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Corte Suprema. Casación de oficio.

Alcance de sanciones previstas en incisos primero,


segundo y tercero del artículo 478 del Código del Trabajo. Simulación. Uso de
Subterfugios.

Santiago, catorce de enero de dos mil nueve.

Vistos:

En causa rol N°1894-05, del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de San Miguel, don Claudio Cáceres
Bahamondes y otros ocho trabajadores, todos guardias de seguridad, ejerciendo la facultad prevista en el artículo
171 del Código del Trabajo, deducen demanda en contra de Seguridad Industrial S.A. y Servicios de Protección y
Seguridad S.A, ambas representadas por don David Araya Prado; de Servicios Corporativos de Seguridad MKS
Limitada y Servicios y Accesorios de Seguridad Markos Limitada, representadas por don Marco Osorio Verdugo; de
este último como persona natural; de Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A., ambas representadas por don
Raúl Sáez Méndez, a fin que se condene a las demandadas al pago de las indemnizaciones sustitutiva del aviso
previo y por años de servicios, recargo legal y otros conceptos, con reajustes, intereses y costas, por haber incurrido
las empleadoras en la causal de término de la relación laboral prevista en el artículo 160 N°7 del Código del
Trabajo, esto es, incumplimientos graves de sus obligaciones contractuales. Solicitan, además, se declare que las
primeras cinco emplazadas son, para todos los efectos, co-empleadoras y les cabe a cada una el deber de
responder por la totalidad de las prestaciones exigidas; que los cinco inicialmente demandados, como consecuencia
de haber cometido acciones previstas en el artículo 478 del cuerpo legal citado, deben pagar una multa de 100
Unidades Tributarias Mensuales y son solidariamente responsables de los pagos ya mencionados; que
Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A., como empresa matriz del Holding Unimarc, de conformidad con la
norma recién mencionada, quedan también condenadas al pago de la misma multa, estableciéndose también la
solidaridad a su respecto; finalmente y para el evento que se desestime la última petición, se determine la
responsabilidad subsidiaria de las dos últimas empresas en el pago de todos los conceptos pretendidos, conforme el
artículo 64 del Código del Trabajo.

Evacuando el traslado conferido, Seguridad Industrial S.A. y Servicios de Protección y Seguridad S.A, reconocen los
vínculos con todos los actores y que por una reducción en la cartera de sus clientes, dejaron de cumplir sus
compromisos laborales. Aclaran, sin embargo, que la relación establecida con cada empresa, como Unimarc S.A.,
era de carácter civil.

Contestando la demanda Servicios Corporativos de Seguridad MKS Limitada, opone la excepción de incompetencia.
En cuanto al fondo, pide el rechazo de la acción por no existir una relación contractual con los actores, los que se
encuentran vinculados con las dos primeras sociedades emplazadas e Inverraz S.A.

Don Marco Osorio Verdugo, por su parte, solicita se desestime la acción deducida en su contra como persona
natural por inexistencia de relación alguna con los demandantes.

Evacuando el traslado Unimarc S.A, interpone la excepción de prescripción de una serie de pretensiones. En cuanto
al fondo, pide también se niegue lugar al libelo alegando la imposibilidad de encontrarse en ninguna de las
situaciones invocadas por los trabajadores desde que los servicios de seguridad que el grupo MKS le prestaba se
explica en la figura del outsourcing, por lo que no le cabe responsabilidad alguna respecto de ellos. En todo caso, en
lo que se refiere a la responsabilidad subsidiaria, destaca la interpretación restrictiva de la misma.

Al contestar Inverraz S.A., también opone la excepción de prescripción frente a determinados conceptos exigidos.
En cuanto al fondo, efectúa alegaciones similares a las mencionadas precedentemente para sustentar la solicitud de
rechazo del libelo.
Se tiene por evacuado el traslado en rebeldía de la demandada Servicios y Accesorios de Seguridad Markos
Limitada.

