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Hacer las Américas en Cádiz

Catherine Aristizábal Barrios


Hacer las Américas en Cádiz
Comerciantes alemanes y sus vínculos mercantiles
con hispanoamericanos a fines de la época colonial
Hacer las Américas en Cádiz
Comerciantes alemanes y sus vínculos mercantiles
con hispanoamericanos a fines de la época colonial

Catherine Aristizábal Barrios

Rosario, 2017
Aristizábal Barrios, Catherine
Hacer las Américas en Cádiz : comerciantes alemanes y sus vínculos mercantiles con
hispanoamericanos a fines de la época colonial / Catherine Aristizábal Barrios. - 1a ed . -
Rosario : Prohistoria Ediciones, 2017.
280 p. ; 23 x 16 cm. - (Historia moderna / Barriera, Darío G.; 8)

ISBN 978-987-3864-74-2

1. Historia. 2. Historia de América. I. Título.


CDD 980

Maquetación: Georgina Guissani


Edición: Prohistoria Ediciones
Diseño de Tapa: Sin Gas
Imagen de tapa: Cádiz chez Basset, ca. 1700.

Este libro recibió evaluación académica y su publicación ha sido recomendada por reconoci-
dos especialistas que asesoran a esta editorial en la selección de los materiales.

TODOS LOS DERECHOS REGISTRADOS


HECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LEY 11723

© Aristizábal Barrios, Catherine


© de esta edición :
Email: prohistoriaediciones@gmail.com
Website: www.prohistoria.com.ar
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Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, incluido su diseño tipográfico y de


portada, en cualquier formato y por cualquier medio, mecánico o electrónico, sin expresa
autorización del editor.

Este libro se terminó de imprimir en MULTIGRAPHIC SA, Buenos Aires, noviembre de 2017.
Impreso en la Argentina.

ISBN 978-987-3864-74-2
Índice

Siglas y abreviaturas utilizadas .............................................................................. 11

Agradecimientos ..................................................................................................... 13

Prólogo ..................................................................................................................... 15
Horst Pietschmann

INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 19

CAPÍTULO I
España y sus vínculos con los territorios germanos .................................................. 45

CAPÍTULO II
Casas comerciales alemanas en Cádiz ...................................................................... 77

CAPÍTULO III
El Libre Comercio y sus beneficios para los mercaderes germanos ........................ 117

CAPÍTULO IV
Movilidad de los comerciantes alemanes durante el periodo de crisis finisecular,
1797-1808 ............................................................................................................... 141

CAPÍTULO V
Redes comerciales desde la correspondencia comercial ......................................... 159

CAPÍTULO VI
Las ciudades hanseáticas y el comercio con las colonias americana ..................... 185

CAPÍTULO VII
Crisis del puerto de Cádiz y el comercio colonial español ...................................... 239

CONCLUSIONES ................................................................................................ 267

ANEXO
Lista de hamburgueses registrados en los protocolos notariales de Cádiz,
1625-1905 ............................................................................................................... 275
A la Margarita de mi jardín con amor
A ti que ahora eres parte de ese inmenso y cálido Mar Caribe
Para el capitán, quien me enseñó que más allá del horizonte
hay otros mundos, otros mares
SIGLAS Y ABREVIATURAS UTILIZADAS

AGI Archivo General de Indias (Sevilla, España)


AGN Archivo General de la Nación (Buenos Aires, Argentina)
AHC Archivo Histórico de Córdoba (Córdoba, Argentina)
AHPC Archivo Histórico Provincial de Cádiz (Cádiz, España)
AMC Archivo Municipal de Cádiz (Cádiz, España)
Agradecimientos

E
sta investigación ha sido posible gracias al apoyo de innumerables personas,
que a través del tiempo me ayudaron de forma directa e indirecta para con-
seguir reflejar mis resultados en este libro. Es difícil poder nombrarlos a to-
dos, pero quisiera resaltar el gran apoyo de mi Doktorvater, Prof. Dr. Ulrich Mücke,
quien con su visión analítica y reflexiva siempre me brindó apoyo para desarrollar
en tiempo y forma el trabajo. También gracias por su paciencia y por su confianza
en mi proyecto. Gran agradecimiento al Prof. Dr. Klaus Weber, que gracias a su co-
nocimiento extenso de la temática, observaciones críticas y consejos necesarios me
ayudó a fortalecer el contenido de cada uno de los capítulos del libro. De igual manera
agradezco de forma muy especial al Prof. Dr. Horst Pietschmann, quien a través del
aula y diversas charlas consiguió transmitirme la importancia de la amplitud de nues-
tras visiones y de la interdisciplinariedad en nuestras fuentes. Gracias muy especial
al Prof. Dr. Bernd Schmelz por toda su motivación y ánimo, sobre todo en aquellos
momentos de vacilación durante el proceso de investigación y escritura. A mis colegas
del Historisches Seminar de la Universidad de Hamburgo, con quienes compartí innu-
merables discusiones sobre mi proyecto y quienes siempre me motivaron y ofrecieron
sus importantes ideas para que este trabajo tuviera el mejor resultado. Gracias también
a todos ellos que amablemente me ofrecieron sus trabajos de investigación inéditas.
Agradezco al personal del Departamento de Historia de la Universidad de Hamburgo,
así como también al personal del Archivo Saatsarchiv Hamburg (SAH) y de la Biblio-
teca Carl von Ossietzky de Hamburgo.
En Cádiz tuve el amable apoyo del Dr. Manuel Bustos Rodríguez, quien gracias
a su gran conocimiento de la historia de la ciudad y de la vida comercial del puerto,
me ofreció herramientas importantes para la búsqueda de información en España. De
igual manera agradezco especialmente a Dr. José Marchena por su siempre cálida
hospitalidad en mis estancias investigativas gaditanas. A María del Mar Barrientos por
su apoyo y compañía. Al Dr. Manuel Ravina Martín, que gracias a su profundo cono-
cimiento del Archivo Histórico Provincial de Cádiz, conté con el mejor guía para mis
expediciones en el Archivo. De igual manera, gracias muy especial por la paciencia y
la disponibilidad de servicio a todo el personal de los archivos visitados en Cádiz y en
Sevilla. Agradezco el tiempo dedicado por el Dr. Jorge Gelman, para ofrecerme una
hoja de ruta en mi búsqueda en los archivos argentinos. De gran importancia fueron
las entrevistas con la Dra. Silvia Palomeque, que con su aguda visión y conocimiento
de la historia colonial argentina me permitió posicionarme en la importancia del pro-
yecto investigativo para las historias regionales latinoamericanas. Gracias a la Dra.
Griselda Tarragó, quien me permitió tener un espacio de acogida en la cátedra de His-
toria Moderna de la Universidad Nacional de Córdoba, donde conseguí mantener un
fructífero intercambio de ideas y de conocimiento con amables colegas que siempre
14 Hacer las Américas en Cádiz

se mostraron dispuestos en ayudarme, a quienes les doy las gracias por su disposición.
Un especial agradecimiento a la entusiasta colaboración de la Dra. Viviana Conti, cu-
yas lecturas de algunos aspectos de mi propuesta investigativa, me motivaron a llevar
a buen puerto ideas desordenadas.
En Lima conté con la activa y amable colaboración del Dr. Teodoro Hampe,
quien me ofreció una perspectiva de la situación documental en la ciudad. Al personal
del Archivo General de la Nación. Un gran agradecimiento a la familia Noriega, en
especial, al señor Luis Noriega, que de forma muy amable me ofreció el mayor ac-
ceso a la correspondencia del comerciante Martín de Osambela como herederos del
mercader. Gracias a ellos ha sido posible contar con la información que hizo posible
reconstruir las conexiones hasta Lima, Perú.
A mis profesores, colegas y amigos de la Universidad de Cartagena de Indias,
quienes siempre me estimularon a la distancia en el proceso de investigación. En es-
pecial a la Dra. Gloria Bonilla y el Dr. Raúl Román R.
Y por último y no menos importante a mi familia, por su apoyo incondicional.
A mis queridos amigos y amigas que siempre han creído en mí. En especial a Diego,
por estar siempre ahí, aunque yo muchas veces no esté. Gracias por toda tu amorosa
paciencia y apoyo.
Espero no olvidar a nadie, a todos y a aquellos que no nombré, ¡GRACIAS!
Prólogo
Horst PietscHmann
(Universidad de HambUrgo)

C
on Hacer las Américas en Cádiz, Catherine Aristizábal Barrios escogió un
título mucho más ingenioso y acertado para su tesis doctoral de lo que hacen
suponer los vínculos hispanoamericanos de los comerciantes alemanes, de la
segunda parte del título de su trabajo. Por cierto, estos facilitaron sus “vínculos” y
su infraestructura, tanto a un Alejandro de Humboldt, como a muchos otros viajeros
ilustrados de esta “segunda fase” del –falsamente– tan largo tiempo llamado des-
cubrimiento de América. Desde hace poco tiempo es de nuestro conocimiento, que
el origen del nombre “América” surgió, incluso, de una gran especulación político-
comercial en tiempos del emperador Maximiliano I.1
A pesar de estas particularidades referentes a “alemanes” –nombre que se dio
de forma genérica en el mundo hispanoparlante, dicho sea de parte, independiente-
mente de su nacionalidad a todos los vecinos del Sacro Imperio hasta su extinción en
1806, con la notable exención de las ciudades hanseáticas–2 el “hacer las Américas
en Cádiz” vale en un sentido mucho más amplio para los inicios de la disciplina de
“historia de América”, que tiene mucho de origen alemán. Ésta surgió como disciplina
en el campo de las humanidades, de forma lenta en el lapso de tiempo entre las dos
Guerras Mundiales del siglo XX, en los países europeos sin antecedentes de colonias
americanas; ya que desde el historicismo del siglo XIX, la historia como disciplina
científica se legitimó con el recurso de fuentes de archivo. Sin este requisito, la histo-
ria de Iberoamérica quedó en manos de los geógrafos, quienes desde Humboldt, via-
jaban intensamente por América. No sorprende, entonces, que Otto Quelle, el primer
alemán que publicó una Historia general de Iberoamérica fuera geógrafo.3 Ya antes,
el oficial prusiano retirado en Ahrensburg, Georg Friederici, publicó sendos trabajos
sobre la colonización española de América y su impacto en la población indígena

1 Cfr. PIEPER, Renate “Between India and the Indies: German mercantile networks, the struggle for
the imperial crown and the naming of the New World”, en Culture & History Digital Journal, 3 (1),
junio 2014 [en línea] http://dx.doi.org/10.3989/chdj.2014.003.
2 A diferencia de la totalidad de comerciantes procedentes del Sacro Imperio, organizados en Cádiz
en un “consulado de los imperiales”, los comerciantes de Bremen y Hamburgo en Cádiz estaban
organizados en un consulado “de hanseáticos”, porque desde el fin de la Guerra de 30 Años la Corona
de España firmó tratados aparte con las ciudades hanseáticas. A pesar de la pérdida de importancia de
la Liga Hanseática las ciudades portuarias principales de la futura Alemania siguieron recurriendo al
esquema hanseático.
3 QUELLE, Otto Geschichte von Iberoamerika, en: Friedrich Schönemann, Otto Quelle, Geschichte
Amerikas außer Kanada. Geschichte der Vereinigten Staaten von Amerika. – Geschichte von
Iberoamerika. Die Große Weltgeschichte, vol. 15. Leipzig, Bibliographisches Institut, 1942.
16 Hacer las Américas en Cádiz

empleando fuentes españolas publicadas.4 Hasta entonces, el único historiador que


había trabajado intensamente en archivos peninsulares fue Ernst Schäfer (Alsterdorf,
Hamburg 1872 – Sevilla, 1946), quien después de una publicación sobre el protes-
tantismo español y la Inquisición en 1902, llegó a Sevilla en 1924, donde trabajó en
su obra monumental sobre el Consejo de Indias, que se convierte en un clásico y se
reedita varias veces.
Más o menos al mismo tiempo, el historiador y alumno de Friedrich Meinecke,
Richard Konetzke, trabajó en archivos españoles sobre el Conde de Aranda y los con-
flictos españoles con Gran Bretaña durante el siglo XVIII.5 Durante los años 1930,
Konetzke publicó dos libros más, cuando ocupó una plaza como catedrático de segun-
da enseñanza cerca de Berlín, lo cual le permitió el acceso a los fondos de la biblioteca
del Instituto Iberoamericano de Berlín. En ese entonces, aun no era previsible que Ko-
netzke, enviado con una beca al Archivo General de Indias en Sevilla en 1943/19444,
iba a llegar a ser el primer catedrático alemán de Historia ibérica y Latinoamericana
en la República Federal de Alemania (en 1956/1957, Universidad de Colonia). Des-
pués de haber sido contratado por el CSIC español, cuando en 1945 al finalizar la II
Guerra Mundial, simplemente dejó de percibir su beca, estuvo ocupado entre el AGI
en Sevilla y el AGS (Simancas) en la preparación de su Colección de Documentos
para la Historia de la Formación Social de Hispanoamérica.6 Así se convirtió durante
los más de 10 años que vivió en la Residencia de la Escuela de Estudios Hispanoame-
ricanos, no solo en el historiador alemán más vinculado personalmente con el naciente
americanismo histórico –conoció a toda una generación de historiadores profesiona-
les y jóvenes que vinieron desde el otro lado del Atlántico a investigar a Sevilla– sino
también introdujo la dimensión jurídica-institucional, que hasta entonces predominó
ampliamente en los estudios históricos sobre la época colonial, la dimensión social y
económica. Richard Konetzke contribuyó, de esta forma, a liberar con su colección de
documentos y su impacto personal como “típico alemán prusiano luterano”, la historia
socioeconómica de la sospecha de marxismo. La Colección de Documentos remitió
a la Historia de América Latina, como en aquel entonces empezó a llamarse desde
los países implicados, al empleo de la documentación conservada. Hay que pensar,
tan solo, en la frecuencia con la cual la legislación real recurrió a problemas muy

