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El método de doble excavación es una forma de preparar tu suelo que llevará

un poco de esfuerzo al principio pero es una excelente manera de airearlo,


descompactarlo y agregarle buen sustrato, dejándolo listo para sembrar.
Medidas:
El tamaño de la cama puede ser variable, y adaptable a lo que vamos a
sembrar, pero una de las medidas standard es:
8 m (metros) de largo X 1,20 m de ancho y 0,60 m de profundidad.
• La profundidad es importante ya que cuanto más descompactemos el suelo
mejor será para las hortalizas, cuyas raíces podrán crecer de forma vertical y
así sembraremos más en menos espacio. En buenos suelos la raíz del coliflor
llega a medir 90 cm, la de la lechuga y maíz 120 cm, y la de la zanahoria 238
cm!!! Al crecer más cómodas, las plantas resisten mejor, y son más fuertes
contra plagas y enfermedades.
• El ancho también es algo a tener en cuenta ya que lo mejor es poder llegar
al centro de la cama desde ambos lados o ambas caminerías, es decir que
debería tener dos veces el ancho de nuestro brazo.
• El largo es lo más adaptable.
Preparación del suelo:
Primero deberemos quitar el pasto y las hierbas del espacio donde
ubicaremos la cama desde raíz: las champas las podemos utilizar para
parquizar otro lugar del terreno o para hacer un pequeño techo verde.
Luego trazaremos las medidas en el terreno. Y la delimitaremos con estacas
en cada punta unidas por un hilo o cuerda que nos indique la forma.
Si el suelo está muy compactado. Debemos mojar bien la tierra, y dejarla
reposar por unas 48 hrs. Pasado este tiempo con un bieldo o con una pica
intentaremos ir aflojándolo de a poco. Y volvemos a mojar. La tierra mojada
es más fácil de trabajar que la tierra seca.
Para mejorar un poco el suelo, podemos agregarle diferentes elementos,
como arena para darle drenaje si es que es muy arcilloso, o arcilla si es muy
arenoso. También podemos agregar tierra negra o humus, un poco de harina
de roca o de pescado, para aportar minerales, cascarilla de arroz, cáscara de
café, nueces, etc, para ayudar a la aireación y que el sustrato no se vuelva a
compactar.
Herramientas necesarias

Armado de la cama:
Primero, con una pala recta o palín se hace un hueco de 30 cm por 1.20 de
ancho por 30 de largo comenzando por un lado de la cama (como lo podrán
ver en la imagen).

Segundo, con el bieldo, aflojaremos los otros 30 cm inferiores del hueco que
hemos hecho. Sólo la aflojamos, no la sacamos, ni la damos vuelta, esto es a
modo de airear el suelo y descompactarlo.

Luego, excavaremos otro hueco con las mismas medidas anteriores,


exactamente junto al primero. Y la tierra que sacaremos de aquí la
utilizaremos para rellenar el espacio que ha quedado vacío en el primer
hueco.

Ahora vamos a repetir lo mismo que hemos hecho en el hueco anterior.


Aflojar con el bieldo unos 30 cm del fondo del suelo de la cama.

Y así sucesivamente hasta terminar el largo de la cama.


Para tapar el último hueco se puede utilizar una parte de la tierra que
sacamos del primer hueco.

Una vez que tenemos toda la cama cubierta podemos nivelarla con un
rastrillo para que quede bien plana, la mojamos bastante y podemos
agregarle en la parte superior una capa gruesa de compost maduro o
bocaschi, y arriba, mulching (cobertura) de paja u hojarasca para mantener
la humedad y evitar la erosión de la lluvia y el viento.
Es muy importante no pisarla una vez que está terminada para no volver a
compactar el suelo.
En el caso de que se quiera, se puede agregar más capas a la cama elevándola
unos centímetros sobre la superficie del suelo, esto se puede hacer agregando
más tierra y material vegetal lo cual le dará más altura para las raíces de las
plantas y será beneficioso en caso de fuertes lluvias y peligro de
inundaciones.
Ahora la cama está lista para sembrar!

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