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DEFINICIÓN DE PRONOMBRES

PERSONALES
Pronombre es un término que procede, etimológicamente hablando, del
latín. Más exactamente emana de la suma de dos partículas latinas: el prefijo
“pro-“, que es equivalente a “delante”, y el sustantivo “nomen”, que puede
traducirse como “nombre”.

Personal, por otra parte, podemos establecer que es una palabra que también
es fruto de la derivación del término latino “personalis”. Este se encuentra
conformado por dos componentes: “persona”, que es sinónimo de “persona”,
y el sufijo “-al”, que viene a significar “relativo a”.

Pronombre es un tipo de palabra sin referente fijo. Los pronombres se


determinan según la relación que entablan con otras palabras que ya se han
nombrado, pudiéndose referir a personas o a cosas extralingüísticas.
Los pronombres personales son aquellos que suelen referirse a
personas, animales u objetos y que no tienen contenido léxico. Estos
pronombres expresan diversas categorías gramaticales, siendo los más
usuales los que indican la persona gramatical. Los pronombres
personales también pueden distinguir el número gramatical (singular o
plural).
“Yo”, “nosotros”, “él”, “tú” y “ustedes” son ejemplos de pronombres
personales. La expresión “Yo soy abogado y trabajo en un estudio jurídico
del centro”tiene sentido según la persona que pronuncia la frase. El
pronombre personal “yo” indica que quien realiza dicho comentario
es “abogado”.
Si una persona quiere comentar que otro sujeto es “abogado” tendrá que
decir, según el contexto, “Él es abogado”, “Tú eres abogado”, etc. Otra
posibilidad es que el hablante sea “abogado” y que quiera incluir en su
expresión a otro colega. En ese caso, puede expresar “Nosotros somos
abogados”, lo que equivale a “Él y yo somos abogados”.
Existen otros datos de interés que también merece la pena conocer acerca de
los pronombres personales. En concreto, estas son las especificaciones más
significativas:
• De la primera persona, están el yo en singular así como el nosotros o el
nosotras en plural.
• Respecto a la segunda persona, se encuentran el tú para el singular y para
el plural dos formas: vosotros y vosotras.
• En referencia a la tercera persona, tendríamos que destacar la existencia de
cuatro formas diferentes para el singular: él, ella, ello y usted. Para el plural,
por otra parte, existen tres modalidades: ellos, ellas y ustedes.
• Se utiliza el pronombre personal específicamente en casos en los que se
desee dejar patente quién es el sujeto y también cuando se quiere dar énfasis
a quién sería el sujeto.
• De la misma manera, de manera generalizada, cuando se habla de un grupo
de personas, lo habitual es emplear la forma masculina del pronombre para
referirse al mismo y sólo recurrir a la forma femenina cuando todas las
integrantes del conjunto son mujeres.
Los pronombres personales también pueden
indicar posesión (como “mío” o “tuyo”) u objetos verbales (“me”, “lo”): “No
te preocupes, Carlos ya me lo dijo”, “¿Ese coche es tuyo?”, “Deja ese
cuaderno que es mío”, “Un primo suyo es futbolista profesional y juega en
Austria”, “Vamos a mi casa para hacer el trabajo de ciencias naturales y
luego tenemos la tarde libre”, “Me gusta tu campera”.

Los pronombres
personales
Suplantan a las tres personas gramaticales y cumplen sus
funciones.
11 de agosto de 2019. Estandarte.com

Qué: Definición, tipos y funciones de los pronombres personales

Pronombre, según el Diccionario de la lengua española, es la “clase de palabras


cuyos elementos hacen las veces del sustantivo o del sintagma nominal y que se
emplean para referirse a las personas, los animales o las cosas sin
nombrarlos”.No tienen un significado semántico propio, sino ocasional porque
cada vez que se emplean pueden referirse a una entidad distinta. De estos, el
personal es el que, según el mismo diccionario, “posee flexión de persona
número y caso y designa a los participantes en el discurso”. Los pronombres
personales hacen referencia a las tres personas gramaticales: primera –la persona
que habla–, segunda –la persona a quien se habla–, y tercera –la que se refiere a
cualquier otra persona o cosa ajeno al diálogo–, y se organizan en dos grupos:
pronombres personales tónicos y átonos.

