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Dra.

Rita Hernández Tineo


Fuente: Reyes Echandía. Tipicidad.

CLASIFICACIÓN DE LOS TIPOS.-

Generalidades.-
La pretensión del legislador al crear tipos penales no es otra que
recoger modelos de comportamiento que estima lesivo de intereses
individuales y sociales con el objeto de salvaguardar el normal
desarrollo de las actividades sociales.
Pero la técnica empleada por el legislador, en la construcción de los
tipos no es idéntica, ella varía según quiera o no destacar un aspecto
de la conducta, detallar algunas circunstancias o eliminarlas. Esto
es, “unas veces señala el legislador los elementos tipificadores de la
acción para en el mismo texto prescribir la pena. Otras señala al
agente activo del hecho con la calidad del sujeto que da especial
categoría a la infracción, por ejemplo el funcionario público…No
faltan tipos penales en los que primero se fija la penalidad en sus
distintos grados para luego determinar los elementos constituyen el
tipo…”. En fin hay variedad de formas, todos con el mismo objeto,
que no es otro que reprimir el delito, dando al juez la pauta para
imponer en cada caso la pena correspondiente, dentro de los límites
que la misma ley ordena.
Esa variada técnica en la creación de los tipos penales permite
clasificarlos en diversas categorías.
Clases.-
Es posible clasificar los tipos penales tomando en cuenta los
siguientes criterios: su estructura, el sujeto activo, el bien jurídico
tutelado y su contenido.
Conforme su estructura:
El traslado de una conducta humana de hecho previamente social a
la categoría legal de delito se explica por la necesidad que tiene el
Estado de proteger intereses jurídicos fundamentales; sin embargo,
esa protección, en cuanto abarca diversos aspectos del interés que se
quiere defender, se encuentran diseminados en varios tipos penales
que contemplan precisamente tales aspectos, por lo cual los tipos

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desde este punto de vista se dividen en: Básicos o fundamentales,
especiales y subordinados o complementarios; en elementales y
compuestos, incompletos y en blanco.
 Tipos básicos, especiales y subordinados. Dentro de un
mismo rubro o familia de tipos delictivos, se agrupan distintas
especies, que si bien protegen el mismo bien jurídico,
contemplan diversos aspectos fácticos que a la tutela del
expresado bien jurídico pueden afectar, pues en otro caso
carecerían de razón de ser esta pluralidad de tipos penales
protectores de un mismo bien jurídico. La simple observación
de los tipos de delito recogidos en un mismo título pone, de
inmediato, en relieve, que la tutela de un mismo bien jurídico,
después de abarcar lo genérico, desciende a lo específico. Y con
base a la estructura externa de los tipos penales pueden
dividirse en:
 Básicos o fundamentales son aquellos tipos que describen
conductas lesivas de la integridad del bien jurídicamente
tutelado y respecto de los cuales, el proceso de adecuación
típica es autónomo en cuanto se realiza sin sujeción ni
referencia a otros tipos.
En general cada bien jurídico dispone de un tipo de esta
naturaleza y alrededor del mismo se agrupan los demás, así en los
delitos que atentan contra la vida, el tipo fundamental es el
homicidio previsto en el artículo 405 del Código Penal porque se
refiere a un comportamiento que ataca en su base misma este bien
jurídico, igual en el hurto relacionado con la tutela de la propiedad o
la falsedad documental frente a la fe pública.
Dentro de una buena técnica legislativa, los tipos
fundamentales deben presidir cada uno de los títulos de la parte
especial en que normalmente se dividen los Códigos, por ello el
homicidio está antes de todas las modalidades que le son propias
como el calificado, agravado, culposo, concausal, preterintencional,
etc.

