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Primero, Oseas invita al pueblo a “volverse” expresión que se usa para expresar el cambio de lealtad
de parte de Israel a Dios, no habría necesidad de volverse si uno no se ha ido no?. “volvamos a Jehová”
demanda reconciliación. Prosigue el pasaje diciendo que después de tres días nos resucitará, probablemente
haciendo énfasis en la renovación del pacto, de la costumbre del pacto en la mañana del tercer día. Pero
esto no se queda allí sino que lo lleva hasta decir: “nos dará vida” restaurará el reino y las bendiciones-
distintivas de una relación de pacto buena.
El nos traerá a la vida y “viviremos delante de él” la resurrección futura del nuevo Israel, semejante a
la resurrección del Mesías- el nuevo pacto a ser concluido en el tiempo mesiánico. La forma litúrgica de
preparación para hacer el pacto o renovación incluye: llamado a arrepentimiento pero también la promesa
de la provisión divina con “la lluvia tardía y temprana” la protección de Dios en todo tiempo. Y es que en
los versículos que leímos en Oseas encontramos que el Señor esta descontento con la piedad que ellos
profesan, que se desvanece, «Por esta causa los he cortado por medio de los profetas»; es decir, he
declarado, por medio de los profetas, que serían cortados. Lo mismo, en el resto del versículo: «y los maté
con las palabras de mi boca» = profeticé con mi boca que serían matados. Porque estaban siendo
incoherentes ante la misericordia y la piedad que era requerida de parte de Dios. Traspasaron el pacto de
Jehová.
Es en este contexto que Oseas profetiza que es el mismo Jehová el que va a vendar sanar y resucitar a
su pueblo, y ellos van a conocer a Jehová. La bella promesa es dada a estos pueblos, pero se requiere que se
vuelvan a Jehová y sean fieles al pacto, que hagan misericordia y sean piadosos, siempre, que su vida sea
así, y que esta piedad y misericordia no sea pasajera. E
Está es una de las promesas de la resurrección, de la profecía Mesiánica que encontramos cumplidas en
Lucas 24, a estas profecías se refiere el mismo Jesús cuando habla que era necesario que todo esto se
cumpliese. Pero es importante notar que el libro de Oseas esta promesa de restauración se dio solamente al
pueblo elegido Judá e Israel, a la llegada de Jesucristo y con su muerte esta posibilidad de arrepentimiento
y perdón de pecados se abre a todas las naciones.
Lucas dice: “fue necesario que el Cristo padeciese , y resucitase de los muertos al tercer día; y que se
predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones comenzando desde
Jerusalén” Ya no era entonces solamente la promesa para algunos, es para todos nosotros, que veamos hoy
aquella profecía de Oseas cumplida. Lucas les dice a los discípulos “vosotros son testigos de estas cosas”, y
ahora nosotros mismos lo somos, al igual que las mujeres, que los caminantes de Emaús.
Conclusiones
a) Arrepentimiento y perdón de pecados
Hermanos, Jesús mismo tan solo en este pasaje de Emaús y de aparición a sus discípulos nos hace saber por
lo menos dos veces que ya están cumplidas las promesas hechas a sus antepasados. Y Jesús lleva este
cumplimiento a que debe proclamad, tanto como el arrepentimiento y el perdón de pecados para las
naciones. Pues ahora somos nosotros estos testigos, que hemos visto a nuestro Señor resucitar.
Esta celebración de resurrección es necesario entonces que prediquemos el arrepentimiento y el perdón de
pecados a todas las naciones, que nos gocemos en la gran misericordia de nuestro Dios y ahora que ha
venido el resucitado a encontrarnos, seamos nosotros testigos frente a los demás, que prediquemos y
compartamos el mensaje, pues es Jesús quien les encontrará a esas personas que les prediquemos.
b) Somos testigos
Ya el mismo Pablo afirma que el ha visto al Señor y el mismo es apóstol en 1 Co 15. Lucas en la historia
de Emaús simplemente nos da el principio de la expresión típica de la revelación del resucitado. La
expresión de la revelación del resucitado a nosotros.
c) Esperanza de la resurrección: en la tristeza, temor, desesperación temor
Y por sí no fuera poco lo que ya había hecho Jesucristo le dice a los discípulos que enviaría la promesa de
su Padre, es decir la habría de enviar pronto sobre ellos, esta forma en la que Jesús expresa estas palabras
nos da la idea de algo como si ya estuviese realizado, Jesús hace una promesa y nosotros hoy también la
vemos cumplida en el libro de los Hechos con la venida del Espíritu Santo sobre los creyentes de su
resurrección.
Es entonces no solamente para este tiempo de crisis sanitaria, sino para toda la complejidad de la vida
humana, que es necesario recordar el cumplimiento de esta promesa dada a Oseas, si bien la promesa a
Oseas era para Israel, es Jesús quien la hace patente para todos nosotros.
Es Jesús que sale a nuestro encuentro en circunstancias de tristeza, desesperación, temor, espanto, nos
encuentra y nos toma de la mano para mostrarnos que permanece fiel al cumplimiento de su palabra, así
como lo hizo con los caminantes de Emaús o con sus mismos 11 discípulos.
Pero no olvidemos hermanos que nosotros es necesario que nos volvamos a él. Arrepentimiento y perdón
de pecados, y no un arrepentimiento pasajero como algo que se desvanece sino una vida de arrepentimiento
ante Dios. Confiados en que la promesa de la resurrección ya ha sido cumplida y en eso confiamos. Y es
esta confianza en lo ya cumplido por Jesucristo que nos da esperanza en medio de las circunstancias, no
una esperanza que tortura, que solamente es un aliciente sino una esperanza que transforma nuestra
realidad presente, nuestra tristeza, asombro, en alegría con Él.
Y por último en algún momento ya mencioné . ¿Que no habrán hecho estos 500 testigos citados por Pablo,
por el esparcimiento de la nueva fe? Esos 500 que menciona el apóstol Pablo. Y les dejo con la pregunta
¿no deberíamos nosotros compartir en estos momentos la fe del resucitado?