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Consumo e investigaciones culturales

CUBANA
CULTURA
Pedro Emilio Moras Puig 1

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a investigación resulta una vía eficaz nes, si estos son solo objetos que satis-
para el abordaje de temáticas de inte- facen demandas concretas. Estos riesgos
rés para las ciencias sociales. Dentro son evitados cuando en encuestas y otros
de estos tópicos, el consumo se presen- estudios cuantitativos se exploran las ne-
ta como una noción de notable inciden- cesidades como demandas sociales y los
cia económica, pero es también pensado bienes como resultados de toda una in-
como espacio clave para comprender y ex- fluencia histórica cuya apropiación no ter-
plicar el comportamiento y su sentido, y en mina en la adquisición del mismo sino que
esta línea ya se acumulan también reflexio- continúa en la interacción que los sujetos
nes teóricas que resultan puntos de parti- establecen con estos en su uso y disfrute.
da indispensables para acometer ideas. Para esta perspectiva, los instrumentos
El presente trabajo, sin ánimos de ago- más utilizados son encuestas, cuestionarios
tar el tema, pretende reflexionar sobre las y entrevistas, en lo esencial estructuradas
investigaciones en torno al consumo cultu- y cerradas, donde el investigador de ante-
ral, apoyándonos en algunos elementos de mano prefija las posibles respuestas de los
estudios concretos desarrollados en Lati- sujetos, atendiendo a las variables de la
noamérica y, en especial, en nuestro país. investigación, en la búsqueda de compro-
bar hipótesis que permitan describir la rea-
El paradigma positivista lidad tal y cual existe, en este caso visible
en prácticas y comportamientos.
El consumo cultural se manifiesta en el Resulta imprescindible tomar en cuenta
conjunto de prácticas socioculturales que los antecedentes del estudio, en los órde-
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las personas manifiestan en sus compor- nes teórico, metodológico y empírico. Solo
tamientos, lo que apunta a la noción de a la luz de conceptualizaciones y de un
estas como elementos objetivos, mensura- adecuado soporte teórico pueden ser in-
bles, en tanto se puede captar el nivel de terpretadas estas cifras, y al mismo tiem-
frecuencia y de ocurrencia de estas con- po, conocer cómo ha sido abordado el
ductas, a través de la observación y de fenómeno en otras mediciones, instrumen-
indagaciones en las que los sujetos se in- tos, variables, indicadores e hipótesis, que
cluyan en una gama de propuestas previa- en el orden metodológico contribuyen a
mente elaboradas por el investigador. Ele- dar coherencia y solidez al proceso investi-
mentos que sin lugar a dudas apuntan a la gativo. Comparar los diseños y resultados
pertinencia del paradigma positivista para de las exploraciones con otras desarrolla-
el abordaje de este fenómeno. das en contextos similares o diferentes es
No obstante, esta visión debe superar un recurso de gran valía para llegar a con-
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una noción conductista del consumo, que clusiones que tributen al proceso de cono-
al limitarlo al nivel conductual presupone cimiento y que, a su vez, puedan ser ante-
una visión naturalista de las necesidades, cedentes para otros proyectos.
eludiéndolas como construcción socialmen- El hecho de trabajar con muestras repre-
te elaborada e instrumentalista de los bie- sentativas otorga a este modelo un valor

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Psicólogo con maestría en Psicología Social. Investigador Auxiliar y profesor de la carrera de Psicología de
la Universidad de la Habana. Investiga el tema Participación y Consumo Cultural en el ICIC Juan Marinello.
cidcc@cubarte.cult.cu

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especial. Poder inferir tendencias para el mand y Michèle Mattelart (1986) destacan

