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1 Hechos y Actos jurídicos


“ELEMENTOS DE DERECHO” EFRAIN MOTO SALAZAR.

DEFINICIÓN DE LOS HECHOS JURÍDICOS.- La vida humana es una


sucesión de hechos o acontecimientos que se ligan entre sí y cuya existencia
depende, bien de la voluntad humana, bien de circunstancias ajenas a la
misma. Los hechos que se producen en la vida del hombre caen, con
frecuencia, dentro del campo del Derecho, donde producen consecuencias.
Cuando esto ocurre la ley interviene, admitiendo que tales hechos producen
efectos jurídicos.

Lo anterior nos lleva agrupar los acontecimientos de la vida cotidiana en


dos grandes categorías: los que son indiferentes al Derecho, es decir, sin
importancia jurídica, y los que interesan al Derecho, en virtud de las
consecuencias que producen dentro de su propio campo. En el primer caso
tenemos los llamados hechos simples (que no interesan al Derecho); en el
segundo, los hechos jurídicos propiamente dichos, los cuales podemos definir
como los acontecimientos o circunstancias, positivos, o negativos, a los que la
Ley atribuye consecuencias jurídicas. Mediante algunos ejemplos
entenderemos mejor lo dicho.

Supongamos que una persona elige, entre los vestidos de su


guardarropa, el que habrá de ponerse durante el día; es este un acontecimiento
extraño al Derecho (hecho simple), lo propio ocurre cuando decidimos ir al cine
en vez de al teatro, o cuando saludamos o dejamos de saludar a Pedro. En
estos casos, el Derecho no interviene; pero si la persona del ejemplo, en lugar
de ir a su guardarropa va al de Antonio, y sustrae, sin el consentimiento de éste
y sin derecho, un traje para apropiárselo, estamos ante un hecho que sí
interesa al Derecho (hecho jurídico). Si al dirigirnos al teatro nos hacemos
conducir en un automóvil, y si en vez de saludar a Pedro lo insultamos,
también estamos ante hechos de interés jurídicos. En el primer caso se habrá
realizado un delito llamado robo; en el segundo, un contrato de transporte, y en
el tercero, un delito de injurias.

“INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO” EDUARDO GARCÍA MAYNES.

LA NORMA DE DERECHO Y LOS SUPUESTOS JURÍDICOS.- En la


sección 8 de esta obra llegamos a la conclusión de que todo juicio normativo
expresa uno o varios deberes, cuya actualización depende de que se realicen
ciertos supuestos que la misma norma establece. De acuerdo con este
principio, se ha dicho que las reglas que integran el orden jurídico positivo son
imperativos hipotéticos. Sólo que en la frase anterior la última expresión no se
usa en sentido kantiano. Llamamos imperativos hipotéticos a los juicios que
postulan un deber condicionado.
Las normas jurídicas genéricas encierran siempre una o varias hipótesis,
cuya realización da nacimiento a las obligaciones y los derechos que las
mismas normas, respectivamente, imponen y otorgan. Encontramos aquí una
diferencia capital entre los supuestos morales y jurídicos. Los primeros
condicionan la producción de deberes; los segundos, al realizarse, engendran
deberes y derechos. O, como dice Petrasizky: las normas morales son
imperativas, las jurídicas tienen carácter imperativo-atributivo.

Según kelsen, la estructura lógica de éstas puede resumirse así: “en


determinadas circunstancias, un determinado sujeto debe observar tal o cual
conducta; si no la observa, otro sujeto, órgano del Estado, debe aplicar al
infractor una sanción”.

El enunciado corresponde, según el jurista vienés, a la norma jurídica


completa o total, y se descompone en dos proposiciones parciales. No estamos
de acuerdo con esta doctrina kelseninana porque, según lo dijimos en otro
lugar, ciertas normas jurídicas carecen de sanción. Ahora bien: si se acepta la
existencia de preceptos jurídicos no sancionados, tendrá que admitirse
igualmente que la fórmula: Si A es, debe ser B, enuncia una regla jurídica
completa. Además, necesario será reconocer que la segunda norma, para
merecer el calificativo de jurídica, tendrá que encontrarse sancionada por una
tercera, y ésta por otra, y así independientemente. Lo dicho no excluye la
posibilidad de que dos preceptos se encuentren ligados entre sí de tal manera,
que el incumplimiento de los deberes impuesto por uno de ellos constituya el
supuesto jurídico del otro. La relación de este tipo no es, empero, necesaria.

