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Teresa de Jesús

centenario
teresiano
y las teologías feministas
¿Fue feminista Teresa de Jesús?

Giselle Gómez, STJ


Doctora en Teología. Equipo general de la Compañía de Santa Teresa, Roma
E-mail: gisellestj@gmail.com

Recibido 6 de julio de 2015


Aceptado 17 de julio de 2015

RESUMEN: Si Teresa de Jesús volviera hoy, no echaría en saco roto los sueños, los
aciertos y desaciertos del movimiento feminista en la historia. Tampoco hubiera sido
indiferente ante las teologías feministas que, en vez de asumir el significado tradicio-
nal de la teología: fides quaerens intelectum, parten del sentido literal etimológico del
termino griego: theo-legein, y comprenden la teología como un proceso en el que se
explora y se intuye cómo las personas pueden reconocer y hablar de Dios en medio de
las situaciones de este mundo. Hubiera sintonizado porque su narración es una bal-
buceante transmisión de lo que ha visto y oído, y en lo que narra subyace la teología,
porque la vida está imbuida de la presencia.
PALABRAS CLAVE: Teresa de Jesús, teología feminista, mística, unión divina, ética
teresiana, feminismo.

Siglas de las Obras Completas  1 de Ideas preliminares


Teresa de Jesús:
¿Por qué relacionar las «teologías
V Libro de la Vida feministas» con Teresa de Jesús en
CE Camino de Perfección, Códice este V Centenario de su nacimien-
del Escorial to?
CV Camino de Perfección, Códice
de Valladolid En primer lugar porque Teresa
M Moradas o Castillo Interior fue mujer, mística también, indis-
MC Meditaciones Cantares cutiblemente. Pero siempre mu-
CC Cuentas de Conciencia jer, y durante mucho tiempo esta
obviedad no fue tan evidente. De
hecho, desde hace relativamente
1
  Seguimos la siguiente edición: Te-
resa deÁvila, Obras Completas, T. Ál- poco tiempo, muchas opiniones
varez (ed.), Monte Carmelo, Burgos resaltan la importancia que tuvo
2000. en la vida de Teresa el hecho de

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ser mujer, y afirman que ésta fue Si bien la afirmación que he citado
la causa de la oposición tan fuerte se refiere a la exégesis bíblica, pue-
que encontró para sus proyectos y de ser también aplicada a la inter-
sus escritos en la sociedad y en la pretación de textos escritos por
iglesia española del siglo xvi 2. mujeres y, en particular, más en
este caso en el que nos referimos
En segundo lugar porque incluso a una mujer que ha sido declarada
la Iglesia reconoce el valor de las Doctora de la Iglesia 4, pese a que
aportaciones hechas por la herme- en 1923 el papa Pío XI, en boca de
néutica feminista: Mons. Aurelio Gallio, se opuso ro-
«Numerosas aportaciones positivas tundamente a que así fuera, pro-
provienen de la exégesis feminista. nunciando aquel histórico Obstat
Las mujeres han tomado así una sexus (el sexo lo impide).
parte activa en la investigación exe-
Y en tercer lugar, porque, aunque
gética. Han logrado, con frecuencia
en algunos ambientes y según
mejor que los hombres, percibir la
presencia, la significación, y el pa- cómo se entienda, la palabra fe-
pel de la mujer en la Biblia, en la minista es controvertida, estoy se-
historia de los orígenes cristianos gura de que Si Teresa volviera hoy,
y en la Iglesia. El horizonte cultural como rotula el libro escrito por la
moderno, gracias a su mayor aten- teresiana M.ª V. Molins 5, no echa-
ción a la dignidad de la mujer y su ría en saco roto las búsquedas, las
papel en la sociedad y en la Iglesia, luchas, los intentos, los sueños, los
hace que se dirijan al texto bíblico logros y los desafíos, los aciertos
preguntas nuevas, ocasiones de y los desaciertos que entraña la
nuevos descubrimientos. La sensi- aportación del feminismo en la
bilidad femenina lleva a entrever historia.
y corregir ciertas interpretaciones
corrientes tendenciosas, que inten- Hablar sobre Teresa de Jesús y las
taban justificar la dominación del teologías feministas implica tener
varón sobre la mujer»3.
4
  Teresa de Ávila fue declarada Doc-
2
  Cf. G. Gómez, Teresa de Jesús, entre tora de la Iglesia el 27 de septiembre
obediencia y transgresión, Monte Car- de 1970 por SS.  Pablo  VI. La homilía
melo, Burgos 2014, 15-16. completa de la celebración se puede
3
  Pontificia Comisión Bíblica, La in- encontrar en http://www.feyrazon.
terpretación de la Biblia en la Iglesia, org/TeresaJ.htm (consultado el 15 de
n. 18.1.3, 1993. Véase en http://www. julio de 2015).
servicioskoinonia.org/biblioteca/bi- 5
 M.ª V. Molins, Si Teresa de Jesús
blica/InterpretacionBibliaIglesia1993. volviera hoy, Monte Carmelo, Burgos
pdf (consultado el 5 de julio de 2015). 2014.