4 AFRA, Margaretha Leben und Werk des deutschen Amerikaforschers Georg Friederici (1866-1947),
Hamburgo, Universität, Magisterschrift, 1987.
5 KONETZKE, Richard “Die Politik des Grafen Aranda. Ein Beitrag zur Geschichte des spanisch-
englischen Weltgegensatzes im 18”, Jahrhundert. Historische Studien, Heft 182, Berlín, 1929; cfr.
también “Bibliographie der Publikationen von Richard Konetzke. Zusammengestellt von Günter Kahle”,
en Lateinamerika. Entdeckung, Eroberung, Kolonisation. Gesammelte Aufsätze von Richard Konetzke,
Herausgegeben von Günter Kahle und Horst Pietschmann.- Lateinamerikanische Forschungen.
Beihefte zum Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas, Bd. 10.
Köln, Wien, Böhlau-Verlag, 1983.
6 KONETZKE, Richard Coleción de Documentos para la Historia de la Formación Social de
Hispanoamérica 1493-1810, 4 tomos en 3 vols., CSIC, Madrid, 1953-1962.
Catherine Aristizábal Barrios 17

similares refiriendo antecedentes provenientes de regiones muy variadas, que, con


mucha asiduidad, tocaron temas de intercambios e interacciones.
Como este flujo de información estaba caracterizado, en gran parte, por el rit-
mo del flujo del comercio, respectivamente del viaje de las flotas y galeones transat-
lánticos, el comercio pronto se convirtió en un referente obligatorio para la historia
iberoamericana. Sevilla y más tarde, Cádiz se transformaron en centros que invaria-
blemente impusieron su tinte y colorido a todo el tráfico entre Iberoamérica y Europa
y también a las personas que viajaban por esta ruta como a los materiales que se trans-
portaron por ella, tanto en viaje de ida como de vuelta. Las salidas como las llegadas
producían repiques de campanas en los puertos, avisándose los sucesos por mensaje-
ros especiales. Después de publicarse a lo largo de los años 1960 las obras monumen-
tales del matrimonio Chaunu y de Frédéric Mauro,7 las rutas caracterizadas tanto por
los puertos de Sevilla y Cádiz, como por las de Lisboa, se consagraron también para
la historiografía como indicadores del ritmo de vida de los dos imperios ibéricos y el
comercio en su pulsación. Para medir bien este pulso nada mejor que investigadores
o investigadoras de la correspondiente contrapartida geográfica: procedentes de Amé-
rica para calibrar el lado europeo y viceversa, europeos yendo a Iberoamérica para
investigar en los archivos americanos. En este sentido, me alegro de poder prologar el
libro de Catherine Aristizábal Barrios y deseo que este libro de una autora colombiana
con un apellido vasco tenga tanto éxito como el comercio de los habitantes de aquella
región en aquella época.

7 CHAUNU, Pierre y Huguette Séville et l’Atlantique, 12 vols., SEVPEN, París, 1957-1960; MAURO,
Frédéric Le Portugal et l’Atlantique au XVIIe siècle, SEVPEN, París, 1960.
INTRODUCCIÓN

E
l libro que presentamos a continuación es un aporte a la perspectiva que en-
tiende a Alemania como una región integrada tempranamente a un circuito
atlántico que ha sido pocamente estudiado en la historiografía o ha sido anali-
zado solo desde una perspectiva estrecha y limitada. Estas páginas intentan, por ello,
llenar parte de este vacío historiográfico y ofrecer nuevas luces sobre la manera cómo
lograron integrarse socioeconómicamente las regiones protoindustriales alemanas8
con las colonias españolas en América a finales del periodo colonial; es decir, con
anterioridad a la constitución de los nuevos Estados latinoamericanos. Los estudios
históricos han analizado las relaciones entre los territorios hispanoamericanos y las
regiones centroeuropeas bajo la concepción de que fue solo a partir del período repu-
blicano que se iniciaron vínculos comerciales entre ambas. Dicha percepción es pro-
ducto del pensamiento de que, a causa del monopolio político y comercial establecido
por la Corona española reservando sus posesiones europeas y ultramarinas solo al
intercambio recíproco, las relaciones directas con otras regiones europeas estuvieron
impedidas o se realizaron únicamente bajo contrabando.
Cuando Felipe V inició su ambicioso proyecto de reformas a comienzos del siglo
XVIII, en el marco de los conflictos durante la Guerra de Sucesión española, declaró
en la Real Orden del 17 de agosto de 1717:
“…que sea y no habiendo Paz entre España y el Imperio se ha de
considerar por enemigos de estos reino, así Amburgo (sic), como las
demás villas Anseaticas y Provincias de Alemania para no permitir-
les comercio alguno en ellos, ni que los generos y frutos de aquellos
países, se introduzcan en mis dominios, aunque vengan en embar-
caciones de amigos o Naturales, sin que para lo uno o para lo otro,
precedan pasaportes firmados de mi mano…”.9

8 Michael Zeuske ya se refería en 1999 a la importancia de estudiar las conexiones de los territorios
alemanes protoindustriales con América. ZEUSKE, Michael “Regiones europeas y regiones americanas
en la primera mitad del siglo XIX. Estructuras, relaciones y actores como base de interacciones
cognitivas en la expansión europea”, en ZEUSKE, Michael y SCHMIEDER, Ulrike Regiones europeas
y Latinoamérica (Siglos XVIII y XIX), Frankfurt am Main, 1999, pp. 15-72.
9 “Orden para no admitir mercaderías de Hamburgo y Alemania sin pasaporte de su Majestad, aunque
vengan en navíos de países amigos o naturales”, Archivo Histórico Provincial de Cádiz (AHPC),
signatura (S.) 25, ff. 192-198. Se siguieron manteniendo restricciones como por ejemplo la Real Orden,
del 15 de octubre de 1748: “No se admite barco procedente de Hamburgo si no es con patente de
sanidad de D. Jácome Parniso, Cónsul de España en aquella ciudad y certificación de los géneros en
que consiste su carga…” (AHPC, S. 2, f. 101).
20 Hacer las Américas en Cádiz

Lo que no se imaginó el Rey borbónico es que casi 80 años después, los géneros
germanos abundarían, no solo en la plaza gaditana, sino también en los mercados
coloniales españoles.
Los puertos hanseáticos alemanes no solo consumían cada vez más productos
coloniales americanos, sino también se encargaban de distribuirlos al interior del terri-
torio, a regiones que ya a finales del siglo XVIII, mantenían un considerable consumo
de productos como el café, tabaco, azúcar, cacao, y donde también la plata americana
llegó a ser casi moneda corriente en los intercambios mercantiles.10¿Cómo fue posible
esta conexión casi directa de zonas visiblemente desconectada entre sí, no solo geo-
gráficamente sino también por realidades políticas diametralmente opuestas?
Para responder a esta interrogante cabe constatar, en primer lugar, que en cierta
forma, no se trataban de regiones diferentes entre sí, ya que presentaban desarrollos
socioeconómicos paralelos, que se vieron beneficiados por los intercambios interna-
cionales de productos e ideas durante los siglos XVIII y XIX.11 Es decir, que algunas
regiones centroeuropeas que se hallaban más o menos aisladas, lograron establecer
ciertos vínculos a través de un intensivo intercambio comercial, impulsado por varios
comerciantes dinámicos de la época. Las historiografías hispanoamericana y alemana
han analizado mayormente las relaciones socio-comerciales entre Europa y Améri-
ca desde un enfoque bilateral.12 Aunque gracias a una serie de estudios recientes, se
ha podido constatar que el comercio internacional, ya a partir del siglo XV, estuvo
constituido por complejos circuitos comerciales y múltiples redes de mercaderes de
distintas “nacionalidades” y credos. Por ello, en el nuevo escenario de comprensión de
los intercambios mercantiles ocurridos antes de la Revolución Industrial liderada por
Gran Bretaña, los objetos de estudio estarían ahora encaminados a analizar de forma
detenida, cómo funcionaban los circuitos comerciales a nivel internacional y cómo se
fueron gestando las distintas redes comerciales antes del siglo XIX.
A pesar del creciente número de estudios encaminados a aclarar estos aspectos,
algunas regiones se han mantenido poco exploradas o se desconoce su verdadera par-
ticipación en los mercados atlánticos. Lo enunciado se hace especialmente eviden-
te, cuando las investigaciones han sido realizadas desde una óptica latinoamericana.
Aquí, la mayoría de los estudios se han concentrado en el análisis de las relaciones

10 WEBER, Klaus Deutsche Kaufleute im Atlantikhandel 1680-1830. Unternehmen und Familien in


Hamburg, Cadiz und Bordeaux, Schriftenreihe zur Zeitschrift für Unternehmensgeschichte, Vol. 12,
München, Beck, 2004.
11 HAUSBERGER, Bernd y LEHNERS, Jean-Paul –editores– Die Welt im 18. Jahrhundert, Wien,
Mandelbaum Verlag, 2011, Introducción.
12 PIETSCHMANN, Horst “La marginación de Andalucía en el comercio transatlántico de las ciudades
hanseáticas en el primer tercio del siglo XIX. Un aporte historiográfico”, en Andalucía y América en el
siglo XIX, Universidad Hispanoamericana Santa María de la Rábida, Jornadas de Andalucía y América,
1985, pp. 247-267. Pietschmann advierte de las limitaciones de una perspectiva de estudios bilaterales
o de estudios limitados a un puerto y su Hinterland económico (p. 248).
Catherine Aristizábal Barrios 21

comerciales entre las colonias y su respectiva metrópoli o metrópolis vecinas.13 Es


así, que al momento de determinar la existencia de intercambios entre las colonias
americanas y otras regiones europeas y asiáticas, los trabajos presentan múltiples li-
mitaciones. El motivo de esto radica, en primer lugar, en la errónea creencia de que
los contactos o intercambios fueron escasos y/o poco importantes. En segundo lugar,
y quizás sea esta la limitación más importante para el investigador, cabe señalar la
difícil situación de las fuentes documentales que permitan verificar los intercambios.
Cuando las investigaciones se realizan en los archivos de América Latina, el cuerpo
documental es el resultado del monopolio político y comercial establecido por España.
Ahora bien, algo muy similar ocurre cuando los análisis se realizan desde la pers-
pectiva documental europea: hay una lógica evidente en sus análisis de las conexiones
pero las pruebas empíricas son insuficientes. Es por ello que las investigaciones sobre
el rol que cumplieron las regiones centroeuropeas y su relación con Hispanoamérica
durante el periodo colonial están en sus inicios. Desde la perspectiva alemana, las
investigaciones han concentrado mayormente su atención en el periodo que va desde
la independencia de los países latinoamericanos y a partir de la creación de la nación
imperial alemana (deutsche Reichsgründung).14 Específicamente en el campo de los
estudios sobre la historia de las relaciones económicas entre los Estados latinoame-
ricanos y Alemania, prevalecen los años que van entre 1870 a 1945.15 La misma si-
tuación se presenta con los análisis sobre las relaciones existentes entre comerciantes
hispanoamericanos y alemanes. Estos se han concentrado en el periodo que va desde

