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Universidad de San Carlos de Guatemala

Escuela de Ciencias Psicológicas


Curso: Módulo Integrativo Práctica Psicológica
Semestre V
Lic. Orlando Rodríguez

Resumen:

CORONAVIRUS O REINGENIERÍA SOCIAL A ESCALA


PLANETARIA

Nombre: Nely Adriana Jutzuy Catú


Carné: 201804632
CORONAVIRUS O REINGENIERÍA SOCIAL A ESCALA PLANETARIA

El coronavirus es actualmente el indiscutible detonante de miedo en toda una


sociedad mundial, mismo que ha alcanzado niveles escandalosos de diseminación
en comparación con pandemias como el AH1N1 o el Ébola, ya que, en menos de
tres meses más de ciento veinticinco países recibieron su impacto. Su extensión
se atribuye tanto al contagio por relaciones humanas como el contacto con
superficies que hospedan la cepa del virus.

Poco se sabe de sus orígenes, la definición otorgada por la Organización de las


Naciones Unidas se limita a brindar su definición como: “los coronavirus son una
extensa familia de virus…causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el
resfriado común hasta enfermedades más graves…La COVID-19 es la
enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más
recientemente.” Sin embargo, las posibilidades de ser un virus originario de una
mutación natural o de creación en un laboratorio permanecen igualmente abiertas.

A consecuencia del terror indudable que arrasa en la sociedad, hacen aparición


distintos factores que en otros tiempos pudiesen haber sido considerados como
imposibles, que repercuten y cuestionan de manera abismal los cimientos de la
sociedad actual y que favorecen el capitalismo. El fascismo tecnológico acuñado
durante la cuarta revolución industrial es uno de los factores primordiales que
adquiere mayor fuerza e inicia a desbaratar antiguas concepciones laborales y
educativas.

Como medida preventiva de contagios, la sociedad se reorganiza y la educación


se expande a la modalidad “online” o “Delivery”, misma que años atrás con las
múltiples revoluciones industriales se buscaba desatascar, y aunque la tecnología
había logrado involucrarse en el proceso educativo, es indudable que el modelo
educativo se había resistido, incluso paralizado ante los cambios que requería la
lógica capitalista emergente. Por otro lado, se empiezan a destruir identidades
labores que parecían imprescindibles y se replantean nuevas modalidades de
trabajo, desde el trabajo en casa, disminución de horarios presenciales laborales y
el uso inherente de múltiples plataformas y dispositivos con acceso a “la red”.

Otro de los factores determinantes es el deterioro de la noción democrática,


pues la sociedad empieza a prescindir del autoritarismo como base fundamental
de preservación del bien común. Empieza a surgir esa necesidad de una autoridad
que sepa restringir en la población múltiples libertades.

La deshumanización a gran escala provoca grandes revoluciones de las antiguas


concepciones de “humanidad”. El contacto cercano se convierte en motivo de
horror y se promueve el desencuentro humano como una responsabilidad.
La visión de la movilidad como un derecho inherente de la persona es otro
factor que se trasforma en un medio de restricción, no solo como medida
preventiva sino como una idea que se va instalando en el imaginario colectivo
social del temor a viajar. Restricción que termina convirtiéndose en exigencia en
cientos de países.

Dichos factores dan indicios de ser una respuesta al actual modelo social
capitalista, mismo que se basa en la producción de mercancía, pone gran énfasis
al consumismo y acarrea lo que se llama “pensamiento moderno” como impulso
de la aceleración de innovación de la ciencia y tecnología que busca.

Durante la tercera revolución industrial había generado nuevas fases de


aceleración de la innovación que se localizaron en los laboratorios científicos
privados que abrieron paso a dos necesidades: la primera consistió en elevar la
eficacia entre costos y resultados. La segunda, a priorizar los controles éticos pues
la investigación científica estaba orientada al complejo industrial militar (guerra
bacteriológica, genoma humano, armamento con soporte informático, etc), que
luego se transformó en la necesidad de una parte importante de científicos a
trabajar en laboratorios privados o bajo tutelas y juramentos de secreto impuesto
por grandes corporaciones. Dichos hechos son la razón de que no se descarte el
origen de virus en los laboratorios.

En tiempos no tan lejanos, a raíz de la innovación tecnológica también surgieron


grandes avances durante la cuarta revolución industrial (genoma humano,
nanotecnología, inteligencia artificial, robótica, neuronas digitales, biología digital).
Dicha revolución trajo consigo el posicionamiento de “la casa” o el hogar como
epicentro del trabajo, el consumo, la educación e incluso la gobernabilidad. Pero
dichas nociones requerían grandes esfuerzos de reeducación social, es decir,
varios instrumentos de gran magnitud e impacto, y es en ese aspecto que el
fenómeno como el virus COVID-19 puede jugar el papel de instrumento de
reingeniería social.

El miedo construye las bases de un nuevo paradigma social, así como de una
ruptura, dicha ruptura Kurzweil (2012) nombra “era de la singularidad” como la
llegada de una sociedad fusionada con la vida biológica y tecnología a gran
escala.

Se prevé que en meses posteriores se logre superar la pandemia del Coronavirus,


se vivirá la apariencia de volver a la “normalidad” pero será una ilusión. La
hegemonía sobre la nueva forma de construir las sociedades capitalistas de la
cuarta revolución industrial no serán utopías sino algo real, consigo se darán
nuevas formas de explotación del hombre, el control lo tendrán nuevos individuos
y los revolucionarios deben plantear entonces nuevas alternativas.
Fuente: Bonilla Molina, Luis (17 de marzo, 2020). Coronavirus o reingeniería social a escala
planetaria. Rebelión. Recuperado de: https://rebelion.org/coronavirus-o-reingenieria-social-a-escala-
planetaria/

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