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total de la población hace que estos estu- su carácter activo, mientras que Michael
dios tengan mucho que aportar a la com- de Certeau (1979), por su parte, subraya
prensión de comportamientos sociales a lo que tienen de productivas este tipo de
nivel macrosocial, lo que da fuerza a los prácticas. Por otra parte, Martín Barbero en-
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resultados que presenta. fatiza en su papel como productor de sen-
En la experiencia del Centro Juan Ma- tidos. Todo esto implica el reconocimiento
rinello, la Encuesta de Consumo Cultural de las potencialidades del sujeto en una
realizada hace una década (Ver Correa, perspectiva que lo ubica como productor y
1998) posibilitó crear la plataforma cogni- negociador de sentidos y reivindica su pro-
tiva básica para describir las prácticas cul- tagonismo. Elementos que indican la im-
turales de la población cubana, y a su vez portancia y la necesidad de explorar en las
sirvió de punto de partida para el desarro- subjetividades de los consumidores, en su
llo de estudios que de manera más pun- mundo de representaciones que dan cuen-
tual pretendían explicarlas y continuar re- ta de cómo son percibidos y apropiados
flexionando sobre estas. Su utilidad queda los bienes culturales. Además, emana la
manifiesta en el diseño de una nueva en- necesidad de estudiarlo como proceso en
cuesta, a aplicar próximamente, para com- su campo natural, en decir en el contexto
parar el desarrollo y vigencia de muchas físico y social donde emerge y se desarro-
de sus informaciones. lla, obteniendo evidencias en el mismo evi-
tando manipulaciones.
El paradigma de la significación Para cada grupo social alcanza diferen-
te significado la situación cultural recrea-
El consumo refleja, en la apropiación tiva del territorio en que vive. Es decir, la
y uso de bienes, significados y sentidos percepción de los problemas por parte de
atribuidos a dichos bienes, en los que los sujetos y las formas en que los asu-
prevalece el valor simbólico sobre los va- men varía. Las maneras de clasificar, apre-
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lores de uso y de cambio. De esta mane- ciar, desear o sentir, así como el cultivo de
ra, aflora como una construcción subjetiva determinadas prácticas de consumo, no
donde cada grupo social tiene demandas, son el resultado de influencias puntuales
motivos y actitudes propias hacia diferen- de una u otra institución, son el producto
tes opciones culturales y perfila de esta de acciones sistemáticas integradas, en su
manera identidades bien delineadas que mayoría, desde la infancia, con las cuales
responden a representaciones y realida- se van conformando sistemas de hábitos
des culturales propias. Hablamos aquí de y formaciones de sentido. La visión que
una tendencia que indaga en el mundo los sujetos tienen de su realidad social
de las significaciones y de la subjetividad, depende de su posición social y de su tra-
en la búsqueda de alternativas interpreta- yectoria personal.
tivas y de un conocimiento profundo de No basta con intenciones estratégicas que
causales y orientaciones, donde interesa preconicen determinados modelos culturales
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la realidad tal y como es percibida y apro- si estos no pasan por el prisma de la sub-
piada por los individuos, por lo cual resul- jetividad social, si no responden o son an-
ta evidente la conveniencia de la investi- tagónicos a las necesidades sentidas de los
gación cualitativa. sujetos a los que van dirigidas las acciones,
Un elemento de importancia reconocido si no se tienen en cuenta las motivaciones,
por varios autores es la naturaleza dinámi- actitudes e imaginarios de estos y se cons-
ca del consumo. Sobre este tema, autores truyen de espaldas a sus hábitos, estilos de
como Nestor García Canclini (1992) y Ar- vida cotidiana y formas de relacionarse.

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Cada grupo social se define como iden- la diversidad y evita tratamientos peyora-