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 Especiales, estos se caracterizan porque describen conductas
referibles al fundamental o básico, aunque diferenciables de él
en cuanto agregan, suprimen, modifican, concretan o
cualifican elemento de aquel.
Esta particular estructura de tales tipos les da vida propia e
independiente, sin subordinación al tipo penal fundamental.
Ello obedece a que el legislador trata de formar diversa –desde el
punto de vista punitivo-formas de agregación al interés
jurídicamente tutelado en el tipo básico.
Son especiales por agregación, porque toman del básico sus
características principales pero añaden a estos, otros requisitos que
les conceden existencia propia y pueden, por lo tanto establecerse y
ser reconocidos como autónomos. (Ejemplo, Infanticidio, homicidio
concausal).
En los tipos especiales por cualificación, se caracterizan porque
cualifican uno o varios de los elementos del básico, como sucede en
las distintas modalidades de lesiones personales, respecto de la
genérica descripción del artículo 413 del Código Penal, en la medida
en que tales normas califican el resultado de la conducta
ampliamente enunciado en el fundamental como “sin intención de
matar, pero si de causarle daño”.
Son subordinados o complementarios aquellos que refiriéndose
a uno fundamental o especial, describen solamente circunstancias
nuevas que apenas cualifican uno o varios de los elementos del tipo
al cual se refieren.
Se asimilan a los tipos especiales en cuanto unos y otros se
refieren al mismo bien jurídico y están igualmente conectados con el
tipo básico respectivo, pero se diferencian en que, a tiempo que el
especial excluye al fundamental y por ello se aplica con total
independencia suya, el complementado supone su existencia hasta
el punto de ser apenas una proyección del tipo básico o del especial.
De otra parte, el elemento nuevo del tipo penal especial es por tal
modo importante que actúa autónomamente y transforma la figura
jurídica descrita en el básico en otra figura, a tiempo que el agregado

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que contiene el tipo complementado es apenas una circunstancia
suplementaria que modifica, sin alterar, la figura fundamental.
 Tipos elementales y compuestos El legislador puede utilizar
dos técnicas diversas: o se limita a describir una sola conducta
o describe varias modalidades del mismo comportamiento y
señala pluralidad de acciones u omisiones, a todas los cuales
impone una misma consecuencia jurídica como es la pena.

Elemental es aquel que aparece conformado por la descripción de


un solo modelo de comportamiento, de manera simple o que
contenga alimentos calificantes. En el primer supuesto sería el
homicidio intencional dado que se limita a describir el hecho de
quien da muerte a otra persona; y en el segundo, el hurto, porque al
hecho escueto de sustraer una cosa agrega los de que esta sea ajena
y mueble, se realice sin el consentimiento del dueño y con el
propósito de aprovecharse de ella.
El compuesto es aquel que describe una pluralidad de conductas,
cada una de las cuales podría integrar por sí misma un tipo
autónomo, aunque referido al mismo bien jurídico, o varias especies
de un mismo comportamiento.
Es posible hallar en los códigos penales varias clases de tipos
compuestos así:
De varios verbos rectores. Es la modalidad más frecuente y la forma
más simple de distinguir entre estos y los tipos elementales. Ejemplo
el robo agravado, previsto en el artículo 458 del Código Penal.
 Tipos completos e incompletos Según que los tipos penales
contengan o no en forma plena la descripción de la conducta y
la amenaza penal, se distinguen en completos e incompletos

Los tipos completos describen en toda su integridad –aunque no


puntualicen sus detalles- tanto la conducta como la sanción; en
buena técnica legislativa eso es lo que ordinariamente ocurre; por lo
que, de hecho, la gran mayoría de los tipos son de esta naturaleza.

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Los incompletos son aquellos tipos respecto de los cuales la
conducta o la sanción faltan; podríamos hablar de tipos
sancionatorios y tipos preceptivos.

