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Salvador Gutiérrez Ordóñez

VARIACIONES SOBRE LA ATRIBUCIÓN


Universidad de León, 1986

CAPÍTULO I

LA ATRIBUCIÓN

1. Atribución / Predicación
1.1.-En la conciencia de los gramáticos ha estado siempre presente la inevitable relación entre
las estructuras de los grupos A y B:
A B
‒Dios vive ‒Dios es viviente
‒El árbol florece ‒El árbol es floreciente
‒El café amarga ‒El café es amargo (Alarcos)
‒Juan trabaja ‒Juan es trabajador
‒El niño estudia ‒El niño es estudiante.
Son los racionalistas, asentados sobre un sedimento claramente influenciado por la lógica,
quienes introducen, dentro de la lingüística, la distinción verbo adjetivo (grupo A) / verbo
sustantivo (grupo B). Como tal la hallamos en El Brocense (1976,255), la Grammaire générale
et raisonné de Port Royal de Arnauld y Lancelot (1980,177-178) y, posteriormente en la
Grammaire genérale... de Nicolas Beauzée (1974,405).
En su explicación, los racionalistas hacían derivar las secuencias (A) de los decursos (B),
los verbos predicativos de los atributivos. "El fundamento de todos los verbos es el verbo
sustantivo… Propia y verdaderamente el verbo es el verbo sustantivo, aunque se oponga
incluso César Escalígero..." (Brocense, 1976,255 ). Según los redactores de la Logique de Port-
Royal, el verbo tendría por única y verdadera función unir ¡os dos términos de una proposición
(sujeto y predicado) (Arnauld-Lancelot, 1980,176J. Sólo el verbo ser mantiene esta simplicidad
en su forma de tercera persona del presente est. Los verbos adjetivos serían el resultado de
abreviar cópula + atributo en una sola palabra (Ibid.): "pero, por más que toda proposición
debe necesariamente de contener estas tres cosas, sin embargo, ..., ésta puede no tener más
que dos palabras o incluso una sola. Porque, como los hombres quieren abreviar sus discursos,
han construido infinidad de palabras que significan unidas la afirmación, es decir, lo significado
por el verbo sustantivo y el atributo que se afirma. De esta clase son todos los verbos, excepto
el llamado sustantivo, p.ej.: Dios existe, es decir, Dios es existente, Dios ama a los hombres,
es decir, Dios es amante de los hombres" (Id., 179). -.
Una de las críticas más contundentes contra el orden derivativo que introdujeron los lógicos
de Port-Royal (Dios es viviente  Dios vive) fue, como recuerda Navas Ruiz, la avanzada por
Ch. Serrus. Tal autor “propuso cambiar la dirección de la reducción y asimilar la atribución a la
predicación. Lo más antiguo y esencial, afirma, es ésta: sólo la excesiva importancia dada a la
cópula ocultó hecho tan claro” (cit. en Navas, 1977,19). Con mayor contundencia, si cabe, se
había expresado O. Jespersen desde el campo de la Lingüística nueve años antes: “A los
lógicos les gusta analizar toda clase de frases en los tres elementos: sujeto, cópula y
predicado; consideran que The man walks consta del sujeto the man (“el hombre”), la cópula
is (“está”) y el predicado walking (“andando”). Un lingüista tiene que considerar insatisfactorio
este análisis, no sólo desde el punto de vista de la gramática inglesa, en la que is walking
significa algo diferente de walks (“anda”), sino también desde un punto de vista general… En
realidad, la cópula dista tanto de ser el verbo típico, que muchas lenguas nunca la han tenido y
en otros muchos casos no la emplean” (Jespersen, 1975,150). Pero antes que Serrus y
Jespersen se había pronunciado Bello: “Se le ha llamado verbo sustantivo, y se ha considerado
a cada uno de los otros verbos como resoluble en dos elementos, el verbo que denota la
existencia en abstracto y un adjetivo variable. Pero si con esto se quiere decir que en la
formación de las lenguas se ha principiado por el verbo sustantivo, el cual combinándose con
adjetivos engendre los demás verbos, no sólo es falso el hecho, sino contrario al proceder
natural, necesario del espíritu humano, que va siempre de lo concreto a lo abstracto. Tan
absurdo me parece decir que Sentio haya principiado por sum sentiens, como lo sería pensar
que Homo y Canis hubiesen provenido de ens humanus y ens caninus” (Bello, 1981,746). En
resumen: ni se debe sostener que estructuras A y estructuras B son sinónimas (baste
comparar El niño estudia y El niño es estudiante para percatarse de ello), ni las secuencias
predicativas son el resultado de una amalgama del verbo ser con el llamado predicado
nominal.
La mayoría de nuestros gramáticos han mantenido, aunque con algunas variaciones
terminológicas, lo esencial de esta división: R. Lenz (1935,68-70), R. Seco (1978,144), A.
Alonso-Henríquez Ureña (1938,34), la Real Academia (Esbozo, 1973,364 y ss.), Gili Gaya
(1961,57), F. Marcos Marín (1980,340-341), etc. Ha sido en las últimas décadas cuando este
binomio ha conocido algunas críticas (cf. Falk,1979,14-15, nota 2). A propósito del predicado
nominal comentaba Roca Pons: “Sin embargo, el verbo puede considerarse siempre integrado
en el predicado y, por otra parte, a través de una gradación en el uso de verbos copulativos,
pasamos de éstos a los más propiamente predicativos” (Roca Pons,1974,293). Recientemente
R. Cano Aguilar admite que la división no ha de considerarse tajante:
a) Los verbos copulativos admiten usos predicativos: “la fiesta será a las once”
b) Ciertos verbos “predicativos” conocen función auxiliar, equiparables en cierto modo a la
de los atributivos (“vivió una vida triste”) (Cano,1983,9).
Pero, a pesar de todo, sigue manteniendo la división tradicional: "Ahora bien, todos estos
hechos no pueden ¡legar a abolir la distinción básica entre ambos tipos de estructura del
predicado" (Id.,10). Se apoya en un hecho funcional: en los verbos atributivos (sólo ser, estar,
parecer) hay conmutación del atributo por lo. La aparición de lo no es, sin embargo, una
propiedad de los verbos atributivos, sino de los atributos. De hecho, cuando no hay atributo,
cuando se construyen "predicativamente”, cesan automáticamente todas las posibilidades de
aparición de lo.