Los autores modernos no suelen emplear el término supuesto jurídico.


Prefieren la denominación tradicional hecho jurídico (fait juridique, fallo
giuridico, tatbestand). El profesor Fritz Schreirer usa también esta última, a
pesar de que en su opinión, es incorrecta. La terminología usual fomenta la
confusión entre el supuesto de derecho, como hipótesis contenida en una
norma, y el hecho de la realización de tal hipótesis. Aclararemos lo dicho por
medio de un ejemplo. El artículo 67 de la nueva Ley Federal del Trabajo, en su
párrafo segundo, prescribe que “las horas de trabajo extraordinario se pagarán
con un ciento por ciento más del salario que corresponda a las horas de la
jornada”. El supuesto de tal prescripción es que un obrero labore un número de
horas mayor que el señalado para el correspondiente tipo de jornada (diurna,
nocturna o mixta). Trátase de una hipótesis normativa, que no debe ser
confundida con el hecho real de que tal o cual trabajador trabaje tal o cual
número de horas extraordinarias al servicio de tal o cual patrón.

El supuesto es comúnmente definido como un hecho que produce un


efecto jurídico. De acuerdo con esta definición, el género próximo del concepto
que examinamos es la noción de hecho. Constituye sin embargo un grave error
creer que los supuestos jurídicos refieránse, en todo caso, a acontecimientos
reales provistos de consecuencias normativas. Para demostrar el equívoco de
la teoría tradicional examinaremos con mayor detenimiento qué entienden los
autores por la palabra hecho, Enzo Enriquez dice que se trata de “cualquiera
transformación de la realidad”. Otros juristas hablan de una “transformación del
mundo exterior”. En estas definiciones hállase implícita la idea de que un hecho
es un suceso temporal y especialmente localizado, que provoca, al ocurrir, un
cambio en lo existente. Declárase que cuando la ley enlaza a un acontecer de
esta especie consecuencias normativas, aquél se transforma en hecho jurídico.
La teoría es de una seductora sencillez, mas no explica o, mejor dicho, parece
ignorar, la existencia de numerosos supuestos que no aluden a hechos reales,
es decir, a modificaciones del mundo externo insertas en el espacio. Ciertos
supuestos jurídicos están constituidos por realidades de otra índole, a las que
sólo impropiamente podemos dar el nombre de hechos. Puede tratarse, por
ejemplo, de un derecho subjetivo que desempeñe el doble papel de
consecuencia y supuesto en diferentes relaciones. O bien, de una situación
jurídica o un derecho subjetivo no son hechos, ni transformaciones de la
realidad, ni se hallan tampoco espacialmente circunscritos. Sin embargo,
condicionan el nacimiento de facultades y deberes. El artículo 34 de la
Constitución Federal, verbigracia, dice que “son ciudadanos de la República los
varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan además, los
siguientes requisitos; I) Haber cumplido 18 años y II) Tener un modo honesto
de vivir”. La disposición anterior revela que la nacionalidad es, en nuestro
derecho, uno de los supuestos condicionantes de la ciudadanía. Ahora bien: la
nacionalidad no es un hecho natural, sino una situación jurídica. Es cierto que
ésta se encuentra condicionada por una serie de hechos; pero también es
verdad que no se confunde con ellos. Un ejemplo más: el derecho del dueño de
un parque, de elegir entre pasear o no pasear por éste (derecho de libertad),
tiene como supuestos otro derecho de aquél, el de propiedad sobre el
inmueble. No sería correcto, sin embargo, considerar como hechos reales las
facultades del propietario.

