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Los inicios
¿Qué es lo particular en las
Constelaciones Familiares?
El procedimiento
El desarrollo de las Constelaciones Familiares
La Hellinger Sciencia®
El espíritu
Las Constelaciones Familiares del Espíritu
Ejemplo
¿Quién o qué conduce en las
Constelaciones Familiares del Espíritu?
Los límites de las
Constelaciones Familiares anteriores
Desórdenes de la ayuda
“Mejor yo que tú”
El amor peligroso
Los peligros de la inocencia
La solución
Los modos de acción de la conciencia
La superación de los límites
de la conciencia
La Constelación Familiar que une pueblos
El espíritu
Ir con el espíritu
La consonancia
El asesoramiento espiritual de empresas
La elección de una carrera
El Karma
La otra dimensión
“Yo sirvo”
El corazón
Adentro y afuera
LOS INICIOS
El procedimiento
Antes de proseguir describiré cómo se desarrollaba la conste-
lación familiar en el inicio y qué efecto tenía.
Luego de haber situado a los representantes se le preguntaba
al cliente cómo estaba.
Por lo general éste se mostraba muy sorprendido con los resul-
tados porque eran distintos a lo que él se había imaginado.
Entonces se les preguntaba a los representantes cómo se sen-
tían. Después se los reubicaba, hasta que al final todos se sen-
tían bien.
A menudo se elegían otros representantes y se los incorporaba.
Por ejemplo, cuando todos miran en la misma dirección quiere
decir que ellos están mirando a alguien que en la familia había
sido excluido u olvidado. Con frecuencia se trataba de un niño
muerto prematuramente.
Cuando alguien era puesto en representación de este niño, los
demás respiraban. De ese modo salía a la luz un orden del amor
oculto que más tarde se evidenciaba como fundamental.
¿Cuál era ese orden del amor? Todos en la familia tienen el mis-
mo derecho de pertenecer. Muchos problemas en una familia,
también enfermedades, tienen sus raíces en la exclusión de un
miembro. Por ejemplo, cuando un niño fue ocultado o entrega-
do a otra familia.
El punto de mira en esta constelación estaba o bien en la familia
actual o en la familia de origen. Cuando en particular se trataba
de una pareja
y sus hijos, con frecuencia quedaba en evidencia que sus proble-
mas estaban ligados a algo no resuelto en sus familias de origen.
El foco quedaba entonces limitado a esas dos familias.
Aunque limitada, esa forma de constelación familiar resultó muy
exitosa. Ella ayudó a muchas personas.
Se la experimentó como un aporte a la psicoterapia y quedó en
gran parte circunscrita a esa área.
EL DESARROLLO DE LAS
CONSTELACIONES FAMILIARES
La Hellinger Sciencia®
Más tarde resumí estos puntos de vista bajo el concepto de
Hellinger Sciencia®. Se constató que mis ideas sobre los ór-
denes del amor tienen validez en todas nuestras relaciones
mucho más allá de nosotros mismos y de nuestra familia. Ellas
son una ciencia en sí misma, una ciencia creativa en movimien-
to.
Esta ciencia sale a la luz en las Constelaciones Familiares. Allí
ella será tangible. Esta ciencia trasciende los límites de las an-
teriores Constelaciones Familiares y los límites de la psicote-
rapia.
EL ESPÍRITU
Ejemplo
Cuando el representante del cliente se abandona a los movi-
mientos del espíritu a veces mira al piso sin poder resistirse.
De la experiencia de muchas constelaciones sabemos lo que
esto significa. Este representante mira a un muerto. Más aún,
se siente atraído por un muerto. Esto significa, para decirlo
con claridad:
El cliente quiere morirse. Se trata del verdadero movimiento de
ese cliente, que de esa manera sale a la luz.
En consonancia con este movimiento interviene el conductor de
la constelación. Él elige un representante para ese muerto y le
solicita que se acueste con la espalda contra el piso frente el
primer representante.
También este representante se abandona al movimiento interior.
De golpe, algo diferente, algo inesperado sale a la luz. El repre-
sentante del muerto se aparta del primer representante. Mira
en la dirección opuesta. Esto quiere decir que en lugar de mi-
rar al representante del cliente mira a otra persona.
