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Capítulo 3

La Demanda y la Oferta
Introducción
El análisis de la oferta y la demanda puede aplicarse para comprender una amplia
variedad de cuestiones económicas como, por ejemplo, la influencia que tienen
determinados cambios de la economía internacional en el precio y la producción de
ciertos mercados, conocer los efectos sobre el consumo y la producción de la
aplicación de medidas de política pública como el control de precios, los programas de
incentivos a la producción de ciertos bienes, la aplicación de impuestos al consumo, o
las subvenciones, la imposición de aranceles o cuotas sobre las importaciones.

En este capítulo comenzaremos estudiando cómo se utilizan las curvas de oferta y


demanda para describir el mecanismo de mercado sin intervención del Estado.
Veremos que la oferta y la demanda determinan en condiciones de equilibrio tanto el
precio como las cantidades producidas. No obstante, el comportamiento de las mismas
estará influenciado en muchos casos por la evolución de la actividad económica
agregada y de los costos de los insumos, por ejemplo.

También utilizaremos las curvas de oferta y demanda para comprender el


comportamiento de los mercados de algunas materias primas que por sus
características están sujetas a amplias fluctuaciones de precios; comprenderemos por
qué los anuncios de política económica o las estimaciones del nivel de actividad futura
pueden influir en los mercados antes de su aplicación, etc.

En el caso de la demanda veremos que las preferencias del consumidor son, en parte,
las que determinan la demanda de los bienes, mientras que los costos de las
empresas son los que inciden en la oferta de los mismos. Por ejemplo, el incremento
de precios de los combustibles se produjo por el aumento de los costos de producción
que actuaron contrayendo la curva de oferta y modificando no solo el precio de los
combustibles sino también las cantidades vendidas. Del mismo modo, en el caso de la
demanda, un cambio en las preferencias de los consumidores por las frutillas afectará
la demanda de ese bien y, por ende, el precio y las cantidades de equilibrio. Lo mismo
ocurre en el resto de los mercados: los cambios en la oferta y la demanda conduce a
modificaciones en las cantidades transadas y en los precios, e impactan en los
mercados relacionados.

Comenzaremos estudiando la curva de demanda y luego la curva de oferta.


Comprender el comportamiento de la oferta y la demanda implica entender buena
parte del funcionamiento de la economía de mercado.

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La Curva de Demanda
La función de demanda o curva de demanda es la relación establecida entre el precio y
la cantidad comprada de un bien por los consumidores, e indica cuánto están
dispuestos a adquirir los consumidores de un bien cuando varía el precio unitario del
mismo. Matemáticamente esta relación entre el precio y la cantidad demandada se
expresa de la siguiente forma: Qd=Qd (P)

En el gráfico 3.1 se representa la curva de demanda del bien x, D x, que tiene pendiente
negativa. Ello se debe a que los consumidores están dispuestos a comprar mayores
cantidades del bien a medida que su precio disminuye, por ejemplo una reducción del
precio de las frambuesas puede incentivar a los consumidores que ya compraban
frambuesas a consumir cantidades adicionales. Por otra parte, otros consumidores que
antes no tenían acceso al bien debido a su precio, pueden comenzar a comprarlo.

Por el contrario, cuanto mayor es el precio del bien x, menor es la cantidad demandada
del mismo. Hay dos razones por las cuales cuanto aumenta el precio de un bien las
cantidades disminuyen. En primer lugar, los demandantes del bien tienden a
reemplazarlo por sustitutos cercanos; y por otra parte, un precio más alto reduce la
cantidad que los compradores están dispuestos a adquirir debido a que el ingreso de
que disponen les resulta insuficiente para continuar comprando la misma cantidad. Ello
significa que cuando el precio aumenta los consumidores experimentan una pérdida de
poder adquisitivo de su ingreso.
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Esta propiedad de la Curva de demanda se la denomina ley de la Demanda. La curva
de demanda que se muestra en la figura 3.1 es lineal, aunque las curvas de demanda
en general no tienen por qué tener esa forma. Como se observa, el precio se sitúa en
el eje de ordenadas del gráfico, ése es el precio real del bien, es decir el precio del
bien en relación al precio de los demás bienes.

Para comprender mejor este concepto, examinemos el comportamiento de un mercado


específico. Por ejemplo, el mercado de trigo de Rosario de fecha 16 de diciembre de
2015. El análisis consiste en explicar, tanto el precio del trigo por tonelada (tn.), como
la cantidad comercializada, también expresada en tn. La curva de demanda expresa la
relación matemática que establece cuántos compradores de trigo están dispuestos a
comprar X toneladas de trigo a los distintos precios posibles (permaneciendo todo lo
demás constante).

Como mencionamos antes, en el gráfico 3.2 el precio se ubica en el eje de ordenadas,


ése es el precio real del trigo al 16 de diciembre de 2015. La cantidad demandada
aumenta conforme baja el precio del producto y disminuye cuando el precio del
producto aumenta, de ahí la pendiente negativa de la curva de demanda. Aunque en el
Capítulo 4 veremos que teóricamente es posible que una curva de demanda tenga
pendiente positiva, en la práctica casi nunca se observan excepciones de ese tipo.
La cantidad que los consumidores están dispuestos a adquirir dependen de otras
cosas además de su precio, como puede ser el ingreso o el precio de los bienes
relacionados (sustitutos o complementarios). Entonces, si consideramos todas las

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variables de las cuales depende la función de demanda de un bien X, la misma se
expresa de la siguiente manera: Qd = Qd (p1, p2, Y, G), donde p1 es el precio del bien X,
p2 es el precio de los bienes relacionados (sustitutos y complementarios), Y es el
ingreso y G es el gusto o las preferencias de los consumidores. Veamos que ocurre
cuando se modifica p2, Y o G.

Desplazamientos de la curva de demanda : recordemos que la curva de


demanda expresa las cantidades que un individuo está dispuesto a adquirir de un bien
a cada uno de los precios de mercado. Una modificación en el precio del bien implicará
el cambio de las cantidades demandadas, esto se representa como un movimiento
sobre la curva de demanda del bien. Por ejemplo, ante una reducción del precio de p1
a p2, las cantidades demandadas aumentarían de q1 a q2. Sin embargo, cuando se
modifica el ingreso de los individuos (Y), o el precio de los bienes relacionados, o los
gustos de las personas, esto se graficará como un desplazamiento de la curva de
demanda. Analizaremos algunos de los casos mencionados introduciendo
modificaciones en las variables consideradas. A tales efectos, recordemos que
estaremos realizando ejercicios de estática comparativa, por lo cual cuando
modificamos una variable consideramos que el resto de las variables permanecen
constantes. Comencemos con un aumento en el nivel de Ingresos

Aumento en el nivel de Ingresos : Como se observa en la figura 3.3 si aumenta el


nivel de ingresos, manteniéndose constantes el resto de las variables, el resultado será
un traslado de la curva de demanda hacia la derecha.

Si el precio fuera p1, entonces las cantidades demandadas aumentarían de q1 a q2


como consecuencia del aumento del nivel de ingreso de los consumidores. El
desplazamiento de la curva de demanda de D a D´ significa que los consumidores

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estarán dispuestos a comprar más unidades del bien X a cada uno de los precios de
mercado.

El mismo análisis se puede realizar fijando las cantidades en Q1, en ese caso es de
suponer que el precio que estarían dispuestos a pagar los consumidores sería más
alto, por ejemplo, P2 en lugar de P1 debido a que disponen de un ingreso mayor.
Observamos nuevamente que la curva de demanda se desplaza hacia la derecha.
Para referirnos a los desplazamientos de la curva de demanda se reserva la expresión
variación de la demanda; mientras que, para describir un movimiento a lo largo de la
curva de demanda utilizamos el término variación de la cantidad demandada.

Bienes sustitutivos y complementarios . Las cantidades demandadas de un bien


están sujetas a las variaciones de los precios de los bienes relacionados, ya sea que
se trate de bienes sustitutivos o complementarios. Los bienes sustitutivos son
aquellos que cuando sube el precio de uno de ellos, genera un aumento de la cantidad
demandada del otro bien. Por ejemplo, pensemos en la posibilidad de viajar en avión a
un determinado destino o en ómnibus, cuando sube el precio de los pasajes de avión
aumentará la demanda de pasajes en ómnibus a ese destino. Otro ejemplo es el
consumo de carne vacuna y carne de pollo. La mayoría de los consumidores reducen
las compras de uno de los bienes y aumentan las cantidades consumidas del otro,
cuando alguno de ellos experimenta una variación en el precio.
Los bienes complementarios son aquellos que se consumen juntos, en este caso
cuando el precio de un bien aumenta, las cantidades consumidas del otro bien
disminuyen. Por ejemplo, un aumento en el precio de los combustibles produce una
reducción de los viajes en automóvil. Lo mismo ocurre con las computadoras y los
programas informáticos; el avance tecnológico hizo que las computadoras personales
se volvieran más accesibles y el descenso de su precio generó un aumento de la
cantidad demandada de paquetes informáticos.

El desplazamiento hacia la derecha de la curva de demanda de la Figura 3.3 si bien lo


utilizamos para explicar un aumento del nivel de ingreso, también podríamos utilizarlo
para explicar el aumento del precio de un bien sustitutivo o el descenso del precio de
un bien complementario o un aumento en los gustos o preferencias de los
consumidores por dicho bien.

La Curva de Oferta
La curva de oferta se relaciona con los vendedores y muestra la cantidad que los
productores están dispuestos a ofrecer de un bien a un precio dado, manteniendo
constantes los demás factores que pueden afectar la cantidad ofrecida. La curva de
oferta se caracteriza porque la cantidad ofrecida aumenta conforme aumenta el precio
del producto. Esta particularidad se denomina ley de la oferta.
Para que un oferente esté dispuesto a ofrecer su producto, el precio debe cubrir el
costo de producirlo o adquirirlo. Como veremos más adelante el costo de producción

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de un bien aumenta a medida que la empresa produce más unidades 1, en este caso
solo es rentable aumentar la producción si suben los precios, o si la empresa logra
introducir una mejora tecnológica, modifica la organización del proceso productivo,
genera mejoras en el manejo de los factores de producción, de forma tal la firma pueda
expandir la producción sin incrementar los costos variables. Resulta oportuno aclarar
que estamos haciendo referencia a la curva de oferta de mercado de corto plazo.

La curva de oferta que se presenta en la figura 3.4. es una línea recta con pendiente
positiva siendo éste gráfico solo una generalización, pues la curva de oferta puede
adoptar otra forma. En el eje de ordenadas se muestra el precio que reciben los
productores por una determinada cantidad ofrecida; mientras que el eje de abscisas se
expresa la cantidad total ofrecida Q en unidades por período.

La función que establece la relación entre la cantidad ofrecida y el precio es la


siguiente:

Qs = Qs (P)

Por otra parte, un aumento del precio puede alentar a las empresas existentes a
aumentar la producción contratando más trabajadores o mediante la autorización de
horas extras al personal. También puede animar a las a expandir la capacidad
instalada de las empresas existentes en el mercado y animar a otras nuevas a ingresar
al mismo.

1 Los costos a los que hacemos referencia en este caso se denominan costos variables, y son los que
varían a medida que varía el nivel de producción. Luego están los costos fijos que son aquellos que se
vinculan a gastos que debe afrontar la empresa independientemente de la cantidad que produzca. Estos
se refieren, por ejemplo, a contratos que la firma debe cumplir por determinado período de tiempo (gastos
de mantenimiento de máquinas, edificios o ascensores, seguros, alquileres, etc.) y que no están
relacionados con el nivel de producto.
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Otras variables que afectan la curva de oferta. La cantidad que los productores
están dispuestos a vender depende de otras variables además del precio, como
pueden ser los costos de producción entre los que podemos mencionar el costo de las
materias primas, los gastos de mantenimiento de las maquinarias y equipos, los
salarios, la introducción de mejoras tecnológicas. La figura 3.5 muestra la curva de
oferta S que corresponde a determinados valores que pueden adquirir estas variables.
Una modificación de los valores de una de estas variables provocará un
desplazamiento de la curva de oferta S. Veamos como es el proceso. Debemos
señalar que realizaremos un ejercicio de estática comparativa, ello quiere decir que el
cambio en las variables se realizará de a una por vez, manteniendo el resto constante.

Supongamos, por ejemplo, una reducción del costo de las materias primas. Esto
significará que el costo de producir la cantidad q1 será menor y, por lo tanto, aumentará
el margen de ganancia de las empresas, incentivándolas a aumentar la producción al
precio vigente P1. La figura 3.5 muestra que antes de la reducción del costo de los
insumos, al precio P1 se producían q1 unidades; a partir de la disminución del costo de
producción, al mismo precio la cantidad ofertada aumenta. Como vemos, la producción
aumenta independientemente de cuál sea el precio de mercado desplazándose toda la
curva de oferta hacia la derecha de S a S´.

Otra forma de explicar el efecto de una reducción de costos es suponer que las
empresas continuarán ofreciendo q1, aunque ahora pueden hacerlo a un menor precio
debido a la reducción de costos.

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Como vimos la respuesta de las cantidades ofrecidas a las variaciones en el precio se
representan mediante desplazamientos a lo largo de la curva de oferta; mientras que,
las variaciones de las cantidades ofrecidas originadas en modificaciones de otras
variables distintas del propio precio del bien ofrecido, como por ejemplo: los costos de
producción, los salarios, o la introducción de mejoras tecnológicas, se grafican
mediante desplazamientos de la curva de oferta. Para diferenciar estas dos
representaciones gráficas los economistas emplean la expresión variaciones de la
oferta para referirse a los desplazamientos de la curva de oferta y la expresión
variaciones de la cantidad ofrecida para referirse a movimientos a lo largo de la curva
de oferta.

Cantidad y Precio de Equilibrio


Como anticipamos, la cantidad y el precio de equilibrio de un mercado surgen como
consecuencia de la interacción entre demandantes y oferentes. Por lo cual, dado que
disponemos de las curvas de oferta y demanda estamos en condiciones de determinar
el punto de equilibrio del mercado mediante la superposición de ambas curvas. El
punto de corte de las mismas establece el precio y cantidad a los que el mercado está
en

equilibrio. Ello significa que tanto productores como consumidores se muestran


satisfechos. Decimos también que en el punto de equilibrio el mercado se vacía, pues
las cantidades ofrecidas igualan a las cantidades demandadas a dicho precio.

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Si el precio fuese otro distinto del que se muestra en la figura 3.6 alguna de las dos
partes (oferentes o demandantes) quedaría insatisfecha. Si el precio estuviera por
encima del precio de equilibrio, las cantidades demandadas serían menores que las
cantidades ofrecidas. Es decir, los compradores estarían dispuestos a comprar menos
que las cantidades que los vendedores estarían dispuestos a ofrecer, y verían frustrar
sus planes. En ese caso decimos que hay un exceso de oferta o excedente. Por el
contrario, si el precio fuera inferior al de equilibrio, los compradores estarían dispuestos
a adquirir una cantidad superior del bien que la que los oferentes estarían dispuestos a
vender. En este último caso las cantidades demandadas superan a las cantidades
ofrecidas, decimos entonces que en el mercado hay un exceso de demanda o
escasez.

Elasticidad de la Oferta y la Demanda


Vimos que la demanda de un bien depende tanto de su precio como así también del
ingreso de los consumidores, del precio de los bienes relacionados y de los gustos. De
igual manera la oferta depende del precio del bien, del costo de los insumos y de la
mano de obra, la tecnología y de las medidas que pueda adoptar el gobierno mediante
la aplicación de subsidios y subvenciones. No obstante, es importante para las
empresas y consumidores disponer una medida que exprese cuánto variarán las
cantidades demandadas u ofrecidas, ante la modificación de alguna de las variables de
las cuales dependen la oferta o la demanda de un bien, manteniendo constantes todas
las demás.

Por ejemplo, podríamos querer conocer cuánto variará la cantidad demandada de café
ante un aumento de precios del 10%; o cuánto impactará en las unidades demandadas
de automóviles un aumento del ingreso del 15%. En estos casos la medida que se
utiliza es la elasticidad.

La elasticidad es una medida de la sensibilidad de las cantidades demandadas u


ofrecidas cuándo varía alguna de las variables de las cuales dependen, manteniendo
todo lo demás constante; y se expresa como la variación porcentual que experimenta
una variable en respuesta al aumento de otra de un 1%. Veamos los distintos tipos de
elasticidades de la demanda y de la oferta.

Elasticidad-precio de la demanda: la elasticidad-precio de la demanda mide la


variación porcentual que experimenta la cantidad demandada de un bien ante la
variación del 1% en el precio. Si representamos la cantidad y el precio como Q y P, la
elasticidad precio de la demanda podemos expresarla del siguiente modo:

ξ p= (∆% Q) / (∆%
P)
ξ p: Utilizamos la letra griega épsilon para designar la elasticidad precio de la demanda.
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∆% Q: es la variación porcentual de las cantidades demandadas. La letra mayúscula
griega delta (∆) es el símbolo que utilizaremos para expresar “variación de la variable”
que seguida por el signo de porcentaje (%) significa variación porcentual. Siguiendo
este mismo criterio ∆% P es la variación porcentual del precio. La variación porcentual
de una variable (∆%) es la variación absoluta de la variable dividida por el nivel inicial
de esa variable. De este modo, la elasticidad precio de la demanda puede expresarse
como:

ξ p= (∆ Q/Q) / (∆ P/P) = ∆ Q / ∆P. P/Q

∆Q P
= .
∆P Q

La elasticidad precio de la demanda es una cifra negativa debido a que, como vimos, la
relación entre el precio y la cantidad es inversa, es decir cuando sube el precio de un
bien, la cantidad demandada disminuye, por lo que ∆Q/∆P (variación de las cantidades
originada en una variación del precio es negativa). Debido a ello, y para una mayor
sencillez en la interpretación del resultado, la elasticidad precio de la demanda se
expresa en valores absolutos. Por ejemplo, si ξ p = −2 decimos que la magnitud e
la elasticidad es 2.

|ξ p| = . =2

La elasticidad precio de la demanda puede ser mayor que 1, menor a uno o igual a 1.

Cuando la elasticidad precio es mayor que uno |ξ p| = . >1, decimos que la


demanda es elástica con respecto al precio, es decir que un aumento en el precio del
1% produce una disminución en las cantidades demandadas mayor al 1%.

Cuando la elasticidad precio es menor que uno |ξ p| = . <1, decimos que la


demanda es inelástica con respecto al precio, de esta forma un aumento en el precio
del 1% produce una disminución en las cantidades demandadas menores al 1%.

Cuando la elasticidad precio es igual a uno |ξ p| = . =1, decimos que la


demanda tiene elasticidad unitaria con respecto al precio, de esta forma un aumento
en el precio del 1% produce una disminución en las cantidades demandadas igual al
1%.

Algunas aclaraciones que consideramos necesario realizar son las siguientes: 1) La


definición de elasticidad se refiere a cambios porcentuales del precio y de la cantidad y
no a cambios absolutos. Ello, a fin de que la elasticidad no se vea afectada por la
variación de las unidades de medición que sean utilizadas.
2) El concepto de elasticidad no es el mismo que pendiente. Ello lo estudiaremos en
profundidad seguidamente, cuando analicemos una función de demanda lineal.