1.2.-En el análisis de las secuencias atributivas cabe distinguir tres actitudes:


1) En las gramáticas racionalistas tales oraciones se descomponían en tres elementos
sujeto, atributo y verbo ser: "Le jugement que nous faisons des choses, comme quand je dis;
la terre est ronde, s'appelle PROPOSITION, et ainsi toute proposition enferme nécessairement
deux termes: l'un appelé sujet, qui est ce dont on affirme, comme terre, et l'autre appelé
attribut, qui est ce qu'on affirme, comme ronde: et de plus la liaison entre ces deux termes,
est" (Arrivé-Chevalier,1975,41, Arnauld-Lancelot,-trad. esp.54, tb II,13,p.90). El término
compuesto predicado nominal, de gran fortuna en las gramáticas de nuestra lengua, muestra
en su transparencia ¡os caracteres del attribut racionalista: este manifestaba una "predicación"
(semántica) en cuanto compendiaba "lo que se afirma del sujeto" y, por otra parte, reflejaba la
categoría o "parte de la oración" de las magnitudes que la representan: el nombre sustantivo y
el nombre adjetivo. El verbo, que sirve exclusivamente "para atribuir o referir formalmente el
contenido del predicado al sujeto" es denominado cópula por carecer de significado. En tal
concepción el predicado está constituido por el atributo (o predicado nominal) más sus
términos adyacentes. El verbo queda excluido de su órbita.
Juan es trabajador

sujeto predicado

Esta es, por ejemplo, la visión ofrecida en nuestro siglo por la Real Academia (1914ç7,150) y
por S. Gili Gaya (1961,57).
2) Una segunda concepción amplía el campo designativo del predicado nominal: se incluye
dentro del mismo al verbo, aunque la función nuclear sigue recayendo sobre el adjetivo o
sustantivo. Es la postura que han adoptado A. Alonso-Henríquez Ureña, F. Lázaro Carreter
(1974m66) y el Esbozo de la Real Academia. “El verbo copulativo, dicen los primeros, forma
parte del predicado gramatical. En “los cóndores son veloces” lo que decimos de los cóndores
es que son veloces” (Alonso-Henríquez, 1938, 35). Y el Esbozo de la Real Academia: “Hay dos
clases de predicados: nominal y verbal. El primero se compone de un verbo copulativo (ser o
estar) y un complemento predicativo, formado esencialmente por un nombre (adjetivo o
sustantivo) que es el núcleo o base del predicado” (RAE,1973,364). Por el contrario “en los
predicados verbales, el núcleo o palabra esencial es un verbo” (Ibid.).
Juan es trabajador

