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Guía de Materia

Biología
La Digestión
El sistema digestivo humano

Comer es una actividad que los seres humanos realizamos a diario. Cambia la cantidad de lo que
comemos, los horarios en que comemos y los tipos de alimentos que comemos de una cultura a otra,
pero todos comemos para lo mismo: fabricar nuevas estructuras, reparar tejidos y producir energía.

Desde el momento que comemos, hasta que los alimentos son aprovechados por el organismo, ocurren
una gran cantidad de acontecimientos que en conjunto estructuran el proceso digestivo.

El proceso digestivo contempla todos los eventos que ocurren en tu organismo desde que comes hasta
que eliminas los desechos y alimentos no digeridos por tu organismo. Este proceso considera 4 etapas:
ingestión, digestión, absorción y egestión.

La ingestión es el mecanismo a través del cual el alimento ingresa al primer segmento del tubo
digestivo, es decir, a la boca. Dicho de manera simple: ingerir es comer.
La digestión corresponde a una serie de transformaciones mecánicas y químicas que permiten
obtener –a partir de los alimentos– sustancias simples, solubles y difusibles. Es decir, la digestión
es un proceso de degradación de alimentos, formados por moléculas muy complejas, hasta las
moléculas más pequeñas que los constituyen (simples). Estas moléculas simples son capaces de
disolverse en agua (solubles) y de moverse por difusión desde donde están en mayor cantidad hasta
donde no existen o están en menor concentración (difusibles).
La absorción es el proceso a través del cual los nutrientes simples, solubles y difusibles obtenidos en
la digestión, pasan desde el tubo digestivo hasta la sangre y el sistema linfático, para ser
transportados a todas las células del cuerpo. Esta etapa del proceso digestivo es de gran
importancia, ya que los nutrientes obtenidos en la digestión no tienen ninguna utilidad para el
organismo si se quedan en el tubo digestivo; deben llegar a las células.

Finalmente, a través de la egestión se eliminan los alimentos que no fueron digeridos, tales como
semillas o fibras vegetales, algunos desechos y bacterias muertas.

Estructura del sistema digestivo.

El sistema digestivo humano es un largo tubo que se extiende a lo largo de gran parte del cuerpo. En el
tubo digestivo ocurren las transformaciones mecánicas y químicas de los alimentos, la absorción de los
nutrientes y la egestión de los desechos. A este tubo vierten sus secreciones una serie de glándulas que
en conjunto se denominan glándulas anexas. Las glándulas anexas al tubo digestivo son: las glándulas
salivales, el hígado y el páncreas, glándulas cuya función detallaremos más adelante.

Revisemos el siguiente
esquema que muestra la
organización del sistema
digestivo humano:

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Funcionamiento del sistema digestivo

Cierra los ojos por algunos segundos y piensa en la comida que más te gusta. ¿Es deliciosa verdad? Para
analizar cómo funciona el sistema digestivo te invitamos a recorrer el camino que sigue ese alimento
desde que te lo comes hasta que finaliza el proceso digestivo. Te contaremos qué sucede a medida que
pasa por cada segmento del tubo digestivo.

Digestión bucal: una aventura en la boca

Todo comienza con la ingestión. Cuando introduces un alimento en la boca, este de inmediato se moja
con saliva producida por las glándulas salivales y es masticado con ayuda de los dientes.

Las glándulas salivales son 3 pares de glándulas que producen la saliva que se vierte en la boca. Los
tres pares de glándulas son: parótidas, submandibulares y sublinguales.

Las parótidas son las glándulas salivales más grandes. Tienen forma piramidal y se ubican entre la
piel y el músculo, por delante y por debajo del oído externo. Producen saliva rica en agua, que
además contiene enzimas (amilasa salival y lisozima), pero no mucosidad. Estas glándulas vierten la
saliva a la altura de los segundos molares superiores.

Las glándulas submandibulares tienen forma de nuez y se ubican debajo del ángulo mandibular.
Producen saliva rica en enzimas (amilasa salival y lisozima) y mucosidad. Vierten saliva en la boca a
cada lado del frenillo lingual, pliegue de tejido mucoso que une la parte libre de la lengua con el piso
de la boca.

Las glándulas sublinguales son las más pequeñas. Se ubican delante de las glándulas submandibulares
y producen saliva rica solamente en mucosidad. Vierten su secreción al suelo de la boca.