La elasticidad-precio de la demanda de un bien depende de varios factores:

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a) Cantidad de sustitutivos cercanos del bien. Cuando el consumidor dispone
de muchos bienes sustitutivos con los cuales reemplazar el consumo del bien
cuyo precio aumentó, entonces la reducción de las cantidades será mayor al
incremento del precio, pues los individuos reemplazarán el consumo del bien
por el de otros bienes. Este es el principal determinante de la elasticidad precio
de la demanda. Veremos que el resto de los factores que enunciamos a
continuación se relacionan con él.

b) La especificidad del bien. cuanto más específico sea el bien menor será la
elasticidad de la demanda. Por ejemplo, consideremos los siguientes casos: la
leche materna, una droga para un medicamento, la insulina para enfermos de
diabetes, una vacuna, un instrumento de precisión, instrumental quirúrgico,
entre otros. Estos bienes por su especificidad no tienen sustitutos, por lo cual
su demanda será más inelástica.

c) El paso del tiempo. El paso del tiempo transforma los hábitos de consumo, y
bienes que eran muy demandados, por ejemplo, los productos enlatados o en
conserva, ya no lo son tanto, habiendo sido reemplazados por bienes más
saludables, con menos aditivos.

d) La tecnología. Este factor también influye en la canasta de bienes que


adquieren los consumidores, pues ayuda a reemplazar aquellos que utilizan
tecnologías más restringidas en cuanto a los atributos que ofrecen, por otros
que debido al avance tecnológico ponen a disposición del usuario más y
mejores prestaciones.

La Curva de demanda lineal: La fórmula de elasticidad precio de la demanda la


definimos como la variación de la cantidad correspondiente a una variación del precio
multiplicada por el cociente entre el precio y la cantidad.

De este modo, cuando nos desplazamos sobre una curva de demanda del tipo
curvilíneo, estamos seguros de que la elasticidad irá cambiando ya que su pendiente
que viene dada por variará al movernos de un punto a otro y el precio y la cantidad
también variarán, por tal motivo la elasticidad precio de la demanda debe medirse en
un punto de la curva de demanda y generalmente cambia al desplazarnos a lo largo de
la curva de demanda.
Analicemos el caso de una curva de demanda lineal. Veremos que la elasticidad precio
también adopta distintos valores, pese a que su pendiente permanece constante.
Supongamos la función de demanda de la forma: a – b P, y consideremos el siguiente
ejemplo: Q= 6 – 2 P. La pendiente es constante y su valor es -2 a lo largo de toda la
curva. Sin embargo, esta función de demanda no tiene una elasticidad constante pues
a medida que nos desplazamos de manera descendente la relación P/Q va
modificándose y disminuyendo, lo que reduce la magnitud de la elasticidad.
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Ello ocurre pues a medida que el precio va acercándose a cero, el cociente P/Q tiende

a cero y, por lo tanto, la elasticidad precio será igual a cero |ξ p| . =0.


Por el contrario, cuando las cantidades son pequeñas, tendientes a cero, el precio es

máximo y la elasticidad precio es infinita |ξ p| . De esta forma, el


cociente P/Q es grande y la elasticidad precio también lo será. Por último, cuando
P=1,5 y Q=3, la

Cuando trazamos las curvas de oferta y demanda, en el eje de ordenadas


establecemos el precio, mientras que las cantidades las ubicamos en el eje de
abscisas. De esta forma la pendiente de la curva ∆Q / ∆P = (1/pendiente de la curva)
=1/ (P/Q). Por lo tanto, cuanto mayor es la pendiente de la curva, medida en valores
absolutos, menor es la elasticidad de la demanda. En la figura 3.8 presentamos dos
casos extremos. En el gráfico 3.8(a) se muestra una demanda infinitamente elástica,
ello significa que al precio P* los consumidores comprarán todo lo que deseen, y en el
caso que el precio aumentara las cantidades demandadas se reducirán a cero. Por el
contrario, el gráfico 3.8(b) corresponde a una demanda completamente inelástica, en
este caso los consumidores están dispuestos a adquirir la cantidad Q* a cualquier
precio que el bien sea ofrecido.

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Dado que la función de demanda depende también de variables como el ingreso o el
precio de los bienes relacionados, podemos medir la variación que experimentan las
cantidades demandadas cuando aumentan 1% las citadas variables.

Elasticidad ingreso de la demanda : mide la variación porcentual de la cantidad


demandada ante el aumento del ingreso en un 1 por ciento:

∆Q Y
η

Si el aumento del ingreso genera un incremento en las cantidades demandadas,


decimos que los bienes son normales, si por el contrario el aumento del 1% en el
ingreso produce una reducción de las cantidades demandadas, entonces los bienes se
denominan inferiores.

Elasticidad precio cruzada de la demanda : Los bienes relacionados son


aquellos cuya demanda depende del precio de otros bienes. Estos bienes pueden ser
sustitutivos como la manteca y la margarina que se sustituyen fácilmente el uno al otro,
complementarios que son bienes se consumen juntos como el combustible y el aceite
para motores, o independientes cuando no hay relación alguna entre los bienes.

La elasticidad precio cruzada se refiere a la variación porcentual que experimenta la


cantidad demandada de un bien ante un aumento del 1% en el precio del otro bien.

Cuando la cantidad consumida de un bien aumenta ante el incremento del 1% en el


precio de otro bien, la elasticidad precio cruzada es positiva indicando que los bienes
compiten en el mercado. En el ejemplo de la manteca y la margarina, el aumento del
precio de la margarina hará que la manteca sea relativamente más barata. Ello,
provocará un aumento en la cantidad demandada de manteca, que desplazará la curva
de demanda de manteca hacia la derecha.

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La elasticidad precio cruzada de la manteca (que llamaremos X) con respecto al precio
de la margarina (que denominaremos Y) se expresa de la siguiente forma:

∆Qx
ξ = . >0
∆Py Q

Por el contrario, si los bienes son complementarios la elasticidad precio cruzada será
negativa, pues un aumento del 1% en el precio de uno de los bienes generará una
reducción en la cantidad demandada del otro bien.
En el ejemplo de bienes complementarios dado anteriormente, si sube el precio del
combustible la cantidad demandada de aceite para motores disminuirá, pues los
individuos utilizarán menos el automóvil. De esta forma, la curva de demanda de aceite
para motores se desplazará hacia la izquierda. En este caso decimos que la
elasticidad precio cruzada del aceite para motores (que denominaremos a) con
respecto al combustible (que expresaremos mediante la letra c) será negativa.

∆Qa $
ξ ! = ∆Pc . Q% < 0

Elasticidades de la oferta: En el caso de la oferta la elasticidad precio de la oferta


se define como la variación porcentual de las cantidades ofrecidas cuando el precio
varía en un 1%. Esta elasticidad es comúnmente positiva, indicando que un incremento
en el precio del 1% genera un aumento en la cantidad ofrecida, dado que el mayor
precio alienta a los productores a aumentar la producción.
Dado que la función de oferta depende de otras variables (salarios, precio de las
materias primas y de otros bienes que se utilizan para producir el bien), podemos
medir la elasticidad de la oferta con respecto a las mismas.
La elasticidad de la oferta con respecto a los precios de las materias primas es
negativa, pues un aumento en el precio de un insumo es un incremento en el costo de
producción. Ello, producirá una reducción en la cantidad producida, manteniendo
constantes todas las demás variables. Desde el punto de vista gráfico, se observará un
desplazamiento de la curva de oferta hacia la izquierda.

Elasticidad punto y elasticidad arco: Hasta aquí, estudiamos la forma de medir


las elasticidades en un punto de la curva de demanda u oferta. A este tipo de
elasticidades se las denomina elasticidad punto, pues se trata de variaciones
porcentuales muy pequeñas o marginales en los precios. Por ejemplo, si el precio
variara de 99 a 100 no tiene mucha importancia el denominador que se escoja en el
cálculo de la variación porcentual. Ahora bien, cuando se trata de cambios mayores,
el efecto en la elasticidad precio es significativo.

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En ese caso, cuando decidimos calcular la elasticidad precio correspondiente a un
tramo de la curva de demanda u oferta, debemos utilizar otro tipo de medida que se
denomina elasticidad arco.

Consideremos el siguiente ejemplo de la variación que experimentan las cantidades


demandadas de un bien ante un aumento sustancial del precio del mismo.
Originalmente, el precio del bien era $ 90 y la cantidad demandada 240 unidades.
Luego del aumento del precio a $ 110 (debido, por ejemplo, a un incremento en el
precio de los insumos), las cantidades demandadas por los consumidores disminuyen
a 160 unidades. En la figura 3.9 se observa el movimiento experimentado sobre la
curva desde A hasta el punto B.

Seguidamente mostramos el cálculo de la elasticidad arco de la demanda. Los datos


están dispuestos en el Cuadro N° 3.1. Allí se presenta el precio y la cantidad
correspondiente a la situación inicial A, y en el renglón siguiente, esos mismos datos
para la situación final que llamamos B. En primer término, se calcula la elasticidad
precio de la demanda como el cociente entre la variación porcentual de las cantidades
∆Q/Q y la variación porcentual del precio ∆P/P. Para calcular la elasticidad arco se
realiza el cociente entre la variación de Q respecto de P, multiplicada por el cociente
del promedio entre los precios y las cantidades: ∆Q/ ∆P. (P1+P2) / (Q1+Q2).

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Cuadro N° 3.1
Conceptos Precio Cantidad (Q)

Situacion Inicial (A)


90 240

Situación luego del aumento del precio (B)

110 160
Variación % de Q -0,4

Variación % de P 0,2

Elasticidad Arco: ∆3 ( 4 5 6)/2 -2

∆ (37 5 38)/2
Nota: Recuerde que el denominador de la variación de las cantidades y precios se realiza
tomando como denominador el promedio de las cantidades y precios, respectivamente

ξ =∆ ∆
’’’’ =( )*+,-*) ,*. ((,-*0 )*)/,/*0 *)/, =
+2*,* . **,** =-2

La elasticidad arco expresada en valores absolutos es |ξ | = 2, ello significa que la


demanda del bien es elástica con respecto al precio en el tramo A-B.
La elasticidad arco tendrá valores que se encontrarán entre las elasticidades punto
calculadas a los precios y cantidades iniciales y finales, aunque no necesariamente
estará en el medio. Si bien la elasticidad arco de la demanda es útil, generalmente se
utiliza el término “elasticidad” para hacer referencia a la elasticidad punto; y así lo
haremos a lo largo del libro.

La elasticidad a Corto Plazo y a Largo Plazo

Cuando estudiamos la elasticidad de la oferta y de la demanda debemos tener en


cuenta el lapso de tiempo transcurrido para calcular la variación de la cantidad
demandada u ofrecida ante la variación del precio. En general, cuanto mayor es el
paso del tiempo, tanto los consumidores como los productores pueden adaptarse a la
variación de los precios modificando sus hábitos de consumo lo que determina curvas
de oferta y demanda muy diferentes de las de corto plazo. Por lo general, a largo plazo
la elasticidad de la demanda suele ser mayor con respecto al precio por diversas
razones dependiendo del caso de que se trate. Consideremos, por ejemplo, un
aumento en el precio de los cigarrillos; estos incrementos son periódicos en nuestro
país.

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En el corto plazo, el encarecimiento del precio se refleja mediante una disminución
temporaria en el gasto de los consumidores, que suelen cambiar marcas de mayor
precio por otras de un precio menor, las que generalmente son segundas marcas de la
marca líder a la que habitualmente siguen (en Argentina el 88% del mercado se
distribuye entre dos grandes empresas: Massalin Particulares y Nobleza Piccardo). No
obstante, los consumidores al poco tiempo vuelven a su marca habitual.
A largo plazo, la elasticidad de la demanda de los bienes suele ser más elástica con
respecto al precio pues los consumidores tienen tiempo para adaptarse a nuevos
hábitos de consumo, o reemplazan el bien anterior debido a la aparición de otros
nuevos. Si el precio de los cigarrillos aumentara sustancialmente, el impacto de dicho
aumento a corto plazo sería breve en lo que hace a la reducción de las cantidades
demandadas; mientras que, a largo plazo los consumidores podrían cambiar
gradualmente las cantidades consumidas.

Por otra parte, la demanda de un bien puede depender del stock o de las existencias
del bien que varían lentamente en el tiempo. Por ejemplo, la demanda de combustible
es más elástica a largo plazo que a corto plazo. Ello se debe a que en el corto plazo un
aumento del precio del combustible (p.ej.: la nafta), impacta rápidamente sobre las
cantidades demandadas disminuyéndolas significativamente pues los individuos
utilizan menos su automóvil, y, por otra parte, modificará la demanda de autos al
inducir a los automovilistas a preferir vehículos más pequeños que consuman menos
combustible. Debido a que el cambio en el parque automotor varía lentamente, la
demanda de nafta a largo plazo también se reducirá más lentamente. Ello hace que la
función de demanda de nafta de largo plazo sea más elástica que la de corto plazo. La
figura muestra las curvas de demanda a corto y largo plazo (Figura 3.10 (a)). Hay otros
bienes que poseen una elasticidad mayor en el corto plazo que en el largo plazo, por
ejemplo, los bienes durables como las heladeras, televisores o maquinarias y equipo
compra la industria. En estos casos, un pequeño aumento en el precio de esos bienes
producirá una reducción más que proporcional en las cantidades demandadas. Sin
embargo, con el transcurrir del tiempo, a medida que estos recursos durables se
desgastan las cantidades demandadas aumentan.

66
A largo plazo, la cantidad de bienes durables que poseen los consumidores
será algo menor que antes del aumento del precio. Como vemos, mientras que
la elasticidad precio de la demanda de bienes durables a largo plazo se
mantiene (es menos sensible a las variaciones en el precio), a corto plazo la
elasticidad es mayor (Figura 3.10 (b)).

Las elasticidades-renta: La elasticidad renta a corto plazo y a largo plazo son


diferentes y también difieren según se trate de bienes durables o no durables. En los
bienes y servicios de consumo inmediato la elasticidad del ingreso es mayor a largo
plazo que a corto plazo. Como ejemplos de los bienes no durables, podemos citar:
alimentos, bebidas y combustible. Para comprender por qué, supongamos un período
de tiempo de 5 años de crecimiento económico sostenido. En el lapso de 5 años el
ingreso agregado de los individuos también aumentará, pero a corto plazo el consumo
no se modificará sustancialmente, aunque a largo plazo sí se observará un aumento
mayor de las cantidades. Este ejemplo, ilustra de que forma la elasticidad ingreso de
los bienes no durables a largo plazo es mayor que la elasticidad ingreso a corto
plazo.

Por su parte, los bienes duraderos como las heladeras, o automóviles presentan un
comportamiento inverso. Consideremos al igual que en el ejemplo anterior que el
ingreso agregado aumenta un 10%. En ese contexto, la cantidad demandada total de
bienes durables a corto plazo aumentará paulatinamente a una tasa inferior al 10%
(que es la tasa a la que crece la economía en el período de 5 años); en la medida que
los individuos recuperan su ingreso. Finalmente, a largo plazo los consumidores logran
aumentar el número total de bienes durables que poseen, por un lado, a fin de reponer
los bienes que con el transcurrir del tiempo se volvieron tecnológicamente obsoletos o
67
que requieran reposición como consecuencia del desgaste ocasionado por el uso al
que están expuestos. En este caso la elasticidad ingreso a corto plazo de la
demanda es mayor que la elasticidad a largo plazo.

Es interesante observar que las industrias de bienes duraderos dependen del ciclo
económico por lo cual se expanden en el auge y se contraen en las recesiones. Por
ello se las denominan industrias cíclicas.

La Oferta: En la mayor parte de los casos la elasticidad precio de la oferta a largo


plazo es más elástica, pues a largo plazo las empresas tienen la posibilidad de
adecuar el tamaño de su planta a los requerimientos de la demanda. Mientras que, a
corto plazo un aumento inesperado de la demanda debe ser abastecido con la
capacidad instalada disponible. En la medida que la capacidad instalada se agota
debido al aumento de la producción, los costos también aumentan (ya que la
maquinaria de que dispone deberá funcionar más horas, y también deberán
contratarse a horas extras). Ello llevará a un incremento cada vez mayor del costo de
producción lo que se traducirá en mayores precios conforme a las cantidades
demandadas. En este caso, la curva de oferta tendrá una mayor pendiente, es decir
que la curva de oferta se irá volviendo cada vez más vertical. A largo plazo, la
flexibilidad de que dispone el empresario, por ejemplo, para modificar la capacidad de
producción, actualizar la tecnología, y contratar más trabajadores, le permite expandir
la cantidad producida sin necesidad de que ello genere aumentos significativos en el
precio comparativamente con la situación de corto plazo.

En el caso de algunos bienes la elasticidad precio de la oferta es mayor a corto plazo


que a largo plazo. Este sería el caso de los bienes duraderos que pueden reciclarse
como parte de la oferta. Un caso es la oferta secundaria de metales que puede
fundirse y reutilizarse. Aunque a largo plazo, el stock de metales reciclables disminuye
y la elasticidad precio a corto plazo de la oferta secundaria es menor que la elasticidad
a largo plazo.

68
EL MERCADO MUNDIAL DEL PETROLEO

La oferta mundial de petróleo está formada por productores competitivos y por productores
que actúan bajo la forma de cártel (organización formada por un conjunto de productores que
concentran la mayor parte de la producción mundial y que actúan como un monopolio).
Están constituidos en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y actúan
restringiendo la producción y fijando los precios mundiales.
No obstante, los precios del petróleo bajaron en los ´80 al disminuir la demanda y aumentar la
oferta competitiva, mientras que en el período 2003 a 2007 los precios subieron como
resultado de circunstancias políticas y económicas, como fueron la mayor demanda de Asia y la
caída en la producción por parte de la OPEP. Debido a la inestabilidad a la que está sujeta la
producción de petróleo se ve afectada por distintas variables, ¿qué podríamos esperar que
ocurriese con los precios del petróleo a corto y largo plazo, en caso de que alguna situación
política o económica produjera una caída importante de la producción de petróleo?

69
Para averiguarlo, utilicemos las curvas de oferta y demanda estimadas para el período 2005/2007
para predecir acontecimientos de ese tipo. Los precios estarán expresados en dólares de 2005 a
efectos de poder realizar comparaciones durante el período mencionado.

Ejemplo:
Oferta de la OPEP= 14 mmb/a.
Oferta competitiva: 20 mmb/a.
En el siguiente cuadro se muestra las estimaciones de las elasticidades precio de la oferta y la
demanda de petróleo a corto y largo plazo.
Corto Plazo Largo Plazo
Demanda Mundial -0,05
-0,40 Oferta competitiva 0,10
0,40
Funciones de oferta y demanda de Corto
Plazo Función de Demanda: D=35,5 - 0,0317 P
Oferta competitiva: Sc = 15,0 + 0,0417 P
La oferta total se computa sumando la oferta competitiva y la oferta de la OPEP, que consideramos
constante a 14 mmb/a.
Entonces, la curva de oferta total es: St = 32 + 0,04P
Igualando las funciones de oferta y demanda obtenemos que el precio es de 50 dólares el barril.