En sentencia de veinticinco de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 265 y siguientes, el tribunal de primera
instancia rechazó las excepciones de incompetencia y prescripción, acogiendo la demanda interpuesta en contra de
Seguridad Industrial S.A., Servicios de Protección y Seguridad S.A, Servicios Corporativos de Seguridad MKS
Limitada y Servicios y Accesorios de Seguridad Markos Limitada, como co-empleadoras y de Supermercados
Unimarc S.A. e Inverraz S.A, en virtud de la infracción contemplada en el inciso 1° del artículo 478 del Código del
Trabajo, las condenó a pagar solidariamente las indemnizaciones y recargo legales que indica, así como
remuneraciones, feriados pendientes y otros conceptos, con reajustes e intereses. Asimismo, declaró que
Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A. deberán pagar, cada uno, una multa de 150 Unidades Tributarias
Mensuales, aumentada en 4.5, al haber incurrido en el ilícito establecido en los incisos 2° y 3° de la disposición ya
citada, oficiándose al efecto a la Inspección del Trabajo. Se ordenó la comunicación a la misma entidad, a fin que
aplique a las cuatro primeras demandadas la multa correspondiente al ilícito previsto en el inciso 1° del precepto
aludido. También se ordena oficiar a las Instituciones Previsionales correspondientes para que se enteren las
cotizaciones pendientes. Se rechaza la acción impetrada en contra de don Marcos Osorio Verdugo, así como
también en cuanto por su intermedio se exigía el pago de bonos de escolaridad, restitución de diferencias de
imposiciones y demás conceptos demandados, condenándose en costas a todas las sociedades emplazadas y
eximiendo de las mismas a don Marco Osorio Verdugo.

Se alzaron las dos últimas empresas demandadas y la Corte de Apelaciones de San Miguel, por fallo de veintiuno
de agosto de dos mil ocho, que se lee a fojas 396 y siguientes, confirmó la decisión de primer grado con declaración
que las sociedades apelantes, como dueñas de la obra, quedan condenadas en forma subsidiaria, al pago de las
prestaciones ordenadas solucionar a las co-empleadoras en favor de los actores, con excepción de las
indemnizaciones por término de servicios.

En contra de esta última resolución, Supermercados Unimarc S.A., Inverraz S.A . y los demandantes deducen
recursos de casación en el fondo, por haberse dictado con las infracciones de ley que explican y que influyeron
sustancialmente en lo resolutivo de la sentencia, a fin que se la invalide y se dicte la de reemplazo que describen.

Se trajeron estos autos en relación.

Considerando:

Primero: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 775 del Código de Procedimiento Civil, pueden los
tribunales, conociendo por vía de apelación, consulta o casación o en alguna incidencia, invalidar de oficio las
sentencias cuando los antecedentes del recurso manifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la
casación en la forma, debiendo oír sobre este punto a los letrados que concurran a alegar en la vista de la causa.

Segundo: Que de acuerdo a lo previsto en el artículo 768 Nº 5 del Código referido, es causal de nulidad formal la
circunstancia que la sentencia haya sido pronunciada con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el
artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, en la especie, artículo 458 del Código del Trabajo, cuyo Nº 5 exige
que la decisión contenga las consideraciones de hecho y de derecho que le sirven de fundamento.

Tercero: Que el aludido requerimiento obedece a la necesidad de que lo juzgado y decidido en cada caso se ciña,
por un lado, al mérito de los elementos de convicción aportados -apreciados en este caso según las normas de la
sana crítica- y, por el otro, se conforme con la normativa que regula la materia en que incide la controversia. Esto
hace que la ley obligue al tribunal a exponer y desarrollar los raciocinios que motivan cada una de sus conclusiones
para que ellos sean conocidos por las partes, pudiendo éstas hacer uso de sus derechos a impugnarlos y que,
además, sancione con la invalidación el fallo que no contiene las consideraciones de orden fáctico y jurídico que
sirven de fundamento a la decisión a que ha arribado el tribunal que lo emite.
Cuarto: Que la acción deducida en autos por algunos de quienes cumplían funciones como guardias de seguridad
de Supermercados Unimarc S.A. y otras personas jurídicas relacionadas con ésta, lo fue en contra de las
sociedades que aparecían como las empleadoras originales y sus sucesoras, pertenecientes al grupo de MKS, así
como de quien hacía las veces de socio y representante de estas últimas y también en contra de las empresas que
encabezarían el grupo o holding al que las restantes se vincularían desde su constitución y a través de las
reiteradas transformaciones y cesiones efectuadas entre ellas durante el período de prestación de servicios de los
actores. Se sustenta entonces la pretensión de pago de las cuatro primeras entidades sociales emplazadas y la
condena de las dos últimas, en la calidad de co-empleadoras y de empresas matrices o principales,
respectivamente, todas integrantes de un mismo grupo económico dentro del cual se dieron las contrataciones
simuladas y se recibieron los servicios respectivos. Se erige la solidaridad e imposición de multas pretendidas sobre
la base de la existencia de subterfugios cometidos por las sociedades demandadas para eludir el cumplimiento de
las obligaciones laborales que en esta litis se cobran.

