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Preguntas orientadoras segunda unidad construcción de subjetividades

1- ¿Cómo consideran ustedes que se puede pensar el papel del lenguaje como

constructor de subjetividad, cuando existen de por medio episodios o situaciones de

violencia?

Es difícil apelar al lenguaje como constructor de subjetividad, cuando el sujeto ha

sufrido la experiencia y/o está en un entorno de violencia, en muchas ocasiones se puede

ver el lenguaje como incapacitado para dar cuenta del sufrimiento personal que incluso se

dé un gran valor al silencio. Das asevera que Wittgenstein propondría al lenguaje como la

corporificacion de las palabras, que quizás, al señalar el sitio donde reside mi dolor,

encuentro el cuerpo del otro y, al menos por un momento, mi dolor puede habitarlo. Según

ella, Wittgenstein sugiere que existe en la imaginación la representación del dolor

compartido, pero esta no logra expresarse, lo que apuntaría a la inadecuación del lenguaje

para el mundo del dolor.

Si el lenguaje del dolor es compartido y no tan solo una expresión subjetiva, es posible

aprender sobre las practicas interpretativas del sufrimiento humano y su papel constitutivo

en los procesos sociales. El compartir nos acerca a la posibilidad de identificarnos con las

víctimas, permite recomponer su membresía a la comunidad y restablecer o crear lazos para

la acción ciudadana.

2- Cuando Moravia menciona “…que la construcción social del sentimiento y su

huella en las palabras reclama su historicidad y semantización” … exactamente que

nos está queriendo decir?


Que nuestra habla es endeble, muy débil, y siempre será diminuta frente a lo vivido, la

experiencia afectiva como inefable, es decir que no puede ser explicada o descrita con

palabras.

Moravia nos quiere decir que los sentimientos siempre dejan huellas en la vida de los

seres humanos y que van marcando su historia en la construcción de la vida en sociedad,

huellas que nos sirven para no olvidar nuestra historia y modos de vida que tenemos que

afrontar en el diario vivir.

3- El texto de Miriam Jimeno recupera estas dos ideas: “Mi dolor puede residir en

otro cuerpo” y “Redes compartidas de significado” ¿Cómo relacionarían ustedes estos

dos planteamientos pensado en la reformulación del sujeto a causa de la violencia?

Estos dos planteamientos están relacionados con el dicho que dice las penas compartidas

pesan menos, quiero decir que cuando uno expresa un evento traumático ayuda a mejorar el

dolor y más cuando se es expresado a una persona con empatía que es capaz de ponerse en

los zapatos del otro, entenderlo y ayudarle a salir de la situación de la mejor manera, no

borrando las huellas del dolor, pero si haciéndola más llevadera.

Con la frase “Mi dolor puede residir en otro cuerpo” podemos concluir como la persona

que pasa por un momento de dolor al manifestarlo a otras personas de su alrededor, busca

alivianarse y de alguna manera mitigar la necesidad de ser comprendida, y “Redes

compartidas de significado” a las que se une un grupo de personas, compartiendo

necesidades de transmisión, se relacionan en la necesidad de transmitir y recibir, en la

empatía.
4- ¿En qué términos la llamada “configuración emotiva” y la “comunidad emocional”

pueden dar sentido al acto de comunicar el dolor inscrito en la violencia vivida?

El dolor que deja la violencia se puede reconstruir a media que se narran los

acontecimientos, haciéndolo cuidadosamente y buscando brechas que le den sentido

subjetivo de la vida, paso a paso hasta que un día la persona relate con confianza sin que

reviva ese dolor.

Jimeno utiliza por primera vez la noción de “configuración emotiva” en su artículo del

2002, “Crimen pasional “nos permiten identificar motivaciones personales y cargas

efectivas. Allí, examina el testimonio de individuos acusados de crímenes pasionales en

Brasil y Colombia se racionalizan los crímenes mediante el recurso a la psicología, al

sentimentalismo o a las emociones. En estas perspectivas resalta la estrecha interrelación

entre cognición y emoción presente en el habla sobre las experiencias dolorosas tales como

la violencia.

5- “La violencia es una acción humana que hace parte de su repertorio de acciones y

como tal, es relacional, posee enorme capacidad expresiva y está inserta en redes de

sentido de origen cultural”. ¿Qué implicación puede tener esta afirmación en términos

de la construcción de la subjetividad?

La construcción de una subjetividad se puede empañar por las malas acciones de algunos

seres humanos que no miden las consecuencias negativas que acarrean su mal proceder y

más cuando la violencia se vivencia en la infancia generando daños irreparables que

dejaran huella para toda la vida. Es aquí la importancia de la comunidad emocional que

brinde espacios de participación a víctimas para que puedan recobrar sus sentimientos,
expresar esa vivencia y poder matar esos fantasmas de miedo, inseguridad, angustia y

vergüenza, donde se pueda vencer las secuelas de la violencia sufrida.

Está asociado de forma inseparable a las configuraciones de la subjetividad individual;

en consecuencia, no se puede analizar sólo de forma puntual en el curso de la expresión del

lenguaje. El sentido subjetivo expresa las producciones simbólicas y emocionales,

configuradas en las dimensiones histórica y social de las actividades humana. Al hablar de

violencia busca poder considerar la acción violenta de los sujetos involucrados, a mirarla

desde su perspectiva, y colocarla en el terreno mismo de la subjetividad. las emociones, que

suelen ser vistas como estados internos subjetivos, instintivos, pre y aculturales, son

aspectos del pensamiento social con un papel en la estructura de la sociedad. Revela la

formación cultural, las formas de representación y elaboración del dolor y expresa los

sentimientos de quienes se han visto atrapados en su abrazo. En este sentido, los relatos de

las experiencias de violencia son también reelaboraciones emocionales de los sujetos

hechas para compartirlos con otros.

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