Funciones de Oferta y demanda de Largo Plazo


Demanda a LP: Dlp= 47,5 - 0,27 P
Oferta competitiva a LP= Sclp = 26 +0,16 P
Oferta total a LP: Slp= 26 + 0,16 P
Al igual que en el corto plazo el precio del barril a largo plazo es de 50 dólares.
Supongamos ahora que la producción de petróleo disminuye en 3 mmb/a, entonces la demanda y
oferta total de corto plazo será: D = 35,5 - 0,03P
Scp= 29 + 0,04P
En este caso el precio de equilibrio será 92,86 dólares el barril.
Mientras que a largo plazo la demanda y la oferta competitiva son más elásticas. Ello significa que
una reducción de

Capítulo 4
Teoría del Consumidor
Introducción
Cuando una empresa decide introducir un nuevo producto al mercado, requiere
conocer las preferencias de los consumidores a efectos de saber: a) si el producto
70
tendrá aceptación entre los consumidores, b) qué tipo de consumidores serán los que
adquirirán el bien a fin de posicionarlo, c) estimar las cantidades demandadas, entre
otras cosas (también es importante conocer a los competidores, la logística, etc.). Todo
ello contribuirá a determinar un precio aproximado y de este modo, conocer si la
inversión que demandará el desarrollo y lanzamiento del nuevo bien será rentable para
la empresa.

Lo mismo ocurre en el caso de los programas de entrega de cupones de alimentación,


cuyo objetivo es asignar a los hogares de bajos ingresos cupones que pueden
intercambiar por alimentos exclusivamente, con el fin de contribuir a resolver los
problemas alimentarios de ese segmento de la población. Esta clase de programas
requiere determinar si es mejor otorgar cupones, o si es más conveniente otorgar una
subvención en dinero que utilizarían en adquirir bienes de distinto tipo, además de
alimentos Esta última alternativa no siempre es aceptada desde el punto de vista
político, pues podría interpretarse que el programa no contribuye a resolver el
problema de nutrición de los pobres. En este caso, el gobierno requiere conocer cómo
afecta el nivel de ingreso y los precios al gasto en alimentos en comparación con otros
bienes.

A efectos de resolver cuestiones como las planteadas los ejemplos anteriores, se


requiere conocer la teoría de la conducta de los consumidores, es decir: ¿cómo
asignan los consumidores su ingreso en la compra de bienes y servicios?

1. La conducta de los consumidores


Para estudiar como asignan los consumidores su ingreso entre los distintos bienes y
servicios, y como afectan las variaciones del ingreso y de los precios sus elecciones,
estudiaremos la Teoría de la Conducta de los Consumidores. Para ello, dividiremos el
análisis en tres partes.

En primer lugar, estudiaremos las preferencias de los consumidores, y sus gustos.


Luego nos referiremos a la Restricción Presupuestaria, dado que si bien las
necesidades de los individuos son ilimitadas las mismas están acotadas por el ingreso
de los individuos. Por último, veremos de qué manera el consumidor realiza su
elección y decide su cesta de consumo.

Las preferencias de los consumidores:

Para estudiar las preferencias de los consumidores, debemos encontrar una manera
práctica de explicar las razones por que las personas prefieren un bien a otro. Las
preferencias de los consumidores pueden determinarse gráficamente o en forma
matemática. Comenzaremos describiendo los gustos de manera gráfica. Previamente
debemos establecer lo que se denomina orden de preferencias.

71
¿Qué es una cesta de consumo? Antes de comenzar con el desarrollo de la
ordenación de preferencias corresponde explicar que una canasta o cesta de consumo
es un conjunto de bienes que contiene cada cesta, aunque cada una en distintas
proporciones.

La Ordenación de las preferencias:

Establecer un orden de preferencias es lo que permite a un consumidor comparar y


ordenar cestas de consumo para luego definir cuál es la que prefiere. Para ello, se
requiere establecer relaciones de preferencia que pueden ser: preferencia débil,
preferencia estricta o indiferencia entre dos canastas. Estas a su vez pueden
interrelacionarse, veamos cómo.
Las preferencias débiles la designamos del siguiente modo: ≥; para señalar las
preferencias estrictas utilizamos el siguiente símbolo: >. Por último, para las relaciones
de indiferencias se utiliza el símbolo: ~.
Por ejemplo, si un consumidor dispone de dos bienes: x1 y x2, puede ser que para un
individuo el bien x1 sea al menos tan bueno como el bien x 2 : x1 ≥ x2 , o que el bien x2
sea al menos tan bueno como el bien x1 : x2 ≥ x1 .
Por último, si se da que x1 ≥ x2 Ʌ x2 ≥ x1 → x1 ~ x2, es decir son indiferentes.

Para estudiar las preferencias se requiere que éstas se comporten “correctamente” y


podamos usar el cálculo infinitesimal para trabajar con ellas. Por tal motivo, deben
guardar cierta lógica y ser razonables. Para ello se utilizan tres axiomas: a) Las
preferencias son completas, b) son monótonas, y d) son transitivas.

a) Las Preferencias son completas: significa que el individuo es capaz de


comparar y ordenar entre cestas de consumo. En este sentido, el consumidor
es capaz de definir si x1 ≥ x2 ; x2 ≥ x1 .
b) Las Preferencias son monótonas: el consumidor siempre prefiere más a
menos. Si el individuo debe seleccionar entre dos cestas de consumo iguales y
una de ellas tiene al menos una unidad más de uno de los bienes, entonces
preferirá esta última.
c) Las preferencias son transitivas: esta propiedad significa que si un bien (a) es
al menos tan preferido a otro (b), y éste último a un tercero (c); entonces el
primero es al menos tan preferido como el tercero. En símbolos: x 1 ≥ x2 Λ x2 ≥
x3 → x1 ≥ x3. Este axioma no necesariamente se cumple, aunque se requiere
para que las preferencias de los individuos guarden coherencia, sean
consistentes y razonables.

La ordenación de las preferencias permite comparar y ordenar cestas diferentes, pero


nada dicen acerca de valoraciones cuantitativas de las cestas de consumo; por
ejemplo, el consumidor puede preferir la cesta A a la cesta B, aunque no puede decir
cuánto más satisfacción obtiene de su consumo. Decimos entonces, que las

72
preferencias son ordinales y no cardinales, es decir que podemos ordenar cestas y
decir si una canasta es mejor que otra, pero no cuánto más.
Estas propiedades nos permitirán construir una representación ordenada y metódica
breve de las preferencias para resolver el problema de la asignación del presupuesto
del consumidor. Por último, vale mencionar que las preferencias nada tienen que ver
con los costos o precios de los bienes.

En relación a esto último recordemos lo visto capítulos previos sobre la teoría del valor
trabajo y la teoría del valor utilidad. La teoría del valor trabajo es una teoría objetiva, en
la que el valor de un bien está dado por la cantidad de horas de trabajo incorporadas
en su producción. Entre ellas las horas de trabajo empleadas en la elaboración de los
insumos que participan en la producción del bien, así como también la cantidad de
horas destinadas en la construcción de las maquinarias que intervienen en el proceso
productivo. Esta teoría del valor trabajo iniciada por Adam Smith, continuada por David
Ricardo y, posteriormente, desarrollada por Karl Marx, pudo explicar muy bien el
concepto de valor en la medida que los medios de producción pertenecían a quienes
realizaban la tarea y hasta los inicios del capitalismo. A medida que el capitalismo fue
desarrollándose se volvió difícil avanzar perfeccionando la teoría. Por otra parte, su
discusión llevó a conflictos políticos entre empresarios y trabajadores que influyó en
que se decidiera plantear otra forma de hacer economía.

Surge entonces un nuevo enfoque de la Teoría Económica amparada en otro


argumento filosófico, que intentó explicar la ciencia económica de manera parecida a
la de las ciencias exactas, sin tener en cuenta que la Economía es una ciencia social.
Se comenzaron a desarrollar teorías y modelos que sintetizaban estas ideas, haciendo
uso de la matemática, la estadística y la econometría para fundamentar sus resultados.
La nueva Teoría del Valor, pasó a ser subjetiva (en lugar de objetiva) y planteó que el
valor de las cosas depende de la valoración psicológica que el individuo hace de los
bienes. De esta forma, la valoración de un bien es distinta entre individuos haciendo
inviable la comparación interpersonal de las preferencias.

Ello representaba una dificultad metodológica pues una teoría es única, capaz de
explicar y predecir los fenómenos que se observan en general. ¡Por lo tanto, la
subjetividad de las preferencias significaba tener una teoría del valor diferente para
cada individuo! Esta dificultad se resolvió mediante la objetivación de las preferencias
a través de la valoración que el mercado hace de los bienes mediante el sistema de
precios. Recordemos también, que conforme a esta teoría el consumidor es un ser
racional y conoce sus preferencias al momento que va al mercado. Su objetivo es el de
maximizar su utilidad o nivel de bienestar, distribuyendo su ingreso de forma de
alcanzar el máximo nivel de satisfacción posible. Cuantos más bienes adquiere con su
ingreso mayor será su nivel de satisfacción. En esta teoría no existe el altruismo y el
móvil del sujeto es egoísta.

Enfoque de las curvas de Indiferencia:


73
Una forma de explicar las preferencias de los consumidores es de manera gráfica, a
través de las curvas de indiferencia. Para comenzar consideremos la Figura 4.1, en la
que se disponen dos bienes, el bien X ubicado en el eje de abscisas y el bien Y en el
eje de ordenadas. Cualquier punto de ese plano determina una canasta o cesta de
consumo. En el gráfico ubicamos inicialmente los puntos F, C y E. Tomaremos como
punto de comparación el punto C. Como se observa la cesta E tiene más bienes que el
resto de las cestas, indicando que permitirá alcanzar un nivel de bienestar mayor al
consumidor que la cesta C. Por otra parte, la cesta C se prefiere a la F por igual
motivo. Como vimos esto se explica a través del axioma de completitud (que establece
que el consumidor es capaz de ordenar y comparar cestas de consumo) y de
monotonía que dice que el consumidor siempre prefiere más a menos.

Sin embargo ¿qué podemos decir de las cestas B, G o D con respecto a la cesta de
consumo C? La cesta B tiene más cantidad del bien Y, pero menos del bien X con
respecto a la cesta C. Lo mismo ocurre con la cesta D, que contiene más cantidad del
bien X y menos del bien Y en relación a la cesta C. Entonces no podemos conocer que
cesta preferirá el consumidor. Se define así una zona de incertidumbre donde no
disponemos de información adicional y por la cual pasa la curva de indiferencia que se
muestra en la figura 4.2. La curva de indiferencia contiene todas las canastas de
consumo que son indiferentes para el consumidor como B, C, D y E. Ello, significa que
todas le dan el mismo nivel de satisfacción al consumidor.

74
Esto quiere decir que el consumidor se siente igual de bien consumiendo la cesta B
que contiene 5 unidades del bien Y y 1 unidad del bien X, como consumiendo la cesta
C que posee 3 unidades del bien Y y 2 unidades del bien X. Lo mismo ocurre con la
cesta D. En el plano hay infinitas curvas de indiferencia, que pasan por todos y cada
uno de los puntos del plano. Este conjunto de curvas de indiferencia se denomina
mapa de curvas de indiferencia y describen las preferencias del consumidor.

Las curvas de indiferencia son curvas de nivel, dado que establecen niveles de
satisfacción o bienestar. Por ejemplo, en el gráfico observamos que la cesta G
corresponde a una curva de indiferencia de menor nivel que las que están sobre U 1,
señalando que el consumo de esa cesta le otorga menor placer al consumidor que
todas las combinaciones de bienes que están sobre U1.

75
Características de las Curvas de indiferencia

Las curvas de indiferencia no pueden cortarse : En el siguiente gráfico se


muestran las curvas de indiferencia U1 y U2 que se cortan en el punto B. La canasta B y
la canasta H se encuentran en la curva de indiferencia U 1, por lo que el consumidor
debe estar indiferente entre ambas canastas. Por otra parte, la cesta B también está
en la misma curva de indiferencia U 2 que la cesta Z, por lo que al igual que en el caso
anterior, B y Z deben ser indiferentes para el consumidor. Si B es indiferente a H y B
es indiferente a Z, por el axioma de transitividad las cestas H y Z también deben ser
indiferentes. Sin embargo, Z contiene una cantidad mayor de los dos bienes respecto
de H motivo por el cual Z debe preferirse a H, de otro modo estaríamos contradiciendo
el axioma de monotonía por el cual siempre se prefiere más a menos.

Las curvas de indiferencia tienen Pendiente Negativa: Las curvas de


indiferencia tienen pendiente negativa como consecuencia de que las preferencias son
monótonas. Por ejemplo en el gráfico 4.2. si partimos de la cesta B, un desplazamiento
hacia arriba y hacia la derecha implicaría que el consumidor pasa a una posición
mejor. De igual modo, un movimiento hacia abajo y hacia la izquierda coloca al
consumidor en una situación peor. Por lo anterior, para que el individuo se mantenga
en una situación de indiferencia debe moverse de izquierda a derecha en sentido
descendente quedando demostrado que la curva de indiferencia (en el tramo que nos
interesa estudiar) tiene pendiente negativa.

76
Otra forma de verlo es suponer que se prefieren las medias a los extremos. Por
ejemplo, si consideramos dos cestas extremas como la B y la D del gráfico 4.2. y
calculamos la cesta media ponderada de las dos canasta, la cesta resultante será al
menos tan buena como cada una de las dos cestas extremas o estrictamente
preferible a ellas.

La cesta media ponderada contene la cantidad media del bien X y la cantidad media
del bien Y que contiene cada una de las dos cestas. Es decir, que la cesta media se
encontrará en el medio de la recta que une la cesta B con la cesta D. Para calcular la
cesta media ponderada t debe estar entre 0 y 1: 0 ≤ t ≤ 1. Consideremos entonces dos
cestas (x1,x2) , (y1,y2) que son indiferentes. La cesta media asigna un peso t a la
canasta X y una ponderación de (1 - t) a la canasta Y. Entonces una cesta que sea una
media ponderada de las dos cestas (X,Y) será:

( t x1 + (1- t) y1 , t x2 + (1- t) y2 ) (x1,x2)

Por consiguiente, la distancia que hay entre la cesta X y la cesta media, es una
proporción t de la distancia que hay entre las cestas X e Y a lo largo de la recta que
une las dos cestas. Desde el punto de vista geométrico esto significa que el conjunto
de cestas preferidas debilmente a (x1,x2) e (y1,y2) es un conjunto convexo. Si se
prefieren las medias a los extremos, entonces todas las medias ponderadas de (x 1,x2) ,
(y1,y2) se preferirán débilmente a (x1,x2) , (y1,y2).

77
Conjunto convexo: tiene la propiedad de que si se unen dos puntos del conjunto y
se traza un segmento uniéndolos, dicho segmento pertenece al conjunto en su
totalidad. En el siguiente gráfico se presenta un ejemplo de preferencias convexas y
no convexas.
Suponemos que las preferencias regulares son convexas pues los bienes normalmente
se consumen preferentemente juntos. Las preferencias cóncavas son aquellas en que
el consumidor prefiere especializarse en el consumo de alguno de los bienes y
consumir uno solo de ellos o mucho más de uno que de otro. Aunque el caso normal
es aquel en que el consumidor desea consumir una cesta equilibrada antes que
especializarse en el consumo de algun bien.

Figura 4.5: Convexidad de las preferencias

Para finalizar mencionaremos el supuesto de convexidad estricta, que corresponde al


caso en que las preferencias convexas tienen segmentos rectilíneos. En ese caso, la
media ponderada entre dos cestas indiferentes y extremas, se prefiere estrictamente.
Las preferencias convexas pueden tener segmentos rectilíneos, por su parte las
preferencias estrictamente convexas corresponden a curvas de indiferencia que
son curvilíneas. Las preferencias por dos bienes sustitutivos perfectos son convexas,
aunque no estrictamente convexas.

La Relación Marginal de Sustitución

La relación marginal de sustitución (RMS) es un concepto que permite medir la


pendiente de las curvas de indiferencia en un determinado punto, ello es útil pues
permite conocer la tasa a la que el consumidor está dispuesto a intercambiar un bien
por otro, manteniendo el nivel de satisfacción constante. Nos dice cuántas unidades
del bien Y está dispuesto a resignar el individuo para consumir una unidad adicional
del 9:

78
bien X. La RMSyx del bien Y por el bien X la expresamos como: RMS yx = - . Debido 9 a
que dicha relación es siempre negativa, pues indica las cantidades de Y que el
individuo está dispuesto a sacrificar para obtener una unidad adicional del bien X, ∆ Y
será siempre negativo, mientras que ∆ X será positivo, con lo cual el cociente tendrá
valores negativos. Por tal motivo y a efectos de simplificar los cálculos se escribe en
términos positivos.
Tenemos que recordar que ∆ X y ∆ Y son variaciones marginales (muy pequeñas), por
ello a medida ∆ X disminuye, el cociente - 9: se aproxima a la pendiente de la curva de
9
indiferencia como se muestra en el gráfico 4.6.

Figura 4.6- Relación Marginal de sustitución mide la pendiente de la


curva de indiferencia y expresa la cantidad de un bien que el consumidor
está dispuesto a sacrificar de un bien, para obtener una unidad adicional
del otro bien, manteniendo el nivel de satisfacción constante.

La RMS mide un aspecto interesante de la conducta del consumidor. Supongamos que


éste tiene unas preferencias regulares (monótonas y convexas) y que consume una
cesta (X,Y), pudiendo cambiar una cantidad del bien Y por una cantidad del bien X, o
una cantidad del bien X por algo del bien Y, siendo la relación de intercambio entre los
bienes R. Si renuncia a una cantidad del bien X, sabe que obtendrá a cambio R.∆ X del
bien Y. Si renuncia a ∆ Y unidades podrá obtener ∆ Y/ R = ∆ X unidades del bien X.

En términos geométricos el consumidor puede trasladarse a cuaquier punto de un línea


con pendiente -E, que pasa por (X,Y). Si se desplaza en sentido ascendente y hacia la
izquierda de la cesta (X,Y), significa que estará intercambiando unidades del bien X

79
por unidades del bien Y, y si lo hace en sentido descendente y hacia la derecha de la
canasta (X,Y), significa que estará intercambiendo unidades del bien Y por el bien X.
En cualquiera de los dos desplazamientos, ascendente o descendente, la relación de
intercambio es E. Por último, vale recordar que dado que el intercambio implica
renunciar a un bien a cambio de otro, la relación de itercambio E corresponde a una
pendiente de -E.
¿Cuál tendría que ser la relación de intercambio para que el consumidor deseara
permanecer en (X,Y)? Ello sucederá cuando la recta de intercambio sea tangente a la
curva de indiferencia. Es decir, la pendiente de la recta de intercambio -E, debe ser la
pendiente de la tangente a la curva de indiferencia en el punto que representa la cesta
(X,Y). Con cualquier otra relación de intercambio la recta de intercambio cortaría a la
curva de indiferencia, lo que permitiría al consumidor desplazarse a un punto de mayor
bienestar. De esta forma, la relación marginal de sustitución mide la relación a la que al
consumidor le resulta igual intercambiar o no dos bienes. Con otra relación de
intercambio distinta a la RMS el consumidor deseará realizar intercambios. Pero, si la
relación de intercambio es idéntica a la RMS, deseará permanecer en el mismo punto.