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en mente tres presupuestos: el ta» 7, porque supieron reconocer su


feminismo, las mujeres místicas dignidad, se atrevieron a ponerse
en la Edad Media y la teología de pie y osaron decir su palabra en
feminista. Los tres los iré entrete- una sociedad misógina 8.
jiendo con la vida y la palabra de
Teresa. Históricamente, por lo tanto, Tere-
sa no pudo ser feminista, pero se
atrevió a poner en palabras su ex-
Adentrándonos en este tejido periencia y a ofrecerla a otros. A sus
hermanas, por supuesto, pero tam-
El feminismo –los feminismos– bién a otras personas, entre ellas,
es un movimiento histórico. Lo varones. Muchos de ellos padres
digo en plural porque no hay un y confesores que «alcanzados» por
solo feminismo. A lo largo de los su influjo espiritual, se convirtieron
años han ido surgiendo diversas en sus discípulos.
corrientes e interpretaciones den-
tro del feminismo. Todos tienen 7
  Según E. Schüssler Fiorenza: «La
un horizonte común y un proyec- conciencia feminista insiste en la plena
to global que los une: «que toda humanidad de las mujeres, así como en
su libertad para autodefinirse y autode-
niña de todas y cada una de las co- terminarse, para respetarse, valorarse
munidades y culturas nazca para y afirmarse a sí mismas. La conciencia
compartir un horizonte pleno de feminista arranca del reconocimiento
potencialidades humanas; es de- por las mujeres de que su ser “menos”,
su inferioridad y su opresión son de-
cir, que tenga el mismo abanico terminaciones estructurales, y no con-
de opciones ante la vida que cual- secuencia de una culpa personal. Se
quier niño varón» 6. trata del descubrimiento de las estruc-
turas de dominación socio-económica,
Como movimiento histórico empie- del reconocimiento de que la mujer,
za a existir en un momento determi- aunque individualmente se encuentre
en una situación privilegiada y acomo-
nado en la historia de la Humani-
dada, pertenece a un grupo oprimido
dad. No siempre hubo feminismo; y explotado. Es la revelación de que lo
sin embargo, siempre hubo mujeres personal es político». Cf. E. Schüssler
que tuvieron «conciencia feminis- Fiorenza, Los caminos de la Sabiduría.
Una introducción a la interpretación femi-
nista de la Biblia, Sal Terrae, Santander
6
  B. Harrison, «La fuerza de la ira 2004, 129.
en la obra el amor: ética cristiana para 8
  G. Gómez, Para reinterpretarnos y rein-
mujeres y otros extraños», en A. Loades terpretar a las que nos precedieron, Create
(ed.), Teología Feminista, Desclée de Space Independent. Grupo Amazon,
Brouwer, Bilbao 1997, 274. USA 2015, 20.