núcleo
sujeto predicado

3) Otra postura incluye también en el ámbito del predicado al verbo y al atributo, pero
subraya la nuclearidad sintáctica del primero, aunque se reconozca que el segundo sea más
rico en aportación informativa. Esta fue la opinión de A. Bello (1981,745-746), M. Seco se
manifestaba así: “En la oración Aquella chica era guapa, el predicado es era guapa, y el núcleo
del predicado es… el verbo era” (M. Seco,1972,106). Y Emilio Alarcos: “En otra parte hemos
tratado de las estructuras oracionales atributivas cuya particularidad esencial consiste en
presentar un núcleo verbal de conmutación bastante limitada (ser, estar, quedar,…) y un
término adyacente que llamamos atributo, pero que desde el punto de vista léxico es el centro
del predicado” (Alarcos,1970,159).
Juan es trabajador

núcleo
sujeto predicado

1.3. En la consideración de las estructuras del tipo A y las secuencias B los gramáticos han
acuñado una serie de binomios antitéticos:
‒oraciones atributivas / oraciones predicativas
‒predicados nominales / predicados verbales
‒verbos copulativos (atributivos) / verbos predicativos
La clasificación en oraciones atributivas y oraciones predicativas es aceptable con tal de
que no se considere una oposición y, menos aún, oposición exclusiva. Existen secuencias que
combinan simultáneamente atribución y predicación. Esta convivencia no se constata
solamente en los decursos considerados estructuras “híbridas” (los cazadores llegaron
cansados, la iglesia quedó vacía, el río venía desbordado…), pues no son infrecuentes las
oraciones que combinan un esquema transitivo con la función de atribución (cf. Rodríguez,
1982,35-36; J. Martínez Álvarez, 1985,111):
‒El avión describió raudo unas volteretas
‒El alumno recitaba nervioso la lección
‒Mi padre recibía exultante a los invitados
La designación oraciones atributivas (o frases atributivas) no sería, en sí misma, incorrecta.
Tendría el mismo sentido que las clasificaciones efectuadas sobre las oraciones o frases que
carecen de sujeto (impersonales) o aquellas otras que poseen implemento (transitivas). El
criterio clasificador es la presencia o ausencia de un funtivo. Desde este punto de vista,
oración (o frase) atributiva implica simplemente "oración o frase verbal que incluye entre sus
relaciones la función atributo".
Se puede, por tanto, mantener las denominaciones oración atributiva y oración predicativa,
pero nunca consideradas como términos polares de una oposición:
1) Toda oración es, desde el punto de vista sintáctico, "predicativa". No hay oración que
carezca de predicado, si por predicado entendemos el elemento sobre el que recaen los
morfemas del verbo finito. Por consiguiente, las cadenas El reloj era viejo, La casa estaba
encantada son, simultáneamente, estructuras "predicativas" y "atributivas".
2) No conviene oponer oración atributiva / oración predicativa, pues no son conceptos
antitéticos. Tal binomio tendría el mismo sentido (es decir, ningún sentido) que la pretensión
de construir una antonimia tajante entre oraciones impersonales / oraciones predicativas o,
también, entre oraciones transitivas y oraciones predicativas, pues tanto las impersonales
como las transitivas (y también las atributivas) son predicativas.
1.3-2. Si bien la terminología del doblete predicado nominal/predicado verbal se fundamenta
categorialmente (serían el nombre ‒sustantivo o adjetivo‒ y el verbo los elementos nucleares),
la división en sí no obedece a razones sintácticas, sino semánticas. Se parte de un concepto de
predicado que no posee una conexión directa con las relaciones sintáctico-formales que se
registran en los decursos. Los morfemas de concordancia con el sujeto y los morfemas
extensos se hallan exclusivamente en el verbo finito, no en el atributo. Conviene siempre tener
bien diferenciados los niveles. Nadie osa negar la densidad semántica del atributo (incluso su
carácter remático), pero en el estrato sintáctico no hallamos argumentos que sustenten su
nuclearidad. Cierto es que Platón y Aristóteles incluían al adjetivo en la misma categoría que el
verbo (rhêma), pues en construcciones del tipo ho anthropos díkaios la ausencia de cópula
conducía a la creencia de que el adjetivo díkaios era el "predicado" (Robins,1966,8-9). Pero las
razones fundamentales para caracterizarlo como tal son de orden semántico y de índole lógica:
dada la pobreza de contenido de los llamados "copulativos" sobre el atributo recaía la
responsabilidad de "predicar" ante los ojos de quienes, como ¡os lógicos tradicionales, definían
al predicado como "aquello que se dice o afirma del sujeto".
1.3.3. El doblete tradicional verbos copulativos (atributivos) / verbos predicativos tampoco
parece afortunado:
a) En principio, todo verbo (no sólo ser, estar y parecer) está capacitado para mantener
relación o servir de enlace entre un atributo y su tema:
‒Corría fatigado
‒Duerme tranquilo
‒Llegó satisfecho
‒Se sintió abandonado de sus amigos
‒Hablaba sereno de su secuestro
b) Los verbos ser y estar conocen, por su parte, usos no atributivos:
‒"...los pocos sabios que en el mundo han sido" (Fr.Luis)
‒"Tal señora no es en el mundo" (Cervantes)
‒No es muy lejos
‒Juan está en la inopia
‒Es que no tengo ganas
No existen, por consiguiente, verbos copulativos y verbos predicativos: todos los verbos están
capacitados para “predicar” (ser núcleos de oración o de frase verbal) y también como