Nuevamente algo inesperado sale a la luz, sin que haya sido
dicha una palabra. No es el cliente quien es atraído por el
muerto, sino otra persona. Por lo tanto el conductor de la
constelación elige un nuevo representante y lo ubica frente al
muerto.
De pronto ambos se acercan mutuamente y el representante
del cliente puede respirar.
¿Qué se ve aquí? El cliente quería morir en lugar de otra perso-
na. Podemos entonces imaginarnos qué alivio debe ser para él
cuando de repente comprende que se trataba de un desplaza-
miento.
De esa manera la constelación familiar del espíritu trasciende
las adyacentes Constelaciones Familiares anteriores.
DESÓRDENES DE LA AYUDA
El amor peligroso
La transgresión de la jerarquía ocurre a menudo con buena con-
ciencia. Sucede por amor. Ella viene de un amor inocente y la
jerarquía será transgredida con buena conciencia.
En nuestra cultura y nuestra religión ese amor está incluso Consi-
derado como el más alto. Por ejemplo, cuando alguien como
Jesús, al menos como se cuenta de él, entrega su vida para libe-
rarnos de nuestros pecados. Como premio por su sacrificio fue
elevado al cielo e igualado con Dios. Él se convirtió en su hijo.
El amor que lleva a un niño a ofrecer su vida para salvar a su ma-
dre o su padre –y en otras situaciones de la vida cuando alguien
en su fantasía quiere salvar a otro y para ello está dispuesto a
hacerse cargo de su destino- lo conduce al sacrificio de sí mis-
mo con la idea de que de ese modo tiene el derecho de pertene-
cer a su familia o su grupo de un modo especial.
Esta idea y este proceder provienen de la buena conciencia.
La solución
La Constelación Familiar del Espíritu supera esta peligrosa
inocencia. Aquí cada uno está directamente frente a esa fuer-
za espiritual que guía su vida. Ella conduce a quien se le en-
trega a otra libertad, más allá de los límites de nuestra con-
ciencia y paso a paso lo aleja de nuestras implicaciones.
Esto presupone que el mismo conductor de la constelación
se encuentre en ese camino y que por él avance. De otro
modo él mismo se atará y seguirá atando a los pacientes y
participantes de su grupo a la buena conciencia y a sus mu-
chas peligrosas consecuencias.
LA CONSTELACIÓN FAMILIAR
QUE UNE PUEBLOS
EL ESPÍRITU
IR CON EL ESPÍRITU
LA CONSONANCIA
El Karma
Hay algo más que para muchos puede resultar extraño, a pesar
de que también sale a la luz en las Constelaciones Familiares.
En las Constelaciones Familiares del Espíritu cambia nuestro re-
presentante y a veces, cuando nos implicamos directamente en
una vida pasada, también cambiamos nosotros. Sobre todo si
en aquel momento algo quedó incompleto y continúa actuando
como karma.
A través de la Constelación Familiar del Espíritu ese karma llega-
rá a su fin. ¿Cómo? Con amor, con ese amor espiritual que todo
completa, porque va en busca de todo lo que fue apartado y con
amor completa lo incompleto.
La otra dimensión
En el último tiempo, de vez en cuando aparece en las Constela-
ciones Familiares del Espíritu un movimiento que trasciende los
límites de las Constelaciones Familiares. De repente los repre-
sentantes y por encima de ellos el grupo de participantes –incluí-
so cuando éste comprende más de cien personas– son arrastra-
dos en un movimiento que alcanza otra dimensión. Todos serán
tomados por ese movimiento sin que ellos puedan oponerse.
Aquí, por ejemplo, se trata de movimientos que toman a todo un
pueblo y con ellos a aquellos con quienes ellos estaban en guerra.
O se trata del trauma de guerras de exterminio que sucedieron
hace mucho tiempo, como por ejemplo la invasión de los mon-
goles. En este movimiento entra en acción de modo irresistible
un karma transversal a los pueblos que finalmente alcanza la
calma.