Conviene, en consecuencia, substituir la denominación hasta ahora


empleada por el término supuesto jurídico y reservar el nombre de hechos
jurídicos para los que realizan los supuestos normativos. El supuesto es uno de
los elementos integrantes del precepto de derecho, y su importancia es capital,
ya que señala los requisitos que condicionan las facultades y deberes
establecidos por el mismo precepto. En este punto no podemos dejar de
subscribir la tesis defendida por Korkounov, según la cual toda norma jurídica
genérica consta de dos partes, hipótesis y disposición. La primera coincide con
lo que nosotros llamamos supuesto jurídico, y puede definirse como el conjunto
de condiciones de cuya realización depende la vigencia de la segunda. Esta
última indica qué consecuencias normativas se encuentran determinadas por la
realización del supuesto. Tomando en consideración las definiciones
propuestas por el jurista ruso, pensamos que no hay inconveniente en usar
como sinónimos los tecnicismos supuesto jurídico e hipótesis jurídica. La
denominación condición jurídica, que utilizan algunos juristas germánicos, se
presta a confusiones, en cuanto generalmente ha sido aplicada a una categoría
especial (condiciones suspensivas, modificativas, resolutorias). Tampoco
creemos recomendable la terminología de Francesco Invrea. Al referirse este
autor a los supuestos de derecho les da el nombre de títulos jurídicos. La citada
expresión es equívoca, pues, como el mismo jurista lo reconoce, posee dos
significaciones enteramente diversas: en una primera acepción quiere decir
“hecho constitutivo de un derecho” o “causa eficiente de éste”; en un segundo
sentido, equivale a documento probatorio. Por otra parte, suele aplicarse
solamente a los hechos constitutivos de derechos, no a los condicionantes de
obligaciones.

SUPUESTOS JURÍDICOS Y CONSECUENCIAS DE DERECHO.-


Hemos definido el supuesto jurídico como la hipótesis de cuya realización
dependen las consecuencias establecidas por la norma. La citada definición
revela el carácter necesario del nexo entre la realización de la hipótesis y los
deberes y derechos que el precepto respectivamente impone y otorga. Las
consecuencias a que da origen la producción del supuesto pueden consistir en
el nacimiento, la transmisión, la modificación o la extinción de facultades y
obligaciones.

Mucho se ha discutido acerca de la índole del vínculo que une los


supuestos y las consecuencias normativas. Algunos autores lo comparan al
que existe entre las causas y los efectos, en el ámbito de la naturaleza.
Veamos qué enseñanzas puede ofrecernos ese paralelo.

Según el físico alemán Helmholtz, la ley natural establece que “a


determinadas condiciones (que en cierto respecto son iguales), se hallan
necesariamente unidas determinadas consecuencias (que en otro cierto
respecto también son iguales)”. Expresado en otro giro: al presentarse la
causa, el efecto prodúcese fatalmente, si las condiciones que la ley enuncia no
varían.

Parafraseando la fórmula de Helmholtz podría decirse que toda norma


estatuye que a determinados supuestos (que en cierto respecto son iguales),
impútanse determinadas consecuencias (que en otro cierto respecto también
son iguales).

