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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA

Licenciatura en filosofía
Seminario de Kant: Crítica de la razón pura
Johann Sebastian Ortiz Montoya

El siguiente texto tiene como intención resolver las preguntas del taller del seminario de
Kant Crítica de la razón pura teniendo en cuenta los textos hasta el momento leídos, como
los prólogos de la obra mencionada de Kant y sobre la forma y principios del mundo
sensible e inteligible del mismo filósofo Emmanuel Kant. Cabe resaltar que de estas dos
obras mencionaremos varios apartados para corroborar nuestra explicación en el desarrollo
del taller.

Solución

1. El texto sobre la forma y principios del mundo sensible e inteligible es una obra de Kant
que trae en sí una complejidad, diríamos, que a la altura de su mayor obra como lo es
Crítica de la razón pura pero en cierto punto de nuestro desarrollo nos concierne aclarar
dos características que le dan a este texto un reconocimiento por parte de especialistas en el
tema del estudio de Kant. Ahora bien, una de las características de este texto, aunque son
más de dos, se muestra en la rigurosidad de Kant al hablar de temas como el espacio y
tiempo, una parte fundamental en el desarrollo de sus investigaciones y que dedica en esta
obra a hablar de estos conceptos. Pues Kant toma y define en esa obra ambos conceptos o
términos, de una forma como decíamos, rigurosa, pues en breve diríamos que para Kant el
tiempo y espacio serían definidos como formas de intuición y una idea singular pura (en
ambos casos)
Ahora bien, Kant dice en su parágrafo 14 sobre el tiempo, aclara por puntos lo que es la
idea del tiempo. Pues con algunos apartados de la obra vamos a corroborar nuestra
explicación según las definiciones que da Kant sobre el tiempo.
La idea de tiempo no nace de los sentidos sino que es supuesta por ellos. Pues el que las
cosas que caen bajo los sentidos sean simultáneas, o posteriores unas a otras, no puede ser
representado sino mediante la idea del tiempo (…) La idea de tiempo es singular; no general,
pues un tiempo cualquiera no es pensado sino como parte de un único e idéntico tiempo
inmenso (…) Así, la idea de tiempo es una intuición y, puesto que concebida antes de toda
sensación como condición de las relaciones que se presentan en las cosas sensibles, es una
intuición no sensorial sino pura. (Kant, 1980, pág, 40, 41)

De lo anterior conocemos las nociones que Kant aporta al concepto de tiempo, que es
trascendente en parte para toda su obra, pues de estas nociones se comprenden además otras
explicaciones posteriores de sus obras. El tiempo para éste se convierte en profundidad, un
principio formal, que es primario de aquel mundo sensible mencionado y con relación al
surgimiento de todo lo formal en el mundo fenoménico. El tiempo es un ente imaginario
pero que aunque éste sea imaginario no quiere decir que no exista, pues pertenece al
pensamiento puro, en cuanto que sirve como explicación y parte de la referencia en el
cambio de lo sensible como mencionábamos antes, en el mundo fenoménico.

Ahora bien, con relación a la otra característica que marca una importancia en la obra que
estamos abordando, necesariamente, el espacio es por obligación un concepto que no se
puede escapar, pues Kant seguidamente de tratar el tiempo en su parágrafo 14, en el 15
habla del espacio. A continuación citaremos del parágrafo 15, apartados importantes que
ayudarán a corroborar y definir la noción de espacio en Kant.

El concepto de espacio no se abstrae de las sensaciones externas. Pues no cabe concebir una
cosa puesta fuera de mí sino representándomela como en un lugar diverso de aquel en el que
yo mismo estoy, (…) El concepto de espacio es una representación singular que comprende
en sí todas las cosas, (…) espacio es por tanto una intuición pura, como que es un concepto
singular no compuesto de sensaciones, (…) espacio es un subjetivo ideal que proviene de la
naturaleza de la mente… (Kant, 1980, pág, 46, 47, 48)

De lo anterior, marcamos la definición de espacio, pero que aún debe quedar más clara,
pues del mismo Kant parece que su explicación es extensa. Al igual que el tiempo, para
Kant el espacio es imaginario, pues éste es una forma de sentido externo, que representa la
existencia de otros objetos en el mismo espacio y también hace parte del entendimiento
puro. Ahora bien, el espacio es uno solo y no muchos, aunque existan espacios entre
objetos y otros, es decir, con relación a la intuición externa.