Tipos de digestión bucal

En la boca ocurre una digestión mecánica y luego una digestión química de los alimentos.

La digestión mecánica ocurre cuando los alimentos son reducidos de tamaño gracias a la masticación.
Durante este proceso, la lengua, las mejillas y los labios son muy importantes, ya que mantienen los
alimentos en las superficies dentarias, donde se cortan y trituran.

Nuestros molares junto con los músculos y huesos de la cara son capaces de ejercer 90 kilogramos de
presión por centímetro cuadrado, presión suficiente para triturar alimentos duros o cortar un dedo de una
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mordida. Otros animales como el cocodrilo tienen mordidas de 900 kg/cm , presión suficiente para cortar
una de las piernas de sus presas. Sin embargo, los ancestros de los cocodrilos actuales que vivieron hace
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20 millones de años, medían más de 10 metros y tenían mordidas de 12.000 kg/ cm , presión suficiente
como para triturar un automóvil de tamaño mediano.

Gracias a la masticación los alimentos se reducen de tamaño y aumenta con ello la superficie de
contacto, permitiendo que actúe la amilasa salival, enzima digestiva presente en la saliva y dando así
inicio a la digestión química de los alimentos.

La digestión química de los alimentos que ocurre en la boca se produce gracias a una enzima llamada
amilasa salival. Esta enzima actúa sobre el almidón presente en los alimentos y lo degrada hasta
maltosa. Dado que el alimento está muy poco tiempo en la boca, la digestión química de la amilasa salival
sobre el almidón es incompleta.

El producto de la digestión bucal se llama bolo alimenticio. El bolo alimenticio está compuesto por
alimentos masticados, mezclados y lubricados con saliva, parcialmente digeridos por efecto de la amilasa
salival.

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El siguiente esquema resume la digestión bucal:

La deglución

La deglución es el proceso a través del cual el bolo alimenticio es conducido desde la boca hasta el
estómago. Ocurre en tres etapas:

Etapa oral: esta etapa es controlada voluntariamente y comienza cuando el bolo alimenticio es
presionado con la lengua contra el paladar hacia arriba y atrás determinando el movimiento del bolo
alimenticio desde la boca hasta la faringe.

Etapa faríngea: esta etapa es involuntaria. En ella la laringe sube y se cierra con la epiglotis
permitiendo que el bolo alimenticio continúe por el esófago y no por la laringe.

Etapa esofágica: esta etapa es involuntaria y en ella las contracciones de la musculatura circular del
esófago permiten el avance del bolo alimenticio a través del esófago hasta llegar al estómago. De esta
manera el avance del bolo alimenticio hasta el estómago no es debido únicamente a la gravedad sino que
a los movimientos de esófago.

Digestión estomacal

La digestión estomacal comienza cuando el bolo alimenticio llega al estómago. El estómago es un


ensanchamiento del tubo digestivo ubicado en el costado superior izquierdo de la cavidad abdominal.
Tiene forma de saco y su tamaño varía de acuerdo al grado de distensión que presenta. Sin embargo, su
volumen en un adulto normal de 80 kg puede ser de 1 a 1,5 litros.

En el estómago se distinguen tres partes: fondo, cuerpo y antro. En cada una de ellas se producen los
compuestos que formarán parte del jugo gástrico.

Todo comienza cuando vemos, olemos o saboreamos comida, ya que desde el bulbo raquídeo –
estructura nerviosa ubicada en la cabeza– se envían señales por el nervio vago que estimulan la
secreción de una hormona llamada gastrina. También la llegada de alimento al estómago es una
poderosa señal para producir más gastrina e iniciar los movimientos de mezcla que constituyen la
digestión mecánica.

La gastrina estimula la secreción de jugo gástrico, líquido compuesto por agua, pepsinógeno, ácido
clorhídrico y moco.

El pepsinógeno es una forma inactiva de la pepsina, enzima encargada de digerir proteínas. ¿Por
qué crees tú que la pepsina debe producirse de manera inactiva (pepsinógeno)? La respuesta es
muy simple, ya que si se secretase de manera activa degradaría, sin control, todas las proteínas
que hay a su paso.

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Una vez activado el pepsinógeno a pepsina se degradan químicamente las proteínas hasta polipéptidos.
El producto de la digestión gástrica tiene pH 3, es similar a una crema de verduras, y se denomina quimo.

