ANA MERCEDES HOYOS por María Cristina Laverde Toscano.

Ana mercedes Hoyos nació en Bogotá en 1942 en el seno de una familia tradicional y
burguesa, acompañada de sus padres y su única hermana. Hoyos creció rodeada de mucho cariño
y por supuesto encaminada a una educación convencional que se gestaba en la idea de
encaminarla hacia el matrimonio, idea que ella no compartía. A los 9 años realiza un viaje
familiar a Europa asistiendo a los mejores museos y galerías dado a que sus padres tenían la
intención de que sus hijas se ilustraran sobre las diferentes manifestaciones del arte (…) desde
entonces, empezó a asombrarse ante “Las Meninas” de Velázquez, “ Los Girasoles “de Van
Gogh o el “Jarrón azul” de Cézanne” (Laverde , 1995,p.95) de este primer encuentro con el arte
se comienza a gestar un espíritu investigativo que la conducía a leer todos los libros de arte que
le fuera posible, de esta manera y gracias a la prontitud en el que el arte hizo presencia en su vida
pudo ir previendo la vocación de artista que un tiempo después desempeñaría. A los 14 años de
edad y reconociendo sus padres la capacidad pictórica de la joven deciden que tome clases de
pintura con Luciano Jaramillo, clases que no darían frutos dado a que sus padres la retiran de
dichas lecciones. Al terminar los estudios secundarios decide entrar al mundo del arte, y recibe
cursos en la Facultad de Bellas Artes de la universidad de los Andes y en la Universidad
Nacional donde conocería una figura importante como lo fue Marta Traba quién no solo la
influencio para que siguiera por los senderos del arte sino también en la concepción de la
incursión del arte dentro de los contextos sociales y culturales, a su vez de económicos y
políticos. Es así como la carrera de la artista fue tomando rumbo

entorno a las experiencias y el contexto donde se gestó por primera vez el interés a la en
un primer momento la figura humana se ve en su trabajo de dibujo y pintura, supuniendose así
que la

la artista colombiana enlaza sistemas de expresión amerindios y afrocolombianos

Recorrer la obra de Ana Mercedes Hoyos nos enfrenta al proceso coherente y mesurado de una
creadora que se apropió de la luz majestuosa para dar vida a objetos del entorno cotidiano. Objetos que
danzan, dueños de movimiento y la sensualidad que los convierte en sagrados. El encuentro con el
cuadro de esta artista se transforma así en un acto sublime de contemplación.

Su obra se ha desenvuelto entre lo abstracto y lo realista logrando convertir la geometría en el eje de la

creación.
Etapas de desarrollo. La figura humana de los primeros periodos que en el último periodo reaparecen;
los buses y las vallas de su paso por el Arte Pop.

Es a partir de los bodegones cuando Ana Mercedes Hoyos adquiere su lenguaje particular, donde es
dueña de su voz propia . Bodegones imponentes que la inducen, en arduo proceso de investigación, al
mundo fantástico de la cultura palenque.
Ana Mercedes Hoyos ha sido estudiosa perenne de los temas y técnicas en los que se desenvuelve su
trabajo. Ante cualesquier obstáculo investiga, busca la solución y los libros son sus mejores aliadas.

No hay que olvidar que su condición económica ha facilitado la obtención de materiales especializados
para el arte , y como lo ha indicado Maria Cristina Laverde (1995, p.108)” importa algodón o lino y la
base para la fabricación de las telas para sus oleos “ lo que permite que sus obras cuenten con
peculiares acabados y que sean por el mismo motivo obras tan únicas no solo por la composición que
logra a partir de sus juiciosos estudios de la luz, el tiempo y el espacio, sino el trato formal que al lienzo
le adquiere proceso identitario de la artista.
El uso reiterativo del amarillo, azul y rojo obedece a su interés por mostrar lo colombiano existe una
intencionalidad pero manejada estéticamente
Utiliza la fotografía para retratar fielmente un suceso y poder a priori pintar lo fotografiado, lo
interesante del caso con la artista es la capacidad de sustraer de una fotografía ciertos elementos y
juntarlos con otras fotografías entrelazándolos y volviéndolos irreales pag 110 en muchos casos
realizando collages