Estas dos características van a marcar el paso en la filosofía de Kant, en especial en las
teorías del conocimiento y sus replanteamientos de sus tres críticas, una de ellas
mencionada en el inicio de nuestro texto. Ahora bien, no sólo espacio y tiempo son las
únicas características que esta obra trae consigo, sino que podemos ver en ella otras
características marcadas y que rompen con tradiciones y hacen crítica a otras filosofías,
tales como las nociones de tiempo de los filósofos ingleses o algunas afirmaciones del
mismo Wolff.

2. Kant en su texto sobre la forma y principios del mundo sensible e inteligible por defecto
trata rigurosamente cada concepto de inteligible y sensible. El filósofo tiene un avanzado
sentido de entendimiento para estos dos conceptos, que son los más fundamentales para su
teoría de conocimiento. Su explicación puede parecer un poco tradicional, cuando dice que
lo inteligible hace mención a la inteligencia o de mejor manera, al entendimiento o a la
misma racionalidad, pues dice:

Inteligencia (racionalidad) es facultad de un sujeto en virtud de la cual es capaz de


representarse aquello que, a causa de su condición, no puede caer bajo los sentidos del
mismo. El objeto de la sensibilidad es lo sensible; pero aquello que no contiene sino lo que es
cognoscible por la inteligencia, es lo inteligible. (Kant, 1980, pág, 28)

De lo anterior podemos ver una breve distinción del concepto de lo inteligible por parte de
Kant, pero que a su vez es conciso y entendible, es acorde a la intención de nuestra
explicación, y es que lo inteligible es una parte primordial, que marca el camino en las
cuestiones de la investigación Kantiana. Ahora bien, con respecto a lo sensible, es necesario
aclarar que para este punto también se suma el concepto de sensibilidad, tal como pasa con
inteligencia en el concepto de inteligible, pues dice Kant

Sensibilidad es la receptividad de un sujeto gracias a la cual es posible que el estado


representativo del mismo sea afectado de manera determinada por la presencia de algún
objeto. (…) El conocimiento, en cuanto está sujeto a las leyes de la sensibilidad, es sensible...
(Kant, 1980, pág, 28)
De acuerdo con lo anterior, podemos ver algunas cosas que Kant rescata o toma de las
filosofías empíricas, de autores como Hume o Look, pues aunque éste critica cuestiones de
estas filosofías británicas, también hacen parte de su teoría del conocimiento, así pues, Kant
reconoce la sensibilidad y la manera de conocer o comprender partes del mundo
fenoménico por medio de los sentidos. Ahora bien, para no dejar tan a la deriva nuestra
explicación por este punto, citaremos otras dos partes que son pertinentes a cada concepto.

Así, al conocimiento sensible se refieren tanto una materia, que es la sensación, gracias a la
cual los conocimientos se llaman sensoriales, como una forma, en virtud de la cual, aunque se
la encuentre sin sensación alguna, las representaciones se denominan sensibles. (Kant, 1980,
pág, 29, 30)

Así seguidamente Kant hace una distinción de lo inteligible diciendo al comienzo del
parágrafo 6 de esa sección:

Pero en lo que atañe a los conocimientos intelectuales (inteligibles) en sentido estricto, en los
cuales el uso del entendimiento es real, tales conceptos, ya sea de objetos ya de relaciones,
son dados por la naturaleza misma del entendimiento, y no son abstraídos de uso alguno de
los sentidos ni contienen forma alguna de conocimiento sensible como tal. (Kant, 1980, pág,
31, 32)

