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Sermón de resurrección

“Nosotros somos testigos”


Hermanos, hoy domingo de resurrección celebrando la alegría de la resurrección, nos moveremos en
dos pasajes, Oseas 6:1-11 que ya hemos leído y Lucas 24.
Situándonos en Lucas 24, es importante notar que en Lucas los testigos de la resurrección de Jesús son
un grupo más grande que las mujeres y los apóstoles, conocidos en Mateo y Marcos. Sino que es notable
que estaban muchos otros v10, donde se menciona a María Magdalena, Juana y María la Madre de Jacobo
y “las demás mujeres con ellas”; para Lucas es importante resaltar la numerosa compañía que estaban
siendo testigos de la resurrección para este momento.
Y es a esta multitud, que las mujeres testigos, le dan la noticia, v 8 dice “y volviendo del sepulcro,
dieron nuevas de todas estas cosas a los once y a los demás”. Las nuevas de la resurrección que nos reúnen
como pueblo el día de hoy.
Las apariciones de Jesús: cumplimiento de la promesa
En el pasaje de Lucas 24, encontramos además de las mujeres testigos de la resurrección, y de Pedro el
encuentro tan conocido en el camino a Emaús, y este es diferente, son solo dos “de esta multitud” a la que
ya le habían dicho las buenas noticias de la resurrección las mujeres.
En el camino a Emaús nos encontramos con ciertas expresiones que hacen los dos caminantes al
aparecérseles Jesús. Si recordamos un poco la historia se les acerca Jesús mientras estos discutían. Hay dos
características de estos hombres caminantes, platicaban sobre algo, discutiendo, pero también estaban
tristes.
A lo que Cleofas uno de los caminantes al ser inquirido por Jesús sobre lo que discutían le responde a
Jesús “si era el único forastero en no saber lo acontecido” Jesús les pregunta sobre qué cocas y ellos les
responden que “ De Jesús Nazareno, varón profeta, poderoso en obra y palabra delante de Dios y de todo el
pueblo fue entregado por los sacerdotes y gobernantes y crucificado.”
Y lo más importante viene cuando expresan que “Esperaban que el fuera el que había de redimir a
Israel”. Tenían un deseo en su corazón de que la esperanza mesiánica, la esperanza que ellos conocían del
Mesías se cumpliera.
Y aunque estos dan motivos como que las mujeres no hallaron el cuerpo de Jesús y se les apareció en
visión de ángeles y también que otros de la multitud habían ido a ver al sepulcro y no encontraron nada
ellos se resisten a creer que era el cumplimiento de la promesa.
Es ante la resistencia a creer aún a pesar de los testimonios de muchos, que estos no creen y Jesús les
dices “tardos de corazón, insensatos” por no decir otra cosa, no vieron lo evidente pues, “fueron tardos de
corazón para creer todo lo que los profetas han dicho” Es en este relato de Emaús donde encontramos la
confirmación del mismo Jesús a las profecías dichas desde Moisés y los profetas sobre Él, como
confirmación de consumación de estas profecías, que es el tema que ha guiado esta celebración de semana
santa en la iglesia.
Estos dos hombres, Cleofas y el otro, del cual se han propuesto varios nombres, invitan a Jesús ha
quedarse como un acto de hospitalidad, pero nunca les paso por la mente detener al maestro, sino hasta a
que estaba partiendo el pan.
Esta es otra muestra de la lentitud en creer en la resurrección y la exaltación mesiánica de Jesús que es
uno de los motivos principales en Lucas. Jesús entra con ellos, se queda con ellos y en este escenario
íntimo en la mesa, toma el pan, lo bendice, lo parte y se los da. Fue en este momento después de la
Eucaristía, que se les abre los ojos, en Señor les enseño y ministró a ellos en su presencia sagrada y
desaparece de vista.
Inmediatamente ellos se decían uno al otro “¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos
hablaba en el camino y cuando nos abría las Escrituras?”, oh que duros fuimos, al no entender que era Él.
“No ardía nuestro corazón” indicaría como sugerencia de la verdad, lo que es un poco contrario al
contexto, ellos escucharon sus palabras de instrucción concerniente al Mesías y lo sabían, ya lo vimos
cuando encuentran a Jesús y le platican lo que ellos estaban conversando, conocían que el Mesías iba a
padecer, y sabían de la entrada en su gloria, ellos conocían pero entendieron el significado, ni una vez se
les ocurrió: es Él.
Ya en el cap. 9:45 del mismo Lucas Jesús les había anunciado su muerte, pero “ellos no entendían
estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen”. Por eso el mensaje de la resurrección
de las mujeres “les parecía locura” un sinsentido y delirante.