13 Al respecto véase: BERNECKER, Walter L. y PIETSCHMANN, Horst –editores– Geschichte


Spaniens, Stuttgart, 2000; BERNECKER, Walther L. y otros –editores– Handbuch der Geschichte
Lateinamerikas, Tomo 2, Stuttgart, 1992; PEARCE, Adrian J. British Trade with Spanish America,
1763-1808, Liverpool, 2007; HANCOCK, David Citizens of the World: London Merchants and the
Integration of the British Atlantic Community, 1735-1785, Cambridge, 1995; BUTEL, Paul “Traditions
and Changes in French Atlantic Trade Between 1780 and 1830”, en SOCOLOW, Susan –editora– The
Atlantic Staple Trade: An Expanding World. The European Impact on World History 1450-1800, Tomo
1, Aldershot, 1996, pp. 193-214; VILLALOBOS, Sergio “Contrabando francés en el Pacífico, 1700-
124”, en Revista de Historia de América, 51, México, 1961, pp. 49-80.
14 Por ejemplo los trabajos de: BAUMGARTEN, Fritz “Hamburg und die Lateinamerikanische
Emanzipation (1815-1830)”, en MEIER, Harri –editor– Ibero-Amerika und die Hansestädte. Die
Entwicklung ihrer Wirtschaftlichen und Kulturellen Beziehungen, Ibero-Amerikanisches Institut
Hamburg, Hamburg, 1937, pp. 153-194; VOGT, Annette Christine Ein Hamburger Beitrag zur
Entwicklung des Welthandels im 19. Jahrhundert. Die Kaufmannsreederei Wappäus im internationalen
Handel Venezuelas und der dänischen sowie niederländischen Antillen, Stuttgart, 2003; BERNECKER,
Walther L. “Las relaciones entre Europa y Latinoamérica durante el siglo XIX. Ofensivas comerciales
e intereses económicos”, en Hispania, 183, Madrid, 1993, pp. 177-212; MARICHAL, Carlos “Foreign
predominance among traders in nineteenth-century Latin America: A comment”, en Latin American
Research Review, 21, Austin (Texas), 1986, pp. 145-150; GALLAGHER, John y ROBINSON, Rinald
“Der Imperialismus des Freihandels”, en WEHLER, Hans-Ulrich –editores– Imperialismus, Köln
Berlin Kiepenheuer & Witsch, 1970, pp. 183-200.
15 MÜLLER, Jügen “Einheimische Eliten und deutsche Kaufleute in Lateinamerika (1815-1870)”, en
FISCHER, Thomas –editor– Ausländische Unternehmen und einheimische Eliten in Lateinamerika.
Historische Erfahrungen und aktuelle Tendenzen, Frankfurt, 2001, p. 51.
22 Hacer las Américas en Cádiz

el siglo XIX hasta la actualidad.16 Dicha restricción periódica de las investigaciones


históricas está relacionada seguramente con el proceso de emancipación de los nuevos
Estados nacionales, ya que las medidas monopolísticas de la corona española, como
es sabido, prohibieron el contacto directo de sus colonias con otras potencias euro-
peas. La formación de los Estados nacionales latinoamericanos inauguró una nueva
lógica en sus relaciones con el resto de las regiones, lo que se tradujo en un mayor
número de contactos directos con otras naciones y, por ende, en la existencia actual de
un mayor cuerpo documental que permite la reconstrucción de los intercambios desde
diversos enfoques.
A pesar de las limitaciones que presentan las fuentes, algunos estudios realiza-
dos en las últimas décadas han podido comprobar que sería errado considerar que las
relaciones socioeconómicas directas existentes entre las regiones germano hablantes
del Europa Central y Latinoamérica se desarrollaron a partir de la formación de las
nuevas repúblicas hispanoamericanas.17 Muy por el contrario, desde inicios de la Edad
Moderna, éstas fueron más estrechas de lo que se ha asumido. Es el caso, por ejemplo,
de algunos barcos hamburgueses que llegaron a las Islas Canarias ya a partir del siglo
XVI. En ese mismo siglo fue también posible comprar frutas tropicales americanas
en Leipzig.18 Además, se ha podido identificar una notable migración de comerciantes
alemanes ocurrida en el siglo XVIII, que se instalaron en diferentes puertos europeos
de potencias coloniales con la intención de aproximarse a los respectivos mercados
coloniales.19

16 BERNECKER, Walther L. y FISCHER, Thomas “Deutschland und Lateinamerika im Zeitalter des


Imperialismus, 1871-1914”, en Ibero-Amerikanisches Archiv, 21, T. 3/4, Berlin, 1995, pp. 273-305;
DIEHL, Christiane “Die historischen Beziehungen”, en MOLS, Manfred y WAGNER, Christoph –
editores– Deutschland und Lateinamerika. Geschichte, Gegenwart und Perspektiven, Frankfurt a.
Main, 1994, pp. 13-49; KELLENBENZ, Hermann “Die Handelsbeziehungen zwischen Deutschland
und Lateinamerika bis 1871”, en KOHUT, Karl; BRIESEMEISTER, Dietrich y SIEBENMANN,
Gustav –editores– Deutsche in Lateinamerika-Lateinamerika in Deutschland, Frankfurt a. Main, 1996,
pp. 349-371; GÖLLER, Josef Thomas Auf der Suche nach El Dorado. Südamerika - die Geschichte
eines deutschen Traums, Bergisch Glasdbach, 1992; SCHWEBEL, Karl Bremer Kaufleute in den
Freihäfen der Karibik. Von den Anfängen des Bremer Überseehandels bis 1815, Bremen, 1995;
PACHECO DÍAZ, Argelia Relaciones comerciales entre Hamburgo, Puerto Rico y San Thomas: 1814-
1867, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, 2012.
17 WEBER, Klaus Deutsche Kaufleute im Atlantikhandel..., cit.; MORENO FLORIDO, María Berenice
“Rutas comerciales atlánticas: una aproximación inquisitorial”, en Jahrbuch für Geschichte
Lateinamerikas, 41, Köln/Wien, 2004, pp. 39-64.
18 KUNTZ FICKER, Sandra y PIETSCHMANN, Horst “Introducción”, en KUNTZ FICKER, Sandra
y PIETSCHMANN, Horst –editores– México y la economía atlántica, siglos XVIII-XX, Ciudad de
México, 2006, p. 11; MORENO FLORIDO, María Berenice “Rutas comerciales atlánticas…”, cit., p.
42.
19 SCHULTE, Margrit Deutsche Kaufleute in London. Welthandel und Einbürgerung (1600-1818),
München, 2007; WEBER, Klaus “Mercaderes alemanes en Cádiz, 1680-1830”, en CRESPO SOLANA,
Ana –coordinadora– Comunidades Transnacionales: Colonias de mercaderes extranjeros en el mundo
(1500-1830), Ediciones Doce Calles, Madrid, 2010, pp. 295-310.
Catherine Aristizábal Barrios 23

Tanto el importante papel jugado por los comerciantes alemanes en el comercio


atlántico del siglo XIX, como el establecimiento casi inmediato de casas comerciales
alemanas en los recién constituidos Estados nacionales de América Latina, nos sugie-
ren la existencia de contactos previos y estrechos entre las diversas regiones de habla
alemana20 y el Nuevo Mundo.21 Es por ello que aquellas investigaciones que iluminen
mejor las relaciones mercantiles y sociales existentes entre estas dos regiones previas
a 1820, han de revestir especial relevancia. Los trabajos serían importantes no solo
para la historia hispanoamericana, sino también para la historiografía alemana y euro-
pea. El aporte a la historiografía alemana vendría a constituir una pieza clave que per-
mitiría alinear el cuadro de la integración temprana de las regiones germanas al gran
espacio Atlántico.22 La perspectiva nacionalista de la historiografía alemana restrin-
gió, por muchos años, su vinculación a un espacio mayor ubicado hacia el Occidente
y el Atlántico.23 Algunos estudios publicados en Alemania en las últimas décadas han
permitido enfocar la historia alemana a partir del siglo XV, desde una perspectiva cada
vez más interdependiente del amplio espacio Atlántico-Oeste.24
La tesis principal de esta investigación está avalada por el hecho de que la mayo-
ría de los intercambios comerciales acaecidos desde mediados del siglo XVIII entre
hispanoamericanos y alemanes se llevaron a cabo desde el puerto de Cádiz (algunas
veces a través de apoderados españoles en diferentes espacios atlánticos) gracias al
asentamiento de un importante número de alemanes en la plaza gaditana.25 Luego,

20 Evidentemente el término de “Alemania” empleado en su connotación de unidad-nación durante el


siglo XVIII es completamente anacrónico, ya que, esa Alemania recién surgirá en 1871. Pero para
facilitar nuestra exposición hemos mantenido esta denominación para referirnos a lo que se conoce
en la actualidad como territorio de soberanía alemana incluyendo las regiones de Bohemia y Silesia.
También cuando hacemos referencia al gentilicio “alemán” nos estamos refiriendo a las personas
naturales provenientes de estos territorios que compartían el alemán como lengua común.
21 Algunos trabajos al respecto: HÄBERLEIN, Mark y BAYREUTHER, Magdalena Agent und
Ambassador: der Kaufmann Anton Meuting als Vermittler zwischen Bayern und Spanien im Zeitalter
Philipps II, Augsburg, Wißner, 2013; KELLENBENZ, Hermann y WALTER, Rolf Oberdeutsche
Kaufleute in Sevilla und Cadiz: (1525-1560), eine Edition von Notariatsakten aus den dortigen
Archiven, Stuttgart, Steiner, 2001; DENZEL, Markus A. –editor– Deutsche Eliten in Übersee: (16.
bis frühes 20. Jahrhundert), Büdinger Forschungen zur Sozialgeschichte 2004 und 2005, Büdingen,
2006; KLEIN, Ernst “Von den Anfängen bis zum Ende des alten Reiches 1806”, en ASHAUER, Günter
–editor– Deutsche Bankengeschichte, Frankfurt am Maim, Knapp, 1982.
22 Sobre la necesidad de una nueva perspectiva véase la propuesta de PIETSCHMANN, Horst “Hamburg
und Lateinamerika in der ersten Hälfte des 19. Jahrhunderts”, en BECKER, Felix –editor– Iberische
Welten. Festschrift zum 65. Geburtstag von Günter Kahle, Köln 1994, p. 385.
23 WEHLER, Hans-Ulrich Deutsche Gesellschaftsgeschichte, Tomo 1: 1700-1815, Beck, München,
1987.
24 BOLDORF, Marcel “Neue Wege zur Erforschung der Wirtschaftsgeschichte Europas unter
nationalsozialistischer Hegemonie”, en Christoph Buchheim y BOLDORF, Marcel –editores–
Europäische Volkswirtschaften unter deutscher Hegemonie: 1938-1945, Munich, 2012, pp. 1-26;
OSTERHAMMEL, Jürgen –editor– Weltgeschichte, Stuttgart, Steiner, 2008; OSTERHAMMEL,
Jürgen Europa in der atlantischen Welt: Zeitschichten einer Krise, Picus-Verlag, Wien, 2004.
25 Cádiz fue el centro vital del intercambio con las Indias y se convirtió en el gran distribuidor de
24 Hacer las Américas en Cádiz

estos intercambios se realizarían directamente desde territorios alemanes en los úl-


timos años del siglo XVIII y primera década del siglo XIX. Pese a las restricciones
impuestas por la legislación española de mantener un monopolio comercial con sus te-
rritorios, los mercaderes germanos pudieron y supieron introducirse legalmente den-
tro del comercio colonial español. Asimismo, gracias al enriquecimiento y el poderío
que fueron adquiriendo los comerciantes hispanoamericanos, como también, al papel
que jugaron el aumento de la demanda local de textiles y de lencería alemana, se con-
virtieron en piezas claves para la intensificación de los intercambios directos. Todos
estos aspectos posibilitaron experiencias comerciales entre estas regiones creando la
base de los futuros acuerdos entre las nuevas naciones y los territorios alemanes.
Los productos suministrados a las colonias españolas en América fueron diver-
sos. Un elemento principal lo constituían los textiles producidos en las regiones de
Silesia, Bohemia, Westfalia y Sajonia. La manufactura textil constituyó el género
comercial de primer orden en los intercambios entre estas regiones. Por lo tanto, el
análisis se centró en resolver hasta qué punto la producción de dichas regiones fue in-
troducida a través de Cádiz en los territorios americanos. Desde finales del siglo XVII,
se produjo en las regiones centroeuropeas un aumento en la producción de lienzos que
tuvo una relación directa con el aumento de la demanda de telas al otro lado de Atlán-
tico.26 Al observar detenidamente a través de las fuentes, las conexiones que se cons-
truyeron y los intercambios realizados entre los mercaderes, la demanda de los textiles
alemanes jugó un papel predominante en las relaciones. Como se verá más adelante,
el consumo de linos y lencerías germanas –a pesar de las diversas prohibiciones y las
presiones de comerciantes franceses que veían amenazada su condición privilegiada
de proveedores de telas– consiguió establecerse en el mercado hispano, en especial,
en el americano. Por esta razón, para la segunda década del siglo XIX los mercados
que mayormente consumían la producción prusiana de telas eran los hispanoamerica-
nos y sobre todo, México.27 Las condiciones ventajosas de las telas alemanas (precios
bajos y buena calidad) contribuyeron a su creciente demanda en los mercados locales.
¿Por qué no se había resaltado este aspecto anteriormente? Algunos estudios
alemanes hicieron referencia sobre la conexión entre la producción de las regiones
protoindustriales germanas y los mercados americanos.28 Sin embargo, no existían
investigaciones desde una perspectiva empírica y microhistórica de las conexiones y

manufacturas extranjeras en todo el siglo XVIII. Además, desde inicios del siglo XVIII se produjo una
fuerte inmigración de comerciantes alemanes al puerto español, quienes se establecieron en la ciudad
con el propósito de comerciar con las colonias.
26 BOLDORF, Marcel Europäische Leinenregionen im Wandel: institutionelle Weichenstellungen in
Schlesien und Irland (1750-1850), Böhlau, Köln, 2006, pp. 12-14.
27 BERNECKER, Walther L. “‘Regiones alemanas’ y comercio ultramarino: el caso de México (siglo
XIX)”, en ZEUSKE, Michael y SCHMIEDER, Ulrich –editores– Regiones europeas y Latinoamérica,
siglos XVIII y XIX, Vervuert Iberoamérica, Frankfurt am Main/Madrid, 1999, pp. 74-100.
28 Véanse todos los aportes en el libro de ZEUSKE, Michael y SCHMIEDER, Ulrich –editores Regiones
europeas y Latinoamérica…, cit. WEBER, Klaus Deutsche Kaufleute im Atlantikhandel..., cit.
Catherine Aristizábal Barrios 25

el funcionamiento de los vínculos. Los estudios latinoamericanos han explicado el fe-