Digestión intestinal

En esta etapa de la digestión participan: el hígado, la vesícula biliar y el páncreas. A continuación


detallaremos la estructura y función de cada una de estas estructuras para luego analizar cómo ocurre la
digestión intestinal.

El hígado

El hígado es el órgano más grande del organismo después de la


piel. Pesa alrededor de 1,5 kilogramos y se ubica justo debajo del
diafragma en el costado superior derecho de la cavidad
abdominal. En la figura superior podrás observar que desde el
hígado salen el conducto hepático derecho e izquierdo, que se
unen para formar el conducto hepático. Este conducto se une
con el conducto cístico de la vesícula biliar para formar el
conducto colédoco, que se abre en la papila mayor del duodeno
(primera porción del intestino delgado).
Funciones del hígado

El hígado es un órgano muy importante, ya que cumple muchas


funciones que permiten que el organismo funcione bien. Por tal
razón, alteraciones de la función hepática traen consigo múltiples
trastornos e incluso la muerte si las alteraciones son mayores.

Algunas funciones del hígado son:


Sus células ayudan a transformar ciertas toxinas en sustancias inofensivas para el organismo.
Participa activamente en la metabolización del alcohol a través de una serie de enzimas.
Sus células participan en el metabolismo de proteínas, grasas y carbohidratos.
Almacena ciertas substancias, tales como: hierro y las vitaminas A, B12 y D.
Fabrica importantes proteínas plasmáticas.
Produce células sanguíneas durante la vida fetal (hematopoyesis).
Produce bilis que participa en la digestión de las grasas.

La vesícula biliar

Es un saco con forma de pera que mide de 7 a 10 cm de longitud y 3 cm en su punto más ancho. Se
ubica bajo el hígado y almacena de 30 a 50 mL de bilis.

Función de la vesícula biliar

Almacena bilis que es producida por el hígado y que llega a ella por los conductos hepático y cístico. Es
importante destacar que la vesícula solamente almacena bilis, ya que esta la produce el hígado.

El páncreas

Es una glándula mixta que mide de 12 a 15 cm de longitud y pesa alrededor de 60 gramos. Tiene forma
alargada similar a un pez y se ubica en la curvatura del duodeno. Una serie de conductillos en su interior
confluyen para formar el conducto pancreático principal que se extiende a lo largo de toda la glándula.
Este conducto vacía al duodeno la secreción de la papila duodenal.
Su secreción exocrina –liberada por los acinos pancreáticos– produce grandes cantidades de enzimas
que forman el jugo pancreático. Mientras que como glándula endocrina genera –en las células de los
islotes de Langerhans– tres tipos de hormonas: la insulina, la somatostatina y el
glucagón, que regulan los niveles de glucosa en la sangre.

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Funciones del páncreas.

Produce jugo pancreático, rico en enzimas digestivas, y bicarbonato, ión que participa activamente en
la digestión.

Produce tres hormonas: insulina, somatostatina y glucagón, que participan en el metabolismo de los
carbohidratos.

Ahora que sabes qué son, dónde se ubican y qué función cumplen el hígado, la vesícula biliar y el
páncreas, te invitamos a conocer y comprender cómo, funcionando en conjunto, continúan con la
digestión de los alimentos en el intestino delgado.

¿Cómo se controla el vaciamiento del estómago?

El proceso de vaciamiento del estómago se produce de 2 a 6 horas después de cada comida


dependiendo de la cantidad y tipo de alimento ingerido. Durante este tiempo se forma el quimo, el cual es
empujado cada 20 segundos hacia el duodeno (pasando así al intestino delgado). Debido a que el
estómago tiene un volumen mayor que el duodeno, el vaciamiento gástrico es controlado por dos
mecanismos: uno hormonal y otro nervioso.

El mecanismo hormonal comienza cuando la grasa presente en el quimo estimula a las células del
duodeno para liberar péptido inhibidor gástrico (PIG) hacia la sangre. Esta hormona tiene un efecto
inhibidor de la musculatura del estómago lo que hace más lento el vaciamiento gástrico.

El mecanismo nervioso se produce gracias a receptores presentes en el duodeno, sensibles al


estiramiento o sustancias ácidas, que determinan que fibras nerviosas sensitivas y motoras del nervio
vago inhiban el movimiento del estómago y por tanto su vaciamiento. Este mecanismo se conoce también
como reflejo enterogástrico.