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tidad cultural en complejos procesos de tivos y discriminatorios de las mismas; no
comparación con otros grupos. Lo que nos existen culturas marginales sino expresio-
asemeja es tan importante como lo que nes culturales diversas. Espacios que pue-
nos diferencia. Solo atendiendo a la hete- den ser rechazados por algunos satisfacen
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rogeneidad y diversidad cultural se logran necesidades culturales de otros, al resultar
delinear programas y políticas culturales escenarios de sociabilidad donde perso-
que representen los intereses de la mayo- nas con similares características compar-
ría, sin desestimar minorías subyacentes ten gustos e intereses; desatender su exis-
con reclamos peculiares. tencia solo estimula su proliferación en
Incluso tendencias de homogeneidad sitios privados y enmascarados.
encierran fragmentos de heterogeneidad. La diversidad de consumos ya logra al-
Existen patrones que nos identifican como canzar una notable presencia en investi-
territorio y como nación, características de gaciones empíricas que se proponen pro-
consumo que son las predominantes en fundizar en sus características. Pasemos
nuestro comportamiento cultural: el uso a continuación a presentar algunos datos
de los medios de difusión masiva, escu- curiosos reflejados en algunos trabajos de
char música, ver películas y reunirnos con curso realizados por estudiantes universi-
amigos y familiares. No obstante, esta tarios en nuestra capital.2
aparente homogeneidad se subdivide en Hechos culturales como el gusto por el
su interior en múltiples perfiles identita- rock o la creciente proliferación, entre jóve-
rios con variados gustos, prácticas y de- nes, del tatuaje, más que una moda trazan
mandas. Atender la diversidad que nos rutas de contacto entre sus seguidores. Re-
encierra y no desestimar reclamos por sultan interesantes las lecturas que refieren
poco significativos que a nivel macroso- al justificar la existencia de este último y el
cial puedan resultar es un reto para el de- simbolismo que subyace en sus grabados.
sarrollo cultural. En exploraciones cualitativas hemos
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En este sentido, espacios de disfrute constatado que el tatuaje en nuestro con-


propios —lugares donde poder interac- texto ha devenido complemento de la es-
tuar con semejantes, espacios de socia- tética de rockeros, que encuentran en el
lización y de construcción y expresión de parque de la calle G su espacio de socia-
subjetividades— son altamente anhela- bilidad por excelencia. Entre ellos, los más
dos y valorados por todos los grupos so- conocedores refieren que los tres estilos de
ciales. Explorar en la dinámica propia de mayor proliferación en Cuba son el Tribal,
estos, en los comportamientos que en los el Biomecánico y el Macabro. El primero, de
mismos se asientan, en las peculiaridades connotación séctica, otorga elementos dis-
de sus interrelaciones, en los contextos tintivos y de jerarquía; especialmente en el
en que emergen y se manifiestan, en los contexto cubano es utilizado en su expre-
usos del espacio, entre otras, son deman- sión artística para marcar y resaltar la iden-
das de la investigación, para comprender tidad de género con pequeños tatuajes en
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mejor estos escenarios de participación y hombros y tobillos, así como en regiones


consumo cultural. sacro y pélvicas. El segundo, el Biomecá-
Legitimar expresiones culturales, aun- nico, utiliza figuras futuristas y estructuras
que no sean del gusto mayoritario de la robóticas, fuertemente influenciado en sus
población, ayuda a entender y trabajar con orígenes, en las décadas de los setenta y

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Información recogida en Trabajos de Curso de la asignatura Metodología de la Investigación Cualitativa
realizados por estudiantes de las carreras de Psicología y Comunicación Social, de la Sede Universitaria
Municipal de Centro Habana.
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los ochenta, por el cine norteamericano. El cente, del joven, del adulto y del adulto

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tercero, monstruos, vampiros y en gene- mayor son sustancialmente distintos, de
ral figuras tenebrosas, son los elementos ahí los tropiezos que encuentran progra-
esenciales del estilo Macabro. maciones que tratan de ofrecer opciones
Claro que esta lógica no es generaliza- que supuestamente los engloban, sin con-
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ble a todas las personas tatuadas. Para tar con que, a su vez, cada uno de estos
muchos es moda; para otros, marcas per- grupos sociales se subdivide en múltiples
sonales de distinción y de remembranza segmentos de intereses culturales.
familiar; y en muchos casos no es indica- En nuestras ciudades, los sujetos ha-
dor de pertenencia grupal. También preva- cen suyos espacios que resignifican a tra-
lece como signo en personas portadoras vés del prisma de sus subjetividades; una
de bajos niveles de instrucción y de for- tienda, un parque, una esquina, pueden
mación patriarcal, que reflejan en imáge- ser lugares simbólicos y emblemáticos
nes religiosas, rostros, dibujos o simple- para determinados grupos; prácticas coti-
mente nombres, elementos distintivos y dianas como ir de compras o jugar domi-
relevantes de su vida personal y perte- nó pueden revestir valores simbólicos es-
nencia social. peciales para los sujetos y convertirse en
Abordando ahora otro grupo social, la ordenadores de su vida personal. Lo cierto
población gay, interesante nos resultan es que en el entramado social coexisten
espacios y fiestas privados donde se pre- múltiples y diferentes identidades cultura-
sentan transformistas, lo que es atractivo les que otorgan significación a los más di-
para cierto fragmento de la población con versos escenarios y actividades.
esta orientación sexual, aunque no es ge- En Latinoamérica numerosos estudios
neralizable a su mayoría. Este fue el pun- se detienen en los usos de espacios y en
to de partida de El Mejunje, en la actua- las peculiaridades del consumo que en
lidad una de las instituciones culturales ellos se articula. En este sentido, Jesús
más emblemáticas de la ciudad de Santa Martín Barbero refiere que espacios como
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Clara, que sin desdeñar su génesis se ha la plaza de mercado y el cementerio son