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Así aconteció con García de Tole- por cabeça en negocios de oración y


do, dominico, censor de varios de doctrina espiritual, como se collige
sus libros. Teresa ve en él al letra- de muchos lugares de este libro, es
do y al amigo capaz de «aprove- argumento de la novedad de esta
char mucho, si del todo se diese doctrina, en que esta mujer era sa-
via, y del poco seso de los hombres
a Dios». Se siente impulsada a in-
doctos que se le subiectaron; porque
vitarlo a que «procure esforzar la
en la doctrina antigua de la Iglesia
fe y humillarse» porque «hace el
más sabían estos hombres doctos y
Señor en esta ciencia a una vieje- graduados, que no una muger. Mas,
cita más sabia, por ventura que a no es nueva las mujeres de vida
él aunque sea muy letrado». Has- y doctrina herrada, engañar a los
ta que finalmente tiene el gozo hombres savios y eminentes, por-
de constatar que «hale mudado que una engañó a Orígenes y otra a
el Señor casi del todo, de manera Paulo, theólogo doctísimo […]» 10.
que casi él no se conoce». Teresa se
sabe mediación y testigo de su ex- Teresa se aventuró a salir del
periencia. Por eso agradece a Dios ámbito privado, asignado a las
«la merced que me había hecho en mujeres, y creó otros espacios de
que fuese por medio mío» 9. nuevas opciones para las mujeres
religiosas  11. Teresa anhelaba otra
Por tener discípulos varones y
afirmar que siguieron sus conse- manera de vivir la vida religiosa.
jos y orientaciones, se la acusó a la Deseaba que fuera posible la ayu-
Inquisición. Era una inversión del da y la estima mutua en el servicio
orden natural –preter naturam–, ya de Dios. Sabía que otras sintoniza-
que los hombres clérigos siempre ban con su deseo de radicalidad
saben más que cualquier persona, evangélica, de vivir la pobreza y la
mucho más si es mujer. sencillez de los orígenes del Car-

«Refiere algunos religiosos domi- 10


  Proceso inquisitorial contra los li-
nicos y de otras órdenes y da a en- bros impresos de Teresa de Jesús, en
tender que por su orden y sugestión E. Llamas Martínez, Santa Teresa de
se dieron a la oración… Y píntalos Jesús y la Inquisición Española, Conse-
convertidos a su opinión y doctri- jo Superior de Investigaciones Cien-
na… Venir hombres doctos a apre- tíficas Francisco Suárez, Imprenta de
hender de una muger y reconocerla Aldecoa, Burgos 1973, 402.
11
  Cf. G. Ahlgren, Teresa of Avila and
the Politics of Sanctity, Cornell Paper-
9
  Teresa narra con detalles esta expe- backs, New York 1996, 35. Citado en
riencia en el capítulo 34 del Libro de G. Gómez, Para reinterpretarnos y rein-
la Vida. terpretar a las que nos precedieron, 122.

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melo o de «volver a las fuentes», Villanueva