¿Qué diferencia hay entre los dos enunciados?... Desde el punto de


vista gramatical, ninguna. Trátase de juicios expresados hipotéticamente. Pero,
en tanto que el primero alude a un nexo necesario entre fenómenos, el
segundo se refiere al enlace normativo de una hipótesis y una o varias
consecuencias de derecho. El efecto sigue a la causa de manera ineluctable; la
consecuencia jurídica debe en todo caso enlazarse a la realización del
supuesto, aunque, de hecho, puede ocurrir que aquélla no se produzca.
Un par de ejemplos aclararía lo dicho. La física enseña que si
sometemos un cuerpo a la influencia del calor, aumentará de volumen. He aquí
una ley natural que, para mayor sencillez, la hemos expresado al estilo de
Helmholtz, es decir, en forma hipotética. El Código Civil del Distrito Federal
prescribe, también hipotéticamente, que si alguien descubre un tesoro en
terreno ajeno, tendrá derecho a la mitad del tesoro, y estará obligado a
entregar el resto al dueño del predio. Obsérvese cómo, en ambos ejemplos, se
trata de sendas suposiciones. El físico dice “si un cuerpo es sometido a la
influencia del calor…”; la norma jurídica ordena: “si alguien encuentra un tesoro
en terreno ajeno…” Las dos hipótesis son posibles, aun cuando lo último
resulte mucho más difícil. Imaginemos que dichas hipótesis se realizan. Una
persona coloca un termómetro sobre una flama. El calor provocará
necesariamente la dilatación de la columna de mercurio. Si el experimento se
repite un millón de veces, la ley natural quedará confirmada otras tantas.
Segundo ejemplo: un hombre descubre un tesoro en un predio que no le
pertenece. Si la hipótesis anterior se presentase un millón de ocasiones, es
seguro que las consecuencias jurídicas del hallazgo no quedarían cumplidas en
todos los casos. Esto es obvio, las consecuencias de un determinado supuesto
deben ser realizadas siempre por el sujeto del deber; pero es posible que el
obligado no proceda de acuerdo con lo prescrito.

De lo anterior se infiere otra diferencia capital entre leyes naturales y


normas jurídicas: el efecto de una causa puede ser un fenómeno puramente
natural, independientemente de la actividad humana (la caída de un cuerpo,
por ejemplo); las consecuencias jurídicas, en cambio, consisten en
obligaciones o derechos es decir, en exigencias o facultades que únicamente
tienen sentido relativamente a las personas.

LA LEY DE CAUSALIDAD JURÍDICA.- Siguiendo el paralelo entre ley


natural y norma, Fritz Schreier habla de la ley de causalidad jurídica, que puede
expresarse así: no hay consecuencia jurídica sin supuesto de derecho. O, en
otra forma: toda consecuencia jurídica hállase condicionada por determinados
supuestos. (Aludimos a la oposición entre necesidad condicionada y deber
condicionado, que corresponde a la distinción entre reglas técnicas y preceptos
jurídicos).

La ley de causalidad jurídica posee el siguiente corolario: si la condición


jurídica no varía, las consecuencias de derecho no deben cambiar. Todo
cambio en las condiciones jurídicas determina una modificación en las
consecuencias.

¿Hasta qué punto es correcta la terminología forjada por Schreier?...


¿Son de la misma índole la relación que une las causas y los efectos, en el
ámbito de la naturaleza, y la que media entre el condicionante y las
consecuencias, en la esfera jurídica?... Hay que advertir, desde luego, que en
el primer caso se trata de un vínculo entre fenómenos naturales y, en el
segundo, del enlace entre la realización de una hipótesis y determinados
hechos y deberes. La semejanza que las dos relaciones ofrecen estriba en su
carácter necesario; pero una es relación entre hechos, en tanto que la otra es
puramente normativa. Recuerde el lector la disposición del Código Civil según
la cual, cuando los perros de caza penetran en un terreno ajeno y causan
daños en dicho terreno, el cazador está obligado a indemnizar al dueño del
predio. Supongamos que la hipótesis que esa norma establece se realiza.
Tendremos entonces que distinguir con todo cuidado:

1. El supuesto jurídico, como simple hipótesis.


2. La realización de ésta.
3. La actualización de las consecuencias de derecho (obligación del
cazador de indemnizar al dueño del terreno; derecho del dueño a la
indemnización).
4. La realización o no realización de las consecuencias jurídicas
(cumplimiento del deber de indemnizar y ejercicio del derecho
correlativo).

La relación entre el supuesto jurídico y su realización efectiva es


contingente. Esto significa que la existencia de la norma no determina el hecho
de la realización del supuesto. La hipótesis de que los perros de caza penetren
en un terreno ajeno y causen tales o cuales daños, puede realizarse o no
realizarse.

El enlace entre la realización del supuesto y la producción de las


consecuencias jurídicas es, en cambio, necesario. Expresado de otro modo: al
realizarse la hipótesis normativa (es decir, cuando los perros de un cazador
entran en un terreno de otra persona y causan daños), ipso facto queda aquél
obligado a indemnizar al dueño del predio, y esto adquiere el derecho de exigir
que se le indemnice.

