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El conocimiento científico de la sociedad

Al examinar las tendencias fundamentales del conocimiento moderno, es necesario tener en


cuenta cierta particularidad que presenta el desarrollo de las ciencias naturales y de las disciplinas
sociales en función de la estructura social del mundo moderno.

El avance de las ciencias naturales y de la técnica se halla ligado a la interacción y a la


confrontación de los resultados que alcanza la ciencia en los países socialistas y en los países
capitalistas. Existe una competición en el aspecto científico, lo cual no excluye que se utilicen,
recíprocamente, los resultados de las investigaciones científicas.

Ahora bien, en lo tocante a las ciencias sociales, la situación es distinta ya desde un punto de
vista de principio. En el análisis de los procesos del desarrollo social, los marxistas avanzan por
sendas propias. En la sociología burguesa se van reuniendo, por supuesto, datos reales, aparecen
nuevas esferas de investigación, pero no se dan frutos teóricos que nosotros podamos utilizar. El
bagaje "ideológico" fundamental de los pensadores burgueses es el anticomunismo. Ya el punto de
partida anticomunista impide a los sociólogos burgueses en principio, situarse en el terreno
científico para resolver los problemas capitales de la marcha de la sociedad en nuestro tiempo.

Las novísimas teorías sociales de los ideólogos de la burguesía, como por ejemplo la "teoría de
los estadios", de W. Rostow, o la teoría de la "sociedad-híbrida" de P. Sorokin, se reducen a la
interpretación anticientífica de los fundamentos del progreso social, intentan encontrar rasgos
comunes al socialismo y al capitalismo vistos como dos formas de cierta "sociedad industrial" con
el fin de justificar al segundo, cerrando los ojos al hecho indiscutible de que el capitalismo es un
estadio social históricamente superado.

Mantenerse en las posiciones del anticomunismo en el campo de la sociología significa negar o


alterar conscientemente los procesos históricos reales.

En el ámbito de las investigaciones sociales, aparte la teoría general, existen diversos aspectos
aplicados de la sociología que, si bien están relacionados con los principios teóricos generales de
partida, tienen cierta independencia relativa en lo tocante a la utilización de los recursos y métodos
técnicos específicos para llevar a cabo investigaciones concretas. Ello concierne a la gran [368]
esfera de la aplicación de la matemática en las ciencias sociales, ante todo al empleo de los
métodos matemáticos en las investigaciones económicas y en la lingüística, así como también a su
aplicación en disciplinas como la "engineering psychology" y la estética técnica.

Últimamente, la atención por tales aspectos aplicados se ha incrementado, tanto en nuestro país
como en el extranjero. Así lo dictan la práctica y sus necesidades. Es indispensable utilizar todo lo
que pueda aplicarse en la gestión económica, en la mecanización del trabajo mental, pero hay que
cortar enérgicamente toda posibilidad de que penetre la resaca ideológica junto con los recursos
técnicos de las investigaciones. Rechazando de plano la lesiva idea de la coexistencia pacífica de
las ideologías, tenemos que dirigir un incesante fuego contra los principios fundamentales de la
sociología burguesa.

Los científicos soviéticos, mano a mano con los marxistas de otros países, han realizado una
gran aportación a la elucidación materialista de los procesos que se dan en la marcha de la
sociedad.
Los progresos de las ciencias sociales constituyen una de las poderosas fuentes de desarrollo
de la moderna concepción científica del mundo. Lo mismo que el avance de las ciencias naturales,
el descubrimiento de leyes en todas las esferas de la vida social, en todas las fases de la historia
de la humanidad, enriquece la dialéctica materialista, contribuye a que se desarrolle el método
científico del conocimiento.

La aplicación consecuente de los principios del materialismo dialéctico a toda la historia, expulsa
el idealismo y la religión de las esferas de la vida social en que éste se ha mantenido,
parasitariamente, durante largos siglos. Todas las esferas en que se predicaban las denominadas
verdades divinas, normas sociales extra-temporales y dogmas morales de origen sobrenatural se
ven hoy penetradas por la luz del saber científico, que tiene por base los principios del materialismo
dialéctico.

Indicaba Engels, en su tiempo, que era necesario estudiar de' nuevo toda la historia para dar
una interpretación materialista al devenir histórico de la vida política, económica y espiritual de la
sociedad. Ahora. están investigadas las etapas fundamentales y los acontecimientos más
importantes de la historia universal a la luz del marxismo-leninismo; se ha dado un análisis
científico de las leyes y fuerzas motrices del progreso social, de la lucha liberadora de los
trabajadores contra el yugo de clase, colonial y nacional.

Con la experiencia de la edificación socialista, se ha elaborado una nueva e importante rama de


la economía política: la economía-política del socialismo. Es de sumo valor el análisis de la nueva
etapa de la crisis general del capitalismo, de la ulterior agudización de sus contradicciones
económicas y políticas también la superación de antiguas contradicciones no sólo se realice
mediante la lucha y la destrucción de una de las partes, sino, además, mediante la eliminación
gradual de sus diferencias esenciales, [369] Haría falta crear la ciencia del derecho socialista,
elaborar la teoría del Estado socialista como forma completamente nueva de la organización
política de la sociedad.

Disponemos de trabajos útiles en lingüística. e investigación literaria, así como en el campo del
ateísmo científico, de la estética y de la ética. También en estos aspectos de las ciencias
humanistas los principios del materialismo encuentran una plasmación cada vez más concreta y
profunda.

Se ha de consignar que hasta hace poco tiempo nuestros filósofos, sociólogos, juristas y otros
representantes de las ciencias sociales se ocupaban poco de las cuestiones relativas a la vida
espiritual de la sociedad. En cierto sentido se debía ello a que las leyes a que obedece el
desarrollo de la vida espiritual son, tal vez, más complejas que las de la producción material, Dijo
Marx en cierta ocasión que es más fácil reducir los fenómenos espirituales a su base terrena que
inferir de esta base la complicada red de relaciones espirituales, con su múltiple panorámica, a
veces rara y hasta fantástica.

En este terreno, el problema más importante es el de las relaciones mutuas entre el ser social y
la conciencia social o, dicho con otras palabras, entre la vida material de la sociedad y su ideología.
Este es el punto de partida para el análisis de las leyes a que obedece el desarrollo de la vida
espiritual de la sociedad.

Decimos a menudo que la conciencia va a la zaga del ser. Y no siempre tenemos en cuenta que
esta fórmula se refiere sólo al planteamiento filosófico inicial del problema relativo al carácter
primario del ser y al carácter secundario de la conciencia. Mas, en determinado sentido, la
conciencia no sólo no queda retrasada del ser, sino que, por el contrario, se le adelanta. De otro
modo seria inconcebible la teoría avanzada, la conciencia comunista de vanguardia. ¿Acaso puede
decirse en serio que la conciencia de millones de personas, que dominan las ideas del comunismo
científico y las llevan a la vida real, va a la zaga del ser?

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