como diríamos hoy. Para ella no de la Jara 1580
contaban ni la limpieza de sangre, Palencia 1580
Soria 1581
ni la hidalguía, ni era necesario
Granada 1582 (asume la
probar la igualdad de las personas fundación Ana
ante Dios. En sus conventos «no se de Jesús, priora
admiten legas ni criadas, ni trata- del Convento)
mientos que indiquen la pertenen- Burgos 1582
cia a un estado superior, ya que se
busca la vivencia de una fraterni-
Pero Teresa no funda simplemen-
dad intensa y sencilla» 12. En estas
te, ella acompaña la vida que nace.
casas «[…] todas han de ser ami-
Testigos elocuentes de su manera
gas, todas se han de amar, todas se
de acompañar son sus cartas y los
han de ayudar […]» (CV 4, 7).
incontables viajes que realizó a lo
En el período entre 1562 y 1582, largo y ancho de la geografía espa-
Teresa funda dieciséis conventos ñola. Su atrevimiento de incursio-
de mujeres y acompaña la funda- nar en el ámbito público, le valió
ción de Duruelo, convento de va- el cuestionamiento de un Nuncio
rones en el que inició su vida en la muy estimado por ella, Nicolás
descalcez S. Juan de la Cruz: Ormaneto, en una carta dirigida al
Ávila 1562 P. Jerónimo Gracián:
Medina 1567
Malagón 1568 «No quiero dejar de decirle una
Valladolid 1568 cosa más, y es que a mí jamás me
Duruelo 1568 ha agradado el modo que –según
Pastrana 1569 entiendo– tiene la Madre Teresa de
Salamanca 1570 andar de acá para allá fundando y
Alba de Tormes 1571 visitando monasterios. Porque las
Segovia 1574 mujeres que profesan vida regular
Beas 1575
han de estar dentro de sus casas y
Sevilla 1576
Caravaca 1576 (asume la no andar de acá para allá, pues estas
fundación Ana visitas corresponden a sus superio-
de San Alberto, res, que pueden viajar sin escánda-
priora del Con- lo, ni peligro, y si para fundar o bien
vento) orientar un monasterio, ya sea nue-
vo ya viejo, hubiera necesidad de
12
  P. Ortega, Historia del Carmelo Tere- alguna monja que lo gobierne, no
siano, Monte Carmelo, Burgos 2013, me parece mal que se la tome de un
127. monasterio y se la lleve a otro, pero

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que sea para residir siempre o largo mún para modificarla, haciendo
tiempo en esa casa […]» 13. visibles las causas que han provo-
cado tal situación, rompiendo con
Para sus conventos asumió la los convencionalismos y las for-
clausura impuesta por el Concilio mas de la teología dominante y de
de Trento a las órdenes femeninas, sus avenencias con el poder» 14.
pero en vez de constreñirla, le abrió
posibilidades. «Me parece» dirá a Además, las teólogas feministas,
sus hermanas, «os será consuelo en vez de asumir el significado
deleitaros en este castillo interior, tradicional de la teología: fides
pues sin licencia podéis entraros y quaerens intelectum, parten del sen-
pasearos por él a cualquier hora» tido literal etimológico del termi-
(Epílogo a las Moradas, 1). no griego: theo-legein. Su punto de
partida es la fe y la búsqueda 15, lo
que implica comprender la teolo-
Entretejiendo un hilo más gía como un proceso en el cual se
explora y se intuye cómo las per-
sonas pueden reconocer y hablar
Como ocurre con los feminismos,
de Dios en medio de las situacio-
no se puede hablar en singular
nes de este mundo; en el que exis-
de la teología feminista. Existen
te la posibilidad de dar nombre al
tantas como culturas y religiones.
Misterio, relativizando y cuestio-
También las específicamente cris-
nando otros nombres. Esto supone
tianas se expresan con diversos
una actividad crítica con relación
matices y colores. Dorothee Sölle
a las formas en que se habla sobre
afirma que las teologías feministas
Dios en el mundo; y que se orienta
«nacen de la destrucción que se ha
a la liberación de las mujeres y de
causado a la vida de las mujeres,
todos los sujetos que sufren cual-
sea esta económica, política, so-
quier tipo de opresión o exclusión,
cial, física, intelectual o psíquica.
Estas teologías hacen bien paten-
tes las mutilaciones. Surgen entre
mujeres que se dan cuenta de su 14
 D. Sölle, Reflexiones sobre Dios.
situación y que dan pasos en co- Véase en L. Ramón, Queremos el pan
y las rosas. Emancipación de las mujeres
y cristianismo, HOAC, Madrid 2011,
161.
13
 Archivo Histórico Nacional de 15
  Cf. M. Navarro Puerto, «Introduc-
Madrid, legajo 4514, II. 23 (original en ción general a la metodología teoló-
italiano). Véase en T. Álvarez, Cultura gica feminista», en M. Navarro y M.
de Mujer en el Siglo xvi, Monte Carme- Arriaga (eds.), Teología Feminista I, Ar-
lo, Burgos 2006, 354. CiBel, Andalucía 2007, 32-33.