Quinto: Que destacando la amplitud del concepto empresa en la materia y considerando acreditada en autos la
identidad legal de Seguridad Industrial S.A., Servicios de Protección y Seguridad S.A, Servicios Corporativos de
Seguridad MKS Limitada y Servicios y Accesorios de Seguridad Markos Limitada, tanto respecto de sus domicilios y
representante legal, como de quienes participan en ellas, el tribunal de primer grado estableció que las mencionadas
constituyen una misma empresa para efectos laborales y previsionales, teniendo la calidad de co-empleadoras de
los demandantes y por ende, la carga solidaria de solucionar las prestaciones que se le imponen como tales.
Asimismo, habiéndose negado expresamente un vínculo contractual con los actores, restringiéndolo a las dos
primeras emplazadas en la litis y encontrándose probado, por el contrario, que tanto los accionistas como
representantes de MKS Limitada y MarkoS Limitada, en los hechos, actuaron como empleadores de ellos y
dispusieron de su trabajo hasta el término de los servicios, la sentenciadora declaró que la forma utilizada por las
aludidas sociedades para relacionarse con los demandantes importó la comisión del ilícito laboral previsto y
sancionado en el inciso 1° del artículo 478 del Código del Trabajo, desestimando las conductas previstas en los
restantes incisos del precepto, imputadas en su contra por los dependientes.

En lo que dice relación con Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A., asentados una serie de hechos que dan
cuenta de la identidad legal y vinculaciones existentes entre ellas y las cuatro primeras personas jurídicas
emplazadas a través del tiempo en que se prestaron los servicios que fundamentan el presente juicio, la juez de la
instancia determina que aquéllas integran el grupo de empresas conocido como Inverraz ó Inversiones Errázuriz,
constituyendo también una misma para efectos laborales y previsionales. Por otra parte, concluye que el holding de
empresas en que es parte Supermercados Unimarc S.A. y del que Inverraz S.A. aparece como matriz, incurrió en el
ilícito laboral contemplado y sancionado en los incisos 2° y 3° del artículo 478 del Código del Trabajo, sobre la base
de los siguientes hechos: a) creó la empresa de seguridad Administradora de Servicios de Vigilancia Unimarc S.A.,
a través de la cual contrató a los demandantes con el objeto de que prestaran servicios para sociedades y
establecimientos de su propiedad, entre ellos Supermercados Unimarc S.A.; b) los traspasa posteriormente a
Vigilancia Unimarc S.A. -otra integrante del holding- y luego a Seguridad Industrial S.A., cuya propiedad, control y
dependientes cedió poco tiempo después al holding MKS, endosando a las compradoras la totalidad de las
obligaciones presentes y futuras que en el ámbito laboral tenían las transferidas; c) no obstante, las adquirentes no
se hicieron cargo completamente de los derechos de los actores, aún cuando estos continuaron desempeñándose
en los establecimientos del grupo empresarial, bajo ordenes directas de jefaturas dependientes de sociedades
integrantes de aquél.

Sexto: Que, acogiendo parcialmente los recursos de apelación de las dos últimas demandadas y luego de
reproducir la casi totalidad de los fundamentos contenidos en el fallo en alzada, los sentenciadores de segundo
grado confirmaron la decisión de primera instancia con declaración que Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz
S.A, en su calidad de dueñas de la obra, quedan condenadas al pago de las prestaciones ordenadas solucionar a
las co-empleadoras -excepto las indemnizaciones por término de servicios- en forma subsidiaria. Así, manteniendo
el hecho que las apelantes incurrieron en la conducta de subterfugio contemplada en el inciso 2° y 3° del artículo
478 del Código del Trabajo, las libera no obstante de la solidaridad que el precepto les impone como consecuencia
de la simulación por estimar que dicha carga ?dispuesta en el inciso 1° de la norma- no puede entenderse extensiva
a las conductas establecidas en sus restantes incisos, dado el carácter excepcional de la referida modalidad de
pago y que requiere la manifestación expresa de la voluntad, en este caso, del legislador. Finalmente, descartando
que se encuentren en la posición de una empleadora, se les atribuye a las apelantes el carácter y tratamiento de
dueñas de la obra o faena, obligándolas subsidiariamente a ciertos conceptos impuestos a las empleadoras.

