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PRIMER ARTICULO

EL TABAQUISMO Y LOS ADOLESCENTES

En el 2007, hubo más de 3 millones de adolescentes americanos (entre los 12


y 17 años de edad) que reportaron haber consumido un producto de tabaco en
el mes anterior a la encuesta. En ese mismo año, se encontró que casi el 60
por ciento de los nuevos fumadores eran menores de 18 años cuando fumaron
un cigarrillo por primera vez. De los fumadores menores de 18 años, es
probable que más de 6 millones mueran prematuramente por una enfermedad
asociada al tabaquismo.

El consumo del tabaco por adolescentes no sólo es el resultado de las


influencias psicosociales, como presión por parte de los compañeros o amigos,
sino que las investigaciones recientes sugieren que puede haber razones
biológicas para este periodo de mayor vulnerabilidad. Hay algunas pruebas de
que fumar ocasionalmente puede provocar en algunos adolescentes el
desarrollo de la adicción al tabaco. Los modelos en animales proporcionan
evidencia adicional de una mayor vulnerabilidad en el hábito de fumar en la
adolescencia. Las ratas adolescentes son más susceptibles a los efectos de
refuerzo de la nicotina en comparación con las ratas adultas, y consumen más
nicotina, cuando está disponible, que los animales adultos.
Los adolescentes también parecen ser más sensibles a los efectos de refuerzo
de la nicotina combinada con otras sustancias químicas que se encuentran en
los cigarrillos, aumentando así su susceptibilidad a volverse adictos al tabaco.
Como se mencionó anteriormente, el acetaldehído aumenta las propiedades
adictivas de la nicotina en los animales adolescentes, pero no en los animales
adultos. Un estudio reciente también sugiere que hay genes específicos que
pueden aumentar el riesgo de la adicción en las personas que comienzan a
fumar durante la adolescencia. El NIDA continúa apoyando activamente las
investigaciones dirigidas a aumentar nuestro conocimiento sobre cómo y por
qué los adolescentes se vuelven adictos y a desarrollar estrategias de
prevención y tratamiento para responder a sus necesidades específicas.

¿CUÁL ES EL ALCANCE Y EL IMPACTO DEL USO DEL TABACO?

La Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH, por sus siglas
en inglés) del 2008 informó que había alrededor de 70.9 millones de
americanos de 12 años de edad o mayores que reportaron haber usado
productos de tabaco en los 30 días anteriores a la encuesta (“uso actual”). De
éstos, 59.8 millones (23.9 por ciento de la población) fumaban cigarrillos, 13.1
millones (5.3 por ciento) fumaban puros o cigarros, 8.7 millones (3.5 por
ciento) consumían tabaco sin humo y 1.9 millones (0.8 por ciento) lo usaban en
pipas. Los datos confirman que el tabaco es una de las sustancias que más se
abusa en los Estados Unidos. A pesar de que estas cifras siguen siendo
inaceptablemente altas, ha habido una disminución de casi el 50 por ciento
desde 1965, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
¿Cuáles son las consecuencias médicas del uso del tabaco?

El Estudio de Observación del Futuro (MTF, por sus siglas en inglés) del 2009,
una encuesta anual del NIDA que sigue los patrones de uso de drogas y
actitudes relacionadas de los estudiantes de 8º, 10º y 12º grado, también
muestra una disminución importante en la tendencia a fumar por parte de los
jóvenes en todo el país. Los últimos resultados indican que alrededor de un 7
por ciento de los estudiantes de 8º grado, un 13 por ciento de los estudiantes
de 10º grado y un 20 por ciento de los estudiantes de 12º grado habían
fumado cigarrillos en los 30 días anteriores a la encuesta; niveles que se
encuentran entre los más bajos en la historia de la encuesta. No obstante,
debemos tomar nota que en este último año, el uso de productos de tabaco sin
humo, en las categorías de uso diario, en el mes anterior y en la vida, se ha
incrementado entre los estudiantes de 10º grado.