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lo que conduce al proyecto libera- Recorrer la experiencia mística la


dor de Jesús de Nazaret desde la introduce en la conciencia plena
óptica de una teoría feminista de de que Dios está en el centro de
la justicia y de un movimiento fe- su ser. Allí se le manifiesta la Tri-
minista de transformación 16. nidad, «en lo interior de su alma,
en lo muy muy interior, en una
También Teresa hubiera sintoniza- cosa muy honda, que no sabe de-
do con esta manera de entender la cir cómo es, porque no tiene letras;
teología y no hubiera tenido que siente en sí esta divina compañía»
decir que sus palabras no eran (7 M 1, 7) que «obra en ella la ca-
«declaración […] sino considera- ridad, el padecer con contento y
ción» (CV 21, 4). Tampoco tendría el sentir esta caridad con pasión»
que haberse justificado por creer (Cf. CC 16, 1). La experiencia mís-
que lo que escribía era «mística tica en Teresa no se disocia de la
teológica» (cf. V 10, 1), utilizando experiencia ética. Jamás estará
un vocablo más sencillo para no desconectada de la realidad por-
levantar sospechas: «las mercedes que luego «bullen los deseos […]
que el Señor nos hace» (V 10, In- siempre está bullendo el amor y
troducción). pensando qué hará» (V  30, 10).
Teresa narra cómo Dios va aconte- Por eso, le duele ser mujer y que el
ciendo en su vida. Narración que apóstol haya prohibido a las mu-
se convierte en una balbuceante jeres predicar y confesar y llegar
transmisión de lo que ella ha vis- almas a Dios (Cf. CV  15, 6; V  30,
to y oído, de lo que ha visto con 21).
sus propios ojos, de lo que ha con- Al respecto, se atreve a defender a
templado y sus manos han palpa- las mujeres en un párrafo que fue
do (Cfr 1 Jn 1, 1). En lo que narra censurado en la primera versión
subyace la teología, porque la vida del Camino de Perfección:
está imbuida de la presencia. Ella
siente que Dios la visita a «desho- «Ni aborrecisteis, Señor de mi
ra» y experimenta un «sentimien- alma, cuando andabas por el mun-
to de la presencia de Dios que en do, las mujeres, antes las favorecis-
teis siempre con mucha piedad, y
ninguna manera podía dudar que
hallasteis en ellas tanto amor y más
estaba dentro de mí o yo toda en-
fe que en los hombres… No basta,
golfada en Él» (V 10, 1). Señor, que nos tiene el mundo aco-
rraladas…, que no hagamos cosa
  Cf. E. Schüssler Fiorenza, Pero ella
16 que valga nada por Vos en público,
dijo. Prácticas feministas de interpretación ni osemos hablar algunas verda-
bíblica, Trotta, Madrid 1996, 16-23. des que lloramos en secreto, sino

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que no nos habrías de oír petición culina de Dios y a buscar un rostro


tan justa. No lo creo yo, Señor, de de Dios más incluyente 17.
vuestra bondad y justicia, que sois
justo juez y no como los jueces del De hecho, la experiencia humana
mundo, que –como son hijos de de Dios no empezó con la elabo-
Adán y, en fin, todos varones–, no ración teológica que hoy tenemos.
hay virtud de mujer que no tengan Brotó de ese largo proceso de cons-
por sospechosa. Sí, que algún día trucción de significados que «nos
ha de haber, Rey mío, que se conoz- ayudaron a vivir» 18. Son palabras
can todos. No hablo por mí, que ya y símbolos que quisieron traducir
tiene conocido el mundo mi ruin- la experiencia del misterio siem-
dad y yo holgado sea pública; sino pre insondable.
porque veo los tiempos de manera
que no es razón desechar ánimos Teresa en su deseo de poner en
virtuosos y fuertes, aunque sean de palabras su experiencia, recurre
mujeres» (CE 4, 3). a imágenes que transmiten una
concepción relacional y amorosa
de Dios y que pueden expresar a
un Dios que nos atrae y envuelve
Añadiendo hilos al tejido de otro modo 19. En esa búsqueda
experimenta la distancia abismal
Las teólogas feministas constatan entre lo que vive y la fragilidad
que, en su deseo de entender el de las imágenes, por eso las lla-
misterio, las mujeres buscan nue- ma «groseras comparaciones»
vas maneras no autoritarias que (VI M 6, 12). Pero «es precisamen-
aporten reciprocidad a la relación.
Descubren a Dios como Amante, 17
  Cf. E. Johnson, La búsqueda del
como la Presencia vital que las ha- Dios vivo, Sal Terrae, Santander 2008,
130-134. Véase también: L. Ramón,
bita y que fomenta la vida, como
«Introducción a la teología. Práctica
el Amor que abarca todo y que feminista», 192-194; I. Gómez Ace-
libera de forma que ellas pueden bo, «Presentación», en I. Gómez Ace-