Séptimo: Que como lo ha dicho en reiteradas oportunidades esta Corte, la especial calidad prevista en el artículo 64
del Código del Trabajo -vigente a la época de los hechos- y a la cual dicha norma le atribuye como consecuencia el
deber de responder, al igual que el empleador directo, de las prestaciones laborales de los trabajadores del
contratista, se fundamenta en la existencia de una obra, cuyo dueño la entrega a un tercero para que éste realice
actividades respecto de ella que aquél no puede o no quiere hacer por sí mismo, sea por carencia de los elementos
necesarios o debido a los requerimientos técnicos específicos del mercado. Así, “el dueño de la obra” respalda y
garantiza lo que hace el tercero, en lo que a los conceptos aludidos se trata, porque se beneficia de lo que aquel
hace, pudiendo y debiendo, para ello, fiscalizarlo, posibilidad a la que queda sometido el contratista, por su parte.
Entonces, el mandante debe resultar responsable subsidiariamente de las obligaciones laborales y previsionales
que asumió la contratista con sus trabajadores, carga que sin duda se sujeta a la verificación de determinados
presupuestos fácticos que implican, a su vez, la imposición de limites temporales en cuanto a la vigencia de los
vínculos contractuales respectivos, ó relativos a la naturaleza de las obligaciones que se imputan.

Octavo: Que la decisión impugnada, reprodujo, sin embargo, aquéllos razonamientos vigésimo séptimo, vigésimo
octavo, vigésimo noveno y casi la totalidad del trigésimo, en que se establecieron los hechos sobre la base de los
cuales el tribunal concluyó la comisión por parte de las apelantes de conductas contempladas en los incisos 2° y 3°
del artículo 478 del Código del Trabajo, ya descritas. La mencionada disposición, en sus incisos destacados,
prescribe que “El que utilice cualquier subterfugio, ocultando, disfrazando o alterando su individualización o
patrimonio y que tenga como resultado eludir el cumplimiento de las obligaciones laborales y previsionales que
establece la ley o la convención, será sancionado con una multa a beneficio fiscal de 10 a 150 unidades tributarias
mensuales, aumentándose en media unidad tributaria mensual por cada trabajador afectado por la infracción, cuyo
conocimiento corresponderá a los Juzgados de Letras del Trabajo, con sujeción a las normas establecidas en el
Título I de este Libro. Queda comprendida dentro del concepto de subterfugio a que se refiere el inciso anterior,
cualquier alteración realizada a través del establecimiento de razones sociales distintas, la creación de identidades
legales, la división de la empresa u otras que signifiquen para los trabajadores disminución o pérdida de derechos
laborales individuales o colectivos, en especial entre los primeros las gratificaciones o las indemnizaciones por años
de servicios y entre los segundos el derecho a sindicalización o a negociar colectivamente”

De esta manera y considerando el objetivo evidente de la integridad de la norma en cuestión de desalentar la


elusión del cumplimiento de obligaciones laborales y previsionales por parte de los empleadores, sanciona, en su
segunda parte, la “utilización” de “subterfugio”, indicando que dicha conducta debe materializarse a través del
ocultamiento, disfraz o alteración de la individualización o patrimonio y traducirse en la omisión de los deberes
aludidos. Luego, el inciso tercero se encarga de ilustrar lo que debe comprenderse dentro del concepto de
“subterfugio” para los efectos de la interpretación de la actividad descrita en el apartado que le antecede, precisando
que se refiere a “cualquier alteración”, la que puede realizarse a través de las operaciones jurídicas que menciona,
añadiendo que ellas deben significar disminución o pérdida de derechos laborales individuales o colectivos, como
los que cita.