Sin embargo, esta reducción en la prevalencia del hábito de fumar cigarrillos


entre la población general de los Estados Unidos no se refleja en los pacientes
con enfermedades mentales. La incidencia del tabaquismo en los pacientes
que sufren del trastorno de estrés postraumático, el trastorno bipolar,
depresión mayor y otras enfermedades mentales es de dos a cuatro veces más
alta que la de la población general. En el caso de las personas con
esquizofrenia, la incidencia puede llegar a ser hasta del 90 por ciento.
El tabaquismo es la causa principal de muerte prevenible en los Estados
Unidos. El impacto a la sociedad por el uso de tabaco en términos de costos de
morbilidad y mortalidad es asombroso.

Económicamente, cada año más de $96 mil millones del costo total de los
cuidados a la salud en los Estados Unidos pueden ser directamente atribuidos
al tabaquismo. Sin embargo, este costo está muy por debajo del costo global a
la sociedad, ya que no incluye los costos por la atención médica a las
quemaduras resultantes de incendios causados por productos de tabaco, los
cuidados perinatales a bebés que nacieron con bajo peso porque sus madres
fumaron durante el embarazo, ni los costos médicos asociados con las
enfermedades causadas por la inhalación pasiva del humo.

Además de los costos de atención médica, se calcula que los costos por la
merma en la productividad debido a los efectos del tabaco son de alrededor de
$97 mil millones por año, por lo que la carga económica anual del tabaquismo
se eleva, de acuerdo a un cálculo conservador, a unos $193 mil millones.

BIBLIOGRAFÍA: https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-
reportes/adiccion-al-tabaco/referencias

SEGUNDO ARTICULO
CONSUMO DE TABACO EN ADOLESCENTES: FACTORES
0DE RIESGO Y FACTORES PROTECTORES

INTRODUCCION

El consumo de tabaco en los países en desarrollo constituye un problema de


salud pública cuya iniciación generalmente ocurre en la adolescencia, situación
que culmina en el hecho que en la adultez más de la mitad de sus
componentes posee hábito tabáquico.

El tabaco es tan adictivo como la droga pura, ya que se trata de un producto


psicoactivo que afecta los procesos químicos del cerebro y del sistema
nervioso. Además tiene reconocidos efectos nocivos sobre el sistema
respiratorio, dañando gravemente bronquios y pulmones, llegando a producir
bronquitis crónicas, enfisema y cáncer pulmonar.

Los fumadores, además de dañar su propia salud, perjudican a los que los
rodean. Es notorio que lo que se ha denominado "tabaquismo pasivo" es
peligroso para quienes lo sufren, justificándose plenamente las medidas de
protección que se han adoptado en los diversos entornos en que se producen
estas situaciones.

Es necesario destacar que reviste suma gravedad el hecho de que las mujeres
fumen durante el embarazo, debido a que pueden llegar a tener partos
prematuros, mayor incidencia de abortos, mortalidad perinatal, niños con bajo
peso de nacimiento, entre otros problemas.

Según la evaluación de la O.M.S. del año 1998, el consumo del tabaco entre los
varones de los países industrializados es de un 30-40%, cifra que está en
descenso; en cambio en la mujer es de 20 a 40%, particularmente entre las
más jóvenes, donde el hábito está en aumento. Según esta misma fuente, en el
decenio 1990-1999 ha muerto anualmente en el mundo un total de 3 millones
de personas por enfermedades inducidas por el tabaco, de ellos dos millones
se produjeron en los países en desarrollo. Se ha observado en estos últimos
países un aumento importante en el consumo de cigarrillo por habitante (el
70% en los últimos 25 años).

En las poblaciones más consumidoras de cigarrillos, desde hace varios


decenios son atribuibles al tabaco el 90-95% del cáncer pulmonar, el 80-85%
de la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar y el 20-25% de las defunciones
por cardiopatías y accidentes cerebrovascular (O.M.S., 1998).

