aceptar
. Aceptar lo que sea que venga
sin atender a las consecuencias
es no tener miedo o
estar lleno de ese amor que
viene de una sensación de estar en-uno-mismo con lo que sea
. Esto viene a explicar lo que Feldman quiere decir
cuando dice que él está asociado con todos los sonidos,
y entonces puede prever lo que pasará
aún cuando no tiene escritas las notas
puntuales que siguen como otros compositores hacen .
Cuando un com-positor siente una responsabilidad de hacer, antes
que de aceptar, elimina del área de posibilidad
todos esos eventos que no sugieren la en ese punto a
tiempo profun-didad en boga. Puesto que se toma a sí mismo en serio,
desea ser considerado grandioso, y por eso disminuye
su amor e in-crementa su miedo y preocupación acerca
de lo que la gente pensará
. Hay varios problemas serios en enfrentarse
a un individuo tal . Tiene que hacerlo mejor,
más impresionantemente, más hermosamente, etc. que cualquier otro . Y
lo que, precisamente, hace esto, este hermoso objeto profundo , esta obra maestra,
¿tiene que ver con la Vida? Tiene esto que ver con la Vida : que está
separado de ella. Ahora lo vemos y ahora no. Cuando lo vemos
nos sentimos mejor, y cuando estamos lejos de él, no nos sentimos tan bien
. La Vida parece pobre y caótica, desordenada, fea por
contraste. Déjenme leer un pasaje del I-Ching que discute este
punto. “En los asuntos humanos la forma estética encarna el ser
cuando las tradiciones se yerguen tan fuertes y duraderas como las montañas
están hechas complaciendo con una lúcida belleza. Contemplando las
formas ex-istentes en los cielos llegamos a entender
el tiempo y sus cambiantes solicitudes . A través de la contemplación de las
formas existentes en la sociedad humana se vu-elve posible concebir el mundo
.” Y la nota al pie continúa: “Belleza tranquila: claridad interior,
quietud exterior . Esta es la tran-quilidad de la pura
contemplación. Cuando el deseo es silenciado y la voluntad se va a descansar
, el mundo como i-dea se hace manifiesto . En este aspecto el mundo es hermoso
y sus-traído de la lucha por la existencia. Este es el mundo del
Arte. Como sea, la contemplación sola no pondrá a la
voluntad a descansar abso-lutamente. Ella se des-pertará nuevamente y entonces
toda la belleza de la forma reaparecerá para haber sido sólo un breve
momento de exaltación. Por lo tanto éste no es aún el verdadero modo de
redención. El fuego cuya luz ilumina la montaña
y la hace complaciente, no brilla lejos. De la misma manera
la forma hermosa alcanza a aclarar y a través de la luz hacia cuestiones de circunstancia menor
. Pero las cuestiones importantes no pueden resolverse
de esta manera . Requieren mayor seriedad
.” Quizás
esto hará entendible una declaración hecha por Blythe
en su libro Haiku: “La más alta responsabilidad del
artista es esconder la belleza.” Ahora por un momento
consideremos cuáles son las cuestiones importantes y
qué es esa mayor seriedad que es requerida . La
cuestión importante es qué es eso que no es sólo hermoso sino también
feo, no sólo bueno, sino también malo , no sólo verdadero, sino también una i-
lusión. Recuerdo ahora que Feldman habló de sombras.
Él dijo que los sonidos no eran sonidos sino sombras. Obviamente son
sonidos; pero es por eso que son sombras. Todo algo es un eco de nada.
La vida transcurre de modo muy similar a una pieza de Morty Feldman.
Alguien podrá ob-jetar que los sonidos que pasaban no eran interesantes.
Déjenlo. La próxima vez que oiga la pieza, será diferente,
quizás menos interesante, quizás repentinamente excitante . Quizás
desastroso. ¿Un desastre para quién ? Para él, no para Feldman.
Y la vida lo mismo: siempre diferente, a veces ex-
citante, a veces aburrida, a veces suavemente placentera y así; ¿y
qué otras cuestiones importantes hay ahí? Que que vivimos y
cómo hacerlo estando de acuerdo con la Vida.
Algunas gentes pueden ahora indignarse e insistir en que ellos
controlan la Vida. Son los mismos que insisten en controlar y juzgar el arte
. ¿Por qué juzgar? “No juzgues para que no te juzguen.”