Las grasas presentes en el quimo determinan la liberación de la hormona colecistoquinina (CCK) por
parte de las células de la mucosa del duodeno. Esta hormona estimula la contracción de la vesícula biliar
y, por consiguiente, la liberación de bilis desde la vesícula hacia el duodeno. La bilis emulsiona las grasas
en el intestino delgado, es decir, las convierte en pequeñas gotitas, lo que aumenta la superficie de acción
para las enzimas digestivas. Este proceso mecánico efectuado por la bilis es muy importante para la
digestión de lípidos.
El siguiente esquema grafica los mecanismos hormonales involucrados en la eyección desde la vesícula
biliar.

La acidez del quimo, la presencia de grasas y algunas proteínas parcialmente digeridas, estimulan a las
células del duodeno para producir secretina. Esta hormona estimula al páncreas para liberar jugo
pancreático, constituido por enzimas digestivas que actúan en un medio básico (pH 8) y iones
bicarbonato que neutralizan al quimo, el cual pasa a llamarse quilo. Gracias a esta neutralización las
enzimas del jugo pancreático pueden actuar sin problemas.
En la siguiente tabla se mencionan las enzimas presentes en el jugo pancreático, sus respectivos
sustratos y los productos finales obtenidos. A partir de ella identifica en qué se han convertido los
alimentos ingeridos al inicio del proceso digestivo.

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Enzima Sustrato Producto
Tripsina Proteínas y polipéptidos Péptidos
Quimiotripsina Proteínas y polipéptidos Péptidos
Lipasa pancreática Lípidos emulsionados Ácidos grasos, glicerol
Nucleasa Ácidos nucleicos (ADN, ARN) Nucleótidos
Amilasa pancreática Almidón Maltosa

Absorción intestinal

Finalizada la digestión, los alimentos se han convertido en compuestos simples, solubles y difusibles que
se encuentran en el lumen del tubo digestivo. En este lugar no son de utilidad para el organismo, por lo
que deben ser llevados a cada una de las células del cuerpo donde serán utilizados. Pero, ¿cómo llegan
estos nutrientes a los millones de células del organismo? El transporte de los nutrientes hasta cada una
de las células del cuerpo se hace a través de la sangre.

La absorción intestinal consiste en el paso de: diversas sustancias que son producto de la digestión –
agua, sales minerales y vitaminas, entre otras– desde el tubo digestivo hasta los capilares sanguíneos y
linfáticos.

¿De qué manera se puede optimizar la absorción intestinal? Sin lugar a dudas que aumentando la
superficie destinada a la absorción. Para lograr esto, el tubo digestivo en su interior presenta una
superficie con múltiples pliegues, vellosidades intestinales y microvellosidades que en conjunto
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aumentan la superficie de absorción hasta aproximadamente 300 m , ¡la superficie de una cancha de
tenis dentro de tu cuerpo!

Como se observa en la figura, una vellosidad intestinal está formada por una capa de células epiteliales
con microvellosidades, un vaso linfático (el quilífero central) y capilares sanguíneos.

Mecanismos de absorción

Agua: el agua se absorbe directamente a los vasos sanguíneos por simple difusión.

Sodio: el sodio es bombeado desde la cavidad del tubo digestivo hacia el interior de la célula epitelial
de la vellosidad intestinal. Desde la célula epitelial es bombeado hacia el espacio extracelular con
gasto de energía (ATP). Desde los espacios extracelulares se incorpora a los vasos sanguíneos.

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Glucosa y aminoácidos: son
incorporados por separado junto con el
sodio hasta la célula epitelial. Desde allí la
glucosa y los aminoácidos pasan a los
espacios extracelulares y luego a los
vasos sanguíneos. Todos los nutrientes
que son absorbidos por los vasos
sanguíneos son transportados por la vena
porta-hepática al hígado antes de regresar
directamente al corazón. En el hígado
estas sustancias son procesadas y luego
conducidas al resto del organismo por la
vena suprahepática.

Lípidos: los productos de la digestión de los


lípidos son absorbidos por un proceso y una
ruta distintos. Los ácidos grasos, los
monoglicéridos y el colesterol son moléculas
transportadas, con ayuda de las sales biliares,
desde el tubo digestivo hasta las células
epiteliales de las vellosidades. Las sales
biliares forman micelas que liberan a los
monoglicéridos dentro de las células
epiteliales. En estas células se forman los
quilomicrones –compuestos fundamentalmente por grasas y colesterol y cubiertos por una delgada capa
proteica– que posteriormente son absorbidos por el vaso linfático de la vellosidad.