Por ultimo, si la interpretación de la RMS es la disposición marginal a pagar nos


estamos refiriendo a que la RMS mide la cantidad del bien 1 que un individuo está
dispuesto a pagar por una unidad de consumo a dicional del bien 2.Lo que se deba
pagar por una unidad adicional de consumo puede diferir de la disposicion marginal a
pagar. El pago en dinero, se relaciona con el precio que el bien tenga en el mercado;
mientras que la disposición marginal a pagar dependerá de la valoración personal,
interna y psicológica que hagamos del bien, es decir de nuestras preferencias.

80
La Relación Marginal de sustitución y las Preferencias

Existen determinados tipos de preferencias que se carácterizan por la RMS dado que
esta muestra la relación de intercambio del bien X por el bien Y de una persona.
a) Por ejemplo, en el caso de los bienes sustitutivos perfectos, los gustos o
preferencias se graficarán como líneas rectas dado que una unidad del bien X le
resulta indiferente o igual de buena al consumidor como una unidad del bien Y, en ese
caso la RMS será constante e igual a -1.

b) Los bienes neutrales se caracterizan, porque uno de los bienes aumenta el


nivel de satisfacción del consumidor mientras que el otro no le genera mayor bienestar.
Por lo tanto el consumidor estará dispuesto a sacrificar cualquier cantidad del bien Y a
cambio de una unidad adicional del bien X. En este caso las curvas de indiferencia se
graficarán como líneas verticales sobre el eje X, y la RMS será infinita. Sin embargo, si
el bien neutral fuese el bien X, y el bien Y aquel que tiene interés para el consumidor,
entonces las curvas de indiferencia se graficarán como líneas rectas horizontales,
representando que la variación en el bienestar proviene de tener más del bien Y. Esta
forma de las curvas de indiferencia indica que el consumidor estará dispuesto a
intercambiar cualquier cantidad del bien X a cambio de una unidad adicional del bien
Y. La RMS será cero (Figura 4.9).

81
c) Si los bienes son complementarios, las curvas de indiferencia tienen forma de
L y la RMS será 0 o infinito (Figura 4.10).

Cuando las curvas de indiferencia son convexas la RMSxy disminuye al movernos de


izquierda a derecha intercambiando X por Y, es decir reduciendo la cantidad del bien Y
y aumentando la cantidad del bien X. La convexidad de las curvas de indiferencia
indica que a medida el bien X se hace más abundante, la disposición marginal a
intercambiar el bien X por el bien Y, irá disminuyendo.

82
En otros términos, una curva de indiferencia es convexa si la RMS disminuye a lo largo
de la curva. La curva de indiferencia de la Figura 4.11 es convexa:

Males: Un mal es una mercancìa cuyo consumo es desagradable para el consumidor.


En el ejemplo, la sopa es el mal y el postre es el bien. Sin embargo es posible
intercambiar los dos bienes, veamos como. Por ejemplo, para que el consumidor
acepte una cucharada màs de sopa (que disminuye su placer) deberemos darle a
cambio algo más de postre, que es el bien que le reporta satisfacción. Por
consiguiente, las curvas de indiferencia mostraràn pendiente positiva y se desplazaràn
hacia el eje que contiene el bien que le da satisfacciòn.

Es importante mencionar que mientras de las mercancías consideradas bienes el


consumidor prefiere tener una cantidad mayor a una cantidad menor de los mismos, en
el caso de los “males”, cuanto menos tenga de ellos el consumidor, mejor. Por
ejemplo, la contaminación del ambiente es un mal; del mismo modo que lo es el
consumo de todos los bienes que le disgustan.

83
;

Sin embargo, en economía nos referimos a bienes en lugar de males, por lo que
debemos redefinir estos últimos de manera que los gustos de los consumidores se
expresen como una preferencia por tener una cantidad menor del mal. Por ejemplo, en
lugar de referirnos a la contaminación analizaremos las preferencias por el aire puro,
etc.

Saciedad

El punto de saciedad o punto de máxima felicidad representa la mejor cesta global


para el consumidor y cuanto más cerca esté de dicha cesta mayor será su nivel de
bienestar. De igual modo, cuanto más lejos esté del punto de saciedad menor será su
nivel de satisfacción en relación a sus preferencias. En la figura 4.10 se muestran las
curvas de indiferencia como circulos concéntricos. En la medida que pasamos de una
curva de indiferencia a otra va aumentando el nivel de bienestar, ya sea porque tiene
más de uno de los bienes o más de los dos.

Obsérvese que entre las características de las curvas de indiferencia mencionamos


que son convexas y que tienen pendiente negativa. Ello es así, porque significa que el
consumidor está en la zona donde hay escacez por lo que debe resignar el consumo
de uno de los bienes si quiere consumir una unidad adicional del otro bien. Es decir
que existe un costo de oportunidad asociado a la elección. Si dividimos la
circunferencia en cuatro cuadrantes (figura 4.11), vemos que en el cuadrante inferior
izquierdo las curvas de indferencia son convexas y tienen pendiente negativa, ese es
el cuadrante donde analizaremos la conducta del consumidor.

Muy distinta es la situación en los otros tres cuadrantes en los que puede existir un
exceso de uno de los bienes o un exceso de los dos bienes. Cuando el consumidor
tiene una cantidad muy grande de uno de los dos bienes, éste se transforma en un mal
y para acercarse al punto de “máxima satisfacción” debe reducir la cantidad del bien

84
que se encuentra en exceso. Lo mismo en el caso que tenga una cantidad muy grande
de los dos bienes, en ese caso ambos bienes son males y la reduccion del consumo
de ambos bienes lo acercan al punto de máximo bienestar.

La forma concéntrica de las curvas de indiferencia de la figura 4.10, deviene de la


forma de la función de utilidad U(x,y) que se representa en forma tridimensional (figura
4.12), ya que la función U depende de dos variables: X e Y.

85
Si se realizan cortes transversales a la función de Utilidad en la figura 4.12, pero para
el cuadrante inferior izquierdo (como el EE, DD, CC), encontraremos todas las
combinaciones de los bienes (x,y) que generan el mismo nivel de utilidad (figura 4.13).
Si dichos cortes se proyectan hacia la base del plano, quedan graficadas las curvas de
indiferencia.

La Utilidad
Inicialmente cuando comenzó a estudiarse la teoría de la utilidad marginal, la “utilidad”
era considerada como un patrón o unidad de medida numérica del bienestar de las
personas. No obstante, los economístas clasicos no lograron definir esa unidad de
medida capaz de cuantificar la cantidad de utilidad de las elecciones de los individuos.
Por otra parte, la cantidad de utilidad de las elecciones de las personas respecto de un

86
mismo bien no es la misma entre ellas; asi como también, la utilidad de un bien bajo
ciertas circunstancias puede ser muy alta y en otras baja.

Por una parte, dada la imposibilidad de hallar un patrón de medida de la utilidad y, por
otra parte, que la utilidad marginal interpersonal no es mensurable, se abandonó la
idea de recurrir a la utilidad como medida de la felicidad, y se decidió pasar de un tipo
de medición cardinal a otra ordinal, en la cual la conducta del consumidor se estudia
a partir de sus preferencias en lugar de la utilidad.

Desde el nuevo punto de vista, lo importante de la utilidad es si una cesta tiene mayor
utilidad que otra y no el grado o la medida en que una cesta de bienes es mejor que
otra. Las preferencias se definían en función de la utilidad, entonces si se prefería
una cesta a otra, ello se debía a que la primera tenía mayor utilidad que la segunda.
Actualmente, las preferencias del consumidor son la descripción fundamental para
estudiar la elección y la utilidad es una forma de describir las preferencias.

La función de utilidad es una fórmula matemática que asigna un valor numérico a todas
las canastas de consumo para poder ordenarlas.

Por ejemplo, si la canasta A tiene un número mayor que la B es porque se prefiere la


cesta a A a la B. En términos formales, esto quiere decir que la cesta A se prefiere a la
B si y solo si la utilidad de la canasta A es mayor que la utilidad de la B. Formalmente,
(a1,a2) (b1,b2) <=> u(a1,a2) > u(b1,b2). Por todo lo anterior, la propiedad relevante de
la asignación de utilidad es que permite asignar un orden relativo a las cestas de
consumo, y no tiene en cuenta cuánto mas preferida es una a la otra.

La palabra “utilidad” se emplea para expresar el “beneficio” o “bienestar” que obtienen


los individuos del consumo de los bienes. Las personas reciben utilidad consumiendo
bienes o servicios que les dan placer o satisfacción y evitando las que les causan
dolor. La utilidad hace referencia a la puntuación numérica que se asigna a la
satisfacción que da a un consumidor una cesta de mercado. La utilidad es un recurso
que se utiliza para simplificar la ordenación de las cestas de mercado. Si comprando
una camisa el consumidor es más feliz que comprando un libro de ciencia ficción,
decimos que la camisa le reporta mas utilidad que el libro.

La Función de Utilidad:
Como mencionamos antes las funciones de utilidad son fórmulas matemáticas que
describen los gustos o preferencias de los consumidores. Supongamos que la función
de utilidad de Lara correspondiente a helados (h) y alfajores (a), es la siguiente: U
(h,a) = 10h.a, mientras que las preferencias de Vicky están representadas por la
función de utilidad: U (h,a) = 0,2 h2.a2

Para representar gráficamente las preferencias de los consumidores, en este caso


representamos las unidades de helados en el eje de abscisas y las unidades de
alfajores en el eje de ordenadas, e identificamos el conjunto de puntos que dan un
nivel de utilidad de 500 a Lara, como por ejemplo la canasta (10,5) que contiene 10
unidades de helados y 5 unidades de alfajores. De este modo la curva de indiferencia
87
está representada por la ecuación: 10 h.a = 500 o a= 50/h. Algunas canastas
correspondientes a esta curva de indiferencia son (5,10), (10,5), (25,2) y (2,25). La
curva de indiferencia de Lara se presenta en la figura 4.14.

Como vimos antes, el caso de Vicky la función de utilidad representativa de las


preferencias era 0,2(102).(52) = 500, cuando consume 10 unidades de helado y 5
unidades de alfajores. La curva de indiferencia de Vicky está representada por la curva
de indiferencia a= 50/h. Ambas curvas de indiferecia tienen la forma normal convexa.

Ellas tienen las mismas preferencias porque sus curvas de indiferencia son idénticas.
Esto significa que ranquean las canastas en el mismo orden. Se observa que no es
necesario que reciban el msmo nivel de utilidad por cada cesta de contumo para tener
el mismo conjunto de preferencias. Esta coincidencia en la forma que adoptan las
preferencias de Lara y Vicky se debe a que ambas funciones son iguales.

Como dijimos una función de utilidad es una fórmula que asigna un nivel de utilidad a
cada cesta de mercado. Si la función de utilidad de un consumidor de es U(a+2v). En
este caso una cesta de mercado formada por 10 unidades del bien A y 3 unidades del
bien v, reportará un valor de 10 + 2.3 = 16. Este consumidor estará indiferente a otra
canasta de mercado que contenga, por ejemplo, 4 unidades del bien A y 6 unidades
del bien V, dado que 4 + 2.6= 16. Sin embargo, preferirá cualquiera de estas dos
cestas a otra que contenga 4 unidades de los dos bienes pues en este último caso, el
nivel de utilidad es de 12. Los niveles de utilidad de cada cesta de mercado es
asignada a través la función de utilidad conforme con el número asignado a cada
canasta, que permite ordenarla y seleccionarlas. Por tanto, la función de utilidad
suministra la misma información sobre las preferencias del consumidor que un mapa
de curvas de indiferencia.

Como indicamos antes, la función de utilidad es una forma de ordenar las cestas de
mercado; no obstante la diferencia de utilidad entre las cestas de mercado no tiene
otro significado que indicar cuál es preferible a otra.
88
Las curvas de indiferencia de la Figura 4.3 muestran una ordenación de las cestas de
mercado. Por ello, una función de utilidad que genera una ordenación de cestas de
mercado se denomina función de utilidad ordinal.

Cuando los economistas estudiaron por primera vez la utilidad y las funciones de
utilidad, confiaban en poder cuantificar o medir fácilmente las preferencias de los
individuos en unidades básicas y ofrecer así una ordenación que permitiera realizar
comparaciones interpersonales, por ejemplo, conocer si una cesta de mercado reporta
a una persona el doble de satisfacción que a otra. Utilizando este enfoque, si los
valores numéricos asignados a las cestas de mercado pudiesen adquirir un significado
de este tipo, podríamos decir que la función de utilidad proporciona una ordenación
cardinal de las opciones, que describe cuánto se prefiere una cesta de mercado a
otra. Una función de este tipo asigna a las cestas de mercado valores numéricos que
no pueden duplicarse o triplicarse arbitrariamente sin alterar las diferencias entre los
valores de las distintas cestas de mercado, a diferencia de las funciones de utilidad
ordinales.

Debido a que no es posible saber si una cesta de mercado reporta a una persona el
doble de satisfacción que otra cesta de consumo; del mismo modo, que no es posible
conocer si el consumo de una misma cesta otorga a una persona el doble de
satisfacción que a otra persona, y dado que el objetivo es comprender las preferencias
de los consumidores, entonces es suficiente con conocer cómo ordenan los individuos
las cestas de mercado. Es por ello, que se trabaja con funciones de utilidad ordinales,
pues este enfoque es suficiente para comprender cómo toma el consumidor sus
decisiones y las implicaciones para las características de la demanda de los mismos.

La Función de Utilidad Ordinal es una función que genera una ordenación de las
cestas de mercado por orden de preferencia de mayor a menor.

LA RESTRICCION PRESUPUESTARIA

Luego de estudiar la conducta de los consumidores, tenemos que pasar al segundo


estadío del problema a resolver: nos referiremos a la Restricción Presupuestaria. Pues
como dijimos en el apartado anterior, las preferencias o niveles de satisfacción que le
gustaría alcanzar al consumidor pueden corresponderse con una cesta de bienes que
no sean asequibles con el ingreso disponible. De esta forma los gustos o preferencias
están limitadas por el ingreso de los consumidores.

En este modelo sencillo, el consumidor agota todo su ingreso en la compra de bienes y


servicios de consumo y no ahorra nada. De este modo el ingreso (I) del consumidor
debe igualarse al gasto que éste realiza en el bien X y en el bien Y.

Hay modelos que consideran el ahorro; así como la toma de préstamos, pero eso lo
dejamos para un poco más adelante. La ecuación de la recta presupuestaria es la que

89
indica todas las combinaciones de X e Y para las cuales la cantidad de dinero gastado
es igual al ingreso del consumidor:
I =py Y + px X. (4.1)

Para graficar la recta supongamos que se adquiere solo el bien Y y nada del bien X.
Ello nos dará la cantidad máxima que se puede adquirir de Y. En ese caso el
consumidor

podrá comprar ; <


. Si por el contrario decide comprar solo unidades de X, y =>

ninguna unidad de Y entonces el consumidor tendrá ?< unidades del bien X. Este
=@

sencillo ejercicio nos permite obtener los puntos extremos de la Recta Presupuestaria
o las cantidades máximas de los bienes X e Y que puede obtener el individuo con su
ingreso. La figura 4.15 muestra la Recta Presupuestaria obtenida de este modo.
Vemos que los extremos de la recta indican la máxima cantidad de cada bien que
puede adquirir

el consumidor: En el caso del bien X será ? <


, mientras que en para el bien Y la
=@

cantidad máxima será ; <


.En el medio de estas canastas extremas,
encontramos =>
el conjunto de combinaciones de bienes X e Y que puede comprar el consumidor
gastando todo su ingreso.

A medida que el consumidor se desplaza sobre la recta presupuestaria en forma


descendente, gastará menos en el bien Y y más en el bien X. Es decir, que resignará
cantidades del bien Y a cambio de adquirir más unidades del bien X. En el ejemplo
gráfico el consumidor dispone de un ingreso de $ 80, mientras que los precios de los
bienes son px= 1 y py=2; entonces renunciando a una unidad del bien Y puede obtener
dos unidades del bien X. Nótese que la tasa de intercambio entre los bienes es

90
siempre la misma, ello se refleja de la forma de la recta presupuestaria cuya pendiente
es constante. En la Figura 4.15, la pendiente de la recta, ∆ Y / ∆ X = –1/2, mide el
coste relativo del bien X expresado en términos del bien Y. Lo mismo ocurre si
expresamos la ecuación (4.1), en función del bien Y.

A B
; − ?
B B

Se trata de la ecuación de una recta con pendiente negativa, indicado por el cociente
de
C los precios de los bienes - con signo negativo. Dicha
@

relación establece la cantidad C


de Y a que debe renunciar el consumidor para obtener una unidad adicional de X. El
< cociente es la ordenada al origen que, como mencionamos antes, indica
la cantidad
C> máxima del bien Y que puede adquirir el consumidor si gasta todo su
ingreso en ese bien.

Los efectos de las variaciones de la renta y de los precios

En el apartado anterior vimos que la recta presupuestaria depende del ingreso y de los
precios de los bienes px y py. La modificación de algunas de estas variables provocará
cambios en la recta de presupuesto.

Modificación del precio de un bien: Observemos la ecuación de la recta


presupuestaria 4.1. Supongamos que el bien X se vuelve más barato. Cuando px se
C´@ reduce a p´x el cociente también se vuelve más
pequeño, modificándose la C
pendiente de la recta presupuestaria que ahora será menor, es decir será más plana.
Ello significa que la abscisa al origen I / p´ x será mayor, pues con el mismo ingreso y
un precio menor del bien X el consumidor será capaz de adquirir mayores cantidades
de X. Por otra parte, como py no cambió la ordenada al origen continúa siendo la
misma. Es decir que el consumidor si decidiera consumir solo unidades del bien Y
continuaría disponiendo de la misma cantidad de Y que antes de la modificación del
precio del bien X; mientras que si quisiera consumir solo unidades del bien X podría
disfrutar de una cantidad mayor del bien. Cuando se modifica el precio de uno de los
dos bienes manteniéndose todo lo demás constante, entonces la recta presupuestaria
pivota sobre el eje del bien cuyo precio no cambió, en este caso el bien Y.

Lo contrario ocurriría si px aumentara en lugar de disminuir. En ese caso, la abscisa en


el origen sería menor y el consumidor si decidiera comprar solo unidades del bien X
podría adquirir una cantidad menor. En la figura 4.16 se puede observar qué ocurre

91
cuando cambia el precio de uno de los dos bienes (en este caso p x) manteniéndose
todo lo demás constante:

Supongamos que el ingreso del consumidor es de $80, el precio del bien X es de $1 y


el precio del bien Y es $2. En este caso la cantidad del bien X que el consumidor
puede comprar son 80 unidades. Mientras que la cantidad de Y que puede adquirir son
40 unidades si gasta todo su ingreso a la compra de ese bien. Ahora, consideremos
qué ocurre cuando el precio del bien X disminuye a $ 0,50. En ese caso el consumidor
podrá adquirir 160 unidades del bien X como máximo, si dedica todo su ingreso al bien
X; mientras que continuará comprando la misma cantidad máxima de Y dado que el
precio de dicho bien se mantuvo constante al igual que el ingreso. Como se observa
en el gráfico la nueva recta presupuestaria del consumidor será L2. Por último, si el
precio del bien X aumenta a $2 entonces el consumidor podrá adquirir como máximo
40 unidades de X. Por su parte, dado que el precio del bien Y no se modificó, la
ordenada al origen continúa siendo de 40 unidades, que como mencionamos es el
máximo del bien Y que puede comprar el consumidor.