acabamos de ver, para construirse con atributos.
V. Demonte recoge la tesis de Ross y M.L. Rivero: "la distinción entre verbos predicativos y
verbos atributivos carece de sentido (Demonte, 1979,136). Ross presentaba estos
argumentos:
a) "En las lenguas cuyo orden básico es SVO (sujeto, verbo, objeto) el orden de los
constituyentes en las oraciones con cópula es S COP O, mientras que en las lenguas SOV el
orden es S O COP" (cit. Id.,236)
b) El comportamiento ante la "elisión de verbo" ("Gapping") es idéntico en predicativos y
copulativos:
"(8) a. José fue al cine y Mónica fue a la oficina
b. José fue al cine y Mónica a la oficina
(10) a. Susana está casada y tú estás agobiada.
b. Susana está casada y tú agobiada" (Ibid.)
V. Demonte aporta tres nuevos argumentos en defensa de esta misma opción:
"‒se infinitivizan:
(10) a. Quiere salir
b. Quiere ser domesticada.
‒mueven los clíticos hacia su izquierda:
(11) a. El grito se me escapó de la garganta
b. El puesto le está grande
‒cambian de posición de la misma manera que los verbos reales cuando se efectúa
una interrogación total sobre la oración:
(12) a. ¿Llamaste tú?
b. ¿Es ingenua María? (Id.,137)
1.4. Tradicionalmente se pretendió diferenciar atribución y predicación desde perspectivas
semanticistas: la predicación representaría procesos, mientras que a cargo de las estructuras
atributivas correría la comunicación de estados o cualidades (Hernández,329; Navas,1977,20;
Meillet,1975,179).
Navas Ruiz critica con acierto esta posición teórica: "un, verbo predicativo como dormir
señala un estado; en cambio, en la oración atributiva sus cabellos se vuelven blancos es
evidente la , idea de proceso" (Navas,1977,). La solución que ofrece no está menos preñada
de matices semánticos y logicistas: "No es el significado del verbo lo que separa uno u otro
fenómeno, sino la manera como se aplica al sujeto: en la predicación el significado del
proceso, acción o estado permanece externo al sujeto, independiente de su manera de ser, de
su esencia; en la atribución el significado de proceso, acción o estado afecta a la naturaleza
íntima del sujeto, modificando sus notas características. En yo duermo el dormir es un
accidente de mi ser; en yo soy bueno, la bondad es la esencia de mi ser" (Id.,20). Esta visión
esencialista de las secuencias atributivas tiene, como, hemos dicho, resonancias filosóficas. En
Aristóteles, sin llegar a constituir esencias, los atributos eran "accidentes esenciales". Entre los
escolásticos, aparte de referirse a las propiedades divinas, se aplicaba también este término en
Metafísica para designar una "propiedad necesaria de la esencia de la cosa". Por otra parte, ya
en el racionalismo, "Descartes señala que el atributo es algo inamovible e inseparable de la
esencia del sujeto" (Ferrater,1979,249). Sin embargo, desde una visión lingüística, esta tesis
es insostenible. Tan atributivo es el verbo ser como estar: en modo alguno se debe sostener
que en estaba hermosa o en Milagrosamente, aquel día estaba contento el atributo manifieste
propiedades esenciales. La expresión de esencias o cualidades estables sólo parece apropiada
para el ¡verbo ser; pero este no es, claro está, el único que admite construcción con atributos.
1.5. Para designar la función que constituye objeto de nuestro estudio han barajado los
lingüistas, no siempre con los mismos valores, términos como predicado nominal, predicativo,
atributo y algún otro de menor fortuna. Curiosamente, tanto predicado como atributo han
entrado en la lingüística de mano de la lógica.
Reservado el término predicado para aludir al término nuclear de la frase verbal (cf.
Gutiérrez,1984,268), carece de sentido favorecer ambigüedades manteniendo el término
compuesto predicado nominal. Por otra parte, predicativo, que era y es ocasionalmente
aplicado a los atributos de sujeto o implemento no construidos con el verbo ser, será evitado
por idénticas razones.
No se no oculta en modo alguno la polivalencia que ha regido ¡os usos de atributo y que ha
creado incomodidades entre los lingüistas: "El término atributo ‒decían A.Alonso-Henríquez
Ureña‒ que la gramática tomó de ¡a lógica, causa en estos análisis inevitables confusiones e
impide distinguir entre la forma predicativa (“la fresa es buena") de la forma atributiva del del
pensamiento (la fresa buena cuesta cara")" (Alonso-Henríquez, 1938,36). Este vocablo se ha
usado para designar tanto "adición a un sustantivo (Paul, Heyse, Sütterlin, gramática escolar
antigua)" como "adición a toda palabra en la oración, pero no al verbo", como "adición a toda
palabra en la oración, también al verbo" (Abraham,1981,75).
En este trabajo aceptamos la denominación atributo aplicada a la función que analizamos.
Hoy ya no son tan intensos los peligros suscritos por A.Alonso-Henríquez Ureña, pues tal
vocablo apenas se usa para referirse al adjetivo adjunto o modificador del sustantivo y, por
otra parte, la denominación predicado nominal está en franco retroceso. Atributo será utilizado
aquí en un sentido más amplio que el que le atribuía la lingüística .francesa desde la Gramática
general y razonada de Port-Royal: no restringimos su aplicación a los usos con los verbos
tradicionalmente clasificados como copulativos, sino a todo aquel sintagma que cumpla ¡as
condiciones formales que definiremos en el apartado 2 de este capítulo.