experimentar su propia libertad bo (ed.), Así vemos a Dios, Desclée de


Brouwer, Bilbao 2001, 12-13; U. Seibert,
y experimentar su feminidad en
Espacios abiertos. Caminos de la teología
toda su plenitud. En esta búsque- feminista, Forja, Chile 2010, 65-91.
da descubren que Dios no puede 18
  I. Gebara, El rostro Nuevo de Dios.
ser encarcelado en un grupo de Una reconstrucción de significados trini-
tarios, Dabar, México 1994, 13.
imágenes, porque las trasciende 19
  Cf. I. Gebara, Intuiciones ecofeminis-
todas. Esta idea apuntará al cam- tas. Ensayo para repensar el conocimiento
bio de la tradicional imagen mas- y la religión, Trotta, Madrid 2000, 134.

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te esa hondura inexpresable la que de Dios, capaz de expresar a un


posibilita que las imágenes tomen Dios que nos atrae y envuelve de
vida y se conviertan en símbolos otro modo 21.
capaces de traducir la experiencia
a un código accesible y compresi- Cuando Jesús irrumpe en la vida
ble para sus lectores» 20. de Teresa, ella lo descubre como
el Amigo siempre fiel. Él es el
Algunas de sus imágenes brota-
amigo siempre presente, «con
rán de la vida diaria y, casi sin
quien todo se puede sufrir» por-
enterarse, logrará que lo cotidia-
que «nunca falta» y «es amigo
no, ámbito asignado a las muje-
verdadero» (Cf. V  22, 6). Desde
res, entre a ser parte de la vida
de todos, y sirva como punto de esta experiencia, podrá decir que
partida para repensar el Misterio. la oración es «tratar de amistad,
Algunas serán arquitectónicas, estando muchas veces tratando
desde el castillo todo de diaman- a solas con quien sabemos nos
te y muy claro cristal hasta los ama» (V  8, 5). Para orar, para el
pequeños rinconcitos de Dios, encuentro con el amigo solo es
como ella llama a sus conventos. necesario «amar y costumbre»
Otras serán de la naturaleza: el (V  7, 12). Ella sabe que si la per-
agua, el gusano que se transfor- sona se acostumbra a estar con Él,
ma en mariposa, el huerto y el Él permanecerá porque «es muy
hortelano. Otras serán religiosas, buen amigo» (V 22,10) y como es
alimentadas en la riqueza de las fiel, «es muy fácil hallarle cabe sí»
imágenes religiosas de su tiem-
(CV 26, 1). Por eso exclamará:
po. Y, finalmente, otras serán
humanas: el amigo, el niño que «¡Oh Señor mío, cómo sois Vos el
mama del pecho de su madre, el amigo verdadero! ¡Y, como podero-
esposo. Hablar de la simbología so, cuando queréis podéis, y nunca
teresiana, excede el propósito de dejáis de querer si os quieren! ¡Ala-
este artículo, pero no me resisto ben os todas las cosas, Señor del
a poner de relieve, aunque sea mundo! ¡Oh, quién diese voces por
brevemente, una imagen que las Él para decir cuán fiel sois a vues-
teólogas feministas catalogarían tros amigos! Todas las cosas faltan.
como capaz de transmitir una Vos, Señor de todas ellas, nunca fal-
concepción relacional y amorosa táis» (V 25, 17).