abierto a otras programaciones y a otros para las masas populares escenarios fun-
públicos. damentales de actividad, de producción
Cultos y festejos religiosos agrupan a de discurso propio, de prácticas en la que
creyentes practicantes en diversos recintos, estalla un cierto imaginario —el mercan-
no solo en instituciones donde tradicional- til—, y la memoria popular se hace sujeto
mente se predica, como son las iglesias, constituido desde otro imaginario y otra
sino, también, casas-templos para religio- lengua (1981). La tienda de pueblo es un
nes no católicas y espacios privados para lugar de verdadera comunicación, de en-
la santería aglutinan a seguidores de sus cuentro, donde se dejan razones, recados,
respectivas doctrinas en ceremonias don- cartas, dinero, y donde la gente se da cita
de se expresan a través de cantos, bailes para hablar, para contarse la vida.
y ritos propios. En el caso de las religiones Emilia Bermúdez exploró cómo los jóve-
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afro-cubanas, ya marcan nuestra identidad nes en Maracaibo construyen las represen-


nacional y son de gran impacto en la ima- taciones de sus identidades y diferencias
gen que se utiliza en productos cultura- en el contexto de los procesos de globali-
les y recreaciones artísticas para promover zación y transformaciones de los espacios
el turismo, encontrando en este último un urbanos contemporáneos (2002). Para ello,
público y un destino efectivo. toma dos elementos centrales de análisis.
Las edades denotan significativas dife- Por un lado, la apropiación que los jóve-
rencias. Los gustos del niño, del adoles- nes hacen de los malls (grandes centros

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comerciales) y la tendencia creciente a con- tan en la realidad, en los que los inves-

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vertirlos en los espacios principales de su tigadores solo tengan que insertarse en
recreación y sociabilidad. Y por el otro, los su dinámica y cotidianidad, para realizar
procesos de interacción y consumo simbó- exploraciones en sus propios escenarios.
licos que los jóvenes establecen a partir de Pero en los casos en que esto sea impo-
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su encuentro en estos espacios. sible se puede trabajar con grupos funcio-
En una investigación realizada en Cuba nales, o sea, con agrupaciones que tengan
en la provincia de Villa Clara, (Linares, en cuenta la similitud de rasgos demográ-
1998) resultó una información interesante ficos y socio-psicológicos entre los parti-
cómo en la totalidad de las exploraciones cipantes, evitando diferencias culturales y
protagonizaba el tema del parque Vidal, estimulando como requisito previo a las
que por remodelaciones en el centro de la indagaciones la creación de una dinámica
ciudad había cerrado al tráfico y los habi- propia, como clima libre de interacciones,
tantes reclamaban la restitución de su fun- que propicie la espontánea expresión de
ción socializadora original, por encima de los sujetos.
los beneficios de remozamiento del sitio. El grupo entonces puede ser aprovecha-
Pudimos constatar que en este espacio se do para el desarrollo de múltiples méto-
asentaban patrones de comportamiento, dos de exploración, en tanto espacio de
que los distintos grupos sociales focaliza- expresión de la subjetividad social de sus
ban un espacio propio dentro del mismo, integrantes.
y que era el lugar de encuentro por exce-
lencia para toda la comunidad. Hecho que Métodos y técnicas más empleados
apunta a cómo los sujetos remodelan sus
contextos, los apropian y construyen, por Sin pretender abordarlas todas, resul-
una parte, y por otra, diferencian y defien- ta interesante sistematizar algunas de
den sus espacios. las herramientas metodológicas más uti-
Los estudios que exploren la dinámi- lizadas desde la perspectiva cualitativa;
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ca interna de estos espacios deben partir estas son:


de la noción de grupo desde su perspecti- Observación participante
va socio-psicológica; este resulta un área De carácter naturalista. Ocurre en con-
clave para la indagación de los procesos textos naturales en la búsqueda de la li-
en que surgen y se desarrollan los consu- bre expresión de los sujetos. Se realiza
mos culturales. Se trata, pues, de recono- con la incorporación activa del investi-
cer que la cultura transcurre y es apropia- gador en el campo. Demanda la elabo-
da en la compleja dinámica de interacción ración de un croquis general del escena-
de personas con gustos, intereses, forma- rio, sobre la base del conocimiento de
ción y recorridos similares, que comparten las actividades permitidas; prestar aten-
y hacen suyas determinadas actividades ción a los usos del espacio y de las ac-
en períodos de tiempo específicos, don- tividades que acontecen; y atender a las
de pueden comunicarse directamente, cara escenificaciones que protagonizan los
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a cara. El grupo es también un espacio sujetos en el desempeño de roles, son


de identidad cultural bien definido; dife- requisitos esenciales.
renciarse de otros como entidad cognitiva Es de gran utilidad para conocer cómo
refuerza su autonomía y hace visible su las personas utilizan y distribuyen roles y
reclamo de atención en los programas de espacios, cómo se expresan y relacionan
desarrollo cultural. en y con sus contextos naturales, y cómo
Lo ideal sería poder trabajar con grupos desarrollan los procesos de creación y de
reales, es decir, con colectivos que exis- apropiación de la cultura.

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Método biográfico utilidad para fomentar discusiones y aná-

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Se fundamenta en la combinación de lisis grupales posteriores.
tres elementos esenciales: conversación, En general, la entrevista es una técnica
documentación y observación participan- fundamental para la investigación cualita-
te. Incluye historias de vida, autobio- tiva, por el protagonismo que otorga a los
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grafías (completas o temáticas) y docu- sujetos y la gran cantidad de informacio-
mentos personales (diarios, anotaciones, nes que arroja.
cartas, documentos expresivos y manifes-
taciones verbales obtenidas con el em- ¿Lo cuantitativo vs. lo cualitativo?
pleo de otras técnicas).
Para algunos estudios, resulta impres- Ambos paradigmas son igualmente le-
cindible conocer el recorrido de vida de gítimos para realizar estudios de consu-
los sujetos como elemento indicativo y ex- mo, en dependencia de cuáles sean los
plicativo de sus subjetividades, de gran objetivos y de que exista claridad acerca
utilidad cuando se investiguen asuntos de las ventajas y limitaciones de cada mo-
peculiares y construidos con la participa- delo. Una tercera tendencia, que integra
ción directa de los actores. las dos visiones, parte de la perspectiva
Entrevista de la complementariedad de ambas. Así,
La confesión de la vida cotidiana se una investigación cuantitativa puede abrir
transforma en técnica para la investiga- paso a estudios cualitativos que profundi-
ción social con la forma de entrevista in- cen en la comprensión de determinados
dividual. Se basa en el diálogo e interac- procesos, y, a la inversa, estudios cuali-
ción cotidiana; puede ser estructurada, tativos pueden ayudar a establecer de-
semiestructurada o no estructurada. Esen- terminados indicadores que luego confor-
cialmente la entrevista en la investigación men variables a considerar en mediciones
cualitativa adquiere un matiz de conversa- cuantitativas; a su vez, ambas posiciones
ción informal de carácter abierto, que exi- pueden integrar un mismo diseño.
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ge poca o ninguna estructuración. Las de Hasta el momento actual, la etnografía