nómeno desde la perspectiva del comercio ilegal a través de las vías de contrabando,29
y pocos han centrado su interés en aquellas que han entrado por vías legales. Es así,
como en los estudios históricos se hablan de bretañas, creas, platillas, lienzos, pa-
ños, etc., pero no se profundiza en la constatación de su origen, ni en establecer las
condiciones en las que éstas llegaron a los mercados coloniales. No es novedad afir-
mar que el espacio Atlántico fue un mercado importante para la producción de linos
centroeuropeos.30 Sin embargo, estaba pendiente una investigación empírica sobre el
funcionamiento de los canales de distribución hacia y desde los mercados coloniales
hispanos, así como la reconstrucción de las micro-redes constituidas por comerciantes
quienes operaban a escala imperio.
Nuestra contribución a la historia colonial latinoamericana consiste en eviden-
ciar el grado y el sentido que tuvieron las relaciones del subcontinente, dentro de un
marco legal determinado, con una región mucho más amplía que la Península Ibérica.
Al mismo tiempo, esta nueva comprensión de los vínculos entre otras regiones nos
ayudará a entender de forma más amplia a Latinoamérica durante la colonia más allá
de la mera dicotomía metrópoli/tradiciones indígenas/africanas. Para la historia espa-
ñola (ibérica), el conocimiento de relaciones “directas” entre regiones centroeuropeas
y las colonias hispanas permite evaluar el verdadero control ejercido por la metrópoli
sobre sus territorios. No desde la óptica de un comercio ilegal sino precisamente de
aquellos intercambios que la Corona admitió. Desde la perspectiva alemana el trabajo
es una contribución a entender al país germano y su Hinterland productivo integrado
de forma temprana a un circuito atlántico. Es decir se trata de una contribución a una
mejor comprensión de la historia a ambos lados del Atlántico, que venga a ampliar las
visiones nacionales de los procesos históricos.
El análisis abarca, desde una sola óptica, diversas regiones históricas que en
cierta medida se consideraban desconectadas, investiga las redes de comerciantes,
sus acciones, así como sus iniciativas en pos de la protección y defensa de intereses
comunes. En trabajo reconstruye su forma de operar. Al fin y al cabo, estas actividades
vienen a revelarnos la forma y dimensión real de cómo España se proveía indirec-
tamente y se relacionaba económicamente. En este caso, sobre todo, con la región

29 TRUJILLO BOLIO, Mario El péndulo marítimo-mercantil en el Atlántico Novohispano (1798-1825).


Comercio Libre, Circuitos de intercambio, exportación e importación, Universidad de Cádiz, Cádiz,
2009; VILLALOBOS, Sergio Comercio y contrabando en el Río de la Plata y Chile, Buenos Aires
1965; “Contrabando francés en el Pacífico, 1700-1724”, en Revista de Historia de América, 51,
México DF, 1961, S. 49-80.
30 KRIEDTE, Peter; MEDICK, Hans y SCHLUMBOHM, Jürgen Industrialisierung vor der
Industrialisierung: gewerbliche Warenproduktion auf dem Land in der Formationsperiode des
Kapitalismus, Vandenhoeck & Ruprecht, Göttingen, 1977; ZORN, Wolfgang “Probleme der
deutschen Gewerbe- und Handelsgeschichte 1650-1800”, en Festschrift Hermann Aubin zum 80.
Geburtstag, Wiesbaden, Steiner, 1965, pp. 303-319; ZIMMERMANN, Alfred Blüthe und Verfall des
Leinengewerbes in Schlesien: Gewerbe- und Handelspolitik dreier Jahrhunderte, Breslau, Korn, 1885.
26 Hacer las Américas en Cádiz

hanseática y su Hinterland productivo, con el objetivo de poder abastecer sus colo-


nias americanas. También veremos, cómo estos comerciantes sorteaban las diversas
reglamentaciones y otros inconvenientes, como los conflictos bélicos con Inglaterra y
Francia. Finalmente, nos detendremos a observar el tipo de productos que circulaban
y sus lugares de procedencia. Todo esto nos brindará un panorama más completo, que
la simple construcción prosopográfica de los comerciantes participantes en los circui-
tos comerciales. Gracias a la mencionada exposición podremos conocer más de cerca
a los agentes comerciales, su comportamiento individual y colectivo, así como la for-
ma de interactuar.31 En el caso alemán, los comerciantes hamburgueses cumplieron un
papel destacado gracias a la experiencia de varios siglos como generadores y gestores
de entramados comerciales a escala internacional. Fueron ellos quienes manejaron
los negocios y dirigieron sus amplias conexiones como piezas claves en la expansión
de la producción textil del interior del país, así como de otros productos alemanes en
los mercados americanos. De igual manera organizaron, tanto la distribución (hacia
el interior del país y el norte de Europa), como la comercialización y la reelaboración
de materias primas provenientes de los mercados coloniales americanos. Cabe seña-
lar, además, que la integración comercial de estas regiones se llevó a cabo a través
de puntos estratégicos de intersección como los puertos hanseáticos, especialmente
Hamburgo, el puerto andaluz de Cádiz y los diferentes puertos coloniales hispano-
americanos como La Habana, Buenos Aires, El Callao y Cartagena de Indias. Cada
uno de estos puertos representó no solo puntos de conexión hacia el interior de los
territorios, sino que fueron a su vez los centros desde donde se desarrollaron y orga-
nizaron las comunicaciones estratégicas para el éxito de las actividades comerciales.
Contribuyendo, de esta manera, a los análisis de historia socioeconómica atlántica, y
en especial, a los estudios de las redes comerciales de larga distancia que trascienden

31 Este punto referente a nuestro objeto de estudio principal; el comerciante, exige la necesidad de
ofrecer una definición de éste. Ya en varios estudios se ha discutido la complejidad sociológica del
término comerciante para el siglo XVIII. En la mayoría de ellos se ha resaltado la singularidad del
comerciante gaditano cuya actividad mercantil viene impuesta por la propia estructura económica
de la ciudad, como lo trajo a colación GARCÍA BAQUERO, Antonio Comercio Colonial y Guerras
Revolucionarias. La decadencia económica de Cádiz a raíz de la emancipación americana, EEHA,
Sevilla, 1972; BERNAL, Antonio Miguel y GARCÍA BAQUERO, Antonio Tres siglos del comercio
sevillano (1598-1868). Cuestiones y problemas, Fundación Cámara de Sevilla/Universidad de Sevilla,
Sevilla, 2011. Esta particularidad no estuvo reservada solo para los comerciantes hispanos sino a
todo aquel que realizaba sus actividades desde el puerto andaluz. Éstas no estuvieron limitadas a la
compra y venta de mercancía, sino al delicado manejo del riesgo y la ganancia en diversas esferas
mercantiles, como la financiación de viajes, adquisición de inmuebles, etc. Pero sobre todo lo que más
se resalta es el especial manejo de los contactos internacionales. Los agentes del comercio fueron los
que realmente marcaron las pautas de la economía en el siglo XVIII. Para una visión comparativa de
mercaderes británicos véase: DOERFLINGER, Thomas M. A vigorous spirit of enterprise: merchants
and economic development en revolutionary Philadelphia, Chapel Hill, Univ. of North Carolina Press,
1986.
Catherine Aristizábal Barrios 27

barreras nacionales, culturales y religiosas, al determinar y analizar las estrategias


de los agentes de la actividad mercantil en la construcción de sus relaciones y redes
comerciales.
Nuestro enfoque buscará constatar las dinámicas y los mecanismos en la orga-
nización del comercio transatlántico colonial tardío, desde Alemania a América, en-
tendiendo por comercio no solo el tráfico de mercancías, sino además, una actividad
humana con repercusiones socioculturales. La investigación del comercio en el siglo
XVIII, basada en la cuantificación de la información de aduanas, presenta diversos
problemas, en especial, cuando se quiere determinar el origen de éstas. Para el caso
hanseático es mucho más problemático ya que históricamente los comerciantes ger-
manos acostumbraban a no embarcar siempre sus productos en navíos de bandera
hanseática, sino de otras naciones como Dinamarca, Holanda o Suecia.32 De ahí, que
nuestro estudio se concentre en el análisis del comerciante y sus actividades, sin restar
por ello importancia a las mercaderías que intercambiaban. En lugar de centrarnos en
las exportaciones e importaciones de mercancías hacemos énfasis en otros aspectos
relacionados con el patrón del comercio, tales como el flujo de información y los
medios de comunicación, elementos que nos permiten determinar la toma de decisio-
nes, la construcción de relaciones fuera de los patrones familiares, de compadrazgo o
paisanaje. El estudio de las actividades de los agentes comerciales permite recrear el
universo social del comercio de larga distancia y la cotidianidad del comercio colonial
desde una óptica cualitativa. Esto es justamente algo a lo que la historiografía no ha
prestado suficiente atención. Además, contribuye a una mejor comprensión de los
datos estadísticos.
Con la identificación y la reconstrucción microhistórica de redes económicas,
mediante las cuales los comerciantes lograron organizar el comercio, se ha podido
entender la verdadera dimensión del papel que jugaron los comerciantes hispanos
como los hamburgueses en el intercambio transatlántico, así como la participación de
las regiones protoindustriales alemanas y del interior colonial americano. En el análi-
sis se constata que no se trataron de vínculos invariables. Por el contrario, las formas
de relacionarse entre sí, así como la participación de nuevos actores en el escenario
mercantil, fueron variando según las coyunturas políticas, económicas y bélicas de los
años en estudio. Paradójicamente, durante periodos de conflictos bélicos o bloqueos
navales, las redes se hacen más visibles y más fuertes. Otro aspecto en el que aquí se
indaga, lo constituyen las formas de relacionarse entre sí, que desarrollaron aquellos
mercaderes que no compartían grupos familiares o de paisanaje durante el Antiguo
Régimen. En este caso, las relaciones no se afianzaban a través de alianzas matrimo-
niales, sino que se construían sobre la base de la confianza y del capital social de los
mercaderes.

32 POHL, Hans Die Beziehungen Hamburgs zu Spanien und dem spanichen Amerika in der Zeit von 1740
bis 1806, Franz Steiner Verlag, Wiesbaden, 1963, pp. 32-79.
28 Hacer las Américas en Cádiz

Sistema Atlántico
Uno de los aportes historiográficos más importantes de los últimos años ha sido el
de la “historia atlántica”, como lo ha afirmado de forma acertada John H. Elliott.33
El surgimiento de las “historias atlánticas”, o mejor dicho de los enfoques atlánticos,
ha tenido su punto de partida y evolución en la segunda mitad del siglo XX.34 El
más reciente, y en cierta medida el que más nos concierne, se refiere al enfoque del
Sistema Atlántico. En esta línea podríamos afirmar que se pueden distinguir dos ten-
dencias marcadas, en la que el eje principal se basa en las visiones de un solo “sistema
atlántico”35 o de “varios sistemas”.36 La primera idea, la de un único sistema, hace
énfasis en las transferencias de valores que llegan luego a ser valores comunes.37 Los
historiadores económicos que comparten esta visión ponen su acento en las diferen-
cias de los regímenes comerciales que unían la respectiva metrópoli con sus territo-
rios ultramarinos. La posición alternativa a un único sistema propone lo contrario, la
existencia de diversos sistemas atlánticos. Los partidarios de esta visión se basan en
la desigualdad reinante en ese espacio atlántico afirmando la existencia de distintos
sistemas que comparten algunas notas comunes pero que a la vez presentan estruc-
turas y trayectorias perfectamente diferenciadas. Y esta es justamente la base de los
estudios comparativos entre los diversos imperios creados por las potencias europeas
en América entre los siglos XVI y XVIII.38

33 ELLIOTT, John H. Imperios del mundo atlántico, Taurus, Madrid, 2006; ARMITAGE, David “Three
Concepts of Atlantic History”, en ARMITAGE, David y BRADDICK, Michale –editores– The British
Atlantic World, 1500-1800, New York, 2002, pp. 11-27 (traducción al español por David Armitage,
“Tres conceptos de historia atlántica”, en Revista de Occidente, núm. 281, Madrid, octubre 2004, pp.
7-28. Véase también BAILYN, Bernard “The idea of Atlantic History”, en Itinerario, XX, 1, Leiden,
1996, pp. 19-44.
34 Existen diversas líneas de historia atlántica y diversos aportes; algunos de ellos son: GODECHOT,
Jacques Histoire de l’Atlantique, Bordas, París, 1947; PALMER, Robert The Age of the Democratic
Revolution a political history of Europe and America; 1760-1800, 3 tomos, Princeton Univ. Press,
Princeton, 1959-1963. Algunos enfoques comparativos de los Imperios atlánticos en ELLIOTT, John
H. Empires of the Atlantic world: Britain and Spain in America, 1492-1830, Yale Univ. Press, New
Haven, 2006; KLEIN, Herbert Slavery in the America: A Comparative Study of Virginia and Cuba,
University of Chicago Press, Chicago, 1967; VÉLIZ, Claudio The New World of the Gothic Fox:
Culture and Economy in English and Spanish America, University of California Press, Berkeley, 1994.
35 Por ejemplo ver PIETSCHMANN, Horst –editor– Atlantic History. History of the Atlantic system
1580-1830, Vandenhoeck & Ruprecht, Göttingen, 2002.
36 MARTÍNEZ SHAW, Carlos y OLIVA MELGAR, José María El Sistema atlántico español (siglos
XVII-XIX), Marcial Pons Historia, Madrid, 2005.
37 Henry Kamen en su trabajo sobre el Imperio español afirma que éste fue sostenido por todos sus
integrantes, sean hispanos o esclavos. KAMEN, Henry Imperio. La forja de España como potencia
mundial, Aguilar, Madrid, 2003. Véase también EMMER, Pieter “Barriers in the Atlantic. Success
and Failure of the Minor European Nations”, en PIEPER, Renate y SCHMIDT, Peer –editor– Latin
America and the Atlantic World /El mundo atlántico y América Latina (1500-1850): essays in honor of
Horst Pietschmann, Köln, Böhlau, 2005, pp. 263-278.
38 Por ejemplo: FERNÁNDEZ-ARMESTO, Felipe Las Américas, Debate, Barcelona, 2004; ELLIOTT,
John H. Imperios del mundo atlántico…, cit.
Catherine Aristizábal Barrios 29

