FILOSOFARTE

-A medida que el arte se hunde en un callejón sin salida, los artistas se multiplican. Esto
deja de ser una anomalía si se piensa que el arte en vías de agotamiento se ha tornado, a
la vez, imposible y fácil.- Emil Cioran

En un principio, cuando me dejé cautivar por los frutos pecaminosos de la filosofía y el

arte, los tomaba como dos esencias humanas distintas, pero, interdependientes la una de la
otra, como dos valores complementarios en la ecuación humana. El arte como la voz fáctica
de la filosofía y la filosofía como método contemplativo del arte. Por eso, me hice a la idea
de la filosofía como motor primario del desarrollo artístico (literatura, poesía, música,
teatro, plásticas) como método reflexivo del mismo y vox populi filosófico. Pero a medida
que meditando, conversando y leyendo, alguien en alguna larga charla me dijo: ¿y si la
filosofía y el arte no son más que dos observadores totalmente distintos mirando hacia un
mismo punto y cada uno lo describe como es visto por él? Esa discusión continuó, y
después de darle un par de vueltas a la pregunta, nos detuvimos en otra pregunta: ¿Qué
define el arte? O más bien ¿Cómo podríamos saber que es arte? A lo cual llegamos al
común acuerdo de: que el arte, es una obra que se expresa sobre si misma, que causa el
primer impacto, y que no necesita de un discurso para sostenerse. Y de aquí iniciaré a
exponer a por qué filosofarte.

MÚSICA

Somos, creo, por naturaleza seres musicales, la llevamos en el corazón (el ritmo cardiaco).
Pero, hasta dónde la música “nos hace penetrar en un reino nuevo, donde las emociones
musicales no son totalmente auditivas, sino, ante todo interiores” como dijo Kandinski
refiriéndose a la obra de Scöenberg.

Me atreveré a decir, que esto sucede si el autor, logra comunicar a través de su obra, una
idea sincera, de su necesidad musical, cuando la música trasciende los límites del idioma,
del gusto,