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Historia
A finales de los años 70, estas teorías ganaron amplia popularidad en el mundo
académico y político por dar respuesta al fracaso del keynesianismo en la gestión
de la crisis de 1973. Las ideas keynesianas sugerían una relación inversa entre
inflación y empleo, tal como sugiere la curva de Phillips. Sin embargo Milton
Friedman había señalado que esa relación no era necesaria, como quedó
demostrado por el fenómeno de la estanflación. El nuevo escenario
estanflacionario desafiaba los postulados keynesianos, en esas circunstancias, las
ideas monetaristas revivieron audiencia y credibilidad, como consecuencia se
implementaron nuevas medidas antikeynesianas como simultanear acciones
antirrecesivas y antiinflacionarias. La crítica de los monetaristas tenía tres
vertientes:
La mayor parte de los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin
a la predominancia que el keynesianismo tenía en la mayoría de las escuelas de
pensamiento económico desde los años 30. Tanto Margaret Thatcher como la
administración de Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados
desiguales[cita requerida]. En el Reino Unido, se realizó una fuerte reducción en el
tamaño del sector público que, si bien tuvo consecuencias negativas en el corto
plazo en el terreno social, reactivó la economía y dio un gran dinamismo al sector
productivo. En los Estados Unidos, similares medidas chocaron con el aparato
político y la vocación militarista del entorno de Reagan por lo que solo se logró
crear un gran déficit fiscal (las iniciativas de reducción de impuestos prosperaron
pero no las de control del gasto social o del gasto militar, que eran las principales
partidas del gasto público).
Características
En todos los casos, los teóricos denominados neoliberales afirman que la mejor
manera de alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es
mediante un crecimiento total del producto, que por su propia dinámica permea al
total de los integrantes de la sociedad (la llamada trickle down policy); como
liberales promueven «mediante el beneficio individual, alcanzar el beneficio de
toda la sociedad
Neoliberalismo es uno de los nombres que se usa para describir una ideología
económica. También se puede llamar capitalismo corporativo, globalización
corporativa, globalización, y hasta la economía suicida.. Esta ideología es la que
actualmente domina las políticas de la economía global. Aquí hay una explicación
breve de cómo se creó el neoliberalismo, cómo llegó a dominar el mundo
económico, cómo el neoliberalismo afecta a los pueblos del mundo, cuáles son las
"patas" que sostienen a este monstruo, y finalmente, qué otras formas hay de
estructurar las economías.
El neoliberalismo llegó con fuerza a los países del sur con la crisis financiera de
1982 en México, en que ese país declaró a sus acreedores internacionales
(incluyendo el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) que ya no podía
pagar sus deudas. (Para más información sobre la evolución de la crisis de la
deuda en el Sur, vea La Deuda Externa.) Aprovechándose de la posición
vulnerable de muchos países del Sur, el FMI y el Banco Mundial empezaron
durante los 80 a obligar a los países pobres a hacer grandes cambios en las
estructuras de sus economías. Estos cambios se llaman políticas de ajuste
estructural y han traído consecuencias profundamente perjudiciales para millones
de personas en los países afectados.
Definición de Neoliberalismo
La palabra liberalismo es, sin duda, una de las más ambiguas, tanto en el
vocabulario político
como en el vocabulario económico; designa una filosofía política, fundada en el
valor de la libertad
individual, describe así mismo un conjunto de principios ideológicos de una serie
de partidos políticos
en el mundo occidental e identifica una perspectiva de análisis frente a los
mecanismos rectores del
funcionamiento de la economía. Todos estos significados, sin embargo, tienen su
fundamento en el
llamado "liberalismo clásico", característico de un modo de observar el mundo de
la economía
política que se remonta por lo menos hasta Adam Smith.
A riesgo de comprimir en exceso los rasgos distintivos del liberalismo clásico,
pudiera señalarse,
primero: un compromiso con la libertad personal, definida como la no interferencia
en las creencias y
en la búsqueda de objetivos privados; segundo: una política de estricta libertad
económica y,
tercero: una doctrina del gobierno limitado y restringido a asegurar las funciones
básicas de la
organización de la sociedad, particularmente, la libertad, la seguridad y la justicia.
El liberalismo clásico entró en decadencia hacia fines del siglo XIX, y el término
liberal empezó a ser
usado frecuentemente para describir un liberalismo intervencionista o social,
particularmente en los
Estados Unidos y en el Reino Unido. Así, liberal en el sentido político llegó a
identificar a aquél que
propendía por la intervención del Estado para corregir particularmente las
injusticias sociales.
Paralelamente y en parte como una respuesta tardía, fue surgiendo una tendencia
"neoliberal" en los
Estados Unidos referida a un grupo de políticos e intelectuales asociados con el
partido demócrata,
quienes aceptan que la intervención gubernamental fue en el pasado demasiado
extensa y que
debería hacerse un uso mayor del mercado.
Desde entonces el término Neoliberalismo cobijó una tendencia de renacimiento y
desarrollo de las
ideas liberales clásicas, tales como la importancia del individuo, el papel limitado
del Estado y el valor
del mercado libre.
En síntesis y desde una perspectiva moderna, el neoliberalismo puede ser definido
como la
creencia en que la intervención gubernamental usualmente no funciona y que el
mercado
usualmente sí lo hace. El fracaso del gobierno en la consecución de sus metas
(fallo del gobierno) es
predecible y según los neoliberales ha sido confirmado por la experiencia.