La principal crítica al sistema único basado en valores comunes, sostiene que


éste no incluye diversos aspectos que sirvieron para conformar las sociedades colo-
niales: la conquista militar, la dominación política, la forzosa asimilación cultural, la
reglamentación mercantilista o la implantación del esclavismo.39 Aunque la propuesta
de varios sistemas atlánticos sugiere una visión quizás más completa de las realidades
históricas en las diferentes regiones que intercambiaron valores, a la vez complejiza
el ejercicio del investigador y, en cierta medida, resta importancia a la evidente exis-
tencia de un espacio común como lo fue el Atlántico. A pesar de las críticas al con-
cepto del Sistema Atlántico, éste abrió la posibilidad de revisar y abrir nuevas líneas
de investigación para aspirar a profundizar los estudios localizados y anclados en las
miradas internas de las monarquías coloniales. De esta manera, la historia atlántica
entendida como un solo sistema, ha venido a constituir un importante aporte a la me-
todología de los estudios históricos, otorgándole a esta investigación una base sólida
para la comprensión del asunto que nos ocupa.40

World history
La idea de un Sistema Atlántico incluye un aspecto bastante discutible, referido en
la misma limitación geográfica que ofrece el enfoque. La lógica de las transferencias
desde un intercambio triangular en torno al espacio oceánico excluye aquella concep-
ción que sostiene que, ya desde el siglo XVIII, estamos frente a un mundo globalizado
en el que Asia también ha jugado un papel determinante en el marco de los intereses
y los intercambios socioeconómicos presentados en el espacio transatlántico.41 Como
alternativa se nos presenta la propuesta del enfoque de Historia Global.42 Aunque
nuestro trabajo se ubique, de forma específica, dentro de los espacios geográficos
atlánticos, no deja a la vez de insertarse en la concepción de World connected History
propia de los tiempos modernos, es decir, de aquella historia universal cuya partida
de nacimiento puede fecharse en los años finales del siglo XV.43 La propuesta de una

39 En reseña de Martínez Shaw a John Elliot “Empires of the Atlantic world: Britain and Spain in America,
1492-1830”, en Pedralbes, 27, 2007, p. 318.
40 Nuestro trabajo se enmarca más precisamente en el enfoque de la “historia cisatlántica” presentado
por David Armitage que la define como “la historia de un lugar cualquiera –una nación, un Estado,
una región, incluso una institución concreta– puesto en relación con el mundo atlántico en que se
encuentra” o relaciona, observándose transformaciones por sus vinculaciones atlánticas. ARMITAGE,
David “Three Concepts of Atlantic History”, cit., pp. 20-23.
41 El continente asiático constituyó una pieza indispensable para el tráfico de las especias y otras
mercancías preciosas como también para la distribución de la plata americana.
42 HAUSBERGER, Bernd Reseña de PIEPER, Renate y SCHMIDT, Peer –editores– Latin America and
the Atlantic World/Essays in honor of Horst Pietschmann. El mundo atlántico y América Latina (1500-
1850), en Historia Mexicana, Vol. LVII, núm. 1, El Colegio de México, México, julio-septiembre de
2007, pp. 279-91.
43 El concepto se ha discutido ampliamente. MAURO, Frédéric Histoire de l’économie mondiale, Sirey,
París, 1971; BAILYN, Bernard Atlantic History: concept and contours, Harvard University Press,
Cambridge, 2005; The New England merchants in the seventeenth century, Cambridge/Mass., 1955.
30 Hacer las Américas en Cádiz

historia global se presenta como una alternativa a la historia nacional, regional o at-
lántica.44 Esta investigación se enmarca en el contexto de una historia global a partir
de la gestación y funcionalidad de diferentes sociedades mercantiles europeas y ame-
ricanas, presentes durante el siglo XVIII e inicios del siglo XIX y que fueron creadas
con el objetivo de internacionalizar sus actividades.45
Bernd Hausberger ofrece una definición interesante de historia global, no como
historia del mundo, sino como la historia de unas relaciones de largo alcance que
traspasan fronteras creando sus propias y flexibles configuraciones espaciales.46 En
este escenario las fronteras son flexibles y los espacios son creados según las rela-
ciones e interacciones. Lo importante del aporte es entender que los intercambios
comerciales y las actividades de los actores individuales se presentaron dentro de
una lógica nacida de la formación de un orden económico mundial, en el que cada
región implementó (a diferente velocidad) sus propios procesos de especialización,
los que terminarían determinando su grado de participación luego de la Revolución
Industrial y el capitalismo moderno.47 Dentro de esta línea historiográfica, también se
podría nombrar el aporte de Serge Gruzinski sobre la primera mundialización ibérica,
fenómeno que consistió en la interconexión entre las cuatro partes del mundo (Euro-
pa- Asia-América- África) de forma inédita, bajo el dominio de la monarquía católica
a finales del siglo XVI y primeras décadas del XVII.48 Esta conexión se logró a partir
de la circulación continua de personas, bienes e ideas entre cada una de las regiones.
Gruzinski se aleja de una visión eurocentrista y binaria entre metrópoli/colonia o cen-
tro/periferia para alcanzar un análisis del fenómeno de la mundialización o si se quiere
decir de la globalización, para entender las lógicas paralelas recorridas en el camino
de la modernidad gracias a la interacción entre estas cuatro grandes regiones mundia-
les. Nuestro trabajo se inserta en la comprensión que los intercambios y conexiones
establecidas entre las zonas centroeuropeas y las colonias hispanoamericanas hicieron

En este último trabajo Bailyn presenta una perspectiva de la migración y la formación de sociedades
atlánticas.
44 HAUSBERGER, Bernd y LEHNERS, Jean Paul –editores– Die Welt im 18. Jahrhundert, Wien,
Mandelbaum-Verlag, 2011; MANN, Michael –editor– Die Welt im 19. Jahrhundert, Wien,
Mandelbaum-Verlag, 2009. Ver también: FELDBAUER, Peter; HAUSBERGER, Bernd y LEHNERS,
Jean Paul “Globalgeschichte. Die Welt 1000-2000”, en MANN, Michael –editor– Die Welt im 19...,
cit., pp. 7-11.
45 CRESPO SOLANA, Ana “Aspectos para unas visiones comparativas en el estudio de las comunidades
mercantiles (siglos XVI al XIX)”, en CRESPO SOLANA, Ana –coordinadora– Comunidades
Transnacionales…, cit., pp. 15-26.
46 HAUSBERGER, Bernd Reseña en Historia Mexicana, cit., p. 290.
47 FERRER, Aldo Historia de la Globalización I. Orígenes del orden económico mundial, FCE, Buenos
Aires, 2013 [1996]; WALLERSTEIN, Immanuel The modern world-system, Univ. of California Press,
Berkeley, 2011. Ver también el ejemplo del trabajo de Sven Beckert sobre el algodón y su impacto
global en Empire of cotton: a global history, New York, NY, Knopf, 2014.
48 GRUZINSKI, Serge Las cuatro partes del mundo. Historia de una mundialización, FCE, México, 2010.
Catherine Aristizábal Barrios 31

parten de un entramado de interconexiones, que más que tratarse de intercambios a


escala imperial, se refieren a una verdadera escala global.

Consumo
Alemania no llegó a constituirse como una potencia colonial en el siglo XVIII. Por
ello, uno de los motores de los vínculos que afianzaron y motivaron las relaciones
comerciales del periodo fue el consumo. Ha sido indispensable incluir el tema del
consumo en nuestro trabajo, debido a la poca exploración del problema desde ambas
perspectivas: latinoamericana-alemana.49 Varias investigaciones analizan el consumo
de productos coloniales en el Sacro Imperio50 concentrándose en la importancia de los
Genussmittel (productos estimulantes).51 Los autores han puesto de relieve el peso de
los productos de “lujo” (al ser consumidos primeramente por las clases altas) que se
propagaron, en su mayor parte, a partir del siglo XVIII.52 Desde una óptica cualitativa
el fenómeno demuestra cómo los productos coloniales americanos se fueron haciendo
cada vez más accesibles a la población del territorio alemán. El consumo de azúcar,
cacao, tabaco, así como la de otros productos tropicales, cambió no solo la actitud
consumista en el Alte Reich, sino a la vez, se convirtió, en un agente impulsor de la
propia economía local alemana que se fue especializando en la reelaboración de ma-
terias primas americanas. Productos tales como el algodón, el índigo, la cochinilla y el
palo de tinte jugaron un papel importante para la industria textil. Ésta utilizó de forma
creciente algunas materias primas americanas para realizar cambios en la producción

49 En la historiografía alemana los trabajos se han concentrado en indicar el consumo de productos


coloniales al interior de los territorios, por ejemplo, el trabajo de Peter Kriedte analiza el factor
del consumo en “Vom Großhändler zum Detaillisten: der Handel mit ‘Kolonialwaren’ im 17. und
18. Jahrhundert”, en Jahrbuch für Wirtschaftsgeschichte 1, Berlín, Akad.Verlag, 1994, pp. 11-36;
LUDWIG, Jörg “Comercio minorista y mayorista de mercancías coloniales en las regiones del interior
de Alemania en los siglos XVI-XVIII. Un ejemplo: Altenburg”, en ZEUSKE, Michael y SCHMIEDER,
Ulrich –editores– Regiones europeas y Latinoamérica…, cit., pp. 121-127.
50 En Europa la óptica británica que más ha sobresalido a la hora de estudiar el fenómeno del consumo
en el siglo XVIII. Véase: MACKENDRICK, Neil; BREWER, John y PLUMB, J. H. The birth of a
consumer society: the commercialization of 18th-century England, Hutchinson, Londres, 1983; BERG,
Maxine y CLIFFORD, Helene –editoras– Consumers and luxury. Consumer culture in Europe, 1650-
1850, Manchester, 1999; BERG, Maxine “In Pursuit of Luxury: Global History and British Consumer
Goods in the Eighteenth Century”, en Past & Present, núm. 182, 2004, 1, p. 85-142; MULSOW, Martin
Konsumtheorie und Kulturtransfer. Einige Perspektive für die Forschung zum 16. Jhd., en SCHMALE,
Wolfgang –editor– Kulturtransfer: Kulturelle Praxis im 16. Jahrhundert, Wien/Innsbruck, 2003, pp.
131-144; BULST, Neithard “Vom Verbot zur Luxussteuer. Wirtschafts- uns sozialgeschitliche Aspekte
von Luxus und Konsum in der Vormoderne”, en PRINZ, Michael –editor– Der lange Weg in den
Überfluss: Anfänge und Entwicklung der Konsumgesellschaft seit der Vormoderne, Paderborn, 2003,
pp. 47-60; DE VRIES, Jan The Industrious Revolution: Consumer Behaviour and the Household
Economy, 1650 to the Present, Cambridge/New York 2008; MINTZ, Sidney Die süße Macht.
Kulturgeschichte des Zuckers, Frankfurt, Campus, 1987.
51 Café, cacao (chocolate), azúcar, tabaco.
52 KRIEDTE, Peter “Vom Großhändler zum Detaillisten…”, cit.; LUDWIG, Jörg “Comercio minorista y
mayorista…”, cit.
32 Hacer las Américas en Cádiz

local según los gustos de la masa consumidora.53 La importación del algodón y colo-
rantes no fue solo la consecuencia a la demanda en el Alte Reich, también se debió a
las solicitudes constantes de telas de algodón y lienzos dentro del comercio atlántico.
Un ejemplo destacable fue la refinación de azúcar, que pasó a constituir una importan-
te rama económica en la ciudad de Hamburgo del siglo XVIII, ocupando más miles
personas en el puerto.54 Hamburgo se destacó por ser el centro refinador y distribuidor
del azúcar en el norte de Europa, desplazando en importancia desde la década de 1730
a la ciudad de Ámsterdam.55 Asimismo fue fundamental para la economía de la ciu-
dad, la tintorería de telas y el trabajo con productos de algodón.56 Todas éstas basadas
en la reelaboración de materias primas coloniales.57
Por otra parte, se encuentra la perspectiva del consumo de bienes europeos en
los territorios americanos durante el período colonial.58 En nuestro caso, nos interesan
los estudios sobre el consumo de textiles, en especial, los centroeuropeos durante el
siglo XVIII. Sin embargo, los estudios generales sobre el consumo textil de regiones
centroeuropeas en las colonias españolas americanas son escasos.

