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Entrevista exclusiva a Michael Benítez Ortiz, joven

escritor colombiano ganador en narrativa del Concurso


Nacional e Internacional ‘Palabra Sin Frontera’.

Próximamente BRUMA Ediciones editará BOGOTRASH,


su primer libro de relatos.

***

¿El ser humano nace artista o se va haciendo


progresivamente?

No creo que el arte, o la condición de artista, sea una condición


innata. Pero tampoco me inclino a pensar que la sociedad haga
artista a alguien: esta sociedad nuestra solo puede crear asesinos. Es
como decir que el hombre es bueno o malo por naturaleza, o se hace
así socialmente. Yo pondría a Rousseau y a Hobbes a jugar billar y el
que gane el chico que conteste esta pregunta.

¿Cómo empezaste tu carrera como artista?

No sé si me considero un artista. Hago malabares con las palabras.


Eso sí. Casi siempre se me caen en el silencio. Cuando era niño mis
hermanos y primos se reunían a jugar con carros, yo prefería estar
solo mirando cielo… ahí vi mi primer poema.

¿Te inspiró alguien en particular?

Yo pensaba que la poesía (como expresión literaria) no tenía nada


que ver con la vida y, realmente, no me equivocaba mucho. Un día
conocí a Gonzalo Arango, Darío Lemos… y otros poetas nadaístas; vi,
con ellos, que la poesía abundaba más en la vida que en los libros:
asumí, entonces, la poesía como experiencia vital, como forma de
acercarme a la realidad, a su misterio.

 
¿Cómo recibe tu entorno familiar y social tu inclinación
hacia el arte?

Mi familia piensa que soy un genio y que algún día los sacaré de la
pobreza. No saben lo equivocados que están. Yo les digo un poema
que leí en una pared:

“El fabricante de rosquillas

Puede al menos comérselas,

Pero el que sólo sabe hacer poemas,

¿Qué comerá?” (*)

Sos narrador, poeta, y tenemos entendido que también sos


músico: ¿Qué procesos de creativos se ponen en juego en
cada uno de las esferas creativas? ¿En qué se parecen y en
qué no?

Para mí lo esencial —como ya se habrá notado— es la poesía: la


poesía se expresa en todos los espacios del arte y de la vida. Cuando
narro hago poesía… la música es la poesía más pura. Si fuera músico
no escribiría nada. No leería nada. La literatura a veces se queda
corta, es balbuceo, patina en sus propias babas.

¿Tenés un momento del día propicio para la creación? ¿Un


lugar?

A pesar de todo caigo en la tentación de escribir. ¿Por vanidad o falso


altruismo?, ¿por no aceptar el devenir? La literatura es un crimen y
más cuando se publica: mueren árboles y mentiras. Por eso hay que
escribir oculto en el cuerpo de noche, donde nadie te vea… lejos de
los ojos de los daltónicos que confunden poesía con policía.

 
¿Qué pensás de la narrativa actual?

De ella espero muy poco. Lo fácil que es publicar, ahora, ha llenado


el mundo literario —si puede llamársele así a ese bollito de mierda—
de Pizarniks, Bukowskis…, de jóvenes que sólo escriben para
engordar el ego —ahora yo me creo Jodorowsky—, pero no hay
originalidad. “Todo está dicho ya” es una máxima que se repite hoy…
(¿Desde hace cuánto?)

Sobra decir que todo esto lo digo con mucho respeto: sin haber leído
ningún autor contemporáneo.

¿Pensás en el género que vas a abordar antes de escribir?

Sólo, hasta mucho tiempo después de estar escribiendo poemas y


cuentos, conocí las estructuras —por decir de alguna forma—
“canónicas” de estos géneros literarios: Ahora sé que nunca he
escrito un cuento o un poema.

¿Cómo surgió BOGOTRASH?

Bogotrash nace de una necesidad vital, autobiográfica, de una


enfermedad que pretende desbordar lo poético en la realidad, del
vientre del rock and roll, de unas (muchas) borracheras con mis
amigos, de mi infancia: esa que no termina; de una ciudad donde las
palomas ruñen huesos de pollo a la salida de los asaderos; de
partidos de microfútbol a muerte, de amores precoces de colegio.
Bogotrash nace de mi amor que coquetea con las formas que toman
las sombras de la muerte.

¿Qué opinión te merece las editoriales? ¿Qué experiencias


has tenido con ellas?

Las editoriales son un negocio… y eso no tiene nada de malo. Lo digo


porque sé que hay mucha gente que habla pestes de ellas porque no
les aceptaron el manuscrito de su “obra maestra”. Si alguien conoce
un negocio que no genere plusvalía que lance la primera moneda (si
es que tiene). Mi experiencia es con BRUMA Ediciones y es buena.
Yo amo a mis editores (como seres humanos: no como editorial)
porque se aventuraron con mi obra… y no saben lo que les espera.

¿Cuáles son tus autores preferidos?

Luis Vidales (Suenan timbres), Kraken (El símbolo de la huella) y


Gokú…

Sos una persona muy joven, aún así, ¿qué le


recomendarías a aquellos que están comenzando a
escribir?

Que dejen de pensar lo que piensan mis papás: esto no da plata. Que
estudien, roben o monten una empresa (valga la redundancia)… Pero
si de verdad aman esto: que no escuchen consejos de nadie.

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