De las dos citas anteriores, podemos comprender la inmediata diferencia que marca Kant en
sus ideas de lo sensible e inteligible, pues lo que concierne a la razón y al pensamiento es
distinto de lo que concierne al mundo fenoménico y tangible, dando una noción vaga de lo
que puede ser lo sensible para Kant, pero que en la continuación de su investigación tiene
en cuenta estos dos conceptos para proseguir con su teoría del conocimiento, dándoles
mayor profundidad en cuanto a la misma crítica por lo que estos conceptos significaron en
la tradición, desde la antigüedad hasta los mismos filósofos del empirismo británico.

3. La crítica para Kant en sentido conciso, es interpretada de una manera general, en el


prólogo de la primera edición de la Crítica de la razón pura nos podemos referir a esta en
sentido de un análisis de los límites de la razón, pues Kant en este análisis demuestra que
la razón remontándose a épocas anteriores, como las del racionalismo metafísico de
Descartes o el mismo sistema del conocido Wolff, Kant se refiere a estos sistemas
planteados por estos personajes, en los cuales la razón ha excedido sus límites. Kant
encuentra la necesidad de hacer una crítica de la razón, esa razón que mencionábamos de
Wolff y Descartes, pues éstos llevan a la razón o con sus planteamientos sobrepasan los
límites de la razón pareciendo para Kant, teorías o postulados pretenciosos, los cuales como
decíamos, exceden los límites de la razón y, es por esto que el mismo Kant ve la necesidad
de hacer una crítica, pues en primera instancia del prólogo, Kant dice:

La razón humana tiene el destino singular, en uno de sus campos de conocimiento, de


hallarse acosada por cuestiones que no puede rechazar por ser planteadas por la misma
naturaleza de la razón, pero a las que tampoco puede responder por sobrepasar todas sus
facultades. (Kant, 2005, Pág, 6)

Ahora bien, es preciso saber por qué Kant o, en qué sentido éste se refiere a aquellas cosas
que sobrepasan los límites de la razón, pues él en el mismo prólogo habla sobre esos
campos los cuales se salen de los límites de la razón. Pues dice seguidamente:

La perplejidad en la que cae la razón no es debida a culpa suya alguna. Comienza con
principios cuyo uso es inevitable en el curso de la experiencia, uso que se halla, a la vez,
suficientemente justificado por esta misma experiencia. Con tales principios la razón se eleva
cada vez más (como exige su propia naturaleza), llegando a condiciones progresivamente
más remotas. Pero, advirtiendo que de esta forma su tarea ha de quedar inacabada, ya que las
cuestiones nunca se agotan, se ve obligada a recurrir a principios que sobrepasan todo posible
uso empírico y que parecen, no obstante, tan libres de sospecha, que la misma razón ordinaria
se halla de acuerdo con ellos. Es así como incurre en oscuridades y contradicciones. Y,
aunque puede deducir que éstas se deben necesariamente a errores ocultos en algún lugar, no
es capaz de detectarlos, ya que los principios que utiliza no reconocen contrastación empírica
alguna por sobrepasar los límites de toda experiencia. El campo de batalla de estas
inacabables disputas se llama metafísica (Kant, 2005, Pág, 6)

De lo anterior, ya podemos ver a qué se refiere Kant cuando dice que la razón sobrepasa sus
límites cayendo en oscuridades y contradicciones, que si bien son pensadas, son parte de la
razón, éstas no tienen un fundamento en el cual se puedan apoyar y así comprobar su
veracidad y es por eso que Kant menciona que esta razón o ese campo metafísico que hace
que la razón sobrepase sus límites no está sujeto a principios empíricos o que si lo están ,
éstos se desligan de todo límite de la experiencia, la cual es un soporte para no caer en
dichas contradicciones. Kant mismo, después de hablar de la metafísica, encamina cuál es
el sentido de su crítica o a qué se refiere con su crítica, pues el mismo dice:

No entiendo por tal crítica la de libros y sistemas, sino la de la facultad de la razón en


general, en relación con los conocimientos a los que puede aspirar prescindiendo de toda
experiencia. Se trata, pues, de decidir la posibilidad o imposibilidad de una metafísica en
general y de señalar tanto las fuentes como la extensión y límites de la misma, todo ello a
partir de principios. (Kant, 2005, Pág, 8)

Ahora bien, volviendo a nuestro tema, así parezca redundante, nuestra intención es dejar
clara la manera en qué Kant se refiere a la crítica como esa manera de delimitar el campo
de la razón, teniendo en cuenta la cita anterior y su mención de los principios empíricos que
deben acompañar a la razón en su proceso de conocer, pues ésta debe tener un sustento, que
la mantenga anclada por así decirlo, a la tierra, y que así no peligre de caer en las
contradicciones y oscuridades mencionadas a las que se refiere Kant en su prólogo. Ahora
bien, esta relación de la crítica a la razón, también lleva una fina relación con el
conocimiento puro a priori, pues cuando se dice puro, éste es de la razón, lo mismo se dice
del conocimiento a priori, pues éste es aquel que procede de las facultades del sujeto y no
de la experiencia, como sí lo es el conocimiento a posteriori. El conocimiento a priori es
definido como aquel que proviene puramente del raciocinio y que está independiente a la
experiencia. Ahora bien, este conocimiento puro a priori, se relaciona con la crítica, en
tanto que, la razón es una capacidad del individuo, la cual lleva con ella misma la capacidad
de comprender y analizar, pero que aunque sea la misma razón, puede caer en
contradicciones tal y como lo plantea Kant desde el racionalismo metafísico de Descartes o
los planteamientos de Wolff, ya es por eso que Kant acepta el conocimiento puro de la
razón, en sentido que es el hombre capaz de comprender el mundo y tiene capacidades que
están con él o vienen con él, pero que este conocimiento puro de la razón debe tener
fundamentos de la experiencia que le acompañen en su investigación, para así no caer en
conjeturas y oscuridades.
4. Kant en el segundo prólogo de su obra Crítica de la razón pura empieza a marcar el
progreso de las diferentes ciencias, tales como la lógica, matemática y física. Estas ciencias
para Kant tienen una manera de demostrar su veracidad, a comparación de la metafísica,
pues como lo exponíamos en respuestas anteriores, la metafísica es un campo que para ese
momento del segundo prólogo es un campo que excede los límites de la razón y no ha
tenido un progreso desde lo que dice llamarse; la primera de las ciencias o en otras
opiniones, la madre de las ciencias. Es por esto, que Kant hará una delimitada comparación
entre las tres ciencias mencionadas y su progreso en comparación con la metafísica, pues
dice Kant en cuanto a la lógica:

Que la lógica ha tomado este camino seguro desde los tiempos más antiguos es algo que
puede inferirse del hecho de que no ha necesitado dar ningún paso atrás desde Aristóteles,
(…) Ahora bien, los límites de la lógica están señalados con plena exactitud por ser una
ciencia que no hace más que exponer detalladamente y demostrar con rigor las reglas
formales de todo pensamiento, (…) El que la lógica haya tenido semejante éxito se debe
únicamente a su limitación, que la habilita, y hasta la obliga, a abstraer de todos los objetos
de conocimiento y de sus diferencias. En la lógica el entendimiento no se ocupa más que de
sí mismo y de su forma. (Kant, 2005, Pág, 12)

Kant hace referencia a la lógica como ciencia segura, en cuanto que tiene sus límites, en
cuanto qué, ésta se limita y se abstiene de hablar o intervenir en cosas que no son
pertinentes a ella. En cuanto a la física y la matemática Kant va a decir lo siguiente:

La matemática ha tomado el camino seguro de la ciencia desde los primeros tiempos a los
que alcanza la historia de la razón humana, en el admirable pueblo griego. Pero no se piense
que le ha sido tan fácil como a la lógica —en la que la razón únicamente se ocupa de sí
misma— el hallar, o más bien, el abrir por sí misma ese camino real. Creo, por el contrario,
que ha permanecido mucho tiempo andando a tientas (especialmente entre los egipcios) (…)
pero una nueva luz se abrió al primero (llámese Tales o como se quiera) que demostró el
triángulo equilátero. En efecto, advirtió que no debía indagar lo que veía en la figura o en el
mero concepto de ella y, por así decirlo, leer, a partir de ahí, sus propiedades, sino extraer
éstas a priori por medio de lo que él mismo pensaba y exponía (por construcción) en
conceptos (…) y en cuanto a la ciencia natural, tardó bastante más en encontrar la vía grande
de la ciencia. Hace sólo alrededor de un siglo y medio que la propuesta del ingenioso Bacon
de Verulam en parte ocasionó el descubrimiento de la ciencia y en parte le dio más vigor, al
estarse ya sobre la pista de la misma. Este descubrimiento puede muy bien ser explicado
igualmente por una rápida revolución previa en el pensamiento. Sólo me referiré aquí a la
ciencia natural en la medida en que se basa en principios empíricos. (Kant, 2005, Pág, 13, 14)

Kant nos muestra su punto de vista de por qué estas ciencias han avanzado y no se salen de
sus sitios, aquellos sitios que corresponden a cada ciencia y que les es pertinente indagar.
Pero aunque estas ciencias han revolucionado, el filósofo mismo expone que no desde sus
principios tenían credibilidad, pues algunas de éstas andaban como dice, a tientas y se
demoraron en revolucionar y demostrar cuál era su verdadero papel en cuanto ciencia, sin
necesidad de seguir dando vueltas y caer en conjeturas. Habla Kant de las matemáticas
donde su revolución o su luz aparece, pues éste hace referencia al filósofo jonio Tales, o
mejor conocido como Tales de Mileto, hablando de éste y su aporte a la geometría. Kant
también hace referencia a la física como ciencia natural, pues como ejemplo de ésta dice
que ha tardado más en mostrar su revolución, pero que hace referencia a esta ciencia
porque se basa en principios empíricos y tiene definido su campo, ya sabe cuáles son los
límites y dónde debe indagar.

En cuanto a la metafísica con relación a las ciencias, ésta es pretenciosa en el sentido de


creer ser la madre de las demás ciencias pero a la hora de mostrar sus límites o veracidad se
sale de cosas que la misma razón no puede explicar, pues de las respuestas anteriores, esto
es lo que venimos mencionando y que liga con la perspectiva de todo el desarrollo de
nuestro texto. Ahora bien, en cuanto a la metafísica, Kant ya ha dicho que sin un soporte o
principio empírico que ayude a comprobar o demostrar su veracidad, ésta no es más que un
campo a ciegas que hace entrar a la razón en oscuridades, recayendo en cosas parecidas a
los dogmas del racionalismo metafísico de Descartes o las pretensiones en los
planteamientos de Wolff. Kant dice sobre la metafísica y su progreso en comparación con
las ciencias lo siguiente:

La metafísica, conocimiento especulativo de la razón, completamente aislado, que se levanta


enteramente por encima de lo que enseña la experiencia, con meros conceptos (no
aplicándolos a la intuición, como hacen las matemáticas), donde, por tanto, la razón ha de ser
discípula de sí misma, no ha tenido hasta ahora la suerte de poder tomar el camino seguro de
la ciencia. (Kant, 2005, Pág, 14)
Haciendo alusión a nuestras respuestas anteriores, encontramos que de estas respuestas, la
metafísica para este punto, es un campo sin salidas y que no ayuda a la razón por el
momento, a conocer, pues retomando aquello que dice Kant, ésta como propia de la razón,
no tiene esclarecidos sus límites y por tanto ha estado a tientas desde sus principios, y los
filósofos no se han tomado el trabajo de responder a sus necesidades, pues antes han hecho
de ésta un campo más oscuro de entender llevándola a ser un enigma hasta los tiempos de
Kant.