Modificación del Ingreso: Cuando aumenta el ingreso, permaneciendo los precios


constantes, el individuo puede adquirir más de ambos bienes. La recta presupuestaria
en este caso se desplaza en forma paralela y ascendente, pues debido a que los
precios no cambian la pendiente se mantiene constante. Si el ingreso disminuye la
recta presupuestaria se desplaza en forma paralela hacia la izquierda reduciendo la
cantidad de bienes que puede adquirir el consumidor.

92
En la figura 4.17 se muestra que si se duplica el ingreso la recta presupuestaria se
traslada hacia la derecha de I1 a I2 en forma paralela. Esto significa que el consumidor
puede duplicar sus compras máximas de X y de Y así como aumentar todas las
combinaciones de cestas (X, Y). Por el contrario si el ingreso se reduce a la mitad la
recta presupuestaria se trasladará hacia la izquierda, reduciendo las cantidades
máximas de X y de Y que puede comprar y todas sus combinaciones intermedias.

LA ELECCIÓN DE LOS CONSUMIDORES

Una vez que conocemos las preferencias del consumidor y la RMS xy entre los bienes X
e Y, (cuánto está dispuesto a sacrificar del bien Y a cambio de una unidad adicional del
bien X) y, por otra parte, la recta presupuestaria, que es el conjunto de canastas de
consumo máximas asequibles por el consumidor (dado su ingreso y los precios de los
bienes determinados por el mercado), entonces podemos superponer el mapa de
curvas de indiferencia con la recta presupuestaria para averiguar cuál es la cesta de
consumo que maximiza el bienestar del individuo. La cesta maximizadora de consumo
debe encontrarse sobre la recta presupuestaria, porque como dijimos antes contiene
las combinaciones máximas de bienes que el individuo puede adquirir con su ingreso.
Alguna de esas cestas será la seleccionada, y dado que el objetivo del consumidor es
la de maximizar su satisfacción o nivel de utilidad, entonces dicha combinación de
bienes será aquella que alcance la máxima curva de indiferencia.

Ello puede observarse en la figura 4.18, que muestra la elección del consumidor que
maximiza su utilidad o nivel de satisfacción. El consumidor puede adquirir cualquier
cesta que este ubicada debajo y sobre su recta presupuestaria. Si el consumidor
eligiera una canasta de consumo situada debajo del área que se ubica por debajo de la
93
recta presupuestaria entonces no estaría consumiendo todo su ingreso de forma de
maximizar su nivel de satisfacción sino que una parte del ingreso la dedicaría al
ahorro, entonces debe elegir una cesta ubicada sobre la recta presupuestaria. Siendo
ese el caso, podría elegir la cesta de consumo B o D. La cesta B le otorga el nivel de
satisfacción U1, aunque si elige la cesta C entonces obtendría un nivel de satisfacción
superior U2. Siendo ese el caso la canasta de consumo que elegirá el consumidor será
la cesta C.

Dicha cesta le permite alcanzar la curva de indiferencia más alta posible (es decir la
que le brinda el mayor nivel de satisfacción) dado su ingreso. Por otra parte, una
particularidad del punto C es que en ese punto la curva de indiferencia es tangente a la
recta presupuestaria. Recordemos que el concepto de tangencia implica que tanto la
curva de indiferencia como la recta presupuestaria tienen la misma inclinación (o
pendiente) y que además se tocan en dicho punto. Esto quiere decir que en C la RMS xy
es igual a la relación de precios (-Px / Py). La pendiente entre la recta presupuestaria y
la curva de indiferencia U2 es la misma y además se tocan.

Pongámoslo en otros términos, si la RMSxy es la tasa psicológica de intercambio de


bienes del individuo, y -Px/Py es la tasa de intercambio de bienes del mercado,
entonces la compra del bien se realizará dado que la valoración personal de los bienes
del consumidor es la misma que la que le exige el mercado en el punto C. Por su
parte, la cesta D es inalcanzable para el consumidor desde el punto de vista
presupuestario, pues no dispone del ingreso suficiente para adquirirla. Veamos que
ocurre en el punto B. La RMSxy (o pendiente de la curva de indiferencia U 1) es mayor
que la pendiente de la recta presupuestaria: RMS xy > Px / Py. Esto quiere decir que la
valoración psicológica del individuo del bien X respecto del bien Y (|RMS xy | = ∆Y/ ∆X =
94
10/10 = 1, es mayor a la tasa de intercambio que exige el mercado (P x / Py) = 40/80 =
½). Dado que el consumidor está dispuesto a sacrificar una cantidad de unidades del
bien Y para obtener una unidad adicional del bien X mayor a la que le exige el
mercado, la relación de equilibrio RMS xy = Px / Py no se cumple. Siendo ese el caso
¿Qué debiera hacer el consumidor para maximizar su satisfacción?: ¿Comprar más
unidades del bien Y, y menos unidades del bien X? ¿O aumentar el consumo del bien
X y disminuir el consumo del bien Y?

Por tanto, como el bien X es más barato que el bien Y, al consumidor le convendrá
adquirir más unidades de X y menos del bien Y. Por ejemplo, si compra 1 unidad
menos de Y, los 2 pesos ahorrados en esa compra pueden asignarse a la compra de
dos unidades de X, aunque solo se necesite una para mantener su nivel de
satisfacción.

La reasignación del presupuesto continúa de esta forma (moviéndose a lo largo de la


recta presupuestaria) hasta alcanzar el punto C, en el que la relación de precios de 1/2
es exactamente igual a la RMS de 1/2, lo cual implica que el consumidor está
dispuesto a intercambiar una unidad de Y por dos unidades de X.

Por lo tanto, el consumidor solo maximiza su satisfacción cuando se cumple la


siguiente condición:

|RMSxy| = 1/2 = PX/PY

Ahora supongamos que dos consumidores compraron distintas cantidades del bien X y
del bien Y. Si ambas personas maximizan su utilidad, es posible conocer el valor de la
RMSxy de cada una observando los precios de los dos bienes. Aunque no podremos
saber la cantidad que compró de cada bien cada uno de los consumidores, ya que esa
decisión depende de las preferencias individuales y psicológicas de los individuos. Si
los consumidores tienen gustos distintos, consumirán diferentes unidades del bien X y
del bien Y, aunque sus RMSxy sean iguales.

La solución de esquina

Se llama solución de esquina a la situación en que la relación marginal de sustitución


de un bien por otro no es igual a la pendiente recta presupuestaria.

Esta configuración se presenta cuando los consumidores deciden comprar cantidades


de un solo bien dentro de una categoría de bienes, por ejemplo hay personas que
deciden no comprar una vivienda sino que consideran que alquilar una vivienda es una
mejor opción. La Figura 4.19, refleja la elección de un consumidor que decide comprar
gaseosas únicamente.

Este tipo de elección, en la que el individuo consume solo uno de los bienes que
conforman la canasta o cesta de consumo, se denomina solución de esquina. En
estos casos la cesta de elegida aparece en la esquina del gráfico y está representada
95
por el punto B. Como se observa la curva de indiferencia y la recta de presupuesto no
son tangentes en B, sino que la pendiente de la curva de indiferencia es mayor en ese
punto. Es decir que RMSxy ≥ Px/Py. Esta desigualdad señala que el consumidor
continuaría adquiriendo gaseosas en lugar de agua si esto fuera posible; sin embargo
en B el consumidor está consumiendo todas las gaseosas a las que puede acceder
dada su restricción presupuestaria.

¿De qué manera utilizan las empresas el conocimiento que poseen sobre las
preferencias de los consumidores como la descripta en las decisiones de producción
que deben tomar?

Mediante estudios de mercado y experimentos de marketing las empresas relevan las


preferencias de los grupos de consumidores (en este caso supongamos que hay dos
grupos diferenciados de compradores), y que se identifican los atributos del producto
que consideran prioritarios cada uno de ellos. Por otra parte, la empresa tendrá en
cuenta los costos que demandarán el rediseño del bien, los cambios en la logística de
distribución o los que exigirá mejorar la calidad y el servicio. En función de ello la
compañía establecerá el plan de producción y comercialización que finalmente adoptará.

En este sentido, la empresa puede decidir atraer a los dos grupos de consumidores
fabricando un nuevo diseño que destaque más algunas características y un poco menos
otras; o modificar el mix de producción introduciendo en el mercado dos tipos de bienes,
uno dirigido a un grupo específico de consumidores que enfatice las características que
son de su preferencia y otro que destaque las particularidades que son de interés del otro
grupo de consumidores.

Conocer las preferencias de cada grupo, el número de consumidores que integra cada
uno, y el grupo socioeconómico al que está dirigida la oferta de productos ayudaría a la
empresa a tomar una decisión razonable. En la solución de esquina la RMS xy del
96
consumidor no es igual a la relación de precios, por lo cual la condición que maximiza
la satisfacción viene dada por la desigualdad:

RMSxy ≥ Px/Py

Si la solución de esquina estuviera en el punto A, la desigualdad se invertiría. Nótese


que la igualdad entre beneficio y costo marginal solo se cumple cuando se consumen
cantidades positivas de todos los bienes y se cumple:

RMSxy = Px/Py

El análisis antes realizado, muestra que las estimaciones sobre las ventas de un
producto ante un cambio en las condiciones económicas dependen de las
características de las preferencias de los consumidores por ese bien y de la relación
de precios con los bienes relacionados (pendiente de la recta presupuestaria). Por
ejemplo, si la RMSxy es significativamente mayor que la relación de precios, entonces
se requerirá una variación sustancial en los precios relativos de modo de incidir en las
preferencias de los consumidores.

Préstamos para financiar la educación universitaria

La Universidad a la que concurre Diego otorga préstamos a aquellos alumnos que como él,
carecen de posibilidades para financiar sus estudios universitarios. Los beneficiarios pueden
recibir el máximo asignado en cada caso, según las condiciones económicas de cada
estudiante, a condición de que lo gasten en material bibliográfico, o de otro tipo según la
carrera de que se tratara.

El préstamo obtenido le permite a Diego expandir su restricción presupuestaria, y con ello


alcanzar un nivel de bienestar superior al que obtendría sin el préstamo, aunque su nivel de
satisfacción sería superior en caso de poder disponer libremente de los fondos (por ejemplo el
pago de la residencia estudiantil donde residirá hasta que complete sus estudios. En la Figura
4.20, se grafica la situación descripta. El eje de abscisas corresponde al gasto anual que
realiza en educación; y en el eje de ordenadas se grafican todos los otros gastos.

La recta presupuestaria inicial es la línea AB. El préstamo permite a Diego expandir el gasto en
educación en la cantidad BD. Ello está representado por el desplazamiento paralelo de la recta
presupuestaria desde AB hasta CD. Ahora, con la ayuda financiera Diego desplaza su
consumo desde la cesta F ubicada sobre la curva de indiferenciaU 0, hasta la cesta H ubicada
en U1. Pero H es una solución de esquina, pues la curva de indiferencia U 1 en dicho punto no
es tangente a
la recta de presupuesto, sino que |RMSce| ≥ CE
. El punto de tangencia (es decir el punto óptimo
CF

en el consumo), es J y se ubica en la curva de indiferencia U 2. Es decir, que Diego estaría


mejor si pudiera destinar una parte del préstamo en el gasto de otros bienes. Los préstamos
destinados a contribuir al logro de un fin específico normalmente tienen restricciones en su uso,
a fin de que las instituciones o los gobiernos puedan asegurarse que los fondos recibieron el
uso previsto.
EJEMPLO 3.4

97
Préstamos para la educación universitaria
Cuando un estudiante recibe un préstamo para gastos en educación la
cesta de consumo se desplaza de F a H, que es una solución de
esquina. Si el préstamo pudiera aplicarse además a realizar otros
gastos, el estudiante disfrutaría de un bienestar mayor en el punto J.

LA UTILIDAD MARGINAL Y LA ELECCIÓN DEL CONSUMIDOR

Como vimos en este capítulo las preferencias del consumidor pueden estudiarse desde
el punto de vista de las curvas de indiferencia o desde el enfoque de la Función de
Utilidad24. En el primero de los casos mostramos cómo el consumidor maximizaba su
satisfacción o nivel de bienestar dada su restricción presupuestaria.

Por otra parte, relacionamos el concepto de Función de Utilidad con el concepto de


preferencias cuando mencionamos que la función de utilidad es una fórmula
matemática que asigna un número a cada canasta de bienes, sin que el mismo tenga
un significado en sí mismo más que el de ordenar las cestas de consumo. De esta
forma dicho número

24
Las funciones de utilidad, describen el comportamiento de los consumidores que tienen las siguientes
características: a) Si más es preferido a menos, entonces la función de utilidad tiene pendiente positiva, b)
La Ley de los rendimientos marginales decrecientes implica que la función de utilidad es cóncava dado
que su derivada parcial o utilidad marginal es decreciente. Expresado en términos matemáticos: ∂U(x) / ∂x
> 0 ; ∂2 U(x) / ∂x2 < 0. Que también es lo mismo que escribir UMgx > 0 y UMgxx < 0. Del mismo modo,
puede expresarse como f´x > 0 ; fxx´´ < 0 c) Por último, el individuo puede ser: adverso al riesgo, en ese
caso la UMg es decreciente; indiferente al riesgo, cuando la función de utilidad es una línea recta con
origen en cero; o amante del riesgo cuando la UMg es creciente.

98
determina el nivel de satisfacción que recibe el individuo. A partir del concepto de
utilidad, el análisis de maximización puede realizarse desde otro punto de vista.

Para comenzar, es preciso diferenciar el concepto de Utilidad Total que reporta el


consumo o uso de un bien, de la noción de Utilidad Marginal (UMg) que es la utilidad
adicional que reporta el consumo o uso de una unidad más del bien.

La función de utilidad tiene pendiente positiva, aunque la misma crece a una tasa
decreciente. Esto significa que en la medida que el individuo consume unidades
adicionales del bien la utilidad o nivel de bienestar del consumidor aumenta, pero lo
hace a una tasa decreciente.

La utilidad marginal de un aumento del consumo de 0 a 1 unidad de manzanas para


el individuo A podría ser de 10; mientras que el aumento del consumo de 7 a 8
unidades de manzanas puede ser de 5; un incremento en la cantidad de manzanas
consumidas de 8 a 9 unidades puede mejorar el bienestar adicional en 1. De lo
expuesto surge que conforme se consumen mayores cantidades de un bien, la utilidad
de cada unidad adicional que se añade al consumo aumenta cada vez menos, por eso
la utilidad marginal es decreciente.

A partir de aquí es posible relacionar la utilidad marginal con el problema de


maximización restringida de la utilidad del consumidor. Recordemos que un
movimiento sobre la curva de indiferencia implica el cambio de una cesta de consumo
por otra sin modificación en el nivel de utilidad. Si unimos este concepto con el de
Utilidad Total desarrollado antes concluimos que un desplazamiento sobre la curva de
indiferencia hace que el diferencial total de la utilidad sea igual a cero, pues la
satisfacción no cambia. El cambio en el nivel de utilidad total (dU) producido por un
aumento en el consumo de uno de los bienes que conforma la canasta, por ejemplo x,
es igual a la variación en las cantidades consumidas de x multiplicadas por la variación
positiva en la utilidad adicional que genera cada una de esas unidades en que
aumentó el consumo (Utilidad Marginal). En términos formales:

dU(xy)= UMgx ∆x

Si dado que un movimiento sobre la curva de indiferencia implica que el nivel de


utilidad o satisfacción del consumidor no cambia, se requerirá una reducción en el
consumo del otro bien (Y) que compense el aumento registrado en la utilidad total
ocasionado por el aumento en las cantidades del bien x. Por tanto:

dU = UMgx ∆x + UMgy ∆y = 0

+ -
99
Como se observa, el consumo adicional del bien x, ∆x, generará un aumento en la
utilidad marginal UMx, que dará lugar a un aumento en la utilidad total de UMx ∆x. Al
mismo tiempo, la reducción del consumo de Y, ∆y, reducirá la utilidad por unidad en
UMy, lo que resultará en una pérdida igual a UMy ∆y.

Analizado desde el punto de vista de una reducción en el consumo de unidades del


bien Y, el aumento del consumo del bien X debe contrarrestar la pérdida causada por
la reducción del consumo de Y, de forma tal de mantener la utilidad total constante o
sin variaciones sobre la curva de indiferencia. Avancemos un poco más en el análisis
matemático de lo anterior. Si separamos las variaciones de las utilidades totales de
cada bien, y luego agrupamos los cocientes de las utilidades marginales, obtenemos lo
siguiente:

UMgx ∆x = - UMgy ∆y

GHI@ − ∆J (1)
GHI> ∆K

∆J
MNO P − ∆K (2)

GHI@
La ecuación establece que el cociente de las utilidades marginales es igual a la
GHI>

negativa del cociente de − , que es la RMSxy. Esta igualdad es importante pues


permite conocer la tasa subjetiva de intercambio de bienes a partir de la función de
utilidad U(x,y). Recordemos que mediante el enfoque de las curvas de indiferencia es
fácil conocer la RMSxy observando la cantidad de un bien que el individuo intercambia
por otro, pero esa información no es posible obtenerla de manera directa con solo
conocer la función de utilidad.

Por otra parte, del equilibrio del consumidor surge que la tasa subjetiva de intercambio
de bienes es igual al cociente de precios o tasa objetiva de intercambio, es decir:

C@
|MNO | = (3)
C>

Entonces, en el punto de óptimo bienestar, el cociente de las utilidades marginales es


igual al cociente de precios.

GHI@ = B (4)
GHI> B

Si avanzamos un paso más, obtenemos la siguiente igualdad:

100
GHI@ = GHI> (5)
C@ B

La misma se denomina principio equimarginal, y significa que en el punto de equilibrio


o punto de elección óptima, el consumidor distribuye su ingreso de forma tal que la
utilidad adicional de cada peso gastado en el bien X sea igual a la utilidad adicional de
cada peso gastado en el bien Y. En otros términos, el punto óptimo o de máxima
satisfacción para el consumidor se alcanza cuando el presupuesto se asigna de
manera tal que la utilidad marginal de cada unidad monetaria de gasto es la misma
para todos los bienes.

Supongamos que un individuo obtiene más utilidad gastando un peso más en queso
que en una botella de gaseosa. En ese caso, su utilidad aumentará si gastara más en
queso. En la medida que la utilidad adicional que le reporta al consumidor el gasto de
un peso más en queso, sea superior a la utilidad adicional que obtiene cuando gasta
un peso más en gaseosas, entonces le será posible mejorar su nivel de satisfacción o
bienestar destinando una mayor parte de su presupuesto a la compra de queso y una
menor proporción a la compra de gaseosas.