carácter focalizado apelan a las reacciones ha sido la vía fundamental para revelar
cognitivas y emocionales de los sujetos las formas en que los sujetos vivencian
ante determinados sucesos. Se recomien- las transformaciones urbanas. Al respecto
da su forma de entrevista individual cuan- Rosas Mantecón considera que esta situa-
do se trata de personas especializadas, ción ha propiciado el desplazamiento de
bien informadas, o cuando se aborden te- los estudios de recepción y consumo, al
mas sensibles, donde la presión de otros análisis de los relatos de vida de múlti-
puede afectar la libre expresión. ples actores (2002).
La entrevista grupal En general, aún se evidencia en los es-
Es recomendada para trabajar con per- tudios que abordan el consumo un énfasis
sonas de similar nivel de información, empírico allí donde las teorías aún no son
donde la presencia de otros no afecta la suficientemente utilizadas en los diseños
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expresión de los participantes sino que la de investigaciones y los resultados de es-


estimula. Debe descansar en la dinámi- tas no son contemplados en las políticas.
ca grupal. Aprovechando la misma pue-
den realizarse otras técnicas de trabajo Algunas tendencias en los estudios
grupal, como son las simulaciones o jue- de consumo cultural en América Latina
gos de roles, donde las personas con la
exigencia de actuar un papel utilizan sus Cartografía cultural (mapas culturales)
vivencias y recursos personales, de gran Describir las peculiaridades de los con-

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sumidores y sus motivaciones a nivel ma- tural. Estas ofrecen una mirada global que

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crosocial, y revelar las principales caracte- resalta la importancia macro de esta prác-
rísticas de sus prácticas —al ofrecer una tica. Aquí se focalizan proyectos en gran-
mirada que da cuenta de las distribuciones des ciudades (Buenos Aires, Santiago de
de los consumos según categorías de po- Chile, Sao Paulo y México) a fines de los
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blación y en función de indicadores tales años ochenta y comienzos de los noventa,
como frecuencias, horarios, preferencias, del siglo XX, por parte del grupo de políti-
etc.— son los presupuestos esenciales de cas culturales de CLACSO.
estos mapas. Se trata de estudios básica- Los resultados apuntan a la centralidad
mente descriptivos, de carácter empírico, de la radio y la televisión en poblaciones
donde muchas de las categorías aparecen urbanas, al carácter altamente segmentado
con poca elaboración conceptual. del consumo de los eventos de “alta cul-
Estos estudios tienen como punto de tura” (música clásica, ballet, teatro, ópe-
partida un determinado concepto de cultu- ra), que se expresa en los bajos niveles
ra. En este sentido resulta necesario preci- de asistencia a tales actividades (Buenos
sar y acotar el término, pues puede estar Aires, 4%; México, menos del 10%; Chile,
referido a servicios y manifestaciones clá- 7%). Los segmentos de asistencia se con-
sicas, puede extenderse a manifestaciones centran en quienes tienen mayor escolari-
de la cultura popular y tradicional, o tam- dad, ingresos y edad. (Linares, 2004)
bién incluir espacios y escenarios de socia- Por otra parte, en centros comunes o
bilidad donde se expresen determinados populares (cines, recitales de música po-
comportamientos sociales. Por otra parte, pular y eventos deportivos) se detectan
por su importancia, el uso de medios ma- niveles relativamente bajos de asistencia
sivos de comunicación resulta un indica- (los recitales de música popular bordean
dor recurrente en las investigaciones. el 15%, excepto en México, que llega al
Existen entidades culturales que cons- 23%; el cine, 62% en Buenos Aires y 39%
tituyen un reto para este tipo de estudio, en México).3
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dadas las dificultades que impone su fo- En líneas generales, las prácticas de con-
calización en un área determinada. Tal es sumo se presentan atomizadas y se eviden-
el caso de agrupaciones consideradas pa- cia un cierto repliegue al espacio privado. El
trimonio vivo; localizarlas a partir de sus hecho de la masificación de los consumos
sedes o de sus escenarios habituales de de la industria cultural no implica la homo-
presentación o exposición puede ser una genización de los públicos, sino más una
alternativa para su reflejo en mapas cul- estructura de consumo altamente segmen-
turales, aunque su naturaleza y carácter tada donde coexisten gustos, preferencias
dinámico dificulta una objetivación defini- y hábitos dispares. Mientras algunas prácti-
tiva. Situación similar presentan las aso- cas son claramente interclasistas e interge-
ciaciones y otros grupos participativos, en neracionales (la TV), otras son seguidas por
tanto entidades de personas con rasgos grupos sociales muy particulares.
distintivos comunes que se nuclean en tor- Los estudios de eventos culturales es-
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no a determinados proyectos culturales y pecíficos se centran en el consumo de de-


representan opciones alternativas valiosas terminado medio y no logran ofrecer un
en espacios comunitarios. mapa cultural general. Utilizan la encuesta
En este intento también se encuentran para indagar la composición del público,
encuestas que exploran diversos consu- papel de la publicidad y actitudes hacia la
mos pertenecientes o no a la industria cul- manifestación en cuestión.