El mercado, el intercambio voluntario de bienes y servicios satisfará habitualmente
los requerimientos
de los individuos con mucha mayor eficacia que el gobierno dentro de las
restricciones de recursos
limitados.
En realidad, el neoliberalismo y más precisamente el resurgimiento de las ideas
liberales que
impulsara Friedrich Hayek desde los años cuarenta, ha tenido un contexto
favorable para su
desenvolvimiento en los acontecimientos recientes de la historia mundial. La tesis
del llamado "fin de
la historia", expresión según la cual asistimos al triunfo de la democracia liberal
capitalista y a la
derrota definitiva del marxismo, nos deparará según sus defensores una
expansión del liberalismo
económico y político al que sólo se opondrán determinadas formas de
nacionalismo y religión,
significando un cambio radical en la consideración del papel del Estado como
agente económico,
cuyas funciones básicas se asociaron desde los años treinta a la responsabilidad
de la puesta en
marcha de los mecanismos necesarios para asegurar objetivos como el pleno
empleo de los recursos,
y que tuvo su fundamento teórico en la revolución keynesiana.
Actualmente, el neoliberalismo al oponerse a la intervención redistributiva del
Estado, perpetúa la
desigualdad socioeconómica tradicional y la acrecienta. Este sistema introduce el
criterio de que
solamente el mercado posee la virtud de asignar eficientemente los recursos y
fijas a los diversos
actores sociales los niveles de ingresos.
Se abandonan así los esfuerzos por alcanzar la justicia social mediante una
estructura progresiva de
impuestos y una asignación del gasto publico que privilegie a los demás
desfavorecidos; y se dejan
de lado intentos por la democratización de la propiedad accionaría o la reforma
agraria integral.
Estamos peligrosamente empujados por una cultura que radicaliza la ambición por
poseer,
acumular y consumir, y que sustituye la realización de todas las personas en
comunidades
participativas y solidarias por el éxito individual en los mercados. El neoliberalismo
provoca esta crisis al
llevar a la desaparición el bien común como objeto central de la política y la
economía. El bien
común es sustituido por la búsqueda de equilibrio de las fuerzas del mercado.
B. Diferencia entre Liberalismo y Neoliberalismo
La diferencia principal que se le atribuye con respecto al liberalismo clásico es que
en este el
mercado es considerado el motor del progreso humano. En el liberalismo
económico se entiende que
el libre comercio y las leyes del mercado deben ser salvaguardadas para que la
mano invisible
pueda gobernar en interés de todos.
El neoliberalismo, en cambio, va más allá. Las leyes de los países deben plegarse
al mercado y no al
revés. El poder político no debe, según ellos, tener influencia alguna en los
movimientos de capital y
los negocios de las multinacionales, aunque ello vaya en detrimento del propio
país que lo permite.
Así pues, a diferencia del liberalismo el neoliberalismo rechaza de plano cualquier
política
intervencionista y social que regule en lo más mínimo a las transacciones
internacionales. Se opone a
cualquier medida proteccionista y exige la privatización de las empresas publicas
como único
camino ya que el neoliberalismo presupone que los hechos han demostrado la
invalidez de las
medidas intervencionistas y propugna que el interés particular de cada individuo y
su competición
C. Principios del Neoliberalismo
Los principios ideológicos del neoliberalismo reúnen los antiguos principios del
liberalismo
económico y político del siglo pasado con características propias como el
pensamiento único,
sucesor del postmodernismo filosófico y valedor principal de los llamados
"pensamientos débiles" en
contraposición con aquellas "doctrinas totalizadoras" -como el marxismo- que
intenta encontrar una
explicación general a la existencia humana.
Sus principios fundamentales son:
Orden
Se exige a los gobiernos mantener una situación que no entorpezca los negocios
ni la vida
económica. Se considera alteradores del orden público y subversivos a todos
aquellos que exijan
cosas que estén en contra de los que más tienen.
El orden exige un fortalecimiento del estado: más policías, ejércitos eficaces
-profesionales-,
control de los medios, limitación de derechos, endurecimiento de las leyes, etc. "La
democracia en sí
misma jamás ha sido un valor central del neoliberalismo" (Friedrich Hayek,
ideólogo del
neoliberalismo).
Individualismo
No importan los intereses colectivos, sino los de los individuos. Es más no existe
la colectividad.
El neoliberalismo no cree que uno y uno sumen dos. Siempre va a haber
diferencias irreconciliables
entre uno y otro. Por ello es imposible la lucha de clases.
Tampoco es posible encontrar una explicación global a lo que pasa en el mundo.
El pensamiento
está en crisis. Lo que importan son los hechos. El individuo es el principio y el final
de todas las leyes. La
satisfacción individual -la de los ricos, sobre todo- el sentido de la vida.
En resumen podemos decir que:
"Lo económico prima sobre lo político. Se coloca a la economía en el puesto de
mando
(un marxista distraído no renegaría de este principio); una economía, desde luego,
liberada de la ganga de lo social.
El mercado, cuya mano invisible corrige las asperezas y disfunciones del
capitalismo, y muy
especialmente los mercados financieros, cuyos signos orientan y determinan el
movimiento
general de la economía.
La competencia y la competitividad, que estimulan y dinamizan a las empresas
llevándolas
a una permanente y benéfica modernización.
El libre intercambio sin límites, factor de desarrollo ininterrumpido del comercio y,
por
consiguiente, de la sociedad.