Noveno: Que a partir de lo explicado aparece manifiesta la improcedencia de lo resuelto por los sentenciadores de
segundo grado respecto de las apelantes, en tanto las califican como dueñas de la obra y, en consecuencia, las
hacen subsidiariamente responsables de las obligaciones remuneracionales y previsionales a cuyo pago se
condenó a las empresas empleadoras y, a su vez, subsume sus conductas en relación con las demás demandadas
y los actores, en los subterfugios que la legislación laboral proscribe y sanciona, manteniendo por cierto la multa
impuesta como resultado de ello. En efecto, según se lee de los fundamentos vigésimo séptimo y siguientes, la
evidente contradicción subyace en el doble estándar que se le reconoce a las actividades desarrolladas por aquéllas
en el tiempo de la prestación de los servicios de los demandantes y los vínculos que contractualmente y en los
hechos mantuvieron con las demás emplazadas. Ello por cuanto la subsidiaridad importa la concreción de una tarea
o labor a través de otros, en una intermediación legítima y regulada tanto en sus orígenes como en sus efectos por
el legislador, explicitada a través de los pactos que vinculan al dependiente con su empleadora y a ésta, como
contratista, con la mandante o dueña de la obra, contraria ciertamente a la ilicitud que conlleva el ocultar de terceros
y de los propios trabajadores la real calidad de empleador tras el velo de la apariencia, constituida para estos
efectos por las convenciones que otras empresas -reales o creadas para el fin- suscriben con quienes prestan los
servicios que aprovecharán a las primeras, para así no responder de obligación laboral alguna a favor de estos
últimos.

Décimo: Que la errática doble calidad atribuida de esta manera, radica en que quien incurre en el subterfugio nunca
sale a la luz de las relaciones jurídicas existentes entre todos los intervinientes del proceso de producción o
prestación de servicios de que se trata, procura mantenerse oculto para eludir cualquier obligación, no obstante ser
el verdadero empleador; en cambio, la subsidiariamente responsable lo es con ocasión de una vinculación real y
lícita.

Asimismo, de lo explicado surgen las distinciones entre los efectos de uno u otro status jurídico, pues la dueña de la
obra responde en defecto de la empleadora y en forma restringida, la autora de la simulación o subterfugio, en
cambio, debe asumir las cargas integras y totales que importa el vínculo laboral, como empleadora real develada,
tanto como solidariamente responsable por contratar a través de un tercero.

Undécimo: Que la contraposición evidenciada provoca, indefectiblemente, la anulación de las consideraciones y, en


consecuencia, la carencia de justificación fáctica y jurídica de la decisión que sanciona a las demandadas
Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A. como autoras del ilícito laboral previsto en el artículo 478 incisos 2° y
3° del Código del Trabajo y que fuerza su reconocimiento como responsables develadas en relación a los actores, al
mismo tiempo que las califica como dueñas de la obra o faena y por ende, secundariamente obligadas a los pagos
impuestos a las empleadoras.

Duodécimo: Que todo lo razonado conduce a la invalidación de oficio del fallo recurrido, puesto que el vicio
advertido ha influido sustancialmente en lo dispositivo del mismo, desde que, tal como se ha dicho, los jueces de
segunda instancia mantuvieron la multa impuesta a las empresas mencionadas por haber incurrido en subterfugio,
condenándolas además a solucionar, por la vía de la subsidiaridad, algunos de los conceptos concedidos a favor de
los trabajadores, lo que sin duda, a más de ser una decisión sin fundamento dada la contradicción explicada,
importa un agravio para las dos últimas sociedades demandadas.

Decimotercero: Que el mencionado vicio no fue puesto en conocimiento de las partes en la vista de la causa, por
haberse advertido encontrándose la causa en estado de acuerdo.

Por estas consideraciones y normas legales citadas, actuando de oficio esta Corte, se anula la sentencia de
veintiuno de agosto de dos mil ocho, que se lee a fojas 396 y siguientes, la que se reemplaza por la que se dicta a
continuación, en forma separada, sin nueva vista.

Atendido lo resuelto se omite pronunciamiento sobre los recursos de casación en el fondo deducidos por las
demandadas Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A. y los demandantes a fojas 400 y 411, respectivamente.
Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Ricardo Peralta Valenzuela.

Regístrese.
Nº 6.028-08.

Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Patricio Valdés A., señora
Gabriela Pérez P., señora Sonia Araneda B., Ministro Suplente señor Julio Torres A. y Abogado Integrante señor
Ricardo Peralta V. Santiago, 14 de enero de 2009

Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brümmer.