Red social-mercantil y capital social en espacios geohistóricos como base meto-


dológica del análisis
Dentro de esta interpretación de los mercados y de los intercambios comerciales in-
ternacionales, nos enfrentamos a algunos interrogantes sobre determinados aspec-
tos tanto interpretativos, como metodológicos. Es el caso de la definición de redes

53 LEMIRE, Beverly Cotton, Oxford, Berg Publishers 2011; Dress, culture and commerce: the English
clothing trade before the factory, 1660-1800, Basingstoke, Hampshire, Macmillan, 1997.
54 PETERSSON, Astrid “Zuckersiedergewerbe und Zuckerhandel in Hamburg. Von den Anfängen bis
zum Ende der Kontinentalsperre”, en Die Hamburger Wirtschafts-Chronik HWC, Neue Folge 1, 2000,
pp. 55-58.
55 WEBER, Klaus Deutsche Kaufleute im Atlantikhandel..., cit., p. 228.
56 Para la época y por encargo de un comerciante de Augsburgo, se teñían 16 millones de metro de tela de
algodón para los mercados internos y ultramarinos en: JOCHMANN, Werner y LOOSE, Hans Dieter
–editores– Hamburg: Geschichte der Stadt und ihrer Bewohner, Hoffmann und Campe, Hamburgo,
1982, p. 334; JOCHMANN, Werner “Hamburgisch-schlesische Handelsbeziehungen: ein Beitrag zur
abendländischen Wirtschaftsgeschichte“, en Geschichtliche Landeskunde und Universalgeschichte:
Festgabe für Hermann Aubin zum 23, Dezember 1950, Hamburgo 1951.
57 BAASCH, Ernst “Zur Geschichte einer hamburgischen Groß-Tabakfirma im 18. und 19. Jahrhundert”,
en Zeitschrift des Vereins für Hamburgische Geschichte, Verlag Verein für Hamburgische Geschichte,
Bd. 29, Hamburgo, 1928, pp. 1-60; “Hamburgs Seeschiffahrt und Waarenhandel vom Ende des 16.
bis zur Mitte des 17. Jahrhunderts”, en Zeitschrift des Vereins für Hamburgische Geschichte, Editorial
Verein für Hamburgische Geschichte, Bd. 9, Hamburgo, 1894, pp. 295-420.
58 Sobre consumo véase: TORRAS, Jaumes y YUN, Bartolomé –editores– Consumo, condiciones
de vida y comercialización. Cataluña y Castilla, siglo XVII-XX, Junta de Castilla y León, 1999;
CARMAGNANI, Marcello Las islas del lujo. Productos exóticos, nuevos consumos y cultura material,
México, 2012; BONIALIAN, Mariano China en la América Colonial. Bienes, Mercados, Comercio
y Cultura del Consumo desde México hasta Buenos Aires, Buenos Aires/ México, 2014; QUIROZ,
Enriqueta El consumo como problema histórico. Propuestas y debates entre Europa e Hispanoamérica,
Instituto Mora, México, 2006.
Catherine Aristizábal Barrios 33

mercantiles y capital social desde una perspectiva socioeconómica. En primer lugar,


al confrontarnos con la construcción de las conexiones personales y su extensión geo-
gráfica nos identificamos con el término de red describiéndola como tal. El principal
problema surge al intentar definir el concepto de forma exacta. Los trabajos dedicados
a las redes, resultan bastantes vastos y no son nada fácil de restringir para el investi-
gador.59 Para algunos historiadores, el concepto se ha desconfigurado ampliamente y,
en ciertos casos, se critica la forma en que el término ha llegado a popularizarse, hasta
caer en el exceso de aplicarse, muchas veces, de forma vaga y devaluada. Además,
el concepto ya cuenta con técnicas sofisticadas para su uso, tales como los sistemas
de información geográfica, que como pueden facilitar su compresión, también podría
volverlo más complejo.60 Más que entrar en una discusión sobre los aportes o falen-
cias de las propuestas interpretativas del término red, lo que aquí nos interesa señalar
es nuestra concepción según el resultado del trabajo investigativo cuya definición
coincide con las propuestas de otros investigadores.
Entendemos por red a la existencia de un grupo de personas asociadas volunta-
riamente (no jerárquico) con el objetivo de obtener beneficios comunes, en especial,
provechos económicos.61 La definición se puede complementar con el aporte de Ma-
nuel Bustos quien define la red comercial en el Antiguo Régimen como una “malla
sutil formada de polos diversos interconectados entre sí a través de flujos de diferentes
direcciones, capaces de crear vínculos de carácter clientelar y/o de fidelidad, de ámbi-
to a veces transnacionales” –siendo éste, el caso de nuestro estudio.62

59 Sobre el concepto de redes véase WASSERMAN, Stanley y FAUST, Katherine Social Network
Analysis, Cambridge University Press, Cambridge, 1994; THOMPSON, Grahame F. –editores–
Markets, Hierarchies & Networks. The Coordination of Social Life, London/New Dehli, Sage 1991;
Between Hierarchies & Markets. The Logic and Limits of Network Forma of Organization, Oxford
University Press, Oxford 2003.
60 Por ejemplo el proyecto de Dinamic Complexity of Coopertaion-Based Self-Organizing Commercial
Networks in the First Global Age, de la European Science Foundation.
61 En cierta forma coincide con el aporte de HAGGERTY, Sheryllynne “Merely for Money?”: Business
Culture in the British Atlantic, 1750-1815, Liverpool University Press, 2012, p. 164; LAMIKIZ,
Xabier Trade and trust in the eighteenth-century Atlantic world: Spanish merchants and their
overseas networks, Royal Historical Society, London, 2010; “Transatlantic Networks and Merchant
Guild Rivalry in Colonial Trade with Peru, 1729-1780: A New Interpretation”, en Hispanic American
Historical Review, Vol. 91, núm. 2, 2011, pp. 299-331.
62 BUSTOS RODRÍGUEZ, Manuel “La problemática de los comerciantes de la Carrera de Indias”, en
CRESPO SOLANA, Ana –coordinadora– Comunidades Transnacionales…, cit., p. 45. La definición
es aplicable a los diferentes tipos de relaciones étnicas, religiosas, etc. Aunque Lamikiz advierte que
“al abordar el estudio de redes comerciales en la Edad Moderna, el historiador ha de tener presente
que esta forma metafórica del término red, además de totalmente anacrónica, es un arma de doble filo:
puede ser, por un lado, un instrumento muy útil para representar y analizar tanto el escenario geográfico
como el entramado social sobre el que se apoyaban los intercambios comerciales; y, por otro lado,
presenta el riesgo de adulterar el objeto de la investigación histórica al conducirnos por una jungla
terminológica trazada por la social network analysis en la que es fácil acabar enredado”. LAMIKIZ,
Xabier “El impacto del “libre comercio” con América: una revisión desde la microhistoria (1778-
1796)”, en Orbis incognitvs: avisos y legajos del Nuevo Mundo: homenaje al profesor Luis Navarro
34 Hacer las Américas en Cádiz

En esta investigación se aplica este concepto pragmático de redes comerciales


a escala interregional, internacional e imperio. Mediante su análisis se va definien-
do su vinculación con los poderes locales, así como también su conectividad con
los diversos espacios geográficos. Cada actor cumple distintas funciones. Estas van
encaminadas a relacionar, organizar, controlar y/o conectar los diferentes mercados.
En el caso de las redes formadas por alemanes e hispanoamericanos se nos plantean
dos escenarios. El primero consiste en el entrecruzamiento y la consolidación de las
redes mercantiles reforzadas por afinidades selectivas basadas en el origen geográfico
común “que van destinadas a suavizar los problemas y reducir los riesgos”.63 El otro
escenario surge de las conexiones construidas entre comerciantes extranjeros y los
de otras plazas comerciales. Aquí, las redes se van configurando sobre la base de la
confianza, el clientelismo y de intereses mercantiles comunes. Estas cualidades le
otorgan a los vínculos la flexibilidad necesaria para adaptarse a situaciones adversas
y entornos foráneos. Dentro de esta lógica se construyen lazos débiles y lazos fuertes,
según el aporte de Zacarías Moutoukias,64 que como se verá durante el desarrollo, los
lazos fuertes no implican siempre la cercanía geográfica.
Para asegurarse unas relaciones comerciales exitosas, los agentes del comercio
en la Edad Moderna les otorgaban gran importancia a las personas con las que se
conectaban.65 Por ello, era vital trabajar con un corresponsal confiable en y desde la
plaza comercial en la que éste estuviera establecido. Evidentemente, el concepto de
confianza como base para la creación de redes no es novedoso para la época; sin em-
bargo, el factor confianza no deja de ser relevante al hacerse el análisis de la funciona-
lidad de los intercambios. La mayoría de los estudios realizados sobre las relaciones
comerciales durante el siglo XVIII plantean que el comercio se realizó sobre la base
de la confianza, característica ya presente desde inicios del Antiguo Régimen. Las
investigaciones resaltan las extremadas precauciones adoptadas para conseguir co-
rresponsales fiables en todas las plazas. En la buena selección de los corresponsales se

García, coordinado por Fernando Navarro Antolín, Vol. 2, 2007, págs. 189-198. Otra perspectiva para
el estudio de redes sociales son los trabajos de José María Imízcoz, pioneros en la utilización de los
conceptos y herramientas del análisis de las redes sociales en la Edad Moderna.
63 IMÍZCOZ, José María y OLIVERI KORTA, Oihane –editores– Economía doméstica y redes sociales
en el Antiguo Régimen, Silex, Madrid, 2010, p. 16.
64 MOUTOUKIAS, Zacarías “Lazos débiles/ lazos fuertes y la organización espacial de los negocios
en hispanoamerica colonial (segunda mitad del siglo XVIII)”, en BERTRAND, Michel –editor–
Configuraciones y redes sociales en América latina, Caracas, Tropykos, 2002, p. 24.
65 HANCOK, David “The Trouble with Networks: Managing the Scots’ Early-Modern Madeira Trade”,
en Business History Review, 79, 3, 2005, p. 473. Hancock considera que las denominadas redes fueron
la solución a los problemas que se presentaron dentro de los negocios llevados a cabos por distancias
largas o transoceánicas, con claras limitaciones de transportes y comunicación. Estas redes debían
gestionarse de la mejor manera para evitar negocios fallidos.
Catherine Aristizábal Barrios 35

hallaba la clave del éxito o el fracaso de los negocios.66 La importancia del elemento
de confianza en el comercio mantiene su vigencia hasta el siglo XIX. En este periodo,
los valores compartidos de amistad, parentesco y paisanaje desempeñaron roles rele-
vantes en la construcción de estas redes.67 La confianza se construye, especialmente,
sobre la base de vínculos familiares o el paisanaje. El trabajo quiere destacar la forma
de cómo se construye la confianza en las relaciones de larga distancia. Estas últimas
fueron modeladas por comerciantes que no estaban emparentados, no tenían el mismo
origen geográfico, ni compartían una misma filiación religiosa: tenían en común: sus
intereses mercantiles y redes clientelares. En cierta medida se anticiparon a las nuevas
lógicas en la construcción de vínculos comerciales que se tornarían habituales en un
comercio cada vez más internacional y globalizado.
Es en este contexto, que se plantea entonces el problema del llamado capital so-
cial. Este concepto, como el de redes, presenta la dificultad de que no existe en torno
a él, un consenso pleno de su significado teórico, así como de su utilización metodo-
lógica específica debido, precisamente, a los diversos ámbitos y las formas en las que
ha sido empleado.68 Es necesario destacar tres perspectivas teóricas porque son las que