2. Caracteres generales de los atributos


2.1. La caracterización tradicional de los atributos no está exenta de circularidad. Este defecto
que observa Falk en algunos diccionarios (Falk,1979,15} podría resumirse:
– atributo: palabra introducida por un verbo copulativo –
– verbo copulativo: verbo que se construye con atributo o predicado nominal
No muy lejana de esta caricatura se halla la descripción de autores como Navas Ruiz, a cuya
agudeza debemos en otros puntos sabias aportaciones en torno al sistema atributivo del
español: “Oración atributiva es la introducida por el verbo ser u otro de su misma naturaleza.
Verbo atributivo es el verbo tradicionalmente llamado copulativo, cuyo significado original ha
desaparecido en mayor o menor grado y cuya función es unir el sujeto a otra palabra. Atributo
es la palabra que determina al sujeto a través del verbo ser u otro equivalente”
(Navas,1977,17).
Aparte de la circularidad, en la determinación de la función atributiva se han de evitar otros
vicios. En análisis sintácticos abundan las caracterizaciones semánticas tanto del verbo como
del atributo mismo. No dejan de ser frecuentes asimismo las infracciones contra la coherencia:
tras definir ¡os verbos copulativos con el rasgo distintivo "ausencia de significado" aparecen,
muchas veces a renglón seguido, incluidos en la lista verbos como parecer (parece tonto),
andar (anda cabizbajo), llegar (llegó cansado)…
2.2.-Aunque con algunos de los defectos aludidos, la caracterización de J. Falk es, sin duda, la
más exhaustiva de cuantas se han propuesto para el español. Nos detenemos en su resumen y
recensión:
1) El elemento verbal tiene función de enlace. Asocia el sujeto, u orienta hacia él, un
término predicativo (atributo). En la frase atributiva las restricciones de selección se dan entre
sujeto y atributo. Compárense: El niño es alegre / La noticia es alegre / *La mesa es alegre /
La mesa es redonda" (Falk, 1979,19). El primer punto habrá de sufrir ligera corrección en las
teorías que admitan también la existencia de atributos de otras funciones distintas a la de
sujeto (implemento, etc.). Es cierto que las restricciones de selección se establecen entre
sujeto y atributo y que poseen naturaleza, sintagmática, combinatoria; pero no se ha de
olvidar que este tipo de concordancias clasemáticas son de naturaleza semántica y se dan con
independencia de un verbo de los llamados "copulativos" (por ejemplo, en la construcción
sustantivo-adjetivo).
2) "El atributo o complemento predicativo es obligatorio en este tipo de frase. Cuando el
verbo tiene función de cópula no puede constituir un predicado por sí solo. (En las frases Dios
es, Pedro no está los verbos expresan existencia y presencia respectivamente)" (Id.,19). En
esta segunda característica J. Falk incurre en flagrante circularidad. Si a propósito de una
oración o frase verbal decimos que, es "atributiva" es porque tiene atributo. Hay "petición de
principio" al afirmar que el atributo es obligatorio en las frases atributivas.
3) "El atributo concierta por lo general con el sujeto en número y género" (Ibid.). También
con el implemento, etc. cuando se relaciona con otras funciones exteriores a la relación
predicativa.
4) "El elemento cop es semánticamente vacío, o casi vacío. Las diversas cópulas (ser,
estar, resultar, quedarse, etc.) expresan distintas modalidades de la relación S-A, pero la
información léxica está siempre contenida en A" (Ibid.). Aparte de ser una caracterización
semántica, la visión del verbo atributivo "semánticamente vació" es inaceptable. La diferencia
entre los enunciados Es hermosa / Está hermosa no emana, claro está, del sintagma adjetivo.
5) “La pronominalización se hace mediante la forma invariable lo” (Ibid.).
6) “La oración atributiva no admite transformación pasiva” (Ibid.). Esto contribuye a
mostrar que la llamada oración pasiva no es sino una oración atributiva, como defiende Alarcos
(1970,124 y ss.). No tendría sentido una transformación de una oración atributiva en otra
oración atributiva.
7) “El atributo no parece ser determinado por adverbios de manera. Es decir, S-cop-A no
admite la pregunta ¿cómo se efectúa la acción?” (Falk,1979,19). No se deben considerar
caracteres de la atribución comportamientos que son debidos a la naturaleza semántica de
algunos sintagmas que ocupan ocasionalmente la plaza funcional de atributo. Si hay anomalía
en *Mi padre es cuidadosamente pintor frente a Pepe abrió cuidadosamente la caja ello debe
atribuirse al atributo pintor y no a la función atributiva misma. De hecho, sí son posibles Mi
padre era cuidadosamente delicado con el personal doméstico. Por lo demás, constituyen
mayoría los atributos que responden al interrogativo ¿cómo?: ¿cómo es mi padre? (lo que no
tiene sentido es dirigir el interrogante ¿cómo se realiza la acción? a un verbo atributivo).
2.3. Antes de entrar en la exposición de las que, a nuestro juicio, constituyen las
características básicas de la relación atributiva, es necesario precisar que nuestro concepto de
atribución no se reduce a los términos dependientes de ser, estar y parecer. La atribución no
es una clase donde todos los elementos cumplen todas las características que se enumeran,
pero donde todos satisfacen algunas ‒cuando óbices formales no se interponen‒. Aunque
subsistan rasgos formales que oponen El niño está cansado a El niño se levantó cansado, la
importancia de los caracteres que comparten aconseja un tratamiento común. La clase de los
atributos es una gran bolsa en la que es posible diferenciar subclases y que se opone,
globalmente, al resto de las funciones sintácticas. Existe, por tanto, diversidad dentro de la
unidad.