En la adolescencia hay un porcentaje importante de hombres y mujeres que


fuman habitualmente. Según estudio hecho en Santiago de Chile, se inicia el
consumo entre los 13 y 14 años, aumentando los fumadores a mayor edad
escolar y existiendo una mayor prevalencia en la mujer (40% en un universo de
2.967 escolares de educación básica y media) (Ivanovic et al.,  1997).
En ese mismo estudio se encontró que las razones más importantes porque
fuman los adolescentes son: Grado de placer (P< 0.001), curiosidad, influencia
de los pares, rebeldía, insatisfacción con el medio que lo rodea y la familia.

Por otro lado, el no consumo de tabaco se debe a que a los adolescentes no les
agrada el cigarrillo en sí, no les gusta porque daña la salud y/o no fuman
porque les importa la opinión de la familia y de sus pares.

Otros estudios en nuestro país han concluido que el tabaco y el alcohol son las
substancias más consumidas por los adolescentes, lo que es preocupante,
puesto que se consideran drogas "puertas de entrada" para el consumo de
otras drogas, tales como marihuana, cocaína, pasta base, estimulantes,
sedantes, etc. (Florenzano, 1990).

Los antecedentes expuestos y la falta de estudios sobre la realidad local han


motivado esta investigación, con cuyos resultados se pretende obtener una
base de datos que refleje un diagnóstico del consumo de tabaco de la
población en estudio, como también identificar el perfil del adolescente
fumador.

Se considera urgente que los profesionales de la salud encuentren estrategias


efectivas para disminuir el consumo de tabaco en los jóvenes, para que a
futuro sean adultos con buena calidad de vida, logren tener hijos sanos y sean
agentes multiplicadores de estilos de vida sin tabaco.

OBJETIVOS DEL ESTUDIO

Se plantearon los siguientes objetivos generales:


1. Conocer la magnitud del hábito tabáquico en los adolescentes en estudio.
2. Reconocer los factores de riesgo y protectores del tabaquismo, existentes en
la población en estudio.
3. Determinar el perfil del adolescente fumador y su asociación con factores de
riesgo y protectores.

METODOLOGIA
Estudio analítico, cuali-cuantitativo, que se llevó a cabo en dos etapas:

Primera etapa: Aspectos cualitativos


Esta etapa se realizó a través de grupos focales con los siguientes objetivos:

1. Identificar las creencias, actitudes y percepciones que en forma espontánea


expresaran los adolescentes con relación al consumo del tabaco.
2. Indagar los conocimientos que tenían sobre el tabaco y el daño que puede
causar a la salud.
3. Identificar las reacciones que sienten los no fumadores ante la presencia de
fumadores en los lugares que ellos frecuentan.

Planificación y ejecución de los grupos focales:

Se seleccionaron al azar seis liceos que estaban dentro del universo del
estudio. En cada uno de ellos se conformaron grupos de 12 a 15 estudiantes de
primero y segundo año medio, elegidos en forma aleatoria. Con cada grupo se
estructuraron dos sesiones. Con el propósito que las respuestas de los alumnos
elegidos fueran expontáneas, no se les informó con antelación el tema a tratar,
sólo se les había comunicado que se hablaría de salud.

Segunda etapa: Aspectos cuantitativos

Para este estudio se consideró fumador el joven que hubiera consumido a lo


menos un cigarrillo todos los días, por lo menos durante un mes a la fecha de
ser encuestado. Asimismo, se establecieron tres niveles o grados de
fumadores:

Fumador bajo: Consumidor de menos de 5 cigarrillos todos los días de la


semana.
Fumador medio: Consumidor entre 5 y 10 cigarrillos todos los días de la
semana.
Fumador intensivo: Consumidor de más de 10 cigarrillos todos los días de la
semana.

La recolección de los datos se realizó por medio de la aplicación de una


encuesta anónima a una muestra de 392 alumnos de los primeros y segundos
años medios de los liceos municipalizados de la ciudad de Valparaíso. El total
de estudiantes de estos cursos fue de 3.740, número que se consideró como
universo de este estudio.
El instrumento constó de los siguientes ítemes:

1. Identificación personal.
2. Características familiares.
3. Características del macro y microambiente.
4. Hábitos personales.