Por último: el vínculo entre las consecuencias de derecho y su


realización efectiva es contingente, ya que el cazador puede (aunque no deba)
dejar de cumplir con su obligación, y el dueño abstenerse de ejercitar su
derecho. La existencia de un deber jurídico no implica su observancia, ni la
adquisición de un derecho determina en todo caso su ejercicio. Es posible tener
obligaciones y no cumplirlas, o tener derechos subjetivos y no hacerlos valer.

ENLACE CAUSAL

Hecho A…………………………Hecho B.

(Causa) relación necesaria (Efecto)


“INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO” LIBIA REYES MENDOZA.

HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS

El presente capítulo tiene como finalidad que el alumno comprenda la


clasificación de los hechos y los actos jurídicos, toda vez que hay que
identificar las consecuencias que produce el actuar o no actuar de los hombres
y sus consecuencias.

Según la doctrina francesa, los hechos y actos jurídicos se clasifican de


la siguiente manera:

La doctrina francesa señala que los hechos jurídicos pueden consistir en


hechos o estados de hecho independientemente de la actividad humana, o en
acciones humanas voluntarias o involuntarias. Cita como ejemplos de éstos los
puramente naturales: el nacimiento, la mayoría de edad o la muerte de las
personas.
Menciona además que las acciones humanas se dividen en lícitas e
ilícitas, según sean conformes o contrarias a las normas de derecho. Cuando
las acciones sean de una persona son lícitas y su finalidad es la creación, la
transmisión, la modificación o la extinción de obligaciones y derechos, reciben
el nombre de actos jurídicos, éstos pueden ser unilaterales o bilaterales.

SUPUESTOS JURÍDICOS

El supuesto es uno de los elementos integrantes del precepto de derecho, es la


hipótesis de cuya realización dependen las consecuencias establecidas por la
norma.

Las consecuencias de la norma son el nacimiento, la transmisión, la


modificación o la extinción de facultades y obligaciones (el hacer o no hacer
determinadas conductas).

CONCEPTO DE HECHOS JURÍDICOS

El Código Civil del Estado de México, define al hecho jurídico, como:

Hecho jurídico es el acontecimiento natural o humano, voluntario o involuntario


que sea supuesto por una disposición legal, para producir consecuencias de
derecho para crear, transmitir, modificar o extinguir derechos o deberes
jurídicos o situaciones jurídicas concretas.

Para los efectos de este ordenamiento se entiende que:

I. Los hechos jurídicos realizados sin la participación o sin la acción del


hombre, son los fenómenos de la naturaleza que producen consecuencias de
derecho.

II. Los hechos jurídicos efectuados con la participación del hombre se


denominan biológicos, y son los relacionados con éste en su nacimiento, vida,
capacidad o muerte.

III.- Los hechos jurídicos realizados con la acción del hombre son voluntarios,
involuntarios y contra la voluntad.

En sí, el hecho jurídico es todo acontecimiento natural o del hombre,


voluntario o involuntario, lícito o ilícito que produce consecuencias de Derecho,
pero sin la intención de producirlas.

Los acontecimientos provenientes del hombre como de la naturaleza,


producen consecuencias de derecho, pero no existe la intención de producirlas,
así en el ejemplo del delito de homicidio existió la voluntad de privar de la vida
a una persona pero el homicida no tuvo la intención de producir las
consecuencias previstas en la norma, esto es, recibir la sanción
correspondiente.

CONCEPTO DE ACTOS JURÍDICOS

El Código Civil del Estado de México define al acto jurídico como toda
declaración o manifestación de voluntad hecha con el objeto de producir
consecuencias de derecho.

Ahora bien, el acto jurídico es la manifestación de la voluntad de una o


más personas con la intención de producir consecuencias de derecho, esto es,
crear, transmitir, modificar o extinguir derechos y obligaciones, reconocidas por
el ordenamiento.

Las consecuencias del acto jurídico son las que adquieren derechos y
contraen o imponen obligaciones, como los ejemplos que a continuación se
verán.

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