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Informaciones extraídas de resultados de encuestas realizadas en estos países.

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Resulta también de interés el mapeo valor para todos los públicos, y en espe-

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cultural que los individuos realicen aten- cial para coleccionistas.
diendo a su subjetividad, es decir, la fo- La computación ha venido a ofrecer
calización en un mapa los espacios que nuevos paliativos para el consumo cul-
perciben, conocen y que son de su prefe- tural, pues el uso de nuevas tecnologías
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rencia. De esta construcción las omisiones provoca transformaciones en las formas de
pueden ser indicativas de los lugares que consumo tradicional. Aparece así el públi-
los sujetos o grupos sociales invisibilizan co de la multimedia, como son los lectores
en sus representaciones, escenarios que de libros y diarios digitales, los consumi-
no son de su interés, que no responden dores de cine y de música, a través de su
a sus expectativas o simplemente que no ordenador, y las personas que en general
los representan; elementos de incalculable utilizan su PC como vía de preparación y
valor para el diseño de programas y de formación cognitiva fundamental; de ma-
captación de nuevos públicos. nera que la multimedia se inserta en la
La modernidad supone el desarrollo amplia gama de opciones que enriquecen
tecnológico y no es posible estudiar el y personalizan el acceso a la cultura.
consumo cultural con indicadores estáti-
cos, inamovibles, que no desborden los El consumo desde las mediaciones
escenarios donde clásicamente se produ-
ce y difunde la cultura, y que no incorpo- La mediación, como el lugar donde es
ren la irrupción de nuevos elementos que posible percibir y comprender la interac-
redimensionan estos complejos procesos. ción entre el espacio de la producción y el
A lo largo del desarrollo histórico social de la recepción, es punto de partida para
se pueden apreciar momentos culminan- una tendencia que indaga en la significa-
tes que reestructuran patrones de con- ción y el sentido que los sujetos atribuyen
sumo. Así, la aparición del cine fue una a sus prácticas y a los objetos de con-
amenaza para la lectura de libros, al re- sumo, de manera que resulta un impor-
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sultar más fácil asistir a una versión fílmi- tante intento por recuperar la perspectiva
ca de un clásico literario que leer la obra del sujeto. Los estudios en esta tendencia
original. Por otra parte, la irrupción de la recurren preferentemente a técnicas cuali-
TV significó un reto para el cine, por la tativas como entrevistas abiertas y análi-
comodidad del acceso al audiovisual en sis de discursos, y a la etnografía. Ofrecen
las condiciones del hogar, que evitan el una mirada micro de la interacción entre
desplazamiento a las salas de exhibición. una cierta oferta cultural y su recepción.
Y, más reciente, la amenaza que represen- No obstante, predominan estudios bá-
tó y aún representa el soporte en video sicamente descriptivos que dan cuenta de
para el cine y la TV. Sin embargo, cada cómo ocurren ciertas prácticas, los usos
uno de estos bienes subsiste y mantiene sociales de los productos culturales y sus
sus competencias propias. La lectura del modos de lectura, sin profundizar en el por
libro continúa siendo un referente cultu- qué ocurren de una determinada manera.
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ral único; los cines mantienen un público En este sentido también carecen de teoría
que busca la atmósfera de sus salas para explicativa. Sin embargo, a partir de la teo-
el disfrute de filmes, sin las interrupcio- ría de las mediaciones se ha desarrollado
nes de la vida doméstica, además de su una trama conceptual compleja que permi-
legitimidad como espacio de sociabilidad; te un acercamiento mucho más preciso al
la TV continúa siendo la vía de entreteni- fenómeno del consumo. El mérito esencial
miento fundamental en el confort del ho- de esta línea es el vuelco que propicia a
gar, con la alternativa del video, de gran la visión tradicional del sujeto como ente

