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Maestría en Educación

ASIGNATURA: Políticas Educativas


Profesor: Guido Vera Hurtado
Estudiante: Ruby Rocío Rosero Muñoz
Cód.: 16612146 - Semestre IV
Grupo: 1
Cuál es el lugar del maestro como sujeto político, frente al desarrollo de la
política educativa en Colombia?

MAESTROS EN EL POSTCONFLICTO O EL CONFLICTO DEL MAESTRO

A lo largo de nuestra historia, el maestro ha evolucionado de ejercer un oficio, en


algunos casos, con gran peso social como cuando existieron los maestros
ambulantes, los alfabetizadores comunitarios, los instructores de programas como
radio Sutatenza , donde los requerimientos académicos eran mínimos en relación
con la gran exigencia moral, particularidades , en consonancia a las expectativas
sociales de la época en la cual la educación solo pretendía ofrecer los
conocimientos necesarios para ser buenos ciudadanos productivos, a ser sujeto
pasivo de la educación mercantilista del estado.

Posteriormente, con la división clasista y alienante de la época, se fue delimitando


el ejercicio docente, cualificando la práctica y afinando la formación del maestro.
Pero igual, siguió siendo el sujeto repetidor de la visión estatal de una educación
ofrecida para cualificar la mano de obra, sin mucha reflexión de las implicaciones
sociales y políticas de tal ejercicio.

En la actualidad, aún no se ha trascendido a un rol de cambio e impacto social.


Seguimos siendo los impartidores de la visión mercantilista, clasista e
inequitativa de la educación. Envueltos en nuevas teorías, en ilusiones de cambio
y en telarañas de “ participación “ y agentes de cambio, seguimos engañados y
engañamos a nuestros alumnos para mantener una sociedad donde solo se
educan a los que detentan el poder económico y social y a los demás se nos
utiliza para perpetuar dicho orden social.

En este contexto, los directivos, somos los líderes, llámese borregos domésticos,
que tras un pretendido poder, implementamos y ejecutamos las nocivas políticas
educativas. Las presiones, la organización y constante inspección de nuestro
quehacer, nos obligan a competir por una mal llamada “calidad educativa”,
asumiendo la obligatoriedad de que nuestra institución cumpla con los
parámetros nacionales e internacionales, contribuyendo así, a mantener la
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ASIGNATURA: Políticas Educativas
Profesor: Guido Vera Hurtado
Estudiante: Ruby Rocío Rosero Muñoz
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inequidad y pobreza de las comunidades usuarias del servicio que ofrecemos. La
autoridad pedagógica, que se nos confiere, nos hace olvidar, que esencialmente
somos educadores y no administradores, y que lideramos un proceso educativo
que debe conducir a un cambio social.

El rol del liderazgo se enmarca en el contexto histórico en el cual se desarrolla,


asumir esta contingencia histórica, es lo que puede hacer la diferencia. Si solo
asumiéramos con una mirada visionaria la implementación de las políticas ,
propiciaríamos la formación de sujetos asumidos como seres históricos, (Marx)
capaces de construir su futuro y de cambiar su entorno social , desde la
perspectiva de la pedagogía liberadora , (Freyre) potenciando el pensamiento,
facilitando el conocimiento crítico y la reflexión, propiciando acciones de cambio y
trasformación, conducentes a modificar sustancialmente las políticas del estado y
poniéndolas al servicio de la sociedad.

En estas circunstancias, trascenderíamos de ser uno más del aparato estatal que
conspira para conservar la inequidad y el orden social establecido por los
organismos internacionales que pretenden que sigamos siendo las fábricas de
mano de obra técnicamente cualificada pero sin conciencia social, seriamos
auténticos líderes de procesos educativos que transformen a las personas y las
comunidades.

El desafío de contribuir a construir un estado social de derecho es grande. Pero


no imposible. Es a través de procesos educativos sanos, participativos,
comunitarios, comprometidos socialmente, que podemos aunar esfuerzos para
lograr sujetos en constante crecimiento personal, que transformen sus familias y
comunidades logrando el desarrollo individual social acorde a las directrices del
estado que nos predica la constitución nacional.

Si vemos a la escuela como la célula social de transformación, podremos liderar


procesos, relaciones, aprendizajes, coherentes con la visión de un país realmente
democrático, critico, evolucionado, en constante aprendizaje, capaz de crear
nuevas y pertinentes formas de enriquecer, desde la perspectiva del desarrollo
humano, a sus participantes y a su entorno social.

En un país golpeado por la violencia, la escuela, el maestro y los directivos, no


podemos ser ajenos al proceso de reconstrucción personal, familiar, comunitaria y
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Profesor: Guido Vera Hurtado
Estudiante: Ruby Rocío Rosero Muñoz
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social que se avecina. Para iniciar, habría que mirarnos cada uno frente a la dura
realidad que hemos vivido y aun vivimos. Sacudirnos y emocionarnos por lo que
ya es cotidiano. Rechazar toda forma de agresión, sobre todo la intelectual e
invisible, que campea en nuestro ámbito educativo. Desaprender patrones que
aún imponen la violencia en casa, en el aula o en la escuela. Establecer relaciones
de pares con todos, compartir los sueños y volvernos constructores de una nueva
realidad.

Para hacerlo, solo falta la voluntad y decisión, no esperamos que el estado, la


sociedad, el jefe, nos diga que hacer. Atrevámonos a ser nosotros mismos, y a
creer en nosotros y en los otros, a arriesgar en lo desconocido, a experimentar
con formas innovadoras y construir por todos y para todos.

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