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La fe crece en etapas

Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos
enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Marcos 6:5

Una de las razones por las qué el Señor levanta maestros de la palabra es para
habilitarlos para tratar con la incredulidad.
 Cuando Jesús fue a Nazaret, no pudo hacer milagros allá por la incredulidad de ellos.
Más adelante se nos dice que recorría las aldeas alrededor enseñándoles.
El antídoto de la incredulidad es la enseñanza. Así que necesitamos ser enseñados sobre
la fe; sobre el potencial de la fe que hay en nosotros; sobre los principios que gobiernan
el crecimiento y la fe; y sobre como aumentar nuestra fe.
Quizá uno de los pasajes más mal entendido sea Lucas 17:6 donde dice; “Entonces el
Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza,  podríais decir a este sicómoro:
Desarráigate,  y plántate en el mar;  y os obedecería.
Cuando no podemos hacer que una escritura obre, la espiritualizamos, trayendo la
Palabra de Dios a nuestra experiencia, más que llevar nuestra experiencia a la palabra de
Dios.
Dios desea que su palabra obre Jer. 1:12; “me dijo Jehová: Bien has visto;  porque yo
apresuro mi palabra para ponerla por obra.” Como  que Dios dijera “respaldaré mi
palabra para que obre lo que Yo quiero”.
Necesitamos descubrir ese tipo de fe que obre.

La fe como la semilla de mostaza


Cuando el Señor Jesús nos estaba diciendo que necesitábamos tener una fe del tamaño
de una   semilla de mostaza, no estaba diciendo que deberíamos tener una fe pequeñita,
sino una fe en crecimiento que puede desarrollarse hasta poder mover arboles  y
montañas (la fe en crecimiento puede sanar enfermos, echar fuera a los demonios)
Que dice la Biblia acerca del carácter de la semilla de mostaza; Mt.13:31-32; “El
reino de los cielos es semejante al grano de mostaza,  que un hombre tomó y sembró
en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas;  pero
cuando ha crecido,  es la mayor de las hortalizas,  y se hace árbol,  de tal manera
que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
Una fe pequeña puede hacer pocas cosas; una gran fe hace cosas grandes

La fe que mueve montañas


En I Corintios 13:2, Pablo comenta sobre la fe que mueve montañas: “(DHH)  Y si
tengo el don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las
cosas,  y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy
nada.
Pablo reconoció que se necesita una fe completa, madura, total, adulta para mover
montañas. Se necesita una fe en pleno desarrollo para ver la gloria de Dios. Mateo
17:16; “Y lo he traído a tus discípulos,  pero no le han podido sanar.”

La fe como un don de Dios


Pablo escribe en Romanos 12:3; NVI  “Por la gracia que se me ha dado,  les digo a
todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener,  sino
más bien piense de sí mismo con moderación,  según la medida de fe que Dios le
haya dado.
La fe comienza con Dios,  ya que el ha repartido a cada uno una medida de fe, por esa
razón no hay cristiano que pueda decir: “no tengo fe (semilla)

Dos clases de fe
Debemos entender que existen dos clases de fe, y necesitamos distinguir entre una y
otra
1. El don de fe. Este es el don mencionado el I Corintios 12:9, (a otro,  fe por el
mismo Espíritu;) es el impartimiento sobrenatural y soberano de un don de fe de parte
de Dios a su siervo.
2. Fe desarrollada. Este tipo de fe, es donde usted comienza con una fe de 5 cm.
Y va creciendo hasta llegar a tener un metro, es entonces cuando usted podrá solucionar
problema que se necesitan resolver con un metro de fe.
El don de fe puede venir sobre cualquiera, y podrá ocurrir un gran milagro, pero cuando
pasa la situación, la fe que le impulso para que el milagro se operara quizá ya no esté. Si
embargo la fe desarrollada, es una fe que permanece con usted y obrará en cualquier
situación que se encuentre, siempre y cuando el problema no exceda su nivel de
crecimiento, siempre será un triunfador.

Conclusión: es posible que así como sucedió con los discípulos le suceda a usted, si
usted es confrontado con un problema mayor que su nivel de fe, seguro que saldrá
derrotado, pero se le recuerda que nuestra fe puede crecer atreves de la palabra de Dios. 
Romanos 10:17 BAD; “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el
mensaje que se oye es la palabra de Cristo.”

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