Santiago, catorce de enero de dos mil nueve.

En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se dicta la sentencia de
reemplazo que sigue:

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes modificaciones:

a) se elimina el segundo párrafo del motivo vigésimosexto.


b) en la primera parte del razonamiento vigesimoséptimo, se suprime la frase “y constituyen una misma empresa
para efectos laborales y provisionales”.
c) se prescinde del último párrafo del fundamento trigésimo.

Y teniendo en su lugar y además presente:

Primero: Que asentada la comisión por parte de las demandadas Seguridad Industrial S.A., Servicios de Protección
y Seguridad S.A, Servicios Corporativos de Seguridad MKS Limitada y Servicios y Accesorios de Seguridad Markos
Limitada del ilícito previsto en el inciso 1° del artículo 478 del Código del Trabajo, se le impone como sanción a cada
una el pago de una multa de 100 Unidades Tributarias Mensuales.

Segundo: Que sobre la base de los hechos descritos en los fundamentos vigésimo octavo y vigésimo noveno de la
sentencia apelada, tal como lo destaca en el razonamiento trigésimo la Juez de primer grado, es posible determinar
que Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A. desarrollaron una serie de conductas durante los períodos de
prestación de servicios de los actores que se subsumen en aquéllas proscritas por el inciso 2° del precepto ya
mencionado, en tanto, ha quedado de manifiesto la contratación simulada que efectuaron de los mismos a través de
otras sociedades creadas al efecto, sin asumir responsabilidad alguna, no obstante dirigir y controlar las labores
desarrolladas en y para sus diferentes instalaciones. La situación de desprotección de los derechos de los
trabajadores que accionan como consecuencia de la forma en que se generaron los pactos laborales y los traspasos
de los mismos, se erige como el factor determinante de la calificación de que se trata ante la clara presencia de
Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A. en la génesis, desarrollo y término de sus relaciones contractuales, al
punto de tener que haber explicitado el grupo empresarial su desvinculación e irresponsabilidad al respecto en las
cláusulas octava y novena del contrato de compraventa de acciones de fecha 31 de mayo de 2003.

Tercero: Que la tarea de calificación que conlleva la subsunción antes descrita, pasa necesariamente por distinguir
los límites que el legislador en este tipo de materias ha impuesto a la libertad empresarial, cuya contrapartida
subyace en la amplitud con que ha definido o establecido ciertas instituciones. Tal como consta de la historia de la
Ley N°19.759 que modifica, entre otros, el artículo 478 ya citado, desarrollando en él una conceptualización de
subterfugio por la vía ejemplar, el Informe de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados
que recayó en el proyecto de que se trata, destacó la necesidad de que los cambios que se introducen -en lo que
atañe a la controversia-, corrijan algunas de las deficiencias normativas que han permitido prácticas abusivas por
parte de los empleadores, sobre todo en lo concerniente a la filiación de las empresas y que en la practica impiden
hacer efectivas las responsabilidades por despido injustificado. Con ocasión del objetivo mencionado se definió
?empresa? y complementando la extensión del concepto consignado, se sancionaron las prácticas irregulares por
las cuales aquélla es utilizada para evadir derechos individuales y colectivos de los trabajadores.

Cuarto: Que por lo anterior, esta Corte, en varias ocasiones, ha calificado y tratado como un único empleador a
empresas cuya existencia legal, giros comerciales y vínculos dan cuenta de la concurrencia de los dos presupuestos
considerados por el legislador, a saber, la coordinación hacia la consecución de ciertos objetivos comunes y la
concurrencia de una individualidad legal.

Así, se han considerado, para estos efectos, situaciones en que todas las demandadas han ejercido la misma
actividad, mantienen giros estrechamente relacionados o complementarios, funcionan en un mismo lugar y bajo una
misma administración, por cuanto dichos hechos dan cuenta, caso a caso, de la efectividad de haberse prestado
servicios por el trabajador a un grupo económico, a una unidad jurídica, comercial, patrimonial o empresarial. De
esta forma, la sola división de una empresa en tantas partes como etapas tenga el proceso productivo que
desarrolla no logra soslayar el principio inmerso en la normativa.

Por el contrario, se han sustraído de la regulación en estudio las ocasiones en que las empresas respectivas
revisten identidades jurídicas propias, sin elemento alguno en común o que aún teniéndolos, manifiestan una
independencia fáctica que las distingue entre sí.