Fue probado en un primero y un segundo medio de uno de los liceos


estudiados. La encuesta fue aplicada en cada uno de los establecimientos por
alumnas de la carrera de enfermería, previa capacitación. El análisis de los
datos obtenidos se realizó utilizando el programa computacional EPIINFO.

RESULTADOS

Aspectos cualitativos: Resumen de los resultados de los grupos


focales

La mayoría de los jóvenes entendió que salud era "sentirse bien tanto física
como mentalmente, tener ánimo para realizar las actividades de la vida diaria,
estar alegre y que se incluyan los sentimientos; por lo tanto, salud sería
sentirse bien con uno mismo". Todas sus apreciaciones estuvieron de acuerdo
con la definición de salud de la OMS, la que dice que "es el completo bienestar
físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad".
Dentro de los hábitos saludables, la mayoría nombró el ejercicio, la
alimentación sin exceso de grasas ni frituras, la higiene, el buen trato personal,
las buenas relaciones sociales, recrearse, la libertad de expresión, el respeto
con los demás y con uno mismo.
Como hábitos no saludables destacaron el consumo de tabaco, alcohol y
drogas, el sedentarismo, el maltrato, la alimentación con exceso de grasas,
robar, mentir y discutir.
La mayoría opinó que el fumar es un hábito y llama la atención la constante
afirmación que "el tabaco origina más problemas a la salud que el fumar algún
tipo de hierbas como la cocaína".
Dentro de cada grupo se constató la presencia de a lo menos cuatro
fumadores, siendo los doce años el promedio de edad de inicio del consumo de
tabaco en forma habitual. Lo hacen por imitar a algún amigo, en fiestas o con
el objeto de "relajarse".

La mayoría refirió que fumaban a escondida de sus padres a pesar de que ellos
tenían conocimiento del hábito. Es sintomático destacar que los niños que
fumaban también bebían alcohol.
Los adolescentes que no fumaban refirieron que el tabaco les dañaba la salud y
por esta razón no lo hacían, también opinaron que "el tabaco les afectaba el
crecimiento, no los dejaba jugar bien a la pelota, les molestaba el olor a humo,
no podían rendir bien en el deporte que practicaban o sencillamente que los
padres no los dejaban".

Es importante señalar que los jóvenes refirieron que el tabaco podría producir
patologías de carácter respiratorio y cáncer, pero creían que a ellos aún no les
afectarían estas enfermedades, ya que son problemas de "los mayores".
Estuvieron de acuerdo que el tabaco era dañino para la embarazada y su
futuro hijo.
En todos los grupos les fue fácil recordar alguna marca de cigarrillo publicitada,
siendo la televisión el medio más nombrado. Llama la atención que la
advertencia que plantea el MINSAL posterior al comercial de tabaco, fue
mencionada constantemente por la mayoría de los niños tanto fumadores
como no fumadores.

Los jóvenes sugirieron que el tema del tabaquismo, alcohol y otras drogas sea
tratado en los colegios, ya que el cigarrillo es una "droga permitida". Y también
opinaron que quienes no fuman tienen derecho a pedir que no lo hagan cerca
de ellos, "porque también fuma el que aspira el humo de un fumador vecino".

BIBLIOGRAFIÁ
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-
95532002000200004
TERCER ARTICULO

Los adolescentes y el consumo de tabaco

La mayoría de los adolescentes son conscientes de que el consumo de tabaco


es una de las mayores causas de muerte. No obstante, esto no los disuade de
probar productos del tabaco. Probar tabaco tan solo una vez los pone en riesgo
de volverse adictos a la nicotina.

