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El suelo reforzado es una técnica donde los elementos resistentes a tensión son
colocados en el interior del suelo para mejorar su resistencia y controlar las
deformaciones, las fuerzas de tensión actúan como una restricción a los movimientos
del suelo y por lo tanto mejoran la capacidad de carga y soporte. El resultado final es un
"material compuesto” que tiene una resistencia al corte significativamente más grande
que la masa sola del suelo.
• La inclusión de los refuerzos en el suelo, que mejora la resistencia al corte del relleno,
controla las deformaciones y por tanto su capacidad estructural.
• La inclusión de los refuerzos permite usar suelos de baja calidad y que pueden ser
utilizados como componentes estructurales de un sistema de confinamiento, retención y
cimentación, produciendo un "mejoramiento del terreno".
• Se recuperan áreas que por sus características topográficas, morfológicas y
geotécnicas no podrían ser usadas sino sólo mediante la construcción de estructuras
grandes y costosas.
• Los tiempos de construcción se reducen y las soluciones permiten el uso de materiales
locales y maquinaria utilizada en la construcción común ó vial de tamaño mediano y
con un resultado final compatible con el medio ambiente, lo que se logra mediante la
incorporación de elementos naturales, decorativos y de mejoramiento estético.
Las aplicaciones actuales de los sistemas con suelo reforzado se han extendido a un gran
número de situaciones, entre las más importantes están justamente las siguientes:
terraplenes de carreteras, accesos a puentes, diques de tierra, rellenos sanitarios,
contención de rellenos, estabilización de taludes y de excavaciones, recuperación de
áreas para plataformas de desarrollos industriales y residenciales, desarrollo de áreas
recreacionales, construcciones en fuertes pendientes y otras.
Los MPRR permiten paredes verticales que habilitan el 100% del área a ser construida,
y permiten la construcción de casi todo tipo de estructura directamente sobre la zona del
relleno reforzado.
Son los elementos de cara que permiten el confinamiento y soportan parte del empuje
lateral del suelo y de las cargas superiores que están siendo retenidas. Cada placa es
prefabricada, con hormigón armado de resistencia f’c = 240 kg/cm², acero de refuerzo
de fy = 4.200 kg/cm², de malla electro soldada y ganchos protegidos contra la corrosión
embebidos en el hormigón, que sirven para unir la placa con la geomalla. Las placas
tienen bordes machihembrados ó dentados, para dar trabe entre ellas, las medias placas
son similares a las enteras pero sin los ganchos de unión, las placas son de forma
hexagonal ó cuadrada de 0.25, 0.50 y 1.0 m² de área.
Las geomallas son tanto el refuerzo del relleno como el anclaje para cada placa, son del
tipo uniaxial, fabricada en polietileno de alta densidad y resistencia, y seleccionadas
para que trabajen a una resistencia al 2% ó al 5% de elongación en una rango de 15 a 40
kN/m, la resistencia, longitud y ancho de cada banda de geomalla se la define del
análisis de estabilidad y del diseño.
La cimentación de los MPRR, puede ser de varios tipos: (1) cama de grava o suelo-
cemento compactado, (2) zócalo de mampostería de piedra, (3) zócalo de hormigón
simple ó ciclópeo ó (4) cadena de hormigón armado. Estas formas de cimentación
permiten la colocación de la primera hilera de placas de forma nivelada tanto en
horizontal como en vertical.
La cadena ó el zócalo de cimentación tienen una ranura longitudinal para alojar el diente
de la placa ó varillas cortas verticales para el arranque vertical de las placas, este tipo de
cimentación no representa un elemento estructural, ya que la estabilidad interna y
general del muro no depende de ella, como en otras estructuras de contención y
retención.
El control y disposición del agua de infiltración al relleno se lo hace con un filtro – dren
de grava vertical, instalado en toda el área posterior a la pantalla de placas. Este tiene un
espesor mínimo de 20 cm, y puede ó no estar conectado a un dren inferior. El dren
inferior puede ser una zanja rellena de la misma grava con una ligera pendiente, ó un
dren con tubo perforado recolector embebido en material granular, en varias ocasiones,
como en el caso de muros interiores de edificios se ha utilizado geodrenes compuestos.
3. ANÁLISIS DE ESTABILIDAD
También existen programas que usan el método de los elementos finitos, pero se los
utiliza en programas investigativos de estos sistemas constructivos.
4. Método constructivo
El MPRR posterior a las casas, permitió recuperar un área de terreno para los patios
posteriores en un área aproximada de 50 m² para cada una y también se logró estabilizar
el terreno, en el borde superior de la quebrada San Francisco, que en este sitio tiene una
pendiente de 70º y una profundidad aproximada de 80 m. El muro tiene una longitud de
60 m, y una altura variable entre 3 y 5 m, fue construido a un menor costo que los
muros - cajón de hormigón armado proyectados inicialmente.
La calle colindante donde está ubicado el colegio, se encuentra a lo largo del borde
superior de un talud de 45 m de altura y fuerte pendiente, primero se contrató un muro
de gravedad de hormigón ciclópeo con contrafuertes, el que no pudo ser concluido ya
que este falló por volcamiento y deslizamiento, produciendo daños severos a las aulas
del pie del talud.
El muro fue la alternativa a uno de hormigón armado, y fue construido a un costo menor
en 30% y en un tiempo de 4 semanas. Este muro permitió la recuperación del terreno y
la construcción de 1 casa de dos pisos en la parte superior dando solución al conflicto
con la construcción vecina.
Ø Otras construcciones:
En varios otros lugares tales como la carretera Otavalo – Selva Alegre, se construyó un
MPRR, para ensanchar en 4 m la vía y estabilizar un talud deslizado.