Para Lucas es de suma importancia, la explicación del hecho que las profecías hechas a Moisés y a los
profetas, hoy nuestro Antiguo Testamento y todas las profecías mesiánicas antes de Él, cosa que los
primeros discípulos de Jesús, que sus seguidores no veían en él, se estaban cumpliendo. Y es por ello que
Jesús mismo les sale al encuentro y los guía de la desesperanza a la celebración de su resurrección al
aparecérseles y celebrar la cena nuevamente.
También es de suma importancia resaltar, como ya había dicho, la multitud a la Lucas relata fue
predicado la noticia de la resurrección, primero las mujeres, Pedro, y rn el camino de Emaús también a
Cleofas y al otro que lo acompañaba, la iglesia de los primeros siglos no solamente se formo solo por el
testimonio de unos, sino de la multitud que sabía de esta buena noticia, se formó por todos los seguidores
de Jesús.
Por ejemplo, encontramos en 1 Cor. 15:7 que Pablo hablando de la resurrección de Cristo cita la
aparición de Jesús a 500 personas al mismo tiempo, a los doce a Jacobo. ¿Que no habrán hecho estos 500
por el esparcimiento de la nueva fe?
Pero esto no queda ahí. La historia post-pascual va más allá.
La aparición a los discípulos: cumplimiento de la promesa
En el pasaje que tenemos en Lucas 24: 36-49 se nos relata la aparición a sus discípulos y encontramos
ahora, y a su encuentro ellos tienen cierto asombro, turbación y temor al ver a Jesús. Aquí Jesús ante la
falta de certeza sobre su resurrección él mismo los guía a la celebración de su resurrección, nuevamente
desde la desesperanza. Les muestra su cuerpo y les pide que lo toquen, y después de ello ante la emoción
que Él mismo les conduce come delante de ellos con ellos un pez asado y un panal de miel. Y nuevamente
vemos como Jesús les recuerda el cumplimiento de lo que estaba escrito en la ley de Moisés, versículo 44
“Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo
que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.”
La ley de Moisés, los profetas y los salmos, menciona estas tres grandes divisiones de la biblia hebrea,
y con ello encierra entonces toda la escritura. Poniéndose entonces a el mismo como el gran sujeto de la
historia, desde el tiempo de Moisés. Y esto, aún los discípulos no lograban entender aunque conocieran lo
escrito, no entendían la necesidad de su muerte y resurrección, Lucas 24:46 “Así está escrito, y así fue
necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día”. Este pasaje nos recuerda al
pasaje que encontramos en Oseas y que ya hemos leído.
Oseas: cumplimiento de la promesa
Hemos leído ya Oseas 6:1-2:
“Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida
después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él”
Esta profecía hecha por Oseas podemos encontrarla en el contexto en el que tanto Israel como Judá,
líderes como pueblo, habían cambiado su fidelidad, su lealtad. Aunque en este pasaje no se esta hablando
precisamente de muerte, sino de enfermedad al decir “Jehová nos vendará”, es decir que las heridas
nacionales del cuerpo serían sanadas por Jehová. Pero esto debe ser leído a la luz de la historia del pacto, a
pesar de su infidelidad Jehová los revivirá de nuevo por medio de la renovación de su pacto. Israel dejó a
Jehová por eso este pasaje nos muestra:
1) Exhortación de Jehová que precede a la confesión
2) Confesión de la culpa o de los pecados
3) Reconocimiento de la justicia del Señor
4) Traer a la memoria sus beneficios actuales
5) Pedir perdón y ayuda en la emergencia presente

Primero, Oseas invita al pueblo a “volverse” expresión que se usa para expresar el cambio de lealtad
de parte de Israel a Dios, no habría necesidad de volverse si uno no se ha ido no?. “volvamos a Jehová”
demanda reconciliación. Prosigue el pasaje diciendo que después de tres días nos resucitará, probablemente
haciendo énfasis en la renovación del pacto, de la costumbre del pacto en la mañana del tercer día. Pero
esto no se queda allí sino que lo lleva hasta decir: “nos dará vida” restaurará el reino y las bendiciones-
distintivas de una relación de pacto buena.
El nos traerá a la vida y “viviremos delante de él” la resurrección futura del nuevo Israel, semejante a
la resurrección del Mesías- el nuevo pacto a ser concluido en el tiempo mesiánico. La forma litúrgica de
preparación para hacer el pacto o renovación incluye: llamado a arrepentimiento pero también la promesa
de la provisión divina con “la lluvia tardía y temprana” la protección de Dios en todo tiempo. Y es que en
los versículos que leímos en Oseas encontramos que el Señor esta descontento con la piedad que ellos
profesan, que se desvanece, «Por esta causa los he cortado por medio de los profetas»; es decir, he
declarado, por medio de los profetas, que serían cortados. Lo mismo, en el resto del versículo: «y los maté
con las palabras de mi boca» = profeticé con mi boca que serían matados. Porque estaban siendo
incoherentes ante la misericordia y la piedad que era requerida de parte de Dios. Traspasaron el pacto de
Jehová.