De los caracteres que se enumeran, algunos no son compartidos por todos los atributos
(otros, sí). Ahora bien, el no cumplimiento de alguna de estas notas descriptivas se deberá,
más que a una transgresión de la regla, a razones de inmovilidad formal o bien a una situación
deficitaria. Si no se observa concordancia en Este(os) libro(s) es (son) una delicia la razón es
externa: hay una inmovilidad formal de una delicia que impide la comprobación de la
concordancia. Algunos atributos admiten conmutación por un átono neutro y otros, no. Pero lo
que nunca sucede es que un atributo sea sustituible por un referente distinto. Si no admite
intercambio con un neutro, no los habrá de consentir con ningún otro género (o, de lo
contrarío, concluiríamos que no hay relación atributiva):
2.3.1. La atribución es una relación sintagmática compleja: se establece primariamente entre
tres funtivos:
– Un tema o base de atribución a quien se aplica ¡o significado por el atributo y que
siempre pertenece a la categoría nominal.
– Un verbo a través del que "pasa" (Martínez, 1977,184) la relación o que "enlaza" o
"une" (en términos tradicionales) el tema (no siempre sujeto) con el atributo. No es
condición indispensable que el verbo se halle en forma personal: pueden construirse
con atributos también el infinitivo, el gerundio y el participio.
– Un atributo, que se relaciona simultáneamente con el tema y el verbo y cuya
categoría es variable. En función atributiva hallamos tanto adjetivos como
sustantivos y, ocasionalmente, adverbios.
Las formaciones canónicas manifiestan esta triple composición:
‒Los cisnes son blancos
‒El montañero estaba congelado
‒La secretaria apareció sonriente
‒¡Déjame tranquila el alma!

TEMA

VERBO

ATRIBUTO

El tema o base de la atribución puede no aparecer en el discurso, fundamentalmente en las


contingencias que se enumeran:
a) En construcciones impersonales (excepto con los verbos atmosféricos o unipersonales):
‒A la cima se llega cansado
‒Se es el líder cuando la masa te elige en tácito plebiscito
b) Por elipsis, cuando el tema queda sobreentendido en el discurso:
‒(…) Estaba contrito
‒(…) Entró cabizbajo
No es infrecuente la ausencia del elemento verbal. “No hay verbos de más frecuente uso que
los dos por cuyo medio se significa la existencia directamente: ser y estar. Y de ahí es que son
también los que más a menudo se subentienden” (Bello, 1981,641).
‒Los apresaron por (ser) imprudentes
‒Tiene fama de (ser) hermosa
Existen otras construcciones, claramente atributivas, en las que la ausencia de verbo no
soporta el valor explicativo de la elipsis, ya que la restitución o catálisis del elemento de enlace
parece difícil cuando no imposible. Tal es el caso de ciertos interrogantes de carácter retórico,
construcciones absolutas y otras frases de naturaleza bimembre:
‒¿Viejo yo?
‒Iniciada la reunión, entraron los alumnos
‒Seguro que estará bebiendo whisky
Ya hacía también A. Meillet referencia a la escasa (o nula) necesidad del verbo de enlace:
“Dans les phrases nominales telles que: l’homme est bon, la maison est neuve, il est chez toi,
il ne figure un verbe que pour la commodité de la phrase; les langues sémitiques n’y ont
aucune forme verbales; l’indoeuropéen n’en avait pas le plus souvent; le russe dit encore