Pronombres personales tónicos:

Los vocablos tónicos son, como expresivamente explica Álex Grijelmo en su La
gramática descomplicada, “los que siempre ganan a las palabras inmediatas a su
alrededor en la entonación de una frase”.  En el caso de los pronombres
personales tónicos, las funciones que cumplen son:
- sujeto (yo, tú, vos, él, ella, ello, usted, nosotros/as, vosotros/as, ellos, ellas,
ustedes). Como indica la RAE, el español es una lengua de sujeto no obligatorio,
pero hay ocasiones en las que la aparición del sujeto pronominal resulta
imprescindible: por ejemplo, como cuando hay que deshacer las
ambigüedades provocadas porque en determinadas desinencias verbales no hay
diferencias entre personas; cuando se quiere dejar explícito el sexo del
referente; cuando hay una finalidad contrastiva o de énfasis, o cuando con el
“usted” se quiere subrayar la cortesía. Otro aspecto relacionado con el sujeto
pronominal es que cuando las formas de tercera persona él, ella, ellos,
ellas funcionan como sujeto solo pueden referirse a personas, si se trata de cosas
no se emplea ningún pronombre personal explícito (“Ella es bonita” es correcto si
ella se refiera a una niña, por ejemplo, pero no a la casa).

- atributo (yo, tú, vos, él, ella, usted, nosotros/as, vosotros/as, ellos, ellas,
ustedes).

- término de preposición (mí, conmigo, ti, contigo, vos, él, ella, ello, usted, sí,
consigo, nosotros/as, vosotros/as, ellos, ellas, ustedes). Cuando la preposición
que precede a “mí, ti, sí” es CON debe utilizarse los amalgamas conmigo,
contigo o consigo. Si se trata de ENTRE o SEGÚN, se seleccionan las formas
pronominales de sujeto y no las de término de preposición (por ejemplo, “esta es
la diferencia entre tú y yo”).  

La tercera persona del singular es la única que posee una forma específica
con sentido exclusivamente reflexivo: “sí, consigo”, que es invariable en
género y número.

Pronombres personales átonos:

Aquí, volviendo a la clara explicación de Grijelmo, nos encontramos “con los


que pierden la batalla de la intensidad sonora”. Esa falta de independencia fónica,
hace que se pronuncien necesariamente ligados al verbo, como indica la RAE. Y
la misión que cumplen es la de complemento verbal no
preposicional (complemento directo, indirecto o atributo) o parte de un verbo
pronominal.

Se trata de: me y nos (primera persona); te, os (segunda persona); lo/le,


los (tercera persona, complemento directo masculino); la, las (tercera persona,
complemento directo femenino), lo (tercera persona complemento directo o
atributo neutro), le, les, se (tercera persona complemento indirecto), se (tercera
persona forma reflexiva). En la elección de la tercera persona es común caer en
leísmos y laísmos. Te recordamos AQUÍ cómo evitarlo.

A los pronombres átonos se les denomina clíticos; cuando anteceden al verbo,


son los proclíticos y se escriben como palabras independientes (“quizá lo
consiga”) y cuando le siguen se llaman enclíticos y se escriben soldados al
mismo (“dejémonos”, “siéntense”).

Un verbo puede llevar varios pronombres clíticos. Cuando esto ocurre deben
anteponerse o posponerse al verbo siempre en bloque con el orden que establece
esta regla: “los pronombres de segunda persona preceden a los de primera y estos
a los de tercera, salvo a la forma se, que precede a todas las demás (se + 2.ª pers.
+ 1.ª pers. + 3.ª pers.)”, según la RAE.

Las palabras formadas por un verbo y pronombres añadidos se acentúan según


las normas generales con independencia de que la forma verbal que las origina
lleve o no tilde (“mírame” lleva tilde porque es esdrújula, “mira” no la lleva al
ser llana terminada en vocal).

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