20
  G. Gómez, Teresa de Jesús, entre obe- 21
  Cf. I. Gebara, Intuiciones ecofemi-
diencia y transgresión, 193. nistas, 134.

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Tejiendo algunas hebras sueltas activas con el fin de transmitir la


experiencia a sus amigas/os24.
Los siglos  xii y xiii fue una época
Algunas eran monjas, otras laicas
de mayor libertad y conocimiento
y beguinas. La mayoría escribie-
para las mujeres, donde se desa-
ron en lengua vernácula del mo-
rrolló la gran mística femenina 22.
mento: alemán, francés, flamenco,
Las mujeres lucharon por hacer
italiano. De esta manera se hizo
oír su voz, se atrevieron a pro-
posible una comunicación y una
clamar su diferencia y a usar otro
difusión más amplia, no circuns-
lenguaje 23.
crita únicamente al mundo consi-
Hildegarda de Bingen, Beatriz de derado como culto. Fue también
Nazareth, Hadewijch de Ambe- una reivindicación de una relación
res, Mechthild de Magdeburgo, en la que la mediación es el Espíri-
Marguerite d’Oingt, Margarita tu de Dios que se comunica con la
Porete, Christine Ebner y otras criatura humana, con las mujeres,
destacan por su originalidad en en este caso, sin que nadie pueda
el ámbito de la espiritualidad, de poner veto a su acción comunicati-
la mística. Sus escritos revelan va. Esta realidad cubrió de sospe-
una valiosa cultura literaria y un chas a muchas de ellas 25.
profundo conocimiento teológi-
Las mujeres místicas vivían una
co. Son mujeres conscientes de sí
profunda libertad interior. Para
mismas, de su aventura espiritual,
ellas todo era posible en Dios,
de su deseo de compartir con los
incluso esa experiencia que lla-
demás su experiencia de saberse
maron «unión esponsal» y que
visitadas por Dios. Ellas anuncian
consistía en ser una con la divi-
la verdad de Dios revelada en su
nidad. Su experiencia no era sólo
interior, y, en muchos casos se im-
mental; implicaba el cuerpo y los
plican en relaciones pedagógicas
sentidos. Desde su conocimiento
real de la vida, del nacimiento, de
la muerte, de la leche, la sangre y
las lágrimas, las mujeres podían
22
  Cf. M. M. Rivera Garretas, «La experimentar la unión afectiva y
Querella de las Mujeres: una interpre-
tación desde la diferencia sexual», en
Redalyc 6 (1996), 25-39. 24
  Cf. Ibid., 492. Véase también:
23
  Cf. D. Regnier-Bohler, «Voces lite- L. Muraro, El Dios de las mujeres, Ho-
rarias, voces místicas», en G. Duby y ras y Horas, Madrid 2006, 193-198.
M. Perrot (eds.), Historia de las muje- 25
  Cf. D. Regnier-Bohler, art. cit.,
res, vol. II, Taurus, Madrid 2003, 482. 498.

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corporal con el Dios encarnado. A fuerte que sea dado experimentar a