El intestino grueso.

El intestino grueso es la parte final del intestino con un diámetro de 6 cm y una longitud que varía de 1,5
a 1,8 metros. Se divide en ciego, colon y recto.

El ciego mide 5 a 8 cm y es un saco ciego, sin salida, que se encuentra al inicio del intestino grueso.

El apéndice vermiforme es un órgano tubular que mide de 8 a 10 cm de longitud y se ubica detrás del
ciego en la zona abdominal inferior derecha del cuerpo. En este lugar se encuentran bacterias intestinales
que forman parte de la flora bacteriana normal de cada individuo.

El colon presenta 4 divisiones: colon ascendente, porción vertical ubicada en el costado derecho del
abdomen, colon transverso, porción horizontal ubicada en el abdomen, colon descendente, porción
vertical ubicada en la porción izquierda del abdomen y colon sigmoideo, porción del intestino grueso que
se orienta hacia abajo y cuya forma es similar a una letra S.

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El recto es la porción final del intestino grueso y tiene una longitud de 17 a 20 cm, de los cuales 2,5 cm
constituyen el conducto anal.

El intestino grueso presenta modificaciones en su pared interna. Una de las más importantes es la
presencia de glándulas mucosas intestinales que producen el moco lubricante que recubre las heces a
medida que se van formando y favorece su tránsito.

Los desechos salen del intestino por el ano, una abertura que se encuentra en el extremo terminal del
tubo digestivo y que está constituida por un músculo voluntario que regula su dilatación y contracción.

Formación de heces fecales y egestión

Cada día pasan 1500 mL de quilo por la válvula ileocecal (une ambos intestinos) hacia el intestino grueso.
Este volumen contiene agua y electrolitos que aún no han sido absorbidos y que son útiles para el
organismo. Por esta razón, sustancias como el agua y electrolitos como el sodio –fundamentales en los
procesos vitales del organismo– son absorbidos durante su tránsito por el colon.

Casi toda la absorción ocurre en la primera mitad del colon, que también se conoce como colon
absorbente, mientras que la segunda mitad –donde no hay absorción– se conoce como colon de
depósito.
+ -
La mucosa del intestino grueso posee la capacidad de absorber iones sodio (Na ) y cloruro (Cl ) y secretar
-
iones bicarbonato (HCO3 ). El bicarbonato ayuda a neutralizar los productos finales ácidos de la acción de
las bacterias en el intestino grueso.

En condiciones normales el colon posee bacterias que ayudan a digerir pequeñas cantidades de celulosa.
Otra acción de la actividad bacteriana es la producción de vitamina K, de especial importancia, ya que
participa en procesos de coagulación y complementa la cantidad de vitamina K ingerida en la dieta.
También se produce vitamina B12, tiamina, riboflavina y gases. Dentro de los gases los más abundantes
son el anhídrido carbónico, el gas de hidrógeno y el metano.

El intestino grueso puede absorber un máximo de 5 a 8 litros de líquido y iones al día. Cuando la masa
fecal que avanza por el intestino grueso supera este volumen (5 a 8 litros), el exceso es eliminado al
exterior como diarrea. Algunos tipos alimentos, estados de ansiedad y toxinas bacterianas estimulan la
secreción de líquido, lo que provoca diarreas intensas que pueden ser incluso mortales.

Las heces están formadas por un 75% de agua y un 25% de materia sólida. De la materia sólida, un 30%
son bacterias muertas, entre un 10 y 20% son grasas, entre un 10 y 20% es materia inorgánica, entre un 2
y 3% son proteínas y un 30% son productos no digeridos, pigmentos biliares y células epiteliales
desprendidas.

Por lo general, las heces excretadas contienen menos de 100 mL de líquido, adquiriendo de esta forma la
consistencia que les permite avanzar y depositarse antes de ser eliminadas al exterior.

Aquí finaliza el proceso digestivo, donde los alimentos que a diario ingieres han sido transformados en
compuestos simples, solubles y difusibles que luego pasarán a la sangre para ser transportados a todas
las células del cuerpo. En ellas, se extraerá la energía contenida en estos alimentos y se utilizará para
reparar y fabricar nuevos tejidos.

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