La American Academy of Pediatrics (AAP) respalda las medidas para ayudar a


evitar que los adolescentes consuman tabaco, incluyendo la restricción de la
publicidad, el aumento de precios de los productos y el aumento de la edad
legal para comprar productos del tabaco. Consultar:  La AAP explica por qué se
debe aumentar la edad mínima para comprar tabaco a 21 años.

Preocupaciones de salud y datos relevantes


 Entre los problemas de salud causados por el tabaco se incluyen:
deterioro dental, daños metabólicos, tos frecuente, aumento de flema,
disminución del buen estado físico y problemas respiratorios.
 El 90 % de las personas que consumen tabaco a diario comienzan a
hacerlo a los 18 años de edad.
 En 2014, el 25 % de los alumnos de escuela secundaria manifestaron
consumir actualmente un producto del tabaco, incluyendo un 13 % que
manifestó el consumo actual de dos o más productos del tabaco.
 Entre los tipos de productos del tabaco consumidos por alumnos de
escuela secundaria se incluyen: cigarrillos electrónicos, narguiles,
cigarrillos, cigarros (cigarros pequeños o finos como Swisher
Sweets o Black and Mild), tabaco sin humo, pipas, snus  (tabaco de
consumo oral), bidis  (cigarrillos de tabaco enrollado) y tabaco soluble.
 Los factores que pueden influir en el consumo de tabaco son:
o Consumo de productos de tabaco por parte de amigos o
familiares.
o Falta de apoyo o involucramiento de los padres.
o Fácil acceso, disponibilidad y precio accesible de los productos del
tabaco.
o Bajo rendimiento académico.
o Baja autoestima.
o Exposición a publicidad del tabaco (películas, televisión o
videojuegos).

Consejos para evitar que los adolescentes consuman productos del tabaco
 Dé el ejemplo a sus hijos. Los hijos de fumadores actuales o ex
fumadores enfrentan un mayor riesgo de convertirse en fumadores.
 Si fuma, intente dejar de hacerlo. Consiga el apoyo de su familia.
Ver lo difícil que le resulta dejar de fumar podría ser suficiente para
evitar que sus hijos comiencen a hacerlo. Designe su casa y su
automóvil como zonas libres de humo.
 Sea consciente de las veces que los niños ven fumar en
las películas, los videojuegos y la televisión. La AAP recomienda
que toda película, programa de televisión o videojuego que muestre el
consumo de tabaco sea clasificado exclusivamente para adultos.
 Cuente a sus hijos sobre los efectos secundarios del
tabaquismo. Fumar perjudica la capacidad atlética, provoca arrugas,
da mal aliento, mancha los dientes y cuesta mucho dinero.
 Si los adolescentes empiezan a fumar, anímelos a dejar de
hacerlo. Al dejar de fumar, las personas añaden años a su vida. No es
fácil, pero todo intento debe considerarse un éxito.
 Piense en otras formas de fumar. El tabaco sin humo, los narguiles,
los cigarrillos electrónicos y los cigarrillos de clavo son todos adictivos y
pueden causar problemas de salud. No es seguro consumir ninguno.

Advertencia: La industria tabacalera a menudo crea programas de prevención


del tabaquismo para jóvenes que supuestamente están diseñados para evitar
que los niños se conviertan en fumadores. Se ha demostrado que estos
programas son ineficaces y que hacen más daño de lo que benefician. Siempre
observe atentamente los programas o campañas de prevención del
tabaquismo para jóvenes y entérese de quién lo respalda antes de presentar la
información a sus hijos o a sus alumnos. Los programas para la prevención del
tabaquismo deben estar basados en la evidencia y la industria no debe tener
ningún tipo de supervisión sobre el contenido educativo.