De esta forma, mientras el individuo continúe aumentando el consumo de queso, la


utilidad marginal de dicho bien irá disminuyendo paulatinamente (dado que la utilidad
marginal es decreciente) y la utilidad marginal de las gaseosas comenzará a aumentar
por el mismo motivo. El proceso continuará hasta que la utilidad marginal de todos los
bienes por unidad monetaria de gasto sea la misma para todos los bienes, es decir
cuando se haya satisfecho el principio equimarginal. En ese momento habrá logrado
maximizar su bienestar en el consumo.

APLICACIÓN DE LOS CONCEPTOS BÁSICOS DE LA TEORÍA DE LA


DEMANDA
En este apartado aplicamos los principios hasta aquí analizados de Teoría de la
Demanda. Para ello, hacemos uso de los elementos de cálculo matemático para
explicar el concepto de optimización restringida.
La maximización de la utilidad y la obtención de las cestas óptimas
La teoría de la conducta del consumidor explica como distribuye su ingreso un
individuo entre distintos bienes, de manera de maximizar la utilidad sujeta a una
restricción presupuestaria, es decir que se trata de una maximización restringida.
Recordemos que definimos la función de utilidad U(x,y), como la expresión matemática
que describe el comportamiento de los consumidores y que asigna un nivel de utilidad
a cada cesta de mercado. También definimos la utilidad marginal UMg x, como la
variación que experimenta la utilidad cuando varía el consumo en una unidad.
La misma está dada por la derivada parcial de la función de utilidad con respecto al
bien X. Mientras que la función de utilidad es una función creciente de las cantidades
consumidas, la utilidad marginal disminuye a medida que aumenta el consumo siendo
una función que crece a una tasa decreciente con la cantidad consumida.
Ello significa que inicialmente la utilidad marginal aumenta a una tasa creciente y luego
de cierto nivel de consumo, la utilidad marginal comienza a disminuir.
Matemáticamente se expresa de la siguiente forma:
F´(x) > 0 ; F´´(x) < 0
101
F´(y) > 0 ; F´´(y) < 0

El problema de maximización restringida del consumidor puede formularse del


siguiente modo:
Max U(X,Y)
S.A. I = Pyy + PxX

U(X,Y) es la función de utilidad; X e Y son las cantidades de bienes compradas por el


consumidor; I es el ingreso del consumidor y los precios de los bienes son Py y Px .
Nótese que en la Teoría del comportamiento del consumidor el ingreso se agota en la
compra de todos los bienes. Es decir, que en este modelo no hay ahorro.
El problema a resolver consiste en averiguar la demanda de los bienes (X,Y) que
maximizan la utilidad del consumidor.
Para ello, se utiliza el Método de los Multiplicadores de Lagrange que permite resolver
un problema de maximización (minimización) restringida, mediante un tratamiento
matemático similar al que se da a los problemas de máximo libre. El mismo consiste en
transformar la función objetivo incorporando, además, una nueva variable adicional λ,
que es un número, llamada multiplicador de Lagrange.

Método de los Multiplicadores de Lagrange


Como mencionamos antes, el método de los multiplicadores de Lagrange puede
utilizarse para resolver problemas de maximización o minimización restringida sujeta a
una o más restricciones.

La Función Lagrangiana: La nueva función objetivo se compone de dos partes. La


primera formada por la función de utilidad y la segunda por la restricción
presupuestaria:

S T(K, J. + V
WA − B ? − B
;X

En la primera parte la función Lagrangiana contiene la función que se va a maximizar,


en este caso U(x,y); y el segundo término contiene la variable V multiplicada por la
restricción presupuestaria:
A B ?− B ; 0

Inicialmente planteamos que el ingreso del consumidor se agota en el gasto que


realiza en los dos bienes X e Y, por lo cual A − B ? − B ; = 0. De esta forma,
el segundo término de la ecuación es igual a cero y el problema de maximización
restringida es equivalente a maximizar U(X,Y). Igualando las derivadas parciales a
cero, se obtienen las condiciones necesarias para alcanzar un máximo.

Condiciones de primer orden

S= T(K, J) 5
V (A − B

102
?− B
;)

Las condiciones de primer orden consisten en realizar las derivadas parciales de L con
respecto a las variables X, Y, λ e igualarlas a cero:

ZS
= TN[ − VB =
0 (1) ZK ZS

= TN[ − VB =
0 (2) ZJ ZS

=A− B?− B;=0 (3)


ZV

La UMgx y la UMgy son las utilidades marginales de X e Y, que es la variación que


experimenta la utilidad ante el aumento en una unidad del bien X y del bien Y,
respectivamente. Al igualar las condiciones de primer orden a cero obtenemos las
condiciones necesarias para alcanzar un máximo.

Las ecuaciones 1 a 3 pueden reformularse de la manera siguiente:

TN[ −VB (1.

TN[ −VB (2)

A= B?− B; (3)

Ahora estamos en condiciones de resolver el sistema de tres ecuaciones con tres


incógnitas, siendo los valores de X e Y los resultados del problema de optimización del
consumidor, es decir las cantidades que demandará el individuo a fin de maximizar su
utilidad.
De las ecuaciones (1) y (2) obtenemos el siguiente resultado:

TN[ K B TN[ J
B TN[ TN[ B B
= = V (4)

= = V (5)

La ecuación (5) se denomina principio equimarginal, y señala que V es igual a la


utilidad marginal de cada peso gastado en el bien X y en el bien Y; el multiplicador de
Lagrange es la utilidad adicional resultante de 1 peso adicional de renta.
En otros términos, la ecuación (5) indica que los bienes se consumirán hasta que la
utilidad marginal obtenida del consumo de cada bien dividida por su precio sea la
misma. Ello, significa que el consumidor estará maximizando su bienestar cuando la

103
utilidad marginal que obtiene del último peso gastado en el bien X y en el bien Y es la
misma.

De no cumplirse el principio equimarginal, su nivel de utilidad aumentaría si


consumiera más del bien X, por ejemplo, y menos del bien Y. En ese caso la situación
sería la que se muestra a continuación:

TN[ TN[ B B
> (6)

El principio equimarginal también puede expresarse como la igualdad entre cociente de


las utilidades marginales de cada bien y la relación de precios (4).

TN[ K B TN[ J
B
= = V (4)

La ecuación (3) es la restricción presupuestaria del consumidor.

A= B?− B; (3)

La relación marginal de sustitución (RMS)

En este apartado, repasamos los conceptos principales de la Teoría del Consumidor a


fin de comprender las condiciones que se cumplen en el óptimo del consumidor.
Al inicio del capítulo definimos las curvas de indiferencia como el conjunto de cestas
(combinaciones de bienes), que reportan al consumidor el mismo nivel de utilidad. Por
lo que si se agrega una unidad más de uno de los bienes la utilidad total aumenta. De
esta forma, para mantener el nivel de satisfacción del consumidor constante es
necesario que a medida que se añaden unidades adicionales de un bien, se sustraigan
unidades adicionales del otro bien a fin que el diferencial total de la función de utilidad
sea igual a cero: dU(x,y)= 0, es decir que la variación total de la utilidad sea cero. Esta
condición la expresamos del siguiente modo:
dU = UMgx ∆x + UMgy ∆y = 0 (1)

+ -
UMX (x, y) dx + UMY(X, Y) dy = dU* = 0 (2)

Reordenando se obtiene:

^_‘^_‘>@ −∆ ∆ = MNO = CC>@ (3)

Como − representa la pendiente de la curva de indiferencia, en el punto de


tangencia la relación marginal de sustitución del individuo es igual al cociente
entre las utilidades marginales, que es igual a la relación de precios de los
bienes. Cuando las curvas de indiferencia son convexas, la tangencia de la
curva de indiferencia con la recta presupuestaria resuelve el problema de
optimización del consumidor.
104
La utilidad marginal de la renta

El multiplicador de Lagrange significa la utilidad adicional generada cuando se


abandona la restricción presupuestaria, adicionando un peso más al presupuesto. Para
ello, obtenemos el diferencial total de la función de utilidad U(x,y) con respecto a I: aT
aK aJ
= TNK (K, J) 5 TNJ (K, J)
(4) aA aA aA

Por otra parte, un aumento del ingreso se reparte entre los dos bienes, por lo cual
variación del ingreso se expresa de la siguiente forma:
dI = PXdX + PYdY (5)

Dado lo anterior resulta lo siguiente:

dU/dI = λ PX (dX/dI) + λ PY (dY/dI) = λ (PX dX + PY dY) /dI (6)

De lo anterior se desprende que el multiplicador de Lagrange (λ) es la utilidad adicional


que obtiene el consumidor cuando el ingreso aumenta en 1 peso.
Si retomamos el análisis que realizamos con relación a las condiciones para maximizar
la utilidad, la ecuación expresa que la utilidad generada en el consumo de cada bien,
por peso gastado en ese bien, es igual a la utilidad marginal de un peso adicional de
renta. Si estas condiciones no se cumplieran, significaría que la utilidad podría
aumentarse gastando más en el bien que tiene el mayor cociente entre la utilidad
marginal y su precio, y disminuyendo el gasto en el otro.

V
GHI @ GHI> (7.
C C>

TN[ TN[

V
(8.
B B

Función de utilidad indirecta


En un problema de maximización restringida de la Utilidad es posible calcular los
valores óptimos de x1, x2, . . . , xn. Estos valores óptimos dependerán de los precios
de todos los bienes y de los ingresos del individuo. Es decir,

105
x*1 = x1 (p1, p2, . . . , pn, I) x*n
= xn (p1, p2, . . . , pn, I) x*2 =
x2 (p1, p2, . . . , pn, I) (4.41)

Las funciones de demanda muestran que la cantidad de cada xi demandada depende


de p1, p2, . . . , pn y de I, obteniéndose

Utilidad máxima = U(x*1, x*2, . . . , x*n) (4.42)

= V(p1, p2, . . . , pn, I). (4.43)

En palabras, diríamos que ante el deseo del individuo de maximizar su utilidad, dada la
restricción presupuestaria, el nivel óptimo de utilidad que puede alcanzar dependerá
indirectamente de los precios de los bienes que compra y de su ingreso.
La función de utilidad indirecta V refleja esta dependencia. Si el ingreso o los precios
cambiaran, entonces el nivel de utilidad que puede alcanzar el individuo también se
vería afectado. En la teoría del consumidor y en muchos otros contextos, a veces
podemos utilizar este planteamiento indirecto para estudiar cómo los cambios de las
circunstancias económicas afectan distintos tipos de resultados, como la utilidad o,
como veremos en capítulos posteriores, los costos de las empresas.

Minimización del gasto

Muchos problemas de maximización con restricciones conllevan a un problema “dual”


de minimización con restricciones. En el caso de la maximización de la utilidad, el
problema dual de la minimización trata de asignar los ingresos de tal modo que
podamos alcanzar un determinado nivel de utilidad con el gasto mínimo. Este
problema es, evidentemente, análogo al problema primario de maximización de
la utilidad, pero los objetivos y las restricciones se revierten. La figura 4.6 ilustra
este problema dual de la minimización del gasto. En el mismo, el individuo debe
alcanzar el nivel de utilidad U2, que ahora constituye la restricción del problema.
La figura muestra tres cantidades posibles de gasto (E1, E2 y E3) como tres
rectas de “restricción presupuestaria”. El nivel de gasto E1 es, evidentemente,
demasiado bajo para alcanzar U2, y, por tanto, no puede resolver el problema dual.
Con el nivel de gasto dado por E3, el individuo puede alcanzar U2 (en el punto B o en
el C), pero este nivel de gasto mínimo no es el nivel buscado. Por el contrario, E2
ofrece claramente el gasto total justo suficiente para alcanzar U2 (en el punto A), y, de
hecho, esta es la solución al problema dual. Si se comparan las figuras 4.2 y 4.6 es
evidente que tanto el planteamiento inicial de maximización de la utilidad como el
planteamiento dual de minimización del gasto ofrecen la misma solución (x*, y*); es
decir, simplemente son formas alternativas de ver el mismo proceso. No obstante, el
planteamiento de la minimización del gasto muchas veces es más útil porque
podemos observar los gastos directamente, mientras que no podemos hacer lo mismo
con la utilidad.
FIGURA 4.6

Una formulación matemática

En términos más formales, el problema dual de la minimización del gasto del individuo
consiste en elegir x1, x2, . . . , xn de modo que pueda minimizar gastos totales:
E = p1x1 + p2x2 + . . . + pnxn, (4.48)

106
sujeto a la restricción: U = U(x1, x2, . . . , xn) (4.49)

La cantidad optima de x1, x2, . . . xn que se elija en este problema dependerá de los
precios de los diversos bienes (p1, p2, . . . , pn) y del nivel de utilidad requerido –U2. Si
alguno de los precios cambiara o si el individuo tuviera otro “objetivo” de utilidad,
entonces otro paquete de bienes seria el óptimo. Una función gasto resumiría esta
relación.
DEFINICIÓN
Función gasto. La función de gasto del individuo muestra el gasto mínimo necesario
para alcanzar un determinado nivel de utilidad dado un conjunto de precios
determinado. Es decir, gasto mínimo = E(p1, p2, . . . , pn, U) (4.50).

Esta definición muestra que la función gasto y la función de la utilidad indirecta


son funciones inversas (compare las ecuaciones 4.49 y 4.50). Ambas funciones
dependen de los precios de mercado, pero incluyen distintas restricciones (ingreso o
utilidad). Esta relación resulta muy útil, porque permite analizar la teoría de cómo
reaccionan los individuos ante variaciones de los precios.

La dualidad en la teoría del consumidor

Existen dos maneras de analizar la elección óptima del consumidor. La primera


consiste en encontrar la curva de indiferencia más alta que sea tangente a la recta
presupuestaria que posee el individuo. Es decir, dado el presupuesto de que dispone
el consumidor, elegirá aquella cesta que estando sobre la recta presupuestaria que le
permita alcanzar el nivel de satisfacción más alto. El caso detallado antes, se refiere a
la maximización de la satisfacción del consumidor.
Una segunda forma de hallar la canasta óptima puede enfocarse desde el punto de
vista de la Minimización del Gasto, donde el consumidor determina el nivel de utilidad
que desea lograr y luego elije una cesta de consumo que esté ubicada sobre dicha
curva de indiferencia que sea tangente a la recta presupuestaria más baja, es decir
que requiera el gasto presupuestario mínimo.
Utilizamos el término dualidad para referirnos a estos dos enfoques.
Para ver cómo funciona este principio, consideremos el siguiente problema dual de la
minimización del presupuesto de alcanzar un determinado nivel de utilidad. Para ello,
utilizaremos nuevamente el método de los multiplicadores de Lagrange que, como
mencionamos antes, se utilizan para resolver problemas de maximización o
minimización restringida sujeta a una o más restricciones.
Cuando maximizamos la utilidad el problema consiste en elegir la curva de indiferencia
más alta - el valor máximo de U(x,y) - que es tangente a la recta presupuestaria dada.
Visto desde otra perspectiva, el problema también puede plantearse como la relación
de la recta presupuestaria más baja - el gasto presupuestario mínimo - que permita
llegar a un nivel de utilidad o curva de indiferencia ya establecida. Denominamos
dualidad para referirnos a estas dos perspectivas. Para ver cómo funciona el concepto
de optimización del gasto mediante el proceso de Minimización tengamos en cuenta el
siguiente problema:
Minimizar PXX + PYY

Sujeto a la restricción: U(X, Y) = U* (1)

La ecuación objetivo, ahora está dada por la siguiente ecuación de Lagrange:

Φ = PXX + PYY – µ (U(X, Y) − U* ) (2)


107
µ: es el multiplicador de Lagrange. Diferenciando Φ con respecto a X, Y y µ e
igualando las derivadas a cero, obtenemos las siguientes condiciones necesarias para
la minimizar del gasto:

a- PX – µ UMX(X, Y) = 0

b- PY – µ UMY(X, Y) = 0

c- U(X, Y) = U*

Resolviendo las dos primeras ecuaciones y reordenando los términos de las


ecuaciones a y b, obtenemos que:
µ = [PX / UMX (X, Y)] = [PY / UMY (X, Y)] = 1/λ

Si a partir de la igualdad anterior agrupamos las utilidades marginales en un término y


los precios en otro. Concluimos entonces que el cociente de las utilidades marginales
es igual a la relación marginal de sustitución entre los bienes (x,y), la que a su vez es
idéntica a la relación de precios:

UMx (X, Y) / UMY(X, Y) = RMSXY = PX/PY

Así como en el problema de maximización de la utilidad la cesta óptima se encontraba


en el punto de tangencia entre la recta presupuestaria dada ( I*) y la curva de
indiferencia más alta, en este caso la canasta (X,Y) que minimiza el costo se ubicará
en el punto de tangencia entre la recta presupuestaria y la curva de indiferencia U* que
genera el nivel de utilidad que se debía alcanzar. Dado que la cesta que hace máxima
la utilidad en el problema primal, es la misma que en el problema dual de minimización
del gasto, las funciones de demanda que se obtienen en el problema de maximización
directa de la utilidad son las mismas que las del problema dual de minimización del
gasto.

Capítulo 5
La Curva de Demanda del
Individuo y del mercado

108
Introducción
En el capítulo 4 estudiamos las preferencias de los consumidores, su naturaleza, los
distintos enfoques para representarlas u ordenar las cestas y las condiciones que
deben cumplirse para que éste logre maximizar su bienestar sujeto a una restricción
presupuestaria.

Esas nociones constituyen la base conceptual que permiten obtener la curva de


demanda del individuo. Para ello, se requiere conocer las preferencias de los
consumidores, los precios de los bienes que constituyen la cesta de consumo y el
ingreso. La curva de demanda individual del consumidor se obtiene modificando uno
de los precios de los bienes, manteniendo constante todo lo demás. Del mismo modo
si tenemos en consideración cambios en el ingreso del consumidor podemos observar
los desplazamientos de la curva de demanda.

Por su parte, veremos que la obtención de la curva de demanda de largo plazo surge
de la agregación de las curvas de demanda individual y que, conforme a sus
características, las mismas difieren entre sí. También enunciaremos algunos de los
métodos que utilizan los economistas para obtener información empírica de la
demanda y proceder a su posterior estimación.

1. Curva de Precio Consumo y obtención de la Curva de


Demanda
Como comentamos antes, obtener la curva de demanda requiere previamente haber
definido previamente las preferencias de los consumidores. También es preciso
conocer la restricción presupuestaria del consumidor y los precios de los bienes que
conforman la canasta de consumo.

En el capítulo 3 vimos que la curva de demanda es la relación establecida entre el


precio y la cantidad comprada de un bien por los consumidores, e indica cuánto están
dispuestos a adquirir los consumidores de un bien a los distintos precios unitarios del
mismo. También dijimos que la función de demanda (o relación entre el precio y la
cantidad) podía expresarse matemáticamente de la siguiente forma: Qd=Qd (P).
En este apartado, veremos cómo se obtiene la curva de demanda de un individuo a
partir de las decisiones de consumo que éste realiza a medida que el precio de uno de
los bienes cambia, manteniéndose constante todo lo demás (ingreso, precio del otro
bien y los gustos). ¿Por qué hacemos referencia al cambio en el precio de uno de los
bienes? Por la definición de demanda, que expresa cuántas unidades de un bien se
demanda ante modificaciones en su precio. Entonces las variables que nos importan
son esas dos.