5. Como veníamos mostrando antes, el planteamiento de Kant sobre la metafísica no es muy


variado aún, pues en su segundo prólogo de la Crítica de la razón pura, éste intenta por
varios caminos dar una solución a la metafísica y pueda ser considerada una ciencia, pero
por varios caminos y comparándola con las demás ciencias nombradas, siempre llega al
punto de que ésta desborda los límites de la razón. Para corroborar este punto, vamos a ser
muy claros con la cita de un apartado de este segundo prólogo, en la cual Kant dice por qué
los problemas de la metafísica resultan sin ningún ganador en un campo de batalla que
parece sin salida.

…a pesar de ser más antigua que todas las demás (ciencias) y de que seguiría existiendo
aunque éstas desaparecieran totalmente en el abismo de una barbarie que lo aniquilara todo.
Efectivamente, en la metafísica la razón se atasca continuamente, incluso cuando, hallándose
frente a leyes que la experiencia más ordinaria confirma, ella se empeña en conocerlas a
priori. Incontables veces hay que volver atrás en la metafísica, ya que se advierte que el
camino no conduce a donde se quiere ir. Por lo que toca a la unanimidad de lo que sus
partidarios afirman, está aún tan lejos de ser un hecho, que más bien es un campo de batalla
realmente destinado, al parecer, a ejercitar las fuerzas propias en un combate donde ninguno
de los contendientes ha logrado jamás conquistar el más pequeño terreno ni fundar sobre su
victoria una posesión duradera. No hay, pues, duda de que su modo de proceder haya
consistido, hasta la fecha, en un mero andar a tientas y, lo que es peor, a base de simples
conceptos. (Kant, 2005, Pág, 14, 15)

Kant hace una serie de preguntas, sobre los problemas de la metafísica y pregunta por qué
aún no encuentra solución para sus problemas y pueda constituirse como ciencia. Pues
desde el principio del estudio de Kant, hemos visto lo que éste plantea sobre la metafísica y
sus caminatas a tientas, pues si se le intenta dar una solución, ésta inmediatamente
comenzaría a sobrepasar los límites del pensamiento. Cabe resaltar que, aunque para Kant
la metafísica no se ha constituido como ciencia, de dos formas podemos mirar por qué aún
ésta siendo un campo de batalla sin salida y ganador, hace parte inevitablemente de la
naturaleza de la razón humana. Primero porque en el sujeto pensante siempre existirán
preguntas como: Dios, el origen del mundo y del mismo hombre, preguntas que hacen parte
del conocimiento puro a priori del hombre y que con él, aunque no pueda dar cuenta o darse
una respuesta sin sobrepasar los límites de la razón, estas preguntas y cuestiones siempre
harán parte de la naturaleza de la razón humana. En segundo punto, nos atreveríamos a
decir que Kant dará uso de la metafísica, por el momento para justificar o que ésta haga
parte de la moral, pues dice: “Ello se ve claro cuando se reconoce que la razón pura tiene
un uso práctico (el moral) absolutamente necesario, uso en el que ella se ve inevitablemente
obligada a ir más allá de los límites de la sensibilidad” (Kant, 2005, Pág, 19) Pues bien, a
esto nos referíamos en nuestros dos puntos, el primero, qué la naturaleza de la razón lleva
con ella preguntas y cuestiones sobre cosas que no puede resolver si no tiene un
fundamento empírico, y que adicionalmente, mostramos cómo Kant da un uso de esta razón
especulativa que excede los límites de la sensibilidad, pero, únicamente para lo moral.

Bibliografía
Kant, E. (1980). La Formas y los principios del mundo sensible e inteligible. Bogotá, Colombia:
Universidad Nacional de Colombia .

Kant, I. (2005). Crítica de la razón pura. Madrid : Taurus.

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