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Otra medida que se toma es una forma de pago en cuotas para abonar la
diferencia entre el precio pactado en el contrato y el que resulte de la aplicación
del presente decreto. Deberá será abonada por la parte locataria en, al menos
TRES (3) cuotas y como máximo SEIS (6), mensuales, iguales y consecutivas,
con vencimiento la primera de ellas, en la misma fecha del vencimiento del
canon locativo que contractualmente corresponda al mes de octubre del
corriente año, y junto con este. Las restantes cuotas vencerán en el mismo día
de los meses consecutivos. Este procedimiento para el pago en cuotas de las
diferencias resultantes será de aplicación aun cuando hubiere operado el
vencimiento del contrato.
Así también, se establece un mecanismo para el pago de las deudas que
pudieren originarse hasta el 30 de septiembre, por falta de pago, pago parcial o
pago fuera de plazo.
También se menciona que no se podrán aplicar intereses moratorios,
compensatorios, punitorios, ni ninguna otra penalidad prevista en el contrato.
Las obligaciones de la parte fiadora permanecerán vigentes hasta su total
cancelación.
El art 11 del decreto dispone: “Quedan excluidos del DNU los contratos de
locación cuya parte locadora dependa del canon convenido en el contrato de
locación para cubrir sus necesidades básicas o las de su grupo familiar
primario y conviviente, debiéndose acreditar debidamente tales extremos”.
El CCCN establece que “hay contrato de locación si una parte se obliga a
otorgar a otra el uso y goce temporario de una cosa, a cambio del pago de un
precio en dinero”.
Entiendo el concepto de “locador vulnerable” como aquella persona que
dispone de un inmueble con fines locativos y contrata con otra persona,
otorgando el uso y goce temporario del mismo, a cambio de un precio en
dinero o canon, del cual depende su economía personal, familiar o social, y
ante el incumplimiento de la locataria (cualquiera sea la circunstancia), se vería
gravemente perjudicada.
Una forma de acreditar tal caso, podría ser que la locadora invoque el art 11
del DNU, contando como pruebas que la respalden, documentos del AFIP
demostrando ser monotributista, tener a su cargo un solo inmueble para
explotación comercial (declaración de inmuebles en la presentación de Bienes
Personales} y demostrar que solo recibe ingresos de ese inmueble para su
economía (deberá probar que no cuenta con otro trabajo, ni pensiones, etc.).
En caso de que ambas partes de un contrato de locación se encuentren
vulnerables, por la normativa establecida, priman los derechos del locatario, ya
que el motivo más imperante del decreto dictado, es la necesidad de asegurar
un derecho elemental como lo es la vivienda.
La norma en mi opinión, no da lugar a una defensa que podría plantear
oportunamente el locador, ya que el art 11 no es tan claro en cuanto a las
pruebas que este debe acreditar, otras medidas o derechos que pueda tener el
locador vulnerable a su favor y por otro lado, plantea ir contra uno de de los
derechos más protegidos como es la vivienda, en caso de que se pretenda el
desalojo de la locataria en estas circunstancias. En otras palabras, frente a un
caso como el que la consigna plantea, la parte locataria está mucho mejor
plantada a nivel jurídico que la propia locadora, así esta sea “vulnerable”.