Analicemos gráficamente como se obtiene la curva de demanda. Para ello, debemos


partir de una canasta formada por dos bienes, X e Y. Supongamos que el consumidor
dispone inicialmente de un ingreso, I= $ 200, px = $10, py= $ 20. Ello significa que
109
podrá adquirir como máximo de 10 unidades del bien Y ($200/$20) o 20 unidades del
bien X ($200/$10). Consideremos que el precio del bien X (px) disminuye, mientras que
el ingreso (I) y el precio del bien Y (p y) no cambian. Tengamos presente que la base o
marco conceptual es la teoría de maximización de los beneficios por lo cual el objetivo
del consumidor será el de maximizar su bienestar.

FIGURA 5.1: Efectos de las variaciones en el precio del bien X: en la gráfica


(a) vemos que la modificación del precio de un bien produce cambios en la
pendiente de la recta presupuestaria, permitiendo alcanzar cestas más altas y
nuevos puntos óptimos en que la canasta de consumo seleccionada es
diferente de la cesta inicial.

Consideremos que px disminuye de $ 10 a $ 5 y posteriormente a $ 2. En la parte (a)


del gráfico observamos que la reducción del px produce un aumento en la cantidad
demandada del bien X por parte del individuo, el que es acompañado por una
disminución en las cantidades adquiridas del bien Y y, en este caso, también en el
gasto de dicho bien. Como se observa en la parte (a) del gráfico, con las sucesivas
reducciones de px se obtienen nuevas cestas óptimas de consumo: C, B y D, que
contienen las cantidades de los bienes (X, Y) que maximizan el bienestar del
consumidor dado su ingreso de $ 200 y los precios px y py. La unión del conjunto de
canastas que maximizan el bienestar del consumidor a medida que se modifica px se
denomina curva de precio consumo.

A partir de la curva de precio consumo, es posible relacionar las cantidades de X que


se adquieren a cada uno de los p x. El procedimiento descripto puede observarse en la
110
parte (b) del gráfico, que muestra la obtención de la curva de demanda individual del
bien X. La curva de demanda del individuo relaciona la cantidad de un bien que
adquiere un consumidor con su precio.

Relacionando la parte (a) del gráfico con la parte (b) es posible notar que a lo largo de
la curva de precio consumo, a medida que el precio de uno de los bienes disminuye, el
consumidor puede alcanzar curvas de indiferencia superiores o niveles de utilidad
mayores. Ello se debe a que cuando el precio de un bien disminuye, aumenta el poder
adquisitivo o poder de compra del individuo. Ello significa que, a lo largo de la curva de
demanda, a medida que el precio baja el consumidor aumenta su nivel de utilidad.

Esto quiere decir que cada punto de la curva de demanda es un punto óptimo en el
consumo que satisface la condición según la cual al RMSxy es igual a la relación de
=
@
precios entre X e Y. Al disminuir el precio del bien X se reduce la relación de precios
=> y la RMSxy La disminución de la RMSxy indica que el valor subjetivo que otorga el
consumidor al bien X respecto del bien Y es menor a medida que adquiere una mayor
cantidad de X.

La curva de precio consumo también nos da información respecto de la elasticidad del


bien. Veamos la parte (a) del gráfico, cuando px disminuye de $ 10 a $5. El consumidor
encuentra un nuevo punto de tangencia que llamaremos B. El pasaje del punto óptimo
de C a B muestra que la baja en el precio del bien X genera un aumento en las
cantidades demandadas de X, a la vez que el individuo reduce el consumo de
unidades del bien Y. Dado que el ingreso y el p y permanecen constantes, la
consecuencia de lo anterior es un aumento en el gasto del bien X (que inicialmente era
de $ 60) a $140. Obsérvese que la variación porcentual en las cantidades de 366%
demandadas de X (de 6 a 28 unidades), supera la reducción porcentual en el precio de
50%, por lo cual se trata de un bien de demanda elástica. Los bienes que tienen una
demanda elástica se caracterizan, porque la reducción de precios produce un aumento
en el gasto.

Posteriormente, una nueva reducción del precio del bien X de $5 a $ 2 (punto D de la


curva de gasto consumo), reduce el gasto en X. Ello implica que en dicho tramo la
curva demanda de X es inelástica. Por último, el consumidor que inicialmente
compraba 7 unidades del bien Y a $ 20 pesos, acaba adquiriendo 5 unidades de Y a $
20.

2. Curva de Ingreso Consumo y obtención de la Curva de Engel


La Curva de Ingreso Consumo se obtiene mediante variaciones sucesivas del ingreso
(I), permaneciendo todo lo demás constante (px, py). Este ejercicio permite conocer
cuáles son las nuevas cestas óptimas de consumo que elegiría el consumidor ante
aumentos o disminuciones de I. La figura 5.2 muestra que cuando la recta
presupuestaria es baja, el nivel de utilidad alcanzado es U 1, y la mejor canasta
asequible para el consumidor es la C. Cuando el ingreso (I) aumenta, la recta
presupuestaria se desplaza paralelamente hacia la derecha y el consumidor alcanza la

111
curva de indiferencia U2 y la cesta óptima es la B. Un nuevo aumento del ingreso
genera un desplazamiento de la recta presupuestaria hacia la derecha, que representa
un incremento en el bienestar del consumidor pues ahora la curva de indiferencia
relevante es U3 y la cesta maximizadora del bienestar es D. De igual modo, podemos
continuar aumentando el ingreso y obteniendo nuevas canastas que mejoren el
bienestar dl individuo.

La Figura 5.2 (a) muestra la curva de ingreso-consumo que contiene las cestas
maximizadoras de la utilidad correspondientes a todas y cada una de las variaciones
posibles del ingreso. La misma tiene pendiente positiva pues cuando aumenta el
ingreso también aumenta el consumo de los bienes (X,Y), en ese caso los bienes son
normales.
Matemáticamente, lo anterior puede expresarse como: > 0, entonces el bien es
<

normal. Si en cambio la relación fuese < 0, entonces el bien sería inferior pues a
<

112
medida que el ingreso (o capacidad de compra) del consumidor aumenta deja de
comprar ciertos bienes y los reemplaza por otros que son de su mayor agrado.

Cuando estudiamos la curva de precio consumo vimos que una modificación del precio
genera un cambio en la pendiente de la recta presupuestaria y que en la curva de
demanda dicho cambio en el precio se presenta como un desplazamiento a lo largo de
la curva de demanda.

Por su parte, si la curva de ingreso consumo tiene pendiente positiva significa que la
elasticidad ingreso de la demanda es positiva (d = e aJ
> 0), los
bienes son normales < aK
y un aumento del ingreso se presenta como un desplazamiento hacia la derecha de la
curva de demanda (Figura 5.2 (b)). Cuanto mayor sean los desplazamientos de la
curva de demanda, mayor será la elasticidad ingreso de la demanda del bien.

3. Bienes normales e inferiores


Como ya mencionamos la curva de ingreso consumo puede tener pendiente positiva,
en cuyo caso la cantidad demandada aumenta cuando aumenta el ingreso, en este
caso la elasticidad ingreso será positiva; por su parte, desplazamientos mayores de la
curva de demanda implica que mayor es la elasticidad ingreso de la demanda. Como
anticipáramos los bienes con esta característica se denominan normales (los
consumidores desean comprar una cantidad mayor a medida que aumenta el ingreso.

Además, existen ciertos bienes cuya cantidad demandada disminuye cuando aumenta
el ingreso. En ese caso, la elasticidad ingreso de la demanda es negativa y el bien
se denomina inferior. Es preciso notar que un bien puede ser normal para bajos
niveles de ingreso, pero a medida que éste comienza a aumentar, el consumo
del bien tiende a disminuir. Esta retracción del consumo, se representa en la Figura
5.3 como una curva de ingreso consumo que a determinado nivel de ingreso se vuelve
113
hacia atrás. En el gráfico, dicho comportamiento corresponde al tramo comprendido
entre el punto B y el punto C. Ello ocurre dado que a partir de cierto ingreso del
consumidor las hamburguesas se convirtieren en un bien inferior, es decir que el
consumo disminuye cuando el ingreso aumenta. De la curva de Ingreso consumo,
obtenemos la curva de Engel.

4. Las curvas de Engel

a) Bienes Normales
Al igual que la curva de demanda que relaciona precio y cantidad, se deriva de la curva
de precio-consumo; la curva de Engel se deriva de la curva de ingreso consumo. La
curva de Engel relaciona el ingreso del individuo (medido en pesos) con el consumo de
un bien, medido en unidades.

La figura 5.4 muestra cómo se obtienen las curvas de Engel en el caso de un bien
normal. En la parte (a) del gráfico se presenta la curva de ingreso consumo de un bien
normal, que se caracteriza por la relación positiva entre la variación de las cantidades
demandadas de los bienes consumidos ante una variación positiva en el ingreso. Allí
se observa que cuando el ingreso del individuo aumenta de $100 a $200 y,
posteriormente, a $ 300, el consumo del bien X aumenta de 4 a 8 unidades y, por
114
último, a 16 unidades. Por su parte, el aumento en el ingreso hace que las unidades
consumidas del bien Y pasen de 3 unidades a 6 unidades y luego a 7 unidades.

A diferencia de la sección (a) del gráfico en que se relacionaban los dos bienes con las
variaciones que experimentaba el ingreso, en la sección (b) del gráfico se muestra la
relación existente entre las cantidades consumidas de uno de los dos bienes, en este
caso del bien X, ubicadas en el eje de abscisas y el ingreso del individuo, situado en el
eje de ordenadas. Vinculando las cantidades demandadas de X para cada nivel de
ingreso, obtenemos la Curva de Engel que se presenta en la figura 5.4.b. La misma
tiene pendiente positiva indicando que a medida que aumenta el ingreso, también fg
aumenta el consumo del bien X, es decir que el > 0 , por lo que se trata de un bien fh
normal. En relación a ello, recordemos que los aumentos del ingreso (permaneciendo
todo lo demás constante), se traduce en un desplazamiento de la curva de demanda
hacia la derecha.

b) Bienes Inferiores

Volvamos a la figura 5.3. En ella se presenta la curva de ingreso consumo


perteneciente a un bien inferior (en este caso hamburguesas), donde se muestra que a
medida que aumenta el ingreso, el consumidor adquiere unidades adicionales de este
bien hasta un cierto punto (B), a partir del cual el individuo comienza a disminuir las
cantidades que compra de hamburguesas, aumentando las de carne vacuna.

Al igual que en el caso del bien normal, para obtener la curva de Engel de un bien
necesitamos relacionar la cantidad comprada del bien inferior (hamburguesas), con el
ingreso del individuo. La retracción en el consumo de hamburguesas a medida que el
ingreso aumenta se representa mediante una curva que se vuelve hacia atrás,
indicando fg
que a mayor ingreso menor será el consumo del bien X= < 0 . La parte de la curva fh
de Engel que tiene pendiente negativa corresponde al tramo de ingreso en el que la
hamburguesa es un bien inferior (Figura 5.5).

115
5. Bienes sustitutivos y complementarios

Como mencionamos en el capítulo 3, la curva de demanda de un bien representa la


relación entre el precio de un bien y la cantidad demandada del mismo, manteniéndose
constante todas las demás variables (los precios de todos los demás bienes, el ingreso
y los gustos).
En la vida cotidiana, podemos observar que la demanda de la mayoría de los bienes es
afectada por el consumo y los precios de otros bienes. Por ejemplo los bates de jockey
y las pelotas de jockey; las computadoras y los programas informáticos, entre otros,
son casos de bienes que se utilizan juntos y que se denominan complementarios dado
que se caracterizan, porque variaciones en los precios afectan las cantidades
consumidas del otro bien en el sentido contrario. Por ejemplo, un aumento en el precio
de los combustibles afectaría negativamente el uso de los automóviles por parte de las
i familias, ello se expresa como < 0. iC>
También existen bienes que se caracterizan porque se pueden sustituir fácilmente
unos por otros en el consumo. Ejemplos de estos bienes son las bebidas gaseosas y
las aguas saborizadas con gas, las galletitas, los jabones para lavar la ropa, las
entradas de cine y el alquiler de videos, entre otros. Estos bienes se denominan
116
sustitutivos, e implican que el aumento en el precio de uno de ellos genera un aumento
en el consumo i de otro bien. Ello se expresa como > 0. Por ejemplo, es de esperar
que el aumento iC>

en el precio de las bebidas gaseosas incentive el consumo de las aguas saborizadas;


lo mismo ocurrirá en el caso de un aumento en el precio de las entradas de cine o de
teatro, ello inducirá a los consumidores a dedicar su tiempo de esparcimiento a realizar
otras actividades como alquilar películas de video en el primer caso, o salir a cenar en
el segundo caso.
Sin embargo, si la variación del precio de uno de ellos no afecta la cantidad
demandada del otro, los bienes se denominan independientes.
La curva de precio-consumo permite conocer si se trata de bienes sustitutivos o
complementarios. Para analizar el tema podemos remitirnos a la gráfica 5.1.a. donde
se muestra la reducción del precio del bien X. La caída del precio de X genera un
tramo descendente en la curva de precio consumo. Si observamos, el consumo de los
bienes X e Y veremos que en ese segmento los bienes son sustitutivos pues el menor
precio de X desalienta el consumo del bien Y, es decir que reduce la parte del ingreso
que se destinaba al gasto del bien Y.
No obstante, a medida que el bien X continúa abaratándose el consumidor decide
aumentar las compras del bien Y, ello se verifica a través del tramo ascendente de la
curva de precio consumo. Los bienes son complementarios en dicho segmento.

De lo expuesto, observamos que cuando se estudian los efectos de las variaciones de


precios en un mercado, resulta importante examinar cómo afectan estas
modificaciones a los mercados de los bienes relacionados, en caso que los hubiera. Si
los bienes son sustitutivos, complementarios, o independientes es una cuestión que se
observa en la práctica observando qué impacto tiene la variación del precio de un bien
en relación a la curva de demanda de otro bien, siempre que exista interrelación entre
ellos.

Por otra parte, analizar las relaciones entre los bienes no es una cuestión simple
debido a que es probable que se modifiquen muchas variables al mismo tiempo
cuando cambia el precio del primer bien.

6. EL EFECTO-RENTA Y EL EFECTO-SUSTITUCIÓN

Cuando varía el precio de uno de los dos bienes que conforman la cesta de consumo,
permaneciendo todo lo demás constante, estudiamos que la recta presupuestaria
pivota sobre el eje del bien cuyo precio no se modificó, pudiendo el consumidor
alcanzar una curva de indiferencia más alta. Dicho movimiento de la recta
presupuestaria puede dividirse en dos efectos llamados, Efecto Ingreso y Efecto
Sustitución.

117
1) El efecto sustitución: como hemos estudiado un cambio en el precio de uno de los
bienes, genera un cambio en la pendiente de la recta presupuestaria y, por tanto, de la
pendiente del punto de tangencia entre la recta presupuestaria y curva de indiferencia.
Es decir que la RMS será una que iguale a la nueva relación de precios.
De lo anterior se desprende, que una variación en la relación objetiva de intercambio
de los bienes en el mercado, irá acompañada necesariamente por un cambio en la
relación subjetiva de intercambio de bienes de los individuos. En consecuencia, la
composición de la canasta de consumo también será otra.
Si bien en la figura 5.6 el pasaje de la cesta C (la canasta inicial) a la cesta B (la
canasta final) representa el efecto total, es posible percibir el cambio de pendiente
en el punto de tangencia entre la relación de precios y las curvas de indiferencia,
tanto en C como en B.
El efecto sustitución nos indica que cantidad de cada uno de los bienes hubiera
comprado el consumidor en el momento inicial cuando su nivel de utilidad era U 1, si en
ese momento los precios de los bienes hubieran sido los del momento final (luego de
la variación de px), permaneciendo constante el nivel de utilidad. El efecto sustitución
viene dado por el pasaje de C a D. Allí se puede observar que ante una disminución
del precio del bien X, px, el individuo estará dispuesto a comprar más unidades de ese
bien. El efecto sustitución siempre tiene signo negativo dado que la relación precio-
cantidad es inversa. Una reducción en el precio del bien X, genera un aumento de las
cantidades demandadas de X.
Como vemos, el efecto sustitución obliga al consumidor a mantener su nivel de
satisfacción constante ante una modificación de los precios, anulando, de este modo,
el cambio en el nivel de bienestar producto de una alteración en el poder de compra
del individuo, que fuera originado mediante la variación de uno de los precios de los
bienes.

118
2) El efecto ingreso: cuando cambia el precio de uno de los bienes, permaneciendo
todo lo demás constante, varía la capacidad de compra del consumidor. Por ejemplo,
si px disminuye el poder adquisitivo del consumidor aumenta. El efecto ingreso es el
pasaje de D a B.

Obsérvese que el efecto sustitución lo que hace es anular el aumento (disminución) del
poder adquisitivo del ingreso que se produce cuando uno de los precios disminuye
(aumenta), con el objetivo de conocer cómo cambia el individuo un bien por otro ante
una variación de uno de los precios cuando el nivel de bienestar está fijo. Para ello, en
caso de que uno de los precios baje se requerirá reducir el ingreso del consumidor a
fin de evitar que mejore su nivel de satisfacción. Por el contrario, será necesario
aumentar el ingreso del individuo si el precio de uno de los bienes aumenta, de manera
que no empeore la situación del consumidor.
Pero, estos aumentos o reducciones en el ingreso del individuo, no se verifican en la
práctica. Es decir, que el cambio de la canasta C a la canasta D es ficticio. Pues en
realidad, la reducción del precio del bien X se verifica como un solo movimiento que va
desde la canasta D a la canasta B (ubicada en una curva de indiferencia más alta,
producto de la mejora en el bienestar por la reducción de px).

7. La curva de demanda compensada o Hicksiana


7.1 Introducción
Hasta ahora mostramos que variaciones en el precio de uno de los bienes producía
cambios en la pendiente de la recta presupuestaria (5.1). Por ejemplo, a medida que el
precio del bien X disminuía el consumidor alcanzaba curvas de indiferencia más altas.
Ello indicaba una mejora en el nivel de bienestar del consumidor, dado que luego de
las reducciones en el precio de uno de los bienes (x), el individuo era capaz de
acceder a canastas que de otro modo no habría podido adquirir. Por tanto, una
reducción de px hacía que esta persona estuviese en mejor posición ya que su poder
adquisitivo real había aumentado.
La unión del conjunto de cestas óptimas para los distintos niveles de precios, permite
obtener la curva de precio consumo. Posteriormente, si se relaciona la cantidad del
bien X, cuya cantidades se modificaron con los cambios en los precios obtenemos la
curva de demanda Marshalliana, que expresa la cantidad de un bien que el
consumidor está dispuesto a adquirir a cada nivel de precios.
De esta forma, la curva de demanda Marshalliana implica que el consumidor pasa de
una curva de indiferencia a otra (más alta o más baja) ante variaciones en el precio del
bien X (disminuciones o aumentos), ello significa que este tipo de curva de demanda
contiene el efecto total, es decir el efecto ingreso y el efecto sustitución.