BIBLIOGRAFÍA:
https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/teen/substance-
abuse/Paginas/Teens-and-Tobacco-Use.aspx

CUARTO ARTICULO
CONSUMO DE TABACO ENTRE LOS ADOLESCENTES. VALOR DE LA
INTERVENCIÓN DEL PERSONAL SANITARIO

Hoy día es una evidencia científica que el consumo de tabaco constituye la

primera causa de pérdida de la salud1, así como la primera causa de muerte

prematura y evitable en los países desarrollados. Es pues el tabaquismo el

principal problema de salud pública susceptible de prevención 2. La lucha contra

el tabaquismo se debe realizar en una doble vertiente: de un lado, la

prevención del inicio del consumo en los no fumadores y la aplicación

individualizada de la terapéutica más adecuada de deshabituación en los

fumadores activos, basada ésta en las pruebas clínicas existentes en ese

momento3.
La adolescencia es un período clave para la adopción de las pautas de uso de

sustancias adictivas. Se trata de la etapa en la que tiene lugar la

«experimentación» con el tabaco y el alcohol, perfilándose las actitudes ante

las drogas de uso no institucionalizado 4. Asimismo, la adolescencia es la

cantera donde las industrias del tabaco reclutan a los nuevos fumadores. Se

aprende a fumar durante la infancia y la adolescencia. El 60% de los fumadores

empezó a fumar hacia los 13 años y más del 90% antes de los 20. Sólo un 10%

de los fumadores actuales empezó a fumar siendo adulto 5.

La mayoría de los estudios indican que si un adolescente sabe evitar el tabaco,

es poco probable que fume de adulto, y si lo hace, seguramente no será gran

fumador5. En esta misma línea, en la cuarta estrategia del Decálogo de Europa

Libre de Tabaco se afirma: «Cada niño y adolescente tiene derecho a ser

protegido de todo tipo de promoción del tabaco y recibir toda la ayuda

educativa y de otra índole necesaria para resistir la tentación de empezar a

consumir cualquier tipo de tabaco.»6

La utilización de las consultas de atención primaria (AP) es cada día mayor. Se

estima que el 75% de los españoles acude a su médico de familia al menos una

vez al año7. Por otra parte, no hay que olvidar que en el momento de la

consulta los pacientes están especialmente receptivos a cualquier mensaje de

salud, incluyendo mensajes preventivos que no estén directa o aparentemente

relacionados con el motivo de consulta8. Esto convierte a la AP en un marco

idóneo para abordar el problema del tabaquismo haciendo de la intervención

sobre el consumo de tabaco una de las actividades preventivas más eficaces

que se puede realizar desde las consultas 9,10. Los profesionales sanitarios

deben identificar y diagnosticar a todos sus pacientes fumadores y

posteriormente aconsejarles de manera firme, concisa y personalizada que


dejen de fumar3,11,12. Por el contrario, en el caso de los no fumadores se les

debe animar a continuar siéndolo, reforzando su actitud libre de tabaco.

En España, la epidemia del tabaquismo entre los adolescentes es una triste

realidad, como demuestran la Encuesta Nacional de Salud 13 de 1997, en la que

el 40% de los jóvenes entre 16 y 24 años son fumadores; el estudio sobre la

dependencia nicotínica de los escolares fumadores de Zaragoza de 1998, en el

que el 23,1% de los jóvenes entre 10 y 17 años se declaraba fumador, con

algunos rangos de edad como el de los 17 años en el que el 50,2% de los

jóvenes consumía tabaco 14. Además, en el estudio sobre hábitos de salud en la

población juvenil de la Comunidad de Madrid realizado en el año 2000 entre

jóvenes de 15 y 16 años, el 24,2% fuman diariamente y el 9,8% fuma alguna

vez a la semana, lo que aporta una cifra del 34% de fumadores habituales,

junto a otro 6,8% que fuma con menor asiduidad 15.

Basándonos en lo anteriormente expuesto hemos realizado el siguiente estudio

con los objetivos de describir las características del consumo de tabaco entre

los adolescentes atendidos en nuestro centro de salud; conocer su opinión

sobre los principales motivos para no fumar y sobre la influencia de la

publicidad en el hábito; conocer la postura de los padres ante el consumo de

tabaco de sus hijos, y finalmente analizar la calidad de la intervención del

personal sanitario en este campo.