medida que el mundo se raciona- un alma viviente en esta tierra, de
lizaba y el espacio sagrado se cle- una unión que se convierte en luz y
ricalizaba, las manifestaciones de en sabiduría, sabiduría de las cosas
divinas y sabiduría de las cosas hu-
misticismo, sobre todo si eran de
manas. De todos estos secretos nos
mujeres, eran poco toleradas. Se
habla la doctrina de Santa Teresa.
las controló a través de sus confe- Son los secretos de la oración. Esta
sores y guías espirituales. Pero en es su enseñanza. Ella tuvo el privi-
muchas ocasiones ellos mismos se legio y el mérito de conocer estos
convirtieron en sus discípulos 26. secretos por vía de la experiencia...
ella ha sido capaz de contarnos es-
Teresa de Jesús será parte de esta tos secretos... No en vano la estatua
corriente de mujeres místicas que de la fundadora Teresa colocada en
se saben visitadas por el Misterio la basílica lleva la inscripción que
y que se empeñan en propagar los tan bien define a la Santa:  Mater
secretos de Dios aprendidos en su spiritualium» 28.
interior 27, «allí donde pasan las co-
sas de mucho secreto entre Dios y el «Madre», evidentemente, pero tam-
alma» (I M  1, 2), como ella misma bién maestra.
dirá. En lo que concierne a la místi-
ca, dirá Pablo VI al declarar a Teresa,
Doctora de la Iglesia Universal: Rematando el tejido
«Se manifiestan de modo sorpren-
dente las maravillas del alma huma- Rescatando la experiencia de las
na, y entre ellas la más comprensi- místicas vivida en su propio cuer-
va de todas: el amor, que encuentra po, las teologías feministas afirman
en la profundidad del corazón sus que su experiencia de Dios era
expresiones más variadas y más mental y corporal 29. La sensibilidad
auténticas; ese amor que llegamos feminista ante el misterio supone
a llamar matrimonio espiritual,
la conciencia de la corporeidad.
porque no es otra cosa que el en-
cuentro del amor divino inundan-
te, que desciende al encuentro del 28
  Pablo VI, Homilía con ocasión de
amor humano, que tiende a subir la promulgación del Doctorado de Te-
con todas sus fuerzas. Se trata de la resa de Jesús en la Iglesia. Véase nues-
unión con Dios más íntima y más tra nota 4.
29
  Cf. E. Schultz van Kessel, «Vír-
genes entre cielo y tierra. Las cristia-
  Cf. Ibid., 213-215.
26
nas en la primera Edad Moderna»,
  Cfr. G. Gómez, Teresa de Jesús, entre
27
en G. Duby-M. Perrot (eds.), op. cit.,
obediencia y transgresión, 75. vol. III, 213-216.

Razón y Fe, 2015, t. 272, nº 1403, pp. 129-140, ISSN 0034-0235 139
Giselle Gómez, STJ

No sólo aprendemos por la cabeza, que han de nacer obras (Cf. VII M
también por los pies, las manos, los 4, 6-12).
ojos, los oídos, el tacto, el corazón,
las entrañas. La conciencia de nues- Teresa se atrevió a ser mujer mís-
tra propia corporeidad se convierte tica con los pies en la tierra y a
en la gran maestra de la vida. Nos desafiar uno de los presupuestos
hace tocar el límite y la vulnerabi- más fuertes de la teología occi-
lidad que nos hermana con todo y dental: el papel pasivo de las mu-
con todos y todas, a la vez que nos jeres. Por eso, en 1578 el nuncio
proyecta hacia la creatividad y ha- Felipe Sega la calificó de «fémina
cia el futuro 30. inquieta, andariega, desobedien-
te y contumaz, que a título de
Por eso, la autenticidad de la místi- devoción inventaba malas doctri-
ca se aquilata en la vida cotidiana. nas, andando fuera de clausura,
La «revolución mística» de Teresa contra el orden del Concilio Tri-
«consistió en creer que la espi- dentino y prelados, enseñando
ritualidad personal es capaz de como maestra contra lo que San
cambiar verdaderamente tu vida Pablo enseñó mandando que las
y el mundo»31. La mística teresia- mujeres no enseñasen». Pero ni
na pasa por la ética teresiana. Para las sospechas, ni las censuras, ni
Teresa de Jesús, Marta y María los letrados, ni la Inquisición pu-
tienen que estar juntas siempre, y dieron atarle las manos a Dios y a
ser «espirituales de veras» implica ella (Cf. CC 19). n

30
  Cf. C. M. Fagot, «Acoger la vida
como misterio: una espiritualidad
que relee los votos desde la corporei-
dad». Véase la versión electrónica en:
http://www.clar.org/clar/index.php
?module=Contenido&type=file&func
=get&tid=3&fid=descarga&pid=56
31
  M. M. Rivera Garretas, Teresa de
Jesús, Sabina, Madrid 2014, 49.

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