Los tipos preceptivos solo contienen la descripción de la conducta,


en tanto que la sanción se halla en otro tipo.
Por su parte, los tipos sancionatorios señalan únicamente la
sanción que debe irrogarse a quien realice una determinada
conducta descrita en otro tipo legal.
Puede afirmarse que son en blanco aquellos tipos cuya adecuación
no puede hacerse sin que el intérprete acuda al mismo o a otro
ordenamiento jurídico para llenar el vacío de que adolece.
 Tipos autónomos y en blanco
Son autónomos aquellos tipos en cuanto permiten adecuación
directa e inmediata, de tal manera que el intérprete encuentra en
ellos todo lo que necesita para su completo entendimiento y
aplicación. No solamente contienen precepto y sanción, sino que uno
y otra aparecen de manera expresa e integral; la mayor parte de los
tipos básicos y especiales son de esta categoría.
Hay otros tipos de una relativa incompletud, que la doctrina conoce
con el nombre de tipos penales en blanco y cuya característica es la
de que en ellos la conducta no aparece completamente descrita en
cuanto el legislador se remite al mismo y otros ordenamientos
jurídicos para actualizarla y concretarla.
BINDING fue quien creó la expresión <Blanketstrafgesetze> para
designar aquellas leyes penales en las que estando determinada la
sanción, el precepto apenas aparece formulado como una prohibición
genérica, que debe ser definido por un reglamento, orden de
autoridad o legislación presente o futura.
Clasificación en cuanto al bien jurídico tutelado:

El objetivo principal del Estado es proteger los bienes jurídicos


radicados en cabeza de las personas individualmente consideradas,
de la colectividad y del propio Estado. Ahora bien, aunque
ordinariamente cada tipo penal busca la protección de un solo bien
jurídico, en ocasiones la conducta legalmente descrita se refiere
simultáneamente a varios intereses; además tales intereses pueden

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ser simultáneamente a varios intereses; además tales intereses
pueden ser efectivamente alterados o suprimidos o simplemente
puestos en peligro.
Estas correlaciones entre tipos penales y bienes jurídicos dan lugar a
dos especies de clasificación, así: tipos simples o mono-ofensivos y
complejos o pluriofensivos, para la primera hipótesis, y a tipos de
lesión y de peligro, para la segunda.

 Tipos simples y complejos. Los tipos simples o de conducta


mono-ofensiva son aquellos que tutelan de manera específica
un solo interés jurídico; así, en la violencia carnal se quiso
defender solamente el bien de la libertad sexual; en el
homicidio el de la vida; en el incesto el de la unidad familiar y
en el hurto el del patrimonio económico de las personas.

Los tipos complejos o de conducta pluriofensiva se caracterizan,


en cambio, porque simultáneamente protegen varios intereses
jurídicos, sin perjuicio de que uno de tales bienes esté
independientemente tutelado en otro tipo; así ocurre en el rapto en el
que el legislador quiso defender no solo la autonomía personal de la
mujer (tutelada ya, respecto de cualquier persona, en el secuestro)
sino la unidad de la familia; lo primero porque tal conducta requiere
la sustracción, arrebatamiento o retención del sujeto pasivo contra
su voluntad –lo que implica coartación del derecho de locomoción- y
lo segundo porque el propósito libidinoso o matrimonial afecta la
unidad e integridad del núcleo familiar al cual pertenece el sujeto
pasivo.
A pesar de la pluralidad de bienes a que la conducta típica se
refiere, el legislador ubica estos tipos dentro del título que protege el
bien que considera más importante o más hondamente lesionado;
respecto del otro, puede crearse un tipo nuevo que específicamente
describe la conducta referida a ese bien.
Por el hecho de que los tipos de conducta pluriofensiva pretenden
la salvaguarda de varios bienes jurídicos se ha querido concluir de
manera simplista que poseen también pluralidad de sujetos pasivos,
tantos cuantos intereses jurídicos se busca tutelar.