66 Un aporte sobre el tema para el caso peruano en LAMIKIZ, Xabier “Un cuento ruidoso: confidencialidad,
reputación y confianza en el comercio del siglo XVIII”, en Obradorio de Historia Moderna, 16, 2007,
pp. 113-142. Para otros ejemplos véase: KOOIJMANS, Luuc “Risk and Reputation: on the mentality
of merchants in the early modern period”, en LESGER, Clé y NOORDEGRAAF, L. –editores–
Entrepreneurs and entrepreneurship in early modern times: merchants and industrialists within the
orbit of the Dutch stable market, Stichting Hollandse Historische Reeks, Den Haag, 1995, pp. 25-
34; ZAHEDIEH, Nuala “Credit, risk, and reputation in late seventeenth century colonial trade”, en
JANZEN, Olaf U. –editor– Merchant Organization and Maritime Trade in the North Atlantic, 1660-
1815, St Johns, Newfoundland, International Maritime Economic History Association, 1998, pp. 53-
74; MATHIAS, Peter “Risk, credit and kinship in early modern enterprise”, en MACCUSKER, John
J. –editor– The Early Modern Atlantic Economy, Cambridge University Press, Cambridge 2001, pp.
15-35.
67 Interesante perspectiva del concepto de confianza en los comerciantes alemanes se encuentra en el
trabajo de FIEDLER, Martín “Vertrauen ist gut, Kontrolle ist teuer. Vertrauen als Schlüsselkategorie
wirtschaftlichen Handelns“, en Geschichte und Gesellschaft, 27, 2001, pp. 576-592; “Netzwerke des
Vertrauens: Zwei Fallbeispiele aus der deutschen Wirtschaftselite“, en ZIEGLER, Dieter –editor–
Großbürger und Unternehmer. Die deutsche Wirtschaftselite im 20. Jahrhundert Bürgertum Beiträge
zur europäischen Gesellschaftsgeschichte 17, Göttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 2000, pp. 93-115;
SCHULTE, Margrit Deutsche Kaufleute in London..., cit.
68 MILLÁN, René y GORDON, Sara “Capital social: una lectura de tres perspectivas clásicas”, en Revista
Mexicana de Sociología, Año 66, núm. 4, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de
Investigaciones Sociales, México DF, octubre-diciembre 2004, pp. 711-747; FELIS ROTA, Marta “Un
paseo por la literatura sobre capital social desde una perspectiva económica”, en Revista de Historia
Económica, Vol. 29, Issue 03, diciembre 2011, pp. 461- 475.
36 Hacer las Américas en Cádiz

mayores aportes han ofrecido al desarrollo de los enfoques. Estos son los trabajos de
James Coleman,69 Robert Putnam70 y Nan Lin.71
James Coleman y Pierre Bourdieu pueden ser considerados pioneros en realizar
las primeras construcciones del concepto relativo al capital social. La tesis principal
de Coleman sugiere que la presencia de dos estructuras sociales contribuye a engen-
drar algunas formas de capital social bajo la lógica de los intercambios sociales.72 Para
ello es necesario la clausura de las relaciones. Es decir, los límites de la red deben
estar bien definidos para poder saber quién es miembro y quién no. Para Coleman la
clausura está contextualizada en la interacción, en la que es posible que las normas
sean eficaces y favorezcan así el control social. Se trata de la estructura de la relación
y no de la forma que asume la relación.73 Otro aspecto de su definición se refiere a
las relaciones multidimensionales, es decir, cuanto más densas sean las relaciones
entre los integrantes de la red y “cuantas más sean las esferas que engloben esas re-
laciones (social, religiosa, económica, política), mayor será también el capital social
generado”.74
Putnam, por su parte, presenta una visión más republicana del concepto centran-
do su atención en el carácter del bien público/colectivo del capital social (colocando
en segundo plano el acceso individual a recursos). Hace énfasis en la forma tanto de
los vínculos como de la organización en los que se acentúa el carácter mismo de las
relaciones. Además, hace hincapié en la influencia que ejerce un factor externo a la
estructura, la confianza, como ciertos elementos que le dan continuidad y definen su
carácter: las redes y las normas que las rigen. El elemento central que hace que el
capital social fomente la cooperación es el compromiso cívico, factor clave sobre el

69 Es una propuesta clásica y vigente: COLEMAN, James S. “Social Capital in the Creation of Human
Capital”, en American Journal of Sociology, 94, The University of Chicago Press, 1988, pp. 95-120.
70 Por la indiscutible influencia de su propuesta sobre capital social: PUTNAM, Robert D.; LEONARDI,
Robert y NANETTI, Raffaella Para que la democracia funcione. Tradiciones cívicas en Italia, Galas,
Caracas, 1994; PUTNAM, Robert D y GOSS, Kristin A. “Introduction”, en PUTNAM, Robert D. –
editor– Oxford Democracies in Flux. The Evolution of Social Capital in Contemporary Society, Oxford
University Press, Nueva York, 2002.
71 Gracias a sus aportes a la perspectiva de redes enmarcadas en el capital social, se ha constituido en una
fuerte corriente de análisis empírico: LIN, Na Social Capital: A Theory of Social Structure and Action,
Cambridge University Press, Nueva York, 2001.
72 COLEMAN, James S. “Social Capital in…”, cit. Bourdieu y Coleman tienen definiciones “estructurales”
del concepto de capital social. Bourdieu lo define como “el conjunto de recursos reales o potenciales
que se vinculan con la posesión de una red verdadera de relaciones más o menos institucionalizadas
de conocimiento y reconocimiento mutuo”. BOURDIEU, Pierre “Las formas del capital. Capital
económico, capital cultural y capital social”, en Poder, derecho y clases sociales, Descleé, Barcelona,
2000, p. 148.
73 MILLÁN, René y GORDON, Sara “Capital social…”, cit., p. 744.
74 LAMIKIZ, Xabier “Transatlantic Networks and Merchant Guild Rivalry in Colonial Trade with Peru,
1729-1780: A New Interpretation”, en Hispanic American Historical Review, Vol. 91, núm. 2, 2011,
pp. 299-331.
Catherine Aristizábal Barrios 37

que descansa el buen desempeño de la democracia.75 Opuesta a la conceptualización


de Putnam es la propuesta de Lin. El autor apoyándose en la teoría del intercambio
de Homans, mantiene que el capital social es un recurso solo de carácter individual.
Su modelo se basa en la idea de que la interacción entre las personas es también una
interacción entre sus recursos, y que un tipo de interacción remite también a una mo-
dalidad de vinculación de los recursos.
Estas tres perspectivas clásicas del capital social contienen los principales ele-
mentos para una definición más acertada de las redes mercantiles. Para los efectos de
nuestra investigación la visión de Coleman se adapta mejor, porque es precisamente a
través de las interacciones sociales entre los mercaderes que se van generando la mu-
tua confianza, las obligaciones, las normas, los canales de información y sobre todo el
interés personal que deriva en beneficio colectivo.76 La noción de capital social viene
a explicar los mecanismos de colaboración presentes entre los comerciantes. Esto
puede constatarse en las fuentes, principalmente en la correspondencia epistolar. De
ella hemos podido obtener explicaciones sobre los más diversos aspectos tales como
los mecanismos que contribuían a fomentar la colaboración en el comercio de larga
distancia, el flujo de la información dentro de la red y el rol del factor confianza entre
los miembros de ésta.77 Algunos trabajos han explorado las redes mercantiles desde
una óptica más interregional e intercolonial.78 Otros se han centrado en la perspectiva

75 MILLÁN, René y GORDON, Sara “Capital social…”, cit., p. 745.


76 De acuerdo a James Coleman son tres los recursos para la formación de capital social que pueden
adquirirse a través de relaciones sociales: obligaciones, expectativas y estructuras de confianza.
Segundo, los canales de información. Y por último las normas y sanciones efectivas. COLEMAN,
James S. “Social Capital in…”, cit., p. 104.
77 Para algunos ejemplos que observan el comercio internacional a la luz de la teoría del capital social
véanse ASLANIAN, Sebouh “Social Capital, ‘Trust’ and the Role of Networks in Julfan Trade”, en
Journal of Global History, 1, 2006, Cambridge University Press, Cambridge, pp. 383-402; FREIRE
COSTA, Leonor; ROCHA, María Manuela y ARAUJO, Tanya “Social Capital and Economic
Performance: Trust and Distrust in Eighteenth-Century Gold Shipments from Brazil”, Working Papers
School of Economics and Management, Technical University of Lisbon, 2012; OGILVIE, Sheilagh
“The Use and Abuse of Trust: Social Capital and its Deployment by Early Modern Guilds”, en CESifo
Working paper núm. 1302, 2004; PEARSON, Robin y RICHARDSON, David “Social Capital,
Institutional Innovation and Atlantic Trade before 1800”, en Business History Review, 50, 6, 2008, pp.
765-780.
78 Por ejemplo el trabajo del historiador brasileño, Tiago Luís Gil construye las redes a través de la
correspondencia y registros pos-morte. Puede verse: GIL, Tiago Luís “Elites locais e suas bases sociais
na América Portuguesa: uma tentativa de aplicação das social network analisys”, en Revista Brasileira
de História e Ciências Sociais, Vol. 3, Rio Grande do Sul, pp. 82-96, 2011; SIRTORI, Bruna “Bom dia,
padrinho: espaço e parentesco na formação de redes entre cativos nos campos de Vacaria, 1778-1810”,
en Revista Eletrônica de História do Brasil, Vol. 10, 2009, pp. 142-160; GIL, Tiago Luís “Redes e
e camadas de relacionamentos na economia: metodologías para o estudo da confiança mercantil na
América Portuguesa do Antigo Regime”, en Revista de Indias, Vol. LXXV, núm. 264, pp. 421-456.
38 Hacer las Américas en Cádiz

sociológica de las redes y del capital social.79 Nuestro estudio de redes transfronterizas
(por no decir transnacionales) ofrece una extensión más amplia a la óptica nacional
para comprender cabalmente su funcionalidad.
Asimismo, se trataron de personas y redes situadas en espacios complejos.80 Las
redes de larga distancia que estudiamos se insertan dentro de la evolución del espacio
iberoamericano desde el siglo XVI y en especial en el siglo XVIII. Nos referimos al
aspecto de la dinámica de los espacios a partir del concepto de eje geohistórico.81 Esta
noción nos permite entender que las relaciones se construyen desde espacios comple-
jos y se entiende que cada espacio iberoamericano tuvo la capacidad de crear organi-
zaciones “capaces de activar estrategias económicas, sociales, políticas y culturales” y
que, a la vez, se articulaban con numerosas sociedades regionales, territoriales, debido
al conjunto de redes de diverso tipo en las cuales se asentaban.82 Como Carmagnani
afirma, en esta configuración los grandes espacios como los virreinantos, capitanías,
gobiernos, etc. no tienen la capacidad de ejercer un control real sobre los territorios,
pero dan vida a una red de relaciones de larga distancia que los conecta con los espa-
cios no solo de la Monarquía, sino también de otros espacios europeos.83
Para el caso del espacio alemán y su región protoindustrial la categoría de nodo
espacial o Raum ha tenido especial relevancia en los estudios históricos de los últimos
años.84 Dentro de esta compresión del espacio también como objeto de estudio, nos
lleva a identificar que el entrelazado de aspectos sociales y económicos (y también
culturales) que configuran las redes centroeuropeas, las cuales se construyen desde la

79 MARRERO, Adriana “La teoría de capital social. Una crítica en perspectiva latinoamericana”, en
Arxius, núm. 14, Depto. de sociología y antropología social de la Universidad de Valencia, 2006, pp.
73-89.
80 La categoría del espacio, en especial a lo que se ha llamado el Spatial turn no es un concepto nuevo
en las ciencias sociales. Entre los trabajos clásicos al respecto ver LEFEBVRE, Henri The Production
of Space, Oxford/Cambridge, 1998, traducción de Donald Nicholson-Smith de La production de
l’espace, 1974; PICKLES, John “Social and Cultural Cartographies and the Spatial Turn in Social
Theory. Review Article”, en Journal of Historical Geography, 25/1, 1999, pp. 93-98; SOJA, Edward
W. Postmodern Geographies. The Reassertion of Space in Critical Social Theory, Londres, 1990;
GÜNZEL, Stephan –editor– Texte zur Theorie des Raums, Stuttgart, Reclam, 2013.
81 Al respecto CARMAGNANI, Marcello “La organización de los espacios americanos en la Monarquía”,
en MAZÍN, Oscar y RUÍZ IBAÑEZ, José Javier –editores– Las Indias Occidentales: Procesos de
incorporación territorial a las Monarquías Ibéricas (Siglo XVI a XVIII), Colegio de México, México,
2012, pp. 331-355. También ver el libro de BUENO, Carmen; PÉREZ NEGRETE, Margarita y
ALARCÓN, Sandra Espacios globales, Plaza y Valdés, México, 2006.
82 CARMAGNANI, Macello “La organización de los espacios…”, cit., p. 336.
83 CARMAGNANI, Macello “La organización de los espacios…”, cit., p. 337.
84 Algunos títulos relevantes que podríamos mencionar son: KOSELLECK, Reinhart “Raum
und Geschichte”, en Zeitschichten. Studien zur Historik, Frankfurt am Main, 2000, pp. 78-96
(Schlußvortrag auf dem Historikertag in Trier, 1986); SCHLÖGEL, Karl Im Raume lesen wir
die Zeit: über Zivilisationsgeschichte und Geopolitik, Frankfurt am Main, Fischer, 2011; RAU,
Susanne Räume: Konzepte, Wahrnehmungen, Nutzungen, Frankfurt am Main, Campus Verlag, 2013;
DÜNNE, Jörg y GÜNZEL, Stephan –editores– Raumtheorie: Grundlagentexte aus Philosophie und
Kulturwissenschaften, Frankfurt am Mai, Suhrkamp taschenbuch, 2006.
Catherine Aristizábal Barrios 39

Baja Edad Media, consiguen tener una continuidad en los espacios del mundo atlánti-
co. Dicha continuidad se puede observar en la forma cómo las estructuras internas de
los espacios protoindustriales centroeuropeos estuvieron orientadas hacia los espacios
de las exportaciones de sus materias primas, es decir, hacia el espacio Atlántico, lo que
le otorga un enfoque espacial al fenómeno.