O podemos decir: Juzga y no repares en las consecuencias
. ¿Qué se
quiere decir con Juzga y no repares en las conse-cuencias? Simplemente esto:
Juzga en un estado de desinterés hacia los efectos del juzgar . Un moderno
compositor cubano, Caturla, se ganaba la vida como juez. Un
hombre que él sentenció a cadena perpetua es-capó de la prisión y
asesinó a Caturla. ¿En ese penúltimo instante presente antes de ser matado
estaba Caturla en el infierno o en el cielo? Haz juicios pero acepta las
consecuencias. De otra manera no hay vida: Hamlet, miedo,
culpa, preocupación, responsabilidad. La i-dea, consecuencias, sugiere el
término musical continuidad y eso produjo una discusión
la semana pasada por cuanto Feldman habló de no-continuidad, mientras
era argumentado desde un punto de vista racional que no importa qué siempre hay continuidad.
Este es nuevamente un asunto de desinterés y aceptación. No-continuidad
simplemente significa aceptar esa continuidad que pasa.
Continuidad significa lo opuesto: hacer esa particular continuidad que
excluye todas las otras. Esto es, por supuesto, posible pero
ya no más nutritivo por cuanto hemos hallado que excluyendo
adelgazamos por dentro aun cuando podamos tener una enorme cuenta bancaria
afuera. Para los algos uno necesita críticos, connoisseurs,
juicios, de autoridad algunos, de otra manera uno es engañado;
pero para nada uno puede prescindir de toda esa fol-de-rol , nadie
pierde nada por-que nada es se-guramente poseído .
Cuando nada es se-guramente poseído uno es libre de aceptar cualquiera de los algos.
¿Cuántos hay? Se amontonan a tus pies. ¿Cuántas puertas y ventanas hay ahí
en eso? No hay fin para el número de algos y todos ellos (sin
excepción) son a-ceptables. Si uno se vuelve de pronto orgulloso y dice
por alguna razón u otra: yo no puedo aceptar esto; entonces la entera libertad
de aceptar cualquiera de los otros desaparece. Pero si uno mantiene posesión segura
de nada (lo que ha sido llamado pobreza de espíritu), entonces no hay límite
para lo que uno puede libremente disfrutar. En este libre dis-frute no hay
posesión de cosas. Hay sólo disfrute. Lo que es poseído es nada.
Esto es lo que se quiere decir cuando uno dice : No-continuidad.
No sonidos. No armonía. No melodía.
No contrapunto. No ritmo. Eso es decir
que no hay uno de los algos que no sea aceptable.
Cuando esto es lo significado uno está de acuerdo con la vida,
y paradójicamente libre para tomar y elegir de nuevo como en cualquier
momento Feldman lo hace, hará o puede. El nuevo tomar y
elegir es igual al viejo tomar y elegir excepto que uno
toma como cualquier otro uno de los algos y ninguna consecuencia de
haber tomado y elegido. Cuando en el estado de
nada, uno disminuía el algo en uno: Carácter.
En cualquier momento uno es libre para tomar carácter de nuevo, pero
entonces es sin miedo, lleno de vida y amor.
Porque uno ha estado en el punto de nutrición que sostiene en (no
importa cuál) una de las situaciones algo.
Alto, medio, bajo; entren en cualquier momento dentro de la duración anotada;
este timbre particular. Estos son los algos que Feldman ha
elegido. Le dan a él y a su arte carácter.
Es casi inútil en esta situación para cualquiera decir
que la obra de Feldman es buena o no es buena. Porque estamos en la situación
directa: eso es. Si no les gusta pueden elegir
evitarlo. Pero si lo evitan es una lástima, porque se pa-
rece a la vida muy de cerca, y la vida y eso son esencialmente un motivo para la alegría.
La gente dice, a veces , tímidamente: no sé nada de música pero sé lo que me
gusta. Pero las preguntas importantes son respondidas no sólo por el gustar sino también por el disgustar
y aceptar igualmente lo que a uno le gusta y lo que le disgusta. De otra manera no hay acceso a
la noche oscura del alma. En el tiempo presente, un tiempo dodecafónico, no es popular
permitir la más común variedad de jardín de las relaciones tonales .
Estas últimas son dis-criminadas. Feldman las permite ser si
resultan aparecer. Y para ex -plicarlo nuevamente, la sola razón
para su ser capaz de permitirlas es su actuar sobre el su-puesto de que
ninguna relación tonal ex –iste, o sea todas las relaciones tonales
son aceptables. Digamos nosotros en la vida: Ningún terremoto está permitido.
¿Qué pasa entonces ?
Olvidé decir
que esto no es una charla sobre la música de Feldman. Es una charla dentro de una
estructura rítmica y es por eso que siempre es posible tener absolutamente
nada; la posibilidad de nada