A estas constelaciones no las podemos desear ni poner en esce-
na. Aquí actúan otras fuerzas, fuerzas espirituales. Ciertamente
siempre con un amor que todo lo contiene y que de modo cura-
tivo supera ese pasado para todos.
“Yo sirvo”
Toda vida sirve. Por el simple hecho de estar allí. Junto con mu-
chas otras vidas ella está allí. Y todas ellas sirven a un gran todo.
Es en este sentido que sirven cada progreso, cada conquista, al
todo.
La condición es que los utilicemos de forma tal que sirvan a la vi-
da. De otro modo podríamos fácilmente dañarnos a nosotros mis-
mos.
Esto también vale para las Constelaciones Familiares y aquí en
particular para las Constelaciones Familiares del Espíritu. Pues
detrás de todo actúa una fuerza creadora. Por eso es impar-
tante que en las Constelaciones Familiares sirvamos en conso-
nancia con esa fuerza. Qué significa esto en detalle.
Cuando alguien nos pide que constelemos a su familia y noso-
tros satisfacemos su deseo, queremos servir a esa persona. La
pregunta es: ¿lo servimos en consonancia con esa fuerza crea-
dora?
¿O nos ponemos en su lugar, como si pudiésemos y tuviése-
mos el derecho de hacerlo?
Cuando servimos a otros según nuestros criterios, lo cual es
correcto para ellos, fácilmente equivocamos lo esencial.
En las Constelaciones Familiares del Espíritu podemos escapar
a este peligro. Allí nos entregamos exclusivamente a los movi-
mientos del espíritu en los representantes y en nosotros. Por
consiguiente damos nuestro consentimiento a un pedido en el
sentido antes mencionado solamente cuando en consonancia
con ese movimiento espiritual percibimos que tenemos el dere-
cho de hacerlo -o incluso debemos hacerlo- y que también
quien busca ayuda está dispuesto a confiar en esos movimien-
tos.
En las Constelaciones Familiares del Espíritu no siempre lo lo-
gramos. Con mucha frecuencia también aquí nos encontramos
en el ámbito de influencia de la conciencia y creemos que po-
demos guiar los movimientos del espíritu según nuestra voluntad.
¿Qué ocurre entonces con nosotros? Sentimos en el cuerpo y
en el alma que hemos perdido nuestro centro y perdemos la me-
ta a la que apuntábamos.
A veces, también durante una constelación nos abandonan las
fuerzas y nos abandona la comprensión de cómo poder conti-
nuar. Curiosamente con frecuencia sucede justo en ese momento
algo decisivo, tanto para el cliente como para nosotros. Una fuer-
za espiritual se hace cargo de la conducción y nosotros la segui-
mos.
¿Qué significa por lo tanto en las Constelaciones Familiares del
Espíritu, como también en otras ocasiones: “Yo sirvo”?
Yo sirvo en consonancia con ese espíritu creador – también en
consonancia con su amor.
¿Cuál es el resultado? Tanto quien busca ayuda, como nosotros,
miramos juntos en la misma dirección. Seremos guiados por
otras fuerzas y al mismo tiempo seremos personalmente indepen-
dientes y libres uno del otro.
EL CORAZÓN
Adentro y afuera
Adentro, es para nosotros, sobre todo, lo que sucede dentro
de los límites de nuestro cuerpo, dentro de nuestra piel. El aden-
tro es un límite importante. Sólo cuando lo respetamos seguimos
vivos.
Cuando nos encontramos con otros e iniciamos con ellos una
relación, en cierta medida salimos de nosotros mismos. ¿Hacia
dónde caminamos entonces? ¿Podemos penetrar en el otro, o
puede él hacerlo en nosotros? ¿En qué ámbito tiene lugar una
relación? Solamente en una zona intermedia, en una zona entre
nuestros límites corporales.
¿Esta zona intermedia me pertenece? ¿Es también una parte de
mí? ¿Me encuentro con los demás por fuera de mí o comparti-
mos esa zona intermedia, de modo tal que ella nos pertenece,
tanto a mí como al otro? ¿Les pertenece esa zona intermedia
a todos los otros o solamente les pertenece a aquellos que frente
a otros la delimitan, de manera que ambos comparten esa zona
intermedia y la experimentan como una zona común?