Quinto: Que de acuerdo a lo reseñado, se encuentran las cuatro sociedades inicialmente emplazadas en la primera
de las situaciones antes descritas, según ha sido asentado en la sentencia en alzada, dadas las identidades de
hecho establecidas y la innegable coincidencia del giro de prestación de servicios de seguridad que comparten, lo
que explica las cesiones que entre ellas se verificaron y que sus actuaciones hayan sido encuadradas en la
simulación que proscribe el inciso primero del artículo 478 del Código Laboral.

Sexto: Que se unen a las anteriores, en este cuadro de vinculaciones dentro del cual se dieron las conductas
sancionadas, las dos ultimas demandadas, apareciendo las primeras como empresas relacionadas o coligadas a
Inversiones Errázuriz Limitada, que se constituye como la matriz del grupo dada la posesión que de parte o la
totalidad de ellas tiene, o el control directo o indirecto que a su respecto ejerce. Impensable resulta en este contexto
entonces, a juicio de estos sentenciadores, que las conductas que dieron origen al subterfugio acreditado les hayan
sido ajenas a Supermercados Unimarc S.A. e Inversiones Errázuriz S.A., confirmándose por el contrario, la autoría
arriba reseñada.

Séptimo: Que, por otra parte, importando la subsidiaridad del artículo 64 del Código del Trabajo -vigente a la época
de los hechos- la concreción de una tarea o labor a través de otros, en una intermediación legítima y regulada tanto
en sus orígenes como en sus efectos por el legislador, explicitada a través de los pactos que vinculan al
dependiente con su empleadora y a ésta, como contratista, con la mandante o dueña de la obra, carece de asidero
atribuir tal carácter a las apelantes en tanto la hipótesis mencionada es ciertamente contraria a la ilicitud que
conlleva el ocultar de terceros y de los propios trabajadores la calidad de empleador tras el velo de la apariencia
constituida por las convenciones que otras empresas, reales o creadas para el fin, suscriben con quienes prestan
los servicios que aprovecharán a las primeras.

Octavo: Que serán acogidas las impugnaciones de las demandadas aludidas, sin embargo, en cuanto resulta
improcedente a su respecto la imposición del pago solidario de las prestaciones adeudadas a los actores, por
cuanto dicha carga ha sido dispuesta para el autor de la conducta de simulación contemplada en el inciso 1° de la
norma, no pudiendo entenderse extensiva a las conductas establecidas en sus restantes incisos, dado el carácter
excepcional de la referida modalidad de pago y que requiere la manifestación expresa de la voluntad, en este caso,
del legislador, insustituible a través de una interpretación analógica, aún a pretexto de concretar la intención
protectora de los principios que informan la normativa laboral.

Y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 463 y siguientes del Código del Trabajo, se revoca la sentencia de
veinticinco de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 265 y siguientes, sólo en cuanto por ella se condena
solidariamente a Supermercados Unimarc S.A. e Inverraz S.A al pago de las prestaciones otorgadas a los actores
por haber incurrido en el ilícito previsto en los incisos 2° y 3° del artículo 478 del Código del Trabajo y se ordena
oficiar a la Inspección del Trabajo respectiva para que imponga a las demandadas Seguridad Industrial S.A.,
Servicios de Protección y Seguridad S.A, Servicios Corporativos de Seguridad MKS Limitada y Servicios y
Accesorios de Seguridad Markos Limitada la multa que corresponda por haber cometido el ilícito establecido en el
inciso 1° de la norma citada y, en su lugar, se declara que se rechaza en el primer aspecto señalado la acción
impetrada y que las cuatro últimas sociedades indicadas, además de obligadas a solucionar las indemnizaciones y
demás conceptos, quedan condenadas al pago de 100 Unidades Tributarias Mensuales por haber incurrido en los
actos contemplados en el inciso 1° del precepto mencionado. Se confirma, en lo demás, el fallo apelado.
Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Ricardo Peralta Valenzuela.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Nº 6.028-08.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Patricio Valdés A., señora
Gabriela Pérez P., señora Sonia Araneda B., Ministro Suplente señor Julio Torres A. y Abogado Integrante señor
Ricardo Peralta V. Santiago, 14 de enero de 2009

Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brümmer.

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