Es en este contexto que Oseas profetiza que es el mismo Jehová el que va a vendar sanar y resucitar a
su pueblo, y ellos van a conocer a Jehová. La bella promesa es dada a estos pueblos, pero se requiere que se
vuelvan a Jehová y sean fieles al pacto, que hagan misericordia y sean piadosos, siempre, que su vida sea
así, y que esta piedad y misericordia no sea pasajera. E
Está es una de las promesas de la resurrección, de la profecía Mesiánica que encontramos cumplidas en
Lucas 24, a estas profecías se refiere el mismo Jesús cuando habla que era necesario que todo esto se
cumpliese. Pero es importante notar que el libro de Oseas esta promesa de restauración se dio solamente al
pueblo elegido Judá e Israel, a la llegada de Jesucristo y con su muerte esta posibilidad de arrepentimiento
y perdón de pecados se abre a todas las naciones.
Lucas dice: “fue necesario que el Cristo padeciese , y resucitase de los muertos al tercer día; y que se
predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones comenzando desde
Jerusalén” Ya no era entonces solamente la promesa para algunos, es para todos nosotros, que veamos hoy
aquella profecía de Oseas cumplida. Lucas les dice a los discípulos “vosotros son testigos de estas cosas”, y
ahora nosotros mismos lo somos, al igual que las mujeres, que los caminantes de Emaús.
Conclusiones
a) Arrepentimiento y perdón de pecados
Hermanos, Jesús mismo tan solo en este pasaje de Emaús y de aparición a sus discípulos nos hace saber por
lo menos dos veces que ya están cumplidas las promesas hechas a sus antepasados. Y Jesús lleva este
cumplimiento a que debe proclamad, tanto como el arrepentimiento y el perdón de pecados para las
naciones. Pues ahora somos nosotros estos testigos, que hemos visto a nuestro Señor resucitar.
Esta celebración de resurrección es necesario entonces que prediquemos el arrepentimiento y el perdón de
pecados a todas las naciones, que nos gocemos en la gran misericordia de nuestro Dios y ahora que ha
venido el resucitado a encontrarnos, seamos nosotros testigos frente a los demás, que prediquemos y
compartamos el mensaje, pues es Jesús quien les encontrará a esas personas que les prediquemos.
b) Somos testigos
Ya el mismo Pablo afirma que el ha visto al Señor y el mismo es apóstol en 1 Co 15. Lucas en la historia
de Emaús simplemente nos da el principio de la expresión típica de la revelación del resucitado. La
expresión de la revelación del resucitado a nosotros.
c) Esperanza de la resurrección: en la tristeza, temor, desesperación temor
Y por sí no fuera poco lo que ya había hecho Jesucristo le dice a los discípulos que enviaría la promesa de
su Padre, es decir la habría de enviar pronto sobre ellos, esta forma en la que Jesús expresa estas palabras
nos da la idea de algo como si ya estuviese realizado, Jesús hace una promesa y nosotros hoy también la
vemos cumplida en el libro de los Hechos con la venida del Espíritu Santo sobre los creyentes de su
resurrección.
Es entonces no solamente para este tiempo de crisis sanitaria, sino para toda la complejidad de la vida
humana, que es necesario recordar el cumplimiento de esta promesa dada a Oseas, si bien la promesa a
Oseas era para Israel, es Jesús quien la hace patente para todos nosotros.
Es Jesús que sale a nuestro encuentro en circunstancias de tristeza, desesperación, temor, espanto, nos
encuentra y nos toma de la mano para mostrarnos que permanece fiel al cumplimiento de su palabra, así
como lo hizo con los caminantes de Emaús o con sus mismos 11 discípulos.
Pero no olvidemos hermanos que nosotros es necesario que nos volvamos a él. Arrepentimiento y perdón
de pecados, y no un arrepentimiento pasajero como algo que se desvanece sino una vida de arrepentimiento
ante Dios. Confiados en que la promesa de la resurrección ya ha sido cumplida y en eso confiamos. Y es
esta confianza en lo ya cumplido por Jesucristo que nos da esperanza en medio de las circunstancias, no
una esperanza que tortura, que solamente es un aliciente sino una esperanza que transforma nuestra
realidad presente, nuestra tristeza, asombro, en alegría con Él.
Y por último en algún momento ya mencioné . ¿Que no habrán hecho estos 500 testigos citados por Pablo,
por el esparcimiento de la nueva fe? Esos 500 que menciona el apóstol Pablo. Y les dejo con la pregunta
¿no deberíamos nosotros compartir en estos momentos la fe del resucitado?

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