Migraciones mercantiles durante el siglo XVIII


El último aspecto, y no de menor relevancia, se refiere a la migración mercantil en
el siglo XVIII. Al estudiar a comerciantes que expandieron sus negocios mucho más
allá de su ciudad de origen, nos detenemos a analizar de forma, directa o indirecta-
mente, su integración dentro de nuevas sociedades en espacios geográficos, en los que
algunos aspectos étnicos, lingüísticos y socio-religiosos llegaron a repercutir, tanto
a su favor como en su desmedro, de acuerdo a la experiencia individual o colectiva
de las sociedades mercantiles. Las comunidades mercantiles, definidas como micro-
sociedades especializadas en torno al emergente mundo del comercio y las finanzas
internacionales y, en muchos casos, autodefinidas como “naciones”, construyeron en
primera persona el complejo mundo atlántico.85
En la Edad Moderna dicha premisa no deja de tener importancia ya que las mi-
graciones de mercaderes –y en general, de poblaciones dependientes de oficios maríti-
mos, financieros o manufactureros– se produjeron en diásporas numerosas agrupadas
en torno a determinadas coyunturas históricas y cadenas de migraciones que relacio-
naban entre sí, a importantes centros comerciales europeos. La formación de estas
sociedades mercantiles en Europa, en su conjunto y como plataforma atlántica, y la
consiguiente expansión hacia América, fueron procesos paralelos y no necesariamen-
te consecutivos.86 En nuestro análisis enmarcamos el proceso de la migración mercan-
til en las nuevas perspectivas de procesos migratorios, no desde la óptica estructural,
sino más bien desde un plano relacional. Es decir, entendemos al emigrante como a un
agente que persigue unos objetivos determinados y moviliza recursos disponibles para
alcanzarlos, especialmente, aquellos que permiten la inserción en el nuevo espacio;
entre estos recursos debemos contar las cadenas migratorias.87

Cuerpo documental y división del trabajo


La investigación se sustenta en un cuerpo documental muy heterogéneo provenien-
te de diversos archivos, bibliotecas y centros de documentación. Los materiales se

85 CRESPO SOLANA, Ana –coordinadora– Comunidades Transnacionales…, cit., p. 18; BADE, Klaus
J.; EMMER, Pieter C.; LUCASSEN, Leo y OLTMER, Jochen –editores– Enzyklopädie Migration in
Europa. Vom 17. Jahrhundert bis zur Gegenwart, Paderborn, Schöningh, 2008, pp. 220-242.
86 CRESPO SOLANA, Ana –coordinadora– Comunidades Transnacionales…, cit., p. 19.
87 Un análisis de cómo funciona esta visión en América Latina puede verse en TARRAGÓ, Griselda De la
Orilla del mar a la vera del río: navegantes y comerciantes genoveses en la Plata y el Paraná (1820-
1860), Prohistoria, Rosario, 2010, p. 22.
40 Hacer las Américas en Cádiz

recopilaron en archivos españoles, alemanes, argentinos y peruanos. Los mayores


aportes documentales fueron encontrados en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz
y el Archivo Municipal de Cádiz. Gracias a los protocolos notariales de este último
repositorio se pudieron reconstruir las actividades económicas de los mercaderes, sus
socios activos, diversas letras de cambios, recibos, etc. Estos materiales permitieron
identificar a los socios hispanos de los mercaderes alemanes y sus diversas actividades
en el puerto, así como también rastrear la extensión geográfica de las conexiones de
lado y lado del Atlántico. Otro cuerpo importante de las fuentes encontradas en Cádiz
fue la correspondencia comercial y los copiadores de cartas de comerciantes. Dichos
documentos han sido poco explorados y, en algunos casos, es la primera vez que se
trabaja con ellos. La correspondencia comercial nos permite obtener una impresión
privada de las formas de comerciar y las construcciones personales de las redes, en
especial, del significado del sistema de comunicación mercantil, para la eficiencia del
capital social de la red comercial. El copiador de cartas se trató de transcripciones
idénticas a como se enviaban las misivas, ya que las mismas podían cumplir funciones
jurídicas, en caso de desacuerdos o pleitos comerciales. Más detalles sobre este tipo
de fuentes las desarrollaremos en los capítulos V y VI pero es importante destacar
que la efectividad de los intercambios, así como la atención de las necesidades de la
clientela, los precios y la moda, dependían de una fluida comunicación comercial.
La correspondencia epistolar nos permitió, además, reconstruir las diversas redes
que conectaban a los comerciantes del interior del país alemán con América Latina.
La documentación ha sido de gran utilidad, asimismo, para recabar información más
detallada sobre las actividades emprendidas por los comerciantes y sus relaciones
efectivas, así como los cambios o el mantenimiento que ellos promovieron. Las co-
municaciones revelan, además, los grados de prevalencias y cohesión que caracteri-
zaban los diferentes vínculos y a la red en su conjunto. Cada vínculo, entendido como
eslabón de la red, puede cumplir diversas funciones. Mientras más estrechas eran las
relaciones de familia y amistad, mayor número de funciones cumplían.88 A través de
esta correspondencia logramos acceder a una visión más completa del accionar de los
diversos actores sociales en una amplia gama de esferas. Los vemos actuar simultá-
neamente en sus campos de actividades, las instituciones y una variedad de lugares
que generalmente solemos percibir disociadas entre sí. Esta vinculación nos permite
acceder a una percepción más global de su historia.89 Cualquiera que sea el carácter de
la aproximación que se pretende, la correspondencia epistolar nos desvela las funcio-
nes efectivas de los diferentes vínculos y de la red en su conjunto, poniendo a nuestra
disposición una gama cualitativa de innumerables matices.

88 IMÍZCOZ, José María y OLIVERI KORTA, Oihane –editores– Economía doméstica y redes sociales
en el Antiguo Régimen, Madrid, Silex, 2010, p. 50.
89 En este sentido, entendemos que las estructuras y las normas son un efecto emergente de las redes
sociales. IMÍZCOZ, José María y OLIVERI KORTA, Oihane –editores– Economía doméstica y…,
cit., p. 47.
Catherine Aristizábal Barrios 41

En el Archivo Municipal de Cádiz pudimos obtener mayor información sobre


las razones sociales registradas por los comerciantes extranjeros en la ciudad, los
movimientos portuarios, la demografía, la ubicación de los barrios de comerciantes
y otros aspectos de la vida cotidiana y comercial de los agentes. Para complementar
la información encontrada en Cádiz se consultó información en el Archivo General
de Indias, principalmente en las secciones Contratación y Consulado. De esta manera
pudimos verificar los registros de embarcaciones hacia América, así como también las
actividades de algunos comerciantes en el Consulado. Finalmente, se revisaron algu-
nas fuentes impresas en la Biblioteca de la Universidad de Cádiz, de la Universidad
de Sevilla y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla.
Paralelamente realizamos consultas exhaustivas en los archivos de las ciudades
de Hamburgo, Bremen y Lübeck. El mayor número de material fue encontrado en el
Staatsarchiv der Freien und Hansestadt Hamburg. Allí se pudo rastrear la información
de algunos comerciantes que disponían de vínculos directos en Cádiz y en las colonias
españolas en América. Se pudo reconstruir sus contactos con el Hinterland produc-
tivo hamburgués, así como el tipo de productos que vendían. Entre los documentos
se cuentan los archivos de las casas comerciales, copiadores de cartas, libros de con-
tabilidad, cuadernos de anotaciones, etc. Asimismo fueron revisados los registros de
aduanas. Sin embargo, como ya se anotó anteriormente, la reconstrucción de los inter-
cambios a través de los registros nos ofrece una visión imprecisa del tráfico comercial.
Es por ello, que un estudio de las relaciones basado solo en el tráfico naviero tendría
muchas deficiencias. A pesar de las limitaciones en la cuantificación del comercio en
este periodo, pudimos verificar la información de aduanas en el Staatsarchiv Hamburg
y la Commerzbibliothek der Handelskmmer Hamburg. Hemos consultado también
fuentes impresas en la biblioteca de la Universidad de Hamburgo (Staats-und Univer-
sitätsbibliothek Hamburg Carl von Ossietzky), la Linga-Bibliothek für Lateinamerika
Forschung y las bibliotecas de la Fakultät für Geisteswissenschaften de la Universi-
dad de Hamburgo.
Para completar la información sobre las conexiones hacia América, consulta-
mos archivos americanos, en especial, el Archivo General de la Nación Argentina
en Buenos Aires y el Archivo Histórico de Córdoba. En estos archivos observamos
documentos de aduanas, administrativos y archivos personales. Se consultaron diver-
sas fuentes primarias impresas en las bibliotecas de la Facultad de Ciencias Humanas
de la Universidad de Buenos Aires y en la Biblioteca de la Universidad Nacional de
Córdoba, Argentina. En Lima pudimos tener acceso a la correspondencia personal del
comerciante navarro-limeño Martín de Osambela, que se encuentra en poder de sus
herederos y que nos aportan datos interesantes de conexiones directas con Hamburgo.
Nuestra búsqueda nos llevó a consultar otros archivos latinoamericanos importantes,
como el mexicano, en el que se realizaron consultas digitales para respaldar datos e
información.
42 Hacer las Américas en Cádiz

En el desarrollo de los capítulos se describirá con más detalle la cuestión me-


todológica en lo que respecta a las fuentes. Cabe señalar aquí, que se nos presentó
una serie de dificultades al rastrear datos con nombres de alemanes en los archivos
españoles y americanos. Para facilitar la comunicación, y claramente, la convivencia
en regiones hispanas, los nombres germanos en su mayoría se hispanizaron. Por esta
razón no encontramos en los documentos españoles Heinrichs sino a Henriques o
Enriques o Guillermos por Wilhems, entre otros casos. El problema resulta mayor
cuando los cambios se presentan en los apellidos haciéndose muy difícil poder verifi-
car la información; pero a pesar de ello, se pudo comprobar la información gracias a
la comparación con diversos documentos.
El libro está organizado en siete capítulos. En el primero, se contextualizan los
espacios geográficos estudiados durante el siglo XVIII, se ahonda en los aspectos del
comercio colonial, las coyunturas económicas y los agentes participantes de éste. Asi-
mismo, se observa el aumento de la producción textil en las zonas protoindustriales
centroeuropeas y la demanda en el puerto de Cádiz y las colonias americanas. En el
segundo capítulo se examina la evolución de los vínculos comerciales a partir de los
cambios en el patrón del comercio colonial transatlántico desde 1739 y su influencia
en el aumento de la presencia de mercaderes alemanes en Cádiz. En este apartado se
resalta el peso de la exportación textil extranjera y el papel que jugaron las casas co-
merciales francesas en la distribución de manufacturas alemanas. Para ejemplificar el
éxito que tuvieron los mercaderes alemanes en la plaza gaditana se observa el ejemplo
de la casa comercial Ellerman. Ésta fue una de las firmas alemanas más importante del
periodo en el puerto andaluz. Nos detenemos a analizar su establecimiento en la ciu-
dad, sus relaciones con comerciantes locales, paisanos y europeos y la movilidad de
capital transfronterizo. Con el ejemplo de Ellerman se destacan las redes construidas
con comerciantes vascos. Este aspecto no fue exclusivo de la casa comercial Eller-
man, sino que fue una estrategia casi general de la colonia alemana establecida en la
península española. Sin duda, los germanos aprovecharon las extensas conexiones de
las casas vascas en las colonias americanas, así como también la influencia del poder
económico ejercido en España.
En el tercer capítulo se evalúa el impacto y los beneficios que significaron para
la colonia y los productos germanos la introducción de la Ordenanza del Libre Co-
mercio de 1778. A través de estudios de caso de firmas alemanas se esquematiza la
integración del comercio textil alemán con mercados transatlánticos vía Cádiz. En
esta parte se analiza también la participación de mercaderes alemanes en actividades
crediticias, como mecanismo de reinversión de las ganancias. El siguiente capítulo
se enmarca dentro del periodo comprendido entre los años de guerra con Inglate-
rra (1779-1783/1796-1808), así como los problemas económicos ocasionados a la
Península, en especial a Cádiz, por el bloqueo inglés de 1797-1798. Dentro de este
contexto se estudian las estrategias de los mercaderes para poder sortear problemas
y situaciones difíciles a las que se vieron enfrentados durante las últimas décadas
Catherine Aristizábal Barrios 43

del siglo. En el quinto capítulo se reconstruye detalladamente la red comercial entre


Arnaldo Christian Moller (Hamburgo) y Miguel Iribarren Polo (Cádiz) que operaba
durante este periodo. Se destacan las extensiones geográficas de sus conexiones, el
funcionamiento de la comunicación mercantil y el papel que estas conexiones jugaron
en el éxito o el fracaso de los intercambios.
En el siguiente capítulo podemos constatar un aumento de los intercambios por
la ruta directa Hamburgo-Hispanoamérica, que se ven beneficiados por la autoriza-
ción del tráfico con neutrales decretado por la corona española. Todo ello se hace vi-
sible a través de ejemplos reconstruidos gracias a la correspondencia comercial, como
es el caso de la firma hamburguesa Brentano Bovara y Urbieta y sus conexiones en
Cádiz, Lima y Buenos Aires. En el último capítulo se aborda el problema de la crisis
de Cádiz como emporio mercantil y centro distribuidor de las mercaderías america-
nas y europeas. Esta crisis tuvo diversas razones, entre ellas se cuenta previamente
la guerra con Inglaterra en los últimos años del siglo, luego la invasión napoleónica
a la Península y la inestabilidad producida por los movimientos independentistas en
las colonias americana. Los mercaderes americanos se vieron enfrentados a una serie
de problemas para poder seguir realizando sus actividades comerciales. A pesar de
las dificultades se pueden identificar comerciantes alemanes que permanecieron en el
puerto gaditano; así como otros que se trasladaron a los puertos hanseáticos alemanes
para intentar la continuación de sus ocupaciones desde el norte europeo.

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