Conviene distinguir los tipos complejos o de conducta


pluriofensiva, con los que la doctrina italiana denomina delitos
complejos, estos últimos surgen cuando la ley considera como
elemento estructural de un tipo delictivo o como circunstancia
agravante de una infracción hechos que, apreciados aisladamente, si
ello fuere posible, constituirían por sí mismo delitos.

 Tipos de lesión y tipos de peligro. En los llamados tipos de


lesión el interés jurídico protegido se altera efectivamente, a
tiempo que en los denominados de peligro esa alteración es de
carácter potencial, aunque implica de suyo una vulneración de
dicho interés. Cuando una persona mata a otra destruye el
bien jurídico de la vida, por ello el homicidio es un tipo de
lesión. Cuando se envenena el agua de uso público se pone en

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riesgo la integridad fisiosíquica de todas las personas que
puedan utilizarlas y en esa forma se vulnera el bien jurídico de
la salubridad colectiva, por ello es un tipo de peligro.
El tipo de lesión es aquel respecto del cual la adecuación típica
envuelve la destrucción o disminución del bien jurídico matera de la
protección estatal.
Los tipos de peligro describen conductas que tengan por finalidad
amenazar o poner en peligro el bien jurídico objeto de protección
oficial.
El peligro radica en la potencialidad que la conducta tiene de
producir con probabilidad la lesión del bien jurídico; necesario es,
por consiguiente, que el legislador cualifique en el tipo respectivo
aquella modalidad de la conducta que considere eficiente para
producir una lesión y la sancionará antes de que tal resultado
concretamente se produzca. En estos casos, que son excepcionales y
se refieren a bienes jurídicos de transcendental importancia
colectiva, el legislador juzga necesario salvaguardarlos a partir de un
momento que procede a su efectiva lesión y por eso incrimina las
conductas que constituyan una simple pero idónea amenaza para su
incolumidad.
La diferencia entre los tipos de lesión y los de peligro, los primeros
llevan la destrucción o disminución del bien jurídico, en tanto que
los segundos describen comportamientos que seriamente amenazan
destruir o disminuir tal bien.
Dentro de la categoría de los tipos de peligro se puede encontrar
los de peligro efectivo y peligro presunto. En el primero se exige la
prueba de que el bien jurídico tutelado se haya puesto efectivamente
en peligro por la conducta del agente; los segundos, basta en ellos
que la conducta se realice y en consecuencia el ilícito se estructura
independientemente de la demostración de la existencia o
inexistencia de un efectivo peligro sobre el bien jurídico tutelado en
cabeza del sujeto pasivo; en otras palabras, el peligro se presume
juris et de jure, lo que significa que no es les permitido al agente
demostrar que en el caso concreto el bien jurídico de que se trate no
estuvo en peligro de sufrir lesión alguna. Por ejemplo de este último
es el delito de asociación, porque basta que varias personas se
reúnan con el propósito de cometer delitos.

 División de los tipos en relación a su contenido. Esto se


refiere a los diversos aspectos a que da lugar la técnica
empleada por el legislador para describir los modelos de
comportamiento susceptibles de sanción penal. Por ello es
posible dividirlos en tipos de mera conducta y de resultado,
abiertos y cerrados, de conducta instantánea y de conducta
permanente y, acción u omisión.

 Tipos de mera conducta y tipos de resultado. Son tipos


de mera conducta los que describen como punible el simple
comportamiento del agente, respecto de ellos el legislador ha
considerado que la conducta por sí misma, dada su

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potencialidad criminosa, debe ser objeto de represión penal,
independientemente del resultado (evento) que pueda producir.