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pasivo y a la de los medios como todopo- de los distintos grupos sociales. Esto remi-

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derosos, capaces de manipularlo, a otra te a los hábitos de clase que atraviesan los
que destaca su rol activo y acota el poder usos de la TV, las rutinas familiares y las
atribuido a los medios. Ya no se conciben competencias culturales, donde el consumo
personas aisladas, hechizadas por lo ma- es pensado como proceso de producción
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sivo, sino que se remarca su potenciali- de sentido. De hecho, las investigaciones
dad de asignar, refuncionalizar y otorgar se centran en tres áreas fundamentales:
nuevos sentidos a los mensajes, a partir la ciudad, los bienes culturales clásicos
de “un proceso constructivo, dialéctico y (libros, revistas, periódicos, música, cine,
conflictivo”. (Jacks, 1996) Se trata, así, de teatro, museos y otros), y los medios au-
descifrar lo cotidiano y las distintas formas diovisuales (la TV, la radio y otros).
de recepción, en lo que respecta a la asig- En líneas generales, se aprecia un des-
nación de sentido que el sujeto “constru- encuentro entre ambas corrientes de in-
ye”, sin obviar el contexto socio-cultural vestigaciones. En lo metodológico, la in-
en que se encuentra. vestigación cualitativa de audiencias a
Tras elecciones aparentemente simples menudo ignora las clasificaciones sociode-
existen conflictos que van desde las posi- mográficas de la población, y las cuanti-
bilidades económicas hasta influencias so- tativas tienen un aspecto técnico de con-
ciales y familiares, estas últimas de espe- tenido que ignora la cuestión del sentido.
cial incidencia para niños y adolescentes La convergencia de ambas tradiciones es
cuyas decisiones dependen en gran me- necesaria y deseable. El estudio interdis-
dida de los adultos. Procesos de negocia- ciplinario del consumo es posiblemente el
ción y mediación son estrategias para su único camino.
solución. De esta manera, decisiones so- En Cuba, el tema ha tenido un desarrollo
bre qué hacer, dónde ir o qué ver transitan importante a partir de un necesario proce-
por negociaciones con otras personas que so de maduración conceptual que parte de
de una u otra manera participarían en el los estudios de tiempo libre como espacio
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proceso de toma de decisiones o al menos donde surgen y se proyectan las principales


no interferirían en estas. prácticas de consumo cultural. En la actua-
De gran importancia resulta, entre los lidad se siguen y apropian los aportes teó-
estudios del producto de la oferta cultural, ricos que en Latinoamérica, y en general en
el análisis textual de la telenovela, donde el mundo, se acumulan sobre este tema.
se consideran los géneros televisivos como Entender la acción cultural como proce-
mediaciones entre la lógica de los forma- so comunicativo obliga a tener en cuenta
tos y los dispositivos de reconocimiento. al consumidor como receptor activo y no
La telenovela crea un fenómeno pecu- como simple destino de una estrategia di-
liar de comunicación y de identificación señada sin el conocimiento previo de sus
con los consumidores de este tipo de pro- exigencias y competencias; se trata, pues,
ducto que devuelve la propia realidad de de considerar las potencialidades de los
los sujetos idealizada. En el intento de es- públicos en tanto subjetividades socia-
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tudiar este producto se destacan los traba- les capaces de apropiar creativamente las
jos de Jesús Martín Barbero y de Guillermo ofertas y de brindar lecturas que enrique-
Orozco (1992), y, en nuestro país, las re- cen el planeamiento de la vida cultural de
flexiones sobre las peculiaridades del fe- los territorios. De esta manera, la investi-
nómeno en nuestro contexto por María M. gación a la luz del consumo cultural resul-
Alonso (2000). ta un instrumento eficaz para la necesaria
Por otra parte, se abordan los modos de retroalimentación de programas y políticas
ver y la utilización de los medios por parte culturales.

Consumo e investigaciones culturales


Pedro Emilio Moras Puig 9
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