¿Dónde están entonces el adentro y el afuera? ¿Existe entonces
para dos o más personas un afuera común, como por ejemplo
en el caso de una familia? Adentro significa sobre todo: dentro
de nuestras relaciones.
Este adentro puede ampliarse cuando otras personas que antes
estaban afuera son incorporadas al adentro, son incorporadas
a la relación que establecemos con ellos. Cuando todas las otras
personas han sido integradas de ese modo, cuando nuestro amor
ha crecido lo suficiente para que todos tengan lugar en nuestro
interior, entonces habrá para nosotros solamente un adentro y
ningún afuera más.
En este adentro no tenemos la misma distancia con todas las
personas. Sin embargo, al final nadie queda afuera.
¿Dónde está entonces nuestro centro? ¿En qué centro nos mo-
vemos en las Constelaciones Familiares del Espíritu? Nos
movemos en el centro de todas nuestras relaciones. Alcanza-
mos ese centro cuando todos los que pertenecen son atraídos
e impulsados hacia ese centro, y a partir de él nos unimos a
todos con el mismo amor. En ese centro no existe más al lado
ni encima o debajo de otro. En él, por sobre todo, no existe
más el afuera.
En él todos están unidos. Por eso, sólo en nuestro centro es-
tamos completamente concentrados y totalmente presentes.
¿Hacía dónde va por lo tanto nuestro movimiento en las Cons-
telaciones Familiares del Espíritu? Va hacia todos y hacia todo
en nuestro centro. En él todos y todo están con nosotros com-
pletamente presentes •
CONTRATAPA
Tiiu Bolzmann
Directora Editorial
CREDITOS
Dirección Editorial: Tiiu Bolzmann
Traducción: Alejandro Epstein
Coordinación Editorial: Graciela Lauro
Diseño: Patricia Lamberti
Impresión: Look Impresores s.r.l.
Primera edición: octubre 2010
Hellinger, Bert
Constelaciones Familiares del Espíritu : una reseña /
Bert Hellinger ; dirigido por Tiiu Bolzmann; coordinado
por Graciela Lauro - 1a ed. - Buenos Aires : Alma Lepik, 2010.
56 p. ; 15x10 cm.
"El orden viene primero, luego el amor", nos dice Bert Hellinger.
En esta reseña, él despliega lo central de esta afirmación, que
es un pilar de su filosofía, para que podamos entender interior-
mente la importancia del orden en el amor y cómo éste fluye
sólamente si sucede al primero. La sabiduría de Bert Hellinger
desde lo esencial y al servicio de la paz en las relaciones inter-
personales, al alcance de todos.
Los cuentos pueden decir aquello que de otra manera no tiene per-
miso de ser expresado. Porque lo que ellos muestran también saben
esconderlo, y su verdad es imaginada al igual que el rostro de una
mujer detrás del velo.
Los cuentos compilados en este libro nos invitan a transitar un ca-
mino de entendimiento, superando, a menudo, nuestras ideas habi-
tuales. Giran alrededor de un centro y alrededor de un orden oculto
que, más allá de los límites de conciencia y culpa, une lo que está
separado.
Algunos cuentos tocan lo extremo. Nos llevan a lo largo del camino
del entendimiento hasta sus límites, sin temor y sin contemplacio-
nes. Son el corazón de esta colección.
Bert Hellinger nos invita a hacer un viaje hacia nuestro centro. Allá
donde estamos con nosotros mismos en lo más profundo. Nos des-
cribe estos viajes interiores, paso a paso. Pero también nos mues-
tra qué peligros acechan en este camino, qué nos desvía o nos de-
tiene, e incluso, qué nos obliga a retroceder.
A menudo, en estos viajes interiores se nos regala una comprensión;
entonces sabemos, de pronto, cuál será el siguiente paso en nues-
tra vida. Pero a veces también estamos frente a una puerta; enton-
ces esperamos que se abra, como por sí misma.
Una mirada espiritual hacia algo escondido que nos atrae a pesar
de que, al mismo tiempo, se oculta de nosotros.
Revista Constelando
Publicación temática sobre Constelaciones Familiares
y Soluciones Sistémicas