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Juan Boggio
La llegada del Atlante a Cancún trae consigo ciertos temas sobre los que es necesario
reflexionar. Primero considerar que tipo de institución es el Atlante y que objetivos
persigue, segundo que beneficios tendrá Cancún, mejor dicho sus habitantes por
albergarlo.
Era Amateur
El Atlante como institución, ha pasado, como casi todos los equipos de primera división
tres etapas bien diferenciadas. Primero en sus orígenes pasó por la etapa amateur, y se
consolidó como una institución deportiva que logró el respaldo de una cantidad
considerable de aficionados, pues la calidad de su plantel lo hacía ser unos de los
principales contribuyentes a las selecciones olímpicas mexicanas. Aunque no reflejó
dicha calidad en títulos de liga.
Era profesional
Con la década de los cuarenta arranca la liga profesional de fútbol, teniendo al Atlante
como uno de sus fundadores. Es en estos años que logra su primer campeonato y vive
una de sus mejores épocas como institución. Con el triunfo logra lealtad de sus
aficionados, y conforma una buena base dentro de las clases populares, principalmente
los obreros producto de la industrialización. Herencia de esta época es su apodo del
“equipo del pueblo”. Luego entra en períodos de transferencia de la propiedad del
equipo pasando de mano en mano sin lograr éxitos deportivos, siendo adquirido, entre
otros, por el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Departamento del Distrito Federal
y Televisa.
Era televisiva
Desde los noventa hasta el presente, el Atlante y el fútbol profesional en general entran
en una etapa que se caracteriza por equipos que se consideran productos y son dirigidos
como empresas tratando de maximizar la utilidad que debe generar su “marca”. En
México al igual que en casi todos los países, los equipos son guiados por los intereses
de la televisión, y las diferencias entre ricos y pobres se amplían, tanto en jugadores y
equipos como en selecciones. Las estrategias empresariales hacen a los estadios más
pequeños, cuestión que eleva el precio de las entradas y la creación de un nuevo tipo de
seguidor de clase media, bien educado, cosmopolita y con una visión crítica del
espectáculo. Este nuevo seguidor deja de ser un participante para transformarse en un
espectador, que espera ser entretenido por el espectáculo, dejando de ser un leal a un
club para seguir a equipos ganadores que garanticen el show.
Es en esta última era televisiva que el Atlante, con la gran campaña bajo la dirección del
ex técnico de la selección nacional, Ricardo Antonio Lavolpe, sale Campeón mexicano
después de cuarenta y cinco años, pero continuó sin encontrar su lugar de residencia,
pasando por los estadios de “Parque Asturias”, “Olímpico Universitario”, “Azteca”,
“Azulgrana Ciudad de los Deportes”, “Azulgrana Neza 86” y “Corregidora” de
Querétaro. Adicionalmente en estos últimos años el equipo descendió a segunda
división, regresó al primer circuito y ha tenido un nuevo empuje denominado el
renacimiento atlantista.
¿Qué le puede aportar Cancún al Atlante? Sin duda una base de aficionados al fútbol,
no necesariamente al equipo, que lo seguirían para poder ver en vivo partidos de
primera división. Adicionalmente una ciudad tranquila y agradable para desarrollar
proyectos asociados con su desarrollo de marca.
¿Y el Atlante que le debería aportar a Cancún? Se puede hacer una lista interminable de
deseos legítimos de los habitantes de Benito Juárez, entre los cuales podemos suponer
que como empresa aporte plazas laborales, inversión y derrama económica, y como
institución social logre algo que muchos diagnostican como una de las grandes
carencias de la población, identidad y sentido de pertenencia. En este punto es donde se
levantan las grandes expectativas de muchas personas, que el equipo logre operar como
un catalizador entre los inmigrantes y el lugar, que se nutra del emprendedurismo de la
gente y lo manifieste con obra y triunfos, y que si se da el éxito deportivo sirva para
forjar una identidad local, tal como varios equipos y selecciones nacionales han hecho
en otros estados. Baste recordar el resurgir de Alemania después de la segunda guerra y
su participación en el Mundial de 1954 que le dio una nueva identidad y confianza a su
pueblo, o el impacto que causó en un país como Uruguay los dos triunfos olímpicos y
sus dos campeonatos mundiales con el Maracaná como mudo testigo.
A nivel nacional el ejemplo, sin duda es el Club Pachuca, que ha logrado trascender no
sólo a nivel deportivo, sino que a nivel social ha creado una Universidad del Fútbol, y
una gran obra por la juventud de México. Como lista de deseos pondremos la misión y
los objetivos que procura el Pachuca y esperamos que el Atlante (que no los tiene)
intente hacer algo similar.