7.2 Curva de demanda compensada


Por otra parte, es posible obtener otro tipo de curva de demanda a partir de la curva de
precio consumo. En este caso, se determinan las cantidades óptimas de los bienes
que adquirirá el consumidor ante modificaciones en el precio de uno de ellos,

119
permaneciendo constante el precio del otro bien y el nivel de utilidad. Dicha curva de
demanda se denomina curva de demanda compensada o Hicksiana y se obtiene
relacionando la cantidad óptima que adquiriría un consumidor de uno de los bienes
cuando varía el precio de ese bien. A diferencia de la Curva de Demanda Marshalliana,
el nivel de utilidad, o satisfacción permanece constante. Es decir, que los cambios en
las pendientes de las rectas presupuestarias como consecuencia de variaciones en
uno de los precios, se produce sobre una misma curva de indiferencia sin modificar el
bienestar o poder adquisitivo del consumidor. Lo descripto se muestra en los gráficos
5.7 y 5.8.

A medida que px disminuye, los ingresos nominales del individuo se reducen,


impidiendo así que aumente la utilidad. En otras palabras, los efectos de la variación
del precio en el poder adquisitivo se “compensan” a modo de obligar al individuo a
permanecer en U2. Sus reacciones ante la variación del precio tan solo incluye el
efecto sustitución. Por el contrario, si fuéramos a analizar los efectos de los
incrementos de px, la compensación de los ingresos sería positiva; es decir, los
ingresos de este individuo tendrían que aumentar para que pudiera permanecer en la
curva de indiferencia U1 ante los incrementos del precio. Podemos resumir estos
resultados de la manera siguiente:

120
Curva de demanda compensada. Una curva de demanda compensada muestra la
relación entre el precio de un bien y la cantidad adquirida del mismo, partiendo del
supuesto que los demás precios y la utilidad se mantienen constantes. Por tanto, la
curva (también llamada curva de demanda “Hicksiana” en honor al economista
británico John Hicks) tan solo ilustra el efecto sustitución. En términos matemáticos, la
curva de demanda Hicksiana es una representación bidimensional de una función de
demanda compensada: x* = d(px , py*, U*)

7.3 Relación entre las curvas de demanda compensada o Hicksiana y


Marshalliana

La figura 5.9 permite relacionar los dos conceptos de demanda que hemos
desarrollado a lo largo del capítulo: Marshalliana y Hicksiana.
Para ello, partiremos del punto A donde las dos curvas de demanda Marshalliana y
Hicksiana se intersectan, pues allí la cantidad demandada del bien x son iguales en
ambos casos para el precio px. Es decir que en ese punto la función de demanda
121
Marshalliana (que mantiene el efecto ingreso y sustitución juntos) adquiere el mismo
valor en precios y cantidades que la curva de demanda Hicksiana, que contiene
únicamente el efecto sustitución. La intersección se debe a que los ingresos del
individuo son suficientes para alcanzar el nivel de utilidad U1.

En el grafico se muestra que para los precios que están por encima de p* donde
ambas curvas de demanda se intersectan, la curva de Demanda Hicksiana (Xc (px , py,
U) tiene una mayor pendiente y está por encima de la curva de Demanda Marshalliana
(Xm (px , py, I). Mientras que para precios inferiores a p* ocurre lo contrario, la curva de
demanda Hicksiana está por debajo de la curva de demanda Marshalliana.

Ello es así, pues en el caso de la Demanda Marshalliana cuando el precio del bien es
mayor a p*, la cantidad demandada disminuye debido a la caída del poder adquisitivo
del consumidor. Por el contrario, en el caso de la curva de Demanda Hicksiana dado
que solo contempla el efecto sustitución que permite al consumidor mantener
constante su nivel de utilidad U1, el individuo es compensado mediante un aumento en
el ingreso a fin de que su satisfacción o bienestar permanezca constante y por lo tanto
las cantidades demandadas no varíen ante el aumento en el precio.
Por otra parte, si el precio del mercado disminuyese por debajo de p* y la curva de
Demanda fuese la Marshalliana ello provocaría un aumento del poder adquisitivo del
consumidor que luego de la caída del precio puede acceder a niveles superiores de
bienestar. Por eso esta curva de demanda es más plana para valores inferiores a p* y
está por debajo de la curva de demanda Hicksiana.
Cuando observamos el comportamiento de la curva de demanda Hicksiana para
precios inferiores a p*, dado que el individuo debe permanecer sobre la misma curva
de indiferencia manteniendo el nivel de bienestar constante, se debe reducir el ingreso
del individuo a fin de que la reducción del precio no produzca un aumento en el poder
adquisitivo del consumidor que mejore su bienestar y pase a una curva de indiferencia
superior.

122
Para realizar trabajos empíricos se utiliza la curva de demanda Marshalliana, sin
compensar, debido a que los datos de precios e ingresos nominales son de más fácil
acceso.
No obstante, en el tratamiento de algunos temas teóricos la curva de demanda
compensada es más adecuada, dado que por su característica de mantener constante
la utilidad tiene ciertas ventajas. En el análisis del excedente del consumidor se
explican algunos de estos atributos.
7.4 Un análisis matemático de la respuesta ante las variaciones del
precio

Planteamiento directo
El objetivo es conocer cómo varía la demanda del bien X cuando paría su precio:
∆x/∆px. Una posibilidad es hacerlo mediante el planteamiento directo de maximización
de la utilidad, aunque en ese caso se requiere utilizar las condiciones de primer orden
para maximizar la utilidad. Derivar esta n +1 ecuaciones produce un nuevo sistema de
n +1 ecuaciones, cuya resolución permitiría obtener el resultado de la derivada que
requerimos determinar. No obstante, llegar a la solución de esta forma resulta
complejo. Otra forma de hacerlo es mediante el planteamiento indirecto. Como vimos
las dos formulaciones del problema llegan a la misma solución, aunque el planteo
indirecto es más enriquecedor desde el punto de vista de las cuestiones económicas
que comprende.

Planteamiento indirecto
Para utilizar el planteo indirecto partiremos de considerar la función de demanda
compensada, xc (px, py, U), que depende del precio del bien bajo estudio, de los
precios de los bienes relacionados y del nivel de utilidad. El paso siguiente consiste en
relacionar la función de demanda compensada con la función de demanda
marshalliana, que depende de los precios de los bienes, aunque en lugar de
contemplar el nivel de utilidad constante, considera el ingreso como variable relevante:
xd (px , py , I). En apartados anteriores vimos que la función de gasto indica cuál es el
gasto mínimo necesario para obtener determinado nivel de utilidad. La función de
gasto mínimo la expresamos entonces como: E (px, py , U), por lo tanto, por definición
la curva de demanda Marshalliana la podemos expresar del siguiente modo:

Xd = d [px, py, E (px , py , U)] (1)

Ello dado que el gasto del individuo del problema dual es igual al ingreso del problema
de maximización de la utilidad y que los dos tipos de resolución son formas alternativas
de ver el mismo proceso. Por lo tanto, conforme el gráfico 5.9, en el punto de
intersección de las curvas de demanda Marshalliana y Hicksiana se produce la
siguiente igualdad:

Xh (px , py , U) = dx [px , py, E(px , py , U)] (2)

123
La cantidad demandada en A es idéntica cuando los ingresos son suficientes para
alcanzar el nivel de utilidad deseado. En ese caso igualamos la función de demanda
Hicksiana y Marsalliana y obtenemos la ecuación (2). En la función de demanda
ordinaria se reemplazó el ingreso (I) por la función de gasto mínimo (E (px , py , U)).
Luego diferenciamos parcialmente Xh (px , py , U) respecto de px. En la función de
demanda ordinaria esta variable aparece dos veces, en primer lugar dependiendo
directamente de la función de demanda dx , y en segundo término en la función de
gasto mínimo. Aplicando la regla de la cadena ello obtenemos el siguiente resultado:
jkl jk jk jo
+
jmn jmn jo jmn

Si reordenamos los términos obtenemos:

jk jkl jk jo

jmn jmn jo jmn

El efecto sustitución jk
La derivada consta de dos términos. El primero de ellos es la derivada parcial de
la jmn
función de demanda compensada respecto de px, que indica cómo varían las
cantidades demandadas a medida que el precio de X varía permaneciendo constante
el nivel de utilidad. Es decir, que el término indica la pendiente de la curva de demanda
compensada, que es la pendiente de la curva de indiferencia del individuo.
Matemáticamente el término mide el efecto sustitución que, recordemos, tiene siempre
signo negativo.

El efecto ingreso

El segundo término expresa cómo afectan los cambios de px la demanda de X,


mediante cambios en el poder adquisitivo del consumidor. Este término expresa el
efecto ingreso. El signo negativo indica la dirección del efecto. Por ejemplo, un
aumento de px aumenta el nivel de gasto que el consumidor requeriría para mantener
su satisfacción constante. pq
Ello está expresado por el término > 0, pero el consumidor no dispone de ese nivel pC@
de gasto pues en la demanda ordinaria los ingresos nominales están constantes, por
tal pe
motivo las cantidades consumidas de X deben disminuir en la cantidad .
pq

En caso que px disminuyera, el gasto necesario para mantener constante el nivel de


satisfacción del consumidor es menor por lo que debería reducirse la cantidad de X
requerida para adecuar el nivel de gasto. Aunque, dado que el nivel de ingreso nominal
124
permanece constante, el individuo obtiene ahora un mayor grado de satisfacción, y la
disminución de X necesaria es la que se debe volver a sumar mediante el efecto
ingreso.
En este caso el efecto ingreso aumenta la cantidad de X.

7.5 La ecuación de Slutsky

Las relaciones económicas incluidas en la ecuación son las siguientes y fueron


descubiertas por el economista ruso Eugen Slutsky a fines del siglo XIX:
jk jkl jk jo

jmn jmn jo jmn
Mediante cambios pequeños en la notación obtendremos la expresión presentada por
Slutsky. En lo que hace al efecto sustitución, lo formulamos como la variación que
experimenta la cantidad de X respecto de una variación en px, indicando que la utilidad
se mantiene constante. Esto lo expresamos del siguiente modo: rsrtuv wxwuyuxtyó{
jkjmnl jmjkn | |Ptv{wu}{ur

Ello a efectos de indicar que el movimiento es a lo largo de una sola curva de


indiferencia. En cuanto al efecto ingreso, lo presentamos del siguiente modo:
jk jo
rsrtuv y{~ rwv−
jo jmn

Dado que las variaciones en el ingreso son iguales a variaciones en el gasto en la


función x (px , py , I), reemplazamos jo por j . Por otra parte sabemos que:
jo
k jmn

Por lo que el efecto ingreso lo expresamos de la siguiente forma:

jk jo jk

rsrtuv y{~ rwv− − k

jo jmn j

La intuición nos dice que un incremento de $1 en px, aumenta los gastos necesarios
en x dólares, porque el individuo debe pagar $1 más por cada unidad de x que decida
adquirir.

125
Ecuación de Slutsky. La hipótesis de maximización de la utilidad demuestra que
podemos representar el efecto ingreso y el efecto sustitución que se derivan de una
Variación del precio como:

La ecuación de Slutsky permite medir y conocer la dirección y la magnitud de los


efectos ingreso y sustitución. Como explicamos antes, el efecto sustitución es siempre
negativo siempre que la RMS sea negativa a medida que la cantidad de X aumenta,
manteniendo el nivel de utilidad constante o en el caso de que un aumento de px
genere una reducción en las cantidades de X, es decir que la relación precio cantidad
es inversa. En el mismo sentido, la pendiente de la curva de demanda compensada es
negativa.

Por su parte, el signo del efecto ingreso (- K p


. depende de la
relación que existe p<

entre la variación de la cantidad demandada ante variaciones en el ingreso (p . .Si


la p<

relación es positiva, se trata de un bien normal, por lo cual p


> 0 (Figura 5.10). En p<
ese caso, el efecto ingreso será negativo y se moverá en el mismo sentido que el
efecto sustitución acompañándolo, pues también es negativo.

Es decir, que cuando los bienes son normales, la relación entre cantidad y precio es
inversa. Todo lo anterior indica que el efecto ingreso y efecto sustitución al moverse en
el mismo sentido, generan una curva de demanda con pendiente negativa. p
Por el contrario, si se trata de un bien inferior la relación < 0, ello significa que un
p<
aumento en el ingreso generará una reducción de las cantidades consumidas del bien
X; mientras que el signo del efecto sustitución es siempre negativo, por lo cual ambos
efectos actuarán contrarrestándose (Figura 5.11).

126
En este caso, puede ocurrir que el efecto ingreso sea inferior al efecto sustitución, por
lo cual el efecto sustitución continúa dominando al efecto ingreso. Ello hace que la
relación precio-cantidad permanezca siendo inversa y la curva de demanda mantenga
su pendiente negativa.
Por el contrario, cuando el efecto ingreso es mayor que el efecto sustitución y actúa
contrarrestándolo, la relación precio-cantidad se vuelve positiva. En ese caso, la
pendiente de la curva de demanda también será positiva. Este tipo de bien se
denomina

Giffen ( jk
> 0).Esto lleva a la Paradoja del bien de Giffen, y hace referencia a jmn
aquellos productos cuya demanda aumenta cuando su precio aumenta, en ese caso:
p
127
> 0. Esta clase de bienes “llamados raros”, se estima que son bienes muy p
C@
inferiores, tanto que cuando el precio aumenta las cantidades demandadas también
aumentan. En la figura 5.12 observamos que inicialmente el consumidor está
consumiendo en el punto C, relativamente poca cantidad del bien X y más cantidad del
bien Y. Si el bien X experimenta una reducción del precio, dispondrá de un mayor
ingreso (debido al aumento del poder adquisitivo del dinero), motivo por el cual
deseará comprar una mayor cantidad del bien Y y una cantidad menor del bien X
(como se muestra en el punto B). El consumidor alcanza un nivel de satisfacción
mayor en B que en C, aunque consuma menos alimentos, que son relativamente más
baratos.

El bien Giffen es enigmático, dado que en general carece de interés práctico pues se
caracteriza por requerir de un gran efecto renta negativo y por lo general el efecto
renta suele ser pequeño. Esto es así, porque cada uno de los bienes solo participa de
una pequeña fracción del presupuesto del consumidor; y los efecto ingreso grandes se
relacionan con bienes normales, como por ejemplo el gasto de alquiler, antes que con
bienes inferiores.

7.6 EL EXCEDENTE DEL CONSUMIDOR

El excedente del consumidor es el área ubicada entre la curva de demanda y el precio


de mercado. La curva de demanda representa la disposición marginal a pagar del
consumidor, de una unidad adicional de un bien. El precio de mercado se determina
por interacción de la oferta y la demanda en un determinado nivel. Algunos
consumidores estarían dispuestos a pagar una cantidad mayor de la requerida por el
mercado para adquirir una cierta cantidad del bien, es decir que estos consumidores
se ahorrarán parte de la cantidad de dinero que habrían estado dispuestos a pagar
para adquirir cantidades menores a la del equilibrio Q*. Para comprender la relación
entre la demanda de mercado y el excedente del consumidor, supongamos que
128
conocemos la curva de demanda de frutillas por parte de un individuo (este
razonamiento puede hacerse extensivo al de la curva de demanda del mercado). El
gráfico de la curva de demanda individual permite conocer la cuantía que ahorra el
consumidor comprando diferentes cantidades de frutillas relacionando el precio de
mercado con la disposición marginal a pagar del consumidor.
Por ejemplo en la Figura 5.12 observamos que cuando el consumidor decide adquirir el
primer kilo de frutillas, estaría dispuesto a pagar $20 por esa cantidad, mientras que
deberá desembolsar $ 14 por ese primer kilo. La adquisición del primer kilo de frutillas
le permitirá obtener al consumidor un excedente de $ 6, descontado el costo de
producción. Si decidiera comprar un segundo kilo de frutillas gastaría $14 en lugar de
$19, situación que le generaría $ 5 de excedente.

Continuando con la misma metodología, el excedente en las cantidades sucesivas será


de $4, luego de $3, posteriormente de $2; mientras que el sexto kilo de frutillas le
producirá un excedente de $1. Por último, el séptimo kilo no le genera excedente
alguno con lo cual el consumidor se muestra indiferente ante la posibilidad de adquirir
un kilo adicional. No obstante, más allá de dicha cantidad el consumidor no estará
dispuesto a adquirir ninguna cantidad adicional pues en ese caso el valor que le
reportaría cada kilo adicional sería inferior a su costo.
De acuerdo con lo descripto el excedente del consumidor se obtiene sumando los
excedentes correspondientes a todas las unidades compradas. En el caso expuesto el
excedente total del consumidor será igual a $ 6 + $ 5+ $ 4 + $ 3+ $ 2 +$1 = $ 21.
Por lo tanto, para calcular el excedente del consumidor en el mercado de frutillas se
requiere calcular el área situada por debajo de la curva de demanda y por encima línea
recta horizontal que indica el precio de mercado.
Es decir que el excedente del consumidor puede obtenerse calculando la superficie del
triángulo sombreado que lo representa.

129
Esta cantidad es el beneficio que los consumidores obtienen luego de pagar por las
entradas el precio de las mismas en el mercado. Debido a que las curvas de demanda
del mercado no son líneas rectas siempre es posible obtener el excedente del
consumidor midiendo el área que se encuentra ubicada debajo de la curva de
demanda y encima de la recta horizontal que representa el precio.

LA IMPORTANCIA DE MEDIR EL EXCEDENTE DE LOS CONSUMIDORES Y


PRODUCTORES
El análisis del excedente del consumidor es útil cuando está comprometido el
excedente de muchas personas, como por ejemplo supongamos la reducción del
precio de las entradas de cine, para ello se requiere sumar el excedente de muchas
personas a fin de determinar el beneficio agregado que obtienen los consumidores
comprando bienes en el mercado.
Cuando se combina el excedente del consumidor con los beneficios agregados que
obtienen los productores, es posible obtener los costos y beneficios de distintas
estructuras del mercado, por ejemplo en el caso de mercados monopólicos, o de
competencia monopolística, o en el oligopolio se puede medir la pérdida de excedente
de los consumidores, las transferencias de riqueza y la pérdida del excedente del
productor. Por otra parte, esta clase de análisis hace posible estudiar las medidas
económicas que modificarían la conducta de los consumidores y de las empresas que
participan en distintos mercados cuando, por ejemplo, el gobierno fija precios mínimos
o máximos, o en el caso de que el gobierno intervenga estableciendo precios sostén o
cuotas de producción; en el caso de las políticas de comercio exterior es posible
establecer contingentes o aranceles sobre las importaciones, o también el pago de
derechos sobre las exportaciones. Esta clase de medidas modifican el comportamiento
de los consumidores y de los productores generando beneficios o pérdidas de
bienestar en cada caso.
Por último, es importante mencionar que esta clase de análisis debe realizarse también
cuando se evalúan las ganancias y las pérdidas de llevar a cabo políticas sociales,
como por ejemplo dar asistencia médica continua y gratuita a pueblos rurales alejados
de centros asistenciales; o se analiza la conveniencia de realizar inversiones como la
de construir una autopista, o de instalar gas natural en un área determinada de un
poblado, o poner en práctica un plan de becas de educación básica en determinados
distritos. En todas las decisiones como las mencionadas se ven afectadas muchas
personas, por lo cual resulta conveniente medir el beneficio social agregado y el costo
social agregado de llevar a cabo determinadas políticas o acciones a efectos de
evaluar la conveniencia de poner las mismas en práctica.

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