Hay tipos de mera conducta puros y tipos en los que se hace


referencia a un resultado.
Los primeros solo describen una conducta, sin relación
jurídica alguna con ningún resultado inocuo, benéfico o lesivo;
tal el caso del peculado, cuando el funcionario se limita a dar a
los recursos que administra una aplicación distinta, el falso
testimonio, la fuga de presos, la violación de domicilio.
Respecto de los segundos, aunque basta la realización de la
conducta descrita para la configuración del ilícito, el tipo hace
referencia tácita o expresa a un evento determinado; solo que
este resultado está ubicado más allá del tipo en cuanto su
presencia o su ausencia para nada afectan la tipicidad de la
conducta.
Los tipos de resultado se caracterizan porque la sola
conducta no es suficiente para su incriminación, sino que se
hace necesaria la producción de un evento dado, de tal manera
que si este no se realiza, el hecho carece de tipicidad plena. Así
ocurre en el homicidio, pues el tipo exige que la conducta del
agente cause la muerte de una persona.
El concepto de resultado o evento debemos interpretarlo en
sentido naturalístico, esto es, como modificación del mundo
exterior.
 Tipos abiertos y tipos cerrados Son abiertos los que se
describe escuetamente la conducta o se menciona solamente el
resultado, sin precisar en el primer caso las circunstancias en
que tal conducta ha de realizarse, ni indicar en el segundo la
modalidad del comportamiento que ha de producirlo.
Son de los primeros, la fuga procurada, en la que basta que el
agente procure, facilite o ayude a la fuga a otro, sin que importe los
medios de que se valga para realizar la acción, que también se
denominan tipos de mera conducta.
Los tipos cerrados, por el contrario, concretan
circunstanciadamente la conducta o señalan no solamente un
resultado sino la forma como ha de producirse, de tal manera que si
el comportamiento del agente no se realiza de la manera como se
describe en el tipo no es posible subsumirlo en él.
Por ejemplo, la inviolabilidad del domicilio, porque la introducción
en la habitación ajena de ser arbitraria, clandestina, engañosa, ver
artículo 183 del Código Penal.
 Tipos de conducta instantánea y tipos de conducta
permanente Los primeros son aquellos en los que la
realización del comportamiento descrito o la producción del
evento señalado se agotan en un solo momento. Por ejemplo la
bigamia, que se consuma en el instante en que culmina la
ceremonia matrimonial.
Los permanentes son aquellos tipos en los que la conducta del sujeto
activo se prolonga en el tiempo, de tal manea que su proceso
consumativo perdura mientras no se le ponga fin por propia

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determinación del agente, como resultado de maniobras de la víctima
o en razón de las circunstancias ajenas a los protagonistas de la
acción. En estos casos, se ocasiona la lesión de un bien jurídico en
un momento dado y se prolonga luego esta situación a partir del
momento inicial de tal lesión. Son ejemplos de ello, el rapto, el
secuestro, la asociación, la detención arbitraria, en todos ellos el
proceso consumativo se mantiene durante el tiempo en que los
agentes permanezcan asociados o en que el sujeto activo mantenga
privado de libertad al pasivo.
Pudiera decirse que estos tipos engendran en el actor un
comportamiento mixto de acción, al realizar inicialmente la conducta
típica (de asociarse o de privar de la libertad) y de omisión después,
en la medida en que una vez ejecutado el hecho inicial su
comportamiento es el de omitir que las cosas vuelvan al estado en
que se hallaban antes (los asociados no se separan y el secuestrador,
raptor o funcionario no dejan en libertad a sus víctimas).

 Tipos de acción y tipos de omisión Los primeros son los que


describen conductas que requieren de parte del sujeto activo la
realización de actos sensorialmente perceptibles, como
adulterar cosas destinadas al comercio, sustraer cosa mueble
ajena sin el consentimiento de su dueño y con el propósito de
aprovechamiento.
Los segundos, son aquellos en los que se describe una conducta
negativa, vale decir, un no hacer penalmente relevante. Sólo aquella
conducta que se tiene como obligación jurídica de hacer lo debido.
Por ejemplo, quien ejecute obras en una carretera o vía de
comunicación debe colocar las señales necesarias para prevenir
accidentes; sino lo hace incurre en una omisión que se sanciona
como punible.

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