aujourd’hui dom nov "la maison est neuve", on u tebê "il est chez toi"" (Meillet,1975,179).
2.3.2. Entre el atributo y el tema aparece manifiesta, cuando es posible la concordancia en los
morfemas de género y número. Esta es una característica que todos los gramáticos coinciden
en señalar:
‒El niño es bueno
‒La profesora terminó fatigada
‒Los soldados saludaron jubilosos
‒Las feministas salieron contentas de la reunión
La concordancia no se constata:
a) Cuando el sintagma atributo (o también el tema) no presentan variabilidad morfemática
en género y número:
‒La clase fue una feria
‒Pasear en otoño es agradable
b) Cuando el tema no aparece por tratarse de construcciones impersonales. En tales
circunstancias el atributo opta por la forma más neutra (el neutro propiamente dicho
‒lo, eso, esto…‒ o por el masculino):
‒"Asno se es de la cuna a la mortaja" (Cervantes)
‒Haciendo el bien se vive contento
‒No se es eso para fastidiar a los demás
Se ha hablado asimismo de concordancia numérica entre el atributo y el elemento verbal. Ante
tal afirmación caben dos opciones teóricas:
1) Admitirla, pero restringiendo su aplicación a los atributos de sujeto (pues en los de
implemento… tal concordancia no existe). Ante ejemplos como:
‒Ser buenos nos conviene a todos
‒Siendo estudiosos, no tendréis problemas
habría que explicar la aparente ausencia de concordancia a causa de la invariabilidad del
infinitivo y del gerundio.
2) Rechazar la existencia de concordancia entre el atributo y el verbo. Esta solución es más
general (aplicable a todos los tipos de atribución) y simple (no conoce excepciones) y,
por ello, preferible desde una visión metateórica. La aparente concordancia de
secuencias como
‒Los alumnos son trabajadores
se explicaría por carambola lingüística:
‒El atributo concuerda con el tema (sujeto en este caso)
‒El sujeto concuerda con el verbo
‒Luego es natural que el atributo y el verbo coincidan en las marcas de número.
Pero si se rompe una cadena de este eslabón y, por ejemplo, el tema deja de ser sujeto y, por
consiguiente, no concuerda con el verbo, entonces tampoco existirá la apariencia de
concordancia de que tratamos.
2.3.3. Siempre que sea posible conmutar un atributo por un referente pronominal (átono o
tónico), éste será neutro.
‒María es prudente  LO es
‒Juan es médico  LO es – es ESO
‒Los niños son listos  LO son
‒Le llaman tonto  Se LO llaman
Le llaman ESO
‒Trabajan de peones  Trabajan de ESO
El hecho de que determinados tipos de atributos no admitan ser sustituidos por referentes
pronominales neutros no es ninguna prueba negativa. Se trata, como ya hemos apuntado, de
una situación deficitaria: en tales circunstancias no admiten sustitución por ningún pronombre
(ni por los neutros ni por ningún otro).
2.3.4. El atributo queda siempre fuera del ámbito de conmutación del tema. En esto se
diferencian siempre el adjetivo atributo y el adjetivo término adyacente o modificador del
nombre. En ambas funciones el adjetivo concuerda en género y número con el sustantivo que
es objeto de la relación, pero el adyacente nominal o modificador pertenece a la esfera del
nombre que complementa, mientras que el atributo queda fuera del área de su influencia:

Atributo Adyacente Nom.

tema sustantivo
Esto se comprueba en la sustitución por referentes pronominales. Como es bien conocido, los
pronombre (tanto los átonos como tónicos), aparte de servir en numerosas ocasiones para
determinar funciones sintácticas, tienen también función demarcativo: delimitan la extensión
de los elementos que contraen una función concreta. En los siguientes ejemplos se observa el
diferente comportamiento de los adjetivos en la conmutación pronominal, según funcione
como adyacente del sustantivo (ejemplos a.) o como atributo (ejemplos b.):
a. Los obreros heridos llegaron  Ellos llegaron
b. Los obreros llegaron heridos  Ellos llegaron heridos
a. Tengo dos nuevos libros  Los tengo
b. Tengo nuevos dos libros  Los tengo nuevos
a. El coche lleno no pudo subir  Él no pudo subir
b. El coche, lleno, no pudo subir  Él, lleno, no pudo subir
2.3.5. El atributo no admite ser interpolado entre los determinantes del tema y el tema mismo.
Esta característica está en relación con la anterior y sirve para distinguir atributos de
modificadores nominales. Por otra parte, el atributo puede estar antepuesto al conjunto
Determinante(s) + Tema, posición que nunca ocupa el complemento de un sustantivo. Por
último, tanto el atributo como el adyacente nominal se pueden hallar pospuestos al tema
(hecho que origina a veces ambigüedades sintácticas).

Atributo + Det. + SN *Ady. Nom. + Det. + SN

*Det. + Atributo + SN Det. + Ady. Nom. + SN

Det. + SN + Atributo Det. + SN + Ady. Nom.

2.3.6. Los atributos admiten sustitución por el adverbio-adjetivo así en múltiples ocasiones:
‒Juan es testarudo  Juan es así
‒Tiene rota una costilla  La tiene así
‒Le llaman matasanos  Le llaman así
‒Se llama Pedro  Se llama así
Todos los atributos conmutables por así se concretan en las preguntas en el también adverbio-
adjetivo cómo, y es asimismo el relativo como el que encabeza el segundo segmento de las
oraciones ecuacionales en las que se enfatizan tales atributos:
‒¿Cómo es Juan? ‒Testarudo
Testarudo es como es Juan
‒¿Cómo tiene una costilla? ‒Rota
Rota es como tiene una costilla
‒¿Cómo le llaman? ‒Matasanos
Matasanos es como le llaman
‒¿Cómo se llama? ‒Pedro
Pedro es como se llama
El resto de los atributos responden a los interrogativos qué o quién y en las estructuras
ecuacionales el segundo segmento es encabezado por los relativos que (precedido siempre de
la forma artículo (vid.Cap.III,2.8.) o quien.

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