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METODO MARTENOT.
SOLFEO.
Formación y Desarrollo Musical.
. Capítulo I
Despertar de las facultades musicales del niño.
El ambiente.
El maestro crea este clima. Su sensibilidad artística, su ternura por los niños, se
convierte en “amor activo”, su emoción estética se exterioriza, se comunica.
Los niños sienten, lo aman y aman en él la música. Sienten en ese maestro un don
misterioso.
En esta etapa se descarta el análisis, se trata de amar, no de comprender. La teoría
llegará más tarde.
El maestro debe cuidar la dosificación del esfuerzo, que será intenso y breve. También
sucederán periodos de exuberancia y desgaste, de calma, de concentración y
acumulación de energía.
El maestro siempre tiene la dirección afectiva de la clase, donde debe reinar una
flexible disciplina. Siempre activo y acogedor, el timbre de su voz y su actitud, a
calidad de sus gestos, todo en él contribuyen a la armonía del conjunto, en una
delicada atmosfera de confianza y atención.
El “tiempo”.
Se ha demostrado que la participación activa de los niños durante la lección, es más
intensa cuando los juegos se desarrollan con un tiempo cercano al movimiento del
metrónomo colocado en 100. Cuando este se encuentra por debajo de lo normal,
produce vacíos en su actividad mental (faltas de atención).
¿Nuevos alumnos, niños inhibidos? Las exhortaciones, los estímulos, no tendrán el
éxito que puede obtener otra célula rítmica que el niño se complacerá en repetir,
primero lento y en voz baja, luego llevado por el acelerando y crescendo y luego a
plena voz. A través del movimiento, se obtendrán los mismos resultados (siempre
progresivamente, manos, antebrazo y luego todo el brazo).
Para volver a la tranquilidad, gracias a un ritmo decreciente.
El aflojamiento.
Los docentes deben aprovechar los beneficios de estos ejercicios para su desarrollo
personal y para facilitar su tarea en sentido general y en particular, es decir a la
enseñanza de estos movimientos liberadores.
Los ejercicios basados sobre la relajación, procuran el descanso físico y mental, son
excelentes para todos, porque en este siglo de agitación y exceso han perdido su ritmo
normal. Su salud está alterada por tensiones, su sistema nervioso agotado. El retorno
a la relajación, unida a una respiración tranquila a gestos equilibrados puede atenuar
esos males.
El silencio.
El alumno llega al silencio interior por medio de los ejercicios de relajación. Siempre se
tendrá en cuenta la importancia del silencio total en la inmovilidad más absoluta. Allí,
pueden encontrarse recursos ignorados.
El silencio de todo ser, utilizado antes y después de la mayoría de ejercicios, permite
anular el estado de agitación de la vida exterior. Para crear este hábito, el docente
propondrá un llamado especial para reunir a la clase. Este se mantendrá hasta que el
docente proponga un nuevo ejercicio. En caso de distracción de los alumnos, el
docente no deberá elevar la voz. Su inmovilidad y repentino silencio, restablecerán con
rapidez el orden. Los alumnos deben ser llevados a desear este instante de silencio.
La apreciación.
Liberados por los ejercicios de relajación, los alumnos reciben las impresiones en otra
forma y pueden discernir el momento que les resulta más agradable y que más les
atrae entre los ritmos, los temas musicales, las series de acordes o de intervalos o los
sonidos de un modo en armoniosa sucesión. Gracias a ese discernimiento, les resulta
completamente natural observar y elegir en función de la calidad.
Graduación.
Es indispensable detener el ejercicio, antes del momento en que la tensión interior
comenzaría a ceder si se prolongara la duración de la clase. Cada clase terminará en
la cumbre de una actividad.
Aplicación del método.
Es un método de posible aplicación en las clases numerosas. Partimos del individuo
tal como es, con sus impulsos instintivos y sus aspiraciones espirituales, que se
expresan juntos en el sentimiento estético. Nuestros principios generales son válidos
para los niños y para los adultos, pero la enseñanza puede adaptarse al desarrollo de
cada uno.
El periodo de iniciación musical para niños de 5 años en adelante, abarcará el año
entero. Para los más grandes puede durar de tres a seis meses.
Nuestros ejercicios juegos son cortos y vivaces y provocan en los alumnos una
actividad alegre.
El ritmo viviente
Ejemplo de actividad:
Usamos intencionalmente desde el comienzo con puntillos y tresillos cuyo alegre ritmo
favorece en particular la actividad.
2°. Como el 1°, pero los alumnos recuerdan la fórmula y la repiten cada vez que el
maestro abre la mano, como si la arrojara.
3°. Como el 1°, pero después de cada repetición de parte de los alumnos, el maestro
prosigue sin interrupción, con una nueva fórmula.
4°. El Huron. Los alumnos están dispuestos en círculo y cada formula rítmica, pasa sin
cesar de uno a otro.
5°. El mago. Repetición continua de una formula rítmica. Primero con un gran
crescendo y un gran diminuendo o con un gran acelerando y una gran ritardando.
Variante: aplicación de estas modificaciones bajo la forma del “juego del Huron”. Para
los pequeños se puede variar las silabas.
La relajación.
Aflojamiento.
Se elegirá una habitación asilada donde reine una atmosfera de paz y de silencio.
(Durante las clases, el maestro creará ese clima: hablará pausada y lentamente, con
un timbre de voz muy suave; sus gestos serán lentos y armoniosos y toda su actividad
denotará sosiego y serenidad).
Posturas que hay que adaptar:
Posición sentada: en una silla baja, sentarse lentamente, relajando todo el cuerpo.
Dejar que el busto y el cuello se inclinen con flexibilidad.
Posición de pie: se adelanta la pierna derecha con un pequeño paso. El peso del
cuerpo recae sobre el pie derecho; cabeza, busto, cuelo y brazos están relajados.
Posición acostada: el cuerpo blandamente extendido sobre el dorso, descansa
pesadamente abandonándose sobre el suelo.
El método ofrece cantidad de ejercicio de relajación para todo el cuerpo.
La audición
Con demasiada frecuencia, el niño se representa la música por sus manifestaciones
exteriores. Ella es para él un instrumento, la radio o las notas de la escala, como
también ese papel rayado con extraños jeroglíficos. Si desde el comienzo de la
iniciación musical concentramos la atención del niño sobre el carácter esencialmente
inmaterial de la música, experimenta una cierta emoción y está mejor predispuesto
para la audición.
Es entonces cuando hay que hacerle comprender y sobre todo sentir, que el dominio
de los sonidos es un mundo invisible y maravilloso al que solo puede acercarse con
respeto.
Hacer percibir las variedades de calidad del timbre, es también despertar el amor por
el bello sonido.
Es importante trabajar la atención auditiva partiendo del silencio.
La entonación.
La voz.
La voz es una facultad concedida al ser humano, que le permite expresar
espontáneamente sus estados de ánimo. Para que el impulso pueda exteriorizarse es
necesario que el ser esté en armonía y que se exprese al cantar. Para esto, la
atmósfera de benevolencia desempeña un papel muy importante.
La calidad del ejemplo tiene también un gran valor y si la voz del maestro resulta
insuficiente, este deberá hacerlo repetir por el alumno mejor dotado vocalmente.