Cuando hablamos de los clásicos, ya sea de las obras como de
los autores, es realmente frecuente encontrarnos con lectores que defiendan el valor intemporal de los mismos; la obra literaria como texto lingüístico cuyo valor resulta inalterado aun ignorando completamente el contexto en el que se produce. Esta visión ha sido también muy discutida y cada vez más abundan en nuestro país las ediciones que intentan, en mayor o menor medida, retrotraer al lector al contexto de producción original de la obra. Los métodos son muy diversos: desde introducciones críticas notablemente extensas, una cantidad realmente abultada de notas o, lo que es menos habitual y nos llama aquí más la atención, el intento (menos cientificista y más lúdico) de asimilar el formato de la edición al formato original. Este último, que parece no lograr más que un embellecimiento formal del libro, logra que el lector experimente de una manera mucho más similar lo que suponía en una época anterior a la nuestra la propia experiencia de lectura. Evidentemente, esto presenta notables problemas: para empezar, que es imposible la adaptación de las obras que se transmitían oralmente; también podríamos señalar que hay formatos, como los del manuscrito previo a la imprenta, con los que estamos tan poco familiarizados que nos dificultarían en exceso la lectura y tendrían un efecto contrario al buscado. Además, el ejercicio de edición filológica necesario para una correcta adaptación o traducción de los textos no tiene que ser incompatible con estos problemas de formato. Decamerón. 10 historias seleccionadas
Toda esta problemática aparece inmejorablemente resuelta en
la antología de cuentos del gran clásico en prosa de la literatura medieval romance que Libros del Zorro Rojo ha llevado a cabo: Decamerón. 10 historias seleccionadas. Frente a la notable extensión de los cien cuentos que se cuentan Fiammetta, Filostrato, Filomena y toda la resta de los diez jóvenes florentinos, no son pocas las editoriales que abogan por publicar una antología de los que consideran mejores o más interesantes. De la misma manera que he visto innecesario entrar a describir el argumento del libro más famoso de Boccaccio o de argumentar por qué resulta divertidísimo acercarnos a sus gamberros e impúdicos cuentos, veo innecesario explicar el problema que supone acercarse a una obra a partir de, única y exclusivamente, una antología de los fragmentos que más plazcan al antólogo en cuestión. No obstante, y dado que publicar entero el libro de Boccaccio en cartoné, con ilustraciones y un papel de gramaje resistente sería demasiado costoso, este se presenta como el método ideal para un primer acercamiento al Decamerón, en el formato perfecto para que la lectura te ayude a enamorarte completamente del libro. El Decamerón es una de las grandes maravillas que nos ha regalado la literatura universal
A una introducción nada desdeñable a manos del antólogo,
Maurício Santana Dias, con una selección bibliográfica básica y alguna sorpresa para los más aficionados a la historia del libro, se le suma la traducción en doble columna de Esther Benítez Eiroas con las ilustraciones de Alex Cerveny. Todo junto hace de esta edición una pequeña maravilla, breve y fragmentaria (diez cuentos que, en suma, supondrían una única jornada dentro de las diez que componen la obra original), pero perfecta para introducirte en el universo que supone la obra entera de Boccaccio. Decamerón. 10 historias seleccionadas
En uno de los muchos momentos en los que la muerte asolaba
Europa; muerte que, además, no se debía a la guerra entre los hombres, Boccaccio opta por un agrio sentido del humor y elabora un libro de cuentos divertidos e irreverentes, cuyo título remite a la alabanza de los seis días de la creación del mundo (es conocido que el título se toma del Hexamerón de san Ambrosio). Un canto a la vida en mitad de tanta destrucción. El Decamerón es una de las grandes maravillas que nos ha regalado la literatura universal. Síntesis de toda una serie variada de influencias clásicas y medievales, occidentales y orientales, reconstruida magistralmente bajo una compleja estructura narrativa y con un ingenio prodigioso. Generaciones ininterrumpidas de lectores se han acercado a él y han sabido admirarlo pese al paso del tiempo. Tal vez, en un momento que se presta como pocos a las comparaciones con la Europa de 1348, juntarnos alrededor de una fuente (o una mesa con una jarra de agua) para leernos las peripecias de personajes como el sinvergüenza de Cepparello, el suertudo de Andreuccio o el ingenuo matrimonio de Tessa y Calandrino puedan amenizarnos la tarde más que nunca.