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Dejar de fumar favorece la aparición

de células protectoras que regeneran


los pulmones
Escrito por Elena Díaz, 5 de febrero de 2020 a las 15:30

CONOCIMIENTO
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature revela que cuando
se deja de fumar un grupo de células, desconocidas hasta ahora, se
despierta y restauran parte de los pulmones reduciendo el riesgo de
sufrir cáncer de pulmón

 
Elena Díaz
Los factores de riesgo y las causas del cáncer de pulmón son
variables, pero, sin duda, el tabaquismo es considerado como el
principal peligro para desarrollar esta enfermedad.
De acuerdo con la Asociación Española Contra el Cáncer
(AECC), cerca del 80 por ciento de estos tumores se dan en
personas fumadoras o que han dejado de hacerlo
recientemente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que
cerca del 30 por ciento de fallecimientos por cáncer se
deben a factores de riesgo que se pueden prevenir como la
falta de actividad física, el consumo de alcohol, el tabaquismo o una
mala alimentación.
Dejar de fumar es el primer paso para reducir los efectos nocivos
del tabaco en nuestro organismo, sobre todo en los pulmones, y un
nuevo hallazgo científico acaba de descubrir cómo las células que
no han sido dañadas son capaces de proteger los pulmones
y disminuir el riesgo de padecer cáncer.
Células sanas se despiertan para proteger los
pulmones
Nunca es tarde para dejar de fumar. La investigación, elaborada
por un equipo del Wellcome Sanger y del University College
London, revela que, cuando se deja de fumar, un grupo de células,
desconocidas hasta ahora, se despierta y restauran parte de los
pulmones.
El estudio, que ha sido publicado en la revista especializada
Nature, se ha basado en la secuenciación del ADN de un grupo de
fumadores, exfumadores, personas que no habían fumado nunca y
niños. En total, los investigadores han analizado el ADN de
632 células individuales de 16 participantes para ver cómo
actúan ante la exposición del tabaco.

En primer lugar, el grupo de personas que nunca había probado un


cigarro había experimentado un ritmo regular y constante en el
número de mutaciones celulares en su organismo. En este caso, tal
y cómo argumentan los investigadores, la cifra natural de
mutaciones en una persona de 60 años es de 1.000 a 1.500. Tras
analizar todas sus células, se dieron cuenta de que tan sólo
el 5 por ciento había sufrido alguna mutación conductora
(alteración del gen de la célula menos indicada que puede
favorecer la aparición de tumor).
Los fumadores tienen 5.000 mutaciones más
Pero, ¿qué pasó con el grupo de fumadores? Cada célula
presentaba cerca de 5.000 mutaciones más que en personas
no fumadoras, lo que también conlleva al incremento de
mutaciones conductoras.
Una vez llegados a este punto, el equipo de investigadores
descubrió un importante avance. Las personas que habían
dejado de fumar tenían dos tipos de células: unas con
mutaciones celulares similares a las de los fumadores y
otras células normales con características de las personas
que nunca habían fumado.
¿Qué quiere decir esto? Nuestro organismo, al dejar de fumar,
regenera células que no están dañadas por el tabaco para proteger
los pulmones y, por tanto, reducir el riesgo de sufrir cáncer.

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