BIBLIOGRAFÍA:
https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-consumo-
tabaco-entre-adolescentes-valor-13036729
QUINTO ARTICULO
EL TABACO Y LAS ADOLESCENTES: TENDENCIAS ACTUALES PREFACIO

En este documento se explican los efectos sobre la salud, las tendencias y los
factores de riesgo del tabaquismo, especialmente en el caso de las
adolescentes de la Región de las Américas. Actualmente, 1.100 millones de
personas fuman en el mundo de las cuales aproximadamente 200 millones son
mujeres (1). El número de mujeres que empieza a fumar está aumentando de
manera acelerada, especialmente entre adolescentes y en países en desarrollo.
Abordar el problema del tabaquismo entre las mujeres y tomar medidas
inmediatas deben ser prioridades si se quiere velar por la salud de las
generaciones actuales y futuras. Los efectos perjudiciales del tabaquismo
sobre la salud son muchos, principalmente cuando se empieza a fumar a muy
corta edad. Quienes han fumado por mucho tiempo tienen un cincuenta por
ciento de probabilidades de morir debido al consumo de tabaco. Se ha
determinado que el uso de tabaco es el factor más fácil de prevenir para evitar
la muerte prematura, la discapacidad y la enfermedad. El consumo de tabaco
tiene efectos sobre la salud, tanto a corto como a largo plazo. Entre los
jóvenes, los efectos a corto plazo incluyen daños al aparato respiratorio, como
por ejemplo, disnea, tos, así como mayor frecuencia y gravedad de las
enfermedades respiratorias, además de adicción a la nicotina y el riesgo
asociado de consumo de otras drogas (42). A largo plazo, el consumo de
tabaco es una causa principal o asociada de muerte por distintos tipos de
cáncer y enfermedades cardiovasculares y respiratorias. La mayoría de estos
efectos sobre la salud aparecen de 30 a 40 años después de haber empezado a
fumar. En el caso de las mujeres, el consumo de tabaco las expone además a
un riesgo considerable de efectos nocivos sobre la salud reproductiva. En
América del Norte los adolescentes, en particular si son de sexo femenino, son
susceptibles a las influencias externas cuando deciden fumar (22). Los jóvenes
aprenden los comportamientos relacionados con el hábito de fumar de amigos,
padres y hermanos (22). Además, la publicidad mundial sobre el cigarrillo, de
gran intensidad y muy bien orientada hacia cierto público, tiene un poder de
persuasión muy grande sobre los jóvenes. Las empresas tabacaleras tienen
mucho éxito al comercializar su producto ya que lo presentan a las mujeres, ya
sean adultas o adolescentes, como un símbolo de emancipación e importante
para estar a la moda. En los Estados Unidos, las campañas de mercadeo de las
industrias tabacaleras destinadas a las mujeres comenzaron en los años
treinta. En todo el mundo, las actividades publicitarias de la industria
tabacalera han contribuido a aumentar el número de mujeres que fuman.

¿QUÉ FACTORES INDUCEN A LOS ADOLESCENTES A FUMAR?

Los mensajes que incitan al tabaquismo, ya sean de los amigos, la familia o los
medios de comunicación, hacen que los adolescentes tengan la impresión de
que este hábito es una norma social inofensiva. Comportamiento adquirido en
cuanto al hábito de fumar as mujeres jóvenes pueden verse inducidas más
fácilmente al hábito de fumar cuando observan ese comportamiento en sus
amigos, padres y hermanos (22, 25, 26, 27). De ciertos trabajos de
investigación se desprende que las adolescentes pueden ser más sensibles que
los muchachos a la presión social de sus grupos de compañeros para que
comiencen a fumar (22, 24, 25, 27). Amigos(as) El tabaquismo entre los
compañeros es un factor importante en el inicio de las adolescentes a dicho
hábito, y en las tasas.

BIBLIOGRAFÍA:
http://uata.org.ar/images/didactica/polimodal/el_tabaco_y_su_impacto_en_la_m
ujer_adolescente.pdf

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